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EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES: REFLEXIONES A LA LUZ DEL HABEAS CORPUS A FAVOR DE GIULIANA LLAMOJA Natalia Torres Zúñiga Recientemente el Tribunal Constitucional resolvió un habeas corpus fundado en parte a favor de Giuliana Llamoja (sentencia recaída en Exp. 0728-2008-PHC-TC). En concreto, el TC declaró fundado el extremo que solicitaba la nulidad de la sentencia emitida por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y de la Tercera Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima; e improcedente en el extremo que solicitaba su inmediata libertad, en razón a que la nulidad no alcanza a la sentencia condenatoria emitida por la Sala Superior Penal. Los fundamentos del TC para declarar fundado el Habeas Corpus se basaron en la afectación del derecho a la debida motivación de las sentencias en la que incurría la sentencia condenatoria de la accionante. A partir de esta sentencia, queremos hacer referencia al derecho a la motivación en el ordenamiento peruano, el contenido del mismo, las formas en que se vulnera el derecho, los requisitos para la debida motivación, los mecanismos procesales para cuestionar una resolución judicial que afecte este derecho, la debida motivación en el caso de Giuliana Llamoja, entre otros temas. Creemos que abordar este tema es importante porque el TC, de forma reiterada, ha venido conociendo amparos o habeas corpus contra resoluciones judiciales y en ese sentido, es importante sistematizar la información sobre el tema a partir de dichos fallos, analizarlos a la luz de la doctrina y finalmente que la comunidad jurídica tenga presente la forma en como se viene entendiendo el funcionamiento y la procedencia del amparo contra resoluciones judiciales, así como las exigencias mínimas de una debida motivación. I. Concepto de motivación de las resoluciones judiciales El concepto de motivación se refiere a la justificación razonada que hacen jurídicamente aceptable a una decisión judicial. La motivación, señala Colomer, “es sinónimo de justificación y por ello la esencia de este concepto se encuentra en que su decisión es conforme a derecho y ha sido adoptada con sujeción a la ley” 1 2 . No basta entonces que se explique cual Profesora adjunta en el seminario de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú. La autora agradece al doctor Juan Carlos Ruiz por los aportes para la elaboración del artículo. Igualmente, agradece la colaboración de Martha Zúñiga. 1 COLOMER HERNÁNDEZ, Ignacio. La motivación de las sentencias, sus exigencias constitucionales y legales, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 39 2 Es importante hacer una diferencia entre el término “justificación” y el término “explicación”. A diferencia del primer término, este último se refiere a colocar de manifiesto las razones que 1

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EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES: REFLEXIONES A LA LUZ DEL HABEAS CORPUS A FAVOR DE GIULIANA LLAMOJA

Natalia Torres Zúñiga

Recientemente el Tribunal Constitucional resolvió un habeas corpus fundado en parte a favor de Giuliana Llamoja (sentencia recaída en Exp. 0728-2008-PHC-TC). En concreto, el TC declaró fundado el extremo que solicitaba la nulidad de la sentencia emitida por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República y de la Tercera Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima; e improcedente en el extremo que solicitaba su inmediata libertad, en razón a que la nulidad no alcanza a la sentencia condenatoria emitida por la Sala Superior Penal. Los fundamentos del TC para declarar fundado el Habeas Corpus se basaron en la afectación del derecho a la debida motivación de las sentencias en la que incurría la sentencia condenatoria de la accionante.

A partir de esta sentencia, queremos hacer referencia al derecho a la motivación en el ordenamiento peruano, el contenido del mismo, las formas en que se vulnera el derecho, los requisitos para la debida motivación, los mecanismos procesales para cuestionar una resolución judicial que afecte este derecho, la debida motivación en el caso de Giuliana Llamoja, entre otros temas.

Creemos que abordar este tema es importante porque el TC, de forma reiterada, ha venido conociendo amparos o habeas corpus contra resoluciones judiciales y en ese sentido, es importante sistematizar la información sobre el tema a partir de dichos fallos, analizarlos a la luz de la doctrina y finalmente que la comunidad jurídica tenga presente la forma en como se viene entendiendo el funcionamiento y la procedencia del amparo contra resoluciones judiciales, así como las exigencias mínimas de una debida motivación.

I. Concepto de motivación de las resoluciones judicialesEl concepto de motivación se refiere a la justificación razonada que hacen jurídicamente aceptable a una decisión judicial. La motivación, señala Colomer, “es sinónimo de justificación y por ello la esencia de este concepto se encuentra en que su decisión es conforme a derecho y ha sido adoptada con sujeción a la ley” 1 2. No basta entonces que se explique cual ha sido el proceso psicológico, sociológico para llegar a la decisión sino demostrar o poner de manifiesto que las razones por las que se tomo una decisión son aceptables desde la óptica del ordenamiento.3

En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional Español ha señalado que la motivación “es una exigencia formal de las sentencias, en cuanto deben expresar las razones de hecho y de derecho que las fundamentan, es decir el proceso lógico jurídico que conduce a la decisión o fallo”4.

Ahora bien, en el ordenamiento peruano, el Tribunal Constitucional ha señalado que “la motivación de una decisión no solo consiste en expresar la norma legal en la que se ampara, sino fundamentalmente en exponer suficientemente las razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada”5. En ese sentido, al igual que el TC español o la doctrina citada, el TC incide en la necesidad que los fallos judiciales establezcan una justificación razonada y no solo una explicación de los argumentos por cuales llega a tomar una decisión en un caso concreto.

Asimismo debemos señalar que la motivación es un deber de los jueces y un derecho de los justiciables, cuestiones que pasaremos a analizar en el siguiente apartado.

