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Edición Nº1 NOVIEMBRE

El Anden Cultural

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Revista sobre CC Estacion Provincial por Estudiantes de Comunicaicon Social UNLP. Noviembre 2011

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Page 1: El Anden Cultural

Edición Nº1NOVIEMBRE

Page 2: El Anden Cultural

PÁGINA 3/ Editorial

PÁGINA 4 Y 5/ Estación Provincial: Un recorrido histórico desde sus inicios hasta llegar al día de hoy

PÁGINA 6/ “El cierre cambió la fi-sonomía del barrio, al morir el tren, murió el barrio también” (entrevista a Beatriz Belo-ex ferroviaria y funda-dora del centro cultural)

PÁGINA 7/ El plan Larkin de 1961: de la interrupción al ocaso

PÁGINA 8 Y 9/ La suerte de cumplir 13 años

PÁGINA 10/ “Hay que seguir traba-jando mucho para el barrio y para toda la ciudad de La Plata” (entre-vista a Abel Gutiérrez-fundador del centro cultural)

PÁGINA 11/ RCC Radio: el programa de la Red de Centros Culturales

PÁGINA 12 Y 13/ Aprendiendo la cul-tura en los talleres de la Estación

PÁGINA 14 Y 15/ Los Okupas del an-dén: teatro en la estación

PÁGINA 16/ Meridiano V: el circuito cultural

PÁGINA 17/ Anecdotario

PÁGINA 18/ Cuento: “Los pies de hierro”

Director editorial: Quidu Lavagna.

Jefe de redacción: Matías Seillant.

Redactores: Quidu Lavagna, Matías Seillant, Isaac Quispe Rojas y Fabia Hujarshi.

Fotografía: Quidu Lavagna, Matías Seillant, Isaac Quispe Rojas y Fabia Hujarshi.

Edición: Fabia Hujarshi.

SUMARIO

STAFF

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Page 3: El Anden Cultural

En esta primera edición de El Andén Cultural, comunicamos con entusiasmo nuestra adhesión al conjunto de personas y grupos sociales que trabaja para vivir en un país mejor. En la búsqueda

de ese estado favorable de las cosas, consideramos que el trabajo soli-dario de la sociedad es fundamental y, al mismo tiempo, un anhelo.

Vemos este presente argentino como una gran posibilidad de crecer, latente como un corazón fuerte. Desde el Estado se está abriendo el campo de juego para que las organizaciones sociales y culturales sean protagonistas de este momento, en pos de construir junto a cada ciuda-dano una sociedad participativa. Porque estamos convencidos de que la ciudadanía trasciende el mero acto eleccionario, que es periódico y limitado. En cambio, la vida es todos los días y, en la cotidianeidad, toda persona ríe, sufre, ama, es. Así se conforman las subjetividades.

Festejamos que, como sociedad, poco a poco fuimos saliendo de una lógica corporativa y economicista que tuvo desastrosas conse-cuencias durante los 90, desgarrando un tejido social bastante mal-trecho por las desgracias de la historia. Se fomentó un individualismo mezquino, cuando no un pesimismo apocalíptico que, como un espí-ritu de pesadez, nos hundía consigo en un abismo oscuro y confuso. No obstante, lo positivo de tocar fondo es que ya no se puede seguir cayendo, y de las crisis se reconstruye la fuerza de los pueblos.

El momento en que la suerte cambia es ahora, es presente. Sin em-bargo, este no se rige por lo efímero, sino que es un presente continuo; es un proceso que se gestó con el trabajo de años anteriores, se com-plementa con el de hoy, y se profundiza mañana y hacia el porvenir.

Con alegría abrazamos el esfuerzo de quienes tienen voluntad de construir. Por eso nos vinculamos con el Centro Social y Cultural Esta-ción Provincial, que hace trece años abría sus puertas a la comunidad, rescatando del abandono a la vieja estación de 17 y 71 para convertir-la, con el sacrificio de muchos vecinos durante años, en un centro de reunión cultural característico de la ciudad de La Plata.

En el proceso de transformación social, El Andén Cultural quiere dar a conocer pequeñas realidades y vivencias que hacen al Centro Cultu-ral y al barrio Meridiano V, con la esperanza de acercarnos a la gente que avanza en una sintonía similar.

Debe terminar el tiempo de las soluciones milagrosas y de esperas eternas, comprendiendo que la realidad se hace a diario. Te invitamos a subir al tren de la construcción colectiva, a través del diálogo, del arte y la cultura. Estamos reconstruyendo las vías que alguna vez fueron des-hechas. Estos rieles llevan a un feliz destino: Estación Provincial.

EDITORIAL

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Estación Provincial: un recorrido histórico desde sus inicios hasta llegar al día de hoy

El 27 de abril de 1910, la estación que había sido cons-truida por el ingeniero Enrique Dengremont, con una ar-quitectura sencilla de rasgos clásicos de origen francés, comenzaba a darle vida al barrio Meridiano V. En ese entonces la Estación central de La Plata comprendía el recorrido por las calles de 71 a 72 y de 13 a 22 ocupando 142.000 m².

El 17 de marzo de 1912 con un viaje desde La Plata hasta Saladillo, el Ferrocarril Provincial se inauguró para el traslado de pasajeros. La razón esgrimida por el go-bierno provincial para la construcción del ferrocarril era integrar a vastas zonas hasta ese entonces incomunica-das por vía férrea y, recorriendo regiones ya servidas por otros ferrocarriles, abaratar los fletes con su presencia.

El tren funcionó adecuadamente hasta 1961, cuando el “Plan Larkin” que implementó el presidente Arturo Fron-dizi -a instancias de su ministro Álvaro Alsogaray y de Tho-mas Larkin, general estadounidense enviado al país como asesor en transporte por el Banco Mundial- eliminó un tercio de los ramales y despidió a 70 mil ferroviarios.

