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Bahe nº24 · volumen 2 [2013]

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Boletín de la Asociación Herpetológica Española. Volumen segundo del número 24. Año 2013.

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SUMARIO nº 24(2) - 2013SUMARIO nº 24(2) - 2013

Historia NaturalDepredación de Lacerta bilineata por Coronella

girondica. Alberto Gosá & Maider Iglesias-Carrasco ...........................................................

Patrón de coloración atípico en Hemorrhois hippo-creppis. Juan Miguel Cano, Albert Martínez-Silvestre & Joaquim Soler ................................

Una observación de actividad nocturna enPsammodromus algirus. Miguel A. Carretero &Catarina Rato ...................................................

Depredación de Amietophrynus mauritanicus porLimnatis nilotica en Marruecos. Juan A.M.Barnestein ........................................................

Habitat use by the pumpkin toadlet, Brachycephalusephippium (Anura, Brachycephalidae), in theAtlantic Rain Forest of Brazil. Mauro SérgioCruz Souza Lima, Jonas Pederassi & CarlosAlberto dos Santos Souza ................................

Depredación de Malpolon mospessulanus sobreTarentola chazaliae. Juan José Ramos & PedroGonzález del Campo ........................................

Comportamiento defensivo inusual observado enla falsa cobra (Rhageris moilensis) en el suro-este de Marruecos. Raúl León, GabrielMartínez & Baudilio Rebollo .............................

Captura accidental de Malpolon monspessula-nus en una red japonesa y primera cita deSylvia atricapilla en la dieta de la especie.Alfonso Villarán, Juan Domínguez & CristóbalMedina ..........................................................

Comparación de las medidas del plastrón y elespaldar realizadas mediante dos métodosdiferentes en ejemplares de Mauremys lepro-sa. Alfonso Villarán & Juan Domínguez ...........

Depredación de Cerastes cerastes sobreLuscinia megarhynchos en el Antiatlas marro-quí. Juan A.M. Barnestein, José A. Fernández-Carrasco, Juan P. González de la Vega &Víctor Gabari-Boa ..........................................

DistribuciónSimpatría y sintopía de cinco especies de lacér-tidos en una zona de los Montes Aquilianos(León). Pedro Galán, José Eduardo Nieto

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Santín, Rafael Vázquez Graña & JoséFernández Pérez ..........................................

Nueva cita de Pelodytes ibericus en la Serraníade Ronda (Parque Natural Sierra deGrazalema, Málaga). David Romero, JesúsDuarte, Lucía Narváez, Miguel Ángel Farfán& Raimundo Real ..........................................

Redescubrimiento de Daboia mauritanica en laregión de Figuig (Marruecos). Gabriel Martínez& Raúl León ......................................................

Rana iberica, nueva especie de anfibio para la ZonaPeriférica de Protección del Parque Nacional deMonfragüe (Cáceres, España) y análisis de subatracofauna. Daniel Fernández-Ortín ...............

ConservaciónInteracción de la pesca de arrastre con la captura inci-dental de tortugas marinas en el caladero del golfode Cádiz. José Carlos Báez & Luis Silva ..............

Comportamiento trepador de Bufo calamita. Jesús M.Evangelio-Pinach .....................................................

Efecto de la Luna en las capturas incidentales detortuga boba en palangre de superficie dirigidoal atún blanco en el Mediterráneo occidental.Juan Mula, David Macías, Salvador García-Barcelona & José Carlos Báez ........................

Encontrados un ejemplar de Daboia mauritanica y supuesta de huevos en un pozo en el suroeste deMarruecos. Raúl León & Gabriel Martínez ............

Timon lepidus usa las conejeras como refugio.Iván Salgado & Miguel Ángel Hernández ........

Nueva población introducida de Testudo hermanni enla provincia de Barcelona. Joaquim Soler, AlbertMartínez-Silvestre & Cristina Bocos .......................

Datos sobre la capacidad de Trachemys scripta scrip-ta para reproducirse en la naturaleza en España.Carmen Díaz-Paniagua, Pilar Fernández-Díaz &Manuel Hernández ..................................................

Un caso de depredación de Procambarus clarkiisobre Pelophylax perezi no larvaria. Juan RamónFernández-Cardenete, Julio Hernández-Gómez &Javier Benavides ..............................................

Revisores y Normas ........................Interior contraportada

Foto portada: Amplexus de dos machos y una hembra de Calotriton asper, Foto contraportada: Haemodracon riebeckii. Killisan, Socotra, Yemen. Raquel Vasconcelos.Sierra del Cadí, Barcelona. Isabel Verdaguer y Albert Martínez-Silvestre.

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DE LA ASOCIACIÓN HERPETOLÓGICA ESPAÑOLA

Boletín nº 24(2). Año 2013.Editores:Alex Richter, Xavier Santos y Andrés EgeaDepartament de Biologia Animal,Universitat de Barcelona, Av. Diagonal 645,E-08028 Barcelona

Diseño y maquetación:Marcos Pérez de TudelaUrl: www.marcos-pdt.comImpresión:igraficUrl: www.igrafic.com

Junta DirectivaPresidenteJuan Manuel Pleguezuelos GómezVicepresidenteJaime Bosch PérezSecretario GeneralMiguel Ángel Carretero FernándezVicesecretario GeneralJosé Antonio Mateo MirasGerenteEnrique Ayllón LópezVocalesCésar Ayres Fernández (Conservación)Francisco Javier Diego Rasilla(Página web y promoción)Gustavo A. Llorente Cabrera (Atlas)Adolfo Marco Llorente (Tortugas marinas)Albert Montori Faura (Atlas)Xavier Santos Santiró (Tesorero)Daniel Villero Pi (Atlas)

Revista Española de Herpetología (Editores)Manuel Eloy Ortiz SantaliestraAna Perera Leg

Boletín de la AHE (Editores)Andrés Egea SerranoAlex Richter BoixXavier Santos Santiró

Depósito Legal: M-43.408-1990ISSN: 1130-6939

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La web de la AHE

Os invitamos a conocer la nueva página web de la Asociación HerpetológicaEspañola. Nuestra imagen se renueva con un diseño más moderno, conmayor interactividad y nuevos servicios.Estar al tanto de las novedades será mucho más fácil utilizando las fuentesRSS, nuestra página de Facebook o siguiéndonos en Twitter.A partir de ahora compartir y guardar la información de la web será muchomás sencillo.

www.herpetologica.es

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Historia Natural

El lagarto verde (Lacerta bilineata) es presade un nutrido grupo de taxones, desde aves yreptiles hasta mamíferos. La mayor parte de losdatos publicados al respecto provienen deFrancia e Italia, con observaciones que discri-minan la captura de lagartos juveniles y adul-tos. En Francia las referencias sobre depreda-ción de juveniles están relacionadas con ser-pientes, como Vipera aspis, Coronella sp.,Hierophis viridiflavus o Zamenis longissimus, eincluso se han citado como depredadores a lasmusarañas y a las aves de corral (Rollinat, 1934).En Italia se cita a Coronella austriaca (Rugiero etal., 1995). Falco tinnunculus es uno de los depre-dadores principales de lagartos adultos en esosdos países (Rollinat, 1934; Costantini et al., 2005), yen Italia parece que depreda selectivamentesobre los lagartos macho (Costantini et al., 2007).Además, los adultos son presa en Francia deV. aspis, Mustela nivalis y gatos domésticos(Rollinat, 1934). Martín & López (1990) reco-pilan las especies de aves que depredan sobreL. bilineata en el suroeste de Europa, y la listaresultante es larga: Ardea cinerea y numerosasrapaces, desde Hieraaetus fasciatus, Aquilachrysaetos, Circaetus gallicus, Falco peregrinus yNeophron percnopterus, hasta las nocturnas Tytoalba, Bubo bubo y Strix aluco. En la PenínsulaIbérica la depredación sobre L. bilineata hapasado prácticamente desapercibida, y sóloElósegui (1974) aporta la observación de restosocasionales de la especie en nidos de Pernis api-vorus en Navarra. Además, se ha observado lacaptura de adultos por M. nivalis en

Guipúzcoa (A. Gosá, datos no publicados). Ladepredación de lagartos adultos de gran tama-ño por Coronella girondica ha sido registradaen Aveyron (Francia) por Jooris (1995). En lapresente nota se da noticia de un segundocaso, semejante al anterior, que es el primeroconocido para la Península Ibérica.

El 24 de septiembre de 2012, J. Abrisketaencontró y fotografió un ejemplar adulto deC. girondica que había capturado por la cabezauna hembra adulta de gran tamaño de L. bili-neata, en un camino rural del barrio deAldaiturriaga, en Amurrio (noroeste de Álava;UTM [ETRS89]: 30TVN 0499498 E,4765555 N; 237 msnm). La mitad, aproxima-damente, del cuerpo del lagarto estaba en elinterior de la culebra (Figura 1), que se des-prendió de la presa ante la presencia del obser-

Depredación de Lacerta bilineata por Coronella girondica

Departamento de Herpetología, Sociedad de Ciencias Aranzadi. Cl. Zorroagagaina, 11. 20014 San Sebastián. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 29 de mayo de 2013.Key words: diet, predation, western green lizard, southern smooth snake, Basque Country.

Alberto Gosá & Maider Iglesias-Carrasco

Figura 1. Adulto de C. girondica depredando sobre unahembra adulta de L. bilineata el 24 de septiembre de 2012,en Amurrio (Álava).

Foto J. Abrisketa

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vador. El lagarto ya estaba muerto y mostrabaen su hocico el inicio del proceso digestivo. Elmicrohábitat donde se realizó la observación eraun talud herbáceo con zarzamora (Rubus sp.)junto a un camino en ambiente de campiña(prados y edificaciones rurales, con muros depiedra). La observación fue registrada a las6:40 hora solar, lo que sugiere una actividadnocturna que comprende el periodo sin luzcompleto del nictémero, incluso en unmomento del ciclo fenológico de la especiepróximo a su entrada en hibernación. Ésta seproduce en zonas de condiciones climáticasasimilables a las del País Vasco, como Galicia,en noviembre (Galán, 1988), si bien mantienecierta actividad invernal en este territorio. Lacaptura de una presa tan grande habría sidorealizada durante la noche o el alba, como fre-cuentemente se ha citado en la bibliografía(Santos & Pleguezuelos, 2009).

L. bilineata se distribuye ampliamente portoda la provincia de Álava, coincidiendo conC. girondica en el extremo noroeste de Álavaen pocas localidades, pertenecientes a sólocuatro cuadrículas UTM de 10 x 10 km(Barbadillo, 2002; Santos & Pleguezuelos, 2002;SIARE, 2013). En esa zona es la única culebralisa existente, apareciendo con cierta frecuen-cia (M. Iglesias-Carrasco, comunicación per-sonal). Su congénere C. austriaca no se haregistrado en la región (Galán, 2002). Las opor-tunidades de encuentro de C. girondica y L.bilineata podrían ser altas, al coincidir en losmismos ambientes, confirmándose la capaci-dad de C. girondica para capturar presas degran tamaño relativo.

AGRADECIMIENTOS: J. Abrisketa realizó y puso amable-mente a nuestra disposición tanto la observación como lafoto que acompaña la presente nota.

REFERENCIAS

Barbadillo, L.J. 2002. Lacerta bilineata Daudin, 1802. 220-222.In: Pleguezuelos, J.M., Márquez, R. & Lizana, M. (eds.),Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España.Dirección General de Conservación de la Naturaleza-Asociación Herpetológica Española (2ª impresión). Madrid.

Costantini, D., Casagrande, S., Di Lieto, G., Fanfani, A. &Dell’Olmo, G. 2005. Consistence differences in feedinghabits between neighbouring breeding kestrels.Behaviour, 142: 1409-1421.

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Elósegui, J. 1974. Informe preliminar sobre alimentación deaves rapaces en Navarra y provincias limítrofes. Ardeola,19: 249-256.

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Rollinat, R. 1934. La vie des reptiles de la France Centrale.Reedición de 1980 de la Société Herpétologique deFrance. Paris.

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Santos, X. & Pleguezuelos, J.M. 2002. Coronella girondica(Daudin, 1803). 275-277. In: Pleguezuelos, J.M.,Márquez, R. & Lizana, M.(eds.), Atlas y Libro Rojo de losAnfibios y Reptiles de España. Dirección General deConservación de la Naturaleza-Asociación HerpetológicaEspañola (2ª impresión). Madrid.

Santos, X. & Pleguezuelos, J.M. 2009. Culebra lisa meridional –Coronella girondica (Daudin, 1803). In: Salvador, A.,Marco, A. (eds.), Enciclopedia Virtual de los VertebradosEspañoles. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.<http://www.vertebradosibericos.org/> [Consulta: 26 febre-ro 2013].

SIARE. 2013. Consulta L. bilineata y C. girondica.<http://siare.herpetologica.es/bdh/distribucion>[Consulta: 10 marzo 2013].

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Presentamos un patrón atípico en el diseñode un ejemplar joven de culebra de herradura(Hemorrhois hippocrepis). El ejemplar fue captu-rado el 3 de noviembre de 2012 por un visitan-te del Parque Natural de Collserola, provincia deBarcelona (UTM 31 T X: 425887; Y: 4590351;379 msnm), y entregado a los agentes rurales dela provincia, que lo ingresaron en el Centro deRecuperación de Fauna Salvaje de Torreferrussa(Santa Perpetua de la Mogoda, Barcelona). Alobservar la anomalía del diseño, fue posterior-mente trasladado al Centre de Recuperaciód´Amfibis i Réptils de Catalunya, donde se lehizo un estudio fotográfico previamente a suliberación en la misma zona del hallazgo, al tra-tarse de un espacio natural protegido.

En esta especie, el patrón dorsal caracterís-tico se describe como una hendidura oscuraen forma de V en la parte posterior de la cabe-za, desde la que continúa una serie de man-chas ovaladas de tonos marrones o grisáceosrodeadas por un tono más oscuro sobre unfondo claro (Feriche, 2009; Rivera et al., 2011). Elejemplar que se describe no presentaba estepatrón en los primeros 6 cm de su dorso(Figura 1). Su diseño sustituía las manchas uocelos por una línea continúa marrón, cerca-da por un borde más oscuro a partir de lamencionada marca cefálica en V, para volverposteriormente a diferenciarse en las habitua-les manchas ovaladas, resultando en una ano-malía en el patrón dorsal habitual para la espe-

Patrón de coloración atípico en Hemorrhois hippocreppis

CRARC. 08783 Masquefa, Barcelona. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 28 de julio de 2013.Key words: Hemorrhois hippocrepis, coloration, dorsal pattern.

Juan Miguel Cano, Albert Martínez-Silvestre & Joaquim Soler

Figura 1. Patrón atípico en eldiseño dorsal de un ejemplarjoven de H. hippocrepis de laprovincia de Barcelona.

Figura 1. Patrón atípico en eldiseño dorsal de un ejemplarjoven de H. hippocrepis de laprovincia de Barcelona.

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cie. Del mismo modo, se observó una tenden-cia a la unión de estas manchas en varias par-tes a lo largo del cuerpo del ofidio. Las varia-ciones de patrón o coloración en el diseño dereptiles Squamata en general y de ofidios enparticular están ampliamente descritas en labibliografía (Rivera et al., 2011), y aunque hastaahora no se había descrito este patrón inusualen H. hippocrepis, sí hay otras variaciones decolor en la especie, como ejemplares meláni-cos (Rivera et al., 2004) o albinos (Sánchez et al.,1988). Algunas variaciones del patrón en estaespecie se han atribuido a variaciones relacio-nadas con el efecto del clima en ciertos carac-teres folidóticos (Feriche, 2009). Esta variación

en el patrón y no en la proporción del color esmás propia de la cría en cautividad en ofidiossometidos a comercio, como los pertenecien-tes a los géneros Lampropeltis o Elaphe(Lesparre, 2011), siendo nuestra aportaciónnovedosa en una especie autóctona encontra-da en libertad. Variaciones de color similaresde la misma especie han podido describirse enejemplares de Marruecos (León-Vigara, 2012).

AGRADECIMIENTOS: A J. Mayné y el personal delCentro de Recuperación de Fauna Salvaje deTorreferrussa por la cesión del ejemplar objeto de lapresente nota y la facilitación de los datos correspon-dientes a la fecha y lugar de hallazgo.

REFERENCIAS

Feriche, M. 2009. Culebra de herradura – Hemorrhois hippo-crepis. In: Salvador, A. & Marco, A. (eds.), EnciclopediaVirtual de los Vertebrados Españoles. Museo Nacional deCiencias Naturales, Madrid. <http://www.vertebradosibe-ricos.org/> [Consulta: 25 junio 2013].

León-Vigara, R. 2012. Culebra de herradura Hemorrhois hip-pocrepis Linnaeus, 1758. In: Sánchez-Tojar et al. (eds.),Anfibios y reptiles de Marruecos y Sahara Occidental.<http://www.moroccoherps.com/ficha/Hemorrhois_hip-pocrepis/> [Consulta: 2 junio 2013].

Lesparre, D. 2001. Un caso de albinismo en culebra de escale-ra (Elaphe scalaris). Boletin de la Asociacion HerpetológicaEspanola, 12: 17-18.

Rivera, X., Arribas, O. & Martí, F. 2004. Anomalías pigmen-tarias en las especies de reptiles presentes en la penínsulaibérica, islas baleares i canarias. Butlletí de la SocietatCatalana d'Herpetologia, 15: 76-88.

Rivera, X., Escoriza, D., Maluquer-Margalef, J., Arribas, O. &Carranza, S. 2011. Amfibis i rèptils de Catalunya, PaísValencià i Balears. Lynx Edicions - Societat Catalanad'Herpetologia. Barcelona.

Sánchez, S., Peiró, S. & Gómez-Caruana, F. 1988. Anfibios,Peces y Reptiles. 329-376. In: Sanchis Moll, E. (ed.), Guíade la naturaleza de la Comunidad Valenciana. Ed. Alfons elMagnànim - Diputació Provincial de Valencia. GeneralitatValenciana. Valencia.

Los patrones de actividad en lagartos sonfruto de la interacción entre sus ritmos internosy las variaciones cíclicas de las condicionesambientales de las áreas donde habitan(Underwood, 1992). En cuanto a la actividad diaria,

aunque algunos saurios (i.e. Gekkota) pueden sernocturnos, la mayoría, incluyendo los de nues-tras latitudes, son principalmente diurnos, sibien algunas especies son capaces de extender suactividad crepuscular en respuesta a iluminación

Una observación de actividad nocturna en Psammodromus algirus

CIBIO, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genético. Universidade do Porto. Campus Agrário de Vairão. 4485-661Vairão. Portugal. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 13 de Julio de 2013.Key words: Psammodromus algirus, nocturnal activity, Iberian Peninsula.

Miguel A. Carretero & Catarina Rato

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artificial o a condiciones térmicas excepcionales(Perry & Fisher, 2006; Perry et al., 2008). Los lacértidosse consideran saurios estrictamente diurnos queemplean la heliotermia como principal estrategiatermorreguladora (Arnold & Ovenden, 2002) y cuyosu patrón de actividad se ajusta en función defactores externos (temperatura, fotoperiodo,humedad) e internos (especie, estado reproduc-tor, ontogenia) (Foà et al., 1992, 1994). Sin embar-go, no dejan de existir algunas observaciones ais-ladas de actividad crepuscular o nocturna, porejemplo en Timon lepidus (Valverde, 1967; Franco etal., 1980; Hódar et al,. 1996), Gallotia sp. (Böhme etal., 1985; Molina-Borja, comunicación perso-nal) y Podarcis muralis (Carretero et al., 2012). Elmotivo de la presente nota es dar a conocer otrocaso de actividad nocturna en lacértidos.

En el curso de un muestreo de Tarentola mau-ritanica realizado en varias localidades del interiorde Portugal, se realizaron búsquedas de salaman-quesas en un área rural próxima a la población deAranhas (Conselho de Penamacor, Distrito deCastelo Branco), en el este de Portugal(40.120291°N / -7.133294°W; 476 msnm). Elhábitat correspondía a una zona de agriculturatradicional de cereales de secano en mosaico conafloramientos graníticos, matorral mediterráneo ymanchas de alcornoque (Quercus suber) y rebollo(Quercus pyrenaica). Las búsquedas se realizaron el4 de julio de 2013 entre las 19:00 h y las 00:30 h,hora local, por parte de dos observadores que, enausencia de fuentes de luz artificial cercanas, usa-ban linternas frontales. Tras haber observadovarios ejemplares de T. mauritanica, a las 23:15 h,recorriendo una pista rural bordeada por un murobajo ( < 50 cm) de cemento, se detectó un cruji-do proveniente de un pequeño macizo de gramí-neas secas (Avena sativa) al borde del camino. Alenfocar con las luces frontales, se observó a unadistancia de menos de 1 m un ejemplar adulto delagartija colilarga, Psammodromus algirus, situado

verticalmente a una altura de unos 20 cm en elmuro del lado del camino. El ejemplar permane-ció en esta posición unos 10 s y luego huyó al otrolado del muro sin que pudiera ser localizado denuevo. Aunque en aquel momento no se disponíade un termómetro, los datos disponibles a las23:00 h en bases de datos digitales (http://wea-therspark.com/) indicaron una temperatura delaire de 26ºC. En dicha localidad y fecha la puestade sol astronómica tuvo lugar a las 21:05 h y laluna se hallaba en cuanto menguante, casi lunanueva (www.timeanddate.com). Puede añadirseque el día de la observación correspondió a la fasecentral de un período estable de más de dos sema-nas caracterizado por temperaturas excepcional-mente elevadas, tanto diurnas como nocturnas(http://weatherspark.com/).

En primer lugar, es de destacar que la obser-vación se registró en completa ausencia de ilumi-nación artificial y que la primera evidencia de lapresencia de la lagartija fue sonora, no visual, loque sugiere que se encontraba activa con anterio-ridad a ser enfocada por las luces frontales. Porotro lado, si bien se trata de una especie de carác-ter mediterráneo, también es bien conocida porhallarse activa en condiciones subóptimas(Carretero & Llorente, 1995). No obstante, muestre-os sistemáticos de actividad realizados a lo largode todo el año y en todas las horas diurnas enarenales costeros de Catalunya llegaron a detec-tar ejemplares activos con temperaturas del airede 11,8ºC en adultos y 10,8ºC en inmaduros(Carretero, 1993), es decir, más de 14ºC y 16ºCpor debajo de la del presente registro de activi-dad, respectivamente. Por tanto, pese a que laobservación se realizó en una localidad conti-nental situada a 150 km de la costa y en plenaoscuridad, puede descartase que se diese en con-diciones térmicas subóptimas.

Aunque es obvio que, considerada aisladamen-te, se trata de una observación anecdótica, conven-

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A nivel europeo, la depredación por parte dehirudínidos sobre anfibios está extensamentedocumentada tanto en el caso de individuosadultos como en el de larvas y puestas (Fontaneto

et al., 1999; Álvarez, 2010; Ayres & Comesañas, 2010;Galán, 2011; Rivera & Filella, 2011) mientras que enlo referente al norte de África la informacióndisponible es escasa. Billet (1904) ya indicaba a

Depredación de Amietophrynus mauritanicuspor Limnatis nilotica en Marruecos

Cl. Teatro, 12. 29680 Estepona. Málaga. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 13 de octubre de 2013.Key words: parasitism; amphibians; leeches; Morocco.

Juan A. M. Barnestein

Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2013) 24(2)8

REFERENCIAS

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Hódar, J.A., Campos, F. & Rosales, B.A. 1996. Trophic eco-logy of the Ocellated Lizard Lacerta lepida in an arid zoneof southern Spain: relationships with availability and dailyactivity of prey. Journal of Arid Environments, 33: 95-107.

