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TESIS DOCTORAL DÉFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍCITO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA Doctoranda: Gracia Jiménez Fernández Presentada en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Directores: Dra. Dña. Sylvia Ana Defior Citoler Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Granada Dr. D. Joaquín M. Martínez Vaquero Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento Universidad de Granada Granada, abril de 2010

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TESIS DOCTORAL

DÉFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍCITO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA

Doctoranda: Gracia Jiménez Fernández

Presentada en el Departamento de Psicología Evolutiva y

de la Educación

Directores: Dra. Dña. Sylvia Ana Defior Citoler

Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad de Granada

Dr. D. Joaquín M. Martínez Vaquero Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del

Comportamiento Universidad de Granada

Granada, abril de 2010

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.

Editor: Editorial de la Universidad de Granada Autor: Gracia Jiménez Fernández D.L.: GR 3070-2010

ISBN: 978-84-693-3277-1

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La tesis titulada “DÉFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍCITO EN LA

DISLEXIA EVOLUTIVA”, que presenta Gracia Jiménez Fernández para

optar al grado de Doctor, ha sido realizada en el Departamento de

Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada

bajo la dirección del doctor Joaquín Manuel Martínez Vaquero y de la

doctora Sylvia Ana Defior Citoler, cumpliendo los requisitos necesarios

de calidad y originalidad para su defensa.

Granada, 6 abril de 2010

El director La directora

Fdo.: Joaquín Manuel Martínez Vaquero Fdo.: Sylvia Ana Defior Citoler

La doctoranda

Fdo.: Gracia Jiménez Fernández

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“Todas las personas involucradas en la educación de los niños -

padres, profesores, estudiosos- tienen que asegurarse de que cada

elemento del proceso de lectura sea sensata, cuidadosa y

explícitamente enseñado. Nada, desde el aprendizaje de los fonemas

en preescolar hasta la capacidad para interpretar las conclusiones

más sutiles de T.S. Eliot en Little Gidding, debería darse por hecho.

[…] Debemos educarlos deliberadamente en todas las etapas del

desarrollo sobre los aspectos deductivos y difíciles de cualquier texto.

Enseñar a los niños a descubrir el mundo invisible que habita en las

palabras escritas ha de ser tan explícito que forme parte del diálogo

entre el alumno y el maestro, si queremos fomentar los procesos que

conducen a una lectura experta de nuestra ciudadanía.”

Maryanne Wolf

Cómo aprendemos a leer (pp. 259-260)

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Agradecimientos

Pensaba que nunca llegaría a escribir estas palabras, pensaba que el

camino por recorrer era tan largo y tan complicado que no lo podría

alcanzar, pero he tenido la suerte de contar con muchas personas que lo

han hecho posible y a las que sólo puedo pagar con un inmenso

GRACIAS.

A Sylvia, por la confianza que depositaste en mí desde la primera vez

que entré en tu despacho y por haberme hecho amar la investigación; eres

para mí un modelo de perseverancia, rigurosidad y entusiasmo.

A Joaquín, por haber hecho de mi sueño esta realidad; sin ti podría

haber hecho una tesis pero nunca esta tesis, la que estaba en mi cabeza

desde que empecé mi camino por el mundo de la investigación. Gracias

por ofrecerme tu tiempo, tu esfuerzo, tu comprensión y tu apoyo en todo

momento.

A Eu, siempre a mi lado, comprendiendo mis decisiones… Gracias

por ser mi pintor de sonrisas hasta en los peores momentos. Si tú no

estuvieras ni siquiera esto tendría sentido.

A mis padres, Paqui y Manolo, por ser los pilares de mi vida; a mi

madre por millones de razones pero, muy especialmente, por haberme

descubierto la magia de la lectura. A mi padre, por haberme transmitido

unos valores que me han permitido llegar hasta aquí.

A mis hermanos, Paqui y Rafa, gracias por hacerme sentir tan especial

cuando estoy con vosotros (lo de ser la hermana pequeña no está nada

mal!).

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A Saúl, Rafa, Delia, Alberto y Ángel, gracias por formar parte de mi

vida, ni os imagináis lo que aprendo cada día con vosotros.

A mis compañeras, Paqui, Conchi, Mª Carmen y Alicia. Siempre

habéis sido un ejemplo a seguir para mí tanto personal como

profesionalmente. Gracias por hacerme saber que siempre os tengo ahí.

A la nueva generación del despacho de becarios: Luciana, Nuria,

Esther, Edu y Clara, por haber sufrido conmigo estos últimos momentos.

A Mar, Lucía, Laila y Bali, por vuestra amabilidad y entrega hacia mí;

la aventura en Melilla hubiera sido muy difícil sin vosotras.

A Luis Jiménez, por la dedicación a este trabajo; poder contar con tu

colaboración ha sido un verdadero lujo.

A todos los maestros y maestras que me abrieron las puertas de sus

clases sin reparos, especialmente a los colegios Emilio Carmona, Las

Mimbres, Giner de los Ríos, Abencerrajes, García Lorca, La Consolación y

Santa Juliana y a maestras como Mª Ángeles y Piedad, por hacerme saber

que nuestros niños están en las mejores manos.

Especialmente a Rolando, por simbolizar la palabra MAESTRO como

nadie. Siempre permanecerás en el corazón de los niños a los que

enseñaste.

Y por supuesto, a las niñas y los niños que han participado en este

trabajo, por su alegría, autenticidad, simpatía… habéis convertido una

ardua tarea en la más satisfactoria de las actividades.

A todos, GRACIAS.

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ÍNDICE

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XI

INTRODUCCIÓN...................................................................................................13

Capítulo I. La dislexia: una dificultad específica

para aprender a leer .............................................................................17

1.1. ¿Qué es la dislexia? .................................................................20

1.2. Prevalencia de la dislexia .......................................................25

1.3. Clasificación de la dislexia .....................................................27

1.4. La dislexia en español.............................................................31

Capítulo II. ¿Por qué se produce la dislexia? ....................................................35

2.1. La dislexia está causada por un déficit específico de

tipo fonológico................................................................................38

2.2. La dislexia está causada por un déficit primario general

perceptivo o motor. ........................................................................42

2.2.1. Déficits visuales y/o auditivos...............................42

2.2.2. Déficit en automatización o déficit cerebelar ......47

2.3. Algunos intentos de integración: la multicausalidad de

la dislexia ........................................................................................55

2.4. La búsqueda de déficit en otros procesos cognitivos .........59

Capítulo III. Aprendizaje implícito y dislexia...................................................65

3.1. ¿Participa el aprendizaje implícito en el aprendizaje de

la lectura?.........................................................................................67

3.2. Aproximaciones teóricas que incluyen el aprendizaje

implícito en el proceso de adquisición de la lectura..................71

3.2.1. El modelo de Redescripción

Representacional de Karmiloff-Smith ..........................72

3.2.2. El modelo del Desarrollo Metalingüístico de

Gombert............................................................................74

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XII

3.3. El papel del aprendizaje implícito en los métodos de

enseñanza de la lectura..................................................................77

3.4. ¿Quienes sufren dislexia pueden aprender el contenido

de tareas que inducen aprendizaje implícito?............................80

3.4.1. Aprendizaje de Secuencias...................................82

3.4.2. Gramáticas Artificiales..........................................88

3.4.3. Señalización Contextual .......................................91

Capítulo IV. Estudio Experimental ......................................................................97

4.1. Planteamiento de la investigación.......................................99

4.2. Experimento 1a y Experimento 1b: problemas

metodológicos que podrían enmascarar la presencia de

un déficit en aprendizaje implícito de secuencias en

niños con dislexia.....................................................................106

4.3. Experimento 2a y Experimento 2b: aprendizaje de

secuencias incidental e intencional en niños con

dislexia.......................................................................................121

Experimento 2a: tarea incidental de aprendizaje de

secuencias..................................................................................124

Experimento 2b: tarea intencional de aprendizaje de

secuencias..................................................................................133

4.4. Experimento 3: aprendizaje de señalización contextual

en población infantil ................................................................142

4.5. Experimento 4: aprendizaje implícito de señalización

contextual en niños con dislexia ............................................152

Capítulo V. Discusión General.............................................................................159

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS....................................................................177

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INTRODUCCIÓN

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15

Nunca olvidaré cuando vi a Sofía por primera vez; abrió con una

sonrisa la puerta de su casa y unos instantes me bastaron para descubrir a

una niña inteligente, cariñosa, extrovertida, que detallaba con soltura

cada rincón de su cuarto. Conversamos entretenidas durante un rato,

pero llegó el momento de dirigir nuestra charla por otro camino.

En cuanto percibió que nuestra primera toma de contacto había

terminado, se le borró esa sonrisa que no había perdido desde que llegué

y desapareció la energía que había estado mostrando en todo momento;

parecía una niña distinta a la que acababa de conocer. Cuando le dije que

me gustaría hacer algunas actividades con ella, rápidamente me preguntó

con preocupación: ¿pero son de leer?...

La lectura de Sofía era lenta, cometía numerosos errores y leía sílaba

por sílaba sin respetar patrones de acentuación o entonación. Además,

lanzaba suspiros de agotamiento cuando apenas había leído unas treinta

palabras. Por el contrario, era capaz de contestar a preguntas de

comprensión lectora sin dificultad, detallando en ocasiones más

información de la que yo le pedía.

Y comenzamos con la intervención… refuerzo de las reglas de

conversión grafema-fonema, actividades de conciencia fonológica, uso de

lecturas motivantes (tengo que mucho agradecer a Kika Superbruja) y otras

estrategias habituales en estos casos. No obstante, tras varias sesiones de

tratamiento, advertí que la lectura y la escritura de Sofía se beneficiaban

especialmente cuando le explicitaba ciertas reglas. Comencé entonces a

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16

incluir de manera sistemática la enseñanza de algunas regularidades de

nuestro sistema escrito que no reciben una especial atención en el

contexto escolar. Así, por ejemplo, empecé a explicarle algunas reglas de

ortografía no trabajadas en clase (“las palabras que terminan en -jero, -jera,

se escriben con j, excepto ligero”) o a promover el reconocimiento rápido

de fragmentos finales de las palabras largas (-ilidad, -ábamos…). Este tipo

de intervención, en un corto espacio de tiempo, aceleró su lectura y

mejoró su escritura de forma significativa.

En ese momento me planteé ¿y si los niños con dislexia tienen un

problema para aprender sin intención algunos aspectos del lenguaje

escrito?, es decir, mientras que los niños sin dificultades adquirirían

conocimiento implícitamente a través de las actividades con la lectura, los

niños con dislexia ¿necesitarían aprender ese conocimiento de forma

intencional? Me pareció que la consideración de estas cuestiones podría

ser muy relevante para enfocar tanto la enseñanza del lenguaje escrito

como su intervención.

Y así fue el inicio del camino de este trabajo de investigación sobre

dislexia y aprendizaje implícito que ahora culmina con la esperanza de

que, este pequeño granito de arena, pueda ayudar a niños como Sofía a

vivir la lectura tal y como aludió a ella el lector, escritor y soñador Paul

Auster, “algo mágico que hace que todo tu mundo cambie cuando lees algo

realmente maravilloso”.

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CAPÍTULO I

LA DISLEXIA: UNA DIFICULTAD

ESPECÍFICA PARA APRENDER A LEER

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

19

La lectura constituye la habilidad básica para el aprendizaje y la

adquisición de conocimiento, así como para el enriquecimiento

personal. Además, es un instrumento primordial de comunicación,

de transmisión de la cultura y de los valores de una sociedad. Por

tanto, estamos ante una habilidad cuya extraordinaria importancia

la convierte en el objetivo principal de aprendizaje en los primeros

años de escolarización.

Dada esta trascendencia, no resulta difícil prever las

consecuencias tanto académicas como personales que se derivan de

una adquisición deficitaria. En muchos casos, estas dificultades no

pueden explicarse por déficits generales en el desarrollo intelectual

o por no haber tenido una enseñanza adecuada, sino por un

problema bastante específico para aprender a leer. Este es el caso de

las personas con dislexia.

Hasta la fecha, la investigación sobre este trastorno pone de

manifiesto que encierra una gran complejidad, tanto en lo que

respecta a sus componentes biológicos como en sus aspectos

cognitivos y comportamentales. Por ello, a pesar de la extensa

literatura científica ya generada, actualmente siguen abiertos

debates acerca de cuestiones fundamentales como su definición,

prevalencia, causas, manifestaciones y estrategias de intervención.

No obstante, en los últimos años empieza a existir acuerdo en que

las manifestaciones de este problema no son homogéneas en todos

los que lo sufren, y que probablemente está causado por la

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Capítulo I

20

conjunción de varios factores que no tienen por qué ser los mismos

en cada persona. En este sentido, nuestra investigación tiene por

objeto estudiar si entre los factores que contribuyen a la dificultad

para aprender a leer se encuentra un déficit en aprendizaje

implícito.

1.1. ¿Qué es la dislexia?

Las primeras descripciones de dificultades específicas en la

habilidad lectora provinieron del campo de la medicina y la

oftalmología. En 1877 Kussmaul utilizó el término ceguera verbal

para referirse a un paciente con lesión cerebral que había perdido

su capacidad para leer sin presentar ningún problema de visión y

manteniendo preservado su nivel intelectual y el lenguaje. Pero fue

unos años más tarde, en 1887, cuando el oftalmólogo Berlin

introdujo el término dislexia para describir también a un grupo de

pacientes con dificultades lectoras tras un daño neurológico (ver

revisión en Grizzle, 2007). Hoy día este tipo de casos, producto de

una lesión cerebral, recibe el nombre de dislexia adquirida.

A la luz de esas primeras observaciones en pacientes, algunos

pediatras repararon en el gran parecido de sus manifestaciones con

las de algunos niños que estaban aprendiendo a leer. El primer caso

del que se tiene constancia fue descrito por el pediatra Pringle

Morgan en 1896, refiriéndose a un niño que mostraba dificultades

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

21

para aprender a leer aun cuando presentaba una adecuada

competencia para la aritmética, lo que indica la especificidad del

problema. Ya en los años sesenta del siglo XX, Critchley acuña el

término dislexia del desarrollo y es en este periodo cuando se define

como un trastorno que consiste en la dificultad para aprender a leer

a pesar de tener un nivel de inteligencia medio, haber recibido

enseñanza adecuada, y haber tenido suficientes oportunidades

socioculturales (ver revisión en Hoien y Lundberg, 2000).

Actualmente este enfoque es adoptado en las definiciones

propuestas por los sistemas de clasificación diagnóstica más

influyentes (CIE-10, López-Ibor, 1992; DSM-IV-TR, López-Ibor y

Valdés, 2002). Concretamente, estas definiciones contemplan tres

criterios denominados como discrepancia, exclusión y

especificidad. El primero se refiere a la existencia de una diferencia

(de dos o más desviaciones típicas) entre el rendimiento lector que

muestra un niño y el que se esperaría en función de su edad,

coeficiente intelectual (C.I.) y enseñanza recibida. Por su parte, el

criterio de exclusión pretende limitar el término dislexia evolutiva a

aquella población que presenta una dificultad lectora que no puede

ser explicada por otra categoría diagnóstica (déficit sensorial,

retraso mental, ausencia de oportunidades…). Por último, el

criterio de especificidad hace referencia a que las dificultades se

observan en un número limitado de dominios cognitivos y

académicos (Soriano, 2006).

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Capítulo I

22

Las definiciones basadas en estos criterios son ampliamente

utilizadas, y han contribuido a delimitar el problema y otorgarle

entidad como objeto de estudio. Sin embargo, han recibido ciertas

críticas por su carácter negativo, es decir, por centrarse

fundamentalmente en describir qué no es la dislexia olvidando

definir sus características (Piasta y Wagner, 2007). Asimismo, se

han encontrado con la oposición de quienes no consideran que

deba excluirse del diagnóstico aquellas dificultades lectoras

acompañadas por un C.I. bajo.

Con respecto a este último extremo, en efecto, algunos autores

sostienen que las dificultades lectoras no son diferentes por el

hecho de que los niños presenten un C.I. medio o un C.I. bajo

(Jiménez y Rodrigo, 1994; Stanovich y Siegel, 1994). Sin embargo,

los estudios sobre esta cuestión arrojan por el momento resultados

contradictorios (para una revisión, ver Soriano, 2006). Aunque

algunos trabajos revelan que el curso del problema y los beneficios

de la intervención no parecen depender del C.I. (Gus y Samuelsson,

1999), en el estudio de Swanson, Hoskyn y Lee (1999) encontraron

mayor resistencia a la intervención en quienes presentaban mayor

C.I., un dato que sugiere el carácter específico e inesperado del

problema (Badian, 1994).

La evidencia que apoya de manera más firme esta especificidad

de la dificultad lectora proviene sobre todo de estudios genéticos y

de neuroimagen. Por ejemplo, Wadsworth, Olson, Pennington y

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

23

DeFries (2000) observaron que la heredabilidad era de .72 en

quienes presentaban un C.I. de 100 o superior, mientras este cálculo

era de .43 en quienes tenían un C.I. por debajo de 100. Por lo que

respecta a investigaciones de registro con técnicas de neuroimagen,

se ha observado que las personas con dislexia presentan

alteraciones en áreas cerebrales relacionadas con el procesamiento

fonológico (p.e., región perisilviana), la integración sensorial y la

coordinación (p.e., cerebelo), pero no en áreas más directamente

relacionadas con procesos de razonamiento o habilidades

intelectuales en general (p.e., córtex prefrontal).

Haciéndose eco de esta evidencia sobre la especificidad del

problema, y de la necesidad de describir sus características para no

caer en una definición de carácter negativo, en el año 2002 la

International Dyslexia Association (IDA) presentó la siguiente

definición:

La dislexia es una dificultad específica de aprendizaje que tiene un

origen neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en el reconocimiento

preciso y fluido de palabras y por unas deficientes habilidades de

decodificación y escritura (ortografía) a pesar de haber recibido una

enseñanza adecuada del lenguaje escrito. Estas dificultades resultan

normalmente de un déficit en el componente fonológico del lenguaje

mientras que otras habilidades cognitivas están preservadas. Las

consecuencias secundarias pueden incluir problemas en la comprensión

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Capítulo I

24

lectora y una experiencia reducida con la lectura, lo que impide el

incremento del vocabulario y de los conocimientos generales.

Como puede observarse, esta definición conserva el criterio de

un rendimiento no esperado según las capacidades cognitivas y

nivel de escolarización, pero como subrayan Lyon, Shaywitz y

Shaywitz (2003), la evaluación de esa discrepancia no se limita al

C.I. sino que puede también realizarse mediante comparaciones

entre la edad lectora y la edad cronológica, el aprendizaje de la

lectura y el aprendizaje de otras habilidades, o nivel lector y

desempeño en otras funciones cognitivas.

Otra aportación especialmente relevante destacada por Lyon et

al. (2003), estriba en la inclusión del concepto de fluidez lectora. En

este contexto, la fluidez lectora se entiende como la habilidad para

leer un texto de forma precisa, rápida y con buena comprensión

(Cunningham, 2001; Wolf y Katzir-Cohen, 2001) y se considera el

mejor indicador de una lectura experta. De hecho, la población

adulta con dislexia suele mejorar la precisión pero los problemas en

velocidad persisten, por lo que su lectura continúa requiriendo

esfuerzo cognitivo y no puede considerarse fluida (Shaywitz, 2003).

Esta definición propuesta por la IDA en el año 2002 será la

adoptada como referencia en este trabajo, incluyendo además como

otro rasgo distintivo de este trastorno su persistencia (Grigorenko,

2001; Román-Lapuente, 2008). Aunque tal característica no se

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

25

encuentra de forma explícita en la definición de la IDA, diversas

investigaciones longitudinales han mostrado que las dificultades

lectoras se mantienen en mayor o menor medida a lo largo de toda

la vida y con consecuencias que van más allá del ámbito académico

(LaBuda y DeFries, 1989; Snowling, Goulandris y Defly, 1996).

1.2. Prevalencia de la dislexia

La estimación de la prevalencia de la dislexia es una tarea ardua

ya que ningún organismo público cuenta con un registro que

facilite su cálculo. A esta dificultad se une además el uso de

criterios distintos para su diagnóstico, la heterogeneidad en sus

manifestaciones y las diferencias en consistencia entre los códigos

alfabéticos (Miles, 2004). Estas diferencias entre los sistemas se

refieren fundamentalmente al número de reglas de conversión

grafema-fonema (RCGF) consistentes que contienen. En este

sentido, es esperable que la prevalencia de la dislexia sea menor en

los sistemas transparentes merced a que estos sistemas presentan

un alto número de RCGF consistentes.

Aún teniendo en cuenta todas estas limitaciones para su cálculo,

se estima que la prevalencia en países con sistemas opacos, como el

Reino Unido, se encuentra entre un 3% de casos graves y un 6% de

casos más leves o de diferentes manifestaciones del problema. En

EE.UU. la IDA (2008) sitúa la prevalencia en torno al 5% y añade

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Capítulo I

26

que cerca del 20% de la población general presenta algunas de las

características asociadas a la dislexia, como pueden ser problemas

en la ortografía y una lectura lenta y/o con muchos errores.

Con respecto al sistema ortográfico español, no existen estudios

epidemiológicos con grandes muestras, pero considerando como

criterio un retraso lector de 15 meses se ha estimado un porcentaje

del 8%, mientras que con un criterio más restrictivo de dos años o

más de diferencia, el porcentaje sería de 1,3% (Soto, Sebastián y

Maldonado, 1992). Recientemente, Jiménez, Guzmán, Rodríguez y

Artiles (2009) han situado la prevalencia de las dificultades en el

aprendizaje del lenguaje escrito en un 8,6%, dentro del cual la

mitad se caracterizaría por presentar una lectura lenta pero precisa.

En términos generales, podemos decir que los estudios sobre la

prevalencia en España arrojan datos que oscilan entre un 3 y 10%

de los niños escolarizados, y que parece haber cierto consenso en

situar la prevalencia aproximadamente en el 5% (Alegría, 2006;

Álvarez y Crespo, 2006; Karande, 2005; Román-Lapuente, 2008).

Por tanto, la dislexia se presenta como un problema frecuente ya

que, de acuerdo a ese dato de consenso, en cada clase de Educación

Primaria (E.P.) es esperable que haya al menos un niño o una niña

con dislexia.

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

27

1.3. Clasificación de la dislexia

Como hemos mencionado, una de las particularidades de la

dislexia es la gran heterogeneidad en sus manifestaciones. Esta

heterogeneidad ha dado lugar a diferentes clasificaciones, en unos

casos basadas en modelos teóricos de lectura de palabras, y en otros

casos, en aproximaciones explicativas de la dislexia (Snowling,

2000).

La clasificación más utilizada proviene del modelo de doble ruta

(Carr y Pollatsek, 1985; Colheart, 1978; Rayner y Pollatsek, 1989;

Valle-Arroyo, 1996), que concibe la existencia de una ruta directa y

otra indirecta para la lectura de una palabra. La ruta directa (léxica

o visual) implicaría el acceso directo a representaciones de las

palabras completas (representaciones léxicas) y, en consecuencia,

permitiría un reconocimiento inmediato de las palabras. En cambio,

la ruta indirecta (subléxica o fonológica) recurriría a una mediación

fonológica aplicando las RCGF. Según este modelo, las palabras

que han sido procesadas de forma frecuente se reconocerán por la

ruta léxica, mientras que aquellas que no han sido leídas con

frecuencia (o las pseudopalabras en el contexto de una evaluación),

se reconocerán por la ruta fonológica, a través de la aplicación de

las RCGF. Estas dos vías funcionarían de manera paralela y

complementaria en un lector experto, utilizando en mayor medida

una u otra dependiendo de la situación.

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Capítulo I

28

Los estudios realizados en el marco de este modelo establecen la

existencia de tres subtipos de dislexia: fonológica, superficial y

mixta (Calvo, 1999; Castles y Colheart, 1993; Genard et al., 1998;

Serrano, 2005). La población con dislexia fonológica sería aquella que

presenta dificultad para utilizar las RCGF, problema que es

atribuido a una alteración en la ruta fonológica. Como consecuencia

de este déficit las personas con este tipo de dislexia sólo podrían

leer a través de la ruta léxica, lo que supone que únicamente

podrían realizar una lectura adecuada de aquellas palabras que,

por su frecuente aparición, han dado lugar a una representación

mental de la palabra completa (representación léxica). Por el

contrario, las palabras desconocidas o las pseudopalabras son

extremadamente difíciles para esta población, y al leerlas cometen

abundantes sustituciones de palabras que tienen parecido visual u

ortográfico, lexicalizaciones (una pseudopalabra es leída como una

palabra), y errores morfológicos o derivativos (sustituciones por

palabras con la misma raíz).

La población con dislexia superficial presentaría problemas en el

empleo de la ruta léxica, es decir, en el acceso y uso de la

representación de las palabras completas, y por ello su lectura se

basaría en la aplicación de las RCGF. Este grupo suele cometer

frecuentes errores de omisión, adición o sustitución de letras, y el

tiempo de lectura es más alto que el empleado por los sujetos con

dislexia fonológica. Gracias a que tienen la capacidad para llevar a

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

29

cabo las conversiones grafema-fonema, pueden leer

pseudopalabras con corrección, pero no consiguen distinguir

palabras homófonas (hola/ola) o pseudohomófonas

(caballo/cavayo) debido a que su acceso al léxico está guiado por la

fonología y no por la ortografía de la palabra.

