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C O M U N I D A D E SI M A G I N A D A S
B E N E D I C TA N D E R S O N
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VISTANOS PARA MS LIBROS:
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COLECCIN POPULAR
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COMUNIDADES IMAGINADAS
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Traduccin d e
EDUARDO L. SUREZ
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BENEDICT ANDERSON
COMUNIDADES
IMAGINADAS
Reflexiones sobreelorigen
yladifusin del
nacionalismo
F O N D O
DE
CULTURA ECON M ICA
MXICO
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Pr im era edic in en ingls, 1983
Se gu nd a edicin en ingls, 1991
Primera edicin en espaol , 1993
Tercera reim presin , 2006
Anderson, Benedict
Co m unid ad es ima ginadas. Reflexiones sobre el origen y
la difusin del nacionalismo / Ben edict A nde rson ; t rad. d e
E du ar do L. Surez. Mxico : FCE, 1993
320 p. ; 17 x 11 cm (Colee. Popular ; 498)
Ttulo original Imagined, Cummunit ies . Reflect ions on
the Origin and Spread of Nationalism
ISBN 968-16-3867-0
1.
Nacionalismo Teora I . Surez, Eduardo L. t r .
II.
Ser II. t
LC JC311 .A656 Dewey 320 .54 A727c
Distribucin mundial para lenguaespaola
Sugerencias: edi tor ia l@fondodecul turaeconomica.com
www.fondodeculturaeconomica.com
Tel.
(55)5227-4672 Fax (55)5227-4694
Empresa certificada ISO 9001: 2000
Ttulo original :Imagined,Communities
1983, 1991, Ben edict An derso n
Publ icado por
VERSO,
L on dr es y Nueva York
ISBN 0-86091-546-8
D. R. 1993, FO ND O DE CULTURA ECONMICA
Carretera Picacho-Ajusco 227; 14200 Mxico, D. F.
Se prohibe la reproduccin total o parcial de esta obra incluido
el diseo tipogrfico y de portada, sea cual fuere el medio,
electrnico o me cnico, s in el con sentim iento por escri to del ed i tor.
ISBN 968-16-3867-0
Impreso en Mxico Printed in Mxico
mailto:[email protected]://www.fondodeculturaeconomica.com/http://www.fondodeculturaeconomica.com/mailto:[email protected]7/26/2019 CIDBAEE
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RECONOCIMIENTOS
Como resultar evidente para el lector, mis ideas acerca
del nac ional ismo han s ido profundamente afec tadas
por las obras de Erich Auerbach, Walter Benjamn y
V ictor T ur ne r . En la prep arac in de es te l ibro , en par
t icular , me ayudaron enormemente las cr t icas y los
consejos d e A ntho ny B arnet t, Steve H e d e r y mi herm a
no Perry A nd ers on . J . A. Ballard , M oh am ed Ch am bas ,
Peter Katzenstein, el f inado Rex Mortimer, Francis
M ulh ern , T o m N airn, Shiraishi Tak ashi, Ji m Siegel, Lau
ra Summers y Es ta Ungar tambin me b r indaron una
ayuda invaluable en diferentes formas. Naturalmente,
a n in gu no de es tos cr ticos am ables de be r considerar
se responsable en modo alguno de las deficiencias del
tex to , s lo impu tables a m m ismo . Qu iz deba aad ir
que soy por mi formacin y mi trabajo un especialista
en el sudeste asitico. Esta confesin podra ayudar a
exp licar alg un os d e los sesgos y los ejem plos de l l ibro, y
a moderar sus pre tens iones de genera l izac in .
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Cree
que su
tarea
es
i luminar
la
historia
a
cont rape lo .
WALTER BENJAMN, Illuminations.
As pu es,de unaM ezcladetodas clases surgi ,
esa cosa Hete rog ne a l lamada
Un ingls:
e n g e n d r a d oen rap tos an siosos y furiosas Lu jurias,
en t re
un
Bretn
P in tado
y un
E scocs:
Cuyos descendien tes ap rend ie ron p ron to
a
incl inar
la
cabeza
y
a
un cir sus Bueyes
al
A ra do Romano:
De donde surg i
una
Raza H brid a,
sin nom breniNacin , Id iom aoFama.
En cuyas V enas cal ientes bro taro n
rpidamente nuevas Mezclas,
combinac ionesde un
Sajn
yunD ans.
Mientras
que
sus Hijas Fe cun das ,
co n
la
complacenc ia
de
sus Padre s,
reciban
a
todas
las
Naciones
con
Lujuria Promiscua.
Esta Progenie Nauseabunda contena d i rec tamente
la Sangre bien extractada
de
los
Ingleses
[ . . . ] .
DANIEL DEFOE, TheTrue-BornEngshman.
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PRLOGO A
LA
SEGUNDA EDICIN
Quin habr a imaginado que la tormenta sopla con
m s furia c u an to m s atrs deja al Paraso?
Los confl ic tos armados de 1978-1979 en Indochina,
qu e fueron el m otivo directo del texto original de Comu
nidades im aginadas, 12 aos despus ya parecen per te
ne cer a o t ra poca . De pro nt o m e obses ion la perspec
tiva d e otras gu err as e n g ra n d e escala ent re los Estados
socialistas. Hoy, la mita d d e estos Estados ha n pa sad o a
form ar pa rte d e las ruin as , a los pies de l ngel, y el res
to teme seguir los muy pronto. Las guerras a las que se
en fre nta n los sobrevivientes son gu er ras civiles. Y es
grande la probabi l idad de que, a l comienzo del nuevo
milenio , poco quede de la Unin de Repbl icas Socia
listas Soviticas, excepto. . . unas repblicas.
Debi ser previsto todo esto? En 1983,yo escrib q u e
la Unin Sovitica era "tanto el legado de los Estados
prenacionales dinst icos del s iglo xix como la precur
sora de un orden internacionalis ta del s iglo xxi". Pero,
ha bie nd o se guido las exp losiones nacionalis tas qu e des
truyeron los vastos reinos polglotas y politnicos que
fueron g obe rnad os desde V iena , Lon dres , Cons tan ti -
no pla, Pars y M adrid, yo no p u d e ver qu e la fila conti
nu ab a a l m en os has ta Mosc. Resul ta u n a consolac in
melanclica observar que la his toria parece estar con
firmando la "lgica" de Com unidades imaginadas mejor
que su propio autor .
No slo el mundo ha cambiado de aspecto en los l
t imos 12 aos. Tambin el estudio del nacionalismo se
ha t ransformado sorprendentemente : en mtodo, esca-
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la , ref inamiento y s imple cantidad. Tan slo en lengua
inglesa, Nations
Befare
Na tionalism (1982 ), d e J. A. A rm-
strong;Nationalism andthe State(1982 ), d e J o h n Breuilly;
Nations and Na tionalism(1983), de Ernest Ge llner;Social
Preconditions
o f National Re vival inEurope
(1985), de Mi-
roslav Hroch; The Ethnic Origins of Nations (1986), de
A nthony Smith;Nationalist
Thought
and
the Colonial World
(1986), de P. C hatter jee , yNations an d N ationalism since
1788 (1990), de Er ic Hobsbawm para no m enc iona r
ms que unos cuantos de los textos clave, por su al
cance y po de r ter ico , ha n he ch o qu e en gran p ar te ca
d u qu e la bibliografa tradicional sobre el tem a. En pa rte ,
con base en es tas obras ha habido una extraordinar ia
proliferacin d e estudios his tricos, l i terar ios, an tro po
lgicos, sociolgicos, feministas y otros, que unen los
objetos de estos campos de investigacin con el nacio
nalism o y la na cin .
1
Adapta r Comunidades imaginadas a las demandas de
estos vastos cam bios del m u n d o y de l texto es u na tarea
que est ms all de mis fuerzas actuales. Por consi
guiente , me parec i mejor dejar las como pieza de pe
r iodo ,
"no restaurada", con su propio estilo, silueta y
ambiente caracter s t icos. Dos cosas me consuelan. Por
una parte, el pleno resultado final de los acontecimien
tos ocurr idos en el viejo mundo social is ta permanece
envuelto en la oscuridad. Por otra parte , e l idiosincr
sico m to do y las pre ocu pac ion es de Comunidades ima
ginadas me parecen a m , an , en las mrgenes de los
nuevos estudios sobre nacionalismo: en ese sentido, a l
menos , no han caducado por comple to .
Lo que he tra tado de hacer , en esta edicin, ha s ido
1
Hobsbawm ha tenido el valor de l legar a la conclusin, a part i r
de esta explosin de estudios, de que la poca del nacionalismo se
acerca a su fin: el bu h o d e M inerva levanta el vuelo al cae r la no c he .
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simplem ente corregir errores de he cho , concepcin e in
terpretacin que yo habra debido evitar a l preparar la
versin origina l. Estas cor recc ione s co n el espritu d e
1983,por d ecirlo as incluyen ciertas alteracio nes d e la
primera edicin, as como dos captulos nuevos, que
bsicamente t ienen el carcter de apndices discretos.
En el cuerpo principal del texto, descubr dos graves
er ro res de t raducc in , a l menos una p romesa no cum
plida, y u n h inc ap i q ue estaba fuera d e lugar . Incapaz
de leer en es pa o l en 1983, sin pe ns arl o confi e n la
t raduccin inglesa hecha por Len Ma. Guerrero del
Noli Me
Tangere
de Jos Rizal , aunque dispona de tra
ducciones anteriores. Slo en 1990 descubr cuan fasci-
nad ora m en te co r rom pida e ra la vers in de G ue r re ro .
Para una larga e importante ci ta de Die Nationalitten-
frage und dieSozialdemo cratie, de Ot to Bauer , por pereza
m e confi e n la tradu cci n d e O sear Jszi. U na consul
ta ms rec iente del or ig ina l a lemn me ha mostrado
hasta qu p u n to las pred ileccion es pol t icas de Jszi a l
teraron sus citas. Al menos en dos pasajes, infielmente
promet explicar por qu el nacionalismo brasi leo se
desarrol l tan tarde y tan idiosincrsicamente, en com
paracin con los de otros pases la t inoamericanos. El
texto pre sen te t ra ta de cum pli r la prom esa .
Haba sido parte de mi plan original insistir en los
or genes del nac ional ism o del Nuevo M un do . H aba te
nido la sensacin de que un provincianismo inconscien
te hab a inf luido y de form ad o las teoras sobre el te m a.
