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EL DESPOSEIMIENTO DEL SER EN LA LITERATURA RENACENTISTA: CERVANTES, GRACIÁN Y LOS DESAFÍOS DE NEMO "Tú solo puedes desarrollarte, erguirte a tu albedrío" 1 . Las palabras del Discurso de la dignidad del hombre de Pico della Mirán- dola son conocidas por todo estudioso del Renacimiento. Según Thomas Greene, "there has never been —perphaps there could not be— a more extravagant assertion of human freedom, parti- cularly of the freedom to select one's destiny, to mold transform the self" 2 . No hay afirmación que se haya invocado con mayor frecuencia como ejemplo del gran logro histórico del Renacimiento europeo. De pronto, como si despertara después de siglos de ena- jenación durante los cuales había quedado petrificado en las rígi- das y abstractas categorías de las definiciones teológicas, filosóficas y psicológicas de la escolástica, y confinado a identidades deter- minadas primordialmente por la clase o la profesión, el hombre parecía volver a asumir su ser exiliado; se daba cuenta de que a él le incumbía conformarlo según sus propios deseos, de que im- portaba estudiar, explorar y describir su carácter individual, y de que, en su búsqueda de la individualidad, no estaba necesaria- mente limitado por las prohibiciones teológicas del deseo, ni por las limitaciones sociales al movimiento. Jacob Burckhardt, con su característico entusiasmo frente a las fuerzas emancipadoras de la época, escribió a propósito de la declaración de Pico que "el hombre y la humanidad fueron com- pleta y profundamente entendidos por primera vez. Con sólo es- 1 Cit. por JACOB BURCKHARDT, La cultura del Renacimiento en Italia, trad. R. de la Serna y Espina, 4 a ed., Buenos Aires, 1962, p. 276. 2 "The Flexibility of the Self in Renaissance Literature", en P. DEMETZ, T. GREENE , L. NELSON, JR . (eds.), The Disciplines of Criticism, New Haven, CT,

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EL DESPOSEIMIENTO DEL SER EN LA LITERATURA RENACENTISTA:

CERVANTES, GRACIÁN Y LOS DESAFÍOS DE NEMO

" T ú solo puedes desarrol larte , erguir te a t u a l b e d r í o " 1 . Las palabras del Discurso de la dignidad del hombre de Pico del la Mirán­dola son conocidas por todo estudioso del R e n a c i m i e n t o . Según T h o m a s Greene, " t h e r e has never been —perphaps there could not b e — a m o r e extravagant assertion o f h u m a n f reedom, p a r t i -cu lar ly o f the f reedom to select one's dest iny, to m o l d t r a n s f o r m the s e l f " 2 . N o hay afirmación que se haya invocado con m a y o r frecuencia como ejemplo del gran logro histórico del Renacimiento europeo. D e p r o n t o , como si despertara después de siglos de ena­jenación d u r a n t e los cuales había quedado petr i f i cado en las rígi­das y abstractas categorías de las definiciones teológicas, filosóficas y psicológicas de la escolástica, y conf inado a identidades deter­minadas p r i m o r d i a l m e n t e p o r la clase o la profesión, el h o m b r e parecía vo lver a a s u m i r su ser ex i l iado ; se daba cuenta de que a él le incumbía con fo rmar lo según sus propios deseos, de que i m ­por taba estudiar , exp lorar y descr ibir su carácter i n d i v i d u a l , y de que, en su búsqueda de la i n d i v i d u a l i d a d , n o estaba necesaria­mente l i m i t a d o p o r las prohib ic iones teológicas del deseo, n i por las l imi tac iones sociales a l m o v i m i e n t o .

Jacob B u r c k h a r d t , con su característico entusiasmo frente a las fuerzas emancipadoras de la época, escribió a propósito de la declaración de Pico que " e l h o m b r e y la h u m a n i d a d fueron com­pleta y p r o f u n d a m e n t e entendidos por p r i m e r a vez. C o n sólo es-

1 C i t . por J A C O B B U R C K H A R D T , La cultura del Renacimiento en Italia, t rad. R. de la Serna y Espina, 4 a ed. , Buenos Aires, 1962, p. 276.

2 " T h e Flexib i l i ty of the Self i n Renaissance L i t e r a t u r e " , en P . D E M E T Z , T . G R E E N E , L . N E L S O N , J R . (eds.), The Disciplines of Criticism, New Haven, C T ,

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te resultado del Renacimiento es suficiente para llenarnos de eterna g r a t i t u d ' ' . M a r a v i l l a d o ante la poesía ensimismada de autores co­m o D a n t e y Petrarca, llegó a la conclusión de que " e l espíritu h u m a n o había dado u n paso fundamenta l hacia la conciencia de su p r o p i a v ida secreta' ' . E l conocido relato de la liberación es l i m ­pio y a trac t ivo , y a pesar de que es necesario revisar su interpre ­tación excesivamente laica de la época y su visión s impl ista de los dos períodos adyacentes, Edad M e d i a y C o n t r a r r e f o r m a , los l i ­ncamientos básicos del argumento de B u r c k h a r d t , t a l como se ex­ponen en su capítulo medular sobre el " D e s c u b r i m i e n t o del h o m b r e " , siguen siendo convincentes:

En esta edad del mundo se desarrolla ante todo —como hemos tenido ocasión de ver— el individualismo, con vigor máximo; de esto se sigue un diligentísimo y múltiple conocimiento de lo indiv i ­dual en todos sus matices y gradaciones. El desarrollo de la perso­nalidad está esencialmente vinculado al reconocimiento de ella en el propio sujeto y en los demás.

Según B u r c k h a r d t , por todas partes se pueden ver casos fasci­nantes de " i n m e n s o e g o í s m o " , de " i n d i v i d u a l i s m o de todas cla­ses", y todos ellos mani f iestan u n m o v i m i e n t o histórico pro fundo y necesario, que debía l levar a " u n m a l y u n b ien de peculiar y m o d e r n o carácter, u n a fructificación m o r a l esencialmente d i s t i n ­ta de la p r o p i a de la Edad M e d i a " 3 .

E n v ista de la validez general y de la a m p l i a aceptación que tiene la tesis de B u r c k h a r d t , se suele ver el Renac imiento como u n período de egos gigantescos, impulsados por energías prome-teicas o lv idando que esa época p r o d u j o al m i s m o t i empo u n t ipo m u y di ferente de personal idad, u n a figura de sombras, desnuda y retraída, agazapada en los márgenes de su c u l t u r a , conocida con el extraño n o m b r e de Nemo. Quizás sea jus to decir que su prop ia función lo colocaba al m a r g e n , reducía su v i s i b i l i d a d y l i m i t a b a el alcance de su elocuencia. Pero, a la vez, su falta de f o rma le permitía expresar muchos mensajes. Trataré de ve'r la mayoría de ellos en este texto ; el más i m p o r t a n t e consistía, c iertamente , en poner en duda las doctrinas de ascenso y auto-engrandecimiento que fascinaban a sus contemporáneos, y recordarles que bien puede haber otras formas m u y diferentes de realización del ser. E n su

3 B U R C K H A R D T , op. cit, pp. 276, 242, 237-238 y 353. Sobre el movimiento hacia la autonomía y la autoafirmación del yo en el pensamiento renacentista, véase también E R N S T CASSIRER, Individuum und Kosmos in der Filosophie der Re-naissanee, Le ipz ig , 1927, cap. 3.

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f o r m a más subversiva, este personaje incluso había de recordar­les que la perfección puede estar en el desposeimiento to ta l del ser, y que para alcanzarla quizás el i n d i v i d u o tenga que descen­der a la zona de la nada, en busca de sus paradójicos recursos para lograr la única to ta l idad auténtica.

C o m o podríamos esperar, la figura de N a d i e , en su carácter no l i m i t a d o y su existencia en ca l idad de negación conceptual de t odo , es potencialmente prote ica , incluso i l i m i t a d a , en sus posi­bles representaciones, y el in tento de revisar sus formas y func io ­nes nos l leva por múltiples caminos . Pero el hecho es que sus advertencias señalan las preocupaciones y los problemas centra­les de la c u l t u r a renacentista t a n d irec ta y c laramente como lo ha ­cen las de cualquiera de las augustas figuras de formación y de superación que t ienden a d o m i n a r las visiones modernas de esa época . Nemo quizás sea el más excéntrico de los miembros de la extraña f a m i l i a de seres marginales y subterráneos —locos, pas­tores, mendigos, brujas , salvajes, cr iminales , místicos, animales— que floreció en esa época de t ras torno y transición, y cuyo papel era poner en tela de j u i c i o las antropologías tradic ionales , los va ­lores oficiales, las ideologías predominantes , cobrar el precio que s iempre exigen la definición y el c on t ro l de la razón, y recordar a sus oyentes, a m e n u d o con u n lenguaje insolentemente novedo­so, que el verdadero desarrollo personal y la verdadera i n d i v i d u a ­l i d a d , no se restr ingen a la estrecha vía ascendente que describen los que celebran con elocuencia la d i g n i d a d del ser h u m a n o .

L a figura clave de la g r a n l i t e r a t u r a renacentista de la locura y de la f o r m a en que l ibera al h o m b r e de las engañosas responsa­bi l idades de su " d e s t i n o angé l i co " es, claro está, Cervantes . Las dos obras más famosas que presentan la a l ter idad de la l ocura , Don Quijote y E l licenciado - Vidriera, aparecen en el m o m e n t o c u l m i ­nante del ascenso renacentista de N a d i e y , tomadas en con junto , ofrecen u n a perspectiva única, desde la cual podemos observar t oda la evolución histórica del personaje. M a r c a n , por u n a parte , la más completa realización del mensaje pos i t ivo que descubrió el R e n a c i m i e n t o en la a l t e r idad rad i ca l de Nemo, y por la o t ra , el f ranco reconoc imiento del t e r r o r al n i h i l i s m o que siempre ha ­bía estado latente en su concepc ión , y que debía emerger con to ­da su fuerza y l levar a la destrucción de Nemo en el siglo X V I I .

E l licenciado Vidriera ofrece u n p u n t o de p a r t i d a especialmente favorable para esta revisión. N o sólo t iene el personaje de Nemo u n papel i m p o r t a n t e en sus p r o n u n c i a m i e n t o s oraculares y en la evaluación crítica de éstos p o r parte de su m u y cuerdo autor , s i ­no que también el protagonis ta , el enloquecido l icenciado, es en

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sí u n grotesco e jemplo del h o m b r e que quiere convertirse en al­guien, que quiere formarse gracias a su prop io esfuerzo y subir p o r el eje vert i ca l de la perfección, dejando atrás el cuerpo y es­forzándose en ascender por medio de esa misteriosa m e t a m o r f o ­sis hacia la angélica sustancia m e n t a l que se concedió al heroico aspirante de Pico. E l éxito en la ' ' auto- formación ' ' que tiene el e rud i t o de Cervantes , u n esfuerzo que describe en su proverb ia l discurso, " d e los hombres se hacen los ob i spos " 4 , c u l m i n a en u n a p l e n i t u d inte lectual , pero tiene u n a grotesca parod ia en sus fantasías de estar hecho de v i d r i o , en la angustia ocasionada por su f rag i l i dad , en su exagerado conocimiento del m a l , l a c o r r u p ­ción y el deter ioro , y en la degeneración de su " saber u n i v e r s a l " en los balbuceos entrecortados del v i t u p e r i o 5 . L a h is tor ia , con su irónica representación del éxito y la fama del e r u d i t o , se puede leer como una parodia de toda esa l i teratura que representa el Dis­curso de la dignidad del hombre.

Después de hundirse en l a locura y adoptar el traje y los ade­manes de u n filósofo cínico, el l icenciado de v i d r i o , T o m á s R o ­da ja , t iene m u y poco que decir en alabanza de cualquiera . Se mueve en su sociedad con despiadada franqueza, denunciando por doqu ier a los impostores , revelando los espantosos secretos con que v i v e n algunos de sus compatr iotas , y ganándose u n i m p r e ­sionante séquito de oyentes a quienes de a lguna m a n e r a agrada el extraño espectáculo de vituperación que les ofrece. T o m á s , co­m o muchos otros cínicos, huye de la relación estrecha con i n d i v i ­duos cuya i n t e g r i d a d pud iera revelar l a insufic iencia de su visión y la angust ia que hay en el la , y su refugio está en el acervo de categorías convencionales a las que se pueden reduc i r todos sus encuentros. Puede enfrentarse eficazmente al m u n d o gracias a cua­lidades que asocia con la profesión, la casta y la nac ional idad, cua­lidades que son extremadamente vulgares y denigrantes en la mayoría de los casos, pero sus declaraciones son nerviosas y a n ­gustiadas, y la v io lenc ia que provocan en la t u r b a que lo rodea refleja u n a v io lenc ia i n t e r n a que los amenaza con la desintegra­ción t o t a l . Raras veces alaba, y cuanto lo hace, sus palabras sue­l en teñirse de sarcasmo. Son ejemplos notables de esto su airada defensa de los frai les, con su l ista de nombres de los que h a n ga­nado la g lor ia de la canonización, y su panegírico de los notarios ,

4 E l licenciado Vidriera, en Novelas ejemplares, ed. F. Rodríguez Marín, M a ­d r i d , 1957, t . 2, p. 10. Citaré siempre por esta edición.

5 Véase m i estudio Cervantes and the Humanist Vision, Princeton, 1982, cap. 3.

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absurda acumulación de af irmaciones solemnes t a n transparen­temente hipócritas como tontas.

U n a de las alabanzas del l icenciado de v i d r i o es de especial interés p o r ser extrañamente aprop iada en u n h o m b r e que evita con t a n t a persistencia el contacto con la c o m u n i d a d h u m a n a . E n respuesta a la p r e g u n t a sobre quién h a sido el h o m b r e más dicho­so del m u n d o , T o m á s " R e s p o n d i ó que Nemo\ porque Nemo novit patrem; Nemo sirte crimine vivit; Nemo sua sorte contentus; Nemo ascendit in coelum" (p . 65) .

C o m o tantas veces ocurre con el h u m o r del l icenciado, la per­sonificación de nadie , el juego de palabras y la parado ja resul tan­tes producen u n " ch i s t e n e g r o " , en el que el h u m o r acompaña y quizás deja inerme u n a verdad h o r r i b l e 6 . N o hay nadie que no esté manchado con algún c r imen ; nadie está conforme con su suer­te ; nadie conoce a su padre ; y nadie se salva. Si verdaderamente cree esto el l icenciado de v i d r i o — y hasta que el car i tat ivo fraile le devuelve la c o r d u r a todo ind ica que la base de su filosofía po­dría encontrarse en algunos axiomas fundamentales de este t i p o — , entonces no es sorprendente que, a u n estando sano, rechace los abrazos y la hosp i ta l idad de sus amigos , la camaradería del ejér­c i to , el servir a su país, y los requer imientos amorosos de u n a m u ­j e r , y que d u r a n t e su enfermedad pase con frecuencia la noche en u n pa jar , a lo jamiento que comparte con otro de los grandes misántropos de la l i t e r a t u r a , G u l l i v e r 7 . E n su alabanza de Nadie la Schadenfreude que reúne todos los aforismos del l icenciado V i ­d r i e r a , a pesar de su carácter dislocado y f r a g m e n t a r i o , en u n sis­t e m a un i f i cado , recibe su expresión más concisa y l i t e r a l : " N a d i e es dichoso, porque nadie se s a l v a " .