Y̋o vivía enfrente, y veía a los camiones llevándose los restos de vagones, era una tristeza absoluta, eran familias enteras de ferroviarios y los comercios de alrededor los que vivían del tren, cambió toda la fisonomía del barrio, al morir el tren, murió el barrio también”, expresó Beatriz Belo, ex ferroviaria y vecina del barrio Meridiano V.

Tres décadas después, con la etapa Menemista y las prácticas económicas neoliberales, se terminaron de clausurar los ferrocarriles que quedaban, “Ramal que para, ramal que cierra”, pronunciaba el ex presidente Carlos Menem en 1989. De este modo, muchas localida-des se convirtieron en “pueblos fantasmas” a raíz de la desaparición de los ramales y así sus habitantes perdie-ron, no sólo su fuente laboral, sino un medio de trans-porte esencial para el encuentro de la comunidad.

El presente de la EstaciónEn 1998, un grupo de vecinos de la zona, en muchos ca-

sos hijos y nietos de ferroviarios, comenzaron a gestar en

El tren pasó por última vez el 6 de julio de 1977 como consecuencia del Plan Larkin que se dis-puso a eliminar un tercio de los ramales, sin embargo, la Estación sigue viva ya que un grupo de jóvenes y ex ferroviarios conformaron hace 13 años el Centro Cultural Estación Provincial.

Por Fabia Hujarshi

La Estación Provincial en pleno auge, corría

la década del 10.

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el enorme edificio abandonado, el “Centro Cultural Esta-ción Provincial”, con la finalidad de preservar la identidad del barrio, difundir la historia del ferrocarril y transformar el lugar en núcleo generador de actividades.

Fermín Mendizabal, miembro de la Comisión Direc-tiva del centro cultural, destacó el compromiso con la realidad política y social de aquel entonces: “El contexto histórico del 2000-2001 era terrible para nosotros, no teníamos salida y en la política obviamente no se podía encontrar el cambio, nosotros lo encontramos en la cultura, porque al ir encontrando herramien-tas intelectuales y artísticas en la sociedad, generamos un cambio de vida. Entonces de esa manera quisimos cambiar el mun-do, cambiando el barrio”.

A fines del 2006 entraron en litigio la Provincia y la Nación por la tenencia del edificio y se comprobó que este pertene-cía al O.N.A.B.E (Organismo Administrador de Bienes del Estado). Este organismo, cedió todo el terreno comprendido por las calles 13 a 22 y 71 a 72, a la Municipalidad de La Plata y así fue que los integrantes del centro cultural quedaron dentro de una ordenanza donde figura que la municipalidad debe con-venir con la institución por el uso del edificio.

A partir de enero de 2008 se puso en práctica el pro-yecto “Circuito Cultural Meridiano V” generando un tra-

bajo conjunto entre la Municipalidad de La Plata con el sector asociativo y el sector privado de la zona, con el objetivo de que el Barrio Meridiano V sea un polo tu-rístico cultural de atracción de la ciudad, fomentando el empleo y la participación barrial y tomando la cultura como herramienta para la transformación social.

Hoy, después de 13 años desde la conformación del Circuito Cultural Meridiano V es que se ofrecen espec-táculos, talleres, ferias de arte y muestras artísticas, promoviendo procesos de encuentro entre los vecinos,

vinculando la vida cultural con el arte, y como fac-tor integrador y de transformación social, con-

virtiendo lo que era una zona abandonada de la ciudad en un atractivo turístico cultural fomentando los lazos solidarios, la memoria y el empleo en la zona.

La utilización de las estaciones de tre-nes abandonadas para fines sociales y cul-

turales es un fenómeno que se viene dan-do en Argentina desde hace ya varios años. En

2003, el arquitecto Jorge Tartarini, investigador del Conicet, especialista en Preservación del Patrimo-nio Arquitectónico, contabilizó cerca de 3.165 esta-ciones, de las cuales un 30 por ciento todavía está en uso, un 10 por ciento se encuentran en ruinas o demolidas, y el resto se utiliza como viviendas de particulares y también para usos comunitarios.

“Ramal que

para, ramal que cierra”, pronunciaba el ex presidente Car-

los Menem en 1989.

Jóvenes que con-forman el Centro Cultural Estación Provincial.

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Beatriz Belo, ex ferroviaria de la Estación Provincial y una de las fundadoras del centro cul-tural, cuenta su experiencia desde su arraigo y el cariño que siente por la institución.

¿Cómo fue tu experiencia al trabajar en el ferrocarril?Empecé a trabajar en el año 58, era la primera vez

que había mujeres trabajando en el ferrocarril, había más de 300 empleados y una compañera y yo, entramos en la administración. Se dio cuando se produjeron dos vacantes acá y aprovechamos y pedimos el pase, ya que antes traba-jábamos en Gambier (era una estación de primera categoría, habilitada para pasajeros y encomiendas).

En ese entonces yo vivía a una cuadra de la Estación, fue para mí y el resto de mis compañeros una situación muy dife-rente, ver mujeres en ese espacio por primera vez era atípico.

¿Cuál era tu tarea en ese espacio?Formaba parte de la Secretaría de Tráfico, llevaba las

licencias del personal. En ese entonces yo era dactiló-grafa y estaba en una oficina que compartía con tres encargados de mesa, ellos redactaban y me daban los borradores que después se pasaban a mano. También llevaba el seguro obligatorio de los empleados y la acu-mulación de francos ya que eso venía todo por planilla de las estaciones que formaban el ramal.

¿Qué significa para vos la Estación Provincial?Es parte de mi vida, yo digo que mis raíces están acá por-

que soy nacida en este barrio, tengo 75 años y a pesar de que mi padre fue ferroviario, mi abuelo, el barrio viste…”tira”.

La Estación es mi segunda casa, es un lugar que quiero mucho, porque he trabajado, he compartido momentos y a partir del 98 que creamos el centro cultural, uno ya de más grande, le toma más cariño a todo lo que hace.

