50
MONOGRAFÍA “Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender la desunión.” AUTOR: Mario Alexis Agramonte Torres

"Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

Embed Size (px)

DESCRIPTION

El presente trabajo de investigación pretende llevar a cabo un análisis diferencial conceptual y doctrinario de la responsabilidad civil: los presupuestos, teorías y funciones de la responsabilidad como elementos de justificación para la clasificación vigente entre responsabilidad civil contractual y extracontractual.Es decir que se aborda un tema ampliamente estudiado, pero aún así diverso en cuanto a posturas y fundamentos. La teoría unitaria indica que no se debería expresar distinción mayor entre responsabilidad contractual y extracontractual, es decir que propugna que la responsabilidad civil es una. Esto último es aceptado por un sector de la doctrina; sin embargo existen, a nuestro parecer, diferencias sustanciales de forma y fondo que demandan una clara distinción por los presupuestos y consecuencias que concurren para cada caso.

Citation preview

Page 1: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

MONOGRAFÍA

“Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad.

Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría

unitaria y la divergencia doctrinaria.

Apuntes para comprender la desunión.”

AUTOR: Mario Alexis Agramonte Torres

Page 2: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

ÍNDICE…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..2

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………………………………………………………………4

CAPÍTULO I: LAS OBLIGACIONES1. PREÁMBULO: FUNDAMENTOS

PRÁCTICOS……………………………………………………………………………………………………….….51.1. LA PRACTICIDAD DEL DERECHO Y LAS

OBLIGACIONES………………………………………………………………………….…5

1.2. FUNDAMENTO ECONÓMICO-PRÁCTICO DE LA OBLIGACIÓN…………………………………………………………………….…6

2. DE LAS DISTINTAS ACEPCIONES DE LA VOZ “OBLIGACIÓN” ……………………………………………………………………………...6

3. BREVE REPASO HISTÓRICO: LAS OBLIGACIONES Y EL DERECHO ROMANO………………………………………………………..6

4. LA PATRIMONIALIDAD DE LAS OBLIGACIONES…………………………………………………………………………………………………….7

5. LA OBLIGACIÓN: APROXIMACIONES CONCEPTUALES………………………………………………………………………………………….8

6. ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN…………………………………………………………………………………………………………………………96.1. LOS

SUJETOS……………………………………………………………………………………………………………………………………………10

2

Page 3: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

6.1.1. SOBRE QUIÉNES PUEDEN OBLIGARSE……………………………………………………………………………………………...10

6.1.2. SOBRE LA DETERMINABILIDAD DE LOS SUJETOS……………………………………………………………………….……11

6.1.3. DE LA PARIDAD DE DERECHOS Y DEBERES DE LOS SUJETOS………………………………………………………….11

6.2. DEL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN……………………………………………………………………………………………………………….126.2.1. EN QUÉ CONSISTE EL OBJETO: LA

PRESTACIÓN……………………………………………………………………………….12

6.2.2. CONDICIONES DEL OBJETO………………………………………………………………………………………………………………13

6.3. SOBRE EL VÍNCULO DE LAS OBLIGACIONES……………………………………………………………………………………………..13

6.4. SOBRE LOS OTROS ELEMENTOS OBLIGATORIOS………………………………………………………………………………………14

CAPÍTULO II: DE LAS OBLIGACIONES Y LA RESPONSABILIDAD CIVIL

1. LAS OBLIGACIONES COMO PRESUPUESTO DE LA RESPONSABILIDAD………………………………………………………………151.1. DE LOS EFECTOS DE LAS

OBLIGACIONES…………………………………………………………………………………………………151.1.1. EL DERECHO DE OBTENER UNA INDEMNIZACIÓN EN

CASO DE INCUMPLIMIENTO O INEJECUCIÓN…

3

Page 4: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

……………………………………………………………………………………………………………………………16

1.1.2. EL DERECHO DE EXIGIR, HASTA DONDE ES POSIBLE, LA EJECUCIÓN FORZOSA…………………………….17

1.1.3. APLICACIÓN PRÁCTICA……………………………………………………………………………………………………………………17

1.2. LAS FUENTES OBLIGACIONALES Y LA RESPONSABILIDAD………………………………………………………………………171.2.1. CLASIFICACIÓN CLÁSICA O

TRADICIONAL……………………………………………………………………………………18

1.2.1.1.DE LOS CONTRATOS Y CUASI-CONTRATOS……………………………………………………………………….18

1.2.1.2.DE LOS DELITOS Y LOS CUASIDELITOS……………………………………………………………………………..19

1.2.2. SISTEMA RACIONAL……………………………………………………………………………………………………………………19

2. DOS FIGURAS SUCEDÁNEAS Y LA INSTRUMENTALIDAD………………………………………………………………………………..20

3. DE LA HOY DENOMINADA RESPONSABILIDAD CIVIL Y EL DERECHO……………………………………………………………..21

4. NUESTRO CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD……………………………………………………………………………………………….22

4

Page 5: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

5. NOTA FINAL……………………………………………………………………………………………………………………………………………………23

CAPÍTULO III: RESPONSABILIDAD CIVIL CONTEMPORÁNEA1. ETIMOLOGÍ

A…………………………………………………………………………………………………………………………………………….……24

2. EL DEBATE INCONCLUSO…………………………………………………………………………………………………………………….……….24

3. TEORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL……………………………………………………………………………………………..…....24

4. PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL……………………………………………………………………………….………264.1. LA

IMPUTABILIDAD…………………………………………………………………………………………………………………….……..27

4.2. EL DAÑO Y EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN…………………………………………………………………………………….……..28

4.3. EL NEXO CAUSAL………………………………………………………………………………………………………………………….…..28

4.4. LA ANTIJURIDICIDAD……………………………………………………………………………………………………………………..….28

5

Page 6: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

5. OTROS CRITERIOS DE UNIÓN/DESUNIÓN……………………………………………………………………………………………………295.1. ALTERUM NON

LAEDERE……………………………………………………………………………………………………………….…...29

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………………………………………………………..30

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………………………………………………………….31

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación pretende llevar a cabo un análisis diferencial

conceptual y doctrinario de la responsabilidad civil: los presupuestos, teorías y funciones

de la responsabilidad como elementos de justificación para la clasificación vigente entre

responsabilidad civil contractual y extracontractual. Es decir que se aborda un tema

ampliamente estudiado, pero aún así diverso en cuanto a posturas y fundamentos. La

6

Page 7: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

teoría unitaria indica que no se debería expresar distinción mayor entre responsabilidad

contractual y extracontractual, es decir que propugna que la responsabilidad civil es una.

Esto último es aceptado por un sector de la doctrina; sin embargo existen, a nuestro

parecer, diferencias sustanciales de forma y fondo que demandan una clara distinción por

los presupuestos y consecuencias que concurren para cada caso.

Para determinar nuestras inquietudes tendremos que primero desarrollar y delimitar el

marco teórico básico a utilizar en el curso de la investigación, así como conocer cómo se

contraen obligaciones, cuáles son sus fuentes y efectos. Posteriormente deberíamos ser

capaces de construir una definición y postular algunas clasificaciones de responsabilidad,

toda vez que profundicemos en los elementos que configuran la responsabilidad civil. Sólo

así podremos finalmente analizar los presupuestos diferenciadores de responsabilidad

extracontractual.

En el curso de nuestra investigación habremos de utilizar en principio el método dogmático,

pues nos abocamos básicamente a lograr una diferenciación clara entre los conceptos de

responsabilidad, y determinar así cómo los presupuestos y consecuencias son raíz de una

clasificación divergente. Para ello nos valdremos de lo que postula la doctrina respecto de

la teoría unitaria, Sin embargo, se nos hace indispensable tratar de dar un paso al frente y

pretender al menos descifrar cuáles son las consecuencias fácticas de proscribir o aceptar

dichas teorías, además de mantener la viva intención de brindarle alguna especie de fin

práctico a todas las figuras jurídicas que sean materia de estudio de la presente

investigación.

Es hipótesis nuestra el enunciar que hay suficientes elementos diferenciadores de forma y

fondo entre los conceptos de responsabilidad, por lo que se ha de reconocer claramente

dichas distinciones y delimitar lo que se denomina responsabilidad contractual y

responsabilidad extracontractual. Todo esto como inminente juicio de valor que proscriba la

teoría unitaria.

CAPÍTULO I: LAS OBLIGACIONESLa primera tarea a realizar en vista de lograr comprender una figura jurídica como la

responsabilidad debería ser el esclarecer una previa: la de las obligaciones. De eso trata el

primer capítulo de la presente investigación, de aquellos elementos que han de confluir

para denominar a una relación como obligatoria, de cómo se pueden determinar

7

Page 8: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

claramente sus componentes, de cómo ese vínculo es jurídico y de ahí que le interese al

Derecho. En fin, empecemos a delimitar conceptos para luego tratar de explicar para qué

sirven éstos.

1. PREÁMBULO: FUNDAMENTOS PRÁCTICOS

Tratamos de desarrollar alguna clase de justificación respecto de la figura de obligación,

dado que ésta es la protagonista de nuestro primer capítulo, y lo hicimos con la convicción

de que es siempre útil el otorgarle algún fin verdaderamente práctico a cada elemento del

Derecho. Así tenemos:

1.1.LA PRACTICIDAD DEL DERECHO Y LAS OBLIGACIONES

Ha de existir un fin social respecto de cada concepto y noción legal vigente. Sólo así se

justifica la mera subsistencia de ese vasto campo del saber que denominamos

Derecho. Éste último es, evidentemente, la suma de toda y cada una de las ramas

jurídicas, dedicadas cada cual a un ámbito de estudio por lo general claramente

determinado. Será precisamente en uno de aquellos espacios donde habremos de

ubicarnos, específicamente en el que versa sobre las personas y las relaciones básicas

y cotidianas que entre ellas surgen: dicha rama no es otra que el Derecho Civil.