L a alabanza de Nemo const ituye u n excelente e jemplo del h u ­m o r patológico del l icenciado, ind i ca su angust ia y es u n a pode-

6 Luís ROSALES (Cervantes y la libertad, M a d r i d , 1960, pp. 192-193) nota una inquietante cualidad en el humor de E l licenciado Vidriera, una falta de ge­nerosidad y comprensión, que lo distingue netamente del humor característi­co de Cervantes.

7 ¿Acaso sintió Mol iere que el significado profundo de E l licenciado Vidrie­ra debe buscarse en su examen crítico de la visión cínica de la vida y en las consecuencias de su despiadada exigencia de pureza? Si, como lo han sugeri­do Foulché-Delbosc y Hainsworth , Mol iere concibió realmente la crítica de Alceste al soneto de Oronte (Le Misanthrope, I ) como una dramatización del discurso del licenciado sobre los sonetistas, la pregunta seduce y podría acla­rar los problemas fundamentales que plantea el relato: ¿hasta qué punto se puede identificar al protagonista con su autor? Véase G . H A I N S W O R T H , Les

e'Novelas Exemplares'' de Cervantes en France au xvii siecle, Paris, 1933, p. 90.

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rosa manifestación de su visión cínica. S in embargo , deberíamos señalar que al i n t r o d u c i r la b r o m a Cervantes se apoyaba en una v ie ja tradición y que la figura de N a d i e era m u y f a m i l i a r en la c u l t u r a — t a n t o l a popular como la de la élite— de los siglos X V I y X V I I . E n rea l idad , la consideración de los orígenes y la evolu­ción de esa escurridiza figura no sólo esclarece las complejidades de la h i s to r ia e jemplar de Cervantes , sino también varios de los pr inc ipales mov imientos l i terarios de la época.

E L N A C I M I E N T O DE NEMO. LOS SERMONS JOYEUX Y LAS MARAVILLAS DE L O NEGATIVO

A fines del siglo X I I I u n clérigo francés, Radu l f o de A n j o u , escribió u n sermón en el que celebraba los poderes de San N e m o , u n misterioso ser h u m a n o que gozaba de u n a especie de contem­porane idad con Dios Padre, puesto que fue formado cuando Dios creó los días, y que , como C r i s t o , no había nacido de u n hombre y u n a m u j e r ord inar ios , compartía la esencia d i v i n a , y había su­b ido al cielo. L a verdad de todo esto, y m u c h o más, es con f i rma­da por la a u t o r i d a d de las Escr i turas : el profeta cantó que " D i e s f o rmab 'untur et N e m o i n e i s " , y Jesucristo anunció al m u n d o que N e m o podía v e n i r a él y que " N e m o ascendit i n c o e l u m " 8 .

N o conocemos el contenido del sermón de Radu l f o sino por u n a refutación de sus argumentos , obra de u n ta l Stephanus, del monaster io de San Jorge , qu ien parece t o m a r en serio el panegí­r ico del santo, encuentra peligrosas herejías en sus afirmaciones y hab la de u n a " N e m i n i a n a secta" , d i r i g i d a p o r u n ta l Pedro de L imoges , que d i funde las doctrinas de su santo patrón 9 . Stepha­nus ofrece u n a interpretación correcta de los dist intos pasajes de la E s c r i t u r a que supuestamente usó el hereje para celebrar a su santo. Por e jemplo, niega tajantemente que las palabras del Evan ­gelio según San J u a n (7 , 30) , " n e m o posuit i n e u m [Cr is to ] m a -n u s " h o n r e n a N e m o . Añade la glosa ac larator ia : " S u p p l e sacrilegas.. . C r i m e n e t iam lese maiestatis i n c u r r i t , q u i a i n C h r i s -t u m d o m i n u m temerarios manus [sic] i n i e c i t " . Así también, ofrece o t ra interpretación para " N e m o veni t ad m e " ( J u a n , 6, 44) , ba-

8 Salmos, 139; J u a n , 6, 44 y 3, 13. 9 H E I N R I C H D E N I F L E reproduce el texto en su estudio " U r s p r u n g der His ­

toria des N e m o " , Archivfür Literatur-undKirchengeschichte desMittelalters, 4 (1888), 330-348.

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sada en M a t e o , 26, 46: " G l o s a : V e n i t i n q u a m u t noceat, appro -p i n q u a t u t tradat , sicut s c r i p t u m est: Ecce appropinquat qui me tradet. O m n i s e n i m hereticus Judas t r a i d o r e s t " . " D e u s c laudi t et N e -m o a p e r i t " (Apocal ipsis , 3, 7) , frase que evidentemente sugiere poderes iguales a los de Dios , se explica hábilmente así: " . . . s i Deus c laudi t et N e m o aper i t , N e m o iste f u r est et l a t r o " . Stephanus t e r m i n a su opúsculo exhortando a los reyes, pontífices y fieles cris­t ianos a tener por heréticas las doctr inas de ese " A n t i c r i s t o " de N e m o y sus discípulos, y a destruir los por el fuego.

E n todo el opúsculo Stephanus parece aceptar la existencia de u n ser l lamado N e m o , puesto que en ningún lado acusa a su pa­negir is ta de estar j u g a n d o o burlándose, n i deja ver por algún de­tal le obviamente ridículo su conciencia de que la personificación del concepto de nadie es básicamente absurda. S in embargo , en ciertos momentos cuesta t raba jo dejar de sospechar que la serie­d a d de su refutación es en rea l idad u n disfraz transparente a t r a ­vés del cual el lector culto puede v i s lumbrar ese jugueteo académico t a n característico de la p a r o d i a med ieva l , y d ivert irse con él. Por e jemplo , la alabanza que R a d u l f o hace de " N e m o m i l i t a n s " , ba ­sada en parte de u n versículo de I I T i m o t e o , 2, 4, se contesta con u n a cita del Policraticus de J u a n de Sal isbury , que subraya el des­precio de N e m o por la honorable profesión de soldado: "Pro f e s -sio n a m q u e m i l i t a r i s t a m laudabi l i s est q u a m necessaria, et q u a m v i tuperare nemo p o t e s t " . Para re futar la opinión de que " N e m o ex o m n i parte b e a t u s " , Stephanus c i ta varias máximas jurídicas que prueban que N e m o es infel iz ; por ejemplo, " N e m i n i facit i n i u -r i a m q u i u t i t u r iu re s u o " .

A pesar de las protestas de Stephanus y de que su ed i tor m o ­derno , el severo dominico H e i n r i c h Deni f le , las acepta l i teralmente — t o m a en serio la existencia de la neminiana secta y parece preocu­par le la pos ib i l idad de que esas bromas eclesiásticas a expensas de las doctr inas y los textos sagrados p u d i e r a n haber const i tu ido u n a profanación grave de la l i t e r a t u r a y el cul to de los santos (pos ib i l idad que lo inquietaría más que la existencia de peca­dores y here jes )—, es difícil no considerar el t ratado o r i g i n a l y su réplica como parodias de sermones y vidas de santos. E n rea l i ­d a d el sermón t u v o m u c h o éxito, y sus imitac iones , algunas de las cuales h a n sobreviv ido en textos manuscri tos e impresos, re ­velan claramente su atractivo como parodia y permiten pensar que fue concebido como t a l . Por e j emplo , u n a de las versiones t e r m i ­n a con las frases obv iamente humorísticas, " a d cuius b e a t i t u d i -n e m et g l o r i a m , q u i sine fine b i b i t et restat, nos vosque pervenire

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concedat per o m n i a pocula p o c u l o r u m ' ' 1 0 . L a intención de u n t r a t a m i e n t o t a n irreverente de las convenciones de los géneros sa­cros puede haber sido burlarse de los textos hagiográficos, que eran u n a de las lecturas predilectas de la época; o b ien era u n re­medo del virtuosismo de la hermenéutica contemporánea y su apro­piación entusiasta de las citas bíblicas, con su ferviente creencia en los venerables ductores como fuente de verdad ; o sólo era u n juego ref inado con las convenciones l i terar ias , para diversión de los clérigos cultos, que podían darse el gusto de ident i f i car y ob­servar las ingeniosas combinaciones verbales 1 1 que revelan lo que K e n n e t h B u r k e l l a m a la m a r a v i l l a pecul iarmente lingüística la ­tente en lo negat ivo . Sea como fuere, los sermones t u v i e r o n m u ­cho éxito, y s iguieron siendo populares durante todo el siglo X V I 1 2 . Se p u b l i c a r o n versiones lat inas , y traducciones al francés,

1 0 Véase el texto en W . W A T T E N B A C H , " H i s t o r i a N e m i n i s " , Anzeiger für Kunde der Deutschen Vorzeit, 13 (1866), 361-367; véase también D E N I F L E , art. c i t . , pp. 336-337.

1 1 P A U L L E H M A N N (Die Parodie im Mittelalter, Müchen, 1922, pp. 240-244) observa que los sermones de Nemo, como tantos sermones, vidas de santos y epístolas en serio, suelen empezar con las primeras palabras de la epístola de San Pablo a los hebreos: " M u l t i f a r i a m multisque modis o l im Deus loquens patribus i n prophetis . . . " Algunos prefieren el comienzo del L ibro de Job: " V i r quidam erat in Oriente nomine Nemo. . . ' ' Lehmann duda de que hubiera pro­fanación verdadera o caricatura destructiva en la " i r reverenc ia ' ' de los ser­mones, y subraya su aspecto de broma, que considera típico de la tradición paródica medieval.

1 2 " . . . L o negativo es una maravil la peculiarmente lingüística...; no hay negativos en la naturaleza, pues cada condición natural es positivamente lo que es" (Retórica de la religión, t rad . M . R. Wolf f , México, 1975, p. 36).— M I J A I L BAJTÍN (La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. E l contex­to de Francois Rabelais, Barcelona, 1974, pp. 372-374) encuentra en la " H i s t o ­r ia de N e m o " el espíritu carnavalesco de l ibertad que anima gran parte de la l i teratura medieval de diversión y alimenta algunas de las mayores creacio­nes literarias del Renacimiento. Por medio de la parodia "destronadora" el hombre se libera de los temores y las restricciones que engendra la tiranía de los valores oficiales y participa festivamente en la vida corporal de la vitalidad, la fertil idad y el crecimiento, una vida en la que todos los seres humanos son iguales y que considera no esenciales las distinciones basadas en las jerarquías oficiales. Los sermones de Nemo revelan las energías negativas y positivas de este espíritu, rebajan la hagiografía oficial y celebran una suspensión de todas las restricciones que oprimen al hombre y son consagradas por la religión ofi­cial. " N e m o es el l ibro del juego carnavalesco con las negaciones y prohibicio­nes de la concepción oficial del mundo. Su personaje está literalmente tramado en la liberación de todas las restricciones y prohibiciones que pesan sobre el hombre, agobiándolo, y que la religión oficial consagra. De ahí el atractivo excepcional que este juego tenía para el hombre de la Edad Media . Todos es-

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al alemán y al holandés. Teófi lo Folengo sin d u d a no pudo resis­t i r l a pos ib i l idad de b u r l a i rreverente que ofrece la figura de Nemo y compuso u n a Vita e qualità di Nemo13, que por desgracia se ha p e r d i d o ; la gente siguió celebrando los prodigiosos poderes y las hazañas de Nemo, apoyando sus af irmaciones en la B i b l i a , la l i ­t u r g i a , Cicerón, Horac io , los Dísticos de Catón, San Agustín, Pris-c iano, y probablemente muchos otros textos venerados. Así, Nemo se consideró d igno de ser el compañero de Pr isc iano , q u i e n , co­m o recordarían todos los eruditos de su t i e m p o , escribió " N e m i ­n e m i n i c u i s o c i u m " . Ese notable santo, como señala el Evangel io según San J u a n , " m a j o r e m c h a r i t a t e m h a b e t " . Sólo él es d igno de a b r i r el L i b r o de los Siete Sellos, como lo prueba el Apoca l ip ­sis. Es capaz de " s e r v i r a dos a m o s " y de ser b igamo i m p u n e ­mente : " N e m i n i p e r m i t t i t u r binas habere u x o r e s " . Y , como lo aclara el Eclesiástico, " N e m o est q u i S e m p e r v i v a t " .

L A APROPIACIÓN DE NEMO EN L A SÁTIRA H U M A N Í S T I C A :

EXTRANJERO INTRUSO Y C H I V O E X P I A T O R I O

A pr inc ip ios del siglo X V I apareció u n a versión impresa del sermón, con el título Sermo pauperis Henrici de Sancto Nemine cum pre-seruatiuo regimene eiudem ab epidemia. L l e v a b a al frente u n grabado en madera que representaba al santo: u n rectángulo vacío 1 4 . Por esa época u n barbero alemán, Jörg Schan, decidió l lenar el rec­tángulo, dar f o r m a gráfica a l escurr idizo Nemo, y creó uno de los personajes l i terar ios más curiosos del siglo X V I . L a portada de su poema Niemand representa u n a extraña figura que camina con grandes zancadas sobre u n montón de objetos domésticos: ollas rotas, botellas, platos, candeleros, t i jeras, fuelles, etc. E l rasgo más

tos interminables, mezquinos y siniestros «nadie lo puede», «nadie es capaz», «nadie lo sabe», «nadie lo debe», «nadie lo osa», se transformaban en alegres «Nemo puede», «Nemo es capaz», «Nemo sabe», «Nemo debe», «Nemo osa»" . Más adelante mostraré que éste es el t ipo de mensaje que transmiten clara­mente algunos de los descendientes secularizados de la parodia clerical medie­val de Nemo, especialmente Sancho Panza.

1 3 U n panorama claro y completo de Nadie en la l i teratura puede verse en J O H A N N E S B O L T E , " N i e m a n d u n d Jemand: E i n englisches Drama aus Sha­kespeare's Zeit , übersetzt von L . T i e c k " , Jahrbuch der Deutschen Shakespeare-Gesellschaft, 29 (1983), 4-91. Debo mucho a las investigaciones de Bolte (véan­se otros estudios citados más abajo) y a G E R T A C A L M A N N , " T h e Picture of No-b o d y " , JWC, 23 (1960), 60-104.

1 4 Véase el texto en B O L T E , " D i e Legende v o m Heil ige N i e m a n d " , Ale­mannia, 16 (1888), 193-201.

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N R F H , X X X I V L O S D E S A F Í O S D E NEMO 663

p r o m i n e n t e del andrajoso personaje es que l leva u n candado en l a boca. E l pie del grabado dice: " N a d i e es m i n o m b r e , me c u l ­p a n p o r los actos de t o d o s " 1 5 . E l poema es u n lamento del chivo exp ia tor i o Nadie por los malos tratos que recibe de los criados, que qu ieren encubrir sus faltas culpándolo a él, diciendo por ejem­plo : " l a cu lpa es de n a d i e " . L a obra , que probablemente se ins­p i r a más en la famosa treta de Odiseo para h u i r de Pol i femo que en los sermones medievales, es u n a larga enumeración de las for­mas en que los criados t raen el desorden a u n a casa y una breve indicación de que los amos podrían remediar la situación si se ocu­p a r a n más del bienestar de sus sirvientes.

