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Papers 2012, 97/4 751-772 El impacto del intercambio de música sobre la compra de discos y la asistencia a conciertos. El caso de España Manuel Herrera-Usagre Universidad de Sevilla. Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía [email protected] Recibido: 13-09-2011 Aceptado: 29-11-2011 Resumen En la última década, el intercambio de archivos a través de Internet ha pasado de ser un fenómeno circunscrito a una minoría de la población, a convertirse en un fenómeno de gran impacto a nivel social, mediático, económico y político. El motivo no es otro que la percepción de un elemento de causalidad directa entre el incremento de las descargas y la disminución de las compras de bienes culturales como los discos de música. Es lo que hemos denominado la perspectiva de la sustitución utilitarista. No obstante, otros estudios afirman que el intercambio a través de redes P2P no sustituye a la compra. Es lo que hemos denominado la perspectiva de la complementariedad del consumo. El presente trabajo pretende observar empíricamente esas relaciones (descarga y compra, y descarga y asistencia a con- ciertos) en el comportamiento de los individuos, utilizando para ello la Encuesta de hábitos de prácticas culturales (SGAE, Ministerio de Cultura, 2007) y aplicando dos técnicas mul- tivariables: la regresión lineal de mínimos cuadrados (para el número de discos comprados) y la regresión logística (para la asistencia a conciertos). Como resultado, hemos averiguado que cuantos más discos intercambian los individuos, más discos compran en formato físico y más probabilidades tienen de acudir a conciertos. Además, encontramos otras variables que influyen en ambos comportamientos, como el nivel educativo, la edad, la situación socioprofesional o el ciclo vital asociado a la paternidad o la maternidad. Palabras clave: consumo cultural; industria de la música; Internet; intercambio de archivos; redes P2P; cambio tecnológico. Abstract. The Impact of Music Sharing on Album Purchases and Concert Attendance: The Case of Spain In the last decade, digital file sharing has gone from being a phenomenon confined to a small share of the population to become a phenomenon with a great social, media, eco- nomic and political impact. The reason is none other than the perception of a direct causal element between increasing downloading practices and decreasing purchases of cultural goods such as music albums, what we call the Replacing Utilitarian Perspective. In contrast,

El Impacto Del Intercambio de Música - 408-2827-2-PB

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  • Papers 2012, 97/4 751-772

    El impacto del intercambio de msica sobre la compra de discos y la asistencia a conciertos. El caso de Espaa

    Manuel Herrera-UsagreUniversidad de Sevilla. Agencia de Calidad Sanitaria de Andaluca [email protected]

    Recibido: 13-09-2011Aceptado: 29-11-2011

    Resumen

    En la ltima dcada, el intercambio de archivos a travs de Internet ha pasado de ser un fenmeno circunscrito a una minora de la poblacin, a convertirse en un fenmeno de gran impacto a nivel social, meditico, econmico y poltico. El motivo no es otro que la percepcin de un elemento de causalidad directa entre el incremento de las descargas y la disminucin de las compras de bienes culturales como los discos de msica. Es lo que hemos denominado la perspectiva de la sustitucin utilitarista. No obstante, otros estudios afirman que el intercambio a travs de redes P2P no sustituye a la compra. Es lo que hemos denominado la perspectiva de la complementariedad del consumo. El presente trabajo pretende observar empricamente esas relaciones (descarga y compra, y descarga y asistencia a con-ciertos) en el comportamiento de los individuos, utilizando para ello la Encuesta de hbitos de prcticas culturales (SGAE, Ministerio de Cultura, 2007) y aplicando dos tcnicas mul-tivariables: la regresin lineal de mnimos cuadrados (para el nmero de discos comprados) y la regresin logstica (para la asistencia a conciertos). Como resultado, hemos averiguado que cuantos ms discos intercambian los individuos, ms discos compran en formato fsico y ms probabilidades tienen de acudir a conciertos. Adems, encontramos otras variables que influyen en ambos comportamientos, como el nivel educativo, la edad, la situacin socioprofesional o el ciclo vital asociado a la paternidad o la maternidad.

    Palabras clave: consumo cultural; industria de la msica; Internet; intercambio de archivos; redes P2P; cambio tecnolgico.

    Abstract. The Impact of Music Sharing on Album Purchases and Concert Attendance: The Case of Spain

    In the last decade, digital file sharing has gone from being a phenomenon confined to a small share of the population to become a phenomenon with a great social, media, eco-nomic and political impact. The reason is none other than the perception of a direct causal element between increasing downloading practices and decreasing purchases of cultural goods such as music albums, what we call the Replacing Utilitarian Perspective. In contrast,

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    other studies argue that downloading practices on P2P networks do not replace the pur-chase of music albums, what we call the Complementary Consumption Perspective. This paper aims to empirically examine this relationship (download-purchase and download-attending concerts) in individuals behavior using the Cultural Habits and Practices Survey (SGAE, Spanish Ministry of Culture, 2007) and applying two multivariate techniques: linear regres-sion for the number of albums purchased and logistic regression for attendance to concerts. Our results reveal that the more albums individuals share, the more albums they purchase in physical format, and the more likely they are to attend concerts. In addition, other vari-ables influence both behaviors such as educational level, age, socio-professional situation or life cycle associated with paternity/maternity experience.

    Keywords: cultural consumption; music industry; the Internet; file sharing; P2P networks; technological change.

    1. Introduccin

    En la ltima dcada, el fenmeno del intercambio de archivos a travs de Internet ha pasado de ser un fenmeno anecdtico y circunscrito a una minora de la poblacin, a convertirse en un fenmeno de gran impacto a nivel social, meditico, econmico y poltico. Sin dejar de ser un comportamiento minori-tario, su regularizacin ha sido intensamente demandada por un amplio sector de la cultura, tanto productores y distribuidores, como creadores y trabajadores en general. El motivo no es otro que la percepcin de un elemento de causali-dad directa entre el incremento de las descargas y la disminucin de las com-pras de bienes culturales como los discos de msica. El intercambio digital es concebido por el sector como la primera de las causas que han hecho zozobrar recientemente la industria de la cultura audiovisual. El establecimiento de esta relacin causa-efecto se viene realizando a travs de numerosos informes que utilizan datos agregados, como el nmero de descargas digitales realizadas en los ltimos aos y el nmero de venta de discos en el mismo periodo. A medida que se han ido observando un aumento de las descargas y una disminucin de las ventas, la industria cultural se ha aferrado al argumento de la existencia de una tasa de sustitucin de material en venta por material pirata. En otras pala-bras, cada disco o pelcula que nos descargamos es un disco o pelcula menos que hubisemos comprado. He aqu la causa, al menos en parte, de las prdidas de la industria. Con el presente trabajo, pretendemos observar empricamente

