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n137-138 [oct-nov09] elpoemaseminal 95 años de nicanor parra/ rafael cadenas, premio fil a a t t i i s s b b o o s s www.nicanorparra.uchile.cl ¡ ¡ F F E E L L I I Z Z C C U U M M P P L L E E A A Ñ Ñ O O S S , , A A N N T T I I P P O O E E T T A A N N I I C C A A N N O O R R P P A A R R R R A A ! ! Hoy [7 de septiembre] cumple 95 años el creador de la antipoesía, Nicanor Parra. Hijo de Rosa Clara Sandoval Navarrete, crece en un ambiente artístico. Desde pequeño alternó su residencia entre Santiago, Lautaro, Ancud y Chillán. En 1927, ingresó en el Liceo de Hombres de Chillán, donde cursó hasta el Quinto Año de Humanidades. En 1932, huyó de casa rumbo a Santiago, donde cursó el último año de educación secundaria en el Internado Nacional Barros Arana, gracias a una beca de la Liga de Estudiantes Pobres. Ahí conoció a Jorge Millas, Luis Oyarzún y Carlos Pedraza, con los cuales tuvo gran afinidad artística. El año 1933, el poeta ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile con el fin de estudiar Matemáticas y Física. También tomó Ingeniería, Derecho e Inglés, pero pronto los abandonó. Financió sus estudios desempeñándose como inspector del INBA y fue allí cuando en 1935 publicó su primer anticuento llamado "Gato en el camino" en la Revista Nueva (publicación que fundó junto a Millas y Pedraza). El relato circuló entre los inspectores, profesores y alumnos del Internado. Regresó del Instituto Pedagógico en 1937, para desempeñarse como profesor de matemáticas y física en el Liceo de Hombres de Chillán. El mismo año publica Cancionero sin nombre, su primer libro de versos, donde dejó entrever huellas de la poesía de García Lorca. En 1938 es galardonado con el Premio Municipal de Santiago por su contribución a la física y la matemática.

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n137-138 [oct-nov09]

elpoemaseminal 95 años de nicanor parra/

rafael cadenas, premio fil

aaatttiiisssbbbooosss

www.nicanorparra.uchile.cl

¡¡¡FFFEEELLLIIIZZZ CCCUUUMMMPPPLLLEEEAAAÑÑÑOOOSSS,,, AAANNNTTTIIIPPPOOOEEETTTAAA NNNIIICCCAAANNNOOORRR PPPAAARRRRRRAAA!!!

Hoy [7 de septiembre] cumple 95 años el creador de la

antipoesía, Nicanor Parra. Hijo de Rosa Clara Sandoval

Navarrete, crece en un ambiente artístico. Desde pequeño

alternó su residencia entre Santiago, Lautaro, Ancud y Chillán.

En 1927, ingresó en el Liceo de Hombres de Chillán,

donde cursó hasta el Quinto Año de Humanidades. En 1932,

huyó de casa rumbo a Santiago, donde cursó el último año de

educación secundaria en el Internado Nacional Barros Arana,

gracias a una beca de la Liga de Estudiantes Pobres. Ahí conoció

a Jorge Millas, Luis Oyarzún y Carlos Pedraza, con los cuales

tuvo gran afinidad artística. El año 1933, el poeta ingresó al

Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile con el fin de

estudiar Matemáticas y Física. También tomó Ingeniería,

Derecho e Inglés, pero pronto los abandonó. Financió sus

estudios desempeñándose como inspector del INBA y fue allí

cuando en 1935 publicó su primer anticuento llamado "Gato en

el camino" en la Revista Nueva (publicación que fundó junto a

Millas y Pedraza). El relato circuló entre los inspectores, profesores y alumnos del Internado.

Regresó del Instituto Pedagógico en 1937, para desempeñarse como profesor de matemáticas y

física en el Liceo de Hombres de Chillán. El mismo año publica Cancionero sin nombre, su primer libro de

versos, donde dejó entrever huellas de la poesía de García Lorca. En 1938 es galardonado con el Premio

Municipal de Santiago por su contribución a la física y la matemática.

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En 1943 viaja a Estados Unidos a estudiar mecánica avanzada al medio en la Brown University,

mediante una beca del Institute of International Education. Regresa en 1946 incorporándose a la

Universidad de Chile como profesor titular de Mecánica Racional. En 1948 es nombrado Director Interino

de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile. En 1949 parte a Inglaterra gracias a la beca del

Consejo Británico con la intención de estudiar cosmología en Oxford. Su paso por los Estados Unidos e

Inglaterra, particularmente la inmersión en la vida cotidiana de dos sociedades desarrolladas, y su

oposición a la poesía tradicional de Pablo Neruda, son fundamentales en la gestación de sus antipoemas.

Vuelve a Chile en 1951, casado con Inga Palmén, de nacionalidad sueca. En los Anales de la

Universidad de Chile aparece una selección de sus antipoemas. Luego, en 1952 realiza nuevos avances en la

poesía no tradicional, montando junto a Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky y otros, la poesía-mural

quebrantahuesos, hecha con recortes de diarios.

En 1954 aparece su segundo libro: Poemas y antipoemas. El sistema antipoético incluye entre sus

elementos un personaje anti-heroico, humor, ironía, sarcasmo y un verso cuyo léxico y sintaxis no

obedecen al modelo literario clásico, sino al lenguaje cotidiano. En su país, este nuevo estilo de poesía fue

apoyado públicamente por el crítico literario Ignacio Valente, quien ha resultado ser uno de sus máximos

divulgadores.

En 1959 es invitado al congreso mundial de la paz en Pekín, China; para alcanzar la capital, viaja

primero a Estocolmo, Suecia, debido a que los viajes a los países del socialismo real, en esa época de la

Guerra Fría, eran exhaustivamente controlados por los organismos de seguridad occidentales. Visita a

Artur Lundkvist, entonces Secretario Permanente de la Academia Sueca, y en casa de éste conoce a la

escritora, Sun Axelsson, con quien se unirá sentimentalmente y que motivará, luego, el viaje de ella a Chile.

En 1969 recibe el Premio Nacional de Literatura por todo su trabajo literario y por el impacto que

generó su libro Obra Gruesa, que publica ese mismo año. En 1991, se le otorga en México el premio Juan

Rulfo. También ese año es nombrado Doctor Honoris Causa en la Universidad de Brown, grado que le

conferirían luego también las universidades de Concepción en 1996, y del Biobío en 2000.

En 2000, recibe el Honorary Fellow de la Universidad de Oxford. El año 2001 recibe el Premio Reina

Sofía de Poesía Iberoamericana, además del Premio Bicentenario de la Corporación Cultural de Chile y

Universidad de Chile. Tras una mediática exposición en el Centro Cultural Palacio de La Moneda, donde

ahorcó a todos los ex-presidentes, que causó gran impacto, en octubre de 2006 presenta su nuevo libro

Obras completas y algo más, que llegó a ser el más vendido en la feria del libro 2006.

El Amaule, Chile, 7 de septiembre de 2009

www.elamaule.cl/admin/render/noticia/22797

NNNIIICCCAAANNNOOORRR PPPAAARRRRRRAAA CCCUUUMMMPPPLLLEEE 999555 AAAÑÑÑOOOSSS EEENNNCCCLLLAAAUUUSSSTTTRRRAAADDDOOO PPPEEERRROOO VVVIIITTTAAALLL,,, CCCRRREEEAAATTTIIIVVVOOO YYY VVVIIIGGGEEENNNTTTEEE Santiago de Chile. Enclaustrado en su casa de Las Cruces (región chilena de Valparaíso), pero envuelto por

la creatividad profana e irreverente que cruza toda su obra, Nicanor Parra cumple hoy 95 años,

convertido, según el crítico Harold Bloom, en uno de los mejores poetas de Occidente. Un calificativo que

tomará forma en marzo del próximo año, cuando el creador de la antipoesía será homenajeado en el V

Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebrará en el puerto de Valparaíso.

También, mientras conduce su viejo escarabajo Volkswagen por las calles de Las Cruces y la vecina

Isla Negra, donde afina los últimos detalles de su "Anti Museo", da los últimos retoques a dos nuevos

libros. Se trata de Cacha la hueá y El marica de Shakespeare, títulos muy en la línea de los artefactos,

verdaderos misiles poéticos que ha diseminado desde hace 40 años o más ("Si los maricones volaran/ no

se vería la luz del sol"; "Yanquis sí, Cuba también"). También contradictorios con su admiración por

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Shakespeare, aunque en rigor se declara más bien "hamletiano" y trabaja

en una traducción de esa tragedia, que seguirá a Lear, rey & mendigo, que

ha merecido el aplauso unánime de la crítica.

El hermano mayor de la folclorista Violeta Parra, que huye de las

entrevistas ("me tergiversan todo"), pero recibe a estudiantes, admiradores

y especialistas, espera además la publicación del segundo tomo de sus

Obras completas & algo más (Galaxia Gutenberg), anunciado para el primer

semestre del 2010. Para entonces también debería tomar forma el proyecto

de la editora española Carmen Balcells que, cautivada por Parra, a quien

afilió como uno de sus representados, se propuso "dar a conocer en todo el

mundo su obra, para vuestro bicentenario", comenzando por una antología

a comienzos del 2010.

Nacido el 5 se septiembre de 1914 en San Fabián de Allico y el mayor

de nueve hermanos artistas, Nicanor Parra llegó en 1932 a Santiago,

estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos e Inglaterra, adonde llegó a cursar

un doctorado en Cosmología en Oxford, donde en cambio estudió Literatura. El año 2000, la Universidad

de Oxford distinguió con el "Honorary Fellow" a este chileno, admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y

Roberto Bolaño, que en 1954 revolucionó la poesía con la publicación de Poemas y antipoemas", donde

proclamó que "durante 50 años la poesía han sido el paraíso del tonto solemne".

Preguntado tras su éxito si buscaba ser el mejor poeta de Chile, respondió que "no, me conformo con

ser el mejor poeta de Isla Negra", en alusión a Pablo Neruda que en ese entonces ya vivía en esa localidad

de la costa central de Chile. También se refirió a Neruda y a otros grandes poetas chilenos cuando

proclamó: "No a la poesía de pequeño Dios (por Vicente Huidobro). No a la poesía de toro furioso (por

Pablo de Rokha). No a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)".

En 1969 ganó el Premio Nacional de Literatura y publicó Obra gruesa", después la izquierda rompió

con él por tomar té en la Casa Blanca con la esposa del presidente estadounidense Richard Nixon, se

declaró ecologista y continuó creando. Artefactos" (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977),

Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la policía (1983), Coplas

de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985) Poemas para combatir la calvicie (1993),

son algunas de sus obras. También Páginas en blanco (2001), Lear Rey & Mendigo (2004), Obras completas

I & algo + (2006) y Discursos de sobremesa (2006).

Un largo camino poético, en el que alguna vez se declaró agotado ("Yo quería seguir poetizando,/

pero se me terminó la inspiración") o desencantado ("Ya no me queda nada por decir,/ todo lo que tenía

que decir,/ Ha sido dicho no sé cuántas veces). A 95 años de nacido, Parra trabaja y se da tiempo para

otear la tumbas de Vicente Huidobro y de Pablo Neruda, visibles desde su casa de Las Cruces, quiere

desafiar al Papa a pelear y reivindica un antiguo artefacto alusivo a Dios: "ese güeón sí que la Kgó". Acaba

también de debutar en el cine, en el recién estrenado documental Retrato de un antipoeta, de Víctor

Jiménez, que lo siguió cámara en mano durante diez años. "Antes de ver este documental yo pensaba que

era guapo", dijo tras ver el filme el poeta, alejado de la descripción de sí mismo que hizo en "Epitafio":

"De estatura mediana [...] Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas

escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una

nariz de boxeador mulato [...]. Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y

aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!".

Agencia EFE, 7 de septiembre de 2009

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DDDEEESSSCCCOOONNNOOOCCCIIIDDDOOOSSS AAAÑÑÑOOOSSS DDDEEE NNNIIICCCAAANNNOOORRR EEENNN OOOXXXFFFOOORRRDDD GGGooonnnzzzaaalllooo MMMaaaiiieeerrr

Hace seis décadas, Nicanor Parra tomó un barco a

Inglaterra. El poeta, quien está a punto de cumplir 95

años, iba a cursar un doctorado en Cosmología, pero

terminó escribiendo sus más famosos poemas. Lo

intentaron expulsar de la universidad, no se acostumbró

a la rigurosidad inglesa y conoció a una sueca con la que

terminaría casado. Ésta es la historia de un poeta que en

Oxford se transformaría en antipoeta.

El trasatlántico lo esperaba en Buenos Aires. En

septiembre de 1949, Nicanor Parra acababa de cumplir

35 años y en su maleta llevaba el único libro que había

publicado más de una década antes. Se llamaba Cancionero sin nombre. Era un conjunto de poemas

influenciado por García Lorca y que le había dado un pequeño nombre en las letras chilenas. En ese

momento, cuando ponía sus pies sobre la cubierta, era aún un escritor en ciernes. Desde hacía algunos

años trabajaba en el Departamento de Ingeniería de la Universidad de Chile y, gracias a una beca del

British Council, pretendía terminar un doctorado en Cosmología en Oxford, Inglaterra. Precisamente por

esa razón subía al barco. Pero la historia -siempre imprevisible- diría otra cosa: el que partía era un poeta

y el que regresaría, dos años después, sería el antipoeta.

La vida privada de Nicanor Parra, quien el 5 de septiembre cumplirá 95 años, siempre ha sido una

suerte de búnker difícil de indagar. El poeta, hoy afincado en Las Cruces, ha sido tan celoso de ella que

muchos de sus cercanos ni siquiera manejan los detalles. Durante esa primavera de 1949, la II Guerra

Mundial acababa de terminar y en Chile gobernaba Pedro Aguirre Cerda. Parra estaba casado con Anita

Troncoso y tenía tres hijos pequeños: Catalina, Francisca y Alberto. Los cinco vivían en una casa de la calle

Paula Jaraquemada, en La Reina, y cuando le otorgaron la beca para partir a Europa, Parra habría dejado

su familia al cuidado de Julio Ortiz de Zárate, uno de sus mejores amigos.

En un trasatlántico hay tradiciones. Una de ellas, durante los días en que Parra iba a Inglaterra, era

la fiesta que celebraba el cruce de la línea del Ecuador. En un texto publicado en 1962, Emir Rodríguez

Monegal, uno de los grandes críticos latinoamericanos, cuenta que Parra junto a John Adams, un

estudiante uruguayo que partía becado a Cambridge, preparó para esa ocasión una imposible parodia de

los famosos hermanos Marx que, más tarde, representaría frente al resto de los pasajeros. Otra anécdota

de esos días la cuentan Paz Arrese y Edel Castillo, dos periodistas que en su tesis de licenciatura -a la

fecha, el mejor texto biográfico de Parra, pero aún inédito- siguieron paso a paso la vida del poeta. Según

ellas, en el barco Parra se encontró con un enviado del British Council que no sólo le corrigió su

pronunciación del inglés sino que le aconsejó usar chaquetas tweed para estar a la moda. Un consejo que

el poeta tomó al pie de la letra. De hecho, una de las primeras cosas que habría hecho al llegar a la ciudad

universitaria fue ir a una tienda y buscar esas famosas chaquetas.

Paradójicamente, la estadía de Parra en Oxford resultaría fundamental no para sus estudios

universitarios, sino para su poesía. Sin ir más lejos, casi dos tercios de los Poemas y antipoemas, el libro

inaugural de su antipoesía, habrían sido escritos en Inglaterra. Allá leería a Shakespeare, Pound, Eliot y

Auden, figuras claves no sólo para entender la obra del chileno, sino que buena parte de la poesía del siglo

XX. El viaje a Oxford, sin quererlo, se transformaría en más que un viaje de estudios. Pero para que eso

sucediera, tuvo que entrar en escena Edward Arthur Milne.

Milne era un astrofísico y matemático inglés que, durante décadas, enseñó en Oxford. Era un

hombre delgado, algo calvo y que paseaba por la universidad con anteojos redondos. Estudiaba la

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expansión del universo e intentaba proponer una solución paralela a la de Einstein para la teoría de la

relatividad. En la ficha que llenó Nicanor Parra para postular a la universidad, ya señalaba que Milne sería

el tutor de su tesis, que se titularía "Some unsolved problems on Kinetic Relativity" ("Algunos problemas

no resueltos en la relatividad kinética").

El chileno no era un novato en las aulas universitarias. Ya había estudiado Física y Matemáticas en el

antiguo Pedagógico y en 1943 viajó por un año a Brown University, en Rhode Island, Estados Unidos, para

continuar con un postgrado en Mecánica Avanzada. En Oxford, para resumir su expediente académico,

debía terminar la tesis que lo convertiría en doctor.

El 17 de octubre de 1949, el poeta se matriculó oficialmente en Saint Catherine's College. En la ficha

de inscripción aparece como estudiante de Modern Mechanics (mecánica moderna), aunque su

especialidad sería la Cosmología. Ubicado en Manor Road, y casi en las afueras de la ciudad, Saint

Catherine's -conocido como St. Catz o sencillamente Catz- era uno de los colleges más nuevos y, de paso,

uno de los formalmente más relajados.

Una vez instalado en Oxford, Parra viviría en dos casas. Pero fue en la primera, ubicada en

Pembroke Street, una pequeña calle cerca del famoso Christ Church -lugar donde filmaron los interiores

de gran parte de las películas de Harry Potter-, en la que estuvo más tiempo. Allí arrendaría una pieza con

vista a un pequeño cementerio y escribiría poemas como "Soliloquio del individuo". Por las mañanas

tomaría una bicicleta y pedalearía por la ciudad.