El último grupo que propone esta clasificación es la población

con dislexia mixta, grupo que, como sugiere su nombre, muestra

manifestaciones de los dos subtipos antes descritos que serían

explicadas por alteraciones en ambas vías.

El modelo de doble ruta ha sido y sigue siendo muy influyente

en el ámbito del diagnóstico, la explicación e incluso la intervención

en dislexia (Jiménez, Hernández y Conforti, 2006), pero

recientemente ha sido puesto en cuestión desde los modelos

conexionistas (Manis, Seidenberg, Doi, McBride-Chang y Petersen,

1996) y desde la evidencia ofrecida en estudios de neuroimagen.

Con respecto a este último caso, por ejemplo, no se ha observado

que niños sordos empleen diferentes circuitos en el aprendizaje de

la lectura, cuando debido a su sordera sólo podrían aprender por

medio de la ruta léxica (McSweeney, Waters, Brammer, Woll, y

Goswami, 2008). En esta misma línea, se ha encontrado que el

aprendizaje del chino y del inglés descansan sobre los mismos

circuitos (Ziegler, 2005) a pesar de que el aprendizaje del chino

estaría basado eminentemente en el desarrollo de la ruta léxica

(cada logograma representa una palabra) mientras que el

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Capítulo I

30

aprendizaje del inglés incluye también el desarrollo de las RCGF

(ruta fonológica). Por tanto, los estudios de neuroimagen no

sugieren la existencia de correlatos distintivos para cada una de las

dos rutas propuestas, un reto para un modelo que, no obstante,

sigue siendo el que más consenso reúne entre los investigadores en

dislexia.

Otro sistema de clasificación empleado por otros autores está

basado en la hipótesis de la existencia de un doble déficit en la

dislexia (Wolf y Bowers, 1999): por una parte en la conciencia

fonológica1 y, por otra parte, en la velocidad para denominar

estímulos (no sólo ortográficos). Desde esta perspectiva cada uno

de estos factores puede provocar problemas de lectura por sí solo,

dando lugar así a dos subtipos de dislexia, pero además, como en la

clasificación anterior, puede haber casos en los que ambos factores

estén incidiendo (Badian, 1997; Lovett, Steinback y Frijters, 2000;

Wolf y Bowers, 1999). Este último subtipo mixto sería el más

frecuente y, a su vez, el que cuenta con un peor pronóstico. Cuando

abordemos las explicaciones que se han propuesto de la dislexia,

profundizaremos más en estos déficits y, en especial, en la

relevancia del déficit fonológico.

1 La conciencia fonológica es la habilidad para segmentar y manipular los sonidos que componen el lenguaje. Una de las tareas que se utilizan es preguntar el número de sonidos que tiene una palabra (segmentación de fonemas).

Page 32: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

31

1.4. La dislexia en español

La comparación del curso de adquisición del lenguaje escrito

entre diferentes sistemas alfabéticos (p.e., entre inglés y español) ha

generado un fructífero ámbito de investigación en el que uno de

sus principales hallazgos reside en la evidencia de que los sistemas

ortográficos opacos (con escasas RCGF consistentes) son más

difíciles de aprender que los sistemas transparentes (Seymour, Aro

y Erskine, 2003; Wimmer y Goswami, 1994). Estas comparaciones

se convirtieron en necesidad en la medida en que la literatura sobre

la dislexia se nutría casi en exclusiva de trabajos con población

anglófona. El predominio del inglés suscitaba el interrogante de si

la dislexia era un trastorno con características universales o, por el

contrario, sus manifestaciones dependerían del sistema escrito en

cuestión (Frith, Wimmer y Landerl, 1998; Katzir, Shaul, Breznitz y

Wolf, 2004; Spencer y Hanley, 2003; Ziegler, Perry, Ma-Wyatt,

Ladner y Schulte-Körne, 2003). Sobre este particular, se ha

observado que la dislexia en el sistema ortográfico inglés,

caracterizado por su alta opacidad, se manifiesta

fundamentalmente en problemas de precisión lectora (Landerl,

Wimmer y Frith, 1997) como, por ejemplo, sustituciones de unas

palabras por otras similares. En cambio, en los sistemas

transparentes, como el caso del español, la dislexia se manifestaría

más claramente en problemas de velocidad lectora debido a que la

estabilidad de las reglas facilita la precisión (Landerl et al., 1997;

Page 33: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo I

32

Leinonen et al., 2001; Salmelin y Helenius, 2004; Serrano y Defior,

2008). No obstante, a pesar de esta evidencia, la mayor parte de los

materiales para evaluar dislexia en español aún se basan

exclusivamente en examinar la precisión lectora, obviando la

velocidad, un hecho que genera dificultades tanto en la

identificación como en la planificación del tratamiento.

Según Alegría (2006), el carácter transparente de un sistema

alfabético como el español tiene dos consecuencias fundamentales.

En primer lugar, la inteligibilidad del mismo, es decir, su alto grado

de consistencia facilita enormemente el aprendizaje (Seymour et al.,

2003); y en segundo lugar, la productividad del código, entendida

como una alta probabilidad de leer correctamente una palabra

gracias a la consistencia de las reglas. La productividad del código

desempeñaría un papel esencial en la identificación de palabras a

través de un mecanismo de autoaprendizaje (Share, 1995). En otras

palabras, el alto número de decodificaciones correctas en los

sistemas transparentes, contribuye a establecer antes las

representaciones mentales ortográficas que permiten un rápido

acceso a la palabra. En consonancia con este postulado, se ha

obtenido evidencia de que en sistemas transparentes, como el

español, el léxico ortográfico se desarrolla más rápidamente que en

lenguas más opacas como el francés o el inglés (Alegría, Marín,

Carrillo y Mousty, 2003; Defior, Cary y Martos, 2002; Seymour et al.,

2003).

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La dislexia: una dificultad específica para aprender a leer

33

En resumen, en este capítulo hemos analizado el concepto de

dislexia para llegar a la acepción que se toma como referencia en

este trabajo, y hemos destacado las particularidades de este

problema en el sistema ortográfico español. Llegados a este punto,

la siguiente cuestión obligada consiste en indagar las causas por las

que puede desarrollarse una dificultad de este tipo.

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CAPÍTULO II

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA DISLEXIA?

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Page 38: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

37

Las teorías acerca de qué causa la dislexia se diferencian por el

énfasis que otorgan a uno o varios de los múltiples déficits

observados en niños y adultos con esta dificultad. Entre los déficits

documentados se encuentran problemas en el procesamiento

fonológico, auditivo, visual, conducta motora, e incluso

alteraciones en estructuras cerebrales que podrían asociarse a estos

déficits, como es el caso de la cisura de Silvio (déficit fonológico), el

cerebelo (déficit motor o automatización), o los núcleos geniculados

(déficit visual/auditivo) entre otras. En torno a estos déficits se han

desarrollado las tres principales teorías sobre la dislexia: teoría

fonológica, magnocelular (que engloba al déficit visual y auditivo)

y cerebelar o motora (para una revisión ver Soriano, 2006).

Antes de describir cada una de ellas es importante destacar que

en la actualidad existe bastante consenso sobre la relevancia de los

problemas fonológicos (ver revisión en Ramus y Szenkovits, 2008).

En consecuencia, ninguna de las teorías que vamos a abordar obvia

su importancia, pero sí difieren en cómo conciben su papel causal.

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Capítulo II

38

2.1. La dislexia está causada por un déficit específico de tipo

fonológico

Las dificultades fonológicas en la población con dislexia han sido

documentados en infinidad de estudios y se ponen de manifiesto,

fundamentalmente, en tareas de conciencia fonológica (Defior,

2002; Goswami y Bryant, 1990, 1992), velocidad de acceso a

información fonológica (p.e., denominar letras o colores; Guzmán et

al., 2004; Wolf, 1991), memoria verbal (Gathercole, Alloway, Willis

y Adams, 2006) o detección de claves fonológicas no lingüísticas

(envelope rise time; Goswami et al., 2002; Pasquini, Corriveau y

Goswami, 2007).

De acuerdo con esta teoría, el déficit fonológico dificultaría la

discriminación entre fonemas -sobre todo aquellos muy similares-

y, consecuentemente, entorpecería la adquisición y la aplicación

fluida (automática) de las correspondencias grafema-fonema

(Bishop y Snowling, 2004; Hoien, 1999; Ramus, 2003; Snowling,

2000; Vellutino, Fletcher, Snowling y Scanlon, 2004; Ziegler y

Goswami, 2005). Esta escasa fluidez afectaría también a la

formación del léxico mental ortográfico (almacenamiento de las

palabras completas), debilitando así las posibilidades de uso de la

ruta léxica (Mody, 2003).

Para demostrar la relación causal entre los déficits fonológicos y

los problemas de lectura se han realizado estudios longitudinales

Page 40: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

39

que han evidenciado que un bajo rendimiento en tareas fonológicas

en niños de tres años se presentaba como un importante predictor

de las dificultades en el aprendizaje de la lectura a los ocho años

(Puolakanaho et al., 2007). Por otra parte, con el objetivo de separar

la influencia de los déficits fonológicos de aquellos provocados por

la propia experiencia lectora, se ha generalizado el empleo de dos

grupos control. Por una parte, un grupo con la misma edad que el

grupo de dislexia, que obviamente tendrá un mayor rendimiento

en lectura (control cronológico) y, por otra, un grupo con la misma

habilidad lectora que, en consecuencia, tendrá menor edad (control

lector). Utilizando este diseño, el patrón general de resultados que

se obtiene es el esperado desde la hipótesis de que los déficits

fonológicos son la causa del problema de lectura: los niños con

dislexia muestran peores habilidades fonológicas que el grupo

control cronológico y también que el control lector, es decir, que el

grupo que tiene su mismo nivel de lectura pero que son más

jóvenes (Cuadro y Marín, 2007; Siegel, 1993; Snowling, 2000). Por

tanto, el déficit fonológico es específico de los niños que desarrollan

dislexia y no un rasgo que tiene cualquier niño que aún no ha

aprendido a leer con fluidez.

La relevancia del déficit fonológico ha sido también puesta de

manifiesto en estudios que exploran tanto la activación de las

estructuras cerebrales asociadas el procesamiento fonológico, como

posibles diferencias en su morfología (ver revisión en Martin, 2003).

Page 41: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

40

Por ejemplo, durante la realización de tareas de lectura y de

procesamiento fonológico, se ha observado que tanto niños como

adultos con dislexia presentan escasa activación en regiones

perisilvianas (corteza temporoparietal) del hemisferio izquierdo y

un incremento en regiones perisilvianas del hemisferio derecho y

del cortex prefrontal inferior (Eden y Zeffiro, 1998; Grünling et al.,

2004; Heim y Keil, 2004; Pugh et al., 1997; Rumsey et al., 1992;

Temple, 2002). En el caso de los estudios realizados con niños, no se

observa activación de regiones prefrontales, quizá porque ésta

refleje estrategias compensatorias desarrolladas por los adultos

(Backes et al., 2002; Georgiewa et al., 1999, 2002; Shaywithz et al.,

2003). Por lo que respecta a los trabajos centrados en la morfología

de las regiones perisilvianas, se han observado ectopías (conjuntos

de neuronas que se localizan en regiones de las cuales tendrían que

haber migrado durante el desarrollo fetal) y displasias

(desorganización cortical focal; Galaburda, Sherman, Rose, Aboitiz

y Geschwind, 1985).

Por último, otra evidencia a favor de la importancia del déficit

fonológico procede de trabajos que demuestran la eficacia de los

programas de intervención basados en el entrenamiento de las

habilidades fonológicas y las correspondencias grafema-fonema o

fonema-grafema (ver revisión en Swanson et al., 1999). Además,

este tipo de intervención produce cambios significativos en la

activación de las áreas temporoparietales del hemisferio izquierdo,

Page 42: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

41

mostrando entonces un patrón de activación más parecido a los

lectores sin problemas (McCandliss y Noble, 2003; Shaywitz et al.,

2004; Simos et al., 2002, Temple, 2002). No obstante, también es

importante resaltar que estos programas presentan algunas

limitaciones como, por ejemplo, menor eficacia a partir del último

ciclo de Educación Primaria, limitada generalización a palabras no

entrenadas, y mayores logros en precisión que en fluidez.

Ampliando los postulados de la teoría fonológica, como ya

hemos mencionado, Wolf y Bowers (1999) proponen la hipótesis del

doble déficit, según la cual el déficit en conciencia fonológica se

uniría a un déficit en la velocidad de denominación, es decir, a una

dificultad para el acceso y la recuperación de la fonología de los

nombres de estímulos visuales (colores, letras, dibujos…).

Esta dificultad se manifiesta cuando deben nombrar elementos

muy familiares, tanto de naturaleza lingüística (letras, palabras…)

como no lingüística (colores, objetos…; ver revisión en Wolf,

Bowers y Biddle, 2000), y ello constituiría otra posible causa de la

dislexia. No obstante, también subrayan que el déficit en velocidad

de denominación no sería la causa última del problema lector, sino

el producto de otros procesos alterados, posiblemente problemas

de automatización.

Desde esta perspectiva, las dificultades en el procesamiento

fonológico y en la velocidad de denominación constituyen dos

Page 43: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

42

fuentes diferenciadas de dificultad en la lectura, razón por la que

identifican los tres subtipos de dislexia descritos en el capítulo

anterior (Badian, 1997; Lovett et al., 2000; Wolf y Bowers, 1999).

2.2. La dislexia está causada por un déficit primario general

perceptivo o motor

Para otro grupo de teorías la dislexia estaría causada por un

déficit primario general que consistiría en una dificultad en el

procesamiento perceptivo-sensorial (auditivo o visual) o en una

disfunción cerebelar-motora. Como antes comentamos, estas teorías

no niegan la existencia de un déficit fonológico, pero desde su

perspectiva este déficit sería consecuencia de otro más general. En

los últimos años estas dos teorías se han integrado dentro de lo que

se ha denominado como teoría sensoriomotora (Ramus, 2003).

2.2.1. Déficits visuales y/o auditivos

Estas explicaciones se desarrollaron a partir de estudios que

revelaron dificultades en el procesamiento visual o auditivo de

estímulos presentados en sucesión rápida (Martin y Lovegrove,

1984; Tallal, 1984). Posteriormente, en convergencia con estos datos

comportamentales, estudios neuroanatómicos han revelado que

determinadas estructuras implicadas en el procesamiento sensorial,

como los núcleos geniculado lateral (procesamiento visual) y

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¿Por qué se produce la dislexia?

43

medial (procesamiento auditivo), son de menor tamaño debido

específicamente a que las neuronas en esos núcleos son más

pequeñas (Eden et al., 1996; Galaburda y Livingstone, 1993;

Livingstone, Rosen, Drislane y Galaburda, 1991).

Las dificultades en procesamiento visual se han encontrado

especialmente en aquellas características que se atribuyen al

procesamiento del sistema conocido como magnocelular. Este

sistema constituye junto con el sistema denominado parvocelular

las dos vías del procesamiento visual. El sistema magnocelular se

encargaría del procesamiento de estímulos breves, el movimiento y

la estimulación de bajo contraste y baja frecuencia espacial. En

cambio, el sistema parvocelular sería el encargado del

procesamiento de los colores y de la estimulación estática con

frecuencia espacial alta y contraste alto. En consonancia con la

hipótesis de un problema específico en el sistema magnocelular, se

han observado problemas en la detección de la velocidad del

movimiento (Eden et al., 1996) y la necesidad de un mayor intervalo

interestímulos para percibir como separados dos estímulos cuando

éstos son de baja frecuencia espacial, de bajo contraste o de baja

luminosidad (ver revisión en Stein, 2001). No obstante, en alguna

ocasión no se ha replicado esta especificidad del déficit (Sperling,

Lu, Manis y Seidenberg, 2005), probablemente porque afecte a un

subgrupo de las personas con dislexia (Ramus, 2003).

Page 45: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

44

Por lo que respecta a la hipótesis de un déficit en el procesamiento

auditivo, se fundamenta sobre todo en los trabajos de Paula Tallal.

Su primer hallazgo en este sentido fue la dificultad para percibir

varios sonidos cuando se presentan de forma breve y en sucesión

(Tallal, 1980). Posteriormente observó otros déficits como, por

ejemplo, problemas para discriminar frecuencias o intensidades y

para percibir en contextos de ruido (Tallal, 1984, 1999; ver las

revisiones de McArthur y Bishop, 2001; Wright, Bowen y Zecker,

2000). A raíz de este conjunto de estudios, Tallal (1980, 1984)

sostiene que las dificultades de percepción auditiva, en especial las

referentes al procesamiento de estímulos presentados de forma

rápida y en sucesión, impedirían el establecimiento de

representaciones fonológicas adecuadas, es decir, estarían en el

origen del déficit fonológico. Sin embargo, como en el caso de la

hipótesis de un déficit visual, no siempre se han observado los

déficits auditivos descritos (McArthur y Bishop, 2001),

probablemente porque su aparición depende de los parámetros de

la tarea utilizada y de la selección de la muestra. En esta línea de

argumentación, cabe destacar que la principal crítica recibida por

las teorías que proponen una causa sensorial (visual o auditiva)

reside en que la incidencia de esos problemas es sustancialmente

menor que la documentada para las dificultades fonológicas.

Mientras que prácticamente la totalidad de la población con

dislexia presenta problemas fonológicos, aproximadamente un 45%

Page 46: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

45

presenta problemas visuales y/o auditivos (ver revisión en Ramus,

2003); por tanto, la relación causal postulada por estas

aproximaciones queda en entredicho para muchos casos.

Una cuestión relacionada con los déficits visuales y auditivos es

si la población con dislexia presenta un déficit en procesamiento

secuencial de los estímulos. Para contrastar esta hipótesis de forma

más específica, algunos estudios han incluido también una

condición de procesamiento simultáneo. En uno de estos trabajos,

Eden, Stein, Wood y Wood (1995) pidieron a niños que contaran

puntos presentados en diferentes posiciones en la pantalla, y estos

puntos podían presentarse bien de uno en uno (forma secuencial) o

bien todos a la vez (forma simultánea). Corroborando estudios

previos, sus resultados mostraron que los niños con dislexia eran

significativamente peores en la presentación secuencial, datos que

se vieron además refrendados por la existencia de una correlación

entre el rendimiento lector y la ejecución en la tarea temporal (.40),

pero no entre la lectura y la tarea espacial.

La dificultad para llevar a cabo la tarea secuencial ha sido

replicada en adultos con dislexia (Conlon, Sander y Zapart, 2004) y

también se ha observado con tareas más complejas como comparar

la orientación espacial de dos estímulos que se presentan en

sucesión (condición secuencial) o juntos (condición simultánea)

(Ben-Yehudah y Ahissar, 2004; Ben-Yehudah, Sackett, Malchi-

Ginzberg y Ahissar, 2001; Ram-Tsur, Faust y Zivotfsky, 2006).

Page 47: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

46

Asimismo, se han evidenciado relaciones predictivas entre la

ejecución en tareas de tipo secuencial y diferentes habilidades

lectoras (procesamiento ortográfico y fonológico) tanto en niños y

adultos con dislexia (Conlon et al., 2004; Cornelissen y Hansen,

1998; Demb, Boynton, Best y Heeger, 1998; Eden et al., 1995; Talcott

et al., 1998) como en la población general (Au y Lovegrove, 2001;

Colon, Mellor, y Wright, 2001; Talcott et al., 2000). Por ejemplo,

Conlon et al., (2004) observaron que, una vez controladas variables

como inteligencia, memoria verbal y velocidad de procesamiento,

la ejecución en la versión secuencial de la tarea de contar puntos

predecía el 19% de la varianza en una prueba de lectura de

palabras.

A pesar de este coherente patrón de resultados, recientemente en

un estudio de Lassus-Sangosse, N´guyen-Morel y Valdois (2008) se

observó que los niños con dislexia mostraron problemas en la

condición simultánea pero no en la secuencial. En esta ocasión se

presentaban cadenas de cinco letras que podían aparecer al mismo

tiempo (condición simultánea) o de una en una (condición

secuencial), y la tarea de los niños consistía en repetir tantas letras

como pudieran una vez desaparecía la estimulación. Este resultado

discrepante con la literatura previa puede deberse a diferencias en

las demandas o dificultad de la tarea (contar puntos o discriminar

orientaciones, frente a memorizar letras), u otros aspectos de la

tarea como el intervalo entre estímulos, el tiempo de presentación

Page 48: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

47

de los mismos, el número de elementos para ser procesados (dos o

cinco) y, lo más probable, el tipo de estimulación utilizada

(lingüística vs. no lingüística). Por ello son necesarios nuevos

trabajos que comparen el procesamiento secuencial y simultáneo

intentado determinar bajo qué condiciones aparece el déficit

secuencial.

2.2.2. Déficit en automatización o déficit cerebelar

Esta teoría ha sido desarrollada desde los años 90 por Rob

Nicolson y Angela Fawcett en la Universidad de Sheffield. Estos

autores obtuvieron evidencia de que la población con dislexia

presenta problemas para automatizar diferentes habilidades

dependientes de las funciones del cerebelo. A raíz de tales

hallazgos sugirieron que un déficit general para automatizar,

producto de un déficit cerebelar, sería la causa que impide alcanzar

la lectura fluida.

El cerebelo es una estructura que desempeña un papel

importante en el control motor, el aprendizaje de habilidades y su

automatización. Por ello, Nicolson y Fawcett pensaron que una

disfunción en esa estructura podría estar impidiendo la

automatización de la lectura. Para contrastar esta hipótesis,

administraron a niños con dislexia diferentes tareas

tradicionalmente asociadas a las funciones del cerebelo, dando

Page 49: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

48

como resultado la evidencia de dificultades en ejercicios como

mantener el equilibrio, aprender secuencias motrices, enhebrar, u

otras formas de coordinación entre las dos manos (Fawcett y

Nicolson, 1999; Fawcett, Nicolson y Dean, 1996; Nicolson y Fawcett,

1990; ver replicaciones más recientes en Moe-Nilssen, Helbostad,

Talcott y Toennessen, 2003; Pozzo et al., 2006). Posteriormente, estas

mismas dificultades han sido también encontradas en adultos con

dislexia (Needle, Fawcett y Nicolson, 2006) y en este caso, además,

se ha observado que se benefician menos de la práctica en tareas

manuales simples (Stoodley y Stein, 2006; Velay, Daffaure, Giraud

y Habib, 2002), un dato revelador de que los problemas en

automatización reseñados no parecen indicar un retraso evolutivo

sino un déficit estable que persiste en la etapa adulta.

Otro hecho destacado en las primeras investigaciones de

Nicolson y Fawcett reside en que los problemas para mantener el

equilibrio se pusieron de manifiesto bajo condiciones de tarea dual,

es decir, cuando al mismo tiempo se requería llevar a cabo otra

tarea con importantes demandas atencionales (p.e., contar números

hacia atrás). De este hecho se desprende que la población con

dislexia puede realizar esos comportamientos si dispone de

suficientes recursos atencionales (es decir, de forma no automática),

ya que la ejecución se resiente cuando simultáneamente deben

realizar otra actividad que también demanda atención; pero

además sugiere que dichos recursos atencionales pueden actuar

Page 50: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

49

como estrategias compensatorias que enmascararían algunas de

esas dificultades en su vida cotidiana.

La existencia de un déficit cerebelar ha sido corroborada de

forma más directa mediante estudios de neuroimagen. Nicolson et

al. (1999) observaron que durante la realización de una tarea de

coordinación motora los participantes con dislexia presentaban

menor activación en el cerebelo (sólo un 10% de aumento del flujo

sanguíneo), en especial en la corteza ipsilateral y en el vermis.

Además, a diferencia de los sujetos del grupo control, se observó

activación de las áreas frontales durante la realización de la tarea, lo

que fue interpretado como el uso de estrategias compensatorias.

Siguiendo la misma línea de los datos sobre activación cerebelar,

otros estudios han informado sobre diferencias anatómicas entre el

cerebelo de población con dislexia y grupos control. El resultado

general que se observa revela que los participantes sin dificultades

lectoras presentan una asimetría entre los dos hemisferios del

cerebelo, debida concretamente a una menor proporción de materia

gris en el hemisferio cerebelar izquierdo. En cambio, los grupos con

dislexia muestran simetría interhemisférica, producida porque el

hemisferio derecho es más pequeño de lo esperado e iguala de ese

modo al izquierdo (Brown et al., 2001; Eckert et al., 2003; Leonard et

al., 2001; Rae et al., 1998, 2002). Rae et al., (2002) sugieren que estas

anomalías en la morfología del cerebelo podrían estar relacionadas

no sólo con los problemas motores sino también con las deficientes

Page 51: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

50

habilidades de decodificación fonológica que manifiesta la

población con dislexia2.

