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Historia

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  • :: portada :: Colombia ::

    13-10-2015

    Humberto de la Calle, negociador o "marchandise" de la justicia yla paz en Colombia?Sara LeukosRebelin

    En memoria a (de) Mara Esther Cayapu, comunista, lder y enfermera. Habitante del municipio deTrujillo quien fue detenida por agentes al servicio de narco-paramilitares, torturada ydesmembrada. Su cuerpo tirado al rio Cauca, nunca fue encontrado.

    El polivalente y escurridizo Humberto de la Calle, en el gobierno de Cesar Gaviria (1990-1994), seconsagr como ministro de gobierno en el ao de 1990 -1991. Su imagen se pudo ver en laAsamblea nacional constituyente de 1991. Mientras esto ocurra, se perpetraba una de las tantasmasacres en los municipios de Trujillo, Riofro y Bolvar entre 1986 y 1994 en el departamento delValle del Cauca. Esta instalacin del terror se realizaba en medio de los alborozos polticos de laconstituyente de 1991, hallndose en su momento, un hecho lgido, inaceptable: escuadrones de lamuerte compuestos por grupos de narcotraficantes del norte del valle, agentes de polica,batallones y agentes militares. Todos reunidos para asesinar y desaparecer como en las peoreseliminaciones del siglo XX. Se extenda la supresin ms all del siglo XX y an ahora. Un fuertecordn histrico de instrumentalizacin poltica: mientras se habla de democracia, se asesina. Es unejemplo raro, catico lo que ocurre en Colombia.

    Es extrao y porque no decirlo, vulgar, inoficioso y de mal gusto poltico: asesinar para triunfar. Unexabrupto. Un crimen poltico de la peor calaa.

    Humberto de la Calle, siempre destacado por estar en ligeras orillas, con su vozarrn de medialuna, de un lado y otro para destacar los intereses de quien lo protege. Cabe recordar, suvicepresidencia en el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998), durante los primeros dos aos, alparecer su trabajo poltico lo convoca indignado a renunciar a su cargo por el llamado proceso 8000mil ante el ex-presidente Samper, bajo una tica de cuerda. En su paso, se le olvida que seextendi la ms execrable masacre en el Valle del Cauca en el municipio de Trujillo. Segn l,podra argumentar que dicho temita no era de su competencia, pero nunca se sabr que aureola seimprimi en su ministerio, decretos de seguridad nacional privada, ya gestadas desde elex-presidente Cesar Gaviria.

    Es sabido que renunci, segn l por una cuestin tica, la entrada de dineros del narcotrfico a lacampaa electoral de Samper, pero no por el grupo de narcos-paramilitares que hicieron de lassuyas, a su antojo y amao deteniendo, asesinando, descuartizando y desapareciendo a numerososlabriegos del municipio en el Valle del Cauca.

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  • La masacre de Trujillo, ocurrida durante su ministerio pasa sin vergenza por el estado y bajo superiodo vicepresidencial. Despus de una marcha de campesinos, esta se inicia de manerasistemtica, paulatinamente bajo jornadas entre un mes y otro. En un giro sistemtico, seasesinaron entre hombres y mujeres a ms de 380 ciudadanos por parte de narco-paramilitares enel municipio de Trujillo. Muchos de ellos torturados, desaparecidos, descuartizados y tirados al roCauca. El cielo llor y con ello las nubes grises envolvieron un clima sobrecogido, de miedo para lostrujillenses tanto en la gran montaa, como en el casco urbano. En aquel cielo pintado, aparece lavereda La Sonora, lugar expedito del gran circuito geo-referenciado, para la realizacin de lamasacre de Trujillo, consagrando una vez ms una historia local, de horror ante la memoria deColombia. Los muertos comenzaran hablar mucho tiempo despus...

    Esta prolongacin de violencia, no entr en la tica del representante plenipotenciario, por partedel gobierno actual para los dilogos en la mesa en la Habana. Nunca se sinti tico y moralmenteen secuencia, para renunciar ante el hecho -para-criminalizador en dicho periodo por la masacre deTrujillo. Nunca estara dentro de su juicio moral, renunciar por los asesinatos de los campesinos,sino que ms bien, se escurri en el tiempo acorde con sus intereses internos y mediticos queobligara su tica de afanador, ms bien virado sobre el temita del proceso 8000 mil abierto alex-Presidente Ernesto Samper. Seguro su curso poltico lo continu sin mella, donde las huestes leatiborraron su mente para pasar hacer el asesor jurdico en la reforma a la Constitucin que llev ala primera reeleccin del canalla y baladrn de lvaro Uribe Vlez. Todo un montaje y accin deinstrumentalizacin poltica.

    Hoy el lenguaje del sr. Humberto de Calle es el mismo, sus declaraciones fuera de tono, sobre loacordado en materia de justicia en la mesa de la Habana, es poco acertada en el actual dialogo depaz. Tanto con Cesar Gaviria, Ernesto Samper como con lvaro Uribe, este representante en laHabana ha transitado sinuosamente, en toda la estela del circuito poltico, bajo los decretos deseguridad nacional del estado, colocando un sello para-criminalizador. Ello no vino solito. Todo tienesu cuota econmica, poltica, administrativa y jurdica donde, se les esperan a muchos para querespondan en el banquillo por los crmenes cometidos y sus delitos polticos.