Parece mentira que ya hayamos cumplido 13 años y ver todo esto, teniendo en cuenta que éramos siete u ocho personas el grupo que empezó a trabajar, ex ferro-viarios, jubilados y algunos vecinos. En nuestros sueños

más fantasiosos jamás pensamos que podíamos llegar a hacer del centro cultural lo que es hoy.

¿Cómo viviste la parte más trágica de esta historia en la que el Plan Larkin era protagonista?

La situación fue traumática, el cese del servicio que cortaron, el ramal de La Plata, Avellaneda, que fue clau-surado. Fue terrible, no sólo para nosotros que traba-jábamos en el ferrocarril sino para todos los vecinos, porque este era un barrio ferroviario, familias enteras trabajaban en el ferrocarril y vivían de él.

En el 78 cuando se cerró del todo fue el acabóse, yo siempre digo que el cierre cambió la fisonomía del ba-rrio, al morir el tren, murió el barrio también.

Si fue traumático lo del 61, lo que siguió después en la época de los militares fue terrible, ver el deshuase de los vagones, de las vías, de los rieles…algo indescriptible.

¿Cómo fue el cambio después de la creación del Cen-tro Cultural Estación Provincial?

Fue grandioso porque pasó de ser un barrio muerto, donde cerraban todos los comercios de la zona y no veías gente, a ser un barrio con vida y lo digo con mucho orgullo. A partir de que se formó el centro cultural y se empezó a hacer conocido, con la venida de los jóvenes se fue ampliando todo y eso generó también que se fue-ran abriendo boliches en el barrio.

Al principio fue difícil ganarse el apoyo de los vecinos, a pe-sar de que siempre dijimos que todo lo hacíamos por el barrio y para el barrio, eran un poco remisos hasta que empezaron a ver resultados. Hoy, es un lugar que parece que estuviera de moda, porque la gente viene acá a disfrutar cada fin de sema-na, y a compartir con nosotros este espacio lleno de historia, de vida, esfuerzo y sobre todo del trabajo colectivo.

“El cierre cambió la fisonomía del barrio,

al morir el tren, murió el barrio también”

Beatriz en la esta-ción, recordando

viejas épocas.

Por Fabia Hujarshi

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Se implementó durante la presidencia de Frondizi y marcó el inicio del desmantelamien-to del sistema ferroviario argentino. Opina al respecto el historiador Claudio Panella.

El denominado “Plan Larkin” o “Plan de largo alcan-ce” debe su nombre al militar norteamericano Thomas Larkin, ideólogo del proyecto, el cual planteaba la ra-cionalización ferroviaria. Esto se relacionaba con la idea desarrollista que tenía el presidente Arturo Frondizi de apostar al desarrollo de automóviles y camiones, ya que durante su periodo presidencial se instalaron más de diez multinacionales automotrices en el país. Esto produjo que tanto el transporte de pasajeros como el de mercancías se vuelque hacia los automotores, puesto que en aquel entonces el servicio ferroviario deparaba pérdidas al Es-tado las cuales constituían más del 75% del déficit fiscal.

El profesor de Historia Contemporánea Argentina de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Clau-dio Panella, afirma que “los ferrocarriles daban pérdida y esto venía sucediendo incluso en años anteriores”. Sin embargo, Panella explica que “la racionalización ferroviaria tenía un costo. Si teóricamente implicaba una reducción de gastos para el Estado, por otra parte creaba un problema político y social al despedir a tra-bajadores. Todo esto enmarcado en una época de gran conflictividad obrera que lleva a Frondizi a poner en prác-tica en Plan Conintes (Conmoción interna del Estado) que militarizó la protesta social, en el sentido de reprimir y de poner bajo jurisdicción militar a dirigentes gremiales.

Para Panella, “el desarrollismo planteaba salir del mo-delo agroexportador a partir de la inversión de capitales extranjeros en áreas clave (siderúrgica, petroquímica, petrolífera) que luego conllevó a este tipo de racionali-zación. Es en este marco, explica el Director del Archivo

El Plan Larkin de 1961:

Por Matías Seillant

Las recomendaciones de este plan, serían implementadas por el gobierno en Junio de 1961. Dichas medidas eran:1) Liquidar el déficit de las empresas ferroviarias median-te el cambio de estructura de todo el sistema y su ade-cuada racionalización.2) Asegurar una fluida intercomunicación entre todas las regiones de nuestra extensa geografía.3) Eliminar vías inútiles y antieconómicas y remover el material.4) Proporcionar al país un sistema coordinado de co-municaciones que promueva sus riquezas, unificando el mercado nacional tal como lo demandan productores y consumidores.5) Reordenar los transportes en odas sus ramas, ponién-dolas al servicio del país y de los usuarios, brindando garantías de eficiencia a los productores y de seguridad,

puntualidad, comodidad e higiene a los pasajeros.

Histórico de la Provincia, donde se inserta el Plan Larkin, el cual trajo enormes secuelas negativas como el levan-tamiento de líneas férreas, como la de nuestro querido ferrocarril provincial, aquí en La Plata, entre otras”.

Como consecuencia, 86.000 obreros fueron dejados cesantes y se cerraron más de 2.000 kilómetros de vías, dejando algunas estaciones suspendidas, así como también talleres que no serían abiertos en el futuro.

Así las cosas, el Plan Larkin no pudo ejecutarse en su to-talidad gracias a la lucha obrera, que provocó un paro que se prolongó por más de 40 días y que impidió que el plan se llegase a concretar. Sin embargo, los ramales levanta-dos jamás volvieron a ponerse en funcionamiento.

El día que la Estación dejó de

funcionar y cerró sus puertas.

de la interrupción al ocaso

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La suerte de cumplir

Sábado 12 de noviembre. El domingo sería trece y que los cumplas muy feliz querida Estación. Todo esta-ba planificado para el jolgorio popular y los aconteceres climáticos eran inmejorables. Sin embargo, se sentía el aroma del 13 rondando el barrio y, oculto en diferentes disfraces, aparecería en numerosas ocasiones procuran-do entorpecer los ánimos.