    Sumario

    1. Introduccin

    2. La msica como flujo de informacin

    3. Las redes peer-to-peer

    4. Hiptesis

    5. Mtodos y datos

    6. Resultados

    7. Conclusiones

    8. Discusin

    Referencias bibliogrficas

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 753

    esa relacin (descarga-compra) en el comportamiento de los individuos, uti-lizando para ello fuentes primarias de comportamiento como son las encues-tas. En nuestro caso, utilizaremos la Encuesta de hbitos y prcticas culturales EHPC a partir de ahora (Fundacin Autor-SGAE y Ministerio de Cul-tura, 2007) para realizar los siguientes anlisis: en primer lugar, queremos establecer qu caractersticas sociales influyen en la compra de discos. Compro-baremos si la descarga o la grabacin de msica supone un receso o un aumento en dichas compras. En segundo lugar, analizaremos tambin las caractersticas sociales que influyen en la asistencia a conciertos de msica en vivo. Esta prc-tica, que, segn los datos que maneja la industria, est cada vez ms extendida, supone una recompensa econmica directa a los creadores. Comprobaremos tambin si la asistencia est influenciada por una mayor descarga o grabacin de discos. Finalmente, presentaremos las conclusiones ms relevantes.

    2. La msica como flujo de informacin

    John Perry Barlow seala (1994: 8): La informacin es una accin que ocupa tiempo en lugar de una presencia que ocupa espacio fsico, como los artculos materiales. Segn esta sentencia, utilizamos la informacin como un proceso no esttico de flujo de conocimiento, donde el nico elemento fsico que interviene es el contenedor donde reside esa informacin. Incluso cuando ha sido encapsulada en alguna forma esttica como un libro o un disco duro, la informacin sigue siendo algo que nos ocurre cuando la descomprimimos men-talmente de su cdigo de almacenamiento (Barlow, 1994: 8). A esto habra que aadir ciertas particularidades econmicas a los bienes informacionales que afectan a su funcin de demanda. El factor fundamental no se sita en su coste de produccin, como sucede con la mayora de los bienes materiales, sino en la demanda y los gustos de los consumidores. De hecho, los bienes informaciona-les tienen unos costes sustanciales en la produccin de la copia original, pero prcticamente marginales en la (re)produccin de las copias sucesivas (Shapiro y Varian, 1999: 4), lo que sita el precio real de la informacin en su valor colectivamente atribuido, no en su coste de produccin.

    Podemos tratar la msica, por ejemplo, como un buen ejemplo de bien informacional. La msica grabada slo ocupa tiempo y la nica materia fsica que media es su envase, ya sea un disco de vinilo, un CD o un reproductor de MP3. De acuerdo con esto, la accin de escuchar msica puede ser definida como el proceso que sucede cuando, al reproducir ese material sonoro, tene-mos la capacidad de descodificar su informacin en una percepcin esttica. Adems, la msica, en tanto expresin artstica audible, se puede caracterizar por su consumo recurrente. En otras palabras, las probabilidades de escuchar un buen disco de manera reiterada son mayores que las de volver a leer un buen libro, por ejemplo (Shapiro y Varian, 1999: 87). Hasta ahora, nuestra forma tradicional de consumo de msica grabada que no fuese emitida por un medio de comunicacin de masas como la radio se limitaba a la compra de un contenedor donde resida y se poda reproducir en cualquier momento

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    (Chanan, 1995; Howland, Kenney y William, 1999; Kennedy y McNutt, 1999). Esta forma de consumo vino condicionada por los sucesivos avances en tecnologas de difusin, lo cual proporcion un estatus econmico a la expresin creativa objetivada, el lbum, que requera de una forma de retribu-cin a sus creadores, el disco. El problema surge cuando, al proveer un estatus econmico a esa informacin, tenemos que restringir su acceso slo a aquellos individuos que han pagado por ella. Los creadores de expresiones estticas (como msicos, cineastas o escritores) utilizan para ello los copyrights o derechos de autor. Consecuentemente, los msicos disfrutan de un mecanismo que les brinda la posibilidad de explotar comercialmente (Andersen y Frenz, 2010) un bien informacional, la msica, encapsulado en un formato fsico, el disco. Andersen y Frenz (2010) analizan de esta manera el conflicto entre retribu-cin y evolucin tecnolgica: cuando aparecen evoluciones en las tecnologas de grabacin o reproduccin del material por ejemplo: cintas magnticas, CDs o archivos compresores de audios como el MP3 y en las tecnologas de difusin radio, televisin o Internet, se abre la posibilidad de realizar la copia masiva no autorizada de dicho material (2010: 716), con lo cual se salta el medio de retribucin econmica que tenan los creadores.

    Parte de lo que hace que Internet sea tan innovador incluso revolucio-nario en el campo de la comunicacin es la posibilidad de consumir msica, as como otros bienes informacionales, sin que medie ningn tipo de conte-nedor fsico, lo cual hace ms palpable su naturaleza fluida. En otras palabras, y tal y como afirmaba Barlow (1994), el intercambio de informacin a travs de la red se puede metaforizar como un espacio donde se intercambia vino (informacin) sin su contenedor habitual, la botella (el soporte fsico), en un proceso de reproductibilidad del objeto que tiende a ser infinito.

