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  • SEP 2003, VOL. 28 N 9 521

    PALABRAS CLAVE / Acumulacin de Carbono / Agricultura de Rozado / Bosques Subtropicales / Sucesin Secundaria /Sumideros de Carbono /Recibido: 24/04/2003. Modificado: 26/08/2003. Aceptado: 28/08/2003

    Sabrina Vaccaro. Ingeniera Forestal, Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina.Docente, UNLP. Direccin: Laboratorio de Investigacin en Sistemas Ecolgicos y Ambientales (LISEA), Facultad de Cien-cias Agrarias y Forestales, UNLP. Diagonal 113, N469, 1900, La Plata, Argentina. e-mail: [email protected]

    Marcelo F. Arturi. Doctor en Ciencias Naturales, UNLP. Docente-Investigador, LISEA-UNLP, Argentina. e-mail: [email protected]

    Juan F. Goya. Ingeniero Forestal, UNLP. Docente-Investigador, UNLP, Argentina. e-mail:[email protected]

    Jorge L. Frangi. Doctor en Ciencias Naturales, UNLP. , Argentina. Director, LISEA. Profe-sor Titular, UNLP, Argentina. e-mail: [email protected]

    Gabriel Piccolo. M.Sc. en Ciencias del Suelo, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Doc-tor en Agronoma, Universidad Nacional del Sur, Argentina. Investigador, Estacin Experimental Agropecuaria Cerro Azul,Instituto nacional de Tecnologa Agropecuaria, Misiones, Argentina. e-mail: [email protected]

    ALMACENAJE DE CARBONO EN ESTADIOSDE LA SUCESIN SECUNDARIA

    EN LA PROVINCIA DE MISIONES, ARGENTINA

    SABRINA VACCARO, MARCELO F. ARTURI, JUAN F. GOYA,JORGE L. FRANGI y GABRIEL PICCOLO

    l incremento de la con-centracin de CO2 en laatmsfera y su incidencia

    en el cambio climtico, promovi el intersen la fijacin biolgica de carbono comoun medio para reducir dicha concentracin(Houghton, 1996; Krankina et al., 1996).Los bosques tropicales secundarios podranresultar apropiados a ese fin debido a quecombinan altas tasas de fijacin de carbonocon una gran superficie disponible (MouraCosta, 1996; Ortiz et al., 1998). La conver-sin agrcola del bosque ha permitido, des-de los orgenes de la agricultura, la subsis-tencia de muchos pueblos, y an hoy la po-blacin campesina del trpico depende delcultivo del suelo forestal para producir sualimento. Estos sistemas brindan asimismomltiples bienes y servicios ambientales:contribuyen al mantenimiento de los suelosy recursos hdricos, son hbitat de faunasilvestre y fuente de recursos madereros yno madereros para las comunidades locales(Brown y Lugo, 1990, Chazdon y Coe,1998, Whitmore, 1998).

    La vegetacin sucesionalsecundaria se establece espontneamentedespus de la ocurrencia de perturbacio-nes o del abandono de comunidades decultivo que reemplazan a la selva prima-ria. Ejemplos de ella es la vegetacinpresente en selvas aprovechadas donde sehan extrado especies forestales de interscomercial, y la que aparece en las tierrascon cultivos anuales despus de su aban-dono temporal o permanente. El aumentode biomasa y el almacenaje de carbonoorgnico total del ecosistema durante elproceso sucesional constituyen parte demodelos fundamentales de la ecologa(Odum, 1969). La recuperacin de laspropiedades fsicas y qumicas de lossuelos y la disminucin de la erosin amedida que avanza la sucesin secunda-ria, ha sido informada por diversos auto-res (Ramakrishnan, 1992; Reiners et al.,1994; Fearnside y Barbosa, 1998).

