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Grupos de apoyo a los libertarios y sindicalistas independientes de Cuba Boletín n° 25 enero 2012 París Francia Sobre el futuro de Cuba Cuba libertaria La muerte de un joven cubano La muerte en Santiago de Cuba del joven Wilman Villar Mendoza, tras casi dos meses en huelga de hambre, pone a cualquiera ante la disyuntiva de mirar a otra parte... PAGINAS 2 Participación “incondicional”: contribución cubana a una falacia universal La sostenida inversión que viene lle- vando a cabo el Estado cubano para reactivar... PAGINAS 7 Una propuesta libertaria para Cuba Nuestro parecer existen dos reali- dades de nuestro país que considera- mos importante destacar, sin ir más allá... PAGINAS 14 S in compartir la totalidad de los análisis que a continuación reproducimos sobre la que sucede en Cuba, nos parece que el balbuceo de la nueva izquierda cubana no parece ser muy diferente al de la nueva izquierda en muchos otras zonas geográficas del planeta. Ni los obstáculos a los que debe enfrentarse son tampoco muy dife- rentes, pese a provenir de los que gobiernan autorita- riamente en nombre de una Revolución. Ciertamente, si los que desde el Poder pretenden defender el socia- lismo en Cuba hubiesen invertido una buena parte del tiempo “en la socialización, discusión, comprensión y aplicación de toda la riqueza de 25 siglos de tradición democrática y humanista del mundo…”, en vez de haberlo invertido en denunciar demagógicamente a los “imperialistas y capitalistas”, otro gallo cantaría y “el sentido de la libertad” sería hoy “la palabra de orden”. Pero, el problema es que no lo hicieron y nada indica que ahora lo harán. Esta es una lección que esa nueva izquierda no debería olvidar si quiere proseguir afirmando, en la acción pública, su autonomía política e ideológica frente a toda actuación autoritaria en el camino que les queda aún por recorrer para que la libertad sea, por fin, garantizada para todos los cuba- nos y cubanas.

Cuba Libertaria 25

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Boletín del Grupo de Apoyo al Sindicalismo Independiente y a los Libertarios de Cuba, promovido por el veterano luchador antifranquista Octavio Alberola

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Gr upos de apoyo a los l iber tar ios

y sindicalistas independientesde Cuba

Boletín n° 25 enero 2012 París Francia

Sobre el futurode Cuba

Cubalibertaria

La muerte de un joven cubanoLa muerte en Santiago de Cuba deljoven Wilman Villar Mendoza, tras casidos meses en huelga de hambre, ponea cualquiera ante la disyuntiva demirar a otra parte...

PAGINAS 2

Participación“incondicional”:contribución cubana a una falacia universalLa sostenida inversión que viene lle-vando a cabo el Estado cubano parareactivar...

PAGINAS 7

Una propuestalibertariapara CubaNuestro parecer existen dos reali-dades de nuestro país que considera-mos importante destacar, sin ir másallá...

PAGINAS 14

Sin compartir la totalidad de los análisis que acontinuación reproducimos sobre la quesucede en Cuba, nos parece que el balbuceode la nueva izquierda cubana no parece ser

muy diferente al de la nueva izquierda en muchosotras zonas geográficas del planeta. Ni los obstáculosa los que debe enfrentarse son tampoco muy dife-rentes, pese a provenir de los que gobiernan autorita-riamente en nombre de una Revolución. Ciertamente,si los que desde el Poder pretenden defender el socia-lismo en Cuba hubiesen invertido una buena parte deltiempo “en la socialización, discusión, comprensión yaplicación de toda la riqueza de 25 siglos de tradicióndemocrática y humanista del mundo…”, en vez dehaberlo invertido en denunciar demagógicamente alos “imperialistas y capitalistas”, otro gallo cantaría y“el sentido de la libertad” sería hoy “la palabra deorden”. Pero, el problema es que no lo hicieron y nadaindica que ahora lo harán. Esta es una lección que esanueva izquierda no debería olvidar si quiere proseguirafirmando, en la acción pública, su autonomía políticae ideológica frente a toda actuación autoritaria en elcamino que les queda aún por recorrer para que lalibertad sea, por fin, garantizada para todos los cuba-nos y cubanas.

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PRESOS CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

La muerte de un joven cubano

ni exigía la dimisión de sus máximosdirigentes: solo se demandaba la recti-ficación de un apresamiento que,según diversos testimonios, tenía visosde ilegalidad y retaliación política.

Era, por tanto, un acto de autode-fensa perfectamente compatible,incluso, con una bien ejercida razón deestado. Porque sobre los estados pesael mandato legal, político y moral develar por la integridad física de susdetenidos, y cuando no lo hacen mere-cen el repudio que la comunidad inter-nacional dispensó a Margaret Thatchery George Bush al dejar morir, indistin-tamente, a presos irlandeses o comba-tientes afganos.

Hace casi dos años – y en circunstan-cias similares- murió Orlando Zapata;entonces escribí un artículo cuestio-nando la interpretación de asesinatoque algunos daban a la inacción delgobierno cubano que acompañó elfatal desenlace.

Alegué que las complicaciones deri-vadas del hecho eran algo que laHabana (por elemental realismo polí-

H ace algunas semanas, en unforo de debate virtual, unviejo camarada escribió -enrespuesta a las asevera-

ciones de un incisivo polemista- uncontundente y claro comentario:“Yo creo que uno bien puede solidari-zarse con PERSONAS, en especialcuando éstas son víctimas de determi-nadas prácticas(…) Creo que toda lasolidaridad que practicamos tienemucho que ver con saber poner lasideologías a un lado (en la medida enque sea esto posible) …(…) a raíz de lasolidaridad (…) Y más que las ideolo-gías, son importantes a la hora de la soli-daridad las prácticas: puedo bien soli-darizarme con alguien que no piensacomo yo, pero me es difícil solidari-zarme con alguien que piensa como yo,pero hace cosas para mí inaceptables”.

Si ahora rescato esta cita es paraescribir el post más incomodo de todami experiencia como columnista digi-tal.

A veces la conciencia – emplazadapor imperativos categóricos- nos deja

pocas opciones y este es uno de esoscasos. La muerte en Santiago de Cubadel joven Wilman Villar Mendoza, trascasi dos meses en huelga de hambre,pone a cualquiera ante la disyuntiva demirar a otra parte – permitiendo larepetición de estos hechos- o alzar lavoz para denunciar la incompatibili-dad de los mismos con el más elemen-tal sentido de humanidad.

Situación que en Cuba se agravacuando vemos que quienes más sufreny se rebelan contra el statu quo– oquienes sostienen, en silencio las múl-tiples formas de protesta y resistenciacotidiana- son negros, mujeres ypobres, habitantes de zonas rurales obarrios marginales, a los cuales lossambenitos de pequeño burgueses omercenarios del Imperio -administra-dos por el discurso oficial- no parecenquedarles muy bien.

La huelga de Wilman no fue un actoofensivo, que exigiese al gobiernoconcesiones susceptibles de conside-rarse desmesuradas o inaceptables.No pedía modificar el régimen político

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tico) habría querido evitarse y que auncuando fuera censurable el tratamientodado el huelguista no se trataba de unacto consciente y premeditado de lasautoridades.

También repudié- como ahora hago-las cobardes campañas que buscabanrebajar la estatura moral del fallecido,presentándolo como delincuentecomún o débil mental.

Sin embargo, en esta ocasión, eldeceso  de Wilman tiene todos losvisos de una “crónica de muerte anun-ciada”, donde la soberbia guberna-mental fue directamente corresponsa-ble del fatal desenlace. En esta oca-sión, además, hubo tiempo suficientepara rectificar el fatal curso de losacontecimientos.

Durante estas semanas se conocie-ron reiterados pedidos a proteger susalud, liberando al joven, o trasladán-dolo a un hospital. Cuando hicieron losegundo – y barajaron como opción loprimero- era tarde y el prisionero notenía salvación.

En cuanto a la otra causa- la propiadecisión del reo- aun cuando no com-parto tan tajante método de lucha,comprendo que su elección es fruto dela impotencia de reivindicar derechosen un entorno de arbitrariedad institu-cionalizada y desamparo ciudadano. Ycomo nadie pone en riesgo la propiavida salvo cuando sus conviccionesson claras y firmes, no queda otraopción que ofrecer mi respeto aalguien cuyos principios lo llevaron amorir por aquello que creía, aun

cuando su ideología no coincida conmi propia visión del país deseado.

Se ha expresado que el occiso era unrecluso común y que había tenidocomportamientos violentos, los cualeshabían sido provocado la atención de

las autoridades. También se señala quela madre, la hermana y la suegra deldisidente fallecido son partidarias delgobierno, que mantienen compromi-sos con agentes del misterio delInterior y que tenían conflictos conWilmer por su postura política.

Más incluso si asumiéramos comociertos los anteriores argumentos, creoque las sombras en la vida de cual-quier persona no deben bastar paraemitir un juicio público e inapelable,

sobre todo cuando el aludido nopuede defenderse.

En un país donde la ilegalidad espráctica común y generalizada ydonde las crónicas de nuestras luchaspasadas hablan de la coexistencia demiserias cotidianas y actos excelsos -propios del alma humana- en la vidaen campaña, valdría la pena recordaraquellas estrofas de Silvio Rodríguez,cuando expresó “tomando en cuenta loimplacable que debe ser la verdad, qui-siera preguntar —me urge tanto—, quédebiera decir, qué fronteras debo respe-tar. Si alguien roba comida y después dala vida ¿qué hacer?”

Por todo eso, como le decía estamañana a una amiga, hay ocasiones enque uno sencillamente enmudece anteel horror inesperado, cuando las espe-ranzas se esfuman y la creatividad sealetarga.

Tras semanas de fructífero intercam-bio y promoción de miradas y pro-puestas de izquierda como opcionesnecesarias frente a la reforma/crisisdel orden vigente siento que ha lle-gado el tiempo de hacer, momentá-neamente, un alto.