"No es un estudiante serio"

Según cuenta Héctor Fuenzalida -especialista en la obra de Parra- en el Boletín de la Universidad de Chile,

núms. 102 y 103, publicado en 1970, el poeta chileno tuvo una variada fauna de compañeros de curso: "Un

príncipe hindú, un matemático árabe riquísimo", además de "un japonés, físico y ajedrecista". En todo

caso, según revela el mismo poeta en una entrevista con el académico Manuel Jofré, a poco de llegar a

Oxford las clases estuvieron lejos de ser su principal preocupación: "Percibía por un lado a Shakespeare y

por otro a Newton, y una de las primeras cosas que se me ocurrió fue memorizar el monólogo de Hamlet, y

aplanaba las calles de Oxford, repitiendo hasta el infinito to be or not to be, that is the question”.

Así, atrapado por la poesía, Nicanor Parra comenzaría a girar desde la órbita de Newton a la de

Shakespeare en una traslación que, en un comienzo, no agradaría a sus anfitriones.

Los años de Parra en Oxford, además, estuvieron bañados de un aire melancólico. Según Arrese y

Castillo, echaba de menos y no lograba acostumbrarse al frío protocolo inglés. Solía escribir cartas a sus

amigos y, en ese contexto, los poemas se transformaron en su principal aliado. Tanto, que comenzó a faltar

a clases y pasó de ser un mero alumno a transformarse en "el caso Parra".

Hasta hoy, en los archivos de St. Catherine's College se conservan las cartas y documentos sobre la

suerte que corrió el antipoeta. El profesor Milne informó al censor de la universidad que el chileno

lentamente había dejado de asistir a clases y que mostraba poco interés por continuar sus estudios. En un

comienzo, las autoridades de la universidad optaron por advertirle que si no lo tomaba con seriedad se

verían obligados a cancelarle la beca. Así fue como Milne citó a Parra a su oficina y le explicó la situación.

La creatividad del autor de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, como es de suponer, no es nueva.

A esa reunión, según consta en un documento de la universidad, llegó con una antología en donde estaban

incluidos algunos versos suyos y se los mostró a su tutor. Parra le habría dicho que no estaba perdiendo el

tiempo, que había descubierto la tradición inglesa y pretendía escribir el libro de poemas que planeaba

hace largos años. Para eso, claro, necesitaba no terminar el doctorado. Milne, siguiendo el riguroso

pragmatismo inglés, informó de eso al censor: "Él no es un estudiante serio de matemáticas. Ha estado

asistiendo a mis clases y seminarios, pero pareciera no tomar notas. A mediados del semestre me dijo que

estaba usando el tiempo para escribir poesía porque Oxford lo inspira [...], él no está tomando parte en las

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discusiones de mis seminarios y no creo que pretenda terminar la tesis [...]. Sugiero que él haga lo

pertinente para aprovechar las oportunidades de Oxford, y que no sea presionado para seguir los cursos".

A los pocos días, a la oficina del generoso profesor de astrofísica, llegó la respuesta del censor. Parra

había ganado. Le extenderían la beca por otro año y podría escribir sus versos tranquilamente.

Oxford en el tiempo

Marcelo Porta es, seguramente, uno de los que más saben sobre los años que Parra gastó en Inglaterra. En

1999 comenzó a filmar un documental sobre esa época -que pretende estrenar en 2010- y, para eso, ha

viajado dos veces a Oxford. Según él, esos años de formación son esenciales para entender su poesía. Pero

también fueron temporadas duras. Una vez, cuenta, Parra fue invitado a comer a la casa del decano de la

facultad y sencillamente no apareció. No dio excusas ni nada y, según el protocolo británico, eso le bastó

para ganarse la condena dentro de la universidad. Otra vez también fue invitado a comer y en vez de llegar

solo, lo hizo acompañado: nuevamente un punto en contra. Porta, gracias a conversaciones con el poeta,

supo que Parra además era un buen roommate. En la casa donde alojaba, la puerta se cerraba

indeclinablemente a las diez de la noche, pero él dejaba entrar a sus compañeros por la ventana.

Durante el viaje que realizó en 1999, Porta se entrevistó con Robert Pring-Mill, una de las

eminencias en literatura latinoamericana en Oxford. En esa cita, le mostró un video de Parra recitando a

Shakespeare y Pring-Mill, según ha confesado el propio Parra, se animó a postularlo como Honorary

Fellow de St. Catherine's. Un grado honorífico que le concedieron en 2000 y que hoy también comparten

Noam Chomsky y Benazir Bhutto.

Parra finalmente terminó el libro de poemas que preparaba en Oxford. Lo tituló Poemas y

antipoemas. Exactamente 60 años después, en el actual máster en Literatura Hispanoamericana que se

imparte en Oxford, hay un curso llamado “Latin American Avant-garde Poetry: Theory and Practice”,

donde el chileno es parte fundamental del plan de estudios.

El crítico Rodríguez Monegal cuenta que Poemas y antipoemas durante mucho tiempo tuvo el título

provisorio de Oxford 1950, un nombre que no sólo da cuenta de la importancia de la ciudad, sino de la

fecha en la que fueron compuestos gran parte de estos textos. La razón de bautizarlos como antipoemas la

dio el mismo Parra en una conferencia, realizada en 1982, en el Liceo de Niñas de Temuco. Su intervención

fue grabada por una profesora y, años después, reproducida por el académico de la Universidad Austral

Iván Carrasco. Allí, Parra revela: “Yo estaba en ese tiempo en la Universidad de Oxford [...] escribiendo,

puliendo libros [...]. Un día pasé frente a una librería y me llamó mucho la atención un libro que se exponía

en ese tiempo, que estaba en la vitrina. El libro se llamaba Apoemas, de un poeta francés, creo que Henri

Michette”. La idea le siguió rondando en la cabeza. Una vez de regreso en Chile, sus poemas fueron

rebautizados. Ahora eran antipoemas.

Inga, la sueca

Héctor Fuenzalida escribe que a poco de llegar a Oxford, Parra "queda vulcanizado por el encanto de dos

suecas de celestial pureza y ardor". A una de ellas, hoy nadie la recuerda. La otra se llamaba Inga Palmen.

Era rubia, delgada, 14 años menor que el chileno y estaba de vacaciones en la ciudad. El amor fue

fulminante. El poeta, como cuenta él mismo en Conversaciones con Nicanor Parra, de Leonidas Morales, se

terminaría casando con ella en Londres y, más tarde, la traería con él a Santiago.

En el mismo libro, Parra explica que ya se había separado de Anita Troncoso, pero esa relación

formalmente no terminaría hasta que el poeta volvió a Chile. Arrese y Castillo, sin embargo, escriben que

la mujer chilena de Parra no se enteraría de la relación con la sueca hasta que, en 1951, su marido

regresara a Chile de la mano de Inga. La incómoda situación se resolvería con la nulidad del primer

matrimonio y la celebración de uno nuevo.

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Parra regresó en junio de 1951, en pleno verano del hemisferio norte. Sin su doctorado, con una nueva

mujer y con un conjunto de poemas que lo lanzarían al Olimpo de los poetas. Mac-Iver 22, a un costado de

la Biblioteca Nacional, sería la dirección del departamento que durante años compartiría con Inga, una

mujer silenciosa y ordenada que siempre encantó a los amigos del poeta.

La aventura de Oxford, eso sí, no concluiría tan fácilmente. Parra volvió a Chile en silencio. De hecho,

tuvo una suerte de afasia que le impidió hablar. Por lo mismo, cuando regresó como subdirector de la

Facultad de Ingeniería se tuvo que limitar a tareas silenciosas mientras su voz volvía de a poco.

Al parecer, en Oxford y con los Poemas y antipoemas, Parra dijo buena parte de lo que tenía que decir.

Qué Pasa. Debate, Chile, 5 de agosto de 2009, www.quepasa.cl/articulo/6_425_9.html

VVVÍÍÍCCCTTTOOORRR JJJIIIMMMÉÉÉNNNEEEZZZ::: “AAAUUUNNNQQQUUUEEE AAA LLLAAA GGGEEENNNTTTEEE NNNOOO LLLEEE GGGUUUSSSTTTEEE,,, LLLAAA PPPEEELLLÍÍÍCCCUUULLLAAA EEESSS UUUNNN HHHOOOMMMEEENNNAAAJJJEEE AAA NNNIIICCCAAANNNOOORRR””” ÁÁÁnnngggeeelllaaa TTTaaapppiiiaaa FFF...

El director que ha logrado mostrar al mayor de los Parra de manera más

íntima al público, no tiene problemas en declarar que lo admira

profundamente. Eso sí, tampoco niega que hubo roces a lo largo de los ¡once!

años de filmación de su película y que, incluso, se dejó de hablar con la hija del

antipoeta tras el estreno.

A Víctor Jiménez Atkin le caía mal Nicanor Parra, y cómo juzgarlo, si dicen

que el poeta cuando quiere ser insoportable sabe hacerlo como el mejor. A

pesar de eso, se mantuvo una década filmándolo, y hoy hasta se emociona un

poco cuando dice que realmente lo adora.

Acaba de estrenar Retrato de un antipoeta, una película que en 71

minutos entrega escenas de un Nicanor más íntimo, rodeado de sus más

cercanos, como su hija Colombina y su nieto Cristóbal (Tololo), y que además,

revisa la influencia internacional que el mayor de los Parra tuvo en

movimientos literarios de Inglaterra y Estados Unidos.

“Yo no tenía idea de que Parra era tan importante. Provengo de familia de marinos, que son gente

menos intelectual, más esparta. Así que cuando lo conocí, lo que me gustó de él fue la imagen y por eso

partí”, dice Jiménez, quien además es el director de la Escuela de Cine del Inacap.

La relación entre él y el antipoeta, si bien tuvo su origen en 1997 -cuando Jiménez realizó unas

proyecciones en una exposición que presentaba obras de Roberto Matta con textos de Parra- comenzó

más directamente y con la cámara en mano, gracias a que la familia de Quena Navarro, la esposa del

director y productora de su película, era la propietaria de la casa de Las Cruces donde hoy reside el

creador de “El hombre invisible”.

El asunto fue de más a menos. En un comienzo Don Nicanor se dejó filmar por el joven Víctor, pero a

medida que pasaban los años, el poeta comenzó a hacerse más reticente a la cámara. De hecho, la escena

con la que comienza el film, corresponde a la última realizada al poeta, en el año 2004, con Jiménez

escondiéndose tras una puerta y Parra enojado diciéndole “cogotero” cuando, molesto, lo pilla espiándolo.

“Cuando él estaba enojado, yo agarraba mis cosas, ‘hasta luego don Nicanor, permiso, mucho gusto’, y me

iba”.

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¿Cómo se enojaba él?

“Se mandaba a cambiar. Por ejemplo, como esa vez, la de la última

filmación cuando me dice ‘cogotero’, así se enoja. Se empelotaba, decía

cuestiones y se iba a su pieza, arriba, y desaparecía, no decía nada. No era

que me echaba de la casa ni nada. Él se iba y de repente bajaba, enojado,

con la cara seria; nos veía y hacía unas cosas, unos gestos de ‘quédate ahí

no más’. Obviamente, uno se daba cuenta que hasta ahí no más llegábamos

y que nos teníamos que ir”.

¿Cuál era su rollo con la cámara?

“Lo que pasa es que él no quiere dejar registro. Es como con Shakesperare;

de él no hay nada; ninguna imagen. De hecho no se sabe quién es y eso a él

le alucina muchísimo. Así que esto iba en contra de no dejar rastro y ahí

había un conflicto. Hasta hoy él dice que el personaje tiene que

desaparecer, que la obra debe hablar por él, no él hablar de la obra”.

¿Cómo lo convenciste entonces de aparecer, de dejarse filmar?

“No lo convencí. Lo que hice fue -usando una palabra que dijo un crítico y

que me gustó muchísimo- fue filmarlo de manera ‘cazurra’. Significa hacer

las cosas de manera maliciosa, pero reservadamente, no violentamente. Yo siempre me mantuve en un

segundo o tercer plano; preparaba los equipos de rodaje, conversaba con las personas que me iban a

acompañar y que irían al encuentro de Nicanor. Pero yo siempre me quedaba en la terraza o en la cocina,

mirando lo que estaba pasando.

“Inicialmente llegábamos a su casa, cara de palo. Yo era más joven y más informal. Nunca fui a

saludarlo en buena onda, siempre fui a trabajar, y era un trabajo doloroso, porque siempre era

complicado, siempre. Cuando iba, tenía que arrendar cámaras y comprar películas, llevaba gente y había

que tenerle catering y a veces llegábamos y no nos recibía, no nos habría la puerta. Ahí operaba la

paciencia. Nos quedábamos en el lugar donde estábamos alojados, haciendo tomas del exterior, hasta que

un día, de repente, aparecía él solo y se dejaba filmar”.

En una escena, Nicanor habla del Principio de la Incertidumbre, que “el observador afecta al

observado”. ¿Lograste superarlo?

“Después de esa vez, en una conversación me dijo que cómo era posible que con la tecnología que hay hoy

en día, no fuéramos capaces de filmarlo sin que se diera cuenta. Yo me quedé callado, no le dije nada, pero

entendí que me estaba invitando a que usara otra metodología, en función de que la película quedara más

espontánea, en función del Principio. Lo que tenía que hacer era arreglármelas para que él se manifestara

al cien por ciento como es, y la coronación de eso fue una entrevista que le hice en La Reina, donde habla

de las mujeres y se ve todo manchado y con ruido”.

¿Por qué te tomó 11 años filmarlo?

“Fueron 11 años porque yo no lograba entender por qué estaba haciendo una película. Comencé porque

me pareció una buena idea, pero luego ya no sabía porqué seguía ahí. Pero visceralmente, por imagen, por

una cuestión más erótica que mental, me gustaba hacerlo. De hecho, al comienzo me caía mal Parra, pero,

por otro lado, yo sabía que eso daba lo mismo, porque el personaje era tan importante que mi opinión y

mis pasiones importaban un rábano”.

No deja de influir un poco que te caiga mal el personaje principal de tu trabajo.

“Obviamente. Así no podía editar la película. Tenía que llegar un momento en que entrara en armonía con

lo que estaba haciendo y eso pasó recién hace dos años, cuando conocí a la jefa del Departamento de

Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Bristol, que era una fanática de Parra y me habló de la

proyección internacional que tiene la antipoesía y el rol clave que él asume en la evolución del lenguaje.

No me cabe duda que la película, fuera de Chile, va a tener un impacto súper importante”.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/9

Con 11 años de cinta, debe haber algo que te dolió no incluir.

“Claro, hay cosas políticas que tuve que sacar, otras que tuve que censurar. Todos los temas políticos en

los cuales Nicanor aparecía diciendo cosas en contra de alguien o que se prestara para que un tercero lo

enjuiciara, los saqué. Yo lo admiro y, aunque a la gente no le guste, la película es un homenaje a Nicanor”.

¿Qué tipo de censura hubo?

“Tuve problemas que son los normales en una negociación sumamente delicada con Nicanor, a través de

un abogado, a tres semanas del estreno. La película duraba 72 minutos y medio y ahora dura 71. Hay un

minuto y medio que eran como las puntitas del filete que tuve que sacar. Ahí me dolió, pero sino, corría el

riesgo de pelearme con él, con la Colombina y tener problemas con mis auspiciadores. Yo estaba en

Argentina, haciendo las copias y ellos me llamaban diciendo que si no llegaba a acuerdo se bajaban, y yo

que llevaba 11 años trabajando en eso... Yo quería sacar 45 segundos, pero al final, el abogado que trabajó

conmigo me hizo entrar en razón y la Quena Navarro me convenció. Tuvimos que meterle tijera al

positivo”.

¿Tienes la intención de que las imágenes sean públicas en algún minuto?

“Existe la posibilidad, no sé. Hay partes que son muy interesantes. Una en especial, que me dio mucha

pena, pero la tuve que sacar porque era muy complicado ponerla, a pesar de que, un poco, por esa parte en

especial logré algunos auspiciadores. Así que al sacarla se desfinanció un poquito”.

¿Son acerca de su experiencia para el ’73?

“Por ahí andaba la cosa, por esa zona”.

¿Cómo pasas de que no te caiga bien a decir que lo admiras y que no quieres dejarlo mal?

“Es súper simple, por el tiempo y porque lo empecé a conocer de verdad. Quiero ser franco, no me

considero un experto en Parra, pero tuve muchas conversaciones con César Cuadra (autor de Nicanor

Parra, en serio & en broma), leí varias cosas de Nicanor, y después de todo el proceso de investigación,

entendí el universo parriano y lo empecé a querer”.

¿Ahora son amigos íntimos?

“He tenido breves conversaciones con él, ahora que ya no lo estoy filmando ni nada. Yo lo adoro, me

produce una sensación de amor profundo, heavy. Todas las conversaciones que tuve para arreglar el

conflicto nunca fueron con él, sino que con abogados y él nunca me dijo nada. Tuve más problemas con la

Colombina. Nosotros éramos bien amigos y estamos peleados ahora, un poquito. Ella siempre apoyó la

película y cuando ya estaba hecha y lista para salir, empezó lo de que corta tal parte, que la película no

sale. Y esto no me lo decía Nicanor, me lo decía ella, pero yo sabía que hablaba por él. Así que con la

Colomba no he hablado más desde hace un buen rato”.