    Los bosques secundariospodran funcionar como sumideros decarbono en la vegetacin, en los suelos y

    en productos madereros duraderos, conimpacto en los balances de gases de efec-to invernadero y en consecuencia sobre elcambio climtico global (Brown y Lugo,1982; Lee et al., 1996, Ortiz et al., 1998;Hughes et al., 1999; Rhoades et al.,2000). En este sentido, Brown (1996)considera como puntos claves para eva-luar la factibilidad de una estrategia demitigacin, conocer i) la disponibilidadde tierras aptas, ii) la cantidad de carbo-no que puede ser secuestrado y conserva-do en la vegetacin y el suelo por unidadde rea, y iii) el periodo de tiempo en elcual este carbono puede ser almacenado.

    En la Provincia de Mi-siones los procesos de cambio de la ve-getacin como consecuencia del uso de latierra originaron 350000ha de arbustalesy bosques secundarios o capueras (Ko-zarik y Daz Benetti, 1997). Muchas deesas tierras resultan de una mezcla delsistema de rotacin propio del cultivo tra-dicional y de la prctica de agriculturaconvencional de cultivos de renta. A pe-

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    sar de la importancia que tienen estossistemas de barbecho como mejoradoresde reas degradadas, no existe en la ac-tualidad informacin disponible sobre ladinmica del carbono en tierras de Misio-nes. Lugo (1992) y Aide et al. (1996),plantean la necesidad de profundizar elconocimiento de la recuperacin forestalque ocurre despus del abandono de tie-rras utilizadas para la agricultura. Unamejor comprensin de la dinmica suce-sional y de la importancia de los servi-cios ambientales que brindan los bosquessecundarios subtropicales resulta de im-portancia para definir pautas de manejosustentable (Finegan, 1992, Ortiz et al.,1998; Sips y van der Linden, 1998).

    El objetivo de este tra-bajo fue estudiar el almacenaje de carbo-no en la biomasa, mantillo y suelo, en di-ferentes etapas de la sucesin secundariaa partir de cultivos anuales abandonadosubicados en tierras de selva misionera. Lahiptesis a corroborar es que la fijacinde carbono por la vegetacin espontneaque ocupa las tierras de selva cultivadasy abandonadas, con posterioridad al ma-nejo de cultivos anuales en el sur de Mi-siones, y los procesos que intervienen ensu ciclado, resultan en un aumento de losdepsitos edficos y biomsicos de carbo-no a travs del tiempo. A esa hiptesissubyacen preguntas tales como Vara latasa de acumulacin en las distintas eta-pas sucesionales? Cul es el comparti-miento que presenta la mayor acumula-cin neta de carbono y cual es la acumu-lacin total de carbono orgnico? Varala proporcin de carbono sumido en losdistintos compartimentos a travs deltiempo? La respuesta a esas preguntas seasocia, al menos parcialmente, con lospuntos ii y iii de Brown (1996).

    Materiales y Mtodos

    rea de estudioEl estudio se realiz en

    el Departamento Leandro N. Alem(2739'S, 5526'O), Provincia de Misio-nes. El clima de la zona es subtropicalhmedo. La temperatura media anual esde 20-21C con una amplitud mediaanual de 11C. Las precipitaciones son de1800-2000mm/ao en un rgimen pluvio-mtrico isohigro.

    El relieve zonal es ondu-lado a fuertemente ondulado, conformadopor lomas asociadas a sectores escarpa-dos e inclinados, desgastados por erosinhdrica, proceso ampliamente generaliza-do en la regin. Los suelos pertenecen alos rdenes: 1) Alfisoles, de buena cali-dad y espesor variable (frecuentementede 100 a 200cm de solum); 2) Ultisoles,

    en lomas desgastadas que no superan los200cm hasta el basalto; 3) Molisoles, conpoco desarrollo en profundidad y asocia-dos a pedregosidad; y 4) Inceptisoles, enreas inclinadas hacia cursos de agua(Ligier, 1990). Fitogeogrficamente, lavegetacin pertenece al distrito de las sel-vas mixtas de la Provincia Paranaense(Cabrera, 1976).

