Dossier Memoria 2016

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    www.nuevatierra.org.ar

    A 40 AÑOSDEL GOLPECÍVICO-MILITARDE 1976 Marzo de 2016 / Nº 9 / Año 4

    CUIDAR LOS DERECHOSDEFENDER LA DEMOCRACIAPERMANECER ALERTAS

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    Dossier Nueva TierraMarzo de 2016Año 4 / Nº 940 años del golpecívico-militar de 1976

    Selección y edicción de textos:Susana Ramos / Néstor Borri /Sebastián Prevotel

    Diseño:Bárbara Couto

    Foto de tapa:

    Sebastián Miquel

    www.nuevatierra.org.arfacebook.com/centronuevatierra

    MEMORIA / VERDAD / JUSTICIA

    PARA CUIDAR LOS DERECHOS,DEFENDER LA DEMOCRACIA

     Y PERMANECER ALERTAS

    En los 40 años transcurridosdesde el golpe cívico-militar de1976 atravesamos como pueblodistintas intemperies y reen-cuentros, con momentos de de-sierto, pero que han sido siem-pre de gran fecundidad.

    Aprendimos. A mirar la histo-ria conjugando dolor y alegría,indignación y audacia. Trayen-do pasado y futuro al presente,proyectando la vida. Asumien-do la tarea de buscar en cadahuella signos y sentidos que

    Foto: sebastianmiquel.com

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    permiten reconstruir la verdad.Y a sostener la presencia denuestros 30 mil desaparecidos/as. Sus luchas, sueños y proyec-tos siguen siendo inspiración,compromiso y horizonte.

    La memoria no cesa, y continúaampliando conciencias, obsti-nada en su capacidad de recor-dar y no olvidar. Ella misma dejaal descubierto que el mayor actode justicia no han sido sólo los

     juicios a los culpables. Hay jus-ticia cuando una sociedad pue-de hacerse cargo, de maneraimperfecta pero concreta, del

    cuidado de esa memoria.

    El compromiso con la memoriaexige asumir hoy, en esta coyun-tura social, política y económi-ca, la comprensión histórica delpresente. Momento de exigen-cia que no puede separarse delposicionamiento en torno a lainterpretación de la etapa dicta-torial y de las más de tres déca-das de democracia que celebra-mos. Después de largos años deluchas –y luego políticas– dememoria, verdad y justicia, conpasos y pisos significativos deconsenso social para la condenade crímenes de lesa humanidad;somos testigos del refuerzo en

    las conversaciones cotidianasde versiones de la historia mani-queas –como la teoría de los dosdemonios– y superficiales –enforma de efemérides que correnel riesgo de omitir o subvalorar

    los vínculos de la dictadura consectores dominantes de argen-tina, obviar la participación deactores de la sociedad civil o deinstituciones como la IglesiaCatólica–. Omisiones que obs-taculizan no sólo la compresióndel pasado, sino fundamental-mente, la capacidad de acciónen el presente y una mirada de-mocrática sobre el futuro próxi-

    mo de nuestro país.

    Durante cuarenta años –tiem-po paradigmático de caminode un pueblo, como bien sabela Biblia– hemos sido parte debúsquedas y alumbramientos.Mujeres en marcha sostenien-do la memoria con las banderasblancas de los nacimientos. Mu-

     jeres con urgencias clamores yabrazos esperando. Y un puebloen camino que se reconoció yse constituye cada vez al mar-char junto a ellas.

    También hemos visto partir, úl-timamente, a varias de las par-teras que dieron a luz a la con-

    ciencia de la memoria colectiva.Y en ellas hay un milagro pro-digioso: no vieron volver a sushijos, pero uno a uno fueron vol-viendo los nietos. Y cuando lle-ga uno de regreso a la casa hay

    alegría, esperanza y fiesta enlas casas de todos. Lo vivimos,lo lloramos, lo debemos seguirpensando y activando: haciendode esos regresos las señales queson. Puntos de certeza y reco-mienzo y proyección.

    El compromiso con la memoriaexige cuidar los logros y los de-rechos. Los límites a la violen-

    cia y la represión que nuestrasociedad -de la mano del movi-miento de derechos humanos ylas instituciones del estado de-mocrático- supo construir, hoyse vuelven líneas delgadas enmuchos casos y han comenzadoa borrarse en otros, de manerapreocupante e inadmisible.

    En el amplio y heterogéneo es-pectro de luchadores y defenso-res de los derechos humanos y

    la democracia, quienes se con-sideren cristianos comprometi-dos con la memoria, la verdady la justicia, les y nos  toca pre-guntarnos por nuestro lugar enel cuidado de estos derechos.

    En todos los espacios inserción,compromiso y participación.Ser levadura en la masa. Cuan-do los dispositivos del miedoy la pérdida de derechos vuel-ven a tener vigencia vuelve aser tiempo de estar alertas.Vigilantes.

    No sólo conmemoramos el ini-cio de la siniestra dictadura

    militar. También y sobre todocelebramos como una cose-cha fecunda todos los logros yconquistas de esa lucha. Y nosdisponemos con inteligencia,acción concreta, coraje y pa-sión a estar presentes en cadalugar donde la vida y la demo-cracia nos reclamen.

    Equipo Nueva TierraMarzo de 2016

    * * *

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    Memoria y presenteOscar Campana

    Democracia y orden neoliberalJorge Aleman

    Sencillo exilioArmando Tejada Gómez

    Repensar el lenguaje de la memoriaEntrevista a Horacio Gonzalez, de María Freier

    Memoria colectiva:defender, no repetirKevin Johansen

    Abrir los ojosEnrique Angelelli

    ÍNDICE

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    11

    12

    13

    21

    23

    Me Llamarán SubversivoDom Pedro Casaldáliga

    Los derechos humanoscomo tarea ética y políticaLeonardo Boff 

    ¿Dónde está tu hermano?Mons. Jorge Novak, Obispo de Quilmes

    Una mirada sobre la pastoral de jorge novakEsperanza en acción cercanía y corajeIsabel Iñiguez

    Archivos de la memoriaDerecho a saber deber de recordarLaura Bálsamo

    Monica Mignone y el grupo de la Villa Bajo FloresJóvenes, militantes y solidarias/osCentro de Estudios Legales y Sociales

    Cómo resistir la prisión-mundoUn mensaje lleva a otroJohn Berger

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    40 años después del último golpe cívico-militar, cuando vuelve afavorecerse a un determinado modelo económico-política, cuandoasoma la incipiente instauración de un estado policial, cuando sedecretan emergencias de seguridad y aboliciones de hecho de de-rechos individuales, cuando muchos rostros del pasado reaparecen

    remozados y se apabulla a los ciudadanos de a pie con climas inti-midantes, es bueno recordar las palabras del Documento de Pueblasobre los años dictatoriales en América Latina: “En nombre de laseguridad nacional se institucionaliza la inseguridad de los indivi-duos”. Oscar Campana invita a pensar en las tareas vinculadas ala memoria y al compromiso social y cristiano hoy: Más que criticara la jerarquía de aquellos años, habrá que saber interrogarse por ellugar de los cristianos en la coyuntura actual.

    MEMORIA Y PRESENTEOscar Campana

    Foto: Carlos Brigo

    Este 24 de marzo se hace me-moria de los 40 años del últimogolpe cívico-militar ocurridoen Argentina, que daría inicioa la dictadura más feroz quenuestra breve historia nacional

    haya conocido. El lugar que lecupo a la jerarquía de la IglesiaCatólica en aquella ominosaetapa histórica sigue siendomotivo de debate para algunos;para muchos es ya un caso ce-rrado y probado. El inicio de lacausa por el martirio de mon-señor Enrique Angelelli –serántambién sus 40 años– constitu-ye, indirectamente, el reconoci-

    miento de la soledad en la queel conjunto de la conducciónepiscopal de entonces habíadejado al obispo de La Rioja.Ya sabemos que dicha soledadle resultó fatal. Para muestra,basta un botón. Pero botoneshay demasiados, porque seránlos 40 años de los catequistasdel Bajo Flores, de los asuncio-nistas, de los palotinos, de Ja-lics y Yorio…

    En contraposición a lo que sevivía en nuestra Iglesia, am-plios sectores del catolicismolatinoamericano fueron losprimeros en describir, analizary denunciar el sistema que mi-

    méticamente se expandía en laregión, fundamentalmente enel Cono Sur.

    Así, en 1977 Joseph Comblin, elsacerdote belga por nacimien-

    to y latinoamericano por adop-ción, publicaba una obra ( Le pouvoir militaire en AmériqueLatine. L’idéologie de la securiténational ), adelantada anterior-mente en artículos, donde po-nía nombre y apellido a lo queya era una realidad para buenaparte del continente.

    En 1979 los obispos reunidos en

    la Tercera Conferencia Generaldel Episcopado Latinoamerica-no realizada en Puebla de losÁngeles (México) se hacían ecode la situación que padecíannuestros pueblos y denuncia-ban clara y proféticamente: “Enlos últimos años se afianza ennuestro continente la llamada‘Doctrina de la Seguridad Na-cional’, que es de hecho másuna ideología que una doctrina.Está vinculada a un determina-do modelo económico-político,de características elitistas y ver-ticalistas que suprime la parti-cipación amplia del pueblo enlas decisiones políticas. Preten-de incluso justificarse... como

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    doctrina defensora de la civi-lización occidental y cristiana.Desarrolla un sistema represivo,en concordancia con su concep-to de ‘guerra permanente’” ( Pue-bla, 547).

    Cuarenta años después, cuandoasoma en nuestro país la inci-piente instauración de un esta-do policial, cuando se decretanemergencias de seguridad yaboliciones de hecho de dere-chos individuales, cuando mu-chos rostros del pasado reapa-recen remozados y se apabullaa los ciudadanos de a pie con

    climas intimidantes, cuando seafianza un proceso de veladaremilitarización de la sociedad,

    cuando vuelve a favorecerse “aun determinado modelo econó-mico-político, de característicaselitistas y verticalistas”, no esta-ría mal recordar las oportunaspalabras de Puebla para hablar

    de aquellos años en AméricaLatina: “En nombre de ella [dela seguridad nacional] se insti-tucionaliza la inseguridad de losindividuos” ( Puebla, 314).

    ¿Estaremos ingresando a unescenario similar? Quizás, en-tonces, más que criticar a la je-rarquía de aquellos años, habráque saber interrogarse por el

    lugar de los cristianos en estacoyuntura. Que para eso sirvela memoria.

    Fuente: Revista Vida Pastoral

    * * *

    Cualquiera que se pregunte por elsentido contemporáneo de la palabra“democracia”, necesariamente debeinterrogarse por la capacidad del ordenneoliberal para implantar un nuevomodo de control de la realidad, decaptura de las voluntades y producciónde subjetividades a medida.Los que aún piensan que la democraciano sólo no es excluyente de la justiciasocial y la soberanía popular sino

    que se realiza a través de las mismas,han podido constatar en distintoslugares del mundo cómo se repitenlos mismos procedimientos en elinterior del dispositivo neoliberal. A laacumulación de poder económico enlos sectores oligárquicos-financieroscon estrecha colaboración de losmedios corporativos de comunicación,

    continúa la apropiación del Estado y sudivisión de poderes, destrucción de losvínculos sociales que potencialmentefueran creadores de nuevos sujetospolíticos y, por último, bajo unamáscara republicana y supuestamenteinstitucionalista, la instalación denuevas formas de disciplina.Ese montaje neoliberal sólo puedeser sostenido por una estrategia demiedo, amenaza, endeudamiento,

    estigmatización y persecución deaquellos actores sociales y políticosque no quieran ceder con respecto alos legados simbólicos que hicieronposible vislumbrar un horizontetransformador de la Nación.

