4
ISRAEL, EL ESTADO NACIONAL DE LOS JUDÍOS SÁBADO 10 de enero de 2015 / Año 2 / N° 93 Alayyam Campesina palestina aferrada al tronco de un olivo cortado por los colonos israelíes.

Especial Internacional 10-01-15

Embed Size (px)

DESCRIPTION

 

Citation preview

Page 1: Especial Internacional 10-01-15

ISRAEL, EL ESTADO NACIONAL DE LOS JUDÍOS

SÁBADO 10 de enero de 2015 / Año 2 / N° 93

Alayyam

Campesina palestina aferrada al tronco de un olivo cortado por los colonos israelíes.

Page 2: Especial Internacional 10-01-15

Israel, el Estado nacional de los judíos

INTRODUCCIÓNEl 1 de enero de cada año tiene significados vitales para cubanos como para palestinos relacionados con la lucha de los dos

pueblos por su liberación nacional. Pero entre ambos hay una diferencia sustancial. En el caso cubano, la efemé-ride implica la coronación de su lucha contra la dictadura batista servil a los intereses de EEUU. En el caso palestino implica el inicio de su lucha contra la ocupación colonial israelí de su territo-rio patrio iniciada en 1965. Lucha que ha transcurrido por varias etapas y se mantiene hasta el día de hoy.

Volviendo al tema de Israel, en primer lugar se tiene que señalar el carácter y naturaleza capitalista y co-lonial del concepto Estado-nación. En este contexto, Israel, hasta el momen-to, se define a sí como ‘Estado judío democrático’, pero con la nueva ley que está en discusión parlamentaria se pretende definirlo como ‘El Estado Nacional de los judíos’.

Dicho en otros términos, mientras el concepto de Estado Plurinacional se ha asentado sólidamente en Bolivia y va ganando universalidad, cada vez ma-yor, en América Latina y fuera de ésta, debido a su capacidad de generar convi-vencia y armonía dentro la diversidad y las diferencias, en Israel van en sentido totalmente opuesto. Borran el supuesto carácter democrático de un Estado colo-nial y buscan un carácter nacional al ju-daísmo, que es una religión monoteísta

Redacción internacional

2 10 de enerode 2015 310 de enero

de 2015

Los palestinos desde ya y antes de la nueva ley son prisioneros, cotidianamente, entre el muro de separación (9 metros de altura) y el control policial israelí. Niña palestina vestida de Papa Noel con su ramo de olivo, símbolo de la paz. Es expresión del amor a la vida, en el fondo soldados israelíes simbolizando la brutalidad de la ocupación.

Protesta de palestinos con la imagen de Mandela para señalar la salida pacífica del dirigente africano y el paralelismo entre el Apartheid y el sistema colonial israelí.

palestinalibre.org

Alayyam

eldiario.es

conformada por creyentes procedentes de varios países, pueblos e etnias, como es el caso de toda religión.

En este contexto, cuando se planteó en los cuarenta del siglo pasado la cues-tión del reconocimiento al Estado de Israel, Truman, entonces presidente de EEUU y gran defensor del sionismo y de Israel, tachó del documento borrador el término de ‘Estado judío de Israel’ y puso en su lugar ‘Estado de Israel’.

En segundo lugar, históricamente siempre se consideró al judaísmo como la primera religión monoteísta, pero esta concepción empieza a cambiar a finales del siglo XIX y principios del XX por la coincidencia fuerte del antise-mitismo y del nazismo, que para darle una justificación de su racismo antiju-dío concibieron al judaísmo como un pueblo, tal concepción fue apropiada por el sionismo para justificar su pro-yecto de colonizar Palestina (ver nues-tro Suplemento 19 julio de 2014 bajo el título de ‘Relaciones Ocultas: Sionis-mo, antisemitismo y nazismo’)

De hecho, la nueva ley, si es apro-bada (y los indicios señalan que lo será), afectará varios aspectos, como las condiciones de la ciudadanía is-raelí, el derecho de los palestinos de retornar a sus hogares ocupados en 1948, las dos versiones históricas; la israelí y la palestina y los derechos emanantes de una y de otra, espe-cialmente por la exigencia israelí a la parte palestina de reconocer esta carácter del Estado de Israel.

Iremos viendo estas implicaciones.

DOS VERSIONES HISTÓRICAS O ¿QUIÉN TIENE DERECHO AL RETORNO?