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Perry, G., Buchanan, B.W., Fisher, R.N., Salmon, M. & Wise,S.E. 2008. Effects of Artificial Night Lighting on Amphibiansand Reptiles in Urban Environments. 239–256. In: Mitchell,J.C., Jung-Brown, R.E. & Bartholomew, B. (eds.),Herpetological Conservation vol. 3, Society for the Study ofAmphibians and Reptiles. Salt Lake City.

Underwood, H. 1992. Endogenous Rhythms. 229-297. In:Gans, C. & Crews, D. (eds.) Hormones, Brain, andBehavior. Biology of the Reptilia Vol. 18, Physiology. E.University of Chicago Press. Chicago.

Valverde, J.A. 1967. Estructura de una comunidad de vertebradosterrestres. Monografías de Ciencia Moderna. C.S.I.C. Madrid.

dría que poblaciones densas de lacértidos enambientes cálidos fuesen objeto de muestreos sis-temáticos de actividad crepuscular y/o nocturna(Carretero et al., 2012) para determinar hasta quépunto este tipo de comportamientos es más fre-cuente de lo que se conoce, en qué circunstanciasambientales se produce y si existe alguna tendenciaa incrementarse con el tiempo en las mismas áreas.

AGRADECIMIENTOS: La observación se realizó en elcurso de un muestreo del proyecto PTDC/BIA-BEC/101256/2008 de la Fundação para a Ciência e aTecnologia (FCT, Portugal). Los autores agradecentambién al Instituto de Conservação da Natureza e dasFlorestas (ICNF, Portugal) el correspondiente permisode prospección de campo y a P. Sarmento (ICNF) porsu hospitalidad.

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Fotos Juan A.M. BarnesteinFigura 1. Ejemplar de A. mauritanicus portando tresindividuos de L. nilotica. Antiatlas, Marruecos.

Batracobdella algira como parásito de Pelophylaxsaharicus en Argelia; en Túnez, Ben Ahmed et al.(2008, 2009) citan a Amietophrynus mauritanicus yP. saharicus como huéspedes de B. algira; yBeukema & De Pous (2010) señalan el caso deun ejemplar de A. mauritanicus parasitado pornumerosos individuos de dos especies distintas(B. algira y otra sin identificar) y afirman que loscasos de parasitismo por parte de hirudínidossobre anfibios son relativamente frecuentes en elarea de El Magreb. Según estos autores, estosupone un riesgo para determinados taxonesaltamente amenazados y con poblaciones frag-mentadas, ya que ataques masivos a un mismoindividuo pueden dejarlo muy debilitado eincluso acarrearle la muerte.

Con motivo de una prospección herpeto-lógica en Marruecos, el día 5 de abril de 2009en las cercanías de Sidi Brahim OuLhoussayne (provincia de Sidi Ifni, región deSouss-Massa-Draâ) en el extremo surocciden-teal del Antiatlas marroquí (273 msnm,

UTM 10 x 10 km: 29RLN83) se localizóuna pareja en amplexus de A. mauritanicus enuna pequeña poza de un arroyo. La hembraestaba parasitada en las extremidades poste-riores por tres ejemplares de sanguijuelaLimnatis nilotica (Figura 1). En el mismolugar se observaron varios adultos de lamisma especie, tanto hembras adultas comomachos cantando, y ninguno de ellos era por-tador a simple vista de sanguijuelas. El hechode que solo se observara el citado comporta-miento de las sanguijuelas en una pareja enamplexus plantea la cuestion de si el parasitis-mo sólo lo realizan directamente sobre indivi-duos adultos o también lo hacen sobre lapuesta en el momento de ser depositada,como se ha observado en otras especies deanuros (Rivera & Filella, 2011). L. nilotica es unasanguijuela que se alimenta de la sangre de suhospedador (principalmente mamíferos)penetrando en los orificios de éste (e.g., boca,nariz y ano), por lo que su aparato bucal está

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En el mismo arroyo se constató la presen-cia de varios ejemplares de Barbarophrynebrongersmai, Bufotes boulengeri, Hyla meridio-nalis y Pelophylax saharicus, lo que supone

observaciones inéditas para las cuatro especiesdentro de sus respectivas distribuciones cono-cidas (Bons & Geniez, 1996; Barnestein et al. 2010);En el caso de H. meridionalis, se confirma laexistencia de poblaciones en la zona y amplíaligeramente hacia el sudoeste el límite meri-dional y occidental de esta especie en el áreacontinental africana (Barnestein et al. 2010).

Se nombran los géneros Barbarophrynesy Bufotes conforme la reciente revisión siste-mática de los anfibios de Marruecos(Beukema et al. 2013).

AGRADECIMIENTOS: J.R. Fernández-Cardenete,J.A. Fernández Carrasco, V. Gabari-Boa, L. García-Cardenete, J.P. González de la Vega, F. Jiménez-Cazalla y G. Martínez de Mármol formaron parte delas prospecciones herpetológicas. I. García Mas ayudóen la identificación del hirudíneo.

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Originally, the Atlantic Forest occupied1.5 million km2 and in mid-2000 it was redu-ced to only 7% of its original area (Myers et al.,2000; Tabarelli et al., 2005). Scientific concernsover ecosystems and biomes disappearancemade researchers discover in frogs naturalallies that can indicate the quality of the envi-ronment (Becker et al., 2007; Dixo et al., 2009;Hayes et al., 2010; Toledo et al., 2010). The amphi-bian Brachycephalus ephippium (Spix, 1824) isa small orange or chrome-yellow frog (Figure 1),with about 2 cm in snout-vent length andonly two functional fingers and three toes(Izecksohn & Carvalho-e-Silva, 2001), and has itstype locality in the municipality of Piquete,São Paulo, Brazil (Bokermann, 1966).

The genus Brachycephalus is endemicfrom the region ranging from the state ofEspírito Santo to Paraná (Pombal-Jr et al., 1998;

RESUMEN: La ocupación del hábitat y el comportamiento circadiano de las especies a menudo estánrelacionados con las condiciones ambientales. El objetivo de este trabajo es describir el uso de loshábitats y la actividad circadiana en el anuro Brachycephalus ephippium en el estado de Rio deJaneiro, Brasil. Se observó la frecuencia de ocupación de seis hábitats y se analizaron las diferenciasentre las estaciones seca y lluviosa. El análisis causal de ocupación mostró un período de actividadde siete horas, con diferencias según los hábitats. La incidencia de luz natural resultó un factorimportante en el período de actividad de la especie. Sugerimos que la especie es un buen bioindi-cador ya que las características del hábitat (e.g., cobertura arbórea) afectan directamente la inciden-cia de luz natural y ello puede afectar la ocupación de B. ephippium.

Habitat use by the pumpkin toadlet, Brachycephalus ephippium(Anura, Brachycephalidae), in the Atlantic Rain Forest of Brazil

1 UFPI - Universidade Federal do Piauí, Campus Amilcar Ferreira Sobral, BR 343, Km 3,5 – Meladão - CEP 64.800-000, Floriano/PI,Brazil. C.e.: [email protected]

2 UFRJ - Universidade Federal do Rio de Janeiro, Museu Nacional, Departamento de Vertebrados, Quinta da Boa Vista, São Cristóvão,20940-040 Rio de Janeiro, RJ, Brasil.

3 UFJF – Universidade Federal de Juiz de Fora, Campus Martelos, Post-graduation Program on Biological Sciences Behaviour andAnimal Biology. Martelos, CEP: 36.036-330, Juiz de Fora - MG. Brasil.

Fecha de aceptación: 14 de octubre de 2013.Key words: bioindicator, Cunhambebe State Park, Poisson’s distribution, pumpkin toadlet.

Mauro Sérgio Cruz Souza Lima1, Jonas Pederassi2 & Carlos Alberto dos Santos Souza3

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Figure 1. B. ephippium in the study area.Figura 1. B. ephippium en el área de estudio.

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Pombal-Jr & Izecksohn, 2011), being the speciesB. ephippium currently distributed in moun-tainous regions of the Atlantic Forest in Riode Janeiro, São Paulo and Minas Gerais (Frost,2013). As for its natural history, it is a speciesrestricted to mature forests where it inhabitsthe leaf litter (Pombal-Jr et al., 1994; Pombal-Jr,1999, 2003, 2010; IUCN, 2011).

Although the basic natural history of B. ephip-pium has been studied in Brazil, its dynamicbehavioral occupation of the environmenthas not been examined yet. In this study, wedescribe habitat uses of B. ephippium, toidentify and determine the relationship bet-ween the abiotic elements and the occupatio-nal behavior of B. ephippium.

The study area was included inside the ParqueEstadual Cunhambebe (Cunhambebe StatePark), in the state of Rio de Janeiro, Brazil. ThePark has an area of 380 km2, corresponding tofour municipalities: Mangaratiba, Angra dos Reis,Rio Claro and Itaguaí. The specific area of studycorresponds to 1 km2 within the park located inAngra dos Reis (22°53'S / 44°14'W – DatumUD55; 635 masl). Eight field visits per year wereconducted between 2008 and 2009, on January(rainy season) and July (dry season), accumula-ting a total of 192 hours of sampling effort.During the fieldwork, we recorded the habitattype where individuals were observed, conside-ring for the study six different categories: (1)shrubs, (2) litter, (3) bromeliads, (4) tree trunkson soil, (5) under leaf litter, and (6) in burrows.Additionally, two abiotic conditions were recor-ded: relative humidity and temperature. Relativehumidity (RH) and temperature were measuredusing the thermo-hygrometer Instrutherm® witha precision ± 5% RH and ± 1°C respectively.

The constancy of habitat occupation ofB. ephippiumwas determined by C = (p.100) / N,where p is the number of times the species was

found in one specific habitat and N is the totalsample that was made in transects (Bodenheimer,1955 Apud Neto et al. 1976). The presence of thespecies per habitat was considered Constant(C > 50%), Accessory (50% > C > 25%) andAccidental (C < 25%). To test if habitat use diffe-red between dry and wet season, constancy ofhabitat occupation was analyzed using a Student’st-test. For casual or probabilistic analysis of theoccupational behavior, we modeled the variablesusing Poisson distribution (pr(x) = µx e-µ / x!) inExcel. The decay of the hypothesis was measuredthrough a c2 test. Biotic and abiotic correlationswere tested using the nonparametric Spearmancorrelation coefficient.

With the biotic and abiotic data collectedduring the rainy season we developed an eco-logical model of habitat occupation for B. ephip-pium. The model was developed using thesoftware Vensim® (Ventana Systems, 2013),which created the mathematical equations,algorithms and the causal diagram.

We observed 37 individuals of B. ephip-pium and its habitat use in the study area wasconstant under leaf litter, accessory on shruband litter, and accidental on bromeliads, treetrunks on soil, and in burrows. The record oftwo amplexus under the leaf litter supportsthe condition of this habitat as the most com-mon for the species in the area. According toStudent’s t-test, the constancy of occupationof habitats by B. ephippium was not differentbetween the dry and rainy season (t15 = 0.28;P = 0.57). This result is partially in concor-dance with a previous study which showedthat these diurnal frogs occupied bushes, drif-ting over the burlap when the RH reaches100% and remaining in the leaf litter duringthe dry season (Pombal-Jr. et al., 1994). Ourmeasures of RH varied between 77.1% and98% (dry and wet season respectively). No

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predicted by the model did not differ in rela-tion to the observed data (c2

6 = 0.47; P = 0.92).When we build the ecological model basedon the collected data, we observed that rainyor dry conditions do not interfere in the spe-cies occurrence. According to the Poissonprobability model for both sampling periods,the specimen occupation, as a function of theenvironments, did not present any changes.The habitat behavior of occupancy for thesample period of drought and increased rain-fall across the two years of study is linked tothe course of a 24-h day.

A causal diagram of occupational dynamicsby B. ephippium is supported by the model,which features key elements (daytime andnight time) and the period element limited toa 24-hour cycle. The causal diagram shows thecircadian cycle of B. ephippium in the studiedarea (Figure 2). The ecological interactiondynamics of B. ephippium, over a 24-hourcycle, points, according to the model, to adaily cycle that starts at 8 a.m. in the morningand continues until 3 p.m., reducing the acti-vity in the afternoon (Figure 3). Interestingly,the light starts to reduce at 3 p.m. because ofthe forest canopy and, meanwhile, the activityof the species is reduced. The habitat occupa-

correlations were detected between the habi-tat categories considered and the abiotic fac-tor measured (R2 = 0.19 to temperature andR2 = 0.057 to relative humidity).

The two amplexus observed were like theones previously described: initially inguinaland later becoming axillary (Pombal-Jr et al.,1994). The exposure period of the species wasonly diurnal (between 8 a.m. and 3 p.m.)indicating a correlation between daily tempe-rature increases and the species exposure tothe environment which, in this study, rangedbetween 16.5ºC and 26.9°C (R2 = 0.93,21.48 ± 3.37°C).

When we applied the observation period ofeach occupied habitat to the Poisson model, wegrouped a seven-hour probability of occurrencewhere B. ephippium would be successively vie-wed in each habitat: 1.16 hour on shrubs, 0.19hour on the litter, 0.05 hour on bromeliads,0.66 hour on tree trunk on soil; 3.67 hoursunder leaf litter and 1.33 hour in burrow.

When we compare the exposure periodsto the habitat constancy of occupation, wefound equivalent results. However, the use ofthe term “accidental” should be considered asa consequence of the short-time occupationand not a randomness condition. The values

Figure 2. Causal activity diagram of B. ephippium.Figura 2. Diagrama de actividad causal de B. ephippium.Flux/flujo: ; Connectors/-es: ; Stock:

Figure 3. Activity model of B. ephippium in a 24-h cycle.Figura 3. Modelo de actividad de B. ephippium en un ciclode 24 h.

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tion systematically starts at 8 a.m. in the mor-ning of the following day, when the light pene-trates the canopy and reaches the litter. It isnot possible to record the presence of this spe-cies until 8 a.m. next morning.

The presence and absence of light seems toinfluence the circadian rhythm of B. ephippium,affecting its occupational behavior of a sub-montane tropical moist Atlantic Forest coveredwith leaf litter. Several species exhibited circa-dian behavior, i.e. 24 hours cycles related tolight and dark phases during the day (Murphy &Campbell, 1996). These cycles are influenced byphotoperiod oscillations that reflect the endoge-nous aspect of the intrinsic circadian behaviortogether with endogenous oscillations thatreflect intrinsic expressions of the circadianbehavior, also called biological clocks (Oster et al.,2003). The physiologies of many species mayalter, before the environmental changes,through their endogenous cycles related to light

and dark phases (Daan et al., 2001). The endoge-nous circadian rhythms makes physiologicaland behavioral resources necessarily / efficientlyprojected, providing responses for the immi-nent environmental changes (Shine & Lambeck,1990; Paranjpe & Sharma, 2005).

The dynamics of occupation by B. ephip-pium, its intricate relationship with forests andits diurnal behavioral activity cycle attest to thecondition of this species as an environmentalindicator of occupied areas: the modificationof these environments (i.e. canopy) may affectlight and dark phases consequently impactingthe perpetuation of the species.

ACKNOWLEDGEMENTS: The authors wish to thanks toInstituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade(ICMBio) for the licence of collection in CunhambebeState Park # 25114-1. J. Pederassi acknowledges theCoordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de NívelSuperior (CAPES) for financial support.

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El día 6 de abril de 2013 se localizó unejemplar adulto de M. monspessulanus atro-pellado recientemente en la carretera entrelas localidades de SidiR'bat y Massa, Agadir,Marruecos (UTM 29R 0436044-3328266).La zona está situada a unos 3 km de la líneacostera y a 70 msnm, en un ambiente de lla-nos semidesérticos costeros dominados porarbustos de pequeño y mediano porte perte-necientes a los géneros Ononis, Suaeda,Launaea, Artemisia y Helianthemum. Elejemplar poseía una longitud hocico – colade 71 cm de y una coloración típica de losejemplares de la forma del sur de país, M. m.saharatlanticus, descrita por Geniez, Cluchier& De Haan, (2006). En su estómago se halló

un ejemplar de Tarentola chazaliaeaun sindigerir (Figura 1).

T. chazaliaees una especie endémica de laregión oceánica del Sahara Occidental, distri-buida desde Agadir hasta el norte de Senegal(González de la Vega, 2013; Wilms, et al., 2013). Deesta forma la distribución de ambas especiesse solapan en su límite meridional para M.monspessulanus y septentrional para T. chaza-liae (Bons & Geniez, 1996). En la PenínsulaIbérica, la dieta de M. monspessulanus es muy

Depredación de Malpolon mospessulanus sobre Tarentola chazaliae

Cl. Doctor Jordán, 11. 38470 Los Silos.Tenerife. C. e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 22 de octubre de 2013.Key words: Malpolon monspessulanus, Morocco, predation,Tarentola chazaliae.

Juan José Ramos & Pedro González del Campo

Foto Pedro González del Campo

Figura 1. Ejemplar de T. chazaliae hallado en el interiorde un ejemplar de M. monspessulanus.

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amplia e incluye reptiles, aves y mamíferos deun gran número de géneros (Pleguezuelos,2003). Existe una notable variación ontogéni-ca en la dieta: los reptiles son la presa casiexclusiva de los ejemplares de un año deedad, y alrededor del 50% de las presas paraejemplares mayores (Díaz-Paniagua, 1976).Hasta el momento se desconocía la presencia

de este endemismo sahariano en la dieta deM. monspessulanus, aunque es conocido elconsumo de otros reptiles de pequeño ymediano tamaño en otras localidades de sudistribuciónen África (Schleich et al.,1996).

AGRADECIMIENTOS: A J.A. Mateo por ayudarnos enla determinación de ambas especies.

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Rhageris moilensis es vulgarmente conoci-do como falsa cobra. Su nombre común hacereferencia al comportamiento defensivo queadopta ante una potencial amenaza, aplanan-do dorso-ventralmente el cuello y asemeján-dose así a una cobra (Naja spp.).

En dos viajes herpetológicos a Marruecos,realizados en agosto de 2012 y en octubre de2013, se observó un comportamiento defen-

sivo inusual en tres individuos de R. moilensisen la región de Guelmim, en un hábitat áridocon matorral disperso.

En agosto de 2012, se observó un indivi-duo subadulto en Fask (latitud: 28.85º / lon-gitud: -9.73º). Al detectar la presencia de losautores mostró el típico comportamientodefensivo de la especie, aplanando dorso-ven-tralmente el cuello. Tras efectuar este com-

Comportamiento defensivo inusual observado en la falsa cobra(Rhageris moilensis) en el suroeste de Marruecos

1 Cl. Estanislao Cabanillas, 43. 2º. 13400 Almadén. Ciudad Real. C.e.: [email protected] Cl. Pedro Antonio de Alarcón, 34. 5ºA. 18002 Granada.3 Cl. Urbanizacion Rio Gulf, 38. 21819 La Rabida. Palos de La Frontera. Huelva.

Fecha de aceptación: 14 de noviembre de 2013.Key words: Morocco, defensive, behavior, Moila snake, false cobra.

Raúl León1, Gabriel Martínez2 & Baudilio Rebollo3

Para ver Anexos ir a <http://www.herpetologica.es/publicaciones/>

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portamiento varias veces, se enroscó ycomenzó a frotar las escamas de las zonas late-rales de su cuerpo en un movimiento armo-nioso y continuo. El segundo individuo,posiblemente un adulto joven, fue localizadoen Guelmim (latitud: 28.87º / longitud: -10.20º).Se encontraba semioculto e inmóvil y al per-cibir nuestra presencia comenzó a exhibirdirectamente este comportamiento de roza-miento de escamas (véase Anexo en video). Eltercer individuo fue hallado en Guelmim(latitud: 28.90º / longitud: -10.16º) en octu-bre de 2013. Inicialmente aplanó el cuello yelevó el primer tercio del cuerpo hasta los 45ºgrados respecto al sustrato; en ocasionesalcanzó los 90º y realizó ataques defensivos.Intercaló este comportamiento con el roce deescamas laterales.

No se ha encontrado una descripción previade este comportamiento para R. moilensis(Gruber, 1993; Bons & Geniez, 1996; Schleich et al.,1996). En cambio, este tipo de comportamientodefensivo es muy común en otras especies de ofi-dios de la región: los vipéridos Echis pyramidum

leucogaster, Cerastes vipera, Cerastes cerastes y elcolúbrido Dasypeltis sahelensis (Schleich et al., 1996;autores, obs. pers.). Sin embargo existen algunasdiferencias entre estas últimas y R. moilensis encuanto a la forma de llevarlo a cabo. Estas cuatroespecies citadas tienen estructuras especializadaspara la estridulación (emisión de sonido estri-dente persuasivo mediante el frotamiento dedeterminadas zonas del cuerpo) tales como esca-mas aquilladas y aserradas para el efecto o esca-mas en las zonas laterales del cuerpo en disposi-ción diferente a las escamas dorsales. R. moilensisno presenta ninguna de estas características, pre-sentando escamas sin quilla (Schleich et al., 1996).Probablemente en este caso el comportamientodefensivo descrito en la presente nota podríaestar basado sobre todo en el efecto visual, ya queen los individuos de pequeño tamaño no seapreció ningún sonido cuando efectuaron elrozamiento de escamas y sólo resultó algo audi-ble en el caso del individuo de mayor tamaño,aunque no sería comparable al sonido muchomás notorio emitido por las otras especies cita-das y que sí se considera que estridulan.

Podría plantearse la posibilidad de queeste comportamiento de R. moilensis consistaen una imitación de algunas de las serpientesvenenosas de la región, como las víborasnombradas anteriormente, para disuadir a losdepredadores. En dicho caso nos encontrarí-amos ante un ofidio que parece imitar loscomportamientos defensivos del elápido de laregión (Naja haje) y de algunos de los vipéri-dos (Echis pyramidum leucogaster, Cerastesvipera y Cerastes cerastes).

Figura 1. Fotograma correspondiente al comporta-miento descrito en la nota. Véase el Anexo en video paraobservar el desarrollo completo.

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Schleich, H. H., Kästle, W. &Kabisch, K. 1996. Amphibians andReptiles of North Africa. Koeltz Sci. Books. Koenigstein.

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El anillamiento de aves es un método parala individualización y el estudio de poblacio-nes de estos vertebrados (Villarán, 2002). Parala captura de las aves de pequeño y medianotamaño el método más utilizado es la redjaponesa, una red vertical sostenida entredos mástiles y colocada en lugares habitualesde tránsito de las aves. Al volar, éstas quedanatrapadas en pequeñas bolsas de malla,desde las que pueden ser extraídas sin sufrirdaños (Figura 1).

El 15 de junio de 2013, durante unasesión de anillamiento científico, en el Montede Valdelatas (Alcobendas, Madrid; 40º28’N/ 03º41’W; 709 msnm), en una red japonesase capturó una culebra bastarda (Malpolonmonspessulanus) -probablemente un macho -de unos 2 m de longitud total. El hábitat eraun encinar, con algo de humedad y en zonade umbría, entre ciruelos asilvestrados,majuelos y zarzales.

En la misma red había siete aves, de lascuales sólo una se encontraba a la altura de laculebra y había sido atacada por ésta. Se tra-taba de un joven del año de curruca capirota-da (Sylvia atricapilla), cuya cabeza había sidomordida por el ofidio. La culebra estaba enre-dada en su tercio anterior y tenía engancha-dos los dientes en la malla de la red, lo queimposibilitaba cualquier intento de deglu-ción. La culebra reaccionó al percibir la llega-da de humanos, emitiendo un característicosonido intimidatorio. Al intentar sujetarla, seirguió apoyándose en la cola, que estaba librede la red, lanzando la cabeza y el tercio ante-rior hacia adelante (Figura 2). Tras la extrac-ción de la red sin haber sufrido daños, la cule-bra fue liberada.