    Sitios estudiados

    Se estudi la vegetaciny el suelo en un bosque maduro, conside-rado como control, y 6 sitios de vegeta-cin secundaria (localmente llamadascapueras) ubicados en predios de produc-tores de las localidades de El Chatn yArroyo del Medio, y en la Estacin Ex-perimental Agropecuaria del INTA de Ce-rro Azul (Tabla I). Adems se extrajeronmuestras de suelo en 3 cultivos recinabandonados. En las capueras, las mues-tras se tomaron en sitios de entre 5 y 13aos de edad. Las capueras ms jvenesde 5 y 6 aos de edad estuvieron domi-nadas por especies de arbustos pertene-cientes a los gneros Baccharis y Eupa-torium, conocidas como chilcas. En lassituaciones ms avanzadas, correspon-dientes a fisonomas de bosque, domina-ron especies arbreas secundarias comoHelietta apiculata Benth., Lonchocarpusleucanthus Burk., Fagara sp., Apuleialeiocarpa (Vog.) Macbr., Machaerium sp.,y Parapiptadenia rigida (Benth.) Brenan.En el bosque maduro las especies domi-nantes fueron Patagonula americana Lin-n, Holocalyx balansae Mich., Diatenop-terix sorbifolia Raldlk., Allophylus edulis(St.-Hil.) Raldlk y Chrysophyllum gono-carpum (Mart. & Eichler) Engl. Segninformacin dada por los productores, entodas las capueras estudiadas se habanrealizado cultivos anuales antes del aban-dono de la tierra. Generalmente, luegodel desmonte se realizan cultivos anualesen una secuencia de especies determinadapor sus exigencias de fertilidad: 2-3 aosde tabaco, luego 2-3 aos de maz y, porltimo, 2-3 aos de cultivos como poroto,mandioca o batata. Los pequeos produc-

    tores cultivan sobre el mismo terreno du-rante varios aos, recurriendo a una agri-cultura itinerante dentro de la misma cha-cra, habilitando nuevas tierras por mediodel desmonte (por lo general renovalesdel bosque o capueras) y abandonandolas tierras de labranza ms antiguas por 3a 10 aos (Oliveri, 1997). Esta forma decultivo, localmente conocida como roza-do, es tradicional en los trpicos y cono-cida internacionalmente bajo las denomi-naciones de shifting cultivation, o slashand burn agriculture (Ramakrishnan,1992).

    Biomasa vegetal

    En cada uno de los si-tios de vegetacin secundaria se estimla biomasa por cosecha directa en tresparcelas de 5x5m. La vegetacin fue se-parada en los compartimentos leoso ycopa (hojas ms ramas 5cm de DAP. No se calcul el pesode los estratos ms bajos del bosque, de-bido a que este compartimiento represen-

    TABLA ICARACTERSTICAS DE LA VEGETACIN SUCESIONAL ESTUDIADA

    Sitio Edad (aos) Altura (m) FisonomaArroyo del Medio II 5 2-4 ArbustalEl Chatn 6 2-4 ArbustalArroyo del Medio I 7 3-5 Bosque bajoArroyo del Medio I 10 4-6 Bosque bajoEl Chatn 12 6-8 Bosque bajoCerro Azul 13 6-8 Bosque bajoCerro Azul >34 15-20 Bosque maduro

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    ta menos del 3% de la biomasa de unbosque maduro (Lugo, 1992; Hughes etal., 1999; 2000).

    Mantillo

    Se colectaron 5 muestrasdel mantillo fino (capa L) del suelo, em-pleando cuadros de 0,5x1m, en cada unode los 7 sitios, en diciembre 1999 y agos-to 2000. Esos muestreos correspondieronal momento previo y posterior al perodode mayor cada de hojarasca (Placci etal., 1994). El material se sec en estufa a70C a peso constante, y se obtuvo elpeso seco de mantillo por unidad de su-perficie de cada sitio. Se consider alpromedio de ambas fechas como repre-sentativo de la cantidad de carbono en elmantillo en cada situacin.

