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Este tercer intento lo hemos logrado, no sin esfuerzo y un tiempo que para nos- otros ha sido más bien de plomo que de oro. Mientras los demás dormían, otros sacrificaban el cansancio para ofrecerles un despertar de literatura, unos momen- tos de ocio y atención. Pero cuidado, el Picudo Blanco persiste en su devoradora labor de alimentarse de palabras escritas. Cuando ustedes lean este ejemplar, vigilen los vértices y el resto de límites en blanco de las páginas. La terme blanca, puede aparecer de súbi- to, atacando por cualquier flanco. Vendrá del exterior portando las voces viciadas, manipuladas y serviles que contaminan la urbe. Querrá cebarse de letras de creación inéditas. Vamos, intentar destrozarles la revista que ahora tienen en sus manos. Es difícil mantenerse en los islotes de la literatura, en esta selva de celulosa, donde el Picudo Blanco domina en toda su extensión. Retarlo día a día en su pro- pio territorio, que luego quiere reconquistar. Hace falta mucha magia creativa. El inven- to: que brote el invento y se derrame por los labios, sometiendo este páramo estéril en una tierra fecunda; en continua transmuta- ción alquímica de alas apresadas volando hacia las pupilas de incógnitos lectores. Brinden con trémulos licores por el sueño colectivo, el que se vierte en este abrigo de metáforas e historias. Atraviesen ámbitos y asistan al asombro, a las sensaciones, frus- traciones y promesas de unos seres humanos sencillos pero vitales que se sienten escrito- res y artistas, los cuales tienen muchas ganas de comunicar su verdad. Aquí no hay océanos, ni llanuras, ni mesetas que separen nuestros tránsitos. Todos viaja- mos juntos en este tercer contenido que significa continuidad literaria. ¡Brindemos!¡Larga vida a la revista, “El Picudo Blanco”! http://elpicudoblanco.blogspot.com http://elpicudoblanco.blogspot.com Dirección y maquetación : José Manuel Sanrodri. Subdirección y maquetación : Manuel Valero Gómez. Consejo de redacción : Pere Vicente Agulló, Antonio Zapata Pérez, Vanessa Diez Tarí, Francisco Gómez R. y Josep E. Rico Sogorb. Diseño de la Portada : Silvia Orozco Torres (IRILIEN). Colaboradores : Antonio Zapata Pérez Carlos Vaquerizo Torres Roberto Edward Gurney Eva Mª Palenzuela Martínez Jose Esteve Rico Sogorb Siracusa Bravo Guerrero Karina García Albadiz José Manuel Sanrodri Vanessa Diez Tarí Raimon González Brú Alicia García Nuñez Pere Vicente Agulló Lucy Ortiz Luís D. Gutierrez Espinoza Jesús Graván Sánchez Everardo A. Torres González Francisco Gómez Rodríguez Manuel Valero Gómez Alex Garrigóz Elena Torelishvili Ana María Caliyuri José Grillo Martín Abel Bri Agulló Avelina Chinchilla Rodriguez Lorena Escandell Carbonell Pablo M. Carbone Unzueta Pedro J. García Gambín. Ilustradores : Josep Manel Sánchez Manuel Carabias Plaza Marilen Pont Font Eduardo Martínez Cano Daniel E. Molina Ruffini Pedro P. Pica Montesinos Victoriano Izquierdo Ramirez Luís Martínez Tortosa Rodrigo Javier Medrano Eva Vazquez Diego W. Abelenda Alonso Marylina Torres Ottado María T. Valenzuela Escalona Cristina Rocamora Aparicio Gloria Mariño Ana Beatriz Reina Rojas Patricio Bruna Poblete. ISSN : 1887-973X Patrocinio del : Ayuntamiento de Elche. Presentación Presentación ANTONIO ZAPATA PÉREZ La revista de expresión creativa en la cultura decadente JOSEP MANEL SÁNCHEZ 2 ELPICUDOBLANCO ELPICUDOBLANCO@GMAIL GMAIL. COM COM

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Portada ilustrada por Irilien Alma (Elche)

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Este tercer intento lo hemos logrado, nosin esfuerzo y un tiempo que para nos-otros ha sido más bien de plomo que deoro. Mientras los demás dormían, otrossacrificaban el cansancio para ofrecerlesun despertar de literatura, unos momen-tos de ocio y atención.Pero cuidado, el Picudo Blanco persisteen su devoradora labor de alimentarse depalabras escritas. Cuando ustedes leaneste ejemplar, vigilen los vértices y elresto de límites en blanco de las páginas.La terme blanca, puede aparecer de súbi-to, atacando por cualquier flanco. Vendrádel exterior portando las voces viciadas,manipuladas y serviles que contaminan laurbe. Querrá cebarse de letras de creacióninéditas. Vamos, intentar destrozarles larevista que ahora tienen en sus manos.Es difícil mantenerse en los islotes de laliteratura, en esta selva de celulosa,donde el Picudo Blanco domina en todasu extensión. Retarlo día a día en su pro-

pio territorio, que luego quiere reconquistar.Hace falta mucha magia creativa. El inven-to: que brote el invento y se derrame por loslabios, sometiendo este páramo estéril enuna tierra fecunda; en continua transmuta-ción alquímica de alas apresadas volandohacia las pupilas de incógnitos lectores.Brinden con trémulos licores por el sueñocolectivo, el que se vierte en este abrigo demetáforas e historias. Atraviesen ámbitos yasistan al asombro, a las sensaciones, frus-traciones y promesas de unos seres humanossencillos pero vitales que se sienten escrito-res y artistas, los cuales tienen muchas ganasde comunicar su verdad.Aquí no hay océanos, ni llanuras, ni mesetasque separen nuestros tránsitos. Todos viaja-mos juntos en este tercer contenido quesignifica continuidad literaria.¡Brindemos!¡Larga vida a la revista, “ElPicudo Blanco”!

http://elpicudoblanco.blogspot.comhttp://elpicudoblanco.blogspot.com

Dirección y maquetación:José Manuel Sanrodri.Subdirección y maquetación:Manuel Valero Gómez.Consejo de redacción:Pere Vicente Agulló, Antonio ZapataPérez, Vanessa Diez Tarí, FranciscoGómez R. y Josep E. Rico Sogorb.

