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Año III, No. 6, Otoño 2015 ISSN: 2314-1204

Artículo

La política en los intelectuales, retrospectiva crítica

Leonardo Candiano

Universidad de Buenos Aires

[email protected]

Fecha de recepción: 04/03/2015Fecha de aprobación: 12/04/2015

ntroducción

l presente trabajo pretende relevar parte del largo recorrido de la crítica nacio-nal en referencia a los debates en torno al rol del intelectual durante los rebel-

des años sesenta en la Argentina en particular y en América Latina en general, a

partir del análisis y puesta en diálogo de una serie de estudios focaliados en dic!o eje"E#ste te$to no aspira a conformar un e$!austivo estado de la cuestión sobre el tema, sino %ue

realia un recorte bibliográfico con el fin de abordar determinados nudos problemáticos %ue lo es-

tructuran"

&ara ello, de los m'ltiples trabajos e$istentes al respecto retomo los libros Nuestros años

sesenta ()**)+, de scar erán). Intelectuales y poder en la década del sesenta ()**)+, de /ilvia /igal0.

ntre la plu!a y el "usil# debates y dile!as del intelectual re$olucionario en %!érica &atina (0112+, de

) erán, scar3 Nuestros años sesenta, 4uenos Aires, #l cielo por asalto, )**2"

0 /igal, /ilvia3 Intelectuales y poder en la década del sesenta, 4uenos Aires, /iglo 55I, 0110"

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http://www.reydesnudo.com.ar/


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6laudia 7ilman2. e Intelectuales y $iolencia pol'tica( 1)55*1)+3 (01)1+, de &ablo &ona8" A su ve,

rescato los artículos 9#l boom en perspectiva: ()*;*+, de , 9&areceres y digresiones en

torno a la nueva narrativa latinoamericana: ()*?8+, de @avid iñas B, 9Intelectuales3 Cescisión o

mímesisD: ()*?>+, de 4eatri /arlo; y 9La irrupción de la crítica" Introducción: ()***+, de /usana

6ella?"

A pesar de no focaliarse en la politiación del intelectual, el trabajo de ictoria 6o!en

Imac! ,e utop'as y desencantos( -a!po intelectual y peri"eria en la %r.entina de los sesenta ()**8+*

funciona como complemento %ue permite enri%uecer la mirada sobre las característicaspeculiares del problema" Asimismo, los estudios %ue se articulan alrededor de las distintas

vertientes del desarrollo del mar$ismo en el país y en el continente, como &a cola del diablo#

itinerario de ra!sci en %!érica &atina ()*??+, de Eosé Aricó)1, 9#l corpus mar$ista: ()***+, de

Foracio arcus)) y los artículos de Géstor Ho!an 9La rosa blindada, una pasión de los B1" #studio

introductorio: ()***+)0 y 9&ensamiento 6rítico y el debate por las ciencias sociales en el seno de la

revolución cubana: (011B+)2, nos orientan en los debates y las influencias fundamentales de la

2 7ilman, 6laudia3 ntre la plu!a y el "usil# debates y dile!as del escritor re$olucionario en %!érica &atina, 4uenos Aires,/iglo 55I, 0112"

8 &ona, &ablo3 Intelectuales y $iolencia pol'tica( 1)55*1)+3, 6órdoba, 4abel, 01)1"

> =ama, )-)1*"

B iñas, @avid3 9&areceres y digresiones en torno a la nueva narrativa latinoamericana: en =ama (ed"+, op" cit", )*?8,pp" )2->1"

; /arlo, 4eatri3 9Intelectuales3 Cescisión o mímesisD:, en unto de ista, Go 0>, 4uenos Aires, )*?>, pp" )-B"

? 6ella, /usana3 9La irrupción de la crítica: en istoria cr'tica de la literatura ar.entina# ol" 5, &a irrupción de la cr'tica,4uenos Aires, #mecé, )***, pp" ;-)B"

* 6o!en Imac!, ictoria3 ,e utop'as y desencantos# ca!po intelectual y peri"eria en la %r.entina de los sesenta, ucumán,Kniversidad Gacional de ucumán, Jacultad de Jilosofía y Letras, Instituto Interdisciplinario de #studiosLatinoamericanos, )**8"

)1 Aricó, Eosé3 &a cola del diablo( Itinerario de ra!sci en %!érica &atina, 4uenos Aires, /iglo 55I, 011>"

)) arcus, Foracio3 9#l corpus mar$ista: en istoria cr'tica de la literatura ar.entina# ol" 5 # &a irrupción de la cr'tica# 4uenos Aires, #mecé, )***" pp" 8B>->11"

)0 Ho!an" Géstor3 9#studio introductorio:, en &a rosa blindada# una pasión de los 60, 4uenos Aires, #diciones La =osa4lindada, )***"

)2 Ho!an, Géstor3 9&ensamiento 6rítico y el debate por las ciencias sociales en el seno de la revolución cubana: en-r'tica y 7eor'a en el pensa!iento social latinoa!ericano, 4uenos Aires, 6LA6/, 011B"

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cultura de la i%uierda latinoamericana en esos años"

6onsidero %ue la revisión de estos abordajes críticos muc!os de los cuales se !an converti-

do en verdaderos clásicos del pensamiento académico argentino resulta de suma importancia

!oy día para no caer en estereotipos teóricos ni en posturas precipitadas %ue imposibiliten una

compleja y profunda problematiación de nuestros objetos de estudio"

&olítica e intelectualidad" #ncerrados en el 9campo:

#n estos ensayos, dic!os autores plantearon la particularidad del espacio cultural en el país y en Latinoamérica fundamentalmente entre mediados de los años cincuenta y mediados de los

setenta del siglo 55" #l corpus crítico coincide en caracteriar dic!a etapa como de creciente poli-

tiación del intelectual y de notoria transformación cultural, procesos %ue advierten como conflu-

yentes" #s decir, la innovación promovida en las diversas áreas culturales !abría forjado una espe -

cífica forma de politiación del campo intelectual y a la ve esta inserción cada ve más manifiesta

en la política por parte de los pensadores argentinos y latinoamericanos repercutió sobre la prác-

tica específicamente cultural en curso de tal manera %ue en reiteradas ocasiones ambos !ec!osresultan difícilmente distinguibles"

/i bien se destaca como epicentro de esta situación la década del sesenta, se establece %ue el

proceso se originó con anterioridad mediante fenómenos políticos concretos como el derroca-

miento de Euan @omingo &erón en septiembre de )*>> (para el caso de los análisis referentes al

campo cultural argentino+ y la =evolución 6ubana de enero de )*>* (también para la situación na-

cional pero fundamentalmente para los estudios %ue, como el de 6laudia 7ilman o el de Géstor