Los estudiosos eu rop eo s, habituad os a su pre sun cin de
que todo lo impor tan te que ha ocur r ido en e l mundo
moderno se origin en Europa, con demasiada faci l i
dad tomaron como punto de par t ida los nac ional ismos
etnol ings t icos de "segunda generac in" (hngaros ,
checos, griegos, polacos, etc.) en sus modelos, sin que
importara que estuviesen en "pro" o en "contra" del
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nacional ismo. Me esp ant de scubr i r , en m uchas d e las
noticias de
Comunidades
im aginadas,q ue este provincia
n ismo eu rocn t r ico pe rm an ece impv ido , y que e l de
cis ivo captulo sobre las Amricas como originadoras
pasaba casi enteramente inadvert ido. Por desgracia , no
he encontrado mejor solucin "instantnea" a este pro
blema que dar a l captulo iv el t tulo de "Los pioneros
criollos".
En los dos "apndices" trato de corregir graves fallas
tericas de la primera edicin.
2
Algunos cr t icos ama
bles ha ba n s uge rido qu e el cap tulo vil ("La ltim a olea
da") s implif icaba excesivamente el proceso que mode
l los tempranos nacional ismos del "Tercer Mundo"
A dem s, en ese captulo no se haca frente con seriedad
al problema del papel del Estado colonial local (para
no hablar de la metrpoli) a l moldear estos nacionalis
mos .
Al m ismo tiempo, co n cierto m alestar m e di cue nta
de que lo que yo haba cre do que era una contr ibu
c in bas tante nueva a l pensamiento acerca del nac io
na l i smo las cambian tes aprehens iones de l t i empo
claram ente careca d e su coo rd en ad a necesaria: las cam
biantes aprehensiones del espacio. Una bri l lante tesis
do ctora l de T ho ng ch ai Winichakul , jove n h is tor iador
tai, me est imul a pensar en la contr ibucin de la car
tografa a la imaginacin nacionalista.
"El censo, el mapa y el museo" analiza, por tanto, el
modo en que, en forma del todo inconsciente , e l Es ta
do colonial del siglo xix (y las polticas que su mentali
dad favorec i) engendraron dia lc t icamente la gram-
2
El pr imer apndice tuvo por or igen un escr i to preparado para
una conferencia que se dio en Karachi en enero de 1989, patrocina
da por el World Inst i tute for Development Economics Researc*
1
d e
la Un ited Nations University. U n esbozo del segu nd o apa reci en
The
Times Litermy Supplementdel 13 de ju n io de 1986, con el t tulo de
"Narrat ing the N at ion".
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t ica de los nacionalismos que, a la postre, surgi para
combat i r los . De hecho, podr amos l legar has ta dec i r
que el Estado imagin a sus adversarios locales, como
en un ominoso sueo prof t ico , mucho antes de que
co bra ran au tntic a existencia his trica. A la form acin
d e estas im ge ne s, la abstracta cuantif icacin/serial iza-
cin de personas, hecha por el censo, la logoizacin
de l espacio pol t ico de bid a a los m apas , y la "e cum ni
ca" y profana genealogizacin del museo hicieron con
tr ibuciones entrelazadas.
El or igen del segundo "apndice" fue e l humil lante
reconocimiento de que en 1983 yo haba c i tado a Re
nn s in la menor comprensin de lo que l haba d i
cho en real idad: yo haba tomado como una fci l i ro
n a lo qu e en rea l idad e ra abso lu tam ente ex tra o. Esta
humi l lac in tambin me ob l ig a comprender que yo
n o hab a da do un a expl icac in in te lig ib le ex actam en te
de c m o y po r qu naciones nuevas se haban imagina
do ser antiguas. Lo que en la mayora de los escritos
acadmicos pareca confusin maquiavlica o fantasa
burguesa, o desinteresada verdad histrica, me pareci
ah ora a lgo m s profun do y ms in teresan te .
Y si
la "an
t igedad" fuese, en cier ta coyuntura his trica, la conse
cuencia necesaria
d e la "novedad"? Si el na cion alism o era ,
como yo supona, la expresin de una forma radical
m en te alterad a de la conciencia, no de ba la conc iencia
de esa ruptura, y el necesario olvido de las conciencias
ante r iores , crear su pro pia narrativa? V isto desd e esta
perspectiva, el atvico fantasear caracterstico de la ma
yor par te de l pen sam iento nacionalis ta desp us del de
cenio de 1820 aparece como un epifenmeno; lo que
realmente importa es la a l ineacin estructural de la
"m em oria" nacionalis ta poster ior a 1820 con las pre m i
sas y con ve ncio ne s in ter na s d e la biografa y la au tob io
graf a modernas .
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I. INTRODUCCIN
QUIZ
s in que lo notemos mucho todava , vivimos una
transformacin fundamental en la his toria del marxis
m o y d e los m ovim iento s m arxistas. Sus seales m s vi
s ibles son las gue rras recie ntes e nt re V ietnam, Cam boya
y China. Estas guerras t ienen una importancia his tri
ca m und ia l p or q ue son las pr im eras que ocu rren en tre
regmenes de independencia y credencia les revolu
c ionar ias innegables , y porque n inguno de los bel ige
rantes ha hecho ms que esfuerzos superf ic iales para
just if icar el derrame de sangre desde el punto de vis ta
de un a teora
marxista
reco noc ible. Mientras qu e fue ape
nas posible interpretar los choques fronterizos sino-so
viticos de 1969, y las inter ve nc ion es m ilitares soviticas
en Alemania (1953), Hungra (1956), Checoslovaquia
(1968) y A fganistn (1980) e n funci n de l "im perialis
m o social", la "defensa d el socialismo ", etc. de acu er
d o con los gustos supo ngo q ue nad ie creer ser iamen
te que tales trminos sean muy aplicables a lo que ha
ocurr ido en Camboya.
Si la invasin y la ocupacin de Camboya por parte
de los vietnamitas , en diciembre de 1978 y enero de
1979, represen taban la p r imera guerra convencional en
granescala l ibrada entre regmenes marxistas revolucio
narios,
1
e l a taque perp etrad o p or C hina contra V ie tnam,
en febrero , conf i rm rpidamente e l precedente . Slo
1
Se escoge esta formulacin slo para destacar la escala y las con
diciones de la pelea, no para culpar a nadie. A fin de evitar posibles
malentendidos , convendr aclarar que la invas in de diciembre de
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los m s fieles se atreveran a apostar q ue , en los ltimo s
aos de este siglo, todo estallido significativo de hostili
dad es interestatales p o n d r p or fuerza a la
URSS y
a Chi
na ya no digamos los Estados socialistas ms peque
os
del mismo lado. Quin puede es tar seguro de
q u e Yugoslavia y A lbania n o lle garn a las m an os alg n
da? Los diversos grupos que pugnan por un ret iro del
Ejrc i to Rojo de sus campamentos en Europa or ienta l
debieran recordar e l grado en que su presencia aplas
tante desde 1945 ha evitado el confl ic to armado entre
los reg m en es m arxistas d e la reg in .
Tales considerac iones ponen de re l ieve e l hecho de
que ,
desde la seg un da G ue rra Mu ndial , toda revolucin
tr iunfante se ha definido en trminos nacionales: la Re
pblica Popular de China, la Repblica Social is ta de
V ietnam, etc . Y al hac erlo as se ha arraigad o f irm em en
te en un espacio territorial y social h e re d a d o de l p asad o
prerrevolucionario. Por otra parte , e l que la Unin So
vitica com par ta con el R eino U ni d o de la G ran B reta a
e Ir landa del Norte la rara dis t incin de ocultar la na
cionalidad en su nombre sugiere que es tanto la legata-
1978 surgi de los cho que s arm ado s que se venan regis t rand o en t re
part idarios de los dos movimientos revolucionarios quiz desde
1971.
Despu s de abri l de 1977, los ataqu es fronterizos iniciados p or
los camboyanos , pe ro r pid am en te repel idos po r los v ie tnamitas , au
m enta ron en m agn i tud y a lcance , has ta culm inar en la gran incur
s in vie tnamita de diciembre de 1977. Sin embargo, n inguno de es
tos a taques t ra taba de derrocar regmenes enemigos ni de ocupar
grandes terri torios, y las t ropas involucradas no eran comparables a
las que part iciparon en diciembre de 1978. La controversia sobre las
causas de la guerra se l ibra con gran perspicacia en: Stephen P. He
de r, "The K am puche an-V ietname se Confl ict", en David W. P. Ell iot t,
c om p. , The Third Indochina Conflict,
p p. 21-67; A ntho ny B arnett , "In-
ter-Comm unis t Conflicts an d V ie tnam",
Bulktin of
Concernid
Asian
Scholars,
11:4 (octubre-diciembre de 1979), pp. 2-9; y Laura Sum-
m ers ,
"In Matters of War and Social ism Anthony Barnett would Sha-
me and Honour Kampuche a Too Much" ,
ibid.,
p p . 10-18.
18
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ria de los Estados dinsticos prenacionales del siglo xix
com o la pre curs ora d e un ord en internacionalis ta del si
glo XXI.
2
Eric Hobsbawm tiene toda la razn cuando afirma
que "los movimientos y los Estados marxistas han ten
di do a volverse nacion ales n o slo en la form a sino tam
bi n en la sustancia, es de cir, nacionalistas. N ad a sugie
re que es ta tendencia no cont inuar" .
3
Y la t end enc ia
n o se confina al m u n d o socialis ta . Las N acione s U nid as
admiten nuevos miembros cas i todos los aos . Y mu
chas "naciones antiguas", que se crean ple na m en te con
solidadas, se ven desafiadas por "sub" nacionalismos
d e nt ro d e sus fronteras , es decir , nacionalismo s qu e na
turalm en te su e an co n de spre nd erse d e ese sufijo "sub",
un buen da. La realidad es evidente: el "fin de la era
del nac ional ismo", anun ciado d uran te tan to t iemp o, n o
se encu en t ra n i r em otam ente a la
vista.
En efecto, la na
cionalidad es el valor ms umversalmente leg t imo en
la vida pol t ica de n ue stro t iem po.
Pero si los hechos estn claros, su explicacin sigue
s iendo mot ivo de una pro longada disputa . La nacin ,
la nacion alidad , el nacionalism o, son trm inos qu e h an
resultado notoriamente dif c i les de definir , ya no diga
mos de analizar . En contraste con la inf luencia inmen
sa qu e e l nac ional ismo ha e jerc ido sobre e l m u n d o m o
derno, una teora verosmil acerca del nacionalismo es
claramente escasa. Hugh Seton-Watson, autor de un
texto sobre e l nac ional ismo, que es con mucho e l me
jor y ms comprensivo en lengua inglesa , heredero de
una vasta tradicin de historiografa y de ciencia social
2
Quien quie ra q ue ten ga dud as acerca de las pre te ns ion es del Rei
no U nid o en lo tocan te a ta l par ida d con la URSS deb iera pre gun tar
se cul nacionalidad denota su nombre: bri tnico-irlands?