    En el contexto actual de la sociedad de la informacin, el individuo no es un mero receptor de informacin sin capacidad de interactuar con el mensa-je caso de la radio o la televisin, sino que se hace partcipe del propio intercambio, eligiendo, consumiendo pero tambin creando, modificando y emitiendo (Daz et al., 2009). Este grado de interactividad e intercomunica-cin permite a los individuos compartir contenidos que ya poseen, sin privarse de su disponibilidad, como as ocurre con las propiedades fsicas (Barlow, 1994; Horrigan y Reina, 2002; Rodman y Vanderdonckt, 2006). Este nuevo escenario de expansin reticular de la informacin est provocando que las tecnologas de la comunicacin ligadas al intercambio estn siendo concebidas como una seria amenaza por aquellas industrias ligadas a la creacin, la pro-duccin y la distribucin de propiedad intelectual (Rojek, 2005). El no poder controlar directamente el acceso a esos bienes a travs de la limitacin fsica de un bien codificado y encapsulado, como ocurra con el disco, o a travs del pago por un bien informacional concreto, como las tiendas virtuales tipo Amazon o iTunes, supone una de las amenazas ms reiteradamente sealadas por la industria y los creadores. Para ahondar en este aspecto, presentaremos a continuacin una de las tecnologas ms comunes en Internet que permiten realizar el intercambio libre de bienes y contenidos informacionales, y que ha

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    sido objeto de discusin entre la comunidad acadmica sobre su papel en el decline de la industria cultural: las redes peer-to-peer o P2P.

    3. Las redes peer-to-peer

    Los protocolos P2P definen un tipo de redes electrnicas de comunicacin en las cuales todos los participantes son servidores de almacenamiento de archivos, de forma que ofrecen servicio de descarga de dichos archivos al resto de miem-bros de la red (Sanduli y Martn-Barbero, 2005: 108). Estos autores afirman que las redes P2P han aparecido como una nueva forma de conduccin de contenidos, lo cual ha fracturado la cadena de valor en los que se sustenta la industria cultural o de contenidos. Michel Bauwens define estas dinmicas de interaccin humana de un modo ms emancipatorio:

    Las dinmicas peer-to-peer [entre iguales] son procesos sociales en los cuales quienes forman parte de una red distribuida pueden sumarse libre y voluntaria-mente a la bsqueda de objetivos comunes. Son procesos que estn surgiendo en cada pliegue de la vida social, como un tercer modo de crear valor ms all del mercado y de lo pblico. Implican una revolucin en lo que concierne a la produccin, el autogobierno y la propiedad. (Bauwens, 2005: 2)

    El debate actual sobre si es lcito o no incluso moralmente aceptable este tipo de protocolos radica en el modo de conciliar, por un lado, leyes que protegen la propiedad intelectual de los creadores artsticos y, por otro, el derecho de los usuarios a disfrutar de espacios donde puedan expresar, cele-brar y compartir formas de ocio1 (Rojek, 2005: 363). Este convenio, que es en s fcil de enunciar, es extraordinariamente complejo de acordar entre los distintos agentes que intervienen en el debate sobre el intercambio de bienes y contenidos culturales en la era digital. Se prestan dos posiciones fundamentales al respecto.

    Por un lado, una buena parte de los creadores y de la industria defienden que el nuevo paradigma digital ha trado la ruina al sector cultural debido a una relacin directa e inversamente proporcional entre un aumento de las descargas y una disminucin de los ingresos por ventas. Dado que Internet puede ofre-cer una manera gratuita de hacer disponible la msica, as como tantos otros contenidos, los discursos contra el intercambio de archivos se han extendido. Internet es a menudo concebida como una tecnologa disruptiva capaz de representar una amenaza a la propiedad intelectual y a las empresas (Horrigan y Reina, 2002). Se hace necesario, pues, desde esta perspectiva, establecer nuevas formas legales de sancin de comportamientos y preservacin de los derechos de propiedad intelectual, aunque eso soslaye, de modo colateral, el derecho al libre intercambio sin nimo de lucro entre individuos.

    1. Este derecho se materializ en la Declaracin de Sao Paulo (1998) en un acto organizado por la World Leisure and Recreation Association, junto con el Servicio Social Do Comercio y la Latin America Leisure and Recreation Association.

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    Por otro lado, una parte de creadores, distribuidores y, sobre todo, usuarios defienden que, debido al innegable nuevo contexto de reproductibilidad de los bienes culturales en la era digital, debe crearse un nuevo e histrico contrato social entre agentes (Bauwens, 2005; Bauwens en Fernndez-Savater, 2010). La crisis del sector debiera atajarse mediante la bsqueda de nuevos esquemas de generacin de ingresos que permitan ganarse la vida a los creadores repro-ductores (Bauwens, 2005) y que permitan, a su vez, realizar el libre intercambio de contenidos entre individuos.

    La incertidumbre y el nerviosismo que la era de la informacin ha impreg-nado en el sector de la cultura se hacen visibles en el modo en que se percibe el intercambio. Desde multitud de medios, agentes, representantes y discursos en general, se ha estigmatizado el comportamiento individual del intercambio. Como han sealado Rodman y Vanderdonckt (2006), muchos periodistas han descrito a las personas que comparten contenidos a travs de Internet como piratas, expoliadores y ladrones, y sus artculos son, en gran parte, sobre la bsqueda de soluciones tcnicas al problema del intercambio de archivos. Rodman y Vanderdonckt (2006) sealan quienes son, a su juicio, las verdaderas vctimas de esta situacin:

    [] las vctimas ms visibles del intercambio de archivos en estos discursos no son msicos ya muchos de los cuales han adoptado estrategias para com-partir archivos y/o han condenado a la industria por su negligencia sistem-tica de su hacer (Love, 2000), son los conglomerados multinacionales del espectculo, cuyo futuro est supuestamente en peligro a menos que puedan encontrar la manera de transformar la actual situacin en un intercambio de archivos rigurosamente vigilado, controlado colectivamente y de alta rentabi-lidad comercial. (2006: 246)

    Por alusin, el argumento de la industria cultural es que, desde que apa-recieron los software de intercambio de contenidos (Napster fue el primero en 2000), las ventas de msica y de cine han sufrido un continuo descenso (Dugan, 2000). La Asociacin de la Industria Discogrfica de Amrica (RIAA) argumenta que los programas P2P son una pieza relativamente sencilla de software que se puede mover desde el escritorio de un programador adolescen-te a [convertirse en] un fenmeno de Internet capaz de amenazar a toda una industria (Miller y Huffstutter, 2000, escribiendo acerca de lo que supuso Napster). A pesar de que existen investigaciones que afirman que el descenso de ventas comenz antes de que este tipo de software apareciera (Dugan, 2000; Shields, 2009), ya se ha realizado el clculo o la estimacin sobre las prdidas ocasionadas al sector por estas tecnologas de intercambio de informacin.