No porque la razón lo dicte sinoporque, simplemente, hay veces quefilosofar pierde su sentido y la poesíase convierte en un lujo inasible frente ala fragilidad de la vida humana y laobscena impunidad del despotismo.

Armando Chaguacedapublicado en el sitio Havana Times

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PRESOS CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

Para contacto y envío de libros y de ayuda material: [email protected]

Para información sobre todas las actividades del Observatorio crítico, visitar los siguientes blogs:[email protected]

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Un blog de solidaridad con el Observatorio critico en francés:

http://www.polemicacubana.fr

PARA SOLIDARIDAD CON EL OBSERVATORIO CRíTICO DE LA HABANA

Wilman Villar Mendoza

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PRENSA CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

E l juicio contra el periodistaJosé Antonio Torres, corres-ponsal del diario oficialGranma, está en la fase final

de preparación y la fiscalía solicitarámás de 10 años de cárcel por supues-tos delitos de corrupción.

Según testimonios obtenidos porCaféFuerte, Torres permanece en pri-sión desde hace casi un año en mediodel más absoluto hermetismo sobre lascausas de su arresto.

“La familia sólo puede visitarlo unavez al mes”, dijo una persona allegadaal periodista.

Torres habría sido inicialmente acu-sado de “agente de la CIA” y de filtrarinformación confidencial al extranjero,pero al parecer la petición fiscal secentrará en cargos de corrupción.

“Se comenta que el juicio serápronto, y le pedirán más de 10 años decárcel; también se dice que un her-mano suyo, informático, está dete-nido”, dijo una fuente consultada enSantiago de Cuba.

Incógnitas sobre su paraderoTorres fue detenido en marzo de

2011 y desde entonces se desconocecon exactitud en qué prisión seencuentra.

Algunas fuentes consultadas indicanque ha estado preso en la provincia deGuantánamo, en el extremo oriental deCuba, y también mencionan que hapermanecido bajo investigación enVilla Marista, sede de la Seguridad delEstado en La Habana.

Opositores de Santiago de Cuba ymiembros de la prensa independientedijeron desconocer la suerte de Torresy negaron tener vínculos con él.Elizardo Sánchez, presidente de laComisión Cubana de DerechosHumanos y Reconciliación Nacional,tampoco tiene información sobre elreportero.

“Tratamos de contactar a la familiacuando fue arrestado pero estaba ater-rada y no obtuvimos información”, dijo.

El arresto del veterano reportero seprodujo apenas siete meses despuésde publicar un artículo crítico sobreseveros problemas en la rehabilitacióndel acueducto de Santiago de Cuba,considerada la mayor obra hidráulicadel país y supervisada directamentepor el vicepresidente del Consejo deEstado, Ramiro Valdés Menéndez.

Un reportaje malditoEl extenso reportaje, donde Torres usó

duros términos como “ineptitud”, “maltrabajo” y “negligencia”, describeserios errores constructivos y fue publi-cado en Granma con una extensa cole-tilla del gobernante Raúl Castro, quienademás de “discrepar de algunosenfoques” del periodista “orientó omitirlos nombres de los dirigentes del nivelnacional y provincial entrevistados,salvo los del Comandante de laRevolución Ramiro Valdés e InésChapman [entonces coordinadora delprograma de ejecución de acueducto]“.

Al final de su extenso comentario,Castro envió “un reconocimiento alperiodista santiaguero José AntonioTorres, por su constancia en el segui-miento de esta obra”.

En enero del 2011, Chapman fueascendida a presidenta del InstitutoNacional de Recursos Hidráulicos.Torres, quien durante años habíaseguido la marcha del  acueducto san-tiaguero, publicó ese mismo mes unartículo mayoritariamente laudatoriosobre la buena marcha de la obra, titu-lado “Seis meses después de laColetilla de Raúl”.

Sin embargo, el reportaje desliza unafuerte crítica a la planificación delesfuerzo constructivo: “Desde suconcepción, a la rehabilitación delacueducto le faltó integralidad. Unaobra millonaria como esta debió plani-ficarse mejor”, escribió.

Torres habría causado la ira deRamiro Valdés con sus críticas, segúnempleados de los medios de comuni-cación en Santiago de Cuba.

“No sabemos nada, pero se comentaque se trata de una vendetta personalde Ramiro, aunque otros dicen que eracorrupto, manipulador y agente de laCIA, así que no se sabe qué creer”,señaló un empleado de los medios decomunicación en Santiago de Cuba.

Hablando de pelotaEl último artículo de Torres para

Granma apareció el 2 de febrero de2011: una entrevista a Antonio Pacheco,entonces director del equipo de béis-bol de Santiago de Cuba, en una claraseñal de que había sido apartado de lacobertura de temas económicoslocales.

Su arresto fue divulgado por Diariode Cuba un mes después de esa entre-vista.

En octubre pasado, el diario Granmainformó que se había sancionado conmultas y suspensión de licencia profe-sional “a varios directivos y funciona-rios” responsables de las obras delacueducto, por infracciones y viola-ciones en el proceso constructivo, perono reveló los nombres de los sanciona-dos y tampoco mencionó al periodistasantiaguero.

Ivette Leyva Martínez

Torres trabajó durante años como cor-responsal del principal diario nacional yórgano del Comité Central del PartidoComunista de Cuba, Granma, en la pro-vincia santiaguera. Previamente fue cor-responsal de la Agencia de InformaciónNacional (AIN).

Periodista oficialistapodría recibir 10 años de cárcel

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LA GENTE CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

S e le paga al trabajador una can-tidad de dinero, que ni equi-vale a la fuerza de trabajoentregada, ni cubre sus necesi-

dades familiares y humanas, y elempleador se extraña de que el traba-jador no rinda todo lo que puede yhasta sustraiga lo que está a su alcance.Se le asigna a los cuadros poderespara controlar a los subordinados yque estos no roben; luego hay quien semanifiesta extrañado porque los cua-dros se corrompen y roban.

Los cuadros administrativos sonseleccionados, premiados o sanciona-dos más en base a la satisfacción decriterios políticos y burocráticos quede resultados productivos reales –tam-poco es que hayan tenido siempretodas las potestades necesarias paracambiar las cosas–, y hay quien seextraña que no se tomen las decisionesmás competentes desde el punto devista económico. Para lograr que unaproducción alcance al consumidorfinal tiene que ser planificada, apro-bada, controlada, asignada, asegurada

y monitoreada por las once mil vír-genes, y hay quien se extraña que sepierdan una tras otra las cosechas, yque languidezcan las mercancías enalmacenes y patios.

Se contraen los programas y proyectossociales de las casas de Cultura de lascomunidades, se reduce al mínimo el tra-bajo artístico y cultural con los chicos ychicas de los solares y de las escuelas, ylos intelectuales se escandalizan porqueel reguetón campea por sus lares.

Las personas de tipología negra omestiza están representadas desfavo-rablemente en cada espacio simbó-lico, desde los vinculados a las formaseconómicas emergentes del turismohasta los recintos carcelarios, y las per-sonas de cutis más clarito se extrañande que se levanten voces reclamandoacciones de acción afirmativa, o recu-perativa, o como se le quiera llamar.Las personas heterosexuales, “nor-males”, adquieren determinados dere-chos y seguridades legales, protecciónpor la ley, etc., al establecer relacionesfamiliares, y se extrañan porque las

demás personas consideren que tie-nen derecho a tener iguales derechos,y porque se le llame discriminación alhecho de que no los tienen.

El gobierno renuncia a repartir obje-tos de consumo por cartillas de racio-namiento igualitarias. En su lugar rein-troduce el mercado, herramientas derecaudación elementales del capita-lismo, promueve la absorción de divi-sas y remesas, la propaganda a susrefresquitos Ciego Montero, a susexcursiones turísticas, a sus líneas detelefonía móvil; y los ideólogos seextrañan del rebrote irrevocable de losestándares consumistas, de la reapari-ción de la fiebre de compras los díasde Reyes, las Navidades, y otras oca-siones que destacan las desigualdadesmanifiestas que las nuevas políticasconllevan.

Oficialmente, existe un solo suminis-trador, una sola cadena monopólica,sobre la venta de mercancías indus-triales, y las personas se extrañanporque los precios son abusivos. Laprotección al consumidor está a cargo

La gentese extrañaEn uno de esos ómnibus nuestros disparatadamente repletos, el conductor tieneencendida la radio y por los altavoces se oye que, para evitar el contagio con lagripe, se eviten las aglomeraciones. Luego un funcionario se extrañará, criticará,porque las personas no tienen bastante conciencia para recibir los mensajes debien público.

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POLITBURO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

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de los mismos sujetos de los que elconsumidor, precisamente, debe serprotegido, y hay quien se extrañaporque esto no funcione bien.

Por otra parte, las personas desearony desearon mucho tiempo que elEstado diera paso a los agentes priva-dos en servicios que obviamente noera capaz de satisfacer, llámese, porejemplo, el transporte de pasajeroscon los vehículos –coches, camiones–de los que estos agentes pudieran dis-poner sin la intervención del primero.El gobierno dio luz verde, y ahora lospasajeros se extrañan por que los nue-vos proveedores, insuficientes paraque exista una real competencia,impongan los precios más altos que elmercado es capaz de aguantar. Algúnparalelo se puede establecer con loscada vez más caros productos vege-tales, que ofrecen los carretonerosambulantes, por los que se extrañanindignados los consumidores.

El personal de salud pública y deeducación, indigestado de exhorta-ciones morales, a menos que

“enganche” una misión para rendirservicios en un país extranjero, sub-siste con más precariedad que aquel-los edificios de Centro Habana quedieron pie al término “estática mila-grosa”. No hay una mano en el públicoque les amortigüe un poco la dispari-dad de sus ingresos con el costo de lavida, y a los pacientes y a los padres delos estudiantes les extraña quedecaiga la calidad de los servicios,para usar términos conservadores.