A u n q u e el poema no va más allá de sus modestos propósitos de sátira doméstica 1 6 , Schan, al presentar el personaje de N e m o como extran jero , bobalicón, chivo expiator io y crítico de la socie­d a d que lo ha condenado al silencio, creó u n a versátil figura satí­r i c a , que se podía desarrol lar de diferentes maneras, según los intereses de cada escritor. Seguramente Schan no se dio cuenta de lo profética que resultaría ser la afirmación final de su perso­naje : " V o n meiner K l a g wer v i l zu s c h r i b e n " . Sin embargo , co­m o para c u m p l i r su prop ia promesa, escribió en la vejez otro poema, Die wohlredente Niemand, en el que su personaje vuelve a r o m p e r el silencio, pero para hablar de preocupaciones comple­tamente diferentes. A l a b a a Dios p o r haberle qui tado el candado de la boca, censura las doctr inas católicas sobre las indulgencias, el p u r g a t o r i o , las buenas obras, las re l iquias , el sacrificio de la misa y la autor idad papal , y celebra el cr ist ianismo evangélico, con frecuentes citas del N u e v o Testamento en apoyo de sus d o c t r i n a s 1 7 . Para 1532 N i e m a n d ya era u n personaje f a m i l i a r en

1 5 Véase u n estudio completo de la iconografía de esta imagen en C A L ­M A N N , art . cit. El texto del poema se encuentra en B O L T E , " N i e m a n d und Je­mand . . . " , pp . 1 0 - 1 3 , y una traducción al inglés en C A L M A N N , art . c i t . , pp. 100-102.

1 6 Según C A L M A N N , (ibid., p. 6 2 ) , el poema se relaciona claramente con " t h e numerous manuals of household management which appeared all over Europe d u r i n g the fifteenth and sixteenth centuries" . Hay unas especulacio­nes interesantes sobre la relación entre esta concepción de Nadie y el surgi­miento de la novela picaresca, vista como una forma que representa "social disrupt ion and indefinite i d e n t i t y " , en R O S A L I E L . C O L I E , Paradoxia Epidemi­ca: The Renaissance Tradition of Paradox, Princeton, 1 9 6 6 , p. 2 9 6 .

1 7 E l texto se encuentra en B O L T E , "Schann's Gedichte vom N i e m a n d " , Zeitschrift für vergleichende Literaturgeschichte, 9 ( 1 8 9 6 ) , 7 3 - 8 8 . Según Bolte, el poema se escribió probablemente en el ambiente t r iunfa l que imperaba después de que Carlos V concedió temporalmente la l ibertad religiosa a los protestantes en el Reichstag de Nuremberg, en 1 5 3 2 . U n a versión ai inglés del poema de

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varios tipos de l i t e r a t u r a polémica y satírica relacionados con los trastornos religiosos y políticos de la época. U n polemista católi­co, Johannes A t r o c i a n u s , censura a los seguidores de L u t e r o en u n poema l a t i n o , Nemo Evangelicus18; el protestante Johannes S t i -gelius escribe u n áspero ep igrama, Nemo ad Fabrum, en el que cen­sura al ob sipo Faber con irónicas alabanzas ( " Y o [ N e m o ] te l l amo inmac u lad o siervo de C r i s t o ' ' ) ; u n a canción popu lar sobre los es­tragos de las guerras campesinas comenta irónicamente lo conve­niente que resulta a t r i b u i r todo el su fr imiento al omnipresente ch ivo expiator io N i e m a n d , y L u t e r o menc iona de paso a l perso­naje en su comentar io al Salmo 101 : " D e r schändliche N i e m a n d hats gethan, der t h u t alle böse T h a t " 1 9 .

L a reaparición más i m p o r t a n t e del personaje de N a d i e en la l i t e r a t u r a del R e n a c i m i e n t o es quizás el poema la t ino de U l r i c h v o n H u t t e n , Nemo. Esta o b r a , que t u v o u n éxito e x t r a o r d i n a r i o , es de especial interés para nosotros: como lo hará E l licenciado Vi­driera de Cervantes u n siglo más tarde , incorpora frases y parado ­jas de l sermón medieva l de Nemo en u n contexto de sátira elevada y de preocupación filosófica seria. Es probable que la aparición de N e m o en medio de las controversias religiosas y políticas se deba más a la obra de H u t t e n que a la de Schan 2 0 . E n u n a p r i ­m e r a versión de su poema (1510) , el h u m a n i s t a alemán s imple­m e n t e reunía algunas de las frases epigramáticas del sermón m e d i e v a l , u n a relación de la b r o m a de Odiseo a expensas del C í ­clope, y la sátira doméstica de su predecedor, Schan 2 1 . Parece-

S C H A N , The Well-Spoken Nobody, apareció en 1533 o poco después (texto en C A L M A N N , art . c i t . , pp. 102-104). Es probable que se trataran los mismos te­mas en una obra perdida, The Return of Oíd Well-Spoken Nobody, de 1568 (véase B O L T E , " N i e m a n d u n d J e m a n d . . . ' ' , p. 23).

1 8 Véase B O L T E , " N i e m a n d u n d J e m a n d . . . " , p. 20. E l poema aprovecha las posibilidades de expresión paradójica típicas del sermón burlesco medie­val ; por ejemplo, " N e m o Evangelicus factus doctore Luthero . . . Nemo Evan-gelicus sanctam divendere m i s s a m " .

1 9 Véase B O L T E (ibid., pp. 9 y 20). E l Nadie de la comedia inglesa Nobody and Somebody (1606) desciende del personaje de Schan. E n esta sátira la v i c t i -mización y la vindicación de Nadie se relaciona con una serie de abusos de la sociedad y de las costumbres sociales ( B O L T E , ibid., pp. 24-25, y C A L M A N N , art . c i t . , pp. 94-95).

2 0 C A L M A N N (ibid., pp . 80-81) hace notar que la versión final del poema, después de su publicación en 1518, tuvo siete ediciones más en dos años, no sólo en Alemania , sino también en Suiza, Francia, Flandes y Austr ia . Apare­cía en antologías de la sátira hasta el siglo x v n i . L a pr imera traducción se h i ­zo al francés, alrededor de 1550; Colerus hizo una versión alemana en 1607, y otra apareció en 1771.

2 1 Es posible que a H u t t e n le haya atraído inicialmente el sermón medie-

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ría que su intención era poco más que lograr efectos de ingenio y h u m o r l igero . S in embargo (quizás por in f luenc ia del Elogio de la locura de Erasmo , que se llevó a R o m a en 1517 y mostró con entusiasmo a todos los letrados que encontró) , descubrió, en la declamación de su prop io loco y en su paradójica situación de u n nadie cuyo mensaje podría ser de v i t a l i m p o r t a n c i a para todos, las posibil idades que tenía el personaje para enfrentar lo a a lgu­nos de los temas religiosos, políticos y morales más serios de la época. Vo lv ió a escribir su poema y agregó a la versión or ig ina l chistes con tanta carga como:

N e m o sacerdotum l u x u s v i t a m q u e s u p i n a m , N e m o audet L a t i u m carpere P o n t i f i c e m [...]

val como paradoja retórica, " a n ancient form designed as epideixis, to show off the skill of an orator and to arouse the admirat ion of an audience, both at the outlandishness of the subject and the technical brilliance of the rhetori -c i a n " (R. L . C O L I E , op. cit., p. 3). Los clérigos medievales legaron al Rena­cimiento una obra que se deja comparar con paradojas clásicas tan venerables como el elogio de la mosca de Luciano, el elogio de la nuez de Ovid io , y el elogio de Tersites de Isócrates. Tales ejercicios retóricos, con sus espectacula­res violaciones del decoro y su falta de respeto al pensamiento categórico tra­dicional, eran m u y del gusto de los humanistas, y se puede ver su influencia en numerosas obras maestras de la ironía y la sátira, desde el Elogio de la locura de E R A S M O y el Gargantúa y Pantagruel de R A B E L A I S hasta el Timón de Atenas de SHAKESPEARE , el Guzmán de Alfarache de A L E M Á N , la Dorotea de L O P E DE V E G A y el Quijote de C E R V A N T E S . A M E Z Ú A describe la popularidad de los encomios paradójicos en las academias literarias de la España de Cervantes: " E n los burlescos la gama es in f in i ta : todo, todo cuanto puede provocar la risa, encen­der alegría, d ivert ir el ánimo, se acepta por bueno: elogios de las sabandijas y animales más ínfimos y ridículos: la pulga, el ratón, la víbora, el papagayo, la hormiga y el mosqu i to " {Lope de Vega en sus cartas, M a d r i d , 1940, t . 2, pp. 76-77). Sobre la popularidad de tales encomios paradójicos en las loas que an­teceden a las representaciones teatrales en los corrales españoles, véase F R A N ­CISCO R I C O , " P a r a el it inerario de un género menor: algunas loas de la Quinta Parte de comedias" , HWF, pp . 611-621. Resulta interesante que Erasmo haya visto claramente las semejanzas entre el género antiguo y los ejercicios oficia­les de cultura clerical en los que, para fines educativos, se aceptaban las pro­posiciones blasfemas. A l defender su controvertido Encomiun Á^atrtmomi de los cargos de herejía e indecencia que le hace Clichtove, le recuerda a su censor que la declamación no se debería tomar más en serio que el elogio de Isócrates a Busiris o que el que hace Favorino de las cuartanas, famosos ejemplos de la paradoja retórica clásica, " c u i generenon dissimilis est scholastica concerta­do, quam vocant obl igatoriam, i n qua tamen sumuntur interdum exempla e sacris l iteris : d icunturque multa falsa, quaedam etiam blasphema, nisi excu-saret exercitamenti genus" (Dilutio eorum quae Iodocus Clithoveus scripsit aduersus Declamationem Des. Erasmi Roterodami suasoriam Matrimonii, ed. E. Telle, Paris, 1968, pp. 72-73).

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N e m o omnes posita G e r m a n o s lege coercet, N e m o i u g u m R h e n i gent ibus i m p o s u i t .

N e m o per innocuos mores e m e r g i t , et aulae Sont ica p r o s e q u i t u r muñera N e m o p ius .

N e m o Q u i r i n a l e m d o m i n a t u l i b e r a t u r b e m , N e m o l a b o r a n t i subven i t I t a l i a e ;

N e m o feros be l lo T u r c a s a d i t ; et b o n a curat P u b l i c a p r i v a t o muñere N e m o m a g i s 2 2 .

A H u t t e n , como a la mayoría de los humanistas de su t i e m ­po , le atraían muchísimo los poderes expresivos y las ambigüeda­des protectoras de la paradoja ; v io c laramente , en la celebración que hacía el sermón medieval de u n no-ser, las posibilidades de expresión paradójica de ideas y sátiras serias y potencialmente sub­versivas, en la m i s m a f o r m a en que T o m á s M o r o había descu­b i e r to en la representación de u n estado ideal " n o ex is tente" u n m e d i o de audaz análisis crítico de los problemas más candentes de su sociedad. A u n q u e fueron pocos los añadidos del t ipo a r r i b a c i tado , i n t r o d u j e r o n en la segunda versión de Nemo u n n ive l de referencia to ta lmente nuevo , y su presencia t r a j o u n a nueva se­r i e d a d a la tónica general de la obra ; probablemente dictó u n a lec tura fundamenta lmente d i s t in ta de algunas de las agudezas po­tenc ia lmente sombrías que H u t t e n había t o m a d o del sermón me­dieva l . E l hecho es que afirmaciones como " C r i m i n e N e m o caret/ N e m o fug i t m o r t e m ; N e m o est a fine superstes" y " N e m o sorte sua v i v i t c o n t e n t u s " h a n l levado a críticos e historiadores l i t e r a ­rios a hab lar del escepticismo omnipresente en la obra de H u t t e n 2 3 .

LA SECULARIZACIÓN D E L PODER DE L A N E G A T I V I D A D RELIGIOSA.

LA GRANDEZA D E L HOMBRE SIN A C O M O D O

Así pues, a H u t t e n pertenece el mérito de haber ampl iado no ­tab lemente la temática de los dichos de N e m o , de haber c u l t i v a ­do , por serias razones filosóficas, religiosas, políticas y satíricas, las posibi l idades de expresión paradójica que tenía la personifica-

22 Ulrichi Hutteni Equitis Germani Opera quae reperiri potuerant omnia, ed. E. Böcking, Leipzig , 1862, t . 3, pp. 107-118.

2 3 Véase W E R N E R K A E G I , " H u t t e n u n d Erasmus, Ihre Freundschaft und ihr S t r e i t " , Historische Vierteljahrschrift, 22 (1924-25), 200-278, esp. pp. 262-264. Sin embarga, T H O M A S W . BEST af irma que el "added cynicism i n the later versión does not keep the work from still being basically a poetic j o k e " (The Humanist Ulrich von Hutten, Chapel H i l l , 1969, p. 40).

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ción de u n concepto negativo, y de haber t rans formado la figura superf ic ia l del sermón burlesco medieva l y de la sátira de Schan en u n o de los atractivos ' ' Si leni A l c i b i a d i s " de la l i t e ra tura del R e n a c i m i e n t o , u n a de esas extrañas combinaciones de lo ridículo y lo p r o f u n d o con que se deleitaban los escritores tocados por el h u m a n i s m o , y que aparecían constantemente en sus obras irónicas 2 4 , desde el Elogio de la locura de Erasmo hasta el Coloquio de los perros de Cervantes. S in embargo , faltaba dar u n paso deci­sivo en la v i d a histórica de Nemo, y está perfectamente registrado en u n a obra teatral del humanis ta portugués G i l V i cente , que i n ­formó a l Nad ie resurrecto con algunas de las preocupaciones es­pir ituales más profundas de los humanistas cristianos y transformó a la d i v e r t i d a abstracción conceptual , al extranjero satírico y ch i ­vo exp ia tor i o , en u n auténtico " p o s i t i v o " , en u n " o t r o " a trac t i ­vo que representa valores amables y u n modelo que se imitaría p a r a l o g r a r la realización personal . A q u í Nemo está dotado con el poder y el aura que el h o m b r e ha a t r i b u i d o tradic ionalmente a lo negat ivo en sus intentos de t r a n s f o r m a r en palabras su más p r o f u n d a experiencia religiosa. Si la perfección no existe en la t ie ­r r a , no es conocible en términos terrenales, y no es comunicable con palabras terrenas, sólo tenemos la pos ib i l idad de acudir a ana­logías del orden de este m u n d o y sus lenguajes, a la vez que nega­mos las analogías y conferimos a r b i t r a r i a m e n t e u n a d i g n i d a d trascendental a la negación. Si la pureza de la esencia d i v i n a sólo se puede representar como No-cosa, entonces esa No-cosa puede alcanzar u n a especie de pureza. L o m i s m o vale para palabras co­m o des-prendido, in-condicionado, i-limitado, vianegativa y , c laro, Na­die. Este es u n paso decisivo porque , como señalaré más adelante, las dos grandes figuras renacentistas de N a d i e como modelo de desposeimiento del ser surgirán en el orden secular y tendrán una d i g n i d a d establecida por sus predecesores religiosos y m a n t e n i ­da , paradójicamente, por medio del m i s m o proceso dialéctico con el que la n i e g a n 2 5 . U n caso activará el poder de la negat iv idad

2 4 W A L T E R K A I S E R habla de las implicaciones de los "S i l en i Alc ib iad is " en los escritos de Erasmo y Rabelais, y en particular de lo apropiados que son como imagen para el nuevo "estilo m i x t o " del Renacimiento, en el cual "ear-nestness could be both contained and concealed w i t h i n j e s t " (Praisers o/Folly, Cambridge , M A , 1 9 6 3 , p. 6 0 ) . Véanse también las observaciones de BARBA­RA K Ó N N E K E R sobre la descripción erasmiana de los silenos y su explotación del encomio burlesco como instrumento para af irmar el carácter relativo de la verdad e investigar sus complejidades ( Wesen und Wandlung der Narrenidee im Zeitalter der Humanismus, Wiesbaden, 1 9 6 6 , pp. 1 9 2 1 ss.).