Captura accidental de Malpolon monspessulanusen una red japonesay primera cita de Sylvia atricapilla en la dieta de la especie

1 Grupo Ornitológico Horus. Cl. La Tejera 4. 2º G. 28794 Guadalix de la Sierra. Madrid. C.e.: [email protected] 2 Departamento de Ciencias Naturales. IES Puerto de la Torre. Cl. Cristo de los Milagros, s/n. 29190 Puerto de la Torre. Málaga.3 Grupo Ornitológico Horus. Paseo de los Olivos ,30. 2º A. 28011 Madrid.

Fecha de aceptación: 16 de noviembre de 2013.Key words: dieta, depredación, Malpolon monspessulanus, red japonesa, Sylvia atricapilla.

Alfonso Villarán1, Juan Domínguez2 & Cristóbal Medina3

Figura 1. Extracción de una curruca capirotada de unared japonesa.

Foto Juan Pascual

Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2013) 24(2)18

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Aunque la culebra bastarda es un depreda-dor oportunista (Díaz-Paniagua, 1976), de dietageneralista (Valverde, 1967; Pleguezuelos, 1998), sudieta se compone preferentemente de peque-ños mamíferos, y reptiles (Pleguezuelos, 1998). Lasaves son un complemento de la dieta, aunquesólo las que nidifican en el suelo o en taludesarenosos, las que pasan tiempo sobre el suelo, olos pollos y huevos de especies como el gorrióncomún (Gil-Delgado et al., 2002) tienen importan-cia en la dieta del ofidio. En ocasiones se hacitado el consumo de aves muertas, lo querefuerza el carácter oportunista de la especie,capaz de alimentarse de carroña (Ventura, 2012).

La depredación sobre la curruca capirota-da es la primera vez que se registra, pues esimprobable un encuentro entre ambas espe-cies en la naturaleza. Sin embargo, la oportu-nidad de depredar sobre un animal capturadose tradujo en el ataque sobre la curruca, puesla composición de la dieta de la culebra bas-tarda viene determinada por la disponibilidadde presas potenciales (Díaz- Paniagua, 1976;Pleguezuelos, 1998).

La captura de una culebra bastarda en unared japonesa no es la primera vez que se pro-duce. En la isla Tabarca se produjo una cap-tura similar, aunque la culebra apenas quedóretenida, liberándose por sus propios medios(Plata-Ortiz, 2013).

AGRADECIMIENTOS: C. Pérez de Obanos nos acompa-ñó en la jornada de anillamiento y colaboró en la extrac-ción de la culebra de la red. J. Pascual ayudó en la prepa-ración de la jornada de anillamiento. Durante la realiza-ción del trabajo y el manejo de los animales capturadosse han seguido todas las regulaciones y consideracioneslegales y éticas aplicables. Un revisor anónimo aportóinteresantes comentarios en relación a la versión inicial.

Figura 2. Culebra bastarda, atrapada en una red para cap-tura de aves, en posición de ataque, erguida sobre la cola.

REFERENCIAS

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Plata-Ortiz, A. 2013. Captura accidental de culebra bastardaen red japonesa durante una jornada de anillamiento en laisla de Tabarca. <http://youtu.be/NzxnUZZ8JpY> [Consulta:16 agosto 2013]

Pleguezuelos, J. M. 1998. Malpolon monspessulanus(Hermann, 1804). 408-427. In: Salvador, A. (coord.),Reptiles, Ramos, M.A. (ed.) Fauna Ibérica, volumen 10.Museo Nacional de Ciencias naturales (CSIC). Madrid

Valverde, J.A. 1967. Estructura de una comunidad de vertebra-dos terrestres. Monografías de la Estación Biológica deDoñana, 1. CSIC. Madrid

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Villarán, A. 2002. El anillamiento: un método de plena vigenciapara el estudio científico de las aves. Ecología, 16: 433-449.

Foto Cristóbal Medina

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Los estudios sobre biometría aportan infor-mación importante para la caracterización de laspoblaciones. En reptiles, y más concretamenteen quelonios, se han realizado numerosos estu-dios morfológicos en los que la biometría se hautilizado para analizar el dimorfismo sexual,variaciones geográficas, diferencias entre subes-pecies, la condición corporal o el ritmo de creci-miento (Yasukawa et al., 1996; Mascort et al., 1999;Lagarde et al., 2001; Willemsen & Hailey, 2002; Merchán-Fornelino, 2003; Rifai & Amr, 2004; Sacchi et al., 2007;Zuffi & Plaitano, 2007; Ben Kaddour et al., 2008; Selman,2012). Las poblaciones de galápagos alóctonosintroducidos pueden representar una amenazapara las especies autóctonas y también han sidoobjeto de estudios biométricos (Pérez-Santigosa etal., 2006). La biometría permite comparar dife-rentes morfologías en función del grado de espe-cialización en la dieta y la adaptación a medioplazo debida a cambios en el ecosistema(Lindeman, 2006). También permite la compara-ción morfológica entre especies próximas (Ayaz etal., 2006) y analizar la variación geográfica deldimorfismo sexual (Zuffi et al., 2012).

En el caso del galápago leproso (Mauremysleprosa) han sido varios los trabajos en los cualesse ha utilizado la biometría con objeto de estu-diar la morfología de poblaciones concretas(Rouault & Blanc, 1979), el dimorfismo sexual(Fraysse, 2002; Muñoz & Nicolau, 2006), el crecimien-

to (Pérez et al., 1979), el tamaño del huevo (Da Silva,1995), la variación geográfica (Lovich et al., 2010) ola relación entre el tamaño de las hembras y eltamaño de la puesta (Naimi et al., 2012). El estudiomás detallado en España sobre biometría de M.leprosa fue el realizado por Keller (1997), dondese explica un amplio protocolo de marcaje ytoma de medidas biométricas para analizar eldimorfismo sexual y estimar la edad en funcióndel tamaño de los ejemplares.

El presente estudio pretende comparar la lon-gitud del caparazón, tanto del espaldar (tomadadesde la placa nucal hasta la sutura entre las pla-cas supracuadales) como del plastrón (tomadadesde la placa gular hasta la sutura entre las pla-cas anales) obtenida con dos instrumentos demedición diferentes: el calibre y la cinta métrica.Igualmente se realizan análisis de regresión entrelas medidas tomadas con ambos instrumentos,con el objeto de obtener las correspondientesecuaciones que permitan determinar valorescomparables con otros estudios en los que sólo seutilice uno de estos instrumentos de medida.

Los ejemplares fueron capturados a mano enel Arroyo de las Cañas (Casarabonela, Málaga;30S X: 341568; Y: 4075336; 170 msnm). Unavez capturados fueron marcados mediante reali-zación de muescas en las placas marginales conuna segueta (Pérez et al., 1979; Keller, 1997; Figura

Comparación de las medidas del plastrón y el espaldarrealizadas mediante dos métodos diferentes

en ejemplares de Mauremys leprosa

1 Grupo Ornitológico Horus. Cl. La Tejera 4. 2º G. 28794 Guadalix de la Sierra. Madrid. C.e.: [email protected] Departamento de Ciencias Naturales. IES Puerto de la Torre. Cl. Cristo de los Milagros, s/n. 29190 Puerto de la Torre. Málaga.

Fecha de aceptación: 27 de noviembre de 2013.Key words: biometry, caliper, tape, carapace, Mauremys leprosa, plastron.

Alfonso Villarán1 & Juan Domínguez2

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1), sexados cuando fue posible por la edad,medidos y pesados. Se establecieron dos catego-rías según la edad: inmaduros y adultos, siguien-do a Keller (1997), en función de la longitud,sexo y anillos de crecimiento. Las medidas obte-nidas en cada ejemplar fueron la longitud delplastrón y del espaldar. Ambas longitudes fuerontomadas con un calibre y una cinta métrica. Lamedida obtenida con el calibre se tomó utilizan-do la distancia en línea recta desde la placa nucala la sutura entre las placas supracaudales en elcaso del espaldar, y desde la placa gular hasta lasutura entre las placas anales en el caso del plas-trón (véase Keller, 1997), sin tener en cuenta la cur-vatura ni, por tanto, la forma del caparazón. Lamedida obtenida mediante la cinta métrica setomó utilizando los puntos de referencia ante-riormente considerados, pero adaptando la cintaal contorno y forma del caparazón, por lo que seajustó a la curvatura de éste a fin de determinarsu convexidad.

En total se midió el espaldar de 132 ejem-plares y el plastrón de 135 con los dos méto-dos (calibre y cinta métrica). La media deambas medidas (calibre vs. cinta métrica) secomparó mediante un t-test de Student.Entre ambas medidas se estableció las corres-pondientes correlaciones utilizando el coefi-ciente de Pearson. Previamente se realizó unaprueba de Kolmogorov-Smirnov para com-probar que todas las medidas se ajustaban auna distribución normal, a fin de utilizar laestadística paramétrica.

La media de las medidas obtenidas concinta métrica difirió significativamente de laobtenida con el calibre, tanto en el caso delespaldar como en el del plastrón (Tabla 1). Lamedida del espaldar realizada con la cintamétrica y la realizada con el calibre mostraronuna correlación positiva (r = 0,999; P < 0,001)y lo mismo sucedió entre las medidas del plas-trón realizadas con ambos métodos (r = 0,998;P < 0,001) (Tabla 1).

Los resultados de la regresión lineal puedenexpresarse mediante las ecuaciones siguientes(en las que Ec y Pc son las medidas de espaldary plastrón obtenidas con el calibre y Ecm yPcm las obtenidas con la cinta métrica):

Ec = - 0,093 + 0,923 · EcmPc = 0,951 + 0,960 · Pcm

Figura 1. Marcado de un ejemplar de M. leprosa para suindividualización.

Foto Querubina Chacón

Localidad Cinta métrica (x ± SD)

Espaldar

Plastrón

103,29 ± 35,31

85,75 ± 32,82

Calibre (x ± SD)

95,26 ± 32,63

83,29 ± 31,56

N

132

135

t

30,52

12,71

P

< 0,001

< 0,001

r

0,999

0,998

P

< 0,001

< 0,001

Tabla 1. Medidas de espaldar y plastrón (en mm) realizadas con dos métodos diferentes (cinta métrica y calibre)y correlaciones entre las medidas obtenidas por ambos métodos (N: tamaño muestral; t: resultado del t-test;r: coeficiente de correlación de Pearson; P: probabilidad –significación).

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Si sólo se consideran los machos (adultose inmaduros), las ecuaciones de regresión quese obtienen son:

Ec = 0,135 + 0,925 · EcmPc = 0,003 + 0,973 · Pcm

Y si sólo se consideran las hembras (adul-tas e inmaduras), las ecuaciones de regresiónresultan:

Ec = 0,383 + 0,916 · EcmPc = 1,038 + 0,958 · Pcm

En cuanto a la edad, si sólo se consideranlos inmaduros, machos y hembras, las ecuacio-nes de regresión obtenidas son las siguientes:

Ec = -1,021 + 0,934 · EcmPc = 0,504 + 0,966 · Pcm

Y si sólo se consideran los adultos (machosy hembras), las ecuaciones resultantes son:

Ec = 2,388 + 0,906 · EcmPc = 5,633 + 0,926 · Pcm

Habitualmente, las medidas que se toman enlos galápagos están estandarizadas y se ajustan aunos protocolos determinados (Keller, 1997). Sinembargo, el uso de un método alternativo impi-de la comparación entre estudios diferentes. Lasmedidas adaptadas al contorno de los animalespresentan una cierta ventaja, pues se ajustan real-mente a la forma de la zona medida, pero debenser obtenidas con instrumentos y materiales quegaranticen su fiabilidad. Por ello, el uso de méto-dos diferentes, pero comparables, ayudaría alestablecimiento de conclusiones válidas al com-parar estudios realizados con ellos.

El uso del calibre y la cinta métrica ha sidohabitual en los estudios biométricos en diferen-tes grupos de animales y plantas e incluso enestudios antropométricos (Liotto et al., 2010).Tradicionalmente han sido utilizados por separa-

do en función de las medidas elegidas. En plan-tas, las medidas de longitudes pequeñas, comolos diámetros de tallos y ramas, son obtenidasmediante calibre, mientras que las longitudesmayores (longitud de tallos, ramas o raíces) sue-len realizarse con la cinta métrica (Cabal et al.,2005). Lo mismo sucede en biometría animal,donde las longitudes pequeñas suelen ser toma-das con calibre y las superiores a 60 cm, concinta métrica (Snively et al., 2004). En antropome-tría la situación es similar, de manera que los diá-metros óseos se miden habitualmente con el cali-bre y las longitudes de los huesos largos, con lacinta métrica (Béguelin & Barrientos, 2006).

En las grandes tortugas marinas, el calibre seha utilizado para medidas pequeñas que requie-ren precisión fina (longitudes, grosores y anchu-ras de huevos y neonatos), mientras que la cintamétrica se ha utilizado para medidas mayores,como las relacionadas con los nidos o con elcaparazón de las hembras (Bujes & Verrastro, 2008;Ikaran-Souville, 2010). No obstante, en neonatos sehan utilizado tanto el calibre como la cintamétrica para medir longitudes del caparazón rec-tas y curvas respectivamente. En quelonios adul-tos ambos instrumentos han sido utilizadossimultáneamente en algunos estudios para reali-zar medidas sobre el mismo ejemplar, peromientras que la cinta métrica se ha utilizado pre-ferentemente para las longitudes curvas, adap-tándose a la forma real, el calibre se ha utilizadopara tomar las medidas rectas (Seminoff et al., 2003;Bertolero, 2003; Furler, 2005; Spencer et al., 2006). Engalápagos se han utilizado para medir el tamañocorporal y su relación con el tamaño de algunasvísceras (Silva et al., 2011 a, b).

En el presente estudio, como podría esperar-se, la media de la longitud obtenida con la cintamétrica –que refleja el arco del caparazón y midela curvatura del mismo- supera la media de lalongitud obtenida con el calibre –que indica la

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cuerda y, por tanto, la línea recta entre los dospuntos extremos-. Este hecho es más acusado enel caso del espaldar que en el del plastrón, dadasu mayor convexidad.

En cuanto a la variación de ambas medidas,las obtenidas por los dos métodos reflejan unaalta correlación positiva en todos los casos con-siderados, de manera que esta alta correlaciónse mantiene utilizando el conjunto de los datosglobalmente, utilizando sólo los datos por sexoo teniendo en cuenta los datos por edades. Lasecuaciones de regresión obtenidas permitencalcular las longitudes que se obtendrían con elmétodo alternativo.

Los dos métodos, por tanto, podrían utilizar-se en la medición de los caparazones de los galá-pagos. El hecho de que las medidas curvas de loscaparazones se hayan obtenido, en distintos tra-bajos sobre quelonios de diferentes tamaños(desde los pequeños galápagos hasta las grandestortugas marinas), utilizando una cinta métricaadaptable a la forma y a la curvatura del capara-zón, invita a no descartar este método de medi-da que, además, puede complementarse con eluso del calibre, especialmente en los ejemplaresmenores y con menor convexidad. Las ventajasde la cinta métrica se centran en su mejor ajustea la forma y en la posibilidad de adaptarse segúnla curvatura del caparazón de cada ejemplar. Losgalápagos experimentan con el tiempo cambiosen su morfología, de manera que los ejemplaresde mayor tamaño suelen presentar caparazonesmás convexos, y las diferencias pueden afectar altamaño general, al peso y a la condición corpo-

ral, de manera que ejemplares con estas medidasmuy distintas, podrían tener una longitud gene-ral del cuerpo similar, medida con el calibre.

En el galápago leproso las hembras son demayor tamaño que los machos y su morfolo-gía difiere de manera que tienen mayor volu-men interno y mayor índice de condicióncorporal que éstos, lo que se correlacionapositivamente con la fecundidad (Bonnet et al.,2010). Por su parte los machos son más hidro-dinámicos y presentan en el caparazón aber-turas mayores, que generan mayor espaciopara mover sus extremidades, más largas enproporción; todo ello mejora su movilidad yla habilidad para la cópula (Bonnet et al., 2010).Estas diferencias implican una convexidaddiferente según el sexo de cada ejemplar. Algosimilar sucede con los grupos de edad, demanera que la convexidad aumenta con eltamaño y, por tanto, con la edad. Todos estosfactores deben tenerse en cuenta a la hora deestimar las medidas a partir de las obtenidaspor el método alternativo (cinta métrica ocalibre). El establecimiento de las ecuacionesde regresión, por tanto, ha de realizarseteniendo en cuenta las variables especie, edady sexo de los individuos medidos.

AGRADECIMIENTOS: G. Velo-Antón contribuyó con susinteresantes comentarios a mejorar una versión inicial delmanuscrito. Este trabajo ha podido realizarse gracias alpermiso concedido por la Consejería de Medio Ambientede la Junta de Andalucía para la captura y manejo de galá-pago leproso (M. leprosa) en la provincia de Málaga.

REFERENCIAS

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Psammomys sp. Le Berre (1989) hace referencia ala caza al acecho de artrópodos del ordenSolifugae, así como de lagartos, pájaros y roedo-res de pequeño tamaño sin especificar las espe-cies. Schleich et al. (1996) describen como presasa numerosos reptiles tales como los gecosPtyodactylus oudrii y Stenodactylus sthenodactylus,los agámidos Trapelus mutabilis y Uromastyx sp.,escincos como Scincus scincus, los lacértidosAcanthodactylus boskianus, Acanthodactylus par-dalis, Mesalina guttulata, individuos juveniles deVaranus griseus, ocasionalmente pequeños colú-bridos como ejemplares juveniles de Rhagerhismoilensis, así como pequeños roedores de losgéneros Gerbillus, Meriones, Psammomys y oca-sionalmente Mus y Rattus.

El consumo de aves por parte de C. cerastesestá poco documentado. Hartert (1913)encuentra durante los primero días de marzoen los contenidos estomacales de siete indivi-duos analizados restos de lavandera de cabeza

La víbora cornuda (Cerastes cerastes) seencuentra ampliamente distribuida por eldesierto del Sahara, desde el océano Atlánticohasta la Península del Sinaí, penetrando tam-bién en la península arábica (Schleich et al.,1996). En Marruecos se distribuye por la fran-ja presahariana ocupando en general el pisobioclimático sahariano con inviernos fríos ytemplados y citas puntuales en el piso árido(Bons & Geniez, 1996). Muestra preferencia porhábitats tipo hamadas, regs o llanuras pedre-gosas así como ambientes arenosos asociadosa afloramientos rocosos (Geniez et al., 2004).

La dieta de este vipérido se basa principal-mente en pequeños vertebrados y artrópodos.Matz & Vanderhaege (1978) señalan el consumopor parte de individuos juveniles de pequeñoslagartos del género Acanthodactylus y para losadultos citan la ingestión de Uromastyx sp. y roe-dores como ratas canguros y jerbos incluyendoespecies de gran tamaño como Meriones sp. y

Depredación de Cerastes cerastes sobre Luscinia megarhynchosen el Antiatlas marroquí

1 Cl. Teatro 12. 29680 Estepona. Málaga. C.e.: [email protected] Avda. Tráfico pesado, 41. 3º D. 21007 Huelva.3 Cl. Cruz, 8. 3º A. 21006 Huelva.4 Plaza América, s/n. 21007 Huelva.

Fecha de aceptación: 29 de mayo de 2013.Key words: Sahara horned viper, nightingale, predation, Morocco.

Juan A.M. Barnestein1, José A. Fernández-Carrasco2, Juan P. González de la Vega3 & Víctor Gabari-Boa4

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oscura Motacilla flava thunbergii y mosquiterocomún Phylloscopus collybita. Pitman (1958)cita la ingesta de terrera sahariana Ammomanesdeserti y Domergue (1960) la depredación sobrealcaudón común Lanius senator.

El día 9 de abril de 2009, 9:20 hora local,junto al cauce seco del Assif Imdlane, entre laslocalidades de Imitek y Tizgui Ida Balou, provin-cia de Tata, Marruecos (830 msnm, 29RNN57)se localizó un ejemplar adulto de C. cerastes(Figura 1) que había capturado e intentaba inge-rir un individuo adulto de ruiseñor común(Luscinia megarhynchos) desconociéndose si lacaptura fue realizada al acecho o mediante bús-queda activa. El ejemplar se hallaba en la base deuna planta de Ricinus communis localizada en la

zona de umbría de un pequeño cerro aisladoenclavado en un valle pedregoso con matorralmuy disperso (Figura 2). Por la fecha y lugar deobservación el ave podría estar sedimentado, esdecir, parado durante la migración, ya que estaespecie es un típico migrador transahariano quecría en Europa o norte de Marruecos y pasa elinvierno al sur del Sáhara (Snow & Perrins, 1998).

Dentro de la fauna herpetológica en lamisma zona se observó Ptyodactylus oudrii,Uromastyx nigriventris y Psammophis schokari.

AGRADECIMIENTOS: J.R. Fernández-Cardenete,L. García-Cardenete, F. Jiménez-Cazalla y G. Martíneznos acompañaron en el viaje. J.J. Jiménez-Rodríguezayudó en la identificación del ave.

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Figura 1. Depredación por parte de un ejemplar deC. cerastes sobre L. megarhynchos.

Figura 2. Assif Imdlane, provincia de Tata, Antiatlas,Marruecos, lugar de obsevación del ejemplar de C. cerastes.

Foto Juan A.M. Barnestein Foto Juan A.M. Barnestein

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Distribución

La existencia de más de una especie delacértido compartiendo la misma zona geo-gráfica (simpatría), o incluso ocupando unmismo tipo de hábitat en una localidad con-creta (sintopía), es un fenómeno común. Lasdiferentes adaptaciones a determinados tiposde medios o microhábitats según la especie aque pertenezcan estos reptiles, además deotras características de su ecología y estrategiavital, les permiten convivir en una mismalocalidad. Así, por ejemplo, es frecuenteobservar en la misma zona la convivencia delagartos verdes (Lacerta spp. o Timon spp.)con lagartijas (Psammodromus spp., Podarcisspp., Iberolacerta spp., etc.), ya que todosellos tienen requerimientos ecológicos dife-rentes. Incluso entre especies de pequeñotamaño también es común que se den situa-ciones de simpatría y sintopía, como, porejemplo, entre diversas especies pertenecientesa los géneros Iberolacerta spp. y Podarcis spp. enPirineos, Cordillera Cantábrica, Galicia ySistema Central (Pérez-Mellado, 1997, 1998;Arribas, 2004, 2006, 2007; Galán et al., 2007;Monasterio et al., 2010).

Esta convivencia en simpatría se puedeproducir incluso entre especies pertenecientesa un mismo género. De esta manera, enPodarcis spp., las situaciones de simpatríaentre dos especies son frecuentes, aunque en

este caso es usual que se produzca cuando unade ellas está adaptada a la vida en el suelo y laotra es saxícola (Carretero, 2008). El ejemplomás común de esta situación es la coexisten-cia de Podarcis bocagei y Podarcis “hispanica”tipo 1 en diferentes zonas del noroeste de laPenínsula Ibérica (Pérez-Mellado, 1981; Galán,1986; Sá-Sousa, 2001).

Mucho menos frecuentes son las situacio-nes de simpatría estricta (en una misma zonade reducidas dimensiones) o sintopía en lasque participen tres especies diferentes dePodarcis spp. El objeto de la presente nota esdescribir una situación de este tipo, con tresespecies pertenecientes al género Podarcisencontradas en una misma localidad, dondeademás estaban presentes otras dos especiesde lacértidos.

