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Historia

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  • :: portada :: Opinin ::

    24-09-2015 Una teora al servicio de los movimientos antisistmicos cuyo objetivo sea la transformacin (noreforma) del capitalismoLa "perspectiva de sistemas-mundo" de Immanuel WallersteinRodolfo CrespoRebelin

    A Immanuel Wallerstein en su 85 aniversario.

    A los neozapatistas mexicanos, a los piqueteros argentinos, a los Sin Tierra de Brasil, a losMapuches chilenos, a los indgenas ecuatorianos de la CONAIE, etc. que como dice el profesorCarlos Antonio Aguirre Rojas hacen que nos sintamos optimistas frente al futuro.

    "No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si Ud. es capaz de temblar de indignacin cadavez que se comete una injusticia en el mundo, somos compaeros, que es ms importante" * .Ernesto Che Guevara

    En la dcada de 1970 del siglo XX, Immanuel Wallerstein presenta su "perspectiva desistemas-mundo" que el consideraba (pese a todas las evidencias en contra, dada su asombrosaarmoniosidad y plenitud) no era una teora sino una "protesta contra la forma en que quedestructurada la investigacin social desde su concepcin a mediados del siglo XIX"1

    Pero, qu decan las ciencias sociales en el siglo XIX respecto a la evolucin de la historia quehacen de la "perspectiva de sistemas-mundo" una nueva, sugestiva e interesante teora?

    Se deca que la historia era una sucesin, siempre progresiva de etapas; partiendo de lacomunidad primitiva de los primeros humanos se pasaba al esclavismo, de ste al feudalismollegando al capitalismo, en el cual se daban las condiciones objetivas y subjetivas que, una vezmaduras, hacan posible el comunismo, desde su etapa de trnsito, atravesando por el socialismohasta arribar al comunismo al que, sin embargo, no lleg ni siquiera la Unin Sovitica, el passupuestamente ms adelantado en lo que presumiblemente era el sistema social ms avanzadoque conocera la historia de la humanidad.

    En otras palabras, se deca que haba una tal marcha objetiva del desarrollo social, imparable eindetenible, y entre la izquierda (los marxistas dentro de ella) se lleg a interpretar que dicha

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  • tendencia nos llevara directamente al comunismo, ltima etapa en la historia evolutiva de lahumanidad; en todo caso, no haba que desesperarse, el curso de la historia estaba de nuestrolado.

    Aunque esta concepcin de la historia humana, como fases sucesivas que se sobrevenan las unasde las otras, siempre en forma progresiva y de lo inferior a lo superior, predomin de formaincontestada y sin alternativa desde el siglo XIX hasta los aos 70 del pasado siglo, cuandoWallerstein comienza a difundir la "perspectiva de sistemas-mundo", la misma suscitaba unconjunto de dudas e interrogantes: Era un proceso especfico de alguna regin (Europa, porejemplo), o era vlido para cualquiera otra parte del mundo?, por qu unos pases perecanrecorrer sus distintas etapas, mientras que en otros se apreciaba que algunas de stas se eludan?,por qu no todas las regiones del planeta transitaban las diferentes fases simultneamente?, eincluso por qu cuando en una misma zona pareca haberse superado una etapa (el feudalismo enEuropa occidental, por ejemplo) en otras partes de esa misma rea pareca resucitarse por primeravez, como fue el caso de la llamada "segunda servidumbre" en Europa oriental?.

    Fue la perspectiva de sistemas-mundo de Wallerstein la que comenz a dar solucin a stas yotras tantas inquietudes intelectuales y aparentes contradicciones empricas. Sustituy el trmino "sociedad" por el de "sistema-histrico" como las entidades en las que se desarrolla la vida social,planteando que han existido tres variedades de sistemas histricos: los minisistemas, losimperios-mundo y las economas-mundo2.

    Pero, cul fue la relacin, vnculo histrico y cronolgico entre estos diferentes sistemas?. Nadiemejor que Wallerstein para sintetizarlo.

    "Durante el perodo comprendido entre, digamos, 8000 a. de n. e. y 1500 de n. e.. coexistieron enel planeta mltiples sistemas histricos de las tres variedades. El imperio-mundo era la formafuerte durante esa poca, ya que, doquiera que se extendiera, destrua y/o absorba tantominisistemas como economas-mundo y, cuando uno de ellos se contraa, dejaba espacio para quese volvieran a crear minisistemas y economas-mundo. Gran parte de lo que denominamos lahistoria de este periodo es la historia de dichos imperios-mundo, lo que es comprensible dadoque mantenan a escribas culturales para que registraran lo que suceda. Las economas-mundoeran una forma dbil que nunca sobreviva mucho tiempo, ya que se desintegraban, seintegraban o se convertan en un imperio-mundo (mediante la expansin interna de una solaunidad poltica).

