Cronica de Hartman Estudiando a Los Izalcos, Comentado por Julio martínez

Embed Size (px)

Citation preview

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

______________________________________________

Crnica: estudiando a los Izalcos (1899?)Carl V. Hartman

______________________________________________

Quin fue Carl Hartman? Botnico primero y antroplogo despus, Hartman naci en rebro, Suecia. En 1890 fue seleccionado por el etngrafo noruego Carl Lumholtz como botnico para su expedicin a la Sierra Madre en el noreste mexicano y ah estudiar a indgenas regionales, tambin document el uso de plantas por pueblos indgenas. EN 1894 present Los indgenas del noroccidente de Mxico en el X congreso de americanistas en Estocolmo. Entre 1896 y 1899 desarroll estudios etnogrficos y arqueolgicos en Costa Rica, Guatemala y El Salvador. De ah surge Reconocimiento etnogrfico a los aztecas de El Salvador. Hartman muri en Estocolmo el 19 de junio de 1941. (Fuente: Trasmallo 2, 2006)

1

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

Presentando a Hartman: Me he dado cuenta que Hartman es todava hoy, un desconocido para algunos estudiosos de la sociedad y la cultura en El Salvador, sin embargo es importante como etngrafo por sus diferentes anotaciones y documentos acerca del pas. Pienso en lo ventajoso que debe ser para los Izalcos verse reflejados histricamente en las crnicas, fotografas y documentos de anotacin de Hartman. Hay ah muchos elementos que pueden ofrecer preguntas para hacer nuevas indagaciones. Los antroplogos encontrarn muchas cosas de las que hacerse cargo, la antropometra de Hartman, la botnica y su uso, la forma y distribucin del poblado, el gobierno local, la lengua azteca, su analoga con los pipiles, los juegos de los nios, el uso ritual de la chicha en las festividades, el origen del vestido del hombre, los cambios en la tierra, la evolucin demogrfica en fin. Todas preguntas investigativas a partir de un pequeo documento - crnica. Los estudios de Hartman dan para ms. Sirva pues como difusin y motivacin para los estudiantes.p.s. Impulsado por la gana de comentar, pues, agregu mis comentarios al pie de pgina. Julio Martnez

2

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

El Salvador es el ms pequeo de los estados centroamericanos, pero tambin el ms poblado, el ms rico y el ms cultivado. Exceptuando al estado diminuto de Rhode Island en Estados Unidos, no existe en el continente americano ninguna otra regin tan densamente poblada. Toda el rea la constituyen 21,070 kilmetros cuadrados y all habitan 800,000 individuos1. La mayor parte de la poblacin la conforma la raza mestiza entre el espaol y el indgena. En la parte occidental de El Salvador habitan cerca de 100,000 aztecas,2 cuya expansin territorial limita al este con una franja habitada por otras tribus indgenas, que son actualmente civilizadas y que hace tiempo han perdido su idioma, por lo que no se sabe nada acerca de su origen. Karl Sapper3 supone, aunque no explica en qu se basa para ello, que se trata de los pokomames. En la regin oriental de El Salvador habitan unos miles de matagalpas4 que han sido poco estudiados. No alcanc a visitarlos, pero he visto algunos de estos individuos ofreciendo sus productos, fabricados de fibra de maguey, en los mercados aztecas. A mi llegada a El Salvador me dirig directamente a la capital, donde consegu que el Ministerio de Educacin me entregara una recomendacin escrita para las autoridades civiles y el de Guerra, una similar para las militares. Durante el viaje a la capital tuve la oportunidad de ver algunos indgenas de las tribus que tena planeado estudiar en primer lugar, es decir, los aztecas y los pipiles. En la pequea estacin de tren de Ceiba observ a unos veinte individuos que marchaban en fila, atados entre s con una cuerda, como si fuesen esclavos negros. Iban escoltados por un grupo de soldados armados con fusiles y bayonetas caladas. Le pregunt a mis compaeros de viaje si se trataba de presidiarios. No, seguro que no, fue la respuesta, se trata de voluntarios de Nahuizalco, que son trasladados al cuartel de la capital. Tal como luego me enter, los cuarteles de El Salvador, dependiendo de la necesidad que exista, se atiborran de indgenas