    Para la conversin demateria seca en carbono orgnico se utili-zo un factor de 0,45 (IPCC, 2000). Utili-zando este factor de conversin en la bio-masa y mantillo se estim el contenidode carbono total en cada uno de estoscompartimentos (Moura Costa, 1996).

    Horizontes minerales del suelo

    Debido al carcter some-ro de los suelos, las muestras se tomarona dos profundidades del suelo mineral: 0-0,05 y 0,05-0,15m. En cada uno de lossitios se obtuvieron al azar 3 unidadesmuestrales para cada profundidad paraanlisis de carbono y 3 unidades paradensidad aparente. Las muestras fueronsecadas al aire. La concentracin de car-bono fue calculada por combustin secacon un analizador automtico LECO CR-12 Carbon System 781-600. La densidadaparente se determin a partir de mues-tras cilndricas de volumen conocido to-madas con barreno.

    El contenido de carbonoorgnico del suelo para cada situacin seobtuvo al multiplicar la concentracin decarbono por una masa patrn de sueloque equivale al peso de suelo de bosqueprimario correspondiente a 1ha y 0,15mde profundidad; esta masa fue calculadaempleando la densidad aparente y el es-pesor de las dos capas de suelo muestrea-das. Fearnside y Barbosa (1998) yRhoades et al. (2000) recomiendan corre-gir los contenidos de carbono por la com-pactacin vertical en los suelos que hansufrido cambios de densidad como conse-cuencia de su uso.

    Modelos de carbono

    Se utilizaron modeloslogsticos de crecimiento para analizar loscambios de carbono en la biomasa total y

    biomasa de copa en funcin del tiempo.Los valores de carbono en la biomasa to-tal de cada uno de los estados sucesiona-les fueron transformados segn

    log (p/(1-p))

    donde p: Bs/Bm, Bs: carbono en la bio-masa del estado sucesional correspon-diente, y Bm: carbono en la biomasa delbosque maduro.

    Esta transformacin li-neariza el modelo logstico de modo quesi los datos sin transformacin se ajustana ese modelo, entonces ellos ajustarn auna recta cuando se aplica esta transfor-macin. Se calcul la regresin de laedad sobre la masa de carbono con la fi-nalidad de calcular la edad necesariapara alcanzar el valor del bosque madu-ro. Luego de haber obtenido esa edad seajust el modelo logstico para el carbo-no en la biomasa de copa. Para el carbo-no en el suelo mineral y el mantillo seajustaron modelos logartmicos debido aque la tasa de aumento present una ten-dencia siempre decreciente. A partir delos modelos ajustados se calcul el in-

    cremento medio anual para cada compar-timiento como el cociente entre la masade carbono y la edad en cada una de lasedades consideradas.

    Resultados

    Los valores de biomasade las capueras hasta 12 aos se ajusta-ron a la tendencia esperada para un mo-delo logstico (Tabla II). La edad mnimanecesaria para alcanzar la biomasa areatotal del bosque maduro, calculada enfuncin de ese modelo, fue de 34 aos(Figura 1) siendo 25 y 43 aos los lmi-tes de confianza al 95%.

    La biomasa de copa pre-sent un ajuste significativo con el mode-lo logstico (Tabla II). Ella tendi aestabilizarse antes que la biomasa total,ya que el tiempo para alcanzar el 90% desu valor mximo fue de 13 aos en com-paracin con los 20 aos requeridos porla biomasa total (Figura 2). La biomasade la copa fue siempre inferior a la delas partes leosas y represent una mayorproporcin de la biomasa total en lascapueras jvenes que en las ms viejas y

    Figura 1. Estimacin de la biomasa total (a)e incremento medio anual de la biomasa (b)durante la sucesin secundaria.