Profesora adjunta en el seminario de Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica del Perú.La autora agradece al doctor Juan Carlos Ruiz por los aportes para la elaboración del artículo. Igualmente, agradece la colaboración de Martha Zúñiga. 1 COLOMER HERNÁNDEZ, Ignacio. La motivación de las sentencias, sus exigencias constitucionales y legales, Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 392 Es importante hacer una diferencia entre el término “justificación” y el término “explicación”. A diferencia del primer término, este último se refiere a colocar de manifiesto las razones que explican o informan el porque de el juez ha adoptado una decisión, indicar los antecedentes que llevan a su adopción, por eso no pretende convencer a los destinatarios, ni la aceptación de los mismos 3 COLOMER HERNÁNDEZ, Ignacio. Op. Cit, p. 38, citando a NIETO. El arbitrio judicial, Ariel, Barcelona, 2000, p.154 4 Tribunal Constitucional Español. STC 24/1990. En Colomer, Op. Cit, p.385 Tribunal Constitucional Peruano. Exp. N.º 03283-2007-PA/TC, FJ.3

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II. Reconocimiento constitucional del derecho a la debida motivaciónEn efecto, la motivación tiene dos aristas en relación a su reconocimiento constitucional. Y es que la debida motivación es una obligación y al mismo tiempo un derecho fundamental de los individuos.

En el ordenamiento peruano el artículo 139.5 de la Constitución señala que son principios y derechos de la función jurisdiccional “la motivación de las resoluciones judiciales en todas las instancias (…) con mención expresa de la ley y los fundamentos de hecho en que se sustentan”.

El postulado constitucional que acabamos de mencionar, si bien ha sido señalado en un sentido univoco, es decir no podemos distinguir si se ha formulado como un derecho o una obligación, podemos interpretar que el mismo se ha establecido o debemos entenderlo en los dos sentidos mencionados. Y es que la debida motivación de las resoluciones se constituye como un punto esencial del Estado Constitucional de Derecho en ambos sentidos, en la medida que coadyuva a garantizar otros derechos de los justiciables y algunos principios fundamentales de la actividad jurisdiccional, así como controlar que la actividad jurisdiccional no sea arbitraria ni abuse del poder.

A manera de ejemplo, el TC español ha elaborado jurisprudencia en la que establece un reconocimiento simultáneo de estas dos dimensiones y que se nutre de las mismas en igual término. Al respecto,

La obligación de motivar debidamenteLa obligación de motivar debidamente como dice Ignacio Colomer, “es un principio constitucional y pilar esencial de la jurisdicción democrática”. Y es que a diferencia del Antiguo Régimen, en el que los órganos judiciales no estaban llamados a dar cuenta de la interpretación y aplicación del Derecho, esto no puede considerarse admisible en una sociedad democrática, en la que justicia, igualdad y libertad ascienden a la dignidad de principios fundamentales6.

La obligación de motivar cumple la finalidad de evidenciar que el fallo es una decisión razonada en términos de Derecho y no un simple y arbitrario acto de voluntad de quien está llamado a juzgar, en ejercicio de un rechazable - en nuestra opinión- absolutismo judicial7.

Ahora bien, en términos concretos la obligación de motivar es una garantía del principio de imparcialidad, en la medida que mediante ella podemos conocer si el juez actuó de manera imparcial frente a las partes durante el proceso. En el mismo sentido, la motivación es una garantía de independencia judicial, en la medida que garantiza que el juez no determine o solucione un caso por presión o intereses de los poderes externos o de los tribunales superiores del Poder Judicial.

Igualmente, la obligación de motivar se constituye como límite a la arbitrariedad del juez, permite además constatar la sujeción del juez a la ley y que las resoluciones del juez puedan ser objeto de control en relación a si cumplieron o no con los requisitos y exigencias de la debida motivación8.

Y es que en tanto garantía de la “no arbitrariedad”, la motivación debe ser justificada de manera lógica. De ahí que la exigencia de motivación, como señala Colomer, no sea el mero hecho de redactar formalmente sino que la justificación debe ser racional y lógica como garantía de frente al uso arbitrario del poder”9.

En el mismo sentido, en relación a la sujeción a la ley, la motivación permite constatar que la decisión del juez es dictada conforme a las exigencias normativas -constitucionales, legales, reglamentarias- del ordenamiento. Ello finalmente contribuye a que la sociedad en general tenga confianza en la labor que ejerce el Poder Judicial en la resolución de conflictos. En efecto, el TC ha señalado que “[l]a exigencia de que las decisiones judiciales sean motivadas garantiza que los jueces, cualquiera que sea la instancia a la que pertenezcan, expresen la argumentación jurídica que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la potestad

6 Ibidem, pp. 60-71. Colomer señala que “(…) el paso del Antiguo Régimen al diseño liberal ha tenido su vértice en la sumisión del juez a la ley, y esta a su vez ha sido garantizada por la necesidad de justificación de las decisiones judiciales”, p. 717 MILLIONE, Cirio. El derecho a obtener una resolución de fondo en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal Constitucional Español, p. 168 COLOMER. Op. Cit. p. 969 Ibidem. p. 97

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de administrar justicia se haga con sujeción a la ley; pero también con la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables (...)”10.

El derecho a la debida motivación La otra cara de la moneda es la de la debida motivación como derecho. En efecto, la motivación de las resoluciones judiciales es una garantía esencial de los justiciables, en la medida que por medio de la exigibilidad de que dicha motivación sea “debida” se puede comprobar que la solución que un juez brinda a un caso cumple con las exigencias de una exégesis racional del ordenamiento y no fruto de la arbitrariedad11.Ahora bien, el derecho a la motivación de las sentencias se deriva del derecho al debido proceso. En efecto, si realizamos una interpretación sistemática entre el artículo 139, 5 y el artículo que puede leerse de la siguiente manera, “la obligación de motivar las resoluciones, puesta en relación con el derecho al debido proceso, comprende el derecho a obtener una resolución debidamente motivada”12.