    La asociacin de la industria discogrfica comercial en Gran Bretaa, la Bri-tish Phonographic Industry (BPI), calcula que la descarga ilegal de msica por intercambio de archivos cost a la industria 200 millones de libras en 2009 (Shields, 2009). Un informe elaborado por la consultora independiente Tera Consultants, a iniciativa de la Cmara Internacional de Comercio (International Chamber of Commerce, BASCAP), calcul las prdidas de ingresos por la venta

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    de CDs en la industria europea de la msica provocadas por la tasa de sustitucin de material pirata. La venta de discos fsicos haba sufrido un descenso del 61%. En concreto, el informe estimaba que la piratera digital en Espaa (los P2P) haba provocado una prdida de 413 millones de euros a la industria de la msica en el periodo 2004-2008 (Tera Consultants, 2010: 29). Eso sin contar el impac-to de la venta directa de material pirata en formato fsico (conocido como top manta), que calculaban como un dao notablemente menor, aproximadamente diez veces menos. Entre las consecuencias de esas prdidas econmicas, provoca-das fundamentalmente por la piratera digital, est la prdida de 13.200 puestos de trabajo a lo largo de todo el sector cultural, nicamente en Espaa (2010: 8).

    No slo las grandes asociaciones industriales se han sentido amenazadas por los nuevos fenmenos de intercambio en la red. Una gran parte de creadores, tcnicos, productores, editores y trabajadores en general del sector de la cultu-ra se han unido en multitud de asociaciones y manifiestos para luchar contra lo que consideran parsitos del negocio (CopeerRight Agency Espaa y La Coalicin de Creadores e Industrias de Contenido, 2009). En Espaa, repre-sentantes del mundo laboral de la cultura, creadores y trabajadores, as como la patronal del sector, han aunado fuerzas para la consecucin de un mismo objetivo comn: el mantenimiento de la industria creativa o industria cultural. Para ello, han creado una plataforma de intereses compartidos que demanda nuevas normativas legales que regulen la piratera en Internet: La Coalicin de Creadores e Industrias de Contenido2. Este grupo de presin pretende concienciar sobre el hecho que cualquier medio de intercambio, descarga o visualizacin digital no autorizada de contenidos culturales se ha convertido en una prctica condenable, ilegal e inmoral, puesto que es causa directa de las prdidas, tanto econmicas como de empleo (CopeerRight Agency Espaa y La Coalicin de Creadores e Industrias de Contenido, 2009).

    A tenor de este clima, la importancia de investigar todas las caras de este fenmeno polidrico se presenta como una tarea necesaria, en particular, en el campo que nos ocupa: las ciencias sociales. El presente trabajo camina en esa direccin. Pretende ofrecer informacin emprica relevante para contrastar los diferentes argumentos que explican la realidad social del fenmeno y que, por tanto, dan pie a soluciones contrapuestas a la cuestin.

    4. Hiptesis

    En los ltimos aos, el nmero de estudios empricos sobre el efecto del intercambio de archivos en la venta de msica ha crecido notablemente. Si hay algo que caracteriza al conjunto de esta produccin cientfica es la falta de consenso en cuanto al efecto que tiene un comportamiento (descargas) sobre el otro (compras). En la tabla 1, hemos pretendido

    2. En el ao 2009, esta demanda en contra de las descargas ilegales fue materializada por cerca de 2.500 msicos y trabajadores de la industria en general en el manifiesto La msica es cultura, la msica es empleo.

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  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 759

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  • 760 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    sintetizar algunos de los estudios ms relevantes de la ltima dcada, colocados en orden creciente segn el ao de publicacin y mostran-do diferentes descriptores de cada uno: ao de publicacin, periodo de anlisis, mbito geogrfico del estudio, resultados ms relevantes y pers-pectiva en la cual puede ubicarse cada uno de ellos, a saber, la tesis de la sustitucin utilitarista y la tesis de la complementariedad del consumo. Ambas tesis o perspectivas van a ser descritas con mayor detalle en el siguiente epgrafe, con lo cual se conforma nuestro marco de hiptesis a enfrentar en el anlisis.

    H1. La perspectiva de sustitucin utilitarista

    Un primer enunciado podra ser que aquellos individuos que ms pelculas y ms msica se descargan son los que menos CDs originales compran. Es, en ese sentido, una sustitucin de un bien que antes tena un precio en el mercado y al que ahora se tiene acceso libre y gratuito. La motivacin, por tanto, es puramente economicista.

    H1A. Los individuos que menos compras realizan estn sustituyendo la pauta de compra por la pauta de la descarga y/o copia digitalSegn esta hiptesis, los individuos que ms contenidos culturales se descar-gan estn realizando un ejercicio de eleccin racional desde una perspectiva puramente utilitarista, puesto que estn sustituyendo un comportamiento por otro (descarga por compra), con el objeto de maximizar su utilidad o su satisfaccin individual (reducir costes econmicos y ampliar su abanico de consumo)3. Por consiguiente, se deduce que aquellos individuos que seguirn manteniendo una pauta de consumo legal de contenidos culturales sern los que menos se descarguen.

    H1B. Los individuos que ms compras hacen son los que menos descargas y/o copias realizanSu patrn coincidira, segn los argumentos de la perspectiva de sustitucin utilitarista, con un comportamiento ticamente responsable, puesto que, a pesar de que disfrutan del acceso a esos bienes culturales a travs de Internet,

    3. Desde esta perspectiva utilitarista, se han realizado numerosos estudios sobre la moti-vacin de los usuarios de las redes P2P para descargas, pero no tanto sobre el com-portamiento de los que suben contenidos a estas redes para compartirlos (Nandi y Rochelandet, 2008). En este sentido, se ha conceptualizado la figura del free-rider de redes P2P (Adar y Huberman, 2000; Feldman et al., 2003; Asvanund et al., 2004), que se sirve de la red para descargar nicamente, frente a un perfil ms altruista de usuario que no slo descarga, sino que tambin colabora aportando contenidos (Nandi y Rochelandet, 2008). Debido a las limitaciones tcnicas de la encuesta, nosotros no vamos a abordar el asunto de la subida de contenidos, que, a pesar de ser un tema crucial de los estudios sobre P2P, nos alejara de nuestro objeto: el efecto de las descargas sobre la compra.