Ho!an respecto de la revista cubana ensa!iento -r'tico, se abocan a esta problemática desde unaperspectiva continental+"

A estos !ec!os eminentemente políticos se agregan como aportes sustanciales para la re-

configuración del espacio intelectual en la Argentina la e$periencia cultural %ue desarrollaron las

revistas -ontorno ()*>2-)*>*+ en particular en sus 'ltimos n'meros, producidos luego de la caída

de &erón, l .rillo de papel/l escaraba8o de oro ()*>*-)*;8+, asado y resente ()*B2-)*B> y )*;2+, &a

rosa blindada ()*B8-)*BB+, Fichas ()*B8-)*BB+, -ristianis!o y re$olución ()*BB-)*;)+, &os libros ()*B*-

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)*;B+, Nue$os %ires ()*;1-)*;2+ y -risis ()*;2-)*;B+, entre otras" A su ve, se subraya %ue este pro-

ceso continuó, con sus singularidades, durante el primer lustro de la década del setenta !asta ce-

rrarse intempestivamente con el golpe cívico-militar comandado por el 7eneral Eorge =afael ide-

la en )*;B nuevamente, para el caso argentino, y con el advenimiento de constantes golpes

militares en otros países de nuestra América Latina"

odos estos trabajos consideran especialmente los elementos conte$tuales, a los %ue se le

dedica un considerable espacio y una atenta refle$ión, lo %ue de este modo subraya la estrec!a re-

lación entre práctica intelectual (o literatura para a%uellos trabajos abocados a la producción ar-

tística+ y sociedad, %ue, si bien relevada como insoslayable en a%uellos enfo%ues %ue tienen en

cuenta tal relación, aun en los escritos en los %ue parece distanciarse la esfera cultural del conte$-

to social y político se convirtió y e$plicitó como una cuestión ineludible en esos tiempos espe-

cíficos" #l 9clima de época: de esos años, seg'n estos autores, se caracterió por el optimismo ante

la posibilidad de una transformación inmediata y estructural de la sociedad en todos sus aspectos,

lugar desde el %ue analian los procesos estrictamente culturales"

scar erán trabaja sobre la conformación de la nueva i%uierda intelectual argentina du-

rante los años )*>B-)*BB, caracteriados desde su perspectiva por una profunda politiación de la

cultura en la cual la autonomía de la práctica intelectual no estuvo en un principio puesta en ries-

go, sino %ue se anudó con las ansias colectivas de transformación social" oderni9ación y politi9a*

ción se !abrían retroalimentado mutuamente seg'n la mirada de este ensayista" #sta situación,

para erán, se modifica luego del golpe del 7eneral nganía, cuando lo político se !abría impues-

to y con ello se desdibujaron las posibles especificidades culturales3

Al producirse ese golpe demasiado anunciado con importantes apoyos dentro de la sociedad civil, la

franja crítica de la cultura argentina fue uno de los blancos de sus iras tradicionalistas" #n esa noc!e dela democracia argentina, a%uella otra célebre de los bastones largos fue para diversos componentes dedic!a franja la verificación cabal de %ue todos los caminos institucionales de la cultura se !abíancerrado para siempre, y %ue con ello era la autoidentidad misma del intelectual la %ue debíamodificarse, en un proceso en el cual la relación !asta entonces entablada desde la cultura !acia lapolítica bascularía !asta amenaar con canibaliar desde la política tout court el ámbito específico del%ue!acer intelectual)8"

erán ubica al e$istencialismo y al compromiso sartreanos como el cuerpo de ideas funda-

)8 erán, scar, op" cit", )**2, p" )>*"




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mental del cual la nueva intelectualidad de i%uierda se nutrió para enfrentar tanto al acade!icis*

!o como al liberalis!o, a la ve %ue la diferenciaba de la i%uierda tradicional representada en el

país por los partidos /ocialista y 6omunista" /in embargo, advierte %ue también se presenta una

influencia cada ve mayor de las ideas de Antonio 7ramsci y su noción de intelectual or.nico3

Ambos tipos Mel comprometido y el orgánicoN no responden necesariamente a una secuencia temporalsino %ue pueden superponerse y entrelaarse, y por eso si el primero !abla a sus pares y a la sociedadmientras el segundo intenta más bien dirigirse al pueblo o a la clase obrera para apoyarse sobre ellos ydesempeñar su misión, entre ambas estructuras se producen líneas de pasaje y de préstamo %ue definenidentidades más complejas respecto de a%uellas otras adscribibles con mayor nitide a alguno de lostipos ideales puros)>"

Asimismo, describe cómo la nueva intelectualidad argentina llega al mar$ismo a través de

estos dos autores pero también con la lectura en clave !egeliana de los anuscritos econó!ico*

"ilosó"icos de 144, con la revolución castrista cuya influencia se despliega sobre todo el

continente americano, con la renovación postconciliar del cristianismo luego de )*B>, con la

eoría de la @ependencia y con las crecientes posturas antiimperialistas de vastos sectores de la

población. todo lo cual confluye en la aparición de un mar$ismo !eterodo$o y !umanista, crítico

de los dogmas soviéticos y del re"or!is!o de los socialistas argentinos, y suma como aspecto

central de la nueva i%uierda intelectual y política %ue surge en ese tiempo, la relectura del

fenómeno peronista"

ales rasgos establecen la diferenciación primero y enfrentamiento después entre los inte-

lectuales críticos u orgánicos por un lado y los liberales o 9especialistas: por el otro, diferencia-

ción y enfrentamiento %ue con el correr de los años se irán profundiando !asta constituirse en

antagonismo" Ambos sectores promoverán una profesionaliación de la tarea intelectual con im-

plicancias políticas diversas" #n Nuestros años sesenta se propone %ue, mientras la política era elsustento del intelectual crítico, en otros espacios como por ejemplo el semanario ri!era lana o

el Instituto @i ella, se establecía 9el modelo de un joven educadamente inconforme pero no con-

testatario (O+" La moderniación %ue ri!era lana promueve y e$presa e$ige la eliminación de la

conflictividad política:)B"

)> Ibíd", p" ))"

)B Ibíd", pp" ;?-;*"




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/i bien rescata las posturas de ambos sectores, unos ligados, con e$plícitas influencias e$is-

tencialistas, a las nociones más politiadas respecto del rol del intelectual, y otros considerados

9académicos: %ue tendrán la !egemonía universitaria y apelarán al carácter autónomo %ue debie-

ra tener la producción de conocimiento (los primeros encuadrados en un comieno bajo los pará-

metros de la revista -ontorno y los segundos a través, fundamentalmente, de I!a.o undi ()*>2-