1

Bien, todo ha cambiado, ahora el pas mide menos y tiene ms personas. Son 20,742 kms cuadrados y alrededor de 6,000,000 de habitantes. 2 Hartman se refiere as al grupo que habitantes de la zona de Nahuizalco, Izalco, Santo Domingo de Guzmn, Santa Catarina y dems de la regin. Aunque en apariencia los diferencia no s en qu- de los pipiles de la misma zona central del pas, veremos adelante que se refiere a un sinnimo. 3 Sapper, amigo de Jorge Lard son los que evidencian en Gija, la piedra del sol y la luna en el Valle de las figuras de Igualtepeque. 4 Hartman se refiere as a los grupos lencas, a quienes tambin se les conoce como Matagalpas. En el oriente se encontraban Ulas, Lencas (matagalpas), mangues, kakawiras y chorotegas.

3

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

obligados a cumplir con el servicio militar. Estos suelen ser soldados ms confiables y valerosos que los ladinos.5 Sin embargo, produca lstima ver a esos individuos amarrados entre s, con sus ropas de algodn blanco sucias por el polvo del camino. Parecan ser indgenas corrientes, pertenecientes seguramente a la misma raza que se ve en la capital de Mxico. Eran de una estatura baja, de piel amarillenta, ojos marrn oscuro y pelo corto y negro. Su vestidura era la tpica de los trabajadores centroamericanos, camisa de algodn blanca, pantalones tambin blancos y sombrero de paja. En la capital me haban aconsejado que comenzara mi trabajo entre los aztecas de la comunidad de Nahuizalco, cerca de Sonsonate, porque all la lengua6 que se hablaba era pura. Estuve tratando infructuosamente de localizar este lugar en el ltimo mapa oficial de El Salvador y, como no pude encontrarlo, supuse que sera un poblado diminuto, de unos doscientos habitantes. Una tarde cabalgu hasta Sonsonate, y al anochecer llegu a Nahuizalco. Cansado por el viaje me acost sin tener la oportunidad de saludar al dueo de la casa, el ex comandante de la ciudad, que ya se haba ido a dormir. Por lo tanto, mi sorpresa fue muy grande cuando, al despertarme la maana siguiente, me encontr con que estaba en un poblado indgena de miles de casas, donde habitaban alrededor de 8,000 aztecas. Este era sin lugar a dudas el poblado indgena ms grande que haba visto hasta entonces. Durante mi estancia entre las tribus indgenas del norte de Mxico, muy rara vez encontr alguna aldea con ms de treinta o cuarenta chozas, exceptuando algunas que tenan unas doscientas viviendas entre los indgenas mayo y los yaqui de la regin del Pacfico. En este poblado todo pareca ser muy ordenado y civilizado, si se comparaba con la situacin de los pueblos cazadores y nmadas de la Sierra Madre, as que di por hecho que aqu podra, rpidamente y sin impedimentos, comenzar a medir la constitucin fsica y fotografiar a un nmero elevado de nativos. Pero no imaginaba cun profundamente arraigadas estaban las ideas supersticiosas ni cmo esta gente desconfiaba de todo lo nuevo. Ni siquiera por medio de una retribucin al contado, independientemente de lo alto que fuese el pago ofrecido, pareca posible conseguir que unos pocos5

Lo que es importante destacar es que siempre, incluso durante la guerra de 80s, los campesinos e indgenas eran quienes deban participar mayoritariamente en el ejrcito como soldados. Los ladinos no es que fueran ms confiables, sino que, socialmente pertenecan a una escala superior al indgena. 6 Lengua pura?, Quiso decir que los indgenas de Nahuizalco hablaban nhuatl? Referirse a ellos como aztecas significa que eran los descendientes de los tlaxcaltecas mexicanos que llegaron con Pedro de Alvarado en 1524?