    Figura 2. Estimacin de la biomasa de copa(a) e incremento medio anual de la biomasade copa (b) durante la sucesin secundaria.

    TABLA IIRESULTADOS DE LOS AJUSTES DE LOS MODELOS DE VARIACIN EN EL

    TIEMPO DEL CARBONO EN CADA COMPARTIMENTO

    r2 F P T (90)* T maxSuelo 0,33 4,23 0,09 12 1Mantillo 0,91 74,1 0 23 1Copa 0,95 137 0 13 12Biomasa total 0,99 590 0 20 19Gl 1, 6

    r2: coeficiente de determinacin, F: estadstico de Fisher, p: nivel de significancia, T (90): tiem-po necesario para el 90% del valor mximo de acumulacin del compartimiento, T max: edad ala que ocurre la mxima tasa media de acumulacin de carbono en cada compartimiento.

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    su proporcin vari entre 45% hasta un20% a los 12 y 13 aos.

    El carbono en la biomasatotal alcanz una tasa media anual de in-cremento de 7,4Mgha-1ao-1 a los 19aos. En las capueras entre 5 y 6 aos esa

    masa similar a la del bosque maduro re-sulta semejante a los observados en elNE de la India por Ramakrishnan (1992).El tiempo de uso de la tierra previo alabandono podra afectar la velocidad a lacual se acumula la biomasa, ya que pue-de representar un distinto legado ecolgi-co. Hughes et al. (1999) encontraron quela tasa media de incremento de biomasaest fuerte e inversamente relacionadacon el tiempo de uso agrcola si se com-paran sitios con menos de 7 aos de usocon otros de ms de 13 aos. El tiempode uso previo al abandono en los sitiosdel S de Misiones vari entre 3 y 6 aos,por lo que todos estaran en condiciones

    Figura 3. Densidad de suelo en el tiempo, para dos profundidadesestudiadas.

    Figura 4. Estimacin del carbono en el sue-lo (a) e incremento medio anual del carbo-no en el suelo (b) durante la sucesin se-cundaria.

    Figura 5. Estimacin del mantillo (a) e in-cremento medio anual del mantillo (b) du-rante la sucesin secundaria.

    tasa fue de alrededor de 1Mgha-1ao-1. Alos diez aos el aumento vari entre 1 y2Mgha-1ao-1; a los 15 aos de edad seacerc a 6Mgha-1ao-1 (Figura 1). En lacopa, la mxima tasa media anual de acu-mulacin de carbono fue de 0,62Mgha-1ao-1 y ocurri a los 12 aos (Figura 2).

    Se hall una regresinsignificativa de la densidad aparente delsuelo sobre la edad y la profundidad (r2=0,23; F(2,19)= 8,75; p

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    semejantes respecto de esa variable. Estopodra relacionarse con la inexistencia dealejamientos notables respecto de la bio-masa esperada por el modelo logstico, yaque las diferencias entre sitios en la tasade recuperacin podra haberse reflejadocomo residuos de los puntos respecto delmodelo. Ese modelo de incremento se ob-serva tanto para la biomasa total comopara la biomasa de copa, pero esta ltimase estabiliza ms rpidamente que la bio-masa area total. Eso es esperado en tantolas plantas privilegian inicialmente el des-pliegue de la mayor superficie fotosintti-ca para la fijacin de energa solar por so-bre la construccin de los tejidos areosde sostn y transporte. La biomasa de lacopa se desarrolla rpidamente en las pri-