Diseño de la Portada:Silvia Orozco Torres (IRILIEN).

Colaboradores:Antonio Zapata PérezCarlos Vaquerizo TorresRoberto Edward GurneyEva Mª Palenzuela MartínezJose Esteve Rico SogorbSiracusa Bravo GuerreroKarina García AlbadizJosé Manuel SanrodriVanessa Diez TaríRaimon González BrúAlicia García NuñezPere Vicente Agulló Lucy Ortiz Luís D. Gutierrez EspinozaJesús Graván SánchezEverardo A. Torres GonzálezFrancisco Gómez RodríguezManuel Valero GómezAlex GarrigózElena TorelishviliAna María CaliyuriJosé Grillo MartínAbel Bri AgullóAvelina Chinchilla RodriguezLorena Escandell CarbonellPablo M. Carbone UnzuetaPedro J. García Gambín.

Ilustradores:Josep Manel SánchezManuel Carabias PlazaMarilen Pont FontEduardo Martínez CanoDaniel E. Molina RuffiniPedro P. Pica MontesinosVictoriano Izquierdo RamirezLuís Martínez TortosaRodrigo Javier MedranoEva VazquezDiego W. Abelenda AlonsoMarylina Torres OttadoMaría T. Valenzuela EscalonaCristina Rocamora Aparicio Gloria MariñoAna Beatriz Reina RojasPatricio Bruna Poblete.

ISSN: 1887-973X

Patrocinio del:Ayuntamiento de Elche.

PresentaciónPresentaciónANTONIO ZAPATA PÉREZ

La revista de expresión creativa en la cultura decadente

JOSEP MANEL SÁNCHEZ 2

ELPICUDOBLANCOELPICUDOBLANCO@@GMAILGMAIL..COMCOM

Urge la luzCARLOS VAQUERIZO TORRES

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Urge la luz.Las cosas se ensombrecenporque la luz no puedeser su destino último.Urge la luz en ese adiós continuo,casi eterno, de desvivirse el almapor el sendero en sombra de tristezaen dulce abatimiento suspendida.

Urge la luz, se muere a cada pasomientras tremola erguida la esperanza.Urge la luz, la buscoen el labio sin sombra, en la palabraque envenena mis versos.

EstatuasROBERTO EDWARD GURNEY

(a Juan Larrea)

Hacía un fríode estatuas invisibles.

Luego la nieblase disipóy vimos

una mujer gigantescaacostada en la hierba.

Hace un fríode estatuas visibles.

MANUEL CARABIAS PLAZA

MANUEL CARABIAS PLAZA

Noche gélidaEVA MARÍA PALENZUELA MARTÍNEZ

4MARILEN PONT FONT

Noche gélida enmudecida por el aire seco.Te he nombrado sin conocerte,con una voz afligida.

Tus ojos se ven negros desde aquí abajo,y tus cabellos no los logro distinguir entre la luz de tu cielo medio apagado.Si no me engañan mis luceros de compañía,

parecen claros.Los veo flotando a través de… no sé,me es confuso todo, y además no consigodivisar las figuras que forman tu mundotrémulo, tu mundo callado.

Noche gélida enmudecidate he nombrado en mi mundo tremolino,(lo siento, no quisiera haber roto tu calma).

Mundo del que escapo a puntillas,despacio sin la mínima fatiga.No voy a contarte ahora mis memorias,ya que el cielo te lo impela por si solo.

Noche gélida enmudecida,voy a sumergirme en tu apariencia fría,en tu sombrero entreabierto, que deja escapar

una palabra sombría.

Noche gélida enmudecida,me han llegado tus lágrimas,que caen a mi tierra humedecidas,no solloces más, noche gélida y hermosa,que yo te estoy esperando con el alma llena de encantos, con el alma sosegada,con el alma desnuda.

Noche, llega la hora de la despedida,y me susurras al oído que me esperasa la misma hora de los días acabados,de los días que se evaporan en el aire.

Tú, noche gélida enmudecidapor el viento seco.

Te he nombrado sin conocerte,con una voz afligida.

Su rostro albergaba señales de muer-te, como si los espectros de sus vícti-mas, hubieran vuelto de sus tumbascon crecidas garras para arañar suscrímenes. Pero era el tiempo, el quehabía horadado esos surcos, que pro-fundizaban más su aspecto duro ysiniestro.Carmelo Ozores había sido un asesi-no meticuloso e inclasificable.Odiaba los errores de los seres huma-nos y los eliminaba junto a susmoradores. No aguantaba susconformismos, sus sumisiones,sus indigencias cobardes…Según él, empleaba la selecciónde los más aptos para mejorar elmundo, aniquilando a los queeran incapaces de hacer nada, nisiquiera por ellos mismos. Laforma de matarlos había sidoespantosa y de variada gama.Las más terribles, con un cuchi-llo de hender gorrinos, un hachade leñador o una soga de espar-to que humedecía para que laagonía fuera más lenta. Le eraindistinto hombres que mujeres.Aunque era indispensable apa-rentar más de treinta y menos decuarenta años. Esa era la edadideal que el consideraba de "noretorno". En alguna ocasiónhabía utilizado sus manos, defuertes y largos tentáculos,sobre todo en mujeres de cue-llos más frágiles.Ahora iba a ser ajusticiado en el"garrote vil", con el fin de pagartodos y cada uno de sus horrendos crí-menes.Carmelo Ozores estaba relativamen-te tranquilo. Tenía cincuenta años.“Medio siglo, pensaba, era unabuena cifra para largarse sin despe-dirse de este inmundo páramo de

seres infelices, que viven peor que lashormigas y las plagas de langosta,que ni siquiera les sirve la inteligen-cia para impedir morir por millones,víctimas del hambre o de guerrasabsurdas. Quien no tiene dignidad notiene vida. Yo sólo les he hecho unfavor…matarlos para hacerlos dig-nos. Porque los muertos sí tienen ladignidad de dejar paso a la nuevavida, la que discurre sin obstáculos y