2 5 Véase K E N N E T H B U R K E , op. cit., pp . 4 1 - 4 3 y 3 0 7 - 3 0 9 , sobre los recur-

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religiosa con perturbadores efectos de parodia y disolución; el otro encarnará esa m i s m a negat iv idad en u n a figura secular, y d i g n i ­ficará sus tr iunfos por medio de su misterioso poder.

E n su Auto chamado da Lusitánia, G i l V icente presenta u n diá­logo entre T o d o - e l - M u n d o , vestido como u n rico mercader, y N a ­d ie , que l leva la ropa de u n m e n d i g o . E l rico reconoce que v ive en búsqueda incesante de " m i l cosas" : r iqueza , fama, alabanza, placer, larga v i d a , cómodas i lusiones. Nad ie contesta que él bus­ca t r a n q u i l i d a d de conciencia, v i r t u d , crítica, penitencia , m u e r ­te , verdad . Dos diablos escuchan toda la conversación y la t ranscr iben entusiasmados, porque L u c i f e r los premiará al acer­carse el fin del m u n d o 2 6 . A q u í G i l V i cente explota la paradójica figura para señalar que la corrupción está tan d i fundida en el m u n ­do que nadie es v i r tuoso , y que el verdadero cr ist iano debe reco­nocerse como N a d i e para alcanzar la salvación. Se podría decir que G i l V i cente imitó l i t e ra lmente en el arte los métodos de Dios descritos por San Pablo en la P r i m e r a Epístola a los C o r i n t i o s ( 1 , 28) : £ £ E t ignob i l ia m u n d i , et c o n t e m p t i b i l i a e l ig i t Deus, et ea quae non sunt, ut ea quae sunt destrueref'. Así , N e m o t o m a f o r m a como u n poderoso símbolo y exponente de ciertas creencias t r a d i c i o n a ­les, de i m p o r t a n c i a f u n d a m e n t a l en el cr ist ianismo de los h u m a ­nistas — l a posición agust in iana de que la ident idad cr is t iana se ve amenazada más que nada por el a m o r p r o p i o , y la admonición p a u l i n a de que el ser no debe esclavizarse a las cosas de este m u n ­do , que fácilmente lo pueden cegar frente al hecho de que no t i e ­sos religiosos de lo negativo y pp. 11-13 sobre el poder residual de las palabras ' 're-secularizadas' ' , después de haber sido dotadas de "connotaciones sobre­naturales" .

2 6 G I L V I C E N T E , Obras completas, ed. Marques Braga, Lisboa, 1955, t . 6, pp. 83-87. E n el teatro popular de L O P E DE R U E D A aparece otro Nadie cuyas palabras son las de la sabiduría cristiana tradicional , a la vez que recuerda a sus oyentes cuan escasos son los verdaderos cristianos, especialmente entre los ricos y los privilegiados. E n su Entremés del mundo y no nadie (ed. Foulché-Delbosc, RHi, 7, 1900, 251-255), el mendigo Nadie debate con el M u n d o r i ­camente vestido: "Soy tal qual me hizo Dios ; / m i propio nombre es n ingu ­no . . . ; / al pobrecito mendigo/ con ansia de caridad/ en mis entrañas lo abrigo ' ' . Debo a m i amigo Ronald Surtz el haberme llamado la atención sobre esta obra. Los conceptos espiritaules que rodean la f igura de Nemo en estas obras teatra­les están implícitos en una obra anterior, el retrato de San Nemo, de Ho lbe in , que recuerda tanto el sermón medieval como el dibujo de Schan. E l santo apa­rece como u n viejo pobre y desvalido, con u n candado en la boca, paciente­mente en vela junto a u n mercader adormilado, que sueña con riqueza y poder. Véase R U B I N A G I O R G I , " U n tema della «follia»: «Nessuno»", en E. Castella-n i Gatt inara (ed.), UUmanesimo e "la Follia", Roma, 1971, pp. 65-88.

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nen valor en sí, y frente a la igualdad esencial de destino y obligación m o r a l que une a todos los cr ist ianos 2 7 .

E l mensaje agust iniano de Nemo es aún más visible en el Eick de Bruegel , u n d i b u j o que c o m b i n a el tema de la admisión cris­t i a n a de la nada del ser con el tema del logro del conocimiento de sí por medio de la introspección y la reminiscenc ia 2 8 . E n el p r i m e r p lano u n T o d o - e l - m u n d o melancólico, con anteojos y r o ­pa de mercader, encorvado bajo el peso de u n enorme saco en que l leva sus posesiones, da grandes zancadas por u n desordena­do m u n d o de cosas, y busca absurdamente más cosas, a la luz de una l i n t e r n a que usa en pleno día para i l u m i n a r los objetos regados a su alrededor. E n el fondo se ve u n a imagen de Nad ie , u n tonto que se m i r a satisfecho en u n espejo. E l pie de la imagen dentro de la imagen dice: " n a d i e se conoce a sí m i s m o " 2 9 . Co -

2 7 Véase, por ejemplo, J O H N C o LET, An Exposition of St. Paul's First Epistle to the Corinthians, ed. y t r . J . H . L u p t o n , London, 1874, p. 95: " . . . w e must leave all things; riches, wealth, honours, friends, parents, aye, even our own selves must be forsaken by us. . . you must give all you possess i n this wor ld , even your own self, i f you would have it [the heavenly heritage] to be yours.. . you must give up a l l , to have that which in itself is your al l ; possessed of which, you can lack n o t h i n g " . Véase también E R ASMO, Enchiridion militis christiani, V I I I , 5, y A L B E R T A L F O N S A U E R , Die vollkommene Frömmigkeit des Christen nach dem ''Enchiridion militis Christiani" des Erasmus von Rotterdam, Düsseldorf, 1954, caps. 5 y 6.

2 8 Sobre el tema del conocimiento de sí en el cristianismo agustiniano y su importancia en los escritos devotos del siglo x v i en España, véase R C B E R T R I C A R D , "Notas y materiales para el estudio del «socratismo cristiano» en San­ta Teresa y en los espirituales españoles", en Estudios de literatura religiosa &AT-ñola, M a d r i d , 1964, pp. 22-147.

2 9 Véase en C A L M A N N (art . cit . ) una elucidación convincente de la m u l t i ­tud de símbolos confusos de este dibujo. Como adición a su excelente estudio, sugeriría que posiblemente la concepción del personaje central de Eick esté en relación con varios elementos: el simbolismo contemporáneo del mercader rico (por ejemplo, la ilustración de H . Weiditz del De officiis de Cicerón y del De Remediis de Petrarca; la implicación de avaricia en el simbolismo del saco se encuentra en u n arrebato del Cardenio de L O P E DE V E G A {Arcadia, BAE, t . 188, p. 174), cuyos comentarios cínicos parecen algo desplazados en su m u n ­do pastoril: " e l tiempo muele, / y llegan de m i l modos/ con sus costales a la muerte todos" ) ; el grabado en madera de Sebastian Brant que muestra a los locamente ambiciosos; la representación de Schan del caótico mundo de obje­tos que rodean a Nadie; y también la descripción de Erasmo del sombrío es­toico de mirada de lince, perdido en su amor propio, totalmente ignorante de su verdadera naturaleza y de su destino y, dentro de su interés desnaturaliza­do por descubrir las fallas que afligen al hombre, enemigo de todas las relacio­nes humanas felices: "Quos si quando inter severos istos coierit mutua benevolentia, ea certe haudquaquam stabilis est, nec admodum duratura , n i -

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m o en la comedia de G i l V i cente , l a parado ja ataca al tonto rico en su i n q u i e t u d y su enajenación, y al m i s m o t iempo acoge al tonto pobre , que ha encontrado en sí m i s m o , por med io de la intros ­pección, l a verdadera i d e n t i d a d del cr is t iano : N a d i e .

E l descubr imiento de la nada del ser como etapa p r e l i m i n a r para u n introspección y u n a regeneración auténticas es meta y anhelo f u n d a m e n t a l de muchas doctr inas místicas 3 0 . E n todas

m i r u m inter morosos et plus satis oculatos, ut qu i i n amicorum viti is tam cernunt acutum, quam aut aquila, aut serpens Epidaurius. At ipsi in propriis vitiis quam lippiunt, et quam non violent manticam in tergo pendentem. Itaque cum ea sint homi -n u m natura , ut n u l l u m ingenium reperiatur non magnis obnoxium viti is [...] inter vos quoque efficit, ut suum cuique pu l c rum videatur, ut cascus, cascam, perinde ut pupus pupam deamet. Haec passim et fiunt et r identur , sed tarnen haec ridicula iucundam vitae glutinant copulantque societatem" ( W . W E L Z I G (ed.), Laus Stultitiae, Ausgewählte Schriften, Darmstadt , 1975, t . 2, p. 44). Son obvias las afinidades entre la celebración pictórica que hace Bruegel del cono­cimiento de sí y de la sabia locura con los temas centrales de Erasmo; la forma que tiene el p intor de subrayar el amor a sí mismo, la curiosidad morbosa, la visión excesiva, la desintegración y el conflicto en el mundo que rodea a Eick, y la melancolía en el rostro que m i r a , recuerdan varios detalles específi­cos del pasaje citado del Elogio de la locura. L a correspondencia más importante es el saco que lleva el personaje a la espalda, que Erasmo probablemente tomó de la Fábula de los dos sacos de Fedro: "Peras imposuit Iuppi ter nobis duas:/ propriis repletam uiti is post tergum dedit , / alienis ante pectus suspendit grauem./ Hac re uidere nostra mala non possumus;/ a l i i s imul delinquunt, censores sumus" ( I V , 10). E l Eick de Bruegel lleva u n saco por delante y otro por detrás, y tanto él como sus numerosas copias dentro de la ilustración, to­dos con linternas en la mano, m i r a n dentro de sacos y barriles, y a veces se meten a gatas en ellos. Aunque ciertamente es plausible la interpretación que da Ca lmann de esos detalles, como representaciones de la avaricia y el mate­r ial ismo, también es posible que la alusión a la fábula implique además los temas del egoísmo y de la crítica despiadada de los demás. L a alusión era fa­mi l i a r en el Renacimiento. Véase, por ejemplo, la referencia de P H I L I P SID­NEY al público de la sátira, en quien "perchance the sack of his own faults lies so behind his back that he seeth not himself dance the same measure; whereto yet nothing can more open his eyes than to find his own actions contemptibly set f o r t h " (An Apology for Poetry, Criticism: Twenty Major Statements, ed. G. K a ­plan, San Francisco, s.a., p. 12 ) . I R V I N G L . Z U P N I C K ( " T h e Meaning of Brue­gel's «Nobody» and «Everyman»", Gazette des Beaux-Arts, 67, 1966, 237-270) da una interpretación que niega la ambivalencia en el Nadie de Bruegel, y prefiere verlo simplemente como una condena del amor propio y de la irres­ponsabilidad mora l . Para apoyar este punto de vista se podría citar otra alu­sión, dentro de la imagen, al Elogio de la locura de Erasmo. U n a de las ilustraciones de Ho lbe in al texto de Erasmo muestra, como representación de Phi laut ia , amor propio , u n tonto que, como el Nadie de Bruegel, se mi ra en u n espejo (véase F. S A X L , " H o l b e i n ' s I l lustrations to the «Praise of folly» by Erasmu s " , BM, 83, 1943, 275-279).

3 0 Por ejemplo la de Meister Eckhart: "debemus m o r i mundo, nobis, ab-

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ellas, las tensiones contenidas en el paradójico " t o d o en la n a d a " se resuelven finalmente en la entrega a la d i v i n i d a d y la experien­cia del renacer; por eso Angelus Silesius nos i n v i t a a hacernos " n a ­d a " para poder "nacer de la L u z e te rna" : " N i c h t s w i r d , was zuvor ist , w i rs t d u n i c h t ' v o r z u n i c h t , / so w i r s t d u n i m m e r m e h r gebor 'n v o m ew 'gen L i c h t " 3 1 . Precisamente por esta razón, u n " t o d o en l a n a d a " mucho menos radiante y u n a parado ja mucho más i n ­quieta son la recompensa del más imponente " N a d i e " de la épo­ca en su búsqueda de iluminación. E l rey Lear desciende por medio de la l o cura a su ser desnudo y e lemental y , despojado de todo atuendo ceremonia l , v i s l u m b r a el terr ib le destino que une a to ­dos los hombres por debajo de las innumerables distinciones de las apariencias; aprende, por medio de su dolorosa visión, que l a sabiduría radica en la paciencia, el s u f r i m i e n t o , la compasión y la car idad . Su bufón le recuerda: " T h o u wast a pre t ty fe l low. . . n o w t h o u art an O w i t h o u t a figure. I a m better t h a n t h o u art n o w ; I a m a fool ; t h o u art n o t h i n g " ( I , 4 ) . Edgar , el filósofo es­toico de L e a r , hace u n a observación semejante: " E d g a r I n o t h i n g a m " ( I I , 3) .

" L a grandeza en la l imitación" es quizás la más inquie ta y resistente de las grandes paradojas que fascinaron a los pensado-

negare nos ipsos" (cit. por M A R I A A L B E R T A L Ü C K E R , Meister Eckhardt und die Devotio Moderna, Leiden, 1950, p. 27), y la de Gerhard Groóte: " d a t w i ons op geen eygenscap en oefenen" (ibid., p. 96). C A L M A N N (art. c i t . , p. 92) ve en la obra de B rue gel la expresión pictórica de las doctrinas espiritualistas de Sebastian Franck. Es razonable pensar que el auge de Nadie como personaje l iterario importante en el Renacimiento es una prueba de la renovada popula­r idad de la teología negativa, especialmente en los círculos humanistas, en esa época de trastornos espirituales y de insatisfacción frente a los modos escolás­ticos de comprensión de la experiencia religiosa. Numerosos descendientes de San Buenaventura en los siglos x v i y x v n insisten en que í £ l a inf initud de Dios implica la nada relativa de la creatura, pues ¿cómo puede lo finito ser algo cuando lo inf in i to lo es todo?" Como dice en su Règle de perfection el capuchino B E N E T DE C A N F I E L D (1562-1610), la práctica del aniquilamiento activo de la voluntad, el despojamiento total del espíritu, la destrucción del acto de inte­lecto por medio del razonamiento paradójico, la " f e desnuda" en la insignifi­cancia propia frente al Todo de Dios son las formas que llevan, por medio de la misteriosa coincidentia oppositorum, a la presencia de la Div in idad (véase K E N T E M E R Y , J R . , " M y s t i c i s m and the Coïncidence of Opposites in Sixteenth— and Seventeenth-Century France" , J H I , 45, 1984, 3-23. Por lo que se refiere al concepto esencial de la nada en Charles de Bovelles (De nihilo, 1511), y a sus relaciones con la filosofía de Cusano y toda la tradición de la teología mística, véanse E M E R Y (ibid., pp. 20-21) y JOSEPH M . V I C T O R , Char­les de Bovelles: An Intellectual Biography, Geneva, 1978, pp. 147-153.

3 1 Der Cherubinische Wandersmann, München, 1960, p. 196.