Aunando toda esta evidencia en torno a una disfunción cerebelar

en la dislexia, Nicolson y Fawcett (2004) han propuesto un modelo

que contempla una cadena causal entre la alteración cerebelar, las

dificultades fonológicas y los problemas en el aprendizaje del

lenguaje escrito (lectura, escritura y ortografía). Como se puede

observar en la Figura 1, conciben que el daño cerebelar estaría por

una parte causando déficit en la coordinación motriz, que podría

afectar directamente al desarrollo de la escritura manual. Por otro

lado, sostienen que el déficit cerebelar afectaría también a la

habilidad fonoarticulatoria, dificultando una óptima

retroalimentación auditiva. Como consecuencia, el procesamiento

auditivo de las palabras sería deficiente y se desarrollaría un déficit

en conciencia fonológica que afectaría a la capacidad para alcanzar

una lectura fluida. Por último, la ortografía también se vería

mermada como consecuencia de una lectura sin automatizar y una

conciencia fonológica deficitaria.

Aunque un déficit cerebelar puede afectar a diversas habilidades

o destrezas, Nicolson y Fawcett (2005) consideran que los

problemas lectores serían más evidentes fundamentalmente por

2 Profundizando en esta posible conexión entre disfunción cerebelar y dislexia, Scott et al. (2001) observaron problemas de lectura y escritura en niños con tumores cerebelosos.

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¿Por qué se produce la dislexia?

51

dos razones. En primer lugar, por la complejidad del lenguaje

escrito, el cual requiere orquestar una serie de habilidades en las

que participa el cerebelo (habilidades fonológicas, automatización,

simultanear tareas…). En consecuencia, cualquier dificultad en una

de esas múltiples habilidades podría provocar un rendimiento

deficitario en lectura, difícil de compensar mediante otras

estrategias. En segundo lugar, las dificultades para automatizar la

lectura serán muy visibles debido a que la incalculable relevancia

del aprendizaje de la lectura y su continua exigencia en la vida

cotidiana, imposibilitan “ocultar” deficiencias en su aprendizaje. En

cambio, dificultades en otras habilidades que se adquieren fuera

del ámbito académico pueden pasar más desapercibidas ya que son

requeridas de forma puntual y no deben aprenderse

obligatoriamente.

Page 53: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

52

Figura 1. Hipótesis del déficit cerebelar (adaptado de Nicolson y Fawcett, 2004).

Sin duda es esperable que un déficit en la estructura de

coordinación sensorial y motora que supone el cerebelo dé lugar a

dificultades para aprender una habilidad tan compleja como la

lectura. Sin embargo, algunos trabajos han subrayado que sólo un

subgrupo de la población con dislexia presenta problemas en tareas

asociadas a las funciones del cerebelo. Por ejemplo, Ramus et al.

(2003b) observó que sólo la cuarta parte de una muestra de 16

adultos con dislexia presentaba problemas en las tareas cerebelares.

En cambio, el 100% presentaba déficit fonológico, y diez

Problemas en el equilibrio

Daño cerebelar

Problemas en la habilidad motriz

Habilidad fonoarticulatoria

Conexión cerebro-cerebelo

Bucle fonológico

Conciencia fonológica

Memoria de trabajo reducida

ESCRITURA

LECTURA

ORTOGRAFÍA

Problemas en la automatización de

habilidades y conocimientos

Módulo de reconocimiento de

palabras

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¿Por qué se produce la dislexia?

53

presentaban déficit auditivo. Por último, sólo dos mostraban

problemas visuales como los apuntados por la teoría magnocelular.

No obstante, en una muestra de 22 niños Ramus, Pidgeon y Frith

(2003a) observaron que el porcentaje de la muestra con déficit en

tareas cerebelares alcanzaba el 59%, y el déficit fonológico se

encontraba en el 77%. Chaix et al. (2007) hallaron porcentajes

similares de déficits en tareas cerebelares, pero además, en estos

casos, el 75% presentaba también problemas atencionales, un dato

coherente con otros estudios en niños con dislexia que revelan

correlaciones entre la presencia del trastorno por déficit de atención

e hiperactividad (TDAH) y las dificultades en tareas de

automatización o coordinación motora (Bishop, 2002; Ramus et al.,

2003a; ver revisión en Rochelle y Talcott, 2006; Wimmer, Mayringer

y Raberger, 1999). Para algunos autores esta correlación sugiere que

los problemas en tareas motrices y de coordinación podrían ser

producto de los problemas atencionales, pero en este sentido es

importante destacar que tanto el estudio de Ramus et al. (2003a)

como en el de Chaix et al. (2007) encontraron considerables

porcentajes de niños con dislexia que presentaban dificultades en

habilidades motoras sin problemas atencionales (50% en el estudio

de Ramus et al., 2003a y 25% en el trabajo de Chaix et al., 2007).

Recientemente, la teoría cerebelar ha sido reformulada en un

modelo más amplio que pretende explicar diferentes dificultades

de aprendizaje -incluida la dislexia- partiendo de la clásica

Page 55: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

54

distinción entre aprendizaje declarativo y aprendizaje

procedimental (Nicolson y Fawcett, 2007; ver Figura 2). Como es

sabido, cualquier tipo de problema en lo que se conoce como

aprendizaje declarativo se traduciría en dificultades generalizadas

de aprendizaje en tareas que requieren manejar conocimiento

explícito y contrastar hipótesis, es decir, en la mayor parte de las

materias escolares. En este sentido, el modelo no es diferente a

otras propuestas basadas en la distinción declarativo-

procedimental, pero su principal contribución reside en una

concepción no unitaria del aprendizaje procedimental, de manera

que las habilidades afectadas serían diferentes según el sustrato

neuronal alterado. Concretamente, consideran que las dificultades

en aprendizaje procedimental pueden dividirse en cuatro tipos

dependiendo de si el sistema dañado es el cortico-estriado o el

cortico-cerebelar, y si dentro de estos sistemas las áreas afectadas

participan en procesos lingüísticos o motores. En este marco, los

trastornos específicos del lenguaje oral dependerían de las áreas

lingüísticas del sistema cortico-estriado; en cambio, la dislexia

(trastorno del lenguaje escrito) se debería a un mal funcionamiento

del sistema lingüístico cortico-cerebelar. Ahora bien, la dislexia no

sería la única manifestación producto de problemas en este sistema,

siendo por ello frecuente la comorbilidad con el TDAH (con el que

compartiría sustratos neurales).

Page 56: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

55

Figura 2. Tipografía de los sustratos neurales de las dificultades del desarrollo (adaptado de Nicolson y Fawcett, 2007).

2.3. Algunos intentos de integración: la multicausalidad de la

dislexia

En los últimos años han surgido aproximaciones que pretenden

integrar las principales teorías de dislexia (fonológica y

sensoriomotora) con el objeto de ofrecer una mejor explicación de la

heterogeneidad de manifestaciones que caracteriza este trastorno.

Un ejemplo de esta intención lo encontramos en los trabajos del

grupo de Ramus que antes presentamos (Ramus et al., 2003a, 2003b)

Dificultades del desarrollo

Sistema aprendizaje declarativo

Sistema aprendizaje

procedimental

Dificultades de aprendizaje

generalizadas

Cortico-estriado Cortico-cerebelar

Lenguaje cortico-estriado

Motor cortico-estriado

Lenguaje cortico-

cerebelar

Motor cortico-

cerebelar

Trastorno del desarrollo de coordinación

Dislexia TDAH

Inatención

Trastorno específico del

lenguaje

¿?

Page 57: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

56

en los cuales se contrastan las principales teorías sobre la dislexia a

través de la aplicación de un amplio abanico de tareas (fonológicas,

de percepción auditiva-visual y motoras-cerebelares). Ramus (2004)

interpreta sus resultados como una clara evidencia de que la teoría

fonológica es la que más capacidad explicativa posee. En cambio,

los problemas sensoriales y motores tendrían un papel secundario,

de forma que podrían agravar la dificultad lectora pero no serían ni

necesarios ni suficientes para causarla.

A la luz de estas interpretaciones Ramus (2004) propone un

modelo, adaptado del de Frith (1999), que integra la descripción del

problema a nivel biológico, cognitivo y comportamental (ver Figura

3). En primer lugar, señala que la causa necesaria y suficiente serían

las anomalías en la cisura perisilviana del hemisferio izquierdo.

Estas anomalías provocarían los problemas fonológicos y, en última

instancia, la dificultad en el aprendizaje del lenguaje escrito. En este

modelo no se excluye la posibilidad de disfunciones

magnocelulares o cereberales que causen problemas

sensoriomotores, pero en ningún caso se consideran necesarias ni

suficientes para el desarrollo de la dislexia.

Page 58: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

57

Figura 3. Adaptación del modelo integrador de Ramus (2004). Las líneas continuas indican relaciones causales necesarias y suficientes mientras que las líneas discontinuas son causas probables de dislexia pero no necesarias ni suficientes.

Más recientemente, Fawcett y Nicolson han realizado un intento

de integración que parte del modelo propuesto por Ramus, pero en

este caso proponen que la disfunción cerebelar sería la causa tanto

del problema en el procesamiento fonológico como de los

problemas motores y de automatización (ver Figura 4). En esta

propuesta no se descarta que puedan presentarse anomalías en la

cisura perisilviana y/o en el sistema magnocelular, pero no serían

necesarias para causar los problemas en el aprendizaje del lenguaje

escrito.

Disfunción núcleos

talámicos

Nivel cognitivo

Nivel conductual

A m b i e n t e

Disfunción cerebelar

gener

Disfunción cortex

perisilviano izquierdo

Nivel biológico

Déficit en conciencia fonológica

Déficit en procesamiento

auditivo y visual

Déficit habilidades

motoras

Déficit ensamblaje grafema-fonema

Déficit en velocidad de

denominación

Problemas en lectura y en

escritura

Dificultades en tareas

fonológicas

Problemas en la coordinación

Problemas en tareas

magnocelulares

Page 59: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

58

Figura 4. Adaptación del modelo integrador de Fawcett y Nicolson (2007). Las líneas continuas indican relaciones causales necesarias y suficientes mientras que las líneas discontinuas son causas probables de dislexia pero no necesarias ni suficientes.

En suma, estos intentos de integración tratan de explicar las

diferentes manifestaciones de la dislexia poniendo el énfasis en una

causa biológica fundamental, pero el desacuerdo proviene de la

estructura que proponen como más determinante. Esta falta de

acuerdo sobre las causas, y sobre todo, la heterogeneidad en las

manifestaciones del trastorno y los déficits asociados, ha llevado en

los últimos años a postular lo que se conoce como el modelo del

Disfunción

núcleos

talámicos

Nivel cognitivo

Nivel conductual

Disfunción

cerebelar

Disfunción

cortex

perisilviano

Nivel biológico

Déficit en

automatización

Déficit en

procesamiento

sensorial

Déficit en

representaciones

fonológicas

Déficit ensamblaje

grafema-fonema

Déficit en

control

postural

Problemas en lectura y en

escritura

Dificultades

en tareas

fonológicas

Descoordinación

Problemas en

tareas

magnocelulares

A m b i e n t e

Page 60: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

59

déficit múltiple (Artigas-Pallarés, 2009; Pennington, 2006; Pernet,

Andersson, Paulesu y Demonet, 2009; Wolf, 2008). Según este

modelo, aprender a leer es una creación cultural que obliga a que

nuestro cerebro adapte y coordine las funciones de múltiples

estructuras cerebrales que no están genéticamente diseñadas para

este fin. El éxito de esta empresa depende del buen funcionamiento

de todas estas estructuras, por tanto, si una o varias de esas

múltiples estructuras se encuentran alteradas, nos encontraremos

con un caso de dislexia. ¿Qué manifestaciones concretas tendrá ese

caso? Aquellas que sean producto de ese subconjunto de

estructuras alteradas, de igual forma que las alteraciones en otro

subconjunto de esas múltiples estructuras conducirían al desarrollo

de un patrón de dislexia con unas manifestaciones diferentes.

Como destaca Wolf (2008), son muchos los caminos que pueden

llevar a los problemas de lectura y, por tanto, pueden ser muy

diferentes las causas.

2.4. La búsqueda de déficit en otros procesos cognitivos

Debido a la multiplicidad de alteraciones que pueden interactuar

en el desarrollo de la dislexia, no es de extrañar que diversos

procesos cognitivos puedan verse afectados. En este sentido, un

grupo de trabajos se ha distanciado de las teorías antes descritas y

han generado marcos de investigación centrados en estudiar otros

Page 61: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

60

posibles déficits cognitivos y el papel de los mismos en el

desarrollo de la dislexia. Entre los déficits más estudiados destacan

los procesos de atención y función ejecutiva, la memoria de trabajo

y el aprendizaje implícito.

Por lo que respecta a procesos de atención, la variedad de

déficits descritos es especialmente amplia, observándose en tareas

de cambio atencional (Stoet, Markey y López, 2007), atención

selectiva (Roach y Hogben, 2007), focalización (Facoetti y Molteni,

2001; Facoetti, Paganoni y Lorusso, 2000; Steinman, Steinman y

Garzia, 1998), búsqueda visual (Casco y Prunetti, 1996; Sireteanu et

al., 2008), orientación (Facoetti et al., 2003), atención temporal

(fenómeno de “parpadeo atencional”; Buchholz y Davies, 2007;

Hari, Valta y Uutela, 1999; Visser, Boden y Giaschi, 2004) o

amplitud del foco atencional (Bosse, Tainturier y Valdois, 2007;

Bosse y Valdois, 2009). En ocasiones, algunos de estos déficits no

han sido replicados, como es el caso de los problemas de

orientación (Bednarek et al., 2004), algo esperable de acuerdo con la

heterogeneidad de la dislexia. Por ejemplo, Bosse et al. (2007)

encontraron que el déficit en la amplitud del foco atencional estaba

muy presente en los participantes disléxicos sin déficit fonológico,

es decir, en el subtipo de dislexia superficial, pero no en el grupo

con dislexia fonológica.

En cuanto a la implicación de estos déficits en el desarrollo de la

dislexia, el grupo de Facoetti (Facoetti et al., 2000; Facoetti y

Page 62: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

61

Molteni, 2001) sugiere que el aprendizaje de la lectura requiere un

análisis de elementos individuales, y por tanto, atención focalizada

y selectiva. Los niños con dislexia presentarían dificultades en estos

procesos, lo que les obligaría a aprender a leer basándose

solamente en un procesamiento holístico, insuficiente para un

correcto aprendizaje.

Bednarek et al. (2004) abordaron el estudio de la atención en

dislexia evaluando los tres componentes o redes del sistema

atencional propuestos por Posner y Petersen (1990): control,

orientación y alerta. En este estudio sólo observaron problemas en

las demandas de tarea asociadas a la red de control, es decir, en la

supresión de información irrelevante que entra en conflicto con el

objetivo de la tarea. Este dato ha sido corroborado por estudios

dirigidos a explorar las funciones ejecutivas en niños y adultos con

dislexia (Alteimer, Abott y Berninger, 2008; Brosnan et al., 2002;

Colangelo y Buchanan, 2006; Everatt, Warner, Miles y Thompson,

1997; Hicks y Jackson, 1981; Protopapas, Archonti, Skaloumbakas,

2007; Van der Schoot, Licht, Horsley y Sergeant, 2000). En cambio,

otros aspectos de las funciones ejecutivas como la planificación o la

organización presentan evidencia menos concluyente (Brosnan et

al., 2002; Helland y Asbjørnsen, 2000; Narhi y Ahohen, 1995; Reiter,

Tucha y Lange, 2005).

Con respecto a los trabajos que examinan procesos de memoria

de trabajo en dislexia, el dato más consistente revela problemas en

Page 63: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo II

62

el componente conocido, según el modelo de Baddeley (1990),

como lazo articulatorio (Gathercole, Alloway, Willis y Adams, 2006;

Swanson, 1999; Swanson y Berninger, 1996). Sin embargo, dado que

las tareas que evalúan el lazo articulatorio implican necesariamente

procesos fonológicos, es difícil dilucidar si presentan problemas en

el componente mencionado o si es el déficit fonológico el que

dificulta la tarea. Por lo que respecta al otro componente del

modelo de Baddeley, la agenda visoespacial, los datos son

contradictorios (Jeffries y Everatt, 2004; Kibby, Marks, Morgan y

Long, 2004; Smith-Spark y Fisk, 2007), en parte quizá porque

algunas de las tareas también recaen sobre procesos fonológicos o

pueden realizarse utilizando estos procesos. No obstante, en

cualquier caso este tipo de inconsistencias pueden también

interpretarse como evidencia de la heterogeneidad en las

manifestaciones del problema.

Queremos destacar que, en la búsqueda de otros déficits que

permitan entender la heterogeneidad del problema, recientemente

se ha propuesto la hipótesis de un déficit en aprendizaje implícito

(no consciente). En efecto, el desarrollo normal que la población con

dislexia muestra en sus capacidades intelectuales u otras

habilidades cognitivas al margen de la lectura, ha llevado a algunos

autores a sugerir que parte de sus dificultades pudieran residir no

tanto en procesos de aprendizaje regidos por estrategias

conscientes como en procesos de aprendizaje implícito, también

Page 64: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

¿Por qué se produce la dislexia?

63

implicados en el aprendizaje de la lectura (Gombert, 2003; Pacton,

Perruchet, Fayol y Cleeremans, 2001; Sperling, Lu y Manis, 2004;

Steffler, 2001, 2004). Por aprendizaje implícito se entiende la

adquisición de conocimiento que tiene lugar sin intención de

aprender y sin consciencia de lo aprendido. Por tanto, se refiere al

aprendizaje que surge por la repetida exposición a una serie de

regularidades y, en ese sentido, el lenguaje escrito sería un

magnífico ejemplo de sistema sobre el que debe actuar esta forma

de aprendizaje (Gombert, 2003).

A pesar de que la aparición de esta hipótesis se limita a la última

década, cuenta con un buen número de estudios aunque, por el

momento, los resultados no son consistentes, lo que hace necesaria

mayor investigación. Así, desde nuestro punto de vista, la

inconsistencia en los resultados puede explicarse por diferencias en

aspectos como la edad de la muestra (en adultos pueden aparecer

estrategias compensatorias), los criterios para configurar el grupo

de dislexia, y los propios procedimientos de aprendizaje implícito

empleados. El presente trabajo de investigación basa en esta

hipótesis su objeto de estudio, y pretende analizar las posibles

explicaciones de las contradicciones encontradas hasta la fecha.

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Page 66: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

CAPÍTULO III

APRENDIZAJE IMPLÍCITO Y DISLEXIA

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Page 68: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

67

Como acabamos de introducir, algunos investigadores han visto

en el aprendizaje implícito una hipótesis razonable para explicar las

dificultades en la adquisición de la lectura fluida. Entre sus

argumentos destacan la ausencia de déficit en inteligencia y la

implicación que atribuyen al aprendizaje implícito en el

aprendizaje de las regularidades del lenguaje escrito.

3.1. ¿Participa el aprendizaje implícito en el aprendizaje de la

lectura?

La posibilidad de que el aprendizaje implícito juegue un papel

en la adquisición y desarrollo de las habilidades lectoras parte del

hecho de que, aunque en primer término la enseñanza formal de la

lectura responde a una estrategia de aprendizaje explícito de las

correspondencias grafema-fonema, no es menos cierto que muchas

regularidades no son enseñadas de esta forma explícita, dejándose

a la experiencia su aprendizaje y a la lectura frecuente y repetida su

automatización. Entre esas regularidades se podrían mencionar las

secuencias de letras que aparecen con mayor probabilidad (“pla”

frente a “tru”), aquellas que constituyen morfemas (“-ción”), la

ubicación de éstos en la palabra (prefijos, sufijos, desinencias

verbales…), las combinaciones de letras permitidas (“cc” frente a

“ff”; “tr” frente a “tl”), o algunas reglas ortográficas como, por

ejemplo, que todas las palabras que empiezan por “hue” o “hie” se

Page 69: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

68

escriben con “h”. Desde esta perspectiva, a medida que aumenta la

experiencia con la lectura, este tipo de regularidades se pueden

aprender sin intención, alcanzándose una lectura automática de las

secuencias de conversión grafema-fonema que constituyen tales

regularidades (Bryant, Nunes y Snaith, 2000; Deacon, Conrad y

Pacton, 2008; Gombert, 2001; Pacton et al., 2001; Pacton, Fayol y

Perruchet, 2005).

Profundizando en la posible implicación de procesos de

aprendizaje no intencional en la adquisición de la lectura, diversas

investigaciones han aportado evidencia de que el aprendizaje de

regularidades contenidas en el lenguaje escrito puede acontecer

incluso en niños que aún no han recibido enseñanza formal. Por

ejemplo, Cassar y Treiman (1997) encontraron que niños de cinco

años consideraban más reales aquellas pseudopalabras que

respetaban ciertas secuencias de letras permitidas en inglés, como

la doble “t”, y no las que incluían secuencias no permitidas como

doble “h”. En esta misma línea, Pacton et al. (2001) también

encontraron que a la de edad de cinco años consideraban menos

reales las pseudopalabras que contenían letras dobles de frecuencia

baja en francés (cc, dd y vv…), y además, eran sensibles a la

posición esperada para las letras dobles dentro de la palabra (p.e.,

no pueden ser las dos últimas letras) y a la imposibilidad de

determinadas vocales dobles. Como era de esperar, estos efectos

fueron más pronunciados en niños de cursos más avanzados, es

Page 70: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

69

decir, en quienes ya habían recibido enseñanza formal de la lectura.

Este incremento del tamaño de los efectos pone también de

manifiesto que una mayor experiencia con la lectura incrementa el

aprendizaje no intencional de secuencias de letras (no intencional

porque este tipo de patrones no suelen enseñarse de forma

explícita).

A lo largo de este capítulo mostraremos más evidencias de

aprendizaje de regularidades no enseñadas explícitamente, y de

cómo estos procesos de aprendizaje estarían también presentes una

vez iniciada la enseñanza formal (p.e., el aprendizaje de los

morfemas). Antes de analizar esas evidencias y las teorías desde las

que se ha investigado, es importante hacer ciertas aclaraciones

sobre la diferencia entre el concepto de aprendizaje implícito que se

ha manejado en la literatura que relaciona este fenómeno con el

aprendizaje de la lectura, y el que se adopta en el propio campo de

estudio del aprendizaje implícito.

Dentro de la literatura de aprendizaje implícito se considera

que un aprendizaje debe cubrir dos criterios para ser implícito: no

intención de aprender y no consciencia de lo aprendido. Sin

embargo, la investigación que sostiene la existencia de aprendizaje

implícito en el camino hacia la lectura experta presenta evidencias

de aprendizaje implícito que obedecen a un concepto más laxo de

este fenómeno. Concretamente, consideran como aprendizaje

Page 71: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

70

implícito aquellos aprendizajes que no son enseñados de forma

explícita en el contexto escolar y que, por ello, deben haberse

adquirido sin intención. Por tanto, desde este punto de vista sólo se

contempla el criterio de no intencionalidad en la definición de

aprendizaje implícito. Como hecho revelador de esta concepción,

en los estudios que hemos revisado anteriormente no se aplicaron

medidas de consciencia para saber si los niños podían verbalizar el

conocimiento que les llevaba a considerar como más reales ciertas

pseudopalabras, es decir, no se evaluó si lo aprendido de forma no

intencional fue también no consciente.

Ahora bien, esta diferencia no nos debe hace pensar que

hablamos de un fenómeno completamente distinto,

fundamentalmente porque esta perspectiva coincide con las

definiciones más extendidas en considerar el aprendizaje implícito

como un subproducto o “efecto colateral” de la actividad que se

está llevando a cabo. En otras palabras, un aprendizaje que ocurre

sin que aprender sea el objetivo que orienta la actividad que se está

realizando. La diferencia, como hemos apuntado, estribaría en que

no se evalúa si el resultado de ese aprendizaje es consciente o no,

pero en este sentido es importante señalar que una definición en

estos términos (basada únicamente en el criterio de no

intencionalidad) ha sido en ocasiones defendida por investigadores

del campo del aprendizaje implícito, especialmente cuando se pone

el énfasis en el proceso de aprendizaje, más que en el contenido o

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Aprendizaje implícito y dislexia

71

su expresión, y cuando se discute la dificultad para encontrar

medidas de consciencia adecuadas (para una revisión de

definiciones de aprendizaje implícito, ver Frensch, 1998).

No obstante, como se verá posteriormente, en nuestro trabajo de

investigación hemos estudiado el aprendizaje implícito bajo el

concepto más extendido en Psicología Cognitiva que requiere

cumplir los dos criterios: no intención de aprender y no consciencia

de lo aprendido.

3.2. Aproximaciones teóricas que incluyen el aprendizaje

implícito en el proceso de adquisición de la lectura

La inclusión de los procesos de aprendizaje implícito en las

explicaciones sobre cómo se adquiere la lectura fluida surgió en la

década de los 90 con los modelos propuestos por Annette

Karmiloff-Smith (1992) y Jean Emile Gombert (1992). Ambos

modelos sostienen que, hasta ese momento, se había obviado el

hecho de que una considerable parte del aprendizaje requerido

para alcanzar una lectura fluida se adquiere de forma implícita (no

intencional). No obstante, mientras que el primer modelo se centra

en la representación del conocimiento, concibiendo el aprendizaje

implícito como una fase por la que puede pasar el conocimiento

para agilizar la lectura, el modelo de Gombert enfatiza los procesos

de aprendizaje implícito y, concretamente, su relevancia en la

Page 73: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

72

adquisición de regularidades tanto antes de la enseñanza formal

como, sobre todo, en paralelo y en interacción con ella.