Por décadas se nos embutieron ver-siones filosóficas estalinistas y pater-nalistas, para que las tomáramos comola realidad del socialismo; y en lugarde teoría marxista y de pensamientosocialista y dialéctico se nos daban losbodrios dogmáticos de Konstantinov,más una suerte de melcocha naciona-lista purgada cuidadosamente de todacontradicción con el discurso que estu-viera en boga en cada efímeromomento. Hoy, unos académicos cano-sos se extrañan porque el marxismo yel pensamiento de izquierda son fiera-mente asediados por el despreocu-

pado liberalismo o la simple enajena-ción social.

Hay quien se extraña del que apren-dió a lisonjear a los que fueron a laloma, y ahora comparte la cima. Otrosse extrañan por que los jóvenes prefie-ran ganarse la vida en el extranjeroque debérsela a un concepto abstractoque a cambio les demanda un gené-rico y abrumador Todo. Hay quien seextraña que un gobierno de izquierdassea tan lisonjero con jefes de Estadosde derecha, tan solo por un par depalabritas amables, una visita y unaspalmadita en la espalda. Hay quien seextraña que se apoye más al imperia-lista Putin que al comunista Ziuganov.Hay quien impone sanciones severasal que se aparta del discurso oficial enel espacio oficial, y se extraña porquelos comentarios en otros espacios sonmuy diferentes comentarios. Hayquien se extraña de que haya muchasCubas en una Cuba. ¿Y de qué seextraña usted?

Rogelio M. Díaz Moreno

H ace unos días me encontré,a la entrada del ICAIC, ungrupo de amigos que traba-jaron conmigo en Vinci y se

disponían a empezar una película dePichi Perugorría. Me contaron quebuena parte de la misma se desarrol-laba en el cementerio, pero que lasautoridades de la Necrópolis de Colónaún no habían autorizado el rodaje;según ellos, había irrespeto implícito.(Supongo que un gran número decadáveres habrá protestado). Uno delos funcionarios llegó a decir que si élhubiera estado allí entonces, nohabría autorizado a Tomás Guti-érrez Alea a filmar La muerte de unburócrata.

Al final dieron el permiso.Daniel Díaz Torres me contó otra

anécdota extraordinaria del rodaje deLa película de Ana (con guión suyo ymío) terminado a mediados de diciem-bre pasado. Filmaban una fiesta cede-rista en un barrio centrohabanero; nose trataba, por supuesto, de una fiestareal, sino de una puesta en escena, unafiesta modélica, con júbilo, bombillos ycadenetas. Bueno, pues en ciertomomento se presentó un funcionario,miembro del Buró Municipal del

Partido o algo así, a preguntar quiénorganizaba aquella fiesta, y por quéellos no habían sido informados.Aunque le enseñaron las autoriza-ciones firmadas, el tipo seguía preocu-pado y suspicaz, no porque hubieranada raro en la fiesta propiamentedicha, sino porque la felicidad cede-rista le parecía sospechosa. Como alpersonaje de Néstor Jiménez en micorto Pravda, que la gente mostrara ini-ciativa y alegría le resultaba antinatu-ral.

El individuo con una parcela depoder te amarga la vida todos los días.Te hace volver mañana porque faltauna firma, no te deja pasar, te censura,te oprime. No entiende lo que le expli-cas, se molesta porque reclames. Esegran mazacote de funcionarios, dicta-dores de filas, son un enorme obstá-culo en cualquier proceso de apertura.Por más que el gobierno apruebereformas útiles, necesarias, largamenteesperadas, la mentalidad delempleado intermedio sigue siendo lamisma que durante más de cincuentaaños ha tenido los derechos humanospor una frase obscena, a los artistaspor larvas contrarrevolucionarias y alos homosexuales por basura subhu-

mana. Claro que ha desarrollado esamentalidad no porque fuera muy, muymalito, sino porque era ese el deberser: ha pensado así y obrado en conse-cuencia con la aprobación y estímulodel gobierno.

Para que la transformación de lasociedad cubana funcione habría quecriar funcionarios nuevos. El añopasado se eliminó un número de pues-tos de trabajo innecesarios y se echó amucha gente a la calle, gente que notenía la culpa de que esos puestos fue-ran creados en primer lugar.Alégrense de que yo no sea un político,porque si de mí dependiera, este añoecharía a todos los funcionarios. Atodos, desde los más conservadores enel Buró Político hasta los que, a nivel demunicipio, sospechan de la alegría dela gente.

Eduardo del Llano

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Dictadores de filas

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CHOQUE OCURRIDO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

“La sostenida inversión queviene llevando a cabo el Estadocubano para reactivar el sistemaferroviario nacional es un hecho

ampliamente aceptado por la sociedad,como parte de un proceso de recupera-ción de las redes de comunicación en elpaís que es de gran utilidad para lainterconexión interna, ahorrando cuan-tiosos recursos que se pierden con elsistema de transporte de cargas porcarretera y en ausencia de una claravoluntad estatal de evitar el transportemarítimo de cabotaje, que puede servircomo potencial vehículo de otra crisismigratoria de grandes proporciones enel país.

El problema con que viene cho-cando este proyecto de recuperaciónferroviaria en Cuba, y todo el procesode “actualización del modelo econó-mico” en general es la ausencia de unsujeto laboral que viabilice este procesoen la práctica cotidiana y no en docu-mentos. La clase tecno-burocráticamilitar en Cuba puede diseñar hastalos más mínimos detalles un procesode inversión modernizadora, pero nopuede volver a contar con el inmensoespíritu de sacrificio y sentido social

que primó entre grandes sectores detrabajadores cubanos hasta los iniciosde los años 90, ni tampoco con el stockde personal directivo de notable cuali-ficación que floreció en los 70 y 80, elcual fue sustituido por la plaga dejóvenes arribistas y consumistas, admi-radores de las glorias de sus mayores,que nos dejó de regalo el “coman-dante en jefe” antes de retirarse.

Lo que hasta hace unos 15 años atrásse podía entender como los “planes dela revolución que de mil manerasbeneficiarían al pueblo cubano”, en laactualidad, ni con hechos tan evidente-mente favorables para toda la socie-dad como la recuperación ferroviaria,las élites locales logran la “respuestaproductiva adecuada” del mundolaboral cubano. Es en este contextodonde es útil, para reactivar una pers-pectiva social libertaria en Cuba, visi-bilizar el ingente esfuerzo de reconver-sión conceptual, con el que los intelec-tuales orgánicos del Estado cubanoestán acompañando la actual recon-versión productiva, y avizorar las posi-bles salidas a ese proceso.

El secuestro del debate públicopopular que ejerce el monopolio

mediático sobre la búsqueda de solu-ciones a la evidente crisis del capita-lismo estatal cubano, tiene un efectoque se evidencia sobre todo en laimposición de la idea de que la capaci-dad de la burocracia de llamarse a símisma y a la sociedad al “orden y dis-ciplina” puede ser la solución a losproblemas que la propia burocracia hagenerado. Según este programa social,nuestros problemas vienen de la faltade mandato y subordinación, y nuestrodestino, por tanto, no puede ser otroque tomar conciencia de tan dañinodéficit. Para eso nuestros príncipesrevolucionarios necesitan algo que laperiodista Maylin Guerrero Ocaña hatenido el genial acierto de definircomo nuestra PARTICIPACIÓNINCONDICIONAL en los planes quehan diseñado nuestros benéficospatronos para que los trabajadores lohabitemos.

Para aquellas sensibilidades progre-sistas que se han configurado en losúltimos años, este concepto puedesonar a un contradictorio contrasen-tido y pasar como otra de las falaciasde turno con que se blinda el desordenglobal y local imperante. Pero el

Participación“incondicional”:contribución cubana a una falacia universal“El choque ocurrido hace casi un mes días en la capital entre un tren de carga yuno de pasajeros como consecuencia del incumplimiento de una orden de vía porparte del primero, hace necesario reflexionar sobre la importancia de la seguri-dad ferroviaria”. Así comenzó un artículo publicado por el periódico Granma el 9de diciembre titulado Seguridad ferroviaria. Tenerla siempre de tripulante, de laperiodista Maylin Guerrero Ocaña.

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CHOQUE OCURRIDO CUBA LIBERTARIA ENERO 2012

concepto de participación “incondi-cional” puede ser visto también comouna contribución especifica de unatecno burocracia como la cubana, hoya la vanguardia del actual progresismoburgués antiimperialista latinoameri-cano, con un frente de contestaciónanticapitalista interno excepcional-mente débil, lo que le ha permitidoradicalizar y deshacerse del maquil-laje con que ha sido engalanado elconcepto de participación, una de lasherramientas discursivas mas socorri-das por los estados democráticos y elcapital global, para cooptar y reinte-grar a su hegemonía la contestaciónradical que ha emergido en la últimadécada, frente al potencial anti sisté-mico global que nació en Seattle ’99.

En nuestro contexto particular “parti-cipar” se le puede encontrar comosolicitud social y como convocatoriainstitucional en documentos del PCC,en las tristes reuniones de los Comitésde Defensa de la Revolución, en losantidemocráticos procesos de demoli-ción social y productiva de centralesazucareros, o en el accionar de unaempresa de capitalismo inmobiliariofilantrópico como Habaguanex. Masallá de ser ciertas o no tales invita-ciones, algo importante aquí es preci-sar si son posibles o no la concreciónde estos convites.

Organizaciones sociales desarma-das y maniatadas por una disciplinajerárquica, como la que posee elPartido Comunista cubano o los CDR,no necesitan de la participación de susmilitantes y afiliados para ser perfec-cionada, sino simplemente que sus afi-liados desaparezcan, dejando lugar ala virtualidad de organizaciones quesólo existen en la retórica. La destruc-ción de zonas azucareras enteras,como la ocurrida en los últimos años,

no precisa del involucramiento partici-pativo de los trabajadores del sector,sino su reconversión forzosa en nuevospeones de otros planes, igualmentediseñados por otros. La transformaciónde un popular tugurio centenariocomo la Habana Vieja en una zonacontrolada por los intereses del capitalinmobiliario y turístico no necesita dela participación comunitaria local, a noser que sea como un componente másde una escenografía verista, planifi-cada al estilo del “Show de Truman”.