El TC además ha señalado en constante jurisprudencia que “El debido proceso presenta dos expresiones: la formal y la sustantiva; en la de carácter formal, los principios y reglas que lo integran tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las que establecen el juez natural, el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y la motivación (…)”13

En efecto, en otra de las sentencias el TC ha indicado que “no de los contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de obtener de los órganos judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de proceso”14.

De otro lado, de modo similar al de la obligación de motivar, el derecho a la debida motivación se constituye como un límite a la arbitrariedad en la que los jueces puedan incurrir por medio de sus decisiones. Y es que a decir del TC peruano, “toda decisión que carezca de una motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, será inconstitucional”15.

En ese sentido, el TC entiende como arbitrariedad toda resolución que no ha sido motivada debidamente. Así, toda sentencia que sea “producto del decisionismo, antes que de la aplicación del derecho, que sus conclusiones sean ajenas a la lógica, será arbitraria e injusta en la medida que afecta los derechos de los individuos y por ende inconstitucional en el sentido de vulnerar los derechos consagrados en la carta fundamental”16. III. Fines o funciones del derecho a la debida motivación Los fines de la debida motivación tienen efectos fuera y dentro del proceso. En una dimensión endoprocesal, la motivación busca en principio que las partes conozcan los fundamentos y razones determinantes de la decisión judicial lo que llevará o permitirá que posteriormente tengan la posibilidad de impugnarla cuando no están de acuerdo con lo sentenciado por le juez. En el mismo sentido, la dimensión endoprocesal cumple la función de generar autocontrol en el juez al momento de decidir, con lo cual el juez debe controlar el sentido y alcance de su decisión y la forma en que justifica la misma17. Finalmente, esta dimensión explicita que la motivación constituye una garantía de control que los órganos jurisdiccionales superiores realizan en relación al juez de instancia inferior18

En perspectiva extraprocesal, la motivación cumple también funciones fuera del proceso, es decir, de cara a la opinión pública y sociedad en general. Y es que la sociedad debe conocer como funciona el Poder Judicial, en tanto encargado de la resolución de conflictos e institución que por delegación del pueblo cumple esta tarea. R

10 Tribunal Constitucional Peruano, Exp. 8125-2005-PHC/TC, FJ 11, Exp. N.° 7022-2006-PA/TC, FJ.811 Tribunal Constitucional Español. STC 109/1992, fundamento jurídico 312 COLOMER. Op. Cit, p. 9313 Tribunal Constitucional Peruano, Exp. N° N. º 02424-2004-AA/TC14 Tribunal Constitucional Peruano , Exp. N.° 8125-2005-PHC/TC, FJ. 1115 Tribunal Constitucional Peruano, Exp. N° 05401-2006-PA/TC, FJ. 3; Tribunal Constitucional Peruano, Exp. N° 0728-2008-PHC/TC, FJ. 8.16 Tribunal Constitucional Peruano. Exp. N° 0728-2008-PHC/TC, FJ 8 y 9.17 COLOMER. Op. Cit., p.13518 Ibidem, p. 136

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En un Estado democrático, la sociedad ejercer legítimamente la labor de controlar a los poderes en el ejercicio de sus funciones de tal forma que se conozca si estos actúan con independencia, eficiencia y respetando los postulados que la Constitución y el ordenamiento jurídico reconocen como pilares y bases de cada país. Asimismo debemos recordar que la sociedad, en tanto titular de la facultad de administrar justicia, según el artículo 138 de la Constitución, tiene la potestad de controlar al órgano en el cual ha depositado esta funcíón.

De otro lado, la motivación de las resoluciones judiciales, como bien señala Cruz Silva, citando a un autor colombiano, “la exposición clara y coherente de los motivos de la decisión judicial abunda en la construcción visible de las líneas jurisprudenciales que, a la larga, fomenta el posicionamiento del Poder Judicial como un verdadero Poder del Estado”19.

Asimismo, en el ordenamiento peruano, la Corte Suprema Peruana en distintas sentencias de casación - Cas. N° 912-199-Ucayali20 y en Cas. N° 990-2000-Lima21 ha señalado como fines de la motivación a los siguientes22:

a. que el juzgador ponga de manifiesto las razones de su decisión, por le legítimo interés del justiciable y la comunidad en conocerlas.

b. Que se pueda comprobar que la decisión judicial corresponde a una determinada interpretación y aplicación del derecho.

c. Que las partes tengan la información necesaria para recurrir, en su caso, la decisión.d. Que los tribunales de revisión tengan la información necesaria para vigilar la correcta interpretación y

aplicación del derecho.

IV. ¿Qué requisitos debe cumplir la motivación de una sentencia?Una sentencia judicial debe basarse una motivación fundada en derecho, es decir, que vaya en concordancia con el derecho y los valores y principios consagrados en el ordenamiento jurídico. Por ello es que, como señala Colomer, podemos solicitar o exigir al juzgador razonabilidad y racionalidad en su decisión 23, así como establecer determinados criterios que los jueces deben tomar en cuenta al momento de motivar una sentencia.

Los requisitos de motivación de la sentencia pueden definirse como límites a la actividad motivadora del juez. Y es que el juez u órgano jurisdiccional no podrá justificar decisiones que no calcen o no cumplan estos requisitos. Sobre los requisitos de motivación nos parece importante citar los criterios que Colomer, así como otro sector de la doctrina han señalado al respecto. Tales son la racionalidad, la coherencia y la razonabilidad.

Racionalidad.- Aquí, Colomer evalúa si la justificación es fundada en Derecho, tanto sobre los hechos del juicio (selección de hechos probados, valoración de las pruebas, método de libre apreciación) como del derecho aplicado24.