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 761

    prefieren seguir adquirindolos legalmente y en su formato tradicional, el fsico4.

    H2. La perspectiva de la complementariedad

    Desde una perspectiva diferente, cabra pensar que los individuos que ms contenidos se descarguen no tienen por qu estar haciendo una sustitucin de un comportamiento por otro. Pueden estar simultaneando ambos patrones de consumo (compra y descarga).

    H2A. Los individuos que ms compras hacen son tambin los que ms descargas y/o copias digitales realizanLa oferta y el acceso a contenidos en el mundo digital ha crecido exponen-cialmente y las posibilidades de acceso a cada uno de los contenidos excede la capacidad individual de adquirirlos es decir, comprarlos individualmente a precio de mercado, tal y como vienen sealando Andersen y Frenz (2010). A los individuos que no suelen comprar contenidos culturales a travs de CDs o casetes tampoco les ha afectado la llegada de las nuevas tecnologas. Su pobre perfil de consumidor cultural tambin se refleja en su patrn de consumo digital a travs de redes P2P, puesto que son los que menos descargas realizan.

    H2B. Los individuos que menos compras hacen son tambin los que menos descargas y/o copias digitales realizanEn otras palabras, los individuos tienen, en el nuevo contexto de reproducti-bilidad digital de la informacin, la capacidad y/o la oportunidad incluso podramos hablar del deseo y/o la necesidad de consumir muchos ms conte-nidos de los que son capaces de comprar a precio de mercado. Ahora bien, este nuevo contexto de interaccin e intercambio de informacin no ser ms que un reflejo de los patrones y los hbitos de consumo cultural que cada individuo tiene en el mundo real sin tener en cuenta la red.

    H3. La participacin cultural ex-domus

    La cuestin que emerge de la hiptesis H2 no es balad. Cmo se explica, entonces, que se haya producido una cada de ventas e ingresos de las industrias culturales en los ltimos aos, mientras que, al mismo tiempo, han aumentado las descargas? La respuesta no es sencilla, ni este estudio pretende contestarla en su totalidad. Aun as, presentaremos algunas pistas de carcter acadmico que contribuyan al conocimiento en la materia.

    4. Presuponemos, cuestin que contemplamos en nuestro modelo de anlisis ceteris paribus, que, tanto uno como otro perfil de individuos tienen acceso a Internet y que, por tanto, disfrutan de la posibilidad de acceso. Ahora bien, el acceso a Internet no garantiza que todos los individuos tengan conocimientos de los procedimientos a seguir para tener acceso a redes P2P.

  • 762 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    Los individuos podran estar manteniendo a un menor ritmo que anta-o su patrn de consumo de contenidos en formato fsico (CDs o casetes) y, a su vez, estar derivando parte de su presupuesto cultural al consumo de contenidos en vivo (como, por ejemplo, los conciertos de msica). En otras palabras, han decidido intencionadamente o no retribuir a los creadores de un modo ms directo y, a su vez, disfrutar de una experiencia que cumple con sus expectativas de clculo coste-beneficio, como son los conciertos de msica en vivo.

    H3A. Los individuos que acuden a ms conciertos son tambin los individuos que ms msica adquieren legalmente mediante compra y que ms msica descargan y/o intercambianActualmente, la balanza entre el poder adquisitivo de los individuos y el total de contenidos culturales a los que tienen acceso a travs de Internet est enor-memente desequilibrada. Su decisin, pues, ha sido la de establecer un menor ritmo de consumo legal en formato grabado y de ah las perdidas en el sec-tor por un mayor consumo en formato digital, compartiendo y descargando, adems de apostar por experiencias ex-domus, es decir, fuera de la vivienda, como los conciertos. Esta reorientacin del consumo parece tener su evidencia en los datos recogidos por el Ministerio de Cultura5.

    Por consiguiente, podemos desarrollar un modelo de anlisis emprico a travs de la explotacin estadstica de una encuesta, con lo cual pondremos en pugna las hiptesis H1 y H2. La hiptesis H3 propondra alguna explicacin parcial al cambio de patrn de consumo de bienes y contenidos culturales, una vez confirmada la hiptesis H2. Nuestro objetivo no es delimitar las caracte-rsticas sociales y de comportamiento que influyen en la descarga de msica, sino encontrar aquellas que caracterizan la compra de discos y la asistencia a conciertos. Ambas actividades nos ofrecern informacin de gran relevancia sobre el perfil del consumidor econmico de msica, sus caractersticas socio-demogrficas y su relacin con las prcticas digitales.

    5. Mtodos y datos

    Utilizando datos de la Encuesta de hbitos y prcticas culturales de 2007 (Minis-terio de Cultura y Fundacin Autor-SGAE)6, vamos a realizar un modelo de regresin lineal y un modelo de regresin logstica. La encuesta cuenta con una

    5. En la ltima dcada, el nmero de conciertos en Espaa ha pasado a ser de 72.276 cele-brados en el ao 2001 a 138.613 en el ao 2008. El porcentaje de espectadores ha crecido en un 51%, mientras que la recaudacin ha aumentado en un 116%, pasando de casi 85 millones de euros en 2001 a ms de 183 millones en 2008 (Fundacin Autor-SGAE y Ministerio de Cultura, 2009).

    6. La utilizacin de los microdatos anonimizados de la encuesta est sujeta a las condiciones y al compromiso de utilizacin, firmados entre el Ministerio de Cultura y la Fundacin Pblica Andaluza Centro de Estudios Andaluces, en el marco del proyecto Estilos de vida culturales: Un anlisis de los consumos y hbitos culturales en Espaa, realizado en el ao 2009. Adicionalmente, hay que destacar el riguroso trabajo de campo realizado en la encuesta con asesoramiento del Instituto Nacional de Estadstica.

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 763

    gran cantidad de indicadores de consumo y prcticas culturales. Entre ellos, encontramos: nmero de discos comprados en formato fsico, nmero de discos consumidos a travs de la descarga en Internet (fundamentalmente, a travs de programas P2P) y frecuencia de asistencia a conciertos de msica en el ltimo ao, entre otros. La encuesta, realizada por muestreo bietpico y estratificado, cuenta con una muestra total de 16.000 individuos de 15 aos en adelante resi-dentes en Espaa (muestra analtica = 14.241 casos). En la tabla 2, se muestran los datos estadsticos descriptivos de las variables utilizadas en nuestro anlisis.