Participar en el proceso de coloniza-ción sistemática sobre la vida cotidianaque llevan a cabo los Estados y elCapital, es una exigencia de fondo quese nos está haciendo en todos lados,como ya ha señalado desde Españanuestro compañero Miguel Amorós.Solicitar más participación en lamejora de la gestión del desastre quegenera un mundo parasitado por sus“dueños”, es la demanda más comúnen todos lados. Ese juego de exigen-cias y solicitudes entre los que dan ylos que piden, en una sociedad comola nuestra, magistralmente sincroni-zada a su maquinaria estatal, ha dadolugar a la más tóxica de las participa-ciones: la incondicional.

Los días universales que corren, nosestán transmitiendo un viejo mensaje acontrapelo de todo lo que nos handicho los viejos materialistas: losconceptos que usamos, nos usan anosotros. Así como ahora mismo seestá desinflando la santa ilusión del15M de que la “más activa participa-ción ciudadana en la democracia”podía hacer tambalear el capitalismo,el llamado de atención en la vía a losferroviarios, de que su participacióndebe ser incondicional, nos estádiciendo que ese concepto se estáhundiendo con nosotros dentro.

Es inquietante y esclarecedor recor-dar que fue en los ámbitos ferroviariosdonde la ofensiva neoliberal de laselites inglesas se ensayó de maneramás temprana y, a pesar las marcadasdiferencias en los procederes deconducción patronal-estatal en elmanejo del capital humano, los efectosson los mismos que estamos viendoacá: progresión en los accidentes labo-rales, mayor desinterés de los trabaja-dores en el resultado global de su tra-bajo, y descenso en la calidad del ser-vicio, lo cual puede ser constatado enuna película como La cuadrilla.Historias en la vía, de Kenneth Loach. Yen ambos escenarios, la exigenciapatronal ha ido por los mismos car-riles: participación incondicional ydisciplina.

Así como “participar” en los planesde los Estados y el Capital no significamayor capacidad de los colectivos ylos individuos sobre la gestión de susvidas, ser minoría en la contestaciónautónoma, frente a la colonización de lavida cotidiana de los Estados y elCapital, no significa estar “aislados”.No ser un incondicional a los inter-eses del estado “revolucionario”, nosignifica ser contra-revolucionario. Yde lo que se trata es de sostener elhorizonte de la autonomía organiza-tiva, la identidad popular y proletaria, yla revolución social en el accionar coti-diano, justo cuando está siendo ver-gonzosamente abandonado por los“ex”, y coherentemente impugnadopor los “anti” de nueva y vieja data.Todos ellos, ex revolucionarios y antirevolucionarios, inevitablementeencontrarán todo lo que de común tie-nen. Nosotros debemos hacerlo tam-bién.

Marcelo “Liberato” Salinas

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E n las últimas semanas hemosescuchado, en cada una delas paradas de MahmudAhmadinejad en su gira por

los países del ALBA, declaracionesanticapitalistas del presidente iraní yde sus anfitriones latinoamericanos.Sin embargo, a juzgar por la propiaeconomía iraní y por las economíasde los países latinoamericanos queAhmadinejad visitó, los anticapitalis-mos de cada uno de esos anticapita-listas no son idénticos. No es lo mismoel anticapitalismo de Ahmadinejad yChávez que el anticapitalismo deFidel y Raúl Castro.

El Estado iraní, como elchavista, controla los recursos petrolí-feros del país, pero la agricultura, laganadería, la producción de lana yalfombras persas, la pesca de perlas,los servicios y la mayor parte delcomercio exterior y el mercadointerno son privados. Lo mismopodría decirse de la economía de todos los países bolivarianos,menos Cuba. Sólo en este últimopaís  persiste una economía planifi-cada de tipo soviético, a pesar de la lenta incorporación de elemen-tos de mercado que se exprimenta

desde la última década del siglo XX.De manera que estamos en presen-

cia de  líderes anticapitalistas queimpulsan en sus países economíascapitalistas, si por capitalismo seentiende lo que entendía Marx. Esosanticapitalismos deben ser deslinda-dos y pluralizados, como ha sugeridoun grupo de trabajo del ConsejoLatinoamericano de Ciencias Sociales(CLACSO, http://acyseclacso.ning.com/),en el que intervienen jóvenes socia-listas críticos de la isla como ArmandoChaguaceda y Dimitri Prieto Sam-sónov.

El objetivo de esos líderes, al disol-ver la diversidad de sus anticapitalis-mos en un mismo frente ideológico, esburdamente geopolítico. Pero al sin-gularizar el concepto de anticapita-lismo, unos y otros buscan atraer unconjunto de significados contradicto-rios,  que se disuelven en un magmaretórico común. Ni más ni menos quelo que Ernesto Laclau  entiendepor  "significante vacío",  un meca-nismo simbólico que, en estecaso,  permite la sobrevivencia delviejo comunismo de Estado, de eco-nomía planificada y partido único,todavía predominante en Cuba, entre

los nuevos anticapitalismos del sigloXXI, no reñidos con la democraciapolítica, la economía de mercado y lasociabilidad autónoma.

Rafael Rojas

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Anticapitalismos

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E ste grado de sensibilidadpolítica que consiste en laconexión orgánica de losproblemas centrales del que-

hacer político de la sociedad cubanacon la vida cotidiana debe profundi-zarse hasta el punto en que sea posiblepara desarrollar los cambios que nece-sita la sociedad para salir de la crisissistémica en la que se encuentra desdehace aproximadamente dos décadas.Es evidente que la única manera quepuede viabilizarse tal conexión paratal sensibilización política del cubanode a pie con respecto a los problemasque enfrenta en la vida cotidiana es através de una descentralización y des-burocratización de la vida política delpaís en manos de una minoría repre-sentativa que ocupan los cargos cen-trales del Estado, el Partido y elGobierno.

Esa descentralización significa enprimera instancia democratización:democratización de la sociedadcubana que sería la principal batallaque tiene ganar el pueblo cubano parael desarrollo propio de relaciones queno estén infestadas por la descon-fianza, la verticalización de las deci-siones políticas y económicas, lostabúes y los temores que han insufladodurante muchísimo tiempo la desmovi-lización de la inmensa mayoría de losmiembros de nuestra sociedad.

¿Pero será posible la democratiza-ción en la Cuba actual? ¿Quién la impul-sará y cómo se permitirá tal cosa?

Los cubanos de a pie, los intelec-tuales, los profesionales, trabajadoresy campesinos que luchan a brazo par-tido cada día por su supervivencia seencuentran como sociedad en un pro-ceso intermedio de movilización y des-movilización, de politización y despoli-tización generado por una mezcla deincertidumbre y esperanza que no lesdeja ver hacia delante. Tal incertidum-bre nace de la permanencia de unesquema de polarización ideológicaque funciona hacia el interior y el exte-rior de la sociedad cubana dividiendoa la sociedad cubana en dos frentes: elfrente de los apologistas y el frente delos detractores de la RevoluciónCubana. La inmensa mayoría de lostextos, editoriales, polémicas, debates,diatribas, ensayos, discursos, conferen-cias que se producen en torno a la rea-lidad cubana comportan la medida deeste horizonte bipolar de afectos quesólo es funcional para la reactivaciónde este esquema maniqueísta de pola-rización ideológica que obliga aconceder previamente credencialesde seguridad y despeje de sospechasy acusaciones, antes que centrarse enlo fundamental: desarrollar una visiónefectivamente plena de realismo utó-pico y capacidad analítica en torno alas condiciones actuales de la socie-dad con propuestas de corto, medianoy largo alcance para su desarrollo. Elcubano de a pie, por supuesto, por muypoco informado que esté con respectoa cómo funcionan las adhesiones y

militancias en ambos frentes, percibeque no tiene absolutamente nada quehacer en medio de ese esquema. Enprimer lugar, porque no tiene absolu-tamente nada que ver con el acto conti-nuo y crudo de la supervivencia eco-nómica y con la vida cotidiana. Ensegundo lugar, porque sabe perfecta-mente los riesgos que dentro de Cubasupone articular la palabra –sobretodo si es palabra crítica dicha públi-camente- y que alguien ya preparadode antemano en los servicios de cen-sura y hermenéutica política, lo clasi-fique automáticamente en un polo o enotro. Estos riesgos, que son infinitos, lainmensa mayoría no están dispuestos acorrerlos. Por evidentes razones: setiene idea de cuáles son los riesgos acorrer porque son sabidos en el mismoámbito de la vida pública de este país.No puedes entrar a centros laboralesestatales como empleado. Es bastanteseguro que no te den licencias paraque te emplees en el sector privadoaunque sea con un timbiriche de malamuerte vendiendo frituras antiecológi-cas con aceite requemado. Se te pue-den negar permisos de salidas al exte-rior si pretendes salir legalmente delpaís temporal o definitivamente. Tecrean un expediente político pedestreen el CDR y las demás organizacionessociales de manera que no eres “bienvisto” en tu barrio. Además, estas yotras desgracias se mueven en unmarco de sospecha e incertidumbreporque nadie da la cara. Pero todos

El debate de lanación y el destinode la RevoluciónHoy día, en medio de un debate público sobre la nación cubana nuestra sociedaddebe estar más cerca de la capacidad de regenerar los tejidos y capilares de sumovilización política y su conciencia frente a los urgentes y básicos problemasque enfrentamos. No se trata de un debate público sólo sobre los errores y silen-cios del pasado, los desafíos del presente y las perspectivas del futuro inmediato:se trata de un debate que tiende a ser más efectivo para que la sociedad gane unaconciencia política y cívica que sensibilice a la mayoría de sus miembros con res-pecto a los problemas que enfrenta en su vida cotidiana.

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sabemos que son los órganos de laSeguridad del Estado con sus tentácu-los que atraviesan toda una sociedadfragmentada y cautiva.