Ahora bien, algunas de esas relaciones serán preponderantes para un ordenamiento

jurídico en tanto generan derechos y/o deberes. Así sucede cuando nos referimos al

concepto de obligación, cuya utilidad práctica descansa sobre la idea prejurídica de que

existe la cooperación humana y que ésta última es a su vez expresión de la necesidad

existente en la realidad ante la falta o carencia de bienes (FERNÁNDEZ CRUZ, 2012pág. 19). Dicho de ese modo a lo mejor no resulte aún del todo claro, pero se hace

referencia a nuestra especie y el modo peculiar de organizarnos en Sociedades que

precisan y alientan el constante cambio y circulación de bienes. “Este dar y recibir

continuo y en todas las direcciones no podría suspenderse o evitarse, a menos que se

intentara contradecir un fenómeno natural e inmutable” (FUEYO, 1992 pág. 16).

1.2.FUNDAMENTO ECONÓMICO-PRÁCTICO DE LA OBLIGACIÓN

Aquí vislumbraremos tímidamente lo que es la obligación y cómo se justifica su

presencia: en la compleja vida moderna se producen muchas cosas, algunos fabrican

bienes y otros prestan servicios; cada quién necesita a su vez algo que no produce pues

las autarquías son una utopía. El brindar servicios, el vender materias primas, el

8

Page 9: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

intercambio incesante de bienes, en general, tienen que ver directamente con la materia

obligacional: el comprometerse a pintar una casa a cambio de un pago es obligarse, el

acordar la compra de un vehículo también lo es en cierto modo, y así miles y miles de

acciones que realizamos cada día. Dicen algunos que “la obligación es resultado

necesario de la economía” (FUEYO, 1992 pág. 16), afirmación sensata que suscribimos.

2. DE LAS DISTINTAS ACEPCIONES DE LA VOZ “OBLIGACIÓN”

Ahora bien, hay algo que podría darse por sentado, y hacerlo sería un error, pues no

deberíamos pasar por alto que no siempre se entendió a la obligación como algo

relacionado al Derecho, ya que: “[l]a obligación, en su acepción más amplia, es cualquier

especie de vínculo o sujeción de la persona, no importando su origen y contenido […]. Así,

se incluyen las […] impuestas por la moral, los usos sociales, la religión, los sentimientos

elevados, como el de gratitud, etc. […]” (FUEYO, 1992 pág. 14). Sólo después se

generaría esta casi intrínseca filiación respecto del vocablo obligación y la inmediata

remisión al Derecho. Dicha relación se encuentra hoy probablemente más afianzada que

nunca, en la mente del ciudadano de a pie obligación evoca de pronto una idea básica mas

no muy alejada del tópico jurídico. Existe al menos una inmediata vinculación conceptual

respecto de la obligación en el campo jurídico. El llegar a este punto ha sido evidentemente

un proceso histórico anchuroso.

3. BREVE REPASO HISTÓRICO: LAS OBLIGACIONES Y EL DERECHO ROMANO

No es menester del presente trabajo el llegar a elaborar un tratado in extenso sobre la

historia de las obligaciones y cómo éstas se configuran en nuestros días. Sin embargo, es

preciso hacer notar que nuestra actual visión y tratamiento tiene sus raíces ahí donde tiene

base gran parte de nuestro Derecho: en la época romana. “La teoría de las obligaciones

tuvo su origen y logró la plenitud de su desarrollo en Roma” (BORDA, 1959 pág. 7). Tanto

tiempo atrás, en las Instituciones de Justiniano, se definía a la obligación como “un vínculo

de derecho […] que nos obliga a pagar alguna cosa” (JUSTINIANO, 2004 pág. 133). Empero vale aquí hacer una aclaración acerca de lo que significa el pagar alguna cosa,

que más bien debe ser entendida simplemente como ‘pagar’, pues sucede que en las

traducciones francesas originales de las Instituciones de Justiniano, que servirían luego

para las españolas que llegaron hasta nuestras manos, se ha obviado que en latín el verbo

solvere rei es sólo ‘disolver’, lo que hacía clara referencia al pago necesario para

extinguir la obligación, pero se le entendió erróneamente en tanto que rei se traduce de

9

Page 10: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

modo literal como ‘cosa’, de ahí la confusión: se pretendió hacer compuesto un verbo

simple.

Hechas las aclaraciones pertinentes, podemos intuir que dicho sencillo enunciado, aquel

que define la obligación romana, propone desde ya que la “relación” es eminentemente

jurídica, al mismo tiempo que delimita tímida e implícitamente cuáles serán los elementos

constitutivos en un esquema de obligación: un acreedor, un deudor y por supuesto ese

“algo” que se puede reclamar. No obstante, se hace obvio que tales elementos así

postulados terminan siendo en exceso simplistas, por lo que habremos de volver sobre

ellos más adelante en pos lograr una mejor comprensión.

4. LA PATRIMONIALIDAD DE LAS OBLIGACIONES

Ya se dijo previamente que no es éste un texto histórico, pero cabe mencionar que aquella

definición Justiniana original y, grosso modo, la teoría de las obligaciones elaborada por los

juristas romanos se ha visto afectada en el tiempo: innumerables eventos político-sociales

a lo largo de los siglos han modelado el actual rostro de nuestras sociedades. Es decir que

el mundo mismo ha evolucionado, y consecuentemente también lo ha hecho el Derecho.

Es nuestra opinión que no es posible una teoría pura del Derecho que sólo considere lo

estrictamente positivo (KELSEN, 1974 págs. 15-16) cuando sucede en la práctica que éste

responde siempre al febril y constante estado de cambio en el que el hombre se halla. Es

así que la transformación del concepto de obligación es sólo la respuesta a tantos impulsos

externos lanzados de todas las direcciones: lo cultural, lo político, lo económico e incluso

los valores morales. “Las relaciones humanas son hoy más ricas y complejas, la

contratación ha asumido múltiples formas nuevas y es mucho más activa que

antiguamente” (VÁSQUEZ OLIVERA, 2004 pág. 17). Vemos pues aquí justificada la

necesidad de evolución en los conceptos, de tal modo que hoy se habla de responsabilidad

únicamente en términos patrimoniales. “Originariamente no se distinguía entre

responsabilidad penal y civil. Tanto el ladrón como el que había pedido prestada una suma

de dinero estaban obligados con su propia persona y reducidos a la condición servil […].

Finalmente, la obligación derivó hacia una responsabilidad puramente patrimonial”(BORDA, 1959 pág. 7).

Hoy mismo al embarcarnos en el estudio de las obligaciones (y de la responsabilidad civil

después) nos hallamos irremediablemente remitidos y limitados a nadar en las aguas de

una de las mayores instituciones dentro del mundo del Derecho Civil: el patrimonio. Ya

10

Page 11: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

dentro de ése estanque, deberíamos hacer una disociación más y abandonar lo que lleva

por nombre ‘derechos reales’, quedando así únicamente la otra importante categoría de los

derechos patrimoniales: los de crédito, “en los cuales el derecho satisface su contenido a

través de otro sujeto” (FUEYO, 1992 pág. 11). Pero entendamos de pronto que dicha

satisfacción no implica la instrumentalización del sujeto a través del cual se la consigue,

pues se tratará siempre de una acción sujeta a ser expresada en términos monetarios.

5. LA OBLIGACIÓN: APROXIMACIONES CONCEPTUALES

Con todo lo anteriormente mencionado, deberíamos ser capaces al fin de emitir algunas

tesis contemporáneas de cómo ver y entender la obligación. Claro que es interesante

mencionar primero que nuestro actual Código Civil no posee una definición expresa, sino

que hay que desprender ésta de una serie de artículos que regulan dicha figura (NUÑEZSÁENZ, 2004 págs. 30-31). Lo que evidentemente no sirve de excusa para no tratar de

delimitar de manera certera a qué nos referimos, más aún si somos conscientes de que no

siempre los conceptos se pueden explicar tomando sólo las normas como base.

En otras latitudes la circunstancia de no contar con una explícita definición normativa sirvió

de estímulo para un estudio intenso y finalmente fructífero. El caso italiano es remarcable:

el profundo debate doctrinario tuvo como consecuencia la elaboración de un concepto de

obligación dogmático que bien podría resumirse así: “es obligación aquella relación jurídica

en virtud de la cual una persona determinada, llamada deudor, está vinculada a un

comportamiento patrimonialmente valorable para satisfacer un interés, aunque no sea

patrimonial, de otra persona determinada, llamada acreedor, la cual tiene derecho al

cumplimiento por parte de la primera” (GIORGIANNI, 1958 pág. 135).

Otros tantos autores, principalmente europeos y de tradiciones jurídicas como la nuestra,

dieron luz a similares definiciones, siempre en la línea de la patrimonialidad: “Las

obligaciones deben producir un resultado económico. Su fin es la transmisión de la

propiedad de cosas corporales, o bien de la concesión del uso de éstas, o (sobre todo en

la vida moderna) servicios materiales o espirituales u otras ventajas. […] Para abarcar todo

ello se adopta la palabra “prestación” […] [la cual] debe tener un valor patrimonial”

(DERNBURG, 2007 págs. 78-79).

Con disquisiciones como las anteriormente mencionadas pareciera suceder que dejamos

en una posición altamente desfavorable al sujeto deudor, máxime si tomamos en cuenta

11

Page 12: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

que todas parecen tratar esencialmente la cuestión de la “deuda”. Y es cierto también que

no podría ser de otro modo, la obligación es necesariamente una relación en la que “se

debe algo”, pero eso no debería confundirnos ni direccionar nuestro pensamiento hacia la

creencia de una supuesta falta de equilibrio entre los sujetos. Tal como sucede que el

obligado deberá pagar su deuda, pasa al mismo tiempo que dicha deuda no será exigida

más allá de los términos acordados previamente. Es decir que debe descartarse cualquier

criterio absolutista y corregirse el aparente desnivel “mediante el reconocimiento de

derechos al deudor y la imposición de deberes al acreedor […]” (FUEYO, 1992 pág. 18).