    Fragmento. Tomado de su murode Facebook 1 marzo 2016

    Democraciay orden neoliberalJorge Aleman

    Foto: sebastianmiquel.com

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    Paso frente a esa casa

    que alguna vez fue un nido,donde a esperanza y sueños jaqueamos al olvido,echamos la tristezay limpiamos el tediodel patio a la cocina,porque la soledad,al fin, se había ido.

    Volvió un Golpe de Estadocon fanfarrias y edictosy la noche, ya bruja,pasó borrando amigos;

    yo fui a las catacumbasde las que salgo y entroy al regresar a casaaún estábamos vivos.

    Empezamos de nuevo.Cantó la cacerolay la escoba barrióel silencio del piso.

    Huyó el moho. Abrimos

    el sol de las ventanasy entró, otra vez, la vozdel niño del vecino.A poco, mi guitarra,recuperó el sonido.

    Después, no sé en qué espejoun día no nos vimos.Empezó la tristezay comenzó el olvido.Las valijas partieronpor distintos caminosy ahí quedó la casa

    que alguna vez fue nido.

    Hoy pasé frente a ellacon mis pasos perdidos:recordé tus sollozosy me lloré el exilio.

    Buenos Aires,noviembre 11 de 1982

    Sencillo exilioArmando Tejada Gómez

    Foto: sebastianmiquel.com

    Horacio González, sociólogo, aporta su perspectiva acerca del sig-nificado que tiene la realización de los juicios por delitos de lesahumanidad cometidos durante la última dictadura cívica militar enla Argentina. También analiza los avances y los límites en la cons-trucción de una memoria colectiva.

    REPENSAR EL LENGUAJEDE LA MEMORIAEntrevista de María Freier

    ENTREVISTA A HORACIO GONZÁLEZ

    Foto: sebastianmiquel.com

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    nía en el relato. De los dos queescuché, uno particularmenteme resultó muy impresionante.Pero son relatos ya conocidos.Es decir, se está reproduciendoun relato que conocemos hace

    treinta años, a través de distin-tas formas de expresión y dedistinto tipo de publicaciones.Sólo que ahora ante la sede judi-cial. Es decir, en un ámbito quepretende una pormenorizaciónmás o menos fáctica, de modoque enfría un poco el relato. Loque escuché era muy impresio-nante, pero también es un relatode una trama complejísima decolaboraciones, delaciones.

    O sea, es como la tortura contoda clase de amenazas quese encajaban al sujeto político,digamos. Eso es un tema muyfuerte, porque nunca hay unlugar muy claro donde alojarla idea del que está preso enlas tenazas de la represión. Haytorturas muy tremendas, quecasi siempre terminan en homi-cidio. En el caso de Tucumán seusaba la sigla DF (DisposiciónFinal). Creo que era común. Elque no fue torturado, no estámuy habilitado para juzgar elmodo en que se habla y se tratael comportamiento de un mili-

    ¿Qué impacto cree que generadentro de la sociedad argenti-na la realización de los juiciosde lesa humanidad?

    Algo puedo decir porque estu-

    ve en Tucumán. Lo que observéahí, me dejó muy preocupado enrealidad. Se trata de una socie-dad muy particular, porque tuvoa un fuerte índice de acompa-ñamiento a (Antonio Domingo)Bussi durante la época military, luego, fue electo gobernadorya en democracia. De modo quequizás hay un acompañamientosocial más elevado a los repre-sores que en otros lugares. Y esose notó en la sala del juicio, cla-ramente. Me asombró un poco,porque pensé que las organiza-ciones vinculadas a las víctimasestaban más activas. De hecholo están, había personas, perono hubo tantas como las que es-taban del lado de los llamadosfamiliares de “presos políticos”.

    También me sorprendió el nom-bre, con un cartel muy llamativoy con percusión durante todala duración del juicio. Mientrasque, del otro lado, sólo habíacarteles con fotos de desapareci-dos. Lo cual no está mal, no haypor qué ser bullicioso, se soste-

    tante después de la tortura. Noes fácil de tratar, porque comotodo el discurso de los derechoshumanos, el discurso militan-te... No en la época del primer

     juicio que aparecían como vícti-

    mas civiles con menos compro-miso militante.

    Pero cuando quedó claro el vín-culo militante, también el dis-curso era sostenido en ciertaclase de heroísmo o martirolo-gio, lo cual está bien también.No dejaron de ser héroes nimártires. Pero en ese lugar nohay una fisura donde encajar elpersonaje, sobre el cual se pue-den decir muchas cosas, mu-chas palabras. Todas de algúnmodo injustas, todas de algúnmodo certeras… Son palabrasde la historia de la militancia.“El trabajo esclavo”; estoy deacuerdo también. Es muy fuer-te la palabra esclavo, pero esoquiere decir que no hay con-ceptos fáciles. Más bien, es untema que es difícil que surja aprimer plano y también es difí-cil mantenerlo sin ningún tipode discusión.

    >>>

    De acuerdo a estas reflexio-nes, ¿podríamos decir que estoque señala torna más difícil lacomprensión que esperamostenga el resto de la sociedad?

    Ahí en Tucumán surgió eso encierta manera, pero quizás eramenos importante eso para laspersonas que estaban ahí. Era lapreocupación de una zaga par-tida en dos, en la que un sectorusaba las viejas especialidadesde la militancia social. Por otrolado, había un cura, civiles, civi-les de los servicios, la primeravez que hay civiles del lado de laacusación. Eran cerca de quin-ce; había muchos civiles allá…Hubo acompañamiento social,también un nivel de militariza-ción alto “en la insurgencia”.

    Tuvo santificación de la Igle-sia. El cura que vi en Tucumánestaba de gala, para dar misa,saludando a todo el mundo, sa-tisfecho. También falta esa pre-gunta realmente y no es paraomitir la incriminación. Pero lapregunta es, digamos, ¿en quécambió la historia argentinahasta hoy? ¿Las Fuerzas Ar-madas llegaron sostenidas enqué? ¿En qué estructura moral?Estaba la Iglesia, una porción

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    de la población y cierta convic-ción de que el nivel militar, y sudesafío, implicaban la desapa-rición de un mundo social co-nocido. Esto último es el temamás difícil, pues efectivamente

    es una discusión que hasta hoyperdura en los sobrevivienteso en los recuerdos que dejaronlas organizaciones como ERP,Montoneros, FAR, FAL. Es de-cir, si era posible una transfor-mación socialista en la Argenti-na a través de una metodologíaque tenía ya prestigiosos ante-cedentes. Era la época de Viet-nam, de la Revolución Cubana.

    De modo que acá tenemos tam-bién otro problema que no essólo la figura del colaborador…Esto exige nuevas palabras, enrealidad hablamos con viejaspalabras y rituales. Por ejemploescuché un discurso muy bue-no de una madre de 85 años, undiscurso ritualista. Pero la reli-gión duró dos mil años y sondiscursos ritualistas. Así queeso, en principio, no sería unproblema y habría que ver paraqué tipo de discurso el rituales un problema. Pero tambiénotra palabra difícil es la disi-dencia, el “disidente”. Por ejem-plo yo fui un disidente. ¿Dónde

    se ubica al disidente moral-mente? Tiene varias categorías.Puede ser el disidente que tra-bajaba en un espacio políticoabierto; y el disidente armado,que había tenido compromi-

    sos armados reales. ¿En dóndesurge la duda? ¿En qué lugarde la disidencia se establece?Hubo más en Montoneros queen ERP, porque la presencia dePerón era muy fuerte y Monto-neros no podía desligarse dePerón, podía decir que compar-tía la conducción, podía inclusodespreciarlo, pero actuaban ennombre de un tejido donde laspalabras del peronismo estabanpresentes. Aún hoy los sobre-vivientes son más peronistasque el Perón que los combatióy al que ellos combatieron. Unmundo extraño… y son partesde un gobierno peronista. En-tonces el disidente, si no eraarmado, es más fácil porquepesaba la condena de Perón ala guerrilla. El disidente arma-do es otro tema muy difícil decomprender también, quizás de

     justificar para el núcleo militarfundador, porque en todas lasorganizaciones hubo disiden-cias armadas. Esto quiere decirque hay que preguntarse tam-bién desde el punto de vista

    del razonamiento del disidente.Si hay argumentos ideológicospredominantes o si hay oscuroscálculos sobre su sobreviven-cia. ¡No creo fácil resolver eso!Toda organización tiene el con-

    cepto de traición. Un conceptomuy difícil de explicar, comono sea en casos específicos,¿no? La traición es un elementode control muy fuerte. El trai-dor es alguien que previamen-te ha hecho algún pacto o sellóalgún compromiso, tuvo algún

     juramento, implícito puede ser.Otros más posmodernos sugie-ren que la traición es la verda-dera forma del movimiento dela política, de diversificación yde cambio.

    En todo caso sigue aplicándosela categoría de traición porquese puede decir primero: “¿Porqué entraste acá?” Y segundo:“¿Por qué no te diste cuentaantes? Lo decís ahora que hayproblemas”. El traidor tambiéncarga con un tipo de conceptua-lización grave, como el cobar-de, como el que no se animó…No es sólo para los juicios, estáen todos los libros publicados,en Recuerdos de la muerte,  enEl Tren de la Victoria de Cristi-na Zucker... Está tratado lateral-

    mente... Es muy difícil porquetoda la rememoración tieneuna base épica. Se establecióen varios arquetipos. Lo ciertoes que lo que yo vi en Tucumánme asustó.

    En estos juicios quizás es másfácil, va más gente. Las ma-nifestaciones y bombos erandel lado de los represores. Poreso pasa esto. Porque estamosen un punto crucial en el queevidentemente hay un avancemuy grande de la posición dela llamada teoría de los dos de-monios. El avance de eso fuegrande, acompañando o nu-triéndose de la crítica al kirch-nerismo que hacen los medios.Los medios formalmente sos-tienen todavía las políticas dederechos humanos, pero infor-malmente la erosionan todoslos días, alimentando la tesis delos dos demonios. Ese discursode (Alfredo) Astiz, no se podríahaber hecho hace unos años,pero ahora siente que hay unasociedad que puede escuchar-lo, que hay más audibilidad.

    >>>

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    ¿Cree que está faltando unarevisión de ciertas categoríasrespecto a la militancia polí-tica de los años 60/70? ¿Urgeun debate más profundo enrelación a distintos temas que

    contribuyan a la construcciónde la memoria?