Sobre este segundo aspecto, el autor precisa los siguientes sub requisitos: Primero, que la decisión sea fruto de una aplicación racional del sistema de fuentes del ordenamiento jurídico; es decir, evaluar que la norma seleccionada sea vigente, válida y adecuada a las circunstancias del caso; que tal norma haya sido correctamente aplicada y que la interpretación que se le haya otorgado sea válida (adecuada utilización de los criterios hermenéuticos, interpretación judicial y principio de legalidad)25. En segundo lugar, se analiza que la motivación respete los derechos fundamentales (aquí, será relevante la interpretación realizada tanto el TC como la Corte Interamericana de Derechos Humanos y toda aquella interpretación que se siga de los principios especiales que asisten a este tipo de derechos, como el de desarrollo progresivo, y el motivación cualitativa en casos de restricción, por ejemplo)26. En tercer lugar, está la adecuada conexión entre los hechos y las normas que justifican la decisión27.

19 SILVA DEL CARPIO, Cruz. Dime como motivas y te diré quién eres: a propósito de la motivación de las sentencias judiciales, en: www.justiciaviva.org,pe, citando a: LÓPEZ MEDINA, Diego Eduardo. El Derecho de los jueces. Segunda Edición, 2006. Universidad de los Andes. Colombia.20 En Diario El Peruano, Lima, 12 de noviembre de 199921 En Diario El Peruano, Lima, 30 de octubre de 200022 Información recogida de CASTILLO ALVA, José Luis y otros. El razonamiento judicial, Lima, Gaceta Jurídica, 2004, p. 34023 COLOMER, Ignacio. Op. Cit., p. 15824 SILVA DEL CARPIO, Cruz. Op. Cit25 Ibidem26 Ibidem27 Ibidem

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Coherencia.- Es un presupuesto de la motivación que va de la mano y en conexión inescindible con la racionalidad. Ahora bien, la coherencia en un sentido interno de la motivación se refiere a la necesaria coherencia que debe existir en la justificación del fallo, y en un sentido externo, la coherencia debe entenderse como la logicidad entre motivación y fallo, y entre la motivación y otras resoluciones ajenas a la propia sentencia28.

En relación a la coherencia interna, podemos señalar que la misma se hace patente cuando establece exigencias de coherencia lingüística -prohibición de errores gramaticales, errores de ortografía, errores sintácticos que presenten tal grado de incoherencia que impiden la adecuada compresión para el auditorio técnico y general-.

También la coherencia interna se traduce en la exigibilidad de que la justificación de la sentencia tenga coherencia argumentativa. Por lo tanto, se prohíbe la existencia de: A. contradicciones entre los hechos probados dentro de una misma motivación de una sentencia29; B. contradicciones entre los fundamentos jurídicos de una sentencia, es decir, que no haya incompatibilidad entre los razonamientos jurídicos de una resolución que impidan a las partes determinar las razones que fundamentan la decisión30; C. contradicciones internas entre los hechos probados y los fundamentos jurídicos de una sentencia31.

En relación a la coherencia externa de la motivación la sentencia, esta exige que en el fallo: “A. no exista falta de justificación de un elemento del fallo adoptado, B. que la justificación tenga en cuenta únicamente todos los fallos del caso y no incluya alguno ajeno al mismo, C. que la motivación este conectada plenamente con el fallo, con lo cual se prohíbe que haya una motivación ajena al contenido del fallo, D. que las conclusiones de la motivación no sean opuestas a los puntos de decisión de la sentencia”32.

Asimismo, la coherencia externa supone que el juez se encuentra vinculado por sus decisiones previas en casos análogos. Esto, dice Colomer, se sustenta en la vocación de “universalización” en la adopción de una sentencia, que luego condicionará al juez para la solución de casos similares posteriores. Esto busca asegurar que el juez optó por la decisión correcta o que más se adecua al derecho, la cual será luego universalizable.

Razonabilidad.- La exigencia de razonabilidad se predica respecto de todas las resoluciones judiciales. Al respecto, señala Colomer, que pueden haber decisiones racionales y coherentes pero que las mismas puedan ser irrazonables. La razonabilidad según este autor tiene que ver con la aceptabilidad de la decisión por el común de las personas y el auditorio técnico33.

De otro lado, otro sector de la doctrina señala que los requisitos de la adecuada motivación son: que la motivación sea expresa, clara, que respete las máximas de la experiencia, y que respete los principios lógicos.

Motivación expresa Cuando se emite una sentencia, el juzgador debe hacer expresas las razones que respaldan el fallo al que se ha llegado. Ello, como hemos señalado, es requisito indispensable para poder apelar, comprender el sentido del fallo, en líneas generales, para controlar las decisiones del juez.

Ahora bien, hay casos en los que se admite la motivación por remisión, es decir, que el juez superior, por ejemplo, confirme una sentencia de primera instancia estableciendo “por sus propios fundamentos” en referencia a la motivación que ha realizado el “a quo”. El Perú es un país en el que sucede esto, en efecto el artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial señala “Todas las resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan, pudiendo éstos reproducirse en todo o en parte sólo en segunda instancia, al absolver el grado”.

28 Colomer, Op. Cit 29529 Ibidem, p. 29630 Ibidem, p. 29631 Ibidem, p.29732 Ibidem., p. 30233 Ibidem, p. 308

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Motivación claraLa motivación clara puede establecerse como imperativo procesal en la medida que las partes que estos son los destinatarios directos de la resolución de un conflicto ante el Poder Judicial. Y es que como bien señalan Castillo Alva y otros, la exigencia de motivar las resoluciones deviene del principio de impugnación, lo que supone que sea indispensable que las partes conozcan que es lo que se va a impugnar pues de otra forma el derecho a la defensa de las mismas se vería restringido de modo irrazonable34.

La motivación debe respetar las máximas de la experiencia Las máximas de la experiencia se constituyen a partir de las reglas de la vida, las vivencias personales o transmitidas, el sentido común. Todos estos son elementos que los magistrados deben tomar en cuenta al momento de la elaboración de las premisas que lo llevaran a una determinada conclusión. Y es que de lo contrario, existiría un grave defecto de o vicio en la motivación35.