Supersticiosos y optimistas, los organizadores estampa-ron la consigna en una bandera: “La suerte la hacemos con el trabajo de todos”. Para ratificarlo, a mediodía se realizó un gran almuerzo al aire libre, al que asistieron cerca de cuatrocientos vecinos y amigos de Estación Provincial.

Pasadas las tres estaban montando los puestos de la feria. En la vereda fui recibido por Esteban Ramos, el en-cargado de prensa. Me entregó un cronograma de acti-vidades, comentó que habría exposiciones de los talle-res que se brindan ahí y algunos artistas invitados.

Como el evento se extendería hasta la noche en ambos días, le pregunté por los motivos de semejante osadía.-La idea es festejar en familia –dijo, hablando rapidito-. Con la gente del barrio que está siempre, con los artistas que se encargan de los talleres y aquellos que crecieron en la Estación. Por eso –agregó- preferimos que estén ellos y no algún grupo más comercial.

Desde el interior surgió la melodía de un tango que anunciaba la apertura de la jornada. Habían despejado el hall que conecta la calle con los andenes y se lo con-virtió en pista de baile. Como había escasez de hombres,

algunas damas conformaron parejas y comenzó el bai-longo, ante un mayoritario público de señoras que se comentaban los pasos y estallaban en aplausos al final de cada canción.

Luego nos trasladamos al exterior, donde el intenso calor era aliviado por una brisa fresca. El andén central fue dispuesto como escenario; unos vagones rescata-dos del olvido con pintadas y graffitis hacían las veces de escenografía y, más atrás, gente de todas las edades disfrutaba del hermoso día en el parque.

La música resurgió con una decena de Djembe´s y un par de bombos haciendo la base, para la percusión afri-cana que llenó de ritmo la tarde. En medio de la eje-cución, aconteció lo inesperado. Un hombre de chaleco naranja fosforescente –acaso encargado de seguridad- pasó a la carrera detrás de los músicos e hizo sonar un silbato. “Debe ser la yeta”, pensé. Todos volteamos hacia la izquierda y vimos, a unos diez metros de altura, a La Suicida. En el puente peatonal que atraviesa la avenida circunvalación, sobre el techo en la zona de escaleras, estaba sentada una joven con las piernas extendidas y mirando hacia las vías. El del chaleco habló con unos mu-chachos y luego salió con la mayor tranquilidad. Entonces noté que había otra persona arriba fotografiando a La Sui-cida y, al parecer, estaba todo bajo control. Una hora des-pués descendió, usando el método más recomendable; las escaleras. La yeta había fracasado, pero insistiría.

A continuación tocaron unos jovencitos del ensamble

Fin de semana festivo en Estación Provincial por un nuevo aniversario como centro cultu-ral. Rodeado de arte y amistades, estuvieron todos… ¿habrá asistido también la yeta?

Por Quidu Lavagna

13 años

Entre andenes: punto de encuentro entre

artistas y el público.

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de guitarras, de distintos niveles de aprendizaje, y lo hi-cieron muy bien. En el parque ya sonaban unas músicas brasileñas que tendrían turno más tarde en el escena-rio. Los niños corrían, remontaban barriletes y pateaban pelotas por todos lados. No faltaba el mate en ninguna mano, ni las vendedoras de pastafrolas pertenecientes a organizaciones altruistas.

Por los altoparlantes se anunció la muestra del taller de clown invitando a todos los chicos del parque, y el an-dén se llenó de familias. Los jóvenes artistas repartieron risas para todo público, combinando una representación teatral y humorística con músicas que ambientaban las escenas. Un niño flaquito que andaba correteando por los alrededores y que casi de descostilla contra un banco de cemento, luego de confirmarme que resultó ileso (la yeta fallaba nuevamente), comentó orgulloso que los que esta-ban “haciendo pavadas” en el escenario eran sus herma-nos. Acto seguido reanudó su marcha a toda velocidad.

En el primer piso de la estación había exposiciones de fotos, pintura, dibujo y diseño de indumentaria. Alguien

Los niños se abalanzan sobre los payasos acróba-

tas durante la función.

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practicaba con un violín detrás de alguna puerta cerra-da. En instantes comenzarían unas obras teatrales, pero el cronista se acercó a la ‘Roda do Samba’ que iniciaba en los andenes. Una guitarra, un cavaquinho y mucha percusión, nos transportaron a un Brasil imaginario don-de el eje central fueron las bailarinas del taller. A pura samba continuaron hasta el anochecer.

Una luz roja se encendió sobre el escenario, la oscuridad había ganado el cielo y el público em-pezaba a renovarse. Llegaron muchos jóvenes, el mate se había trocado por la cerveza y la movida siguió hasta la medianoche. Hubo música y danzas folklóricas, luego se presentó el ensamble de batu-cada “Kumkun”, seguido por el grupo de percusión “Batuquelé”. También actuó “La Cirquesta”, una in-geniosa fusión circense con orquesta en vivo; y el enérgico cierre estuvo a cargo de la banda platense de rock, “Norma”.

Fue un gran evento, pero la fiesta continuaría el domingo. La suerte estaba echada.

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Se llama Abel Gutiérrez y es vecino de Meridiano V desde hace más de 25 años. Fue uno de los fundadores del centro cultural y hoy en día sigue participando de cada actividad a la par de los jóvenes. Se confiesa amante del cine y del teatro. A continuación cuenta su historia.

¿Cómo se empieza a gestar el centro?La idea surgió a mediados de los 80, con un amigo.

Él tenía llegada al Intendente y le acercó unas ideas. Al tiempo se convocó a una reunión entre 60 vecinos y unos pocos formamos AVEP (Asociación Vecinal Es-tación Provincial). Al principio sólo hacíamos un asado anual en el andén al cual venían 200 personas y con el dinero recaudado pintábamos la estación.