se iguala en su desembocadura comolas aguas de un río. La muerte esigual para todos, pero no el cómo lle-gan a ella.”Con esas elucubraciones lo sentaronen un taburete, con la espalda pegadaa una columna cuadrada de maderanoble. Cuando la capucha de telaverde y tosca rozara sus potentespómulos y su nariz aguileña, hasta

quedar abatida sobre sus clavículas,sentiría un calambre gélido y se leharía todo oscuro. Las sienes emitirí-an punzadas cada vez más aceleradas.Seguidamente, notaría un fino cordelcircundando la yugular que le iríaapretando la nuca junto al palo. Ycuanto más penetrara en la piel esearo que parecía de hierro, más seacrecentaría la oscuridad en el inte-rior de la capucha de sarga. Luego,

percibiría que toda la sangredel cuerpo habitaría su cabe-za, presionando hasta esta-llar a chorros por narices yoídos. Y vería pasar todoslos muertos por su cerebro,los cincuenta que había ase-sinado. Y él se vería pasardetrás de ellos, como eldesagüe de una mente que sevacía. Carmelo Ozores fue elpenúltimo reo ejecutado enel "garrote vil". Sin embargosu nombre jamás pasó a for-mar parte en los anales delos ajusticiados en tal maca-bra modalidad, sino en lalista ingente de los desapare-cidos por motivos difusos ypoco claros.No crean que es agradablegirar el martinete hasta tron-char unas cervicales huma-nas. A Carmelo Ozores yo le

di muerte. Fui su verdugo y lo con-vertí en un muerto digno más. Unmuerto que ya no estorbaría la liber-tad de acertar o errar de los hombresy mujeres. Yo igualé la cifra deCarmelo Ozores, cincuenta sentencia-dos pasaron por mis manos. A pesarde que mis actos siempre fueron decompasión…. no tengo a nadie quedignifique mi muerte.

EDUARDO MARTÍNEZ CANO

5

El testigoANTONIO ZAPATA PÉREZ

Llegaste a mí como se acercan los ríos al mar, sinuosamente, arrastrándote hacia mi cuerpo de adolescente imberbe.

Aquella noche te entregaste asustada, casi inexperta,estremeciéndote entre lágrimas y temblando, llorabas, doliéndote.

Te esculpí aquella vez como de barro, moldeándote de relámpagos,de orgasmos encadenados.

Pinté tu sedosa piel con gamas y fulgores de arco iriscoloreando tus mejillas de pálido rosa.

Pude hacerte toda de nuevo. Una y otra vez hasta cansarme.Recrearte como una Venus de coral y fósiles inmersa en el abismo de la pasión.

Y se sucedieron las largas noches serenas y limpias,esculpiéndonos mutuamente...

EsculturaJOSEP ESTEVE RICO SOGORB

DANIEL ENRIQUE MOLINA RUFFINI

Tengo bilis en forma de lunaresque me abrasan, que me queman

agujereando mi epidermis.Tengo pequeñas heridas,

punzantes,que todavía palpitan al verte.

Despiertas el sufrimientoque me abre el apetito:

las ganas de quererte(que siempre duelen).

Me sientas malSIRACUSA BRAVO GUERRERO

PEDRO PABLO PICAMONTESINOS 6

JOSEP MANEL SÁNCHEZ

Lágrimas de oroKARINA GARCÍA ALVADIZ

VICTORIANO IZQUIERDO RAMIREZ

Entre tanto cenizoso destino, ruedan las lágrimas en la angustia de la muerte, de ese hombre con cabeza de pájaro,el erotismo irradiador de dos solescon el diablo asomando en cada esquinade ese poncho arrastrando a desmedida.

Y ese yo ofendido hasta el cansanciopor el cosmos, la evolución, el inconscienteo peor por el lenguaje simbólico del airebajo el arresto domiciliario que me aturde.

Miro esos árboles de cobre, rojo mostacilla del ropero,sin pronunciar tu nombresiento que no se mata lo hecho con las manos.El alfarero me interpela desde la caverna.¿Cuánto tiñe el sujeto, el objeto que elabora?

La muerte como un origen no resueltode este insomnio que no habla, bestialmente guarnecido por un reborde óseocon piernas no netamente levantadasen adelante estos signos no dejarán de turbarnos.

Hay respeto y miedo al enterrarnos, algo así como mirar con la mitadde una fuga de varias voces.

Habla Polifemo.

Allemanda, sarabanda, giga, gavota y bouré"tupí o no tupíesa es la cuestión"cantanta que consigne el tipo de enterramiento que deseo.

7

No sé que hora puede ser, pero loslloriqueos de mi mujer junto al bordede la cama no dejaban duda de queera temprano; pero precisamentehoy, que me sentía cansado no teníapensado abrir los ojos. Si decidoabrir uno de mis párpados empezaráa contarme uno de sus absurdos pro-blemas existenciales que siempresuele tener y que siente la necesidadde contarme y para ello, se le ocurre

una manera teatral de hacérmelosaber. Así que, seguiré con los ojoscerrados hasta que deje de escuchar-la.

Creo que ya no se la escucha, pero…¿Por qué tengo cerca del borde de micama a la chica que reparte panfletosde publicidad?, ¿qué hace ella aquí?¿Se habrá inventado alguna de susabsurdas historias?, con lo imagina-tiva que es, me parece que es de laspocas personas a las que conozcoque siempre le sucede alguna cosa.Es posible que haya creído que por

que hace unos días la abracé, ya queella no sabía si la despedirían del tra-bajo o no, al verla tan desamparada,preocupada y sollozando entonces,quise buscar en su mirada el consue-lo, la esperanza del amigo que conunos gestos le sugiere que todo irábien. Cuando la rodeé con mis bra-zos no pensé en esa mujer divorcia-da, ni en esa trabajadora nata quehabía conseguido el respeto de todo

el barrio como repartidora de propa-ganda ya que era más conocida queel mismísimo cartero, pero no abrirélos ojos y fingiré que sigo dormido.Estoy escuchando al tío Manolopero… ¿qué hace éste aquí?, ¿acasoes tan grave el problema que mimujer los ha reunido a todos en mihabitación y esperan impacientes aque despierte para contármelo? Puesno voy abrir los ojos.