4

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

individuos se dejaran medir y fotografiar. Decid entonces utilizar las cartas de recomendacin del Gobierno y, con este fin, me dirig al alcalde de la ciudad, un indgena anciano quien tambin era presidente del consejo del pueblo.7 Este me respondi primero en forma diplomtica, diciendo que hara lo posible por ayudarme, tan pronto como sus ocupaciones se lo permitieran. Pero uno de sus colegas, conocido como el alguacil, se adelant para contarme una historia triste que le haba pasado de verdad a un amigo suyo quien, luego de que un hacendado alemn de la capital le tomara fotografas, haba cogido una fiebre muy alta de la cual muri, dejando a la viuda y muchos nios sin subsistencia asegurada. Me pidi por ello posponer la cosa hasta el mes prximo. El nuevo alcalde tomara entonces el riesgo, segn l, de negociar con el hombre de los grandes anteojos, tal como me haban bautizado por el lente de la cmara fotogrfica. Logr finalmente conseguir que el nuevo alcalde prometiera prestarme su ayuda. Envi a un cabo, acompaado por seis soldados armados, a buscar a dos individuos que me ofrecieron como objeto de experimentacin. Despus supe que estos, a quienes el alcalde haba recordado con benevolencia en primera instancia, eran los peores enemigos que l tena en la ciudad. Pude medir a uno de ellos que pareca un condenado a cadena perpetua y cuando puse la cabeza debajo del trapo negro de la cmara para fotografiarlo, su compaero, con un arriesgado salto, se tir por la ventana desapareciendo en el bosque cercano. Ni ese da ni los prximos logr conseguir a otro voluntario. La gente estaba tan irritada que el alcalde no quiso arriesgar su autoridad por ayudarme. Poco despus hice el intento de fotografiar sus hermosas danzas con bastones al aire libre, pero me amenazaron con reprimendas en azteca y con la posibilidad de recibir una paliza, por lo que qued muy contento de salir ileso y de que la cmara no resultara daada. En esta danza, al igual que en todos sus festejos aunque nunca en los religiosos, la mayora estaba ebria8 pero pacfica a pesar de su condicin aventurada. Sal a la plaza pensando en tomar una imagen de las mujeres que all vendan y compraban, pero al verme colocaron sus cestos sobre la cabeza y se dispersaron como un enjambre de gorriones.7

Seguramente el Alcalde lo era por nombramiento y no por eleccin. En Izalco an existe el Alcalde del Comn, nombrado desde la comunidad, principalmente vinculada por la religin. 8 Esto de la ebriedad parece haber sido parte de los rituales que desarrollaban los indgenas, y probablemente eso les hizo merecedores de las discriminaciones y trato despectivo de los mestizos y criollos quienes en muchos textos se refieren a los indgenas como borrachos y haraganes.

5

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

Sienten temor, segn sus propias palabras, a ser pintados por la cmara porque poseen la creencia de que mediante la foto se les roba algo que pertenece a su interior. Es el tounal (fuerza, espritu protector) lo que temen perder. Piensan que esta parte mstica de s mismos que, segn creen, aparece representada en la fotografa la llevan los hombres blancos a zonas lejanas con fines desconocidos e incomprensibles, pero malignos y que, por medio de brujeras, les ocasionaran desgracias. Cuando los tepehuanos del nordeste de Mxico miraban sus fotos solan decir: Estos sinvergenzas, personas insolentes que vienen a nuestras comunidades, pura y simplemente para robarnos nuestras almas! Es indudable que obligarlos a fotografiarse les causa gran sufrimiento psquico. Una muchacha de Nahuizalco, que pareca tomarlo desde el punto de vista prctico, me respondi una vez que logr convencerla para que me dejase sacarle una fotografa: Por qu debera dejarte que me quitases mi sombra por un peso cuando de regreso a tu isla quizs la vendas por varios cientos? Finalmente comprend que me resultara casi imposible realizar el trabajo antropomtrico en esta comunidad y decid posponerlo para otra ocasin. Sin embargo, este lugar pareca ser interesante y adecuado para recopilar el material lingstico y etnogrfico, que comenc a estudiar la lengua de sus habitantes, sus usos y costumbres, etctera. Los aztecas de El Salvador o pipiles viven casi exclusivamente de la agricultura, los huertos y la industria de la cestera. En las laderas de las montaas y en las gargantas de los valles de los alrededores de Nahuizalco, a una milla de distancia a la redonda, se extienden las parcelas cuadradas e irregulares, rodeadas de cercos formados por setos de pias salvajes, de ciruelos del trpico (Spondias sp) o de arbustos espinosos (Erythrina). Y entre las arboledas de palmeras, rboles de naranja y de zapote se encuentran desparramadas las casas de los indgenas. En los campos se siembra maz de formas y colores variados, diferentes clases de frijoles, pltano, caa de azcar, yuca, pia, tomate, tabaco y gran variedad de granos bsicos y otros cultivos.9 Tambin muchas verduras europeas como la lechuga, la coliflor y los rbanos, entre otras, se han impuesto y se plantan todo el ao.

