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EL CONOCIMIENTO SILENCIOSO LA CULTURA TOLTECA Y SU RELACION CON EL CAMINO DEL GUERRERO. RUIZ LIMON, RAMON

Conocimiento silencioso

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EL CONOCIMIENTO SILENCIOSO

LA CULTURA TOLTECA Y SU

RELACION CON EL CAMINO DEL

GUERRERO.

RUIZ LIMON, RAMON

Con el afán de comprender y aprovechar

al máximo las situaciones, el hombre

primitivo se intereso, por comprender los

mecanismos que guían y controlan a los

fenómenos naturales.

INTRODUCCION

Se aventuró a través de la magia, el

mito, la religión, la superstición,

como un método que le permitiera la

comprensión de los fenómenos.

Lo anterior se constata en algunas

investigaciones de carácter histórico y

antropológico. El investigador nos informa

sobre los hallazgos encontrados en

algunas de las civilizaciones antiguas.

Desde los sumerios, los caldeos, los

fenicios, los egipcios, los judíos, los

árabes, los chinos, los griegos, los

romanos, hasta llegar a los indios

mesoamericanos.

Una de las características que se identifica en

todos estos grupos, es el querer saber y

comprender como funcionan los fenómenos

naturales, tales como: la lluvia, el fuego, el

viento, y sobre todo el origen del universo

(planetas, estrellas, sistema solar,

constelaciones, etc.), del hombre, de las

plantas y los animales.

Y como, se mencionó líneas atrás, se

aventuraron por diferentes caminos.

Lo anterior ha sido solo una referencia

histórica, para llegar a las culturas

precortesianas tales como la maya, la

olmeca, la tolteca, la tarasca y otras muchas

que se desarrollaron en el México antiguo,

las cuales han sido de las más grandes en la

historia del mundo.

Sus vestigios, tales como: las pirámides,

esculturas, pinturas, cerámica, etc., son

objeto de admiración y asombro hoy en

día, por estudiosos de la antropología y

la sociología.

Fueron pueblos de grandes conocimientos;

sabían de agricultura, cultivaban el algodón y

lo utilizaban para su vestuario, eran magníficos

astrónomos, dejaron grandes obras escritas

como son los códices, el Popol- Vuh y varios

monumentos esculpidos en la piedra.

Por lo tanto, antes de llegar a los

toltecas, es importante describir y

hablar sobre la cultura arcaica y

después de una cultura de la meseta

denominada Teotihuacán.

Cultura arcaica

Los arqueólogos han comprobado la

presencia de una cultura prehistórica, la

arcaica, en la Altiplanicie Mexicana y en sus

vertientes geográficas, en época que principia

antes de la era cristiana. Consideran además

los antropólogos, que el arcaico aparece en el

Valle de México y extiende su cultura hasta

Centro América antes de la era Cristiana, y su

periodo final vendría a ser unos 150 a 250

años después de Cristo.

Gracias a los avances de la geología y la

geofísica, han permitido que el estudio de la

estratigrafía del terreno permita obtener

conclusiones sobre los pueblos de la cultura

arcaica, los cuales se cree que estuvieron

organizados en diferentes grupos.

La tierra debió tener otra morfología y

fisiología antes de que se desenvolvieran

las altas culturas, pues se ha encontrado

una cerámica arcaica en el sedimento del

lago de Texcoco.

Los teotihuacanos

La cultura teotihuacana, es posterior a la

arcaica, Teotihuacán –la capital- representa

los rasgos esenciales de esa cultura

simplemente distinta de la cultura tolteca, y

que se integró hacia el principio de la Era

Cristiana. Se ha comprobado que no fue la

ciudad de Quetzalcóatl.

Se cree que en el siglo V de la Era

cristiana hayan edificado la Pirámide del

Sol, cuyo culto substituyó al de la Luna.

Deben de haber tenido además, bajo su

dominio a muchos pueblos; y los

teotihuacanos, que adoraban a Tláloc,

extendieron su capital hasta las tierras altas de

Guatemala.