)*>>+, dirigida por Eosé Luis =omero+, el te$to se centra en la nueva intelectualidad contestataria,

la cual retoma y !ace confluir categorías nacional-populares, mar$istas y sartreanas" #l paso de

los años a!onda la crítica de estos pensadores !acia el liberalismo al %ue se vincula con la oli-

gar%uía nacional y el imperialismo y no con el pro.reso y !acia el academicismo y la presunta po-sibilidad de una prescindencia política del arte y la ciencia por parte de los 9especialistas:"

#l mismo año de aparición de Nuestros años sesenta, /ilvia /igal publica Intelectuales y poder en

la década del sesenta# donde en términos generales sostiene similares tesis y una misma periodia-

ción %ue erán" /igal parte de una noción amplia de la figura de intelectual %ue le permite incluir

en ella a diversos actores sociales, tanto científicos como artistas, educadores y otras profesiones

%ue comienan a ganar terreno en esos años" /igal no sólo comparte con erán la noción de %ue lo

político es pertinente para periodiar una !istoria cultural, sino %ue se basa en los mismos !ec!os

para realiarla, ya %ue también prioria el recorte de su objeto de estudio entre el golpe de #stado

contra &erón y el %ue sufre el radical Arturo Illia"

La autora analia fundamentalmente los años %ue van desde )*>> a )*BB, y en menor medi-

da, desde )*BB !asta inicios de los setenta" #n una primera etapa, observa una cultura !oderni9a*

dora y de gran autonomía, lo cual se modificaría desde su perspectiva posteriormente a )*BB,

cuando, a semejana de los planteos de erán, señala %ue todo pasa a ser pol'tico" ambién coincide

en su postura acerca de %ue esta prioriación de lo político no generó necesariamente la elimina-

ción de toda autonomía cultural3

La manera como se e$plicitaba en la época la nueva tarea del intelectual no lleva a concluir %ue laautonomía del campo cultural !aya sido li%uidada y %ue la figura del intelectual !aya desaparecido,puesta al servicio de la política" Al menos en la Argentina de esos años, la voluntad de someter locultural a lo político constituyó un ejemplo e$tremo de capacidad de elaboración cultural autónoma,erigiendo e imponiendo criterios políticos forjados por los agentes culturales mismos);"

); /igal, /ilvia, op" cit", 0110, pp" 0>)-0>0"




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6abe resaltar también %ue si bien inicia el período en )*>> por las condiciones de posibili-

dad para una transformación cultural generadas con la caída de &erón, señala %ue en los primeros

años de la autodenominada =evolución Libertadora no se observan variaciones culturales drásti-

cas" A nivel cultural los cambios se darían con mayor profundidad años después, apro$imadamen-

te a partir de )*>?, con el surgimiento de diversas instituciones, carreras universitarias y, sobre

todo, con el nacimiento en )*B0 de ri!era lana(

&ara esta autora, una de las características más salientes de los intelectuales de la época es

%ue repiensan no solamente el fenómeno peronista o la sociedad en la %ue están inmersos, sino

%ue, en primer lugar, refle$ionan sobre el mismo espacio intelectual %ue conforman y el rol %ue

detentan en una sociedad convulsionada" &or eso indica3

Pientras unos derivan su identidad de fuentes profesionales o institucionales, los otros, intelectualesprogresistas sin partido o crecientemente contestatarios en los suyos la buscan inseguramenteescrutando lo %ue fue, es o deberá ser su lugar en la sociedad)?"

Al igual %ue erán, destaca la división del frente intelectual antiperonista ni bien el peronis-

mo es e$pulsado del poder" &or un lado están los acadé!icos, por el otro, los co!pro!etidos3

#l primer lustro posperonista fue simultáneamente apertura a la moderniación y crisis de la unidadforjada en el antiperonismo" @os respuestas, por lo menos, se !icieron posibles, %ue materialiaban consus comportamientos una distancia entre esos componentes %ue no era, %uiás, inevitable" #n lo %ue!abía sido la tradición progresista del antiperonismo se fueron separando así dos onas de actividadintelectual" #n la primera, se encuentran con raíces en los circuitos privados %ue !abían crecidodurante el peronismo, las ciencias sociales %ue avanaban da capo en los claustros universitarios (O+"#n la segunda, en ámbitos no institucionaliados sino entramadas en obras, publicaciones periódicas yformas efímeras de organiación, están las autocríticas no pocas veces retóricas, la duda y lasrevisiones acongojadas, %ue veremos e$plicitadas en -ontorno. esos temas anuncian, en abiertocontraste con la franja moderniadora, el proceso pertina y proteiforme de b's%ueda de una identidadsobre los restos de la %ue fuera %uebrada por los cambios en la escena política argentina)*"

Pás de una década después, 6laudia 7ilman e$tiende el análisis al conte$to latinoamericanoa través de los distintos modos de relación entre intelectuales y política establecidos en los sesen-

taQsetenta en el continente" Al igual %ue los dos te$tos analiados con anterioridad, se basa en de-

claraciones, revistas y, en su caso, el vínculo entre los intelectuales y la =evolución 6ubana, %ue

funciona como pi$ote de todos los problemas %ue trata" #l libro trabaja la época %ue se inicia en

)? Ibíd", p" )0)"

)* Ibíd", pp" )00-)02"




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)*>* con el ingreso triunfal de 6astro a La Fabana y llega !asta mediados de los setenta, donde los

diversos golpes de #stado sufridos en América Latina lo !abrían clausurado definitivamente3 9#n-

tre la entrada en La Fabana de los guerrilleros vencedores de la /ierra Paestra y el derrocamiento

de /alvador Allende y la cascada de regímenes dictatoriales en América Latina !ay catorce años

prodigiosos" Kn período en el %ue todo pareció a punto de cambiar: 01" Internamente, divide la

época en dos subperíodos, uno %ue iría de )*>* !asta )*BBQB?, con !egemonía de la figura de inte*

lectual co!pro!etido, es decir, un tipo de trabajo intelectual %ue otorga la misma preocupación e

importancia a la participación p'blica como a la especificidad literaria. y otro subperíodo %ue va

desde )*BBQB? !asta mediados de los setentas, con predominio de la noción de intelectual re$olucio*

nario y, seg'n sus palabras, de un creciente 9antiintelectualismo: donde cobraría fuera la idea de

militancia social del intelectual en detrimento de su especificidad profesional" &ropone, a su ve,

tomando distancia de los dos estudios anteriores, %ue si bien !ay dos etapas con diferenciaciones

marcadas, el proceso desde finales de los cincuenta a inicios de los setenta es uno solo, ya %ue la

segunda etapa no puede comprenderse sin analiar la primera" Go son dos épocas diferentes sino

%ue son dos partes, con sus peculiaridades, de una misma época"