9

Una ventaja de Hartman es que era profesional de la botnica y eso le daba suficiencia para este tipo de explicaciones sobre la vida vegetal.

6

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

El maz es la siembra tradicional de mayor importancia. Antes de que la tierra se parcelara, unos treinta aos atrs, todos los habitantes de la aldea trabajaban el campo en forma conjunta y despus se ofrendaba al dios del maz. Para ello se reunan todos los trabajadores con sus herramientas y, dirigidos por los ancianos de la comunidad y los lderes, desfilaban por el campo al sonido de las flautas de bamb y de los tambores. Las mujeres los acompaaban cargando abundantes alimentos que preparaban al aire libre y chicha de maz. Lo mismo se repeta cuando era la poca de la cosecha. Pareca ser ms una fiesta que un pesado trabajo y todos participaban con igual inters en la cosecha, que era propiedad comunal. El reparto de la tierra en todos estos pases fue, sin excepciones, poco afortunado para los indgenas, quienes de improvisto debieron pasar de un sistema comunal a otro individualista, dando posibilidad a los blancos para introducirse y convertir a los indgenas en su fuerza de trabajo esclava.10 An hoy, cuando llega la poca de la siembra, los pipiles cuelgan guirnaldas de hojas multicolores de Tradenscatia versicolor una planta comnmente cultivada por nosotros alrededor de sus dioses del maz dolos de piedra pequeos y toscos y por las noches encienden velas y les ofrecen incienso. Vi dolos de piedra similares en los campos de maz, a poca distancia de la iglesia catlica construida en el siglo XVI en el altar de la propia ciudad de Nahuizalco, as como escondidos en grutas de los valles fluviales. Cuando llega la poca de las lluvias el cielo se cubre con nubes oscuras de lluvia y tormenta. Los indgenas salen entonces de sus casas en medio de la noche y se escuchan tocando unas trompetas fabricadas con caracoles para ahuyentar los huracanes del campo. Las mujeres aztecas se distinguen en la preparacin de cantidad de alimentos con base de maz, tantos que es imposible contar o describir. El pan de maz se amasa para cada comida y es superior al de trigo, tanto en sabor como en valor alimenticio. Sus huertos producen cada ao una cantidad importante de vegetales y tambin la flora salvaje obsequia a la cocina azteca muchos productos valiosos y de buen sabor. Varias clases de flores con aroma delicado se utilizan para preparar comidas especiales. Existe aqu una gran variedad de abejas salvajes, cuya miel tiene aroma diferente.

10

Una anotacin muy precisa: separacin del acceso a la tierra y esclavitud.