    Habría que revisar mucho ellenguaje que se hablaba antes yel que se habla ahora. Ahora sereitera de alguna manera. Peroes parte de una pregunta másgrande. Digamos, aunque sigahabiendo juicios, la preguntasería si la sociedad argentinaestá dando por terminado el ci-clo de los derechos humanos…Se pasa a una fase en la que losderechos humanos se tornansociales, vinculados a los dere-chos laborales, ya sea desde laderecha para criticar al Gobier-no o desde la izquierda con losderechos a la naturaleza, comolo propone (Eugenio Raúl)Zaffaroni con los “derechos dela Pacha Mama”. En ese sentido

    habría una nueva historicidad.Lo veo positivo en el sentido deseguir hablando de los derechosen relación a la memoria de unamanera más fresca. Caso con-trario, ocurre lo que vi en Tu-cumán, donde el discurso de la

    víctima estaba contado muchasveces con un estado de rigidezmuy grande. El problema es qui-zás que faltan más cronistas, enlugar de fiscales y abogados yquerellantes y jueces.

    No creo que sea fácil un debate.Ya se dio en Alemania. Hay unacorriente alemana muy fuerte,anti-monumentalista, por ejem-plo (Christian) Boltanski. A mu-chos no les gusta… Vino hacemuy poco a la Argentina y tratade capturar a través de una ex-periencia anterior los pequeñosobjetos, cosas olvidadas, comolas ranuras de la historia. Ya nola memoria de personas, sino lamemoria de lugares que alber-garon personas. No está mal,pero también ha sido criticado.

    Dice que faltan más cronis-tas. Pero también es cierto que“todos hablan de la memoria”.Probablemente falten muchasreflexiones y el debate sea “in-terminable”, incluyendo tam-

    bién a los espacios de memoria…

    Sí, porque museos hay que ha-cer. No soy contrario a los mu-seos y a algún tipo de experien-cia originaria que tienen losmuseos. En el Museo Judío de

    Berlín, medio te obligan a quepienses algo sobre el caráctertrágico y la experiencia últi-ma de la muerte, una especiede ámbito de meditación. Hayrituales que están ahí precisa-

    mente para hacerse disculpa-bles, o a hacer disculpable alque no se le ocurrió nada. LaIglesia es muy sabia en eso. Noes que vas a misa y revivís la Pa-sión de Cristo. Los curas sabenesperar, alguna vez te ocurrirá ono te ocurrirá nunca.

    Hablar de la memoria ahora seconvierte en un tema académi-co o bibliográfico, con escala enel Conicet. No digo que eso estémal, pero incluso las personasque tratan el tema lo hacen paraproblematizar también cómo secalcifica o rectifica eso. Son to-dos problemas de sacralidad oprofanación. Me parece que estála sustitución de la idea de unaespecie de último recurso de unasacralidad frente al lugar, de sus-tituirla por la idea de que tiene

    que ser lo contrario, para resca-tar al lugar de sus tinieblas.

    Lo contrario sería la alegría. Nodigo que no se hagan más es-pectáculos, espectáculos tieneque haber, pero tiene que haber

    algo más ahí, porque sino el lu-gar se de-sacraliza y se convier-te en la administración de lamemoria y no corresponde.

    No creo que esté mal conti-

    nuar el debate sobre el Es-pacio de lo que fue la ESMA.También que éste continúesiendo interpelado, inclusoque siga interpelando a la po-blación. Pienso que entre “unlugar sacralizado” y “un lugarpara la alegría” existe otra di-mensión, en la que se puedarepensar nuevas actividades,charlas nuevas, sin demasia-da solemnidad…

    Sí, como lugar de charla, comolugar del arte también. Ahorahay un arte vinculado a la au-sencia, a la desaparición, al te-rror. Yo ingresé cuando entróNéstor Kirchner, no lo conocíade antes. Es un edificio que tieneuna larga historia en la memoriamilitar. El hecho de que lo hayatomado el Estado, en nombre de

    otras cosas, es formidable.

    >>>

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    Estas reflexiones que señalatanto sobre los espacios de me-moria como sobre los juicios,¿de qué modo piensa que lle-gan a la población en general?

    Creo que puede haber ciertaburocratización del tema, juntocon un avance de la militanciaa la derecha. Por lo tanto, unareinterpretación de la historiaargentina muy fuerte. No es laderecha ideológica. Es una ape-lación a los nuevos militares dela democracia. Las condenasque este Ejército y esta Marinahicieron a la anterior son epi-sódicas, muchas veces superfi-ciales y estuvieron a cargo dealgunas pocas personas. Nosé cuán operativo es ese cortey cómo hay que considerarlo,más allá de que hay materiasde derechos humanos y que se

    han producido discursos de de-rechos humanos.

    A lo que voy es que no sé si elpaís está o no preparando unespacio común en el que reapa-

    rezca una ilusión, que no hay porqué descartar, de unas FuerzasArmadas enteramente críticasde su pasado. Esas evidenciasno las veo disponibles fácilmen-te, por lo menos yo. Depende unpoco de la estabilidad del pre-sente Gobierno, que se sigue ba-sando en símbolos muy fuertes,como el acto descolgar el cuadrode (Jorge Rafael) Videla en el in-terior de una institución militar.Me parece que son fuerzas sub-terráneas de la sociedad argen-tina que se siguen moviendo ylos juicios son una oportunidadpara verlas. Es decir, sobre cómoavanzan o cómo retroceden.

    Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/ 

    * * *

    Es importante acompañar con nuestramúsica la lucha de los organismosde derechos humanos que vienendesde hace muchos años, levantandola voz y las banderas para que novolver a repetir lo que pasó durantela última dictadura en nuestro país.Todos los que nos dedicamos a lacultura, los lugares como el EspacioMemoria permiten que los artistaspodamos conectar con el público,compartir información, concientizar yeso es primordial. Soy muy conscientede lo que sucedió en estos ex centrosclandestinos durante el terrorismo deEstado, por eso es importante aportardesde la música a la promoción ydefensa de los derechos humanos.

    La memoria colectiva es la de todos,es la que tenemos que defender parano repetir los hechos. Heredamosla generación de los grandescantautores que fueron prohibidos,amenazados, asesinados por escribiruna canción y hoy nuestra generacióndisfruta las mieles de cantar sobrelo que se quiera y eso conlleva otraresponsabilidad. Hoy cantamos sobrenuevas libertades a conseguir.

    * Palabras pronunciadas en suactuación en el Espacio Memoria y

     Derechos Humanos (ex ESMA)el 16 de diciembre de 2015

    Memoria colectiva:defender, no repetirKevin Johansen*

    Fuente: http://www.espaciomemoria.ar/ 

    Foto: sebastianmiquel.com

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    Ilustración: Sebastián Prevotel 

    Mis queridos hermanos y ami-gos: vamos a seguir rezando,como lo venimos haciendo des-de que desaparecieron nuestroshermanos sacerdotes, pasto-res de Jesucristo, en este nobley sufrido pueblo de Chami-cal, elegido y probado, señala-

    do como fiel testigo, testimoniovivo de la muerte de estos doshermanos. (...)

    Antes de proseguir tengo quedar cumplimiento a lo que seme ha pedido, no como una

    cosa externa; debo comunicara la diócesis las condolenciasque hemos recibido. Una deellas proviene de parte de todoel episcopado argentino, y me lahace llegar mi hermano, el car-denal Primatesta, presidentede la conferencia episcopal ar-

    gentina. Todos los obispos hu-bieran deseado estar presentes,como el mismo nuncio apostóli-co, representante del Papa en laArgentina. Los obispos no pue-den hacerlo en este día, porquela comisión ejecutiva del episco-

    “Si es que se dicen cristianos, ¡abran los ojos!”, exclamó el obisporiojano Enrique Angelelli el 22 de julio de 1976 en la homilía por elasesinato de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville. Estos,

     participaban de la pastoral de Angelelli en una parroquia de Cha-mical, La Rioja. Fueron secuesrados el 18 de julio de ese mismo año,apresados en la base local de la Fuerza Área y sus cuerpos muertosfueron arrojados dos días después con los ojos vendados y con mar-cas de fuertes torturas.

    ABRIR LOS OJOSEnrique Angelelli (*)

    HOMILÍA DE MONSEÑOR ANGELELLI EN LA MISAPOR EL ASESINATO DE CARLOS DE DIOAS MURIASY GABRIEL LONGUEVILLE

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    pado tiene una entrevista con elexcelentísimo señor presidentede la nación.

    El segundo telegrama provie-ne del señor nuncio apostólicodel Santo Padre, monseñor Pío

    Laghi; y el tercero del arzobis-po de Santa Fe, monseñor Vi-cente Zazpe. La sola lectura deestos mensajes nos habla de laadhesión de toda la Iglesia ar-gentina, del representante delpapa y de la comisión ejecutiva,y nos explican por qué no estánconcelebrando y presidiendo-como lo harían con gusto- estaeucaristía, en la despedida de

    Carlos y Gabriel.

    Esto también tiene que hacernospensar. No es algo de Chamical,no es algo de La Rioja. Es de lapatria, es algo de toda la Iglesiaargentina, es de todos. Yo diría:de creyentes y no creyentes. ¡Nostoca a todos! (...)

    ¡Cómo quisiera decir a los que

    les quitaron la vida, a los queprepararon el crimen, a los quelo instigaron: abran los ojos, her-manos! Si es que se dicen cristia-nos, ¡abran los ojos ante el sacri-legio que se ha cometido, ante elcrimen que se ha cometido! (...)

    Por nuestro corazón, porque lle-vamos en la raíz la inclinación alpecado, al mal, a veces nos con-vertimos a lo que es malo comosi eso fuese una cosa buena. Y nonos damos cuenta de que el co-razón se nos pudre, apesta, hace

    daño. En cambio, ¡qué estupen-do es cuando el corazón humanoestá lleno de la palabra de Dios,lleno del Señor y de todo lo queél inspira y nosotros acogemos!

    Pero los hombres llevamos todoesto en vasos de barro. ¡Mirenaquí las pruebas de cómo lleva-mos este tesoro en vasos de ba-rro! Somos frágiles: ¡también nos

    pueden quitar la vida por Jesu-cristo! Y nuestros cuerpos tene-mos que guardarlos en una cajay hasta soldarla antes de tiempo,porque se descomponen. Y sinembargo, por pura misericordiade Dios, ellos fueron ministrosde Jesucristo, pastores del Cha-mical. (...)

    Estamos doloridos, profunda-

    mente doloridos, pero no somoslocos. Porque gracias a Dios so-mos normales, y ¡cómo no va-mos a llorar al que es carne denuestra carne y sangre de nues-tra sangre, afecto de nuestroafecto, miembro de nuestra fa-

    milia, hijo del cuerpo de Cristo,parte de su pueblo, testigo de suIglesia! ¡Cómo no los va a llorarChamical! (...) La primicia de lasangre sacerdotal ha sido verti-da en esta comunidad y en estatierra de Los Llanos: véanla con

    ojos de fe, no la miren con ojosde rencor ni de resentimiento.Doloridos, con lágrimas, sí, perocon ojos de fe. (...)

    Este pueblo, como cualquier otrodel país, necesita pastores que si-gan haciendo lo que Carlos y Ga-briel hicieron hasta ahora, y porlo que murieron. Y también paralas religiosas es una bendición

    su muerte. Ellos, hermanas, hanentregado la vida, no por tontos,ni por cándidos, sino por la fe,por servir, por amar, para que no-sotros entendamos qué es servir,qué es amar, qué es no ser tontos.