El 14 de junio de 2012, se realizó una visi-ta a un collado de los Montes de Valdueza,perteneciente a los Montes Aquilianos (ayun-tamiento de Ponferrada, León, cuadrículasUTM de 10 x 10 km QH00 y PH90 –situa-do en el límite entre ambas cuadrículas-;1.129 msnm), con el objetivo de efectuar unmuestreo de anfibios y reptiles para el “AtlasHerpetológico del Bierzo”. En un corto reco-rrido, nos llamó la atención la presencia detres especies de lacértidos saxícolas que com-partían las mismas piedras al borde de un

Simpatría y sintopía de cinco especies de lacértidosen una zona de los Montes Aquilianos (León)

1 Departamento de Bioloxía Animal, Bioloxía Vexetal e Ecoloxía. Facultade de Ciencias. Universidade da Coruña. Campus daZapateira, s/n. 15071 A Coruña. C.e.: [email protected]

2 Cl. Alameda Baja, 8. 1ºB. 24500 Villafranca del Bierzo. León. 3 Lugar de A Casela, 2. Coirós. 15316 A Coruña. 4 Cl. Leoncio Martínez, 12. 32340 Vilamartín de Valdeorras. Ourense.

Fecha de aceptación: 15 de mayo de 2013.Key words: sympatry, syntopy, Lacertidae, Reptilia, León province, Spain.

Pedro Galán1, José Eduardo Nieto Santín2, Rafael Vázquez Graña3 & José Fernández Pérez4

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tada al noroeste, desde el borde del arroyohasta los 1.150 msnm. El muestreo se realizócon favorables condiciones climatológicas(soleado y sin viento).

El arroyo citado discurre entre rocas y pie-dras calizas, muy numerosas, rodeadas deherbazal higrófilo denso, con pies aislados yde pequeño porte de Alnus glutinosa, Fraxinusexcelsior, Quercus pyrenaica y Quercus ilex(Figura 1). En la zona del collado y las lade-ras están presentes los afloramientos de la for-mación estratigráfica de las “Calizas deAquiana”, que predominan a lo largo de lavertiente norte de los Montes Aquilianos. Laverticalidad de los estratos, que asoman endiversos puntos en forma de altos paredones,provoca fuertes pendientes. En las paredesorientadas al sur se localizan comunidadesrelictas de encinar que ascienden hasta los1.200 msnm. La vegetación está dominadapor brezales de Erica australis y Pterospartiumtridentatum, herbazales de Bromus erectus

28

Figura 1: Vista general del collado de los Montes de Valdueza, dentro del conjunto de los Montes Aquilianos. En la pedri-za (a la derecha de la imagen) y en los afloramientos calizos y las piedras y rocas entre el herbazal (centro de la foto) se encon-traron conviviendo cinco especies diferentes de lacértidos.

arroyo: P. “hispanica” tipo 1, Podarcis muralise Iberolacerta galani. Dada esta circunstancia,y sospechando la posible presencia de otrasespecies de lacértidos en la zona, el 23 dejunio de 2012 se realizó otra visita al mismolugar, y se pudo comprobar la presencia de lastres especies anteriores y de otras dos más, eneste caso especializadas en los hábitats desuelo (P. bocagei y Lacerta schreiberi). Ellosuma un total de cinco especies de lacértidosconviviendo en estrecha simpatría dentro deun área reducida.

Para evaluar la abundancia relativa decada una de estas especies, su distribución enel área de estudio y los hábitats que ocupa-ban, se realizó durante esta segunda visita untransecto de 350 m. Este recorrido incluyó lazona inferior del collado, donde se inicia lavaguada de un arroyo que nace en él, a 1.050msnm, las orillas de esta corriente de aguahasta la parte superior del collado, a 1.130msnm, y la pedriza que ocupa la ladera orien-

Foto Pedro Galán

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Figura 2: Localización de los puntos de observación de lascinco especies de lacértidos en el collado de los Montes deValdueza (Montes Aquilianos, León). El color de los pun-tos indica las distintas especies: blanco: P. “hispanica” tipo1; rojo: P. muralis; amarillo: P. bocagei; verde: I. galani; azul:L. schreiberi. Lo reducido de la zona de coexistencia sepuede apreciar por la escala en metros.

(base de laderas), Festuca burnatii (laderasmedias) o Avenula pubescens (laderas altas)(Nieto-Feliner, 1985). Los afloramientos calizosestán colonizados por una vegetación rupíco-la de la alianza Saxifragion trifurcato - canali-culatae (Rivas-Martínez, 1969). Las comunidadesde gleras o pedrizas (los derrubios que se for-man al pie de las rocas) están dominadas porcomunidades de Geranium dolomiticum (enlos lugares abrigados al pie de las paredes, decarácter subnitrófilo) o por Cerastium arvense(en las zonas más expuestas). En las márgenesde los arroyos, llegando hasta los 1.500msnm, se desarrollan comunidades domina-das por Salix atrocinerea, Erica arborea, Betulapubescens, Taxus baccata, Luzula sylvatica yGenista florida, entre otras especies (Nieto-Feliner, 1985).

Las especies de lacértidos observadas eneste collado fueron:

Podarcis “hispanica” tipo 1. En el transec-to se observaron 12 individuos. Las observa-ciones de esta especie se concentraron princi-palmente en la zona de inicio del collado,asociada a los afloramientos rocosos, inclu-yendo taludes del camino y piedras. Tambiénse observó un individuo aislado en la partemás elevada del collado (Figura 2). Esta espe-cie es muy abundante en las zonas de menoraltitud de estos montes, donde no aparecenlas otras especies pertencientes al géneroPodarcis encontradas en el collado. Observadahasta los 1.150 msnm.

Podarcis muralis. Se observaron 17 indivi-duos, entre los 1.071 y los 1.140 msnm, tam-bién vinculados a las rocas y piedras calizas,tanto del margen del arroyo, entre herbazalhigrófilo, como en afloramientos rocososrodeados de matorral abierto (Figura 3). Estaespecie no apareció en cotas inferiores.

Podarcis bocagei. Dos ejemplares adultosobservados a 1.125 y 1.138 msnm, respectiva-mente, sobre piedras calizas, entre herbazal densoy arbustos próximos al arroyo, sobre las mismaspiedras utilizadas por P. muralis e I. galani. No seobservó esta especie a menores altitudes.

Iberolacerta galani. Fueron observados 11ejemplares entre los 1.050 y 1.150 msnm, aso-ciados a los roquedos y canchales calizos(Figura 4), especialmente en la ladera orientadaal noroeste del collado (Figura 2). Fue el únicolacértido encontrado en las zonas medias y altasdel canchal calizo de esa ladera, aunque tam-bién se observó en las rocas del borde del arro-yo, junto a P. muralis y P. bocagei.

Figura Pedro Galán

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Lacerta schreiberi. Se observaron cincoejemplares en zonas herbáceas y arbustivascon muchas piedras, en la proximidad delarroyo. Estos lagartos se encontraron en lainmediata vecindad de las diferentes especiesde pequeños lacértidos que comparten estazona (Figura 2).

El hecho de encontrar a individuos de estasespecies prácticamente juntos, en el mismotipo de hábitat (afloramientos rocosos y pie-dras al borde de un arroyo, entre matorral yherbazal) y, en varios casos, ocupando lamisma roca o piedra (incluso las especies nosaxícolas, como P. bocagei y L. schreiberi), enuna zona muy reducida, hace que las podamoscalificar de sintópicas, además de simpátricas.

Hemos centrado el muestreo únicamenteen este collado por la singularidad que suponela estrecha convivencia de especies de lacérti-dos de requerimientos ambientales tan diver-sos en un área tan reducida, pero en una super-ficie mayor y a altitudes sólo ligeramente infe-riores, aparecen otras dos especies más delacértidos. Uno de nosotros (JENS) ha obser-vado Psammodromus algirus a una distancia de600 m en línea recta del collado y Timon lepi-

dus a 789 m, también en línea recta de estepunto. Las dos especies se encontraban a unaaltitud de 1.020 msnm, por lo que en el áreade estudio, en un radio reducido y a altitudesmuy similares, están presentes en total sieteespecies pertenecientes a la familia Lacertidae,con muy diferentes orígenes biogeográficos.Esta circunstancia está muy probablementerelacionada con la elevada heterogeneidadespacial de esta zona de los Montes Aquilianos,que permite tal situación de simpatría.

Entre varias de las especies de lacértidosencontradas en este collado se da un solapa-miento muy amplio de sus respectivas áreasgeográficas de distribución, observándose cla-ras diferencias morfológicas que afectan aluso del hábitat y permiten la convivencia ensimpatría. Éste es el caso de L. schreiberi conrespecto a todos los pequeños lacértidosencontrados en el collado. Esta especie convi-ve en amplios territorios con P. muralis (porejemplo, en Asturias y norte de León), con P.bocagei y Podarcis “hispanica” tipo 1 en granparte de Galicia y norte de Portugal, así comocon I. galani en la mayor parte de la distribu-ción de esta última (Domínguez & Salvador, 1990;Marco, 2004; Godinho & Brito, 2008). En el caso

Figura 3: Macho adulto de P. muralis de la poblacióndel collado de los Montes de Valdueza, en los MontesAquilianos, León.

Figura 4: Macho adulto de I. galani del collado de losMontes de Valdueza, León, sobre una roca caliza, carac-terística de esa zona.

Foto José Fernández Pérez Foto José Fernández Pérez

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de I. galani, se ha indicado que es frecuente-mente simpátrica con P. bocagei y L. schreiberien toda su área de distribución (Arribas et al.,2006; Arribas & Carranza, 2007).

En las especies de Podarcis encontradasconviviendo en el collado de los Montes deValdueza, ya se han descrito casos de simpa-tría entre P. “hispanica” tipo 1 y P. bocagei endiferentes puntos del noroeste de la PenínsulaIbérica (Pérez-Mellado, 1981; Galán, 1986; Sá-Sousa,2001). Entre estas dos especies, se da un sola-pamiento muy amplio de sus respectivas áreasde distribución, por lo que la diferenciaciónmorfológica y del uso del hábitat que mues-tran en sus zonas de simpatría sugiere clara-mente un desplazamiento de caracteres(Galán, 1986; Carretero, 2008), lo que no seencuentra entre especies con zonas de contac-to local o reducidas.

P. muralis se ha encontrado también ensimpatría con P. “hispanica” tipo 1 en elSistema Central (Martín-Vallejo et al., 1995) y,aunque de forma muy local, con P. bocagei enel Cantábrico Occidental (Carretero, 2008).

Diferentes especies pertenecientes al géne-ro Podarcis pueden mostrar cierta flexibilidaden el uso del hábitat dependiendo de la pre-sencia en simpatría de otra especie. De estamanera, ya se ha señalado que P. muralis tien-de a utilizar las rocas en presencia de P. boca-gei en los Montes de León (Carretero, 2008).

P. “hispanica” tipo 1 es muy saxícola (Galán,1986; Sá-Sousa, 2001), indicándose incluso que esprobablemente la especie más especializada enestos hábitats dentro del género (Carretero, 2008).Esto es particularmente evidente cuando convi-ve en simpatría con P. bocagei, que está especiali-zado en los hábitats de suelo (Pérez-Mellado, 1981;Galán, 1986, 2004; Sá-Sousa, 2001).

En el caso del collado de los Montes deValdueza existen tres especies claramente saxí-

colas: P. “hispanica” tipo 1, P. muralis e I. gala-ni. Sin embargo, según se puede apreciar en laFigura 2, parece darse una cierta segregaciónespacial entre P. “hispanica” tipo 1 (que seencuentra principalmente en cotas inferiores ala del collado, penetrando en él sólo puntual-mente) y P. muralis (que concentra su presen-cia en el collado y no aparece en zonas inferio-res a éste, donde P. “hispanica” tipo 1 es laúnica especie de su género presente). Por suparte, también se puede apreciar cierta segre-gación entre P. muralis e I. galani, situándoselas observaciones de esta última en la pedrizade roca de la ladera orientada al noroeste,mientras P. muralis se localiza en el fondo delcollado y en la ladera orientada al sureste, aun-que coinciden ambas en la base de la pedriza ylas rocas periféricas al arroyo (Figura 2). Por lotanto, hay una coincidencia espacial entre lasdiferentes especies en esta zona, pero aún así sepuede apreciar cierto tipo de segregación o,alternativamente, la coincidencia que se pro-duce es sólo marginal, dentro de un rangoespacial muy reducido, como se ha descrito enotras especies de Podarcis de similares requeri-mientos ambientales (Carretero et al., 2002).

Algunas de las especies encontradas en losMontes de Valdueza no habían sido citadas conanterioridad en esta zona, por lo que estas obser-vaciones suponen la ampliación de sus áreas dedistribución conocidas. De esta manera, I. gala-ni no estaba citada en las cuadrículas QH00 yPH90, que se incluyen en el collado de losMontes de Valdueza, siendo las citas más próxi-mas publicadas las de las cuadrículas PG98 yQG18 (Ortiz-Santaliestra et al., 2011). Dadas lascaracterísticas del entorno del collado y de queobservamos a esta especie en las zonas más altasde la pedriza y ladera, puede ser que I. galanitambién ocupe todas las zonas altas y laderasorientadas al norte de los Montes Aquilianos.

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P. muralis sí está citada en la cuadrículaQH00, aunque sin indicar la localidad(Ortiz-Santaliestra et al., 2011), pero no en laPH90. En nuestro caso, la hemos observadoen los siguientes puntos de los MontesAquilianos y su entorno:

- Collado de los Montes de Valdueza,según se describe más arriba. CuadrículasQH00 y PH90, esta última, nueva para laespecie.

- Peñalba de Santiago. Se observaron tresindividuos en muros de construcciones en laperiferia del pueblo, a 1.100-1.105 msnm.Cuadrícula QH00.

- Palacios de Compludo. Se localizó unindividuo en un muro de construcción deeste núcleo de población, a 1.086 msnm.Cuadrícula QH00.

Como hasta hace muy poco se desconocíala presencia de P. muralis al sur del Bierzo(Ortiz-Santaliestra et al., 2011), se podría pensarque estas poblaciones podrían tener comoorigen una introducción antrópica. Sinembargo, teniendo en cuenta que su presen-cia no es puntual, sino que ocupa un área

relativamente extensa (al menos, desdePalacios de Compludo hasta los Montes deValdueza, pasando por Peñalba de Santiago,más de 9 km en línea recta, siguiendo esteeje) y que está presente tanto en hábitatsnaturales, muy alejados de la presencia huma-na (collado de Valdueza), como antrópicos(en los núcleos de población de Peñalba deSantiago y Palacios de Compludo), opinamosque su presencia en la zona es natural y no elresultado de una introducción.

AGRADECIMIENTOS: Deseamos expresar nuestroagradecimiento a la Asociación “A Morteira”, quenos han dado a conocer este diverso y paradisíacoenclave. También a la Asociación “Tyto alba”, espe-cialmente a M.A. Gallego y F.J. Purroy, quienes noshan proporcionado las primeras pistas sobre la pre-sencia de Iberolacerta y P. muralis en la “ReservaOrnitológica de Palacios de Compludo”. Igualmentea I. Artime y V. Velado, agentes medioambientalesde la comarca de Ponferrada, guardianes de estosmontes y con quienes encontramos el primer ejem-plar de I. galani. Y, por supuesto, a O.J. Arribas, porsus enriquecedores comentarios.

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Pelodytes ibericus es un endemismo ibérico(Sánchez-Herráiz et al., 2000) originado medianteun proceso de vicarianza y posterior expan-sión a partir de un ancestro común conPelodytes punctatus (Sánchez-Herráiz, 2004). Sudistribución en Andalucía ocupa principal-mente la zona occidental, siendo en estacomunidad donde se encuentra el 91,7% desus poblaciones (Reques et al., 2006).

Aunque la especie muestra preferencia porhábitats abiertos y con un bajo grado de cober-tura vegetal, encontrándose incluso en áreas agrí-colas y humanizadas, también se ha comprobadosu presencia en zonas boscosas y forestales (Tejedoet al., 2003). No parece mostrar preferencia por eltipo de sustrato, apareciendo tanto en arcillascomo en sustratos de areniscas silíceas y calcáre-as, calizas, dolomías, margas, pizarras o esquistos

Nueva cita de Pelodytes ibericus en la Serranía de Ronda(Parque Natural Sierra de Grazalema, Málaga)

1 Grupo de Investigación Biogeografía, Diversidad y Conservación. Departamento de Biología Animal, Facultad de Ciencias. Universidadde Málaga. 29071 Málaga.

2 Biogea Consultores. Calle Colombia, 5. Urb. Rosalejo. 29400 Ronda. Málaga. C.e.: [email protected] Biogea Consultores. Calle Navarro Ledesma, 243. P4 - 3ºC. 29071 Málaga

Fecha de aceptación: 28 de julio de 2013.Key words: Pelodytes ibericus, distribution, habitat, reproduction period.

David Romero1, Jesús Duarte1,2, Lucía Narváez1, Miguel Ángel Farfán1,3 & Raimundo Real1

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(Reques, 2009). También parece tolerar ciertogrado de salinidad (Díaz-Paniagua, 1990). Parareproducirse, las hembras de P. ibericus eligenpreferentemente medios estacionales: charcastemporales poco profundas, zonas remansadasde arroyos, abrevaderos, zonas de riego e inclusocunetas inundables de carreteras (Reques, 1998,2004). Además, evitan aguas muy eutrofizadas yeligen para las puestas las zonas menos profundasy con vegetación emergente que permite unaadecuada termorregulación de los renacuajos.

Las poblaciones de P. ibericus son dispersas yaisladas (Barbadillo, 2002), aunque no escasas(Reques, 2000). Se considera que la especie presen-ta poblaciones fragmentadas y se conocen pocosdatos sobre su abundancia relativa (Reques, 2009).Por estos y otros motivos la especie está cataloga-da como de Preocupación Menor (LC) a nivelmundial por la UICN (Bosch et al., 2009), mien-tras que para España y Andalucía se asigna a lacategoría Datos Insuficientes (DD) (Franco &Rodríguez de los Santos, 2001; Barbadillo, 2002;Pleguezuelos et al., 2002). No obstante, Reques et al.(2006) recomiendan catalogarla como CasiAmenazada (NT) en Andalucía, dado que la dis-

tribución mundial de la especie está casi restrin-gida a esta región y se ha observado un descensode sus poblaciones, siendo muy sensible a cam-bios en los usos del suelo y en particular a la des-trucción de sus hábitats reproductivos.

En la provincia de Málaga P. ibericus estáactualmente presente en 57 cuadrículas UTMde 10 x 10 km (57,6% del total), considerándo-se que la especie está bien representada y amplia-mente distribuida (Tejedo et al., 2003), y presentan-do una distribución casi continua con localida-des gaditanas contiguas de los Parques Naturalesde Sierra de Grazalema y Los Alcornocales.Desde un punto de vista climático, Real (1991)determina que las cuencas hidrográficas en lasque está presente P. ibericus tienen un promediode días de lluvia al año mayor que la media, asícomo más humedad relativa durante las noches.Aviles et al. (1999) y Tejedo et al. (2003) han suge-rido que ciertos hábitats agrícolas son favorablespara la especie. De hecho, un 38% de las pobla-ciones andaluzas ocupa este tipo de hábitats(Tejedo et al., 2003). Esta circunstancia coincidecon lo que sugieren los modelos de favorabilidaddesarrollados para P. ibericus en la provincia de

Figura 1: Hábitat anexo a la zona del arroyo de Cupilocupada por P. ibericus.

Foto Jesús Duarte

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Málaga por Sánchez-Mena (2011), quien consi-dera que los cultivos arbolados de herbáceosmixtos con leñosos en zona de media montañafavorecen a la especie.

Durante el transcurso de una campaña demuestreo de poblaciones de Emys orbicularis enla zona malagueña del Parque Natural de Sierrade Grazalema se detectó la presencia de P. iberi-cus en nasas de captura colocadas en el arroyo delCupil (T.M. Ronda) durante la primera quince-na del mes de junio de 2013 y a 665 msnm. Elarroyo del Cupil es uno de los afluentes del ríoGuadalevín, que a su vez alimenta al ríoGuadiaro. Se trata de un arroyo de aguas mansasque nace en el partido de Los Arenosos, en elextremo oriental y zona malagueña del parquenatural y recorre principalmente la garganta delpeñón de Mures. Es una zona poco humaniza-da, con una densa cubierta forestal de Quercusrotundifolia y Quercus canariensis sobre un sus-trato calizo. El río presenta una orla de vegeta-ción de ribera en la que abundan fresnedas, sau-cedas y adelfas. El arroyo del Cupil soporta car-gas ganaderas medias de vacas, ovejas y sobretodo de cabra payoya o montejaqueña en exten-sivo. Las ganaderías se sitúan sobre todo en lostramos alto y bajo del arroyo, donde tambiénexisten abundantes cultivos de cereal y algunosestablecimientos comerciales de hostelería (ven-tas) próximos al curso del arroyo.

La detección tanto de adultos como delarvas de P. ibericus en la cuadrícula UTM30STF97 supone una nueva cita para ladistribución de la especie en Andalucía y enparticular en Málaga. Se trata del curso altodel arroyo del Cupil, una zona de riberaanexa a parcelas de cultivo de cereal, con unsoto de arbolado y cerca de establecimien-tos hosteleros (Figura 1). Desde el punto devista del hábitat ocupado, esta cuadrículapresenta una alta favorabilidad de ocupa-ción (Sánchez-Mena, 2011). La zona concretadel arroyo donde aparecieron los ejemplarespresentaba cierto grado de eutrofia, patentepor la presencia de una densa capa de algasverdes sumergidas y flotantes en el cauce, yde viejas tuberías y conducciones de aguaque parecen verter al arroyo. Se trata de unazona remansada del curso del arroyo, conuna profundidad de 20-40 cm sobre unsustrato de limos, arcillas y gravas y unaorilla con un escalón vertical de unos 30cm. La vegetación de ribera en el punto dedetección consistía en un pastizal grueso(altura > 0,5 m.) y un zarzal (Rubus ulmifolius)bajo una fresneda. Dentro de la nasa insta-lada en esta zona se encontraron dos adul-tos y cinco larvas de P. ibericus, pudiéndosecomprobar la existencia de más larvas libresen el curso del arroyo.

Figura 2: Adulto y larvas de P. ibericus en una muestra del arroyo del Cupil (Parque Natural Sierra de Grazalema,T.M. Ronda, Málaga).

Fotos Jesús Duarte

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La nueva cita de esta especie de la que se dacuenta en esta comunicación tiene su importan-cia por varios motivos. En primer lugar porquesupone una ampliación del área de distribuciónconocida de la especie en una nueva cuadrículade 10 x 10 km, en la que no había sido detecta-da anteriormente. En segundo lugar, es un datode reproducción tardía de la especie. Teniendo encuenta la fenología descrita para P. ibericus, lareproducción suele producirse en octubre-noviembre (Díaz-Paniagua, 1986), o en abril (Avilés etal., 1999; Reques, 2000), en función de la disponibi-lidad de agua y de las condiciones meteorológiasanuales. De esta manera, aunque fenológicamen-te la aparición de larvas en temprano estado dedesarrollo en el mes de junio es posible, no dejade ser un hecho relevante al tratarse de larvas sin

Figura 3: Distribución de P. ibericus en la provincia deMálaga en cuadrículas UTM de 10 x 10 km. El círculohueco representa la nueva cita de la especie. El signo deinterrogación sugiere cuadrículas con hábitats favorablesdonde aún no se ha detectado a la especie.

signos de metamorfosis aparentes y una de lascitas de reproducción más tardías conocidas(Figura 2). Este hecho puede deberse a que el añohidrológico 2012-2013 ha sido muy abundanteen lluvias, de manera que sumando la duracióndel periodo larvario de P. ibericus —unos 90días— entre la puesta y la metamorfosis, concierta variabilidad debida a factores abióticoscomo de competencia interespecífica (Reques,2000), podría explicar la presencia de larvas enestados iniciales de desarrollo en la citada fecha.