Las estadísticas israelíes informan que la población judía de Israel procede de 94 países y hablan 100 idiomas maternos aparte del hebreo. Estadísticas que conforman la naturaleza religiosa del judaísmo y refuta su naturaleza de ‘Nación’ (la con-dición israelí es perfectamente entendible en la medida en la que refleja la pertenencia a un Estado en los hechos).Pero la versión sionista como la del antisemitismo y el nazismo y la de Europa cristiana (por adoptar el Antigua Testamento, cosa que no hace el cristianismo oriental) tiene la versión de que la creación de Israel en el 80% de la tierra palestina es la realización de la vuelta (después de 2000 años) del pueblo elegido a su tierra prometida. De allí surge la mesiánica Ley del Retorno israelí ya mencionado como el hecho de que a la minoría nacional palestina se le niega tal carácter y de esta misma visión surge el concepto expansionista del Gran Israel (desde el Nilo hasta el Éufrates) como la tierra mencionada por el Antiguo Testamento.Esta versión sionista ha pretendido un cierto aire de modernidad presentándose como un “movimiento de liberación nacional”, en los hechos el sionismo liberó a Palestina de los palestinos.La versión palestina es más mundana, en el sentido que se apega a la realidad colonial que padecen nuestros pueblos del sur y ven que la pugna colonial por dominar Oriente Medio y crear el Estado de Israel en su corazón se reflejó, por primera vez, en el proyecto de Napoleón Bonaparte de invadir Egipto y Palestina en 1799, abrir el canal de Suez, y crear a Israel en

Palestina. El caso es que este proyecto fracasó debido a su de-rrota a manos palestinas en San Juan de Acre (Àaka en árabe). Desde entonces se han repetido estos intentos de colonizar a Palestina hasta que se logró el éxito con el proyecto británico cristalizado en 1948.La versión palestina ve a su movimiento como una lucha de liberación nacional frente a los empeños coloniales, neoco-loniales e imperialistas de imponer su hegemonía y control sobre esta región estratégica donde Palestina es la continui-dad territorial entre las partes asiática y africana de Oriente Medio. Ocuparla con una colonia europea implica ejercer el dominio deseado. La resolución 194/1948 de las Naciones Unidas estipula el derecho de los refugiados palestinos al retorno a sus tierras y propiedades en su patria usurpada por Israel. Esta resolución ha sido reiterada 110 veces en la ONU, pero Israel, con el apoyo de EEUU, se ha negado a cumplir este dictamen como otros tantos del máximo organismo internacional.Israel no sólo se niega a aplicar esta resolución, pero tiene múltiples leyes y reglamentos administrativos con el fin de apropiarse de las tierras y hogares palestinos, tanto de los que viven en su territorio como los de los territorios ocupados en 1967 y cerrarles el espacio para obligarles a emigrar. En cambio y a partir de su versión bíblica, cualquier judío, sea de Suecia, de Etiopía, de América Latina o de China, con tal de tocar tierra israelí, ya obtiene la ciudadanía.

LA CONDICIÓN DE CIUDADANÍA ISRAELÍ

En términos jurídicos, todo miembro de la sociedad israelí tiene la condición de ser ciudadano. Pero los hechos marcan varias diferencias entre un ciudada-no y otro, dependiendo de varios factores. La población judía de Israel conforma el 79% de la población total. En los hechos conforman la ciuda-nía más privilegiada. Dentro de este segmento, los ashquenazíes (judíos occidentales procedentes de Europa) conforman la capa que ostenta el poder económico, el político y el legislativo. En segundo lugar vienen los judíos sefardíes (judíos orientales procedentes de Irak, Yemen, Etiopía, Marruecos, etc., que por encima de su condición de ciudadanos de primera categoría, se encuentran discriminados por los ashquenazíes, de modo tal que en los seten-

ta del siglo pasado conformaron la organización de Panteras Negras al estilo de la que se formó en EEUU por los afroamericanos. Dentro este segmento hay un sector que no tiene aún una definición clara. Aquí se refiere a los emi-grantes procedentes de la que fue la Unión Sovié-tica. Dado que esta migración se produjo en plena crisis que sufrió la URSS, gran parte de sus judíos migraron a partir de la Ley del Retorno israelí, que da la nacionalidad a cualquier judío nada más al tocar tierra israelí. Por motivo de la crisis, muchos soviéticos se hicieron pasar por judíos y llegaron a Israel. Son alrededor de 300 mil que no reúnen las condiciones que exige la Ley del Retorno.El restante 21% de la población israelí la conforman