3
Eric Hobsbawm, "Some Reflections on 'The Break-up of Britain'",
New Left
Review,
105 (septiem bre-oc tubre de 1977), p. 13.
19
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liberal, observa con tristeza: "Me veo impulsadoa con
cluir as que no puede elaborarse ninguna 'definicin
cientf ica' d e la nacin; pe ro el fe n m en o ha exist ido y
existe."
4
Tom Nai rn , au to r de una obra seera (The
Break-up
ofBritain) y
heredero de la no menos vasta t ra
dicin de historiografa y ciencia social marxista, seala
con franqueza: "La teora del nacionalismo representa
el gran fracaso histrico del marxismo."
5
Pero incluso
esta confesin es a lgo eng ao sa, ya qu e p u ed e imp licar
e l r esu l tado lam entab le de un a bsqu ed a p ro lon gad a y
consciente de la c lar idad terica. Sera ms correcto
afirmar que el nacionalismo ha s ido una
anomala
inc
moda para la teor a marxis ta y que, prec isamente por
esa razn, se ha elu did o en gran m ed ida, antes que con
frontado. Cmo en ten de r de o t ro m od o la incapacidad
del pr op io Marx para expl icar e l p ro n om br e crucia l de
su memorable formulacin de 1848: "El proletar iado
de cada pa s debe, por supues to , a r reglar cuentas ante
tod o con
su propia
b urguesa"?
6
Cm o consid erar el uso,
durante ms de un s ig lo , del concepto de "burgues a
na cion al" s in ni ng n int en to ser io por justif icar teri
ca m en te la je ra rq u a del adjetivo? Por qu es terica
m e n t e i m p o r t a n t e estasegm entac in d e la burguesa ,
una clase mundial en la medida en que se define en
trm inos de las re lac iones de prod ucci n?
Este l ibro trata de ofrecer algunas sugerencias tenta
tivas para llegar a una interpretacin ms satisfactoria
4
V ase su
Nations and States,
p. 5. Sin cursivas en el original.
5
V ase su ensayo T h e M odern Janus" ,
New Lefi Review
94 (no
viem bre-d iciem bre de 1975), p. 3. Este ensayo se incluye sin nin gu na
alteracin en TheBreak-upofBritain, como captulo 9 (pp. 329-363).
6
K arl Marx y Fried rich Engels , The Com munist Manifest,en losSe-
tected
Works,
I, p . 45 , las cursivas son m as. En c ua lqu ier exgesis teri
ca , las palabras "por supuesto" debiera n e nc en de r seales de a larm a
an te e l lector t ranspo rtado .
2
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d e la "anom ala" del nacionalism o. C reo q ue , sobre este
tema, tanto la teora marxista como la l iberal se han es
fumado en un tardo esfuerzo tolemaico por "salvar al
fenm eno"; y que se requiere co n u rgencia un a reor ien
tacin de perspectiva en un espr i tu copernicano, por
decirlo as . Mi punto de partida es la afirmacin de
que la nacionalidad, o la "cal idad de nacin" como
podramos preferir decirlo, en vista de las variadas sig
nificaciones de la primera palabra, al igual que el na
cionalismo, son artefactos culturales de una clase parti
cular. A fin d e enten derlo s ade cu ad am en te, necesitamos
considerar con cuidado cmo han l legado a ser en la
historia, en qu formas han cambiado sus significados
a travs de l t iem po y p o r q u , en la actu alida d, tienen
una leg i t imidad emocional tan profunda . Tra tar de
demostrar que la creacin de estos artefactos, a fines
d el sigloXVIII,
7
fue la destilacin es po nt n ea d e un "cru
ce"
complejo de fuerzas histricas discretas; pero que,
una vez creados, se volvieron "modulares", capaces de
ser t rasplantad os, con grad os variables d e auto con cien-
cia, a una gran diversidad de terrenos sociales, de mez
c la r se con una d ivers idad cor respondien temente am
plia d e co nstelaciones pol ticas e ideolgicas. Tam bi n
tratar de explicar por qu estos ar tefactos culturales
par t icu lares han generado apegos tan profundos .
7
Como seala Aira Kemilinen, los dos "padres fundadores" de las
invest igaciones acadmicas sobre el nacionalismo, Hans Kohn y Car-
leton Hayes, propusieron persuasivamente esta fecha. Me parece que
sus conclusiones no han sido seriamente debatidas, excepto por ide
logos nacionalis tas de pases part iculares. Kemilinen observa tam
bin que la palabra "nacionalismo" slo conoci un uso general izado
a fines del s iglo XIX. N o se en cu en tra , p o r ejem plo , en m uc ho s dic
cion arios c onv enc iona les de l siglo XIX. Si A da m Sm ith h ab l de la ri
qu ez a d e las "na cione s", slo se refera a las "soc ieda des" o los "Esta
dos".Aira Kem ilinen, Nationalism,p p . 10, 33 y 48-49.
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mayor parte del mundo (el equivalente del infantilismo
para las sociedades),yen gran medida incurable.
8
Parte de la dif icultad es que tendemos inconsciente
mente a personif icar la existencia del Nacionalismo
con N mayscula como si escribiramos Edad con
u n a E maysculaya clasificarla lue go c om o una ideo
loga. (Advirtase q u e si tod os tiene n u n a ed ad , la Ed ad
es slo una expresin analt ica.) Me parece que se faci
li taran las cosas si tratramos el nacionalismo en la
m isma catego ra qu e el "p aren tesco " y la "religin", n o
en la del "liberalismo" o el "fascismo".
As pues , con u n e spr itu antrop olgico pr o po ng o la
definicin siguiente de la naci n: u n a com un id ad polt i
ca imaginada com o inh ere nte m en te l imitadaysob erana.
Es imaginadapo rq u e a un los m iem bros de la nac i n
ms pequea no conocern jams a la mayor a de sus
compatr iotas , no los vern ni oirn s iquiera hablar de
ellos,pe ro en la m en te de cada un o vive la ima gen de su
comun in .
9
Renn se refiri a esta imagen, en su estilo
afablemente ambiguo, cuando escr ib i : "Or l ' essence
d 'u n e na t ion es t qu e tous les indiv idus a ient b ea uc ou p
de choses en commun, et aussi que tous aient oubli
bien des choses."
10
* Con cier ta ferocidad, Gellner hace
una observacin semejante cuando sost iene que el "na-
8
The
Break-up
ofBritain, p. 359.
9
Cf.
Seton-Watson,
Nations and States,
p . 5 : "Slo pu ed o dec i r qu e
una nac in ex i s t e cuando un nmero cons ide rab le de miembros
de una com unid ad con sideran formar p ar te de un a nacin, o se com
porta n co m o si as ocu rr iera ." Aqu podram os t raduc i r "consideran "
por "imaginan".
10
Em est Renn, "Qu'est -ce qu 'u ne nat ion?" en Oeuvres
Completes,
1,
p . 892. Aade Renn: "tout citoyen francais doit avoir oubli la Saint-
Barthlemy, les m assacres du Midi au xin
e
sicle. II n'y a pas en Fr an ce
dix familles qui puissent fourn ir la preuv e d'u ne origine franque [. . .] ".
* Ahora bien, la esencia de una nacin est en que todos los indi-
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II.
LAS RACES CULTURALES
N o HAYem blem as de la cu l tu ra m od er na de l nac iona
l ismo ms imponentes que los cenotafios y las tumbas
de los Soldados Desconocidos . La reverencia ceremo
nia l pbl ica o torgad a a es tos m on um en tos , jus toporque
es tn del iberadamente vacos o nadie sabe quin yace
al l , no t iene verdaderos precedentes en pocas ante
r iores .
1
Para sentir la fuerza de esta modernidad, slo
ten em os qu e im aginar la reacc in gen era l an te e l inge
nioso que "descubr i" e l nombre del Soldado Desco
no cid o o insist i en l lenar el cenotafio co n cier tos hu e
sos reales . Un ex trao sacri legio co nt em po rn eo Pe ro
aunque estas tumbas estn vacas de restos mortales
identificables o de almas inmortales, estn saturadas de
imaginer as nacionalesfantasmales.
2
(Por eso tantas na
ciones t ienen tales tum bas sin sentir nin gu na necesidad
de especif icar la nacionalidad de sus ausentes ocupan
tes. Qu otra cosa podran ser sino a lemanes , nor tea
m er icanos , a rgen t inos
[...]?)
La significacin cultural d e estos m o nu m e n to s se vuel
ve m s clara au n si t ra tam os de im agina r , po r ejem plo,
1
Los griegos antigu os tenan cenotafios, p er o slo para individuos
especficos, conocidos, cuyos cuerpos no podan ser recuperados,
por una razn u otra, para su entierro regular. Debo esta informa
cin a mi colega bizantinista Ju dit h H er rn .
2
Considre nse , po r e jemplo, es tos tropos no tables :
1)
"La larga l
nea gris no nos ha fal lado
j a m s .
Si lo hicieras, un milln de fantas
m as en traje olivo, en caqu i caf, en azul y gris, se levan taran d e sus
cruces blancas, gri tando estas palabras mgicas: deber, honor, pa
tria." 2) "M est imacin [de los norteamericanos en armas] se form
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una tumba del Marxista Desconocido o un cenotafio
para los Liberales cados. Es inevitable una sensacin
de absurdidad? La razn es que ni el marxismo ni el l i
bera l ismo se oc up an m uc ho de la m ue r te y la inm orta
l idad. Si la imaginera nacionalis ta se preocupa tanto
por ellas, esto sugiere una fuerte afinidad con imagine
ras religiosas. En virtud de que esta afinidad no es for
tu i ta , quiz convenga empezar por una considerac in
de las races culturales d el nacion alism o, con la m ue rte
como la l t ima de toda una gama de fatal idades.