7

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

Adems se hacen conservas de distinto tipo de frutas como los tamarindos, los jocotes (Spondias, una clase de ciruela cida), los chilacayotes (una especie de calabaza grande, verde con pintas blancas) y otras. Los aztecas han domesticado dos clases de abejas, una del tamao de una mosca y la otra del de un mosquito, y ambas se ven alojadas en campanas de cscara de calabaza que cuelgan de las paredes de las casas.11 Tambin aprovechan diferentes clases de hongos. En la costa se cultiva por lo general el cacao, aunque no tanto como antao. Aqu, igual que entre los aztecas de Mxico, el chocolate es una bebida muy apreciada. Los nios tienen diferentes clases de juguetes. Las muecas se confeccionan de junco o de madera. Tirando fuertemente de un cordn que se encuentra atado al trompo, este se echa a girar en el suelo y a veces tiene un clavo pequeo en la punta. Tambin entre los pueblos xinca de Guatemala los nios usan esta misma clase de trompos. En las regiones clidas, las mujeres visten simplemente una falda de tela de algodn fina y lisa, enrollada al cuerpo en dos vueltas. Por lo general van desnudas de la cintura para arriba. En las aldeas de las montaas altas se utiliza tambin una especie de blusa (huepil) y en Izalco y Ataco es comn un cinturn liso alrededor de la cintura. La vestimenta masculina consista no hace mucho solo de un pequeo cinturn entre las piernas (mastate), pero actualmente siempre llevan pantaln y camisa de algodn blanco. Entre los xinca de Guatemala encontr el mastate an en uso. En la mayora de las regiones de Centroamrica todas las pruebas de objetos artsticos de produccin indgena han desaparecido. Sin embargo, entre los pipiles exista algo, pero se requera de mucho tiempo y era bastante difcil traer cualquier coleccin etnogrfica, debido a que los nativos se niegan absolutamente a vender esos objetos a los extraos, por temor a que despus los utilicen para embrujarlos. Deb inspeccionar sus casas escudndome en todos los pretextos imaginables, para poder persuadirlos de que me mostraran dichos objetos. Y muy rara vez pude realizar alguna compra inmediatamente, ya que deban llevarse a cabo verdaderos Consejos de familia para decidir algo tan importante como la venta de, por ejemplo, una vrtebra de ciervo (sus dados) o un trompo. Mi intrprete, Jos

11

La extraccin de la miel, era entonces por el cultivo domstico de la misma. Las del tamao de la mosca son la Apis mielifera (abeja comn) y la pequea debe ser la que conocemos con el nombre de chumelito

8

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

Beltrn, debi regresar a menudo en el momento adecuado para finalizar la compra de lo que yo deseaba. Entre los aztecas de El Salvador, as como en otros lugares de Amrica donde hace siglos los espaoles tienen sus iglesias, los sacerdotes han tratado por todos los medios de destruir las representaciones religiosas antiguas. En primer lugar, rechazaron a los dolos, as como las prcticas culturales y costumbres que se relacionaban con aquellos y las ceremonias y danzas, entre otras. Diego Garca de Palacio, quien visit El Salvador por encargo del rey de Espaa en 1576, describe cmo los aztecas del lugar tenan las mismas creencias religiosas que los de Mxico. 12 Haba grandes hechiceros y escribas que interpretaban los libros sagrados. El sacerdote ms importante, tecti, llevaba una vestimenta larga y ancha de color azul ndigo y luca en su cabeza una diadema, en la que colocaba plumas verdes de quetzal (Trogon splendens), el pjaro sagrado. Tenan unos dolos de piedra grandes y realizaban sacrificios humanos, arrancndoles a las vctimas el corazn y sostenindolo hacia el sol. La sangre se dejaba caer en cuatro puntos cardinales. Los indgenas han aprendido a adorar a los santos de las iglesias catlicas. Hace tiempo que han desaparecido los sacrificios humanos, as como otras ceremonias parecidas. Algunos de esos dolos de piedra todava existen y son adorados por los indgenas. Se les ofrenda flores, incienso y velas. Para acabar con esta competencia molesta, los sacerdotes han destruido, cuando han podido, dichos dolos de piedra. En un lugar no muy lejano de Nahuizalco, el alcalde me mostr un dolo gigantesco al lado de una antigua piedra de sacrificio que un sacerdote haba hecho dinamitar pocos aos antes. Al lado del camino que conduce a Nahuizalco hay, desde tiempos inmemoriales, una figura de piedra del tamao de un hombre, al que se conoce como El Guardin o Seor del Camino. Poco antes de mi llegada, y por encargo del sacerdote, lo haban hecho rodar hasta el mar. Sin embargo, los indgenas lo buscaron y lo pusieron de nuevo en su antiguo lugar. El sacerdote orden entonces que lo tiraran a un precipicio donde, con toda seguridad, acab por romperse. La mayora de los indgenas de Centroamrica se convirti al cristianismo solo nominalmente. Fueron obligados a abandonar muchos de sus cultos antiguos, costumbres y ceremonias. Sin embargo, su visin del mundo es bsicamente la misma que la de sus antepasados. Cuando los aztecas de El Salvador se santiguan en la iglesia, nombran a Dios con el nombre de Tuteco, lo que significa poderoso, grande o muy apreciado entre12

Sacrificios humanos entre los de Nahuizalco? Interesante.