La capital alcanzó gran esplendor, fue

construida la Ciudadela, después la

cultura Teotihuacana declinó; pero en el

Totonacapan floreció la de El Tajín,

vástago de la primera.

El último periodo de la etapa teotihuacana se

fija en la época en que se erigió el Castillo de

Xochicalco en Morelos; la cultura

teotihuacana duro aproximadamente 1000

años.

El periodo inicial de la cultura

teotihuacana está representado en

Chimalhuacán y el último, en Santiago

Ahuizotla, San Miguel Amantla.

La pirámide del Sol

Es una construcción imponente y grandiosa,

que se yergue solemne en medio del paisaje

agreste, la pirámide truncada del Sol o de

Quetzalcóatl, es cuadrangular y se eleva 75

metros, con más de 200 metros de largo en

sus caras, la plataforma de la explanada mide

400 metros cuadrados.

Esta construida de piedra y adobe

rodeada de una plataforma sobre la que

se asientan varias construcciones; es la

pirámide mayor de México.

La pirámide de la Luna

Meztlizacualli tiene 42 metros de altura y una

base de 16000 metros cuadrados; es también

cuadrangular y truncada como la del Sol y

formada por secciones de pirámides divididas

en cuerpos.

La Ciudadela es un anfiteatro

cuadrangular de grandes dimensiones,

con plataformas poco elevadas y

escaleras al este, los muros o plataformas

encierran un gran patio cuadrangular de

más de 400 metros por lado.

Quetzalcóatl

Según la leyenda, fue un hombre blanco y

barbado que apareció por el oriente y que

enseñó la ciencia, arte e industria de una

civilización avanzada, y una vez cumplida esta

misión desapareció por el mar, no sin ofrecer

antes que volvería después de algún tiempo.

En relieves de su templo se encuentra

simbolizada su partida, Quetzalcóatl es

la estrella de la tarde, o Venus, y se

puede observar, en días claros, a la

puesta del sol.

Cuando aparece en el firmamento Venus,

que su reflejo en el ondulante mar da la

impresión de una serpiente de plumas

que ágilmente nada en las aguas y se va al

ocaso por donde partió Quetzalcóatl.

Cultura tolteca

Tula significa Metrópoli, y fue la ciudad

sagrada de los toltecas, la que se asentó no

lejos de los confines de los nómadas

bárbaros, una cuestión se aclara también

definitivamente: los toltecas eran individuos

distintos de los Teotihuacanos.

El periodo tolteca duró menos de tres

centurias. No hay una larga tradición

técnica constructiva.

Tula fue el sitio en que se desenvolvieron los

acontecimientos más notables y dramáticos de

la historia tolteca, en la que se mezcla la

narración con la fábula.

Así, los gigantes de los mexica, no fueron

otros sino los arquitectos de Teotihuacán que

erigieron las pasmosas pirámides.

Los toltecas procedían de tierras del

noroeste, el fundador del señoría de tula,

Mixcóatl, Mixcoamatzin o Totepeuh,

dirigió a sus guerreros por las estepas.

Tula, sin embargo, fue un centro importante

en la época de que tepanecas y mexicanos

llegaron a obtener la supremacía política.

La influencia de la cultura tolteca se extiende

hasta el noroeste de Sinaloa, sudeste de

Yucatán, Guatemala, El Salvador y

Nicaragua.

Se ha podido comprobar que en ciencias

habían adelantado, se servían de varias

plantas medicinales; determinaron el

movimiento sinódico de Venus.

Después, sus estudios les permitieron

precisar, las sucesivas posiciones de Venus,

en relación al Sol y a la Tierra; y así nació el

calendario religioso, tonalpohualli, el que

sirvió para modificar el calendario civil.

El tonalpohualli representa una verdadera

conquista científica, en el área de la

Astronomía.

También sabían fundir metales: el oro, la

plata, el cobre y el plomo, con los que

hacían artículos de lujo.

Conocían las piedras preciosas: turquesas,

amatistas y otras como el cristal de roca, que

empleaban hábilmente en sus industrias.

Con respecto al gobierno, en un periodo de

cuatro siglos contaron con nueve reyes. El

último ejerció el poder hasta los comienzos

del siglo XII de nuestra Era.