Finalmente, cabe destacar que el tramo delarroyo en el que se detectaron adultos y larvas, aúnpresentado un buen estado de conservación y decalidad de aguas (en la misma zona se ha compro-bado la presencia de rata de agua y de artrópodosindicadores de buena calidad de aguas según elestándar del “Biological Monitoring Water Party”[Alba-Tercedor & Sánchez-Ortega, 1988]), presentabacierto grado de eutrofia local y, aunque la especieno soporta aguas muy eutrofizadas, sí parece resis-tir niveles moderados de eutrofia (Reques, 2009).Para dilucidar el estado de conservación de estaspoblaciones sería recomendable realizar un mues-treo más detallado y con un mayor esfuerzo alargo plazo. La existencia de cuadrículas colindan-tes a la nueva que se cita en esta comunicación(Figura 3), donde no consta la presencia de laespecie pero que presentan hábitats favorables,sugiere que podría haber más poblaciones en lazona que aún no han sido detectadas.

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Daboia mauritanica (Duméril & Bibron,1848) es el vipérido más ampliamente distri-buido en Marruecos (Brito et al., 2011). Alnorte del Gran Atlas es una especie relativa-mente abundante mientras que al sur de estemacizo montañoso es una especie pococomún excepto en el valle del Souss y laszonas costeras entre las ciudades de Agadir yTantan (Bons & Geniez, 1996; Figura 1).

Redescubrimiento de Daboia mauritanicaen la región de Figuig (Marruecos)

1 Cl. Pedro Antonio de Alarcón, 34. 5ºA. 18002 Granada. 2 Cl. Estanislao Cabanillas, 43. 2º. 13400 Almadén. Ciudad Real. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 24 de noviembre de 2013.Key words: Daboia mauritanica, Viperidae, Jebel Grouz, La Oriental, Morocco.

Gabriel Martínez1 & Raúl León2

Figura 1: Distribución de D. mauritanica en Marruecosy el Sahara Occidental, y situación de la nueva cita(punto amarillo).

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se ubican y son, en opinión de los autores, la prin-cipal causa no natural de muerte de los ofidios enMarruecos junto a los atropellos.

El espécimen, de aproximadamente 35 cm,tenía 27 hileras de escamas dorsales a mitad delcuerpo y una coloración similar al terreno donde seubicaba, con un diseño poco contrastado, típico enlos ejemplares de la cordillera del Antiatlas y su peri-feria suroccidental (Geniez et al., 1991). La cola era decolor amarillento contrastada con el resto del cuer-po, hecho que podría deberse al engaño practicadopara capturar presas (“caudal luring” en su termino-logía inglesa), táctica ya conocida en otros vipéridos(Henderson, 1970; Parellada & Santos, 2001).

La escasez de registros de esta especie entreBouarfa y Figuig podría deberse a la falta de pros-pecciones (Bons & Geniez, 1996; Barata et al., 2011)ya que se trata de una especie muy esquiva y queen entornos tan áridos podría tener densidadesbajas y estar presente normalmente cerca de losoueds, donde encuentra más humedad.

Bol. Asoc. Herpetol. Esp. (2013) 24(2)38

Entre las ciudades de Bouarfa y Figuig D.mauritanica sólo ha sido hallado en una ocasiónen Hassi bou Lakhou, Jebel Grouz (Foley, 1922) ydesde entonces no ha sido citado posteriormen-te. Bons & Geniez (1996) ya orientaban a reali-zar prospecciones en esta zona para confirmar lapresencia de esta gran víbora.

Durante un viaje herpetológico a Marruecos,el día 26 de agosto de 2012, los autores observa-ron un ejemplar subadulto de esta especie (Figura2) muerto en las inmediaciones de un oued seco,junto a una ladera pedregosa orientada al sur conmatorral disperso (Figura 3), en los alrededores deAbou-El-Khal (Jebel Grouz) (Lat. 32.202º /Long. -1.681º). Probablemente había caído en unpozo de decantación de poca profundidad dondeal no poder salir había sido apedreado por algúnhumano. Algunas construcciones humanas pararetener el agua son auténticas trampas para granparte de los animales que habitan el hábitat donde

Figura 3: Hábitat donde fue observada la especie enJebel Grouz.

Foto Raúl León Vigara

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Figura 2: Fotografía del ejemplar de D. mauritanicaobservado en Jebel Grouz en agosto de 2012.

Foto Gabriel Martínez del Mármol Marín

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El Parque Nacional de Monfragüe se loca-liza en la provincia de Cáceres, Extremadura,en la zona centro occidental de la PenínsulaIbérica (Figura 1), y se extiende en torno a laconfluencia de los ríos Tiétar y Tajo, abarcan-do una superficie de 183,96 km2 de monteabrupto con fuertes pendientes. Este enclavese encuentra circunscrito en una penillanurade dehesas alomadas distinguidas con tresfiguras de protección: Zona Periférica deProtección del Parque Nacional, Reserva de laBiosfera y Zona de Especial Protección paralas Aves (Z.E.P.A.). La suma del ParqueNacional y su Zona Periférica de Protecciónforman un área de estudio de 1161,6 km2,afectado administrativamente por 14 térmi-nos municipales (Figura 1). Su orografía estádefinida por dos cadenas montañosas parale-las con orientación NW-SE, cuyas mayorescotas son el Pico de Miravete, con 839msnm, y la Sierra de Enmedio con 870msnm, en Casas de Miravete y Deleitosa res-pectivamente. No obstante, la mayor partedel territorio se encuentra entre los 220 msnm ylos 600 msnm de altitud. En la Figura 2 se ubicabiogeográficamente la zona de estudio aten-diendo a los criterios de Belmonte (2008).

La vegetación predominante enMonfragüe es del tipo perennifolio esclerófi-lo, comunidad florística que se ve favorecidapor el clima mediterráneo con acusada sequíaestival propio de la zona. No obstante, en

aquellas áreas afectadas por los ombrotiposmás húmedos se localizan comunidades vege-tales ecotónicas, situación que se evidencia enlas zonas donde se unen las comarcas de LaVera y de Monfragüe, en el límite con el dis-trito Coriano al noroeste, y en las sierras suro-rientales de Miravete, donde el distritoVilluerquino ejerce su influencia provenientede las sierras de Villuercas e Ibores.

Rana iberica, nueva especie de anfibio para la Zona Periférica deProtección del Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres, España)

y análisis de su batracofauna

Aula de Naturaleza Monfragüe. Cl. Betania, 1. Bajo G. 10003 Cáceres. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 24 de noviembre de 2013.Key words: amphibians, Extremadura, IberianPeninsula, Parque Nacional de Monfragüe, Rana iberica.

Daniel Fernández-Ortín

Figura 1: Localización del área de estudio.

Figura 2: Distritos biogeográficos del área de mues-treo según Belmonte (2008), y áreas con presencia deQ. pyrenaica (azul) y P. lusitanica (rojo).

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Para ver Anexos ir a <http://www.herpetologica.es/publicaciones/>

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Si bien es un espacio protegido, desde1979 hasta 2007 como Parque Natural ydesde 2007 como Parque Nacional, la comu-nidad de anfibios de Monfragüe carece deestudios concluyentes que esclarezcan sucomposición faunística. Hasta 2013, año enel que se publica el atlas de distribución delos anfibios de Monfragüe (Díaz, 2013), lasreferencias herpetológicas de la zona se limi-taban a citas aisladas, exceptuando un traba-jo dirigido por Muñoz del Viejo en 2002,cuyos resultados se publicaron en 2005(Muñoz del Viejo, 2005).

Lamentablemente, el desconocimientobatracológico de Monfragüe coincide con lasituación de la mayor parte de los 15 par-ques nacionales de España, con la excepciónde las Islas Atlánticas, Doñana y Picos deEuropa, los cuales cuentan con estudios desu herpetofauna (Galán, 2003; Díaz-Paniagua etal., 2005; Ayllón et al., 2010; Estación Biológica deDoñana, 2013). Considerando toda la batra-cofauna ibérica habría que incluir el estudiode Soares et al. (2005) sobre los anfibios delparque nacional portugués de Peneda-Gerês. Asimismo, Viejo (2013) determinapara la sierra de Guadarrama una batraco-fauna compuesta por 18 especies, lo que lasituaría como la más diversa entre los par-ques nacionales ibéricos, aunque debido asu reciente declaración como ParqueNacional, aún no se ha concretado la com-posición faunística de los anfibios del áreaprotegida. A pesar del trabajo de Díaz(2013), es necesaria un labor intensa demuestreo encaminada a la detección dealgunas especies conflictivas de presenciaincierta, como es el caso de Alytes obstetri-cans (Laurenti, 1768) y el de los represen-tantes del género Pelodytes. Este trabajotrata de resolver esta situación proponiendo

excluir de la fauna monfragüense a estos dosúltimos taxones, e incluyendo una nuevaespecie hasta ahora desconocida: Rana ibe-rica Boulenger, 1879.

El presente estudio se basa en observacio-nes de anfibios recopiladas desde el año 1997y registradas en una base de datos diseñadacon el programa informático Acces y asociadaa un banco de imágenes. Parte de estas citashan sido utilizadas en el atlas de distribuciónde los anfibios del Parque Nacional deMonfragüe y su Zona Periférica deProtección (Díaz, 2013) o han sido publicadasa través de fotografías en la revista digitalBiodiversidad Virtual: Herpetos, por lo que seha procurado hacer mención sólo de aquellosregistros inéditos. No obstante, para la elabo-ración de las diferentes tablas, de algunasfiguras o de los comentarios referidos a labatracofauna de la zona de muestreo se haconsiderado toda la información recogidadesde 1997. El único anfibio para el que seproporciona un mapa corológico es la nuevaespecie en el área de estudio, R. iberica. Parael resto de las especies se puede consultar eltrabajo de Díaz (2013).

Los datos se han obtenido mediante laobservación directa y posterior identificaciónen mano. No se ha dañado ni sacrificado aningún ejemplar. En el caso de las larvas, tansólo se han registrado aquellas observacionesque permitían su determinación de visu, sinnecesidad de recurrir al análisis en laboratorio.

El área de muestreo corresponde al ParqueNacional de Monfragüe y su Zona Periféricade Protección. Para la geolocalización de losregistros se ha utilizado una malla de cuadrí-culas de 1 x 1 km referenciada mediante elsistema de coordenadas MGRS en datumED50, husos 29N y 30N, códigos EPSG

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23029 y 23030, y se han empleado los viso-res cartográficos digitales del Sistema deInformación Geográfica de Parcelas Agrícolasdel Ministerio de Agricultura, Alimentacióny Medio Ambiente (SIGPAC; Magrama.gob.es,2013) y del Instituto Geográfico Nacional(IBERPIX; Instituto Geográfico Nacional deEspaña, 2013).

Se han realizado muestreos específicospara encontrar especies cuya presencia en lazona de estudio puede resultar conflictiva. Esel caso de A. obstetricans, Pelodytes ibericusSánchez-Herráiz et al., 2000, Pelodytes punc-tatus (Daudin, 1802) y R. iberica. En la pla-nificación de estas prospecciones se han teni-do en cuenta las necesidades ambientales delas especies buscadas y las correspondientescaracterísticas bioclimáticas de diferenteslugares del territorio. A. obstetricans y R. ibe-rica son taxones especialmente exigentes encuanto a humedad ambiental, por lo quepara seleccionar las zonas de muestreo se hanconsiderado como bioindicadores las espe-cies arbóreas Quercus pyrenaica Willd. yPrunus lusitanica L., propias de bioclimasmás húmedos. Las dos especies del géneroPelodytes se han buscado en todo tipo demasas de aguas, aunque con más insistenciaen pequeños embalses, fuentes, charcas,abrevaderos en zonas adehesadas y vaguadasde arroyos estacionales. No se han llevado acabo prospecciones sistemáticas, aunquemuchas zonas han sido muestreadas con fre-cuencia. Por esta causa los resultados obteni-dos no pueden considerarse concluyentes.

La localización de los ejemplares se ha lle-vado a cabo levantando piedras, troncos ocualquier superficie que pudiera servir decobijo para los anfibios. Sólo de forma oca-sional se ha procedido al mangueo de cuerposde agua, circunstancia que explica el bajo

número de citas de larvas. El registro deobservaciones acústicas ha sido muy escaso.Sin embargo sí se han localizado ejemplares através de detecciones sonoras, especialmenteen el caso de coros nocturnos. Asimismo, sehan realizado recorridos en vehículo a travésde carreteras, con el fin de localizar ejempla-res muertos por atropello o detectar indivi-duos activos, particularmente en noches llu-viosas. Esta técnica permite aprovechar lashoras de mayor actividad de muchas especiesy facilita su observación al iluminar ejempla-res libres de obstáculos que los oculten, comoramas o piedras. Este método resulta de graneficacia, pues se han llegado a registrar hastanueve especies en un solo transecto.

La ordenación sistemática de las especiesse ha llevado a cabo conforme a las indica-ciones de nomenclatura de la AsociaciónHerpetológica Española (AHE), publicadasen la lista patrón de 2011 (Carretero et al.,2011). Para la determinación de las especies,tanto adultos como larvas, se han utilizadolas claves de Barbadillo (1987). Para la clasi-ficación corológica de las especies se hanconsiderado los criterios publicados en elatlas de los anfibios y reptiles de España(Pleguezuelos et al., 2002).

Se han obtenido 342 registros en 112 cel-das de 1 x 1 km, el 8,6 % del total del área deestudio (Figura 3), y se han detectado 13especies de anfibios (Tabla 1), todas ellas cita-das con anterioridad en el territorio exceptoR. iberica, que supone un nuevo vertebradopara la Zona Periférica de Protección delParque Nacional de Monfragüe. No se hanencontrado ni A. obstetricans ni Pelodytes sp.,dos taxones citados en la bibliografía en algu-nas de las celdas de 10 x 10 km afectadas porel área de muestreo.

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Las observaciones de R. iberica (Figura 4)y los registros no publicados que confirmancitas anteriores a Díaz (2013), o que amplíanla distribución en celdas 10 x 10 km de algu-na especie, se recogen en el Anexo. Salvo quese indique lo contrario, todas las observacio-nes han sido realizadas por el autor.

El esfuerzo de muestreo ha sido irregular entodo el área de estudio, con mayor intensidaden las zonas más accesibles del Parque Nacionaly con grandes espacios sin prospectar, la mayor

parte de ellos incluidos en fincas particulares oáreas de difícil acceso. Por este motivo los resul-tados no pueden considerarse más que unaaproximación a la situación real de la batraco-fauna de Monfragüe. En el mapa de la Figura 3se muestran sólo aquellas celdas 1 x 1 km en lasque se han producido registros, incluidas lascitas presentadas por Díaz (2013).

Se han encontrado seis de las siete familiasiberobaleares, salvo Pelodytidae, grupo taxo-nómico que cuenta con un registro en la zonade estudio, Pelodytes sp. (Muñoz del Viejo, 2005),cita que es obviada por su autor en trabajosposteriores (Muñoz del Viejo et al., 2005; Perianes etal., 2007). Díaz (2013) expresa sus dudas res-pecto a esta observación y considera la posi-bilidad del error en la identificación. A pesarde ello opta por considerar al género comoelemento presente en Monfragüe.

Hasta que no se concrete una decisión res-pecto a la taxonomía del género Pelodytes, elgrupo cuenta con dos especies peninsulares,P. punctatus y P. ibericus, y ninguna de las dos

Figura 3: Celdas 1 x 1 km en las que se han registradodatos de anfibios (cuadros grises), y localización deR. iberica (cuadros negros) en la zona de estudio.

Orden Familia

CAUDATASp: 4; P1:80% ; P2:40%

ANURASp: 9; P1:81,8% ; P2:45%

SalamandridaeSp: 4; P1:80% ; P2:40%

AlytidaeSp: 2; P1:66,6%; P2:28,6%

PelobatidaeSp: 1; P1:100% ; P2:100%

BufonidaeSp: 2; P1:100% ; P2:66,6%

HylidaeSp: 2; P1:100% ; P2:100%

RanidaeSp: 2; P1:100% ; P2:40%

Especie

Pleurodeles waltlSalamandra salamandraTriturus pygmaeusLissotriton boscai

Alytes cisternasiiDiscoglossus galganoi

Pelobates cultripes

Bufo bufoBufo calamita

Hyla meridionalisHyla arborea

Rana ibericaPelophylax perezi

1 x 1 km

218

1414

57

18

3122

202

243

10 x 10 km

22111714

1211

23

1819

174

124

Tabla 1. Ordenación taxonómica de las especies encontradas. Sp=número de especies; P1=proporción de la categoríacon respecto a la batracofauna extremeña; P2=proporción de la categoría con respecto a la batracofauna iberobalear;1 x 1 km=número de celdas 1 x 1 km con registros de la especie; 10 x 10 km=número de celdas 10 x 10 km con citas.

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está citada en la provincia de Cáceres. Losregistros más cercanos de P. ibericus se localizanen la provincia de Badajoz y los de P. punctatusen las de Toledo y Ciudad Real (Sánchez-Herráizet al., 2000; Ayllón et al., 2002-2003; Hernández &Ayllón, 2007). No obstante, la presencia dealguna de las dos especies en la provincia esmuy probable, incluso Barbadillo (2002) con-sidera la posibilidad de que ambas puedanvivir en simpatría dentro de la región extre-meña, pues comparten, además, el mismohábitat: charcas poco profundas, remansos dearroyos estacionales, y encharcamientos detodo tipo en áreas abiertas como campos delabor y dehesas. Esto ambientes son predomi-nantes en la Zona Periférica de Protección.Todo esto induce a pensar en la posible pre-sencia de alguna de las especies ibéricas delgénero en el área de estudio.

Otra especie señalada en la bibliografía perono encontrada en este trabajo es A. obstetricans,taxón citado en Monfragüe por Muñoz delViejo (2005) pero que también es omitido enpublicaciones posteriores de las que es autor ocoautor (Muñoz del Viejo et al., 2005; Perianes et al.,2007). Por tanto esta cita es igualmente cues-tionable, como ya lo advierte Díaz (2013) alplantear un nuevo error de identificación oincluso la extinción de la especie en la zona.Sin embargo, en su trabajo, este autor tambiénla incluye como parte de la fauna monfra-güense. Según Bosch (2003), A. obstetricanshabita zonas de pluviosidad alta, aunque tam-bién puede encontrarse de forma relicta enlugares secos o semiáridos del centro y surpeninsular. Además, indica que en poblacio-nes simpátricas con Alytes cisternasii Boscá,1879 existe una clara segregación altitudinal,de manera que A. obstetricans suele asentarseen las zonas más elevadas y con mayor hume-dad, mientras que A. cisternasii ocupa espa-

cios más secos y de menor altitud. Esta situa-ción podría darse en el área de Monfragüe,donde ambas especies cohabitarían; no obs-tante, A. cisternasii ha sido detectada en laszonas más húmedas del Parque Nacional,bosques de ribera en las cabeceras de losarroyos, por lo que según este planteamientoA. obstetricans sólo podría ocupar las zonasmás altas de Monfragüe. Sin embargo, elescaso rango altitudinal del área de estudioimpide que haya grandes diferencias biocli-máticas debidas a la altitud. Estas circunstan-cias inducen a pensar que A. obstetricans estáausente dentro de los límites del ParqueNacional, aunque es posible que pueda estarpresente en la Zona Periférica de Protecciónaprovechando espacios ecotónicos coninfluencia de comarcas biogeográficas limí-trofes, donde se localizan comunidades arbó-reas propias de pisos climáticos más húme-dos, como los bosques mixtos con Q. pyrenaicaexistentes en las zonas nororiental y norocci-dental del área de muestreo (Figura 2).

Figura 4: Ejemplar de R. iberica hallado en el área demuestreo.

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Prieto Clemente (2005a,b) atribuye aMonfragüe una cita de A. obstetricans cuyalocalización geográfica no queda clara en eltexto y no sitúa al género Pelodytes enMonfragüe. Más tarde, Prieto & Prieta(2010a,b) indican ambos taxones paraMonfragüe. Sin embargo, una vez revisada labibliografía aportada en la obra, no se haencontrado referencia alguna a estos taxonesen el espacio protegido, aunque se debeadvertir que entre las reseñas bibliográficas seaportan algunos trabajos no publicados queno permiten contrastar datos.

Dadas todas estas circunstancias, pareceaconsejable no incluir a A. obstetricans yPelodytes sp. como taxones presentes enMonfragüe hasta que se documenten debida-mente estos o nuevos registros, pues son ele-mentos taxonómicamente conflictivos, enunos casos, o de carácter finícola, en otros.

La nueva especie para la zona de mues-treo, R. iberica, muestra una distribuciónmuy localizada en el límite suroriental de laZona Periférica de Protección (Figura 3). Delos 13 taxones hallados, es el único que no haaparecido en el Parque Nacional, y debido alos requerimientos ambientales de la especiesu presencia en el mismo es poco probable.La única población detectada se ha encontra-do en aguas lóticas, permanentes y limpias deuna pequeña garganta con bosque de riberade Alnus glutinosa (L.) Gaertn. y P. lusitanicadispersos. Es reseñable la coincidencia espa-cial de P. lusitanica con R. iberica dentro delárea de estudio (Figuras. 2 y 3).

La Tabla 1 muestra cómo Pelophylax pere-zi (Seoane, 1885) es el elemento más amplia-mente distribuido, seguido de Pelobates cul-tripes (Cuvier, 1829), Pleurodeles waltlMichahelles, 1830 y las dos especies pertene-cientes al género Bufo. Cabe destacar la canti-

dad de individuos atropellados que se hancensado de Bufo bufo (Linnaeus, 1758), 26 de57 registros, el 45,6 %, circunstancia quepodría deberse a una especial sensibilidad a lafragmentación de su hábitat causada por laconstrucción de vías de comunicación, o aque el tamaño y rasgos morfológicos hacenmás fácil su localización e identificación traslos atropellos. García Montero (2012), en unestudio llevado a cabo durante 2010 en lacarretera EX – 208, Plasencia-Trujillo, queatraviesa de Norte a Sur el área de muestreo,recoge 129 registros de anfibios atropellados,72 indeterminados, y 57 identificados, 24 delos cuales corresponden a B. bufo, el 42,11%.En el presente trabajo los registros de muertespor atropello de la especie suponen el 49%,26 de 53 anfibios atropellados. Esta situacióncoincide con la descrita por Martínez-Freiría& Brito (2012) en su trabajo sobre la mortali-dad de anfibios en las carreteras del ParqueNatural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón,donde el 88,8% de los anfibios muertoscorrespondían a esta especie. Asimismo otrosautores (Van Gelder, 1973; Gryz & Krauze, 2008)han realizado estudios con resultados simila-res, tal y como describen Colino-Rabanal &Lizana (2012) en su revisión de los trabajosque tratan esta problemática.