¿Aunque hayas terminado cortando lo que te pidieron?

“Pero es que ellos querían más. Ahora, tampoco es para tanto, no pasa nada grave en la película”.

El siguiente paso en cine de Jiménez será cargado de las leyes de la física cuántica. El recién fallecido y

famoso escritor Sergio Meier (autor de El color de la amatista y de La Segunda Enciclopedia de Tlön), fue el

encargado de darle “el perfil de ciencia ficción dura”.

Víctor se entusiasma hablando de realidades paralelas y de la paradoja de Schrödinger, cuya idea

del experimento con el gato y el gas venenoso en una caja -y cuyas potenciales realidades: el animal está

vivo o está muerto- será incluido en el film.

Para finalizar, ¿cuál es tu vicio privado?

“Es que soy muy vicioso, yo tengo todos los vicios del mundo, todos. (Lo piensa un largo rato, se ríe a

veces). Un vicio, pero bien raro, es me gusta estornudar, así que provoco una situación para hacerlo”.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/10

¿Con el sol?

“No, me meto palitos en la nariz y

puedo quedarme estornudando

veinte veces. La sensación me

alucina (ríe)”.

¿Es broma?

“¡No, te lo juro! No hay nada que me

guste más que estornudar, así,

heavy. Es como expulsar, porque

todo el cuerpo hace como paaaaaa.

Es un toque no más y tiene que ser

un palito metálico y largo. Estornudo

y estornudo hasta que ya estoy listo.

Quizás es muy freak eso (ríe)”.

www.puntomujer.emol.com, 9 de septiembre de 2009

EEELLL IIINNNCCCOOOMMMPPPAAARRRAAABBBLLLEEE NNNIIICCCAAANNNOOORRR PPPAAARRRRRRAAA SSSIIIGGGUUUEEE VVVIIIVVVOOO,,, YYY SSSUUUEEELLLTTTOOO MMMaaarrriiiaaannnaaa RRRuuuiiizzz RRRooommmeeerrrooo http://www.laprensa.com.bo/fondonegro/27-09-09/edicion.php

Un encomio del genial y desconcertante vate chileno que hace poco cumplió 95 años en plena y lúcida

creatividad.

El creador de la antipoesía

Tiene 95 años y la intención de resucitar, aunque sea en forma de rana. El creador de anti-poesía con aires

de anarquismo, Nicanor Parra, sigue vivo y suelto, como Parrita, el perro de la casa.

Matemático, nacido en Chillán en 1914, con estudios en Estados Unidos e Inglaterra, autor de piezas tan

fundamentales como Poemas y antipoemas (1954), Artefactos (1972), Hojas de Parra (1985) y Poemas

para combatir la calvicie (1996), este antipoeta chileno vive desde hace años en Las Cruces, en la costa

chilena del Pacífico.

Creador de versos tan desconcertantes como El hombre imaginario, sus escritos poseen la cualidad,

la maravilla, de parecer nuevos cada vez que se los lee. Opuesta a la poesía de Neruda, basada en el habla

popular, la bufonada, la risa entremezclada con las lágrimas, su “antipoesía”

—que descree profundamente de la pompa y el artificio asociados a este arte— abunda en recursos

cotidianos (sillas, mesas, ataúdes), y al decir de Hernán Miranda Casanova, “ha ejercido un efecto

germinador en distintos países del ámbito iberoamericano”, lo que hace de él la figura más importante en

la historia de la poesía hispanoamericana contemporánea.

Quizá porque la tierra costera de la que proviene es fecunda en poetas de la talla de Vicente

Huidobro, el mismo Pablo Neruda, o Gabriela Mistral, lo que acabamos de decir que no parezca una

enormidad. Sin embargo, hay que leerlo, porque Parra es capaz de componer un rap de la Sagrada Familia,

once años después de celebrar su cumpleaños número 80 sentado sobre un ataúd.

Es capaz de pintar con graffiti las paredes de su casa con la misma agilidad con la que crea objetos

de arte a cada instante, como esa hilera de máquinas antiguas de escribir, con el rotulito que dice

“Máquina del tiempo”. Es un ser que manifiesta una imaginación desbordante, innovadora, necesaria.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/11

Probablemente porque el ocaso de la poesía nos viene rondando, es bueno saber dónde encontrar,

alguna vez, un verso fresco. Más aún cuando sus Obras Completas se publicaron por fin en España, por la

editorial Galaxia Gutemberg. Esto tiene que decir Ignacio Echevarría al respecto:

“El deslumbramiento (…) me lo produjo conocerlo personalmente. Fue durante una comida entre

amigos. Nos llevaron a visitarlo a Las Cruces, Marcial Cortés-Monroy y Alexandra Edwards. Íbamos en

compañía de Roberto Bolaño y su mujer. Durante la sobremesa, Nicanor se puso a recitar de memoria sus

propios poemas. Recitó luego toda una antología viva de poetas, en castellano y en inglés”.

“Aquello duró varias horas, que transcurrieron sin darnos cuenta, entre asombros y risas. Fue un día

inolvidable, en el que se sembraron la admiración y la determinación que, venciendo escepticismos y

problemas de toda índole, hicieron posible lo que parecía inalcanzable: que dispongamos por fin de las

obras completas de uno de los más grandes poetas de la lengua”.

* Escritora tarijeña

EELL HHOOMMBBRREE IIMMAAGGIINNAARRIIOO

EL HOMBRE IMAGINARIO vive en una mansión imaginaria

rodeada de árboles imaginarios

a la orilla de un río imaginario

De los muros que son /

imaginarios

penden antiguos cuadros /

imaginarios

irreparables grietas imaginarias

que representan hechos /

imaginarios

ocurridos en mundos /

imaginarios

en lugares y tiempos /

imaginarios

Todas las tardes imaginarias

sube las escaleras imaginarias

y se asoma al balcón imaginario

a mirar el paisaje imaginario

que consiste en un valle /

imaginario

circundado de cerros /

imaginarios

Sombras imaginarias

vienen por el camino imaginario

entonando canciones /

imaginarias

a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria

sueña con la mujer imaginaria

que le brindó su amor /

imaginario

vuelve a sentir ese mismo dolor

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/12

ese mismo placer imaginario

y vuelve a palpitar

el corazón del hombre /

imaginario

PELÍCULA: http://www.inacap.cl/tportalvp/?t=143&i=2&cc=10093&tm=2

ttteeessstttiiimmmooonnniiiooosss

TTRREESS AARRTTEEFFAACCTTOOSS

zzzooonnnaaasss

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EEELLL VVVEEENNNEEEZZZOOOLLLAAANNNOOO RRRAAAFFFAAAEEELLL CCCAAADDDEEENNNAAASSS OOOBBBTTTIIIEEENNNEEE EEELLL PPPRRREEEMMMIIIOOO FFFIIILLL DDDEEE LLLIIITTTEEERRRAAATTTUUURRRAAA 222000000999

El venezolano recibirá el galardón por una obra

que no ha dudado en romper “las formas, los

géneros y los discursos” de la poesía moderna.

El poeta venezolano Rafael Cadenas

(Barquisimeto, 1930) es el ganador del Premio FIL

de Literatura y Lenguas Romances 2009, en

reconocimiento a una vida dedicada a la literatura,

según fue anunciado el mediodía de este lunes 31

de agosto en Guadalajara, Jalisco (México). El autor

de Derrota recibirá el galardón el próximo 28 de

noviembre en el marco de la jornada inaugural de

la XXIII Feria Internacional del Libro de

Guadalajara (FIL).

El jurado estuvo compuesto por María Luisa

Blanco (España); Ana María González Luna

(México); Gustavo Guerrero (Venezuela); Darío

Jaramillo (Colombia); Lucía Melgar Palacios

(México); Vicente Quirarte (México) y Raymond L.

Williams (EU), quienes otorgaron el premio a

Cadenas en virtud de “un exigente ejercicio crítico

en busca de la expresión más auténtica, despojada

y límpida, lejos de cualquier retórica o de

cualquier afán estilístico o estético”.

“Lúcido y vigilante, Cadenas no ha dudado en ir

rompiendo con las formas, los géneros y los

discursos más frecuentes dentro de la poesía

moderna”, continúa el acta, que fue leída por

Gustavo Guerrero, y en la que además se señala

que el escritor “encarna hoy para los más jóvenes

el horizonte de una palabra que se aleja del lirismo

tradicional y trae consigo el imperativo de darle

voz a aquello que, de otro modo, ya no encuentra

espacios para decirse en nuestra época”.

“Tengo muchas cosas que agradecerle a

México. Por supuesto estoy muy contento”, dijo

Cadenas cuando le fue comunicada la decisión por

vía telefónica. “Lo que brota ahora en mí es la

palabra gracias”. El autor habló sobre su relación

con México y sus autores con los medios de

comunicación que asistieron a la rueda de prensa

en la que se anunció el fallo, y recordó que su Obra

entera fue publicada en la nación azteca por el

Fondo de Cultura Económica (FCE).

El autor agregó que, a sus 79 años, aún le

“asombra todo: desde una mata hasta una estrella.

Yo no tengo límites en cuanto al asombro”. A la

pregunta de un reportero acerca de la situación

política en Venezuela, el llamado “poeta del

silencio” dijo que se trata de “un país dividido. Hay

intelectuales que apoyan el régimen y otros que

están en desacuerdo con lo que se está haciendo.

Entre ellos estoy yo. [...] Puedo decir lo que

siempre les digo a los amigos hispanoamericanos

con quienes tengo la oportunidad de conversar:

[...] cuiden su democracia, aunque sea deficiente,

aunque no sea cabal, para evitar que pueda ser

destruida por algún caudillo”.

Durante el anuncio estuvieron presentes

Consuelo Sáizar, presidenta del Conaculta y

presidenta honoraria del Premio FIL de Literatura

en Lenguas Romances; Alejandro Cravioto,

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/14

secretario de Cultura de Jalisco, en representación

del gobernador de Jalisco, Emilio González

Márquez; Marco Antonio Cortés Guardado, rector

general de la Universidad de Guadalajara; Raúl

Padilla López, presidente ejecutivo del Premio FIL

y presidente de la Feria de Guadalajara; Joaquín

Diez-Canedo, director del FCE y representante del

Fideicomiso del Premio FIL; Gustavo Guerrero,

representante del jurado; Nubia Macías, directora

general de la FIL, y Dulce María Zúñiga, directora

ejecutiva del Premio FIL.

Perteneciente a la generación venezolana de

1960, Cadenas formó parte del grupo Tabla

Redonda, junto con Arnaldo Acosta Bello, Jesús

Guédez, Ángel Eduardo Acevedo, Darlo Lancini,

José Barroeta y Jesús Sanoja Hernández. En 1952

fue desterrado a la isla de Trinidad por su

militancia comunista y en 1958, a la caída del

régimen de Pérez Jiménez, regresó a Caracas,

donde reside actualmente.

Entre sus obras se encuentran Cantos

iniciales (1946), Una isla (1958), Los Cuadernos del

destierro (1960), Derrota (1963), Falsas maniobras

(1960), Anotaciones (1973), Intemperie (1977),

Memorial (1977), Amante (1983), Dichos (1992) y

Gestiones (1992). El Fondo de Cultura Económica

publicó en el 2000 su Obra entera.

Traductor de poesía inglesa, Cadenas fue

además profesor universitario y cuenta con una

amplia obra de ensayo considerada una referencia

indispensable del pensamiento literario

contemporáneo en español; destacan en ella sus

libros En torno al lenguaje y los Apuntes sobre San

Juan de la Cruz y la mística. Ha recibido el Premio

Nacional de Literatura en Venezuela, el Premio

Internacional de Poesía Pérez Bonalde, la Beca

Guggenheim y doctorados honoris causa de las

universidades Central de Venezuela y Los Andes.

Ha sido calificado por el crítico Juan Gustavo

Cobo Borda como un “renovador secreto del

lenguaje”, un poeta que abreva en el aforismo, el

silencio y la inmediatez de la vida. El propio

Cadenas se ha definido como alguien que “escribe

desde la normalidad con sentido de asombro”.

La Asociación Civil del Premio de Literatura

Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo ha

reconocido desde 1991 a importantes

representantes de la literatura hispanoamericana,

y hoy el Premio FIL de Literatura en Lenguas

Romances —dotado con 150 mil dólares— se ha

consolidado como un galardón de gran

reconocimiento a nivel internacional.

Este premio ha sido otorgado, bajo el nombre

de Juan Rulfo, a los escritores Nicanor Parra

(1991), Juan José Arreola (1992), Eliseo Diego

(1993), Julio Ramón Ribeyro (1994), Nélida Piñón

(1995), Augusto Monterroso (1996), Juan Marsé

(1997), Olga Orozco (1998), Sergio Pitol (1999),

Juan Gelman (2000), Juan García Ponce (2001),

Cintio Vitier (2002), Rubem Fonseca (2003), Juan

Goytisolo (2004) y Tomás Segovia (2005). Carlos

Monsiváis (2006) y Fernando del Paso (2007) lo

recibieron como Premio FIL de Literatura. António

Lobo Antunes fue el primero en recibirlo como

Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en

2008.

Letralia, 7 de septiembre de 23009

RRRAAAFFFAAAEEELLL CCCAAADDDEEENNNAAASSS FFFaaabbbiiieeennnnnneee BBBrrraaaddduuu

Leído por un reducido grupo de fieles, Cadenas es el

autor de una obra ensayística y poética que se

revela como una de las más notables del escenario

hispanoamericano de hoy. Bradu comparte aquí el

regalo que significa su lectura.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/15

Para quienes sólo la

conocíamos en y por

partes, la Obra entera de

Rafael Cadenas (traída a

México por el Fondo de

Cultura Económica, en

especial por Adolfo

Castañón) es un verdadero

regalo. No se me escapa la

singularidad de la suma

que se cifra en el adjetivo "entera": antes que unas

obras "completas" que por lo demás nunca

deberían llegar a serlo, el título convoca la

condición del animal que no ha sido castrado. Así,

una "obra entera" es una obra intacta, libre, viva.

"Sólo he conocido la libertad por instantes, cuando

me volvía de repente cuerpo", asegura el

venezolano.

Del hombre, Rafael Cadenas, sé poco,

prácticamente nada. Pese a los premios y la

consecuente publicidad, su nombre recorre

América Latina como la contraseña de una

estrecha cofradía. Una leyenda lo envuelve a modo

de sombra, poniendo a veces en tela de juicio hasta

su misma existencia. No obstante, al leerlo, la

sombra se abre y un verdadero acercamiento se

produce, no sé si con la persona, pero sin duda con

una voz, con la "voz incesable" de Rafael Cadenas.

Ahora que escribo estas líneas, desconozco los

rasgos de su rostro, el timbre de su voz, si es alto o

bajo, flaco o gordo, pero lo puedo imaginar en una

forma no figurativa como el pintor crea un paisaje

a partir de puros colores. La voz incesable de

Rafael Cadenas no es exactamente un canto; su

poesía no aspira a la espectacularidad de los

sonidos, sino más bien a una actitud, una manera

de ver y de estar en el mundo. Quizá la fisonomía

que descubre la voz sea la del alma.

De la Obra entera me deslumbró la lectura de

los "Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la

mística". Sentí que por excepción leía unas

reflexiones sobre la mística que eran, a un tiempo,

agudas, pertinentes y accesibles. La pertinencia se

agiganta bajo el lente egoísta de mis intereses: allí

Rafael Cadenas hila sus comentarios a partir de las

mismas preguntas que nunca pude contestarme a

través de otras lecturas, quizá por la simple razón

de que nunca supe formularlas como él lo hace. Al

frecuentar a los místicos, uno puede sentirse

sobrecogido y admirado, pero también,

inevitablemente, ajeno, quiero decir, distante,

abrumado o embrutecido, y sin duda poco dotado

para la gracia y la inteligencia. En cambio, si bien

Rafael Cadenas atestigua un íntimo conocimiento

de los asuntos místicos, permanece a nuestro lado,

hablándonos al oído de los caminos que podrían

conducir a la iluminación. Rafael Cadenas se sitúa

a sí mismo fuera de "la ínfima minoría de los

liberados", escribe desde "la normalidad con

sentido del asombro", pero su autoexclusión del

exiguo círculo mágico hace ingresar al otro que

está en todas partes, en todas las cosas, y donde

estamos todos, brillantes y miserables: "Solemos

hablar del misterio del universo sin incluirnos,

como cosa ajena, como si no formáramos parte de

él, como si no le perteneciéramos." Gracias a este

"situacionismo" sostenido en prosa y poesía,

percibimos a Rafael Cadenas tan accesible, como si

nos mostrara nuestra común derrota y nuestros

torpes aleteos, pese a que compartamos el anhelo

del vuelo y unas escasas intuiciones del

"sentimiento del misterio".

Me sorprenden los ensayistas que discurren

sobre la mística. A veces, hasta me dan envidia.

Parecen estar seguros de lo que afirman, siempre

más seguros que uno. ¿De dónde sacan su

seguridad? ¿Han conocido la iluminación? ¿Por

qué no intentan narrarla como experiencia propia?

Rafael Cadenas escribe sobre lo místico como

muchos de nosotros pensamos que lo haríamos si

tuviéramos su talento: titubeando o, mejor dicho,

tropezando con los escollos de lo numinoso,

siguiendo el "lento hacerse de Rilke, paso a paso,

desde la escasez". "For us, there is only the trying",

dice Eliot recordado por Cadenas.