3.2.1. El modelo de Redescripción Representacional de

Karmiloff-Smith.

Este modelo ofrece una explicación del desarrollo cognitivo en

diferentes dominios (física, dibujo, interacciones sociales…), y está

basado en el cambio del formato de la representación del

conocimiento. En el caso específico del lenguaje escrito, considera

que la experiencia con la lectura puede generar un conocimiento

inicialmente implícito, que consistiría en procedimientos inflexibles

que se expresan ante estímulos específicos. Ese conocimiento, con

posterioridad, podría adoptar una representación explícita (proceso

de redescripción), pero para ello debe mediar una mayor

experiencia con el lenguaje escrito o la enseñanza expresa de ciertas

reglas. Ese nuevo formato explícito no eliminaría la anterior

representación, sino que supondría la creación de una nueva más

flexible, entendiendo por flexible la capacidad para vincularse con

otras representaciones y generar de este modo nuevo conocimiento

y nuevas soluciones.

El propio grupo de Karmiloff-Smith ha aportado evidencia de

ese conocimiento implícito mediante una serie de estudios en los

que se observa que ciertas normas o regularidades del lenguaje

Page 74: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

73

escrito son conocidas a la edad de cuatro años. En uno de estos

estudios se pedía a los niños que juzgaran si lo que aparecía en una

tarjeta era “bueno para leer”. En algunos casos aparecían

verdaderas palabras, pero en otros se mostraban series con una sola

letra repetida, secuencias de letras no legibles, combinaciones de

letras y pequeños dibujos, o se mezclaban números y letras. El

resultado encontrado fue que, a pesar de la variedad de los

estímulos, los niños con cuatro años de edad ya consideraban más

legibles las palabras reales. De acuerdo con su modelo, para

evaluar si este conocimiento es implícito, en un estudio posterior

exploraron en qué medida era manipulable (flexible).

Concretamente, pidieron a los niños que intentaran “escribir”

palabras reales y palabras que no existieran (“de otro planeta”)

pero observaron que los niños de cuatro años no podían crear

garabatos diferentes para ambos tipos de palabras, por tanto su

conocimiento no era manipulable (era implícito).

Este tipo de estudios pusieron la primera piedra de una

importante línea de investigación que sugiere la existencia de

conocimiento implícito sobre el lenguaje escrito antes de recibir la

enseñanza reglada. Sin embargo, el interés que este modelo ha

mostrado por la representación del conocimiento más que por el

proceso de aprender, y su mayor detenimiento en la descripción de

diferentes niveles de conocimiento explícito que difieren en su

grado de verbalización, le han alejado de aportar investigaciones

Page 75: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

74

que permitan precisar cuándo actúan los procesos de aprendizaje

implícito y cómo se relacionan con los procesos explícitos. En este

sentido, el modelo de Gombert, que presentamos a continuación,

ha tenido una mayor relevancia.

3.2.2. El modelo de Desarrollo Metalingüístico de

Gombert

Jean Emile Gombert (1992) consideró que los modelos de

aprendizaje de la lectura eran incompletos porque sólo tenían

presentes procesos de aprendizaje explícito, obviando de este modo

los procesos de aprendizaje implícito que deben ocurrir como

consecuencia de la exposición repetida al lenguaje escrito. En sus

propias palabras, “los sistemas escritos presentan numerosas

regularidades, por lo que es inconcebible que el contacto con estos

sistemas no induzca aprendizaje implícito” (Gombert, 2001, p.15).

En uno de sus primeros trabajos para contrastar esta idea,

Gombert y Fayol (1992) observaron que si a niños de tres o cuatro

años se les anima a que intenten escribir lo que se les dicta (que

obviamente no saben), son capaces de “escribir” respetando

regularidades como la linealidad (horizontalidad), direccionalidad

de izquierda a derecha o la presencia de espacios entre las

“palabras”. Además, a la edad de cinco años ya consiguen escribir

Page 76: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

75

alguna letra y la longitud del garabato correlaciona con la longitud

fonológica de la palabra dictada.

Pero según Gombert esta influencia del aprendizaje implícito no

cesaría en el momento que comienza la enseñanza formal. Al

contrario, debido a que la instrucción sistemática dispara la

actividad de leer, a partir de ella crecería el número de

regularidades que se aprenden sin ser enseñadas por los maestros.

Dicho de otro modo, la enseñanza formal impulsaría también la

posibilidad de aprendizaje implícito. Un caso particular que

ilustraría esta circunstancia sería la sensibilidad a la presencia de

los morfemas. Sobre este particular, Colé, Gombert, Marec-Breton y

Royer (citado en Gombert, 2001), observaron en primer término

que niños de cinco años (antes de la enseñanza formal)

consideraban como más reales aquellas pseudopalabras que

contenían un prefijo (p.e., pre-), en comparación con otras

pseudopalabras que tenían los mismos fonemas en un orden que

eliminaba la presencia del prefijo. Pero además, encontraron que

este conocimiento morfológico fue aún mejor en niños con seis

años, es decir, en niños con mayor experiencia lectora a los que aún

no se les han explicado aspectos morfológicos de la constitución de

las palabras. Por tanto, los niños que habían comenzado a recibir

enseñanza formal habían adquirido de forma no intencional un

mayor conocimiento sobre los morfemas, algo que se sabe, ayuda a

la ejecución lectora (Ramírez, Chen, Geva y Kiefer, 2010).

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Capítulo III

76

El aprendizaje implícito de regularidades, como las series de

letras que componen un morfema, facilitaría alcanzar la

automatización de la lectura, y es en este punto en el que el modelo

de Gombert conecta con la relación del aprendizaje implícito y la

dislexia. En concreto, la hipótesis parte del déficit fonológico

ampliamente documentado y sostiene que éste produciría

representaciones fonológicas poco nítidas, las cuales estarían

dificultando los procesos de aprendizaje implícito de regularidades,

como los patrones fonológicos (pronunciación) asociados a

morfemas o palabras completas. En última instancia, estas

dificultades serían las que estarían impidiendo el desarrollo de las

representaciones léxicas que permiten una lectura automática y

fluida.

En suma, el modelo de Gombert es quizá el mejor ejemplo de la

reciente tendencia a considerar que el aprendizaje explícito de las

relaciones grafema-fonema no lo es todo en el aprendizaje de

lectura, sino que tanto los procesos de enseñanza formal

(aprendizaje explícito) como los de aprendizaje implícito de

regularidades son necesarios para alcanzar la lectura fluida (Pacton

y Deacon, 2008; Sperling et al., 2004). Esta propuesta nos lleva a

plantearnos el papel que desempeñan los procesos implícitos en los

métodos de enseñanza de la lectura, con el objeto de observar si

existen diferencias dependiendo del método empleado.

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Aprendizaje implícito y dislexia

77

3.3. El papel del aprendizaje implícito en los métodos de

enseñanza de la lectura

Los métodos de enseñanza de la lectura se han dividido

tradicionalmente en dos categorías. Por una parte, los métodos

conocidos como fonéticos que se centran en el aprendizaje de las

reglas de conversión grafema-fonema y, por otra, los métodos

globales, basados en la presentación de las palabras completas

junto con su correspondiente pronunciación. La comparación entre

la efectividad de los dos tipos de métodos se ha llevado a cabo

sobre todo, en aquellos sistemas ortográficos cuyas reglas de

conversión tienen bastantes excepciones, es decir, los sistemas más

opacos. Los estudios que han abordado esta comparación señalan

que el método global es muy motivador para el aprendiz ya que

posibilita la lectura de palabras en poco tiempo, pero en

contraprestación no parece producir el suficiente aprendizaje

indirecto de las RCGF que permita una fácil generalización para

poder leer palabras nuevas (ver revisión en Graham, 2000). Es

decir, no se produce tanto aprendizaje no intencional sobre las

conversiones grafema-fonema como se desearía, o quizá ese

aprendizaje (por ser implícito) no es suficientemente flexible como

para llevarlo al contexto de otras palabras.

En términos de la participación del aprendizaje implícito, según

el modelo de Gombert, podemos asumir que el método fonético

Page 79: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

78

promueve aprendizaje implícito en la medida en que muchas

regularidades (p.e., los morfemas) no se enseñan o no se presentan

hasta cursos más avanzados (segundo o tercer ciclo de Primaria).

Por su parte, en el método global se podría apreciar aún más si cabe

la participación del aprendizaje no intencional, concretamente

respecto al aprendizaje de las conversiones grafema-fonema, ya que

en este método no son enseñadas de forma explícita y es el

aprendiz el que debe inferirlas. Esta posible mayor implicación del

aprendizaje no intencional en los métodos globales suscita la

siguiente hipótesis: si los problemas en el aprendizaje de la lectura

residen, al menos en parte, en problemas de aprendizaje implícito,

los métodos globales serán menos efectivos en la población con

dislexia. En consonancia con este razonamiento, se ha observado

que los métodos fonéticos son más efectivos para los niños con

dislexia, ya que de otro modo no consiguen deducir las RCGF a

pesar de la repetida experiencia con el lenguaje escrito (Fielding-

Barnsley, 1997; Graham y Harris, 1997; Morris, Blanton, Blanton y

Perney, 1995). Asimismo, este dato es coherente con abundantes

estudios de intervención en los que queda patente el enorme

beneficio que supone hacer explícitas todas las reglas o

regularidades que contribuyen a una mejor lectura (Ehri, Nunes,

Stahl y Willows, 2001; Hatcher, Hulme y Snowling, 2004; Moats y

Dakin, 2007; Shaywitz, Morris y Shaywitz, 2008; Young, 2009).

Page 80: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

79

Un estudio que ilustra bien esta última consideración es el

realizado por McNamara y Wagner (2001) en el que niños con y sin

dificultades lectoras debían aprender a leer pseudopalabras de

acuerdo a unas reglas fonéticas creadas de forma artificial. Todas

las pseudopalabras presentadas contenían un diptongo en la

primera sílaba, y la lectura del mismo dependía de la vocal que

apareciera en la segunda sílaba. Por ejemplo, en las pseudopalabras

caitar y saithe, el diptongo “ai” de la primera sílaba se pronunciaba

de forma diferente debido a que la vocal de la segunda sílaba era

“a” en un caso y “e” en el otro. Estas palabras eran leídas en primer

lugar por los experimentadores en el contexto de una frase, y

después esas mismas frases eran leídas por los participantes y se les

deba feedback sobre su corrección, pero nunca se revelaban las

reglas de pronunciación de las pseudopalabras. Los resultados

mostraron que los niños con dificultades3 necesitaron un número

mayor de ensayos para llegar al criterio de aprendizaje (10 de 12

palabras), y leyeron peor cuando se presentaron nuevas

pseudopalabras. Puesto que la mayoría de los participantes no

fueron capaces de verbalizar las reglas que les permitían leer

correctamente, esta tarea se podría considerar en gran parte

mediada por aprendizaje implícito, lo que apunta a que los niños

3 Aunque el estudio señala que son niños con dificultades de aprendizaje, el análisis de las características de la muestra permite afirmar que cumplían los criterios de dislexia.

Page 81: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

80

con dislexia podrían presentar un déficit en el aprendizaje implícito

de regularidades lingüísticas.

Esta hipótesis de un déficit en aprendizaje implícito ha sido

abordada de forma más directa durante la última década mediante

investigaciones que, alejándose del lenguaje escrito, han pretendido

explorar si quienes sufren dislexia pueden aprender tareas

desarrolladas en el marco de estudio del aprendizaje implícito. Esta

perspectiva ha sido la adoptada en el trabajo de investigación que

presentamos; por ello, antes de describir los estudios que hemos

llevado a cabo, veremos el estado de la cuestión tras una década de

investigaciones.

3.4. ¿Quienes sufren dislexia pueden aprender el contenido

de tareas que inducen aprendizaje implícito?

El paradigma experimental más empleado para responder a esta

pregunta ha sido el aprendizaje de secuencias. La razón de esta

elección estriba en que el comportamiento secuencial es una

habilidad inherente a la ejecución fluida en lectura y escritura. Por

el contrario, otras tareas para inducir aprendizaje implícito como

las gramáticas artificiales o la señalización contextual (contextual

cueing en la literatura en inglés) han sido menos utilizadas y,

mayoritariamente, en población adulta. En términos generales,

podemos decir que la investigación llevada a cabo hasta la fecha ha

Page 82: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

81

generado un cuadro de resultados poco consistente, probablemente

debido a diferencias metodológicas entre los estudios en aspectos

como la edad de la muestra, los criterios para diagnosticar dislexia

y la diversidad de tareas empleadas.

Por lo que respecta a los criterios de clasificación del grupo de

dislexia o con bajo rendimiento lector, mientras que en algunos

trabajos se administran pruebas de lectura de palabras y de

pseudopalabras para evaluar tanto la ruta léxica como la ruta

fonológica respectivamente (p.e., Howard, Howard, Japikse y

Eden, 2006; Rüsseler, Gerth y Münte, 2006), en otros estudios la

evaluación se reduce a una prueba de lectura de palabras, (p.e.,

Kelly, Griffiths y Frith, 2002; Stoodley, Harrison y Stein, 2006;

Waber et al., 2003), o se limita a incluir un grupo con el diagnóstico

previo de dislexia, pero sin especificar qué pruebas de evaluación

se administraron (p.e., Vicari et al., 2005; Vicari, Marotta, Menghini,

Molinari y Petrosini, 2003). Este tipo de diferencias hacen que el

grupo de dislexia pueda estar formado por una muestra muy

heterogénea en cada estudio y, por lo tanto, este hecho podría

afectar al patrón de resultados observado.

También, con respecto a diferencias en las características de la

muestra es importante resaltar que en algunos estudios participan

adultos universitarios (p.e., Kelly et al., 2002). Es probable que esta

población, al estar en contacto continuo con el lenguaje escrito,

Page 83: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

82

haya desarrollado estrategias que podrían estar compensando sus

problemas de lectura y escritura. No en vano, han superado

distintos niveles académicos hasta llegar a cursar estudios

universitarios. A su vez, el posible desarrollo de esas estrategias ha

podido tener consecuencias en otros procesos cognitivos, entre los

que se puede encontrar el aprendizaje implícito. Por lo tanto, este

hecho dificulta la generalización de los resultados a los niños con

dislexia, quienes aún, probablemente, no hayan desarrollado dichas

estrategias.

A continuación, presentamos qué ha deparado hasta la fecha la

investigación con cada uno de los paradigmas experimentales

utilizados. Para ello optamos por presentarlos por separado porque

el contenido del aprendizaje en cada uno de ellos es bastante

diferente. Esta revisión comprende estudios realizados empleando

paradigmas clásicos en el estudio del aprendizaje implícito, como

son el aprendizaje de secuencias y las gramáticas artificiales, y otro

más reciente conocido como señalización contextual que, a pesar de

contar con poco más de una década de investigación, ha aportado

sólidas evidencias de aprendizaje implícito.

3.4.1. Aprendizaje de secuencias

El procedimiento general originalmente ideado por Nissen y

Bullemer (1987) consiste en la presentación de un estímulo (p.e., un

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Aprendizaje implícito y dislexia

83

asterisco) en una de cuatro localizaciones y los participantes deben

responder con la mayor rapidez y precisión posible pulsando la

tecla asignada a la posición que ocupa dicho estímulo. Realizada la

respuesta, el estímulo aparece en otra localización a la que de

nuevo han de responder pero esta vez con la tecla asignada a esa

localización. La esencia distintiva de estas tareas radica en que la

sucesión de localizaciones del estímulo obedece a una secuencia

(p.e., de una sucesión de diez localizaciones) que se repite

continuamente en bloques de decenas de ensayos, pero al

participante no se le informa de la presencia de esa secuencia. Si

consideramos 1, 2, 3 y 4 como las cuatro posiciones que puede

ocupar el estímulo siendo 1 el extremo izquierdo y 4 el extremo

derecho, un ejemplo de secuencia presentada puede ser 4-2-3-1-3-2-

4-3-2-1. La continua repetición de la secuencia origina que, con la

práctica, los participantes emitan respuestas cada vez más rápidas

y experimenten un significativo aumento en su tiempo de reacción

(TR) si el estímulo deja de responder a esa secuencia, un patrón de

ejecución que indica de forma indirecta que los participantes han

aprendido a predecir cuál sería la siguiente localización (ver Figura

5).

Este tipo de tareas se han convertido en una herramienta

privilegiada para estudiar el aprendizaje implícito

fundamentalmente debido a que, bajo ciertas condiciones

(complejidad de la secuencia, introducción de tareas

Page 85: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

84

distractoras…), permiten ocultar el objetivo del investigador. Su

objetivo, cómo puede suponerse, consiste en que los participantes

muestren una mejor ejecución por la presencia de una secuencia

pero, al mismo tiempo, que este aprendizaje se produzca sin que la

detecten conscientemente. En otras palabras, se pretende obtener

una disociación entre lo que se denominan medidas directas del

aprendizaje, en las cuales se pide expresamente al participante que

intente recordar lo aprendido (en el caso del aprendizaje de

secuencias sería reconocer o generar fragmentos de esa secuencia),

y medidas indirectas, que permiten observar el aprendizaje sin

pedir al participante que revele lo aprendido, como sucede al

observar un aumento en el TR cuando se altera la secuencia.

450

500

550

600

650

700

Aleator

io

Entren

Entre

n

Entren

Entren

Entren

Entren

Cambio

Recup

BLOQUES

TR

(ms)

Figura 5. Ejemplo de resultados esperados en un estudio estándar con la tarea de aprendizaje de secuencias.

Page 86: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

85

Cuando esta tarea ha sido utilizada para explorar si la población

con dislexia muestra déficit en aprendizaje implícito, varios

trabajos han encontrado tal déficit, bien en niños o en adultos

(Howard et al., 2006; Menghini et al., 2008; Menghini, Hagberg,

Caltagirone, Petrosini y Vicari, 2006; Stoodley et al., 2006; Stoodley,

Ray, Jack y Stein, 2008; Vicari et al., 2003, 2005). Sin embargo, esta

evidencia no es concluyente ya que Waber et al. (2003) no

obtuvieron evidencia de este déficit en niños, y Kelly et al. (2002) y

Rüsseler et al. (2006) no lo observaron en el caso de población

adulta.

Estos resultados contradictorios quizá puedan explicarse no

sólo por las diferencias ya comentadas con respecto a la edad de la

muestra o los criterios de diagnóstico, sino también por diferencias

en el propio procedimiento de aprendizaje de secuencias. Una

primera importante diferencia entre los estudios con población con

dislexia estriba en la complejidad de la secuencia utilizada. En este

sentido, algunos trabajos utilizan secuencias de primer orden (p.e.,

Vicari et al., 2003) en las cuales la posición del estímulo puede ser

predicha por la posición del estímulo anterior, mientras que otros

estudios utilizan secuencias de segundo orden (SOC, acrónimo en

inglés de second order conditional) en las cuales para poder predecir

la posición del estímulo es necesario al menos conocer las dos

Page 87: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

86

posiciones previas (p.e., Rüsseler et al., 2006; Waber et al., 2003).

Esta diferencia en la complejidad es especialmente importante ya

que las secuencias de primer orden son más fáciles de aprender e

incluso más fáciles de descubrir conscientemente, por lo que al

menos parte del aprendizaje pudiera ser explícito y, por tanto, los

resultados no debieran interpretarse solamente desde el punto de

vista del aprendizaje implícito.

Una segunda importante diferencia entre las secuencias

utilizadas reside en la frecuencia de cada tipo de evento (p.e.,

posiciones) dentro de la secuencia. En muchas ocasiones, las

secuencias son construidas sin equilibrar la frecuencia de cada

evento (p.e., Menghini et al., 2006; Stoodley et al., 2006; Vicari et al.,

2005), lo cual puede provocar que los participantes no aprendan la

secuencia sino que aprendan a esperar el estímulo más frecuente

(Reed y Johnson, 1994).

Tomando en consideración estas diferencias entre los estudios,

se podría intentar explicar por qué algunos obtienen diferencias y

otros no. Sin embargo, la forma utilizada para evaluar el

aprendizaje en este tipo de trabajos dificulta en ocasiones separar

los efectos de aprendizaje de la secuencia de otros efectos no

relacionados con éste. En la totalidad de los trabajos mencionados,

la evaluación del aprendizaje se realiza introduciendo en el tramo

final de la tarea un bloque de ensayos con posiciones al azar sin

repeticiones. La lógica de este procedimiento consiste en que, si los

Page 88: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

87

participantes han aprendido la secuencia en los bloques previos, la

ruptura de la secuencia en este bloque aleatorio debe provocar un

incremento del TR. Sin embargo, algunos estudios han puesto de

manifiesto que el uso de un bloque con posiciones aleatorias puede

provocar aumentos en el TR debidos a efectos no relacionados con

el aprendizaje de la secuencia (Reed y Johnson, 1994; Vaquero,

Jiménez y Lupiáñez, 2006). Por ejemplo, los ensayos que suponen

una alternancia (ensayos del tipo 1-2-1) suelen ser escasos en las

secuencias de entrenamiento debido a que pueden facilitar el

descubrimiento de la secuencia, en cambio el mismo control no se

aplica cuando las posiciones son aleatorias. Este desequilibrio

puede provocar una sobrestimación de los índices de aprendizaje

toda vez que las alternancias son un tipo de ensayo que se

responde con mayor lentitud, tal como ha sido puesto de relieve

por Vaquero et al. (2006). Tal circunstancia cobraría especial

relevancia en el caso de utilizar secuencias complejas de segundo

orden ya que un ligero incremento del TR en el bloque de cambio a

posiciones aleatorias podría ser sólo el reflejo del efecto de las

alternancias.

Para terminar con el apartado de investigaciones que se

cuestionan la existencia de un déficit en aprendizaje de secuencias,

es oportuno hacernos eco de recientes estudios llevados a cabo con

técnicas de neuroimagen en los que se observa que las personas con

dislexia muestran un patrón de actividad cerebral diferente

Page 89: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

88

mientras llevan a cabo este tipo de tareas (Menghini et al., 2006,

2008). Concretamente, se ha observado que durante los primeros

bloques de entrenamiento presentan menor actividad en el área

suplementaria motora izquierda, activación que refleja la

construcción de una representación abstracta de la secuencia de

respuestas (abstracta porque no está limitada a los efectores

concretos que se están empleando). Asimismo, en los bloques

finales de entrenamiento no muestran la reducción de actividad en

el cerebelo y en el córtex inferioparietal que presenta el grupo

control. Puesto que esta reducción se ha asociado con la

automatización del aprendizaje, este dato se suma a la evidencia

que apunta hacia un déficit en automatización en la población con

dislexia.

3.4.2. Gramáticas Artificiales

Esta tarea fue ideada por Reber en 1967 y los resultados que

obtuvo le llevaron a acuñar el término de aprendizaje implícito. En

el procedimiento más extendido de esta tarea, se combinan letras

en cadenas sin sentido (p.e.,”XXVQ” o “TXPWX”) que responden a

las reglas de una gramática inventada (ver Figura 6); se pide a los

participantes que las memoricen pero no se les menciona que han

sido generadas de acuerdo a las reglas de una gramática. Una vez

memorizadas, se les informa de la existencia de la gramática pero

Page 90: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Aprendizaje implícito y dislexia

89

no se les describen las reglas concretas de la misma, ya que el

objetivo siguiente es pedirles que clasifiquen nuevas cadenas de

letras como gramaticales o no gramaticales en función de si creen

que siguen o no las reglas que generaron las cadenas memorizadas

previamente. Como resultado habitual se observa que los

participantes ejecutan la tarea de clasificación mejor de lo esperado

por azar, pero no saben describir las reglas que rigen las

combinaciones de las letras. Posteriormente, se ha evidenciado que,

al margen de las reglas, en esta tarea pueden aprenderse otros

aspectos como los fragmentos que ocurren con cierta frecuencia en

las diferentes cadenas, la posición que suelen ocupar esos

fragmentos, repeticiones, alternancias, o comienzos y finales

sistemáticos. Cualquiera de estos aprendizajes facilitaría la tarea

final de clasificación y puede ser expresado de forma consciente

(Perruchet y Pacteau, 1990) o de forma implícita a través, en este

caso, de sentimientos de familiaridad que serán atribuidos a que la

cadena obedece a las reglas de la gramática, aunque el participante

no sepa cuáles son. Esta última explicación, que aún preserva el

carácter implícito del aprendizaje, permite comprender que los

pacientes amnésicos muestren un acierto equiparable a los

participantes del grupo control (Knowlton y Squire, 1996;

Meulemans y Van der Linder, 2002) o la evidencia, según criterios

subjetivos de consciencia, de que los participantes no muestran

mayor confianza en la precisión de sus juicios acertados que en la

Page 91: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

90

de sus errores (Dienes, Altmann, Kwan y Goode, 1995). Por tanto,

aunque hoy día las tareas de gramáticas artificiales no se

consideran un procedimiento que minimice la influencia del

aprendizaje explícito, su ejecución incluye componentes implícitos

que las hace aún relevantes para el estudio del aprendizaje

implícito.