Si la forma en q ue m ue re un ho m bre parece d e ordi
nario arbitraria, su mortalidad es inevitable. Las vidas
humanas es tn l lenas de ta les combinaciones de nece
sidad y azar . Todos estamos conscientes de la contin
gencia y la inevitabil idad de nuestra herencia gentica
part icular , nuestro sexo, nuestra poca, nuestras capa
cidades f s icas, nuestra lengua materna, etc . El gran
m ri to d e las con cep cione s del m u n d o re l ig iosas t radi
c ionales (que na tura lmente deben dis t inguirse de su
papel en la legitimizacin de sistemas especficos de
dom inacin y explotacin) ha s ido su pre ocu pac in po r
el hombre-en-el-cosmos, el hombre como un ser de es
pecie, y la contingencia de la vida. La supervivencia
extraordinar ia , durante miles de aos del budismo, e l
cr is t ianismo o el islam, en d oce nas d e form acione s s o
en e l cam po de batalla hace m uch os aos , y nu nca ha cam biad o. Los
consideraba entonces, como los considero ahora, de las f iguras ms
nobles del mundo; no slo de los personajes mil i tares ms refinados,
s ino tambin de los ms inmaculados [sic]
[...].
Per tenecen a la h is
tor ia como e jemplos grandes del pat r io t i smo exi toso [sic].Pe r t e ne
cen a la posteridad como instructores de las generaciones futuras en
los pr incipios de l iber tad e ind epe nde ncia . Per ten ecen al prese nte , a
nosotros, por sus virtudes y sus logros." Douglas MacArthur, "Duty,
Honour , Country", discurso pronunciado en la Academia Mil i tar de
los Estados Unidos, West Point, 12 de mayo de 1962, en su libro
A
Soldier
Speaks,
p p . 354 y 357.
27
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ciales diferentes, revela su respuesta imaginativa a la
carga aplastante del sufr imiento humano: enfermedad,
muti lacin, pena, edad y muerte . Por qu nac c iego?
Por qu est mi mejor amigo paralt ico? Por qu est
mi hija tarada? Las religiones tratan de explicar. La
gran falla de todos los estilos de pensamiento evoluti
vos/progresistas, sin excluir al marxismo, es que tales
interrogantes se contestan con un si lencio impacien
te .
* Al mismo t iempo, en formas diferentes , el pensa
miento re l ig ioso responde tambin a oscuras promesas
de inmorta l idad, genera lmente t ransformando la fa ta
l idad en co ntinu idad (karm a, pe cad o original, e tc . ) . En
esta forma, se ocupa de las conexiones entre los muer
tos y quienes no han nacido todava , el mister io de la
reencarnac in . Quin exper imenta la concepc in de
su hi jo s in captar difusamente una combinacin de co
ne xi n, azar y fatal idad en u n lenguaje de "continui
dad"? (De nuevo, la desventaja del pensamiento evolu
t ivo/progresis ta es u n a h ost i lidad casi hera cl i teana an te
toda idea de cont inuidad. )
H ag o estas obse rvacion es, quiz simplistas, sobre to d o
3
Cf.Rgis Debray, "Marxism an d the National Q uest ion" , New Lefi
Review, 105 (sept iembre-octubre de 1977) , p . 29 . Cuando real izaba
un trabajo de campo en Indonesia, en los aos sesenta, me impresio
n la t ranqui la negat iva de muchos musulmanes a aceptar las ideas
de Darwin. Al principio interpret esta negativa como un oscurantis
m o . Luego lo vi como un esfuerzo honorable por ser consistente: la
doc t r ina de la evolucin era s im plem ente incom pat ib le con las ense
anz as del islam. Qu vamos a ha cer con un m aterial ismo cientfico
q ue a ce pta form alm ente los hallazgos d e la fsica acerca d e la m ateria,
pero se esfuerza tan poco por conectar estos hal lazgos con la lucha
de clases, la revolucin, o lo que sea? No oculta acaso, el abismo exis
ten te entr e los pro ton es y el pro letar iad o, un a con cep cin metafsica
del hombre no reconocida? Sin embargo, vanse los textos refres
can tes de Sebas ti ano Tim pan aro ,
On Materialismo TheFreudian Slip;y
la respuesta sensata de R aym ond Williams en T im p a n a ro 's M aterial is t
Chal lenge", New LefiReview,109 (m ayo-junio de 1978 ), p p . 3-17.
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po rq ue el sigloXVIIIm arca en Eu rop a occidental no slo
el surgimiento de la poca del nacionalismo sino tam
bin e l c repsculo de los modos de pensamiento re l i
gioso. El siglo de la Ilustracin, del secularismo racio
nalista, trajo consigo su propia oscuridad moderna. Con
el reflujo de la creencia religiosa no desapareci el su
fr imiento que formaba parte de el la . La desintegracin
del paraso: nada hace a la fatalidad ms arbitraria. El
absurdo de la salvacin: nada hace ms necesario otro
es t i lo de cont inuidad. Lo que se requer a en tonces era
una transformacin secular de la fatal idad en continui
dad, de la contingencia en s ignif icado. Como veremos
m s ad ela nte , pocas cosas er an (son) m s prop icias pa ra
este f in que una idea de nacin. Si se concede general
mente que los estados nacionales son "nuevos" e "his
tricos", las nac ione s a las q u e d an u n a ex presi n pol
t i ca p resumen s iempre de un pasado inmemor ia l ,
4
y
miran un futuro i l imitado, lo que es an ms impor
tante. La magia del nacionalismo es la conversin del
azar en dest ino. Podramos decir como Debray: "S , es
enteramente acc identa l que yo haya nacido f rancs ;
pero despus de todo Francia es e terna ."
Por supuesto, no estoy diciendo que la aparicin del
nac ionalism o, ha cia el final de l siglo xvni, haya sido "pro-
4
El f inado pres idente Sukarno habl s iempre con entera s incer i
dad de los 350 aos de colonial ismo que su "Indonesia" haba pade
cido,
au nq ue e l co nc ep to mismo de "Indonesia" es un invento del si
glo XX, y la m ayor pa rte de lo que es hoy Ind on esia fue con quista da
por los hola nd ese s ap en as ent re 1850 y 1910. E ntr e los h ro es na cio
na les de l a Indones ia con tempornea des taca e l p r nc ipe Dipone-
goro , q uie n vivi a princ ipio s d el siglo XIX en Java: au n q u e las pro
pias memorias de l pr ncipe revelan que t ra taba de "conquis tar [ no
liberar ] a Java", en lugar de expulsar a "los holandeses". En efecto,
es t c laro que no tena n ingn concepto de "los holandeses" como
un a colect iv idad. V ase Harry J . Ben da y Jo hn A. Larkin , co m ps. ,
The
World of
Southeast
Asia,
p. 158; y Ann Kumar, "Diponegoro (1778?-
29
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ducida" por la erosin de las cert idumbres rel igiosas,
ni que esta erosin no requiera en s misma una expli
cac in compleja . Tampoco es toy sugir iendo que e l na
cionalismo "sucede " histricam ente a la religin. Lo qu e
estoy p r op on ie nd o es que e l nac iona l ismo de be en ten
derse alinendolo, no con ideologas polt icas conscien
tes,
s ino con los gra nd es s is temas culturales q ue lo p re
cedieron , de donde surgi por oposic in .
Pa ra n ue stro s fines actuales, los do s sistem as cu ltura
les relevantes son la comunidad
religiosa
y el
reino
dinsti
co. Estos dos s is temas eran en su apogeo marcos de re
ferencia q ue se dab an po r sentados , co m o ocurre aho ra
con la nac ionalid ad. Por lo tanto , es esencial con sidera r
qu dio a estos sistemas culturales su importancia evi
dente, a l mismo t iempo que destacar c ier tos elementos
claves de su descomposicin.
L A
COMUNIDAD RELIGIOSA
Pocas cosas son ms impresionantes que el vasto terri
tor io del is lam que se extiende desde Marruecos hasta
el archipilago Sul, el de la cr is t iandad que va desde
Paraguay has ta Ja p n, y e l de l m u n d o bud is ta desd e Sri
Lank a has ta la pen nsula corean a . Las gra nd es cul turas
sagradas (y para nuestros f ines actuales podramos in-
1855)",
Indonesia,13 (abril d e 1972 ), p . 10 3. Las cursivas son m as. De
igual m od o, Kem al Ataturk l lam a u n o d e sus ban co s estatales el Eti
Bank (Banco Hit i ta) y a otro el Banco Sumerio (Seton-Watson, Na-
tions and States, p. 259). Estos bancos florecen ahora, y no hay razn
para dudar de que muchos turcos, quiz sin excluir al propio Kemal,
crean seria m ente , y s iguen crey end o, qu e los h i ti las y los sum erios
era n sus ante pas ad os turcos. Antes de estal lar en carcajadas, debira
mos recordar a Arturo y Boadicea, y reflexionar sobre el xi to co
mercial de las mitografas de Tolkien.
3
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cluir aqu a l "confucianismo") incorporaron concep
c iones de c om un ida de s inm ensas . Pe ro e l c rist ian ismo,
el Islam U m ah y au n el Re ino Me dio qu e no sotros lo
cons ideramos ahora ch ino , pero que no se imaginaba
a s m ismo co m o chin o, s ino co m o centra l eran ima
ginables en gran medida por medio de una lengua sa
gra da y u n a escri tura . V eam os slo el ejem plo de l is
lam: Si un maguindanao se encontraba a los berberes
en L a M eca, sin qu e su piera n u n o el idiom a de los otros,
incapaces de comunicarse oralmente, entendan s in em
bargo sus ideogramas porquelos textos sagrados qu e
compartan slo existan en rabe clsico. En este sen
t ido,el ra be e scrito func ionab a co m o los caracte res chi
nos para crear un a co m un ida d po r los s ignos, no po r los
sonidos . (El lenguaje matemt ico cont ina ahora una
antigua tradicin. Los ru m an os no t ien en idea de la pa
labra qu e usa n los tailandese s, p ar a el signo+y viceversa,
pe ro ambos lo com pre nd en . ) Tod as las g randes comu
nidades clsicas se conceban a s mismas como csmi
camente centra les , por medio de una lengua sagrada
ligada a un ord en d e po de r ul traterrenal . En con secuen
cia, el alcance del latn, el pali, el rabe o el chino es
critos era, en teora, i l imitado. (En efecto, cuanto ms
muerta estuviese la lengua escrita ms alejada del
discurso, mejor: en un principio, todos t ienen acce
so a u n m u n d o p u ro d e s ignos.)
