D.L. 1216 - PCM: 3 PUNTOS CONTRA LA CIUDADANIA MOTOCICLISTA:En abril de 2010 apareció un reportaje acerca del “boom de la motocicleta”, en el suplemento “Eco-nomía y Negocios”, del diario El Comercio. Dicho artículo avizoraba un futuro prometedor para el rubro de ventas de motocicletas*:

Tómese nota de este párrafo, especialmente lo que aparece resaltado en cursivas:

Si bien la motocicleta resuelve eficientemente esta necesidad, bajo el DL 1216 - PCM, se va a ge-nerar una problemática resumida en tres puntos:

«¿Pero, qué llevó a ese sector a expandirse en un período de crisis, en el que el consumo es el primero en contraerse? Víctor Acero tiene la respuesta. “La mo-tocicleta resuelve la necesidad básica de transporte. Dado que la necesidad de transporte es fundamental esta tiene que ser cubierta así haya o no haya cri-sis. En el 2009, por la coyuntura económica por la que atravesó el país, la motocicleta resolvió de manera eficiente la necesidad de movilizarse con bajos costos de operación y mantenimiento”, ex-plicó el ejecutivo.»

*Al vehiculo motorizado de dos ruedas se le denomina MOTOCICLETA. Llamarlo “motocicleta lineal” es una barbaridad que el periodismo ha hecho endémica por ociosidad e ignorancia.

1.- Mayor exposición a los motociclistas: ¿Qué motociclista usará su propia motocicleta*, su chaleco y su casco para asesinar, robar o se-cuestrar sabiendo que lo van a identificar fácilmente? Ninguno. Un delincuente jamás va a comprar una moto para cometer sus fechorías. Lo habitual para es robarla. Asumir que el delincuente va a usar su vehículo propio o que va a cumplir con identificarse para delinquir, es un insulto a la inteli-gencia y sentido común de la persona, pues por principio, el delincuente actúa al margen de cual-quier ley; y si antes a uno lo atacaban por oponer resistencia (o por las puras, incluso), ahora, ante la sola posibilidad de que uno denuncie el hurto al delincuente no le va a quedar otra que matar a su víctima,sea que ésta se oponga o se deje robar. Es decir, lejos de disuadir la delincuencia o “for-talecer” la seguridad ciudadana, este D.L. apunta a recrudecer el ensañamiento contra cualquiera que conduzca una motocicleta.

(si hasta matan a policías...)

2.- Incriminación:Éste D.L. convierte un objeto como el casco o el chaleco (con números grabados) en un documento de identidad capaz de involucrar a cualquier persona inocente en un crimen cometido por alguien que le clonó el número de placa; es decir, abre la puerta a que cualquier delincuente actúe tomando el nombre (o número en este caso) de otra persona que muy probablemente ni esté enterada. No olvidemos que nuestro país se caracteriza por la cultura de lo falsificado, léase “bamba”. Si acá se venden hasta uniformes policiales, no hay que pensar mucho para imaginar el panorama venidero.

En medio del revuelo y conmoción tras un asalto, ¿quién puede determinar la veracidad o no del número con el que actúa el malhechor? ¿Quién va a saber las características del delincuente que huye en moto si todos los motociclistas estarán “uniformados” de naranja? Ante la imposibilidad de capturar al verdadero criminal, la policía preferirá detener a cualquier infortunado que tuvo la mala

*Al vehiculo motorizado de dos ruedas se le denomina MOTOCICLETA, al de tres ruedas, trimoto y al de cuatro, cua-trimoto. ¿Qué necesidad hay de añadirle el “lineal” a “motocicleta”? Es como decir “círculo redondo”.

suerte de pasar por el lugar del crimen y, como sucedió con los supuestos “malditos de Larcomar”, hacer de él su chivo expiatorio, sentenciarlo y mancillar su honor ante la opinión pública hasta que buenamente se demuestre lo contrario. O también, ante la posibilidad de que alguien tome una foto del delincuente actuando con placa clonada, o que una cámara de seguridad registre su accionar, finalmente la factura la terminará pagando el verdadero propietario. No es novedad que hay per-sonas que purgan meses, años de prisión, en espera de juicio, por un crimen que no cometieron, y cuyas vidas terminan prácticamente arruinadas, anhelando una improbable investigación que determine su inocencia.

3.- Estigmatización: Gracias a este D.L. los motociclistas descenderemos de una categoría anecdótica a una delin-cuencial, en la cual TODOS ya estamos sindicados como probables:–carteristas–sicarios–secuestradores (¿alguien ha oido de un secuestro en motocicleta*?).En buen romance, uno sólo será inocente luego que se baje de la motocicleta, no antes ni durante una travesía sobre dos ruedas, ataviado como delincuente.

(El Indio, ex-operador del cártel de los hermanos Beltrán Leyva capturado en México, vistiendo un atuendo similar al del D.S.)

*Al vehiculo motorizado de dos ruedas se le denomina MOTOCICLETA. Llamarlo “motocicleta lineal” es una barbaridad es como asumir que existen motocicletas circulares, o triangulares, etc. Absurdo.

ABOLICION DEL CHALECO EN COLOMBIA(Diario el tiempo, 12 de junio 2010):El caso colombiano es citado frecuentemente como ejemplo del supuesto éxito de esta medida en la lucha contra la delincuencia. La realidad es que dicha norma (Decreto 950) jamás caminó en Colombia. Prueba de ello es que en noviembre de 2009 se propuso la Ley 207, denominada “Ley Antimoto”, la cual endurecía las condiciones para los motociclistas, les prohibía llevar pasajero entre otras disposiciones represivas. Afortunadamente, gracias a las protestas, el proyecto de esta ley fue retirado el 18 de febrero de 2010. Ojo, previamente, la legislación colombiana ya había pro-mulgado la Ley 1239 del 25 de julio de 2008 por la cual el chaleco ya no era obligatorio. ¿Exitoso? Ahí está pues. Sirvan estos recortes para graficar el fracaso de esta nefasta norma.