¡Uy!, ahora siento que todos melevantan la cama. Si se piensan queasí abriré los ojos, no lo a voy hacer,

pues estoy demasiado cansado parahacerlo. Incompresiblemente sientoque mi habitación es más grande delo que suelo acostumbrar a recorrer ypresiento que hay mucha gente a mialrededor. No sé si abrir los ojos paraenterarme de lo que sucede. Aunqueexisten muchas maneras de desper-tar a alguien que en este caso comoyo, finge tener un sueño pesado y eltransportar una cama de un lado a

otro no es la mejor solución.Ya han depositado la cama en elsuelo pero a mi parecer de una formaun tanto brusca. Otra vez escuchollorar, pero ahora se han puesto deacuerdo para llevar el ritmo pausadode los lagrimales que suenan comoun coro desgarrador. Sin embargo,no pienso abrir los ojos, al menoshoy no voy a hacerlo.Me he quedado dormido y todavíasigue siendo de noche. No meimporta porque no pienso abrir losojos, tal vez, los abra mañanacuando esté menos cansado.

No pienso abrir los ojosJOSÉ MANUEL SANRODRI

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LUÍS MARTÍNEZ TORTOSA

Si fuese...sería una gota en el Pacífico,una hoja en mediode la deforestacióno el grito en la violación.

Un apagón neoyorquinoprovocó robos, violacionesy todo tipo de atroces delitos.

Venganzas políticas,mataron a la prole hambrientaen la zona cero.

Nos compadecemos,pobres vecinos de Hollywood,pero también hay negritoso hindúes que mueren.

Muchos desaparecen,sin dejar ni el aire que consumíanantes de tomar conciencia.

Y nosotros en la vieja Europa,donde unos y otros se ahogan,tenemos acaso conciencia.

El mundo se desangra.

Si fuese...VANESSA DÍEZ TARÍ

MARILEN PONT FONT

Traspasar RAIMON GONZÁLEZ BRU

Las impenetrables paredes,no son tales,es posible traspasarlas,es posible perforarlas,hacer un túnel,no pierdo la fe,es posible penetrary salir airoso,es posible respirar luz,beber la "Ambrosia de los Dioses",es posible estar contigo,es cuestión de tiempo.

Las impenetrables paredesson duras, más que el acero,pero ahí estánlos canteros de la luzcombatiendo el medio,doblegando la tierra querida,no queda más remedioque llegar al final del túnely así descansaremosbajo la alameda dorada.

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Una mujer escribe este poema, Carilda Oliver Labra

ALICIA GARCÍA NÚÑEZ

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(…) una mujer escribe este poema qué estúpida la vida que divide sol de sombra el crepúsculo pasa acumulándose al final de las azoteas supimos de pronto de una trombosis coronaria existes soledad sonó una bomba vean si se han roto los lentes de contacto (…)

Una mujer escribe este poema, CARILDA OLIVER LABRA

No, nada más lejos de la realidadque inventarme nuestro mundo,tus alas, todo lo que nos faltaba.Sí, nada más lejos de la realidadque inventarme nuestra historia,que hoy quema, abrasa, y sin embargo siento frío.Sí, hoy siento frío,"existes soledad",quemándome hasta el alma.Sí, me pierdo en mis mentiras,te hago cómplice de miedos, te creo un cielo, te doy nada.Mientes, soledad.

Mueres mientras hablas,creces entre sueñosque sólo meten miedoen el cuerpo.Sí, reniego.

De todo esto.

"Quererte era el más alto riesgo"al que no aposté ni unas cañas.Sí, inventas, soledad.Mientes como una cosaca.Y yo sigo olfateando como una perratras las huellas de su ama.No, nada más triste que la soledad recién estrenada.Sí, abandonas-matas-soledad.

Pesáis, conversacionesque nunca mantuvimos.

PEDRO PABLOPICA MONTESINOS

LUÍS MARTÍNEZ TORTOSA

"El roce de los labios de esta madrugadaeriza la piel despierta de mis recuerdos novividos,evoca añorando placer (inverosímil)de proyectados besos (no dados)e intenta zambullirme de golpe en aguas transparentes (de calmosa muerte)donde al fondo reposan los sueños difusos.

Aunque la alegría sufre insomnio transitoriobuceo a pulmón por arrecifes de amnesiaaprendida,pero el llanto invisible, sensible y frágil de esta noche de piel de cebollase cuela entre mis sábanasy espanta los pájaros dormidos de mi cabeza.

Tengo la relativa certeza de estar vivo.Habito entre los escombros de mi corazón,roto,como tu recuerdo,que se aleja borroso, diluido,en las esquinas de los días soñados".

Eclipse parcial de ensueños

PERE VICENTE AGULLÓ

11EVA VÁZQUEZ

RODRIGO JAVIER MEDRANO

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Era una noche de octubre cuando me dijiste adiós, mordí mis lágrimas exhalando mi lírico dolor, lloré por la eternidad que golpea las venas, apreté tu mano sobre mi pecho escalofriante,recorrí de las montañas a la semilla,de la arena a la playa, de la raíz a la flor hasta la vida eterna.

Allí estaba mi corazón temblando una aventura tu nombre y el río, la fuerza de tu voz y mi nombre, eran mías tus angustias, las rodajas de luto que dejaba el frío en la fugitiva felicidad, en las quietas marañas de incienso, en la extensa oscuridad del tiempo, el eco, la voz,los ojos ardientes de preguntas y la infancia;todo, compañero.

Abrazé tu ausencia, asumí el credo del hombre,la pesada nube en el mar de pulpa,mi patria era tu presencia, en el sombrío murode la intemperie, donde te dije te quiero aunque no tevea. Por ti compañero, mi mirada, mi amor mi palabrami carne en erupción os ofrezco, aunque sea tarde.

Para que lo sientas como la herencia con un brazoroto, látigo y latido venciendo el frío; quiero que lo entien-das, quiero que no dudes del siglo de esperanza, que parece infinito entre ayuno y mendrugo,que sirva por siempre para estar contigo.

Noche de octubreLUCY ORTIZ

DIEGO WALTER ABELENDA ALONSO

La verdad yo no sé dónde se me perdió lapalabra, sí esa érase con la que generalmentemi querida abuela echaba el tiempo para atrásy se arrancaba una linda parrafada y la histo-ria andaba libre y suelta y hasta por su cuentay esos, sus grandazos ojos azules, le brillabande puro contenta.