La conclusión de los "Apuntes...": "Decidí no

escribir sobre San Juan. Espero que él y mi amigo

me perdonen, que para eso son los santos y los

amigos (aunque detesto el amiguismo). Yo

también trataré de perdonarme por lo que he

hecho", es una perfecta y graciosa expresión de la

paradoja sobre la que descansa el ensayo. La

renuncia llega después de más de treinta páginas

que concentran lo esencial, en un tono

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/16

aparentemente llano, errabundo, casi diría:

improvisado. "Apuntes..." es un ensayo que no se

limita a ser una parodia de las paradojas entre las

que se mueven los místicos, o una exposición por

la vía de la negatividad tan necesaria a la

expresión mística, sino una prueba por la escritura

misma de una honda comprensión de lo que es y

no es la mística. Además, la prueba se enuncia por

omisión: "no escribiré sobre San Juan..." y quizá

sea la más acertada y elocuente para hablar de lo

místico. Por supuesto, la prueba es sutil y casi

inadvertida para quienes leen con premura.

La primera paradoja se tensa entre la

afirmación de Cadenas de ser un lector, un no-

escritor, y la existencia misma de su ensayo que

puede calificarse como una pieza maestra de

escritura. El no-escritor "espera seguramente lo

que los libros no pueden dar: una revelación que lo

mude, que lo ponga en el camino del mayor

descubrimiento", afirma Cadenas incluyéndose en

esta legión esperanzada, pero creando para sus

lectores la misma expectativa que advierte como

un riesgo para sí. Con los "Apuntes..." y con la

poesía, nos sentimos inmersos en la inminencia,

como realizando sin saberlo un ejercicio de

preparación para el "mayor descubrimiento". El

lector Cadenas nos pone en guardia ante la ilusión

y el poeta Cadenas nos prepara para quizá merecer

lo inesperable. Rafael Cadenas es un hacedor de

caminos.

En el camino hay imágenes, palabras, visiones:

en la unión ya no hay nada", repite Cadenas con

algunos místicos. Esto deja a la poesía en un estado

desamparado frente a la expresión de la unión

mística. En rigor, no existiría una poesía mística

propiamente dicha, sino una poesía de

preparación, de incitación, de sugestión. La

llamada "poesía del instante", que tan fácilmente

calificamos de epifánica como si fuera

efectivamente el suceder de la iluminación, no es

sino el instante de atención recrudecida en que

percibimos la cercanía del misterio. Llámese Dios,

nirvana, vacío o silencio, el blanco con el que

quiere dar el arpón de la palabra está fuera de la

poesía o bien este blanco la contiene sin que ya

tenga necesidad de manifestarse.

A la imposibilidad

de ser de la analogía

en la poesía mística

(lo semejante sólo

puede ser conocido

por lo semejante), se

suma la prohibición

de la polisemia, al

menos según San

Juan de la Cruz. La

prohibición dictada

por San Juan de la

Cruz iría en contra de

la tesis cada vez más

en boga según la cual el carmelita habría sido un

sufí. En efecto, nada más importante para los

poetas sufíes como la polisemia del sentido. Pero,

tal vez, esto sería lo de menos. La prohibición de

San Juan de la Cruz me parece una soberbia o una

ingenuidad. ¿Cómo podría pretender controlar las

palabras? ¿De qué manera podría mutilarlas para

desaparecer otro o varios sentidos soterrados bajo

el autorizado en el comentario? ¿Qué clase de

poder se necesita para desterrar la polisemia de

las palabras? Podrá San Juan ambicionar el control

sobre sus lectores, pero no entiendo cómo lo

conseguiría sobre el lenguaje. Rafael Cadenas

advierte que el lector "debería someterse a lo que

San Juan ordena, pero no lo hace, desatiende sus

prescripciones, saborea los versos, siente que le

pertenecen, les da el sentido que quiera,

transgrediendo las indicaciones, ¿qué digo?, los

mandatos del autor". Y añade: "Pero ¿no sería

revelador seguir al pie de la letra lo que San Juan

prescribe?" Sospecho que, sobre este punto, Rafael

Cadenas tiene en mente otra cosa que la

obediencia a San Juan. ¿Qué sucedería si las

palabras se volviesen transparentes, unívocas,

redondos receptáculos de realidad, cabales

moradas del ser? Sucedería lo que persigue

Cadenas en su poesía: un contacto directo entre la

palabra y la realidad. También se cumpliría uno de

sus poemas que más admiro y me turba. Sólo tiene

dos versos, que a lo mejor ni siquiera son versos:

"El dueño tiene miedo. / Los ojos sólo tienen

realidad." ¡Cuántos volúmenes están contenidos en

estas dos líneas! Pero me temo que esto

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/17

difícilmente sucederá y quizá no sea tan

lamentable, porque así la polisemia seguirá

descubriendo nuevas aproximaciones a lo mismo.

"Vivir / de amanuense asombrado" es lo que

pide Rafael Cadenas para alcanzar lo que no

sucederá en la poesía. El problema de la atención,

que es también una poética en Cadenas, trae a

cuento otra paradoja que el poeta toca en su

ensayo y parece resolver en su poesía. ¿Hay

caminos que lleven a la unión mística? ¿Hay

ejercicios de preparación para el descubrimiento

mayor? Por un lado, dice Cadenas, "San Juan y casi

todos los místicos señalan una sola vía hacia

Dios". Por el otro, Rafael Cadenas comienza a

socavar la ortodoxia reprobando el ascetismo

extremo de San Juan, aunque admite no estar

capacitado para juzgarlo o ponerle reparos. Sin

embargo, se los pone por la vía de la negatividad

disfrazada de impericia. El segundo reparo es más

contundente: ¿Cómo puede San Juan rechazar a las

criaturas de Dios si éstas son hechuras divinas?

"La virtud se realiza en la flaqueza", responde San

Pablo. "Las virtudes verdaderas son de poco peso y

se llaman abandono, desapego, confianza, entrega,

desnudez", escribe Octavio Paz a propósito de

Henri Michaux y de sus visiones. Entonces, ¿de qué

servirían el ascetismo, la rectitud en el camino, la

preparación, los ejercicios espirituales si no hay

mérito alguno en estos asuntos? "Cada uno tiene el

infinito que se merece. Pero ese mérito no se mide

con nuestras medidas" —concluye Octavio Paz

acerca de Henri Michaux. Por su parte, Rafael

Cadenas propone: "[los místicos] no les dejan

alternativa a los que creen que hay muchos

caminos hacia él, algunos hasta insospechados. Tal

vez no haya ninguno, tal vez cuando se prescinde

de la idea de camino y recobra su intensidad el

presente, puede sentirse la cercanía del misterio".

A lo largo de los "Apuntes...", Cadenas nos hace

sentir la rigidez de ciertos cánones occidentales;

cuando el razonamiento se asfixia, él inyecta el

oxígeno del budismo zen que parece convenirle

mejor, no como credo, sino como concepción y

representación del mundo y de la condición

humana. Además, lo nombrado y lo

sobrenombrado en Occidente pueden ser un

obstáculo para la comprensión de algunos

fenómenos. Por ejemplo,

mientras lo sagrado siga

nombrándose exclusivamente

como Dios, está difícil que el

hombre entienda lo que

Cadenas no se cansa de decir en

todos los tonos de su prosa y su

poesía: el más allá está de este

lado, la maravilla está al alcance de la mano, la

iluminación puede encontrar caminos

insospechados si no le tememos a la libertad.

En efecto, ¿cómo conciliar la atención extrema

que pide y practica Rafael Cadenas en su poesía, y

muy precisamente en su forma poética de "la

sequedad insobornable", con el desapego, la

despreocupación, el sagrado ocio que es la actitud

interior que conducirá a la iluminación? Y si,

hagamos lo que hagamos, no estamos

predestinados a conocer la unión con lo divino, ¿de

qué nos servirá apurar gota a gota "el vino de los

atentos" o, al contrario, abandonarnos al ocio? La

incomprensión de esta injusticia mayor quizá

encuentre una explicación en uno de los Dichos de

Cadenas: "No buscamos ser sino sentirnos en

algún estado 'superior'. Estamos adiestrados para

perseguir siempre una ganancia, tal es nuestra

barrera. La agonía de no querer ser lo que somos."

Rafael Cadenas preconiza un regreso a la

sencillez, muy distinta y ajena a la falta de

dificultad. Quizá haya que rechazar la tentación

mística, el desvelo por estas cuestiones, la sed de

una luz absoluta, para esperar, como lo indica el

poeta, "el milagro, lo máximo, que acaso sea lo más

corriente, pero visto de manera inhabitual, a otra

luz, no usada". Curiosamente, me vuelven a la

mente las preguntas de André Breton al final de

Nadja: "¿Quién vive? ¿Es usted Nadja? ¿Es verdad

que el más allá, todo el más allá está en esta vida?

No la oigo. ¿Quién vive? ¿Acaso sea yo solo? ¿Acaso

sea yo mismo?" "¿Fue ése el pacto, / vivir contigo /

a cambio de no verlo?", pregunta por su parte

Rafael Cadenas en un poema, sugiriendo así que

hay que pagar prenda, que el sacrificio es "palabra

clave de todo laberinto humano descifrado", para

decirlo con María Zambrano.

Para terminar o, mejor dicho, porque no sé

cómo terminar con estas cuestiones que no

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/18

aceptan una última palabra o una palabra última,

porque así lo ha dicho Goethe: "lo importante es no

llegar nunca a ningún término", suspendo estas

cuartillas dándole las gracias a Rafael Cadenas por

ponernos a veces a la intemperie de sus versos.

Letras Libres, agosto de 2002

RRRAAAFFFAAAEEELLL CCCAAADDDEEENNNAAASSS,,, PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA DDDEEELLL SSSEEERRR CCCaaarrrmmmeeennn CCCrrriiissstttiiinnnaaa WWWooolllfff

…”Y lo devolvió a los brazos del origen” En la obra

más reciente de Rafael Cadenas se adivina una

rigurosa disciplina del espíritu, encuentro una

síntesis de la existencia y su valoración, una visión

del hombre acerca de sí mismo, de sus vivencias,

una certera y conmovedora comprensión de sus

propias marchas y contramarchas, y un encuentro

profundo con lo esencial en el uso del lenguaje.

Visión de la obra de Cadenas que siempre será una

parcial e imprecisa, pues ni él mismo puede

aquilatar la verdadera dimensión de su ser, que es

infinita. Doy fe de ello, al acudir a estos versos: Cuánto no te costó ver que eres al mismo tiempo menos y más de lo que creías, pues perteneces. (Del libro “Amante”)

Casi siempre sabemos que no sabemos quienes

somos. Aun llegamos a dudar si somos alguien,

pues vivimos así, algo confusos en el encuentro

con los otros, en su vitalidad que no nos deja

quietos. Vivimos también sumergidos en nuestros

propios claroscuros, y nos volvemos de pronto un

gran enredo.

Creemos que somos menos de lo que somos

porque es nos es imposible mirarnos de un todo. El

espejo refleja siempre un solo lado, casi plano, y si

nos damos vuelta, con esa terquedad tan lógica de

su sino, el azogue continuará reflejando tan solo el

otro lado del ser.

Así también, los otros reflejan nuestro rostro

empañado por sus ideas predeterminadas sobre

cómo se imaginan que somos, o cómo quisieran

que fuéramos. Nadie logra conocernos

absolutamente. Nosotros tampoco a nosotros.

Sólo existe un ser que, en un instante, es capaz

de ver, sentir, saborear y saber cómo somos.

Debiera decir, más bien, qué somos, quienes

somos. Es el amante, en aquel instante de lucidez

no entorpecida por la razón: Eludías el encuentro con el tú magnífico, el que te toma y te anula como tempestad y de ti arranca al que busca (Amantes)

El amante es el ser que posee por entero nuestra

imagen rota y nos la devuelve intacta, íntegra,

plena de toda plenitud. Nos entrega también algo

más que antes no éramos, porque habíamos sido

fragmentados, porque cuando llegábamos a ser, no

había espejo que nos contemplara, ni había cáliz

que contuviera nuestra sangre toda.

El conocimiento del amante impele a reconocer

que “ni un solo átomo mío es mío”.El encuentro

con el amante se produce, “no a modo de visitación

/ no a modo de promesa / ni a modo de fábula /

sino / como firme corporeidad, como ardimiento,

como inmediatez”.

La confrontación con “el otro”, que viene a ser el “

sí mismo “, no es otra cosa que reconocerse en el

amante que llevamos dentro, lacrado en el tatuaje

de la soledad:

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/19

Cómo unirse a ella sin juntarse consigo? Ambos iban errantes en el encantamiento de la soledad …

En el libro Notaciones (1973), Cadenas dice: “Crece

/ el deseo de ver tu rostro”….. Luego añade: “Soy

esta vigilancia. / Soy esta vacilante disponibilidad

/… Ya no sé quién soy. /Si oigo mi nombre /ignoro

qué designa”… Se presiente lo que se es, lo que en

realidad y ante todo se es: “Amante / amante / en

mí / sin tallar / como ignorado ícono”. Bien lo

señala William Carlos Williams: “Por qué tratas /

con tanta fuerza / de ser un hombre. Eres un

amante”.

Así es como vivimos, con la esperanza de

alcanzar el amor. Sin amor, nadie quiere vivir. Día

y noche, por el amor nos movemos, escribimos

dramas y comedias, somos actores y actrices,

¡hacemos tantas cosas! ¿Será que no somos un yo,

un tú, sino más bien somos Amor?. Resulta más

que evidente: ¿Quién es esta sangre, estos

tendones, estos ojos, esta extrañeza, esta

antigüedad? / Una fuerza / me tiene / Entonces es

ella/ la que puede decir soy, / la que puede llevar

un nombre / la que puede usar la palabra yo,

escribe el poeta Cadenas. Solo después de haber

vivido la experiencia de la otredad salvada y

vencida por lo inexorable, el amor, que se revela

por encima de cualquier pensamiento, de

cualquier medida, el poeta se encuentra íntegro

ante sí mismo y adquiere la “conciencia cósmica

que nace de una compenetración del fondo más

profundo del individuo con la vida de todos los

seres y con el universo”, esa conciencia a la cual se

refiere Rafael Cadenas en el prefacio a su

traducción de las Conversaciones con Whitman. En

el fondo, cuando Cadenas se refiere a esa

“conciencia cósmica”, se describe también a sí

mismo. Y el poeta deja de verse separado,

fragmentado, solo, porque su totalidad posee la

experiencia única, irrepetible, imborrable de ser

uno con la vida, de ser vida en la Vida.

No es el éxtasis de los amantes la única vía del

encuentro con la totalidad. Recordemos a San Juan

de la Cruz: Sin arrimo y con arrimo / sin luz y a

oscuras viviendo / todo me voy consumiendo. / Mi

alma está desasida / de toda cosa criada / y sobre

sí, levantada / y en una sabrosa vida / sólo a su

Dios arrimada. La agonía y el éxtasis del fraile Juan

florece también de la cercanía con el Amado.

Voluptuosa experiencia irreversible,

“restaurada inocencia”, florecimiento “en un

abismo”, el abismo del ser. Ahora Rafael Cadenas

se dedica a:Vivir / en el sabor de ser.

Y Cadenas confiesa:: Sólo he conocido la

libertad por instantes, cuando me volvía de

repente cuerpo. Manera de decir, con prontitud de

lenguaje, haber encontrado un espejo que lo refleja

íntegro y le permite expresarse con absoluta

libertad, porque decir cuerpo es decir un todo, es

no estar escindido en esas incómodas, a veces

penosas categorías del cuerpo y el alma.

Me detengo aquí, conmovida por esta

aproximación a una obra que sólo alcanzo a

atisbar desde la ventana de mi casa del ser. Versos

que ya son míos y de todo aquél que sea tocado

por ellos. Versos que conducen al resplandor,

magnífico y terrible, de entregarnos al abrazo del

origen: Y ella lo obligó a la más honda encuesta, A

preguntarse qué era en realidad suyo.

Después lo tomó en sus manos Y fue formando

su rostro … y lo devolvió a los brazos del origen.

La poesía, como la vida, nos conduce a nuestro

origen y por unos instantes regresamos al vientre

materno, al agua bendecida por el abrazo del ser.

www.analitica.com/va/arte/oya/6935605.asp#

IINNQQUUIISSIIDDOORREESS VAN DE UN SITIO A OTRO MIDIENDO, ANOTANDO, mordiendo aquí, más allá, llenos de baba de pasado, muecas, rótulos. Indician, señalan, dictan, corrigen, acosan. Ahí, dicen, está el culpable. Nuestros códigos amaestrados lo perseguirán ladrando día y noche. Ahí está, nuestros mastines olisquean el rastro sucio. Él es la mancha en nuestras baldosas. Agravia nuestra pureza. Por el mundo, siempre, con sus libros de cuentas, sus lápices perversos, sus esto sí esto no, sus autos de fe, sus pócimas vengativas, extendiendo un rojo metro sobre el cuerpo que la jauría va a perseguir.

Ahí está el que nos traicionó, dice. Escupamos, que ahí viene.

Espiémoslo como un solo ojo.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/20

***

EEELLL LLLEEENNNGGGUUUAAAJJJEEE,,, PPPUUUNNNTTTOOO DDDEEE PPPAAARRRTTTIIIDDDAAA YYY DDDEEE LLLLLLEEEGGGAAADDDAAA CCCooorrraaalll BBBrrraaaccchhhooo

La creación poética es

esencialmente una

búsqueda, y esa

búsqueda, expresada de

innumerables formas, es

colectiva, no sólo por la

diversidad de

expresiones en que se

manifiesta, sino porque el lenguaje, su punto de

partida, nos pertenece a todos.