    Tabla 2. Datos estadsticos descriptivos. Frecuencias y puntuaciones medias de las variables utilizadas

    Variables categricas Frecuencias (%) N

    Gnero 100 14.822Hombre 47,8 7.089Mujer 52,2 7.733Estado civil 100 14.241Soltero o independiente 37,0 5.271Casado o en pareja sin hijos 10,9 1.551Casado o en pareja con hijos menores 24,2 3.451Casado o en pareja con hijos mayores 27,9 3.968Nivel educativo 100 14.822Menos de 8 aos escuela 15,7 2.327Ms de 8 aos o bachiller, EGB o ESO 44,7 6.622Bachiller superior, FPI o FPII 24,3 3.601Diplomado, licenciado, doctor 15,3 2.272Situacin profesional 100 14.822Trabajando 49,9 7.393Parado 6,2 914Jubilado, incapacitado, otros 19,4 2.874Estudiante 9,0 1.334Labores del hogar 15,6 2.307Otras variables independientesPosee dispositivo porttil MP3, Wav u otros 38,9 5.766Lee revistas culturales al menos 1 vez al mes 15,4 2.279Variables asistencia a eventos culturalesHaber ido a un concierto en el ltimo ao 31,6 4.688

    Variables continuas Media Desv. tp. Mnimo Mximo

    Edad 48 19 16 102N discos comprados ltimo trimestre 0,77 2,67 0 75N discos grabados o descargados ltimo trimestre 1,38 6,93 0 100*

    N horas ldicas en Internet a la semana 1,16 3,82 0 99Fuente: Encuesta de hbitos y prcticas culturales (2007) y elaboracin propia.*Respecto a esta variable de intercambio de discos, hemos decidido reducir los valores mximos para evitar outlayers que complicasen las representaciones grficas. De este modo, hemos decidido asignar 100 discos grabados o descargados a aquellos individuos que afirmasen descargarse igual o ms de 101 (14 cambios realizados).

  • 764 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    Algunas de estas variables sociodemogrficas han sido recodificadas de las variables originales con el objeto de reducir las categoras y aumentar la par-simonia del modelo. Es el caso de las variables Estado civil, Nivel educativo y Situacin profesional. La variable dependiente Haber ido a un concierto en el ltimo ao hace referencia a todos aquellos individuos que han ido a algn concierto, ya sea de msica clsica o actual, al menos una vez en el ltimo ao. Como informacin de vital importancia para el presente trabajo, deberamos aadir que la inmensa mayora de la poblacin espaola ni compra (78,1%), ni descarga discos (85,8%). No obstante, los anlisis cuentan con una base numrica de unidades muestrales suficiente para la realizacin de los anlisis de regresin. El nmero de individuos que afirma haber comprado al menos un disco en el ltimo trimestre es de 3.251, mientras que el nmero de individuos que afirma haber descargado o intercambiado al menos un disco en el ltimo trimestre es de 2.111. Adems, tanto la compra como el intercambio tienen una gran variabilidad en la frecuencia de su prctica, empero una gran con-centracin de los consumos menos intensos (entre 1 y 5 discos por trimestre).

    6. Resultados

    A continuacin, vamos a presentar los resultados de nuestro anlisis sobre la descarga de discos, as como de las probabilidades de acudir a conciertos segn el conjunto de variables explicativas seleccionadas. La tabla 3 presenta los resultados del modelo de regresin lineal de mnimos cuadrados (OLS) con la variable Nmero de discos (formato CD o casete) que ha comprado en el ltimo trimestre.

    Con el Beta tipificado hemos obtenido un valor porcentual de cmo aumenta o disminuye, segn sea el valor positivo o negativo, la compra de discos para cada una de las variables utilizadas, ceteris paribus. Por ejemplo, la categora de la primera variable, Mujer, habra que relacionarla con su categora de referencia, en este caso, Hombre. El coeficiente Beta tipificado toma el valor de 0,057. Esto quiere decir que, manteniendo el resto de variables constantes, la mujer compra un 5,7% menos de CDs o casetes que el hombre, y esta relacin es estadsticamente significativa a un nivel < 0,01. No obstante, podemos traducir esta relacin porcentual, difcil de concebir cuando hablamos de unidades como los discos, a la elaboracin de una tasa tipificada de compra para cada una de las variables. Esta tasa tiene una inter-pretacin distinta segn sea la variable categrica o numrica. Por ejemplo: por cada 19 discos que compra el hombre, la mujer compra uno menos, 18. En el caso de la edad, no tendra sentido afirmar que, por cada ao que tenga el individuo, ste comprar un 5,3% menos de discos. Una lectura alternativa, utilizando la tasa tipificada de compra, puede ser la siguiente: a medida que aumenta la edad, los individuos compran menos discos. As, por cada tres discos que se compra una persona de 25 aos, otra de 44 aos (19 aos ms) se comprara dos y otra de 63 aos, slo uno. Por otro lado, y atendiendo ahora al resto de variables sociodemogrficas, los titulados univer-

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 765

    sitarios compran un 4,1% ms de discos que las personas sin educacin. Las personas que se encuentran estudiando compran un 4,4% menos de discos que los ocupados, mientras que los jubilados lo hacen un 2,9% menos. Las personas que se encuentran casadas, ya sea con hijos menores o sin ellos, compran alrededor de un 3% ms de discos que las que se encuentran solteras manteniendo el resto de variables constantes.