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res del R e n a c i m i e n t o 3 2 , y el precio de su aceptación podía ser m u y alto para aquellos que se resistían a buscar su solución fácil más allá de los confines de l m u n d o laico . Para el rey L e a r , la sa­biduría de la parado ja y la serenidad demasiado breve que le d io en su metamorfosis en N a d i e sólo se podían lograr al precio de perder la salud m e n t a l , de sumergirse en el m u n d o desesperado del filósofo cínico, y de vo lver finalmente a u n a nada que pone a prueba, de manera insoportable, su introspección redentora. E n ­tre tentadoras promesas de mi lagros que no se real izan, la trage­d i a de Shakespeare hace u n juego feroz con las introspecciones reconfortantes de las negaciones místicas y con las af irmaciones paradójicas de la teología negat iva . E n u n a de las numerosas pa­rodias sombrías de los misterios teológicos y sus consolaciones que hay en esta obra , K e n t , L e a r y el bufón, en u n lenguaje que a su vez se disuelve en la nada del discurso que insinúa pero niega la coherencia, revelan el carácter engañoso de la fructífera base de l a teología negat iva . L a nada en rea l idad no podría ser más que nada:

K E N T . — This is nothing, Fool. F O O L . — Then 'tis like the breath of a unfeed lawyer; yo gave me nothing for ' t . Can you make no use of nothing, nuncle? LEAR.— Why, no, boy; nothing can be made out of nothing ( I , 4 ) 3 3 .

3 2 H a y sugestivas especulaciones acerca de la figura de Nadie en el pen­samiento renacentista sobre las limitaciones del hombre, su paradójica gran­deza en la limitación, y la ambivalencia de la locura, en G I O R G I , art . c i t . , y E N R I C O C A S T E L L I G A T T I N A R A , "Quelques considerations sur le Niemand et . . . Personne" , en Folie et déraison a la Renaissanee, Colloque International tenu en no-vembre 1973 sous les sociétés pour VEtude de la Renaissance, Bruxelles, 1976, pp. 109-118. E l pr imero señala que el crítico doméstico de Schan posee realmente el poder numinoso y la ambivalencia que la imaginación contemporánea aso­ciaba con el mendigo, y que su candado y su silencio revelan una etapa prepa­rator ia en u n proceso de regeneración.

3 3 Sobre los temas centrales de la nada y la desnudez en E l rey Lear, véase R . C O L I E , op. cit., pp. 461-481. L a notable incorporación en esta obra de mo­tivos de la l i teratura de milagros tan popular en la época y su feroz frustación de las esperanzas que despiertan se centra en el acto I V . E l misterioso sueño de Lear y su despertar de la posesión, el vestir de su cuerpo desnudo, su recu­peración por medio de la medicina espiritual y la música restauradora, su as­censo figurado de la tumba y el infierno de su rueda en llamas, el salto y la liberación de Gloucester, la continuada articulación de los motivos siempre presentes de la ceguera, todo ello pertenece a este sistema imaginativo de la disolución. E n cuanto a la popularidad contemporánea de los libros de mi la ­gros y a la convencionalidad, dentro de ellos, de tales elementos, véase m i Cer­vantes and the Humanist Vision, cap. 4.

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C l a r o que Lear sigue hablando en la ignoranc ia , y sus pala­bras r ep i t en la respuesta que le d io en la escena in i c ia l a Corde -l i a , misteriosamente silenciosa. S in embargo , a pesar de su m o v i m i e n t o hacia la introspección, la tragedia no permite una va­lorización consoladora de la nada . E l misterioso círculo de opues­tos coincidentes no logra g i rar . E l complejo proceso de despojo que está en el centro de la obra c u l m i n a cuando el last imero g r u ­p o de seres humanos esenciales, " s i n a c o m o d o " , baja a la choza en ru inas del páramo, donde descubren u n a desnudez que parece estar m u c h o más cerca de aquella aterradora nuditas que había de obsesionar a U n a m u n o que de la nuditas sacra de los anhelos mís­ticos: " Q u e la suprema desnudez esp i r i tua l , de no i r vestido, es acaso quedarse en esque le to " 3 4 .

Si la secularización shakespereana de los valores positivos de las negaciones místicas resultó efímera en el universo trágico del Rey Lear y retrocedió a u n a farsa b r u t a l que señala su naturaleza i l u s o r i a , su contemporáneo, Cervantes , fue capaz de dar el paso decisivo sin retroceso en su obra maestra cómica, Don Quijote. Se podría decir que toda la novela y la tradición l i t e rar ia que engren-dró descansan en u n sentido f u n d a m e n t a l de la visión paradójica de la grandeza del hombre en sus l imi tac iones 3 5 . Es especialmen­te notable en la Segunda Parte , donde la paradoja a menudo l l a ­m a la atención sobre sí m i s m a . Se piensa inmediatamente en el famoso debate l i t e rar i o del capítulo 3, donde d o n Q u i j o t e le re ­procha ingenuamente a su autor el no haberlo creado a semejan­za de los grandes héroes de la l i t e r a t u r a y es inmediatamente correg ido por sus compañeros, cuya comprensión del hombre y de la l i t e r a t u r a es mucho menos l i m i t a d a que la del obsesionado idealista. L a réplica más elocuente a la crítica l i terar ia de don Q u i ­j o t e es la enérgica afirmación de Sancho Panza de que él quizás sea el " p r i n c i p a l persona je" de la obra ; no es de sorprender que sea él, el " b u f ó n " de d o n Q u i j o t e , q u i e n da a la paradoja su ex­presión más poderosa, y que lo haga en las circunstancias burles­cas características que rodean sus más profundas afirmaciones. E n su m o m e n t o cruc ia l de s u f r i m i e n t o , conciencia de sí, r e n u n ­cia y renacer, se qu i ta su vestimenta ceremonial , abandona su pro -

3 4 " E l naufragio de D o n Q u i j o t e " , Obras Completas, ed. M . García Blan­co, t . 5, Barcelona, 1958, p. 771.

3 5 Sobre el surgimiento de la novela como género de la humanidad ma­dura , que descubre el valor paradójico del hombre " s i n t recho" , o sea " s i n acomodo" , véase G E O R G L U K Á C S , Teoría de la novela, t rad . J J . Sebreli, Bue­nos Aires , 1966.

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pió t r o n o , despierta a u n a nueva v i d a , vuelve a su viñedos abandonados, y da t r i u n f a l m e n t e la b ienvenida a su " d e s n u d e z " o r i g i n a l ( "desnudo nací, desnudo me h a l l o " ) . Sancho instruye a la Duquesa sobre el destino común que une a los hombres por debajo de las distinciones superficiales de Jerarquía social ( " n o hay estómago que sea u n p a l m o m a y o r que o t r o " ; " a l de jar este m u n d o y meternos la t i e r r a adentro , por tan estrecha senda va el príncipe como el j o r n a l e r o , y no ocupa más pies de t i e r r a el cuerpo del Papa que el del sacristán, aunque sea más alto el u n o que el o t ro ; que al entrar en el hoyo todos ajustamos y encoge­m o s " ) ; despojándose momentáneamente de nac iona l idad y l e n ­guaje o f ic ia l , une a los peregrinos extranjeros en u n banquete festivo para celebrar la h e r m a n d a d universal ( " A r r o j a r o n los bor ­dones, quitáronse la mucetas o esclavinas y quedaron en pelota [ . . . ] . De cuando en cuando j u n t a b a alguno su m a n o derecha con la de Sancho, y decía: —Español y tudesqui, tuto uno: bon compa-ño"36. Nos hal lamos ante la secularización completa y t r i u n f a n t e

36 Don Quijote de la Mancha, ed. Martín de Riquer , Barcelona, 1958, pp. 561, 784, 925-927, 930-931. Se deberían contrastar los motivos de la naditas que rodean a Sancho desde el comienzo de la Segunda Parte hasta su plena orquestación en estas escenas de t r iunfo , y que generalmente señalan cualida­des positivas (por ejemplo, sencillez, humi ldad , integridad) basadas en códi­gos culturales de origen cristiano, estoico y carnavalesco, con la grotesca desnudez de Cárdenlo y don Qui jote en la Primera Parte, que vuelven a ac­tualizar el furor enajenante de los innumerables locos violentos que pueblan la l i teratura caballeresca medieval de la locura de amor. Sobre las riquezas de esa l i teratura, véase FRANCISCO M Á R Q U E Z V I L L A N U E V A , Personajes y temas del "Quijote", M a d r i d , 1975, cap. 1. A l tratar la repugnante desnudez tan p r o m i ­nente en esa tradición y en el folklore de la locura, P A O LO V A L E S I O ( " T h e L a n -guage of Madness i n the Renaissance", Yearbook ofltalian Studies, 1971, 199-234) hace notar que su prototipo se encuentra en el personaje de los Evangelios Si­nópticos, poseído por una " L e g i ó n " de demonios. D o n Qui jo te , claro está, no puede resignarse a la paradoja consoladora de la grandeza del "hombre sin acomodo" y, cuando se ve forzado a despojarse de su atuendo de caballe­ro , cuelga su armadura de u n árbol, en u n patético gesto de orgullo caballe­resco, y no le queda sino volver a su casa a mor ir . También habría que contrastar la desnudez de Sancho con el atuendo elegante, perfectamente a r t i ­culado y equilibrado del Caballero del Verde Gabán, vocero cervantino de la racionalidad, el orden y el control que dan la definición precisa y la limitación rígida. El examen crítico que hace Cervantes de las limitaciones que tiene la discreción de este confiado alguien es perfectamente consistente con el mov i ­miento hacia la celebración de la humanidad elemental de Sancho. C E R V A N ­TES, al formular la paradoja en E l coloquio de los perros, está más cerca de la espiritualidad cristiana personificada en el Nemo de G i l Vicente. Cipión con­trasta a los "señores de la t i e r r a " con el "Señor del c ie lo " . Mientras que los primeros se ocupan de asuntos como la ropa y el l inaje, el segundo encuentra

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del Nadie espiritual de G i l Vicente , quien encuentra aquí el autén­t ico " t o d o " en la " n a d a " de la v ida corpora l e lemental de la h u ­m a n i d a d . Es el m o m e n t o cu lminante de p l e n i t u d en el ascenso del Nemo renacent ista 3 7 .

NEMO Y LA MISANTROPÍA DE LA VISIÓN DEL DESENGAÑADO

L a exploración cervantina del campo esencial de la nada, donde desaparecen todas las demarcaciones superficiales, y el descubri ­m i e n t o de sus riquezas, son aún más interesantes a la luz de la descripción anter ior del fracaso del l icenciado V i d r i e r a . E l l i cen­ciado de v i d r i o es uno de los numerosos personajes cervantinos que qu ieren abarcar demasiado, y en su ambición de alcanzar la fama —de dist inguirse como alguien—, en su maniático compro ­miso con las lúcidas y controladoras distinciones del intelecto, es to ta lmente incapaz de lograr la clase de comprensión que exige la misteriosa parado ja de la grandeza en la limitación. E n su pa­tológica negación de la existencia de su cuerpo, su preocupación con las definiciones y las jerarquías, y su respeto por la agudeza por enc ima de la car idad , es u n a mejor antítesis de Sancho Panza que d o n Q u i j o t e , el ascético idealista, con q u i e n a m e n u d o se le h a comparado . Dec id ido a desenmascarar todos los defectos y to ­das las fallas de la h u m a n i d a d y consumido p o r la orgullosa rabia del cínico, es incapaz de atravesar el vacío de su visión para a l ­canzar las introspecciones redentoras del mend igo de G i l V i c e n ­te, del desilusionado rey de Shakespeare o del pastor de Cervantes. Para esta mente , a tormentada por lo que parecería ser u n a fija­ción demente en el poder de la categorización, no puede haber descubr imiento del p u n t o en que lo "descendente " se transfor­m a mister iosamente en " a s c e n d e n t e " . Y n i hab lar de contrarios que se encuentran . C u a n d o habla de la " d i c h a " de Nemo, la pa-

que " e l más pobre es más rico; el más humilde , de mejor l i n a j e " , y otorga sus recompensas a aquellos cuya gala es sencillamente " l impieza de corazón" {Novelas ejemplares, t . 2, 233).

3 7 En cuanto a las implicaciones de esta escena en relación con los idea­les erasmianos de comunidad, naturaleza y tolerancia, véase m i Cervantes and the Humanist Vision, pp . 167-168. Por lo que se refiere a sus elementos carnava­lescos, su importancia medular para que Cervantes lograra liberar el discurso novelístico de las concepciones jerárquicas tradicionales del lenguaje, y su pro­minencia en el ascenso de Sancho en la Segunda Parte, véase m i Cervantes and the Mystery of Lawlessness, Princeton, 1984, pp. 204-213.

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676 A L B A N F O R C I O N E N R F H , X X X I V

rado ja no logra desarrollarse en u n a valorización posit iva de la condic ión de la nada , ya sea como liberación carnavalesca de las restricciones tradicionales, como to ta l idad mística, como despren­d i m i e n t o , h u m i l d a d y car idad cr i s t iana , o como la clase de p l e n i ­t u d i n t e r n a que suele l lamarse i n t e g r i d a d estoica. E n otras palabras , la concepción de la nada que tiene el l icenciado no lo ­gra act ivar los poderes positivos de negat iv idad que han sido t a n prominentes en los lenguajes tradicionales de la religión y del car­naval . Las ambivalencias de su respuesta siguen siendo únicamente las de l ingenio , y el juego conceptual , t a n p e r t u r b a d o r a p r i m e r a v ista por esa " m a r a v i l l a " que surge de su sorpredente personi f i ­cación de u n a ent idad p u r a m e n t e lingüística, p ronto se vuelve u n m e r o comentar io l i t e r a l , p lenamente sardónico, sobre lo vacío de la v i d a h u m a n a . E l Nemo del l i cenciado, que es uno de los Nadies más inquietantes del R e n a c i m i e n t o , y el que más gusta del m o ­nó logo , es el único que ap u nta sin ambivalencias a la nada, y sus miserias ofrecen u n a clara revelación del n i h i l i s m o que está en la raíz de la filosofía cínica del protagonista .

Si el Nemo de Cervantes representa, en su l i teral ismo, u n a s im­plificación, u n deb i l i tamiento de la ambiva lenc ia que había ad­q u i r i d o la figura en su expansión d u r a n t e los cien años anteriores, su contextualización dentro de la novela e jemplar en que aparece es m u y compl icada y vuelve a inves t i r la con ironías complejas y pro fundas implicaciones filosóficas. E l Nemo cuya fel ic idad acla­m a el l icenciado de v i d r i o es sólo u n a copia f o r m a l del Nemo de los ant iguos sermones y de sus descendientes del siglo X V I , que en t iempos de Cervantes seguían ofreciendo a los círculos acadé­micos y univers i tar ios u n t ema para e jerc i tar y exh ib i r el ingenio y el c u l t i v o de lo maravi l loso l ingüístico 3 8 . Tres de las a f i rmac io -

3 8 E n 1579 Vincent Cossard, jur is ta francés, escribió una versión amplia­da de la v ida de Nemo, a quien presenta recordando que tuvo la inspiración de desarrollar la "metamorfosis gramat i ca l " cuando bromeaba con los profe­sores de teología (véase A N A T O L E DE M O N T A I G L O N , éd., Recueil de poésies Fran­çaises des xve et xvi siècles: moralesfacétieuses, historiques, t . 11 de Anciennes poésies françaises, Paris, 1876, p. 324; agradezco a m i colega François Rigolot el haber l lamado m i atención sobre esta obra). Véase también B A R B A R A C . BOVVEN, "Nothing in French Renaissance L i t e r a t u r e " , en R. C . L A C H A R I T É (éd.), From Marot to Montaigne: Essays on French Renaissance Literature (KR(¿, 19, 1972, suppl. 1, 55-64). Sobre la tradición de los sermons joyeux en España, "one of the most typical genres of «fool» l i t e rature" del país, véase FRANCISCO M Á R Q U E Z V I L L A -N U E V A , "Jewish «fools» of the Spanish Fifteenth C e n t u r y " , HR, 50 (1982), 385-409. Márquez nota la continuación de la tradición en los Sermones de D. Amaro Rodríguez, célebre loco del Hospital de Inocentes de Sevilla, obra de la segunda m i t a d del siglo X V I I ( p . 406) .