Por supuesto este esquema de pola-rización ideológica que ha generado elGobierno Cubano gracias a los bue-nos servicios brindados por la exce-lente política estadounidense enmedio siglo rinde buenos dividendospara ambos: el gobierno cubanopuede ejercer su soberanía sobre unasociedad cautiva, mientras los miem-bros de esta última son asfixiados eco-nómicamente condenados a la luchapor la supervivencia económica bajoun marco de extorsión política doble.Es por la existencia silenciosa de unmarco de doble extorsión política quenadie quitará el bloqueo.

Me sorprende que nadie haga men-ción a este hecho. La miopía política dela oposición cubana del exilio es pro-verbial. Se habla una y otra vez sobre lanecesidad de eliminar el bloqueo porlos dividendos económicos, pero losdividendos políticos ¿quién los hacontabilizado?

Por otra parte mientras exista unmarco de identificación de nación,socialismo, revolución y liderazgo his-tórico, no habrá democratización.Todos sabemos que esta identificaciónes totalmente arbitraria. Es de hechouna totalidad imaginaria que legitimael poder político del liderazgo cin-cuentenario existente. Puesto que enprincipio la nación es el espacio polí-tico de reconocimiento de una ciuda-danía natural: si dos millones de cuba-

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nos se encuentran fuera de Cuba sinderecho de ciudadanía; si potencial-mente cada cubano que emigra pierdesus derechos de ciudadanía o le sonconfiscados arbitrariamente una por-ción de ellos; si dentro de nuestranación no existe un espacio de recono-miento político como ciudadanos paraaquellos que legítimamente intentenarticular públicamente una expresiónpolítica: entonces la nación práctica-mente no existe.

Esta identificación patria-nación-socialismo-revolución-partido debeconcluir definitivamente. Y si tal identi-ficación es la condición de posibilidaddel actual sistema político cubano, si esla condición de la existencia del PCC,si es la condición de existencia de laRevolución Cubana, entonces el sis-tema político cubano tiene que cam-biar radicalmente hacia su democrati-zación, el partido tiene que permitir laexistencia de otras expresiones políti-cas e ideológicas en un ámbito deigualdad de condiciones, y laRevolución Cubana tiene que recono-cerse como lo que siempre ha sido enCuba: un principio y un movimiento: elmovimiento de transformación de lasociedad misma por la independenciapolítica, la justicia social y el desarrolloeconómico.

Terminaré con varias preguntas: ¿Elhecho de que yo sea liberal –tradiciónde más de dos siglos en Cuba- meidentifica automáticamente con elcapitalismo transnacional neoliberal yel Gobierno Norteamericano? ¿Elhecho de que yo sea socialdemócrata,anarquista o demócrata-cristiano mepone en contra de mi sociedad quesupuestamente se orienta por los prin-cipios elevados del socialismomarxista-leninista? ¿No se supone quesi el marxismo-leninismo –una de lasmil versiones y revisiones delmarxismo- es la ideología más elevadase encuentre entonces más preparadapara debatir, replicar, confrontar conlas demás ideologías? ¿cómo se expli-caría lógicamente que si el PCC es laexpresión política del marxismo-leni-nismo sea capaz de erigirse constitu-cionalmente en la representación polí-tica y también la vanguardia políticade toda la nación cubana? ¿Sóloporque hay tres o cuatro creyentes enel Parlamento? ¿Estamos hablando deuna ficción teatral renacentista o deuna sociedad real donde existen encarne y sangre más de once millonesde habitantes?

Daniel Santos Consuegra

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V eamos: Bill Gates es un fer-viente defensor del orden,de manera tal que el FBI yotras agencias de seguridad

policial aseguren sus empresas en elnuevo y utópico orden mundial de lasociedad electrónica postnacional, yno le roben “su” dinero, ¡que es“suyo”!, y seguramente es tambiéndefensor del orden salarial y laboral,de tal modo que sus empleados ejecu-ten eficazmente sus “ideas” y “políti-cas” en tiempo y forma. En rigor, unhombre más ordenado que Bill Gateshay que mandarlo a hacer.

Pero supongo que nada que ver conel orden kantiano. No me refiero alorden de sus categorías ni al de susKrítikas. Me refiero más bien a la maníamatraquillosa por el orden y la higienede este singularísimo hombre que,según las malas lenguas, era excesiva-mente ordenado, circunspecto, organi-zado. También se comenta que el buenhombre era tan metódico que en supueblo los vecinos podían orientarseen el tiempo según el ir y venir de suscaminos peripatéticos. Desde luego,iba y venía solo, porque ni mujer tenía.Lo paradójico es que a él mismo se leadjudica la frase que titila en el “alma

germánica” junto a las ideas de la frial-dad y la sobriedad, de que la excesivaorganización es síntoma de ausenciade capacidad especulativa. En fin,¿quién puede con Kant?

En cuanto a la anarquía (como tam-bién le ha ocurrido a buena parte delpensamiento y la praxis política vincu-lada a la izquierda, y las riquezas cultu-rales de los últimos treinta siglos) unagran parte de la humanidad vivienteno la conoce, o bien porque no hatenido acceso a ella, o simplementeporque no le interesa. La primera situa-ción es triste, la segunda decepcio-nante. En relación con la anarquía, elsentido común se comporta como conrelación a miles de ideas en formas decreencias que tienen un efecto de ver-dad más poderoso que la verdadmisma.

Es el mismo horizonte del sentidocomún que proclama que la anarquíaes desorden y relajo, quien pronuncia asu vez que el socialismo es un inventoartificial de unos locos delirantes quelo único que les interesa es el poder.Que el deseo responde a una nociónde carencia. Que Nietzsche era un fas-cista. Que no intentes, por favor, cam-biar la realidad, porque es imposible.

Que el capitalismo es el único sistemaválido y “lógico” para el ser humano.Que los “hechos” hablan por sí mis-mos. Que la filosofía y la reflexión espara perdedores. Y que lo real es loque se ve. Etcétera, etcétera, etcé-tera…

De ahí que ese horizonte colonizadodel sentido común sea esquizofrénico,incoherente y peligroso. Más peligrosose vuelve cuando caemos en la cuentade que ese horizonte del sentidocomún está inextricablemente enca-denado con el horizonte de prejuiciosque fundamentan el racismo, elsexismo, el machismo, la homofobia, yotras formas de discriminación. Y tantoel sentido común colonizado como losprejuicios se unifican cuando vemosque forman una “especie de tradiciónviva” en el imaginario social de lassociedades, que se impregna a travésde la trasmisión y la educación ennuestras mentes y cuerpos. Y estoúltimo no es metafórico: la gestualidad–la alucinante teatralidad corporal delos afectos–, como el habla y el acto depensar, juegan un rol básico en estascuestiones supuestamente pedestres.

Cuando hablo de horizonte coloni-zado del sentido común, lo digo por

Apuntes a propósitodel orden, el sentidocomún y el sentidode la libertadLa cuestión es simplemente de qué orden se está hablando: ¿del denominadoorden establecido? ¿o del llamado orden mundial? ¿o del orden que debe existirsegún Fulano o Mengano? ¿Quizás nos estemos refiriendo al orden que predica labandera de Brasil, una bandera que debe ondear trémula frente a los centenaresde favelas y la guerra civil interna de los barrios donde viven millones de brasile-ños, cuando todavía las ideas que enarbola Brasil cada día desde los Palacios delOrden no se afianzan en esos cráteres vivientes? ¿O estamos hablando simple-mente del orden citadino, ese que se vincula automáticamente con el cuidado delos céspedes y la tranquilidad ciudadana?!!

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dos razones fundamentales: el sentidocomún se proyecta como un plasma deideas con sentido práctico en el imagi-nario, y remite a un esquema de modosde pensar y actuar que no son propiasde la emancipación. Nada que ver conlos Capitanes Generales, sino con for-mas de pensar y actuar que se sitúanbajo un esquema de dominaciónimperante en el modo de vida coti-diano de las multitudes en general yde cada sujeto en particular. De algunamanera se vincula con fuerza al pasadocolonial, pero me refiero más a lo quelos poscolonialistas llaman la coloniali-dad del saber y del poder. Y por otraparte, me refiero a un horizonte coloni-zado en tanto es parcial, puesto que elsentido común es una formación delarga duración en la experiencia devida de los seres humanos y formaconstitutiva de la conciencia. La ideano es eliminar el sentido común, laidea es liberar, emancipar al sentidocomún. O mejor dicho, la cuestión esque lleguemos a una sociedad dondeel sentido común sea desprovisto porcompleto de la costra tenaz del colo-niaje. Donde el sentido común sea tal,que no tengamos que acudir a la “ver-dad cruda” de que la realidad no sepuede cambiar, que el socialismo o laidea de una sociedad donde prime lasolidaridad, la libertad y la fraternidadno sea una ficción paroxística decep-cionante, o que finalmente el capita-lismo triunfa por la sencilla razón deque la supervivencia y la autoconser-vación de la especie es lo que impera,mientras la razón y la imaginación noson más que bagatelas: vaya! que lacompetencia sí y la solidaridad no! Yoquisiera saber dónde está el sentidode orden por aquí.

Entre paréntesis: la competencia ensí, no es negativa ni creo que debe serdemonizada, el punto está cuando unasociedad decide, o como el mundo seha movido durante los últimos siglos,cuando alguien decide por la sociedadque el espíritu de la competencia esalgo así como el espíritu absoluto deHegel, cuando se impone como unvalor que jerarquiza las necesidades yla satisfacción de las necesidades, asícomo un valor que jerarquiza las rela-ciones (entre las personas, fundamen-talmente) en la institución global deuna sociedad.