    Seguidamente, prestaremos atencin a las variables sobre hbitos cultura-les y digitales que incluimos en el modelo. La asistencia a conciertos aparece como la caracterstica que ms influye en la compra de msica. Los asistentes compran un 9,4% ms de discos que los no asistentes. Es decir, por cada 10 discos que compra un no asistente, el asistente compra 11 manteniendo el resto de variables constantes. Adems, tener un reproductor MP3 es una carac-terstica que, en lugar de disminuir la compra de discos en formato fsico, la

    Tabla 3. Anlisis de regresin lineal sobre el nmero de CDs o casetes comprados en el ltimo trimestre

    Coeficiente Error Std.Beta

    tipificadoTasa tipificada

    de compra

    Mujer a 0,303** (0,048) 0,057 18

    Edad 0,007** (0,002) 0,053 19

    Ms de 8 aos, bachiller, EGB o ESO b 0,062 (0,071) 0,011

    Bachiller superior, FPI o FPII 0,113 (0,084) 0,018

    Diplomado, licenciado, doctor 0,305** (0,092) 0,041 24

    Parado c 0,167 (0,093) 0,015

    Jubilado, incapacitado, otros 0,199* (0,082) 0,029 34

    Estudiante 0,404** (0,092) 0,044 23

    Labores del hogar 0,008 (0,079) 0,001

    Casado o en pareja sin hijos d 0,243** (0,078) 0,028 36

    Casado o en pareja con hijos menores 0,181** (0,062) 0,029 34

    Casado o en pareja con hijos mayores 0,003 (0,066) 0,000

    Haber ido a un concierto ltimo ao 0,557** (0,052) 0,097 10

    Posee un reproductor MP3 0,208** (0,052) 0,038 26

    Lee revistas culturales 0,472** (0,063) 0,064 16

    Horas ldicas en Internet 0,003 (0,006) 0,004

    N discos grabados o descargados 0,017** (0,003) 0,045 22

    Constante 0,828** (0,128) 18

    N 14.241

    Test F 0,000

    R2 ajustado 0,048

    Fuente: Encuesta de hbitos y prcticas culturales (2007) y elaboracin propia.* Valor p < 0,05.** Valor p < 0,01.a. Hombre como categora de referencia. b. Menos de primaria como categora de referencia.c. Trabajando como categora de referencia.d. Soltero como categora de referencia.

  • 766 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    aumenta en un 3,8%. Ser una persona con inquietud cultural, con deseos de sentirse informada a travs de revistas culturales, tambin aumenta la compra de discos en un 6,4%. Finalmente, comprobamos cmo las personas que ms discos se graban o se descargan de Internet compran un 4,5% ms de discos en formato fsico. Por cada 18 discos que se copia o se descarga un individuo, ste se compra uno en formato fsico. Esta progresin se muestra mejor en la siguiente grfica.

    Como se observa en la grfica 1, la relacin entre el nmero de discos descargados o intercambiados y el nmero de discos comprados est amplia-mente descompensada. Sin embargo, la relacin, 18 a 1 de media, es creciente y directamente proporcional, ceteris paribus.

    En resumen, la hiptesis sobre la complementariedad del consumo en el caso de Espaa parece encontrar aqu evidencias que la sostengan, mientras que su hiptesis nula, la sustitucin utilitarista, parece tener menos validez. En otras palabras, las personas que ms discos compran son tambin las que ms descargas y/o copias digitales realizan, mientras que aquellas que menos discos compran tambin son las menos voraces en el medio digital.

    A continuacin, pasaremos a realizar el anlisis de regresin logstica o eleccin discreta sobre la probabilidad de haber ido a un concierto de msica.

    Grfica 1. Representacin grfica del nmero de CDs comprados en comparacin con el nmero de discos descargados y/o intercambiados

    Fuente: Encuesta de hbitos y prcticas culturales (2007) y elaboracin propia.

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 767

    Como se observa en la tabla 4, asistir a conciertos de msica es una experiencia comn entre hombres y mujeres, puesto que no se observan diferencias estadsticamente significativas. En cambio, s que encontramos diferencias en el resto de variables sociodemogrficas. Podemos observar como, a mayor nivel educativo, la probabilidad de asistir a un concierto aumenta. Otra de las caractersticas que aumentan la probabilidad de asistir a un concierto es el hecho de estar en una situacin profesional transitoria, como, por ejemplo, ser estudiante. Del mismo modo, no haber formado (an) un ncleo familiar, es decir, estar soltero, tambin aumenta las probabilidades de acudir a un concierto. La asistencia a conciertos es una prctica predominantemente extendida entre las cohortes jvenes. Conforme aumenta la edad, las probabilidades de asistir a un concierto disminuyen, y ser jubilado o dedicarse a las labores del hogar en lugar de estar trabajando tambin disminuyen dichas probabilidades.

    Tabla 4. Anlisis de regresin logstica sobre la probabilidad de haber ido a un concierto

    Coeficiente Error Std.

    Mujer a 0,076 (0,043)

    Edad 0,025** (0,002)

    Ms de 8 aos o bachiller, EGB o ESO b 0,681** (0,092)

    Bachiller superior, FPI o FPII 1,081** (0,098)

    Diplomado, licenciado, doctor 1,417** (0,102)

    Parado c 0,054 (0,080)

    Jubilado, incapacitado, otros 0,206* (0,084)

    Estudiante 0,238** (0,077)

    Labores del hogar 0,185* (0,078)

    Casado o en pareja sin hijos d 0,364** (0,073)

    Casado o en pareja con hijos menores 0,594** (0,055)

    Casado o en pareja con hijos mayores 0,188** (0,068)

    N CDs comprados 0,085** (0,009)

    Posee reproductor MP3 0,456** (0,044)

    Lee revistas culturales 0,643** (0,052)

    N horas ldicas en Internet 0,005 (0,005)

    N discos grabados o descargados 0,010** (0,003)

    Constante 0,613** (0,131)

    N 14.241

    Bondad del ajuste 7.412,346

    Pseudo R2 0,172

    Fuente: Encuesta de hbitos y prcticas culturales (2007) y elaboracin propia.* valor p < 0,05.** valor p < 0,01.a. Hombre como categora de referencia.b. Menos de primaria como categora de referencia.c. Trabajando como categora de referencia.d. Soltero como categora de referencia.

  • 768 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    Atendiendo ahora a las variables sobre hbitos culturales y digitales que incluimos en el modelo, encontramos algunas conclusiones relevantes. Como ya vimos en el anlisis anterior, debamos de encontrar una cierta relacin entre consumo de discos y asistencia a msica en vivo. As ha sido: cuantos ms discos compran, comparten o descargan los individuos, mayores son las probabilidades de asistir a conciertos. Tambin se observa que estar equipados con reproductores de MP3 aumenta las probabilida-des de asistir a dichos eventos. En otras palabras, los equipamientos que permiten la reproduccin de copias digitales de msica, como los MP3, benefician a los autores por otras vas de retribucin ms directas, como son los conciertos.

