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:: portada :: África :: Malí, caos y guerra en la puerta de "Sahelstán" 24-11-2015 Mali: Más allá del ataque al Hotel Radisson Guadi Calvo Rebelión p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; widows: 2; orphans: 2; }p.western { font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 14pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; }p.ctl { font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12pt; }a:link { color: rgb(0, 0, 255); } Mali, se ha convertido, desde hace cuatro años, en otro de los escenarios del mundo donde las bandas salafistas desarrollan su guerra. Particularmente desde 2011, con la caída del gobierno y la muerte del Coronel Gadafi, miles de armas y hombres contratados entonces para luchar en Libia, como por ejemplo los mercenarios del príncipe saudita Bandar al-Sultán, comenzaron a expandirse por el Sahel. Muchos de estos mercenarios fueron utilizados para posibilitar la intervención armada de Francia en el norte de Mali, que con la excusa de combatir a al-Qaeda, ahogaron a sangre y fuego una vez más la rebelión del pueblo tuareg. Tras el arribo de cerca de 6.000 tuaregs, que habían combatido junto a las tropas leales al coronel Gadafi, a mediados de enero de 2012 en el norte Malí el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) toma el control de su ancestral territorio generando la cuarta rebelión desde que Mali se independizó de Francia en 1960. La titubeante respuesta del presidente Amadou Toumani Touré produce un vacío de poder que termina en un golpe de Estado el 6 de abril 2012, por parte de oficiales del ejército maliense alentados desde el Eliseo. Las reivindicaciones de la nación tuareg, formalmente apoyadas por bandas vinculadas a al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), como la organización liderada por Iyad Ghali, Ansar Dine (Defensores del Islam) y el Movimiento para la Unidad y Yihad en África Occidental (MUJAO), al-Mulathameen liderado por Mokhtar Belmokhtar con la intensión de cooptar el movimiento y establecer una suerte de califato. El intento puso en alarma a Francia que tiene proyectos propios en la región, que todavía inexplotada se sabe que es muy rica en uranio y oro. Azawad era demasiado para abandonarla en manos tanto de los tuaregs como de los salafistas. page 1 / 4

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Historia

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:: portada :: África :: Malí, caos y guerra en la puerta de "Sahelstán"

24-11-2015

Mali: Más allá del ataque al Hotel RadissonGuadi CalvoRebelión

p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; widows: 2; orphans:2; }p.western { font-family: "Arial",sans-serif; font-size:14pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman",serif;font-size: 14pt; }p.ctl { font-family: "Arial",sans-serif;font-size: 12pt; }a:link { color: rgb(0, 0, 255); }

Mali, se ha convertido, desde hace cuatro años, en otro de los escenarios del mundo donde lasbandas salafistas desarrollan su guerra. Particularmente desde 2011, con la caída del gobierno y lamuerte del Coronel Gadafi, miles de armas y hombres contratados entonces para luchar en Libia,como por ejemplo los mercenarios del príncipe saudita Bandar al-Sultán, comenzaron a expandirsepor el Sahel.

Muchos de estos mercenarios fueron utilizados para posibilitar la intervención armada de Franciaen el norte de Mali, que con la excusa de combatir a al-Qaeda, ahogaron a sangre y fuego una vezmás la rebelión del pueblo tuareg.

Tras el arribo de cerca de 6.000 tuaregs, que habían combatido junto a las tropas leales al coronelGadafi, a mediados de enero de 2012 en el norte Malí el Movimiento Nacional para la Liberación delAzawad (MNLA) toma el control de su ancestral territorio generando la cuarta rebelión desde queMali se independizó de Francia en 1960.

La titubeante respuesta del presidente Amadou Toumani Touré produce un vacío de poder quetermina en un golpe de Estado el 6 de abril 2012, por parte de oficiales del ejército maliensealentados desde el Eliseo.

Las reivindicaciones de la nación tuareg, formalmente apoyadas por bandas vinculadas a al-Qaedapara el Magreb Islámico (AQMI), como la organización liderada por Iyad Ghali, Ansar Dine(Defensores del Islam) y el Movimiento para la Unidad y Yihad en África Occidental (MUJAO),al-Mulathameen liderado por Mokhtar Belmokhtar con la intensión de cooptar el movimiento yestablecer una suerte de califato.

El intento puso en alarma a Francia que tiene proyectos propios en la región, que todavíainexplotada se sabe que es muy rica en uranio y oro. Azawad era demasiado para abandonarla enmanos tanto de los tuaregs como de los salafistas.

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Con apoyo tecnológico de Estados Unidos, Francia lanza la operación Serval que se concentró enextinguir las pretensiones tuaregs, pero así no las de los grupos vinculados a al-Qaeda, a los que seles permitió huir fácilmente al sur de Argelia.

La intervención Serval y su continuación la operación Barkhane, contradice la resolución 2085 delConsejo de las Naciones Unidas que sólo autoriza la intervención de fuerzas militares africanas.Francia fue autorizada posteriormente por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero tuvoimportantes objeciones de los expertos.

Desde entonces el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó la permanecía de sumisión militar de 11.240 miembros.

En los meses siguientes del desbande en Mali, de las bandas takfiristas se produjeron infinidad dedesmembramientos y reagrupamientos de combatientes y organizaciones que pertenecían a AQMI,pasando a conformar nuevas células que abjuraron de al-Qaeda para hacer su juramento de lealtado bay�ah a Abubaker al-Bagdadi, el califa Ibrahim, líder de Estado Islámico. Desde entonces tantoen Argelia como en Túnez no han dejado de protagonizar constantes atentados y asesinatos.

En enero de 2013, la banda al-Mulathameen (Enmascarados) toma la planta de gas In-Amenascapturando 800 rehenes. Para desalojar la planta se debió ejecutar una operación combinada entretropas argelinas, francesas, británicas y estadounidenses que dejó 37 rehenes ejecutados.