Luego, por diversas cuestiones, la Asociación se disol-vió. Quedó la estación desierta y apagada por tres años hasta que despertamos en 1998 con la fuerte idea de llevar adelante el centro cultural con mucho apoyo de jóvenes. Pronto tuvimos problemas de espacio porque arriba teníamos prohibido el acceso. Hasta que un día rompimos la cerradura y tomamos el piso de arriba. Des-de allí comenzaron los talleres de percusión y guitarra, en-tre otros, tal es así que ya no hay lugar para nada (risas). Desde ese momento nunca más nos fuimos de aquí.

¿Qué representa este lugar para vos?Lo que imaginaba desde los primeros días. Tiene que

ser más cultural aún, porque faltan conferencias, funcio-nes de cine, cine debate, faltan charlas, y por sobre todo falta mucha discusión. Abrirnos de a poco hacia nuevos espacios y salir un poco de la música, que es lo que pre-domina hoy en día en el centro cultural.

¿Cuál era el objetivo de formar el centro cultural?

“Hay que seguir trabajando mucho para el barrio y para toda la ciudad de La Plata”

Unir a grandes y a jóvenes, generar discusiones y mo-vimiento constante de gente que pueda disfrutar de lo lindo que está todo esto, porque antes el barrio estaba literalmente muerto cuando dejó de pasar el ferrocarril. Jamás imaginé llegar a ser presidente del centro, lo fui hasta el año pasado. Ahora soy Tesorero, pero el cen-tro es de todos, y todos cumplimos distintas funciones y tareas, pero también puedo barrer, hacer mandados (risas) ¡En serio!

¿Cómo se hace para que el centro cultural sea cono-cido en toda la ciudad?

Es muy difícil. Pero lo venimos hablando y tratando con mucho énfasis en las últimas reuniones. Se da tam-bién en esto una situación rara, porque a veces dialoga-mos con vecinos del barrio y algunos se quejan, a pesar de la movida que hay, se quejan, ya sea por los ruidos, los movimientos, etc.

No lo puedo entender ¿Por qué uno se rompe el alma para transformar el barrio y hay gente que quie-re vivir en la pasividad, que no quiere movimientos, circulación de jóvenes, no quiere lío? Yo quiero des-parramar todo, todo lo que tengo adentro, lo quiero largar. Es muy trabajoso, pero hay que salir. Las radios son un aporte, sobre todo el programa de la red de centros, también las redes sociales lo son, pero hay que intentar llegar de otra manera.

Por Matías Seillant

Abel, haciendo uno de los tantos asados

que se comparten en la Estación.

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Es estudiante de la Facultad de Periodismo y Comuni-cación Social de la UNLP y además miembro de la Comi-sión Directiva del Centro Cultural Estación Provincial.Lleva a cabo este proyecto, desde principio de año, que además cuenta con la particularidad de ser emitido en otras tres radios: viernes a las 22.00 en Radio Futura, viernes a las 19.00 en Radio Estación Terminal y sábados a las 22.00 por 221 Radio.

“Siempre tuve el desafío de trasladar el centro cultu-ral a una radio. Trasladar todo, y como que de alguna manera este eje de comunicación, con su contenido, ge-nere una construcción de sentidos” expresó Esteban, al dar testimonio sobre la actividad radial.

La Red de Centros Culturales está constituida por di-ferentes espacios culturales multidisciplinarios y autó-nomos de la ciudad de La Plata, que no dependen de ninguna instancia gubernamental.

Surge principios del 2005 a partir de la identificación de necesidades comunes entre cada uno de los espa-cios participantes: Centro Cultura & Comunicación, Cen-tro Cultural El Faldón, Centro Cultural El Núcleo, Centro Cultural Estación Provincial, Asociación Cultural Favero, Grupo La Grieta, Centro Cultural Viejo Almacén El Obre-ro, Teatro del Fondo, Galpón Sur y El Acorazado.

Desde sus comienzos, estos centros culturales se han encargado de absorber y programar aquellas expresio-nes artísticas, sociales y culturales distantes del “circuito oficial de la cultura”. Son espacios que plantean un tipo de gestión cultural de carácter inclusivo y solidario que sostienen una oferta cultural accesible en donde el total de los recursos percibidos (vía gestión de eventos, talle-res y demás actividades) son destinados directamente al mantenimiento del espacio, constituyendo cada uno de ellos una fuente laboral para todos los trabajadores y creativos que dedican su labor al mundo de la cultura.

“Somos pertenecientes a diferentes espacios y confor-mamos lo que es la Red de Centros Culturales, pero por otro lado también somos comunicadores, entonces ahí está nuestro desafío en la radio, de mostrar lo que está sucediendo en el paneo cultural de la ciudad de La Pla-ta” sostuvo el joven.

Además indicó que la idea del programa no es la de un informativo de espectáculos, ni de agenda, sino que es buscar el contenido y desde dónde cada espacio habla, y agregó: “A mí lo que me interesa desde mi espacio de militancia, es dar a conocer cómo se abre un centro cul-tural, de qué se trata el mismo, cómo se agrupan. Desde

ahí es que abordamos nuestro programa, y últimamente también incorporamos mucha información sobre políti-ca cultural, sobre leyes, sobre los músicos organizados. De alguna manera se cubre esa cuestión cultural y artís-tica”, concluyó.

En este sentido, la función de la red es alentar la sub-sistencia y el desarrollo de aquellos espacios alternati-vos que configuran la agenda cultural de la ciudad. De este modo, es que desde RCC Radio, se intenta crear y reforzar lazos de solidaridad y cooperación entre los es-pacios a fin de garantizar la comunidad de los mismos, generando además propuestas de gestión colectivas.

Se enciende un cartel rojo que dice “aire” y una vez más Esteban Ramos, condu-ce su programa que se emite por Radio Estación Sur los miércoles a las 22.00.

Esteban al aire con su progra-

ma radial.

Por Fabia Hujarshi

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RCC Radio: el programa de la Red de centros culturales

Page 12: El Anden Cultural

Las diversas prácticas que se llevan adelante en este lugar invitan a de-sarrollar un encuentro con el arte. Todos los cursos tienen el objetivo de motivar la participación y el conocimiento de nuestro mundo cultural.