    Alrededor del ao 1500, una de esas economas-mundo se las arregl para no sufrir ese destino. Elsistema-mundo moderno naci, por razones que habra que explicar, de la consolidacin de unaeconoma-mundo, por lo que tuvo tiempo para alcanzar su pleno desarrollo como sistemacapitalista. Debido a su lgica interna, esta economa-mundo capitalista se extendi ms tardehasta abarcar el globo, y en este proceso absorbi a todos los minisistemas e imperios-mundoexistentes. As, hacia finales del siglo XIX exista por primera vez en la historia un nico sistemahistrico; nos encontramos todava en esa situacin" 3 . Esta economa-mundo agraciada por unaserie de condiciones histricas, fue la economa-mundo europea, y sta economa-mundo adiferencia de otras que existieron comenz a ser una economa-mundo capitalista. Pero por qu

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  • capitalista?, qu es o hace distintiva una economa-mundo para que sta sea capitalista?, pues "...no es la bsqueda de ganancias. En todas partes del mundo a travs de 10 mil aos de historiase pueden hallar individuos, firmas, etc, que buscaban ms ganancias...el capitalismo es un sistemaen que la prioridad esencial es la acumulacin incesante de capital; no es que todo mundo busqueganancias, pero los que la buscan son sostenidos por el sistema...es nicamente en el sistema-mundo moderno donde esta prioridad de la acumulacin de capital existe, no hay otralgica de capitalismo que la acumulacin por s, se acumula a fin de acumular ms, es lo esencialde lo que es capitalista..."4.

    Qu conclusiones podemos extraer desde la izquierda antisistmica de todo ello?. Pues que desdehace algo ms de cien aos (despus de la incorporacin del este de Asia a la economa-mundomoderna y su periferizacin a fines del XIX) existe en el planeta un solo sistema, el sistema-mundocapitalista; no es cierto que despus de la incorporacin de un conjunto de Estados de Europaoriental a la rbita sovitica y del virtual desgajamiento de China, la parte norte de Corea, y losincorporamientos posteriores de Viet Nam, Cuba, etc. se haya conformado un sistema diferente al sistema-mundo capitalista, o como realmente se le llam en los medios polticos y acadmicoscontrolados por el bloque sino-sovitico, sistema socialista mundial, que lleg a competir (se deca)y con notable xito en las dcadas de 1950-1960 con el capitalismo mundial.5

    Volvemos a Wallerstein sobre tan medular cuestin: "Los estados que figuran dentro de estesistema son instituciones del mismo, as que cualquiera que sea su forma particular, responden dealguna manera a la premisa de su impulso capitalista. Por lo tanto, si por revolucin entendemosque un Estado antes feudal se convierte en capitalista, o que un Estado antes capitalista seconvierte en socialista, el trmino no tiene ningn significado operativo y es una descripcinengaosa de la realidad. Para ser exactos, hay muchas clases posibles de regmenes polticos, y nohay duda de que a las personas que viven en un Estado en particular les importa muchsimo lanaturaleza de ese rgimen.

    Pero estas diferencias no han cambiado, el hecho bsico fue que todos estos regmenes han sidopiezas de la maquinaria del moderno sistema mundial, es decir, de la economa-mundo. Y tampocopodra haber marcado una diferencia antiguamente. Puedo or las objeciones. Las he odo muchasveces. Cmo afirmar que los antiguos estados socialistas (o los que siguen estando regidos porpartidos marxistas-leninistas) eran (o son) capitalistas? Cmo asegurar que los estados que estnan bajo el rgimen de jerarquas tradicionales son capitalistas? Yo no afirmo nada porque no creoque los estados puedan tener esas atribuciones. Lo que s aseguro es que estos estados selocalizan dentro de un sistema mundial que opera con una lgica capitalista, y que si lasestructuras polticas, o las empresas, o las burocracias del Estado intentan tomar decisiones entrminos de alguna otra lgica (y desde luego que lo hacen con frecuencia), tendrn que pagar unprecio muy alto. El resultado ser que cambiarn su modo de operar o bien perdern poder ocapacidad para afectar al sistema. Me atrevo a sugerir que la leccin ms clara que podemosaprender de la llamada cada de los comunismos aunque yo no acepto que lo sea slo porque lospartidos comunistas ya no estn en el poder es que la supremaca de la ley de los valores haoperado de manera eficaz en estas reas. Creo que ya operaban sobre esta base desde hacemucho tiempo.

    La refutacin constante que omos en contra de esa descripcin de los llamados regmenessocialistas es que quiz sea cierta, pero no tena que serlo. sta es la apreciacin que afirma que

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  • estos regmenes eran impuros, inadecuadamente socialistas, hasta traidores al sueo. Tampocoacepto esta afirmacin. La mayor parte de los revolucionarios tratan ciertamente de serrevolucionarios al principio de sus esfuerzos como tales. Muchos de los regmenes revolucionariosrealmente tratan de cambiar el mundo. No traicionan sus ideales. Descubren que, como individuosy como regmenes, las estructuras del sistema mundial los restringen a comportarse en ciertaforma y dentro de determinados parmetros o de lo contrario, pierden toda capacidad de seractores importantes en ese sistema mundial. Y as, tarde o temprano, doblegan sus intenciones a larealidad". 6

    Entonces, no slo hay un solo sistema (el sistema-mundo capitalista) sino que no hay una talmarcha objetiva del desarrollo social que nos asegure que todo tiempo futuro siempre ser untiempo mejor, "...no hay una tendencia histrica hacia el comunismo, la revolucin o laemancipacin, ni teologa, ni corriente por la que las fuerzas de la emancipacin pudieran dejarsellevar; nada que garantice su victoria, nada de estadios que se sucedan de forma natural. No hayfuerzas creadas a espaldas del capital, que finalmente lo abolirn, ni inversin dialctica, niastucia de la razn. La emancipacin social, si es que ha de darse, ser un salto sin red hacia lodesconocido, no la ejecucin de una sentencia dictada por la historia.