La autora trabaja un corpus !eterogéneo %ue recorre los mismos ejes %ue los te$tos de e-

rán y de /igal, pero se centra especialmente en las revistas culturales ya %ue las considera el espa-

cio en el cual se desarrolló el vínculo entre lo específico de la profesión y lo general del debate de

la cuestión p'blica, lo %ue permitió establecer la con$ersión del escritor en intelectual y ayudó a ela-

borar rápidamente una nue$a cultura latinoa!ericana, %ue serían dos de las características funda-

mentales de la época desde su perspectiva" @estaca la importancia de la literatura latinoamericana

no sólo en este continente durante los sesenta, sino a nivel mundial, pero a su ve la considera se-

cundaria en tanto ficción para el análisis de la politiación del escritor"

Kna de las singularidades de la etapa sería la inminencia de transformaciones revoluciona-

rias %ue se creía iban ine$orablemente a acontecer y %ue de !ec!o en 6uba ya se !abían iniciado"

#sto llevó a una politi9ación de todos los aspectos de la vida p'blica y a una visión revolucionaria

01 7ilman, 6laudia, op" cit", 0112, p" 2>"




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del mundo" La mirada se volvía, a su ve, !acia América Latina, ietnam, 6!ina, a través de un so-

cialismo alejado del modelo soviético, pues en medio de la mentada coe$istencia pacífica, el er-

cer Pundo estallaba en revoluciones"

7ilman e$plicita el lugar de agente social transformador %ue el intelectual llegó a detentar

en la época, y su creciente interés por formar parte del campo político" #n su polémico análisis de

la segunda etapa del período, centra sus críticas sobre la presunta 9!ostilidad: %ue la revolución

cubana !abría desarrollado para con los intelectuales a partir de la injerencia !egemónica de la

noción de 9intelectual revolucionario:, seg'n la cual se redefinía la función del intelectual en la

sociedad y se ponía el acento e$cluyente en prácticas políticas de acción directa por sobre postu-

lados críticos, estéticos o científicos" #sto, seg'n la autora, !abría afectado los criterios de legiti-

midad y valide del propio campo intelectual"

Aparece así la idea de una subordinación de la intelectualidad respecto de movimientos po-

líticos o gobiernos populares, y una ine$istencia de autonomía del campo cultural, !ec!o matia-

do por /ilvia /igal, como ya e$aminamos, y discutido profundamente por miradas como las de

Géstor Ho!an, como analiaremos con posterioridad"

#l 'ltimo capítulo de su libro lo dedica a la especificidad literaria" /e centra en los recursos

narrativos y en la politiación del !ec!o artístico" Analia el denominado nuevo realismo y la im-

portancia de la novela" A partir de a%uí plantea los posibles vínculos entre radicaliación social y

géneros literarios, y remarca la notoria ampliación de la noción de realismo desarrollada en el pe-

ríodo" /in embargo, destaca sobre todo la aparición de un arte de tipo documental %ue en literatu-

ra vendría a intentar ocupar el lugar de la novela fundamentalmente desde inicios de los setenta3

el estimonio"

#n Intelectuales y $iolencia pol'tica( 1)55*1)+3, &ablo &ona trabaja una temática similar pero

orientada fundamentalmente a uno de los efectos de la mentada politiación del intelectual3 el

paulatino aumento de la violencia y el desarrollo de la luc!a armada en la Argentina" #l lapso %ue

focalia va desde julio de )*>>, con el bombardeo a &laa de Payo, !asta )*;2 con el regreso de

&erón a la presidencia del país"




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Aun%ue, como mencionamos, su trabajo no se centra en el vínculo entre intelectuales y polí-

tica, el libro de ictoria 6o!en Imac! ,e utop'as y desencantos( -a!po intelectual y peri"eria en la %r*

.entina de los sesenta presenta una rigurosa indagación respecto de la cultura argentina del perío-

do" Allí analia las condiciones de posibilidad de la emergencia y consagración del denominado

97rupo de escritores de la periferia:, constituido por el jujeño Féctor ión, el mendocino Anto-

nio @i 4enedetto, el tucumano Euan Eosé Fernánde y el riojano @aniel Poyano" Asimismo, incluye

en su estudio trabajos sobre la obra de los bonaerenses 7ermán =oenmac!er y Faroldo 6onti, los

%ue también !abrían pretendido recuperar estética!ente al interior de una manera des!iti"icadora,

es decir, en sus palabras, ni heroica ni tel;rica"

&ara esto, la autora refle$iona sobre los discursos !egemónicos de la época, las rupturas es-

tablecidas en la tradición en el campo cultural de entonces y las transformaciones sociales %ue es-

taban en pleno desarrollo tanto en el plano nacional como internacional" /u intención es restable-

cer cómo funcionó la conciencia social dentro del más abarcador espacio de la cultura argentina"

@estaca la importancia %ue tuvo como !ito contracultural el peronismo en nuestro país a través

del cual la intelectualidad progresista descubrió una nueva Argentina y se recolocó tanto política

como culturalmente" &ropone al respecto3 9#l descubrimiento tardío del significado del peronismo

!a sido considerado la e$periencia fundamental de la generación de intelectuales y escritores

cuyo protagonismo se inicia precisamente el año de su derrocamiento, en )*>>:0B" Guevamente,

en esta mirada procesos políticos ligados a movimientos populares funcionan como pilares del de-

sarrollo intelectual nacional, en un lao %ue por momentos difumina las fronteras entre los cam-

pos"

&oliticidad de las letras" Algunas miradas sobre el 9boom:

Go podemos abordar la complejidad de las características de la crítica de la intelectualidad

de la época si no abordamos aun%ue sea sumariamente el denominado 9boom de la literatura lati-

noamericana: originado a mediados de la década del sesenta y los cambios %ue suscitó en el cam-

po intelectual continental" /i bien la !eterogeneidad analítica sobre este tema y la profusión de

0B 6o!en Imac!, ictoria, op" cit", )**8, p" 8*"




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la misma no pueden ser tomadas a%uí con e$!austividad, realiaremos un acercamiento a través

de una serie de ensayos %ue fueron publicados en s all del boo!: literatura y !ercado, libro com-

pilado por el crítico uruguayo


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iñas, Faroldo 6onti, =odolfo Rals!, Euan 6arlos netti, Eosé Paría Arguedas y Adriano 7onále

León podrían ser sólo algunos ejemplos"

emos, así, %ue para


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tor a través de un mercado realmente e$istente, lo %ue permite considerarlo como un trabajador

inmerso en la sociedad"