Influencia Tolteca en el área Maya.

Cuando en 1116 se efectuó la

destrucción del Imperio Tolteca, algunos

grupos quedaron en Tula y otros se

fueron a vivir a Cholula, Tehuacán.

Y es así, como a través de este viaje en el

tiempo y a través de la historia, ha sido

posible describir los hechos más relevantes y

necesarios para ubicarnos en el imperio

tolteca y su influencia en la construcción de

un sistema cognoscitivo al cual denominaron

“EL CAMINO DEL GUERRERO”.

Es un conjunto de técnicas,

procedimientos y métodos que un

grupo de antiguos indios mexicanos

(toltecas) construyeron y agruparon,

en un sistema cognitivo que les

permitió comprender y aprovechar

los recursos energéticos del cuerpo

humano y del planeta Tierra.

EL CAMINO DEL GUERRERO

Este grupo de indios toltecas, se dieron

cuenta, de que los seres humanos nacemos

con una cantidad limitada de energía – una

energía que a partir del momento de nacer es

sistemáticamente desplegada y utilizada por

la modalidad de la época, de la manera más

ventajosa.

Se dieron cuenta además, que aprender a

manejar el mundo cotidiano de una

manera inteligente, nos toma muchos

años de adiestramiento.

Nuestra preparación, ya sea en el

razonamiento mundano o en temas

especializados en ciencia y tecnología, es

muy rigurosa, porque el conocimiento que se

nos trata de impartir es muy extenso. Idéntico

criterio se puede aplicar a este grupo de

toltecas; sus métodos y enseñanzas, los

cuales dependen de la instrucción oral y de la

manipulación de la conciencia de ser, aunque

diferentes de los nuestros, son igualmente

rigurosos.

Y fue así como, este grupo de toltecas se

dieron cuenta, de que en el Universo existe

una fuerza inmensurable e indescriptible, que

llamaron “Intento”, y que absolutamente

todo cuanto existe en el cosmos esta

enlazado, ligado a esa fuerza por el vínculo

de conexión.

Por lo que, se dieron la tarea de delinear,

entender y utilizar tal vínculo,

especialmente limpiarlo de los efectos

nocivos de las preocupaciones de la vida

cotidiana.

Tal enseñanza tiene como propósito el

proceso de limpiar nuestro vínculo con el

intento y aprender a como ahorrar energía.

Las enseñanzas están divididas en dos

categorías. Una es la enseñanza dada en el

estado de conciencia cotidiano, en el cual el

proceso de limpieza es revelado en forma

velada y artificiosa.

La otra, es la enseñanza dada en

estados de conciencia acrecentada, en

tales estados los toltecas obtenían el

conocimiento directamente del intento.

Se dice que, empleando la conciencia

acrecentada, y a través de miles de años

de tremendos esfuerzos, este grupo selecto

de los descendientes de los toltecas,

obtuvieron un conocimiento específico y al

mismo tiempo incomprensible acerca del

intento; y que habían pasado ese

conocimiento (sistema cognitivo) de

generación en generación hasta nuestros

días.

Dentro de este conocimiento, se encuentran

los tres enigmas que los practicantes de este

sistema cognitivo encuentran al buscar el

conocimiento.

La maestría del estar consciente de ser,

es el enigma de la mente; la perplejidad

que los antiguos experimentaron al darse

cuenta del asombroso misterio y alcance

de la conciencia del ser y la percepción.

El arte del acecho, es el enigma del

corazón; el desconcierto que sienten los

practicantes al descubrir dos cosas: una,

que el mundo físico parece ser

inalterablemente objetivo y real, debido a

ciertas peculiaridades de nuestra

percepción; y la otra, que si se ponen en

juego diferentes peculiaridades de

nuestra percepción, ese mundo sensible

que parece ser inalterablemente objetivo

y real, cambia.

Y por último, esta la maestría del intento, es el

enigma del espíritu, es decir, el enigma de lo

abstracto.