¿Qué por cuántos años andaba yo en esosérase?, pongamos que adolescentes, la cues-tión es que yo ya bastante que entendía y aten-día y me encantaba imaginar y escuchar cosas.Sobre todo, las de la buena anciana, efectiva-mente esas mismas, las de la recordada abue-la bajo el emparrado de la casa vieja.

Hubo una vez que me dijo: Fíjate que yo nocomprendo las cosas de ese señor Vallejo quedijo "yo nací un día que Dios estuvo enfer-mo", qué pena no tenerlo al frente, sino segu-ro que le diría, oiga el enfermo es usted quecon tanta lamentación y lástima por sí mismo,cree que alguien se la debe o en fin, que alguien tiene la culpa. ¿Y quién la puede tener?, yo creo que usted mismoque no tiene o no tuvo el valor de rebelarse ante su personal condición o el coraje suficiente, creo yo, para despo-jarse de su negra congoja, así que vaya usted con su tristeza a otra parte, que la vida no está para lamentos y menospara derrotas del alma, porque hombre de antemano vencido y sin espíritu ni fe, es un muerto en vida que va car-gando su propio ataúd o uno al que ya ni su sombra lo acompaña. ¿Entiendes qué te digo?, por eso me gusta estar-me al cobijo de las uvas, para regocijarme con los vinos de tu abuelo y ver cuánto todavía la vida nos tiene por mos-trar. A ti, quizás un mundo nuevo, a mí de repente y cualquier día, mi último atardecer.

Érase, en épocas que el mar ondeaba todo pródigo y la playa era más ancha, la gente no era tan indiferente comosuele ser hoy, cada quien por su lado y la familia sin más lazos que un leve saludo o una simple levantada de cabe-za, ya te casarás hijo y sabrás de qué te hablo. En efecto no lo supe hasta cuando me casé.

Érase entonces que poco antes me dijo: Ahora entras a otra familia y otra familia entra a la tuya y la propia, la tuya,será la juntura de esas dos, la tuya que tú dejas y la de ella que igualmente deja. Así verás que vendrán las cuñadasy los cuñados, los nuevos primos, sobrinos y tíos, los amigos y los compadres. De este modo es la vida como crecey florece: un rico campo de siembra donde todas las raíces se enlazan y todos los árboles verdean, donde la unióny la unidad son como el arroyo que a todos riega y a todos alegra. Y ya verás, cómo y cuánto la sonrisa les ancha lacara y la paz los alienta, dirás que hay amor y mutuo respeto, que hay bienestar y armonía, sí pero asimismo, muchaconfianza y franqueza, ¿sino cómo hablar cuando deben hablar?, ¿cómo entenderse cuando deben entenderse?

¿Viste ahora el significado de las cosas? ¿Y cuánto mejor si además de ser parientes son amigos? Y alguna vez, talvez ellos mismos piensen o les digan a tus hijos y a sus hijos: Dios mediante, sean una buena familia semejante anosotros…

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En busca del cuento perdidoLUIS D. GUTIÉRREZ ESPINOZA

DIEGO WALTER ABELENDA ALONSO

Cuando leas esto que te escriboquiero que pienses que buscola próxima estación de tu cuerpo,que deambulo lamiendo la sal que arrastra tu silencio.

Cuando leas esto y piensesque soy un loco sin destino,fíjate en que busco tu bocacomo una serpiente sedienta;que necesito transitarpor los caminos prohibidos de tu piel descobijada,hasta encontrar el secretopor el cual mi miradase convierte en aguaal contacto con tus ojos.

Cuando pienses en el loco,borracho y poeta que te escribe con el sudor de su frente,cree tan sólo en tu destino,y dime, sólo dimeen qué estacióndebo bajarme.

Dime que cuando no estés,tu ausencia será mi compañía.

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JESÚS GRAVÁN SÁNCHEZ

Voy desandando tu cuerpola muerte voy desandandolluvia que bebe las ansias

de amancer en el cantode la sombra

de los ángulosagudos y vaporosos

de los senosde los astros

de la magia acinturadaque se modela en las manos

amor que muerde cariciasy florece en el manzano

voy desandando tu cuerpola muerte voy desandando.

Tu ausencia será mi compañía

EVERARDO A. TORRES GONZÁLEZ

Voy desandandotu cuerpo

MARILYNA TORRES OTTADO

MARILYNA TORRES OTTADO

-¿Cuál es su nacionalidad?-Soy borracho (Malcom Lowrry)

Bebo tus labios conunción, con pasión dedevoto, desesperaciónangustiosa, nerviosismoirrefrenable. Apuro tu néc-tar con deleite, el cuello detu presencia me invita aaspirar con grandes sorbosel interior de tu ambrosía.Aquí estoy sentado, mare-ado, impreciso, indetermi-nado, a la vera de tu com-pañía dichosa, de tu pre-sencia magnífica y rompe-soledades. Aspiro con pla-cer tu intimidad pero vasdesapareciendo en miestómago y tu interior decristal se reduce para midesconsuelo. La vidamarca sus límites y fechas.Y tú, amiga,compañera,confidente, también mues-tras tus caducidades y tér-minos.Mis labios y mi lengua tepaladean, mi estómago teabre tu sexo y elbendito/maldito hígadopugna por eliminarte. Peroantes recorres todo micuerpo, viajas por misvenas, te aposentas en micerebro y me proporcionasilusiones de felicidad yalegría frente a un mundohostil e indiferente.Contigo todo es nuevo ydichoso, sonriente y her-moso, divertido y total.Mientras duras...Contigo ya no hay penas site poseo, si saboreo tu delicia, tu néctar de dioses

que me lleva al éxtasis

dionisíaco. Te he probadoen múltiples variantes:cerveza, vino, calimocho,ron con cola, vodka conlimón, con naranja, güis-qui con hielo, con sevenup, gin tonic, absenta,orujo de hierbas, tequila ydiversas mezclas explosi-vas de coñac, ron o elfamoso tequila con hor-chata que despertó laadmiración de un camare-ro que no se acababa decreer la combinación. Yqué decir del famoso cuba-ta con tabasco, una explo-siva delicia para paladaresselectos.Tu compañía dicen quetrae problemas varios:

dependencias etílicas,peleas por la excesiva con-ducción de alcohol por misvenas, estados de locuaci-dad increíbles, verborreainadecuada, resacas conterribles y machacantesdolores de cabeza...Todomentira. Los apocalípticossiempre machacan susbocas aguardentosas con-tra los manantiales de tusplaceres. Sólo tú me hasllevado por sendas de feli-cidad y comprensión quenunca me han proporcio-nado los laberintos vene-nosos del amor, las amista-des improbables y esqui-vas o los familiares quesólo se reúnen en las BBC