Figura 6. Ejemplo de una gramática artificial de estados finitos. En ella las letras se combinan en función de las relaciones que permiten las indicaciones de las flechas. El primer nodo (#0) y último (#5) son el mismo.

Los estudios que han utilizado la tarea de gramáticas artificial

es en personas con dislexia son por el momento escasos y sólo muy

recientemente han incluido una muestra de niños. Los estudios con

adultos no han revelado déficit (Pothos y Kirk, 2004; Rüsseler et al.,

2006) salvo en el caso de un trabajo en el que la muestra combinaba

personas con dislexia y con trastorno específico del lenguaje, y el

# 5

# 1

X

# 3

W

Q

# 4

# 2 T

V

P

T

X

# 0

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Aprendizaje implícito y dislexia

91

procedimiento era algo diferente al habitual debido a que las

cadenas eran legibles y se presentaban de forma oral (Plante,

Gómez y Gerken, 2002). Este resultado, opuesto a los dos

anteriores, pudiera deberse, entre otras razones, a que las personas

con trastorno específico del lenguaje se vieran especialmente

afectadas por la presentación oral de las cadenas. Por su parte, en el

único estudio que conocemos con niños, Pavlidou, Williams y Kelly

(2009) encontraron un déficit de aprendizaje utilizando una versión

de la tarea que sustituía las letras por figuras geométricas. Por

tanto, podemos decir que los escasos estudios realizados con esta

tarea sugieren por el momento que la edad de la muestra

desempeña un importante papel a la hora de examinar un déficit en

la población con dislexia.

3.4.3. Señalización contextual

Recientemente algunos trabajos han comenzado a utilizar en

dislexia otro paradigma de aprendizaje implícito denominado

señalización contextual (contextual cueing en inglés; Chun y Jiang,

1998). En esta tarea, los participantes deben localizar un estímulo

entre varios distractores para responder a una propiedad de dicho

estímulo. Por ejemplo, tienen que localizar una letra “T” entre

varias “L” para responder a la orientación de la T (inclinación hacia

derecha o izquierda; ver Figura 7). La posibilidad de aprendizaje en

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Capítulo III

92

esta tarea surge porque en algunos ensayos los distractores repiten

todas sus características como la ubicación, la identidad y el color, y

en esos ensayos el objetivo aparece en el mismo lugar. Dicho en

otras palabras, determinados contextos están asociados a un lugar

de aparición para el objetivo (ensayos fijos). En la medida que el

participante es sensible a estas repeticiones, encontrará de forma

más rápida el objetivo en esos contextos que en aquellos que nunca

se repiten (ensayos variables) y ello contribuirá a que responda más

rápido a la pregunta referente al objetivo. Esta mejora en la

ejecución, índice de aprendizaje contextual, no se ve acompañada

por la consciencia de los contextos que se repiten, por lo que esta

tarea es considerada uno de los paradigmas más robustos de

aprendizaje implícito.

Figura 7. Ejemplo de un ensayo de la tarea de señalización contextual de Chun y Jiang (1998). La flecha señala el estímulo objetivo.

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Aprendizaje implícito y dislexia

93

Los trabajos que han utilizado este paradigma en población con

dislexia han sido realizados por el grupo de Darlene Howard

(Bennett, Romano, Howard y Howard, 2008; Howard et al., 2006).

La motivación para utilizar esta tarea fue explorar contenidos de

aprendizaje implícito sustentados por circuitos cerebrales distintos

a los que participan en el aprendizaje de secuencias y, de este

modo, abordar la posible generalidad del déficit. En este sentido, el

aprendizaje que se deriva de la tarea de señalización contextual se

ha asociado principalmente con el lóbulo temporal medial (Prull,

Gabrieli y Bunge, 2000), una estructura que no ha sido relacionada

con dislexia. En cambio, el cerebelo, estructura que como ya hemos

señalado ha sido vinculada con las dificultades lectoras (Eckert,

2004), no parece participar en esa forma de aprendizaje, pero sí en

el aprendizaje de secuencias (para una revisión de los correlatos

neuronales del aprendizaje de secuencias, ver Hazeltine, 2003;

Vaquero y Jiménez, 2007).

En consonancia con las predicciones que se derivan de los

correlatos neuronales implicados en el aprendizaje de cada tarea,

los trabajos realizados por el grupo de Howard revelan que adultos

con dislexia tienen preservado el aprendizaje de señalización

contextual pero presentan déficit en el aprendizaje de secuencias.

Además, diferentes medidas de lectura correlacionan con el índice

de aprendizaje de secuencias pero no con el aprendizaje contextual.

Por lo tanto, estos datos sugieren que los adultos con dislexia

Page 95: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo III

94

pueden aprender de forma implícita contenidos perceptivos, como

las configuraciones que forman estímulos presentados de forma

simultánea, pero tienen dificultades para adquirir relaciones entre

eventos que aparecen de forma secuencial; un patrón de datos que

presenta importantes paralelismos con los encontrados en los

estudios que comparan la ejecución ante presentaciones de los

estímulos de forma secuencial y simultánea.

Howard et al. (2006) sostienen que el déficit en aprendizaje

implícito de secuencias dificultaría el procesamiento fonológico,

pero con un planteamiento en gran medida inverso al que mantiene

Gombert (2003). Mientras que para este último autor el problema

fonológico dificultaría el aprendizaje implícito de regularidades

fonológicas, para Howard et al. (2006) el problema en aprendizaje

implícito secuencial impediría que los elementos fonológicos del

lenguaje escrito se percibieran correctamente. La razón para ello

residiría en que los elementos fonológicos nos llegan en orden

secuencial, de modo que cualquier problema en el procesamiento

secuencial impediría el desarrollo de adecuadas representaciones

de cada fonema.

Para terminar con esta revisión de los estudios que han

explorado un posible déficit en tareas de aprendizaje implícito,

debemos hacer mención de un estudio llevado a cabo por Sperling

et al. (2004), utilizando una tarea de aprendizaje de categorías. En

esta tarea, los participantes tenían que clasificar diferentes

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Aprendizaje implícito y dislexia

95

estímulos como pertenecientes a dos categorías (A o B), sin que se

les mencionara en ningún momento qué características les hacían

pertenecer a una u otra. Lógicamente, las primeras respuestas en

este tipo de tarea son al azar pero, gracias a que después de cada

respuesta se les informa de su corrección, a medida que avanza la

tarea muestran una mejor clasificación. Cuando las características

que diferencian una categoría y otra son combinaciones complejas,

se ha observado que los participantes consiguen una buena

categorización a pesar de no poder verbalizar las reglas de

clasificación; además, este aprendizaje no se reduce por la presencia

de una tarea distractora, ahondando de este modo en su carácter

implícito (Ashby y Waldron, 1999). En este sentido, en el estudio de

Sperling et al. (2004) se estableció una condición denominada

implícita, en la que el criterio de clasificación se basaba en la

combinación de cuatro características, por lo que era poco probable

conseguir la verbalización de este criterio, y una condición

explícita, en la que el criterio de clasificación se basaba en una sola

característica, lo que facilitaba su descubrimiento. Los resultados

revelaron que en la condición explícita ambos grupos mostraron

una ejecución similar; en cambio, en la condición implícita los

participantes con bajo rendimiento lector aprendieron peor. Este

dato podría explicarse en términos de un problema de aprendizaje

estratégico, ya que el grupo con dislexia no pudo aprender bien en

la condición más difícil, pero como hemos comentado

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Capítulo III

96

anteriormente, las condiciones basadas en varias características no

suelen verse afectadas por la presencia de una tarea distractora, por

lo que estamos ante una condición en la que el aprendizaje no se

produce mediante estrategias de razonamiento activas, sino de

forma bastante implícita, y sería en esta forma de aprendizaje

donde la muestra con dislexia presentaría déficit.

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97

CAPÍTULO IV

ESTUDIO EXPERIMENTAL

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Estudio experimental

99

4.1. Planteamiento de la investigación

El objetivo general de esta investigación ha sido aportar nueva

evidencia para clarificar si la población con dislexia presenta un

déficit en aprendizaje implícito. Para ello, nos centramos

inicialmente en la tarea de aprendizaje de secuencias, por ser la

tarea mediante la que se ha llevado a cabo casi toda la investigación

sobre esta hipótesis. Como hemos comentado anteriormente, el uso

de esta tarea ha deparado por el momento resultados

contradictorios posiblemente debido a la diversidad de los métodos

empleados. Entre estas diferencias, destacan la edad de la muestra,

los criterios para configurar el grupo de dislexia o los propios

procedimientos de aprendizaje de secuencias. En la presente

investigación hemos valorado en qué medida estas diferencias han

podido desembocar en la inconsistencia de los resultados y hemos

tomado una serie de decisiones metodológicas que pasamos a

justificar.

En lo que concierne a la edad de la muestra, hemos seleccionado

niños que cursaban 3º de Educación Primaria (edad media 8 años)

porque durante ese curso la mayoría alcanza la automatización de

la lectura y, en consecuencia, las dificultades lectoras de algunos

niños comienzan a ser más evidentes. No optamos por niños con

dislexia de cursos superiores, o adultos, porque pueden haber

desarrollado estrategias compensatorias que podrían afectar a la

Page 101: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

100

evaluación de la dislexia e incluso a su forma de afrontar las tareas

experimentales.

Por lo que respecta a los criterios empleados para formar el

grupo de dislexia, en esta investigación fueron incluidos aquellos

niños que presentaban una puntuación igual o inferior al percentil

25 tanto en precisión como en velocidad en la lectura de palabras

(evaluación de la ruta léxica) y de pseudopalabras (evaluación de la

ruta fonológica). Con este criterio, basado en cuatro medidas de

lectura, cumplíamos dos objetivos; por una parte los grupos

quedaron configurados por niños con dislexia mixta, evitando de

este modo que los resultados obtenidos fueran relevantes sólo para

un subtipo de dislexia y, por otra, se consideraban medidas de

velocidad, que sabemos que cobran especial importancia en el caso

de los sistemas transparentes como el español (Serrano y Defior,

2008). Como ya señalamos en el primer capítulo, en estos sistemas,

los niños con dificultades pueden lograr aprender las RCGF pero

sin alcanzar fluidez lectora, por lo que las medidas de velocidad

pueden ser más sensibles para revelar problemas en la lectura.

En cuanto al diseño de la tarea de aprendizaje de secuencias,

prestamos especial atención a las características de la secuencia y el

tipo de ensayos utilizados para evaluar el aprendizaje. Las

secuencias que empleamos son conocidas como secuencias de

segundo orden, por el hecho de que la predicción de la posición del

estímulo en el siguiente ensayo requiere tener en cuenta los dos

Page 102: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

101

ensayos anteriores (el previo no es suficiente). Esta necesidad de

tener en cuenta dos ensayos previos confiere cierta complejidad al

aprendizaje, lo que redunda en que las secuencias sean más

difíciles de descubrir de forma consciente. Asimismo, las secuencias

escogidas tenían la misma frecuencia de aparición para cada

posición, excluyendo de este modo la posibilidad de que los

participantes aprendan a esperar el estímulo más frecuente en lugar

de las relaciones predictivas de la secuencia.

Para la evaluación del aprendizaje de la secuencia (aumento

esperado del TR al cambiar el orden de los estímulos), introdujimos

una nueva secuencia SOC, en lugar de ensayos con posiciones

aleatorias como es la práctica habitual en los estudios previos en

población con dislexia. La introducción de otra secuencia SOC tuvo

por objeto controlar la posible aparición de artefactos en la

evaluación del aprendizaje que pueden surgir cuando se compara

el TR de ensayos en posiciones al azar con el TR a una secuencia

SOC. Un ejemplo de ello, lo constituye el incremento del TR que

puede producirse por la mayor presencia de alternancias (ensayos

del tipo 2-3-2, 1-2-1…) en los bloques al azar que en los bloques de

entrenamiento, tal como ha sido puesto de manifiesto por Vaquero

et al. (2006). Los ensayos que suponen una alternancia son

reducidos en la mayor medida posible dentro de las secuencias de

entrenamiento por ser fragmentos muy salientes que pueden ser

descubiertos; sin embargo, esta reducción no se aplica a los bloques

Page 103: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

102

aleatorios. La importancia de esta desigual distribución fue puesta

de manifiesto por Vaquero et al. (2006) al demostrar que el TR para

las alternancias es mayor antes del entrenamiento con una

secuencia de las que se emplean comúnmente (es decir, una

secuencia con escasas alternancias). De ello se puede concluir que al

menos parte del aumento en TR en un bloque al azar puede ser un

efecto de la mayor presencia de alternancias y no del aprendizaje

de la secuencia.

Esta posibilidad podría considerarse en el estudio de Waber et

al. (2003). En este trabajo emplearon una secuencia de segundo

orden con escasas alternancias en la que tres posiciones posibles se

presentaban con la misma frecuencia; transcurridos cuatro bloques

de ensayos con esa secuencia se presentó un bloque con posiciones

al azar en el cual se observó un aumento similar del TR para un

grupo de niños con dislexia y un grupo control. Este dato fue

interpretado como evidencia de que ambos grupos aprendieron la

secuencia por igual y que, por tanto, no existe un déficit de

aprendizaje implícito en dislexia. Sin embargo, si tenemos en

cuenta el mayor número de alternancias presentes en el bloque de

cambio y que el incremento en el TR no fue muy acusado, la

interpretación puede ser bien distinta. Pudiera ser que una

secuencia compleja (segundo orden) no fuera aprendida en tan

escaso número de bloques y que el enlentecimiento encontrado en

Page 104: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

103

el bloque de cambio fuera provocado por el mayor número de

alternancias.

Esta hipótesis ha sido el objetivo del primer experimento del

presente trabajo de investigación. En éste llevamos a cabo una

réplica del procedimiento empleado por Waber et al. (2003), con la

única diferencia de que en lugar de evaluar el aprendizaje

introduciendo un bloque de ensayos con posiciones al azar (sin

repeticiones), en nuestro estudio el bloque de cambio introducía

una nueva secuencia SOC; de este modo, se igualaba el número de

alternancias en los bloques de entrenamiento y en el bloque de

cambio. Contrariamente a los resultados de Waber et al. (2003), en

esta ocasión, tras el mismo número de bloques de entrenamiento

empleados en aquel estudio, la inclusión de la nueva SOC no

produjo un incremento en el TR, por lo que no obtuvimos evidencia

de aprendizaje. En cambio, se observó que los ensayos que

implican una alternancia se respondían más lentamente, incluso

antes de iniciar el entrenamiento con una de las secuencias, por lo

que se abre la posibilidad de que los incrementos en TR observados

por Waber et al. (2003) fueran debidos al mayor número de

alternancias presentes en los ensayos al azar en comparación con

los ensayos de la secuencia de aprendizaje. Puesto que no es de

esperar que haya diferencias entre el grupo con dislexia y el grupo

de control en el TR a las alternancias, la ausencia de diferencias

Page 105: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

104

entre los dos grupos en el trabajo de Waber et al. (2003) podría

quedar explicada sin hacer referencia al aprendizaje de la tarea.

Siguiendo esta lógica, en el Experimento 1b aumentamos el

número de bloques de entrenamiento y en esta ocasión observamos

aprendizaje de la secuencia. Por tanto, ya contábamos con una tarea

sobre la que estudiar el aprendizaje de niños con dislexia en

comparación con un grupo de buenos lectores. Esta comparación

fue llevada a cabo en los experimentos 2a y 2b, introduciendo en el

caso del Experimento 2b una tarea de aprendizaje intencional en la

que las instrucciones revelaban la existencia de la secuencia y se les

instaba a aprenderla con el objetivo de mejorar su ejecución. La

motivación para examinar el aprendizaje intencional de secuencias

surgió de considerar que quizá el menor aprendizaje mostrado en

ocasiones por el grupo con dislexia sea debido a que el grupo

control descubre la secuencia y la usa en mayor medida que el

grupo con dislexia, y no a un déficit en aprendizaje implícito. De

hecho, las diferencias entre los estudios en función de la

complejidad de la secuencia abren la posibilidad de que se hayan

producido diferencias en la cantidad de aprendizaje consciente

alcanzado (mayor cuanto menos compleja la secuencia) y que sea el

grupo de control el que obtuviera mayor ventaja en esa

circunstancia.

Por último, la hipótesis de un déficit en aprendizaje implícito en

dislexia fue llevada a otras formas de aprendizaje sin componente

Page 106: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

105

secuencial, para verificar si realmente se trata de un problema

general en aprendizaje implícito o, más específicamente, de

aprendizaje implícito de secuencias. Concretamente, empleamos la

tarea de señalización contextual (Chun y Jiang, 1998), que hasta

ahora no ha sido utilizada para explorar los procesos de

aprendizaje implícito en niños con dislexia. Como hemos señalado,

en adultos fue empleada por Howard et al. (2006), observándose un

buen aprendizaje en el grupo con dislexia que contrastaba con un

claro déficit en el aprendizaje de secuencias. A raíz de esta

disociación encontrada por Howard et al. (2006), nuestro objetivo

fue explorar si esta forma de aprendizaje implícito está también

preservada en niños con dislexia o si, por el contrario, la muestra de

adultos en el estudio del grupo de Howard había desarrollado

estrategias compensatorias que les permitían al menos el

aprendizaje de la tarea no secuencial. La administración a niños

obligaba, en primer término, a adaptar versiones empleadas con

adultos y, en segundo, a comprobar que generaban aprendizaje en

los niños. Éste fue el objetivo abordado en el Experimento 3,

modificando para ello una tarea desarrollada por Jiménez y

Vázquez (2008). Una vez demostrado que niños de entre 8 y 9 años

podían aprender en la adaptación de la tarea de señalización

contextual, en el Experimento 4 se comparó el aprendizaje

contextual de niños con dislexia y buenos lectores.

Page 107: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

106

4.2. Experimento 1a y Experimento 1b: problemas

metodológicos que podrían enmascarar la presencia de un déficit

en aprendizaje implícito de secuencias en niños con dislexia.

Experimento 1a

Nuestro primer paso fue explorar si el aprendizaje observado en

el estudio de Waber et al. (2003) podría ser producto de un artefacto

originado por presentar ensayos al azar para evaluar el

aprendizaje. Para contrastar esta posibilidad, en el Experimento 1a

empleamos el mismo procedimiento de aquel estudio en una

muestra de niños sin problemas de lectura, con la diferencia de que

en esta ocasión el bloque de cambio incluía una nueva secuencia

SOC en lugar de introducir ensayos con posiciones aleatorias sin

repeticiones.

Las secuencias SOC poseen una estructura homogénea en la que

cada evento y las transiciones entre ellos son igualmente probables

y su complejidad minimiza la posibilidad de que se descubra la

secuencia. En consecuencia, la introducción de otra secuencia SOC

en el bloque de cambio, diferente a la de entrenamiento, asegura

que los bloques de cambio no introduzcan artefactos en la

evaluación del aprendizaje como, por ejemplo, la presencia de un

mayor número de alternancias. Las secuencias utilizadas fueron

ideadas por Cohen, Ivry y Keele (1990) y una de ellas en concreto

Page 108: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

107

fue usada en el estudio antes descrito de Waber et al. (2003). Estas

secuencias fueron SOCa: 3-1-2-1-3-2 y SOCb: 3-2-1-2-3-1. Como

puede observarse ambas secuencias contienen el mismo número de

alternancias, están equilibradas en la aparición de cada posición, y

son de segundo orden ya que la información sobre la posición

previa no permite predecir la siguiente posición. Para ilustrar las

relaciones de segundo orden, tomemos como ejemplo la SOCa, en

ella después de la posición 1 existe la misma probabilidad de que

aparezca la posición 2 o la 3, pero si sabemos que antes de la

posición 1 apareció la posición 3, entonces sí podemos predecir que

la siguiente posición será la 2.

En el estudio de Waber et al. (2003), la introducción de un

bloque de cambio con posiciones al azar sin repeticiones provocó

un aumento en el TR que se interpretó como índice del aprendizaje

de la secuencia. Si en el presente experimento la introducción de

una nueva secuencia SOC en el bloque de cambio no produjera un

aumento en el TR, podríamos pensar que los efectos obtenidos por

Waber et al. fueron producto de artefactos no relacionados con el

aprendizaje de la secuencia, como podrían ser los debidos al

incremento de la proporción de alternancias en el bloque de

posiciones aleatorias.

Page 109: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

108

Método

Participantes

Los 16 participantes de este experimento fueron seleccionados a

partir de evaluar a un grupo de 27 niños de entre 8 y 9 años (3º de

E.P.) que habían sido propuestos por sus maestros como alumnos

con un rendimiento medio en lectura y escritura4. Los criterios de

selección fueron presentar una edad lectora acorde a su edad

cronológica según la prueba de lectura P.E.R.E.L. (ver materiales) y

puntuaciones medias en el test de inteligencia RAVEN (C.I. entre

90 y 110). Todos los participantes se encontraban en el curso de

escolarización correspondiente a su edad cronológica, habían

recibido una enseñanza adecuada, procedían de un entorno socio-

familiar medio y no habían padecido ni estaban padeciendo ningún

trastorno. Igualmente, participaban por primera vez en un estudio

de este tipo.

Materiales

Inteligencia. La capacidad intelectual fue estimada mediante el

test RAVEN, en la versión CPM (Raven, 1995).

4 Dado el objetivo en este estudio fue seleccionar una muestra de niños con una edad lectora acorde con su edad cronológica, en este experimento no empleamos otras pruebas más completas que evalúen tanto la ruta léxica como la ruta fonológica. Este tipo de pruebas fueron utilizadas en los experimentos en los que participaron niños con dislexia.

Page 110: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

109

Evaluación de la lectura. Para obtener una estimación de la

edad lectora se aplicó la Prueba de Evaluación del Retraso Lector

(P.E.R.E.L., Soto, Sebastián y Maldonado, 1992). Esta prueba

estandarizada permite obtener un índice normalizado de las

habilidades lectoras. Está compuesta por 100 palabras de diferente

frecuencia, longitud y dificultad. Aporta dos puntuaciones, por una

parte descifrado, medido por el número de palabras que los

participantes descodifican de manera apropiada (esto es, aplican

convenientemente las RCGF) y, por otra parte lectura, donde

además de un correcto descifrado se tiene en cuenta la fluidez

(entendida como una lectura sin silabeos y respetando el patrón de

acentuación). Esta puntuación en lectura permite obtener la edad

lectora de cada niño.

Aparatos

La tarea de secuencias fue programada con el software E-PRIME

(Schneider, Eschman y Zuccolotto, 2002) y la secuencia de

estímulos fue generada en un ordenador portátil Pentium 4. Los

participantes respondían presionando una de las tres teclas

posibles en el teclado del ordenador portátil.

Procedimiento

La tarea de aprendizaje de secuencias reproducía el formato de

presentación empleado por Waber et al. (2003), en el cual se

muestran tres localizaciones en el eje horizontal de la pantalla

Page 111: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

110

mediante tres pares de paréntesis y en cada ensayo un estímulo

ocupa una de las tres posiciones (Figura 8). La tarea del

participante consistió en pulsar con la mayor rapidez y precisión

posibles la tecla asignada a la posición que ocupaba una letra X y

las teclas de respuesta fueron B-N-M en un teclado español, las

cuales mantenían una correspondencia espacial con las tres

posibles posiciones del estímulo. Concretamente, debían pulsar la

tecla B cuando el estímulo apareciera en la primera localización, la

tecla N cuando apareciera en la segunda, y la tecla M cuando

apareciera en la tercera. Los paréntesis se mantenían en la pantalla

durante toda la tarea y la distancia entre el centro de los mismos

era 2.5 cms. Para realizar la tarea los participantes estaban sentados

aproximadamente a unos 40 cms. de la pantalla del ordenador y

debían mantener durante toda la tarea los dedos índice, corazón y

anular de su mano diestra sobre las teclas de respuesta.

Page 112: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

111

Figura 8. Ejemplo de un ensayo empleado en la tarea de aprendizaje de secuencias de los Experimentos 1a y 1b.

La tarea contenía un total de 8 bloques de 60 ensayos cada uno.

En el primer bloque se presentaban 60 ensayos de práctica en los

cuales las posiciones del estímulo se establecían al azar con la única

condición de que no se repitiera la misma posición en dos ensayos

consecutivos. En el segundo bloque se presentaban cinco

repeticiones de las dos secuencias: secuencia de entrenamiento y

secuencia de cambio. El orden de aparición de los cinco ciclos de

cada secuencia fue aleatorio y cada ciclo de una y otra secuencia

empezaba siempre por el mismo punto para que todos los ciclos

mostraran dos alternancias. Posteriormente, la secuencia de

entrenamiento se repetía continuamente desde el bloque tres hasta

Page 113: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

112

el bloque seis incluido, mientras que la secuencia de control sólo

volvía a aparecer en el bloque siete (de cambio) para evaluar el

aprendizaje (ver Tabla 1). Para inducir que el aprendizaje de la

secuencia de entrenamiento fuera implícito, en las instrucciones se

enfatizaba responder rápido y con precisión sin mencionar la

presencia de una secuencia. La presentación de ambas secuencias

en el bloque 2 se debe a la necesidad de asegurar que ambas se

responden con similares TR antes de experimentar una de ellas de

forma continua. De confirmarse la ausencia de diferencias en el TR

para ambas secuencias en el bloque 2, el esperado aumento de TR

cuando la secuencia de entrenamiento sea sustituida en el bloque

de cambio podrá ser interpretado como índice de aprendizaje.