    Por el contrario, la tendencia al desastre s que es objetiva. La evolucin de la sociedad mercantiltiene, en efecto, algo de prefijado, porque sus crisis y su agotamiento se asientan en su mismoncleo, y su historia es el despliegue de dicho ncleo. Es la catstrofe la que est programada, nola emancipacin; las cosas abandonadas a su discurrir espontneo nicamente conducen alabismo" 7 .

    En cuanto a la acumulacin incesante de capital como esencia del capitalismo no es que en elcapitalismo se menosprecie la obtencin de ganancias (objetivo de la produccin capitalista segnMarx) sino que, en la economa-mundo capitalista, para la consecucin de las mismas unacondicin sine qua nom es la incesante acumulacin de capital, haciendo por ello el crecimientoincesante la "actividad definidora central del sistema histrico capitalista/"moderno".

    De ah que el decrecimiento y la defensa de la ecologa sean dentro del capitalismo mecanismosutpicos de enfrentamiento a este sistema, por cuanto el capitalismo es una sociedad voraz que noconoce lmites (o crece o perece), cuyas bacanales productivas necesitan "crecerpermanentemente, y consumir cada vez ms materiales, solo para compensar la disminucin de sumasa de valor"8.

    Sin embargo, cmo lograr el verdadero lucro, el tipo de ganancias extraordinarias, considerablesy cuantiosas que permite la acumulacin interminable de capital en serio?. En primer lugar, atravs del mercado, produciendo mercancas a un costo ms bajo del precio al que se vende en elmismo; pero, como cualquier productor podra destruir dicha ventaja mejorando su eficiencia,cualquier monopolio que tenga por base la libre competencia en el mercado siempre ser proclivede ser socavado. Por tanto, para impedir que el mercado le de la bienvenida a aquellos productoresque puedan igualar y/o mejorar la eficiencia de los productores existentes, aparece la necesidad delimitar, con una serie de prohibiciones y limitaciones, las entradas realmente significativas de otrosconcurrentes. As es que "El verdadero lucro, el tipo de ganancias que permite la acumulacin

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  • interminable de capital en serio, slo es posible con monopolios relativos, por el tiempo que duren"9.

    Entonces qu deben hacer los movimientos antisistmicos cuando palpen, colaboren, participen ose apropien tcticamente el poder?

    Los mismos tienen que encaminar toda su labor poltica, legislativa y ejecutiva a la destruccin delms mnimo monopolio impuesto sobre la actividad econmica. "El mercado libre hipottico, tancaro a las elucubraciones de los economistas, un mercado con mltiples compradores yvendedores, todos los cuales tienen informacin perfecta, sera por supuesto un desastre desde elpunto de vista capitalista. Quin podra hacer dinero en l? El capitalista se vera reducido alingreso del proletario hipottico del siglo XIX, viviendo de "la ley de hierro de los beneficiosen un mercado libre", apenas lo suficiente para sobrevivir"10.

    Por tanto, hay que dejar entrar al mercado a todo el que lo desee. "El mercado libre es enemigomortal de la acumulacin de capital"11 y como esta es la sstole y distole de la economa-mundocapitalista, estaramos asestando con ello un golpe contundente en la misma mdula espinal dedicha economa-mundo, esencia y misin fundamental de todo movimiento antisistmico autnticoque se proponga transformar el capitalismo y no su mera reforma.

    S existe un solo sistema en el planeta desde fines del siglo XIX, como se ha dicho, todo indicador odeterminacin que se haga de l, si queremos que sea objetivo, y refleje por tanto lo msaproximadamente fiel posible la realidad que se mida, el mismo tiene que ser sobre el sistema-mundo en su conjunto, por ello los estados nacionales si bien existen y han sido necesarios12 para el funcionamiento de la economa-mundo capitalista no son puntos de referencia esencialesen el mundo moderno.

    La verdadera unidad de anlisis y los procesos que discurren son del sistema-mundo como un todo, por ello no hay ni puede haber teora ni polticas nacionales de desarrollo, lo que se desarrolla noson los pases sino la economa-mundo capitalista. Lo nico que pueden hacer los estadosnacionales, y esto debe quedar claro para todos aquellos movimientos antisistmicos que aspiran atransformar (no reformar) el capitalismo, es mejorar la posicin estructural dentro de laeconoma-mundo, a partir del aprovechamiento de una o varias ventajas comparativas con la quecuente en determinado momento, o la posibilidad de establecer efectivos monopolios sobre unaparte o todos los eslabones de una cadena de mercanca; esto ltimo, algo que solo pueden lograraquellas estructuras gubernamentales que cuentan con un estado fuerte.