Prosigamos. Claro, no basta la trasmi-sión y la escuela para decidir sobre lossutiles o cataclísmicos cambios que seoperan en el sentido común, es decir,en el imaginario de cualquier socie-dad, y en la conciencia del sujeto. Yesta vez en favor de la emancipación.La gente aprende a través de múltiples

vías, con sus propias experiencias yreferencias –a través del diálogo,aprendiendo a leer su realidad, flexibi-lizando ideas del pasado por la consta-tación con experiencias personales decierta dureza o con felices encuentrosa la vuelta del camino– encuentran losmúltiples senderos que conducen alsentido común a identificarse con elsentido de la libertad. Y esa es unaesperanza inmensa. Es significativo elhecho de que millones de jóvenes enel mundo entero, millones de hombresy mujeres de todas las edades, sehayan levantado el año pasado –o almenos lo hayan intentado– contra losque detentan el poder con la demandaesencial de democratización real –y noparcial o prácticamente ausente– desus sociedades, porque han constatadoen carne propia que la policía no estásolo para cuidar las calles y velar porla tranquilidad ciudadana, que elOrden del Estado ha sido un completodesastre, y que los banqueros capita-listas en contubernio con los políticosno representan sino sus propios inter-eses, una vez que han recibido de pri-mera mano palos y les han estafadosus bolsillos.

Si el sentido del orden está condu-cido por el sentido de la libertad, muybien, estamos en sintonía con una ver-dad millones de veces más poderosaque las verdades del “sentido común”.Pero también estamos frente a retosque cada uno de los individuos y cadauna de las sociedades tendrá queenfrentar cotidianamente y para siem-pre, como hasta ahora lo han hechoaquellos que no creen en los “órdenesestablecidos”, aquellos que no creenque el sentido del orden es antinómico

con el sentido de la libertad, porquetampoco creen que el sentido de lalibertad es antinómico con la idea de lafraternidad, la solidaridad, y la igual-dad. Y estos incrédulos –que más fe nopueden tener– se han consagrado porcasi doscientos años a la idea deconquistar el pan digno de los trabaja-dores, de los miles de seres humanosque tienen hambre de pan y espíritu, alas ideas de la libertad, la solidaridad yla fraternidad. Millones de incrédulosque no necesariamente pertenecen auna línea ideológica, no obstante estu-vieron, están y estarán conscientes decuáles son los principios, los métodos,los medios, los fines, y los retos parafundar una sociedad libre.

Post scriptum: En rigor, la cuestióndel orden no ocupa tanto espacio enlas inquietudes del anarquismo y enlas de toda una tradición libertaria decasi dos siglos; la cual, como la tradi-ción marxista en toda su complejidad ydiversidad histórica, ha estado paradó-jica y prácticamente condenada alostracismo –como también aquella decontenidos democráticos, epistemoló-gicos y axiológicos de valor actual delliberalismo, la socialdemocracia yotras tendencias ideológicas, filosófi-cas y políticas– en las escuelas, las uni-versidades y los medios masivos decomunicación en nuestra sociedad, apesar del ingente esfuerzo de las polí-ticas editoriales y las iniciativas profe-sorales, entre otros esfuerzos y sacrifi-cios… Justamente porque llevamos 53años intentando levantar un proyectode sociedad socialista. Si una buenaparte del tiempo –la parte que le toca–que se ha invertido en denunciar a losimperialistas y capitalistas, hubiesesido invertido en la socialización, dis-cusión, comprensión y aplicación detoda la riqueza de 25 siglos de tradi-ción democrática y humanista delmundo –con sus centenares de luchascolectivas e individuales cuyo botín nopertenece ni a Alejandro Magno, ni aAtila, y mucho menos a Napoleón–, 160años de tradición marxista, 140 años detradición libertaria, casi 200 años detradiciones socialistas –con sus cente-nares de luchas individuales y colecti-vas de millones de trabajadores, cam-pesinos, intelectuales, y sus múltiplesluchas en todos los campos de la socie-dad–, más de 200 años de tradiciónnacionalista de resistencia y miles detradiciones locales dentro del espaciode la nación, bajo un espíritu dialógicoy dialéctico; ciertamente hoy el sentidode la libertad fuera la palabra deorden.

Carlos Simón Forcade

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A nuestro parecer existen dosrealidades de nuestro paísque consideramos impor-tante destacar, sin ir más allá

en su explicación puesto que ya hansido exhaustivamente analizadas yexpuestas:

La cuestión económica en la Cubade hoy es hartamente complicada yla tan cacareada brecha entre ricosy pobres, cuya existencia en otrospaíses sigue alegando el Estadocubano, se está reproduciendo cru-damente en la isla, lo cual no espara nada nuevo en su historia.

Este escenario de escasez para lamayoría de la población contrastasobremanera con las enormes posibili-dades de una gerencia tecno-políticacon amplia base en el aparato estatal ypartidista y cuya existencia es intuida,o apenas palpada, pero que escondesus más íntimos trapos de la vista delcubano común. Cuba es una pequeñaisla pero lo es grande cuando de cuen-tas bancarias o casas suntuosas setrata. En este sentido la cultura delcuentapropismo de timbiriche y elconsumo en TRD y discotecas no pue-den hacer ver a la población lo quedeterminados espacios cívicos o políti-cos podrían proveer.

Por ello el problema del consumo o,

más propiamente dicho, del nivel devida de la población es enormementeimportante pues se presenta comoantesala de la mencionada cuestión decrisis económica nacional: las princi-pales visiones de la crisis no son losimpagos a las empresas extranjerasque hacen convenios con Cuba, ni lasposibles consideraciones numéricasque se puedan manejar en los pasillosde la sede estadounidense de la ONU.

La crisis económica cubana empiezay termina en el cubano de a pie y ese,antes de pensar en la ampliación delPIB nacional o en la cada vez más pre-caria posición de Cuba en las listas depaíses a nivel regional, está cavilandosobre la disponibilidad de CUC en lalibreta de ahorros familiar, o en la com-pra de un refrigerador –o DVD, cadacual con sus prioridades-, o en el arre-glo de alguna parte de la casa que lesablande la existencia. Y estas reali-dades a nivel de la calle hacen al país,quiéranlo o no los que están sentadosen escalones superiores. Si no mejoranlas realidades de la mayoría de lapoblación no habrá mejoramientonacional. Esto no tiene otro significadoque el siguiente: sólo el bien de lamayor parte de la población puedehacer avanzar una propuesta a la salidade la crisis.

Y aquí comienzan a entrar en consi-deración las posibles salidas a tal com-plicación. La tan cacareada renovacióneconómica del Estado cubano res-ponde a la ruptura holística e inevita-ble de un paradigma civilizatoriocuyos niveles de autocracia, tanto haciasu interior como su entorno, han per-mitido su actual negación a través devariadas soluciones que van, entreotras, desde la adaptación por apatía oconveniencia, el alejamiento de lasraíces –a través de la emigración y∕o eldesprecio hacia algún(os) elemento(s)de la noción cultural nacional-, o lavivisección del cuerpo político con ins-trumentos ideológicos de variado tipo.

Llegamos por consiguiente a lasegunda realidad que queríamos men-cionar:

El estado cubano no está (re)pro-duciendo revolución alguna y lareforma económica actual, lo esante todo política.

Ante los hechos evidentes desde2008 de corruptela funcionarial entodos los niveles estatales –que nopueden esconder la posibilidad deluchas e intrigas palaciegas- y la posi-ción hipócrita de seguir pidiendo (exi-giendo) confianza y tiempo al pueblo,es ingenuo e irresponsable pensar quela “batalla contra la burocracia y la cor-

Una propuestalibertaria parala Cuba actualEn los últimos meses se ha producido una prolífica y amplia polémica acerca delos intríngulis y paradojas de la situación cubana actual, en la cual han partici-pado importantes pensadores, nacionales e internacionales, personalmente odesde variados espacios, fundamentalmente digitales. Las ideas que sobre Cubase tienen en estos días están creando todo un espectro de posibilidades que, realeso no, conforman un horizonte social completamente nuevo frente a la experienciade la isla de los últimos cincuenta años.

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rupción” del Estado en los límites de lasituación actual puede llevar a otracosa que no sea la conformación de unfuncionariado eficaz tanto en verticali-dad y voluntarismo político como enpragmatismo corruptivo.

Teniendo en cuenta los derroterospostcomunistas ruso, chino, vietnamitay koreano, y después de acusar losgolpes antipopulares y reaccionariosprovenientes de la agenda del PCC –através de sus Lineamientos económi-cos y los objetivos de la reunión deenero-, resulta infantil concebir no yauna reformulación emancipatoria yliberadora del aparato político cubano,sino incluso en la reorganización yrefrescamiento de las concienciasestalinistas tropicales propias de laépoca de Fidel. Como los antiguosmaoístas chinos de la china deTiananmen, los funcionarios comunis-tas cubanos y toda su contradictoriacohorte se plegarán al amo capitalista.

Para ello, la actual estructuración delaparato estatal cubano, con algunasvariaciones cosméticas siempre paramás alejamiento del control popular, esimprescindible. Tómese nota de todaslas medidas unilaterales llevadas acabo hasta ahora –por ejemplo, esosnuevos, especializados, todopoderosos

y fuera de todo designio grupo empre-sarial azucarero cuyo rimbombantenombre es mejor ni mencionar o laomnipresente Contraloría- y la forma ymetodología de la ya mencionadaagenda partidista. Ningún tipo dedemocracia asoma en el horizonte delEstado cubano, y ello solo puede signi-ficar conservadurismo y tendencia auna usurpación capitalista, signada porel verticalismo burocrático y la piña-cera por el poder y los dineros.

Los numerosos análisis a los que nosreferíamos al principio de este escritohacen hincapié en la estrechez de losmecanismos políticos existentes enCuba, incluidas las promesas delEstado, que promuevan un tratamientoeficaz de la situación actual. Se hanpresentado con suma claridad las prin-cipales variantes ideológicas y estraté-gicas que están reflexionando sobrelos problemas a los que hicimos refe-rencia, siendo las producidas en terri-torio nacional tal vez las más menosamplias o ambiguas, quizás porrazones por todos conocidas.