Estacionada en la frontera entre Túnez y Argelia, donde ha protagonizado varios ataques apatrullas del ejército tunecino en la sierra de Chaambi, se encuentra la célula Okba Ibn Nafaa. EnTúnez particularmente 2015 fue un año de mucha actividad.

En marzo la toma del museo de Bardo de la capital tunecina por parte del grupo Ansar al-Sharía,vinculado al Estado Islámico dejó 22 muertos. Unos meses después, en junio, en el balnearioSousse, aparentemente un "lobo solitario", Seifeddine Rezgui o Yacoubi, alias Abu Yahyaal-Qayrawani, estudiante de la Universidad de Kirwan al-Qayrawan y domiciliado en la ciudad deGafur, abrió fuego con una AK47 causando cerca de 40 muertos. Los asesinatos de dos dirigentesde la izquierda tunecina Mohamed Brahmi y Chokri Belaid en 2013 también fueron adjudicados agrupos radicales islamistas.

La milicia salafista argelina Jund al-Jilafa (Soldados del Califato), fue responsable del secuestro yposterior ejecución del turista francés Hervé Gourdel, en septiembre de 2014.

En Libia la presencia de Estado Islámico se ha convertido un factor más para la desintegración delpaís en una cantidad de feudos gobernados por bandas de diferentes orígenes y propósitos.

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Mali y por casa cómo andamos.

Si bien las autoridades, tanto de Mali como de Francia, se han guardado muy bien de permitirobtener información acerca de las operaciones de represión tanto de las bandas salafistas como delos combatientes tuaregs, se han conocido denuncias de ejecuciones extrajudiciales y entierrosilegales para ocultar las acciones de ambos gobiernos involucrados en la zona de Azawad.

Si bien la prensa internacional obtiene información constante de las acciones del grupo nigerianoBoko Haram, que ya no solo ataca en su país sino que ha desbordado a naciones vecinas comoCamerún, Níger, Chad, la propia Mali, poco se conoce acerca de las actividades de los grupossalafistas en Mali.

Lo que hace sospechar que París tiene particular interés por dar un paraguas de seguridadmediática al presidente maliense Ibrahim Keita Boubacar, como también lo hace con el chadianoIdris Déby, cuyo régimen está plagado de denuncias de corrupción y atentados a los derechoshumanos.

Se ha tenido más información por ejemplo de los atentados que ha sufrido el pueblo de Fotkol en laprovincia del extremo norte de Camerún, que este último sábado 21 sufrió el tercer atentado delaño, con el estallido de un coche bomba revindicado por Boko Haram y que habría dejado al menos10 muertos, que las consecuencias posteriores al atentado contra un bar de la capital en marzoúltimo.

Según trascendió entonces, tres occidentales y dos guardias de seguridad murieron tras el ataquecon armas de fuego en el bar La Terrasse, de la calle Princesa, en el barrio L'Hypodrome, el corazónde la noche de la capital. Un auto se detuvo en la medianoche de donde bajó un hombreencapuchado, que enseguida de atravesar la entrada del lugar abrió fuego indiscriminadamente algrito de "muerte a los blancos". En el camino se tropezó con una unidad policial y tras unintercambio de disparos desapareció sin dejar rastro.

Si bien el atentado se le ha adjudicado a una organización salafista de las varias que operan enMali, el accionar no fue típico de una organización integrista, fundamentalmente porque el grito deguerra tal sucedió infinidad de veces y como se recuerdo en los atentados del último viernes 13 enParís el grito de guerra es "Allahu akbar " (Dios es grande), además nunca se mencionó el tipo dearmas que fue utilizado, en lo que podría parecerse a un ataque de índole racial o político religioso,como los que aquí analizamos. Aunque más tarde fuera revindicado por al-ulathameen, nunca másse volvió a informar sobre el confuso ataque.

La toma del hotel Radisson del último sábado 21 no se ha podido ocultar dada la magnitud delhecho, trece hombres del grupo al-Mulathameen (Enmascarados) también conocidos como al-Mua'qi'oon Biddam, (Los firmantes con sangre), ingresaron al hotel donde se encontraban entre

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clientes y personal unas 140 personas de las que consiguieron ejecutar a casi una treintena.

 Al-Mulathameen, estaría dirigido por el veterano de Afganistán Motkar Belmokhtar que habíaabandonado el QMI tras el fracaso de Mali y conformó su propia organización, cuyo bautismo defuego había sido la toma de la planta de gas en Argelia.

A lo largo del 2013 la televisión estatal chadiana anunció que el ejército había conseguido ejecutara Belmokhtar aunque la noticia nunca había sido confirmada y a partir de los sucesos de Bamakoha quedado totalmente claro que el líder de los enmascarados sigue activo.

 Al-Mulathameen también fue relacionada con los ataques en el norte de Níger contra instalacionesmilitares y una explotación de uranio del grupo nuclear francés Areva.

El desempleo, la pobreza y el descontento juvenil en Malí, donde la mitad de su población está pordebajo de los 14 años y otro 19% entre 15 y 24 años, es sin duda una rica cantera para el trabajode captación de los salafistas.

La permeabilidad de las fronteras, la corrupción y las grandes necesidades económicas provocanque estas bandas no solo se trasladen libremente por toda la región sino que expandan su ideario.

Nunca sabremos cuán vinculados están los atentados de París y los de Bamako, pero sin dudatienen una misma raíz y no es la violencia religiosa, sino la violencia económica que se ejercecontra millones de jóvenes, en este caso musulmanes, a quienes que no se da otra posibilidad quehacerse el futuro a base de una AK 47.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, MedioOriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de CreativeCommons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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