    fueron tan marcados como los cambiosen la vegetacin. Se observ un procesode prdida y recuperacin entre las etapasde bosque nativo, cultivo y sucesin se-cundaria. Pccolo et al. (2002) encontra-ron una variacin muy definida de laconcentracin, indicando que la cantidadde carbono por unidad de slido de sueloen los primeros 5cm cambia en el sentidoantes descrito, como consecuencia deprocesos de prdida y ganancia netas. Sinembargo, cuando esos cambios son anali-zados a travs del contenido de carbono,para un mismo volumen de suelo en to-das las situaciones, las tendencias de pr-dida y ganancia resultan atenuadas. Unaalternativa a dicho clculo podra plan-tearse si en lugar de mantener fijo el vo-

    y Lugo, 1990), 20 aos (Rhoades et al.,2000) y 15 aos para bosques secunda-rios originados a partir de pasturas(Fearnside y Barbosa, 1998). No obstan-te, Hughes et al. (1999, 2000) no encon-traron relaciones significativas entre elcontenido de carbono de los suelos decultivos y bosques secundarios con laedad ni con el tiempo de uso previo.

    En las situaciones msantiguas el carbono de la biomasa consti-tuye la mayor parte del carbono del eco-sistema. La contribucin del suelo es im-portante slo en las situaciones menoresde 10 aos; sto se debe principalmente aque debido al carcter somero de los sue-los slo se consider una profundidad de15cm. La importancia de cada comparti-miento puede variar en funcin de la pro-fundidad de suelo considerada, sea staproducto del espesor real del suelo o delmuestreo efectuado. Hughes et al. (1999)utilizando el contenido de carbono en 1mde suelo reportaron que el suelo represen-ta siempre ms del 58% del carbono acu-mulado en el sistema; sin embargo, si seconsideran slo los 10cm superficialessus resultados son compatibles con nues-tras conclusiones. Rhoades et al. (2000)concluyeron que en los 15cm superficia-les se produce el 50% de las prdidas decarbono contenidos en 1m de suelo. Enlos sitios estudiados, el desmonte de unbosque maduro implica una prdida decarbono de 162Mgha-1 mientras que des-de el suelo esa salida es de alrededor de10Mgha-1. Si el desmonte se efecta so-bre una capuera con edades entre 5 y 10aos, las prdidas seran de 10Mgha-1 y3,5Mgha-1 desde la biomasa y el suelorespectivamente.

    Dada la importancia con-ferida actualmente a la fijacin de carbo-no, debido a su incidencia sobre el cam-bio climtico, podra plantearse una estra-tegia de uso de la tierra que contemple alas reas de capueras para tal fin y quesea coherente con el objetivo primario desustentabilidad para el campesinado. Elcarbono acumulado en las capueras no espermanente ya que a una edad de entre 6y 10 aos las mismas son nuevamenteutilizadas como reas de cultivo. Slo al-gunas parcelas se mantienen en estado decapuera hasta los 12-14 aos siendo steel tiempo necesario para alcanzar condi-ciones semejantes a la del bosque maduroen cuanto al contenido de carbono delsuelo y probablemente similares condicio-nes de fertilidad. En ese proceso, el car-bono acumulado se libera con la tumba,quema, descomposicin y otras prdidasde material orgnico durante las tareas depreparacin del terreno y los aos de cul-tivo. En un contexto regional, el rea so-metida a cultivos itinerantes presenta una

    TABLA IIIVALORES DE CARBONO EN LA BIOMASA DE BOSQUES TROPICALES

    Edad Carbono Referencias(aos) (Mgha-1)3-8 9,8- 18,5 Saldarriaga y Uhl, 1991; Lugo, 1992; Hughes et al., 19998-10 26 - 43,6 Saldarriaga y Uhl 1991, Hughes et al., 199915-30 32,4- 49 Lugo, 1992Bosque maduro 115 -118 Saldarriaga y Uhl, 1991; Hughes et al., 2000