    No hay ninguna página del evan-gelio que nos mande ser tontos.Cristo nos enseña a ser humil-des como la paloma y astutos

    como la serpiente; nos manda to-mar la cruz de cada día y seguir-lo; nos manda que nos gocemosen la persecución; nos manda sermansos de corazón, y tener almay corazón de pobres; él nos man-da buscar a los más necesitados

    porque son los privilegiados delSeñor, y no rechazar a nadie, por-que suya es la respuesta paratodos los hombres y para todohombre, aunque se quiera dudarde esta verdad. “Todo hombre esmi hermano”: esto es el evange-

    lio, aunque se puedan mofar deél. (...)

    Hermanos míos, yo los invito aque oremos por los que mata-ron a Carlos y a Gabriel, sin quenos interesen ni las siglas ni losnombres. Lo repito, no tenemosni los ojos ni los oídos cerrados;tenemos la inteligencia normalde todo ser humano, o sea, que

    si hay que saber y podemos con-seguir elementos y estar así encondiciones de informar a quiense debe, vamos a hacerlo. Perotambién nos preguntamos: ¿hayacaso hermanos nuestros quepueden imaginar o pensar o pro-gramar violencias, y hay otrosque las ejecutan? ¿Y es posibleque coincidan? (...)

    ¡Qué difícil es ser cristiano! Por-que al cristiano se le exige per-donar. Si se nos dijera: “No te-nemos que perdonar; esto no escristiano, no es siquiera humanomatar sacerdotes”, respondería-mos sin vacilar: el cristiano tiene

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    que perdonar a todos. Pero otracosa es aprobar los errores y otraaún no trabajar para evitar queestas cosas sucedan.

    Pero al responsable su concien-cia ha de decirle seguramente:

    “¡Vos lo hiciste!” Y no sé cómopuede dormir y, si está casado,cómo puede darle un beso a sumujer y a sus hijos. No lo entien-do desde la fe, y ni siquiera hu-manamente, en este y en otroscasos... No entiendo cómo esoshombres pueden tomar a sus se-mejantes y, diciéndose cristia-nos, despedazarlos y triturarloscomo al trigo para hacer pan, por

    más que esta vez les haya sali-do pan bendito. ¿No se acuerdanque Tertuliano dice que la san-gre de los mártires es semilla denuevos cristianos? Así, los mis-

    mos verdugos son instrumentos,en cierta manera, para el bien,para que surja una comunidadfuerte en la fe, en la esperanza yen el amor. (...)

    Señor, permite a Gabriel y a Car-

    los que desde el cielo sacudanlos corazones de sus asesinos,para que no sigan haciendo loque están haciendo. Gabriel yCarlos: como obispo, yo tengomucho que agradecerles a am-bos. ¡Muchas gracias! Amén.

    (*) Palabras pronunciadasen la misa de cuerpo presente

    realizada el 22 de julio de 1976.17 días después, Angelelli

    fue ejecutado por la dictaduramilitar en un falso accidente

    de ruta en los llanos riojanos.

    Fuente: Pastor y Profeta. Mensajes de Monseñor Angelelli, Editorial Claretiana,Buenos Aires, 1986.

    * * *

    Con un callo por anillo,monseñor cortaba arroz.¿Monseñor “martilloy hoz”?

    Me llamarán subversivo.Y yo les diré: lo soy.Por mi pueblo en lucha, vivo.Con mi pueblo en marcha, voy.

    Tengo fe de guerrilleroy amor de revolución.Y entre Evangelio y canciónsufro y digo lo que quiero.Si escandalizo, primeroquemé el propio corazónal fuego de esta Pasión,cruz de Su mismo Madero.

    Incito a la subversióncontra el Poder y el Dinero.Quiero subvertir la Ley

    que pervierte al Pueblo en greyy al Gobierno en carnicero.(Mi pastor se hizo Cordero.Servidor se hizo mi Rey).Creo en la Internacionalde las frentes levantadas,de la voz de igual a igualy las manos enlazadas...

    Y llamo al Orden de mal,y al Progreso de mentira.Tengo menos Paz que ira.Tengo más amor que paz.

    ... Creo en la hoz y el hazde estas espigas caídas:¡una Muerte y tantas vidas!¡Creo en esta hoz que avanza- bajo este sol sin disfrazy en la común Esperanza -tan encurvada y tenaz!

    Me Llamarán SubversivoDom Pedro Casaldáliga

    Foto: sebastianmiquel.com

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    Vivimos en un tipo de sociedad mundial que ha puesto a la econo-mía como su eje estructurador. La razón es sólo utilitarista, y todo,hasta la persona humana, como lo denuncia el Papa Francisco, esconvertido en «un bien de consumo que una vez usado se tira». Enuna sociedad así no hay lugar para derechos, sólo para intereses.

    LOS DERECHOS HUMANOS COMO TAREAÉTICA Y POLÍTICA (*)

    Leonardo Boff 

    Foto: sebastianmiquel.com

    Vivimos en un mundo en el quelos derechos humanos son viola-dos prácticamente en todos losniveles: familiar, local, nacional yplanetario. El Informe Anual deAmnistía Internacional, que cu-bre 159 países, hace esta doloro-

    sa constatación. En vez de avan-zar en el respeto a la dignidadhumana y a los derechos de laspersonas, de los pueblos y de losecosistemas, estamos retroce-diendo a niveles de barbarie. Lasviolaciones no conocen fronte-ras y las formas de esta agresiónse sofistican cada vez más.

    La forma más cobarde es la ac-

    ción de los «drones», aviones nopilotados que desde una basede Texas, dirigidos por un jovenmilitar ante una pantalla de te-levisión, como si estuviera ju-gando, consigue identificar aun grupo de afganos que estáncelebrando un matrimonio, enel cual presumiblemente debehaber algún guerrillero de AlQuaeda. Basta esta suposición

    para, con un pequeño clic, lan-zar una bomba que aniquila atodo el grupo, con muchas ma-dres y niños inocentes.

    Es la forma perversa de la gue-rra preventiva, inaugurada por

    Bush y llevada adelante cri-minalmente por el presiden-te Obama, que no ha cumpli-do las promesas de su campañaen lo referente a los derechoshumanos, bien sea el cierre deGuantánamo o la supresión del

    “Acto Patriótico” (antipatrió-tico) por el cual cualquier per-sona en Estados Unidos pue-de ser detenida por terrorismo,sin necesidad de avisar a su fa-milia. Esto significa secuestroilegal, que nosotros en Amé-rica Latina conocemos de so-bra. En términos económicos ytambién de derechos humanosse está produciendo una ver-

    dadera latinoamericanizaciónde Estados Unidos al estilo denuestros peores momentos dela época de las dictaduras mi-litares. Hoy, según dicho Infor-me de Amnistía Internacional,Estados Unidos es el país quemás viola los derechos de laspersonas y de los pueblos.

    Con la mayor indiferencia, como

    un emperador romano absoluto,Obama se niega a dar cualquier justificación sobre el espionajemundial que lleva a cabo su go-bierno con el pretexto de la segu-ridad nacional, cubriendo áreasque van desde el intercambio de

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    correos amorosos entre dos ena-morados hasta los negocios sigi-losos y multimillonarios de Pe-trobrás, violando el derecho ala privacidad de las personas yla soberanía de todo un país. Laseguridad anula la validez de los

    derechos irrenunciables.

    El continente que más violacio-nes sufre es África. Es el con-tinente olvidado y vandaliza-do. Las grandes corporacionesy China compran tierras ( landgrabbing ) para producir en ellasalimentos para sus poblaciones.Es una neocolonización, másperversa que la anterior.

    Los miles y miles de refugiados einmigrantes por causa del ham-bre y de la erosión de sus tierrasson los más vulnerables. Confor-man una subclase de personas,rechazadas por casi todos lospaíses, en una «globalización dela insensibilidad», como la llamóel Papa Francisco. La situaciónde muchas mujeres, dice el Infor-

    me de Amnistía Internacional, esdramática. Son más de la mitadde la humanidad, y muchas deellas están sujetas a violenciasde todo tipo, y en varias partesde África y de Asia todavía so-metidas a la mutilación genital.

    El fundamento último del culti-vo de los derechos humanos re-side en la dignidad de cada per-sona humana y en el respetoque le es debido. Dignidad sig-nifica que ella es portadora deespíritu y de libertad que le per-

    miten moldear su propia vida.El respeto es el reconocimien-to de que cada ser humano po-see un valor intrínseco, es un finen sí mismo y jamás un mediopara ninguna otra cosa. Delantede cada ser humano, por anóni-mo que sea, todo poder encuen-tra su límite, también el Estado.

    El hecho es que vivimos en un

    tipo de sociedad mundial queha puesto a la economía comosu eje estructurador. La razónes sólo utilitarista, y todo, has-ta la persona humana, como lodenuncia el Papa Francisco, esconvertido en «un bien de con-sumo que una vez usado setira». En una sociedad así nohay lugar para derechos, sólopara intereses. Hasta el derecho

    sagrado a la comida y la bebi-da únicamente está garantizadopara quien puede pagar. Si nopuede, estará al pie de la mesa,con los perros, esperando algu-na migaja que caiga de la mesarepleta de los epulones.

    En este sistema económico, po-lítico y comercial se asientan lascausas principales, no exclusivas,que llevan permanentemente a laviolación de la dignidad huma-na. El sistema vigente no ama alas personas; solamente su capa-

    cidad de producir y de consumir.

    La tarea, además de humani-taria y ética es política: cómotransformar esta sociedad mal-vada en otra en la que los hu-manos puedan tratarse huma-namente y gozar de derechosbásicos. Si no, la violencia será

    la norma.

    * * *

    Foto: (detalle) Carlos Brigo

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    El 22 de Marzo de 1996, la Universidad Nacional de Quilmes nom-bró a Jorge Novak, Profesor Honorario “por su constante lucha endefensa de los Derechos Humanos”. En esa ocasión, el obispo deQuilmes en aquel entonces, expuso la siguiente disertación, que fue

     publicada en el número 30 de la Revista Nueva Tierra. Hoy, a 20años, su palabra sigue siendo profecía, testimonio y compromiso.

    ¿DÓNDE ESTÁTU HERMANO?Mons. Jorge Novak, Obispo de Quilmes

    Foto: Página 12

    Experiencia personaldesgarradora

    En abril de 1985, al inaugurar laprimera Cátedra de DerechosHumanos en la Universidad Na-cional de Lomas de Zamora, dije:

    “El 19 de septiembre de 1976 fuiordenado obispo de la recién

    creada diócesis de Quilmes. Nosospe-chaba en aquel momentoque muy pronto me encontraríacon un mundo insospechadode familias afectadas visceral-mente por atroces sufrimientosespirituales. Familias, en ciertamedida, moralmente proscritasen nuestra propia patria.” 