Adentrarse en los territorios del lenguaje

significa, para la poesía, recuperar lo que en él ha

desgastado y opacado su uso habitual. Recuperar

el brillo, el peso, el color original de las palabras,

reencontrar su densidad —de materia moldeable,

de fuerza conducible, de movimiento— y sopesar

los efectos de sus combinaciones es una parte del

proceso creador del poeta. Otra, simultánea, es la

de entrever y entretejer la multiplicidad de

sentidos que sus posibles combinaciones generan:

De la fusión de esos sentidos con la gestualidad

sonora del lenguaje (sus ritmos, sus cambios de

tono, su densidad, su ligereza...) surge el lenguaje

poético. De su organización, a la vez plástica y

musical, en un espacio que no sólo lo enmarca sino

que contribuye también a la generación de

sentidos y despliegues cinéticos (ya que en él se

distribuyen, entran en contacto o se aíslan las

palabras) surge el poema.

Si el lenguaje científico, filosófico, y aun el

lenguaje cotidiano, para alcanzar una

comunicación práctica y eficaz, tienden a reducir al

mínimo la ambigüedad y a unificar y fijar sus

significados, el lenguaje poético, por el contrario,

tiende a hacer perceptible la convivencia de

sentidos diversos —y de sus resonancias y

matices— y a hacer confluir en ellos las más

distintas regiones de la vida anímica.

La poesía reintegra, así, lo que el lenguaje

racional separa o deja fuera. Y lo hace encontrando

los vínculos que nos permiten reconocer como

necesaria esa integración. "La obra de un poeta —

comentaba Xavier Villaurrutia en uno de sus

ensayos— no vale sino en la medida que lleva

consigo, al mismo tiempo, y en el mismo grado, lo

inexplicable y lo explicable."

Abierto a las libertades de lo onírico, a las

revelaciones del inconsciente, a las formas que

adopta el pensamiento mítico, y ceñido a sus

propias fuerzas generativas, a esa energía palpable

que lo recorre y que va dictando sus trazos, sus

transformaciones, sus convergencias y reflejos, sus

imantados silencios, el poema nos lleva a

asomarnos a nosotros mismos y a descubrir lo que

de otro modo no podríamos entrever ni tocar.

Y esa fuerza de cohesión, sin duda la que más

importa, proviene, a la vez, del poder del lenguaje

y del magnetismo que en el poema generan sus

resonancias y el impacto de sus asociaciones e

imágenes, pero proviene también de la capacidad

del poema para enfrentarse a la realidad —

independientemente de los recursos que pone en

juego— para abrir un ángulo de tensión con ella.

Basta girar un poco el espejo en que la realidad

está acostumbrada a reflejarse para que

aparezcan, de pronto, aspectos que la costumbre

nos impide ver.

Algunos de esos aspectos la enriquecen, otros la

desenmascaran, otros más nos orillan a constatar

la posibilidad de lo que excluye.

Una grieta delgada en la solidez de lo que

parece inalterable. Una visión y su

deslumbramiento. Un espejo inclinado. Un lente.

Un cristal que hace visible —en sus densidades y

texturas— su materialidad. O un prisma que

diversifica los rayos de luz que lo tocan y entran en

él. Las sombras y las imágenes que articula; los

universos cambiantes que deja ver. Pero también

las facetas que de pronto reflejan al que se acerca a

ellas. El poema es una creación colectiva también

en ese sentido: Cada lector ve en sus reflejos algo

distinto. Cada lectura se detiene en diferentes

rasgos, en diferentes cortes, en líneas distintas de

sentido. Cada lectura reconstruye su vitral

singular, su propio espectro de contenidos únicos.

Y en la convergencia entre la experiencia

singular y lo universal a que aspiran sus figuras y

formas, el autor es también un lector más.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/21

Si la poesía tiene una función social, no es sin

duda la de imponer maneras de ver, de pensar o de

comunicar, sino la de abrir canales a la

sensibilidad y a la comunicación, posibilidades a la

articulación del pensamiento, matices a la

expresión de la emotividad y perspectivas para

replantearnos nuestro estar en el mundo.

El punto de partida de la poesía es el lenguaje,

pero también su punto de llegada. Sobre él se

abren los caminos que traza. A él regresan sus

numerosas expresiones y hallazgos. Y de la

inagotable capacidad de sugerencia que encierra,

de sus profundas y casi inaprensibles sutilezas, la

poesía extrae sus filos y desentraña su poder y su

fuerza.

(Este texto fue leído por su autora al recibir, con

Pedro Ángel Palou, el Premio Xavier Villaurrutia

2003.)

Letras Libres, abril de 2004, p. 94

***

LLLAAA PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA EEESSS UUUNNN DDDEEESSSTTTIIINNNOOO PPPaaabbblllooo MMMooorrraaa

Más que una vocación, la

poesía es un destino. En ella

se encuentra un cincuenta o

sesenta por ciento de oficio,

de rigor, de disciplina. Un

poeta es una gente

“descarnada”, es decir, una

persona que va por el mundo sin piel, con la carne

viva. Por lo tanto, las cosas que suceden le afectan

más que a otros. No tiene nada que lo cubra, que lo

proteja, y entonces, como respuesta a la vida, se da

a la poesía.

Un ejercicio impúdico, en el que el hombre se

tiene que desnudar para escribir. Darse totalmente

en cuerpo y alma. Hay que tener el oído bien

despierto, alerta los ojos y toda la piel al

descubierto. El instante en que usted escribe es de

verdadera comunión con las personas y con la

vida. Hasta con los muebles y las cosas. Escribir es

el verdadero sentido de la vida. La poesía es

liberadora. Sobre todo de las tensiones humanas.

Creo que uno es como una caldera que está

ardiendo y que va aumentando la presión

cotidianamente, hasta que explota o hasta que se le

abren las válvulas. La poesía es una de las válvulas

que tenemos para liberar la caldera de la presión

que vivimos, tanto de la alegría como del dolor.

Las palabras llegan. ¡Ellas llegan! ¡Muchas veces

ellas llegan aunque no las llame, pero me doy

cuenta al momento de escribir! (Jaime Sabines)

La poesía es una reflexión de la vida real. Es

como un artículo en un periódico, una observación

de lo que se vive en el mundo. Y algunos de mis

poemas vienen de esa melancolía por el paraíso

perdido y la tragedia de la guerra. La poesía es

también un grito del corazón. (Indran

Amirthanayagam). La poesía es la memoria de los

pueblos y la gran fabricante de fantasmas. (Octavio

Paz).

Aplastado por el cosmos, el hombre se yergue y

lo desafía, el poeta desafía al universo. Por la

poesía se iguala o supera al cosmos. La poesía es

revelación, es vida en esencia, es el universo que se

pone de pie. En realidad, la poesía nos hace ver

todo como nuevo, como recién nacido, porque ella

es descubrimiento, iluminación del mundo.

Cuando sentimos que nos salen alas en la garganta

y que todo nuestro cuerpo tiembla, estamos en

presencia de la poesía. La poesía da vida a la

muerte y más vida a la vida. La poesía es la vida de

la vida, por eso podemos decir que es el juego de la

vida y de la muerte. La poesía siente más que nada

el destino del hombre, y cuando creéis que está

cantando, ella está llorando la libertad que es el

paraíso perdido o, mejor dicho, el paraíso nunca

hallado del ser humano. (Vicente Huidobro).

La poesía es resistencia frente a un mundo que

se vuelve cada vez más cruel, cada vez más

terrible, deshumanizante, porque todo lo que pasa

no está fuera de lo humano, y creo que la palabra

es una forma de resistencia muy clara frente a

todo esto. Lo extraordinario es cómo la poesía

pese a todo, a las catástrofes de todo tipo,

humanas, naturales, viene del fondo de los siglos y

sigue existiendo. Ese es un gran consuelo para mí.

Va a seguir existiendo hasta que el mundo se acabe

si es que se acaba alguna vez. (Juan Gelman).

www.analitica.com/va/arte/oya/1434161.asp

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/22

***

“““LLLAAA PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA DDDAAA PPPRRROOOFFFUUUNNNDDDIIIDDDAAADDD”””::: AAADDDOOOLLLFFFOOO CCCAAASSSTTTAAAÑÑÑÓÓÓNNN

AAAzzzuuuccceeennnaaa MMMaaannnjjjaaarrrrrreeezzz Culiacán, Sinaloa. Todos los

que habitan esta tierra

tienen distintas opciones;

pero los que se que se

inclinan por la poesía se

vuelven personas más

profundas, sensibles y

encuentra su espacio

interior y esto para el

escritor Adolfo Castañón es ya decir mucho. Y

como Pascal decía que en la especie humana

conviven el león y la rata, Castañón asegura que

hay unos que son más humanos que otros, y éstos

son aquellos que conviven con la literatura, poesía,

arte. Eso los hace distintos.

"Al estar cerca de la poesía se produce un tipo

de ser humano distinto, porque el arte nos acerca a

la libertad y universalmente, la libertad se ha

reconocido como el espacio auténtico del ser

humano", señaló.

Al ofrecer la cátedra Gravitaciones e Itinerarios

de la Poesía y Literatura Latinoamericana, que

ofreció El Colegio de Sinaloa y el ISIC, el también

ensayista y traductor consideró que si existiera un

acercamiento mayor al arte se tendría otra

sociedad. "La poesía le da al ser humano

profundidad, sensibilidad y la posibilidad de tener

un acercamiento a su espacio interior, eso ya es

decir mucho", consideró.

La poesía de hoy

El ganador del Premio Xavier Villaurrutia en 2008,

señaló que la diferencia entre la poesía actual y la

anterior sólo tiene que ver con la diferencia

generacional que se ha dado en la sociedad.

"En esencia la poesía sigue siendo la misma, con la

diferencia general que se da un ciudadano

mexicano de esa época y hoy cuando somos los

mismos y no los somos. También tiene que ver con

la disponibilidad de la información", apuntó

Castañón.

En la cátedra se revisó la obra de autores

hispanoamericanos como Rubén Darío, Gabriela

Mistral, Octavio Paz, Juan José Arreola, Juan Rulfo y

Gonzalo Rojas. "Al estar cerca de la poesía se

produce un tipo de ser humano distinto, porque el

arte nos acerca a la libertad y universalmente, la

libertad se ha reconocido como el espacio

auténtico del ser humano".

www.noroeste.com, 8 de octubre de 2009

***

CCCEEECCCIIILLLIIIAAA VVVIIICCCUUUÑÑÑAAA AAABBBRRREEE MMMUUUEEESSSTTTRRRAAA DDDEEE PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA VVVIIISSSUUUAAALLL EEENNN EEESSSTTTAAADDDOOOSSS UUUNNNIIIDDDOOOSSS EEEllliiisssaaa MMMooonnnttteeeccciiinnnooosss

Ideas pintadas se llama

la exposición que la

artista chilena abrió en

Nueva York para

difundir la combinación

entre texto e imagen

que ha estado presente

desde la época de los

mayas hasta Vicente Huidobro y Nicanor Parra.

En el marco de la publicación de la Antología de

poesía latinoamericana de la Universidad de

Oxford (The Oxford Book of Latin American

Poetry), que se presenta mañana en Nueva York,

en la galería Cecilia de Torres se abrió la muestra

Ideas pintadas, curada por la poeta y artista visual

chilena Cecilia Vicuña, quien también estuvo a

cargo de la edición del libro junto a Ernesto Livon

Grosman.

El volumen, que reúne 500 años de poesía, pone

en plano de igualdad a los autores canónicos

(Neruda, Paz, Darío) con la poesía indígena, oral y

visual. "No hay movimientos, como el el

surrealismo, sino poemas específicos. Hay que

considerar que hay poesías indígenas muy ricas en

toda Latinoamérica. En México, por ejemplo, hay

cerca de 100 lenguas y en cada una hay 20

escritores importantes", señala Vicuña, quien de

los chilenos incluyó a los insoslayables (Mistral,

Neruda, Parra y Huidobro), pero también a

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/23

creadores más actuales, como Juan Luis Martínez,

Enrique Lihn y Elvira Hernández.

En la inauguración de la muestra de poesía

visual, la artista chilena se refirió a la amistad que

unió al uruguayo Joaquín Torres García con

Vicente Huidobro, verdaderos pilares de las

vanguardias en el continente.

Para Vicuña, la muestra provoca un diálogo

entre experiencias poéticas diversas. Se incluyen

imágenes de rituales indígenas, fotografías de la

tradición mural maya con su escritura pintada y

cerámica precolombina, todo mezclado con los

poemas visuales de Nicanor Parra, Juan Luis

Martínez y Vicente Huidobro. Los artistas chilenos

figuran junto a las láminas del libro pintado por

Guamán Poma de Ayala, en el siglo XVI, en que un

astrólogo-poeta porta un quipu, sistema de

memoria visual y escrita del mundo andino.

También hay dibujos realizados por el pintor

argentino Xul Solar, fotografías de los poetas

concretos de Brasil, el registro de acciones de arte

realizadas por la propia Vicuña e imágenes de la

ciudad poética en la costa de Ritoque, creada por el

colectivo de arquitectos Amereida.

"En el libro presentamos una visión inédita de

la poesía latinoamericana como totalidad: poesía

en el espacio, en el tiempo, en la página y en el

paisaje. Y era necesario llevarla a una exhibición

para que el público pudiera vivir la riqueza de

estos 500 años", explica la curadora, para quien las

distinciones entre verbo e imagen son inútiles. "En

la tradición maya y andina las imágenes y el verbo

son permeables y exigen la participación creadora

del lector para reconstruir los significados",

explica.

La antología no establece jerarquías entre la

poesía escrita y oral, lo que a su juicio rompe con

el molde clásico de las recopilaciones, que

privilegiaban sólo lo escrito. A comienzos del siglo

XIX, el venezolano Simón Rodríguez (también en la

exhibición) escribía: "Se puede pintar sin hablar,

pero no hablar sin pintar".

www.latercera.com/contenido/727_185589_9.s

html

***

PPPEEETTTEEERRR HHHAAANNNDDDKKKEEE,,, PPPOOOEEETTTAAA DDDEEELLL YYYOOO JJJaaaiiimmmeee SSSiiillleeesss

Como casi todos los poetas europeos de su

generación, el austríaco Peter Handke, nacido en

1942, concibe la escritura como una continua y

concéntrica reflexión sobre el yo y el lenguaje:

«Con la palabra YO comienzan las dificultades»,

dice el undécimo poema de su primer libro, y la

angustia de los límites del habla sirve tanto de

autoironía como de estímulo a este inteligente,

crítico y lúcido creador, más atento a las

percepciones y perplejidades que la ficción del yo

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/24

procura que a los juegos fónicos que la

representación língüistica produce. Esto es lo que

lo diferencia tanto del carácter metafísico que

impregna la obra de Ingeborg Bachmann como del

letrismo y la poesía visual y concreta de Ernst

Jandl, a la que, por el uso de las mayúsculas y el

ludismo de la tipografía, da la impresión de

aproximarse a veces.

Su tradición, a la que no son ajenos los dos

citados nombres, se acerca más al Schopenhauer

que influirá en Nietzsche y en Mauthner y que será

el punto de partida del mejor Wittgenstein. La

crisis del sujeto, tan presente en la filosofía

austríaca de finales del siglo XIX, y la del lenguaje,

representada por la famosa carta de

Hoffmannsthal, vuelven a darse cita en Handke,

pero de otro modo, que es el que nos lo hace

contemporáneo no en tal o cual parte de sus libros,

sino en su totalidad.

Políticamente incorrecto

Vivir sin poesía reúne su obra poética publicada

hasta la fecha: los treinta y ocho poemas de El

mundo interior del mundo exterior del mundo

interior, los diecinueve de El fin del deambular, el

unitario Poema a la duración, que tradujo

Eustaquio Barjau hace algún tiempo, y los tres

movimientos de Leben ohne Poesie, con el que en

2007 ha querido titular la edición de su poesía

completa.

No es casual que las citas que abren su escritura

poética sean de un romántico como Jean Paul, ni

que su primer libro se exprese en las más diversas

formas, con entimemas y epiqueremas incrustados

en el discurso lírico, poemas en prosa llenos de

definiciones gramaticales aristotélicas, oraciones

nominales puras, coordinaciones mecánicamente

repetitivas, asíndeton acumulador, articulado

laconismo, objetivaciones directas, tono

discursivo, un irracionalismo controlado por la

sintaxis propia de la lengua coloquial, parodia de

distintos estilos formulares, utilización literaria de

la enumeración propia de la esquela, los títulos de

crédito de las películas y del hit-parade,

narratividad y diálogos, todo ello con un sistema

referencial que aúna la música y la filosofía con el

cine y el fútbol, y que no tiene reparos en adoptar

los modos de la confesión, incluso cuando ésta es

«políticamente incorrecta», como en la biografía

de la frase «No soy ni un nacionalista ni un

igualitario / No soy un adorador de la dictadura ni

el defensor de una mal entendida democracia», o

en «Mentira histórica».

Visión del mundo

En el primer Handke hay un alto grado de

provocación y una serie de temas tan obsesivos

como recurrentes, que, si no son del todo los

mismos, sí enlazan con los que su prosa paralela o

coetánea ofrece: el lector reconoce cuanto de

unitario y común hay en aquélla y en ésta, que es

tanto su visión del mundo como su idea del

lenguaje, o al revés, ya que en Handke mundo y

lenguaje son lo mismo.