&ara este autor, el 9boom: y la noción de una 9nueva: narrativa de América Latina no puede

entenderse en su cabalidad sin 9el más reciente !o!ento caliente de la revolución cubana el cual

no sólo refracta su dramaticidad inaugural sino %ue es uno de los pivotes y rampas de lanamiento

fundamentales de la nueva narrativa latinoamericana:0;" Así, 9si de bestsellerismo !ablábamos

con motivo de lo más notorio del b'm, en los bordes de esa especificidad (subrayándola y negán-

dola al mismo tiempo+ reposan los te$tos de #rnesto 7uevara: 0?" La nueva narrativa latinoameri-

cana, entonces, no es tanto o por lo menos, no solamente la del 9boom: sino la %ue está en sus

contornos" #s una narrativa politiada, apegada a su conte$to, nacida de las preguntas y preocu-

paciones %ue el pueblo latinoamericano se !io en esos tiempos y de las prácticas %ue se genera-

ron para lograr una radical transformación social, es !ija de la luc!a de clases, lo cual motivó una

escritura 9desordenada e incompleta, McuyoN aporte más considerable (O+ es la concepción y reali-

ación de te$tos como alteridad reconocida" @e la escritura como otredad dialectiada: 0*" #sta

propuesta se argumenta profusamente con la opción analítica elegida por el autor respecto del

vínculo entre literatura y sociedad" #n detrimento de las posturas más 9autónomas: del !ec!o li-

terario, iñas sostendrá la necesidad de entender la literatura y la práctica intelectual en su

conjunto como una peculiar producción social realiada en un tiempo y lugar específico3

Lo específico de la literatura no se agota en su especificidad3 por%ue la tan trajinada libertad ni seproduce ni se la descifra en cabalidad sólo desde esa especie de en s'( /uerte de epo8é o de puesta entreparéntesis (legítima y fecunda, desde ya, cuando se la entiende como un momento analítico o deenfriamiento, pero %ue en los pasos siguientes necesita integrarse en las infinitas, in%uietantes yapasionantes series" Wue sí recuperarán el suceso, pero inscripto en el proceso+" #sto es, en la !istoria" X

perdonen la tristea3 en la !istoria entendida como luc!a de clases" @esde ya, con sus formacionesatípicas, inesperadas, diversas y !eterodo$as %ue puede adoptar" Xa %ue esa en su más amplio debate es la dinámica imborrable donde se produce un te$to, desde donde se lo vende y consume" X desdedonde conjeturalmente se lo lee y se lo critica21"

0; iñas, @avid, op" cit", )*?8, p" 2*"

0? Ibíd", p" 2*"

0* Ibíd, p" 8*"

21 Ibíd(# p" 01"




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/uceso inscripto en un proceso, peculiaridad %ue no logra agotarse en sí misma" @esde esta

forma de entender la literatura iñas critica la 9indiscutible autonomía: de las letras, generadora

de una obtusa 9microcrítica: %ue 9si resultaba legítima al trabajar con te$turas y entramados mi-

nuciosos, iba desvaneciendo cual%uier posibilidad de síntesis y de comprensión global:, es decir,

prescindía 9del cómo y del dónde y del por %ué y para %uién de la novela en América Latina:" X

también 9@el cómo y del dónde y del por %ué y para %uién de la literatura" X, en 'ltimo análisis,

del cómo y del dónde y del por %ué y para %uién de cada uno de nosotros mismos: 2)" #ste motivo

lleva a iñas a recordar, junto a 6ortáar, a otros tres escritores vinculados a la nueva narrativa de

América Latina, cuestionadores de la sociedad y, sobre todo, de sí mismos3 =odolfo Rals!, Faroldo6onti y &aco Krondo, %uienes 9sin estruendos ni e$traterritorialidades (O+ !abían comprendido y

comprobado precisamente a través de la mediación de sus prácticas concretas %ue lo específi-

co de la literatura no se agota en su especificidad: 20" &ara iñas, la literatura 9en su andadura más

íntima solicita un referente3 el mayor referente %ue es el mundo" X si el mundo es un te$to, todo

te$to es un mundo:22"

#n resumen, iñas reivindica la nueva narrativa latinoamericana a la ve %ue cuestiona al

9boom:, ante el cual propone vincularnos con otras series de nuestra literatura %ue cuestionan el

detenimiento conceptual en la mera especificidad y se ligan a la militancia social, imposibles de

comprender sin los escritos de 7uevara y la =evolución 6ubana3 la de Rals!, la de 6onti, la de

Krondo" &odemos agregar3 la de él mismo"

&olítica y cultura" #l élan mar$ista

odos los críticos mencionados coinciden en especificar el auge del mar$ismo en el período

considerado, pero es Foracio arcus %uien describe con minuciosidad el desarrollo de la tradición

mar$ista dentro del campo cultural y político argentino entre )*>> y )*;B, presentándola como

determinante en la !oderni9ación cultural del país" #ste auge del mar$ismo se da en un momento

2) Ibíd, pp" 08-0>"

20 Ibíd", p" 8?"

22 Ibíd", p" >1"




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de profunda renovación teórica y de relecturas políticas con la consiguiente pérdida de !egemo-

nía de la ortodo$ia comunista ante el ascenso de la denominada nueva i%uierda3

#n el período %ue nos ocupa, está todavía presente la !erencia de la vieja generación, pero la líneafundamental va del cuasi-monopolio del mar$ismo por los comunistas a su creciente pérdida de!egemonía a favor de la nueva i%uierda" #n un proceso %ue va del &6 al &=, pasando por los m'ltiplesgrupos políticos y formaciones culturales de la nueva i%uierda, del libro a la revista, y de la revista alfascículo de tirada masiva, este proceso de irradiación cultural acompaña y alimenta un proceso decreciente radicaliación social y política %ue sólo va a interrumpirse abruptamente con el golpe militarde )*;B28"

#l autor destaca la !ibridación del mar$ismo con otras corrientes anar%uismo, cristianis-

mo y, fundamentalmente, el nacionalismo popular encarnado por el peronismo y con las cien-

cias sociales de la época, y establece la influencia %ue este pensamiento tenía incluso por fuera de

la propia i%uierda argentina" arcus remarca la preponderancia de las concepciones !umanistas

en este 9nuevo mar$ismo:, en particular leídas en clave sartreana o gramsciana, sin olvidar la im-

portancia del 9redescubrimiento: de LuSács en esos tiempos" /in embargo, aclara %ue desde me-

diados de los años sesenta la mirada estructuralista, en particular a través de los escritos de Louis

Alt!usser, se convierte en determinante en nuestro campo intelectual, y con ello, el mar$ismo

modifica sus paradigmas e incluso su lenguaje"

@entro de este conte$to, arcus se !ace un espacio para rescatar a figuras ol$idadas o menos-

preciadas del mar$ismo argentino, verdaderos 9francotiradores intelectuales: %ue muc!as veces

desde una absoluta soledad o como parte de min'sculos grupos aportaron notoriamente con sus

análisis a la renovación de la i%uierda argentina" #n lo %ue es un sumario adelanto de sus futuros

trabajos, nombra a =odolfo Pondolfo, 6arlos Astrada, Féctor =auric!, /ilvio Jrondii y Pilcíades