Se han tenido en cuenta incluso lasposiciones que abrazan la autogestióndesde el punto de vista deizquierda[1], llegando a aceptarse laexistencia de planteamientos anar-

quistas y libertarios. Quisiera dete-nerme en algunas ideas relacionadascon esta propuesta y su necesariainserción en un más amplio escenariode prácticas cívico-políticas. Y quisié-ramos comenzar con la misma ideaque destacábamos párrafos atrás res-pecto al consumo y el nivel de vida dela población cubana:

La situación económica cubanaactual presenta una doble especifici-dad cortante hasta el hueso: por unlado genera sentimientos y posiciona-mientos individualistas –incluso en sussentidos más conservadores-, consu-mistas y pro-capitalistas elevadoshasta niveles extremos[2]. La escasez,la inflación evidente, el atraso tecnoló-gico, la particular pero histórica prác-tica política verticalista y centralistadel Estado cubano –socializada en supunto más cotidiano- cerrada a tododespliegue democrático, incluso lapertenencia a una cultura occidental-liberal; todo esto y mucho más hacenque varios sectores y millones de lapoblación cubana actual apueste porcualquier práctica que promueva eldespliegue individual en su búsquedade la posibilidad de la (re)producciónde más decorosas y efectivas formasde vida.

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Esta visión de la sociedad cubanaactual y futura puede ser válida hastael mismo punto en que la concepciónde individuo comience a presionarnegativamente a la de comunidad.Indudablemente, el capitalismo –yafuere como realidad enervante o comoepisteme∕némesis de la tecnología- encualquiera de sus variantes light ototal, es esencialmente un enemigo decualquier comunidad, incluso la capi-talista misma. Y esto no es retórica poli-tológica o desvarío utópico: es por elloque el capitalismo ha fallado ya no enla mayoría, sino en todas sus aplica-ciones puesto que su efectividad sóloes aplicable en su dimensión clasista yno en la que lo intenta analizar porpaíses o locaciones específicas. Lacuestión no es en qué país es más omenos eficiente el ideal liberal sino enqué país no ha influido negativa yesencialmente en el devenir históricoy esto es concluyente: sólo las clases ysectores dominantes de cualquier paíscapitalista están convencidos que laaplicación extrema del ideal liberal hasido favorable al despliegue históricode ese lugar del mundo. Y sólo lospaíses hegemónicos del modelo libe-ral a nivel mundial se tragan la infamiade su efectividad total.

Una vez más llegamos a, según nues-tro criterio, la cuestión clave en lotocante a las garantías de tal o cualrégimen de civilización construir: elbien de la comunidad, esto es, de lascomunidades, es el camino a seguir. Yel capitalismo con su reinado de la pro-piedad individual –incluso en aquellascomunidades de propiedad privada-ha demostrado su total ineficacia comocreador del bien social.

Esta característica fundamental seproyecta con mayor o menor intensi-dad en diferentes escenarios y es enaquellos del gran cinturón que abrazael núcleo desarrollado donde es másclara: Cuba, por tanto, nunca ha estadoni se ha sentido en el lugar de los másprivilegiados en la realidad del capi-tal… ni nunca lo estará. Aquellos quecreen en el advenimiento de un futuropromisorio, incluso después de unaetapa de fuerte implosión, capitalistapara nuestro país deben llamarse acapítulo, nuestro lugar en esa comuni-dad fue en una época, es y podría serde los más precarios. Esto no tiene otronombre que desarrollo desigual, delcual los expertos capitalistas sonmaestros en apoyarse.

Y aquí planteamos el otro polo de laespecificidad del momento actualcubano: si bien es evidente que lasituación es crítica y es amplio el

número de personas cuyas posicionesy actitudes tienden a la revitalizacióndel ideal (neo)liberal, las posibili-dades reales de concreción efectiva delas dinámicas más radicalmente nega-tivas del mismo son por ahora débiles.Y lo son gracias a la contradictoria yespecial esencia del régimen exis-tente, tendiente –es muy cierto- a larestauración del reinado del capitalpero renuente a abandonar los espa-cios alcanzados del estatismo socia-lista-burocrático que evidentementeson incapaces de sostenerse en aquel.

En efecto, la propia fundamentacióntotalitaria del camino escogido[3] haceimposible tanto legal como política-mente, al menos por ahora, la generali-zación del accionar capitalista en nues-tra sociedad. Aún las principalesempresas productivas y de serviciosdel país se presentan como propiedaddel Estado –la idea de la propiedadpopular hace rato que fue abandonadapor todos- y patrimonio del pueblocubano. Si bien consideramos que elcamino hacia la privatización de esosespacios y la creación de mecanismospara el advenimiento de muchos yaprivatizados ya empezó a construirse,aún este proceso está incompleto puesno hay personificaciones jurídica-mente individuales a las cuales entre-gárselos. El gran problema está en queese camino, por supuesto y no puedeser de otra forma, está siendo pavi-mentado a espaldas del pueblo y elloes lo que define su casi definitivo com-pletamiento.

Y es debido a este antipopular peroparcial proceso que las posiciones deizquierda tienen todavía posibilidadesde acción ante la casi segura avalanchade modernidad que se nos aviene, contoda su Internet, su omnipresenciaconsumista y supuestas libertadespara hacer lo que queramos, incluso elmal absoluto legalmente.

Y en este presente e imperfectísimoescenario las praxis autogestionariasde izquierda y el anarquismo tienenmucho que hacer. Aunque, comoapunta la destacada estudiosa cubanaMarlene Azor: “La inmensa mayoría delos intelectuales de izquierda cubanosal interior del país tienen una demandaclara de democratización del sistemapero aún de una manera muy general:socialización de la propiedad y sociali-zación del poder. Demandas que sinaterrizarse en instituciones y derechosprecisos y desarrollos jurídicos conco-mitantes la hacen por su generalidadun «deseo», pero a la vez imposible deincorporar a la agregación de deman-das ciudadanas”[4]. Y en cuanto a lo

que varios autores han venido en losúltimos meses la “Nueva Izquierda”cubana –en cuyos marcos se insertanlos ácratas, destaca:

“Otra parte de la izquierda quepodemos describir como una Nuevaizquierda, plantea la demanda de cam-bios estructurales distanciándose defi-nitivamente de la tradición autoritariade la izquierda heredada en Cuba,pero a la vez, se focaliza en el entornocomunitario sin plantearse las institu-ciones y procedimientos, así como loscambios jurídicos necesarios paraconstruir una democracia autogestio-naria a nivel local ni a nivel nacional.Esta es la debilidad fundamental de laagenda de la nueva izquierda en Cuba,el poco o ausente desarrollo de las ins-tituciones necesarias, los procedimien-tos del funcionamiento de esas institu-ciones, así como los necesarios cam-bios jurídicos que la hagan posible anivel local y también a nivel nacio-nal.”[5]

Consideramos que este es el meollode la cuestión no sólo para las posi-ciones de izquierda cubanas en lasituación actual sino también para todoaquel que se plantee un futuro viable aconstruir en nuestro país. Mas, el pro-blema está en que tanto las prácticas oposiciones que tienden al ideal(neo)liberal como aquellas de laizquierda estatista tradicional –estali-nista, socialdemócrata o como se lequiera llamar- están convencidas deque la creación de un sistema jurídico-político con un mínimo de libertadesdemocráticas con base estatal es elúnico camino a seguir. Y el anarquismotradicional no presenta estas conside-raciones entre sus fundamentos.

Sin embargo, creemos que el puntode nuestro análisis, las posibilidadesde praxis ácrata en la situación cubanaactual, debe hacerse eco de algunascuestiones planteadas por el universode la democracia liberal, sintetizadasen los anteriores fragmentos del tra-bajo de Marlene Azor. Desde 1959 lasprácticas libertarias y autogestionariasde izquierda han sido minimizadassobremanera, lo cual significa que enel momento actual existen tresopciones para las mismas, si de restarsendas a la totalización capitalista –denuevo recuérdense los ya menciona-dos ejemplos de Rusia, China yVietnam- se trata:

- La lucha por la conformación deuna república federalista ácratacubana. Este proyecto necesitaría deun imponderable esencial: la creaciónde una hegemonía libertaria que per-mitiera la ampliación y efectividad de

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numerosas comunidades de todo tipoa nivel nacional que presente un para-digma aceptable por la misma pobla-ción y que sea lo suficientementepoderoso como para trascender losdemás posicionamientos políticos.Esta opción es evidentemente inalcan-zable en un plazo de tiempo cercano.Las prácticas ácratas existen en nues-tro país desde, por lo menos, el sigloXIX y nunca lograron alcanzar talesniveles.

- Ante la imposibilidad de hacer des-aparecer el aparato estatal[6] actualsólo queda retomar el nivel de análisisy el trabajo truncado en los años 60 delpasado siglo pero adecuándolo a lascondiciones actuales, lo que significadesplegar una praxis lo más auténticaposible dentro de los marcos de unademocratización económica y políticade la sociedad cubana, lo cual tieneque pasar inevitablemente por la rees-tructuración del aparato legislativo. Yaunque ello tiene, por fuerza, que lle-varse a cabo bajo la existencia delEstado, los cubanos tienen la salida deque no se plantee la irreversibilidaddel Socialismo Cubano en la continui-dad de un insondable limbo capita-lista.

Por lo tanto, consideramos que esnecesidad inaplazable tanto del posi-cionamiento ácrata cubano como del

de la izquierda en general el alimen-tarse de la amplia gama de recursospolíticos provenientes de la históricaresistencia progresista y de izquierdamás tolerante –hasta donde sea posi-ble- y abarcadora. En palabras deDilla, em estos momentos no es posi-ble exigir derechos y espacios propiossin aceptar en principio los de otros y,por supuesto, sin perder nunca de vistados elementos fundamentales: el man-tenimiento de la soberanía nacional–puesto que sólo ella podría hacernosver nuestras propias limitantes anteotras naciones más poderosas- y loslogros populares alcanzados.