La secuencia de entrenamiento consistió en la sucesión de

posiciones 3-1-2-1-3-2, mientras que la secuencia de control fue 1-3-

2-1-2-3. Estas secuencias no fueron contrabalanceadas entre los

participantes debido a que en estudios piloto observamos que el

fragmento 1-2-3 de la secuencia de control era demasiado saliente y

fácil de descubrir, por lo que su uso como secuencia de

entrenamiento pondría en peligro el carácter implícito del

aprendizaje. En los siguientes experimentos aportaremos más

argumentos que también nos obligaban a no hacer este tipo de

control. La ausencia de contrabalanceo concede especial valor a los

resultados del bloque 2 como medida de control.

Page 114: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

113

Tabla 1. Diseño del Experimento 1a.

Experimento 1a Ensayos Orden

Bloque 1 60 Aleatorio sin repeticiones

Bloque 2 60 Secuencias de entrenamiento y control

Bloque 3 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 4 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 5 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 6 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 7 60 Secuencia de control

Bloque 8 60 Secuencia entrenamiento

Resultados y discusión

Para todos los experimentos se estableció α= .05, y todos los

análisis se realizaron excluyendo los TRs correspondientes a los

errores y aquellos valores que diferían más de tres desviaciones

típicas para cada participante en cada bloque. En los experimentos

con la tarea de secuencias se han descartado los dos primeros

ensayos de cada bloque ya que, al tratarse de secuencias de

segundo orden, es necesaria la presentación de al menos dos

ensayos para poder anticipar el siguiente.

En el Experimento 1a, los datos extremos eliminados

representaban el 1,7%. La media de precisión fue de 93,9% y los

análisis llevados a cabo sobre esta medida reflejaban un patrón de

Page 115: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

114

resultados similar al observado con las medidas de TR. Por tanto,

nos centraremos sólo en la descripción de los resultados de TR.

La Figura 9 muestra los TRs en los diferentes bloques del

Experimento 1a. Como se puede observar, los TRs disminuyeron a

medida que avanzaban los bloques pero no se produjo un aumento

del TR en el bloque 7 (de cambio), aumento que hubiera revelado

aprendizaje de la secuencia.

Figura 9. TR promedio a lo largo de los bloques de entrenamiento del Experimento 1a. Las barras verticales representan el error estándar.

300

350

400

450

500

550

600

650

700

750

1 2 3 4 5 6 7 8

Bloques

TR

med

io (m

s)

Page 116: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

115

Un análisis centrado en el primer bloque, en el cual las

posiciones se presentaron aleatoriamente, mostró que el TR para los

ensayos alternantes (731 ms) fue significativamente mayor que el

TR para los ensayos no alternantes (622 ms), F(1, 15)= 8.25, p< .05.

Para el análisis del bloque 2, donde se presentan 5 ciclos de cada

secuencia, se eliminó el primer ciclo presentado (6 primeros

ensayos) por ser más lento que el resto. El análisis de este bloque

mostró que no existían diferencias significativas en TR entre las dos

secuencias (F<1). Finalmente, para controlar los efectos de la

práctica, la evaluación del aprendizaje se efectuó obteniendo el

promedio del TR del bloque previo y posterior al de cambio

(bloque 6 y 8) y comparando este promedio con el TR en el bloque

7. Este análisis no mostró diferencias significativas (F<1), por lo que

se puede afirmar que no se observó aprendizaje de la secuencia.

Esta ausencia de aprendizaje tras cuatro bloques de

entrenamiento nos lleva a considerar la posibilidad de que el

aumento en el TR encontrado por Waber et al. (2003) en el bloque

de cambio, donde se presentaban series de localizaciones al azar,

pudiera no estar causado por el aprendizaje de la secuencia. Una

explicación alternativa podemos encontrarla en el mayor número

de alternancias presentes en un bloque de posiciones aleatorias. Si

en cada ensayo se presenta al azar una de tres posiciones posibles y

se evita repetir posiciones, es esperable que aparezca una

alternancia en el 50% de los ensayos; en cambio, en la secuencia

Page 117: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

116

SOC usada por el grupo de Waber y en este estudio, el porcentaje

de alternancias es un 33%. Como muestran los datos del bloque 1,

las alternancias se responden más lentamente y, por tanto, es

esperable un incremento general del TR en el bloque que tenga

mayor número de este tipo de ensayos.

El hecho de que Waber et al. (2003) observaran un incremento en

el bloque de cambio, tanto en los niños con dificultades lectoras

como en el grupo control, podría no estar indicando que los niños

con dislexia aprenden implícitamente la secuencia en la misma

medida que los niños del grupo control, sino que ambos grupos

fueron igualmente afectados por el mayor número de alternancias

presentes en el bloque de cambio. Por tanto, en el estudio de Waber

parece que utilizaron una cantidad insuficiente de entrenamiento

para generar aprendizaje, por lo que en el Experimento 1b

aumentamos el número de bloques en los que se presentó la

secuencia de entrenamiento.

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Estudio experimental

117

Experimento 1b

Con el objetivo de inducir aprendizaje de la secuencia, en el

Experimento 1b utilizamos la tarea del experimento anterior

extendiendo a siete el número de bloques de entrenamiento.

Método

Participantes

Los 10 participantes de este experimento fueron seleccionados a

partir de la evaluación de un grupo de 16 niños de entre 8 y 9 años

que habían sido propuestos por sus maestros como alumnos con un

rendimiento medio en lenguaje escrito. La evaluación de la lectura

y la inteligencia se llevó a cabo con las mismas pruebas del

experimento anterior y la selección siguió los mismos criterios: una

edad lectora equivalente a su edad cronológica y unas capacidades

intelectuales medias (C.I. entre 90 y 110). Todos los participantes se

encontraban en el curso de escolarización correspondiente a su

edad cronológica, procedían de un entorno socio-familiar medio y

no habían padecido ni estaban padeciendo ningún trastorno.

Asimismo, participaban por primera vez en un estudio de este tipo.

Materiales y Aparatos

Los mismos empleados en el Experimento 1a.

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Capítulo IV

118

Procedimiento

La tarea empleada fue igual a la utilizada en el Experimento 1a

con la excepción de los siguientes cambios. Con el objeto de inducir

el aprendizaje que no pudo observarse en el experimento anterior,

el número de bloques en los que se repetía la secuencia de

entrenamiento pasó de cuatro a siete. En consecuencia, ahora la

tarea estaba compuesta por un total de 11 bloques y la secuencia de

entrenamiento se repetía desde el bloque tres al bloque nueve

incluido. En el primer bloque se presentaban 48 ensayos de

práctica, en los cuales las posiciones del estímulo se establecían al

azar con la única condición de que no se repitiera la misma

posición en dos ensayos consecutivos. En el segundo bloque se

presentaban cuatro repeticiones de la secuencia de entrenamiento y

otras cuatro de la secuencia de control para evaluar si ambas

secuencias se respondían con TR similares. Todos los demás

detalles del procedimiento son iguales al Experimento 1a.

Resultados y discusión

El promedio en precisión fue 95,4% y los análisis no revelaron

ningún indicio de efecto de compensación entre velocidad y

precisión, por lo que nos centraremos en el análisis de los TRs. Los

datos extremos eliminados según el criterio de tres desviaciones

típicas fueron 1,3%.

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Estudio experimental

119

La Figura 10 muestra el TR promedio en los 11 bloques del

Experimento 1b. Como se puede observar, se produjo una

disminución de los TRs a lo largo de los bloques de entrenamiento

y, finalmente, un aumento en el bloque 10 de cambio, lo que revela

el aprendizaje de la secuencia.

El análisis del bloque 2, donde se eliminó el primer ciclo (6

primeros ensayos) por ser más lento, mostró que no existían

diferencias significativas en TR entre las dos secuencias (F<1). Por

lo que respecta a la evaluación del aprendizaje, la comparación

entre el promedio en TR del bloque previo y posterior al de cambio

(bloque 9 y 11) con el TR del bloque de cambio (bloque 10) mostró

diferencias significativas, F(1, 9)= 17.22; p< .005. En la medida que

ambas secuencias eran análogas y, por tanto, solo se diferenciaban

en las relaciones predictivas que presentan, el incremento en TR en

el bloque de cambio revela el aprendizaje de la secuencia de

entrenamiento.

Page 121: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

120

300

350

400

450

500

550

600

650

700

750

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

Bloques

TR

med

io (m

s)

Figura 10. TR promedio a lo largo de los bloques de entrenamiento del Experimento 1b. Las barras verticales representan el error estándar.

En suma, esta tarea, con una mayor cantidad de entrenamiento,

permitió observar aprendizaje de la secuencia libre de artefactos en

niños sin dificultades lectoras, convirtiéndose así en el instrumento

que abría la posibilidad de estudiar el aprendizaje implícito de

secuencias en niños con dislexia.

Page 122: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

121

4.3. Experimento 2a y Experimento 2b: aprendizaje de

secuencias incidental e intencional en niños con dislexia

Para estos experimentos, se empleó la tarea del experimento

anterior con un doble objetivo. En primer lugar, el Experimento 2a

pretendía responder al interrogante de si los niños con dislexia

muestran un déficit en aprendizaje implícito de secuencias. En

cambio, el Experimento 2b se concibió para estudiar si el peor

aprendizaje que muestra el grupo de dislexia en algunos estudios

se podría deber a que el grupo control descubre con mayor

facilidad la secuencia. Para ello, en este experimento se les informó

de que existía una secuencia y se les pidió que intentaran

aprenderla para mejorar la ejecución. En ambos experimentos

participaron los mismos sujetos con una semana de intervalo

aproximadamente.

Método

Participantes

En estos dos experimentos participaron 28 niños que fueron

seleccionados a partir de la evaluación de un grupo de 57 niños de

entre 8 y 9 años propuestos por sus maestros como alumnos de bajo

o de alto rendimiento en lenguaje escrito. 14 niños fueron

seleccionados para formar el grupo de dislexia y 14 para el grupo

control. Los niños del grupo de dislexia (9 niñas y 5 niños)

Page 123: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

122

presentaban puntuaciones medias en el test de inteligencia RAVEN

(C.I. entre 90 y 110) pero no superaban el percentil 25 en ninguna

de las cuatro puntuaciones obtenidas mediante las pruebas de

lectura. Los niños del grupo control (9 niñas y 5 niños) presentaban

igualmente puntuaciones medias en el test de inteligencia y, a

diferencia de los niños con dislexia, todas sus puntuaciones en las

pruebas de lectura eran iguales o mayores al percentil 65 (ver Tabla

3 en resultados).

Todos los participantes se encontraban en el curso de

escolarización correspondiente a su edad cronológica, habían

recibido una instrucción adecuada, procedían de un entorno

sociofamiliar medio, y ninguno había sido diagnosticado de un

trastorno psicológico ni déficit sensorial. Igualmente, participaban

por primera vez en un estudio de este tipo.

Materiales

Inteligencia. La capacidad intelectual fue estimada mediante

la versión CPM del test RAVEN (Raven, 1995).

Evaluación de la habilidad lectora. Se aplicaron dos pruebas

de evaluación del test L.E.E. (Defior et al., 2006), lectura de

palabras y de pseudopalabras, con el objetivo de evaluar

respectivamente tanto los procesos léxicos (ruta léxica) como los

subléxicos (ruta fonológica) que intervienen en la lectura

(Colheart, Curtis, Atkins y Haller, 1993). Se tomaron medidas

Page 124: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

123

tanto de la precisión como de la velocidad en cada prueba, por

lo que se obtuvieron cuatro medidas del rendimiento lector.

Prueba de lectura de palabras. El objetivo de esta prueba es

evaluar los procesos léxicos (ruta léxica) en lectura, es decir, si el

niño es capaz de realizar un reconocimiento global e inmediato

de las palabras. Consiste en la lectura de una lista de 42 palabras

de frecuencia media que difieren en su longitud silábica y en el

grado de complejidad ortográfica. La puntuación máxima en

cada palabra (2 puntos) se obtiene si la lectura es correcta (aplica

las RCGF correctamente) y además fluida, es decir, si no se

cometen silabeos o vacilaciones. Si la lectura es correcta pero no

fluida (silabea o vacila), recibe un punto. La medida de

velocidad lectora se corresponde con el tiempo empleado para

leer las 42 palabras.

Prueba de lectura de pseudopalabras. El objetivo de esta prueba es

evaluar los procesos subléxicos (ruta fonológica), es decir, si el

niño realiza una aplicación fluida de las RCGF sin posibilidad de

apoyo en el conocimiento léxico. Consiste en la lectura en voz

alta de 42 pseudopalabras construidas combinando sílabas de las

palabras de la prueba anterior. De esta forma, cada nueva

pseudopalabra es equivalente en longitud silábica y complejidad

ortográfica a una palabra de aquella prueba. Como en el caso

previo, la puntuación máxima en cada ítem requiere no cometer

Page 125: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

124

silabeos ni vacilaciones y se registra el tiempo total de lectura

para evaluar la velocidad lectora.

Experimento 2a: tarea incidental de aprendizaje de secuencias

Como hemos mencionado, este experimento tiene como

finalidad estudiar si los niños con dislexia muestran un déficit en

aprendizaje implícito de secuencias.

Procedimiento

Tarea de aprendizaje de secuencias. La tarea utilizada fue la

misma del Experimento 1b con la única excepción de que el

estímulo que señalaba cada posición en esta ocasión fue un

asterisco en lugar de la letra X (ver Figura 11). Este cambio se

realizó para evitar cualquier posible influencia del material

lingüístico (la letra X) en los niños con dislexia.

Page 126: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

125

Figura 11. Ejemplo de ensayo empleado en la tarea de aprendizaje de secuencias del Experimento 2a.

Como en el experimento anterior, la secuencia de entrenamiento

y la secuencia de control no fueron contrabalanceadas entre los

participantes. A la razón aducida anteriormente (la saliencia de un

fragmento de la secuencia de control) se añade que la tarea de

aprendizaje incidental (Experimento 2a) y la de aprendizaje

intencional (Experimento 2b) se administraron a los mismos

participantes y sólo pueden construirse tres secuencias análogas de

segundo orden con tres elementos. Por ello, decidimos reservar una

de ellas como secuencia de entrenamiento en la tarea incidental,

otra como secuencia de entrenamiento en la tarea de aprendizaje

intencional y la tercera como secuencia de control en ambas tareas.

Page 127: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

126

De este modo, pretendíamos evitar que el aprendizaje obtenido en

el Experimento 2a influyera en el aprendizaje del Experimento 2b.

Tarea de generación. Al finalizar la tarea de secuencias, se

informaba a los participantes de la presencia de la secuencia y se

llevaba a cabo una tarea de generación dirigida a evaluar el

conocimiento explícito de la secuencia (ver diseño en Tabla 2). En

esta tarea se presentaban los tres paréntesis vacíos y los niños

tenían que presionar las teclas de respuesta en nueve ocasiones,

según el orden de posiciones que ellos creían que seguía la

secuencia. Durante esta tarea no se proporcionó retroalimentación

y se enfatizó la importancia de responder con la mayor precisión

posible. Se puntuó contabilizando el número de fragmentos

correctos de tres posiciones.

Page 128: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

127

Tabla 2. Diseño del Experimento 2a.

Experimento 2a Ensayos Orden

Bloque 1 48 Aleatorio sin repeticiones

Bloque 2 48 Secuencias de entrenamiento y

control

Bloque 3 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 4 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 5 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 6 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 7 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 8 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 9 60 Secuencia entrenamiento

Bloque 10 60 Secuencia de control

Bloque 11 60 Secuencia de entrenamiento

Tarea de generación 9

Resultados y discusión

La Tabla 3 muestra los datos demográficos y los resultados de

las pruebas de inteligencia y rendimiento lector de los dos grupos

(dislexia y control). Se puede observar que en sexo y edad los

grupos están equilibrados y eran semejantes en la medida de

inteligencia. Como era de esperar de acuerdo a su selección, ambos

grupos mostraban importantes diferencias en las cuatro medidas de

rendimiento lector (todas las p< .0001).

Page 129: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

128

Tabla 3. Datos demográficos (sexo y edad media) y promedio en las pruebas de inteligencia y rendimiento lector (desviación típica entre paréntesis) para cada grupo. Las cuatro medidas de rendimiento lector están expresadas en percentiles.

Lectura de palabras Lectura de

pseudopalabras ♂/♀

Edad (en meses)

C.I.

Exactitud Velocidad Exactitud Velocidad

Grupo dislexia (N=14)

5/9 100.21 (3.27)

100 (7.8)

14.29 (6.16)

19.64 (6.34)

12.14 (4.69)

17.86 (7.26)

Grupo control (N=14)

5/9 99.78 (4.32)

102.8 (7.3)

76.78 (10.67)

81.07 (10.41)

80.35 (9.7)

78.93 (9.02)

n.s. n.s. p< .0001 p< .0001 p< .0001 p< .0001

Tarea incidental de aprendizaje de secuencias. El promedio en precisión

fue 94,2% y los análisis sobre esta medida no revelaron ningún

indicio de efecto de compensación entre TR y precisión, por lo que

nos centraremos en el análisis de los TRs. Los datos extremos

eliminados según el criterio de tres desviaciones típicas fueron el

1,8%.

La Figura 12 muestra los promedios de TR para cada grupo

(dislexia y control) a lo largo de los bloques del experimento. En el

grupo control se observa una reducción progresiva de los TRs a lo

largo de los bloques de entrenamiento y un brusco aumento

cuando la secuencia se reemplaza por otra diferente en el bloque

10, un patrón que revela aprendizaje de la secuencia. En cambio, el

Page 130: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

129

grupo de dislexia no mostró apenas incremento del TR en el bloque

10 de cambio, lo que sugiere que no hubo aprendizaje en este

grupo.

Figura 12. TR promedio en el grupo de dislexia y en el grupo control a lo largo de los bloques de entrenamiento del Experimento 2a. Las barras verticales representan el error estándar.

Un ANOVA unifactorial con la variable Grupo (Control vs.

Dislexia) centrado en el bloque 1 (en el cual los estímulos se

presentaron al azar) mostró un efecto marginal de grupo, F(1, 26)=

3.35; p= .08. Aunque las diferencias no son significativas, la

tendencia encontrada es congruente con la generalidad de los

300

350

400

450

500

550

600

650

700

750

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

Bloques

TR

med

io (m

s)

Dislexia

Control

Page 131: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

130

estudios que comparan los TRs de la población con dislexia y un

grupo de control (Nicolson y Fawcett, 1994). Para el análisis del

bloque 2, donde se presentan cuatro ciclos de cada secuencia

(entrenamiento y cambio) se eliminó el primer ciclo para controlar

el efecto de la lentitud de los primeros ensayos del bloque. Un

ANOVA mixto sobre los TRs en este bloque con las variables

Grupo (Control vs. Dislexia) y Secuencia (Entrenamiento vs.

Cambio) no mostró efectos significativos [todos los valores de F<1,

excepto el efecto de Secuencia, F(1, 26)= 1.61; p= .22], demostrando

de este modo que sin experiencia previa con estas dos secuencias,

ambas se responden con similares TRs en cada uno de los dos

grupos.

El siguiente análisis se centró en los nueve bloques restantes

(bloques del 3 al 11), en los cuales se presentaba la secuencia de

entrenamiento y el bloque de cambio (bloque 10). Un ANOVA

factorial mixto con los factores Grupo (Control vs. Dislexia) y

Bloque (9 niveles) mostró efectos principales de Grupo, F(1, 26)=

5.06, p< .05, y Bloque, F(8, 208)= 11.84, p< .0001. La interacción

Grupo x Bloque también resultó significativa, F(8, 208)= 3.04, p<

.005. El análisis de esta interacción mostró efecto de Bloque en el

caso del grupo control, F(8, 104)= 18.7, p< .0001, pero no en el grupo

con dislexia, F(8, 104)= 1.46, p= .18.

Para confirmar que el efecto de bloque selectivamente observado

en el grupo control reflejaba aprendizaje de la secuencia,

Page 132: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

131

realizamos un análisis específico comparando el TR en el bloque 10

(bloque de cambio) con el TR promedio de los bloques 9 y 11. Un

ANOVA bifactorial mixto con las variables Grupo (Control vs.

Dislexia) y Bloque (promedio bloques 9-11 vs. bloque 10) reveló un

efecto principal de Grupo, F(1, 26)= 7.21, p< .05 y de Bloque, F(1,

26)= 38.33, p< .0001, así como una interacción Grupo x Bloque, F(1,

26)= 13.49, p< .005. El análisis de esta interacción mostró un efecto

de Bloque en el grupo control, F(1, 13)= 83.36, p< .0001, pero no en

el grupo de dislexia, F(1, 13)= 2.24, p= .16. Por tanto, el efecto de

aprendizaje (incremento del TR en bloque de cambio) se observó de

forma exclusiva en el grupo control, sugiriendo así que los

participantes con dislexia mostraron un déficit en esta tarea de

aprendizaje de secuencias.

Tarea de generación. En la tarea de generación de nueve elementos

de la secuencia se concedió un punto por cada fragmento de tres

posiciones que se ajustara a la secuencia de entrenamiento. De este

modo, la máxima puntuación era seis puntos. El grupo control

obtuvo una media de 3,07 fragmentos correctos (DT=1,38) mientras

que la del grupo con dislexia fue 2,71 (DT=1,73). Un ANOVA

unifactorial sobre estas puntuaciones con la variable Grupo no

mostró diferencias significativas (F<1).

Page 133: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

132

Los resultados del Experimento 2a indican que los niños con

dislexia no mostraron un aumento del TR en el bloque de cambio,

por tanto, no hubo evidencia de aprendizaje de la secuencia en este

grupo. En cambio, los niños del grupo control mostraron un claro

aumento en el TR cuando la secuencia de entrenamiento fue

cambiada por una secuencia nueva, revelando así el aprendizaje de

la secuencia de entrenamiento. Ya que los efectos presentes en las

medidas de TR (medidas indirectas del aprendizaje) no se

observaron en la tarea de generación (medida directa), el

aprendizaje mostrado en la medida indirecta por parte del grupo

control puede ser tomado como aprendizaje implícito y, a su vez, la

ausencia de tal aprendizaje en el grupo con dislexia como evidencia

de un déficit en esta forma de aprendizaje.

Este déficit en niños con dislexia es congruente con los

resultados previos de los trabajos realizados por el grupo de Vicari

(Vicari et al., 2003; Vicari et al. 2005). No obstante, Rüsseler et al.

(2006) y Roodenrey y Dunn (2008) sugirieron que las secuencias

presentadas en estos estudios eran en cierto modo sencillas, de

manera que quizá las diferencias entre los grupos podrían deberse

a que el grupo control descubrió el patrón secuencial y ese hecho

generó un aprendizaje mayor por parte de este grupo. Sin embargo,

las pruebas de generación del Experimento 2a que acabamos de

presentar no revelaron diferencias entre los grupos en

Page 134: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

133

conocimiento explícito, de lo que se deduce que el déficit mostrado

por el grupo con dislexia es un déficit en aprendizaje no consciente.

Experimento 2b: tarea intencional de aprendizaje de secuencias

A la luz de los resultados obtenidos en el experimento 2a, cabe

aún preguntarse si el déficit en aprendizaje de secuencias mostrado

por los niños con dislexia en el Experimento 2a es específico a la

forma de adquisición implícita o, en cambio, podría ser la

consecuencia de un déficit más general que incluyera también

problemas en el aprendizaje explícito o intencional. De hecho, como

ya hemos expuesto en los capítulos introductorios, existe evidencia

de un déficit en tareas que requieren atender a presentaciones

secuenciales (Ben-Yehudah y Ahissar, 2004; Conlon et al., 2004;

Ram-Tsur et al., 2006) y este déficit podría afectar a cualquier forma

de aprendizaje de tipo secuencial. Para responder a esta pregunta,

en el Experimento 2b participaron los mismos niños del

Experimento 2a pero en esta ocasión, antes de comenzar el

experimento, se les informó de la presencia de una secuencia y se

les pedía que intentasen aprenderla para mejorar su ejecución, es

decir, responder más rápido y sin equivocarse. Con el objeto de

minimizar la influencia de la experiencia previa con la tarea

incidental, se modificó la secuencia de entrenamiento empleada, la

disposición espacial de las posiciones y la respuesta requerida.

Page 135: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

134

Método

Participantes

Los mismos niños del Experimento 2a clasificados, como

entonces, en grupo de dislexia y grupo control.

Procedimiento

Tarea de aprendizaje de secuencias. Aproximadamente una semana

después de realizar la tarea incidental, los participantes llevaron a

cabo una nueva tarea de aprendizaje de secuencias, pero en este

caso fueron alentados de forma explícita a aprender la secuencia de

entrenamiento. Para facilitar la búsqueda de un patrón secuencial,

las tres localizaciones pasaron a ocupar los vértices de un triángulo

invisible, con una distancia de 3.5 cm. entre el centro de los mismos

(ver Figura 13). De esta forma, el orden secuencial de las posiciones

podría generar un dibujo saliente que facilitara el descubrimiento

de la secuencia. Esta nueva disposición también tenía por objeto

minimizar la posible influencia de la tarea realizada una semana

antes. Con este mismo fin, también se empleó una secuencia de

entrenamiento diferente a la de la tarea previa, y todas las

respuestas se realizaban sólo con el dedo índice de la mano diestra.