Pe ro ta les co m un id ad es clsicas, l igadas por leng uas
sagradas, tenan un carcter dis t into de las comunida
des imaginadas de naciones modernas . Una di ferencia
esencial era la confianza de las comunidades antiguas
en el carcter peculiarmente sagrado de sus lenguas, y
por ende sus ideas acerca de la admisin a la comuni
dad . Los mandar ines ch inos con templaban con apro
bacin a los brbaros que labor iosamente aprendan a
pintar ideogramas del Reino Medio. Estos brbaros es-
31
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t a b a n s i e m p r e a m e d i o c a m i n o d e l a i n t e g r a c i n t o t a l .
5
E l c i v i l i z a d o a m e d i a s e s m u c h o m e j o r q u e e l b r b a r o .
T a l a c t i t u d n o e r a c i e r t a m e n t e p e c u l i a r d e l o s c h i n o s , n i
s e c o n f i n a a l a A n t i g e d a d . C o n s i d r e s e , p o r e j e m p l o ,
l a s i g u i e n t e " p o l t i c a s o b r e l o s b r b a r o s " , f o r m u l a d a
p o r P e d r o F e r m n d e V a r g as , l ib e ra l c o l o m b i a n o d e
p r i n c i p i o s de l s i g l o x i x :
Para expandir nuestra agricul tura habra necesidad de his
panizar a nuestros indios. Su ociosidad, estupidez e indife
rencia hacia los esfuerzos humanos normales nos l levan a
pensar que provienen de un a raza deg ene rada q ue se de te
riora en proporcin a la distancia de su origen [. . .] sera
muyconvenientequese extinguieranlos indios,mezclndolos con
los blancos, declarndolos libres detributo y otros cargos, y otor
gndoles la propiedadprivada de la tierra.
C u a n n o t a b l e r e s u l t a q u e e s t e l i b e r a l p r o p o n g a t o d a v a
l a " e x t i n c i n " d e l o s i n d i o s , e n p a r t e " d e c l a r n d o l o s l i
b r e s d e t r i b u t o " y " o t o r g n d o l e s la p r o p i e d a d p r i v a d a
de l a t i e r r a " , e n l u g a r de e x t e rm i n a r l o s c o n r i f l e s y m i
c r o b i o s , c o m o e m p e z a r a n a h a c e r l o p r o n t o s u s h e r e
de ro s de Bra s i l , A rg e n t i n a y l o s Es t a do s U n i do s . A dv i r
t as e t a m b i n , j u n t o c o n la c r u e l d a d c o n d e s c e n d i e n t e ,
u n o p t i m i s m o c s m i c o : e l i n d i o e s e n l t i m a i n s t a n c i a
r e d i m i b l e : p o r s u i m p r e g n a c i n c o n e l " c i v i l i z a d o " s e
m e n d e lo s b l a n c o s , y c o n la a d q u i s i c i n d e p r o p i e d a d
p r i v a d a ,
como todos.
( Q u d i f e r e n t e e s l a a c t i t u d d e F e r
m n d e la p r e f e r e n c i a d e l i m p e r i a l is t a e u r o p e o p o s t e r i o r
p o r l o s m a l a y o s , g u r k a s y h a u s a s " g e n u i n o s " s o b r e l a s
" m e d i a s c a s t a s " , " s e m i e d u c a d o s " , e t c t e r a . )
5
De aqu la ecuanimidad con que los mongoles
y
los manches si-
nizados eran aceptados como Hijos del Cielo.
6
Jo hn Lynch,
The Spanish-AmericanReuolutitms, 1808-1826,
p. 260.
Las cursivas son mas.
32
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Pero si las lenguas sagradas silenciosas eran los me
dios con los cuales se imaginaron las grandes comuni
da de s globales del pas ad o, la real idad de tales aparicio
nes dependa de una idea en gran medida extraa a la
mente occidenta l contempornea: e l carc ter no arb i
trario del signo. Los ideogramas de los chinos, los lati
nos o los rabes eran emanaciones de la real idad, no
sus representaciones fabricadas al azar. Estamos fami
l iar izados con la prolongada disputa sobre la lengua
ap ro pia da (el latn o la len gu a vern cula) pa ra la masa.
En la tradicin islmica, hasta hace poco tiempo, el
Q ur 'an era li tera lme nte in t raducib ie (y po r lo tan to n o
se trad uc a) , po rq u e la ve rda d d e Al era accesible slo
mediante los signos verdaderos, insustituibles, del ra
be escr ito . No hay aqu n ing un a idea d e un m u n d o tan
separado de la lengua que todas las lenguas sean sig
nos equ idistantes (y po r en d e intercam biables) pa ra
de no tarlo . En efecto, la real idad ontolgica es ap reh en -
dible slo a travs de un sistema singular, privilegiado,
de representacin: la lengua verdadera del la t n ecle
sistico, el rabe cornico o el chino de los exmenes.
7
Y com o lenguas verda deras , imbuidas de u n imp ulso
en gran parte a jeno al nacionalismo, t ienden hacia la
conversin. Por conversin no entiendo la aceptacin
de lemas religiosos particulares, sino la absorcin al-
qumica. El brbaro se vuelve un miembro del "Reino
M edio", el rifeo se vuelve m us ulm n , el ilong o se vuel
ve cr is t iano. Toda la naturaleza del ser del hombre es
sagrad am ente m aleable. (Contrstese as el prest igio d e
estas antiguas lengu as m und iales , tan po r encim a de t o
7
El griego eclesist ico no parece haber alcanzado la categora de
un idiom a aut ntico . Hay varias razones para este "fracaso", pe ro un
factor decisivo fue ciertamente el hecho de que el griego sigui sien
do un idioma demtico vivo en gran parte del Imperio bizantino.
Debo es ta informacin ajudi th Herr n .
33
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das las lenguas vernculas, con el esperanto o el vola
puk, qu e yacen ignorad as en tre el las.) D espus de tod o,
fue esta posibilidad de conversin a travs de la lengua
sagrada lo q u e p erm it i qu e u n "ingls" l legara a Papa,
8
y u n "m an ch " a Hijo del Cielo.
Pero aunque las lenguas sagradas hicieran imagina
bles un as com un ida de s com o la cr is t iana, el m bito real
y la veros imil i tud de es tas comunidades no pueden
explicarse slo p o r la escritura sagrada: de spu s d e tod o,
sus lectores eran pequeos enclaves de gente alfabeti
zada entre grandes mul t i tudes de i le t rada .
9
Una expli
cacin ms com pleta requ iere un exa m en d e la relacin
que hay entre la gente alfabetizada y sus sociedades.
Ser a un er ror considerar a los pr imeros como una es
pecie de te cno cracia teolgica. Las leng uas que usa ban
eran abstrusas, pero no tenan nada de la oscuridad in
tencion al de las je rg as d e ab oga dos o econ om istas , al
margen de la idea de la real idad que t iene la sociedad.
Ms bie n, los letrad os e ran estratos estratgicos de u n a
je ra rq u a cosm olgica cuya cspide e ra divina.
10
Las con
cepciones fundamentales acerca de los "grupos socia
les"eran centr pe tas y jerrquicas , an tes que or ientadas
hacia las fronteras y horizontales . El asombroso poder
de l pa pa do en su apoge o slo pu ed e com pre nd erse en
8
Nicholas Brake spea r fue pontfice en tre 1154 y 1159 con el nom
bre de Adr iano IV .
9
Marc Bloch nos recuerda que "la mayora de los seores y mu
chos grandes barones [en la poca medieval ] e ran adminis t radores
incapaces de es tudiar personalmente un informe o una cuenta".
Feu
dalSociet),
I , p. 8 1 .
10
Esto no quiere decir que los analfabetos no lean. Pero lo que
lean no era n p alab ras sino el m un d o visible. "A los ojos de qu ien es
eran capaces de ref lexionar , e l m un d o m ater ia l e ra apenas a lgo mas
que una especie de mscara, detrs de la cual ocurran todas las co
sas realmente importantes ; tambin les pareca un lenguaje que t ra
taba de ex presar po r s ignos un a real idad ms profunda." Ibid., p . 83 .
34
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trminos de un clero transeuropeo que escriba en la
tn, y una concepcin del mundo, compar t ida v i r tua l -
mente por todos, en el sentido de que la
intelgentsia
bil ing e , a l m ed iar en tre la len gu a ve rncu la y el la t n ,
mediaba entre la t ierra y el cielo. (Lo terrible de la ex
comunin ref leja esta cosmologa . )
Pero a pesar de toda la grandeza y el poder de las
grandes comunidades re l ig iosamente imaginadas , su
coherencia inconsciente
se desvaneci a partir de fines de
la Edad Media. Entre las razones de esta decl inacin,
quiero destacar aqu slo las dos que se encuentran di
rectamente relacionadas con la peculiar cal idad sagra
da de es tas comunidades .
En primer lugar est el efecto que causaron las ex
p lo rac iones de l m un d o no euro pe o , que sobre todo en
Europa pero no slo en el la "ampliaron repentina
m e n te el ho rizo nte cultural y geogrfico y, po r en d e, la
concepcin que tenan los hombres de las posibles for
m as de vida h u m a n a" ." El pro ces o es ya evidente e n el
m s sobre saliente de tod os los l ibros d e viajes eu ro pe os .
Considrese la s iguiente descr ipc in des lumbrante de
Kubla i Khan, hecha por e l buen cr is t iano veneciano
Marco Polo, a fines del siglo xin:
12
El gran kan, habiendo obtenido esta victoria memorable,
volvi con gran pom pa
y
festejo a la ciudad capital de Kan-
balu. Esto ocurri en el mes de noviem bre,ycontinu resi
diendo all durante los meses de febrero y marzo, en los
que se celebrabanuestrafestividad de la Pascua. Conscien
te de que sta era una de
nuestras
solemnidades principa
les,
el kan ord en que todos los cristianos acudieran a l
y
llevaran consigo
su
Libro, el que contiene los cuatro Evan-
" Erich Auerbach,
Mimesis,
p. 282. [Hay edicin del
FCE.]
12
Marco Polo , The Travels of Marco Polo, pp. 158-159. Las cursivas
son m as. Advirtase qu e el Evangelio n o se lee, aun qu e se bese.