    As el curso de la justicia, toma otros matices, an a sabiendas como se ha pasado por la aperturade las negociaciones de paz en 1991 con la coordinadora guerrillera y, hoy con otra salida.

    Hoy el sr. Humberto de la Calle, esto lo hace muy visible, como se mueve de una orilla otra consuma facilidad. Conociendo cmo las instituciones de estado, transitan de un retazo a otro, comoen un rompecabezas poltico delineado. Su vocabulario emplazatorio a la justicia, debe salir a la luzen materia de compromiso del estado, bajo el marco de una no-impunidad. Esto convoca a querespete a cada una de las partes en la mesa de la Habana los temas tratados. La sociedad civilmerece respeto sobre el acuerdo sobre justicia, firmado por las FARC-EP y el gobierno de Santos.Caben muchos interrogantes sobre los alcances que el gobierno quiere en materia de justicia eimpunidad para sus polticos, empresarios y militares que deben hacer parte del llamado tribunalespecial. El banquillo de los acusados espera y la sociedad requiere claridad sobre la justiciaabordada en el acuerdo de paz.

    Empezando por desbrozar la impunidad del Estado, que bajo un proceso de paz, ya amarr leyes

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  • para ejercer decretos punitivos ante la lucha por el derecho a la libre expresin y los convirti atravs del Cdigo penal en leyes represoras, de corte punitivo. El estado en la imposicin, bajo suinstrumentalizacin del poder vierte una violencia como fin implcito y ahora transitatranquilamente desde sus huestes a una violencia jurdica para terminar lo iniciado.

    Al plenipotenciario del presidente Santos ante la mesa de la Habana, seor Humberto de la calle,que no se le olvide como la justicia acordada debe por lo menos, llegar a una accin restaurativapara darle salida a la impunidad estatal. Esa que justo, esperan los colombianos, porque la paz noes mercanca de la palabra, ni corte de culebrero. All todos harn resistencia popular, sobre nuevasformas y subjetividades polticas e histricas. No todo est perdido. Hay que abonar el camino de lapaz, pero no con aires triunfalistas. Detenerse en una o todas las partes para ser creativospolticamente, mientras se aguarda el tiempo.

    Aires de triunfo o nuevas formas del Santismo en la izquierda: Humberto de la calle1

    En medio de este proceso de paz, las decisiones polticas hacia una alternativa de la izquierdasern cruciales. Cabra preguntarse- Qu tipo de izquierda se est gestando en Colombia?2 . Serque actualmente las alianzas santistas corren como corcho en agua?- Algunos sectores deizquierda en la alianza con el santismo, le imprimen una nueve corriente de frente nacional?-Independencia de clase? - La izquierda cada vez abandona ms la bsqueda de una apertura haciaun proyecto social-popular, para apuntar a medidas liberales como un fin estratgico.

    No hay que ser estlido para ver esas formas delineadas que bajo concesiones polticas sonestatutarias y nada dinmicas. La izquierda tiene que desbrozar su proyecto poltico y social. Hoycircunda bajo el cielo, un aire enrarecido con las pretensiones de una izquierda que se asoman msbien a un discurso sobre medidas liberales. El acuerdo de paz con los movimientos insurgentescomo fin estratgico, en la esfera de lo poltico ser crucial para los movimientos sociales. En estetema - Ser que el plenipotenciario y habilidoso Humberto de la Calle, se anota soterrado ypausado hacia la campaa presidencial del 2018?3 All hay que hablar despejado4. Es necesarioabrir el debate claro, serio sobre los retos de formar una alternativa de izquierda, que responda anuevos desafos de cara a esa memoria hegemnica en privatizar lo pblico, mediatizar lo ntimo yadministrar bajo lo individual.

    Notas

    1 Muy sugerida la siguiente anotacin para esta versin.

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  • 2http://ojosparalapaz-colombia.blogspot.com.co/2014/02/la-izquierda-parlamentaria-de-colombia.html

    3 Es importante anotar que este plenipotenciario del gobierno en el tema de la Paz, ayud alvaro Uribe Vlez a reformar la constitucin de 1991 para la reeleccin del periodo presidencial,lo cual le vali crticas, posteriormente l mismo ayud a disear la constitucin de 1991. Eso levali ser asesor jurdico del baladrn de lvaro Uribe Vlez. Es decir, ignominiosamente pas deun retazo a otro, sin el ms mnimo escrpulo. A eso el pueblo, los movimientos sociales deizquierda no le pueden dar legitimacin.

    4 http://www.elespectador.com/noticias/politica/piedad-cordoba-propone-humberto-de-calle-ser-candidato-articulo-563688

    Rebelin ha publicado este artculo con el permiso de la autora mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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