    meras etapas de la sucesin en todas laszonas de vida y aumenta muy poco en lasetapas siguientes (Brown y Lugo, 1982).El carbono de la copa representa una im-portante proporcin del total en las etapasmenores de 10 aos pero su contribucines considerablemente menor en las etapasmaduras; constituye un compartimiento su-mamente dinmico ya que sus componen-tes tienen las tasas de recambio ms eleva-das de la biomasa area, y mediante lacada de hojas, frutos y ramas finas, partede ella pasa a formar parte del mantillo y,tras su fraccionamiento y descomposicin,se incorpora al suelo. Las variaciones enla biomasa de la copa podran promoverun aumento en las tasas de cada de hoja-rasca y finalmente relacionarse con el in-cremento del carbono del suelo; no obs-tante, otra fraccin es aportada por la mor-talidad no estudiada de la biomasa subte-rrnea. La copa y el suelo alcanzan el90% de su contenido mximo de carbonoentre los 12 y 13 aos. Si bien el mantillotarda unos 23 aos en alcanzar el 90% desu valor mximo a los 12-13 aos presentaaproximadamente el 75%. Algunos traba-jos indicaron la existencia de patronestemporales similares en biomasa de lacopa y la biomasa de races a lo largo dela sucesin (Brown y Lugo, 1990). Estoscompartimentos constituyen la fuente prin-cipal del carbono del suelo.

    Los cambios temporalesen el almacenaje de carbono del suelo no

    lumen de suelo se compara la mismamasa de suelo en todas las situaciones(Fearnside y Barbosa, 1998; Rhoades etal., 2000). La justificacin de dicha for-ma de clculo reside en los cambios ob-servados de la densidad aparente conco-mitantes con los cambios de concentra-cin de carbono. Los resultados obtenidospodran interpretarse como un aumentode la densidad aparente entre el bosquenativo y el cultivo, y luego una disminu-cin con el avance de la sucesin secun-daria (Figura 3; Reiners et al., 1994;Rhoades et al., 2000). Este hecho proba-blemente se debe a variaciones en la den-sidad de races, compartimiento que pue-de representar hasta un 10% de la bioma-sa arbrea viva en un bosque secundariode 11 aos (Cuevas et al., 1991). En con-secuencia la masa de suelo mineral consi-derada en la situacin inicial, no sera lamisma que en las restantes situaciones sise comparan volmenes fijos. Probable-mente parte de la controversia en las con-clusiones sobre la dinmica del carbonodel suelo en la secuencia cultivos-suce-sin secundaria se deba a la necesidad deincorporar estas correcciones en los cl-culos de contenido de carbono del suelo.Los suelos de bosques secundarios deMisiones acumularon una cantidad decarbono semejante a la del bosque prima-rio a los 12 aos, tiempo de recuperacinque es bastante menor a lo indicado porotros autores, entre 40 y 50 aos (Brown