35
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gelios. Tras or de na r qu e lo perfum aran repe t idam en te
con incienso, en u n a forma cerem onio sa lo bes con devo
cin, y or de n qu e lo m ismo hic ieran todos sus nobles pre
sentes. sta era su prctica habitual en cada una de las
principales festividades cristianas, como la Pascua
y
la Navi
dad; y lo haca tambin en las festividades de los sarrace
nos ,
los jud os y los idla tras. C ua nd o se le pre gu nt po r
los motivos de este com po rtam ien to, dijo: "Hay cuatro gran
des profetas reverenciados y adorados por las diferentes
clases de la humanidad. Los cr ist ianos consideran a Jesu
cristo co m o su divinidad; los sarra cen os, a M ahom a; los ju
dos ,
a Moiss; y los idlatras a Sogomombar-kan, el ms
eminente de sus dolos. Yo honro y respeto a los cuatro, e
invoco en mi auxilio a cualquieradeellosque enefecto reineen
e lcielo."Pe ro po r la form a co m o actuab a su majestad hac ia
ellos, es evidente que consideraba la fe de los crist ianos
com o la ms ver da de ra y la mejor [ . . . ] .
Lo n o t a b l e de e s t e p a sa j e n o e s t a n t o e l t r a n q u i l o r e l a
t i v i s m o r e l i g i o s o d e l g r a n m o n g o l ( s i g u e s i e n d o u n r e
la t iv ismo
religioso)
c o m o l a a c t i t u d y e l l e n g u a j e d e M a rc o
P o l o . J a m s se le o c u r r i , a u n q u e e s t a b a e s c r i b i e n d o
p a r a s u s c o r r e l i g i o n a r i o s e u r o p e o s , d e c i r q u e K u b l a i
e r a u n h i p c r i t a o u n i d l a t r a . ( D e b i d o e n p a r t e , s i n
d u d a , a l h e c h o d e q u e " e n l o t o c a n t e a l n m e r o d e s u b
d i t o s ,
l a e x t e n s i n d e l t e r r i t o r i o y e l m o n t o d e l a r e c a u
d a c i n , s u p e r a a t o d o s l o s s o b e r a n o s q u e h a n e x i s t i d o
o e x i s t e n e n e l m u n d o " . )
1 3
Y e n e l u s o d e s c u i d a d o d e l
" n u e s t ro " (q u e s e c o n v i e r t e e n e l " su " ) , y e n l a de sc r i p
c i n de l a f e de l o s c r i s t i a n o s c o m o l a " m s v e rda de ra " ,
e n l u g a r d e l a " v e r d a d e r a " , p o d e m o s d e t e c t a r l a s s e m i
l l a s d e u n a t e r r i t o r i a l i z a c i n d e l a s c r e e n c i a s q u e a n u n
c i a e l l e n g u a j e d e m u c h o s n a c i o n a l i s t a s ( " n u e s t r a " n a
c i n es "la m e jo r" , e n u n campo comparativo, c o m p e t i t i v o ) .
En c a m b i o , l a c a r t a e sc r i t a de sde Pa r s , p o r e l v i a j e ro
13
TheTravelsofMarcoPolo, p. 152.
36
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publicacin estaba dejan do d e ser u n a em presa interna
cional[sic] .
2I>
En un a palab ra, la cada de l latn er a ejem
plo de un proceso ms amplio en el que las comunida
des sagradas, integradas p or antigu as leng uas sagradas,gradualmente se f ragmentaban, p lura l izaban y ter r i to-
rializaban.
E L
REINO DINSTICO
Quiz resulte dif c i l ahora imaginarnos enft icamente
en un mundo donde e l re ino dins t ico aparec a para la
mayora de los hombres como el nico s is tema "pol t i
co " imaginable. En cier tos sentidos fundamentales , la
m on arq ua "formal" se op on e a todas las concepcion es
m od er na s d e la vida pol t ica . El re in o lo organiza tod o
alrededor de un centro elevado. Su legit imidad deriva
de la divinidad , n o d e las pob lacion es, cuyos individuos,
desp us de tod o, son subditos, n o ciud ada nos . En la con
cepcin moderna , la soberana es ta ta l opera en forma
plena, l lanaypareja sobre cada cen t m etro cuad rado de
un ter r i tor io legalmente demarcado. Pero en la imagi
ne ra antigu a, do n d e los estados se definan po r sus cen
tros,
las fron tera s er an po rosa s e indistintas, y las sobe
ranas se fundan impercept ib lemente unas en o t ras .
21
As se explica, paradjicamente, la facilidad con la que
los imp er ios y los re inos pr em od er no s p od an sos tener
20
Ibid.,
p p . 232-233. El francs original es m s m od esto e histrica
m ente exac to : T a n d i s q ue l' on ed i t e de moins en moins d 'ouvrages
en la t n , e t u ne p rop ort io n toujours p lus gr an de de textes en langue
nat iona le , le com m erce du livre se m orcel le en E urop e."L'Apparition
du Livre,p. 356 .
21
Advir tase e l desplazamiento de la nomenclatura de los gober
nan tes que cor resp on de a es ta t ransformacin. Los escolares recuer
da n a los m ona rcas po r su no m br e (cualerae l apell ido de Guil lermo
el C onquistador?), a los presidentes por su apell ido (cmo sel lamaba
39
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s u c o n t r o l s o b r e p o b l a c i o n e s i n m e n s a m e n t e h e t e r o g
n e a s ,
y a m e n u d o n i s i q u i e r a c o n t i g u a s , d u r a n t e l a r g o s
p e r i o d o s .
2 2
T a m b i n d e b e m o s r e c o r d a r q u e e s t o s a n t i g u o s e s t a
d o s m o n r q u i c o s s e e x p a n d i e r o n n o s l o p o r l a g u e r r a
s i n o t a m b i n p o r l a p o l t i c a s e x u a l , de u n a c l a se m u y d i
f e r e n t e a l a q u e a h o ra s e p r a c t i c a . A t r a v s de l p r i n c i p i o
g e n e r a l d e la v e r t i c a li d a d , l o s m a t r i m o n i o s d i n s t i c o s
u n a n a p o b l a c i o n e s d i v e r s a s b a j o n u e v o s p i c e s . P a r a
d i g m t i c a e n e s t e s e n t i d o e r a l a C a s a d e H a b s b u r g o .
C o m o d e c a s u l e m a :
Be lla gera nt alii tufelix Austria nube
A q u , e n u n a f o r m a a l g o a b r e v i a d a , t e n e m o s l o s t t u l o s
d e l a l t i m a d i n a s t a :
2 3
Emperador de Austr ia , Rey de Hungra , de Bohemia, de
Dalmacia, Croacia, Eslovenia, Galicia, Lodomeria e Iliria;
Rey de jerus a ln ,
etc.;
A rchidu que de Austria
[sic];
Gran Du
que de Toscana y Cracovia; Duque de Loth [a] ringia, de
Salzburgo, Estiria, Carintia, Carniosa y Bukovina; Gran Du
q u e d e Transilvania, Margrave de Moravia; D uq ue d e la Alta
y Baja Silesia, de Mdena, Parma, Piacenza y Guastella, de
Ausschwitz y Sato r, de T es ch en , Friau l, Rag usa y Zara; Prn -
Ebert?). En un mundo de ciudadanos, todos el los elegibles en teora
para la presidencia, el l imitado conjunto de nombres los vuelve ina
decuados como designadores de especificacin. En cambio, en las
m ona rqu as , do nd e e l gob ierno es t reservado para un solo apel l ido,
son po r fuerza los hom bres , con n m ero s o apodos , los qu e provee n
las dist inciones requeridas.
22
Podemos advert ir , de paso, que Nairn est s in duda en lo cierto
cu an do d escr ibe la Ley de U nin d e 1707, ent r e In glaterra
y
Escocia,
como un "negocio patricio", en el sentido de que los arquitectos de
la un in eran pol ticos aris tcratas. (V ase su lcid o estudio en The
Brea k-up of Britain, pp. 136ss.) Sin embargo, resulta difcil imaginar
tal acuerdo entre las aris tocracias de dos repblicas. La concepcin
de un
Reino
U nid o fue seguram ente e l e lem en to m ed iado r decis ivo
que hizo posible el arreglo.
23
Ose ar Jszi ,The Dissolulion ofthe HabsburgM onarchy,p. 34.
4
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cipe Conde de HabsburgoyTirol, de Kiburgo, GrzyGra-
diska; Duque de Trieste y Brizen; Margrave de la Alta y la
Baja Lausitz y de Istria; Conde de Hohenem bs, Feldkirch,
Bregenz, Sonenberg, etc.; Seor de Trieste, de Cataro, y
ms all de la Marca del Windisch; Gran V oivod de la
V oy-
vodna, Serbia [...], etctera.
Como observa
Jszi,
esto "no carece de cier to aspecto
cmico [ . . . ] e l registro de innumerables matr imonios,
rega teos y capturas d e los H ab sbu rgo ".
En los reinos donde la poligamia estaba religiosa
mente sancionada, los s is temas complejos de concubi
natos escalonados eran esenciales para la integracin
del reino. De hecho, los l inajes reales derivaban a me
nudo su prest igio, aparte de toda aureola de divinidad,
de cierta mezcla racial.
24
Porque tales mezclas eran se
ales de una posicin superior. Resulta caracterstico el
hecho de que no ha habido una dinas t a " inglesa" re i
nante en Londres desde el siglo
XI
(si aca so) ;
y
cul "nacionalidad" asignaremos a los Borbones?
2 5
Sin em barg o, du ra nt e el s iglo XVTI por razones que
24
Sobre todo en el Asia premoderna. Pero el mismo principio ope
raba en la Eu rop a cristiana m on g am a. En 1910, un O tto Forst public
su Ahnmtafel
Seiner Kaiserlichen
und Koniglichen Hohe it des durchlauch-
tigsten
Herrn
Erzherzogs
Franz
Ferdinand, donde se enumeraba a 2 047
de los antepasad os del arch idu qu e q ue p ro nt o ser a ases inado. La
lis
ta inclua 1 486 alem ane s, 124 franceses, 196 italianos, 89 espa oles,
52 polacos, 47 daneses, 20 ingleses, hombres y mujeres, adems de
otras cuatro n acionalidades. Este "curioso do cu m en to ' ' se ci ta en
ibid.,
p.
136, n. 1. No puedo resistirme a citar aqu la maravillosa reaccin
de Francisco Jos an te las noticias del asesinato de su exc ntrico he
redero aparente : "En es ta forma, un poder super ior ha res taurado
ese o rd en que po r desgracia no pu de m an tene r"
(ibid.,
p. 125).
25
Ge llner destaca el carc ter tpic am ente extran jero de las dinastas,
pero interpreta el fenmeno en forma demasiado estrecha: los aris
tcratas locales prefieren a un monarca extranjero porque no toma
r pa rt id o en sus rival idades intern as.
Thoughl and Change,
p. 136.