El arte del acecho y la maestría del intento, se

basan en la instrucción del estar conscientes

del ser, y las premisas básicas en las que se

fundamentan son las siguientes:

El Universo, es una infinita aglomeración

de campos de energía, semejante a

filamentos de luz que se extienden

infinitamente en todas direcciones.

Estos campos de energía, llamados las

emanaciones del Águila, irradian de una

fuente de inconcebibles proporciones,

metafóricamente llamada el Águila.

Los seres humanos están compuestos de

esos mismos campos de energía filiforme. Por

lo que, el cuerpo humano se aparece como un

gigantesco huevo luminoso, que son

recipientes a través de los cuales pasan esos

filamentos luminosos de infinita extensión.

Del número total de campos de energía

filiforme, que pasan a través de esas bolas

luminosas, solo un pequeño grupo, dentro de

esa concha de luminosidad, está encendido por

un punto de intensa brillantez localizado en la

superficie de la bola.

La percepción sensorial humana, ocurre

cuando los campos de energía de ese

pequeño grupo, encendido por ese punto de

brillantez, extiende su luz hasta resplandecer

aún fuera de la bola luminosa.

Como los únicos campos de energía

perceptibles son aquellos iluminados por el

punto de brillantez, a ese punto se le llama el

punto donde encaja la percepción sensorial

humana o simplemente, el “punto de encaje”.

Es posible, lograr que el punto de encaje se

desplace de su posición habitual en la

superficie de la bola luminosa, ya sea hacia su

interior o hacia otra posición en su superficie o

bien hacia afuera de la bola luminosa.

Dado que la brillantez del punto de encaje

es suficiente, en sí misma, para iluminar

cualquier campo de energía con el cual

entra en contacto, el punto, al moverse

hacia una nueva posición, de inmediato

hace resplandecer diferentes campos de

energía, haciéndolos de este modo

percibibles. Al acto de percibir de esa

manera de le llama Ver.

La nueva posición del punto de encaje

permite la percepción de un mundo

completamente diferente al mundo

cotidiano; el mundo tan objetivo y real

como el que percibimos normalmente.

Los poseedores de este conocimiento

entran a ese otro mundo, con el fin de

obtener energía, poder, soluciones a

problemas generales o particulares, o

para enfrentarse a lo desconocido e

inimaginable.

El intento, es la fuerza omnipresente que nos

hace percibir. No nos tomamos conscientes

porque percibimos, sino que percibimos como

resultado de la presión e intromisión la fuerza

del Intento.

El objetivo final de los poseedores de este

conocimiento, es alcanzar un estado de

conciencia total, y ser capaces de

experimentar todas las posibilidades

perceptuales que están a disposición del

hombre. Este estado de conciencia implica,

asimismo, una forma alternativa de morir.

Y fue así también, como los poseedores de

este conocimiento Tolteca, comprendieron que

mantenemos nuestro mundo físico con el

diálogo interior. Y cuando dejamos de

hablarnos sobre nosotros mismos, y nuestro

mundo, el mundo es siempre como debería

ser. Por lo tanto, con nuestro diálogo interior lo

renovamos, lo encendemos de vida, lo

sostenemos sin darnos cuenta.

No sólo eso, sino que también

escogemos nuestros caminos al

hablarnos a nosotros mismos.

De ahí que repitamos, las mismas elecciones

(acciones y decisiones) una y otra vez, hasta

el día en que morimos, porque continuamos

repitiendo el mismo diálogo interno una y otra

vez, hasta el preciso momento de la muerte.

Ellos aprendieron que un guerrero, es

consciente de ello y lucha por detener su

diálogo interno.

Ya que uno de los objetivos principales del

Guerrero, es detener el diálogo interior, y dejar

de una vez por todo dejarse guiar por ese

diálogo interior.

Ya que si no logra detenerlo, entonces se

fortalecerá contribuyendo a la construcción y

fortalecimiento de la realidad del mundo

cotidiano.

Para lo toltecas del México antiguo, el

Guerrero era, en síntesis, una unidad de

combate tan afinada para la lucha en su

entorno, tan extraordinariamente alerta que,

en su forma más pura, no necesitaba nada

superfluo para sobrevivir.