El centro cultural la Vieja Estación es un espacio cuyo objetivo es promover y difundir la cultura y el arte, es por ello que dentro de ella convergen diferentes insti-tuciones a las cuales se les brinda un espacio físico para que puedan realizar sus actividades.

La música, la danza, el cine, el teatro, las exposiciones plásticas y fotográficas, que pueden disfrutarse en el Cen-tro Cultural Estación Provincial, forman parte consustan-cial de su mundo de sentidos, la atraviesan constante-mente y dan cuenta de su relación con la comunidad.

Su propuesta estética y multicultural hace que por ella pasen diferentes expresiones y estilos artísticos, ya sean clásicos como vanguardistas. Es por ello que dentro del centro se pueden disfrutar de una gran variedad de es-tilos musicales como el tango, el folclore o el jazz. Del cine se pueden ver películas del cine mudo alemán mu-sicalizado en vivo como otras producciones. Así como también se puede deleitar del teatro comunitario y del teatro convencional. De esta manera se busca compla-cer a la gran variedad de público que concurre.

También se busca atraer y atrapar a otros públicos con diferentes perfiles y con otras exigencias que no cono-cen la Estación Provincial para así generar un gran espa-cio lo más atractivo y amplio posible en la que puedan concurrir la mayor cantidad de manifestaciones artísti-cas de la ciudad que fomenten la cultura y la participa-ción popular.

Creando con la guitarra“Cuando empezamos había un solo pibe y más

o menos en octubre se formó este grupo de cin-co guitarristas”, dice Octavio quien coordina el ta-ller de guitarra que empezó en marzo de este año. Mientras sus compañeros van haciendo música con la guitarra, Octavio cuenta que eligieron la Estación Provincial “porque sus instalaciones nos permiten realizar nuestras actividades de manera tranquila”. El grupo quiere consolidarse y a partir del próximo año tienen proyectado salir a tocar a otros lados.

Por Isaac Quispe Rojas

Aprendiendo la cultura en los talleres de la Estación

Historias y cuen-tos para niños a

través del teatro.

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ManualidadesDibujo y pintura - Plástica para niños de 6 a 11 años - File-teado porteñocircoClown - SwingDanzasAfro - Capoeira Angola - Danza Contemporánea - Danza de Brasil - Disfrutando el Movimiento (Danzas folclóricas para personas con capacidades diferentes) – Folclore - Tango In-tegral de Candombe - Tango Improvisación y CreatividadMúsicaBajo- Batería –Bandoneón - Ensamble de música Afro-Co-lombiana – Guitarra - Guitarra (ensamble) - ViolínPercusiónPercusión Africana - Percusión para niños de 6 a 12 años - Ensamble de batucadaTeatroCaracterización teatral (maquillaje y peluquería) - Teatro para niños - Teatro para adolescentes - Teatro para adultosIntelectualesCrónica y microrelato - Narración oraldiseño de indumentaria fotografía y más. (foto)

Para mayor información acercarse a la Vieja Estación, ubicada en calle 71

e/ 16 y 17, de lunes a viernes en los horarios de 16 a 21 horas. Por vía tele-

fónica al 457-1207. Vía mail: [email protected]

Un juego chinoEl GO es un juego de mesa de origen chino que tiene

alrededor de cinco mil años. Mientras juegan, Bruno Gi-lleta uno de los cofundadores del Club de GO de La Plata explica que “es un juego de estrategia que consiste en un tablero con piedras blancas y negras”. “La idea del juego es ir rodeando territorio”, acota Diana Hoffman, otra de las integrantes del grupo. El Go llegó al centro en el 2005. Este año llego Shoichi, un jugador oriental de alto nivel.

Jazz en la EstaciónCabaret Jazz Band es una orquesta compuesto por ocho

músicos que hacen la música de los años 30 y las Babby Fosse son un grupo de bailarinas que bailan con la técnica del coreógrafo Bob Fosse. “Fusionamos un estilo coreo-gráfico con un estilo musical propio y el repertorio que se elige es bastante antiguo”, explica Juan Manuel Olacchi-no, director coreográfico y musical del grupo quien ade-más dice que “es un gusto estar acá (Estación Provincial) después de haber girado por muchos lugares”

Además de ser un espacio cultural, es un espacio for-mativo y educativo que ofrece a la comunidad una gran variedad de talleres de gran calidad que dan a conocer sus diferentes saberes artísticos y en los que se puede aprender y enseñar de manera simultánea.

Aprendiendo la cultura en los talleres de la Estación

Diana, Shoichi y Bruno. Practicantes del Go, un juego de estrategia.

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Se juntaron con el objetivo de contar una historia, su historia. La de la es-tación con su ferrocarril provincial y la historia del barrio meridiano V. Hoy son más de 50 personas que cuando salen a escena generan la sensación de que el tren vuelve a pasar.

Los Okupas del Andén son un grupo de teatro comuni-tario que funciona en el edificio de la Estación Provincial desde fines del 2003. Surgieron, en principio, como un taller más dentro de las actividades del centro cultural, pero con el pasar del tiempo se fueron expandiendo hasta lograr su propia personería jurídica.

Belén Trionfetti, forma parte de la Dirección artística y la coordinación general del grupo teatral, y es ella la que nos explica el significado de llamarse Okupas del Andén: “Era la primavera del 2003 y ensayábamos en el andén. Teníamos pensado antes de que finalice el año exponer nuestra primera obra, para la cual necesitába-

mos un nombre, que fue votado entre todos y por eso nos llamamos así” y prosigue: “Nosotros nos decimos Okupa entre nosotros, porque ser Okupa va más allá del término y de lo que la palabra pueda representar. Es ser compañero, es el otro que es tu familia, es el mate que te alcanzan cuando estas ensayando”.

Los Okupas, según explica su coordinadora, trabajan con la dinámica y la dramaturgia colectiva, es decir, que la obra es escrita por todos los integrantes, ya que no son utilizados textos de autor. Para componer una pieza, parten de improvisaciones o de relatos orales de veci-nos. Con eso, se confecciona una escena, se actúa, y de

Los Okupas del Andén: teatro en la estación

Todos por y para todos. Es parte de la

filosofía Okupa.

