1
Autor: Jimmy Lopez Diferencias entre una persona equilibrada y una persona neurótica 1. La persona equilibrada acepta las penas, desdichas, calamidades y contratiempos de la vida con calma y serenidad. La persona neurótica estalla en arranques de ira y a la menor contrariedad. 2. La persona equilibrada se siente demasiado ocupada, pero dedicarse a lamentarse de la vida y sentirse feliz. La persona neurótica vive quejándose de sí misma, de los demás, del clima, de la situación, etc. Su vida es una “sinfonía de lamentos”. 3. El equilibrio se siente contento de estar viviendo. El neurótico siente un deseo frecuente de suicidarse y desaparecer. 4. El equilibrado es flexible, sabe comprender a los demás y no convierte en tragedias los pequeños contratiempos, de la vida. El neurótico agranda los problemas en su imaginación y vive juzgando y condenando a los otros en su entendimiento, viendo mala voluntad donde solo hay debilidad. 5. La persona equilibrada no actúa por impulsos, sabe dominar sus emociones. No hace lo primero que se le ocurre porque eso impulsivo es por lo general muy equivocado. Aguarda para tomar decisiones a que su prudencia e inteligencia le aconsejen. Quien no lo es, actúa precipitadamente, cumpliéndose en su vida lo que dijo salomón: “Para el precipitado, todo son perdidas”. Se deja llevar por sus emociones al hablar y al actuar y por eso hace y dice muchas cosas que debiera haber evitado. Los impulsos son ciegos y por eso le llevan a muchas imprudencias.

Diferencias entre una persona equilibrada y una persona neurótica

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Diferencias entre una persona equilibrada y una persona neurótica

Autor: Jimmy Lopez

Diferencias entre una persona equilibrada y una persona neurótica

1. La persona equilibrada acepta las penas, desdichas, calamidades y

contratiempos de la vida con calma y serenidad. La persona neurótica

estalla en arranques de ira y a la menor contrariedad.

2. La persona equilibrada se siente demasiado ocupada, pero dedicarse a

lamentarse de la vida y sentirse feliz. La persona neurótica vive

quejándose de sí misma, de los demás, del clima, de la situación, etc. Su

vida es una “sinfonía de lamentos”.

3. El equilibrio se siente contento de estar viviendo. El neurótico siente un

deseo frecuente de suicidarse y desaparecer.

4. El equilibrado es flexible, sabe comprender a los demás y no convierte en

tragedias los pequeños contratiempos, de la vida. El neurótico agranda

los problemas en su imaginación y vive juzgando y condenando a los otros

en su entendimiento, viendo mala voluntad donde solo hay debilidad.

5. La persona equilibrada no actúa por impulsos, sabe dominar sus

emociones. No hace lo primero que se le ocurre porque eso impulsivo es

por lo general muy equivocado. Aguarda para tomar decisiones a que su

prudencia e inteligencia le aconsejen. Quien no lo es, actúa

precipitadamente, cumpliéndose en su vida lo que dijo salomón: “Para el

precipitado, todo son perdidas”. Se deja llevar por sus emociones al hablar

y al actuar y por eso hace y dice muchas cosas que debiera haber evitado.

Los impulsos son ciegos y por eso le llevan a muchas imprudencias.