41
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n o vien en al caso aqu inici su len ta decl inacin en
Europa occidenta l la leg i t imidad automt ica de la mo
narqua sagrada. En 1649, Carlos Estuardo fue decapi
tado en la p r imera revo luc in de l mundo moderno , ydurante e l decenio de 1650, fue gobernado uno de los
Estados europeos ms impor tantes por un Protec tor
pleb eyo , n o po r u n rey. Pe ro incluso en la po ca d e Po
p e y A dd ison, An a Es tuard o c ur ab a todava a los enfer
m os con la imposicin de m an os reales , curacione s rea
l izadas tam bin po r los B orb on es, Luis XV y XV I, en la
Francia Ilustrada hasta el f in del anden
rgime?
6
Pero
despus de 1789, el pr incipio de la Legit imidad tena
q u e ser de fen did o en form a agresiva y consc iente y, en
el proceso, la "monarqua" se convir t i en un modelo
sem iestand arizado . T e n n y el Hijo de l Cielo se convir
t ieron en "Emperadores" . En e l remoto Siam, Rama V
(C hu lalo ng ko rn) envi a sus hijos y sob rinos a las cor
tes de San Petersburgo, Londres y Ber l n , a aprender
los ref inamientos del modelo mundial . En 1887, inst i
tuy el pr incipio de la sucesin por primogenitura le
gal, "alineando as a Siam con las monarquas 'civili
zadas '
d e Europa ."
2 7
El nu ev o sistema llev al tr o n o , en
1910, a un homosexual ex travagante que seguramente
habr a s ido descar tado en una poca anter ior . S in em
bargo, la aprobacin in termonrquica de su ascensin
como Rama VI se sell por la asistencia, a su corona
c in , de pr nc ipes provenientes de Gran Bretaa , Ru
sia , Grecia , Suecia , D inam arca y Jap n .
2 8
26
M arc Bloch, Les
Rois Thaumaturges,
p p. 390 y 398-399. [H ay edi
cin del Fondo de Cul tura Econmica. ]
27
Noel A. Battye, "The Military, Government and Society in Siam,
1868-1910", tesis doc tora l, Co rne ll, 1974, p . 270.
28
S tephen Greene , Thai Government and Admin i s t ra t ion in the
Reign of Rama VI (1910-1925)", tesis doctoral , Universidad de Lon
dres , 1971, p . 92.
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c o m o u n a c a d e n a i n t e r m i n a b l e d e c a u s a y e f e c t o o d e
s e p a r a c i o n e s r a d i c a l e s e n t r e e l p a s a d o y e l p r e s e n t e .
3 0
O b s e r v a B l o c h q u e l a g e n t e p e n s a b a q u e d e b a d e e s t a r
c e r c a d e l f i n d e l t i e m p o , e n e l s e n t i d o d e q u e l a s e g u n
d a v e n i d a d e C r i s t o p o d r a o c u r r i r e n c u a l q u i e r m o
m e n t o : s a n P a b l o h a b a d i c h o q u e " e l d a d e l S e o r l l e
g a c o m o u n l a d r n e n l a n o c h e " . E r a a s n a t u r a l q u e e l
g r a n c ro n i s t a de l s i g l o x n e l o b i sp o O t t o de F re i s i n g , s e
r e f i r i e r a r e i t e r a d a m e n t e a " n o s o t r o s , l o s q u e h e m o s l l e
g a do a l f i n a l de l o s t i e m p o s" . Co n c l u y e B l o c h q u e , e n
c u a n t o l o s h o m b r e s m e d i e v a l e s " s e p u s i e r o n a m e d i t a r ,
n a d a e s t a b a m s l e j o s d e s u p e n s a m i e n t o q u e l a p e r s
p e c t i v a d e u n f u t u r o l e j a n o p a r a u n a h u m a n i d a d j o v e n
y v igorosa" .
3 1
A u e r b a c h h a c e u n b o s q u e j o i n o l v i d a b l e d e e s t a f o r
m a d e l a c o n c i e n c i a :
3 2
Si un suceso co m o el sacrificio de Isaac se in te rp re ta co m o
un anuncio del sacrificio de Cristo, de modo que el pri
mero promete y el segundo "cumple" [ . . . ] la promesa, se
establecer una conexin entre dos sucesos que no estn
ligados en lo temporal ni en lo causal [ . . . ] . Esta conexin
podr establecerse slo si ambos sucesos estn vertical-
mente l igados a la Divina Providencia, la nica que puede
elaborar tal plan de la historia y proveer la clave para su
entendimiento [ . . . ] . El aqu y ahora no es un simple esla
bn ms en una cadena terrenal de acontecimientos, s ino
que es simultneamentea lgo qu e n o ha sido siem pre y qu e
se cum plir e n el futuro; y estr ictam en te, a los ojos de D ios,
30
Para nosotros, la idea del "ropaje moderno", una equivalencia
metafrica del pasado con el presente, es un reconocimiento irnico
de su fatal separacin.
31
Bloch,FeudalSoety, I, pp. 84-86.
32
Auerbach ,
Mimesis,
p. 64. Las cursivas son mas. Comprese la
descripcin que hace san Agustn del Antiguo Testamento como "la
sombra del futuro [es decir , proyectado hacia atrs por el futuro]".
Citado en Bloch,FeudalSoety, I, p . 90 .
45
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es algo ete rno , algo omnitemporal, algo ya consumado en
el reino de los sucesos terrenales fragmentarios.
Con razn destaca Auerbach que esta idea de simultanei
dad
es en tera m en te ajena a nosotros. C onte m pla el tiem
p o com o algo semejante a lo qu e Benjamn llama tiemp o
mesinico, una s imultaneidad del pasado y el futuro
en un presente ins tantneo.
3 3
En tal visin d e las cosas,
la palabra "mientras tanto" n o p u ed e ten er nin gu na sig
nificacin real.
Nuest ra propia concepcin de la s imul taneidad se
ha venido forjando durante largo t iempo, y su surgi
miento es t c ier tamente conectado, en formas que no
se han estudiado bien todava, con el desarrollo de las
ciencias seculares . Pero es una concepcin de impor
tancia tan fundamental que, s i no la tomamos debida
mente en cuenta , encontraremos di f icu l tades para ex
plorar la gnesis oscura del nacionalismo. Lo que ha
l legado a tomar el lugar de la concepcin medieval de
la s imul taneidad a lo la rgo del t iempo es como dice
Benjamn una idea del " t iempo homogneo, vac o" ,
donde la s imultaneidad es , por decir lo as , t ransversa,
de t iempo cruzado, no marcada por la pref igurac in y
la real izacin , s ino po r la coin cide ncia tem po ral , y m e
dida por el reloj y el calendario.
3 4
Podr entenderse mejor la importancia de esta t rans
formacin, para e l surg imiento de la comunidad ima
ginada de la nacin si consideramos la estructura bsi
ca de dos formas de la imaginacin que florecieron en
el siglo
XVIII:
la novela y el pe rid ico .
3
Estas formas pro-
33
W alter Benjam n,
IUuminations,
p. 265.
34
Ibid.,
p. 263. Es tan pro fun da esta idea n uev a qu e se pod ra afir
mar que toda concepcin moderna esencial se basa en una concep
cin de "mientras tanto".
35
A un qu e ya hab a aparecid o en 1678 laPrincesse deClves, la era de
Richardson, Defoe y Fielding es de principios del s iglo XVIII. El ori-
46
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veyeron los medios tcnicos necesarios para la "repre
sentacin" de la clasede com unid ad im aginada que es
la nacin.
Consideremos en pr imer t rmino la es t ruc tura de la
novela antigua, un a estru ctu ra tpica n o slo de las ob ras
maestras de Balzac s ino tambin de cualquier bodrio
con tem po rn eo d e a dlar . Es claramente un instrumen
to pa ra la prese ntac in de la s imu l taneidad en " t iemp o
homogneo, vaco", o un anlis is complejo de la pala
bras "mientras tanto". Para i lustrar , tomemos una tra
ma novelstica sencilla en la que un hombre (A) tiene
u n a esposa (B) y u n a am an te (C ), qu e a su vez tiene u n
amante (D) . Podr amos imaginar una especie de d ia
grama tempora l para es te segmento como s igue:
Tiempo:
I II III
A pelea con B A telefonea a C D se em briag a
en un bar
Hechos: C y D ha ce n B se va d e A cen a en casa
e l am or com pras con B
D ju eg a bi llar C t iene u n sue
o ominoso
Advirtase qu e AyD nu nc a se en cue n t ra n du ran te es ta
secuencia; en efecto, podran no conocer s iquiera la
existencia d el o tro si C ha ju g a d o bien sus cartas.
36
Qu
gen del peridico moderno se encuentra en las revistas holandesas
de fines del sigloxvil;pero el peridico slo se convirti en una cate
gora general de material impreso despus de 1700. Febvre
y
Martin,
TheC oming oftheBook,
p. 197.
36
En efecto, el desenlace de la trama podra
depender,
en los Mo
mentos I, II y III, de que A, B,
C y
D no supieran lo que los otros se
proponen hacer.
47
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u n e en tonce s efec tivamente a AyD? Dos con ce pcio ne s
complementar ias : Pr imero , que es tn incorporados a
"sociedades" (Wessex, Lbeck, Los Angeles). Estas so
ciedades son entidades sociolgicas de una realidad tan
firme y estable que sus miembros (A y D) pueden des
cribirse incluso como si se cruzaran en la calle, sin lle
gar a conocerse, a pesar de hal larse relacionados.
37
Se
gundo, que A y D es tn incorporados a las mentes de
los lectores om nisc ien tes. Slo ellos ven las con ex ion es.
Slo ellos, co m o Dios, ven a A telefo nea nd o a C, a B q u e
va d e com pras, y a D qu e ju e ga billar, tod o almismotiem
po.
El hecho de que estos actos se realicen a la misma
hora y en e l mismo da , pero con ac tores que podr an
estar en gran medida inconscientes de la existencia de
los dems, revela la novedad de este mundo imagina
do,evocad o po r el au to r en las m en tes d e sus lectores.
38
La idea de un organismo sociolgico que se mueve
per i dica m en te a travs del t iem po hom og n eo , vac o ,
es un ejemplo preciso de la idea de la nacin, que se
concibe tambin como una comunidad slida que avan
za sosten idam ente d e u n lado a otro de la historia.
39
U n
nor teamericano jams conocer , n i s iquiera sabr los
nombres , de un puado de su 240 mil lones de compa
tr iotas . N o t iene id ea de lo qu e estn ha cie nd o en cual-
37
Esta polifona destaca de cisivamente a la novela m od er na inclu
so frente a un antecesor tan bri l lante como el
Satiricen
de Pet ro nio .