    Mi visión de la realidad humanahubo de cambiar forzosa y rápi-damente. Hasta entonces teníami propia opinión sobre los he-chos, pero basada en una infor-mación insuficiente y deterio-rada. Cada grupo familiar quetrasponía los umbrales de mioficina me comunicaba, a modode ósmosis misteriosa, su car-ga de dolor y de angustia, recla-

    mando comprensión, solidari-dad, acción consecuente.Comprendí entonces cabalmen-te, a partir de estos diálogos quellenaban las más de las páginasde mi libro de audiencias, que lahistoria tiene una superficie en-

    gañosa y una profundidad lace-rante. Comprendí que sólo quiendesciende decididamente a bu-cear en los abismos del dolorprovocado en la historia por lainjusticia y la prepotencia, paracompartirlo y para regenerarlo,adquiere en plenitud crecientesu propia dimensión humana.En mi caso personal, valoré de-bidamente el axioma pastoral:‘el hombre es el camino prime-ro y necesario de la Iglesia’. Enesta experiencia vi claro quesin actitudes sinceras con la si-tuación de la familia argentina(la desaparición de personas, ladestrucción premeditada de los

    centros de producción por losinstrumentos de mezquinos in-tereses multinacionales; el ham-bre y la guerra...) me haría con-nivente y cómplice del mal ensus múltiples expresiones.Fue un aprendizaje duro peroeficaz, con la pedagogía senci-lla de descubrir la verdad de loshechos; indagar en sus causasprofundas, “Y asumir sin pérdi-

    da de tiempo, sin temor al peli-gro, sin cansancio en la entre-ga, la defensa y promoción dela dignidad de la persona y dela familia, reclamando la plenavigencia de los derechos huma-nos inalienables”.

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    Testimonio veraz

    Prologué en octubre de 1983 unfolleto intitulado “Fraternidadsí, violencia no”, comenzandocon estas palabras:

    “El poder sobrevivir a los gran-

    des desastres de la historiaevoca con fácil espontanei-dad este refrán del prólogode Job:‘Sólo yo pude escapar para traerte la noticia’(1, 15).Desde luego, que exageraría lanota del peligro o del derrum-be quien pretendiera ser casiel único náufrago, sobre todoal pasar la tempestad.

    “Si elijo el texto bíblico men-

    cionado como epígrafe de la primera sección de mis pala-bras introductorias, es paraasegurar la veracidad de untestimonio. Porque los temasson grandes y graves, eminentee íntimamente humanos, y hande ser tratados con el respetodebido a la verdad.

    “Me atrevo a llamarme testigo porque, dada mi condición deObispo, he podido saber datos y circunstancias de tal magni-tud y número que me capacitana describir este breve y duro período de nuestra historia conrasgos bien definidos. Sin ser,sin más, el dueño de la verdad,me considero, a fuerza de testi-go, servidor de ella.

    “Mi aporte será humilde, trans-mitiendo la denuncia que es-cucharon mis oídos y registrómi corazón y expresando losgestos que inspiró la humanasolidaridad y cristiana cari-dad. Otros hablarán de lo quehan sufrido en su cuerpo, en su

    espíritu y en su familia. Entretodos escribiremos un libro detan argentina vibración, que loquieran repasar las generacio-nes del futuro para perpetuamemoria y edificación.” 

    Creyente

    Las convicciones más profun-das para perseverar en estaacción solidaria me las ha

    brindado mi fe en Dios. He des-cubierto, a la luz de los aconte-cimientos con mayor claridad,que Dios es compasivo con elque sufre, comprometido con elpobre, justiciero a favor del per-seguido implacablemente.

    Es el Dios de la vida, que quie-re ser respetado en todo ser hu-mano. Su interpelación a Caín

    (“¿Dónde está tu hermano?”  )atraviesa los siglos, iluminandocomo un relámpago las nochesmás tenebrosas de la historia.

    En los Salmos resuena el clamorde los indigentes y la respuesta

    del Dios de la justicia. Un ejem-plo: (Salmo 82,1-4):

    “El Señor se levanta en la asam-blea divina y juzga en medio delos dioses:¿Hasta cuándo juzgarán injus-

    tamente y favorecerán a los malvados?¡Defiendan al desvalido y alhuérfano,hagan justicia al oprimido y al pobre;liberen al débil y al in-digente; rescátenlos del poder de los impíos”.

    El nuevo orden propuesto porDios a la humanidad es la tareadel Mesías que, los cristianos

    creemos es Jesús de Nazareth(Salmo 72,12-14):

    “Porque él librará al pobre quesuplica y al humilde que está desam- parado.Tendrá compasión del débil ydel pobre, y salvará la vida de los indi-gentes.los rescatará de la opresión yla violencia, y la sangre de ellos será precio-

    sa ante sus oj os.” 

    Discípulo

    Los que profesamos nuestra ad-hesión a este Jesús, escucha-

    mos sus palabras con respetuo-sa obediencia. Él no sólo nosseñaló el camino hacia Dios.También expuso con meridia-na claridad los fundamentos dela dignidad personal del ser hu-mano, exigiendo una conductaconsecuente. Nadie puede acce-der a Dios, si no está en relaciónde fraternidad y amistad con suprójimo. La reconciliación esimprescindible y nadie ha deponer obstáculos a la felicidadde otra persona.

    En la parábola del Buen Sama-ritano (Lucas 10,25-37) ha des-plegado Jesús un esquema de

    sentimientos y acciones de vi-gencia permanente. Para quie-nes hemos acompañado el do-lor de los familiares de losdesaparecidos, esta página delEvangelio ha sido fuente in-agotable de recursos morales yenergías espirituales.

    En la descripción anticipada delJuicio Final, encontramos otro

    de los grandes estímulos denuestra cercanía con los afecta-dos por la represión totalitaria,así como con los afectados conposteriores medidas del régimendemocrático que inferían gravedaño a la familia y al individuo.

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    La aseveración de Cristo: “les ase-guro que cada vez que lo hicieroncon el más pequeño de mis her-manos lo hicieron conmigo” (Ma-teo 25, 40), ratificaba mi propósi-to y nuestro propósito (me refieroa cuántos bregábamos juntos porla causa de los derechos huma-nos) de afrontar en ese empeñotodas las consecuencias.

    Sí la acción social determina laconducta del discípulo y segui-dor de Jesús con la fuerza de unaconsigna, deduzcamos que la de-fensa y promoción de la vida ydignidad de la persona humanaconstituye uno de los aspectos

    más salientes de ese campo, lle-gando a ser un verdadero test deautenticidad cristiana.

    Una valiosa tradición

    Cuando la historia, después dela Paz de la Iglesia (año 313) fuemarcándose en forma crecientecon la cultura cristiana, los pas-

    tores fieles a su misión tuvieronque urgir la denuncia de los ex-cesos de una clase social quepresumía de cristiana. La expre-sión más frecuente aparece enla defensa del pobre. Los textosson numerosos y han marcado

    profundamente mi corazón dePastor. Decía San Basilio (muer-to en el año 379):

    “¿Qué responderás al Juez, túque revistes las paredes y de- jas desnudo al hombre? ¿Tú,que adornas a los caballos y

    ni siquiera te dignas mirar a tuhermano cubierto de harapos?¿Tú, que dejas que se te pudranlos alimentos y no alimentasa los hambrientos? ¿Tú, queguardas el dinero y despreciasal que muere por no tenerlo?Pero, dime: ¿De qué te apro-vecha llevar la mano ilumina-da por piedras preciosas? ¿Aquién perdonó la muerte porconsideración a sus riquezas?¿De quién se espantó la enfer-

    medad por su mucho dinero?

    ¿Hasta cuándo habrá riquezasque sean causa de guerras, porlas que se fabrican las armas yse afilan las espadas?”

    (José Ignacio González Faus:Vicarios de Cristo, Madrid, 1991,págs. 22- 3).

    En otro orden de cosas, Obisposconscientes de su deber no seamilanaban ante el gobierno, si

    los hombres que lo representa-ban claudicaban en su moral cris-tiana. Es bien conocido el episo-dio de San Ambrosio (Obispo deMilán, muerto en el año 397), en-frentando al emperador Teodo-sio. Este, en un arrebato de ira,

    Foto: (detalle) Carlos Brigo

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    había hecho matar a 7000 hom-bres de Tesalónica, como represa-lia. Estas palabras las pone el his-toriador Teodoreto en labios deAmbrosio, excomulgando transi-toriamente al emperador:

    “¿Y con esos vuestros ojos os

    atrevéis a contemplar la Igle-sia, que es el hogar común paratodos? ¿Tenéis valor para ex-tender esas manos en actitudorante? ¿No véis cómo aún cho-rrea la sangre de aquella crimi-nal mortandad? ¡No conciboque tales manos se atrevan arecibir el Sacrosanto Cuerpodel Señor!” 

    (Hugo Rahner: «Libertad de laIglesia en Occidente», Buenos

    Aires, 1949, Pag. 155).

    No es extraño que el Evange-lio penetrara profundamente enla legislación de la Iglesia. LosObispos participantes de losConcilios Provinciales en los si-glos de transformación culturalde Europa (segun-da mitad delprimer milenio cristiano) toma-ron como suya la causa del po-

    bre, del oprimido, del violenta-do. Reiteran la proclamación dela dignidad e igualdad de todapersona humana en la presen-cia de Dios y cohíben con ame-nazas y penas especiales a losincendiarios y violentos.

    El Concilio Vaticano II ha reto-mado un principio de aquella le-gislación, en la que palpita tantasensibilidad humana y cristiana:“alimenta al que muere de ham-bre porque, si no lo alimentas, loasesinas” («Decreto de Gracia-no», capítulo 21, distinción 86; ci-tado en la Constitución sobre laIglesia en el mundo actual N° 69).

    Fidelidad al ConcilioVaticano II

    Los Obispos reunidos en elConcilio Vaticano II asumieronla causa de los Derechos Hu-

    manos. En el documento “Gau-dium et Spes” (1965), sobre laIglesia en el mundo moderno, seexpresaron así (N° 27c):

    “No sólo esto. Cuanto atentacontra la vida -homicidios decualquier clase, genocidios,aborto, eu-tanasia y el mismosuicidio deliberado-; cuantomola la integridad de la perso-na humana, como, por ejemplo,

    las mutilaciones, las torturasmorales o físicas, los conatossistemáticos para dominar lamente ajena; cuanto ofende ala dignidad humana, como sonlas condiciones infrahumanasde vida, las detenciones arbi-trarias, las deportaciones, laesclavitud, la prostitución, la

    trata de blancas y de jóvenes;o las condiciones laborales de-gradantes, que reducen al ope-rario al rango de mero instru-mento de lucro, sin respeto a lalibertad y a la responsabilidadde la persona humana: todasestas prácticas y otras pareci-das son en sí mismas infaman-tes, degradan la civilizaciónhumana, deshonran más a susautores que a sus víctimas y sontotalmente contrarias al honordebido al Creador”.

    Ha sido norma invariable demi conducta poner en prácticalas orientaciones doctrinales ypastorales del Concilio. Consi-guientemente, he reparado unay otra vez los principios que, en

    materia de antropología y socio-logía y respecto del dinamismohistórico, propone la primeraparte de este documento rectorde la cosmovisión cristiana.