El segundo libro supone una experimentación

de otro modo: en lo que él mismo llama «un

segundo yo» y que obliga a disponer los poemas

como si fueran dípticos de un «confuso balbucear».

Lo que predomina ahora es el poema breve y,

sobre todo, el fragmento, la estructura del haiku y

la economía verbal al servicio del análisis del

recuerdo y de la percepción.

En su tercera etapa se advierte el poema

sentido como movimiento en espiral: Handke

intenta intuir y fijar «el aliento de la duración»,

que no está en lo temporal sino en «lo maleable»,

que se convierte en «una calma», en una «espera»

y en «una redención» y que hace al yo menos

solipsista que solidario. El yo no se conforma con

una «letanía de palabras aisladas», el poema largo

sirve de cauce al monólogo interior, y la filosofía

de Bergson desplaza ahora a la germánica. Y el

cambio no es sólo de tema sino también de forma,

porque todos los textos últimos, aunque próximos

en su visión del lenguaje y del mundo, difieren

entre sí.

ABCD, núm. 916, 20 de septiembre de 2009

***

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/25

JJJOOORRRGGGEEE DDDEEE AAARRRCCCOOO,,, XXXXXX PPPRRREEEMMMIIIOOO IIINNNTTTEEERRRNNNAAACCCIIIOOONNNAAALLL DDDEEE PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA SSSAAANNN JJJUUUAAANNN DDDEEE LLLAAA CCCRRRUUUZZZ CCC...TTT...III...

El escritor

madrileño

Jorge de Arco,

con la obra La

casa que

habitaste, ha

sido el

ganador de la

vigésima

edición del Premio Internacional de Poesía San

Juan de la Cruz, que otorga al vencedor un premio

de 6 000 euros y su publicación en la Colección

Adonais, de Ediciones Rialp.

El autor, de 42 años, es juglar de Fontiveros

desde 2005 y su obra fue seleccionada, según

Gonzalo Santonja, portavoz del jurado calificador,

por ser un libro que va “en consonancia” con el

nombre que lleva el premio.

Y es que La casa que habitaste tiene “un tono

sanjuanista” en algunos versos, además de llevar

un ritmo “muy cauto” que, “a veces, se disimula,

pero que golpea, a su final, como un aldabón”.

Se trata, asimismo, de un libro “muy castellano”,

que “está por encima de localismos”, de manera

que Santonja destacó que a Jorge de Arco “le

vendrá bien el premio”, de la misma forma que “al

premio le vienen bien este tipo de autores”.

Por su parte, Carmelo Guillén, de Ediciones

Rialp, destacó que la obra ganadora es “un libro de

la memoria, muy asentado en el amor” y que, pese

a ser “ciertamente castellano”, contiene “muchas

referencias a la cal, a la luz y a las palomas”,

elementos que "forman parte del mundo andaluz

del autor" y que, además, dan “continuidad” a la

obra de Jorge de Arco.

De la misma forma, subrayó el hecho de que en

La casa que habitaste, un libro en el que está

presente “la emoción”, se encuentren referencias a

Miguel Hernández, Pablo Neruda o José Hierro.

200 obras

En la vigésima edición del Premio Internacional de

Poesía San Juan de la Cruz, que organizan el

Ayuntamiento de Fontiveros, la Colonia

Fontivereña y la Obra Social de Caja de Ávila, en

colaboración con Ediciones Rialp, el poemario de

Jorge de Arco ha tenido que competir con las 200

obras presentadas, un número que “está en

consonancia con los de los tres últimos años”,

según puntualizó el presidente de la Colonia

Fontivereña, Javier Báñez.

Algunos de los remitidos desde países como

Venezuela, sin embargo, no han podido ser

calificados por el jurado, pues, según Báñez, no

cumplían con los requisitos, como incluir la plica.

Aún así, este año se han recibido poemarios,

sobre todo, de España, pero también de

numerosos países extranjeros; en su mayoría,

latinoamericanos. Entre todos ellos, finalmente,

quedaron 14 y el jurado calificador se decantó por

cinco y, especialmente, por tres, entre los que se

debatió para decidir el ganador.

Este año, el jurado del premio, que se entregará

en el mes de noviembre –no podrá llevarse a cabo

el acto en el Centro Integral de San Juan de la Cruz,

de Fontiveros, según detalló el presidente de Caja

de Ávila, Agustín González, por no estar aún

finalizado-, ha estado presidido por Clara Janés y

han formado parte de él, asimismo, Jesús

Munárriz, Carmelo Guillén, Antonio Colinas y

Gonzalo Santonja.

El autor

Por lo que respecta a Jorge de Arco, de 42 años, fue

nombrado juglar de Fontiveros en el año 2005 y es

profesor universitario de Literatura Española,

además de poeta, traductor y crítico literario.

Autor de obras como La constancia del agua y

director de la revista poética ‘Piedra del Molino’, a

lo largo de su trayectoria, premios como el Vicente

Aleixandre, el Fray Luis de León de madrigales, el

Santa Teresa de Jesús, el Martín Descalzo o el

Ciudad de Alcalá, entre otros.

www.aviladigital.com/subseccion/subseccion2/

fichaNoticia.aspx?IdNoticia=102042

***

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/26

LLLAAA RRREEEGGGIIIÓÓÓNNN CCCEEELLLEEEBBBRRRAAA EEELLL CCCEEENNNTTTEEENNNAAARRRIIIOOO DDDEEE MMMIIIGGGUUUEEELLL HHHEEERRRNNNÁÁÁNNNDDDEEEZZZ MMMaaarrríííaaa JJJooosssééé MMMuuuñññooozzz TTTooollleeedddooo

Castilla-la Mancha rendirá homenaje al poeta, en

su centenario, y repartirá 5.000 cd didácticos en

los centros de enseñanza. también se celebrará el

concierto «tristes guerras» en las cinco capitales

de provincia

«Cien años de ternura, cien años de poesía, cien

años de cultura». Con estas palabras, la consejera

de Cultura de Castilla-La Mancha, Soledad Herrero,

evoca la figura de un poeta español. El próximo

2010 ha sido declarado «Año Hernandiano»: Se

cumplen cien años del nacimiento en Orihuela del

poeta Miguel Hernández, que murió enfermo de

tuberculosis en la cárcel de Alicante en 1942, con

tan sólo 31 años de edad. El poeta será

homenajeado el año que viene en 18 países y 34

municipios españoles, y Castilla-La Mancha no

podía quedarse al margen de un centenario que

lidera la Fundación que lleva su nombre y que

dirige Juan José Sánchez. Las gestiones para

conmemorar los cien años del nacimiento del

autor de «El rayo que no cesa» se han realizado en

contacto con hispanistas, profesores universitarios

y centros culturales de Europa, América, África y

Asia.

Soledad Herrero, que tuvo el «honor» de

presentar en el Congreso de los Diputados una

iniciativa preparatoria del Centenario, está

especialmente sensibilizada con Miguel

Hernández, de quien alaba un «espíritu de

superación que supo trasladar a la poesía». El

Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de las

Consejerías de Educación y Ciencia y Cultura,

Turismo y Artesanía, ha comenzado a preparar ya

su homenaje al poeta mediante la edición de un CD

interactivo didáctico, «El rayo que no cesa y la

importancia de la poesía social», que se

distribuiría entre 5 000 escolares de la región para

que trabajen con esta herramienta y conozcan la

lírica del pastor de Orihuela.

También cada capital de provincia acogerá la

celebración de un concierto donde se presentará el

disco del cantautor Paco Damas «Tristes guerras»,

en cuya grabación han colaborado Luis Eduardo

Aute y Pastora Soler. «También haremos un acto

conmemorativo del centenario, y lo presentaremos

en Madrid y Toledo. Tanto la música como los

recitales de poesía son una forma magnífica de

rendir tributo a nuestro gran poeta. En tiempos de

crisis, la cultura tiene que estar en primer plano»,

subraya la responsable autonómica de Cultura.

Talavera de la Reina, Puertollano, Ocaña y

Mestanza son cuatro localidades de Castilla-La

Mancha que se han sumado ya al acontecimiento,

ya que por todas ellas pasó el poeta. Como

muestran los archivos de la Fundación Cultural

Miguel Hernández, la figura de Carmen Pastrana

quedó vinculada a la del poeta por un encuentro

casual en la villa de Mestanza, donde ejercía como

maestra y que fue lugar de paso de Miguel

Hernández, que en aquella época formaba parte de

las Misiones Pedagógicas. «Tanto debió

impresionar Carmen al poeta que éste le dedicó un

poema, generando una polémica para la crítica

literaria hernandiana que ha llegado hasta

nuestros días».

Respecto a la estancia de Miguel Hernández en

las Misiones Pedagógicas en primavera de 1936

por tierras de la Mancha, el poeta escribe una carta

a su esposa Josefina con membrete del Hotel

Castilla de Puertollano, y fechada en marzo de

1936, donde dice: «Aquí me tienes ya; hubiera

querido escribirte ayer mismo que fue el día de mi

partida de Madrid a esta provincia de Ciudad Real.

Estoy muy cerca de Andalucía, pero no paso a

ella...te pido me escribas a la dirección ésta: Miguel

Hernández. Hotel Castilla. Puertollano».

La Fundación también ha realizado gestiones

con la Concejalía de Cultura de la localidad

toledana de Ocaña, en cuya cárcel estuvo preso

entre 1940 y 1941. El poeta, recluido al final de la

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/27

guerra civil, es trasladado en noviembre de 1940

al Penal de Ocaña, donde daba clase a los reclusos

analfabetos.

Vinculación con Talavera

«Y en Talavera de la Reina tuvo buenos amigos,

como Víctor González Gil o el poeta Rafael Morales,

que fueron bastante importantes en su vida. En

junio de 1935, cuando Víctor González dirigía la

revista talaverana «Rumbo», Miguel publicó allí el

soneto «Pastora de mis besos»», señala Juan José

Sánchez, director de la Fundación. Como se ve, la

vinculación del poeta con Talavera es grande y el

Organismo Autónomo Local de Cultura, que dirige

Francisco Castaño, «ya está preparando varias

actividades para el centenario». Para ello cuenta

con el apoyo de Pilar García, especialista en el

escultor Víctor González Gil, que perteneció a la

generación del 27 y que mantenía excelentes

relaciones con Miguel Hernández. Víctor González

Gil contó, durante una conferencia pronunciada en

la década de los ochenta, que Miguel Hernández

escribió «Las Nanas» y algunas cancioncillas en la

parte de arriba de su casa de Talavera, y abajo, en

el patio, se pasaba el día subido a la higuera, como

si estuviera en Orihuela.

La Fundación Miguel Hernández ha patrocinado

el disco del que habla la consejera, «Tristes

guerras», en el que el cantautor Francisco Damas

ha musicado doce poemas con la colaboración del

poeta argentino Juan Gelman, Premio Cervantes

2007; el cantautor Luis Eduardo Aute y la cantante

Pastora Soler, con ritmos contemporáneos. «Es un

intento de acercar la poesía de Miguel a todos los

públicos. Hay un formato digipack y también va a

haber un formato CD-ROM para alumnos», explica

Juan José Sánchez, quien añade que este último

formato estará patrocinado por el Gobierno de

Castilla-La Mancha, a través de las Consejerías de

Educación y Cultura, y que se distribuirá con fines

didácticos por los centros de enseñanza. La

presentación tendrá lugar en Toledo,

probablemente en octubre.

También en la capital de Castilla-La Mancha se

preparan unas jornadas dirigidas a profesores de

Educación Secundaria que podrían celebrarse, en

colaboración con la Junta de Comunidades, entre

febrero y marzo de 2010, impulsadas por una

experta en el poeta oriolano, la profesora

Inmaculada Gómez Vera, autora de una tesis

doctoral sobre Miguel Hernández.

Un acto muy especial del Centenario será el

envío a la luna del libro «Perito en lunas».

Introducidos en una cápsula, los poemas serán

depositados en la superficie lunar en 2011.

Saldrán desde Huston. Miguel Hernández, que se

autodenominaba «lunicultor», será así el primer

poeta del mundo que pisará la luna gracias a la

empresa Celestis, que trabaja para la NASA.

www.abc.es/20090929/nacional-castilla-mancha-

toledo/region-celebra-centenario-miguel-

200909292019.html

ÚÚÚLLLTTTIIIMMMOOOSSS EEESSSTTTAAALLLLLLIIIDDDOOOSSS DDDEEE OOOLLLGGGAAA OOORRROOOZZZCCCOOO MMMaaarrriiiooo CCCaaammmpppaaañññaaa

Hace diez años, el 15 de

agosto de 1999, murió

Olga Orozco. Era una

mujer de edad provecta:

79 años. Había escrito 9

libros de poemas y su

vida y presencia ya

formaban parte de la

leyenda cultural

rioplatense, de

Argentina y Uruguay, y

su obra del patrimonio

literario de todo el

continente. La poeta de

quien Pere Gimferrer

afirmó en 1998, en el

prólogo a la antología

Eclipse y fulgores (Lumen), que era

manifiestamente la mayor poeta y uno de los

mayores poetas que escriben en estos momentos

en español”, empezó muy joven, a los dieciocho

años, a integrar los círculos de élite de la literatura

argentina. El gran Oliverio Girando fue uno de sus

primeros maestros y la editorial Losada, aquella

maravillosa casa que a tantos de nosotros, lectores

latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX,

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/28

nos dio la oportunidad de acercarnos por primera

vez al mundo de los libros, publicó la mayoría de

sus obras, la primera, Desde lejos, en 1974.

El año antes de la muerte de Orozco, un critico

informado como Julio Ortega afirmó que la

argentina era “la gran desconocida” de las grandes

poetas hispanoamericanas, un grupo del que

mencionaba a la cubana Fina García Marruz, la

peruana Blanca Varela y la uruguaya Idea Vilariño.

Sin embargo, ese mismo año la Feria Internacional

del Libro de Guadalajara le confirió el Premio de

las Literaturas Latinoamericanas y del Caribe Juan

Rulfo, y el año anterior, en 1997, el reino de

España le había concedido el Premio Reina Sofía

de Poesía Iberoamericana. Así, excepto el

Cervantes, que absurdamente le fue negado, los

principales reconocimientos literarios en lengua

española le fueron otorgados. De su poesía el

mismo Pere Ginferrer afirmó que se trataba de

“una voz cuyo poderío resulta tan turbador que

casi podría llamársele alarmante”.

De esa mujer, ahora, a la vuelta de diez años,

aparece un libro póstumo, un manojo de 12

poemas escrupulosamente presentados por su

albacea, la poeta Ana Becciú, y publicados por la

editorial Bruguera, de Barcelona. Últimos poemas,

de Olga Orozco, son los textos que la autora dejó

“encima de su mesa de trabajo” antes de ingresar

en el hospital donde habría de morir, como se

explica en el prólogo. Cuatro de ellos habían sido

ya publicados en la mencionada antología Eclipse y

fulgores. En todos se percibe una situación

limítrofe, más allá de la cual nada puede ser

siquiera imaginado, una existencia despojada de

todo impulso, de todo aliento, como el postrer

brote de una mata cuyas raíces no se nutrieran ya

de un suelo fértil, sino de uno árido, o se secaran al

aire, estériles. A juzgar por estos poemas, se puede

decir que en 1999 la voz de Olga Orozco seguía

siendo singular y poderosa, pero su espíritu

bordeaba ya la extenuación, había perdido todo

horizonte. Los últimos poemas parecen dictados

por una voluntad final. Son las palabras de quien

se apresta a entrar humildemente a la muerte.

Es cierto: la muerte fue siempre el objeto más

preciado, el lugar más buscado de su ronda

espiritual, de su meditación esforzada. En su

segundo libro, titulado

precisamente Las

muertes, incluyó un

poema titulado ‘Olga

Orozco’, que contiene este

primer verso: “Yo, Olga

Orozco, desde tu corazón

digo a todos que muero”.

El verso siguiente está

en pasado: “Amé la

soledad, la heroica perduración de toda fe”. El

universo de estos últimos poemas es el mismo de

toda la obra de Orozco. Ante la muerte, ante su

línea incandescente, la poeta argentina no intenta

proeza alguna. El deseo humano de trascender no

la arrebata. Ese deseo es, Orozco lo sabe bien, una

historia de amor no correspondido. La posteridad

no se enamora de los vivos y de la muerte solo

saben los muertos. Orozco ni siquiera intenta, en

estos momentos finales, unas palabras de adiós. En

lugar de una lujosa ceremonia de despedida, elige

un humilde balance, una aproximación respetuosa

a aquello que pronto va a ser consagrado de

manera definitiva. La serenidad, la franqueza y la

lucidez son los rasgos más distinguidos de esta

última prueba.

Orozco fue una poeta moderna. En la matriz de

su discurso actúan de manera permanente al

menos cuatro de fuentes incombustibles de la

sensibilidad moderna: 1. la tentativa de buscar el

mundo en la noche, de ‘descifrarlo’, por ‘mandato

de fuego’, a través de signos invisibles; 2. la

angustia ante el paso del tiempo, la caducidad y la

muerte; 3. la ausencia de paliativos ante la

destrucción de la vida antigua, que produjo un

aislamiento irremisible que se llamó ‘soledad’; 4. la

sensación de insuficiencia del lenguaje y la

consiguiente desconfianza ante la expresión: la

impotencia que obliga al silencio. Todo esto ayudó

a corroer la convicción de que habitamos un

mundo seguro, e inoculó en los hombres una

sensación de ‘desierto’ y de absurdo, y una

“vocación de abismo”, según uno de los versos de

Orozco, que confiesa haberse obstinado en una

“tentativa imposible”, haber sucumbido a un

destino, a una culpa, la culpa de soberbia. Orozco

es consciente de que ese deseo culposo ha guiado

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/29

su vida hasta el final; y

que el resultado solo

podía ser el que fue, uno

que la ha dejado con un

infierno propio, entre

“silencios crueles”, sin

canto, sin una morada

posible, pendiendo

“sobre la boca abierta

del abismo”.