(bodas, bautizos y comu-niones) y entierros, aun-que suene a lagarto lagar-to. Sin ti hay más mentira,más falsedad e hipocresíaen este mundo que nodesea enfrentarse al espejode su realidad más cruda ycierta. Que el hombre esesclavo de sus derrotas ytropieza diez mil veces enla misma piedra, mientrasaprender algo le cuestauna eternidad. Sólo loslitros de alcohol quecorren por mis venas,mujer, me hacen asomar-me al lago ataráxico de larealidad soñada. Allídonde estás con tus labiossiempre abiertos y prestos.

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Mi amiga la botellaFRANCISCO GÓMEZ RODRÍGUEZ

MARÍA TERESA VALENZUELA ESCALONA

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En recuerdo a Ciudad de La Habana

Habana vieja recuerdas la arrugaque agolpa tu rostro hermoso la bocacomo desdibuja en el mío entero:sabe Dios que el azar es matemático.Tu sombra es un nido de luces ocressonriendo a la nochecon la piel negra y música en sus labiosalumbrando de purososiego el malecón.Y Martí en cada esquinasuspira entre el camino.Y Martí en cada hombre construye la razacon la sincera espigaregando suya página:"Ganado tengo el pan -hágase el verso-".Habana derruidatu cuerpo de muchachaestá escrito en penumbracon los ajuares del sol.De sal suaves cabellos,de sal rudo adoquínsiembra hechos los pasos de palmera.Tu vientre es un pan heroico que vivecomo si muerte ajena,como si ron añejodeshiciera las manos del guajirodurmiendo al cobijo del Parque Lenin.

Oh Habana resurrectaperdida en barrio chino, en capitolioy la honda mano de Sierra Maestracaminando por tu infanciaaprendiendo el orgullode Bolívar y del Grito de Yara.Oh infinitas tus piernasde mulata el sabor, de esclavo librelas heridas del llantoque alcanzan fatuas Avenida Obispoentre el pueblo proletario y vencido.Allí en tus ojos color azabache,oh dulce mi niña Habana,emerge Martí desdelos negados altarespara acoger la ciudad en sus párpadosy por fin señalarhacia el mar nuestra vidacontigo en el regazooh mi dulce niña Habana.Aún puedo decirvirgen de senos chicosque tu padre es la muertede Ernesto Guevara, Antonio Maceo,Máximo Gómez, Carlos Manuel Céspedes,Simón Bolívar, Camilo Cienfuegos,del veintiséis de julioy del nombre de Fidel.

MANUEL VALERO GÓMEZ

CRISTINA ROCAMORA APARICIO

La niña Habana

El día que me ames cada estatua lucirá una sonrisay en la avenida habrá una mujer su maternidad cantan-do.

Bajo el sopor de las fuentes daremos de comer a laspalomasy los huérfanos se acercan amistados.Haremos un círculo con gris blanco para jugarel juego de la infancia que todos sabemos.

El día que me ames veremos la cara de un niño en elsol

y él reirá con sus cabellos amarillos y se sonrojarácuando nos acerquemos a lamernos los labioso corramos bajo la lluvia sin zapatos.O nos encerremos en la alcoba a palparnos la esbeltez.

Bajo el agua lacia cayendo como lágrimas del cielonuestra ropa será innecesaria. Haremos barcas de papelpara anunciarle nuestro amor a la ciudad.Las nubes formarán un remolino en el cielolimpiando como a una mancha el miedo.

Eso será el día que me ames. ¿Me amarás?

Muy prontoALEX GARRIGOZ

GLORIA MARIÑO17

Él era una persona muy respetable en el barrio de LosRosarios. Trabajaba de contable en una gran empresa.Estaba felizmente casado. Un día enfermó estando ensu despacho y le llevaron al hospital. El informe médi-co era terrible: no le quedaban más de dos años. Al lle-var una vida modesta y no tener hijos, había ahorradobastante dinero, y ahora le parecía que durante cuarentay cinco años no disfrutó en absoluto.Los vecinos no paraban de preguntar sobre su salud y

de ofrecer cualquier ayuda. Los compañeros del trabajole llamaban intentando animarlo, pero a él no le impor-taba nada de ésto. Señor V. pensó que ya que le quedaba tan poco tiempo,iba a disfrutarlo como pudiera. Las primeras semanasvisitó todos los bares de su ciudad, volviendo a casapor la mañana, disgustando a su mujer. Con los ojosinundados y rojos le esperaba despierta a la hora quevolviese a casa, con su vieja bata floreada, tan penosacomo la vida que le estaba dando su marido los últimos

días. Un día, tras una gran discusión, él la invitó a salirindefinidamente de su hogar. Por un lado, pensó laSeñora V, antes de abandonarlo le hubiese gustadoacompañarlo y cuidarlo hasta el último suspiro, peromarchó esperando una llamada a su móvil pidiendoayuda.El señor V, ahora sin mujer, poco tiempo después sintrabajo y sin amigos, comenzó a vender los pocos mue-bles en buen estado que quedaron tras el huracán dealcohol.Faltaba tan sólo un día para su muerte y quince eurosquedaban en el sucio bolsillo de su pantalón. "¿Quémás da?, sigo teniendo suficiente dinero para vivircomo un verdadero ricachón, siempre y cuando muerahoy o mañana por la mañana".En el barrio de Los Rosarios todavía se puede encon-trar a un vagabundo de ochenta y tres años, buscandocomida en los contenedores, víctima de un papel firma-do por un becario de medicina.