&eña, a los %ue agrega a los más renombrados pensadores del nacionalismo de i%uierda, como =a-

mos, 6ooSe, Fernánde Arregui y &uiggrós, como fundamento para subrayar la pretensión de con-

fluencia %ue prevaleció en diversos sectores tanto del pensamiento mar$ista como del pensamien-

to nacionalista popular3

Los sesenta asistirán a lo %ue dio en llamarse la radicaliación del populismo (o en la jerga de loscomunistas, el .iro a la i9*2>"

28 arcus, Foracio, op" cit", )***, p" 8BB"




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odo este proceso cultural y político %ue enri%ueció notoriamente al campo intelectual ar-

gentino se clausuró para arcus con el advenimiento de la dictadura militar comandada por Eorge

=afael idela a partir del 08 de maro de )*;B, momento en el cual las condiciones de posibilidad

de esta clase de discursos y prácticas sociales sufrieron una transformación dramática3

La dictadura militar, instaurada el 08 de maro de )*;B, no sólo vino a poner fin a la efervescencia social y la radicaliación política. entre sus objetivos e$plícitos, estaba borrar la tradición mar$ista de lacultura argentina2B"

@esde una postura inserta en el pensamiento militante, en su estudio introductorio a &a rosa

blindada# una pasión de los 60 Géstor Ho!an subraya una serie de características comunes de la épo-

ca y se centra en los rasgos particulares %ue tuvieron el desarrollo del mar$ismo y la nueva i-

%uierda en nuestro país y en América Latina en un conte$to de radicaliación política mundial3

La década del B1 estuvo caracteriada en la Argentina y en el mundo por un alto grado deindisciplina laboral, en momentos en %ue !abían entrado en crisis las formas de disciplinamiento socialpropias de la segunda guerra mundial" #sa oleada mundial asumió en nuestra !istoria específicacaracterísticas irreproducibles (O+" #ran los tiempos signados por la influencia encendida de larevolución cubana (y como parte de ella por el guevarismo+ %ue atravesó y modificó entre nosotrostodas las tradiciones políticas y culturales, desde el peronismo y el comunismo, !asta el trotsSismo, elnacionalismo cultural e incluso a la iglesia católica2;"

/i bien se detiene particularmente en la e$periencia de la mencionada revista, a la %ue pro-

pone como una de las más completas e$presiones culturales de esta nueva i%uierda argentina,

describe también la influencia de los procesos tercermundistas y de liberación nacional para la to-

talidad del campo cultural y político argentino" Así como en lo literario, en lo económico y en lo

filosófico, se desarrollaron también crecientes y particulares renovaciones en otros campos de la

cultura argentina, por lo %ue se instituyó un proceso de profunda transformación general" &ero si

en algo decide detenerse la mirada de Ho!an a la !ora de esgrimir la particularidad de los sesenta

es en el guevarismo y su notoria influencia en la política y en la cultura, con el consiguiente privi-

legio de la subjetividad, su enfo%ue !umanista del mar$ismo y la prioriación de la ética en la vida

social y política" #stas concepciones e$plican el lugar central %ue la práctica intelectual ocupó en

la época y se encuentran en la base del crecimiento de una cultura contra!egemónica"

2> Ibíd", p" 8?2"

2B Ibíd", p" 8**"

2; Ho!an, Géstor, op" cit", )***, pp" 0)-00"




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@esde esta lectura, el guevarismo influyó no sólo en las organiaciones políticas y en las es-

trategias guerrilleras desarrolladas en el continente, sino %ue se introdujo !asta en los aspectos

más capilares de la vida social argentina y fue determinante para el establecimiento de una nueva

cultura nacional y popular" &or esto, Ho!an remarca la posibilidad de encontrar vínculos entre los

postulados de 7uevara y los de Antonio 7ramsci3

6on esa operación ideológica %ue reconstituía la nutriente más rica del mar$ismo revolucionario el 6!eno !acía más %ue recuperar desde la revolución cubana, varias décadas después, la !erencia perdida %ue!abía dejado flotando 7ramsci con su periódico &=>rdine Nuo$o (#l rden Guevo+ y Pariátegui con surevista %!auta (sin olvidarnos del joven LuSács y sus colaboraciones durante )*)*-)*0) en la revista?o!!unis!us+" odos ellos, al igual %ue 7uevara, otorgaban a la cultura revolucionaria un lugar

privilegiado en la luc!a de clases contemporánea2?"

6ultura y política serán, entonces, dos ejes interdependientes en esta etapa !istórica del

continente americano a partir del auge de este renovado y !eterodo$o mar$ismo" /i por un lado

e$istía en la i%uierda ortodo$a un 9dualismo %ue separaba a la cultura de la política y terminaba

recluyendo la cultura en un ámbito cerradamente superestructural y epifenoménico: 2*, la nueva

i%uierda pondrá en cuestión tales lecturas como uno de los ejes constitutivos de su propia raón

de ser" La cultura no se circunscribirá, por lo tanto, a un 9campo:, sino %ue con sus especificidades

será parte activa de un proceso social más general" A contramano de los planteos de 7ilman y de

/arlo, incluso debatiendo los dic!os de erán y de /igal, Ho!an aclara %ue ello no generó un des-

precio de la práctica intelectual o una invasión de la política sobre el espacio cultural" @e !ec!o,

su propuesta cuestiona a %uienes se amparan en las distinciones de 9campos: para discutir la poli-

tiación cultural de los sesenta3

@urante los años ?1 se puso de moda en la academia argentina y en otras academias latinoamericanasrecurrir a la terminología del joven &ierre 4ourdieu (principalmente la noción de campoY,contrapartida en su obra de la noción de !abitusY+ para e$plicar la génesis, desarrollo y consolidación

de los grupos intelectuales" Panipulando a piacere a%uellos te$tos de 4ourdieu, algunos intelectuales e$mar$istas (autodenominados en forma presuntuosa postmar$istasY+ legitimaban de este modo sua..iorna!iento y su ingreso a la socialdemocracia" #l gran error de los años B1 arriesgaban en sus papers académicos fue no respetar la profesionalidad de los campos intelectuales" La política todo loinvadióY" Así, separando tajantemente al campoY intelectual del campoY político fundamentaban suconversión en burócratas profesionales y tecnócratas académicos81"

2? Ib'd", p" 80"

2* Ib'd", p" 8)"

81 bíd", p" *"




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#sta crítica culmina con una postura antagónica a la e$presada, por ejemplo, por 6laudia