Amén de que la situación actual seaampliamente especial como para pro-ducir prácticas tendientes a la movili-dad autogestionaria y libertaria, queestamos seguros que existen en algúnlugar de Cuba, no creemos que aúnsean lo suficientemente atractivas. Unalegislación que defina espacios econó-micos para prácticas autogestionariasy cooperativas en Cuba –cuestión quela agenda del PCC no contempla nimínimamente- necesita de un marcomás amplio de desarrollo que las defi-nan como propositivas, positivas y des-eables. Y para ello es imprescindibledespejar el camino de toda cerrazón ydesignios defenestradores, nacionaleso extranjeros, que sigan etiquetando a

la sociedad cubana como obtusa einculta políticamente.

En este escenario, convivir con otrasprácticas económicas e ideologías esuna de las necesidades del cuerpoanarquista cubano. Los casos de lasDamas de Blanco, el periodismo y elsindicalismo independiente (“disi-dente”), el posible futuro caleidosco-pio partidista, la blogosfera y otras tri-bunas de nuestra sociedad civil y polí-tica deben tenerse en consideracióncomo lo que son: espacios de partici-pación de la ciudadanía cubana que,sean de la posición que sean, tienentodo el derecho a ser analizados,apoyados o echados a un lado por ella.No le toca al anarquismo de Cuba, másallá de apreciaciones de principio,método o estrategias, definir los desti-nos de aquellos… será el ciudadanocubano el máximo decisor.

Y es aquí donde consideramos opor-tuno destacar lo que en el primer pár-rafo de este escrito: hasta el momentotoda la reflexión más clara sobre lasituación actual o futura cubana se hadesarrollado mayoritariamente desdeespacios digitales y, específicamente,vinculados con Internet, alejados enmayor o menor medida de las posibili-dades informativas de los cubanos de apie. La cuestión de la información y laeducación, incluso en la praxis ácrata,

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es esencial. Tenemos plena convicciónde que acciones autónomas son per-fectamente desarrollables incluso sinpertenecer a la ideología libertaria ysin necesidad de ninguna movilizaciónu organización previas. Casos existenen Cuba a montones y decididamente,incluso desde la más rampante ilegali-

dad, y el Estado cubano y sus ramifica-ciones tienen conocimiento de lasefectivas y testarudas soluciones delpueblo cubano en comunidad.

Mas, no es lo mismo la acción autó-noma espontánea –aunque sea pode-rosa- que aquella con objetivos bienplanteados y decididamente no es lomismo la praxis autónoma de cual-quier tipo, incluida la liberal, que laautonomía libertaria. De esto puedendar fe países de bases eminentementecomunitarias y de antigua herencia decooperación como algunos paísesasiáticos y latinoamericanos. Inclusoen nuestros días, ejemplos como los deChina y Vietnam plantean prácticas,conciencias y destinos fuertementearraigados en la cooperación comunalde las villas campesinas las que, noobstante, y he aquí la problemáticaesencial, son tributarios de un más

amplio marco de mercantilización yconsumo capitalistas que localizan suspoderosos nodos en las megaciu-dades. Es en estas últimas donde sedesarrolla el destino de las sociedadesde la actualidad, incluso en países par-ticularmente agrícolas, atrasados ydependientes en grado sumo de

aquellos donde el adelanto de servi-cios e industrias hacen pensar que laclase obrera ha desaparecido.

En Cuba no es completamente dife-rente. En nuestro país no existen comu-nidades campesinas y aquellas forma-das después de 1959 en casi su totali-dad han demostrado su ineficacia. Noes nuestro objetivo reflexionar sobreeste punto, baste señalar que las másefectivas de esas cooperativas son pre-cisamente las de créditos y servicios, osea, las que menos visos de emancipa-ción anticapitalista presentan. Por lotanto, el futuro del anarquismo cubanodebe definirse en las realidades de lasciudades y, existiendo ya espaciosdefinidos de apertura económica,aunque sean pobres y pequeñosdeben ser aprovechados en direc-ciones que permitan el desarrollo deprácticas progresistas, emancipadas y

de izquierda, incluso si no comulgancon el ideario ácrata.

Las medidas adoptadas por elEstado cubano, míseras y eminente-mente contrarias a los ideales anticapi-talistas, promueven paradójicamenteespacios de aprendizaje y coopera-ción entre los trabajadores. La cultura

del timbiriche también puede relacio-narse con la comunicación horizontal yla cooperación: sobran los comenta-rios de muchos cubanos que se hanaventurado en el veleidoso destino delos negocios privados, evidencia de laabusiva política de impuestos y lanegativa terca e inexplicable delEstado a conformar mercados mayo-ristas que no sólo beneficiarían alpequeño, y repetimos, pequeño[7],negocio privado sino también alconjunto mayoritario de la poblacióncubana. Esos precarios negocios pri-vados harían bien en juntarse y apro-vechar los beneficios de una coopera-ción amistosa aunque fuese temporal,en vez de seguirle el jueguito a unacompetitividad espuria que ellossaben los lleva a la quiebra al primerrollito financiero que aparezca–¡incluso eso saben de antemano!- o

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de seguir aceptando un porvenirincierto, impuestos leoninos y legisla-ción depravada mediante.

Por otro lado, recientemente se die-ron permisos relacionados con elarrendamiento de barberías y otrosservicios como la reparación de equi-pos electrodomésticos, etc., los cualesnecesitan de un aprovisionamiento yabastecimiento que el Estado estáimposibilitado de resolver, dejando alas personas que se dediquen a esostrabajos el difícil destino de gestionar-los. De nuevo vemos potencialidadesenormes en estos escenarios para labúsqueda de actitudes que proporcio-nen, no el germen de la ambición des-medida de más poder, dinero y ego,sino la creación de apropiacioneslaborales que se traducirían en verda-deros campos de liberación. Todosestas puntuales zonas de labor puedenincluso llevar desarrollo y organiza-ción material a las comunidades en lasque se encuentren, haciendo más lle-vadera y puntual la vida en ellas y pro-moviendo las valoraciones ciudadanashacia los destinos de otras empresas ycapacidades, entiéndase las privadasde cualquier tipo y las estatales.

Para terminar con los ejemplos deposibles prácticas que sean a su vezmétodo, fuente y logro, nuestra obso-leta y ahuecada Constitución plantea laúnica posibilidad de creación de legis-lación por parte de la población –yaque estamos en tiempos de renovacióny búsqueda de soluciones, ¿por qué novamos más lejos, eh?- allí donde nin-gún nivel de las asambleas del “PoderPopular” lo permite. Peticiones masi-vas de variados y específicos puntos,destacados mínimamente o inexis-tentes en la reciente agenda del PCC,suficientemente alejados de lo que sepueda considerar nocivo a la sobera-nía nacional o el clamor popular, o des-provistos de petulancia e irresponsabi-lidad política o ciudadana, todo elloplantearía memorables progresos enla creación de posiciones y concep-ciones a todo lo largo del panorama deizquierda o progresista cubano.

Si hasta el momento no ha quedado

bien claro que ninguno de los plantea-mientos hechos tienen como objetivoinsertar a las presentes y futurasacciones y proyectos autónomos deizquierda y∕o libertarios en un posibleescenario de contiendas políticas cen-tradas en el coqueteo con demócratasde nuevo tipo o republicanismos almás puro estilo postmodernista,entonces lo ponemos completamenteen negro:

La izquierda cubana debe cen-trarse en los más legítimos y expre-sos reclamos de la mayor parte de lasociedad cubana, sin perder tiempocon reclamos cosméticos o insensa-tos, un amplio marco de actuaciónque puede definir hasta qué punto larestauración capitalista sea total ono. Y en ese escenario, los posiciona-mientos de autogestionarios y liber-tarios pueden jugar un papel esen-cial, al presentar destinos que pue-dan adecuar a los cubanos a unasociedad más justa, equilibrandoambientes comunes y desgajandodistancias en cooperación y solida-ridad. Y, sobre todo, teniendo comomáxima: Mejor Estado, entendible;más Estado, nunca.

Gonzo Pedrada

[1] Por alguna razón, y tal vez pode-mos avanzar alguna relacionada con lapobreza económica que se trasluce encultural del escenario cotidianocubano, se hace difícil pensar en auto-gestión capitalista o de mercado en laisla.

[2] La salida neoliberal, inexistente otal vez reducidísima años atrás se haconvertido en un paradigma social enlas disquisiciones sobre el futuro delpaís.

[3] Decididamente debido a las cir-

cunstancias señaladas sólidamentepor el destacado investigador cubanoHaroldo Dilla en su trabajo ¿Nos hanextirpado el órgano de la rebeldía?(http://www.havanatimes.org/sp/?p=55553), cuando explicaba la decanta-ción de factores cívicos e ideológicosdespués del ´59 cubano. Siempre mehe sorprendido de la enorme pistapolítica que el segundo video clip, másque el primero, del folclor “Chamaméa Cuba” del grupo Moncada presentó–teniendo en cuenta por supuesto quefue producido en la importante décadade los años 2000-10, especial en eldevenir reciente de los cubanos-desde el primerísimo momento: 1959es presentado como una señal hechapor el campesinado (representaciónpolítica del pueblo completamenteerrónea pero coyunturalmente casireal) a los barbudos de la sierra (elsocialismo) ante el peligro del casquitobatistiano (el capitalismo). Y sabemosque este video siempre ha formadoparte del paquete propagandístico dela TV cubana, o sea el Estado.

[4] http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/quien-demoniza-la-democracia-liberal-en-cuba-272807

[5] Ídem.[6] De algo están claro los anarcos

cubanos de la actualidad: una coyun-tura violenta que permita el derroca-miento del sistema político actualcubano no es admisible ni aconseja-ble.

[7]¿Cuál es el temor al estableci-miento de esos mercados mayoristas?Si el miedo es a que se produzca unaexplosión de millonarios que hagamás evidente aún la separación depobres y ricos, se sabe hasta el har-tazgo que los adinerados y millonariospropietarios no compran en esos mer-cados, so n ellos los dueños de variosde esos negocios juntos. ¿O es quesólo puede haber adinerados de untipo en Cuba, los funcionarios? ¿O esque el Estado tiene otro temor, que esevidente, el de no poseer un céntimo,negarse a dar la información precisa yclara a la población y estar obligado aaceptar la inversión extranjera directa?

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