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    cubierta de vegetacin secundaria que re-sulta de un balance dinmico entre lastierras abandonadas y las utilizadas paranuevos cultivos. Si las tasas de abandonoe incorporacin al cultivo son semejantes,existe un almacenaje estable de carbonoen la vegetacin secundaria y el suelo aescala de paisaje, aunque ese almacenajeno sea estable en las capueras considera-das individualmente. Si se prolonga eltiempo de duracin de las capueras au-menta la biomasa de las ms antiguas yel carbono acumulado en el conjunto dela superficie. Adems, como el rea ma-nejada por cada productor es fija, el au-mento en la edad que alcanzan lascapueras implica aumentar el tiempo bajocultivo de la fraccin agrcola lo cualinexorablemente exige cambios en el ma-nejo de los cultivos. Diferentes experien-cias en la zona indican que la utilizacinde cubiertas verdes o abonos verdes retar-dan la disminucin de la productividad delos suelos (Morrs y Piccolo, 1996). ElINTA y la empresa Tabacos Norte S.A.,en un estudio conjunto (N estor Oliveri,comunicacin personal), lograron obtenerrendimientos estables de tabaco y sueloscon tendencia a mejorar cuando se losmantuvo cubiertos y se incorpor materiaorgnica con cubiertas verdes de invierno(Avena strigosa) y de verano (Vigna si-nensis). Estos ensayos dan lugar a pensarque es posible sostener un rea bajo cul-tivo durante mayor tiempo sin perjuicioeconmico al productor y favorecer porotra parte la acumulacin de carbono enlas capueras. En consecuencia, la canti-dad de carbono acumulado en el rea to-tal podra aumentar debido a la mayorbiomasa media de las capueras. Talescambios en el sistema productivo seranfactibles si representaran alguna ventajaeconmica o, al menos, no implicaranuna disminucin en la rentabilidad res-pecto del sistema actual. La valoracin deun sistema con mayor tiempo de perma-nencia de las capueras debera contem-plar sus potencialidades para la produc-cin de beneficios econmicos y la provi-sin de servicios ambientales. Los prime-ros podran relacionarse con la utilizacinde especies maderables establecidas es-pontneamente; o mediante sistemas deenriquecimiento de etapas sucesionalestempranas e intermedias con especies co-merciales o que aporten productos paramejorar la subsistencia (Montagnini etal., 1997). El conocimiento de mtodossilviculturales para el establecimiento ymanejo de especies nativas comercializa-bles es especialmente relevante ya quemejoran las condiciones del suelo a lavez que son una fuente de ingresos paralos pobladores (Fernndez y Montagnini,1997). Muchas de estas especies poseen

    hojas palatables para el ganado, el cualpuede constituir una renta a corto plazo.La obtencin de productos madereros re-presenta una ventaja extra desde el puntode vista de la fijacin de carbono, ya queconstituye una porcin que no se liberainmediatamente a la atmsfera cuando lacapuera se convierte nuevamente en reade cultivo, ya que dichos productos tie-nen una vida media mayor por su uso enmuebles y bienes duraderos. En la actua-lidad no existe una demanda de maderade especies tempranas de poca dimen-sin, lo que hace imprescindible el desa-rrollo de tecnologas que permitan trans-formar el potencial biolgico de estosbosques en potencial econmico(Finegan, 1992). Por otra parte, un mo-saico de vegetacin con una contribucinadecuada de parches de vegetacin secun-daria y la existencia de capueras de ma-yor desarrollo constituyen una contribu-cin a la conservacin de la biodiversi-dad, dada la importancia de dichos am-bientes como hbitat de especies anima-les y vegetales (Sips y van der Linden,1998; Chazdon y Coe, 1998; Fimbel,1994; Medellin y Equihua, 1998).

    As como las considera-ciones anteriores permiten visualizar laposibilidad de mejorar la situacin socialy ambiental del pequeo productor misio-nero, debe tenerse en cuenta que la pre-sin demogrfica en aumento resulta enla escasez de tierras de cultivo. Este fe-nmeno est ocasionando por un lado laexpansin de la frontera agrcola de sub-sistencia en terrenos de selva relativa-mente vrgenes (Perucca, 1991; Albalade-jo, 1992) y, por otro, el fraccionamientode los predios dentro del rea colonizadadel centro sur de Misiones (AlejandroPiekun, comunicacin personal). Las con-secuencias de ese proceso van, inexora-blemente, en la direccin inversa a lapropuesta. As, esa dinmica social en elcentro sur de Misiones ocasiona la inten-sificacin del uso de la tierra, con ciclosde rotaciones cortas y disminucin de laedad promedio de las capueras, sus alma-cenajes de carbono y menor estabilidadde los suelos. Chapin et al. (1996) funda-do en los resultados de Ramakrishnan(1992) en India, sugiere que largos pero-dos (20-40 aos) de barbecho natural per-miten la sustentabilidad agrcola. Obvia-mente, ese perodo es dependiente de lascondiciones ecolgicas de cada regin. Eluso acelerado hace insostenible a dichaagricultura ya que con ciclos breves (

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