7ilman" Ho!an señala %ue la práctica política, en particular la considerada 9revolucionaria:, pre-

tende desvirtuar raigalmente las estructuras e$istentes y no puede, por lo tanto, considerarse e$-

terna a la cultura, sino como una parte constitutiva de ella" Go !ubo, entonces, una 9politiación

e$cesiva:, ni en la década del sesenta en general ni luego de )*BB o de )*B?, como se lee en gran

parte de la crítica cultural reseñada" &or el contrario, escindir ambas esferas lleva a parcialiar de

tal modo la mirada %ue impediría acceder a una comprensión del proceso en cuestión" #sta postu-

ra es semejante a la e$presada por mar Ac!a al analiar el te$to de 7ilman, cuando señala %ue

los planteos de la autora 9están adocenados en una interrogación sobre la politiación del campode las letras, cuando Men ese período %ue investigaN las formas de las e$periencias estaban raigal-

mente entrecruadas:8)"

#n su análisis sobre la revista cubana ensa!iento -r'tico ()*BB-)*;)+, titulado 9&ensamiento

6rítico y el debate por las ciencias sociales en el seno de la revolución cubana:, Ho!an refuera las

nociones centrales vertidas en su te$to respecto de &a rosa blindada" Indica %ue los golpes militares

y gobiernos totalitarios %ue impusieron el neoliberalismo en el mundo fueron un contraata%ue

burgués contra la ofensiva anticapitalista de los sesenta, momento en el cual el orden social vi-

gente !abría padecido una crisis de !egemonía a escala continental y mundial3

La indisciplina y la rebelión %ue marcaron a fuego los años B1 no fueron 'nica ni e$clusivamentepolíticas (O+" &ara dar cuenta de los años B1 no puede tampoco prescindirse de la dimensión cultural"/ucede %ue lo %ue !asta entonces !abía sido un postulado teórico (tan caro al mar$ismo !istoricista deun LuSács o al culturalista de un 7ramsci+ se e$perimentó a partir de allí como un dato evidente de lamisma realidad (O+" Go sólo se res%uebrajaba el orden social, económico y político del capital a nivelmundial" ambién entraba en crisis su dominación cultural" &a cultura como señaló por entonces unestratega militar de las Jueras Armadas argentinas Msiris illegasN es parte de la .uerra re$olucionaria(O+" Go sólo se res%uebrajaba el orden social, económico y político del capital a nivel mundial" ambién

estaba en crisis su dominación cultural80

"

A esto es a lo %ue llama Ho!an, siguiendo a 7ramsci, una crisis de !egemonía"

6oincidiendo con la caracteriación de la época %ue promueve Ho!an, diversa es la conclu-

sión de Eosé Aricó en su libro &a cola del diablo# itinerario de ra!sci en %!érica &atina, donde efect'a

8) Ac!a, mar3 9La moderniación difícil y el campo intelectual3 dos categorías problemáticas: en @n re$isionis!ohistórico de i9


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un e$amen del itinerario gramsciano en nuestras tierras y, con él, la reconstrucción de las peripeciasintelectuales y políticas de un grupo %ue ya desde fines de los años cincuenta se propuso entre otrascosas encarar la difusión de sus escritos y la apropiación del ri%uísimo flujo de ideas %ue de ellosemanaba82"

#l grupo al %ue !ace alusión en el fragmento citado no es otro %ue el %ue pasó a conocerse

en los años sesenta como asado y resente" @e !ec!o, el te$to se detiene casi con e$clusividad en la

!istoria y las posturas e$puestas por éste" Así, Aricó convierte el itinerario de 7ramsci en América

Latina en una reconstrucción de un fenómeno de difusión cultural como el de la revista %ue lo

tuvo entre sus principales colaboradores"

Eustamente, este libro reviste particular interés por%ue otorga una visión pormenoriada de

una de las e$periencias más representativas de la nueva i%uierda argentina" &rácticamente todos

a%uellos jóvenes %ue fundaron esa revista fueron discípulos de Féctor &ablo Agosti !asta %ue su-

frieron la e$pulsión del &artido 6omunista Argentino en )*B2 por sus posturas gramscianas y por

sus críticas a la dirección de la organiación en la %ue militaban" La descripción de la etapa %ue

nos concierne realiada allí es de suma utilidad para indagar en la manera en %ue se leyó a 7rams-

ci en los sesenta y setenta en nuestro país, es decir, para problematiar cuáles fueron los aspectos

fundamentales del pensamiento del militante sardo %ue la nueva i%uierda argentina retomó y

%ue formaron parte junto con otras propuestas como las de /artre, Lu$emburgo, LuSács, 7ueva-

ra, 6astro, Pao de una profunda y estructural renovación teórica y práctica del mar$ismo, así

como también sirvieron para señalar la dimensión política de toda actividad cultural" #l balance

%ue propone Aricó de la etapa comprendida es a'n más furibundo %ue el de 4eatri /arlo" ilda de

espe8is!o re$olucionario, irresponsabilidad pol'tica, autoritaris!o, do.!atis!o y otras tantas frases del

mismo estilo a la luc!a revolucionaria emprendida en los sesenta" #ste intelectual e$pone de este

modo un !ea culpa propio del momento de enunciación los años oc!enta, cuando, como e$-

presamos respecto de los dic!os de /arlo, la teoría de los dos demonios !egemoniaba el pensa-

miento sobre la época" Al respecto no podemos obviar %ue el propio Aricó formaba parte entonces

del alfonsinismo"

/i es evidente %ue desde esta posición buscó, en lo %ue también fue una postura muy difun-

82 Aricó, Eosé, op" cit", 011>, p" 0>"




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dida en los años oc!enta, reto!ar a 7ramsci como un intelectual primordial para la manutención y

el desarrollo de la democracia en la Argentina a partir de )*?2, poco aporta esa intención a este

análisis. lo %ue no podemos obviar es la relevancia del estudio de Aricó sobre las características

del gramscismo en el país"

@e una u otra manera, todos estos te$tos permitieron abordar diversas aristas de la proble-

mática centrada en el vínculo entre intelectualidad y poder, y el rol del intelectual en la sociedad,

a partir de la e$periencia vivida en los años sesenta en nuestro país en particular y en América La-

tina en general"

6rítica de la crítica"

6omo señalamos en la 9Introducción: de este trabajo, durante las páginas precedentes se

pretendió indagar en las miradas de la crítica argentina respecto del vínculo entre intelectualidad

y política fundamentalmente en los años sesentaQsetenta mediante un estudio analítico y compa-

rativo del material publicado por diversos ensayistas %ue en las 'ltimas tres décadas !an diseñado

te$tos %ue son !oy !erramientas ineludibles a la !ora de abordar tal período y objeto de estudio"

#n dic!o corpus, se concluye %ue e$iste una coincidencia respecto de %ue se trató de una