Y una vez más, todas las definiciones y precisiones que hayamos podido enunciar deberán

trascender el plano formal y hacerse derecho subjetivo para cumplir su razón de ser. Y

esto sólo sucede si “el ordenamiento jurídico no se conforma, por lo general, con imponer

al deudor una obligación y reconocer con ello al acreedor un derecho a la prestación; [sino

que] se preocupa también de que en caso necesario pueda el acreedor realizar su

derecho” (LARENZ, 1952 pág. 27). Y en efecto debe preocuparse de que así sea para que

cualquier construcción conceptual y estructura metodológica sea en verdad útil.

6. ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN

Tal como se mencionó líneas atrás, para hablar de obligación deberían confluir al menos

tres elementos: sujetos, un vínculo y obviamente un objeto que bien podría traducirse

como el hacer algo o no hacerlo. Aunque es claro que la doctrina tiene diversas maneras

de abordar cada uno de esos elementos, existe al menos consenso amplio respecto de la

constitución de un esquema obligacional. Es decir que está largamente aceptado que los

elementos básicos son tres, pero es posible encontrar que muchos autores propugnan más

elementos componentes. Dentro de aquellos podemos nombrar al contenido y la fuente.

No obstante, es cierto que todos aquellos elementos “extra” pueden ser de uno u otro

modo condensados en el esquema de a tres que mencionamos en un inicio. De hecho “[lo

que] pertenece a la esencia de las obligaciones [es:] 1°, que exista una causa de donde

nazca la obligación; 2°, personas entre las cuales se haya contratado [sujetos]; 3°, que

alguna cosa haya sido objeto de la misma” (POTHIER, 1947 pág. 11). Sobre todo si se

pretende no hacer incomprensible una figura tan elemental del Derecho.

Más adelante, cuando tengamos que tratar temar relacionados a la responsabilidad,

habremos de probar que lo propuesto por ese gran jurista francés del S.XVIII sigue vigente

sólo parcialmente, pues hoy no es imposible el concebir el nacimiento de una obligación

12

Page 13: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

ante la ausencia previa de un contrato. Sin embargo, este capítulo ha de tratar de las

obligaciones sólo de modo general y descriptivo, a un nivel elemental que nos permita

comprender después figuras más complejas. Por ello pasaremos, por ahora, sólo a

exponer de qué va cada uno de los elementos constitutivos de un esquema obligacional

primario:

6.1.LOS SUJETOS

Los partícipes de un esquema obligacional podrán ser muchos, pero éstos

necesariamente serán divididos en dos bandos opuestos: el de los que deben y el de

los que exigen el pago de esa deuda. A estas alturas deberíamos haber percibido

también que el fenómeno obligatorio, respecto de dichos sujetos participantes, ofrece

dos aspectos: activo uno y pasivo el otro (DE LA VEGA, 1986 pág. 2). En otras

palabras, sucede que una o varias personas están sometidas al cumplimiento de una

obligación, mientras que otra u otras se hallan en la posibilidad de exigir/demandar

dicho desempeño. La doctrina ha denominado a los primeros como sujetos pasivos o

deudores, en tanto que los segundos serán los sujetos activos o acreedores

(LLAMBIAS, y otros, 1981 pág. 14).

6.1.1. SOBRE QUIÉNES PUEDEN OBLIGARSE

Pareciera ser obvia la cuestión sobre quiénes podrán ser determinados como

sujetos de obligación, pero cabe la posibilidad aún de hacer una elemental distinción

que bien podría ser ignorada: no basta con sólo el poseer la capacidad y libertad de

obrar para contraer obligaciones. Puesto de otro modo: no todo aquel que obra

actúa. “Naturalmente, el mero hecho de pertenecer a la especie humana no confiere

automáticamente idoneidad suficiente para ser sujeto de obligaciones. Es necesario,

además, que los miembros de la relación obligatoria sean capaces [las cursivas son

nuestras] de contraer de adquirir o ejercer derechos, o bien de contraer

obligaciones, según las normas que rigen la materia de la capacidad jurídica” (DELA VEGA, 1986 pág. 3).

Del mismo modo, lo previamente mencionado no resta nada a la posibilidad de que

sean personas jurídicas las que tomen un papel activo o pasivo cuando de

obligaciones se trata, máxime en estas nuestras sociedades capitalistas donde las

relaciones comerciales son cada vez mayores.

13

Page 14: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

6.1.2. SOBRE LA DETERMINABILIDAD DE LOS SUJETOS

Cuestión dubitable presente en muchos textos es la afirmación, a nuestro parecer

no firmemente establecida, de que dichos sujetos han de ser sólo determinables. A

raíz de tal falta de contundencia nos parece más lógica la posición de Giorgianni,

quien expresa que dichos sujetos han de ser siempre claramente determinados.

Esta reivindicación se nos hace innegable si tomamos en cuenta lo siguiente: cada

hipótesis lanzada para defender la postura de la suficiencia de la determinabilidad

tiende finalmente a fracasar, esto en el sentido de que en cada caso se termina por

“individualizar” eventualmente tanto al sujeto pasivo como al activo (GIORGIANNI,1958 págs. 46-60).

Ejemplo: Podría darse la situación de que un deudor se comprometa a pagar algo a

X o a Y dadas ciertas condiciones (en realidad podríamos tener todo el alfabeto

como posible “acreedor”), lo que de por sí hace que la obligación exista; sin

embargo, sólo hasta que se realice el pago se sabrá a ciencia cierta sobre quién (X,

Y, Z…) recaería dicho desembolso. Es decir que debería ser siempre posible llegar

a fijar con certeza de quién se habla pues dicha “indeterminación” es todas las

veces, y en el peor de los casos, únicamente pasajera. Es más, dicha supuesta

indeterminación temporal deberá alcanzar únicamente al sujeto pasivo pues “[s]i la

incertidumbre afecta al deudor, la obligación carece de eficacia y no surte efecto

alguno” (WAYAR, 2004 págs. 97-98).

6.1.3. DE LA PARIDAD DE DERECHOS Y DEBERES DE LOS SUJETOS

Ya lo habíamos mencionado someramente, pero vale la pena aclarar que en estos

días se ha visto ampliamente superada la inicial concepción romana de obligación:

aquella en la que aparentemente se generaba una sumisión excesiva por parte del

que debe respecto al que se le debe. “La relación-vínculo debe presuponer un

intercambio, un cierto flujo y reflujo […]. Conforme a lo dicho, se reconoce al deudor

el derecho a exigir que el poder del acreedor no exceda el contenido y límites

establecidos” (FUEYO, 1992 pág. 40). Esto se traduce también en la posibilidad del

deudor de liberarse de su inicial obligación una vez cumplida efectivamente la

prestación a la que se comprometió.

6.2.DEL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN

14

Page 15: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

Ya hemos venido expresando una idea recalcitrante respecto de las obligaciones, la

cual dice que “[e]n virtud de la relación obligatoria, el deudor está sujeto al

cumplimiento de una prestación, de un acto humano. Esa acción u omisión que el

acreedor tiene derecho a exigir de la persona obligada constituye el objeto de la

obligación” (DE LA VEGA, 1986 pág. 4). Es decir que el objeto de la obligación es

aquello “exigible” al que debe por parte de su acreedor.

6.2.1. EN QUÉ CONSISTE EL OBJETO: LA PRESTACIÓN

Ahora bien, dado que nos referimos previamente a la patrimonialidad de la

obligación, podría surgir una mala comprensión: no significa esto que dicho “objeto”

sea siempre algo fiduciario, sino que también podría ser una acción y por qué no el

dejar de hacer algo. Es decir que hablamos siempre de una prestación que bien

podría ser traducida en dinero, de eso se habla cada vez que se menciona la

patrimonialidad.

Aunque también es posible encontrarnos con autores que desestiman de plano que

sea necesaria dicha condición respecto del objeto de la obligación, es decir que

consideran que “todo comportamiento, aún cuando fuera patrimonialmente

valorizable y capaz de satisfacer el interés (incluso no patrimonial) [las cursivas son

nuestras], de otro sujeto, puede constituir el contenido de la prestación del deudor”

(GIORGIANNI, 2007 pág. 94).

Dicha prestación debería poder traducirse en uno de tres supuestos: el dar algo, el

hacer algo o en su defecto el no hacerlo. Esto es lo que propugna el grueso de la

doctrina, aunque parece más sensato y simple hablar de prestaciones positivas (el

dar debería entenderse así) y negativas, siendo las primeras todas aquellas

referidas a un hacer, en tanto que las segundas apuntan a no hacer (PLANIOL, yotros, 1996 pág. 613). Esto último genera la posibilidad de que un deudor, en pos

de cumplir su obligación, tenga que hacer algo y dejar de hacer después: eso es lo

que se denominaría “prestación compleja” (DE LA VEGA, 1986).En todo caso parece ser que lo más importante con referencia a la prestación es

que “tiene por finalidad una satisfacción de necesidades, o anhelos de la vida, con

carácter de patrimoniabilidad” (FUEYO, 1992 pág. 28)

6.2.2. CONDICIONES DEL OBJETO

15

Page 16: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

Resulta evidente que nadie estaría obligado a realizar un imposible, y esa es

precisamente una de las condiciones del objeto en una relación obligacional.

Aunque es preciso mencionar que dicha imposibilidad ejecutoria debe resultar de la

propia complicación de llevar a cabo la prestación y nunca de una situación

generada por el propio deudor. Cuando sucede que no se puede dar la prestación, y

eso es atribuible al sujeto activo, entonces hablaremos de indemnización porque no

se cumplió con las expectativas exigibles del acreedor aún cuando existía una

obligación.