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N R F H , X X X I V L O S D E S A F Í O S D E NEMO 677

nes del l icenciado V i d r i e r a sobre Nemo aparecen en las versiones del sermón que he podido examinar . ''Nemo ascendit in coelum", basado en J u a n , 3, 13, " Y nadie subió al cielo, sino el que des­cendió del cielo, el H i j o del h o m b r e " , se encuentra en la fuente más ant igua , la refutación de Stephanus del sermón de R a d u l f o 3 9 , en la traducción al francés de J e h a n d ' A b u n d a n c e — i m p r e s a varias veces en el siglo X V I 4 0 — , en u n a versión la t ina impresa a comienzos del s ig lo 4 1 , y en manuscritos latinos de los siglos X I I I y X V 4 2 . "Nemo novit patrem\ que repite a M a t e o , 11 , 27, " . . . n i al Padre conoció a lguno , sino el H i j o , y aquel a qu ien el H i j o lo quisiere r e v e l a r " , aparece en Stephanus y en u n a ver­sión la t ina contenida en u n manuscr i to del siglo X I I I 4 3 . "Nemo si­rte crimine vivif', basado en el dístico de Catón, " S i v i t a m inspicias h o m i n u m si denique mores / C u m culpant alios, nemo sine c r i m i ­ne v i v i t " 4 4 , se encuentra en R a d u l f o , Jehan d ' A b u n d a n c e , una traducción alemana que aparece en u n manuscr i to del siglo X V , l a versión l a t i n a impresa , y manuscritos latinos de los siglos X I I I

y X V 4 5 . "Nemo sua sorte contentus", basado en los versos iniciales de la p r i m e r a sátira de H o r a c i o 4 6 , no está en n i n g u n o de los ser­mones que he examinado , pero se encuentra en la parte del poe­m a de H u t t e n que más se insp ira en los sermones 4 7 .

3 9 D E N I F L E , " U r s p r u n g der Histor ia des N e m o " , p. 3 4 2 . 4 0 M O N T A I G L O N , op. cit., pp. 3 2 2 - 3 2 3 , 3 3 0 . 4 1 B O L T E , " D i e Legende vom Heiligen N i e m a n d " , pp. 1 9 9 - 2 0 1 . 4 2 W A T T E N B A C H , art . c i t . , p. 3 6 2 , y M O N T A I G L O N , op. cit., pp. 3 1 4 - 3 2 0 . 4 3 D E N I F L E , art . c i t . , p. 3 4 2 , y M O N T A I G L O N , op. cit., p. 3 1 5 . 4 4 I , v. Véase The Distichs of Cato, ed. y trad. W . J . Chase, Madison,

1 9 2 2 , p. 1 . 4 5 D E N I F L E , art . c i t . , p. 3 4 4 ; M O N T A I G L O N , op, cit., p. 3 1 7 ; B O L T E , " D i e

Legende vom Hei l igen N i e m a n d " , pp. 1 9 8 y 2 0 0 ; W A T T E N B A C H , art. c i t . , p. 3 6 4 .

4 6 " Q u i fit, Maecenas, ut nemo, quam sibi sortem/ seu ratio dederit seu fors obiecerit, i l la / contentus vivat , laudet diversa sequentis?" Sermones et Epis-tulae, en Sämtliche Werke, München, 1 9 7 0 , p. 6 .

4 7 Los editores y estudiosos de la obra de Cervantes no han prestado m u ­cha atención a las fuentes del chiste del licenciado V idr i e ra . R O D R Í G U E Z M A ­R Í N observa que " a estas frases latinas, tomadas con más o menos exactitud de acá y de allá —Alonso Cortés ha hallado la filiación—, podrían añadirse a poco trabajo muchas otras, verbigracia, Nemo nascitur sapiens, que es de Séne­c a " ; y da varios ejemplos, tomados del "vasto arsenal de los antiguos aforis­mos de Derecho", que el licenciado fácilmente hubiera podido añadir (pp. 6 5 - 6 6 de su edición). E n su edición de E l licenciado Vidriera (Val ladol id , 1 9 1 6 , pp. 7 4 - 7 5 ) , Alonso Cortés sugiere que hay que reconocer el ingenio de que dio muestras Cervantes al aprovechar frases del dominio común para la personifi­cación y el juego de palabras. Menciona correctamente a los Evangelios y a

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E l chiste académico es apropiado en el discurso del licenciado V i d r i e r a por diferentes razones, que son bastante obvias. E l l i ­cenciado es, ev identemente , el producto b r i l l a n t e de u n a u n i v e r ­s idad, busca la admiración de sus maestros y amigos por su " a g u d e z a " , se u fana de su " i n g e n i o " y , al ins is t i r en negar la existencia de su prop io cuerpo, él m i s m o es u n t i p o de Nemo. S in embargo , en la novela e jemplar la seriedad de l a b r o m a va m u ­cho más allá de los fines humorísticos de sus fuentes. E l uso o r i g i ­n a l que hace Cervantes del encomio burlesco t rad i c iona l es comparable en c ierta m e d i d a a la f o r m a en que H u t t e n convierte la figura absurda en u n vehículo que expresa las serias verdades filosóficas, morales y políticas que v a n con buena parte de la sáti­r a social y doméstica. E n su más p r o f u n d o n i v e l de implicación, por debajo de la extensa sátira que los críticos t i enden a subrayar en la o b r a , El licenciado Vidriera de Cervantes se ocupa del proble -

Horacio como fuentes de tres de los aforismos; af irma que " N e m o sine c r i m i ­ne v i v i t " procede de Simónides, " N e m o vacat prorsummalo, ñeque c r i m i n e " ; no menciona la tradición de los Sermones Neminis, que los reunía a todos, n i las transformaciones del personaje de Nemo durante el siglo x v i . Después de considerar brevemente la posibilidad de que los sermones medievales sean la fuente remota del discurso del licenciado V i d r i e r a , R . S C H E V I L L renuncia a seguir el h i lo ; menciona la figura de Nemo en el auto de G i l Vicente y el entre­més de Lope de Rueda, obras que no tienen que ver con la novela de Cervan­tes, y concluye: " L o s versículos bíblicos y las moralejas que cita el licenciado V i d r i e r a pertenecen, y siempre han pertenecido, al caudal de dichos popula­res " . ( " C u a t r o palabras sobre «Nadie»" , Revista Crítica Hispano-Americana; en su edición de la obra, Schevill no menciona los sermones.) Sospecho, por el contrario, que el chiste tenía u n auditorio netamente académico y asociaba al licenciado con la universidad, con el conocimiento erudito y con el ingenio pretencioso de un intelectual con ambiciones. Si revisamos la l iteratura de la época sobre Nemo, vemos que las obras más directamente dirigidas a u n pú­blico popular — l a farsa y el poema alemán de Schan— no cultivan la cita pa­radójica de u n texto venerable, del tipo empleado por el personaje de Cervantes, mientras que las obras que obviamente pertenecen a la cultura de la élite — e l poema de H u t t e n y los sermones medievales— sí dependían de la alusión cul­ta para sus proposiciones humorísticas y filosóficas. E n su clasificación de los dichos del licenciado, A R M A N D E. SINGER ( "Cervantes 5 Licenciado Vidriera: Its F o r m and Substance", WVB, 8, 1 9 5 1 , 1 3 - 3 1 , esp. pp. 21-22) coloca los chis­tes de Nemo en las categorías del juego de palabras apotegmático y de la ob­servación humorística, pero no dice nada sobre sus fuentes. E l elogio académico de Nemo que se da como respuesta ingeniosa en el juego folklórico de acertijo, pregunta y respuesta, es representante perfecto de u n tipo de discurso part icu­larmente importante en la tipología de los lenguajes renacentistas de la locura que propone P A O L O V A L E S I O : u n habla m i x t a que combina al azar imágenes de alta cultura con el lenguaje del folklore y la vida cotidiana (art. c i t . ; véanse sobre todo sus comentarios sobre E l licenciado Vidriera y Don Quijote, pp. 2 1 4 - 2 1 7 ) .

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N R F H , X X X I V L O S D E S A F Í O S D E NEMO 679

m a del conocimiento y de la inquietante pretensión de validez que h a y en la visión del cínico, esa obsesiva preocupación con la m o r ­t a l i d a d , la decadencia, el su f r imiento , lo pecaminoso, el t iempo y la soledad que ataca a los más sabios con los venenos de la me­lancolía, pesa en la mente l i t e rar ia con el impulso irresistible de escr ib ir "sátiras de s a n g r e " 4 8 , y l leva al espíritu religioso al t or ­mento de la tristitia y la desesperación. H e tratado estos temas cen­trales de la novela e jemplar en o tro es tudio 4 9 . Para mis fines actuales sólo quiero insist ir en tres puntos referentes a la adapta­ción de fuentes que hace Cervantes.

D e los sermons joyeux Cervantes selecciona cuatro afirmaciones que , cuando se separan de su contexto jocoso o r i g i n a l , contienen u n j u i c i o realmente terr ib le sobre la n o r m a l i d a d del ais lamiento, de la i l e g i t i m i d a d , de lo pecaminoso, de la insatisfacción, y de la condenación en la condición h u m a n a 5 0 . Así, el sermón le da m a ­ter ia l a Cervantes para lograr lo que probablemente sea la expre­sión más concentrada de la sombría sabiduría de su cínico, una declaración cuyo poder sólo es igualado por o t ro escandalizador asalto a las perspectivas convencionales por medio de la a f i rma­ción paradójica — l a descripción de la iglesia como campo de ba­ta l la : " E s t a n d o u n día en u n a iglesia v io que traían a enterrar a u n v i e j o , a baut izar a u n niño y a velar a u n a m u j e r , todo a

4 8 E n E l coloquio de los perros, la otra exploración profunda de CERVANTES sobre la sombría visión del cínico y la forma en que engendra escritos satíri­cos, Cipión reprende con frecuencia a su compañero por caer en la "sátira sangrienta" , y en cierto momento revela su posición filosófica implícita: " ¿A l m u r m u r a r llamas filosofar? ¡Así va ello! Canoniza, canoniza, Berganza, a la maldita plaga de la murmuración y dale el nombre que quisieres, que ella da­rá a nosotros el de c ínico . . . " (Novelas ejemplares, t . 2, p. 251).

4 9 Cervantes and the Humanist Vision, cap. 3. 5 0 R O B E R T B U R T O N , contemporáneo inglés de Cervantes, también tomó

del sermón, por medio de la adaptación de H u t t e n , algunas de sus frases más sombrías, y añadió algunas de su propio cuño, para declarar categóricamente su desengaño referente a la universalidad de la locura: " . . . t h e y are all mad. W h o m shall I then except? Ulricus Huttenus nemo, nam nemo ómnibus horis sapit. Nemo nascitur sine viiiis, Crimine Nemo caret. Nemo sorte sua vivit contentus, Nemo in amore sapit, Nemo bonus, Nemo sapiens, Nemo est ex omni parte beatus, Scc. and therefore Nicholas Nemo, or Monsieur No-body, shall go free, Quid valeat ne­mo, Nemo referre potest?'' (Anatomy of Melancholy, London , 1863, p. 70). Tales metamorfosis del texto de los sermons joyeux muestran perfectamente la manera como los autores de aforismos suelen revitalizar las citas literarias, usándolas como disparador para evocar todo u n campo de ideas asociadas, que quizás no tengan nada que ver con el contexto original de la cita. Véase FRANZ H . M A U T -NER , " D e r Aphorismus ais literarische G a t t u n g " , en G. N E U M A N N (ed.), Der Aphorismus, Darmstadt , 1976, pp. 19-74 eso. op. 69-70.

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u n m i s m o t i empo , y d i j o que los templos eran campos de bata l la , donde los viejos acaban, los niños vencen y las mujeres t r i u n f a n " (p. 75) .

A l m i s m o t i empo es i m p o r t a n t e señalar las resonancias del Evange l io en el discurso l a t i n o , pues f o r m a n parte de u n patrón más a m p l i o de referencias bíblicas, consistente en citas, símbolos y evocaciones del estilo bíbl ico , que Cervantes emplea coherente­m e n t e a través de la h is tor ia para desarrol lar sus temas p r i n c i p a ­les. E n este caso observamos u n a p a r o d i a del lenguaje de C r i s t o , parale la a la denunc ia de la esposa del vendedor de cuerdas que había hecho el l icenciado (' 'Filiae Hierusalem, plorate super vos et su-perfilios vestros", p . 40) , y que fortalece nuestro sent imiento de lo absurda que es la persona capaz de t a l abuso o m a l uso de las palabras sagradas 5 1 .

Por último, es posible que la p a r o d i a de lo sagrado llegue a

5 1 Tales parodias son comunes en la l i teratura que presenta ejemplos ne­gativos (casos espectaculares de ella son La Celestina, el Lazarillo de Tormes y el Buscón de Q U E V E D O ) . Como lo señala L E H M A N N en su Parodie im Mittelalter, es u n procedimiento muy común en la l i teratura paródica de la Edad Media . E l personaje malvado se vuelve aún más horrible o ridículo para el lector cuando profana algo que es sagrado. E n esos casos la obra literaria no profana nada, aun si los lectores —incluso aquellos cuyo sentido del bien y del m a l , de lo sagrado y lo profano, tiene bases firmes y no se ve amenazado por impulsos subversivos n i por angustias— pueden encontrar inquietante, y hasta intole­rable, el espectáculo de las profanaciones de sus personajes, especialmente cuando la obra no los condena directamente o no ofrece una norma moral explícita cuya ayuda el lector pueda mantenerlos fácilmente en la perspectiva apropia­da. Como lo deja claro el polémico Tribunal de la justa venganza, el Buscón de Q U E V E D O , obra totalmente irónica en su visión del m a l , evidentemente pro­vocó una reacción de este t ipo en algunos lectores (véanse las Obras en verso, ed. Astrana Marín, M a d r i d , 1943, pp. 1103-1118). Los críticos que ven una bur la de Cristo en la forma en que el licenciado V idr i e ra se apropia del len­guaje del Nuevo Testamento yerran en este punto fundamental (véase el estu­dio de SINGER sobre las implicaciones sacrilegas de esos pasajes, " T h e Sources, M e a n i n g , and Use of the Madness Theme i n Cervantes' E l licenciado Vidrie­ra", WVB, 6, 1949, 31-53). E n cuanto a la posibilidad de que esas citas pudie­ran elevar al licenciado a su sagrado nivel , el contexto de la historia aclara perfectamente que sus poderes expresivos no van en ese sentido. E l licenciado V i d r i e r a efectivamente quisiera hablar con el poder de Cristo y los profetas del Ant iguo Testamento, cuyo estilo i m i t a , pero sus esfuerzos son presuntuo­sos y vanos para el lector. Sólo en la denuncia final de la corte, discurso vigo­roso en el que los paralelismos y las antítesis, perfectamente construidos, tienen una cadencia que repite u n estilo del Ant iguo Testamento, logra la imitación del estilo bíblico u n efecto ennoblecedor. Pero esto ocurre después de que ha recuperado la razón, ha decidido servir a su país en las guerras de Flandes, y ha sido completamente rechazado por una sociedad de tontos.