Una especie particularmente abundante esHyla meridionalis Boettger, 1874, la cualmuestra una acentuada afinidad por zonasajardinadas de núcleos urbanos, en concretodurante el estiaje, pues ha sido encontrada encinco de los seis núcleos urbanos del interiordel área de muestreo: Villarreal de SanCarlos, Serradilla, Serrejón, Casas deMiravete y Torrejón el Rubio. Por el contra-rio, su congénere Hyla arborea (Linnaeus,1758) es una de las especies más escasas ymenos distribuidas, que cuenta con tres citas

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antiguas en sendas cuadrículas 10 x 10 km ydos registros en los muestreos realizados: enlas celdas 30STJ6396 (Díaz, 2013; Fernández,2013) y 30STK6400. Esta última cita confir-ma su presencia dentro de la Zona Periféricade Protección la cuadrícula 10 x 10 kmcorrespondiente y constituye una poblaciónsintópica con H. meridionalis.

En general, las especies más abundantes yextendidas del área de muestreo son también lasmejor adaptadas a ambientes xéricos. P. perezi esun elemento ubicuo que ocupa cualquier tipo dehábitat siempre que conserve algún punto deagua y, al igual que P. waltl, tolera niveles deeutrofización y contaminación del agua mientrasque P. cultripes, B. bufo y Bufo calamita (Laurenti,1768) son especies terrestres muy bienadaptadas a altos índices de aridez. Noobstante, la amplia distribución de otrasespecies que requieren mayor humedadambiental como Lissotriton boscai(Lataste,1879) e H. meridionalis indi-can, de nuevo, que Monfragüe acogeun variado elenco de biotopos que favo-rece la existencia de una gran riqueza yabundancia faunística.

Biogeográficamente, la batracoce-nosis de Monfragüe puede ordenarseen cuatro grupos corológicos: especiespaleárticas, europeas, mediterráneas yendemismos ibéricos. Los resultadosobtenidos muestran una clara domi-nancia por el elemento mediterráneo -con cuatro especies- y endémico -concinco-, pues los taxones incluidos enalguno de estos grupos corológicossuponen el 69,23% del total. Cabe des-tacar que R. iberica es el único ende-mismo no mediterráneo, y presentauna distribución eurosiberiana-atlánti-ca (Esteban & Martínez-Solano, 2002).

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De las 16 especies de anfibios presentes enExtremadura, 15 pueden ocupar los hábitatsexistentes en el área prospectada, siendoTriturus marmoratus (Latreille, 1800) el únicoelemento cuya distribución queda fuera delárea tratada. Este taxón es más propio del climacontinental y se extiende por el norte de laPenínsula y el oeste y sur de Francia. EnExtremadura puede coincidir con Trituruspygmaeus (Wolterstorff, 1905) en las sierras delnorte de Cáceres, en la frontera con Salamanca.Por tanto, las 13 especies detectadas en el pre-sente trabajo suponen el 86,66% de la batraco-fauna potencial del área de estudio.

En el Atlas y Libro Rojo de los Anfibios yReptiles de España (Pleguezuelos et al., 2002) se

Especies

Chioglossa lusitanicaPleurodeles waltlSalamandra salamandraMesotriton alpestrisLissotriton helveticusLissotriton boscaiTriturus marmoratusTriturus pygmaeusAlytes cisternasiiAlytes obstetricansDiscoglossus galganoiDiscoglossus jeanneaePelobates cultripesPelodytes ibericusBufo bufoBufo calamitaHyla arboreaHyla meridionalisRana ibericaRana temporariaPelophylax pereziRiqueza específica

P.E.

X

XXX

X

X

X

XX

9

P.G.

X

X

XXX

XX

X

XXX

X

X13

I.A.

X

X

X

3

E.N.D.

X

X

XX

XXXXXX

X

X12

M.Z.P.P.

XX

X

XX

X

X

XXXXX

X13

Tabla 2. Comparación de la riqueza específica de los parquesnacionales ibéricos que cuentan con estudios de su batracofau-na. P.E.: Picos de Europa (646,6 km2); I.A.: Islas Atlánticas(11,95 km2); E.N.D.: Espacio Natural de Doñana (1080,087 km2);M.Z.P.P.: Monfragüe y Zona Periférica de Protección (1161,6 km2);P.G.: PenedaGerês (720 km2).

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definen las áreas importantes para la herpeto-fauna española; en el apartado de Extremadurase describen ocho zonas, entre ellas Monfragüe.Valorando los criterios usados en esa obra, elterritorio estudiado formaría un área importan-te para la herpetofauna considerando exclusiva-mente a los anfibios, pues mantiene tres espe-cies catalogadas como vulnerables en el LibroRojo: Salamandra salamandra (Linnaeus,1758), T. pygmaeus y R. iberica.

La calidad de la batracofauna de este territoriose hace de nuevo patente si se compara su riquezaespecífica con la de otras zonas de interés naturalde la península, como los parques nacionales de

Los Picos de Europa, Islas Atlánticas, espacionatural de Doñana, y el portugués Peneda-Gerês(Tabla 2). Este último y Monfragüe son los par-ques nacionales con mayor riqueza específica delos estudiados hasta el momento.

AGRADECIMIENTOS: El autor desea reconocer el apoyode la Asociación Al-Murabit y de su Presidente, A. García,cuyos datos han sido de gran valor. A A. Blázquez, por sucompañía durante largas jornadas de campeo, y a D.Llucià por sus lecciones y acertadas sugerencias.Finalmente, agradecer a los gestores del Parque Nacionaly al servicio de Agentes de Medio Ambiente las facilida-des prestadas para realizar los muestreos.

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Publicidad de la AHE

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José Carlos Báez1 & Luis Silva2

Interacción de la pesca de arrastre con la captura incidentalde tortugas marinas en el caladero del golfo de Cádiz

La captura accidental de megafauna comolos tiburones, manta rayas, tortugas marinas ydelfines en la pesca de arrastre sigue siendocontrovertida, ya que amenaza la diversidadbiológica en muchas regiones biogeográficas(Zeeberg et al., 2006).

La pesca de arrastre se ha definido comoun factor de amenaza para las tortugas mari-nas en regiones donde las tortugas se concen-tran para la hibernación (momento en el quelos ejemplares adultos entran en un periodode sopor cerca del lecho marino a escasa pro-fundidad), como ocurre con Caretta carettaen el Golfo de Gabés en Túnez o en elAdriático Norte (Camiñas, 2004; Casale et al.,2012), o bien cuando se pesca en bahías pocoprofundas con los fondos recubiertos dealgas donde pastan las tortugas, como ocurreen la bahía de Akyatan en Turquía (Kasparek etal., 2001; Laurent et al., 2001; revisados en Camiñas,2004). En estas condiciones, cuando son cap-turadas por un arrastre de fondo puedensufrir daños, llegando a sufrir la muerte porahogamiento. Desde hace algunas décadas sehan desarrollado sistemas de selectividadaplicables a los artes de arrastre con el objeti-vo de reducir la mortalidad de tortugas mari-nas. Los más extendidos son los denomina-dos Dispositivos Excluidores de Tortugas,más conocidos como TED (siglas en inglésde “Turtle Excluder Devices”), que son unaespecie de puerta metálica que se inserta en

el saco del arte de pesca de arrastre de formaque permite la salida de la red de las tortugascapturadas, pero no de la pesca (Mukherjee &Segerson, 2011). Este sistema, impuesto por losEstados Unidos a la flota camaronera quefaena en el Pacífico y en el golfo de México,áreas de gran concentración de tortugasmarinas de distintas especies, fue posterior-mente obligatorio para aquellos países quequisieran comercializar en Estados Unidosproductos de esas pesquerías camaroneras(Camiñas, 2004).

Debido al uso como zona de paso en lasmigraciones transoceánicas, y como área dealimentación, anualmente cientos de ejem-plares de tortugas marinas, fundamental-mente C. caretta y Dermochelys coriacea seconcentran en el golfo de Cádiz, llegando avarar algunos de estos individuos en las cos-tas andaluzas (Bellido et al., 2010a,b; Báez et al.,2011, 2012a,b).

Un análisis detallado de los varamientosdemostró que había una oscilación interanualen la abundancia de tortugas en el golfo deCádiz (Báez et al., 2011, 2012b). Las tortugasmarinas presentan una natación lenta, por loque se aprovechan de las corrientes marinas ydel empuje del viento para sus desplazamien-tos. Por otra parte, como demuestran loscasos de varamientos masivos de C. carettacon síntomas de hipotermia, son sensibles a labajada de la temperatura y al fuerte oleaje

1 Instituto Español de Oceanografía. Centro Oceanográfico de Málaga. 29640 Fuengirola. Málaga. C.e.: [email protected] Instituto Español de Oceanografía. Centro Oceanográfico de Cádiz. Muelle de Levante, Puerto Pesquero, s/n. 11006 Cádiz.

Fecha de aceptación: 29 de mayo de 2013.Key words: by-catch, leatherback sea turtle, loggerhead sea turtle.

Conservación

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(Bellido et al., 2008). En este contexto, se haplanteado que en años con vientos predomi-nantes del Oeste se concentran en el golfo deCádiz tanto los ejemplares juveniles arrastra-dos del Atlántico oriental, como los ejempla-res sub-adultos que acaban de salir del MarMediterráneo y se dirigen a sus playas de ori-gen para reproducirse. Así, el golfo de Cádizpodría considerarse como un “área de con-centración” de ejemplares de C. caretta en unpaso previo a la migración transoceánica (Báezet al., 2011).

Similarmente, en el caso de D. coriacea,diversos autores (Camiñas & González de laVega, 1997; Camiñas & Valeiras, 2001) especula-ron sobre la importancia del golfo de Cádizpara la concentración de estos reptiles.Recientemente, Báez et al. (2012b), com-probaron que la abundancia relativa de D.coriacea en el golfo de Cádiz estaba relacio-nadas con el clima, al igual que en el caso deC. caretta.

La pesquería de arrastre del golfo de Cádizse caracteriza por el elevado número de espe-cies objetivo, superando las 50 especies a lolargo de un periodo anual. La mayoría pre-sentan una marcada variación estacional en laabundancia, según la zona y la época del año,la cual está estrechamente relacionada con labiología de las especies. Sin embargo, del aná-lisis de la composición específica de las captu-ras, junto a las características técnicas de lasembarcaciones y los puertos de descarga, seobtuvo un único estrato de flota o“metier”para el caladero del golfo de Cádiz (Silva et al.,2007). Esta flota está compuesta actualmentepor 149 embarcaciones de mediano porteque realizan mareas (es decir, viaje de pesca)de un día de duración, salvo algunas excep-ciones que suelen darse en los meses de vera-no en los que las mareas pueden tener hasta

tres días de duración, dependiendo de lareglamentación en curso. Como media anual(periodo 2006-2010), esta flota estuvo com-puesta por 182 embarcaciones que ejercieronun esfuerzo medio de 23.133 días de pesca yun desembarco medio de 6.744 Tm. Lascaracterísticas técnicas medias son de 17,9 mde eslora, 32 TRB de arqueo y 222 KW depotencia, usando el tradicional arte de arras-tre denominado “baca”, caracterizado poruna reducida abertura vertical (Anónimo,2001). Los caladeros de pesca se encuentranrepartidos por todo el golfo de Cádiz, estan-do prohibida la pesca de arrastre en toda lazona comprendida dentro de la franja de lasprimeras 6 millas desde costa, que coincidecomo término medio para todo el caladerocon la isóbata de los 30 m de profundidad(Ramos et al., 1996). En la zona central del cala-dero, frente a la desembocadura del ríoGuadalquivir, la profundidad a 6 millas decosta se reduce a unos 20 m, como conse-cuencia del aporte de sedimentos procedentesdel rio Guadalquivir.

El objetivo del presente estudio fue anali-zar las capturas accidentales de tortugas mari-nas por la flota de arrastre en el caladero delgolfo de Cádiz, un área de concentracióninteranual de tortugas marinas.

Distribución de la flota de arrastre, yobservaciones desde embarcaciones pesqueras:Los principales puertos de descarga de la flotade arrastre son Isla Cristina en la provincia deHuelva y Sanlúcar de Barrameda en la deCádiz, con el 35% y el 21% de las capturasdesembarcadas, respectivamente, los cualespresentan el 55% y el 33% de la flota arrastrecensada, respectivamente. Le siguen en desem-barco los puertos de El Puerto de SantaMaría, Huelva y el de Ayamonte con el 20%,

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8% y 9%, respectivamente (Galisteo et al.,2012). Durante la marea de pesca, que gene-ralmente corresponde un día de duración, sesuelen realizar entre dos y cuatro lances segúnla zona de pesca. Cuando las mareas se reali-zan en aguas más bien someras, entre los 20 y50 m de profundidad, donde abundan loscrustáceos costeros como el langostino(Melicertus kerathurus) y la galera (Squillamantis), la duración de los lances no suelesuperar las 3 h dado el gran volumen de espe-cies que captura, y el total de lances pormarea oscila entre tres y cuatro. A mayor pro-fundidad, el número de lances se reduce debi-do a que la maniobra de pesca tiene mayorduración. Por tanto, en mareas dirigidas a lacaptura de gamba blanca (Parapenaeus longi-rostris), la cual abunda en la plataforma pro-funda y comienzos del talud, entre los 100 y300 m, las mareas suelen ser de dos o tres lan-ces, de duración aproximada de 4 h por lance.Por último, las mareas realizadas en aguasprofundas donde la cigala (Nephrops norvegi-cus) y la gamba grande son las especies obje-tivo de crustáceos, dos lances suelen ser loshabituales en la marea de pesca, con un tiem-po medio de pesca por lance de unas 5 h. Enestas mareas profundas, el tiempo de navega-ción para llegar a los caladeros suele ser con-siderable por la lejanía respecto a los puertosbase de la flota.

La fuente de información procede de losobservadores a bordo de arrastreros que reali-zan tareas de muestreo de todas las especiescapturadas, tanto de las retenidas, como delas descartadas. En este caso fueron analizadaslas observaciones desde 2005 hasta 2012, conun número total de mareas muestreadasdurante el periodo 2005-2012 de 364 mareas.Entre 2005 y 2008 se muestrearon 30 mare-as anuales concentradas entre marzo y sep-

tiembre, y a partir de 2009 se llevaron a cabouna media de seis embarques mensuales. Entodo el periodo, los embarques fueron realiza-dos aleatoriamente en arrastreros de los dife-rentes puertos del golfo de Cádiz. El mes deoctubre no se muestreó en ningún año debi-do a la existencia de una parada biológicapara toda la flota de arrastre.

Observaciones desde Buques Oceanográficos:Otra fuente de información procede de lasCampañas de Evaluación de los RecursosDemersales de la región SuratlánticaEspañola del golfo de Cádiz (“CampañasARSA”) que se realizaron hasta el año 2012tanto en primavera, desde 1993, como enotoño, desde 1997, todas ellas a bordo delB/O Cornide de Saavedra (informes internosdel Instituto Español de Oceanografía). Elnúmero promedio de días de pesca que seefectuó por campaña fue de 12 con un núme-ro medio de lances, de 1 h de duración, de 40lances por campaña. El muestreo se corres-ponde con un muestreo aleatorio estratifica-do al área, donde diferentes estratos de pro-fundidad son establecidos para el reparto decuadrículas a muestrear, abarcando desde las6 millas a costa hasta los 700 m de profundi-dad, aproximadamente (Silva et al., 2011).

Las capturas accidentales de tortugas mari-nas observadas a bordo de barcos de arrastrecomerciales fueron poco frecuentes, y siemprede la especie C. caretta. Además, las tortugasfueron devueltas vivas al mar en todos los casos(Figura 1). La Captura por Unidad deEsfuerzo (CPUE), tomando la marea comounidad de esfuerzo, arroja un índice de CPUEde 0,0055, es decir, en sólo dos mareas de las364 muestreadas fueron capturadas acciden-talmente. Mediante un sencillo cálculo, si se

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mantiene la CPUE observada, para el esfuerzoobservado en el periodo 2006-2010, se obtie-ne una media de 25 tortugas capturadas acci-dentalmente por año.

En relación con la información procedentede las “Campañas ARSA”, del total de días decampaña realizados a lo largo de la serie de 20años, unos 400 días de campaña, sólo fueroncapturados cinco ejemplares de C. caretta encinco campañas diferentes. Estos fueron devuel-tas al mar en perfecto estado dado que sus cap-turas se efectuaron en la maniobra de virado.Considerando la marea de pesca con un día depesca, al igual que en los arrastreros comerciales,la CPUE fue de 0,013. De las cinco tortugascapturadas, sólo una de ellas fue capturada enprimavera, en marzo concretamente, siendo elresto capturado en otoño, durante la primera

quincena del mes de noviembre. Además, todasfueron capturadas en la plataforma someraa menos de 80 m de profundidad.Concretamente, en 2005 se capturó a 24 m deprofundidad, en marzo de 2006 a 29 m, ennoviembre de 2006 a 26 m, en 2008 a 79 y en2011 también en aguas someras a 26 m de pro-fundidad, localizados todos los casos en la zonamás occidental del caladero.

El bajo valor de CPUEs de tortugas marinasobservadas en arrastreros, desde el golfo deCádiz, coincide con los resultados de estudiosprevios realizados en la zona. Así, Báez et al.(2006), mediante encuestas y conversacionesdirigidas a 28 patrones de barcos arrastreros deprofundidad del golfo de Cádiz, llegaron a laconclusión de que la frecuencia en la captura

Figura 1: Liberacion de un ejemplar de C. caretta por uno de los autores del artículo (L.S.).

Foto Luis Silva

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accidental de tortugas marinas por la flota dearrastre era rara-excepcional, liberándose losejemplares vivos en casi todos los casos. Laexplicación que se dio por parte de los encues-tados (Báez et al., 2006) es que, durante el viradodel arte, éste accidentalmente podía capturaralguna tortuga que en ese momento se encon-trara cerca. Por este motivo, al pasar poco tiem-po en el copo, el animal no llegaba a sufrirdaños graves y se devolvía en perfecto estado almar. Cuando el arte se sube a bordo y seencuentra en posición vertical, y cerca de lasuperficie del agua, se crea una pequeña succiónque podría arrastrar al interior especies de nata-ción lenta que se encuentran nadando en super-ficie como es el caso de las tortugas. Esta hipó-tesis coincide con nuestras observaciones reali-zadas tanto en las “Campañas ARSA” como enlos embarques en arrastreros comerciales.

Los valores de CPUEs obtenidos paraarrastreros comerciales y para las campañasoceanográficas ARSA son muy inferiores a losobservados en áreas de concentración de tor-

tugas, como por ejemplo el Gólfo deManfredonia (Mar Adriático; CPUE = 0,1;Casale et al., 2012), o noreste de Venezuela(CPUE = 0,229; Alio et al., 2010). Posiblemente, elhecho de que sean tan bajas las capturas acci-dentales se deba a que las tortugas no seencuentran en el fondo reposando, sino queson capturadas accidentalmente, cuandocoincide la virada de uno de estos aparejoscon el paso de una tortuga cerca.

Como conclusión, se puede afirmar quelas capturas accidentales de tortugas marinaspor la flota de arrastre en el caladero delgolfo de Cádiz son hechos aislados, ocu-rriendo todas las capturas en la zona de laplataforma somera, cuando las tortugas seconcentran en un paso previo a su migra-ción transoceánica. Además, cuando se pro-ducen, se suele realizar durante la maniobrade virado de la red, con lo cual los animalesson capturados vivos y, posteriormente,devueltos al mar en buen estado para quepuedan continuar su migración.

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Jesús M. Evangelio-Pinach

Comportamiento trepador de Bufo calamita

Consejería de Agricultura. Servicios Periféricos de Agricultura. Cl. Colón, 2. 16071 Cuenca. C.e.:[email protected]

Fecha de aceptación: 18 de julio de 2013.Key words: climbing abilities, Bufo calamita, Iberian Peninsula.

La capacidad trepadora de algunos anurosibéricos es ampliamente conocida. Así, las espe-cies pertenecientes al género Hyla, gracias a losdiscos adhesivos que poseen en sus dedos, soncapaces de trepar por la vegetación de las zonasque habitan (Salvador & García París, 2001).Igualmente, los miembros del género Alytes, yen especial Alytes obstetricans, presentan unacapacidad trepadora principalmente para acce-der a lugares de reproducción con paredes verti-cales, como albercas y pilones (Bosch, 2002). Enlos miembros del género Pelodytes también se hadescrito este comportamiento, los cuales soncapaces de subir por superficies lisas apoyándo-se en su vientre (Salvador & García París, 2001; Arnold

& Ovenden, 2007). Puntualmente, en la PenínsulaIbérica también se ha descrito comportamientotrepador en comunidades de anfibios asociado ala explotación del sustrato vegetal dentro delbosque atlántico (Gosá, 2008), siendo citado enespecies de hábitos fundamentalmente terrestrescomo Bufo bufo o Rana temporaria. Menosconocida, sin embargo, es la habilidad trepado-ra de Bufo calamita, la cual, aunque apuntadapor algunos autores (Arnold & Ovenden, 2007), noes frecuentemente observada, y menos a plenaluz del día, salvo que el animal se encuentreatrapado y expuesto al aire libre, debido alcarácter nocturno de esta especie (Salvador &García París, 2001; Arnold & Ovenden, 2007).

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El pasado día 26 de noviembre de 2012, enuna mañana soleada pero algo fresca, sobre las 9:30h, fue observado y fotografiado un ejemplar de B.calamita trepando por una de las esquinas de unabalsa de gran tamaño contra incendios forestalesen la localidad conquense de Talayuelas (denomi-nada balsa de Polán, UTM en WGS84: 30S X:646461; Y: 4406326; 936 msnm; Figura 1). Labalsa está situada en terreno silíceo y en ella tam-bién se puede observar Pleurodeles waltl. Tiene unaprofundidad de 3 m y está fabricada con hormi-gón. Teniendo en cuenta que en el momento de laobservación había agua, aproximadamente, hastauna altura de 0,5 m y que al animal le quedabaotro 0,5 m para llegar a la parte superior, el ejem-plar de B. calamita había trepado, empleando paraello solamente las patas delanteras y las traseras,una altura aproximada de 2 m. No llegó a termi-nar de subir la balsa puesto que, tras quedarse untiempo inmóvil mientras era fotografiado, perdió

Figura 2: Dispositivoinstalado en la balsade Talayuelas para laentrada y salida deanfibios.

Foto J.M. Evangelio-Pinach

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Figura 1: Ejemplar de B. calamita trepando por unaesquina de la balsa de Talayuelas.

Foto J.M. Evangelio-Pinach las fuerzas y cayó de nuevo al agua. El comporta-miento de este ejemplar podría demostrar que laespecie, en caso de quedar atrapada, es capaz detrepar por superficies verticales y prácticamentelisas. La dificultad para subir por este tipo de cons-trucciones y otras similares (e.g., abrevaderos parael ganado y pozos) justifica la instalación de dispo-sitivos de entrada y salida para anfibios, como elinstalado recientemente en la balsa de Talayuelas(Figura 2). Este tipo de dispositivos facilitará queen años secos, cuando el nivel del agua suele serbajo y escasean los medios naturales donde repro-ducirse, algunos anfibios puedan realizar sus pues-tas sin peligro de quedar atrapados y morir.

AGRADECIMIENTOS: A M.C. Arco, agente medioam-biental que también estaba presente en el momento dela observación. A E. Ayllón por sus oportunos comen-tarios y correcciones.

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Juan Mula, David Macías, Salvador García-Barcelona & José Carlos Báez

Efecto de la Luna en las capturas incidentales de tortuga bobaen palangre de superficie dirigido al atún blanco

en el Mediterráneo occidental

Instituto Español de Oceanografía. Centro Oceanográfico de Málaga. 29640 Fuengirola. Málaga. C.e: [email protected]

Fecha de aceptación: 13 de octubre de 2013.Key words: by-catch, loggerhead sea turtle, longline, moon.