Asimismo, cualquier prestación en la que pueda consistir el objeto debería ser en

principio legal: “una prestación antijurídica es inexigible, porque el vínculo de

derecho que sanciona las obligaciones y, de modo particular, la acción que protege

al acreedor, sólo garantizan, por definición, la satisfacción de intereses legítimos”

(DE LA VEGA, 1986 pág. 6).

Finalmente está el hecho de que toda prestación debería ser valorada

monetariamente, esto para cumplir con la patrimonialidad en el sentido de que si el

interés del acreedor no se viera cumplido (es decir que el deudor no cumple con la

obligación), entonces debería ser posible resarcir dicha omisión en la prestación a

través de una compensación en dinero. De ahí resulta que la obligación tiene

siempre un valor económico (DE LA VEGA, 1986 pág. 6). Esto como consecuencia

obvia del progreso en paralelo del Derecho y las Sociedades, así como se

fundamenta en la supresión de hábitos excesivamente punitivos, hasta el punto de

proscribir esa arcaica costumbre de obligar incluso a la propia persona y su

integridad física.

6.3.SOBRE EL VÍNCULO DE LAS OBLIGACIONES

Ya mencionamos antes que este vínculo es jurídico, lo que de por sí implica que está

“admitida, regulada y amparada por el Derecho” (FUEYO, 1992 pág. 29), y que esto a

su vez genera consecuencias sumamente importantes dentro de la relación obligatoria.

Sin ir muy lejos nos lleva a una conclusión: siempre y cuando se trate de un acuerdo

libre y legal entonces el deudor deberá cumplir su obligación, cabiendo la posibilidad de

que sea el sistema jurídico quien lo obligue a ello. Esto último sucede únicamente

cuando el deudor haya incumplido inicialmente con su pactada obligación (WAYAR,2004 págs. 114-120).

16

Page 17: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

6.4.SOBRE LOS OTROS ELEMENTOS OBLIGATORIOS

Incluso en la doctrina nacional es posible toparse con autores que propugnan que son

más de tres los elementos esenciales que conforman un esquema obligatorio. Así

tenemos la siguiente posición respecto de la “causa”:

Consideramos imprescindible referirnos a los alcances de la causa como elemento de las

obligaciones. Nadie duda que en el Derecho moderno la causa eficiente o fuente de las

obligaciones está constituida por la voluntad y por la ley. […] El tema es singularmente más

complejo si se analiza la causa de la obligación en su sentido de causa final o legal. La

causa responde, en esta acepción, a la pregunta ¿por qué se debe?; a diferencia del

consentimiento, que responde al interrogante ¿ha querido deber?; y al objeto, que responde

a la pregunta ¿qué se debe? La causa de la obligación es, pues, un elemento distinto al

consentimiento y al objeto. La causa de la obligación es la razón por la cual asume su

obligación el contratante. Ella es siempre abstracta, desligada de la personalidad del

contratante, idéntica para cada categoría de contrato. Se diferencia, desde luego, de la

causa del contrato, que es la razón, la finalidad o el móvil que determina a cada uno de los

contratantes a concluirlo (OSTERLING, 2007 pág. 37).

Posiciones como la antes citada no son escasas, todo lo contrario. Y es que es

innegable que en estos tiempos el estudio del Derecho y de muchas de sus

instituciones ha logrado niveles excepcionales, por lo que se llegan a determinar más

elementos constitutivos cruciales. Tal es el caso de la causa-fuente a la que hacía

referencia Osterling, pero en principio consideramos que no aporta mucho a los

objetivos del presente capítulo el enumerar todas las demás posibles figuras que

pueden constituir un esquema obligacional. Por razones de tiempo y espacio elegimos

tratar únicamente un esquema básico, tal como dejamos en claro algunas páginas

atrás. Elementos extrínsecos de suma importancia como la fuente obligacional serán

tomados en cuenta más adelante.

CAPÍTULO II: DE LAS OBLIGACIONES Y LA RESPONSABILIDAD CIVILHicimos caso al método propuesto por un jurista francés del siglo pasado para determinar

el orden esquemático de la presente investigación, al menos en lo que a parte de nuestros

dos primeros capítulos concierne. De ahí que nuestra tarea inicial fuera el presentar los

17

Page 18: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

elementos que componen una relación obligatoria y en general cuáles son las definiciones

de obligación.

Entonces, habiendo desarrollado ampliamente dichas nociones en el capítulo previo,

pasaremos ahora a elucidar cómo la responsabilidad se corresponde profundamente con

las obligaciones. Pues una vez que conozcamos qué es una obligación podremos

establecer sus efectos. Y solamente después de tener la noción total de obligación se debe

pasar a estudiar las fuentes de las que éstas derivan (PLANIOL, y otros, 1996 pág. 766). Después podremos observar que dicha relación es en verdad tan intensa que no parece

posible concebir la responsabilidad civil sin haber entendido de antemano lo que son las

obligaciones, pues es innegable que ellas son presupuesto de la atribución de

responsabilidades en el campo del Derecho Civil. Finalmente, habremos de embarcarnos

en la labor de edificar alguna noción de responsabilidad civil partiendo de aquello que dice

la doctrina sobre este siempre interesante tópico.

1. LAS OBLIGACIONES COMO PRESUPUESTO DE LA RESPONSABILIDAD

Partamos de aquella idea previamente enunciada y que carece aún de comprobación: la

responsabilidad civil surge, en principio, del incumplimiento de una obligación, aunque la

misma podría ser duramente debatida más adelante. Sin embargo, por ahora es todavía

prematuro el desprenderse del concepto de obligación, pues seguiremos la línea

presentada en pos de argumentar y comprender exitosamente cómo es que en efecto

existe un “binomio débito-responsabilidad” (ESPINOZA, 2005 pág. 9). Claro que a lo mejor

deberíamos explicar a qué se refiere el autor citado, pues cuando expresa el término

‘débito’ no hace otra cosa que hablar de la obligación, al menos de una de sus

componentes ya que “la palabra obligación equivale a estas otras dos: crédito y deuda

reunidas” (PLANIOL, y otros, 1996). En todo caso profundicemos más en cómo surge una

a raíz de la otra:

1.1.DE LOS EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES

El estado de sujeción en el que se halla el deudor por haberse obligado forja diversas

consecuencias, una de vital interés es que le genera derechos al sujeto activo. Estos

derechos serán inherentes a la cualidad de acreedor en vista de que ‘se le debe’. Así

tenemos: “1. El derecho de exigir, hasta donde es posible, la ejecución forzosa; 2. El

derecho de obtener una indemnización en efectivo […] en caso de incumplimiento o

inejecución; 3. El derecho de ejercer ciertas acciones destinadas a conservar intacto el

18

Page 19: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

patrimonio del deudor, considerado como prenda del acreedor” (PLANIOL, y otros,1996 pág. 615). Esos son simple y planamente los derechos adquiridos por el

acreedor, en función de la obligación asumida por el deudor, siempre y cuando nos

hallemos ante la existencia de una obligación perfecta, la cual presupone concurrentes

cada uno de los elementos constitutivos antes mencionados en el primer capítulo.

Como bien puede evidenciarse, sólo aquellas relaciones obligatorias normales serán

capaces de producir todos los efectos legales correspondientes, y sólo entonces

podemos realmente encontrar aquello que la doctrina denomina “obligación civil”

(PLANIOL, y otros, 1996 pág. 615).

1.1.1. EL DERECHO DE OBTENER UNA INDEMNIZACIÓN EN CASO DE

INCUMPLIMIENTO O INEJECUCIÓN

Éste acápite concentrará su atención en aquel segundo efecto señalado por Planiol,

pues creemos que es allí donde podemos localizar el inicio de la posterior

construcción conceptual de responsabilidad. Es desde el momento en que se

incumple una obligación previamente pactada que se da surgimiento a la

responsabilidad. Sucede que “cuando el deudor incumple, incurre en

responsabilidad y se expone a las acciones del acreedor” (MENGONI citado por ESPINOZA, 2005, pág. 32). Este incumplimiento o inejecución se puede entender

también, por extensión, cuando la parte deudora llevó a cabo la prestación de modo

no diligente, es decir que no logró satisfacer de modo adecuado el interés de su

acreedor en los términos señalados con anticipación. Salvo se presenten aceptables

justificaciones la regla general debería ser que: el no atender satisfactoriamente a

las expectativas generadas es incurrir de alguna manera en responsabilidad. Más

adelante podremos emitir algunos criterios para determinar qué es aceptable en

materia de descargos, es decir qué eventos o situaciones podrían eximirnos de

responsabilidad.

1.1.2.EL DERECHO DE EXIGIR, HASTA DONDE ES POSIBLE, LA EJECUCIÓN

FORZOSA

Ya le habíamos arrogado al acreedor éste derecho, y en verdad se lo atribuyó

enunciativamente un jurista francés que citamos previamente. El caso es que sí

resulta convincente y razonable el compeler al sujeto deudor a crecer en sus

esfuerzos por cumplir con su obligación asumida. Es decir que no carece de sentido

19

Page 20: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

el pensar que nuestros acreedores deberían poder, en efecto, ejercer la potestad de

constreñirnos sensatamente a ejecutar lo que se había pactado. Los bienes del

deudor se “perseguirán forzadamente para la obtención del cumplimiento, no

interesando el concurso del deudor, ni pudiendo éste resistir normalmente con su

posición arbitraria a la acción del deudor” (FUEYO, 1992 pág. 36). Lo que se

traduce manifiestamente como poseer y poder desplegar el derecho de exigir hasta

donde sea razonable la ejecución, incluso forzosa, de aquella prestación prometida.