Su narrat iva procede en l nea recta. Si Encolpio lamenta la infidel i
dad de su joven am an te, no vemos simu ltneam ente a Gito en la cama
con Ascyltus.
38
En es te contexto convendr comparar cualquier novela h is tr i
ca con documentos o narraciones de la poca hechas ficcin.
39
Nada demuestra mejor la inmersin de la novela en el t iempo
homogneo, vaco , que la ausencia de esas genealogas in t roducto
rias, que a menudo l legan hasta el origen del hombre, tan caracters
ticas de las antig uas cr nic as, leyend as y libros sag rado s.
48
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quie r momento dado . Pero t i ene una conf ianza com
pleta en su act ividad sostenida, annima, s imultnea.
La perspectiva que estoy sugir iendo parecer quiz
m en os abs trac ta si pasam os a inspeccionar bre ve m en te
cuatro ficciones de culturas y pocas diferentes, todas
las cuales , menos una , se encuentran inseparablemen
te l igadas a mo vim ien tos na cionalistas. En 1887, el "Pa
d re de l Na cion alism o F ilipino", Jo s R izal, escribi la
novela Noli Me Tangere, considerada ahora como la ma
yor hazaa de la l i teratura f i l ipina moderna. Fue tam
bin una de las primeras novelas escritas por un "in
dio".
40
V eam os su inicio m aravilloso.
41
A fines de Octub re, don Santiago de los Santos, conocido
popularmente bajo el nombre de Capitn Tiago, daba
una cena, que, sin embargo de haberlo anunciado aque
lla tarde tan slo contra su costum bre, era ya el tema d e
todas las conversaciones en Binondo, en otros arrabalesy
hasta en Intramuros. Capitn Tiago pasaba entonces por
el hom bre ms ramboso,
y
sabase que su casa, como su
pais,no cerraba las puertas nadie, como no sea al co
mercio toda idea nueva atrevida.
Cual una sacudida elctrica corri la noticia en el m un
do de los parsitos, moscas colados que Dios cri en su
infinita bo nd ad , y tan cariosam ente multiplica en Ma
nila. Unos buscaron betn para sus botas; otros, botonesy
corbatas, pero todos preocupados del modo cmo haban
40
Rizal escribi esta novela en el idiom a colonial (esp ao l) qu e e ra
a la sazn la len gu a franca d e las m inoras e urasiticas y nativas, tni
cam ente diversas . Ju n to c on la novela apare ci tam bin , po r pr im era
vez, una prensa "nacionalis ta", no slo en espaol s ino tambin en
idiom as "tnicos" tales co m o el tagalo y el i locano . V ase Le op ol do Y.
I&bes, "The Modern Literature of the Phil ippines", pp. 287-302, en
Ke rre-Bern ard Lafont y Denys Lom bard (com ps. ) ,LiteraturasContem-
poraines
de
l'Asie
du Sud-Est.
41
Jo s Rizal,
Noli Me
Tangere, Manila, Inst i tuto Nacional de Histo
ria, 1978,p. 1.
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de saludar ms familiarmente al dueo de la casa, para
hacer creer en antiguas amistades, excusarse, si mano
viene, de no haber podido acudir ms temprano .
Dbase esta cena en una casa de la calle de Anloague,
y, ya que no recordam os su nm ero , la describiremos de
m anera que se la recono zca a n , si es que los temblores
no la han arru inad o. No creemos que su due o la haga
derribar, porque de este trabajo ordinariamente se encar
ga all Dios la Naturaleza, que tambin tiene de nuestro
Gobierno muchas obras contratadas.
N o hay nece sidad de m ayores com enta rios . Bastara ad
ver t i r que desde e l pr inc ip io la imagen (enteramente
nueva para la l i teratura f i l ipina) de una cena comenta
da por cen tenare s de personas innom inada s , qu e n o se
con oce n e nt re s , en m uy diferentes r in con es de M ani
la, en un mes particular de un decenio particular, evoca
de inm ed ia to a la com un ida d im aginada . Y en la f rase
sobre "una casa de la cal le Anloague que todava pue
d e recono cerse [ . . . ] , los recon oced ores son los lectores
fil ipinos. La progresin casual de esta casa, del t iempo
"interior" d e la novela al t iem po "exterior" de la vida dia
ria del lector [de Ma nila] , prov ee u n a confirm acin hip
ntica de la solidez d e un a com un ida d singular qu e abar
ca person ajes, a ut or y lectores, m ovind ose a travs del
t iem po d e calend ario. Advirtase tam bin el to no . Aun
que Rizal no tiene la menor idea acerca de las identi
dades individuales de sus lectores, escribe para ellos
con una int imidad irnica, como si sus relaciones rec
procas no fuesen problemticas en m ed ida alguna.
42
4t
La otra cara de la oscuridad annima de los lectores era (es) lacelebridad inmediata del autor. Como veremos ms adelante, esta
oscuridad y celebridad tienen mucho que ver con la difusin del ca
pitalismo impreso.
Ya
en
1593,
los emprendedores dom inicos haban
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Nada nos da un sentido ms foucault iano de las dis
con t inuid ad es sbitas de la conciencia qu e la co m para
cin de Nolicon la ob ra li teraria m s famosa escrita an
tes po r u n "ind io" la de Francisco Baltazar, Hnagdaanang
Buhay ni
Florante
at ni Laura sa Cahariang Albania
[La
Historia de Florante y Laura en el Reino de Albania] ,
cuya pr imera edic in impresa da ta de 1861, aunque
p u d o ha be r sido escrita en 1838.
43
Porque a un qu e Balta
zar viva todava cuando Rizal naci, el mundo de su
ob ra m aestra es, en tod o sentido bsico, ajeno al d eNoli.
Su ambiente una fabulosa Albania medieval est
com ple tam en te a le jado en t iem po y espacio de l Binon-
do del dec en io de 1880. Sus hro es Florante, un no ble
cristiano d e Albania, y su amigo n tim o A ladino , un aris
tcrata persa m usulm n ("moro") nos re cu er d an a las
Filipinas slo p o r el nex o en tre cristianos y m oro s. M ien
tras que Rizal salpica deliberadamente su prosa espao
la con palabras tagalas en busca de un efecto "realista",
satrico o nacionalista, Baltazar m ezcla in co nsc ien tem en
te frases espaolas en sus cuartetos tagalos slo para en-
fat izar la grandeza y sonoridad de su diccin. Noli se
escribi para ser leda, mientras que Florante at Laura
de be ra ser can tad a en voz alta. Lo ms no table de tod o
es el m anejo del t iem po po r parte d e Baltazar. C o m o ob
serva Lumbera, "el desenlace de la t rama no sigue un
or d en cron olg ico. La his toria se inicia
in
medias
res,
d e
m od o q ue la his toria com pleta n os l lega a travs de u n a
serie de discursos que sirven como remembranzas".
4 4
publicado en Manila laDoctrinaChristiana. Sin embargo, las publica
ciones impresas permanecieron durante siglos bajo estricto control
eclesistico. La liberalizacin slo se inici en el dec en io de 1860. V a
se Bienvenido L. Lu m bera , TagalogPoetry, 1570-1898, Tradition andln-
fluence s in
its
Development,
pp . 35 y
93.
** Ibid.,?. 115.
44
Ibid.,
p. 120.
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Casi la mitad de los 399 cuartetos son relatos de la in
fancia de Florante, sus aos de estudiante en Atenas y
sus subsecuentes hazaas mil i tares , narrados por el h
roe en conversacin con Aladino.
45
La " remembranza
ha bla d a" era pa ra Baltazar la n ica alternativa a u n a na
rrac in directa. Si no s en te ra m os d e los pasado s "simul
tneos" de Florante y Aladino , es porque es tn conec
tados po r sus voces qu e co nversan, n o po r la estructura
d e la pica. Cu an dis tante es esta tc nica de la d e la no
vela: "Esa m isma primav era, m ien tras Flo rante estudia
ba todava en Atenas, Aladino era expulsado de la cor
te d e su so be ran o [ . . . ] ." En efecto, ja m s se le oc ur re a
Baltazar "situar" a sus pro tag on istas en la "sociedad", o
discutirlos con su auditorio. Yaparte del flujo melifluo
de polislabos tagalos, no hay mucho de "fil ipino" en
su texto.
46
En 1816,70 aos antes de la com posicin de No li, Jos
Joaqun Fernndez de Lizardi escribi una novela t i tu
lada
El
Periquillo
Sarniento,
ev id en te m ente la p r ime ra
45
La tcnica es s imilar a la de Homero, tan hbilmente analizada
por Auerbach ,
Mimesis,
cap. 1 ("Odysseus' Scar").
46
"Paalam Albaniang pinamamayanan
ng casama, t , lupir, bangis caliluhan,
aco ng tang ulan m o, i, cusa m ang pinatay
sa iyo, i, m alaqu i and pan ghih inay ang ".
[Adis, Albania, rein o ah or a de l m al ,
la crue ldad , la brutal idad y e l en ga o
Yo,
tu defensor, a quien ahora asesinas
lam ento a pesar de todo la suer te qu e te espe ra . ]
Esta estrofa famosa se ha interpretado a veces como una expresin
velada del patriot ismo fi l ipino, pero Lumbera demuestra convincen
temente que esa interpretacin es una visin anacrnica. TagcdogPoe-
try,
p . 125. La t raduccin es de Lu m be ra. H e al terad o l igeram ente su
texto tagalo para conform arlo a un a edicin del poem a de 1973, ba
sada en la impresin de 1861.
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esta noche nadie haba sa l ido. Porque la fuerte l luvia de
tod o el da h aba m ojad o los cam inos y los hab a vuelto m uy
resbalosos.
Para los trabajad ores d e t ien das y oficinas, el sb ad o po r
la maana era un momento de an t ic ipac in: an t ic ipaban
su ocio y la diversin d e c am inar p or la ciudad en la no ch e,
pero esta noche se iban a frustrar, en vista del letargo cau
sado por el mal t iempo y los caminos lodosos de los
kam-
pungs.
Los caminos pr inc ipa les rebosaban de ordinar io
con tod a clase d e trfico, las veredas es taban llen as d e gen
te ,
pero ahora todos estaban desier tos. De vez en cuando
poda escucharse el chasquido de un l t igo que apuraba a
un caballo, o el so na r de los cascos de otr