Estudios recientes han discutido el posibleefecto de la Luna sobre las capturas dirigidas yaccesorias en palangre de superficie (por ejemploDamalas et al., 2007; Báez et al., 2009). Damalas et al.(2007) encontraron una relación positiva entre lascapturas de pez espada de las pesquerías de palan-gre de superficie del Mediterráneo oriental y elgrado de luminosidad de la Luna. Macías et al.(2012) encontraron una relación entre las captu-ras de llampuga (Coryphaena hippurus) y la pro-porción de disco lunar visible tanto en palangrede superficie dirigido al atún blanco (Thunnusalalunga) como en palangre tradicional dirigidoal pez espada (Xiphias gladius). Los resultadosobtenidos mostraron una correlación positivaentre las capturas de estas especies y el grado deluminosidad lunar. Estos autores interpretaronesta relación como una influencia de la ilumina-ción de la Luna sobre la capturabilidad de estasespecies. En este sentido, existen diferentes traba-jos que apuntan al uso de la visión para localizarel cebo por especies como la tortuga boba Carettacaretta (Báez et al., 2007; Narazaki et al., 2013).

No obstante, el efecto de la Luna es comple-jo ya que además de los cambios en la luminosi-dad que producen las diferentes fases lunares, laposición de la Luna y el Sol con respecto a laTierra tiene efectos gravitatorios sobre la intensi-dad de las mareas. Así, cuando el Sol y la Lunase encuentran en un mismo eje (tanto en con-junción, Luna nueva, como en oposición, Luna

llena), se origina una marea viva o sicigia. Lamayor amplitud de estas mareas produce unincremento en el volumen de agua trasladado.Por otra parte, cuando la Luna se sitúa en cua-dratura respecto al Sol, es decir, en un ánguloaproximado a los 90º con la Tierra, se originanlas mareas muertas o de cuadratura. En estasituación las fuerzas de atracción, que tienen dis-tinto componente, se contrarrestan por lo que laamplitud de las mareas y sus efectos se ve redu-cida. Estos fenómenos de oscilación en el niveldel mar podrían condicionar los hábitos de ali-mentación de algunas especies marinas.

En el presente trabajo se explora el efectotanto de la luminosidad de la Luna como de lasmareas sobre las capturas incidentales de tortugaboba en palangre de superficie dirigido al atúnblanco en el Mediterráneo occidental.

Los datos usados en este trabajo fuerontomados por observadores científicos delInstituto Español de Oceanografía (IEO) abordo de los palangreros españoles entre 1999 y2012. La zona de pesca comprende el mar deLevante-Baleares, mar de Alborán y parte de lacuenca argelina. El Programa de Observadoresdel IEO es un programa de monitorización yseguimiento de la dinámica de la pesca (para unamayor explicación del programa consultar Báez etal., 2007 y Macías et al., 2012).

Las variables estudiadas fueron la frecuenciade capturas de tortuga boba por unidad de

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esfuerzo (CPUE), siendo el esfuerzo medido pormiles de anzuelos, y el porcentaje de luminosi-dad proporcionada por el disco lunar. Se selec-cionaron sólo aquellos lances de LLALB quefueron calados entre las 18:00 y 24:00 horas, ypor tanto la virada (es decir, el periodo efectivode pesca) se produjo siempre a lo largo de todala noche. Un total de 138 operaciones de pescacumplieron este requisito (Figura 1). Por otraparte, se comprobó la CPUE de tortuga bobadurante el periodo de mareas vivas (CPUE-VIVAS) respecto al periodo de mareas muertas(CPUE-MUERTAS).

Para comprobar la covariación de la CPUEcon la luminosidad lunar se llevó a cabo la corre-lación no-paramétrica de Spearman, ya que lasvariables no presentaban una distribuciónnormal. La luminosidad se obtuvo de un paqueteespecífico de R 3.0.1 (www.r-project.org), queindica conforme al calendario lunar la propor-ción, en porcentaje, del disco visible correspon-diente para un día concreto. Además, para corro-

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borar la significación de la correlación, se realizó laprueba U de Mann-Whitney entre la CPUEmedia de tortugas capturadas con un porcentajede luminosidad de disco lunar por debajo del50% frente a la CPUE media de tortugas captu-radas con un porcentaje de luminosidad de discolunar por encima del 50%. Por otra parte, paracomprobar si existían diferencias en la CPUE paralos grupos analizados durante los periodos demareas vivas respecto a los periodos de mareasmuertas se realizó la prueba U de Mann-Whitney.

En las 138 operaciones de pesca contempla-das en este estudio se capturaron 273 ejemplaresde tortuga boba en los 437.393 anzuelos obser-vados. Se encontró una correlación negativa entrela intensidad lumínica del disco lunar y la CPUEpara la tortuga boba (r = -0,246; p = 0,004)(Figura 2). La prueba U de Mann-Whitney entrela CPUE media de tortugas capturadas con unporcentaje de luminosidad de disco lunar pordebajo del 50% (que corresponde a un valor de1,03*10-3) frente a la CPUE media de tortugascapturadas con un porcentaje de luminosidad dedisco lunar por encima del 50% (que correspon-de a un valor de 0,34*10-3) indicó la existencia dediferencias significativas (U = 1,829, p = 0,008).Investigaciones previas han mostrado la relaciónpositiva entre el incremento de la CPUE y laluminosidad de la luna. Sin embargo, en nuestrotrabajo las correlaciones encontradas fueronnegativas, es decir, a más intensidad lumínicamenos capturas de tortuga boba. Este hechopodría explicarse porque al aumentar la lumino-sidad se incrementa la exposición del palangre aotros carroñeros (como por ejemplo chuchos,Pteroplatytrygon violacea, potas Todarodes sagitta-tus, y otros pequeños bancos de peces) y la com-petencia por el cebo podría disminuir la probabi-lidad de captura de la tortuga boba. Aunque latortuga boba es capaz de seguir el rastro químicodel cebo (Piovano et al. 2012), es muy poco eficien-

Figura 1: Área de estudio. En rojo se representa la posi-ción de calada de las operaciones de pesca de palangrede superficie dirigidas al atún blanco (T. alalunga)usadas en el presente estudio.

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te en la búsqueda de la carnada con falta de luz,lo cual queda confirmado por el hecho que lascapturas incidentales se concentran significativa-mente en los lances diurnos (Báez et al., 2007a).

Con respecto a la posible influencia de lamareas, se encontró sólo una significación mar-ginal (U = 1,538, p = 0,052), siendo la media delas capturas de tortuga boba mayor en los lancesrealizados durante las mareas vivas. Las mareasen las costas del Mar Mediterráneo son de esca-sa amplitud salvo en el Adriático y Golfo deGabés. Sin embargo, la intensidad de la mareaprovoca un efecto en las corrientes por la varia-

ción del volumen de agua trasla-dado. Así, es plausible pensarque las corrientes producidaspor las mareas deben afectar elcomportamiento de esta espe-cie ya sea variando la accesibi-lidad al palangre (movimien-tos verticales durante lanoche, incremento en el áreaexplorada, etc.), o su compor-tamiento alimenticio.

En el presente trabajo se hademostrado la influencia de laLuna en las capturas incidentales

de la tortuga boba. No obstante, existen otros fac-tores como la distancia a la costa (Báez et al., 2007b;Báez et al., 2011), la profundidad del área de pesca(Báez et al., 2007b) o las características técnicas de losaparejos (Báez et al., 2013) más determinantes en suefecto sobre la probabilidad de captura.

AGRADECIMIENTOS: El mapa de distribución de las ope-raciones de pesca usadas en este estudio, fue creado a partirde la herramienta de información geográfica “map tool” deseaturtle.org. Dos de los autores (S.G-B y J.C.B.) disfrutande un contrato en el Plan Nacional de Datos Básicos co-financiado por el IEO-EU.

REFERENCIAS

Báez, J.C., Real, R. & Camiñas, J.A. 2007a. Differential dis-tribution within longline transects of Loggerhead andSwordfish captured by the Spanish Mediterranean surfacelongline fishery. Journal of the Marine BiologicalAssociation of the United Kingdom, 87: 801-803.

Báez, J.C., Real, R., García-Soto, C., de la Serna, J.M.,Macías, D. & Camiñas, J.A. 2007b. Loggerhead turtleby-catch depends on distance to the coast, independentof fishing effort: implications for conservations and fis-heries management. Marine Ecology Progress Series, 338:249-256.

Báez, J.C., Real, R., Bellido, J.J., Macias, D., de la Serna, J.M.& Camiñas, J.A. 2011. Validating an ecological modelwith fisheries management applications: the relationshipbetween loggerhead by-catch and distance to the coast.

Journal of the Marine Biological Association of the UnitedKingdom, 91: 1381-1383.

Báez, J.C., Macías, D., Camiñas, J.A., Ortiz De Urbina,J.M., García-Barcelona, S., Bellido, J.J. & Real, R.2013. By-catch frequency and size differentiation inloggerhead turtles as a function of surface longline geartype in the western Mediterranean Sea. Journal of theMarine Biological Association of the United Kingdom, 93:1423-1427.

Báez, J.C., Real, R., Camiñas, J.A., Torreblanca, D. & Garcia-Soto, C. 2009. Analysis of swordfish catches and by-catchesin artisanal longline fisheries in the Alboran Sea (WesternMediterranean Sea) during the summer season. MarineBiodiversity Records, doi:10.1017/S1755267209990856;Vol. 2; e157.

Figura 2: Capturas de tortugas por cada mil anzuelos para cada una de las 138 ope-raciones de pesca de palangre de superficie dirigidas al atún blanco usadas en el pre-sente estudio, frente al porcentaje de luminosidad de disco lunar correspondiente.

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Raúl León1 & Gabriel Martínez2

Encontrados un ejemplar de Daboia mauritanica y su puesta dehuevos en un pozo en el suroeste de Marruecos

1 Cl. Estanislao Cabanillas, 43. 2º. 13400 Almadén. Ciudad Real. C.e.: [email protected] Cl. Pedro Antonio de Alarcón, 34. 5ºA. 18002 Granada.

Fecha de aceptación: 12 de noviembre de 2013.Key words: Morocco, Daboia mauriitanica, viperidae, cistern.

La mayoría de las víboras del viejo mundo ovíboras verdaderas (subfamilia Viperinae) sonovovivíparas, aunque algunas de ellas son ovípa-ras, como es el caso en Marruecos de Daboiamauritanica y de Cerastes cerastes (Gruber, 1993).D. mauritanica es un vipérido destacable por lagran longitud total que puede llegar a alcanzar(1,80 m), y por su capacidad para ocupar tiposde hábitats muy variados (Bons & Geniez, 1996).

Durante un viaje herpetológico a Marruecosse encontró, el día 13 de agosto de 2012, una

hembra adulta de D. mauritanica (Figura 1) deaproximadamente 1,30 m de longitud total,atrapada en un pozo seco de 2 m de anchura y 3m de profundidad en la región de SoussMassa,en un hábitat compuesto por muros de piedras,Euphrobia officinarum y Opuntia ficus-indicaentre campos de Argania spinosa. Junto al ejem-plar se encontró una puesta de huevos (Figura 2)depositada bajo una acumulación de piedras.Probablemente el ofidio tuvo que realizar la ovo-posición en el interior del pozo al no poder esca-

Figura 1. Hembra adulta de D. mauritanica. Figura 2. Puesta de D. mauritanica.

Fotos Raúl León

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Damalas, D., Megalofonou, P. & Apostolopoulou, M. 2007.Environmental, spatial, temporal and operational effects onswordfish (Xiphias gladius) catch rates of eastern MediterraneanSea longline fisheries. Fisheries Research, 84: 233–246.

Macías, D., Báez, J.C., García-Barcelona, S. & Ortiz de Urbina,J.M. 2012. Dolphinfish Bycatch in Spanish MediterraneanLarge Pelagic Longline Fisheries, 2000–2010. The ScientificWorld Journal, doi: 10.1100/2012/104389.

Narazaki, T., Sato, K., Abernathy, K.J., Marshall, G.J. &Miyazaki, N. 2013. Loggerhead Turtles (Caretta caretta)Use Vision to Forage on Gelatinous Prey in Mid-Water.PLoS ONE, doi:10.1371/journal.pone.0066043.

Piovano, S., Farcomeni, A. & Giacoma C. 2012. Effects ofchemicals from longline baits on the biting behaviour ofloggerhead sea turtles. African Journal of Marine Science,34(2): 283–287.

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par. La puesta estaba formada por 11 huevos deaproximadamente unos 4,5 cm de largo porunos 2,5 cm de ancho de media. Por normageneral los huevos de esta especie alberganembriones en avanzado estado de desarrollo queeclosionan pasadas entre seis y ocho semanas(Gruber, 1993).

En el año 2009 ambos autores se dieroncuenta de la gran cantidad de anfibios y reptilesque quedaban atrapados en pozos, aljibes, alber-cas y otro tipo de estructuras para el almacena-miento de agua en Marruecos y Sáhara occiden-tal. Sucesivos viajes confirmaron la existencia enla zona de cientos de aljibes que actúan comotrampas de caída no sólo para la herpetofauna,sino también para mamíferos y gran cantidad deartrópodos. Se han podido encontrar atrapadasen estas estructuras gran parte de las especiescitadas para la zona, incluso puestas de huevosde otras especies de reptiles, como Agama impa-learis. Los animales que caen dentro de estoslugares mueren ahogados si conservan agua opor inanición si permanece sin ella. En ocasiones

se han hallado cerca de 50 ejemplares de Bufo tes-boulengeri o más de 10 ofidios, algunos vivos yotros muertos, atrapados en el mismo aljibe.Parece que estas estructuras hacen de trampas decaída permanentes y cientos de animales muerenen su interior cada año. Consideramos que estehecho representa un problema de conservaciónmuy notorio para la herpetofauna de la zona.

Las medidas correctoras para reducir deforma significativa la mortalidad de animalespodrían consistir en la instalación de rejillas,trampillas metálicas u otras estructuras adecua-das en la entrada de agua de los aljibes para evi-tar la caída de animales en su interior. Otra solu-ción complementaria sería construir rampas enlas albercas para posibilitar la salida de los ani-males que caigan en ellas. A pesar de existir cien-tos de aljibes antiguos con grandes entradas des-provistas de cualquier medida que pudiera evitarla caída de animales hemos observados que algu-nos de nueva construcción sí presentan unatrampilla metálica que impide el paso de anima-les, medida que valoramos como muy positiva.

REFERENCIAS

Bons, J. & Geniez, P. 1996. Amphibiens et reptiles du Maroc(Sahara Occidental compris). Atlas Biogéographique.Asociacion Herpetologica Española. Barcelona.

Gruber, U. 1993. Guía de las serpientes de Europa, Norte deÁfrica y Próximo Oriente. Omega. Barcelona.

El lagarto ocelado (Timon lepidus) se guare-ce en las huras que excava, en grietas de roque-dos, bajo las piedras o entre el matorral, pero

Timon lepidus usa las conejeras como refugio

1 Departamento de Ecología Evolutiva. Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC). Cl. José Gutiérrez Abascal, 2. 28006 Madrid.C.e.: [email protected]

2 Cl. Eduardo Pascual y Cuellar, 6 dcha. 5º C. 28806 Alcalá de Henares. Madrid.

Fecha de aceptación: 11 de noviembre de 2013.Key words: Timon lepidus, Oryctolagus cunniculus, ecosystem engineer, rabbit warrens, artificial refuges, Iberian Peninsula.

Iván Salgado1 & Miguel Ángel Hernández2

también ocupa las madrigueras de otros ani-males. La observación de este comportamien-to es frecuente en los cerros de Alcalá de

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Henares (WGS84 30T 4704479; 600 msnm;Figura 1), un paisaje de “badlands”, típico deterrenos arcillosos y climas áridos, dondedomina el matorral bajo y el pinar de repobla-ción (Pinus halepensis). El conejo (Oryctolaguscunniculus) aquí es abundante. Las colonias deconejos se establecen en cárcavas y promonto-rios y los lagartos se asolean en la entrada de lasconejeras. Siempre vigilantes (Figura 2), seesconden dentro si advierten peligro.

El conejo es una especie ingeniera de eco-sistemas, un organismo que regula la disponi-bilidad de recursos a otras especies por trans-formación del hábitat (Jones et al., 1994). Ellagarto ocelado usa la conejera como refugio.Este gran lagarto es presa habitual de lacomunidad de depredadores ibéricos(Palomares & Delibes, 1991; Martín & López, 1996).Es una pieza de cierto valor energético y bajocoste de captura, una presa alternativa alconejo (Martín & López, 1996), el nodo de la redtrófica de los ecosistemas ibéricos (Delibes-Mateos et al., 2008). La estrategia antidepreda-dora del lagarto ocelado es la huida, salir a lacarrera hasta la guarida para evitar al depreda-dor. Pero aunque así elude el ataque aéreo,carnívoros de tamaño mediano y pequeño,

Figura 1. Lugar de la observación (asterisco). Al sur delnúcleo urbano de Alcalá de Henares, en la margenizquierda del río Henares.

Figura 2. Un lagarto ocelado vigila mientras se calientaal sol en la entrada de una conejera. Los cerros de Alcaláde Henares, 2008.

Foto Miguel Ángel Hernández

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como el turón (Mustela putorius) o la coma-dreja (Mustela nivalis), se adentran en lasmadrigueras en busca de presas (McDonald &Harris, 1997; Santos et al., 2009). Las condicionesmicroclimáticas en el interior de la conejera,menor fluctuación térmica y mayor humedadrelativa (Gálvez-Bravo et al., 2009), favorecen laregulación de la temperatura corporal, el des-arrollo de la puesta y la hibernación. Además,el vivar es también cazadero por la abundan-cia de invertebrados en las inmediaciones(e.g., escarabajos coprófagos que se alimentanen las letrinas de los conejos) y el menor ries-go de depredación por la cercanía al refugio(Gálvez-Bravo et al., 2009).

Por tanto, la presencia del conejo, tam-bién de otros mamíferos excavadores (tejón,Meles meles; zorro, Vulpes vulpes; rata parda,Rattus norvegicus) y de aves que abren galerí-as donde nidificar (abejaruco, Merops apias-ter; martín pescador, Alcedo atthis; aviónzapador, Riparia riparia), facilitaría el refugioal lagarto ocelado y a otros reptiles y anfibiosque se instalan en las huras abandonadas(Tabla 1). Donde el refugio es un factor limi-tante, el rol de las especies ingenieras es clavepara diversificar la herpetofauna (Lomolino &Smith, 2003). Gálvez-Bravo et al. (2009) esta-

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blecen una relación directa entre la presenciade conejo y la abundancia y diversidad delagartijas. La construcción de refugios artifi-ciales es también una medida de mejora delhábitat del lagarto ocelado, incluso para recu-perar poblaciones amenazadas (Grillet et al.,2010). La conservación de los reptiles y los

anfibios depende en parte de la disponibili-dad de refugio debido a la dependencia de lascondiciones climáticas y a la vulnerabilidad ala depredación de los animales ectotermos.

AGRADECIMIENTOS: La revisión de M. Cheylan mejo-ró el manuscrito original.

Reptilia

Amphibia

SquamataLacertidae

Colubridae

Viperidae

QueloniaTestudinidae

AnuraBufonidae

Alytidae

CaudataSalamandridae

Especie

Timon lepidusAcanthodactylus erythrurus Psammodromus algirusPsammodromus hispanicusMalpolon monspessulanusRhinechis scalarisVipera sp.

Testudo hermanni

Bufo bufoBufo calamitaAlytes obstetricans

Pleurodeles waltl

Nombre común

Lagarto oceladoLagartija colirroja Lagartija colilargaLagartija cenicientaCulebra bastardaCulebra de escaleraVíbora

Tortuga mediterránea

Sapo comúnSapo corredorSapo partero común

Gallipato

Referencia

Observación personalGálvez-Bravo et al., 2009Gálvez-Bravo et al., 2009Gálvez-Bravo et al., 2009Blázquez y Villafuerte, 1990Observación personalGálvez-Bravo et al., 2009

Calzolai y Chelazzi, 1991

Delibes-Mateos et al., 2008Delibes-Mateos et al., 2008Delibes-Mateos et al., 2008

Delibes-Mateos et al., 2008

Tabla 1. Relación de reptiles y anfibios que ocupan conejeras.

REFERENCIAS

Blázquez, M.C. & Villafuerte, R. 1990. Nesting of theMontpellier snake (Malpolon monspessulanus) inside rab-bit warrens at Doñana National Park (SW Spain): pheno-logy and a probable case of communal nesting. Journal ofZoology, 222: 692-693.

Calzolai, R. & Chelazzi, G. 1991. Habitat use in a central Italypopulation of Testudo hermanni Gmelin (ReptiliaTestudinae). Ethology Ecology & Evolution, 3: 153-166.

Delibes-Mateos, M., Delibes, M., Ferreras, P. & Villafuerte, R.2008. The key role of European rabbits in the conserva-tion of the western Mediterranean basin hotspot.Conservation Biology, 22: 1106-1117.

Gálvez-Bravo, L., Belliure, J. & Rebollo, S. 2009.European rabbits as ecosystem engineers: warrensincrease lizard density and diversity. Biodiversity andConservation, 18: 869-885.

Grillet, P., Cheylan, M., Thirion, J.M., Dore, F., Bonnet,X., Dauge, C., Chollet, S. & Marchand, M.A. 2010.Rabbit burrows or artificial refuges are a critical habi-tat component for the threatened lizard, Timon lepidus

(Sauria, Lacertidae). Biodiversity and Conservation, 19:2039-2051.

Jones, C.G., Lawton, J.H. & Shachack, M. 1994. Organismas ecosystem engineers. Oikos, 69: 373-386.

Lomolino, M.V. & Smith, G.A. 2003. Terrestrial vertebratecommunities at black-tailed prairie dog (Cynomys ludovi-cianus) towns. Biological Conservation, 115: 89-100.

Martín, J. & López, P. 1996. Avian predation on a large lizard(Lacerta lepida) found at low population densities inMediterranean habitats: an analysis of bird diets. Copeia,1996: 722-726.

McDonald, R. & Harris, S. 1997. Stoats and Weasels. TheMammal Society. London.

Palomares, F. & Delibes, M. 1991. Alimentación del melonci-llo Herpestes ichneumon y de la gineta Genetta genetta en laReserva Biológica de Doñana, SO de la Península Ibérica.Doñana, ActaVertebrata, 18: 5-20.

Santos, M.J., Matos, H.M., Baltasar, C., Grilo, C. & Santos-Reis, M. 2009. Is polecat (Mustela putorius) diet affectedby “mediterraneity”? Mammalian Biology, 74: 448-455.

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La presente nota da a conocer la existenciade una nueva población de tortuga medite-rránea occidental (Testudo hermanni herman-ni) de origen antrópico y accidentalmenteintroducida en la provincia de Barcelona(Catalunya, NE España). La zona con pre-sencia de este quelonio terrestre está enclava-da en la comarca del Vallés Occidental y loca-lizada en la coordenada UTM DF 29, presen-tando el enclave un rango altitudinal com-prendido entre los 175 y 210 msnm. La zonaforma parte de la Depresión PrelitoralCatalana, formada por materiales blandos yarcillosos. El conjunto de la comarca esta sur-cada por cursos de agua temporales que pro-ceden de las estribaciones montañosas colin-dantes. La temperatura media anual oscila entorno a los 15ºC, con valores máximos quealcanzan los 32ºC en agosto y mínimos de -1ºC(entre enero y febrero). La pluviosidad anualmedia está entorno a los 500 L/m2 (Institutd’Estadística de Catalunya, 2012).