1.1.3. APLICACIÓN PRÁCTICA

Esto en la realidad podría darse de mil y una maneras distintas, si pensamos en un

caso específico sencillo tendríamos: Aquel contrato de obra en el que se hubiera

requerido los servicios de una empresa constructora que debía encargarse de las

refacciones sanitarias de un edificio, y suponiendo que la misma hubiera llevado a

cabo dichos trabajos fuera del plazo establecido en el contrato, pues entonces nos

hallaríamos ante un claro ejemplo de incumplimiento de una obligación asumida.

Todas las posteriores consecuencias negativas atribuibles a la poca diligencia de la

empresa constructora podrían ser sustento de una demanda indemnizatoria. De eso

se trata en resumidas cuentas, de brindarle alguna clase de alivio a los problemas

generados por aquellos que defraudan nuestras expectativas oportunas, es decir

aquellas acciones que teníamos derecho a esperar porque habían sido previamente

establecidas. Así creemos se debe abordar la responsabilidad civil.

1.2.LAS FUENTES OBLIGACIONALES Y LA RESPONSABILIDAD

Ya hemos estudiado qué efectos produce el vínculo jurídico obligatorio, y hemos estado

asimilando cómo dichas consecuencias bien pueden justificar y, más bien, ser la piedra

Rosetta de la responsabilidad. Es decir que un concepto a lo mejor resultare

incomprensible sin la previa aclaración del anterior. Pues bien, resulta igual de

importante el determinar cuáles son las fuentes de obligaciones para terminar de cerrar

esta idea de presupuestos y consecuencias, esto es: que la obligación y la

responsabilidad son figuras así relacionadas. En esa línea argumentativa se hace

patente el ensayar algunas clasificaciones diversas respecto de lo que históricamente

se ha considerado como fuentes de obligaciones. Dado que también aquí hay sendas

cuestiones inconclusas, o al menos debatidas.

1.2.1.CLASIFICACIÓN CLÁSICA O TRADICIONAL

20

Page 21: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

Sucede que a lo largo de un período extenso de tiempo, que incluye incluso gran

parte del siglo pasado, se dio como cierto e indiscutible el antiguo modelo taxativo

romano. Dicho modelo identificaba como fuentes a los contratos, los delitos, los

cuasi-contratos y finalmente los cuasi-delitos (TOLA, 1997 págs. 17-40). Evidentemente la propia codificación jurídica romana conservada hasta nuestros

días enuncia aquellas mismas posibilidades a partir del Libro III Título XIII y ss.

(JUSTINIANO, 2004).

1.2.1.1.DE LOS CONTRATOS Y CUASI-CONTRATOS

Sucede que los romanos tenían una concepción en líneas generales similar a la

nuestra en lo que a contratos se refiere, motivo por el cual no se hace

preponderante el explicar ampliamente dicha noción. Sin embargo, mantenían

una figura denominada ‘cuasi-contrato’ que trataremos de explicar con un

ejemplo: si un día cualquiera llegara a nuestro conocimiento que se va a ejecutar

el embargo de los bienes de nuestro querido vecino, y estuviera en nuestras

manos el realizar el pago de esa deuda, que para efectos de este caso debería

ser una muy pequeña de tal modo que nos parezca casi arbitrario que se le

fueran a embargar los bienes al vecino referido y pudiera ser, en la lógica de

cualquier buen samaritano, más razonable el cancelarla, entonces nos

hallaríamos la figura que referimos. En éste caso específico podríamos señalar

que se trata de una ‘gestión de negocios’, término acuñado en la codificación

romana, y a su vez fuente de obligación en tanto aquel vecino deberá restituirnos

lo que hubiéramos pagado en su nombre buscando únicamente su beneficio,

pues esa era en cierto modo una de las condiciones de que dicha obligación

surtiera efecto. En otras palabras, si al cancelar la deuda del vecino se nos

hubiese generado alguna clase de dividendo personal entonces no se habría

generado una relación obligatoria y no podríamos demandar el pago realizado,

pues así lo entendían los romanos (ARIAS R., y otros, 1986 págs. 667-670).

1.2.1.2.DE LOS DELITOS Y LOS CUASIDELITOS

Siguiendo una vez más el denominado sistema tradicional podemos decir que

“los delitos y los cuasidelitos difieren de las dos fuentes anteriores en virtud de

ser hechos ilícitos” (PLANIOL, y otros, 1996 pág. 767). Ello podía desprenderse

básicamente de la nomenclatura, pero tienen también adicionales diferencias

21

Page 22: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

objetivas y subjetivas. Esto último porque estaban prohibidos por ley, debido

claro a que suponían la generación de un daño a un tercero, por consiguiente se

le “impone a su autor la obligación de reparar el mal causado” (PLANIOL, y otros,1996 pág. 767). Tomando una vez más como base la codificación del

Emperador Justiniano, se pueden inferir que los delitos diferían de los cuasi-

delitos de acuerdo a una ejecución consciente y con ánimo dañoso que se dice

poseía sólo la primera fuente, en cambio los otros presumían que el daño

hubiera sido causado “por inexperiencia o negligencia” (PLANIOL, y otros, 1996).

Pues bien, esa era más o menos la clasificación de fuentes que llegaron hasta estos

tiempos contemporáneos, sistema en general obsoleto pues ha sido condensado y

repensado. Es así que el grueso de la doctrina acepta como fundamento de las

nuevas clasificaciones aquella expedida por los romanos, le otorga los debidos

respetos y consideraciones, pero prefiere eliminar ciertas figuras desfasadas y emitir

un nuevo sistema taxativo cargado de racionalidad y por ello más acorde a nuestros

ordenamientos jurídicos modernos.

1.2.2.SISTEMA RACIONAL

Dicen muchos juristas que la clásica clasificación de fuentes obligacionales que

imperaba en la época romana es insuficiente, viciosa y superficial. Agregan también

que “[e]n sentido estricto todas las obligaciones se derivan únicamente de dos

fuentes: el contrato y la ley” (PLANIOL, y otros, 1996). De los contratos no se podría

decir mucho pues es en realidad un concepto simple aunque extenso debido a su

inmensurable protagonismo como fuente primordial de las obligaciones (POTHIER,1947 pág. 11). Ello es ampliamente conocido y por la breve extensión de éste

trabajo no podríamos hacer más que enunciarlo, además de prometer que luego, en

nuestro tercer capítulo, profundizaremos más sobre el asunto al tratar temas de

responsabilidad contractual. Sin embargo, el decir que la ley es fuente de

obligaciones parece más interesante, pues:

“En ausencia de un contrato, la única causa del nacimiento de obligaciones es la ley; si

el deudor está obligado no es porque lo haya querido, ni siquiera ha pensado en ello, e

incluso cuando lo hubiera querido, su voluntad sería impotente para obligarlo, puesto

que, por hipótesis, estaría aislada y no respondería a la de su acreedor; si la obligación

existe, se debe únicamente a que el legislador lo quiere. En consecuencia, la fuente de

22

Page 23: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

todas las obligaciones no convencionales es la ley; son obligaciones legales” (PLANIOL,y otros, 1996).

En suma, y para cerrar el punto de las fuentes obligacionales y responsabilidad, sea

cual sea la clasificación elegida, lo importante es comprender que las fuentes marcaran

inevitablemente el albur de la responsabilidad surgida en tanto es desde ahí mismo que

se empieza a edificar aquel viejo, y quizá sólo pretendido, antagonismo entre lo que

viene a denominarse responsabilidad civil contractual y la otra conocida como

responsabilidad civil extracontractual. Dichos temas serán tratados largamente en

nuestro capítulo final, pero parecía acertado ir dándole un fin práctico a tanta

construcción dogmática.

2. DOS FIGURAS SUCEDÁNEAS Y LA INSTRUMENTALIDAD

En el pequeño caso práctico que inventamos líneas arriba (el del contrato de obras que se

ejecutó a destiempo) se puede apreciar en qué consiste la responsabilidad civil, y cómo

ésta nace del incumplimiento de una obligación, ahí surge ésta figura jurídica. “La

responsabilidad patrimonial no es elemento constitutivo de la obligación y es externa a la

estructura de ésta; pero no es ajena a la obligación, estando vinculada por una puntual y

relevante relación de instrumentalidad” (GIORGIANNI citado por ESPINOZA, 2005 pág. 33). La responsabilidad ciertamente representa un estadío posterior y sólo consecuente de

la inejecución de una obligación. Así como es correcto el afirmar vehementemente que no

son un concepto único pues “la responsabilidad es (cronológicamente) un posterius al

débito” (ESPINOZA, 2005 pág. 38), parecería también acertado atribuirle una función

instrumental, tal como dicen algunos juristas italianos, para salvaguardar los intereses

patrimoniales de aquel que se verá afectado por el incumplimiento de la obligación. No

obstante es posible encontrar autores que claramente difieren con dicha posición:

“[N]o puede ser considerada a nuestro juicio como una garantía en sentido propio la

responsabilidad patrimonial del deudor o el poder que los acreedores tienen para ejecutar sobre

los bienes del deudor su derecho de crédito. La responsabilidad del deudor no constituye, en

rigor, ningún contenido especial del crédito, ni tampoco ninguna fuerza especial de refuerzo,

sino que es algo inherente al crédito mismo, al que nada añade” (DÍEZ PICAZO, 1994 pág. 61).

Es decir que el autor español citado considera que sólo de modo ontológico, dicho de otra

manera: únicamente de modo relativo se podría considerar a la responsabilidad como

instrumento tutelar que pretenda evitar la lesión de los derechos de crédito, lo que se

23

Page 24: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

podría corresponder íntimamente con las funciones que cumple precisamente ésta figura

jurídica desde la propia construcción dogmática erigida a su alrededor. Dichos fines serán

tratados extensivamente más adelante, pero sí es adecuado adelantar que consideramos

la responsabilidad sirve en cierta medida para resguardar y/o proteger el derecho de

crédito de los acreedores, en claro sentido patrimonial evidentemente.