Un guerrero no tiene necesidad de

regalos, ni de ser apoyado con palabras

o con actos, ni de recibir consuelo o

incentivos. Todas esas cosas están

incluidas en la propia estructura del

guerrero.

El resultado final, era luchador que

luchaba solo, y que extraía de sus propias

silenciosas convicciones todo el impulso

que precisaba para seguir adelante, sin

quejas, sin necesidad de reconocimiento,

debido a que no existía en el “Yo

individual”. Ya había derrotado a la

imagen de sí mismo, por lo tanto no había

en él la importancia personal, no tenia

historia personal. Ya era uno, con la

totalidad, es decir, había limpiado el

vínculo con el Intento.

Por otro lado, los toltecas del México antiguo,

se dieron cuenta que, ser un guerreo no es

sólo cuestión de desearlo.

Es más bien una lucha interminable, que

seguirá hasta el último instante de

nuestra vida. Nadie nace siendo un

guerrero, como nadie nace hombre

corriente. Somos nosotros quienes nos

hacemos lo uno o lo otro, depende de

lo que hagamos con nuestra vida.

Un guerrero muere difícilmente. Su muerte

debe luchar para llevárselo. Un guerrero no

se entrega a la muerte tan fácilmente.

Los toltecas se dieron cuenta, que los seres

humanos no somos objetos, es decir, no

tenemos solidez. Somos seres redondos,

luminosos; no tenemos límites. Ya que el

mundo de los objetos y de la solidez, no es

más que una descripción que fue creada para

ayudarnos, para facilitar nuestro paso por este

planeta Tierra.

Pero esa descripción, se convierte en

razón y argumento, que hace que los

seres humanos olviden que la

descripción del mundo físico, es tan

sólo una descripción, y antes de que

se den cuenta, han atrapado la

totalidad de sí mismos en un círculo

vicioso del cual raramente escapan

durante su vida.

Los seres humanos somos seres perceptores,

pero el mundo físico o sensible que

percibimos, es una ilusión: una ilusión creada

por la descripción que nos contaron desde el

momento mismo de nacer.

Así pues, el mundo que la razón quiere

sostener es, en esencia, un mundo físico

o sensible constituido por átomos y

moléculas, pero los átomos en su interior

están vacios, es decir, no son sólidos.

Por lo tanto, no somos sólidos.

Sólo como guerrero, se puede soportar y

comprender el camino del

conocimiento. un guerrero no puede

quejarse, ni lamentarse nada. Su vida es

un desafío interminable, y no hay modo

de que los desafíos puedan ser buenos o

malos, agradables o desagradables. Los

desafíos son simplemente desafíos,

oportunidades para crecer y convertirnos

en seres luminosos aprovechando la

totalidad del ser.

En resumen, los toltecas del México

antiguo crearon un sistema cognitivo

que les permitió comprender su

relación con el vínculo del intento,

aprovechar la totalidad del ser

conscientes, su destino como seres

luminosos. Pero solo fue posible a

través del camino del guerrero y de la

impecabilidad. Pero sobre todo del

conocimiento del “Punto de Encaje”.

Palabras Clave.

El punto de encaje, la percepción, la

importancia personal, el yo individual, la

imagen de sí mismo, la autocompasión,

la historia personal, la razón, el diálogo

interno, la impecabilidad, los sueños, la

vigilia, la conciencia normal, la

conciencia acrecentada, el capullo

luminoso o la capsula trasparente, la

mente o inventario, los órganos

sensoriales, el acecho, los centros

abstractos.

El mundo físico, es un misterio, por

lo tanto, los seres humanos somos

criaturas misteriosas. Es muy poco

el tiempo que tiene el hombre, para

comprender e indagar sobre los

misterios del universo, la vida y la

muerte.

RUIZ LIMON, RAMON

EFRAIN ALBERTO TREJO LIMON

RUIZ LIMON, RAMON (2000). LA RAZON

Y EL CONOCIMIENTO SILENCIOSO.

CUITLAHUAC RUIZ LOPEZ

FUENTES DE CONSULTA