2
1 1 Hay tres clases de malos hábitos que usamos una y otra vez al enfrentarnos con situaciones fuera de lo común en esta vida. Primero: podemos no hacer caso de lo que está ocurriendo o ha ocurrido, y sentir como si nunca hubiera pasado. Ése es el camino del santurrón. Segundo: podemos aceptar todo tal como se presenta y sentir como si supiéramos qué es lo que está pasando. Ése es el camino de los devotos. Tercero: podemos obsesionarnos con un suceso porque no podemos descartarlo o porque no podemos aceptarlo de todo corazón. Ése es el camino del tonto. ¿Tu camino? Hay un cuarto camino, el correcto, el camino del guerrero. Un guerrero actúa como si nunca hubiera pasado nada, porque no cree en nada, pero acepta todo tal como se presenta. Acepta sin aceptar y descarta sin descartar Nunca siente como si supiera, ni tampoco siente como si nada hubiera pasado. Actúa como si tuviera el control, aunque esté temblando de miedo. Actuar en esa forma disipa la obsesión. Si un guerrero necesita alivio -Prosiguió-, simplemente elige a cualquiera y le expresa a esa persona cada detalle de su tumulto. Después de todo, el guerrero no busca que le entiendan o le ayuden; con hablar simplemente busca aliviar su presión. Eso es, siempre y cuándo el guerrero sea dado a hablar; si no lo es, no le dice nada a nadie. Todos nosotros los seres luminosos tenemos un doble. ¡Todos! Un guerrero aprende a darse cuenta de ello, eso es todo. Hay barreras que parecen infranqueables, que protegen ese conocimiento. Pero eso es de esperarse; de no ser por esas barreras, llegar a darse cuenta del doble no sería el desafío único que es. Nadie nace guerrero, exactamente igual que nadie nace siendo un ser razonable. Nosotros nos hacemos lo uno o lo otro. Ejercicio Don Juan me hizo trotar marcando el paso, cara al oeste. Me había puesto a realizar los mismos movimientos en varias ocasiones anteriores. La idea era sacar "poder" del crepúsculo inminente alzando los brazos al cielo con los dedos extendidos en abanico, y cerrando los puños con fuerza cuando los brazos estuvieran en el punto medio entre horizonte y cenit. El ejercicio surtió efecto y, casi de inmediato, me llené de calma y sosiego.

Castaneda Recop

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Hay tres clases de malos hábitos que usamos una y otra vez al enfrentarnos consituaciones fuera de lo común en esta vida

Citation preview

Page 1: Castaneda Recop

1

1

Hay tres clases de malos hábitos que usamos una y otra vez al enfrentarnos con situaciones fuera de lo común en esta vida. Primero : podemos no hacer caso de lo que está ocurriendo o ha ocurrido, y sentir como si nunca hubiera pasado. Ése es el camino del santurrón. Segundo : podemos aceptar todo tal como se presenta y sentir como si supiéramos qué es lo que está pasando. Ése es el camino de los devotos. Tercero : podemos obsesionarnos con un suceso porque no podemos descartarlo o porque no podemos aceptarlo de todo corazón. Ése es el camino del tonto. ¿Tu camino? Hay un cuarto camino , el correcto, el camino del guerrero. Un guerrero actúa como si nunca hubiera pasado nada, porque no cree en nada, pero acepta todo tal como se presenta. Acepta sin aceptar y descarta sin descartar Nunca siente como si supiera, ni tampoco siente como si nada hubiera pasado. Actúa como si tuviera el control, aunque esté temblando de miedo. Actuar en esa forma disipa la obsesión. Si un guerrero necesita alivio -Prosiguió-, simplemente elige a cualquiera y le expresa a esa persona cada detalle de su tumulto. Después de todo, el guerrero no busca que le entiendan o le ayuden; con hablar simplemente busca aliviar su presión. Eso es, siempre y cuándo el guerrero sea dado a hablar; si no lo es, no le dice nada a nadie. Todos nosotros los seres luminosos tenemos un doble. ¡Todos! Un guerrero aprende a darse cuenta de ello, eso es todo. Hay barreras que parecen infranqueables, que protegen ese conocimiento. Pero eso es de esperarse; de no ser por esas barreras, llegar a darse cuenta del doble no sería el desafío único que es. Nadie nace guerrero, exactamente igual que nadie nace siendo un ser razonable. Nosotros nos hacemos lo uno o lo otro. Ejercicio Don Juan me hizo trotar marcando el paso, cara al oeste. Me había puesto a realizar los mismos movimientos en varias ocasiones anteriores. La idea era sacar "poder" del crepúsculo inminente alzando los brazos al cielo con los dedos extendidos en abanico, y cerrando los puños con fuerza cuando los brazos estuvieran en el punto medio entre horizonte y cenit. El ejercicio surtió efecto y, casi de inmediato, me llené de calma y sosiego.

Page 2: Castaneda Recop

2

2

La Meta La meta del camino del guerrero es precisamente cultivar y mantener ese sentido de darse cuenta. La Decision No sé cuándo. Tú eres el que la va a recibir; por lo tanto, depende de ti. Tú decidirás cuándo. -¿Qué tal ahora mismo? -Decidir no significa escoger un momento arbitrario -dijo-. Decidir significa que has puesto tu espíritu en orden impecable, y que has hecho todo lo posible por ser digno del conocimiento y el poder. Y si el tonal muere, muere también el hombre. A causa de su debilidad nata, el tonal se destruye con facilidad, y así una de las artes del equilibrio del guerrero es hacer que el nagual emerja para apuntalar al tonal. Digo que es un arte, porque los brujos saben que sólo tirando al tonal para arriba puede emerger el nagual. ¿Ves a qué me refiero? Ese tirón se llama poder personal. Para momentos de peligro -Empuja la barriga para abajo, para abajo. Era una técnica que me había enseñado, años antes, para momentos de gran peligro, miedo o tensión. Consistía en empujar hacia abajo el diafragma mientras se tomaban cuatro marcadas bocanadas de aire, seguidas por cuatro hondas inhalaciones y exhalaciones por la nariz. Había explicado que las bocanadas tenían que sentirse como sacudidas en la parte media del cuerpo, y que el mantener las manos apretadamente enlazadas, cubriendo el ombligo, daba fuerza a la sección abdominal y ayudaba a controlar las bocanadas y las inhalaciones profundas, que debían retenerse hasta la cuenta de ocho mientras el diafragma se presionaba hacia abajo. Las exhalaciones se hacían dos veces a través de la nariz y dos a través de la boca, en forma lenta o acelerada, según la propia preferencia.