Ahora bien, debemos tener en cuenta que las máximas de la experiencia son elementos abstractos que se obtienen a partir de elementos constantes en hechos o experiencias anteriores. Como bien señala Castillo Alva, el alcance de la máxima de la experiencia dependerá de los medios fácticos que se analizan también se presentan en los hechos que representan experiencias anteriores para el juzgador36.

La motivación debe respetar los principios lógicos. En efecto, las resoluciones deben respetar el principio de “no contradicción” por el cual se encuentra prohibida la afirmación y negación, a la vez, de un hecho, de un fundamento jurídico, etc. Igualmente, se debe respetar el principio de “tercio excluido” que señala que “entre dos cosas contradictorias no cabe término medio, es decir, si reconocemos que una proposición es verdadera, la negación de dicha proposición es falsa, en ese sentido, no caben términos medios. De otro lado, se debe respetar el principio de “identidad” cuyo contenido supone que si atribuimos a un concepto determinado contenido, el mismo no debe variar durante el proceso del razonamiento37

De otro lado, es necesario mencionar que el TC peruano ha hecho suyas estas dos clasificaciones de los requisitos de la motivación que acabamos de mencionar. En efecto, para el TC, la motivación debe ser: clara, lógica y jurídica. Así, ha señalado que “La debida motivación debe estar presente en toda resolución que se emita en un proceso. Este derecho implica que cualquier decisión cuente con un razonamiento que no sea aparente o defectuoso, sino que exponga de manera clara, lógica y jurídica los fundamentos de hecho y de derecho que la justifican, de manera tal que los destinatarios, a partir de conocer las razones por las cuales se decidió en un sentido o en otro, estén en la aptitud de realizar los actos necesarios para la defensa de su derecho”

En relación al mismo tema el TC también ha señalado que la motivación debe ser suficiente y razonable. Al respecto, en la sentencia recaída en los Expedientes N.o 0791-2002-HC/TC y N.° 1091-2002-HC/TC, se afirmó, entre otras cosas, “que la motivación debe ser tanto suficiente (debe expresar por sí misma las condiciones que sirven para dictarla y mantenerla) como razonada (debe observar la ponderación judicial en torno a la concurrencia de todos los factores que justifiquen la adopción de esta medida cautelar)”.

Asimismo, en el caso de Giuliana LLamoja, el TC hace referencia a las máximas de la experiencia y los razonamientos lógicos como exigencias de la motivación. En efecto, “lo mínimo que debe observarse en la sentencia y que debe estar claramente explicitado o delimitado son los siguientes elementos: el hecho base o hecho indiciario, que debe estar plenamente probado (indicio); el hecho consecuencia o hecho indiciado, lo que se trata de probar (delito) y el enlace o razonamiento deductivo. Este último, en tanto que conexión lógica entre los dos primeros debe ser directo y preciso, pero además debe responder o sujetarse plenamente a las reglas de la lógica, a las máximas de la experiencia o a los conocimientos científicos”.

De otro lado, el TC ha señalado que la congruencia de las resoluciones judiciales también es un principio que se debe tener en cuenta como requisito de una debida motivación. En más de una sentencia, el TC señaló que el 34 CASTILLO ALVA. Op. Cit., p. 42535 Ibidem, p. 42936 Ibidem, p. 43037 Ibidem. pp. 431-443

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contenido esencial de la debida motivación “se respeta siempre que exista congruencia entre lo pedido y lo resuelto (..)”38.

V. ¿Cuándo se afecta la debida motivación?

En los expedientes 3493-2006-PA/TC y en el caso de Giuliana LLamoja, el Tribunal Constitucional Peruano ha señalado y desarrollado los supuestos en los que se afecta la debida motivación:

A. inexistencia de motivación o motivación aparente: A decir del TC, este supuesto se da cuando no hay motivación o cuando esta no da razones mínimas del sentido del fallo, que no responde a las alegaciones de las partes, o porque intenta únicamente dar cumplimiento formal de la motivación (motivación aparente)

B. Falta de motivación interna de razonamientoEste supuesto ocurre cuando hay incoherencia narrativa en la motivación de tal forma que no se puede comprender las razones en las que el juez apoya su decisión. Igualmente, hay falta de motivación interna cuando existe invalidez de una conclusión a partir de las premisas que ha establecido en juez en la motivación. C. Deficiencias en la motivación externaAquí el TC ha señalado que nos encontramos ante un caso de este tipo cuando las premisas de las que parte el juez no han sido confrontadas con la validez fáctica (de los hechos) o jurídica existentes para el caso en concreto.

D. La motivación insuficienteSe refiere al mínimo de motivación exigible para que la decisión esté motivada adecuadamente y para que satisfaga el derecho del justiciable y de la sociedad de conocer las razones que apoyan la decisión judicial 39. Por otra parte la suficiencia es un criterio para evaluar las resoluciones que se encuentran en medio de una motivación completa y una motivación inexistente40.

E. La motivación sustancialmente incongruente Los órganos judiciales están obligados a resolver las pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que han sido planteadas, sin ir más allá de lo solicitado por las partes, otorgar algo distinto a lo solicitado por las partes, u omitir pronunciarse sobre algún pedido de las partes.

Esto último debe matizarse con el principio “iura novit curia” (el juez conoce el derecho) que establece que órgano jurisdiccional competente debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido erróneamente. A decir del TC, “esta actuación no representará una extralimitación de las facultades del juez, siempre que éste proceda de conformidad con los fines esenciales de los procesos”.41

VI. Procesos constitucionales para proteger el derecho a la debida motivaciónEn el Estado Constitucional, el reconocimiento de derechos fundamentales dentro de los textos constitucionales necesariamente implica la creación de mecanismos o procesos constitucionales para la defensa de dichos derechos y, en fin de cuentas, del carácter vinculante de la Constitución42. Ahora bien, cuando hablamos del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, nos encontramos frente a un derecho de rango constitucional y por tanto el mismo tendría que ser objeto de protección por medio de los procesos constitucionales consagrados en la Constitución y el Código Procesal Constitucional.