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NRFH, XXXIV L O S D E S A F Í O S D E NEMO 681

l a zona más a m p l i a y más compleja de la negat iv idad religiosa va lorada que se h a acumulado alrededor de Nemo durante el últi­m o siglo y que, como lo hemos v isto , se usa en El rey Lear con efectos especialmente destructivos. Desde este p u n t o de vista, el d e b i l i t a m i e n t o , por parte del l icenciado, de la venerable pos i t iv i ­dad de la negación, representa otro m a l uso de lo sagrado y , m i e n ­tras vuelve aún más triste y desolada la visión comunicada por la invocación de Nemo, señala simutáneamente la ceguera del tonto que , a pesar de su vasta erudición, es incapaz de comprender los mister ios contenidos en sus propias palabras.

E n suma, Cervantes encuentra en la b u r l a inofensiva de las viejas leyendas de Nemo el potencial de energía destruct iva que posee t o d a p a r o d i a 5 2 , y lo explota hábilmente para restarle auto­r i d a d a su protagonista . Posiblemente fue la combinación de lo serio con lo ridículo en su f ragmento del vie jo texto lo que le per­mitió a Cervantes explorar los más oscuros confines de la visión del melancólico sin verse amenazado por sus poderes de c ontami ­nación.

REAPROPIACIÓN NOVELESCA DEL SER EN GRACIÁN. DEMONIZACIÓN Y MUERTE DE NEMO

A u n q u e probablemente no sea arriesgado decir que, en gene­r a l , t oda la f a m i l i a de Nadies , con todas sus variedades, surgió como reacción a la antropología o p t i m i s t a que caracterizaba a la cu l tura humanis ta de comienzos del siglo X V I , c iertamente es ver­dad que pocos de sus miembros reve laron la naturaleza i lusoria de las celebradas doctrinas del hacerse a sí m i s m o y de la trascen­dencia de sí m i s m o en f o r m a más directa que el e rud i to loco de Cervantes . C laro que el l icenciado de v i d r i o es, en la novela ejem­plar de Cervantes , la car icatura de u n v idente , pero en su visión n i h i l i s t a y en la angust ia que generó ant i c ipaba nuevos caminos de formación del p r o p i o ser que habían de m a r c a r la c u l t u r a r e l i ­giosa, política, social y l i t e r a r i a de la E u r o p a del siglo X V I I , y to ­do ello sobre la base de la penetrante visión del poder des intengrador de la nada que cristalizó en f o r m a más concisa en

5 2 Sobre la diversidad de direcciones en que puede ir la energía negativa liberada por la parodia, véase W I D O H E M P E L , "Parodie , Travestie, und Pas­tiche: zur Geschichte von W o r t und Sache", GRM, 46 (1965), 150-176, esp. pp. 173 ss. También J Ü R G E N V O N STACKELBERG, Literarische Rezeptionsformen: Übersetzung, Supplement, Parodie, Frankfurt , 1972, cap. 3; y A . FORCIONE, Cer­vantes and the Mystery of Lawlessness, cap. 1.

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sus aforismos de Nemo. M i e n t r a s que u n a parte i m p o r t a n t e de la l i t e r a t u r a picaresca y ascética decidía exp lorar las maravi l las de la degradación h u m a n a y hacer la disección de la fragmentación c o n t i n u a del ser en este m u n d o caído, se real izaban importantes esfuerzos por reconst i tu ir lo que había sido destruido .

E l portavoz más elocuente del m o v i m i e n t o de reapropiación del ser fue el jesuíta Baltasar Gracián, en cuya obra se encuen­t r a n , asimiladas y con u n a nueva carga de va lor pos i t ivo , la v i ­sión crítica y la voz del histérico h o m b r e de v i d r i o de Cervantes. A l acercarnos a la parte final del Criticón, su g r a n narración del desengaño, perc ib imos la sorprendente visión de las ventosas b u ­hard i l las de u n palacio cuya re ina es h i j a de la nada y cuyos h a b i ­tantes son u n en jambre de nadies que par lo tean incesantemente, en u n esfuerzo desesperado por exist ir a través del r u i d o que pue­den provocar en la chachara con que les responden los otros. Des­pués de presenciar el espectáculo de " e l n a d i l l a y el n o n a d i l l a " que l u c h a n por "parecer algo, y m u c h o " , y " e l n i q u i l o t e " que l u c h a por " ser t o d o " , bajamos a la " c u e v a de la n a d a " , donde las tres cuartas partes de los habitantes del m u n d o buscan ardo­rosamente el o lv ido , precipitándose, con pleno conocimiento , por la escalera vert i ca l de la existencia, hacia sus pro fundidades . U n p a n o r a m a de seres humanos en grotescas posturas de autocance-lación nos obl iga a darnos cuenta de "cuan m u c h a es la nada y que la nada querría serlo t o d o " 5 3 .

T o d a la visión sirve de telón de fondo a los esfuerzos obsesi­vos y aparentemente desesperados de Gracián por l i d i a r con la n a d a defendiendo u n heroísmo de presentación novelesca del ser. E l preceptor jesuíta insta en todas partes a su lector a £'hacerse per­sona'\ Pero aclara que el ascenso del i n d i v i d u o a la exaltada si­tuación de " ser a l g u i e n " es u n logro que debe tanto a sus magistrales estrategias de ostentación y a la manipulación del otro p o r med io de la proyección de imágenes rac ionalmente contro la ­da como a sus propias excelencias morales 5 4 . Para Gracián, el as­censo por la escalera del ser tiene poco que ver con la visión promete i ca de Pico della Mirándola . T i e n e sus raíces en el t ipo de luc idez cínica que a to rmentaba a T o m á s R o d a j a y en la p r u ­dente ética de acomodo que desarrol la en f o r m a más notable el

53 Obras completas, ed. A . del Hoyo , M a d r i d , 1 9 6 0 , pp. 9 2 7 , 9 3 4 , 9 4 4 , 9 4 5 , 9 4 6 , 9 5 2 y 9 5 3 .

5 4 H a y una interesante exposición de las tensiones fundamentales que se encuentran en la filosofía moral de Gracián y rodean su concepción general de i a persona en M O N R O E Z. H A F T E R , Gracián and Perfection, Cambridge, M A , 1 9 6 6 .

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g r a n c r i m i n a l l i t e rar io de la época; el p i c a r o 5 5 . A veces la mane­r a como Gracián f o r m u l a la dependencia del i n d i v i d u o frente a l a m i r a d a an imadora de la sociedad para lograr su m i s m a exis­tencia adopta u n carácter sorprendente: " L a s cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen. V a l e r y saberlo mostrar es valer dos veces: lo que no se ve es como si no fuese''. Hacerse persona es, en rea l idad , hacer parecer^6.

Pero indudablemente había muchos que seguían anhelando l a estabi l idad de u n a real idad esencial debajo de la presentación flexible del ser y las estrategias de la guerra interpersonal que fa­vorecía el nuevo orden social en su reconoc imiento sin preceden­tes de que los seres están constituidos por lo que los otros confieren a las imágenes. Para esos cansados espíritus, lo precario de la con­dición del ser h u m a n o en la actuación social requer ida , las t e n ­siones de la manipulación m u t u a , la necesidad de estar alerta ante l a m i r a d a siempre presente del público , las exigencias críticas de " l e e r los textos de los rostros, las palabras y los actos de la gen­t e " , y la necesidad de fortalecer al ser atacado en u n a sociedad

5 5 Véase JOSÉ F . M O N T E S I N O S , "Gracián y la picaresca p u r a " , en Ensa­yos y estudios de literatura española, México, 1 9 5 9 , pp. 1 3 2 - 1 4 5 . En cuanto al l i ­cenciado de vidrio de Cervantes como precursor del héroe crítico de Gracián, véase A . F O R C I O N E , Cervantes and the Humanist Vision, pp. 2 9 2 - 2 9 6 .

5 6 Oráculo manual y arte de prudencia, en Obras completas, p. 1 8 6 ; las cursivas son mías. Véase también el apólogo de G R A C I Á N sobre el "hombre de osten­tación" (El discreto, en Obras completas, pp. 1 0 8 - 1 1 3 ) . Sobre la importancia de la v is ibi l idad: " L o que no se ve es como si no fuese [ . . . ] . Nada es t u saber, si los demás ignoran que tú sabes [ . . . ] . L a mayor sabiduría, hoy encargan po­líticos que consiste en hacer parecer. Saber y saberlo mostrar es saber dos ve­ces. De la ostentación diría yo lo que otros de la ventura, que vale más una onza de ella, que arrobas de caudal sin ella. ¿Qué aprovecha ser una cosa re­velante en sí si no lo parece?" Sobre la estrategia de manipular la propia ima­gen por medio del disimulo: " g r a n treta suya no descubrirse toda de una vez, sino i r por brújula, pintando su perfección y siempre adelantándola [...] man­teniendo siempre el aplauso y cebando la admiración". Véanse también El criticón, p. 6 9 7 , y el Oráculo manual, p, 2 2 3 . J E A N ROUSSET, La littérature de Váge baroque en France, París, 1 9 6 3 , pp. 2 1 9 - 2 2 8 , opina que el disimulo es una " a c t i ­t u d barroca" , " . . . l a vie de l 'homme et u n combat contre l 'homme; un com-bat de masques; i l faut se masquer est cacher son jeu pour mieux lever le masque d ' a u t r u i " . E n cuanto a las circunstancias cambiantes de las cortes reales que explican la drástica revisión del modelo renacentista del cortesano en el siglo x v n (p. ej. Castiglione), el ascenso de una "scuola della dissimulazione" y la influencia de los consejos de Gracián en los círculos cortesanos franceses, véase G Í O V A N N I M A C C H I A , //paradiso della ragione, Bar i , 1 9 6 4 , pp. 1 7 7 - 1 9 0 . En H A F T E R (op. cit., esp- cap. 3 ) , se encuentran numerosos ejemplos que com­prueban la práctica del disimulo en las obras de los moralistas españoles.

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obsesionada con el poder, acabarían por resultar i r r i tantes e ins ­pirarían u n deseo de h u i d a 5 7 .

Se había creado el gran teatro de la sociedad y , si b i e n era irresistible su poder de seducción, sus castigos podían ser m u y d u ­ros. Las famosas palabras de Pascal sugieren los riesgos y las con­secuencias de la nueva adicción al teatro social: " J ' a i découvert que t out le m a l h e u r des hommes v ient d 'une seule chose q u i est de ne savoir pas demeurer en repos, dans une c h a m b r e " 5 8 . H a ­cía falta abol ir la tiranía del o t ro , y eso es lo que ofrecía a los ena­jenados M i g u e l de M o l i n o s , resucitando las formas más paradójicas imaginables de la valoración posit iva de la nada en la teología mís­t ica . E n sus exploraciones de las " m a r a v i l l a s de la n a d a " no sólo pedía el rechazo de la i n d i v i d u a l i d a d , la disolución de todos los límites del ser y la inmovilización de la v o l u n t a d , sino hasta u n rechazo de Dios en u n abandono to ta l a la nada , que es l a única que puede traer la paz y la pos ib i l idad de unión con D i o s . C o m o lo sabía M o l i n o s , incluso " s u i m a g e n y semejanza" pueden agi ­tar la v o l u n t a d y despertar los tormentos del deseo de u n ser, al i g u a l que el o rgu l l o inev i tab le que separa a la c r i a t u r a del único ser auténtico del que puede gozar, aquel con el que sólo Dios lo ha marcado .

E l rechazo de todo deseo de constitución p r o p i a es l a única f o r m a en que se puede mantener u n a pureza del ser, y no pode­mos apreciar p lemanente la significación de las palabras de M o l i ­nos si no recordamos las grandes celebraciones renacentistas de la l i b e r t a d h u m a n a a las que parecen parod iar — l a fábula de V i ­ves sobre los poderes proteicos de creación de sí que posee el h o m ­bre , la celebración de Pico de la l i b e r t a d que tiene el ser h u m a n o

5 7 Véanse, por ejemplo, los consejos de SAAVEDRA FAJARDO: " E S también astuto ardid entrar a lo largo en las materias alabando o vituperando lo que se quiere descubrir, y, haciéndose cómplice en el delito, ganar la confianza y obligar a descubrir el sentimiento y opinión [ . . . ] . Por las palabras caídas en diversos razonamientos y conversaciones introducidas con destreza se lee el ánimo, como por los pedazos juntos de una carta rota se lee lo que contiene" (Idea de un principe político-cristiano, en Obras completas, M a d r i d , 1946, pp. 49 i-492). E n cuanto al consejo de Gracián de que el hombre prudente debe saber desci­frar u n semblante y deletrear el alma en las señales", véase Oráculo manual, p. 222. M A C C H I A , op. cit., pp. 189-190, habla de las tensiones y el agotamien­to que producía la dinámica interpersonal de la actuación cortesana y el anhe­lo de retiro, renunciación y soledad que provocaron. Véase también N O R B E R T ELIAS, The Court Society, t rad . E. Jeffcott, New York , 1983, caps. 5 y 8, esp. pp. 221-225.

58 Pensées, en Oeuvres completes, ed. J . Chevalier, Bruges, 1954, pp. 1138-1139.

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p a r a escoger y modelar su prop ia f o r m a par t i cu lar , y la celebra­c ión erasmiana de la educación como el i n s t r u m e n t o con el cual los seres humanos se elevan por enc ima del d o m i n i o de la bestia y de la naturaleza i n a n i m a d a y conquistan su ident idad d i s t i n t i ­v a m e n t e h u m a n a (humanitas) como seres racionales y morales 5 9 . P a r a M o l i n o s , el hombre se ve obl igado a buscarse cada vez que i n t e n t a dejar el " c e n t r o de la n a d a " y su " b a l u a r t e " protector , pero encuentra sólo el reflejo de sí m i s m o en los demás y se expo­ne a los tormentos de la reputación, la estimación y el honor . L a dirección apropiada para el hombre es hacia abajo, hacia una con­dición de "per fec ta desnudez de todo lo que existe, inc luyendo a Dios m i s m o " . " H a c i e n d o el a lma cont inuo progreso de su ba­j eza , debe caminar a la práctica de su aniquilación, que consiste en el aborrec imiento de la h o n r a , d i g n i d a d y alabanza; porque a la v i leza y al puro nada no es razón se le dé d i g n i d a d y h o n r a ' ' . E n " e l estado de la n a d a " no hay diferenciación, n i s ingular i ­d a d , n i deseo, n i dependencia del o t r o , ya sea como amo o escla­v o , n i v o l u n t a d de poder 6 0 .

A j u z g a r por la difusión de la Guia espiritual, es probable que p a r a muchos cortesanos del siglo X V I I , cansados de la pompa , la i n t r i g a y l a ostentación ceremonial del poder, t a n frecuentemente descritas en la l i t e ra tura característica de la época, los consejos quietistas de M o l i n o s deben haber ejercido u n a enorme atracción. " ¡ O h qué tesoro descubrirás si haces en la nada t u morada ! [ . . . ] . Sólo en la nada re ina el perfecto y verdadero d o m i n i o " . E l ver­dadero poder está en la nada. C o m o si respondiera a la ética en boga del m e n t o r jesui ta de las cortes de E u r o p a , Baltasar G r a -cián, recordaba con suavidad a sus lectores que " e l escudo de la n a d a " era invencible y lamentaba que " u n i n f i n i t o número de almas obstruyen el abundante curso de los dones d i v i n o s " por ­que " q u i e r e n hacer algo y desean ser grandes; todo es salirse de l a i n t e r i o r h u m i l d a d y de su nada , y así i m p i d e n las maravi l las que quiere obrar aquella i n f i n i t a b o n d a d " 6 1 .