    Modesto servicioal ser humano

    Servicio a la verdad

    Me consideré siempre obliga-do a la verdad, en mi acompaña-miento de los familiares de losdesaparecidos. El encubrimien-to del lugar de detención y deltrato de los desaparecidos hasido una maniobra repugnan-

    te, sobre todo porque se obra-ba con el poder omnímodo deun régimen que carecía de todabase jurídica. Esa mentira ins-titucionalizada asentaba ante-cedentes de gravísimas conse-cuencias para nuestro estilo deconvivencia social.

    Servicio a la vidaTambién entendí defender lavida. Nunca quise aceptar la alter-nativa de la muerte inferida vio-lentamente a los desaparecidos.Con una profunda convicción delvalor de la vida humana, a la quesólo Dios ha de poner fin, evité enmis mensajes y homilías hasta la

    impresión de que aceptaba, comohecho consumado e irreversible,el asesinato a mansalva de milesy miles de jóvenes.

    Servicio a la familiaEn mis contactos con los fami-liares, me pronuncié claramentea favor de esta célula fundantede la sociedad. Escuchando losrelatos desgarradores de la sus-

    tracción nocturna de los seresqueridos, participé angustias,compartí la esperanza contratoda esperanza del reencuentro,me uní en la oración a la apela-ción creyente y apasionada alDios de la vida y de la justicia.

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    Servicio a la libertad

    “Cuando se aplasta bajo el piea todos los cautivos de un país;cuando se distorsiona el derechode un hombre en la presencia del

     Altísimo; cuando se perjudica aalguien en un proceso, ¿acaso nolo ve el Señor? ” (Lamentaciones3, 34-36). ¿Cómo se atrevían a en-tonar las estrofas del Himno Na-cional los que habían reducido elgoce de la libertad a un silenciotemeroso y precavido, median-te acciones violatorias de las ga-rantías constitucionales?

    Servicio a la justicia

    Unido a las diversas organizacio-

    nes de Derechos Humanos trata-mos de apelar a la justicia segúnla letra y el espíritu de nuestraConstitución. ¡Cuántos atrope-llos! Atropellos inauditos: priva-ción arbitraría de la libertad, in-terrogatorios bajo la presión detorturas, juicios sumarios, sen-tencias inapelables, indefensiónabsoluta, condenas a muerte, eje-cuciones clandestinas.

    Dignidad personaldel ser humano

    En esta actitud comprendí mejor lagrandeza personal de todo hombre

    y de toda mujer. Compartí más ple-namente el asombro del salmista:

    “¡Señor, nuestro Dios, qué admi-rable es tu nombre en toda la tie-rral ¿Qué es el hombre para que

     pienses en él, el ser humano paraque lo cuides? ” (Salmo 8, 2-5). Measombro yo también ante todoser humano, a quien Dios qui-so tener como colaborador enla obra de la Creación. Admi-ro irrestrictamente a este señor,a quien Jesús quiso tener comohermano, sin excluir a nadie.

    Permítanme, entonces, saludarcon respeto y entusiasmo:

     al ser humano que está por na-cer, exigiendo que se lo salva-guarde, que no lo asesinen cobar-demente, sino que le dejen ver laluz del sol y compartir plenamen-te la vida con sus semejantes;

     al niño que ya ha nacido, comoun mensaje viviente de alegría,para que no sea condenado a una

    muerte prematura o una existen-cia agónica por desnutrición;

     al joven y a la joven, para queno sean víctimas de la desespe-ranza, por falta de ejemplos, deideales, de trabajo:

     al anciano, cubierto de canas yde méritos, para que la sociedadno lo relegue a una marginacióndeprimente, sino que le permi-ta disfrutar todavía de muchosaños de existencia serena;

      al migrante, que no es nues-tro enemigo, sino un amigo quegolpea a las puertas y al cora-zón de una patria bendecida porDios con riquezas inagotables;

      al aborigen, desterrado prácti-camente de las tierras en que susancestros vivieron miles de años,para que sea acogido con todoslos honores y derechos de un ciu-

    dadano honrado y pacífico.

    Cuando tengamos en cuenta, ala luz de la fe, de la razón y dela historia, la inmensa dignidadde todo ser humano, desapare-cerán las discriminaciones, lasmarginaciones, las opresionesque envilecen y envenenan laconvivencia nacional e interna-cional. Respetaremos en el otro,

    hombre o mujer, joven o adulto,blanco o negro, a un amigo, sa-ludándolo con afecto y sirvién-dole con desinterés.

    >>>

    Compromiso ulterior conlos Derechos Humanos

    El gesto de buena voluntad queha tenido para conmigo la Uni-versidad Nacional de Quilmesrepresenta para mí el compro-miso de unirme ulteriormente atodos los hombres y mujeres debuena voluntad para defendery promover los derechos huma-nos inalienables, constantementeamenazados y aún atropellados.

    La democracia, felizmente res-tituida en nuestra Patria a par-tir del 10 de diciembre de 1983,gozará de buena salud y po-

    drá prometerse larga duraciónsi asegura a todo ciudadano elgoce de derechos que la NaciónArgentina asumió ante la opi-nión pública mundial. Enume-ramos algunos de ellos:

     El derecho al trabajo, superandocon urgencia el grave problema dela desocupación, que deprime alindividuo y desintegra la familia;

     el derecho a la vivienda propiay digna para que desaparezcade la escena nacional el cuadrode familias que han de vivir encarpas de nylon, castigados porel frío y las lluvias;

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     el derecho a la salud, destinan-do en los presupuestos partidassuficientes, con planes bien ela-borados, para que ningún ar-gentino se vea impedido de ac-ceder al médico, disponer de lamedicación necesaria y asegu-

    rarse una eventual internación;

     el derecho a la educación, paraque recuperemos nuestra otrorabien merecido nombre de paísinteligente y bien formado,

      el derecho a la información,completa, veraz y edificante,para que los poderosos mediosde comunicación colaboren con

    las familias y no las atropellen,ingresando en la intimidad delhogar con imágenes y mensajescontrarios a nuestra cultura.

    Fidelidad a la consignade Santo Domingo (1992)

    Los Obispos reunidos en la 4ªConferencia del Episcopado La-

    tinoamericano se expresaron eneste tenor respecto de los Dere-chos Humanos:

    a. Desafíos pastorales

    N° 166. “La conciencia de los de-rechos humanos ha progresado

    notablemente desde Puebla, jun-to con acciones significativas dela Iglesia en este campo. Pero almismo tiempo ha crecido el pro-blema de la violación de algunosderechos, se han incrementadolas condiciones sociales y polí-

    ticas adversas. Igualmente se haoscurecido la concepción de losmismos derechos por interpreta-ciones ideologizadas y manipu-lación de grupos, mientras apa-rece una mayor necesidad demecanismos jurídicos y de parti-cipación ciudadana”.

    N° 167. “Los derechos humanosse violan no sólo por el terro-

    rismo, la represión, los asesina-tos, sino también por la existen-cia de condiciones de extremapobreza y de estructuras eco-nómicas injustas que originangrandes desigualdades. La into-lerancia política y el indiferen-tismo frente a la situación delempobrecimiento generalizadomuestran un desprecio a la vidahumana concreta que no pode-

    mos callar”.

    “Merecen una denuncia espe-cial las violencias contra los de-rechos de los niños, la mujer ylos grupos más pobres de la so-ciedad: campesinos, indígenas

    y afroamericanos. También hayque denunciar el negocio delnarcotráfico”.

    b. Líneas pastoralesN° 168. “Promover, de modo máseficaz y valiente, los derechos

    humanos, desde el Evangelioy la Doctrina Social de la Igle-sia, con la palabra, la acción yla colaboración, comprometién-dose en la defensa de los dere-chos individuales y sociales delhombre, de los pueblos, de lasculturas y de los sectores margi-nados, así como de los desprote-gidos y encarcelados”.

     “Comprometerse en la defensade la vida desde el primer mo-mento de la concepción hastasu último aliento”.

      “Participar con discernimien-to en organismos de diálogo ymediación y también en insti-tuciones de apoyo a las diver-sas clases de víctimas, con lacondición de que sean serios y

    no instrumentalicen medianteideologías incompatibles con laDoctrina Social de la Iglesia”.

      “Empeñarse firmemente, a laluz de los valores evangélicos, enla superación de toda injusta dis-

    criminación por razón de razas,nacionalismos, culturas, sexosy credos, procurando eliminartodo odio, resentimiento y espí-ritu de venganza y promoviendola re-conciliación y la justicia.”

    Se ha hecho algo,pero no todo

    En mi prólogo al folleto “Frater-nidad sí, violencia no”, tracé uncuadro de los gestos y serviciosconcretos de la situación cercadapor el terrorismo del Estado queexistía. Transcribo parcialmente:

    “¿Hubo llamados de emergencia?Por de pronto, la respuesta ha deser: hubo casos de emergencia.Hubo numerosos casos. De emer-gencia extrema: allí donde la dig-nidad y la vida, no ya sólo de unindividuo, sino de la humanidadmisma son prostituidas y deterio-radas hasta la desfiguración”.

    “Cuando hay un tornado que

    arrasa barrios enteros, cun-de la alarma y toda la comuni-dad acude en socorro de los si-niestrados. Dígase lo propio degrandes incendios y de inun-daciones devastadoras. Entrenosotros hubo emergencia en

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    Foto: (detalle) patriagrande.org.ar

    muchos hogares, en dimensio-nes profundas de la cultura, enconsecuencias de largo alcanceen nuestro dinamismo históri-co. La comunidad no acudió ni

     pronta, ni masivamente en ayu-da de estos damnificados. ¿No

    hubo alarma? Si la hubo, ¿fuedébil, indecisa o complacientecon el poder?” 

    “¿O falló la respuesta solidaria?¿O faltaron voluntarios para laacción de salvataje que exigíanlas críticas circunstancias porlas que atravesaban tantos her-manos nuestros? Tal vez, orde-nando más los ítem, quede me-

     jor bosquejado todo un mundode interrogantes.

    “En el seguimiento pastoral de“desaparecidos” y de “detenidosdel PEN” pueden desglosarsecuestiones como:

     Salas de reunión con garantíasde seguridad personal ante acti-tudes intimidatorias de fuerzas

    de seguridad en los meses másduros de la represión.

      Asistencia pastoral de conso-lación (lectura comentada de laBiblia; oración, escucha y diálo-go sereno).

     Tramitaciones de visitas a los penales.

     Reclamos ante las jefaturas ydirecciones para conseguir tra-to humano en las cárceles.

      Facilitar tramitaciones antelas autoridades reclamando in-formación en el caso de las des-apariciones.

     Asistencia en dinero a familias pobres que debían hacer, a ve-ces, largos viajes, para reclamar

     por desaparecidos o para visitara familiares detenidos.

      Asistencia a los abuelos quese debían encargar de los nietos“huérfanos”.

     Reclamar de las autoridades ymedios de comunicación socialrespeto al dolor y a la fama delos familiares siniestrados.

     Llevar el eco de este reclamo ala catequesis de la iglesia (homi-

    lía, preparación a los sacramen-tos, colegios, órganos periodísti-cos católicos...).

     Preocuparse del buen nombrede los hijos o hermanos menores

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    de las víctimas de la represiónen escuelas y universidades.

     Preocuparse de la extrema ne-cesidad de las familias privadasde recursos por las desaparicio-nes (abuelos, niños...).