38 Tribunal Constitucional Peruano. Sentencia recaída en el expediente. N.º 1230-2002-HC/TC, Exp. N.º 04228-2005-HC/TC, FJ.139 Ibidem, p.350-35140 Ibidem, p. 350-35141 Tribunal Constitucional Peruano, Exp. N.° 7022-2006-PA/TC, FJ.1042 Los procesos constitucionales también pueden denominarse garantías de la propia constitución en la medida que son mecanismos destinados a asegurar la observancia, aplicación y estabilidad de la ley Fundamental. GOMEZ CANOTILHO. Directo Constitucional e Teoria de Constitución, Almedina, Coimbra, 2005, p. 859-860

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En efecto, cuando realizamos un análisis sobre el tipo de proceso constitucional que corresponde aplicar cuando se vulnera el derecho a la debida motivación, en primer término pensamos en el proceso de amparo. Y es que este tipo de proceso, se encuentra destinado a proteger los derechos reconocidos en la constitución con excepción del derecho a la información que es protegido por el proceso de habeas data, y el derecho a la libertad personal y derechos conexos, objeto de protección de los procesos de habeas corpus. En concreto, en el ordenamiento peruano, la Constitución ha establecido en el artículo 20 inciso 2 que “la Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la Constitución (…)

Así, cabría decir que existe la posibilidad de que las resoluciones judiciales puedan ser cuestionadas en un proceso de amparo por la vulneración de derechos constitucionales, pero ello ha sido cuestión ampliamente debatida, principalmente porque el artículo 200, 2 también señala que “(…) No procede contra (…) resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular”.

Frente a ello, el TC ha sentado jurisprudencia sobre el tema en cuestión en el sentido de admitir este supuesto, todo ello sobre la base de la interpretación de los dispositivos constitucionales y legales que abordan el tema. Al respecto de como debe leerse o entenderse este dispositivo, el TC considera inadmisible que el artículo 200,2 de la Constitución pueda significar o interpretarse como una limitación a la competencia rationae materia del amparo contra resoluciones judiciales43.

En ese sentido, debemos descartar el supuesto que niega la posibilidad del amparo contra resoluciones judiciales, por el contrario debemos situarnos en el caso de un supuesto limitado en la medida que se prohíbe el amparo contra resoluciones de procesos regulares44, más no de fallos emitidos dentro de un proceso judicial irregular. Con ello quedaba como interrogante la definición de lo que es un proceso irregular y se establecía una puerta de entrada para la procedencia de los amparos contra resoluciones judiciales.

Ahora bien, sobre el punto, se ha pasado de reconocer que una resolución emanada de procedimiento irregular se refería “a aquella que afectaba al debido proceso o la tutela jurisdiccional efectiva, derechos reconocidos en el 139, 3 de la Constitución”45, a la tesis que señala que una resolución irregular es aquella en la cual se afecta cualquier derecho fundamental.

En el caso Apolonia Collca, el TC afirmó que atendiendo a la eficacia vertical de los derechos fundamentales, es decir, a la vinculación de los derechos hacia cualquiera de los poderes, y en general, órganos públicos, “la tesis según la cual el amparo contra resoluciones judiciales procede únicamente por violación del debido proceso o la tutela jurisdiccional efectiva, confirma la vinculatoriedad de dichos derechos en relación con los órganos que forman parte del Poder Judicial. Pero constituye cuna negación sobre la vinculatoriedad de los “otros” derechos fundamentales que no tengan naturaleza de derechos fundamentales procesales”46

Así, el TC ha admitido la procedencia de los amparos contra resoluciones judiciales para la afectación de cualquier derecho constitucional pues todos esos casos configurarían un proceso irregular. Otro de los argumentos utilizados por el TC es que atendiendo a los artículos 1.1 y 1.2 de la Convención Derechos Humanos y a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los estados tienen la obligación de ofrecer a las personas sometidas a su jurisdicción, un recurso judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales47. A decir del ordenamiento peruano, este recurso se configura a través del amparo.

43 Tribunal Constitucional Peruano. Exp N° 3179-2004-AA/TC, FJ. 1444 Sobre la definición de proceso regular, el TC ha señalado que “La existencia de un "procedimiento regular" se encuentra relacionada con la existencia de un proceso en el que se hayan respetado garantías mínimas tales como los derechos al libre acceso a la jurisdicción, de defensa, a la prueba, motivación, a la obtención de una resolución fundada en Derecho, la pluralidad de instancias, al plazo razonable del proceso, a un juez competente, independiente e imparcialidad, entre otros derechos fundamentales”, Exp. N.º 5374-2005-PA/TC, FJ.645La admisión de esta tesis en el ordenamiento peruano se ve reflejada en el artículo 4 del Código Procesal Constitucional que a la letra señala:” El amparo procede respecto de resoluciones judiciales firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso (…)”46 Tribunal Constitucional Peruano. Exp N° 3179-2004-AA/TC, FJ. 1847 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva 9/87, párrafo 23. Citado en Sentencia recaída en Exp. 3179-2004-AA/TC, FJ.19

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Igualmente, de una lectura del artículo 25.1 de la Convención, referido al derecho a un recurso sencillo y rápido que amparen a la persona contra las violaciones a sus derechos, quedaría claro que no hay derecho fundamental que no pueda ser objeto de protección por parte del Estado en toda circunstancia, sin excepción alguna.

Caso Llamoja: Habeas Corpus contra resoluciones judiciales De otro lado, también es posible presentar una demanda de hábeas corpus en tanto se pretenda proteger el derecho a la libertad y derechos conexos, caso en el que calza la debida motivación de las resoluciones judiciales en tanto la misma es también una manifestación del derecho al debido proceso y en determinadas circunstancias su contenido se ve afectado al igual que el derecho a la libertad.