    Entonces, qu actitud asumir respecto al desarrollo: acelerarlo o frenarlo, ir en pos de l uobviarlo?. El profesor Wallerstein considera que "el desarrollo nacional es hoy por hoy una ilusin,sin importar qu mtodo se defienda y utilice. Si todas nuestras energas se enfocan en esa

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  • direccin, entonces el capitalismo podra tener los 200 aos ms que, segn esperaba Schumpeter,creara para s. Y con estos 200 aos extra, el estrato privilegiado del mundo podra manejar unatransicin a un sistema-mundo por completo diferente, pero del mismo modo no equitativa"13.

    La exhortacin de la "perspectiva de sistemas-mundo" a los movimientos antisistmicos queluchan por transformar el capitalismo en un nuevo sistema, ms solidario y justo que el actual es, a "... retener el plusvalor, es decir, el nfasis en una mayor igualdad y participacin democrtica[que], lejos de ser utpico podra ser devastadoramente eficaz. La gran barrera para lograrlo hoy enda no son tanto los capitalistas de gran escala como los propios movimientos antisistmicos.Deben estar conscientes de su ambivalencia histrica hacia los dos significados de desarrollo: msy ms equitativo, y deben optar por el ltimo. En dicha opcin, el estado no es irrelevante. Haymuchas maneras por las que los aparatos estatales pueden incitar este programa, pero si dichosaparatos estatales son el motor, entonces el desarrollo ser una ilusin y no una cinosura"14

    Y por ltimo, el aspecto que posiblemente ms atae directamente a los movimientosantisistmicos que luchan contra el capitalismo, y que tiene que ver con la geocultura que hadominado en el sistema-mundo moderno por lo menos hasta 1968, cuando recibi un golpedemoledor aunque no de muerte, pues de hecho pugna tenazmente y con fuerza de inercia, parano abandonar el escenario poltico ambivalente y de centro que siempre ha ocupado en el mundomoderno.

    Cul es esa geocultura?, cundo y por qu surgi en el sistema-mundo moderno?, en quconsista la misma?, por qu comenz a perder su aceptabilidad general con la Revolucin mundialde 1968?, y lo ms importante, qu hacer contra todos aquellos intentos de resucitarlaprecisamente en el momento en que, producto de la situacin de caos y bifurcacin sistmica enque se encuentra el sistema-mundo capitalista, estamos ante las mejores condiciones de connuestra accin, inclinar la balanza de la historia por primera vez, y de manera efectiva y definitivadel lado de los que con su trabajo, como deca Che, crean los valores, acumulan con su faena lasriquezas y por ello son los que echan a andar las ruedas de la historia.

    La geocultura es un conjunto de valores y reglas bsicas aceptado activamente por la mayora delos cuadros y al menos pasivamente por la mayora de las personas (es decir, que stas no lleguenal excepticismo activo); todos los sistemas histricos tienen geocultura, aunque puede hacer faltaalgn tiempo para que esa geocultura se asiente en un sistema histrico determinado.

    En el caso del sistema-mundo moderno (la economa-mundo capitalista) durante tres siglos (XVI,XVII y XVIII) funcion sin ninguna geocultura firmemente instaurada, fue con la Revolucin Francesaque el sistema se dot de una geocultura al arraigar rpida y profundamente en la concienciapopular dos principios nuevos, hasta ese momento inexistentes: "la normalidad del cambio polticoy la soberana del pueblo" los que "en s y por s, eran muy revolucionarios en sus implicacionespara el sistema mundial. [ya que] Lejos de asegurar la legitimidad de la economa-mundocapitalista amenazaban con deslegitimarla a largo plazo"15 siendo por ello necesario regular lascondiciones en que se producira el cambio y se ejercera por el pueblo la soberana, de tal formaque no afectara la incesante acumulacin de capital, esencia y razn de ser del sistema.

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  • Ya que el "genio" se haba salido de la botella de lo que se trataba ahora era de cmo contenerlo, yen ese sentido surge el liberalismo como el remedio, imponiendo "la va media, el centro vital. Nimuy rpido ni muy despacio, sino el cambio a la velocidad precisa..."16 como el escape a lasituacin creada.

    Lo ms importante es que en ese proceso, el liberalismo arrastr a las dems ideologas(conservadores y socialistas) quienes en realidad fueron simples prolongaciones de la ideologaliberal, con una posicin formalmente clara pero sustancialmente ambigua, sin claridad en suprograma, haciendo ms bien su nfasis en el proceso, sin radicalismos, queriendo perfeccionar elsistema pero no transformarlo, porque en su visin el mundo del siglo XIX ya era la culminacin delprogreso humano, el fin de la historia.

    "Las tres ideologas de la poca moderna han sido, por tanto, tres estrategias polticas paraenfrentar las creencias [y exigencias] populares que han dominado nuestro mundo moderno desde1789" 17 , "...el escudo ideolgico construido por la fuerzas dominantes contra los insistentesreclamos de las clases peligrosas despus de 1789" 18 .