    “La lista es larga, pero de ningu-na manera es completa. Para elfin propuesto aquí no hace fal-ta la integridad material de losítem. Lo que sí cabe afirmar esque se trata de realidades muyconcretas y agónicas: no se pue-de pasar de largo indiferente-mente. Porque Cristo estuvo enesos cuerpos torturados, en esos

    corazones desgarrados, en esosniños aterrorizados.” 

    “Hemos de confesar nuestras li-mitaciones, a veces graves. Enmomentos en que el Papa nosexhorta a reconocer faltas y pe-cados, aún del pasado de la Igle-sia, pedimos perdón a Dios, a losfamiliares de los desaparecidos

     y a toda la comunidad. La con-

    memoración de los 20 años delfatídico 24 de marzo de 1976agrega su cuota de urgencia yreparación a este sincero reco-no-cimiento.” 

    >>>

    Reconocimientoagradecido

    ¡Honremos a los hombres y mu- jeres que nos han marcado, consu vida ejemplar y su muerte he-roica, el sendero luminoso del va-

    lor, de la defensa y de la promo-ción de los Derechos Humanos!La historia, tomando distanciade los acontecimientos para jus-tipreciarlos en su real significa-ción, los ha integrado en la gale-ría de los héroes verdaderos, paraadmiración e imitación. Nues-tro siglo, que tantos horrores vio,causados por personajes nefas-tos, también conoció la noble lu-

    cha del Mahatma Gandhi, de Lu-ther King, de Oscar Romero y deEnrique Angelelli. ¡Gloria a ellosy a los innumerables hombres ymujeres que, anónimamente, consu conducta, pusieron el basa-mento de la efigie de una huma-nidad libre y fraterna!

    Mi reconocimiento se dirigeigualmente a los familiares de

    los desaparecidos. Con su tesónindoblegable representan parael país una reserva moral, aqui-latada en el mundo entero.

    Agradezco mis hermanos católi-cos de la Diócesis de Quilmes,

    que supieron interpretar correc-tamente mi actitud en el área delos Derechos Humanos.

    Un emocionado reconocimientova para mis hermanos del Movi-miento Ecuménico por los Dere-

    chos Humanos. Hemos compar-tido, en la defensa y promociónde la dignidad de la persona hu-mana, densos años del más ge-nuino ecumenismo.

    Agradezco a la UniversidadNacional de Quilmes el alientoque ha brindado a un grupo in-vestigador sobre los DerechosHumanos. Agradezco, en fin,la distinción que la misma Uni-versidad me ha que-rido otor-

    gar y que dedico a todos losque, creyendo en el hombre, sele acercan como amigo, herma-no, servidor.

    * * *

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    La praxis de la fe en la experiencia de dolor y acción, obró comofuente posibilitadora de mudanzas y motivadora de reaccionesante el poder dictatorial. La oración como encuentro con Dios, y

    como práctica realizada en el templo fue desplazada hacia la pla-za, a las calles, comisarías, despachos, haciéndolos emerger comonuevos areópagos.Isabel Iñiguez propone en este texto una mirada teológico-pastoralsobre el compromiso de Jorge Novak como obispo de la Diócesis deQuilmes durante la última dictadura militar. Reconoce en su figuraun ícono de inspiración y responsabilidad ética y evangélica.

    ESPERANZA EN ACCIÓN CERCANÍA Y CORAJEIsabel Iñiguez (*)

    UNA MIRADA SOBRE LA PASTORAL DE LOS DERECHOSHUMANOS DE JORGE NOVAK

    Foto: http://profesor-daniel-alberto-chiarenza.blogspot.com.ar/

    Presento la Pastoral de los Dere-chos Humanos, resaltando des-de la imagen de pastor al obispoJorge Novak, el diálogo con lasMadres de la Plaza Quilmes y eltrabajo ecuménico en el MEDH,conformando una figura pasto-

    ral significativa, porque pública-mente han emergido de la reali-dad, por lo significativo de susvidas y el compromiso de susprácticas con los sufrientes de lahistoria, en los contextos que letocó vivir, generando un testimo-nio relevante de interpelaciónde enseñanzas del evangelio ennuestra contemporaneidad.

    En primer lugar me voy a refe-rir a la figura teológico-pastoral,que representa el Obispo Jor-ge Novak durante su MinisterioEpiscopal, como primer Obispode la diócesis de Quilmes, (1976-2001), luego en relación al diá-logo con las Madres de la Plazade Quilmes y el trabajo conjun-to con el MEDH en la pastoral delos Derechos humanos.

    Como figura teológico-pastoral,el Obispo Novak, emerge consignificado por la implementa-ción organizativa diocesana entodas las pastorales, desde lamodalidad de Iglesia gestada

    y recreada en ese espacio vitalen el que confluyen la incultu-ración diocesana de las opcio-nes y orientaciones emanadasdel Concilio Vaticano II. En estesentido, toda la obra del PadreObispo Jorge Novak, ha dejado

    impreso en la diócesis una mar-ca, configurándola con el espíri-tu pastoral del Concilio VaticanoII que tuvo su recepción signifi-cativa en el Sínodo Diocesano dela Palabra en (1981-1984).

    En lo académico, ejerce desde1958 en la docencia de Historiade la Iglesia en la Facultad deTeología de la Universidad Ca-

    tólica “Santa María de los Bue-nos Aires”; en la Facultad de His-toria y Letras de la Universidaddel Salvador (Buenos Aires); enel Seminario Mayor San José (LaPlata); en el Instituto de Cultu-ra Religiosa Superior (BuenosAires); en el Escolasticado, SanFrancisco Javier de los Misio-neros del Verbo Divino, (RafaelCalzada); en el Instituto Superior

    del Profesorado Presbítero Anto-nio Sáenz (Lomas de Zamora);en el Instituto del Profesoradodel Espíritu Santo, (Quilmes); enel Seminario de Catequesis de laDiócesis de Quilmes y en el Cen-tro de Estudios Filosóficos y Teo-

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    lización, lo que hago es expre-sar en esta frase punzante del

     Apóstol: Pobre de mí si no pre-dicare el Evangelio” (1 Co 9,16),( Novak 1976p.2 ). Esta tarea quele tocó desarrollar en el marcodel teodrama de la noche oscu-

    ra, dado el contexto, el perío-do de dictadura militar que go-bernó nuestro país entre 1976y 1983 auto titulado “Procesode Reorganización Nacional”;y en el marco de la democracia1983-2001, como “Nuevos tiem-pos”. El testimonio del Obispo,dejó impreso un camino de re-ferencia en los fieles y en hom-bres y mujeres de buena volun-

    tad como pastor que “escucha”el clamor en la Iglesia de Quil-mes. Su voz fuerte y clara entantos planos, lo ha sido espe-cialmente cuando se levantópara denunciar toda violacióna los Derechos Humanos comocontradicción al plan de Diosreleyendo el episodio de Caíny Abel:“Dónde está tu herma-no, Abel”, (Gn, 4,9-10), Novak,(1976),p.5. En este proceso seobserva el modo como los De-rechos Humanos fueron conce-bidos por su práctica y discur-sos como contenido propio dela acción pastoral confluyen-do en una correlación ente Bi-

    lógicos Santo Toribio de Mogro-vejo (Quilmes); y como titular dela Cátedra de Derechos Huma-nos en la Universidad Nacional,(Lomas de Zamora).

    La vida y el ministerio episco-

    pal de Jorge Novak en la dióce-sis de Quilmes, han sido aborda-dos desde muchos ángulos. Ensu transcurso se ha ido abrien-do camino una presentación delconjunto de su praxis evangeli-zadora en cuatro ejes temáticos:Derechos Humanos, misión per-manente, ecumenismo y opciónpreferencial por los pobres. Enesta presentación trato uno de

    los ejes: La Pastoral de los Dere-chos Humanos en el ministerioepiscopal de Jorge Novak (1976-2001) como defensor de la vida yde la dignidad, reflexionó e im-plementó dando respuesta a los“signos de los tiempos” a lo largode su servicio episcopal.

    La figura de un hombre y pas-tor que entrega su vida y lo sig-nificativo de su figura en su mi-nisterio episcopal lo manifiestasu práctica en la opción por lospobres, por el compromiso conlos sufrientes de la historia: “Esnuestra más urgente tarea comocomunidad cristiana la Evange-

    blia- cristología-antropología;teología- historia de la Iglesia yevangelización profética.

    En este plano, el ministerio deJorge Novak desde el prisma delos Derechos Humanos supone

    un original acceso a una vida/teología que puso en primer pla-no la convicción de la presenciade Jesús, el Cristo en los sufrien-tes pisoteados en sus prerrogati-vas básicas e identificados conÉl, por su inalienable condiciónde imagen y semejanza del Crea-dor. En el contexto de una situa-ción cultural latinoamericana yargentina marcada por la viola-

    ción sistemática de la dignidadhumana, desde los resortes delEstado, que pone de manifiestola novedad evangelizadora delPadre Obispo y lo que significósu opción por los sufrientes quederivó en una propuesta pastoraly el servicio a los pobres comosujeto de derechos, ante las ne-cesidades básicas de los habitan-tes de la diócesis.

    La Pastoral de los Derechos Hu-manos llevada adelante por Jor-ge Novak como Obispo de Quil-mes está en íntima relación conuna concepción eclesiológicaque tiene al binomio inclusión/

    comunión como eje articula-dor. Se trata de una modalidadde Iglesia, Pueblo de Dios enel que confluyen la incultura-ción diocesana de las opcionesy orientaciones emanadas delConcilio Vaticano II –particular-

    mente del tándem Lumen Gen-tiun, Gaudium et Spes– y la teo-logía post-conciliar de AméricaLatina. En este proceso, perciboque Jorge Novak buscó y logróplasmar, en la vida diocesana engeneral y en la pastoral de losDerechos Humanos en particu-lar, una Iglesia Pueblo de Diosincluyente y comunional.

    Al decir Pastoral de los Dere-chos humanos, desde sus dimen-siones, me refiero a la diakonia,kerigma y martyria, ( Brighenti,

     2011, p.43 ), y aplicados en rela-ción con los derechos humanos(Iñiguez,2014,p.51). Diakonía encuanto a la práctica, de accio-nes, dichos y escritos pastoralesllevadas a cabo por Jorge No-vak como servicio de la Iglesiadiocesana en la temática de losDerechos Humanos referidas ala defensa de la dignidad de lapersona humana. Tal dignidad,se traduce en temas concretos:la verdad sobre los desapare-cidos; la justicia hacia quienes

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    han sido sustraídos de la accióndel Poder Judicial para quedar adisposición del Poder EjecutivoNacional; la vida de los Niñosnacidos en cautiverio. Así comoel reclamo de los emergentesderechos fundamentales, que

    derivan de la Opción preferen-cial por los pobres en el procesodemocrático (1983-2001). El Ke-rigma como proclamación fun-damental es la dignidad que atodos, sin distinción alguna leses propia. Al reivindicar tal dig-nidad nos mueve la revelacióncontenida en el mensaje y en lapersona misma de Jesucristo: Elconocía lo que hay en el hombre

    (Jn 2,25) (Cf DP316).