Al respecto, el CPC, señala en el artículo 4 que “el hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva”. En términos concretos sin embargo, esta disposición del CPC no implica o no habilita a que todas las resoluciones puedan ser objeto de control por el proceso constitucional de hábeas corpus. En efecto, el TC ha señalado que solo podrán ser evaluadas “(…) aquellas resoluciones judiciales firmes que vulneren en forma manifiesta la libertad individual y los derechos conexos a ella, lo que implica que el actor, frente al acto procesal alegado de lesivo previamente haya hecho uso de los recursos necesarios que le otorga la ley (…)”48.

Y es que, si luego de obtener una resolución judicial firme no ha sido posible conseguir en vía judicial la tutela del derecho fundamental presuntamente vulnerado (libertad individual y conexos a ella), quien dice ser afectado respecto a este derecho, podrá acudir al proceso constitucional, a efectos de buscar su tutela.

Ahora bien, un ejemplo clásico de la procedencia de hábeas corpus contra resoluciones judiciales lo encontramos en los procesos penales que determinan la pena privativa de la libertad como consecuencia de la afectación a la tutela efectiva o al debido proceso. En ese sentido, el CPC habilita a que cuando se restringe el ejercicio del derecho a la libertad individual tras el dictado en forma definitiva de una sentencia condenatoria a pena privativa de la libertad, se habilita la posibilidad que el justiciable evalúe la legitimidad de los actos judiciales invocados como lesivos49. El caso de Giuliana Llamoja es una muestra concreta de este supuesto.

VII. Canon para el control constitucional de las resoluciones judiciales en el caso LlamojaSegún la doctrina reiterada del Tribunal Constitucional, tanto en el caso Apolonia Collca, en el de Giuliana LLamoja, entre otros, se ha establecido un examen para el control constitucional de las resoluciones judiciales ordinarias el cual que se basa en la realización de un examen de razonabilidad; en segundo lugar, por el examen de coherencia; y, finalmente, por el examen de suficiencia: Examen de razonabilidad.– Por el examen de razonabilidad, el Tribunal Constitucional debe evaluar si la revisión de todo el proceso judicial ordinario es relevante para determinar si la resolución judicial que se cuestiona vulnera el derecho fundamental que está siendo demandado.

Examen de coherencia o racionalidad.– El examen de coherencia exige que el Tribunal Constitucional precise si el acto lesivo del caso concreto se vincula directamente con el proceso o la decisión judicial que se impugna; de lo contrario no estaría plenamente justificado el hecho de que el Tribunal efectúe una revisión total del proceso ordinario, si tal revisión no guarda relación alguna con el acto vulneratorio.  Examen de suficiencia.– Mediante el examen de suficiencia, el Tribunal Constitucional debe determinar la intensidad del control constitucional que sea necesaria para llegar a precisar el límite de la revisión del proceso judicial ordinario, a fin de cautelar el derecho fundamental demandado. Ahora bien, conviene señalar que si bien ha sido referido por el Tribunal para el caso de procesos de amparo contra resoluciones judiciales, también resulta aplicable en el caso de procesos constitucionales de hábeas corpus, donde se precisa el objeto y la medida de la revisión del fondo y la forma del fallo judicial ordinario50.

48 Tribunal Constitucional Peruano. Exp N° 00728-2008-PHC/TC, FJ. 349 Ibidem, FJ. 350 Tribunal Constitucional Peruano. Exp. N.° 02022-2008-PHC/TC

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Asimismo conviene indicar que el canon de revisión en mención no supone que el juez constitucional será una cuarta instancia judicial, pues eso atentaría contra el principio de cosa juzgada. En efecto, el juez solo podrá evaluar, al amparo de este canon, si el juez del Poder Judicial ha actuado respetando los derechos de las partes procesales, para que cuando no suceda esto se repongan las cosas al estado anterior. El amparo contra resoluciones judiciales no controla el fondo de la decisión, es decir, si un contrato es valido o si hay comisión o no de delito, sino únicamente si el proceso ha sido sancionado conas debidas garantías51.

VIII. La debida motivación en el caso LlamojaEn uno de los extremos de la demanda presentada por Giuliana LLamoja, se solicitó la nulidad de su sentencia condenatoria de fecha 26 de julio de 2006, y su confirmatoria mediante ejecutoria suprema de fecha 22 de enero de 2007, ambas recaídas en el proceso penal que se le siguió por el delito de parricidio (Exp. N.º 3651-2006) en las esferas del Poder Judicial.

A decir de la demandante, se habría afectado su derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales en la medida que la sentencia condenatoria como su confirmatoria mediante ejecutoria suprema se basaron principalmente en: a) criterios irracionales e ilógicos (razonamientos absurdos), ilegales, sostenidos en falacias, hechos falsos, falsa motivación (sesgada, subjetiva, falaz, etc.); entre otros. Al respecto, el TC declaró fundada esta parte del petitorio de la demanda. Para ello se basó en el análisis de las resoluciones judiciales impugnadas y determinó que en efecto se había afectado el derecho a la debida motivación.

El TC ha señalado en concreto que se afecta el derecho a la debida motivación en la medida que la Ejecutoria Suprema habría incurrido en falta de corrección narrativa, que no permitía establecer la realidad de los hechos, o más bien los invertía – en referencia a la contradicción de la sentencia cuando se señala en un primer momento que la occisa tomó un cuchillo y luego en otro fundamento, que la occisa tomó un arma de menor peligrosidad-.