El informe médicoELENA TORELISHVILI

VICTORIANO IZQUIERDO RAMIREZ18

Navegamos por el plácido riachuelo del pequeño mundomientras niños metálicos nos cantan disfrazados con lostrajes regionales de las múltiples nacionalidades; y colo-res imposibles nos menean las cabezas de un lado a otrocomo en partidos de tenis simultáneos. Nos encandilanlos enanos de angelicales rostros y creemos tener diez odoce años y nos quedamos con ganas de hacer otramedia hora de cola con gorras de orejas de Mikey y olo-res corporales endulzados en aromas de cuento de hadas,para desviar esta vez la mirada a los lugares que se nosescaparon. Todo ello acontece en nuestras pretendida-mente ingenuas mentes antes de atravesar el ecuador delrecorrido. Justo cuando estimamos haber llegado más omenos a la mitad del paseo, las luces se apagan y labarca se detiene, no se detienen en cambio los botes quenos prosiguen y golpean. ¿Qué es esto? -Grita mi sobri-no- ¿Es parte de la atracción? -Se pregunta su padre. Yyo mantengo la calma hasta que nos golpea otra nuevabarca y como no caben más en esta sala cerrada, volca-mos, caemos a la cenagosa agua entre raíles y cables.Nado y la gente grita, mi instinto no me permite rescatara nadie, sólo sobrevivir, aunque el agua no cubre másallá de mis senos. Trepo y llego a plantarme en una de

esas isletas, donde se supone cantan los felices niños

robóticos de la atracción. Hay algunas luces ahora, inter-mitentes, rojizas, como luciérnagas del infierno. Veofotogramas y algunas caras de gente pidiendo ayuda endiferentes idiomas. Veo a mi familia agobiada intentan-do no ahogarse en un metro de agua. Hay sangre queflota y alguien siendo arrastrado a la deriva. Estoy asalvo, mi instinto ya me permite ser solidaria, tengo quesalvar a esta gente, corro a buscar ayuda. Aun no haymucha luz, tropiezo y envío a una eléctrica niña cubanacon maracas de una patada a volar por los aires, y suscables y circuitos la acompañan como una estela, y enmitad de su parábola se enciende una luz potente, celes-tial, reparadora, que daría que pensar que todo ha vueltoa la normalidad, hasta que la muñeca cubana cae al aguay vuelven a parpadear todas las luces. Chispas de polvode hadas saltan efervescentes de entre los botes en elagua y mi familia, y el resto de alegres turistas de todaslas edades, engalanados con sus alegres colores, bailantectónicos, con los brazos sobre sus cabezas, meneándo-se al ritmo de la música de la atracción del pequeñomundo, sonrientes de dolor, en una eléctrica danza quefinaliza con todos ellos muertos, flotando electrocutadosen el sereno río que arrastra botes y personas ante misperplejos ojos arrepentidos, pero vivos.19

Si una imagen vale más que elverbo

recién forjado en toda bocahumana,

jamás habrá mayor virtudufana

que el don real del gran pincelacerbo.

Pues un pintor, que es deltono siervo

y tiene una tela cruel de her-mana,

creando cada lucha hostil quegana,

tan sólo obtiene pena y biende acervo.

Dichoso tú, querido amigofiel

del arte y ciencia vil de untarcolor:

por poco o nada blandes malcincel.

Ojala logres más feliz favorque el mero gusto horrible a

sangre hielrestante al dar a luz con tanto

amor.

Quebranto de veranoANA MARÍA CALIYURI

Pintar es combatir

Pánico en el parque de atracciones

JOSÉ GRILLO MARTÍN

ABEL BRÍ AGULLÓ

Y nosotros con las cenizas del cielo azul y los volcanes en cada mano blandíamos la lluvia para bebernos la intemperie y exiliarnos. Y nosotros un día como los pájaros secos sobre un aire congelado, fuimos penumbra y sombra de un quebranto de verano.

Esta música lleva mucha muerte dentro.El amor lleva dentro mucha música,Mucho mar, mucha muerte.

José Hierro

Shubert romántico, doliente, íntimo...Nunca se ha escrito una música más melancólica,más desoladamente triste,más dulcemente sombría.En ella hay tristeza, sí, pero nunca tragedia,nunca resabio, nunca amargura.Moriste joven, pero moriste muchas muertesantes de tu muerte.

Cada composición es una exquisita agonía,cada melodía un monumento a la aflicción,cada compás una lágrima que comienzaa resbalar suavemente por tu mejillay termina cayendo por la mía-¡casi dos siglos después!-.Cómo explicar ese hálito de fatalidad desoladaque impregna todas tus composicionesy que traspasa -cual saeta intemporal-el corazón de quienes las escuchan.Shubert romántico, Shubert doliente, Shubert íntimo...

Oda a ShubertAVELINA CHINCHILLA RODRÍGUEZ

MARÍA TERESA VALENZUELA ESCALONA 20

Se aprende a vivir cuando se aprende a soñar despierto.Perseguir los sueños requiere valentía,amor a la vida, a uno mismo.

Sola. Asustada. Escondida bajo tierra. El eco de su vozcontestaba a sus preguntas. Simulaba una conversación,aunque hablaba consigo misma, en voz alta. A veces,dialogaba con la máquina de escribir y escupía sustemores sobre el papel envejecido que un día le regaló suabuelo. Otras, cogía a escondidas la pequeña radio quesu madre custodiaba en la cocina y fingía ser entrevista-da, incluso se atrevía a pinchar música y dar grandesnoticias, de las que siempre era protagonista.Amontonaba cientos de papeles en su guarida: recortesde periódicos, revistas, libros, fotografías y películas.Las muñecas eran su público más fiel: la admirabancuando cantaba y bailaba, incluso cuando recitaba poe-mas. Escribió sus primeros cuentos en aquella lúgubre yhúmeda cueva, bajo un luz mortecina que dibujaba ocressombras en las paredes. En ocasiones, pasaba horas con-templando aquella figuras. Sentada en un rincón, lasadmiraba detenidamente, inventando historias para cadauna de ellas.En aquel lugar despertaron sus sueños. Desarrolló suimaginación, su creatividad. Acudía a su refugio cadatarde, tras finalizar las clases de ballet clásico. Una vezterminadas las tareas del colegio, se dedicaba plenamen-te a dibujar, escribir y soñar despierta. Creó un mundopropio, distante, el cual quedaba atrás cuando atravesa-