época de creciente participación del intelectual en la luc!a de clases argentina, lo %ue coincidió

con una transformación estructural del campo intelectual en su conjunto (%ue la gran mayoría de

los trabajos denominan 9moderniación cultural:, !ec!o %ue !a generado, a su ve, nuevas con-

troversias88+" Asimismo, estos estudios destacan unánimemente la importancia de las revistas cul-

turales como espacios en los %ue los intelectuales pasaron en la época de lo específico de su cam-

po a lo político como una forma de intervención p'blica sobre su coyuntura"

/in embargo, resulta notoria la e$istencia de una mirada académica !egemónica %ue, en

mayor o menor grado y con sus matices, pone énfasis en la 9invasión: sufrida por el campo cultu-

ral respecto de la práctica política" rabajos como los de Géstor Ho!an y, en referencia a lo estric-

tamente literario, los de /usana 6ella,


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la imposibilidad de constituir un campo cultural más o menos aséptico en una etapa en la cual lo

político instituyó las prácticas culturales"

La coincidencia respecto de la importancia del pensamiento de Eean &aul /artre, Antonio

7ramsci y #rnesto 7uevara, y la presencia de !ec!os políticos como, entre otros, el 7olpe de )*>>

a Euan @omingo &erón, la proscripción del movimiento peronista, el triunfo de la revolución cuba-

na y el advenimiento de golpes militares en todo el continente, como mojones !istóricos %ue per-

miten periodiar una etapa cultural, parecen dar fundamento a los planteos %ue se referencian en

la dificultad de considerar una eAternidad y posterior in$asión a los !ec!os sociales y políticos

de esa envergadura respecto de las prácticas culturales" #n cambio, se evidencia %ue en una etapa

revolucionaria, la pra$is recortada a la pol'tica parece e$tenderse más allá de nuestras actuales

perspectivas" #n esa intencionalidad de proyectos, prácticas y poéticas radicaba la promoción de

un nuevo estatuto para el intelectual en relación con lo social y una renovación estructural de su

especificidad"

La etapa considerada por la crítica analiada supone un momento particular en la diacronía

de la cultura argentina por las peculiaridades %ue permiten definirla como un campo relativa-

mente !omogéneo en el cual, aun en sus diversidades, puede observarse una clara !egemonía res-

pecto de concepciones acerca del lugar del intelectual, la función del escritor, la relación entre

pensamiento y acción, la conformación de ámbitos intelectuales en los %ue confluían preocupa-

ciones estéticas y políticas. lo cual, acudiendo a un antiguo concepto utiliado ya por /usana 6ella

en el prólogo del omo 5 de la istoria cr'tica de la literatura ar.entina dirigida por Goé EitriS, &a

irrupción de la cr'tica ()***+, permite sostener la e$istencia de un 9clima de época: contestatario

originado por m'ltiples y !eterogéneos fenómenos de índole política, social y cultural %ue moti-

varon a su ve en el espacio intelectual el surgimiento de condiciones específicas de producción,

distribución y recepción"

#l recorte temporal !oy día ya cristaliado se constituye a partir de años políticamente em-

blemáticos para nuestro país %ue refieren indudablemente a sucesos !istóricos fácilmente recono-

cibles" /in embargo, esta clase de periodiación no supone una postura seg'n la cual las transfor-

maciones !acia el interior del campo intelectual se generen como corolario mecánico de los ava-




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tares de los procesos !istóricos" &or ello este análisis, si bien entiende la obvia especificidad del

campo intelectual teniendo en consideración su relativa autonomía respecto del campo de poder.

al mismo tiempo discute con la presunción de una supuesta conta!inación de la actividad intelec-

tual ante el establecimiento de fuertes vínculos con lo %ue genéricamente denominamos la reali*

dad pol'tica o social"

&or otra parte, en los estudios referentes a las posturas asumidas por los intelectuales en el

proceso argentino desarrollado en esta etapa !istórica a%uí reseñados se observa %ue la crítica !a

prioriado un análisis general sobre el campo intelectual nacional yQo continental, basada en el

estudio de revistas político-culturales, posicionamientos e$presos de los intelectuales, participa-

ción de los mismos en organiaciones políticas yQo político-militares, intentos de conformación

de organiaciones culturales, cuerpo de ideas !egemónicas en el período, renovaciones teóricas,

biografías intelectuales, etc" #l resultado de tales análisis demuestra %ue la cultura no fue concebi-

da en tanto construcción intelectual de una élite ilustrada y distanciada de los m'ltiples actores de

los diversos procesos sociales, incluidos los intelectuales, sino como un producto %ue debía ema-

nar de su comunidad. la sistematiación de las prácticas sociales cotidianas y no solamente e$pe-

rimentación técnica engendrada por especialistas aislados" al como /aid !a señalado3 9la vo del

intelectual es solitaria, pero su resonancia se debe 'nicamente al !ec!o de asociarse libremente

con la realidad de un movimiento, las aspiraciones de un pueblo, la prosecución com'n de un

ideal compartido:8>" A esto !abrían ofrecido su práctica intelectual los autores de la generación

del sesenta" #stas nociones entroncan con el espacio %ue en la época se le concedió a la cultura

como parte de la luc!a política revolucionaria, donde no se la consideró una mera 9superestructu-

ra: %ue reflejaba pasivamente las relaciones sociales de producción" &or el contrario, la práctica

cultural y la función de los intelectuales se advirtió como un componente indispensable en el cual

también !abía %ue detenerse a la !ora de interpretar la compleja realidad de las sociedades en las

%ue se pretendió realiar un cambio revolucionario"

#n este período del continente americano y del país, la cultura no se circunscribió, por lo

8> /aid, #dVard: Bepresentaciones del intelectual, 4uenos Aires, &aidós, )**B, p" )1;"




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tanto, a un 9campo específico:, sino %ue con sus peculiaridades fue parte activa de un proceso

más general" Así, el vínculo entre ambas facetas la cultural y la política aparece a la ve media-

tiado por la especificidad de cada campo como insoslayablemente e$istente"

@e lo planteado se deducen los rasgos definitorios de todo un momento !istórico, en el cual

se verifica una ascendente radicaliación política y social %ue tuvo entre sus principales debates

en el área %ue nos atañe el de discernir el rol del intelectual durante procesos transformadores y,

en términos generales, el lugar de la cultura para la constitución de un nuevo ser" #ste lugar cen-

tral dado a la cultura en la luc!a de clases ubicó a los intelectuales en una posición de creciente

protagonismo en el surgimiento, consolidación y profundiación de un proceso revolucionario fi-

nalmente derrotado, lo cual, a su ve, motivó la profusa cantidad de análisis críticos, de los cuales

a%uí pretendimos analiar los más relevantes"


Documents

(1) CANDIANO_la política en los intelectuales 020616.pdf