Igualmente, el TC indica que la Ejecutoria Suprema tiene falta de correción lógica en la medida que establece que existe desproporcionalidad en las heridas (4 de la procesada frente a 60 de la occisa). En efecto, se ha indicado que la Ejecutoria“se basa más en criterios cuantitativos antes que en aspectos cualitativos como sería de esperar [más aún, si se trata de una sentencia condenatoria que incide en la libertad personal], permitiendo calificar de manera indebida los criterios cuantitativos como supuestos jurídicamente no infalibles, lo que es manifiestamente arbitrario; pues, en efecto, puede ocurrir todo lo contrario, que quien presente menos heridas sea en realidad el sujeto pasivo del delito de parricidio (incluso con una sola herida), y que quien presente más heridas en el cuerpo sea en puridad el autor de dicho ilícito; de lo que se colige que estamos ante una inferencia inmediata indeterminada o excesivamente abierta, que da lugar a más de un resultado posible como conclusión”52.

Asimismo, esta sentencia nos parece relevante en la medida que se hace referencia a la obligación del juez penal de motivar o hacer expresa la valoración de la prueba53, en este caso la prueba indiciaria o la prueba por indicios (prueba indirecta). Ello es importante en tanto, la regla general según Marina Gascón, es que la necesidad de motivar las sentencias se ha convertido ya en una exigencia incontestable dentro del Estado Constitucional, no obstante ello, “la cultura de la motivación ha encontrado y aún encuentra una especial resistencia en el ámbito de la prueba”54.

En efecto, continúa la autora señalado que “el juicio de hecho parece haber pertenecido durante mucho tiempo”55: 1- “al ámbito de las cuestiones jurídicas no problemáticas, por lo que la motivación aparece como innecesaria” 56; o 2.- “”A una "zona de penumbra" donde reina el arbitrio judicial, por lo que la motivación sólo puede ser concebida como racionalización a posteriori de una decisión que se ha tomado al margen de cualquier proceso racional de valoración de los hechos de un caso en concreto””57.

51 Tribunal Constitucional Peruano. Exp. N.°5374-2005-PA/TC, FJ. 652 Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. 0728-2008-PHC/TC53 La prueba judicial es un juicio sobre la ocurrencia de hechos (generalmente hechos del pasado que no han sido presenciados por el juzgador)54 GASCÓN ABELLÁN, Marina. La prueba judicial: valoración racional y motivación, en: http://www.uclm.es/postgrado.derecho/_02/web/materiales/filosofia/Prueba.pdf55 Ibidem56 Ibidem57 Ibidem

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Sin embargo, esta concepción descrita por Gascón es la tesis que ni ella admite, ni nuestro tribunal acepta. El TC peruano se adscribe a la teoría que señala que por mucho que la convicción de la prueba sea individual, ello no significa que el juez no pueda motivar su valoración de la prueba, ello en la medida que el acto de valoración no es irracional. Como bien dice Michele Taruffo, el juez está obligado a “JUSTIFICAR su decisión, exponiendo las razones en forma de argumentaciones racionalmente válidas e intersubjetivamente correctas 58. Pero incluso si la valoración fuera irracional, el juez debe encontrar argumentos aceptables que legitimen su decisión hacia afuera59

En el caso en cuestión, el TC señala que si bien la prueba indiciaria se encuentra permitida en el proceso penal, el juez debe explicitar el RAZONAMIENTO LÓGICO por medio del cual llegó a dicha conclusión. En ese sentido, el TC está señalando que el juez se encuentra obligado a efectuar una debida motivación respecto a los fundamentos de hecho que conllevan a que tome una decisión al respecto sobre la autoría de la imputada en relación al delito de parricidio.

Resulta interesante también que desde una perspectiva constitucional, el TC haya señalado que la prueba indiciaria, y en general el juicio o razonamiento que se haga de los hechos del caso debe ser fundamentado y justificado de tal forma que el justiciable conozca si su caso ha sido analizado a la luz de criterios razonables y aceptables dentro del ordenamiento. Sobre el punto, el TC en el fundamento jurídico 28, señala que “no se puede establecer la responsabilidad penal de una persona y menos restringir la efectividad de su derecho fundamental a la libertad personal a través de la prueba indiciaria, si es que no se ha señalado debidamente y con total objetividad el procedimiento para su aplicación”.

Asimismo, en relación a la prueba indiciaria, el TC ha establecido algunas reglas. En principio ha señalado que el razonamiento lógico a seguir en la prueba indiciaria es la de: HECHO INICIAL-MAXIMA DE LA EXPERIENCIA-HECHO FINAL; o HECHO CONOCIDO-INFERENCIA LÓGICA-HECHO DESCONOCIDO. Todo ello luego debe ser explicitado para colmar la exigencia de motivación.

Y es que tratándose de una prueba indiciaria, que puede determinar la privación de la libertad de un individuo, el juzgador debe explicitar el hecho base indiciario, el hecho consecuencia y el enlace o razonamiento que coadyuva a llegar del indicio a la conclusión. En el mismo sentido el TC refuerza su argumentación a lo señalado, en terminos análogos por el TC Español, y por nuestra Corte Suprema que expresamente ha indicado que “en lo atinente a la inducción o inferencia, es necesario que sea razonable, esto es, que responda plenamente a las reglas de la lógica y la experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho consecuencia y que entre ambos exista un enlace preciso y directo”60.

Finalmente, es importante que el TC aborde estos temas, como lo referido a la motivación en la prueba indiciaria, en tanto ello garantizará de una mejor manera los derechos de los individuos en el marco de un proceso penal. En otro sentido, es relevante mencionar que en relación a los amparos y habeas corpus contra resoluciones judiciales, existen ya diversos temas que hemos abordado aquí respecto de los cuales el TC ha ido sentando posición. Sin duda, todavía hay mucho por desarrollar en relación al control de resoluciones judiciales que afectan la debida motivación, pero ya tenemos importantes avances.

58 TARUFFO, Michele. Algunos comentarios sobre la valoración de la prueba, en: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01482529890165929650035/discusiones3/discusiones_07.pdf59 Ibidem60 Tribunal Constitucional Peruano. Exp. N° 0728-2008-PHC/TC, FJ 8 y 9., FJ. 31

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