    Y esto es lo que ha ocurrido a todos los movimientos antisistmicos que desde el siglo XIX(comunistas, socialdemcratas y movimientos de liberacin nacional) han luchado contra el sistema-mundo capitalista, que todos, sin excepcin alguna!, al rozar, tocar, compartir o tomar elpoder se han vuelto liberales con sus respectivo corolarios: la fe ciega en el progreso material yespiritual de la humanidad, autodeterminacin para todos los pueblos, desarrollo econmico de lospases subdesarrollados, el anlisis racional como funcin de las ciencias sociales etc..

    Dice el compaero Wallerstein que esos viejos movimientos antisistmicos (la llamada "viejaizquierda") fueron arrojados a un lado entre 1968 y 1989, porque a pesar de ser una minorasometida, era una minora poderosa que no representaba en s a la a la mayora de la humanidaddesposeda y relegada, era ms bien "una franja muy estrecha de la poblacin del mundo, elsegmento menos acomodado del sector modernista de la economa-mundo tal como estabaestructurada digamos entre 1750 y 1950. (...) las clases trabajadoras urbanizadas calificadas ysemicalificadas, las intelligentsias del mundo y los grupos ms calificados y educados de las reasrurales donde el funcionamiento de la economa-mundo capitalista era ms inmediatamente visible.En conjunto era un nmero significativo, pero estaban lejos de ser la mayora de la poblacin delmundo...una minora oprimida, pero de todos modos una minora numrica de la poblacin...quehablaba un lenguaje universalista pero practicaba una poltica particularista"19.

    Esos han sido quienes nos han representado hasta ahora, o ms bien, quienes nos han dicho quenos representaban, pero cabe preguntarse si es que verdaderamente se han ido del escenariopoltico, a lo que tenemos que decir que no, siguen batallando an por ocupar el espacio de los quequieren encabezar la lucha por un nuevo sistema pese a la endeblez y flojedad histrica que hanmantenido en el pasado.

    Aunque hay que tener en cuenta las limitantes objetivas de carcter sistmico a las que se ven

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  • sometidos en cada poca y lugar los movimientos antisistmicos, que constrien sus aspiraciones ymetas, stos nunca pueden perder de vista "que la ms poderosa de las fuerzas objetivas de lacivilizacin humana es la propia subjetividad. A fin de cuentas, desde una ptica revolucionaria, loobjetivo no es otra cosa que lo objetivado, las fuerzas activas de los seres humanos transformadasen objetividad...Las leyes de la economa capitalista ponen lmite como posibilidad al movimientodel capital. La realidad de este lmite es la accin organizada de la voluntad revolucionaria"20.

    Sirvan solo tres ejemplos para demostrar a todos los que se esfuerzan por transformar el sistema-mundo capitalista en otro tipo de sociedad ms justa que la actual, que la pelea por esenuevo mundo empieza tambin, si queremos tener xito, por desplazar a esos grupos quepresumiblemente nos representan, pero que en realidad no estn por transformar el sistema sinopor adecuarse a l.

    En todos ellos se constatar como fuerzas polticas aparentemente antagnicas cuyos intereses yobjetivos resultaran en la prctica irreconciliables, comparten los mismos principios y utilizan elmismo lenguaje, casi similar, con una identidad de conceptos que ms que asombrar sorprendeante tantas coincidencias, y que refleja que la lucha de las fuerzas antisistmicas contra elapaciguamiento que preconiza la geocultura del liberalismo no slo persiste, sino que hay quevencerla si en realidad aspiramos a transformar y no reformar el capitalismo.

    El primer ejemplo tiene que ver con la reaccin que provoca el intento independentista deCatalua. Entrevistado en Radio Nacional de Espaa el ministro de defensa espaol Pedro Morens,sobre qu papel podran tener las Fuerzas Armadas Espaolas en caso de una declaracin unilateralde independencia en Catalua, el halcn peninsular, representante de lo ms reaccionario yconservador de la derecha neofranquista espaola responda al periodista Alfredo Menndez:

    "Si todo el mundo cumple con su deber le aseguro que no har falta ningn tipo de actuacin comola que usted est planteando"21.

    Qu reaccin ha tenido antes estas amenazantes palabras la izquierda catalana en boca de LlusRabell, candidato de Catalunya S que es Pot a las elecciones catalanas del 27 de septiembre de2015?

    "Si en Catalunya la gente sencilla y trabajadora hace lo que tiene que hacer, no har falta queMorens abra la boca"22.

    Puede encontrarse mayor similitud entre dos declaraciones como estas del ministro de la guerraespaol y el representante de los sectores populares en Catalua, respecto a qu tendra quesuceder, qu es lo que no tendra que hacer el pueblo cataln para no ver sobre las calles deBarcelona, Gerona, Lrida y Tarragona los tanques espaoles?

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  • A esto hay que agregar que el 3 de septiembre de 2015 en entrevista para la Cadena Ser (uno delos medios de comunicacin del grupo Prisa), Pablo Iglesias, presumiblemente la figura de laizquierda espaola de mayor perfil antisistmico, expresaba en relacin al separatismo cataln algoque emula los pronunciamientos de los ms destacados paladines del liberalismo de todos lostiempos:

    "No creo que Mas cumpla sus amenazas [declarar unilateralmente la independencia de Catalua]pero el derecho a decidir [la voluntad democrtica del pueblo cataln de elegir si se independiza deEspaa o no] es fundamental"23.