Pero en última instancia los beneficios prácticos de u n a m o r a ­l i d a d de lo expedito , fundada en el o rgu l l o de lo pr ivado y la po­sesión de sí y centrada en la práctica del ocu l tamiento del ser y

5 9 Para la fábula de Vives, véase The Renaissance Philosophy of Man, pp. 387-393; para las doctrinas optimistas de Erasmo sobre la creación de los hom­bres ( "nomines non nascuntur, sed f i n g u n t u r " ) , véase De pueris instituendis, ed. J . - C . M a r g o l i n , Opera Omnia, t . 1, 2 a parte, Amsterdam, 1971, p. 32.

6 0 Véase Guia espiritual seguida de la Defensa de la contemplación, ed. J . A . V a -lente, Barcelona, 1974, pp. 242 ss.

6 1 Ibid., pp. 245-246.

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la liberación del deseo rac ionalmente d i r i g i d a , resul taron ser pre ­feribles a la paz espir i tual lograda por el aniqui lamiento del ser 6 2 . Si b ien la " e m i n e n c i a " postulada por Gracián como meta del a m ­bicioso ascenso del h o m b r e al estado de " p e r s o n a " era m u c h o menos augusta que el esplendor seráfico de Pico , el hermoso t e m ­plo erasmiano que abr igaba el espíritu d i v i n o en u n a conciencia p u r a , o la heroica emulación quijotesca de Eneas y Amadís , de todos modos las nuevas sociedades laicas de la corte y de la c i u ­d a d le conferían u n aura n u m i n o s a s imi lar . L a " e m i n e n c i a " era l a mercancía mágica del nuevo o r d e n ; la sociedad era ahora cus­t o d i a de la casa del tesoro de l a " g r a c i a " , que había de ser conce­d i d a a u n i n d i v i d u o merecedor por su observador en f o r m a de estimación. A l i g u a l que su antecedente d i v i n o , era u n d o n que venía de a r r i b a , pero debía ser " c o n q u i s t a d o " por med io de u n heroísmo teatral que debía ser " p l a u s i b l e " y ganar " a p l a u ­sos " 6 3 . C o m o lo hace ver con toda c lar idad el teatro del siglo X V I I , el logro supremo del ser radicaba en atraer la m i r a d a v i v i ­ficadora del m o n a r c a , u n a creencia pecul iar que , en efecto, re ­presentaba u n a notable secularización de la analogía t r a d i c i o n a l

6 2 Aunque centradas en el campo recién descubierto de la sociedad y de las estrategias para afirmarse en ella, las fórmulas de Gracián para articula­ción novelesca de u n ser interior oculto no están desligadas del t ipo de egoís­mo que subraya M A X H O R K H E I M E R ( " M o n t a i g n e und die Funkt ion der Skepsis", en Anfänge der bürgerlichen Geschichtsphilosophie, F r a n k f u r t / M . , 1971, pp. 96-144, esp. pp. 104 y 111-112) como uno de los desarrollos más notables de la época y asocia con el desarrollo del escepticismo y el surgimiento concu­rrente de la burguesía y el Estado absolutista. C o n el derrumbe de la exalta­ción renacentista del hombre (por ejemplo, Pico), el ser privado es lo único que se puede reapropiar. Monta igne es el gran portavoz de este movimiento . " D a s einsame I ch , ein K r a f t p u n k t , ist die einzige verständliche Realität [...] die Wel t w i r d zum unverständlichen Draussen" . Como el ser humano es poco más que una " n a d a " en el orden total de las cosas, la más elevada sabiduría está en que cada indiv iduo desarrolle las modestas singularidades de su propio temperamento, a la vez que conserva su l ibertad, mantiene la distancia, cu l t i ­va las riquezas que están en su interior y , claro, no siente incomodidad en su búsqueda de la comodidad. L I O N E L T R I L L I N G , Sincerity and Authenticity, New Y o r k , 1974, pp. 34-37, habla del cambio en la relación del indiv iduo con el poder externo de la sociedad en esa época y del "heroísmo de la adulación" que, según Hegel, tuvo que adoptar la conciencia humana en su movimiento hacia la " b a j e z a " , la enajenación y la autonomía.

6 3 Véase la definición que da GR A C I Á N de la " G r a c i a de las gentes" (El héroe, en Obras completas, pp. 23-250). E n cuanto a la "est imación" , véase el Oráculo manual, p. 169: " L a s más de las cosas dependen de la satisfacción aje­na. Es la estimación para las perfecciones lo que el favonio para las flores; aliento y v i d a " . E l valor práctico de los actos que no se muestran, por raros y esplén­didos que sean, se desvanece " e n el secreto de su impercept ib i l idad ' ' .

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de la teología mística que señalaba la dependencia absoluta de las cr ia turas , para su existencia m i s m a , en la presencia de su crea­d o r , de cuya esencia p a r t i c i p a n : " W h e n the sun w i t h d r a w s , its rays disappear; l ikewise, i f G o d were to w i t h d r a w f r o m the crea-t u r e , the creature w o u l d v a n i s h " 6 4 .

L a existencia del h o m b r e sigue su curso bajo u n intenso es­c r u t i n i o en el escenario del " t e a t r o del m u n d o " , expresión que se repite una y otra vez en los escritos de Gracián. E l hombre cons­t r u y e su v i d a en la m i r a d a del o t ro . Se esfuerza por " l u c i r " , y su logro heroico es " s o l i c i t a r la a tenc ión" , convert i r a los demás en " A r g o s " , miles de ojos clavados en su actuación y que v a l i ­d a n su excelencia. E n este m u n d o teatralmente const i tuido d o n ­de el ser corteja su determinación social, la h u m i l d a d , la práctica de la nada, está curiosamente sancionada, pero sólo como u n a máscara, una i m a g e n , que fija la atención y permite el contro l de los demás. " S i e n d o él ciego a sus prendas, hace Argos a los d e m á s " 6 5 . E n cuanto a la humanitas, ese a t r i b u t o que constituía para Erasmo la realidad esencial del ser humano genuino, ella t a m ­bién se considera como u n a afectación que puede caut ivar al o tro y recompensar al que la pract ica con los beneficios u t i l i ta r i o s del c on t ro l social y pol ít ico 6 6 . A u n q u e está claro que para entonces el contexto sociopolítico ya había sustituido efectivamente al me -tafísico para la formación del ser, es tentador l legar a la conclu­sión de que el i m p e r a t i v o m o r a l t rad i c i ona l que se encontraba en el centro de sus actividades prescritas había cedido a u n impulso que , en la med ida en que estaba d i r i g i d o a presentar u n a imagen con el fin de contro lar a u n espectador siempre presente, era p r i -m o r d i a l m e n t e estético 6 7 .

Dados los frenéticos esfuerzos por d o m i n a r el " a r t e de l u c i r " en el " t e a t r o del m u n d o " , no es sorprendente descubrir que los

6 4 E M E R Y , art . c i t . , p. 1 4 , habla de esta concepción de la forma en que el creador se apropia de las creaciones, tal como se expone en la obra de Benet de Canfield y sus predecesores. En cuanto a la descripción que hace Saint-Simon de la facultad de "crear diferencias" que tenía la mirada de Luis X I V , convirtiendo así a u n indiv iduo en centro de estimación, véase ELLAS, op. cit,, p. 131.

65 E l héroe, p. 30; E l discreto, p. 136. 66 E l discreto, p. 136. 6 7 Para apreciar el cambio podemos comparar las interpretaciones rena­

centistas del mito de Proteo en el Discurso de la dignidad del hombre de Pico della Mirándola y en la fábula de Vives sobre el hombre, con las recomendaciones de Gracián en el sentido de que el hombre prudente debe tomar como modelo a Proteo y aprender a imi tar a los otros, a manipularlos para sus fines, y pro­gresar socialmente.

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suaves recordatorios de M o l i n o s en el sentido de que también la nada tiene su elocuencia y el desposeimiento del ser, sus benefi ­cios d i s t in t ivos , h a y a n provocado i n q u i e t u d en ciertos círculos. E l establecimiento eclesiástico no tardó en reaccionar frente al de­safío de la Guia espiritual que , después de haber sido publ i cada en español e i ta l iano en 1675, t u v o veinte ediciones en seis años y fue t r a d u c i d a al francés, holandés, inglés, alemán y latín 6 8 . E n ­cabezadas por la o rden más m u n d a n a , la de los jesuítas, las auto­ridades ex ig ieron que M o l i n o s a b j u r a r a sus doctr inas , repud iara la Guía y fuera encerrado en las cárceles de la Inquisición r o m a ­na , donde murió en 1696. Para demoler a ese "pe l i g roso adver­s a r i o " y l ibrarse de esa " a m e n a z a " , la o r t odox ia reunió todas sus armas tradic ionales : la condena de af irmaciones doctr inar ias cuidadosamente seleccionadas que, al ser sacadas de contexto, po­dían sugerir herejías; la conocida atribución de aberraciones se­xuales a los practicantes de los pr inc ip ios quietistas del cul to ; y la condena de las opiniones " s u b v e r s i v a s " por med io de la aso­ciación con lo ex tran jero . Por e jemplo , el j e su i ta C o u p l e t no dejó de sugerir su carácter or ienta l " a b e r r a n t e " en el prólogo a su t r a ­ducción de Con fuc i o . Además , está claro que los emisarios políti­cos de las cortes de L u i s X I V y Carlos I I alentaron el silenciamiento del "ú l t imo de los grandes místicos españoles" y de las sectas quie­tistas que f lorec ieron cómodamente más allá de los confines c u i ­dadosamente trazados p o r la al ianza de la o r t o d o x i a y el poder en ese período de abso lut i smo 6 9 .

C o m o ocurre con frecuencia en la h i s tor ia del mis t i c i smo , las doctr inas que h u b i e r a n quer ido negar el va lor absoluto del ser y de la v o l u n t a d i n d i v i d u a l d i e ron muestras de u n i n d i v i d u a l i s m o demasiado peligroso para ser toleradas por u n sistema to ta l i tar i o con sus exigencias de definición, limitación y c o n t r o l . Gracián, con su pasión por s i tuar al " h o m b r e en su p u n t o " , era u n a voz m u c h o más compat ib le para los representantes de la ideología r e i ­nante . C u r i o s a m e n t e , Nemo, a pesar de su falta de f o r m a y su i n ­defensión, finalmente había sido marcado con la rígida ident idad de u n o tro peligroso y v i c t i m a d o por los poderes de exclusión i n ­herentes en todas las ideologías. E l inofensivo produc to de u n a

6 8 Véase JOSÉ ÁNGEL VALENTÉ, "Ensayo sobre M i g u e l de M o l i n o s " , en Guía espiritual, p. 3 2 ; también MENÉNDEZ Y PELAYO, Historia de los heterodoxos españoles, Santander, 1 9 4 7 , t . 4 , pp. 2 5 3 - 2 7 3 ; JULIO CARO BAROJA, " L a s for­mas complejas de la vida re l ig iosa" , en Religión, sociedad y carácter en la España de los siglos xviy xvii, M a d r i d , 1 9 7 8 , pp. 4 8 1 - 4 8 6 ; y HENRY KAMEN, Spain in the Later Seventeenth Century, 1665-1700, London , 1 9 8 0 , pp . 2 9 3 - 2 9 5 .

6 9 Véase J . A . VALENTE, op. cit., pp. 2 8 - 4 2 .

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b r o m a de clérigos medievales se había convert ido finalmente en i n d i v i d u o como una opción atract iva e inquietante en u n a c u l t u ­r a de te rminada a l i m i t a r , fijar, categorizar y contro lar " r a c i o n a l ­m e n t e " todas las esferas de la experiencia. C o m o otros grandes voceros renacentistas de la flexibilidad, la no determinación p r o ­vocadora , la otredad v igor izante , el estímulo paradójico, la l iber ­t a d h u m a n a — e l loco, la b r u j a y el p i c a r o — fue forzado a soportar u n a fijación h u m i l l a n t e por medio de esa perversa cooptación ne­gat iva que mora l i za y marca la o t redad como desviación. S i , co­m o lo a f i r m a M i c h e l Foucaul t , en ese período de racional ismo ascendente el loco tenía que ser encarcelado 7 0 , por razones seme­jantes Nemo tenía que ser a n i q u i l a d o .

Para 1732 se había completado el proceso. V o l t a i r e , portavoz de u n a nueva c u l t u r a , que había abrazado la religión opt imis ta del deísmo, logrado u n sentido firme y confiado del lugar del h o m ­bre en u n universo ordenado, y exaltado la doctr ina del amor p r o ­p io como base del perfeccionamiento i n d i v i d u a l y social, no podía ver , en la afirmación re i terada de Pascal de que el h o m b r e sólo puede conquistar su ser auténtico hundiéndose en la nada aterra­d o r a que es una de las condiciones de su existencia y con f rontan­do lo odioso del moi, más que u n caso extraño y degradante de i r r a c i o n a l i d a d d igni f i cada como mis ter i o . Los versos con que este a l u m n o m u n d a n o y eminentemente cuerdo de los jesuitas hace a u n lado al extraño y " s u b l i m e m i s a n t h r o p e " pueden hacer las veces de epitafio de Nemo y ser u n a conclusión apropiada para es­te p a n o r a m a de los desafíos presentados por los hierofantes rena­centistas de los misterios de la nada:

De ce fameux Pascal, ce dévot satirique, Je vois ce rare esprit trop prompt à s'enflammer; Je combats ses rigueurs extrêmes: I l enseigne aux humains à se haîr eux-mêmes; Je voudrais, malgré l u i , leur apprendre à s'aimer 7 1 .

Nemo, cuyo lenguaje ya era incomprens ib le , se había e x t i n -

7 0 Véase Madness and Civilization: A History of Insanity in the Age of Reason, t r a d . R . H o w a r d , New York , 1 9 6 5 , caps. 2 y 3 .

7 1 C i t . por I R A O . W A D E , The Intellectual Development of Voltaire, Princeton, 1 9 6 9 , p. 5 7 9 ; sobre el movimiento dir ig ido por los jesuitas para desacreditar el pensamiento de Pascal a fines del siglo x v n , véanse las pp. 5 7 7 - 5 8 8 . En cuanto al descubrimiento pascalino del propósito de la nada en el plan div ino , véase R . C O L I E , op. cit., pp. 2 5 2 - 2 7 2 ; y también H U G O F R I E D E R I C H , "Pascals Paradox" , en Romanische Literaturen, F r a n k f u r t / M . , 1 9 7 2 , t . 1 , pp. 8 4 - 1 3 8 .

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690 A L B A N F O R C Í O N E N R F H , X X X I V

guido. El apóstol de la desintegración tendría que esperar la re­surrección durante casi un siglo, en otra era de crisis espiritual que sentiría la necesidad de cuestionar sus propios errores de auto-perfeccionamiento heroico, sus propias categorías encarceladoras de la identidad humana, sus propias normas sociales limitantes, y que miraría una vez a la "cadena de la existencia" para encon­trar en los paradójicos recursos de la nada una fuerza espiritual renovada, y en el proceso de degradación del ser, la posibilidad de la propia emancipación

ALBAN FORCIONE Princeton Univers i ty

Traducción de Flora Botton Bur la