Las teclas de respuesta fueron B-H-N, las cuales forman un

triángulo en un teclado español y, de este modo, mantenían una

correspondencia espacial congruente con las tres posibles

Page 136: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

135

posiciones del estímulo. Los participantes debían responder

pulsando la tecla B cuando aparecía el asterisco en la parte

izquierda, la tecla H cuando aparecía en la parte superior y la tecla

N cuando aparecía en la parte derecha.

La nueva secuencia de entrenamiento fue 2-1-3-1-2-3, mientras

que la secuencia de control fue la misma empleada como tal en el

Experimento 2a (1-2-3-1-3-2). Los bloques 1 y 2 tenían la misma

estructura que la descrita para la tarea incidental, pero en este caso

al finalizar el bloque 2 se daban instrucciones acerca de la existencia

de una secuencia y se les pedía que intentaran aprenderla para

responder con mayor rapidez y precisión. Desde el bloque 3 al

bloque 8 los participantes respondían a la secuencia de

entrenamiento, en el bloque 9 se presentaba la secuencia de control,

y en el bloque 10 se presentaba de nuevo la secuencia de

entrenamiento5.

5 Realizamos un experimento previo que nos permitió determinar el número de bloques necesarios para inducir aprendizaje en la versión intencional de la tarea de secuencias.

Page 137: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

136

Figura 13. Ejemplo de un ensayo empleado en la tarea de aprendizaje de secuencias del Experimento 2b.

Tarea de generación. Al igual que en el experimento anterior,

una vez finalizada la tarea de aprendizaje de secuencias llevaron a

cabo una tarea de generación en la que debían presionar las teclas

de respuesta en 9 ocasiones según el orden que pensaban que

seguían los asteriscos. Se contabilizó el número de fragmentos

correctos de tres posiciones.

Page 138: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

137

Resultados y discusión

Tarea intencional de aprendizaje de secuencias. El promedio en

precisión fue 94,8% y los análisis sobre esta medida no revelaron

ningún indicio de efecto de compensación entre TR y precisión, por

lo que nos centramos en el análisis de los TRs. Los datos extremos

eliminados según el criterio de tres desviaciones típicas fueron el

1,7%.

El ANOVA unifactorial realizado sobre el primer bloque mostró

un efecto marginal de Grupo, F(1, 26)= 3.01, p= .09, reflejando de

nuevo que los participantes del grupo de dislexia muestran una

tendencia a responder más lentamente que el grupo control. Por lo

que respecta al segundo bloque, un ANOVA factorial mixto con las

variables Grupo (Control vs. Dislexia) y Secuencia (Entrenamiento

vs. Cambio) mostró de nuevo un efecto marginal de Grupo, F(1,

26)= 3.51, p< .08, pero no hubo efecto de Secuencia (F<1) y la

interacción tampoco fue significativa (F<1). Estos resultados ponen

de manifiesto que la secuencia de entrenamiento y la de control se

respondieron con TRs similares antes de comenzar los bloques de

entrenamiento.

Centrándonos en los bloques de entrenamiento y la evaluación

del aprendizaje, la Figura 14 muestra que los dos grupos difieren en

el TR general (el grupo con dislexia responde más lentamente) pero

el patrón de ejecución es muy similar en ambos grupos. En primer

Page 139: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

138

lugar, se observa una disminución de los TRs a lo largo de los

bloques de entrenamiento, seguida por un aumento del TR en el

bloque de cambio (bloque 9) y un descenso final en el último

bloque, donde se presenta de nuevo la secuencia de entrenamiento.

Por tanto, la gráfica sugiere que ambos grupos pudieron aprender

la secuencia cuando fueron explícitamente instruidos para ello.

Figura 14. TR promedio en el grupo de dislexia y en el grupo control a lo largo de los bloques de entrenamiento del Experimento 2b. Las barras verticales representan el error estándar.

Estas observaciones fueron confirmadas mediante un ANOVA

bifactorial mixto con las variables Grupo (Control vs. Dislexia) y

Bloque (8 niveles). Este análisis mostró un efecto marginal de

300

350

400

450

500

550

600

650

700

750

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Bloques

TR

med

io (m

s)

Dislexia

Control

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Estudio experimental

139

Grupo, F(1, 26)= 4.22, p= .0502, y un efecto principal de Bloque, F(7,

182)= 9.37, p< .0001. Sin embargo, la interacción Grupo x Bloque no

resultó significativa (F<1), lo que sugiere que el aprendizaje fue

similar en los dos grupos. Para confirmar este extremo, se comparó

el TR en el bloque de cambio (bloque 9) con el promedio de los

bloques anterior y posterior al mismo (bloques 8 y 10). Un ANOVA

con los factores Grupo (Control vs. Dislexia) y Bloque

(Entrenamiento vs. Cambio) mostró un efecto principal de Bloque,

F(1, 26)= 23.48, p< .0001, pero no hubo efecto principal de Grupo

(F<1) y la interacción tampoco resultó significativa (F<1). En otras

palabras, los grupos no difirieron en el incremento de TR

provocado por el bloque de cambio. No obstante, para confirmar

con mayor rigurosidad que ambos grupos aprendieron la

secuencia, el efecto de bloque (Entrenamiento vs. Cambio) fue

analizado en cada grupo por separado. Este análisis mostró

diferencias significativas tanto en el grupo control, F(1, 13)= 14.43;

p< .005, como en el grupo de dislexia, F(1, 13)= 10.6; p< .01 Por tanto,

estos resultados permiten confirmar que los dos grupos

aprendieron la secuencia y la ausencia de interacción Grupo x

Bloque sugiere que el grado de aprendizaje (entendido como

diferencia en TR a la secuencia de entrenamiento y a la secuencia

de control) fue similar en ambos grupos.

Page 141: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

140

En resumen, los resultados de este experimento indican que los

niños del grupo de dislexia son capaces de aprender una secuencia

cuando se les pide de forma explícita, y que este aprendizaje no es

significativamente diferente del obtenido por el grupo control. Por

lo tanto, el déficit observado por el grupo de dislexia en el

Experimento 2a no parece obedecer a un déficit general en

aprendizaje de secuencias, sino a una dificultad específica en el

aprendizaje implícito.

Tarea de generación. Al igual que en el Experimento 2a, para analizar

la tarea de generación se atribuyó un punto por cada triada

correcta; la puntuación máxima era seis puntos. La media del

grupo control fue 4,43 fragmentos correctos (DT=1,61) y la del

grupo con dislexia 4,07 (DT=1,54). La comparación de estas medias

no arrojó diferencias significativas (F<1), un dato que de nuevo

sugiere que el nivel de aprendizaje explícito fue similar en ambos

grupos.

Si se compara la ejecución en la prueba de generación después

de la tarea incidental y después de la tarea intencional, se puede

observar que ambos grupos muestran una mejor generación

después de esta última, lo cual confirma que el aprendizaje de la

tarea intencional fue más explícito.

Page 142: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

141

Tomados en conjunto, los resultados de los Experimentos 2a y 2b

ponen de manifiesto un déficit en aprendizaje de secuencias en el

grupo de dislexia, pero no un déficit de carácter general, sino sólo

cuando este aprendizaje debe desarrollarse de forma implícita, es

decir, cuando no se pone en funcionamiento una estrategia explícita

de búsqueda de regularidades. Dada esta especificidad, es

razonable preguntarse si este problema se manifestaría también en

otras tareas de aprendizaje implícito o si, por el contrario, podría

depender de la naturaleza secuencial del material. Howard et al.

(2006) investigaron esta cuestión en población adulta, comparando

el aprendizaje de secuencias con el paradigma de señalización

contextual (Chun y Jiang, 1998), y encontraron que el grupo con

dislexia mostraba déficit únicamente en la tarea de aprendizaje de

secuencias. A la luz de estos resultados nuestro siguiente objetivo

fue explorar si este patrón de datos se observaría también en niños

con dislexia o si, por el contrario, en esta etapa muestran un déficit

generalizado en aprendizaje implícito, que podría reducirse

posteriormente debido a la intervención psicoeducativa u otro tipo

de estrategias compensatorias.

Page 143: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

142

4.4. Experimento 3: aprendizaje de señalización contextual en

población infantil

A partir del trabajo de Vicari et al. (2003) en el que observaron

un déficit en aprendizaje implícito de secuencias, el propio grupo

de Vicari ha explorado si este déficit también se observaría en otras

tareas de aprendizaje implícito. Para ello, Vicari et al. (2005)

emplearon de nuevo la tarea de aprendizaje de secuencias y

además la tarea de dibujo mediante un espejo, encontrando déficits

en ambas para el caso del grupo con dislexia. Howards et al. (2006)

consideraron estos resultados como esperables, debido a que esas

dos tareas implican los mismos circuitos neuronales, concretamente

circuitos fronto-estria-cerebelares por ello, en su opinión, una mejor

demostración de la generalidad del déficit sería comparar dos

tareas que impliquen circuitos cerebrales distintos. Con este

objetivo, en su estudio compararon la tarea de aprendizaje de

secuencias con la tarea de señalización contextual (Chun y Jiang,

1998). Sus resultados revelaron que la población adulta con dislexia

tiene preservada esta forma de aprendizaje, por ello en el presente

estudio pretendemos explorar si una muestra de niños con dislexia

también lograría aprender en una tarea de señalización contextual.

En esta tarea los participantes deben buscar un estímulo que

aparece entre un conjunto de distractores, y responder a la

identidad de ese objetivo. La posibilidad de aprendizaje en esta

tarea surge debido a que algunas configuraciones del contexto se

Page 144: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

143

repiten, asociándose esas repeticiones a una misma localización del

objetivo. Estas repeticiones provocan que los participantes

encuentren el objetivo de forma más rápida en esos contextos que

se repiten, lo que revela que han aprendido la información que

ofrece el contexto. Asimismo, al concluir la tarea se ha observado

que no son capaces de discriminar entre contextos que han sido

repetidos y otros contextos que sólo se presentaron una vez a lo

largo de la tarea, circunstancia que evidencia el carácter implícito

de este aprendizaje.

Hasta el momento son muy pocos los trabajos que han

estudiado el aprendizaje de señalización contextual en población

infantil (Barnes et al., 2008 y Vaidya, Huger, Howard y Howard,

2007) y ninguno, por el momento, en niños con dislexia. Vaidya et

al. (2007) utilizaron la tarea original de Chun y Jiang (1998) con

niños con una edad media de 11 años y encontraron que la

magnitud del aprendizaje fue muy reducida en comparación con

los adultos; concretamente, sólo mostraron aprendizaje aquellos

niños mayores de 12 años (edad que coincide con la media del

estudio de Barnes et al., 2008). Vaidya et al. proponen que el peor

aprendizaje mostrado por los niños (aprendizaje prácticamente

ausente hasta los 12 años) es debido a una maduración incompleta

de los lóbulos temporales mediales, estructuras implicadas en el

aprendizaje contextual.

Page 145: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

144

La ausencia de aprendizaje en niños con la edad semejante a la

muestra de nuestros estudios empleando la tarea original de Chun

y Jiang (1998) motivó que buscásemos una tarea de señalización

contextual que demandara una respuesta más sencilla y que

presentara contextos menos complejos. Con este fin, llevamos a

cabo una adaptación para niños de la tarea diseñada por Jiménez y

Vázquez (2008) y comprobamos su idoneidad mediante el estudio

que presentamos a continuación.

Método

Participantes

De acuerdo a criterios de rendimiento lector y C.I., se

seleccionaron 16 niños de 3º de E.P. (10 niños, 6 niñas) de un grupo

de 24 propuestos por sus maestros como alumnos de rendimiento

medio en lectura. La muestra final presentaba una edad media de 8

años y 3 meses, un C.I. medio de 100,63 (Raven CPM) y un

percentil total en lectura (promedio de las cuatro medidas de

lectura del test L.E.E.) de 56,02. Todos participaban por primera vez

en un estudio de este tipo y se encontraban en el curso de

escolarización correspondiente a su edad cronológica.

Aparatos y materiales

Para la evaluación de la inteligencia y del rendimiento lector se

utilizaron los mismos materiales que en el Experimento 2a.

Page 146: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

145

Tarea de señalización contextual. Como ya hemos anticipado, en

este experimento se adaptó a población infantil la tarea de

señalización contextual desarrollada por Jiménez y Vázquez (2008).

Los principales cambios fueron la identidad del estímulo objetivo,

su diferencia con los distractores y la extensión de la tarea (ver

detalles más adelante).

La tarea experimental se administró en un ordenador portátil

Pentium 4 y fue diseñada usando conjuntamente las herramientas

INQUISIT 1.31 y Turbo Basic. Los estímulos consistieron en un

conjunto de dígitos coloreados (amarillo, azul, rojo o verde)

presentados en fuente Garamond, 1.3 cm y 0.8 cm (alto x ancho),

sobre fondo gris. Los estímulos objetivo fueron los números del 1 al

4 y los distractores los números 5, 6, 8 o 9.

Para realizar la tarea, los niños permanecen sentados frente al

ordenador a una distancia aproximada de 40 cm. En cada ensayo se

presentan 8 números distribuidos pseudo-aleatoriamente sobre 8

de las 16 posibles localizaciones definidas por una matriz invisible

de 4 x 4, de 11.1 cm x 11.1 cm (alto x ancho). Una línea vertical y

otra horizontal de color negro dividen la matriz en cuatro

cuadrantes y entre posiciones adyacentes hay una separación

horizontal y vertical de 2 cm y 1.5 cm, respectivamente (ver ejemplo

en la Figura 15).

Page 147: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

146

5

5

4

5

5

5

5

5

Figura 15. Ejemplo de un ensayo correspondiente a la tarea de señalización contextual de los Experimentos 3 y 4.

Antes de iniciar la sesión el programa genera un conjunto de

ensayos que cumplen las siguientes restricciones. En cada ensayo se

presenta un estímulo objetivo junto a siete distractores, los cuales

tenían la misma identidad pero presentaban diferentes colores. Los

ocho estímulos ocupaban dos de las cuatro posiciones posibles en

cada uno de los cuatro cuadrantes, y se presentan en diferentes

colores, de modo que dos de ellos eran amarillos, dos rojos, dos

verdes y dos azules. La identidad del objetivo y, por tanto, la

Page 148: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

147

respuesta requerida en ese ensayo, es aleatoria con las siguientes

condiciones: cada una de las cuatro identidades (números del 1 al

4) se presenta con la misma frecuencia, y dos ensayos consecutivos

no pueden incluir el mismo estímulo objetivo. En cuanto a la

localización del objetivo, dos posiciones de cada cuadrante se

seleccionan como posiciones asociadas a contextos Fijos, mientras

que las restantes se asignan a contextos Variables. En los ensayos

de contextos Fijos la aparición del objetivo en una posición

determinada estaba asociada a la configuración del conjunto de

distractores (p.e., identidad, posiciones y colores) así como al color

(no la identidad) del estímulo objetivo. Por el contrario, en los

ensayos con contextos Variables todos estos valores cambiaban

aleatoriamente de ensayo a ensayo. Dentro de cada fracción de 16

ensayos se presentaban ocho ensayos fijos y ocho variables, y el

objetivo se presentaba aleatoriamente en cada una de las 16

posibles localizaciones antes de que pudiera reaparecer en una de

las presentadas previamente.

Procedimiento

Tarea de señalización contextual. El entrenamiento constó de 10

bloques, cada uno compuesto por 6 series de 16 ensayos, dando

lugar a un total de 960 ensayos. En cada ensayo los participantes

tenían que buscar un número entre el 1 y el 4 que aparecía entre un

conjunto de números del 5 al 9 (excepto el 7, que no se presenta por

su parecido con el 1) e indicar la identidad del objetivo pulsando la

Page 149: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

148

tecla correspondiente al número del 1 al 4 presentado. Las teclas de

respuesta fueron “V”, “B”, “N” o “M” de un teclado en español, y

estas teclas se correspondían con los números 1, 2, 3 y 4,

respectivamente. Durante toda la tarea debían mantener los dedos

índice y corazón de cada mano sobre las teclas, para responder lo

más rápido posible; el siguiente ensayo seguía a cualquier

respuesta sobre las teclas citadas. Las instrucciones iniciales

enfatizaban la necesidad de responder con la mayor rapidez y

precisión posibles. La sesión comenzó con un bloque de práctica

formado por 8 ensayos aleatorios y después de cada bloque se

establecieron periodos de descanso de un minuto

aproximadamente. La tarea duraba un total de 40-45 minutos.

Antes de comenzar la tarea, el programa selecciona y asigna dos

posiciones de cada cuadrante como localizaciones del objetivo

asociadas a contextos Fijos, y las otras dos como localizaciones del

objetivo asociadas a contextos Variables. Para cada uno de los 8

ensayos Fijos, se programa un contexto invariable definido por el

color del objetivo y todas las características de los distractores

(distribución espacial, identidad y color), de manera que

únicamente el contexto que se presenta en los ensayos Fijos informa

acerca de la localización del objetivo. Es importante señalar que la

identidad del objetivo es aleatoria en todos los ensayos, de modo

que las respuestas no son predecibles. Los ensayos Fijos y Variables

Page 150: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

149

se presentan entremezclados aleatoriamente a lo largo del

experimento, en un orden diferente para cada participante.

La medida de aprendizaje se infiere de manera indirecta,

comparando la ejecución en ensayos Fijos y Variables a lo largo de

la práctica. Si los participantes usan la información que ofrecen los

contextos fijos como clave para mejorar la búsqueda del número

objetivo, se podría esperar un efecto diferencial del entrenamiento

sobre ambos tipos de ensayos, produciendo TRs más rápidos en los

ensayos Fijos. Nótese, por tanto, que los contextos ayudan a

localizar el objetivo (circunstancia que puede hacer mejorar los

TRs) pero no permiten predecir la respuesta (identidad del

objetivo).

Medida directa de señalización contextual. Al final del

entrenamiento se incluye un bloque de 32 ensayos, compuesto por

dos repeticiones de ocho ensayos fijos y ocho ensayos variables

seleccionados de los que aparecieron durante la tarea. En cada

ensayo la identidad del objetivo se sustituye por otro distractor, y la

tarea del participante consiste en indicar en qué cuadrante creen

que se habría presentado el objetivo en ese ensayo en función del

contexto que está observando. Las respuestas se emiten pulsando

las teclas correspondientes a las letras T, Y, G o H según estimen

que el objetivo se habría presentado en el cuadrante superior

Page 151: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

150

izquierdo, superior derecho, inferior izquierdo o inferior derecho,

respectivamente. Para valorar en qué medida el conocimiento es

más o menos consciente, se compara la proporción de ensayos en

los que se genera correctamente la posición (cuadrante) del objetivo

en ensayos Fijos y Variables: puesto que a lo largo del

entrenamiento el objetivo se presenta con la misma frecuencia en

cada localización, el nivel esperable por azar es de .25. En la medida

en que el conocimiento fuese más explícito, se esperaría que el

porcentaje de ensayos Fijos generados correctamente fuese superior

al nivel esperable por azar. En cambio, si el conocimiento es

implícito, se esperaría que el porcentaje de ensayos generados

correctamente no fuese superior al nivel esperable por azar y que,

en cualquier caso, no fuera mayor en los ensayos Fijos que en los

ensayos Variables. Durante esta tarea no se proporciona

retroalimentación y se enfatiza la importancia de responder con la

mayor precisión posible.

Resultados y discusión

Tarea de señalización contextual. El promedio en precisión fue 93,7% y

los análisis sobre esta medida no revelaron ningún indicio de efecto

de compensación entre TR y precisión, por lo que nos centraremos

en el análisis de los TRs. Los datos extremos eliminados según el

criterio de tres desviaciones típicas fueron el 1,3%.

Page 152: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

151

Un ANOVA de medidas repetidas considerando Práctica

(bloques 1-10) y Contexto (Fijo vs. Variable) como factores

intrasujeto mostró efectos significativos de Práctica, F(9, 135)=

41.61; p< .0001, que se corresponde con un descenso en los TRs a

medida que avanza el entrenamiento y, lo que es más importante,

un efecto de Contexto, F(1, 15)= 11.81; p< .005, que confirma que el

TR para los ensayos Fijos fue menor que para los ensayos Variables

(1410 vs. 1469 ms). Por tanto, hubo aprendizaje de las señales

contextuales. La interacción Práctica x Contexto no resultó

significativa (F<1), lo que sugiere que el efecto de aprendizaje no

presentó un patrón gradual (este patrón de aprendizaje no gradual

coincide con los usualmente encontrados por Jiménez y Vázquez,

2008).

Medida directa de señalización contextual. El porcentaje de respuestas

correctas para los ensayos Fijos y Variables fue similar al 25%

esperable por azar (26,2% en los Fijos vs. 25,4% en los Variables).

Además, no hubo diferencias significativas entre las medias de

cada tipo de contexto (F<1).

En suma, los resultados del Experimento 3 ponen de manifiesto

que la adaptación para niños de la tarea de señalización contextual

desarrollada por Jiménez y Vázquez (2008) permite observar

aprendizaje implícito contextual. Por tanto, este estudio evidencia

Page 153: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

152

que puede producirse esta forma de aprendizaje en niños de 8 y 9

años y, al mismo tiempo, nos ofrece una herramienta para

investigar esta forma de aprendizaje en niños con dislexia.

4.5. Experimento 4: aprendizaje de señalización contextual en

niños con dislexia

Como antes hemos comentado, Howard et al. (2006) encontraron

que un grupo de adultos con dislexia no presentaba déficit en el

aprendizaje de esta tarea pero sí en aprendizaje de secuencias, un

patrón que consideraron coherente con el hecho de que en esta

población se han observado diferencias neuroanatómicas en el

cerebelo y el cuerpo estriado pero no en estructuras temporales. A

tenor de estos resultados, en este estudio pretendemos explorar si

esa disociación obtenida en población adulta se encuentra también

en población infantil con dislexia o si, por el contrario, en esta

última el déficit en aprendizaje implícito es más generalizado

porque aún no se han desarrollado estrategias compensatorias.

Para ello, empleamos la misma tarea que en el experimento anterior

nos permitió inducir aprendizaje contextual en una muestra de

niños con desarrollo lector normal.

Page 154: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

153

Método

Participantes

50 niños con una edad comprendida entre los 8,5 años y los 9,5

años (media 9 años) que fueron seleccionados a partir de la

evaluación de un grupo de 77 niños propuestos por sus profesores

como alumnos con dificultades en el lenguaje escrito o alumnos de

alto rendimiento lector. La asignación al grupo con dislexia (14

niños y 10 niñas) o al grupo de control (16 niños y 10 niñas) siguió

los mismos criterios utilizados en el Experimento 2a (ver

puntuaciones en inteligencia y en rendimiento lector en Tabla 4).

Ningún participante había sido diagnosticado con ningún trastorno

sensorial o psicológico, todos se encontraban en el curso de

escolarización correspondiente a su edad cronológica, y

participaban por primera vez en un estudio de este tipo.

Aparatos y materiales

Para la evaluación de la inteligencia y del rendimiento lector se

utilizaron los mismos materiales que en el Experimento 2a. La tarea

de señalización contextual fue la empleada en el Experimento 3.

Procedimiento

Se llevaron a cabo dos sesiones: en la primera se realizaba la

evaluación de la inteligencia y el rendimiento lector y en la segunda

la tarea de señalización contextual, en este caso sólo con los 50

Page 155: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

154

niños seleccionados. El resto del procedimiento fue similar al

empleado en el Experimento 3.

Resultados y discusión

La Tabla 4 muestra los datos demográficos y los resultados de

las pruebas de inteligencia y rendimiento lector de los dos grupos

(dislexia y control). Como se puede observar, los grupos son

similares en sexo y edad y no existen discrepancias en la medida de

inteligencia. Como era de esperar, de acuerdo a los criterios de

selección, ambos grupos mostraban importantes diferencias en las

cuatro medidas de rendimiento lector (todas las p< .0001).

Tabla 4. Datos demográficos (sexo y edad media) y promedio en las pruebas de inteligencia y rendimiento lector (desviación típica entre paréntesis) para cada grupo. Las cuatro medidas de rendimiento lector están expresadas en percentiles.

Lectura de palabras Lectura de

pseudopalabras ♂/♀

Edad (en meses)

C.I.

Exactitud Velocidad Exactitud Velocidad

Grupo dislexia (N=24)

14/10 107.75 (4.28)

98.75 (7.97)

8.75 (5.16)

10.42 (7.21)

9.17 (6.37)

15.83 (7.21)

Grupo control (N=26)

16/10 108.88 (3.59)

102 (7.65)

77.3 (12.1)

83.84 (11.16)

74.04 (9.77)

83.84 (9.93)

n.s. n.s. p< .0001 p< .0001 p< .0001 p< .0001

Page 156: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

155

Tarea de señalización contextual. El promedio en precisión fue 95,8% y

los análisis sobre esta medida no revelaron ningún indicio de efecto

de compensación entre TR y precisión, por lo que nos centraremos

en el análisis de los TRs. Los datos extremos eliminados según el

criterio de tres desviaciones típicas fueron el 1,6%.