9

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

otros. Pero esta misma palabra la utilizan tambin para referirse al sol, hacia el que los ancianos se vuelven al amanecer con los brazos alzados para presentar sus ruegos y sus quejas. De igual manera se designa a los santos de madera de las iglesias y a los dolos de piedra que se ponen en las grutas y en los campos de maz. Y tambin a los que, vistiendo ropas multicolores, se pasean en grupos por los caminos, arrastrando gigantescas cruces de madera. La palabra Tuteco se utiliza, adems, en el sentido de seor de la casa para dirigirse a cualquier persona de influencia entre los indgenas. Los campos y los bosques estn habitados por seres inmateriales que dominan la naturaleza. As como las personas tienen un Tuteco o espritu protector, tambin lo tiene la mayora de los animales, como el ciervo, el conejo o los cangrejos, y tambin el maz y los dems cultivos. Los hechiceros poseen un poder mstico sobrenatural que les permite tomar por las noches la apariencia de diferentes animales: gatos, jaguares, cerdos, lechuzas y otros. La creencia en estas metamorfosis es generalizada y muy profunda, as como la conviccin de que algunas personas pueden ocasionar enfermedades o desgracias. Esto suscita muchas veces desavenencias y en ocasiones el odio entre individuos o familias puede subsistir durante toda la vida. Algunas leyendas sombras que pude recopilar entre estos indgenas testimonian lo antedicho. En ellas el protagonista es el hombre que se transforma en animal. Busqu infructuosamente en Nahuizalco durante mucho tiempo a algn joven que pudiera asistirme con diversas tareas. Cuando despus de muchas molestias, y mediante un pago ventajoso, consegu a un muchacho de 12 aos tuve que prometerle a su madre que no lo transformara en gato y que tampoco lo enviara de regalo a mis compatriotas del otro lado del mar. Y por las noches, para mayor seguridad, l tena que ir a dormir a casa de sus padres. En mi cabalgata a Guatemala llevaba como gua y cargador a un indgena de unos 20 aos, originario de Nahuizalco. El primer da me confes, entre otras cosas, que estaba hechizado. Unos envidiosos le haban metido con malas artes una vbora en su estmago y desde entonces sufra de mala salud. Cuando llegamos a Comapa, el ltimo pueblo azteca de la frontera, se le fue el valor y quiso romper su contrato conmigo.

10

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

Finalmente, acab por quejarse al Consejo del pueblo, que estaba conformado por puros indgenas, y les cont que no haba podido dormir las ltimas noches del temor que senta de que yo me bajase de mi hamaca para dispararle un tiro o que lo enviase de regreso a Nahuizalco con la apariencia de gato. Cmo va a reconocerme mi esposa?, exclam y comenz a gemir y a llorar. A la maana siguiente regres a su casa y me suministraron, a cuenta de la comunidad ya que deseaban deshacerse de m, otro gua para que me acompaase hasta el pueblo prximo. All logr convenir con unos indgenas quichs, que son ms inteligentes, para que me acompaaran a la capital de Guatemala. Entre las costumbres paganas que an subsisten y que dan testimonio de la importancia religiosa de los cuerpos celestes, debe nombrarse en primer lugar la ruidosa ceremonia durante los eclipses de luna. Tan pronto como la sombra oscura se ve a un lado de la luna, las mujeres pipiles trasladan sus morteros de mano (unas piedras planas rectangulares) y martillean en ellas con rodillos de piedra. Tambin se hace bulla de otras maneras; por ejemplo, haciendo ruido con ollas y tapas. Este alboroto se propaga de casa en casa. En los eclipses de luna creen ver una lucha y dicen que el sol se quiere comer a la luna y, como todos simpatizan con la luna, quieren ahuyentar al sol por medio del bullicio. Las mujeres se lamentan pobre, pobre luna, qu enferma est, cmo sufre, dejen que la ayudemos, y mientras tanto martillean. Si se llevase a cabo esta ceremonia en un pueblo cercano, cuya poblacin fuese de indgenas y de ladinos, los primeros veran con amargura, casi con espanto, la irreligiosidad y la falta de compasin de los segundos por la luna. La virgen Mara es para la mayora de los aztecas igual que la luna. Esta misma costumbre exista entre los pueblos indgenas ms conocidos de Sudamrica, los altamente civilizados peruanos, quienes, cuando haba un eclipse lunar, hacan barullo pegando a sus perros para que se lamentasen. Los algonquinos, los indgenas iraques y los esquimales de Groenlandia tenan una costumbre idntica. Los pipiles observan determinadas reglas durante el oscurecimiento. Llenan de agua sus artesas rectangulares de jardn (batea) y ponen dentro una vela encendida. En el agua se ve el reflejo de la lucha entre el sol y la luna. Haba escuchado que esto se haca en un par de pueblos abajo, en el litoral montaoso y el da de Navidad de 1898, cuando se esperaba un eclipse de luna, cabalgu hasta la comunidad de Tepecoyo, ubicada en la cumbre de una montaa al lado del mar. No hubo, sin embargo, ningn eclipse aquel da,