Por Matías Seillant

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allí se vuelca al papel, como un juego de ida y vuelta. La parte musical funciona a modo de resumen de lo que se contó en la escena, en las cuales prácticamente no hay diálogos, y si los hay son breves. La manera de encarar los personajes es a modo de bloque. Por ejemplo: varios actores representan al pueblo, otros a los obreros del ferrocarril, ya que no hay roles protagónicos. Y si alguno tiene un rol más destacado, ese lugar puede ser ocupa-do por cualquiera de los 50 que salen a escena.

Desde Okupas, buscan integrar a toda la gente que quiera participar y por sobre todo fortalecer las ganas de compartir. Como dice Belén: “en el grupo hay nenes de tres años hasta señores de ochenta años, que traba-jamos todos juntos. Acá día a día es un aprender cons-tante, aprender del otro y de escuchar al otro”. Okupas funciona y se mantiene porque todos tienen voz y voto, es por este motivo que el número de integrantes supo mantenerse con el correr de los años. Hoy son alrededor de 60 integrantes. La calle es el escenario de los Oku-pas y la idea es que el espectador pase a ser actor, ya que cada función termina siendo una invitación a que el vecino se decida a dar ese paso. Las funciones son a la gorra, y es por este motivo que surge la pregunta por el manejo de los recursos y como hacen para subsistir.

Trionfetti explica que el grupo no tiene un ingreso fijo mensual, pero sí tiene gastos fijos mensuales. “Muchas veces estamos con la soga al cuello por no tener fondos por eso mismo de que somos autogestionados. En cada espectáculo organizamos una mesa con cosas dulces, para tener un ingreso genuino, de vez en cuando hace-mos una rifa y vamos viendo la manera de autogestio-

En plena calle: dos okupas durante una performance. De fondo el bar “Ciudad Vieja” en la mítica esquina de 17 y 71.

narnos con esos recursos”. “Otra salida es la búsqueda de subsidios” comenta

la Directora artística “pero eso requiere del armado de proyectos que nos insumen gran cantidad de tiempo, porque los distintos organismos ponen pautas y con-diciones para sacar un subsidio y la desventaja es que son muy competitivos”. Belén pone énfasis en sus argu-mentos, ya que “las funciones de Okupas están pensadas y destinadas por y para la comunidad, porque además podés participar y sumarte y no tenés que pagar, por lo que debe-ríamos tener un apoyo mensual como para tener tranquili-dad de que vamos a poder subsistir en el tiempo”.

Si bien en Okupas se trabaja con los saberes que cada persona trae consigo, hay una coordinación artística que esta encargada del trabajo de organizar los ensayos, de dar las clases y de hacer toda la puesta en escena, por lo cual esos roles si están pagos, y al no tener un ingre-so muchas veces depende de cómo está el grupo para aportar a que esos sueldos se paguen. Trionfetti no los define con ese término sino que “más bien son una beca simbólica por el trabajo realizado”.

Los Okupas son una gran familia que trasciende las cuestiones teatrales, son el tren que vuelve a pasar cada vez que se corre ese inmenso telón rojo, son música, fiesta y diversión.

“Los okupas con todo al aire”. Miércoles 21 hs por FM 221Revista: “Okupaandeando” facebook.com/okupasdelandenteatrocomunitariolosokupasdelanden.blogspot.com

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La intensa actividad vecinal y la belleza de este barrio platense, lo convierte en un ineludible paseo turístico.

El Circuito Cultural Meridiano V está compuesto por los bares y numerosos centros culturales ubicados en la zona sur del casco urbano platense. Es una articulación entre espacios públicos y privados, que tiene el objetivo de impulsar el desarrollo del barrio a partir del trabajo colectivo, al tiempo que se generan lazos sociales en tor-no a la cultura.

Este pintoresco rincón de la ciudad, que mantiene intactos sus adoquines, casas bajas y faroles de estilo antiguo, ha despertado el interés del gobierno munici-pal. Desde la Secretaría de Modernización y Desarrollo Económico se destinan recursos para convertir al barrio en un polo turístico y cultural.

Desde el Centro Cultural Estación Provincial, Esteban Ramos entiende que se presenta un importante desafío a los movimientos sociales en el hecho de entablar un diálogo abierto con el Estado, con la necesidad de una visión abarcadora de la realidad social. “No hay que es-tancarse en la crítica, sino buscar las formas de construir algo nuevo y crear sentidos propios”, sostiene.

El Circuito Meridiano ha logrado introducir algunas me-joras en infraestructura y en espacios verdes, haciendo uso del “Presupuesto participativo” asignado al barrio, corres-pondiente al 2008 y al de 2009. Se presentó un proyecto ti-tulado “Paseo Público Cultural Meridiano V”, que proponía

regenerar los terrenos colindantes con la Estación. En una primera etapa, se votó por la reparación de ve-

redas, senderos y la instalación de nuevas luminarias. La segunda etapa fue dirigida a la construcción de un espa-cio de recreación, que permitiera el acercamiento de la comunidad a las propuestas culturales que allí se desa-rrollan. De esta manera se fue componiendo el atractivo que presenta el lugar en la actualidad.

“La comunidad que consume el parque no es la misma que consume los bares y ferias”, comenta Franco Fracas-si, uno de los realizadores de “La vagoneta dominguera”, el programa de radio abierta que transmite los domin-gos desde la Estación. “Por eso –añade- consideramos importante comunicar a la gente las ofertas culturales que se brindan del otro lado”.

El impulso fundamental se produjo en 1998 con la re-cuperación de la vieja Estación Provincial. Constituida como Centro Cultural desempeñó un punto unificador para los esfuerzos vecinales. La actividad de las distintas agrupaciones artísticas y sociales que fueron naciendo, generaron un flujo comercial que incentivó el empren-dimiento privado. Así se estableció una gran diversidad de opciones recreativas y participativas, tanto diurnas como nocturnas, que protagonizan la agenda cultural de la semana; especialmente, la de sábados y domingos.