La Figura 16 muestra los TRs correspondientes al grupo de

dislexia y control en cada uno de los contextos. Para analizar estos

TRs se llevó a cabo un ANOVA factorial mixto con las variables

Grupo (Dislexia vs. Control), Práctica (bloques 1-10) y Contexto

(Fijo vs. Variable), estas dos últimas manipuladas intrasujeto. Este

análisis mostró efectos significativos de Grupo, F(1, 48)= 26.79, p<

.0001, lo cual revela que la ejecución del grupo control fue más

rápida que la del grupo de dislexia (1308 vs. 1667 ms), efecto de

Práctica, F(9, 432)= 87.28; p< .001, que se corresponde con un

descenso en los TRs a medida que avanza el entrenamiento, y, lo

que es más importante, un efecto de Contexto, F(1, 48)= 12.12, p<

.01, que confirma que el TR para los ensayos Fijos fue menor que

para los ensayos Variables (1473 vs. 1502 ms). Por tanto, se produjo

aprendizaje de las señales contextuales. Sólo la interacción Grupo X

Práctica fue significativa, F(9, 432)= 2.17; p< .05.

La ausencia de interacción entre Grupo y Contexto sugiere que el

aprendizaje no difirió entre ambos grupos. Un análisis de cada

grupo por separado confirmó este extremo. En el grupo control se

observó efecto de Práctica, F(9, 225)= 90.09; p< .001, y de Contexto,

Page 157: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo IV

156

F(1, 25)= 7.15; p< .05, siendo el TR para los ensayos Fijos menor que

para los ensayos Variables (1293 vs. 1323 ms), pero no hubo efecto

de interacción Práctica x Contexto (p= .38). Igualmente, en el grupo

de dislexia se observó efecto de Práctica, F(9, 207)= 29.1; p< .001 y

del Contexto F(1, 23)= 5.12; p<.05, (1653 vs. 1681 ms), pero no de la

interacción (F<1). En suma, ambos grupos mostraron aprendizaje

contextual y su magnitud no difirió entre ellos.

1100

1200

1300

1400

1500

1600

1700

1800

Control Dislexia

TR

med

io (

ms)

Fijos

Variables

Figura 16. TR promedio en ensayos Variables y Fijos en los grupos de dislexia y control en el Experimento 4. Las barras verticales representan el error estándar.

Page 158: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Estudio experimental

157

Medida directa de señalización contextual. El porcentaje de aciertos en

ensayos Fijos y Variables para cada grupo fue similar al esperado

por azar (25%) y no se observaron diferencias entre los ensayos fijos

y variables (28,6% vs. 24,7% en el grupo dislexia; 25,6% vs. 23,3% en

el grupo control). Un ANOVA bifactorial mixto con las variables

Grupo (Dislexia vs. Control) y Contexto (Fijo vs. Variable) no

mostró efectos principales de Grupo, F(1, 48)= 1.47; p= .23, ni de

Contexto, F(1, 48)= 1.74; p= .19); tampoco efecto de interacción (F<1),

sugiriendo de este modo que el conocimiento fue implícito en

ambos grupos.

En suma, los resultados del Experimento 4 mostraron que el

efecto de aprendizaje contextual fue similar en el grupo con dislexia

y en el grupo control. Además, la medida directa de señalización

contextual sugiere que el aprendizaje observado en ambos grupos

fue implícito. Por tanto, estos resultados extienden a población

infantil con dislexia la evidencia encontrada por Howard et al.

(2006) con población adulta (ver también, Bennett et al., 2008),

confirmando de este modo que el déficit de aprendizaje implícito

no se observa cuando dicho aprendizaje se basa en contenidos

perceptivos como los que demanda la tarea de señalización

contextual.

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CAPÍTULO V

DISCUSIÓN GENERAL

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Discusión General

161

Este trabajo aporta nueva evidencia sobre la existencia de un

déficit en aprendizaje implícito de secuencias en niños con dislexia.

Además este déficit resultó específico a la condición implícita de

aprendizaje de secuencias, ya que no se observó cuando el

aprendizaje fue intencional, y al carácter secuencial del aprendizaje,

puesto que no se manifestó en formas de aprendizaje implícito no

secuencial, como la tarea de señalización contextual.

Los estudios previos que han abordado la hipótesis de un

posible déficit en aprendizaje implícito en niños con dislexia no

habían mostrado resultados concluyentes. A pesar de coincidir en

el uso de la tarea de aprendizaje de secuencias como herramienta

para contrastar tal hipótesis, estos estudios difieren entre sí, y del

presente estudio, en varios aspectos de su diseño que por sí solos, o

lo que es más probable, en interacción, pueden explicar esa

inconsistencia en los resultados. Entre estos aspectos cabe destacar

la forma de evaluar el aprendizaje y la estructura y complejidad de

la secuencia utilizada. En estos estudios, el aprendizaje de la

secuencia se ha evaluado introduciendo un bloque en el que los

estímulos se suceden al azar, de manera que un aumento en el TR

en este bloque revelaría que la secuencia previa ha sido aprendida.

Sin embargo, una secuencia de estímulos en sucesión aleatoria

puede responderse de forma más lenta que una sucesión secuencial

por causas que no son necesariamente atribuibles al aprendizaje de

la secuencia (Reed y Johnson, 1994; Vaquero et al., 2006). Esta

Page 163: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo V

162

circunstancia no podría en principio explicar los resultados

contradictorios, ya que todos los estudios previos de aprendizaje de

secuencias en población con dislexia utilizan esta forma de evaluar

el aprendizaje, pero en la medida en que difieren en la complejidad

de la secuencia utilizada, cabe considerar la posibilidad de que

cuanto más compleja sea la secuencia más probable sea que el

aumento en el TR observado en el bloque al azar no se deba tanto al

aprendizaje de la secuencia (el cual ha podido ser débil) como a

artefactos producidos por la sucesión aleatoria de estímulos.

Para explorar esta posibilidad, en el Experimento 1 utilizamos

una secuencia de segundo orden (3-2-1-2-3-1), es decir, una

secuencia compleja que minimizara el posible conocimiento

explícito, y evaluamos el aprendizaje introduciendo en el bloque de

prueba una secuencia diferente pero análoga (se intercambiaba el 1

por el 2) a la de entrenamiento. Esta nueva secuencia sólo difería de

la de entrenamiento en el orden de los estímulos y no en otros

aspectos como, por ejemplo, el número de alternancias, un tipo de

ensayo que se responde con mayor lentitud y que es más frecuente

en un bloque al azar que en las secuencias de segundo orden

comúnmente utilizadas en aprendizaje de secuencias (Vaquero et

al., 2006). Los resultados del Experimento 1a mostraron que,

después de presentar una secuencia de segundo orden durante

cuatro bloques de 60 ensayos, la introducción de una secuencia

nueva pero análoga no provocó un aumento en el TR, por lo que no

Page 164: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Discusión General

163

hubo indicios de aprendizaje de la secuencia. Este dato contrasta

con los resultados del estudio de Waber et al. (2003), en el que tras

la misma cantidad de bloques de ensayos con una secuencia de

segundo orden, la introducción de un bloque al azar provocó un

aumento en el TR similar en el grupo con dislexia y el grupo

control. A partir de estos datos, Waber et al. concluyeron que el

grupo con dislexia había aprendido la secuencia de forma similar al

grupo control; sin embargo, nuestro estudio sugiere una

explicación diferente: ambos grupos mostrarían un aumento del TR

porque la serie de estímulos al azar introdujo elementos nuevos,

como por ejemplo un mayor número de alternancias. En favor de

esta hipótesis, en el Experimento 1a también observamos que en el

primer bloque de práctica, en el cual los estímulos eran presentados

en sucesión aleatoria, los ensayos que suponían una alternancia

eran respondidos 80 ms. más lentamente que los estímulos que no

implicaban una alternancia. Por tanto, antes de cualquier tipo de

práctica con una secuencia concreta, se observó que las alternancias

se responden con mayor lentitud. Este dato replica el ya obtenido

por Vaquero et al. (2006) y lo extiende a población infantil,

sugiriendo que evaluar el aprendizaje de secuencias con un bloque

de estímulos en sucesión aleatoria puede provocar un artefacto en

la medida del aprendizaje: aumentos en el TR que pueden ser

confundidos con el aprendizaje.

Page 165: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo V

164

En el Experimento 1b aumentamos el número de bloques de

entrenamiento con respecto al Experimento 1a, y provocamos de

este modo que el TR se enlenteciera al introducir un nueva

secuencia SOC análoga a la de entrenamiento. Este incremento se

convierte, por tanto, en un índice de aprendizaje desprovisto de

artefactos como los descritos anteriormente, de manera que

contábamos con una tarea sobre la que explorar la hipótesis de un

posible déficit de aprendizaje implícito en niños con dislexia.

Además de las características de la secuencia y la forma de

evaluar el aprendizaje, otro aspecto en el que este estudio difiere de

los estudios previos es el criterio utilizado para clasificar a los

participantes con dislexia y normolectores. En los trabajos previos

las pruebas empleadas para el diagnóstico de dislexia aportan una

evaluación parcial de los procesos de lectura dado que en la

mayoría de las ocasiones sólo valoran los procesos léxicos, y en los

casos en los que se evalúan también los procesos subléxicos

(fonológicos) no aportan medidas de fluidez o velocidad lectora. En

este sentido, a lo largo de este trabajo se ha presentado argumentos

por los que diversos autores sugieren que para la evaluación de las

dificultades lectoras es fundamental obtener medidas tanto del

funcionamiento de las dos rutas de lectura (Castles y Colheart,

1993; Coltheart et al., 2001; Sprenger-Charolles y Serniclaes, 2003)

como de precisión y fluidez en cada una de ellas (Jiménez y

Hernández, 2000; Serrano y Defior, 2008; Sprenger-Charolles, Colé,

Page 166: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Discusión General

165

Lacert y Serniclaes, 2000; Wolf y Bowers, 1999). Siguiendo estas

pautas, en nuestro trabajo utilizamos una prueba de lectura que

permite evaluar tanto los procesos léxicos como subléxicos y,

además, aporta medidas de precisión y velocidad lectora. De esta

forma obtenemos cuatro índices de rendimiento lector que

permiten hacer una valoración más completa de los procesos

implicados en el reconocimiento de palabras y, con ello, una

clasificación más fiable de dislexia (en este caso, el criterio fue

estricto, al requerir una puntuación por debajo del percentil 25 en

las cuatro medidas de lectura). Por otra parte, cabe destacar que los

participantes seleccionados para este trabajo son niños sin

diagnóstico previo en dislexia y, por tanto, sin intervención

específica que haya podido favorecer el desarrollo de estrategias

compensatorias que enmascaren posibles déficits. Esta selección fue

aplicada en los experimentos que compararon el aprendizaje de

niños con dislexia con el de un grupo de control.

El primero de estos experimentos fue el Experimento 2a, donde

al comparar el aprendizaje de secuencias de los dos grupos se

observó un claro déficit de aprendizaje implícito en los niños con

dislexia. Según Rüsseler et al. (2006) este déficit pudiera deberse a

diferencias en el conocimiento explícito adquirido durante la tarea,

es decir, quizá los niños del grupo control descubran en mayor

medida el patrón secuencial y, como consecuencia de ello,

muestren una mejor ejecución que los grupos con dislexia. Sin

Page 167: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo V

166

embargo, en contra de esta explicación, en este experimento no se

observaron diferencias entre los grupos en las medidas de

conocimiento explícito (tarea de generación). Asimismo, más que

una diferencia en la magnitud del aprendizaje de ambos grupos, se

observó un claro aprendizaje en el grupo control mientras el grupo

con dislexia no mostró ningún indicio de aprendizaje.

Profundizando en esta explicación alternativa propuesta por

Rüsseler et al. (2006), en el Experimento 2b los mismos participantes

del experimento anterior llevaron a cabo una nueva tarea de

aprendizaje de secuencias de segundo orden, pero esta vez fueron

advertidos de la presencia de la secuencia y alentados a intentar

descubrirla para responder mejor. Con estas instrucciones, tanto el

grupo con dislexia como el grupo control mostraron aprendizaje de

la secuencia (aumento del TR cuando se introdujo la secuencia

nueva) y no hubo diferencias significativas entre los grupos en la

magnitud del mismo. Por tanto, el conjunto de los resultados de los

Experimentos 2a y 2b sugiere que los niños con dislexia muestran

un déficit en aprendizaje de secuencias específico al aprendizaje

implícito más que un déficit general de aprendizaje de secuencias.

En otras palabras, el déficit estaría relacionado con procesos de

adquisición no intencionales encargados de captar las

regularidades presentadas. Estos resultados apuntan en la misma

dirección que trabajos previos como el de Vicari et al. (2003) en el

que observaron un déficit en aprendizaje de secuencias en

Page 168: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Discusión General

167

población con bajo rendimiento lector cuando realizaban la forma

convencional de la tarea pero no cuando memorizaban la secuencia

antes de comenzar (ver también datos similares con aprendizaje

categorial en Sperling et al., 2004). No obstante, nótese que en

nuestro experimento establecemos una condición de aprendizaje

intencional en la que deben descubrir la secuencia mientras

practican con ella, una situación de estricto aprendizaje que no

presenta el estudio de Vicari et al. (2003), en el cual antes de

comenzar la tarea ya conocen la secuencia y sólo deben aplicar ese

conocimiento.

Por último, con el objetivo de explorar si el déficit observado

podría aparecer en otras formas de aprendizaje implícito no

secuencial, empleamos la tarea de señalización contextual. El

Experimento 3 se diseñó para la obtención de una tarea que

produjera esta forma de aprendizaje en niños, y en el Experimento

4 comprobamos que los niños con dislexia podían aprender la

información contextual de forma similar al grupo control. Por

tanto, en la línea de los trabajos realizados por Howard et al. (2006)

y Bennet et al. (2008) con adultos, nuestros resultados sugieren que

el déficit en aprendizaje implícito no parece ser un déficit general

que se observe en cualquier forma de aprendizaje implícito6.

6 La disociación observada entre diferentes formas de aprendizaje implícito no se obtiene en cualquier trastorno de la infancia. Por ejemplo, niños con autismo muestran preservado tanto el aprendizaje de secuencias como el contextual (Barnes et al., 2008).

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Capítulo V

168

El patrón de déficit obtenido en el presente estudio es

consistente con otras disociaciones observadas, tanto en niños como

en adultos con dislexia, en tareas de identificación de estímulos.

Como se ha comentado en el capítulo II, se han encontrado déficits

cuando los estímulos aparecen de forma secuencial, pero no si son

presentados de forma simultánea (Ben-Yehudah et al., 2001; Conlon

et al., 2004; Eden et al., 1995; Ram-Tsur et al., 2006)7. En el trabajo de

Eden et al. (1995) el rendimiento en lectura de los niños correlacionó

(0.40) con la ejecución en una tarea de contar puntos que iban

apareciendo de forma sucesiva de uno en uno en cualquier lugar de

la pantalla, pero no correlacionó con una tarea análoga en la que los

puntos aparecían de forma simultánea. En la misma línea, Conlon

et al. (2004) encontraron que la ejecución de adultos en la tarea de

contar puntos que aparecían en sucesión (tarea secuencial) predecía

un 19% de la varianza en una prueba de lectura de palabras, una

vez controladas variables como inteligencia, memoria verbal y

velocidad de procesamiento. Motivados por estas evidencias, en

nuestro estudio hemos calculado las correlaciones entre las

medidas de aprendizaje y las de rendimiento lector. Las medidas

de aprendizaje serían los cambios en TR al introducir el bloque de

7 Algunos autores señalan que la tendencia observada en población con dislexia a procesar la información de manera holística podría deberse a la dificultad en el procesamiento de estimulación secuencial (Facoetti y Molteni, 2001; Hari y Renvall, 2001; Pothos et al., 2004).

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Discusión General

169

cambio en el caso del aprendizaje de secuencias y la diferencia en

TR entre los contextos fijos y variables en la tarea de señalización

contextual. En consonancia con los trabajos de presentación

secuencial vs. simultánea, la medida de aprendizaje implícito de

secuencias del Experimento 2a correlacionó con el rendimiento

lector de los niños (r= .58, p= .005) mientras que ni la tarea

intencional (Experimento 2b) ni la medida de aprendizaje en la

tarea de señalización contextual (Experimento 4) mostraron

correlación significativa (r= .18 y r= -.05, respectivamente). Por

tanto, esta evidencia converge en señalar la existencia de una

relación entre la habilidad lectora y otras habilidades que implican

procesamiento de información secuencial.

¿Qué sugiere un déficit en aprendizaje implícito de secuencias,

o en procesamiento de información secuencial, con respecto a los

problemas en la adquisición del lenguaje escrito? En otras palabras,

¿cuál podría ser el nexo entre el déficit en aprendizaje implícito y la

dislexia? Investigaciones previas que encontraron déficit en

aprendizaje implícito han sugerido que este déficit impediría la

automatización de habilidades y, entre ellas, se encontraría la

lectura (Howard et al, 2006; Vicari et al 2005). En efecto, como

describimos en los capítulos introductorios, varios trabajos

evidencian que la población con dislexia presenta problemas para

automatizar. Por ejemplo, se ha observado que no mejoran con la

práctica en tareas procedimentales no lingüísticas (encajar piezas en

Page 171: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo V

170

un tablero o peg moving task en Stoodley y Stein, 2006; el dibujo en

espejo en Vicari et al., 2005), o que no muestran una óptima

automatización en coordinación motora y tareas de equilibro

(Nicolson y Fawcett, 1990, 1994, 1996; Ramus et al., 2003a; Wolf,

Michel, Ovrut y Drake, 1990). A raíz de estos hallazgos, Nicolson y

Fawcett (1990) propusieron que los problemas en la adquisición de

la lectura serían una manifestación específica de un déficit general

en la automatización de habilidades. No obstante, estos autores

también apuntaron que el déficit de automatización en ocasiones

puede estar enmascarado por la utilización de estrategias

conscientes compensatorias, que estarían preservadas en la

población con dislexia. Por ello, los problemas de automatización

solamente se manifestarían en tareas complejas, en condiciones de

doble tarea, o cuando se requiere un procesamiento rápido de los

estímulos. En consonancia con el déficit en automatización,

diversos trabajos de neuroimagen han revelado una menor

actividad cerebelar en los participantes con dislexia cuando

realizan tareas que requieren coordinación motora (Fawcett y

Nicolson, 1999; Nicolson et al., 2001; Nicolson y Fawcett, 2007), y

una falta de reducción en la actividad del cerebelo conforme va

finalizando una tarea de aprendizaje secuencias (Menghini et al.,

2006, 2008), reducción que caracteriza la automatización del

aprendizaje en el grupo de control.

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Discusión General

171

La automatización es la característica distintiva de la lectura

experta y se manifiesta cuando el lector aplica las conversiones

grafema-fonema de forma fluida y ha desarrollado

representaciones ortográficas que facilitan el reconocimiento

directo de las palabras (Van der Leij y Van Daal, 1999). Si bien las

RCGF se enseñan de manera explícita en el contexto escolar, su

automatización llegaría a través de la práctica y la detección de

regularidades, pasos estos últimos en los que podrían estar

involucrados procesos de aprendizaje implícito y, en particular,

procesos de aprendizaje de secuencias. Desde nuestro punto de

vista, la existencia de un déficit específico en aprendizaje implícito

de información secuencial podría dificultar la adquisición de

regularidades en las transiciones entre letras, y de este modo, la

automatización de la lectura de las agrupaciones de letras acordes

con estas regularidades. En último término, algunos autores han

sugerido que la falta de automatización (fluidez) dificultaría a su

vez el establecimiento de sólidas representaciones de las palabras,

tanto a nivel fonológico como ortográfico (Hari y Renvall, 2001;

Howard et al., 2006; Sperling et al., 2004).

Como hemos señalado previamente, varios autores han

precisado qué relación puede haber entre el déficit fonológico, tan

generalizado en dislexia, y el aprendizaje implícito. Gombert (2003)

sostiene que serían las dificultades fonológicas las que dificultarían

los procesos de aprendizaje implícito, en cambio, otros autores

Page 173: DEFICIT EN APRENDIZAJE IMPLÍTICO EN LA DISLEXIA EVOLUTIVA.pdf

Capítulo V

172

proponen la dirección causal inversa (Howard et al., 2006; Sperling

et al., 2004). Nuestros diseños no permiten ofrecer una respuesta a

esta pregunta, entre otras razones porque nuestro grupo de dislexia

pertenecía al subtipo mixto. Por ello, sería relevante llevar a cabo

investigaciones que examinaran el aprendizaje implícito en

participantes bien con dislexia fonológica o bien con dislexia

superficial. De este modo podría conocerse si el déficit en

aprendizaje implícito de secuencias está asociado de forma

específica a la dislexia de índole fonológica.

Esta posible relación específica es congruente con los déficits

atencionales que parecen estar asociados a uno y otro subtipo de

dislexia (para conocer la necesidad de la atención en el aprendizaje

implícito, ver Jiménez y Méndez, 1999). Una revisión de la

literatura sobre atención y dislexia sugiere que, cuando la selección

de la muestra favorece la inclusión de participantes que sufren

problemas fonológicos severos, se observan déficits en aspectos

temporales o secuenciales de la atención (p.e., utilizando la tarea de

“parpadeo atencional”, ver Buchholz y Davies, 2007), mientras que

aquellos participantes que presentan dislexia superficial, es decir, el

subtipo menos frecuente y menos severo, muestran una reducción

en la amplitud del foco atencional (Bosse et al., 2007). Esta posible

disociación a nivel atencional por el momento no cuenta con datos

concluyentes, debido a que aún necesita investigación que la

aborde de forma más directa, pero, efectivamente, en la medida que

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Discusión General

173

los déficits fonológicos estuvieran asociados con déficits en

atención temporal/secuencial, sería de esperar que este subtipo

mostrara un déficit en aprendizaje implícito de secuencias como el

encontrado en nuestro trabajo. En definitiva, explorar el

aprendizaje implícito en los diferentes subtipos de dislexia se

presenta como un relevante objetivo de investigación que, además,

nos podría conducir a conocer cuáles son los mecanismos

atencionales deficitarios que estarían mermando los procesos de

aprendizaje implícito.

Desde el punto de vista de la evaluación y la intervención en

dislexia, la existencia de un déficit en aprendizaje implícito de

secuencias subraya la importancia de evaluar estos procesos de

aprendizaje y de intervenir en las dificultades lectoras enseñando

mediante estrategias explícitas. Como señalan Vicari et al. (2003),

una evaluación temprana del aprendizaje implícito de secuencias

podría ser un índice de futuras dificultades en el aprendizaje de la

lectura, lo que permitiría llevar a cabo medidas preventivas y de

intervención temprana. En cuanto al ámbito de la intervención

psicoeducativa, nuestros resultados señalan la utilidad de adoptar

una enseñanza explícita de las regularidades del código alfabético

que habitualmente no se enseñan de modo explícito. Regularidades

de este tipo podrían ser la frecuencia con que determinados

grafemas (y fonemas) van asociados, como en el caso de aquellos

que constituyen morfemas, ya que uno de los problemas en dislexia

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Capítulo V

174

puede ser la dificultad para aprender de forma implícita esas

regularidades. Asimismo, aunque nuestros resultados han

confirmado la existencia de un déficit en aprendizaje implícito de

secuencias, no se descarta que puedan llegar a aprender

implícitamente con una mayor práctica. Son necesarias futuras

investigaciones que puedan examinar si los problemas para

adquirir secuencias de forma implícita pueden entenderse como

una cuestión de grado.

En síntesis, este estudio aporta nueva evidencia sobre la

existencia de un déficit en aprendizaje implícito de secuencias en

niños con dislexia y destaca diferentes elementos claves que

pueden ser útiles para comprender por qué la demostración de este

déficit ha sido esquiva en estudios previos. Junto a ello, pone de

manifiesto que el déficit en aprendizaje de secuencias es específico

a los procesos implícitos, ya que no se observa cuando los niños son

instruidos para aprender la secuencia de forma intencional.

Además, el déficit en aprendizaje implícito no es generalizado a

cualquier forma de adquisición no intencional, como demuestra la

obtención de aprendizaje en la tarea de señalización contextual.

En el aprendizaje de la lectura, a pesar de que las

correspondencias grafema-fonema se enseñan y se aprenden

fundamentalmente de manera explícita, se ha propuesto que

mecanismos de aprendizaje implícito pueden mediar no sólo en la

automatización de esas correspondencias y su secuenciación fluida,

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Discusión General

175

sino también en la adquisición y lectura fluida de muchas

regularidades que no son instruidas de forma explícita (Howard et

al., 2006; Vicari et al., 2005). Futuras investigaciones podrían

dirigirse a evaluar esta posibilidad y, en consecuencia, estudiar si

un déficit en aprendizaje implícito de secuencias puede ser un

factor causal de problemas para alcanzar una lectura fluida.

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