La vida espiritual de la modernidad exigía a los

hombres y las mujeres una actitud heroica, que

tenía asimismo raigambre clásica y que se

convirtió en signo de distinción de muchos artistas

de los siglos XVIII, XIX y XX: Beethoven, Víctor

Hugo y Baudelaire son buenos ejemplos en la

cultura europea. Eva y Adán son sus ancestros, por

la ambición de conocimiento, pero también

Prometeo y Sísifo, por el arrojo y la aceptación del

castigo. Ese es el género de heroicidad que

empapan las confesiones de este libro. En sus

últimos poemas Orozco habla del precio: “¿acaso

no son esas moradas imposibles tus verdaderas

propiedades,/ ganadas palmo a palmo para los

territorios de los eternos bienes?/¿No son como la

inmóvil, inalterable cara de una misma

moneda/que lleva en reverso el precio que

pagaste:/la confusa, la incierta, la cambiante, la

sorpresiva cifra del presente?”.

A cualquier persona mayor de cuarenta años le

resultarán familiares estos sentimientos. Durante

tres siglos formaban parte de los más profundos

dilemas de la existencia en el mundo occidental, y

se agudizaron en el siglo XIX y XX, y en América

Latina marcaron indeleblemente a dos o tres

generaciones de pensadores, escritores y artistas,

de modo señalado a las generaciones de los años

veinte, treinta y cuarenta.

Hoy todo eso ha cambiado. La ciencia física y el

positivismo han vencido: el mundo es todo

materia. La soledad ya no existe: la burguesía

consiguió dar ‘compañía’ a los hombres, aunque

sólo sea una de calidad deleznable: la sociedad de

masas y los medios audiovisuales que gestiona son

sus principales recursos; la soledad, que hizo

pensar a Pascal que todos los problemas –incluso

las guerras- se resolverían si los hombres

aprendieran a estar solos, si pudieran quedarse

tranquilamente en una habitación a solas consigo

mismo, esa soledad, ya no existe. También el

tiempo ha dejado de ser un problema metafísico.

No hay eternidad; y en términos reales, no hay

pasado ni futuro. Sólo nos concierne el presente: lo

aceptamos todos, por mucho que parezca lo

contrario. Y la biogenética nos otorga cada día más

confianza frente a la corrupción de la carne. En

cuanto al lenguaje, ya lo dijo el poeta Tomás

Segovia: “No hay mudez en el hombre sordera es lo

que hay”. Sin duda la vacua locuacidad, uno de los

signos de este tiempo, es una de las causas de esa

tal sordera.

Los poemas de Orozco, pues, son un testimonio

de una manera de sentir de un hombre que está

desapareciendo. Son las últimas fulguraciones, un

último, magnífico, trágico estallido retrospectivo

de una de las testigos más veraces de nuestro

pasado inmediato.

El Telégrafo, Ecuador, 4 de octubre de 2009

SSSEEE PPPRRREEESSSEEENNNTTTAAA EEENNN VVVIIIEEEDDDMMMAAA LLLAAA AAANNNTTTOOOLLLOOOGGGÍÍÍAAA DDDEEE OOOLLLGGGAAA OOORRROOOZZZCCCOOO

El próximo jueves 26 de

noviembre a las 19, en la

Biblioteca de la Legislatura

de Viedma, se presentará la

antología de Olga Orozco,

El jardín posible, con la

presencia de la poeta

Marisa Negri, autora del

prólogo y quien seleccionó

las obras editadas por

Ediciones en Danza.

Olga Orozco, reconocida poeta y cuentista

argentina contemporánea, nació en Santa Rosa de

Toay en 1920, y vivió en su ciudad natal, en la

provincia de La Pampa, hasta los ocho años; luego

se trasladó a Bahía Blanca y en 1936 se instaló en

Buenos Aires. Se graduó como maestra, profesión

que nunca ejerció, y más tarde se licenció en la

facultad de Filosofía y Letras. Colaboró en las

revistas Canto, A partir de cero, Sur, Cabalgata y

Anales de Buenos Aires. Trabajó como periodista y

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/30

en cierto momento llegó a tener ocho seudónimos,

cada uno para escribir en un estilo distinto;

durante años redactó los horóscopos del diario

Clarín. Incursionó asimismo en el radioteatro

como actriz. En 1961 obtuvo la beca del Fondo

Nacional de las Artes; ganó diversos premios de

poesía y en 1998 fue galardonada con el Octavo

Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe

Juan Rulfo, una de las distinciones más

importantes en lengua hispánica.

Publicó los libros: Las muertes, Losada, 1951;

Los juegos peligrosos, Losada, 1962; Museo salvaje,

Losada, 1974; Antología poética, Instituto de

Cooperación Iberoamericana, 1985; En el revés del

cielo, Sudamericana, 1988; La oscuridad es otro sol

(relatos), Pre-Textos, 1991; La luz es un abismo,

Vinten, 1993; Cantos a Berenice, Sudamericana,

1977; Mutaciones de la realidad, Sudamericana,

1979; La noche a la deriva, Fondo de Cultura

Económica, 1984; Con esta boca, en este mundo,

Sudamericana, 1994; y Los juegos peligrosos y otros

poemas, Ayacucho, Caracas, 1994.

Poemas suyos fueron traducidos al francés,

inglés, italiano, alemán, rumano, hindú, portugués

y japonés. También es importante su trayectoria

como novelista; un ejemplo de ello es la obra La

oscuridad es otro sol (1968).

Falleció el 15 agosto de 1999 a los 79 años

como consecuencia de una afección circulatoria,

sus restos se encuentran en un cementerio privado

de Pilar, provincia de Buenos Aires.

Marisa Negri, nació en Buenos Aires el 24 de

junio de 1971. Es profesora de Castellano,

Literatura y Latín y se especializó en Educación

por el Arte. Ha coordinado talleres de escritura

para diversas instituciones de todo el país.

Participó con una serie de haikus de la muestra

Satori en la galería Masottatorres (San Telmo,

Buenos Aires). Publicó los siguentes libros:

Caballos de arena (Poesía, Nuestra América,

Buenos Aires, 2003); Un camino en la selva, un

paso a la libertad (Antología de Ramón Quichiyao,

Futrono, Chile, 2004) y Al filo del gozo (Antología

de poesía erótica preparada por Marisa y Socorro

Trejo Sirvent, Viento al hombro, 2004).

www.eltendal.com.ar/inicio/index.php/letras/557-

se-presenta-en-viedma-la-antologia-de-olga-orozco

BBBUUUSSSCCCAAANNNDDDOOO EEELLL GGGRRRAAANNN LLLIIIBBBRRROOO::: EEENNNTTTRRREEEVVVIIISSSTTTAAA AAA LLLUUUIIISSSAAA FFFUUUTTTOOORRRAAANNNSSSKKKYYY GGGuuuiiilllllleeerrrmmmooo BBBrrraaavvvooo

Se dice solitaria,

pero mientras

hacemos la

entrevista el

teléfono no para de

sonar. “Disculpame,

era Laurita, una

amiga”,

“Disculpame, era

Lucía”, dice al volver

de la mesita de al

lado. Aunque el

departamento es

pequeño, parece

contener pedacitos de cada continente. “Típico

departamento de argentino”, dice con una voz bien

porteña que los viajes por el mundo no han sabido

borrar.

La primera travesía fue a través del norte

argentino. “En esa época para la juventud, en la

izquierda a la que yo pertenecía, el viaje obligado

no era Europa sino Latinoamérica. Europa era para

las Ocampo, Borges y Bioy”.

Poco después de ese viaje por el interior salió

del país con una beca para Estados Unidos, dónde

entró con una visa equivocada: “Fue cuando gané

la beca Fullbright. Abrochaban una hoja al

pasaporte donde ponían a qué ibas, cuánto tiempo

te ibas a quedar, etc. La mía decía: Alejandra

Pizarnik. Y así pasé la aduana de Argentina y de

Estados Unidos. Ella acababa de ganar la

Guggenheim, también viajó a América, no sé si en

su pasaporte decía Luisa Futoransky. Cuando me

enteré de su muerte, rompí ese papel”.

Antes había estudiado música con Cátulo

Castillo, se había recibido de abogada en la UBA y

había estudiado poesía anglosajona con un famoso

escritor argentino. “¿Ya dejaron de preguntarle

por Borges?”. “No. Me arrepiento de que se haya

sabido. Borges no necesita de mí, no necesita que

yo hable de él. Además he compartido cosas con

muchos grandes, con muchos, digamos, de los que

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/31

tienen su nombre en Wikipedia, pero se

empecinan con Borges. Él merece nuestro respeto

y admiración. También nuestro olvido en ciertas

cosas”.

¿Por qué decidió estudiar abogacía?

En mi época, siendo mujer y viniendo de una

familia de clase media, casi baja, como la mía, no

había muchas opciones. Estudiar era ya una

excentricidad. Estudiar letras ni hablar.

¿Y cómo se escribe desde “una mujer de clase

media, casi baja”?

La diferencia fundamental con algunos de mis

colegas es que yo he tenido siempre que ganarme

el pan de cada día. Mi vida pertenecía más al

ambiente de Arlt que al de Borges. El mundo del

trabajo puede traer sus dosis de humillación

cotidiana.

¿Cómo tomó la decisión de irse del país?

Primero por la beca, después fui encadenando los

viajes y se fue haciendo cada vez más difícil volver.

En 1963 publicó el libro de poesías Trago

fuerte. Al año siguiente, El corazón de los lugares.

Después fundó su propia editorial, La Loca Poesía,

con la que publicó en 1968 Babel Babel, uno de sus

libros más reconocidos. Siguieron más de una

docena de libros de poesía, pero también ha

publicado novelas (Son cuentos chinos, 1983; De Pe

a Pa, 1986; Urracas, 1992; El Formosa, 2009) y

ensayos (Pelos, 1990; Lunas de miel, 1996).

¿Qué diferencia hay entre trabajar un poema,

un ensayo o una novela?

Esencialmente son parte de lo mismo. Escribir

prosa o poesía. Nunca he escrito a mano.

Simplemente me siento en la computadora, o en la

máquina antes, y escribo. Es difícil hablar de esto

porque operan procesos que uno mismo

desconoce.

¿Y el trabajo periodístico?

El trabajo periodístico que yo he ejercido, que no

es el periodismo de investigación, es muy ingrato.

En París trabajé en la agencia France Presse. El

trabajo en una agencia es redactar a velocidad y

sobre temas económicos donde si te equivocás en

un número puede ser un problema enorme.

Después de pasar por Japón y China, donde trabajó

como periodista, se instaló en 1981 en París,

donde además de trabajar en France Presse ofició

como conferenciante en el Centre Pompidou, y

aunque admite que ese trabajo está considerado

una especie de lujo, dice que también fue difícil:

“Nadie sabe que en el Centre Pompidou, además de

estar todo el día entre cuadros, los responsables

de sector hacen ronda para ver si estás en tu

puesto y tenés que pedir permiso para ir al baño”.

Después de tantos viajes y de haber pasado

casi treinta años en París, ¿volvería a vivir en

Buenos Aires?

No, no lo creo. Aquí soy un hongo, puedo aislarme.

En Argentina adivino todo, soy permeable a todo.

Desde la manera de abrir el diario hasta el acento.

Sería demasiado difícil, aquí puedo cerrar las

cortinas, allá no podría.

En París, aún sigue trabajando para ganarse el

pan de cada día, hace traducciones y correcciones.

Por suerte, le queda tiempo para escribir cada

mañana dos o tres horas, bien temprano, y

también para organizar picnics o ir a nadar a la

pileta de su barrio. “¿Y el futuro?”.

“Como siempre, sigo pensando en escribir el

gran libro”.

www.letralia.com/219/entrevistas01.htm

***

MMMUUURRRIIIÓÓÓ LLLEEEÓÓÓNNNIIIDDDAAASSS LLLAAAMMMBBBOOORRRGGGHHHIIINNNIII,,, UUUNNN PPPOOOEEETTTAAA DDDEEE LLLAAA PPPAAARRROOODDDIIIAAA

El escritor, que reelaboró la poesía gauchesca, eligió

la tragedia y la risa para hablar del país

El escritor argentino Leónidas Lamborghini, una

figura singular de la poesía, creador de una obra

que jugó con la parodia y con la tragedia, y cuya

influencia se extendió en América latina, falleció

ayer por la tarde, en Buenos Aires, a los 82 años de

edad.

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/32

Muchas veces

criticado, otras

tantas celebrado,

siempre

controvertido,

Lamborghini tuvo

entre sus

admiradores a

Leopoldo Marechal,

Rodolfo Fogwill,

Juan L. Ortiz y

Ricardo Piglia, que

escribió: "Todos admiramos a Lamborghini y todos

lo hemos copiado".

"Fue un escritor de variaciones sutiles, que

revisó con estiletes agudos y espíritu socarrón

textos fundamentales de la política argentina", se

difundió apenas conocida la noticia desde la

Biblioteca Nacional, donde comenzó su velatorio

ayer, a las 21.30.

Autor de 25 libros de poesía, tres novelas y

numerosos ensayos, Lamborghini recuperó la

poesía gauchesca y la reformuló apelando a la risa,

la tragedia, la mezcla y el absurdo.

Así, pensaba, se podía comprender la Argentina.

"Entre la parodia y la tragedia se define nuestra

realidad histórico política, como supieron

entenderlo y expresarlo los gauchescos Hidalgo,

Ascasubi, Del Campo y Hernández", escribió el

autor, alguna vez acusado de "mancillar a la

poesía", como él mismo recordaba.

Militancia y literatura

Leónidas Lamborghini nació en el barrio porteño

de Villa del Parque el 10 de enero de 1927.

Comenzó sus estudios universitarios en 1946, en

la Facultad de Agronomía, que abandonó, para

dedicarse a trabajar en la industria textil (como

tejedor y encargado de telares) y, a partir de 1955,

se dedicó al periodismo y a la poesía de manera

completa.

Fue redactor del diario Crítica y debutó como

escritor con El saboteador arrepentido, de 1955. A

esa obra se sumaron Al público (1957) y Las patas

en las fuentes (1965), obra que creó como

respuesta a la expresión "aluvión zoológico", que

el diputado radical Sanmartino había usado para

hablar del peronismo.

Militante peronista, integrante brevemente de

la Secretaría de Cultura del Gobierno de la

Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de

Héctor Cámpora, entre 1977 y 1990 vivió exiliado

con su familia en México.

Fue autor también de La estatua de la libertad

(1968), Coplas del Che (1968), La canción de

Buenos Aires (1968), El solicitante descolocado

(1971), Partitas (1972) y de la obra de teatro

Perón en Caracas (1999), que se montó este año en

el teatro La Ranchería y cuya crítica en LA NACION

elogió "una escritura que defiende siempre el valor

de la palabra y no se ata a ninguna decoración

innecesaria".

En 1972, en Eva Perón en la hoguera , hizo, en

sus palabras, "una relectura de La razón de mi vida

". Era hermano del también escritor Osvaldo

Lamborghini, fallecido en 1985. Entre sus obras

poéticas también se cuentan Circus (1986), Odiseo

confinado (1992), La risa canalla (2004) y El

jugador, el juego (2007). También escribió novelas:

Un amor como pocos (1993), La experiencia de la

vida (1996).

En ensayo, se dedicó, entre otros temas, a

analizar críticamente la poesía gauchesca, que

entendía como "una épica de la antiépica con un

antihéroe como héroe: los paisanos payasos de

Hidalgo, de Ascasubi, de Del Campo, y ese clown

desgarrado que los resume a todos: Martín Fierro",

como escribió en 1995 en El poder de la parodia .

"La política y la historia política siempre han

estado haciendo presión sobre mi trabajo",

aseguró en ese texto, que sintetiza su credo

estético . La parodia era,

para Lamborghini, la vía

para cuestionar los

valores hegemónicos y

revelar el vacío de

muchas convenciones, y

la risa, un camino para

llegar a la verdad.

La editorial Adriana

Hidalgo publicó la casi

totalidad de sus últimos

libros: El jardín de los

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/33

poetas , Carroña última forma , Trento , Odiseo

confinado (reedición), y El jugador, el juego. Varios

libros suyos todavía permanecen inéditos.

En una entrevista, Lamborghini condensó la

originalidad de su obra: "Quiero demostrar que el

poema no se explica con la idea, sino que se gesta

en contra de lo que uno había pensado al

principio".

Sus restos se velan desde anoche y hasta hoy, a

las 16, en la sala Augusto Raúl Cortazar de la

Biblioteca Nacional (Agüero 2502). Serán

enterrados en el cementerio de la Chacarita.

La Nación, Buenos Aires, 14 de noviembre de 2009

***

JJJOOOSSSÉÉÉ EEEMMMIIILLLIIIOOO PPPAAACCCHHHEEECCCOOO::: “““NNNOOO SSSOOOYYY NNNIII EEELLL MMMEEEJJJOOORRR PPPOOOEEETTTAAA DDDEEE MMMIII BBBAAARRRRRRIIIOOO””” AAAnnntttooonnniiiooo AAAssstttooorrrgggaaa

“Triste que todo pase... Pero también qué dicha

este gran cambio perpetuo. Si pudiéramos detener

el instante todo sería mucho más terrible».