Y sobre esa línea dice otro autor chileno: “Sólo cuando el acreedor fracasó en su intento de

hacer efectivo su crédito a través de la actividad personal del deudor, entra en juego la

responsabilidad patrimonial que, concebido [sic] de este modo, está reforzando la situación

jurídica del derecho de crédito” (FUEYO, 1992 pág. 33). Con todo ello en mente se puede

lograr dar sentido al título de este punto.

3. DE LA HOY DENOMINADA RESPONSABILIDAD CIVIL Y EL DERECHO

A pesar de que dejamos en claro desde un inicio que a la presente investigación le atañe

únicamente la responsabilidad como figura jurídica inserta en el Derecho Civil, nos parece

adecuado hacer algunas aclaraciones preliminares. Esto último porque históricamente la

responsabilidad ha sufrido notables cambios, específicamente nos referimos a su

bifurcación material-conceptual dentro del Derecho: antiguamente, en épocas arcaicas, era

aún posible el tener que responder con la propia vida, al menos así se desprende de

antiguas expresiones jurídicas romanas como las XII Tablas. Existían ciertas sanciones

que comprometían la integridad física: la responsabilidad generada por el incumplimiento

de una obligación podía ser sancionada con latigazos. Es decir que las obligaciones y la

responsabilidad debieron originarse en los delitos inicialmente (BONFANTE, 1965).

El autor italiano parece tener razón en su postulado, pero es necesario contextualizar los

hechos de tal modo que se halle mayor sentido a nuestra preliminar exposición: sería

inaudito negar la existencia temprana de lo que hoy conocemos formalmente como

Derecho Penal, éste existió probablemente desde el inicio mismo de la convivencia social

humana. No obstante, incluso en la época imperial romana aún se carecía de ese modo

moderno de codificar que ostentamos en nuestros días, entonces no se hacía ninguna

clase de estricta división, se entendía al Derecho como único. Así podemos decir que “lo

delictual en el Derecho Romano fue resultado de las prespcripciones de la Ley de las XII

Tablas y de la Ley Aquilia, pero muy lejos de lo delictual que posteriormente vendría a ser

el fundamento de la responsabilidad penal […], la evolución de lo jurídicamente imputable

24

Page 25: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

se fue perfilando hasta dejar de ser una responsabilidad personal y tornarse en una

responsabilidad patrimonial” (VIDAL RAMÍREZ, 2006 pág. 204)

Es por todo eso que acabamos de mencionar que Bonfante tiene razón y a la vez no: es

posible rastrear los orígenes de figuras hoy concernientes casi de modo exclusivo a

nuestro Derecho Civil, pero únicamente porque en el propio proceso evolutivo éste se fue

haciendo más específico. Si las revoluciones industriales consagraron la división del

trabajo como el camino a seguir, sucedió algo similar con el estudio de la ciencia jurídica.

Por ello consideramos que no es que realmente existan muchos Derechos, es sólo

respecto de su estudio, y para darle un orden sistemático, que se hacen tales divisiones.

4. NUESTRO CONCEPTO DE RESPONSABILIDAD

Entonces con todo eso en mente podemos realmente ahora empezar a definir éste tema

dentro de los márgenes estipulados. Hemos adelantado que responsabilidad en el campo

del Derecho Civil podría entenderse en líneas generales como aquella posibilidad de

obtener una retribución por nuestras expectativas defraudadas, dejando en claro primero

que dichas esperanzas podían y debían efectivamente ser satisfechas en tanto eran objeto

de una obligación que alguien asumió y no ejecutó diligentemente o sencillamente

incumplió. Ésta construcción no es dogmática, es nada más una aproximación nuestra

fruto de la concienzuda lectura de lo que dicen muchos autores. Luego emitiremos

definiciones más precisas, pero consideramos interesante primero el exhibir ciertas

consideraciones, a modo de directrices, que utiliza la doctrina para conceptualizar la figura

jurídica de la responsabilidad civil. Pues una vez sentado el hecho de que la obligación es

madre de la responsabilidad, debemos empezar a darle aquel sentido práctico que hemos

intentado dotar a cada concepto y noción presente en ésta investigación. De esa idea

surge nuestro siguiente punto.

5. NOTA FINAL

Así podemos empezar a cerrar este capítulo, con la esperanza de que el lector sea capaz

de soslayar nuestras deficiencias metodológicas o los probables enredos expositivos. Fue

hasta ahora tarea nuestra el edificar una lógica relación causal entre las dos figuras que

hemos estado estudiando: las obligaciones y la responsabilidad. De hecho, nuestros dos

primero capítulos las tuvieron como protagonistas, en especial el segundo pues ahí

establecimos cómo es que una es madre de la otra. Sin embargo, de ahora en adelante

25

Page 26: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

nos enfocaremos casi exclusivamente en la responsabilidad civil, y empezaremos a tratar

de cumplir, en el desarrollo de nuestro capítulo final, algunos compromisos asumidos

muchas líneas arriba.

CAPÍTULO III: RESPONSABILIDAD CIVIL CONTEMPORÁNEA

Decidimos nombrar así a nuestro capítulo final en honor a un libro que lleva el mismo título.

Dicha publicación es realmente interesante y nos fue de suma importancia en la

elaboración de la presente investigación: sus aportes conceptuales y su vasta cantidad de

autores hizo que fuera de agradable lectura y abundante en posturas muchas veces

contrapuestas. Hecho que nos hizo reflexionar respecto de la tarea de la doctrina jurídica,

que no es pequeña, ni mucho menos despreciable, pues bien sabemos que su objetivo es

siempre el progreso del Derecho. Quizá no se plasme, pero la intención está presente, más

si tomamos en cuenta la innegable influencia que ella ejerce en los ordenamientos

jurídicos.

Es gracias a esa doctrina que pudimos procesar grandes cantidades de información y

confeccionar nuestras propias opiniones, así como se nos brindaron los suficientes

elementos para elaborar una probablemente inconclusa tentativa de debate respecto de los

fundamentos para mantener o desterrar la hasta ahora vigente bifurcación de

responsabilidades: la contractual por un lado y la extracontractual por el otro. Dicha

clasificación despierta marcados antagonismos, y a su vez claras consecuencias disímiles.

Así que no demoraremos más en embarcarnos en la búsqueda conceptual de la

responsabilidad civil contemporánea y en el mismo proceso tentaremos el análisis de

algunas de sus funciones, pues como ha sido propuesta de la presente investigación: es

siempre encomiable el otorgar algún fin práctico al Derecho.

1. ETIMOLOGÍA

A pesar de que ya hemos ido emitiendo algunas nociones generales de lo que es

responsabilidad, se hace manifiesta la importancia de volver hacia el pasado, hacia los

orígenes etimológicos mismos de ésta dicción:

“La expresión responsabilidad civil no fue utilizada en Roma. Sin embargo, para encontrar su

origen y significado hay que recurrir al vocablo responsabilidad cuya etimología le da como

contenido la raíz latina spondere que tenía como acepción prometer, comprometerse, ligarse

26

Page 27: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

como deudor. Por eso cuando en Roma la promesa o el compromiso no eran cumplidos, o la

deuda no era solventada, spondere derivaba en respondere, de la que a su vez derivaba

responsus, responsum, lo que conduce, etimológicamente, a la idea de la responsabilidad

vinculada a una relación jurídica preexistente” (AGUIAR DIAS citado por VIDAL RAMÍREZ, 2006 pág. 203-204).

2. EL DEBATE INCONCLUSO

Existe aún un una intensa discusión doctrinaria respecto de la conceptualización de

responsabilidad y especialmente de cómo se expresa la misma en los textos legales de los

Códigos Civiles. Nuestro país no es la excepción ni mucho menos. “Es sabido que, la

responsabilidad Civil ha sido dividida, principalmente, en responsabilidad contractual y

responsabilidad extracontractual. En el primer supuesto, la responsabilidad surge del

incumplimiento de una obligación contractual creada por el contrato; y en el segundo la

obligación de indemnizar nace de la trasgresión del deber genérico que tiene toda persona

de no causar daños” (DE LOS MOZOS, y otros, 2006 pág. 10). Dado que no queremos

llenarnos de prejuicios innecesarios decidimos que por ahora basta con tal definición que

engloba la originaria diferenciación entre las responsabilidades, por lo que pretendemos

más bien ir analizando si ésta es justificada de acuerdo a algunas principios y funciones

que en teoría cumple la una y la otra. Del mismo modo abordaremos sus presupuestos,

con la esperanza de encontrar luces que permitan posicionarnos finalmente en alguno de

los bandos que conforman el debate.

3. TEORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Es verdad que sólo hemos emitido personales modos de entender la responsabilidad, pero

no es imposible analizar qué se pretende con dicha figura jurídica si ya se ha interiorizado,

al menos parcialmente, de qué va. Sobre todo si tenemos en cuenta que es “consustancial

al ser humano el responder de sus acciones y de sus consecuencias necesarias u

objetivamente previsibles” (FUEYO, 1992 pág. 336), lo que implica de por sí que “no puede

desligarse de su acción ni de las consecuencias a él imputables, considerándolas como

algo externo a él, sino que en su propia conciencia las ha de admitir como suyas y ha de

tomarlas a su cargo, ha de responder por ellas [las cursivas son nuestras]” (LARENZ, 1958pág. 191). Entonces, si ya dejamos en claro que el incumplimiento de la obligación, que

era patrimonial por la prestación positiva o negativa (PLANIOL, y otros, 1996 pág. 613), era la raíz de la responsabilidad, parece sensato creer que cualquier responsabilidad

27

Page 28: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

surgida debería también ser válidamente expresada en términos monetarios. “El dinero es

una medida común de valores, y con ella ha de medirse el daño” (FUEYO, 1992 pág. 337). Lo que termina siendo expresado por algunos autores como la comprobación de que ante

el daño a un patrimonio el encargado de restituirlo es del mismo modo otro patrimonio:

enunciado en exceso formalista a nuestra opinión, una vez tomado en cuenta el hecho de

que la ciencia jurídica es también una ciencia social o al menos debería aspirar a serlo.