La vegetación mediterránea correspondeal dominio del encinar típico de Quercus ilexcon durillo (Viburnum tinus) (Bolós & Vigo,1984), aunque actualmente ya no se encuentrapresente más que en pequeñas zonas de modotestimonial dada la alta presión urbanística eindustrial. La mayor parte de los espacios noedificados o cultivados presentan un predo-minio de bosque secundario de pino carrasco

(Pinus halepensis) en cuyo sotobosque estápresente el lentisco (Pistacea lentiscus), la alia-ga blanca (Ulex parviflorus), la jara blanca(Cistus albidus), el madroño (Arbutus unedo)o la zarza (Rubus ulmifolius). También existeuna alternancia entre el bosque de pinocarrasco y zonas de baldíos, que en el pasadoeran campos de cultivo, ahora colonizadospor plantas herbáceas de las familiasPlantaginaceae, Poaceae y Asteraceae. Losfondos de barranco surcados por torrentes,presentan restos de bosque de ribera, encon-trando especies como aliso (Alnus glutinosa),espadaña (Carex pendula), cornejo (Cornussanguínea) o clemátide (Clematis vitalba).

En mayo y junio de 2013 se desarrolló laprospección de la zona, acotada a partir de losdatos correspondientes a localizaciones puntua-les aportados por diversos lugareños. Algunos delos registros que permitieron focalizar el estudiode campo han sido publicados por Soler et al.(2010). La prospección se llevó a cabo en 14 jor-nadas de 3 h (entre las 11:00 y las 14:00h), enuna zona de 0,06 km2. La búsqueda se prefijó enun ortofotomapa, estableciendo las zonas másfavorables para la especie. Todos los ejemplaresfueron marcados con un código numérico deseñales en las escamas marginales del caparazón,fotografiados (caparazón y plastrón), y tomadosdatos biométricos básicos (peso, anchura, alturamáxima y longitud recta del caparazón).

Nueva población introducida de Testudo hermannien la provincia de Barcelona

1 CRARC (Centre de Recuperació d’Amfibis i Rèptils de Catalunya). 08783 Masquefa. Barcelona. C.e.: [email protected] UAB (Universitat Autònoma de Barcelona). Departament de Biologia Animal, Biologia Vegetal i Ecologia. 08193 Bellaterra(Cerdanyola del Vallés). Barcelona.

Fecha de aceptación: 22 de octubre de 2013.Key words: Testudo hermanni hermanni, new population, Barcelona, Catalonia, anthropic introduction.

Joaquim Soler1, Albert Martínez-Silvestre1 & Cristina Bocos2

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Como resultado de la prospección, fueronencontrados un total de 43 ejemplares, siendoel 37% hembras, 30% machos y 33% juvenilesno sexados y crías (Figura 1). La razón desexos, a la vista de los datos obtenidos, fue de1,23 hembras por macho. En el transcursodel seguimiento, fueron recapturados en unaocasión seis ejemplares y en dos ocasiones unejemplar. La estimación poblacional median-te la aplicación del método Schnabel de cap-tura-recaptura (Schnabel, 1938) determinó laposible presencia de 93 ejemplares. Todos losindividuos fueron determinados como T. her-manni hermanni Gmelin 1789 (Cheylan, 1981;Bertolero, 2010) (Figura 2). El patrón de colora-ción de los ejemplares es similar al que pre-sentan las poblaciones de Mallorca yMenorca (Bertolero, 2006; Soler et al., 2012a).

Esta pequeña población de tortuga medi-terránea distribuida en una zona no superiora 0,06 km2 y profundamente humanizadatiene su más que probable origen en causasantrópicas. La población de tortugas estudia-da se encuentra en una comarca muy huma-nizada, cuyos datos de población para 2012son de 898.149 habitantes (1.540 Hab/Km2)(Institut d’Estadistica de Catalunya, 2013).

La presencia más antigua observada en lazona está fechada en la década de 1950 segúnlos habitantes de la zona. La venta de tortu-

gas mediterráneas como mascotas se popula-rizó en España en esa época como ha queda-do referenciado por López-Jurado et al.(1979). El comercio indiscriminado de estaespecie en Catalunya fue prohibido por la leyen 1988, pero el gran número de queloniosen domicilios particulares distribuidos portoda su geografía más densamente poblada(litoral y pre-litoral) permitió, a consecuenciade fugas accidentales o de sueltas intenciona-das, la formación de pequeñas poblaciones(Soler & Martínez-Silvestre, 2005). La elevadacapacidad adaptativa de esta especie permiteque se formen nuevas poblaciones a partir deunos pocos ejemplares liberados al cabo derelativamente pocos años de la aparición delgrupo fundador. Tan sólo es necesario quehaya pocos depredadores (al ser una zonadegradada al lado de viviendas, la densidad de

Figura 2. Vista dorsal de un ejemplar juvenil, donde seobserva el diseño y coloración típica de la tortuga medi-terránea occidental T. hermanni hermanni.

Foto Cristina Bocos

Figura 1. Estructura de la población, con una amplia base deejemplares jóvenes, característica de poblaciones dinámicas.

63

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depredadores es baja) y pocos incendiosforestales (poco frecuentes en la zona a causade la elevada vigilancia por las urbanizacioneslocales periféricas a la zona de estudio).

Esta población presenta una distribución enabanico, a partir de una urbanización limítrofehacia una zona forestal degradada. La razón desexos es equiparable e incluso superior para elnúmero de hembras en comparación con otraspoblaciones estudiadas de la misma subespecieen Les Alberes (1:0,77; Fèlix, 1999), Delta delEbro (1:1; Bertolero, 2002), Menorca (1:1;Bertolero, 2006), Garraf (1:1,16; Soler et al., 2012b)y Montsant (1,2:1; Soler & Martínez-Silvestre, 2012).

Las pequeñas poblaciones de tortugasmediterráneas que existen en las inmediacio-nes de zonas humanizadas parecen estar, encierta forma, al resguardo de la presencia yactividad humana. Esta protección se incre-menta indirectamente ante los depredadorespotenciales de la especie, que aunque presen-tes, son menos abundantes y rehúyen la pro-ximidad humana. En la presente poblaciónhan sido observadas conductas de acerca-miento a zonas de huerta y espacios ruderalesfronterizos a edificaciones, donde la vegeta-ción es menos diversa pero más tierna yabundante a causa de las implementacionesde agua aportadas por los habitantes de la

zona. En el caso particular de esta población,la interacción con los vecinos de la zona esescasa. El carácter temporal de la ocupaciónde las residencias presentes en la zona contri-buye a mantener la presencia de las tortugasdesconocida, lo que minimiza su captura.

Sin embargo, estas pequeñas poblacionesestán sometidas a un alto riesgo de desapariciónpor causas de destrucción del hábitat. Laspequeñas superficies que ocupan son altamen-te vulnerables a los incendios forestales o trans-formaciones del territorio. En el caso que nosocupa, la dispersión por el territorio queda pro-fundamente limitada por la fragmentación delhábitat, a causa de la gran densidad de vías decomunicación, núcleos urbanos, industriales yurbanizaciones de segunda residencia.

Si bien la población descrita no está some-tida hasta la fecha a ningún plan de conserva-ción, sí debería ser considerada por la adminis-tración competente en la gestión del medionatural en Catalunya en futuras acciones deordenamiento territorial y planes urbanísticos.

AGRADECIMIENTOS: Al DAAM (Departamentd’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Medi Natural de laGeneralitat de Catalunya) por el apoyo en la gestión dela población estudiada; y a A. Ortiga por la ayuda pres-tada en el marcaje y prospección de los individuos.

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Los galápagos exóticos son actualmenteun problema en los ecosistemas ibéricos, puessu liberación en el medio natural es conside-rada como una amenaza para la conservaciónde las poblaciones de galápagos autóctonos(Da Silva, 2002; Keller & Andreu, 2002; Pleguezuelos,2002). La presencia del galápago de Florida,Trachemys scripta, está ampliamente represen-tada a lo largo de toda España, donde ademásse conocen poblaciones reproductoras endeterminados puntos (Martínez-Silvestre et al.,2011). Hasta ahora, tanto las poblacionesreproductoras, como la mayoría de los indivi-duos que se avistan en lagunas, estanques oríos, pertenecen a la subespecie T. s. elegans,que se caracteriza por las anchas bandas rojasque se aprecian a ambos lados de su cabeza.

Desde 1996, se conoce la capacidad deesta subespecie para reproducirse con éxito enEspaña, habiéndose observado tanto en con-diciones seminaturales como naturales

(Martínez-Silvestre et al., 1997; De Roa & Roig, 1998;Pleguezuelos, 2002). Este dato se considera unclaro indicador del alto riesgo que supone supresencia en el medio natural, donde puedeestablecer poblaciones naturalizadas. La erra-dicación de estas poblaciones requiere un altoesfuerzo humano, tecnológico y económico,como se aprecia en las campañas realizadas enValencia, donde se han llegado a extraer másde 20.000 individuos entre 2003 y 2012(LIFE-Trachemys, 2012).

El problema de la invasión de estos galápagosse pretendió reducir en 1998, cuando la UniónEuropea dictó una norma prohibiendo la impor-tación de T. scripta elegans, basándose en los dañosque puede producir al medio ambiente comoespecie invasora. Sin embargo, desde entonces seha incrementado la importación de otras especiesde galápagos, e incluso de otra subespecie de lamisma especie (T. s. scripta), que se distingue fácil-mente de T. s. elegans por el característico diseño

Datos sobre la capacidad de Trachemys scripta scriptapara reproducirse en la naturaleza en España

Estación Biológica de Doñana-CSIC. Avda. Américo Vespucio, s/n. 41013 Sevilla. C.e.: [email protected]

Fecha de aceptación: 13 de noviembre de 2013.Key words: exotic species, Trachemys scripta, reproduction.

Carmen Díaz-Paniagua, Pilar Fernández-Díaz & Manuel Hernández

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periodo entre 15 días y dos meses de duración.Los galápagos autóctonos capturados se libera-ban tras hacerles una muesca en el caparazón,con el fin de identificarlos en la siguiente captu-ra. Los galápagos exóticos capturados se extraí-an de la laguna y se enviaban a la Consejería deMedio Ambiente de la Junta de Andalucía, parasu sacrificio. En las primeras prospecciones, rea-lizadas en 1999 y 2002, se apreció una granabundancia de Mauremys leprosa (número totalde galápagos capturados = 120), detectándoseen los respectivos años un 18% y un 11% deindividuos de T. s. elegans. A partir del año 2010se observaron también individuos aislados de T.s. scripta en la laguna (tres en 2010 y tres en2013). En 2010 se capturó una hembra de T. s.elegans construyendo un nido, que fue extraídaantes de que depositara los huevos.

El 23 de Junio de 2013 se observó a unahembra de T. s. scripta que acababa de depo-sitar los huevos en el nido. Estaba situado aaproximadamente 20 m del borde de la lagu-

Figura 1. Única cría de T. s. scripta nacida de un nido encontrado en la laguna de Fuente del Rey (Sevilla) tras laextracción e incubación de los huevos en vermiculita húmeda.

de las franjas situadas a ambos lados de la cabeza,que son amarillas en lugar de rojas. A esta subes-pecie pertenecen la mayoría de las crías de galápa-go vendidas como mascotas en los últimos años(entre 1998 y 2013) en España.

A pesar de su proximidad con T. s. elegans,hasta ahora apenas existen datos que confirmenla capacidad de T. s. scripta para reproducirse enel medio ambiente en España. Se ha citado lacaptura de siete neonatos de esta subespecie enel río Esla (Bermejo-García, 2008), no existiendotodavía evidencias de poblaciones naturalizadasni datos de nidos con huevos viables deposita-dos por individuos en el medio natural.

La laguna de Fuente del Rey (coordenadas:37º18’N / 5º58’W; altitud: 8 msnm) está situa-da en Dos Hermanas, a 4 km de Sevilla y a 600m del río Guadaira, colindando con un peque-ño núcleo urbano. En ella se han realizado pros-pecciones de galápagos en cuatro ocasiones dis-tintas. Estas se realizaron utilizando seis nasas,que se revisaban regularmente durante un

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completara la reabsorción del vitelo. Tres díasmás tarde se observó ya a la tortuga fuera delhuevo desplazándose por el interior del recipien-te, registrándose entonces su peso y longitud(Tabla 1). En Octubre se diseccionaron los res-tantes huevos, cuando ya se descartó la posibili-dad de que eclosionaran. Sólo en uno de ellos seapreció un embrión de 17 mm, en estado dedesarrollo 25 (según la tabla de Yntema, 1968),mientras que en los demás sólo se observó unadensa capa de vitelo compactado.

Aunque en este caso la incubación de los hue-vos no se ha completado en el medio natural, elnacimiento de la cría y el desarrollo del embriónrevela la capacidad de T. s. scripta para desarrollarhuevos fértiles en el medio natural. Estos datosindican que esta subespecie, como ya se demostrócon T. s. elegans, tiene también capacidad paraestablecer poblaciones reproductoras, por lo quedebe controlarse su importación y venta ademásde impedirse su liberación en el medio natural.

na, en un lugar poco soleado,entre tarajes. Se procedió a des-enterrar el nido y se extrajeronun total de 13 huevos. Tres deellos se rompieron al desente-rrarlos, el resto fue guardado enun recipiente de plástico conarena, quedando al descubiertoalgunos huevos en su cara supe-rior. Al día siguiente, tres deellos estaban muy abollados, alhaber perdido humedad porencontrarse al descubierto, otros tres estabansólo un poco deformados, pero parecían enbuen estado y cuatro se encontraban en bue-nas condiciones. Se enterraron en vermiculitahumedecida (50% peso vermiculita y 50%peso agua), con lo que recuperaron humedad,mostrando siete de ellos un aspecto normal.Se midieron y pesaron y a partir de entoncesse mantuvieron en las mismas condiciones enuna habitación sin control de temperatura.La temperatura de incubación varió entre24.7 y 31.6ºC (media = 27,9 ºC, medida conun Data logger Themocron®, que recogía losdatos cada hora).

La primera revisión de los huevos se realizó el28 de agosto, cuando se apreció uno de los hue-vos rajado, y en su interior una cría viva deT. s. scripta (Figura 1) que todavía manteníaexternamente un pequeño volumen de vitelo. Seseparó el huevo con la cría en su interior en otrorecipiente con vermiculita húmeda para que

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Tabla 1. Tamaño y peso de los huevos (n =7) de un nido de T. s. scriptalocalizado en la laguna de Fuente del Rey (Sevilla), así como de lacría objeto del presente estudio, nacida tras incubación en vermicu-lita húmeda. Para el cálculo de las medias se han excluido los huevosen mal estado.

Peso huevo (g)Longitud huevo (mm)Ancho huevo (mm)

Peso cría (g)Longitud espaldar cría (mm)Longitud peto Cría (mm)

Media

8,0431,4721,56

4,3123,922,6

Desviación típica

0,640,730,89

---

(min-max)

7,13- 9,2430,58-32,4320,96-23,5

---

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Las especies invasoras constituyen, despuésde la pérdida de hábitat, la segunda mayoramenaza de pérdida de biodiversidad a escalaglobal y uno de los principales motores delcambio global (IUCN/ISSG). El cangrejo de ríoamericano (Procambarus clarkii), un decápodonativo del noreste de México y Centro y Sur deEstados Unidos, es considerado como unaespecie invasora en la Península Ibérica(MAGRAMA, 2011). Es, además, vector de unhongo oomiceto (Aphanomyces astaci) conside-rado por la Unión Internacional para laConservación de la Naturaleza entre las 100especies invasoras más dañinas a nivel mundial(Lowe et al., 2004). En Europa, este cangrejo seincluye también como una de las 100 especiesexóticas invasoras más peligrosas (DAISIE, 2008),y en España aparece entre las 20 especies másdañinas (GEIB, 2006). Aparte de su conocidaaptitud como vector de enfermedades, P. clarkii

depreda o compite con especies autóctonas,incluidos los anfibios (Cruz et al., 2006a,b;Portheault et al., 2007; GEIB, 2011), y altera laestructura del suelo por sus hábitos cavadores,desestabilizando las orillas de los cursos de agua(Correia & Ferreira, 1995). Es, además, un elemen-to desestructurador de las redes tróficas y pro-voca alteraciones en las condiciones lumínicasde la columna de agua, impidiendo la recupe-ración de la vegetación sumergida, lo cual tam-bién afecta negativamente a las poblaciones deanfibios (GEIB, 2011). Todo esto ha motivado laratificación de su inclusión en el actualCatálogo Español de Especies ExóticasInvasoras (MAGRAMA, 2013).

En la Península Ibérica se tiene constanciade sus primeras liberaciones en 1973, cuandose liberaron 100 kg de cangrejos procedentes deNueva Orleans en arrozales de Badajoz. Tras el"éxito" de la suelta, el por entonces ICONA

Un caso de depredación de Procambarus clarkii sobrePelophylax perezi no larvaria

1 Depto. Zoología. Universidad de Granada. Avda. Severo Ochoa, s/n. 18001 Granada.C.e.: [email protected] Aula de la Naturaleza Valparaíso. Colegio Ave María Casa Madre. Cuesta del Chapiz 18010. Granada.3 Asociación Herpetológica Granadina. Avda. Granada, 30-B. 18213 Jun. Granada.

Fecha de aceptación: 24 de noviembre de 2013.Key words: exotic species, invasive species, Procambarus clarkii, predation, Pelophylax perezi.

Juan Ramón Fernández-Cardenete1, Julio Hernández-Gómez2 & Javier Benavides3

Herpetológica Española (2ª impresión). Madrid.LIFE-Trachemys. 2012. Resultados de la campaña de erradica-

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realizó introducciones masivas oficiales en lasmarismas del río Guadalquivir (1974) con finescomerciales, habiendo sido introducido poste-riormente en toda la Península para comerciode acuicultura y como especie-cebo. Se ha idonaturalizando en los cursos fluviales, expan-diéndose rápidamente debido mayormente asueltas ilegales, aunque también a su propiacapacidad de dispersión natural. En la Albuferade Valencia se introdujo en 1978 y en el Deltadel río Ebro en 1979. En poco tiempo se exten-dió a Portugal y a mediados de la década de1980 ya estaba presente en toda la cuenca delrío Guadiana (GEIB, 2006; DAISIE, 2008).

Los hábitos alimenticios de P. clarkii songenéricamente fitófagos y carroñeros, aunquese la considera una especie omnívora de amplioespectro trófico, y su dieta incluye puestas y lar-vas de anfibios (MAGRAMA, 2012), llegándose aobservar como consecuencia disminuciones enlas poblaciones de éstos (GEIB, 2011). No obs-tante, la especie puede llegar a convivir en sin-topía con las especies menos exigentes de anfi-bios, como la rana común (Pelophylax perezi)(Fernández-Cardenete, datos no publicados).

Sin embargo, también puede convertirse en undepredador de fases no larvarias de anfibios(Bermejo, 2006; Egea-Serrano, 2006), ya que susquelas pueden infligir amputaciones y heridasconsiderables a individuos adultos de P. perezi yotros anfibios (Egea-Serrano, 2006).

El 1 de noviembre de 2013, en un caminocerca de la Reserva Natural de Laguna Chica deArchidona (Málaga; cuadrícula UTM: 30SUG80; 740 msnm), el segundo autor de estanota escuchó vocalizaciones de agonía emitidaspor un individuo subadulto de P. perezi, enforma de maullidos intermitentes de distintaduración. El ejemplar, situado a la entrada deuna oquedad en el talud de tierra de un canal deregadío, tenía una de las patas traseras atrapadapor las quelas de un ejemplar de P. clarkii de grantamaño (Figura 1), y parte de su extremidadhabía sido parcialmente devorada (Figura 2).Finalmente se pudo rescatar a la rana y ésta esca-pó con vida. Esa mañana se capturaron más de50 ejemplares de cangrejos, la mayoría jóvenes,a lo largo de un buen tramo del canal cercano aLaguna Chica. Se observaron más ejemplarespequeños de P. perezi con alguno de sus miem-

Figura 1. Ataque de P. clarkii a P. perezi en Archidona,Málaga.

Figura 2. Detalle de depredación de P. clarkii sobreP. perezi (Archidona, Málaga).

Foto

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bros amputados, ya cicatrizados, junto a algunaslarvas grandes y bastantes individuos postmeta-mórficos sanos de ese mismo verano.

La zona del arco calizo malagueño y la zonacolindante del poniente granadino posee unagran importancia para los anfibios y ha sidoincluida en multitud de trabajos recopilatoriossobre áreas de interés para anfibios (Antúnez,1983; Santos et al., 1998; Mateo, 2002; Tejedo et al.,2003; Reques et al., 2006). Se ha constatado en lacuadrícula UTM de 10 x 10 km anteriormen-te citada la presencia de nueve de las 15 espe-cies de anfibios del sureste ibérico, entre ellasdos urodelos endémicos con graves problemasde conservación en Andalucía, el tritón pigmeo(Triturus pygmaeus) y la salamandra penibética(Salamandra s. longirostris), habiéndose confir-mado la presencia de P. clarkii desde 2002 enalgunos de sus lugares de reproducción, como

en el arroyo de la Canaleja (sierra del Jobo, t.m.Villanueva del Rosario), un caso ya denunciadopor la Asociación Herpetológica Granadina, yrecogido en la memoria final de un proyectosobre anfibios endémicos (Tejedo et al., 2003).

Se insta a la autoridad competente a queactúe en aquellos puntos con presencia de estosanfibios amenazados (y como corresponde conuna especie incluida en un catálogo nacional deespecies invasoras), procediendo al control deestas poblaciones de P. clarkii, dentro de lascampañas de “Control directo y erradicaciónpoblacional en el medio natural” incluidas en elPrograma Andaluz para el Control de EspeciesExóticas Invasoras (CMA, 2004).

AGRADECIMIENTOS: Esta nota se la dedicamos aJ. Hernández, quien, ya a su corta edad, participa activa-mente en las revisiones de charcas y humedales.

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SERVIDOR DE INFORMACIÓN DE ANFIBIOS Y REPTILES DE ESPAÑAsiare.herpetologica.es

El SIARE es el portal de difusión de la información recogida por los diferentes programas de seguimiento de la AHE. Con estainiciativa, se quiere facilitar a todos los interesados el acceso a la información referente a los anfibios y reptiles de España. Con este proyecto la AHE ha creado un servidor de información herpetológica on-line que permite acceder a la información sobrela biodiversidad herpetológica española al tiempo que ofrece a los usuarios una herramienta para gestionar sus obser-vaciones de anfibios y reptiles. Con esta aplicación la AHE dota a la red de voluntariado, en el ámbito herpetológico enEspaña, de una herramienta de seguimiento a largo plazo de la evolución de laspoblaciones de anfibios y reptiles de España y permitir a losvoluntarios de los programas tener una herramien-ta de visualización y gestión de susdatos.

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AHE

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La Asociación Herpetológica Española agradece la ayuda presta-da en la revisión de los manuscritos, para los volúmenes 24 (1) y

24 (2) de 2013, a los siguientes especialisras:

Adolfo MarcoAitor Valdeón

Albert BertoleroAlbert Martínez-Silvestre

Albert MontoriAlberto Muñoz

Alejandro GiraudoAlfredo Salvador

Catarina RatoEnrique García-Muñoz

Fernando Martínez-FreiríaFrancisco Ceacero

Guillermo Velo-AntónJoan Carles GuixJosé Antonio MateoJuan M. PleguezuelosLuís García-CardeneteMarc CheylanMiguel A. CarreteroOscar ArribasPatrick ColomboPedro L. Hernández SastrePierre-André CrochetRicardo Reques

NNORMASORMAS DEDE PUBLICACIÓNPUBLICACIÓN

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Vicente Roca

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