ba, al tiempo que cerraba, un vieja y chirriante puerta,que nadie más cruzaba.De vez en cuando, escuchaba caer la lluvia sobre la tie-rra que la cubría, pero éstos no eran los sonidos que conmayor frecuencia oía. Con el tiempo, aprendió a imper-meabilizar las paredes de su cueva y aisló los gritos y lollantos que provenían del mundo real.Algunas tardes, salía de su refugio, subía las escaleras ypenetraba sigilosamente en la habitación de sus padres.Abría el armario y descolgaba el traje de novia de sumadre. Se introducía en él y se contemplaba en el espe-jo durante unos minutos. Otras veces, se colocaba el tutúdel ballet, salía al exterior de su casa y bailaba durantehoras. Con los ojos cerrados, descalza sobre la hierba,dejaba volar sus sueños, reía mientras idealizaba su vida,a sí misma. Más bella que ninguna, surcaba el cielo enforma de hada y exteriorizaba sus anhelos en forma decántico, cual sirena.Hoy, convertida en mujer, se mira al espejo y contemplael reflejo de aquella niña sola y asustada. Sigue siendo laprincesa de un reino de ensueño, sin rey ni bufón, perocon magia suficiente para crear un paraíso de la nada.Fue feliz soñando su vida, aislando el miedo y la oscuri-dad con ilusión y esperanza. Ahora, vive sus sueños másdespierta que nunca, manteniendo aquel espíritu idealis-ta que le ayudó a escalar montañas aún estando en lasprofundidades.Así es ella: asustada, pero decidida a vivir.

JOSEP MANEL SÁNCHEZ

Un paraíso de la nadaLORENA ESCANDELL CARBONELL

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¿En qué curvaturas se asienta tu boca?¿En qué márgenes se incorpora tu risa?¿Donde ha triunfado, por fin, el lento sucederde tus lágrimas?

Ya no me duele la brisacuando golpea con su maligna inocencia,el débil rostro de la madrugada.ya no me asusta la noche grosera,cuando rompe contra mi ventana,su triste vanidad de laberinto.

Ya no soy el de antes.

El tiempo ha burladola banca donde te alumbraba,la liviana entrega del combate.

Es la derrota del astro perseguido,de la nostalgia virulenta,es el triste tambaleo de la cornisa.

Acertijos de medianochePABLO MAURICIO CARBONE UNZUETA DANIEL E. MOLINA RUFFINI

(Homenaje a Ramón Gaya)

El tiempo de un vaso sobre una mesa, hilando aguapor el aire, rosa y pluma, dentro una flor:

"El mundo cabe en esta súbitacircunstancia musical de haber vivido."

Aquilino Duque, "Mano en candela"

¿Qué importancia tiene ya el polvo

si mis pies no acarician,

si mis ojos no respiran?

El polvo de las ciudades,sus caminosel amor y el valsde la existencia.

A un lado el marsiempre el mary al otroirremediablemente,el olvido.

Rapsodia para cristalPEDRO JOSÉ GARCÍA GAMBÍN

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Cuando se creó la revista pretendía ser esa fórmula que mez-clase a todos los artistas en una batidora de hojas, transmi-tiendo nuestra disciplina para que lo pudiesen disfrutar aque-llas personas que la ojeasen. La revista ambicionaba ser unaplataforma que ensamblase a todos aquellos escritores conestilos tan distintos y los estrechara en una sola masa unifor-me con forma de papel. Dicho objetivo se vio cumplido.Este es el claro ejemplo de alianzas entre dos grupos poéti-cos, uno en España y el otro en Chile.Lo que se desea transmitir en este espacio es, que en la eraque nos ha tocado vivir somos nosotros los que debemosunir esfuerzos y proponer proyectos que consigan hacernosmás fuertes, ya que nosotros los escritores, apenas tenemoslectores que puedan saber lo que esconden nuestras mentes,y los ilustradores también observan como sus obras pasan aun segundo lugar, ya que nos ha tocado vivir en una era deimágenes saturadas.

Lo que voy a contaros es la historia de cómo surgió una rela-ción de grupos tan alejados pero cercanos. Cuando JoséManuel Sanrodri conoció en un Centro de Arte Rural ubica-do en España a una magnífica pintora Chilena llamadaAntonella Auda Rojas, ésta le habló de su Valparaíso, lugarde poetas. Fue entonces cuando le puso en contacto con el

movimiento de escritores que por allí se mueve, e inter-

net es un empedrado eléctrico que originó que se conociesensin verse, como dos amantes de letras (dos grupos de distin-tos países que tienen en común el idioma y la poesía). Ciertodía se nos ocurrió hacer una pasarela que unificase a los dosgrupos poéticos y así emergió la idea de hacer un libro jun-tos. A Manuel Valero se le nombró como artífice de suscitarel proyecto. Además era una forma de volver a unir, metafó-ricamente hablando, a los grandes poetas universales comoson : Pablo Neruda y Miguel Hernández. Evidentemente nose pretende estar a la altura de estos grandes bardos pero alnombrarlos se trata de inmortalizar su amistad histórica enotra amistad distinta, citamos a dos escritores que estánsepultados cerca de quienes escriben ahora en esta antologíaque les hace un guiño, sazonando las hojas de este homena-je conjunto de estos dos compañeros de letras. Las poesías de Antonio Zapata, Álvaro Fuentes, KarinaGarcía, Jaime Villanueva, José Manuel Sanrodri, ManuelValero, Pere Vicente… y la prosa de Francisco Gómez…Y me gustaría sugerir que inspeccionasen los espectacularesdibujos dignos de elogiar de la cubierta, realizados por dosilustradores de uno y otro lado de ese gran océano.

* Esta revista no suele hacer publicidad de libros de autores ni de susbiografías literarias o artísticas. Salvo en alguna ocasión (como algoexcepcional y que bien lo requiera) puede especificar alguna reseñade algún colaborador concreto.23

Antología Irregular en tonos Blanco y Azul

ANA BEATRIZ REINA ROJAS PATRICIO BRUNA POBLETE