Pues bien, respecto de toda cuestión se puede teorizar, pero esta tarea probablemente

sólo llegue a ser fructífera y práctica si somos capaces de brindar solución a algún

problema de la realidad. En el Derecho no ha de ser distinto, y menos cuando se teoriza

sobre la responsabilidad civil. En esa línea, el primer paso debiera ser siempre el

“identificar los conceptos centrales del Derecho de Daños, y suministrar una explicación de

su contenido y sus relaciones internas” (COLEMAN, y otros, 2012 pág. 27). Es decir que

se deben buscar los conceptos cruciales para postular alguna especie de función, de

finalidad o meta, que en última instancia y deseablemente debiera ser el resolver algún

problema social. Teorizar sin ese propósito parece una tarea fútil. “Una teoría no es un

reflejo exacto de la realidad. Una teoría siempre es una abstracción. Considera algunos

aspectos de la realidad que son relevantes y desecha los que no lo son” (SALAS DÍAZ,2014)

Pero, ¿qué es crucial? Pues bien, eso depende mucho de lo que cada autor ve en la

responsabilidad. Las razones varían de acuerdo a “las teorías que ven la responsabilidad

civil como una herramienta para resolver un problema social en particular, y las que la ven

como una forma de expresar o incorporar ciertos principios e ideas morales

fundamentales” (COLEMAN, y otros, 2012).

Entonces tenemos por un lado a los que propugnan que los gastos que se generan de la

responsabilidad, como los que generan los accidentes por citar un ejemplo, deben ser

distribuidos. Mientras que hay otros cercanos a esta posición, pero más centrados en

lograr alguna especie de equidad en dicha distribución. Es decir que parecen hallarse en la

búsqueda del punto medio entre eficiencia y equidad (COLEMAN, y otros, 2012). Éste

enfoque parece ser parcializadamente económico y no son pocos los autores que lo

defienden, así tenemos unos que buscan funciones específicas a la responsabilidad:

“Desde una aproximación funcionalista la respuesta a esta pregunta [sobre el vínculo

28

Page 29: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

causal de la responsabilidad] pasa por definir qué función específica es desarrollada por la

relación de causalidad. Esto es definir cuál es el efecto económico y social perseguido a

través de un daño a aquel que lo causó y no a cualquier otro [las cursivas son nuestras]”

(BULLARD, 2009 pág. 479)

Del otro lado de la acera parecen ir los que, sin desdeñar de plano teorías que se

fundamentan en el análisis económico del Derecho, creen que el Derecho de Daños “se

comprende mejor como una forma de expresar o realizar ciertas exigencias de moralidad o

de principios políticos de justicia” (COLEMAN, y otros, 2012). Además de aquellos que

propugnan otra clase de teorías que se corresponden con otras “funciones dominantes: la

finalidad solidarístico-compensatoria y la finalidad punitiva” (FRANZONI, 2009) sólo por

citar algunas. Pues no tenemos la intención de enunciar extensivamente todas las

funciones que la doctrina le ha otorgado a esta importante figura.

4. PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Pudimos comprobar que en muchos textos y manuales se utiliza la expresión “elementos

de la responsabilidad” para tocar este tema, sin embargo nos pareció más adecuada esta

nomenclatura debido a que parece más lógico pensar en términos de ‘qué cosas debieron

suceder en el pasado para hacer a alguien responsable’. Puesto de otro modo, pensamos

que hay determinadas cuestiones que han de haber sucedido ya, y sólo entonces se

podría hablar de responsabilidad. Además que si utilizáramos la denominación de

“elementos” se brinda una confusa idea de que se puede desmembrar la responsabilidad,

cuando creemos que ésta es en efecto una y de ahí imputable o no. No se podría jugar a

presentar sólo algunos de los “elementos”, pues en principio deben concurrir tres

esenciales, que serán a los que demos mayor cabida.

Cabe aclarar que estos presupuestos así presentados son, en teoría, indistintos respecto

de la clasificación contractual-extracontractual, es decir que bien pueden hallarse en

ambas. El orden específico en el que los presentamos fue tomado de un libro cuyo autor es

Juan Espinoza Espinoza. No obstante, para efectos de ésta investigación haremos

hincapié únicamente en los puntos referentes a imputabilidad y daño, pues son los

presupuestos que concurren en la totalidad de los casos para hablar de responsabilidad. Y

29

Page 30: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

sólo luego nos detendremos en un tercer presupuesto que sigue a los anteriores en orden

de importancia.

4.1.LA IMPUTABILIDAD

Si seguimos nuestra directriz de otorgar un fin práctico a las figuras jurídicas, entonces

tendríamos que decir que: la responsabilidad civil es un artefacto cuya existencia y

contenido depende siempre de acciones humanas (COLEMAN, y otros, 2012 pág. 27) por lo que debería afrontar algún problema social. Pues bien, sí lo afronta. En principio

podríamos decir que “los deberes y obligaciones que impone la responsabilidad civil

son deberes de no causar daño” (COLEMAN, y otros, 2012 pág. 26). Entonces, una

vez surgidos los daños la responsabilidad debe encargarse de señalar adecuadamente

quién será el que pague los platos rotos.

Es razonable decir que responsabilidad es imputación: “cuando un sujeto incumple un

deber o una obligación o cuando causa un daño, es responsable siempre que el daño o

el incumplimiento le sea imputable [las cursivas son nuestras]” (REGLERO, y otros,2003 pág. 48). En todas las áreas del Derecho se habla de responsabilidades, y en

todas ellas existen determinados criterios para determinarlas, es decir que en todas hay

lineamientos de imputación. No ha de existir mejor ejemplo que el Derecho Penal, pues

en él las responsabilidades se atribuyen en tanto el sujeto sea apto de ser motivado por

la norma penal, es decir que posee una capacidad de comprender e interiorizar las

normas de convivencia social y por ello puede elegir respetarlas o transgredirlas.

Y así se solía pensar en Derecho Civil, por extensión se asumía que el incapaz para el

Derecho Penal lo era también para la imputación de responsabilidades, sin embargo

“las más recientes innovaciones de la ciencia psiquiátrica llevan a afirmar un concepto

de imputabilidad como atribución objetiva de la conducta ilícita al autor, con

prescindencia del estado de su enfermedad; en consecuencia, puede justificarse por

fundar en el principio de la responsabilidad individual y la resocialización de la persona

afectada por perturbaciones psíquicas” (VISINTINI, 2002 pág. 40).

Ahora bien, dicha crisis de la imputabilidad parece no afectar aún a la responsabilidad

surgida de los contratos, sobre todo si consideramos que la incapacidad hace que no

se puedan pactar, de lo que podemos desprender que la imputabilidad como

presupuesto/elemento podría ser un claro y directo diferenciador de responsabilidades.

4.2.EL DAÑO Y EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN

30

Page 31: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

Sobre el daño no hay mucho que decir respecto de la clasificación antagonista, es decir

que no se configura de por sí como un elemento distintivo. Pero habría que aclararse

que “quien pretenda de otro una reparación por los daños que le ha causado debe

fundamentar su pretensión en una razón suficiente que le legitime para ello, pues de

otra manera su reclamación sería arbitraria y resultaría indigna de toda protección

jurídica” (REGLERO, y otros, 2003)

4.3.EL NEXO CAUSAL

Este elemento es común a ambas responsabilidades, y en todos los casos es crucial

para cerrar el círculo de imputación. Así se dice que:

“[O]tro elemento cuya concurrencia se ha considerado siempre como inexcusable para la

imputación de un daño, responsabilidad: la relación causal entre la conducta o actividad del

agente y el daño. Se trata de un elemento que no ha escapado a la profundísima revisión

que ha experimentado la responsabilidad civil en los últimos decenios y que se manifiesta,

en primer lugar, en la búsqueda de criterio que permitan la aplicación de un adecuado título

de imputación causal, y, en segundo término, en la generalización de los sistemas objetivos

de responsabilidad. En muchos de ellos, para la imputación del daño no siempre es

necesario que éste haya sido materialmente causado por el sujeto eventualmente

responsable. Es suficiente con que se haya verificado dentro del ámbito o consecuencia de

una determinada actividad para que le sea imputable a su titular o a quien materialmente la

lleva a cabo” (REGLERO, y otros, 2003 pág. 51).

4.4.LA ANTIJURIDICIDAD

Dado que no pretendemos analizar extensamente este elemento, sólo diremos que

vendría a ser “la constatación que el daño causado no está permitido por el

ordenamiento jurídico” (ESPINOZA, 2005 pág. 69). Criterio a todas luces incierto y

dispensable, pues al menos cuando se habla del incumplimiento de obligaciones

contractuales no necesariamente se trata de hechos y/o acciones antijurídicas. En

cambio parece razonable pensar que en la responsabilidad extracontractual éste es un

presupuesto casi siempre presente.

5. OTROS CRITERIOS DE UNIÓN/DESUNIÓN

5.1.ALTERUM NON LAEDERE

31

Page 32: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

La trascendencia romana rebasa largamente el aporte idiomático/etimológico, a decir

verdad toda la construcción de responsabilidad se halla basada en aquello que los

romanos tenían por Derecho. Sobre esto último podríamos citar los tres pilares de los

cuales hablaba Ulpiano, jurista de Roma, los mismos que parecen ser sólo

mandamientos morales, pero que a su vez constituían fundamentos mismos del

Derecho Romano, así eran: vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo

que es suyo.