11

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

pero los indgenas me mostraron lo que acostumbraban a realizar en aquellas ocasiones. Segn sus declaraciones, la imagen oculta del disco de la luna se refleja en el agua iluminada por la luna como si fuera un animal oscuro, un gato que se mantiene en continuo movimiento. Poco despus de mi llegada a Nahuizalco, los indgenas de all celebraron su fiesta del primero de noviembre en memoria de los muertos. El da anterior haba en todos los cementerios del pueblo grupos de mujeres y nios. Limpiaban las fosas, localizadas hacia el este y el oeste, y ordenaban las piedras de alrededor. Despus se cubran las tumbas con las flores anaranjadas de los muertos, una clase de tagetes. Por la noche todos los habitantes de la comunidad se encontraran en el cementerio para comer, beber y danzar. Sin embargo llovi, as que la mayora se qued en su casa y solo llegaron unos doscientos. Estos se reunieron junto a un cobertizo de bamb, en el que se desarroll la danza de parejas (tiutat), que realizaron dos hombres al ritmo de las flautas de bamb y del tambor. Comieron tamales de pavo calientes, envueltos en hojas de pltano y bebieron hidromiel de maz (chicha). En todas las viviendas del pueblo se festej de igual manera. En los altares de cada casa haba una mesa o un tronco cubierto con una estera de junco multicolor. All haban puesto bebida y comida para los muertos. Alrededor de los altares colgaban guirnaldas hechas con las flores amarillas de los muertos, con las hojas relucientes y multicolores del Tradescantia zebrina y con las bandas brcteas de tono rojo fuego del Poinsettia pulcherrima. En los altares haba pltanos, zapotes, chirimoyas, naranjas, granos de cacao y cestos llenos de tortillas y tamales, otras comidas derivadas del maz y una vasija con chocolate e incienso encendido que esparca su olor por el cuarto. A los invitados a la fiesta no les permitan tocar nada de eso. Tanto afuera en los cementerios como en los altares de las casas se oan los cantos y lamentos de las mujeres entremezclados con sus llantos. En caso de defuncin, envuelven al muerto en una estera de junco y lo ubican en una camilla liviana cargada de hombros hasta el cementerio. Junto con el cuerpo entierran vasijas con comida y utensilios, pero esta costumbre est tendiendo a desaparecer. Grandes extensiones se encuentran despobladas, especialmente los pueblos nmadas. Y en otras zonas en donde, como ya se ha dicho predomina lo espaol, la cultura indgena tradicional que an existe en algunos estados est amenazada por un rpido y completo aniquilamiento.13 El canal de Nicaragua, que pronto convertir a los estadounidenses en los amos de los pases centroamericanos, va a acelerar dicho proceso. La influencia anglosajona y la germnica resultan cada vez ms visibles en aquellos pases que poseen13

Muchos elementos culturales han desaparecido o se han transformado, como los tamales de pavo, ya no se hacen y hoy es suficiente que sean de gallina, o de pollo.

12

Estudiando a los Izalcos Carl V. Hartman

riquezas naturales de importancia y ya se han construido ferrocarriles que recorren la zona en varias direcciones. Todo seala que ha sonado la ltima campanada para los pueblos nativos americanos y que solo queda un tiempo limitado para tratar de salvar los ltimos restos de la cultura primitiva que todava existen.

13