    Habr alguna declaracin ms incoherente , discordante y contradictoria que sta?

    El otro ejemplo de la resistencia del liberalismo a abandonar el terreno poltico en todas partes,tiene que ver con unos pronunciamientos del Sr. Marino Murillo el 15 de julio de 2015 en lassesiones del parlamento cubano, all el ex militar que dirige la reforma econmica en Cuba dijo:

    "Si la productividad del trabajo no crece, no se puede pagar [ms] salario. Si no hay respaldoproductivo no se puede pagar [ms], si se reparte salario sin respaldo productivo preprense parala subida de los precios. Si no se crea la riqueza no se puede pagar ms.

    (...) Las empresas tienen la costumbre de que cuando estn con prdidas, se viran al estado paraque le d el dinero, se acab, solo se da en casos muy excepcionales.

    Las empresas con prdidas a veces se unen y si son dos con deudas, donde quiere que vayantendrn sus deudas. Hay que producir con eficiencia, no hay otro modo de proteger la economa "24.

    Si no se dijera que estas palabras fueron dichas por alguien que es miembro del Bur Poltico de unpartido comunista, cabra alguna duda que salieron de la boca de un competente y entendidocapitalista que procura la mxima rentabilidad y eficiencia para su empresa y sabe cmoconseguirla?, cuntas veces a lo largo de 500 aos de existencia del sistema-mundo capitalista lostrabajadores que han recibido un salario por el pago de una parte de su trabajo, han escuchado dela boca de su capitalista, razonamientos anlogos a los que en la Asamblea Nacional del PoderPopular de Cuba, el ejecutor de la reforma econmica cubana ha lanzado como mensaje a toda laclase obrera y trabajadora de la mayor de las Antillas?.

    No es que el Sr. Marino Murillo no est diciendo la verdad (algunas son como puos, no se puededistribuir ms valor de lo que se produce, por ejemplo); lo criticable y repudiable desde el punto devista antisistmico, de todos aquellos que no estn por la reforma sino por la transformacin del

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  • capitalismo, es que se engae a la poblacin (algo tan caracterstico de la geocultura liberal) y queun proceso de insercin completa y total a la economa capitalista mundial, como el que ocurreactualmente en Cuba (pero que ya lo hemos visto en China y Viet Nam), que exige eficiencia entodos sus eslabones, sea presentado y se venda como un proceso de "actualizacin del modelosocialista", eso es lo que la "perspectiva de sistemas-mundo" jams va aceptar.

    El tercer y ltimo ejemplo atae a Brasil, un pas subimperialista que ha estado gobernado losltimos 13 aos por gobiernos de izquierda. En un encuentro ante labriegos y lderes delMovimiento de los Sin Tierra, defendiendo el programa de ajuste fiscal como nica alternativa desuperar la crisis, sin salir de los marcos capitalistas, la ltima presidenta de estos gobiernos Sra.Dilma Rousseff, dijo las siguientes palabras:

    "Si aprobamos el ajuste, superaremos (la crisis) a corto plazo. Ajustar forma parte de la vida. Todoslo hacen. No lo estamos haciendo porque nos gusta, sino porque el pas tiene que seguir creciendo,generando empleo y realizando polticas sociales"25.

    No ha sido ste siempre el leitmotiv de la geocultura liberal que ha dominado desde hace ms de200 aos el sistema-mundo capitalista: nunca desanimar a las masas, prohibido crear estados deexasperacin , jams crear situaciones inquietantes en el pueblo que pueda ocasionarledesasosiego y sobre todo infundir esperanza y optimismo en el futuro?

    No dijo esto mismo el Sr. Jos Luis Rodrguez Zapatero cuando en mayo de 2010 fue obligado porlos poderes europeos y mundiales a iniciar una serie de recortes en Espaa?.

    No ha repetido el mismo razonamiento en los ltimos cuatro aos, el gobierno derechista yconservador de Mariano Rajoy para justificar su poltica econmica restrictiva con trabajadores,estudiantes, discapacitados y dependientes, pero displicente y benvolo con corruptos,defraudadores y el gran capital?.

    No es ste otro ejemplo de que en el sistema-mundo moderno independientemente de laideologa que se profese, cada vez que se han tomado las riendas del poder, la prioridad ha sido lamisma desde hace cinco siglos: privilegiar por encima de todo y de todos la incesante acumulacinde capital?

    Los obnubilados representantes de la vieja izquierda latinoamericana (y de la nueva izquierdaenvejecida tras llegar al poder) se hicieron ilusiones con el ciclo revolucionario que se abri enLatinoamrica tras la llegada al poder de Hugo Chvez en Venezuela el 2 de febrero de 1999, hoytodo ello no parece ms que un espejismo y es que como dice el profesor Carlos Antonio AguirreRojas en su ltimo libro "Antimanual del Buen Rebelde" "los movimientos en contra del capitalismono pueden simplemente apoderarse del Estado tal y como lo heredan de la sociedad burguesa yservirse de l como un instrumento para cumplir sus propios fines, que son anticapitalistas". Los