    El Padre Obispo Novak, en laCarta Pastoral sobre la actitudsolidaria con los familiares delos desaparecidos ha expresadosus objetivos trazados y logra-dos: “Mi magisterio ha llenadoun triple objetivo: de consola-ción y esperanza a los familia-res inmediatamente afectados;de evangelización a la opinión

     pública y de enseñanza a nues-tros fieles de parroquias y cole-gios”, (Novak, 1983). La defen-sa de la vida y de los DerechosHumanos, como ampliamentese expresa en la publicación en

    homenaje a Jorge Novak, Tes-tigo y sembrador de esperanza,son presentadas como acentosconstitutivos de una respuesta/propuesta de pastoral frente ala situación histórica, que buscódefender los derechos de las Per-

    sonas en su dignidad y de los pe-didos de paz ante las guerras enque se intentaban someter a losPueblos, en esos contextos.

    Al presentarlas, implica tambiénasumir algunos criterios de dis-cernimiento teológico pastoralcomo Interpretación de los He-chos de Pastoral de los DerechosHumanos desde una Hermenéu-

    tica teológica con el abordajeteológico-sistemático, desde lapregunta: ¿Qué hiciste de tu her-mano?, desde un abordaje bíbli-co; el rostro de la pastoral de losDerechos Humanos, desde el en-foque antropológico-cristológi-co y la Pastoral de los DerechosHumanos desde una eclesiolo-gía de inclusión y comunión. Lareflexión teológica de los Dere-chos Humanos como signo delos tiempos y la Pastoral de Jor-ge Novak, como reacción antelos anti-signos explicitan el mo-delo pastoral que está en juegoen estas acciones, opciones ydiscursos, en el cauce de la her-

    menéutica bíblica y teológica dela Gaudium et Spes y de su re-cepción latinoamericana.

    Considero que una pastoralcomo la de los Derechos Huma-nos sólo puede ser fielmente in-

    terpretada desde una actitudprofética de denuncia del con-texto y del poder oculto y mani-fiesto de las dictaduras latinoa-mericanas. Proceso, leído desdelos aportes de la teología de la li-beración como reflexión críticade la praxis histórica a la luz dela Palabra de Dios y de los Docu-mentos pastorales de la Iglesia.Momento reflexivo de la profecía

    que arranca de la realidad huma-na, social, histórica para pensardesde un horizonte más macrolas relaciones de injusticia quese ejercen desde el centro contrala periferia de los pueblos, pro-duciendo situaciones de extre-ma pobreza que adquieren en lavida real rostros muy concretosen los que deberíamos reconocerlos rasgos sufrientes de Cristo, elSeñor, que nos cuestiona e inter-pela. (Cf. DP 31)

    >>>

    Las Madres de laPlaza Quilmes

    En este punto me refiero a lasMadres, como mujeres, ante ladesaparición de sus hijos e hijasen el contexto histórico de dicta-

    dura en el país y la consecuenteforma organizativa en el escena-rio de la plaza. Desde la reflexiónteológico pastoral y en la pers-pectiva de género resalto la figu-ra novedosa de resistencia y defe en la pastoral de los derechoshumanos. Para este tema me re-mito a la presentación realiza-da en el marco del 1º Congresode Teólogas Latinoamericanas y

    Alemanas (Bs.As.2008).

    Las Madres de la Plaza, emergie-ron del silencio y la noche fren-te a la época más cruel en el es-cenario de la plaza. Todo esto enel marco de las dictaduras paraAmérica Latina, diseñada desdelos centros de poder y la imple-mentación del Plan Cóndor paraAmérica del Sur, en aplicación

    de la Doctrina de la SeguridadNacional. El secuestro de milesde personas, con la consecuenteprivación ilegítima de la libertaden Centros Clandestinos de De-tención. En ese período se reali-za la apropiación de los hijos de

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    los desaparecidos-bebés secues-trados y nacidos en cautiverioimplementándose una campañade acción psicológica específicabasada en el control social.

    La Plaza se tornó espacio de con-

    quista de libertad y resistencia:“Nos creamos en la Plaza porqueen otros organismos no nos sen-tíamos bien cerca; había siem-

     pre una cosa más burocrática yen la Plaza éramos todas iguales,nos contábamos ese ¿qué pasó?,¿cómo fue?; a todas nos pasabalo mismo, por eso la Plaza nosagrupó, nos consolidó. Además,no queríamos que se le llame ron-

    da a lo que hacíamos, porque ron-da es rondar sobre lo mismo, peromarchar es marchar hacia algo ylas Madres, creemos que aunquesea en círculo, estamos marchan-do hacia algo”.

    En la plaza, las mujeres encuen-tran un lugar para situarse, unlugar desde el cual pueden de-safiar los prejuicios de todo tipoque siguen rebajando el valor desus vidas en la sociedad y tam-bién experimentado en las Igle-sias. La práctica de las madrespor la ausencia, por el grito des-de sus entrañas ante el secuestroy desaparición forzada de sus hi-

     jos e hijas, arrancadas/os de sushogares, pudieron saltar todoslos muros. Sintieron la fuerza yla Fe que vence el miedo para re-sistir, organizarse y salir tocandopuertas, iniciando una búsquedaincansable.

    Resalto la sorprendente Fe delas Madres, frente a la exclusiónque vivieron y en algunos ámbi-tos de iglesias. La oración de suslabios, manifiesta su fuente defuerza para resistir el dolor y elmiedo, algunas voces:

    “Rezamos al gritar y pedir gri-tando por los desaparecidos al-

    rededor de la Plaza de Luján, fuecuando el país se enteró que ha-bía desaparecidos” (…)

    “Frente a la persecución que su-frimos, cuando se llevaron a Fa-miliares, a las Religiosas y a dosde nuestras Madres: Mary Ponce

     y Esther Balestrino de Cariadaen la Iglesia de la Santa Cruz yluego a Azucena Villaflor” (…)

    “Cuando llegamos a la PlazaMoreno, en La Plata, la policíanos rodeó para aislarnos del gru-

     po, comenzamos a rezar. Y reza-mos Padres Nuestros y Aves Ma-rías y Rosarios”.

    Foto: Carlos Brigo (detalle)

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    “En noviembre de 1977 comien-zan a encontrarse todos losviernes en la Catedral de Quil-mes, a las 17 hs, a rezar el rosa-rio y a la salida encontrarse conlas Otras madres”.

    “En la Peregrinación a Luján,como necesitábamos identificar-nos comenzamos a usar el “pa-ñuelo blanco”, que no era otracosa que el símbolo de un pañalde nuestros hijos”.

    En los comienzos, muchas ma-dres y familiares recurrían alObispo para pedir ayuda y enÉl, encontraron un padre, un

    amigo que las escuchó. En todaocasión, el Obispo Novak, hacíaparte a la comunidad diocesanasobre los hechos y en la apertu-ra del Sínodo Diocesano, hizomemoria del trabajo pastoral. Laacción del Obispado tenía uninflujo fuertemente animadorsobre las familias, brindando elespíritu, el espacio humano y fa-voreciendo la información y co-laboración con los familiares dedesaparecidos y los detenidospresos por el Poder EjecutivoNacional del gobierno de facto.

    Las Madres y Abuelas, mujeres,sujeto de conciencia y organiza-

    ción, desde la perspectiva de gé-nero han tenido que enfrentar ladoble injusticia en la praxis delos derechos humanos. Las si-lenciadas en la vida cotidiana,las sin nombre y luego reforza-do este silencio por las estruc-

    turas y el terrorismo de estado,utilizaron sus propios cuerposcomo símbolo vivo del poder dela memoria, negándose a acep-tar que la injusticia dijera la úl-tima palabra. A través de susactos de memoria pública, lite-ralmente peligroso, ayudarona crear una realidad diferente.Pero, son ellas mismas, las Ma-dres, en sus testimonios, quie-

    nes manifiestan el crecimientode conciencia y organizaciónen el proceso, así decían: “A pe-sar de que nos impidan voy air a la marcha, por primera vezvoy a entrar en la ilegalidad, adesafiar la ley”. “He dejado deser esa madre ingenua pero co-rajuda dispuesta a escalar mon-tañas para encontrar a mi hijo”.“La sola idea de que a conse-cuencia de nuestra acción pu-diéramos encontrar respuestas,es un motor cuya potencia ellosni siquiera sospechan. Ni susamenazas, ni sus fusiles puedencontra la fe de una madre”. “Nosllevaban presas, nos golpeaban,

     ponían perros en la Plaza, nos ti-raban gases”. 

    Cuando las Madres hacen me-moria de la lucha de sus hijos, sesienten continuadoras del pro-yecto de búsqueda de una nueva

    sociedad. Al considerar que sushijos tenían razón, que había quecambiar el tipo de sociedad queexcluye, asumen la legitimidadde la lucha política de ellos y per-miten que se realice un ejerciciode memoria acerca de la géne-sis del plan de ajuste estructural,que comenzó durante el procesoy se consolidó en el gobierno delos 90 y ellas, aseguran en la con-

    ciencia colectiva la permanenciade la lucha por la defensa de losderechos humanos.

    Las Madres y Abuelas, experi-mentan la socialización de sumaternidad como un milagro:“Fue un milagro socializar nues-tra maternidad; fue un milagroencontrar en otros hijos a nues-tros propios hijos”. Ellas, se hanconstituido en el paradigma dela práctica política a partir deldolor más allá de lo personalsino social, de una abierta rebel-día hacia el gobierno militar yhacia las formas de hacer políti-ca de los partidos tradicionales.

    Representan el ejercicio de ma-ternidad social, la salida a lo pú-blico para buscar al hijo y a todoslos hijos. Las Madres nos reflejanel concepto universal de mater-nidad.

    La praxis de la fe en la experien-cia de dolor y acción, obró comofuente posibilitadora de mudan-zas y motivadora de reaccionesante el poder dictatorial. La ora-ción como encuentro con Dios,y como práctica realizada en eltemplo fue desplazada hacia laplaza, a las calles, comisarías,despachos, haciéndolos emergercomo nuevos areópagos.

    La plaza que obrara como suhuerto de los olivos, espacio dedecisión, para enfrentar la pa-sión y muerte, fue también vivi-da simbólicamente, como esce-nario de resurrecciones, decían:“Nuestros hijos nacen cada día,el milagro de la resurrección se

     provoca cada jueves en la Pla-za, ahí resucitan en cada plaza,ahí nacen todos los jueves y vivencada semana y cada día con no-sotras” . Ellas, como gestoras delmovimiento de reivindicaciónpor la vida, tejiendo y compar-tiendo juntas han modificado sumodo de estar en la familia y en

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    la sociedad, han puesto la pala-bra y el cuerpo, transformandopúblicamente su lugar y rol en lasociedad argentina, comenzan-do a ser sujeto y no objeto de loslugares prohibidos. Esa modifi-cación del lugar del cuerpo de la

    mujer, del lugar de acción y deexpresión, en lugar de la prohibi-ción de la presencia, les hace ex-perimentar la resurrección comopresencia, memoria y esperanza,rememorando los huesos secosque expresa poética y profunda-mente el profeta Ezequiel.

    Ellas, con sus pañuelos blancos,constituyen el símbolo de con-

    tinuidad de la defensa y digni-dad de la vida, en la búsquedade una sociedad que se aproxi-me al Reino de Dio