    Ahora bien, se nos antojara necesario establecer un mtodo sencillo de ave-riguar si el intercambio de archivos es una caracterstica tan determinante sobre la asistencia a conciertos. Si fuese as, tendramos aqu una evidencia emprica sobre cmo el intercambio de archivos fundamentalmente a travs de redes P2P es el elemento fundamental que ha hecho derivar el presupuesto de los individuos en compra de discos, a un mayor gasto en experiencias ex-domus, como los conciertos. Para ello, utilizaremos una grfica de comparacin de incrementos de probabilidad.

    En la grfica 2, se muestra como aumenta la probabilidad de asistir a un concierto conforme aumenta el nmero de discos descargados. La lnea inferior representa el incremento de probabilidad de asistir a un concierto para un individuo medio. La lnea superior representa el incremento de probabilidad para un joven (30 aos) que se encuentra estudiando y ya disfruta de algn ttulo universitario. Como observamos, las caractersticas sociodemogrficas del Joven universitario son ms determinantes que la descarga o el intercambio de discos a la hora de predecir la asistencia a conciertos. Esto es as porque las probabilidades de ir a un concierto para un individuo medio que haya descargado o compartido cien discos, son menores que las de un joven universitario que no se haya descargado ninguno. En otras palabras, la asistencia a conciertos est ms influenciada por caractersticas como la edad, la situacin profesional y el nivel educativo, que por la sola prctica de compartir y/o descargar discos.

    7. Conclusiones

    El nuevo contexto que ha trado la revolucin tecnolgica en general, e Internet en particular, ha cambiado, de manera innegable, el modo de consumir bienes y servicios culturales como la msica. El debate, por tanto, no debe centrarse en si ha tenido un efecto o no, sino en la direccin de ese cambio, en cmo se ha traducido en nuevos hbitos de la ciudadana. Basndonos en los resul-tados aqu obtenidos, podemos afirmar que las prcticas de intercambio de msica, particularmente en el escenario digital, no tienen porqu representar una amenaza para la industria de la msica. De hecho, podran ofrecer nuevas oportunidades de negocio.

  • El impacto del intercambio de msica Papers 2012, 97/4 769

    La utilizacin de redes de intercambio digital, como las P2P, representan un nuevo modo de desarrollar los comportamientos que ya estaban teniendo los individuos en el mundo offline. Dicho de otro modo, aquellos individuos que ms descargas realizan son tambin aquellos que tienen un mayor consumo de discos fsicos. Esto sugiere que dicha poblacin est demostrando ya una cierta disposicin a pagar (o willingness to pay) por los contenidos culturales que descarga y/o intercambia, lo cual resulta relevante a la hora de plantear nuevos modelos de retribucin a los creadores.

    El intercambio de msica no puede ser concebido taxativamente como un comportamiento sustitutivo de la compra. Es ms, en el presente trabajo hemos presentado evidencias que confirman cmo el intercambio es com-plementario a la compra y que, si bien no es la nica caracterstica, tam-bin influye positivamente en la asistencia a conciertos. Otras caractersticas sociales, como el nivel educativo, la situacin socioprofesional o el ciclo vital asociado a la edad, a la paternidad o al estado civil, tambin influyen. En este sentido, nuestros anlisis coinciden en parte con los resultados obtenidos por Andersen y Frenz (2010).

    Las posibilidades actuales de acceso a la informacin hacen poco viable un modelo de retribucin econmica de los creadores, venta de discos mediante,

    Grfica 2. Incrementos de la probabilidad de ir a un concierto segn el nmero de discos compartidos y/o descargados

    Fuente: Encuesta de hbitos y prcticas culturales (2007) y elaboracin propia.

    0, 2

    0, 4

    0, 6

    0, 8

    1

    0 2 0

    40

    60

    80

    100 descargados

    Individuo medio Joven

    Nmero de discos

    universitario

    Pro

    bab

    ilid

    ad d

    e ir

    a un

    con

    cier

    to

  • 770 Papers 2012, 97/4 Manuel Herrera-Usagre

    como se daba antes de la llegada de Internet. De hecho, los individuos parecen estar derivando parte de su presupuesto, antes destinado fundamentalmente a la compra, hacia las experiencias en vivo, como los conciertos. El presente trabajo muestra igualmente indicios en esa direccin.

    8. Discusin

    Tras las conclusiones presentadas, hemos de tener en cuenta algunas reflexio-nes. El intercambio de bienes culturales, en tanto prctica de intensidades muy diferentes, va a tener efectos muy distintos sobre la compra de bienes culturales. Si bien hemos demostrado que los individuos que practican ms intensamente el intercambio tambin son los compradores ms voraces, su masa, en trmi-nos absolutos, es muy baja. Slo un 5% de la poblacin compra cinco o ms discos por trimestre, proporcin similar a la que slo compran uno (4,8%) y notablemente inferior de los que no compran ninguno (78,1%). El temor de las posiciones conservadoras hacia el intercambio de archivos se fundamenta en aquellos comportamientos menos intensos o voraces, pero ms comunes y frecuentes entre la poblacin. En otras palabras, la pluralidad en la intensidad del intercambio no permite aseverar, de manera concluyente, que dicha prcti-ca, como tal, sea ni beneficiosa ni perjudicial para la industria. No obstante, el presente trabajo muestra evidencias de cmo los que ms descargan y/o graban, tambin son los que ms compran, a pesar de que su importancia, en trminos de volumen poblacional, es baja.

    Lgicamente, para poder aseverar de un modo mucho ms contundente la relacin positiva entre un mayor intercambio y una mayor compra de msica o, al menos, disposicin a pagar por ella, as como entre intercambio y asistencia a conciertos, se hace necesaria la monitorizacin de los compor-tamientos individuales a travs de estudios longitudinales. Para ello, resulta conveniente el establecimiento de mtodos de recogida de datos primarios estables, continuados y con suficiente representacin muestral. se es el caso de la Encuesta de hbitos y prcticas culturales. Por otro lado, la aseveracin de vnculos causales entre el aumento del nmero de descargas y la disminucin de las ventas no puede basarse en la utilizacin de datos agregados. Ello ha llevado a conclusiones basadas en relaciones espurias que no contemplan otros elementos o factores que influyen en el fenmeno. La utilizacin de datos de nivel micro nos acercarn ms a la realidad de los fenmenos analizados y nos ayudarn a formular, con el suficiente rigor, fiabilidad y validez, soluciones consensuadas por todos los agentes.

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