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  • gobiernos de Hugo Chvez, ahora de Nicols Maduro, en Venezuela; Rafael Correa, en Ecuador; EvoMorales, en Bolivia; Luiz Incio Lula da Silva, en Brasil; Nstor y Cristina Kirchner, en Argentina;Mujica y Vzquez, en Uruguay; Daniel Ortega, en Nicaragua; Mauricio Funes y Snchez Cern, en ElSalvador; y los derrocados Manuel Celaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay hicieronexactamente lo contrario de lo recomendado por Marx: "Se apoderaron del viejo Estado burgus ysin hacerle grandes modificaciones tratan de llevar a cabo un supuesto cambio social y,evidentemente, fracasan... Frente al neoliberalismo destructivo y salvaje, desarrollan unneoliberalismo moderado, parchando con un gasto social mayor. Es preferible esto a lo primero -sinduda- pero no es por lo que estn luchando los movimientos radicales anticapitalistas"26.

    Vivimos un perodo excepcional en la vida del sistema-mundo capitalista/"moderno", un momentoque solo se vive una vez en el desarrollo de los sistemas, que es cuando el mismo entra en crisisestructural, por aadidura irreversible; este proceso se produce cuando los sistemas son incapacesde generar mecanismos que logren restablecer el equilibrio perdido por la accin de las normales ynaturales contradicciones que lo van erosionando, ingresando entonces en una situacin de caos ybifurcacin histrica. En esta etapa, en el sistema dejan de regir las leyes del determinismohistrico y comienza a funcionar el libre albedro. Es en ste momento que pequeas acciones (pormuy insignificantes que parezcan) son capaces de producir grandes cambios ("conforme aumentala profundidad de la accin histrica, aumenta el volumen de la masa cuya accin es", deca Marx),al contrario de cuando los sistemas funcionan normalmente, en que an las grandes fluctuaciones,que se realizan en su seno, originan efectos relativamente escasos. Por eso, el mensaje paranavegantes de la vieja y nueva izquierda liberal reformista, el momento no es reformista sinorevolucionario, no es de administrar las contradicciones del sistema para solucionarlas, sino deaprovechar las mismas para derrocarlo, transformndolo en un sistema no polarizado, incluyente ydemocrtico, donde la primera ley sea que ningn ser humano pueda apropiarse del trabajo de losdems. En esa batalla, la "perspectiva de sistemas-mundo" de Immanuel Wallerstein estar al ladode los antisistemas del mundo como una imprescindible y necesaria teora.

    Notas

    * Carta del Che del 20 de febrero de 1964 en respuesta a una que le envi desde Marruecos laSra. Mara Rosario Guevara, en la cual le preguntaba que poda ser parienta suya.

    1. Wallerstein, Immanuel. "El anlisis de los sistemas-mundo". Captulo VIII del libro "Capitalismohistrico y movimientos antisistmicos. Un anlisis de sistemas-mundo". Ediciones Akal. Madrid.Espaa.2004. pg. 134.

    2. Para una caracterizacin de los mismos, los lmites que definan su tamao y extensin, y lalgica que gua la distribucin de los bienes producidos ver "El anlisis de los sistemas-mundo"Captulo VIII del Libro "Capitalismo histrico y movimientos antisistmicos. Un anlisis de

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  • sistemas-mundo". Editorial Akal. 2004. Pg 142-143. Apareci por primera vez en 1987. Laimportancia de este artculo y su didctica es tal, que el propio Wallerstein consideraba que "era loms claro que he escrito que he escrito al respecto" Pg 134.

    3. Wallerstein, Immanuel. El anlisis de los sistemas-mundo" Captulo VIII del Libro "Capitalismohistrico y movimientos antisistmicos. Un anlisis de sistemas-mundo" Pg 143.

    4. Wallerstein, Immanuel. "El capitalismo Qu es? Un problemas de conceptualizacin".Universidad Nacional Autnoma de Mxico. 1999. (subrayados nuestros).

    5. "El ndice de crecimiento de la URSS en los aos cincuenta era ms alto que el de cualquier pasoccidental". Hobsbawm, Eric. Historia del Siglo XX. Captulo IX. Los aos dorados. Editorial Crtica.2009. Barcelona. Pg. 262

    6. Wallerstein, Immanuel. "Utopstica o las opciones histricas del siglo XXI". Captulo 1. El fracasode los sueos, o el paraso perdido?. Versin revisada de las conferencias Sir Douglas Robbimpartidas en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, los das 16, 22 y 23 de octubre de 1997.

    7. Jappe, Anselm. "Crdito a Muerte. La descomposicin del capitalismo y sus crticos". EditorialPepitas de Calabaza. 2011. Pg. 17.