¿Pueden imaginar a un José Emilio Pacheco de

2009, digamos, que hubiera congelado el tiempo

fugaz en un momento preciso? Nosotros, sí.

Ocurrió esta mañana, en el Palacio Real, donde el

autor de «El arte de la sombra» detuvo el espacio

para conquistar al auditorio con su bonhomía,

sencillez y humildad, cualidades que no se estilan

en este aire de los días irrespirables.

José Emilio Pacheco, que a las siete de esta

tarde recibe el merecidísimo premio Reina Sofía de

Poesía Iberoamericana (después de muchos años

de quedarse a las puertas) de manos de Doña Sofía

en el Salón de Columnas del Palacio Real,

constituye por sí mismo una literatura. Como sus

compatriotas Octavio Paz y Alfonso Reyes (a quien

él daba a leer sus textos de juventud) y como Jorge

Luis Borges, de quien Pacheco es consumada

autoridad. José Emilio Pacheco es el único poeta

posterior a Octavio Paz que ha creado un universo

auténticamente propio, labrando y esculpiendo

todos los tonos del lenguaje, el poema confidencial,

el irónico, el de lo cotidiano, sostiene uno de sus

grandes admiradores, Jaime Siles, encargado de

presentar la antología Contraelegía, editada por la

Universidad de Salamanca con motivo de la

concesión del XVIII premio Reina Sofía de Poesía

Iberoamericana, que cuenta con una magnífica

introducción, edición y selección de la profesora

de Literatura de la Universidad de Salamanca, y

"pachequista" convicta y confesa, Francisca

Noguerol.

Sin dedicatorias

La clase de José Emilio Pacheco la destiló el

estupendo poeta a la primera pregunta de esta

mañaña, en la presentación de su «Contraelegía»:

¿Se considera usted el mejor poeta mexicano?

“¡Cómo voy a ser el mejor poeta mexicano si no lo

soy ni de mi colonia, ni de mi barrio!”, contraataca

al instante. Y lo explicita: “A la vuelta de la esquina

de mi casa vive Juan Gelman [premio Reina Sofía -

el año en el que Pachecó quedó segundo- y

Cervantes], y a unas cuantas cuadras (manzanas)

Alberto Blanco”. Cuando Gelman ganó el Cervantes

invitó a su vecino Pacheco a brindar por el

galardón en un restaurante cercano, en presencia

de su editor Chus Visor. José Emilio Pacheco, que

no tenía a mano su poemario (“se lo cambié ayer

por un disco a la joven y linda cantante española

Rosa”) confesó que no ha puesto dedicatoria en su

libro porque “si no lo convierto en un libro

tibetano de muertos”.

¿En qué empleará la dotación económica del

Premio Reina Sofía (42.100 euros)? Con deliciosa

ironía, Pacheco remató: “A esta edad, el galardón

tengo que emplearlo en gastos médicos. Si me

hubiera pillado con 30 años me lo habría gastado

en Ibiza”, mientras sonreía en la distancia a su

encantadora mujer Cristina.

¿Y el sentimiento de lo efímero? ¿Dónde nace,

maestro Pacheco? Don José Emilio responde con

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prontitud y sabiduría: “Ese sentimiento de lo

efímero es consecuencia directa de haber nacido y

crecido en la ciudad de México, donde todo

desaparece al instante. ¡Todo desaparece

brutalmente en México! Yo no me puedo oponer al

cambio, pero de repente cae una casa y la

sustituyen por un edificio horrendo”. José Emilio

Pacheco ensancha el mundo con su poesía. ¿Su

inspiración poética? Y recurre a la fábula del

ciempiés y el entomólogo: “Resulta que un buen

día un entomólogo le pregunta al ciempiés cuál es

la patita que mueve primero. El insecto se queda

petrificado. Se agobia, se paraliza, se muere de

hambre y cae ante tamaña cuestión. Eso mismo me

pasa a mí. No sé qué patita poética muevo en

primer lugar. La ‘fama’ me está impidiendo

escribir una sóla línea. Yo creo que tras la Feria de

Guadalajara nadie se acordará de mí”.

Aunque aún queda el Cervantes -como apuntó

el director de Patrimonio Nacional, Yago Pico de

Coaña, cinco autores galardonados con el Reina

Sofía fueron reconocidos posteriormente con el

premio que lleva el nombre de don Miguel de

Cervantes: Gonzalo Rojas, Álvaro Mutis, José

Hierro, Antonio Gamoneda y Juan Gelman-, pero

José Emilio Pacheco no aspira a ningún otro

reconocimiento: “Jamás di un paso o pedí una

carta de recomendación. No tengo ningún afán de

superviviencia. Al día siguiente en que me muera,

desapareceré”. No leemos a Pacheco. Nos leemos

en él.

ABC, Madrid, 17 de noviembre de 2009

EEESSSCCCRRRIIIBBBIIIMMMOOOSSS PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA CCCOOOMMMOOO UUUNNNAAA FFFOOORRRMMMAAA DDDEEE RRREEESSSIIISSSTTTEEENNNCCCIIIAAA CCCOOONNNTTTRRRAAA LLLAAA BBBAAARRRBBBAAARRRIIIEEE::: JJJOOOSSSÉÉÉ EEEMMMIIILLLIIIOOO PPPAAACCCHHHEEECCCOOO BBBeeerrreeennniiiccceee SSSááánnnccchhheeezzz

La noche de ayer fue para José Emilio Pacheco la

culminación de un día diferente, emotivo e

inolvidable. Recibió de manos de la Reina Sofía el

premio de Poesía Iberoamericana y dijo que está

muy agradecido por la distinción, que no sólo es

para él y su obra, sino “para toda la poesía

mexicana y latinoamericana que es muy buena”.

Pero también dijo sentirse abrumado por tantas

entrevistas, que no le gustan. Aún así, señaló que

en medio de la situación que vive México se ha

levantado un movimiento poético que uno sólo

puede explicárselo como una forma de resistencia

a las dificultades. “La poesía no puede cambiar eso,

pero sí reflejarlo”. “Solo se me ocurre que

escribimos poesía porque es una forma de

resistencia contra la barbarie”. asegura.

En el antiguo Palacio Real de Madrid y ante más

de 300 invitados, el poeta dijo en su discurso de

aceptación del prestigioso galardón que recibió

por su trayectoria literaria, dijo que “la violencia

sigue siendo un látigo que azota al planeta, y en

especial a México, al que se suma el desempleo”.

El poeta, quien asistió acompañado de su

esposa Cristina Pacheco, aseguró que “ahora la

violencia y la crueldad extremas son mi pan

cotidiano”.

José Emilio Pacheco señaló que el Premio Reina

Sofía es una ventura que no admite un discurso

elevado, al que prefirió sustituir por unas sencillas

palabras de gratitud. “No quiero apartarme de esta

buena costumbre ni tampoco ignorar las trágicas

circunstancias por las que atraviesan México, en

particular, y el mundo, en general”, añadió.

Y en ese tono explicó que han dicho que lo

ocurrido en los 20 años posteriores a la caída del

Muro de Berlín se resume entre un título de

Dickens y otro de Balzac: Grandes esperanzas y Las

ilusiones perdidas.

Al hablar de estas épocas turbulentas, recordó

que nació a mediados de otro año horrible, 1939,

pero “me libré de los desastres de la guerra. No

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sufrí los bombardeos,

las batallas, las

persecuciones o los

campos de exterminio.

Todo lo experimenté a

distancia, pero no por

ello dejó de

imprimirse en cuanto

he escrito”.

José Emilio

Pacheco, considerado

en 2002, a través de

una encuesta por

internet de la revista

Letras Libres, como “el mejor poeta vivo de

México”, dice que “escribo sobre lo que veo y lo

que veo no es para sentirse optimista. Ahora hay

un nuevo matiz que no existía antes, una crueldad

nueva. Por ejemplo, antes había venganza entre los

gangsters, pero a las mujeres y a los niños se les

respetaba. Ahora aparecen los niños quemados

vivos o un hombre decapitado al que le sacan los

ojos, es monstruoso. Es de una impotencia terrible;

yo creo que no soy pesimista, que con los seres

humanos me quedé corto”, añade.

México es para Pacheco todo, además de ser el

tema de muchos de sus poemas. Uno de ellos,

convertido en todo un símbolo para muchos

jóvenes: “No amo mi patria / Su fulgor abstracto /

es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida

por diez lugares suyos / cierta gente, puertos,

bosques, desiertos, fortalezas...”.

Explicó que actualmente hay muchos jóvenes

escribiendo poesía. “Yo podría decir que la poesía

ha perdido adeptos, aunque tampoco creo que

haya habido una época de oro de este género”,

expuso, aunque agregó que quizá nunca se había

escrito y leído tanta poesía como en estos tiempos.

Anotó que además hay un elemento que

contribuye a ello, que es el internet, “que yo ya por

razones de edad no conozco, pero estoy seguro de

que la comunicación a través de esta vía debe ser

muy intensa”.

El escritor Rafael Pérez Gay celebró que el

Premio Reina Sofía de Poesía iberoamericana se le

haya otorgado a José Emilio Pacheco, porque con

ello premian a la más sólida y tenaz trayectoria

poética de nuestro país, dijo.

Subrayó que “Pacheco es el hombre de letras

vivo más importante de México que desde hace ya

muchos años se ha dedicado con rigor, disciplina y

entrega al mundo de la literatura.

“Con este reconocimiento se premia el talento

de uno de los escritores que con sus textos nos

enseña de manera inteligente y atractiva al mundo

fascinante de las letras”.

Por su parte, el escritor René Avilés Fabila dijo:

“José Emilio tiene muy merecido este premio y

muchos otros más. Es uno de los escritores de

mayor talento, de mayor cultura. Creo que su único

antecedente en tal sentido es Alfonso Reyes.

“Pacheco es un hombre de letras, desde niño

empezó a escribir y ha logrado incursionar de una

manera fantástica en todos los géneros literarios:

cuento, novela, poesía, ensayo y periodismo, es un

escritor muy completo”.

La Crónica de Hoy, 18 de noviembre de 2009

***

"""LLLAAA PPPOOOEEESSSÍÍÍAAA NNNOOO MMMEEE IIINNNTTTEEERRREEESSSAAA CCCOOOMMMOOO PPPAAALLLAAABBBRRRAAA OOORRRNNNAAAMMMEEENNNTTTAAADDDAAA"""::: AAANNNTTTOOONNNIIIOOO GGGAAAMMMOOONNNEEEDDDAAA AAAnnnaaa MMMaaarrríííaaa HHHeeerrrnnnááánnndddeeezzz

Antonio Gamoneda descubrió que la poesía, incluso

la solidaria, se hace en soledad.

El español

Antonio

Gamoneda

(Oviedo, 1931)

tiene la mirada

reposada de los

poetas

veteranos. La

misma luz en los

ojos que se puede apreciar en Rafael Cadenas, que

rebosaba en Eugenio Montejo y en Alfredo Silva

Estrada. El poeta asturiano estuvo en Caracas y

Valencia, en un instante que pudo abrir dentro de

su gira por América Latina. En la capital recitó en

Ciudad Banesco, y en Valencia fue recibido por la

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Feria Internacional del Libro de la Universidad de

Carabobo (Filuc).

¿Cuánto ha variado su poesía desde sus inicios?

Hacia mediados de los setenta, cuando apareció la

democracia en España, yo llevaba 15 años

escribiendo poco y sin publicar. A partir de ese

momento algo me incentivó o yo dejé de

preocuparme por la dictadura, pero me di cuenta

que mi poesía, mi lenguaje, mi pensamiento

poético, habían cambiado.

¿Qué es ese pensamiento poético?

Lo entiendo como el lenguaje interior que, en mi

caso, registró una rítmica distinta, una manera de

dirigirme hacia una semántica desconocida, una

significación que antes era más deliberada aunque

no puro automatismo. Y eso, más toda la vida de

esos 15 años, dieron como resultado un giro en el

lenguaje poético fuerte.

¿Hubo síntomas?

Ocurre que la poesía no me interesa como palabra

ornamentada. Me interesa más como un hecho

existencial, con el mismo peso de realidad y vida

que pueden tener otros aspectos. Los años habían

pasado, la existencia me había cargado de sentidos

y de contenidos nuevos y eso, más algo intuitivo,

habían cambiado todo.

¿Qué pasó?

Un día iba por la orilla del río Torío, con orillas

llenas de álamos y se me aparecieron unas

palabras: "El óxido se posó en mi lengua como el

sabor de una desaparición". Yo no lo pensé,

vinieron y eran palabras con un molduraje un

tanto rítmico como semántico imprevisto para mí.

Allí partió la poesía y, como ahora no tengo

perspectiva sobre mí mismo, no sé si hay

verdaderos cambios.

Se dice que su poesía no entra en ninguna

tendencia, ¿Cómo la define?

Eso no es ningún mérito especial. Yo soy un poeta

provinciano vocacionalmente, que nunca he

participado de los mundillos literarios, de los

grupos que configuran una tendencia. La poesía se

hace en soledad, incluso la que conlleva

solidaridades.

Pero usted tiene cuatro premios importantes.

¿Cómo lo perciben los jóvenes?

No lo sé. De repente, primero despacio y luego en

sorprendente torrencial, llegaron los premios.

Igual tengo conciencia clara de mi soledad.

¿Qué prepara ahora?

Estoy intentando tener espacio mental libre para

escribir con cierta responsabilidad. Pero

precisamente esa torrencialidad de la que

hablábamos ha intervenido en mi vida. Esa no es la

posición que yo quiero para escribir; me fatiga un

poco.

¿Mantiene relación con los poetas

venezolanos?

No. No tengo especial conocimiento de la poesía

venezolana, ni de la poesía latinoamericana. Sí era

buen amigo de Eugenio Montejo. Este

desconocimiento es parte de una culpabilidad aún

mayor porque el desconocimiento es colectivo y

recíproco. Pero claro, ¿dónde están aquí los libros

españoles? Resultan carísimos. Los libros tienen

origen en un acto de creación, pero son un

producto de mercado y eso condiciona el

conocimiento.

¿Qué lee actualmente?

Hace tres años que no leo un libro entero. O estoy

viajando o a las 3:00 de la mañana estoy

preparando una conferencia. Es exagerado, pero es

así. Tengo una carpeta con papeles garabateados

que no sé si son algo o nada. He terminado de

escribir hace medio año un libro de memorias de

infancia. Proyectos tengo, pero no son más que

eso.

www.eluniversal.com/2009/11/20/til_art_la-poesia-

no-me-int_1662502.shtml

***

NNNOOOVVVEEEDDDAAADDDEEESSS

Minerva Margarita Villarreal, Herida luminosa. México, Conaculta, 2009

A ratos elegía y a ratos canto

celebratorio, Herida luminosa, de

Minerva Margarita Villarreal, se

nos presenta como un largo

poema fragmentario cuyas

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elpoemaseminal 137-138/ oct-nov 2009/37

estaciones apuntan hacia la construcción de un

paisaje estrechamente unido al origen. Con una

voz que no teme mostrar su herida en el arrebato

lírico, y a la vez capaz de remontar bellas alturas

verbales, la autora reincide en emparejar con

fortuna una cadencia bíblica a un tono erótico.

A lo largo del poemario, el espacio físico muta

hasta confundirse con los confines interiores

donde los verbos caer, subir, avanzar, retroceder

son brújulas a descubrir en el trance de una

comunión del cuerpo con otras esferas de

existencia. El amante y la divinidad se confunden

en un mismo diálogo. Una trinidad donde las

transfiguraciones del interlocutor comprenden al

padre, al amante y al hijo. Porque abreva

venturosamente en una tradición cara a nuestro

idioma, y por sus aciertos estéticos que logran una

intensidad espiritual, este libro se inscribe con

solvencia entre lo mejor de la poesía que se escribe

actualmente en nuestro país.

Luis Jorge Boone

Noé Jitrik, Cálculo equivocado. Poemas 1983-

2008. Buenos Aires, FCE, 2009

Cálculo equivocado reúne la obra poética de Noé

Jitrik escrita entre 1983 y 2008: Última copa y no

va más, El vals de otro tiempo, El tango del filósofo,

Anatomías, Ocasionales y Erráticas.

[…] En este volumen que hoy

reúne felizmente no pocos años

de poesía que mana serena

pero no mansamente,

[descubro] tanto la

concentración (y

ahondamiento) de ese discurrir

original como la aparición de

nuevos timbres, el logrado

escandido, por ejemplo, que encabalga y

desencabalga las líneas no sólo para emitir sentido

sino también para expresar, en sus mejores

momentos al unísono, sonido; algo que en esta

época sorda, y muda, devuelve sus laureles al

longevo y jamás desdeñable valor del oído. La

poesía de Noé Jitrik no es una manifestación

diferente de su inteligente y atentísima capacidad

de reflexión y análisis. O al menos, no sólo eso.

Sino también, unas veces aguzándola y otras por el

contrario, la manifestación espontánea, la

evidencia de una devoción y de un lirismo

personal, auténtico, de fondo (no sólo como telón),

que ha fluido y sostenido siempre en lo esencial,

por tener conciencia fresca de él, su propia obra

académica, su propio criterio como crítico.

Rodolfo Alonso

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