Meridiano V: el circuito cultural

Anfiteatro del Parque en la noche

meridiana.

Por Quidu Lavagna

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Memorias, historias, recuerdos. Pequeños relatos de lo que fue este espacio en donde el tren paseaba y llevaba y traía gente.

-Al sur del casco urbano platense, Meridiano V nació junto con la estación cabecera del Ferrocarril Provincial, que funcionó como tal entre 1910 y 1977.

-El ferrocarril se inauguró, tras cinco años de cons-trucción, el 17 de marzo de 1912 con un viaje desde La Plata hasta Saladillo con la presencia del gobernador y autoridades de la época.

-Cuando el tren empezó a funcionar lo hizo con 16 locomotoras tipo “Pacific”, 25 coches y 25 furgones de carga.

-El Provincial Meridiano V termino de darle su nom-bre a una populosa y activa barriada que conoció su auge entre los años 1935 y 1960, tiempos en que corría un tren cada 55 minutos.

-En esos tiempos los turistas se alojaban en el hotel ubicado en la esquina de 71 y 18, y el extenso centro comercial que se había formado sobre la avenida 71 era la puerta de entrada por la que se ingresaba a La Plata.

-En 1961 se interrumpió el traslado de pasajeros y posteriormente, también, se canceló el transporte de cargas sobre sus vías de trocha angosta.

-En 1977 pasó el último tren y fue así como la es-tación construida en 1910 por el ingeniero Enrique Dengremont cerró sus puertas.

-En 1998 un grupo de vecinos, en muchos casos hijos y nietos de ferroviarios, forjaron en el enorme edificio abandonado el Centro Cultural Estación Provincial y así despertó al barrio de su letargo.

-Meridiano V es un barrio que conserva casa anti-güas, árboles añosos y algunos empedrados. Además existe un grupo de vecinos dispuestos a contar sus vivencias de más de medio siglo.

-Existen viejas fotos del barrio, de las que brotan historias de comercios, tranvías, familias renombradas y hasta crímenes, todas relacionadas al ferrocarril que fue columna vertebral de un desarrollo que se marchó con el último tren.

-Sin dudas uno de sus personajes es Enrique Gonino, que estuvo vinculado durante toda su vida al centro de fomento Meridiano V, el lugar de sus amores. En su libro “Amicus Prieto”, en parte autobiográfica, Gonino recrea una historia plena de impresiones espirituales, que constituyen un canto a ala amistad.

AnecdotarioPor Isaac Quispe Rojas

A través de esta exposición se

busca rescatar la historia de la

Estación.

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Al sur del casco urbano de la ciudad de La Plata existía una pequeña aldea, hermosa y próspera, llamada Los Pies de Hierro. La ciudad era feliz gracias al tren que era el motor y la atracción del lugar. En sus vagones traía hombres y mujeres que llegaban a visitarla diariamente, provenientes de todas partes del mundo.

Quienes llegaban por primera vez se admiraban de la belleza de la aldea con sus casas tan antiguas pero bien pintadas. Los árboles añosos abundaban y hacían más puro el aíre, el comercio era floreciente y ahí se vendía leche fresca, panecillos caseros, vacas bien gordas, ter-neros, ovejas, vestimentas hechas con el mejor algodón, zapatos de cuero, alfombras, cortinas, muebles, canta-ros, vasijas y platos de porcelana fina, cuadros, adornos para el hogar y una gran variedad de productos que los visitantes encontraban y compraban alegremente.

Los trenes del ferrocarril rodaban todos los días y po-nían a la aldea en movimiento impulsándola a permane-cer activa. El silbido de partida y llegada se convirtió en un mensaje que anunciará la llegada de los hijos, padres, amigos, vecinos, turistas, visitantes, cartas, encomien-das, alimentos, mercancías, materiales para el trabajo. Así se mantenía comunicada la aldea.

La gente vivía feliz en Los Pies de Hierro, disfrutaba de la prosperidad y la tranquilidad que reinaba en ella. Muchas historias llegaban a la aldea, en especial las aventuras traídas por los viajeros que narraban todos los recuerdos provenientes del largo viaje.

Ocurrió una vez que a la pequeña aldea llego una desagradable noticia: un hombre malvado con cabeza de cerdo llamado Cerdus se había apoderado de todo el país por la fuerza y anunció que destruiría todos los trenes porque hacían felices a los hombres, lo que le en-fadaba y ofendía.

Hombres, mujeres y niños se prepararon para defen-der la aldea del malvado Cerdus quien ya estaba des-truyendo varias estaciones y ferrocarriles en todos los pueblos lejanos y pronto le llegaría el turno a Los Pies de Hierro.

La destrucción de los trenes a cargo de Cerdus, inquie-tó a toda la aldea que desde la primera noticia había empezado a construir una inmensa muralla para evitar la invasión del ejército enemigo. Para resistir, se fabrica-ron armamentos caseros con lo que tenían porque a raíz de la destrucción de las vías todos los pueblos habían quedado incomunicados.

Una noche en la que toda la aldea se preparaba para descansar después de una larga jornada, el ejército del malvado Cerdus llegó para destruir el tren. A pesar de todos los esfuerzos por resistir, los hombres nada pudie-ron hacer contra los modernos armamentos del enemi-go que hicieron añicos años de alegría y prosperidad.

Al amanecer después del ataque cuando las esperanzas se habían hecho polvo, un grupo de niños que había sa-lido de sus escondites se puso a jugar y descubrió que la estación y una locomotora con un vagón seguían en pie.

Los pies de hierro

Fin.

Por Isaac Quispe Rojas

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Una estación abandonada,

donde abrimos las puertas del olvido,

barrimos la mugre de la indiferencia,

y ventilamos con aire de esperanza;

para ponerle música a las paredes,

danzas a las baldosas

y colgar colores de los clavos oxidados.