    8. Rojas Ferro, Diosdado. "A los decrecentistas y ecologistas: ni decrecimiento ni ecologismo, elcapitalismo es el que es, el capitalismo realmente existente". Disponible en http://laguarura-impresa.blogspot.com.es/2013/10/a-los-decrecentistas-y-ecologistas-ni.html DecioMachado compara en un ejemplo lo que China, la locomotora capitalista mundial por excelencia enla actualidad, necesitaba deglutir en 1998 y 2011 para sostener tasas de crecimiento del 10 %,hecho que demuestra el agotamiento estructural de la economa-mundo capitalista. "Cuanto msrico es un pas, ms duro es el reto de crecer y es posible que en el marco del capitalismo global,hasta haya demasiados pases grandes para hacerlo. En 1998 China, para que su economa de unbilln de dlares creciera en un 10%, tuvo que expandir sus actividades econmicas en 100.000millones de dlares y consumir slo el 10% de las materias primas industriales mundiales. Ya en2011, para que su economa de seis billones de dlares creciera igual de rpido, necesitexpandirse en 600.000 millones de dlares al ao y absorber ms del 30% de la produccin globalde materias primas. Evidentemente China ahora est sufriendo el problema de insostenibilidad ensu modelo de crecimiento econmico" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203069

    9. Wallerstein, Immanuel. "Estados? Soberana?. Los dilemas de los capitalistas en una poca detransicin" . Captulo 4 del libro Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido.Una ciencia social para el siglo XXI.

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  • 10. Ibdem.

    11. Ibdem.

    12. Tal es as, que las llamadas cadenas de mercancas al atravesar en su largo recorrido, rumbo asu destino final varios estados nacionales, oscurecen la realidad y las causas de la polarizacinaguda de la distribucin, que es la consecuencia de la acumulacin interminable de capital,situando al Estado nacional en el sistema-mundo moderno en "la forma ms efectiva de minimizarla oposicin poltica" al contribuir de manera fundamental a lograr "la opacidad de la distribucindel plusvalor en una cadena de mercancas larga".

    13. "Desarrollo: cinosura o ilusin?". Captulo 7 del Libro "Impensar las Ciencias Sociales".

    14. Ibdem.

    15. Wallerstein, Immanuel. "Las insuperables contradicciones del liberalismo: los derechoshumanos y los derechos de los pueblos en la geocultura del sistema mundial moderno". Captulo 8del libro "Despus del Liberalismo". Editorial Siglo XXI. Sexta reimpresin 2011. Pg 149-152.

    16. Ibdem.

    17. Ibdem.

    18. Wallerstein, Immanuel. "Las agonas del liberalismo". Captulo 14 del libro "Despus delLiberalismo". Editorial Siglo XXI. Sexta reimpresin 2011. Pg 263.

    19. Wallerstein, Immanuel. Las agonas del liberalismo. Qu esperar del progreso?. Captulo 14 dellibro "Despus del Liberalismo". Pg. 263-264.

    20. Zardoya Loureda, Rubn. Nuestro Gramsci. Contribucin al estudio crtico del capitalismocontemporneo. Revista Cuba Socialista 17. Pg 27.

    21. Morens dice que 'si todo el mundo cumple con su deber no har falta ninguna actuacin' del

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  • Ejrcito en Catalua. Peridico espaol El Mundo 8 septiembre 2015. Disponible en: http://www.elmundo.es/espana/2015/09/08/55eed72a46163f68368b458d.html

    22. Crticas a las 'amenazas' de Morens. Peridico espaol El Mundo 8 septiembre 2015.Disponible en http://www.elmundo.es/espana/2015/09/08/55eee7d746163f4d368b4580.html

    23. Pablo Iglesias duda de que Mas cumpla sus "amenazas"http://www.lavanguardia.com/politica/20150903/54436213648/pablo-iglesias-duda-artur-mas-cumpla-amenazas-elecciones-catalanas.html

    En este aspecto es bueno destacar que ha existido histricamente una visin conjunta y unaunidad monoltica, entre las fuerzas conservadoras y progresistas espaolas, a la hora de hacer unfrente comn, en post de la conservacin de la integridad territorial de lo que han considerado lanacin espaola, (ayer, como imperio colonial y hoy, como estado imperialista vestido del ropaje demonarqua constitucional liberal burguesa). A principios de 1873, apareci en Madrid un folleto,publicado por Jos Mart (luchador anticolonialista cubano), a razn de constituirse la RepblicaEspaola, la cual, desde un principio, dej claro su postura anti-independentista ante losguerrilleros cubanos que participaban en la guerra de independencia que haba iniciado CarlosManuel de Cspedes en 1868, y que los cubanos bautizaran como la Guerra de los Diez Aos. En elbello escrito, el tambin considerado hroe nacional cubano, preguntaba en un ensayo lleno, depreguntas a los republicanos peninsulares: "Y si Cuba proclama su independencia por el mismoderecho que se proclama la Repblica, cmo ha de negar la Repblica a Cuba su derecho de serlibre, que es el mismo que ella us para serlo? Cmo ha de negarse a s misma la Repblica?".Mart Prez, Jos. "La Repblica espaola ante la Revolucin cubana". Disponible en http://www.damisela.com/literatura/pais/cuba/autores/marti/espanola/index.htm

    24. Marino Murillo: Creci la economa cubana 4,7 % en el Primer Semestre. http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/07/15/marino-murillo-crecio-la-economia-cubana-47-por-ciento-en-el-primer-semestre/#.VfvVXnnou1s

    25. "Temporal, crisis en Brasil: Rousseff". http://www.jornada.unam.mx/2015/03/21/mundo/025n5mun

    26. Aguirre Rojas, Carlos Antonio. "Antimanual del Buen Rebelde".

    Rebelin ha publicado este artculo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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