Y hasta ahora hemos ido lanzando cuestiones sin haber reparado en el título de este

punto, que no es más que uno de los tres principios antes enunciados: el del no dañar a

nadie. “En efecto, este principio, inmutable en el tiempo, pretende indicar tanto una

regla de comportamiento cuanto un precepto, cuya violación debe ser sancionada”

(FRANZONI, 2009 pág. 19). Es posible en estos tiempos sostener dicho principio como

base de responsabilidad, y también como regla que inspira incluso codificaciones. Esto

porque parece haberse convertido en “sinónimo de la clausula general de

responsabilidad” (FRANZONI, 2009 pág. 23) que se halla presente en muchos Códigos

Civiles.

Sin embargo, si se trata de contraponer las responsabilidades contractuales y

extracontractuales, pareciera ser que este principio no aporta mayores argumentos

para mantener la desunión, sino todo lo contrario. Es decir que siguiendo este principio

pareciera realmente que la reunificación es válida.

CONCLUSIONES

En la presente investigación se ha elaborado un marco teórico obligacional y de

responsabilidades que, a partir de lo estipulado por la doctrina, pudo seguir un rumbo

propio y sobre todo se precia de ser muy práctico dado que posibilita la comprensión de

figuras jurídicas íntimamente relacionadas de un modo ágil y simple. Se logró determinar

32

Page 33: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

que la responsabilidad es consecuencia inminente del incumplimiento de una obligación.

Asimismo, se lograron establecer algunas diferencias trascendentales respecto de la

responsabilidad civil contractual y la extracontractual, motivo suficiente para propugnar que

es justificada la divergencia doctrinaria en ese tema, es decir que estamos convencidos de

que debe mantenerse la diferenciación por tratarse de figuras similares, pero con fines y

teorías distintas entre sí. Por lo que consideramos nuestra hipótesis inicial confirmada.

Bibliografía

ARIAS R., Juan y ARIAS B., Juan Antonio. 1986. Oligaciones en roma. Décimo octava edición. Madrid : Revista de Derecho Privado, 1986. págs. 597-604, 667-670, 678-691. Vol. I.

BONFANTE, Pedro. 1965. Instituciones de Derecho Romano. [trad.] Luis Bacci y Andrés Larrosa. Madrid : Editorial Reus, 1965. Traducción de la octava edición italiana.

BORDA, Guillermo A. 1959. Manual de Obligaciones. Buenos Aires : Editorial Perrot, 1959.

33

Page 34: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

BULLARD, Alfredo. 2009. Causalidad Probabilística: El problema de los costos administrativos en el diseño de un sistema de responsabilidad civil extracontractual. [aut. libro] Asociación Civil ius et veritas. [ed.] Comisión de Investigación Asociación Civil ius et veritas. Responsabilidad Civil Contemporánea. Primera edición en español. Lima : ARA Editores, 2009.

—. 2006. Derecho y Economía. Lima : Palestra Editores, 2006.

BUSNELLI, Francesco Donato. 2009. La parábola de la Responsabilidad Civil. [aut. libro] Asociación Civil ius et veritas. [ed.] Comisión de Investigación Asociación Civil ius et veritas. Responsabilidad Civil Contemporánea. Primera edición en español. Lima : ARA Editores, 2009.

COLEMAN, Jules y MENDLOW, Gabe. 2012. Teorías del Derecho de Daños. [aut. libro] Jorge FABRA y Santiago ORTEGA. Hacia una nueva teoría de la Responsabilidad Civil Extracontractual. Lima : Jurista Editores, 2012.

DE LA VEGA, Antonio. 1986. Bases del Derecho de Obligaciones. Bogotá : Editorial Temis, 1986. págs. 1-9.

DE LOS MOZOS, José Luis y SOTO COAGUILA, Carlos A. 2006. Responsabilidad Civil Derecho de Daños Teoría general de la responsabilidad civil. Lima : Editora Jurídica Grijley, 2006. Vol. IV.

DERNBURG, Heinrich. 2007. El concepto de obligación II. [aut. libro] Leysser León. [trad.] Leysser León. Derecho de las relaciones obligatorias. Lima : Jurista Editores, 2007. Compilación: Leysser León.

DÍEZ PICAZO, Luis. 1999. Derecho de Daños. Madrid : Civitas Ediciones, 1999.

—. 1994. Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial. Madrid : Editorial Civitas, 1994. Vol. I.

ESPINOZA, Juan. 2005. Derecho de la Responsabilidad Civil. Tercera edición. Lima : Gaceta Jurídica, 2005.

FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. 2012. La obligación. [ed.] Rómulo Morales Hervias y Giovanni Priori Posada. De las obligaciones en general. Lima : Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012, pág. 19.

—. 2009. Las transformaciones funcionales de la Responsabilidad Civil: la óptica sistémica. [aut. libro] Asociación Civil ius et veritas. [ed.] Comisión de Investigación Asociación Civil ius et veritas. Responsabilidad Civil Contemporánea. Primera edición en español. Lima : ARA Editores, 2009.

FRANZONI, Massimo. 2009. La evolución de la responsabilidad a partir del análisis de sus funciones. [aut. libro] Asociación Civil ius et veritas. [ed.] Comisión de Investigación Asociación Civil ius et veritas. Responsabilidad Civil Contemporánea. Primera edición en español. Lima : ARA Editores, 2009.

FUEYO, Fernando. 1992. Cumplimiento e incumplimiento de las Obligaciones. Segunda edición. Santiago : Editorial Jurídica de Chile, 1992.

GIORGIANNI, Michele. 2007. La definición moderna y las definiciones romanas de obligación. [aut. libro] Leysser León. Derecho de las relaciones obligatorias. Lima : Jurista Editores, 2007. Compilación: Leysser León.

—. 1958. La Obligación (La parte general de las obligaciones). [trad.] Evelio Verdera Y Tuells. Barcelona : Bosch Casa Editorial, 1958. pág. 135.

34

Page 35: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

JUSTINIANO. 2004. Instituciones de Justiniano. [trad.] M. Ortolán. Lima : Editorial Cuzco, 2004. pág. 133. Tomado de M. Ortolán. Explicación histórica de las Instituciones del Emperador Justiniano. Madrid 1847.

KELSEN, Hans. 1974. Teoría pura del Derecho. [trad.] Moisés Nilve. Décimosegunda edición. Buenos Aires : Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1974. págs. 15-16.

LARENZ, Karl. 1952. Derecho de Obligaciones. Madrid : Editorial Revista de Derecho Privado, 1952. Vol. I.

—. 1958. Derecho de Obligaciones. [trad.] Jaime Santos Briz. Madrid : Editorial Revista de Derecho Privado, 1958. Vol. I.

LLAMBIAS, Jorge Joaquín, SASSOT, Rafael A. y RAFFO BENEGAS, Patricio. 1981. Manual de Derecho Civil Obligaciones. Séptima edición. Buenos Aires : Editorial Emilio Perrot, 1981.

MOSSET, Jorge. 1982. Estudios sobre responsabilidad por daños. Santa Fe : Rubinzal-Culzoni Editores, 1982. Vol. III.

NUÑEZ SÁENZ, Ysmael. 2004. Prolegómenos de una Teroría General de las Obligaciones. [aut. libro] Ysmael NUÑEZ SÁENZ y Eric PALACIOS MARTÍNEZ. Teoría general de las Obligaciones. Lima : Jurista Editores, 2004, págs. 29-57.

OSTERLING, Felipe. 2007. Las obligaciones. Octava edición. Lima : Editora Jurídica Grijley, 2007. pág. 37.

PLANIOL, Marcel y RIPERT, Georges. 1996. Derecho Civil. [trad.] Leonel Pereznieto Castro. Tercera edición. México DF : Editorial Pedagógica Iberoamericana, 1996. Título Original: Traité elementaire de droit civil.

POTHIER, Robert Joseph. 1947. Tratado de las Obligaciones. Buenos Aires : Editorial Atalaya, 1947. págs. 7-8, 11.

REGLERO, L. Fernando, y otros. 2003. Tratado de Responsabilidad Civil. [ed.] L. Fernando Reglero. Segunda edición. Navarra : Editorial Aranzadi, 2003.

SALAS DÍAZ, Daniel. 2014. Importancia de la teoría. Daniel Salas Díaz. [En línea] 19 de Junio de 2014. [Citado el: 20 de Junio de 2014.] http://danielsalasdiaz.wordpress.com/2014/06/19/46/.

SCOGNAMIGLIO, Renato. 2009. Responsabilidad Contractual y Extracontractual. [aut. libro] Asociación Civil ius et veritas. [ed.] Comisión de Investigación Asociación Civil ius et veritas. Responsabilidad Civil Contemporánea. Primera edición en español. Lima : ARA Editores, 2009.

TAMAYO, Javier. 1989. De la Responsabilidad Civil. Segunda edición. Bogotá : Editorial Temis, 1989.

TOLA, Eduardo. 1997. Derecho Romano. Tercera edición. Lima : San Marcos, 1997. págs. 17-40.

VÁSQUEZ OLIVERA, Salvador. 2004. Derecho de Obligaciones. Arequipa : Editorial Adrus, 2004.

VIDAL RAMÍREZ, Fernando. 2006. La Responsabilidad Civil. [aut. libro] José Luis DE LOS MOZOS y Carlos A. SOTO COAGUILA. Responsabilidad Civil Derecho de Daños. Lima : Editora Jurídica Grijley, 2006.

VISINTINI, Giovanna. 2002. La crisis de la noción de imputabilidad en el Derecho Civil. [aut. libro] Asociación civil ius et veritas. Lima : s.n., 2002. AÑO 12 N°24.

35

Page 36: "Derecho de Daños: de las Obligaciones a la Responsabilidad. Responsabilidad Civil Contractual y Extracontractual, la teoría unitaria y la divergencia doctrinaria. Apuntes para comprender

WAYAR, Ernesto C. 2004. Derecho Civil: Obligaciones. Segunda edición. Buenos Aires : Depalma, 2004.

36