los originarios palestinos, que no abandonaron este 80% de territorio patrio donde fue creado Israel en 1948. En su momento eran unos 170 mil, ahora ron-dan los 2 millones. En su momento tenía el 4% del territorio y esto es lo que tienen en el momento ac-tual. Desde entonces no se ha construido ninguna aldea árabe, mientras la destrucción de sus casas por parte de la autoridad israelí se mantiene. De acuerdo con las leyes israelíes, esta minoría nacio-nal no tiene esta condición. En los documentos ofi-ciales figuran como musulmanes, cristianos o drusos.Esta es la actual compleja situación de los ciudada-nos israelíes dentro el ‘Estado judío democrático’ de Israel. No es fácil imaginar cómo sería bajo la defini-ción de Israel como el Estado Nacional de los judíos.

Teóricamente, el ciudadano judío de Israel no debe de sufrir un cambio en su estatus, pero habrá que ver si la actual discriminación contra el judío orien-tal se refuerza o no. Respecto de la minoría palestina, está claro que si es aprobada esta ley, sufrirán mayor discriminación y persecución. Avigdor Lieberman, actual canciller israelí, lleva varios meses reclamando a esta mino-ría su traslado a los territorios del Estado Palestino, ya que Israel no es su país. En varias declaraciones, Lieberman ha señalado la posibilidad de transferir esta población al Estado Palestino aun en contra de su voluntad. También ya hay bastantes reclamos de anular el ca-rácter oficial del idioma árabe en las instituciones de

educación israelíes y prohibir su enseñanza en tales instituciones. De todos modos, es prematuro imaginar todos los detalles y efectos de esta ley en la deplorable situa-ción de esta minoría de originarios del país.El otro aspecto de esta ley es su carácter extraterri-torial. El conjunto de los judíos del mundo ronda los 17 millones, de ellos algo menos de 8 millones viven en Israel y son sus ciudadanos. El hecho de definir a Israel como ‘El Estado Nacional de los ju-díos’ ¿qué implica para los ciudadanos judíos de EEUU, de Francia, de Argentina, etc.? Es inevitable la interrogante sobre la capacidad jurídica de Is-rael para definir la nacionalidad de ciudadanos de otros países.

Page 3: Especial Internacional 10-01-15

Israel, el Estado nacional de los judíos

INTRODUCCIÓNEl 1 de enero de cada año tiene significados vitales para cubanos como para palestinos relacionados con la lucha de los dos

pueblos por su liberación nacional. Pero entre ambos hay una diferencia sustancial. En el caso cubano, la efemé-ride implica la coronación de su lucha contra la dictadura batista servil a los intereses de EEUU. En el caso palestino implica el inicio de su lucha contra la ocupación colonial israelí de su territo-rio patrio iniciada en 1965. Lucha que ha transcurrido por varias etapas y se mantiene hasta el día de hoy.

Volviendo al tema de Israel, en primer lugar se tiene que señalar el carácter y naturaleza capitalista y co-lonial del concepto Estado-nación. En este contexto, Israel, hasta el momen-to, se define a sí como ‘Estado judío democrático’, pero con la nueva ley que está en discusión parlamentaria se pretende definirlo como ‘El Estado Nacional de los judíos’.

Dicho en otros términos, mientras el concepto de Estado Plurinacional se ha asentado sólidamente en Bolivia y va ganando universalidad, cada vez ma-yor, en América Latina y fuera de ésta, debido a su capacidad de generar convi-vencia y armonía dentro la diversidad y las diferencias, en Israel van en sentido totalmente opuesto. Borran el supuesto carácter democrático de un Estado colo-nial y buscan un carácter nacional al ju-daísmo, que es una religión monoteísta

Redacción internacional

2 10 de enerode 2015 310 de enero

de 2015

Los palestinos desde ya y antes de la nueva ley son prisioneros, cotidianamente, entre el muro de separación (9 metros de altura) y el control policial israelí. Niña palestina vestida de Papa Noel con su ramo de olivo, símbolo de la paz. Es expresión del amor a la vida, en el fondo soldados israelíes simbolizando la brutalidad de la ocupación.

Protesta de palestinos con la imagen de Mandela para señalar la salida pacífica del dirigente africano y el paralelismo entre el Apartheid y el sistema colonial israelí.

palestinalibre.org

Alayyam

eldiario.es

conformada por creyentes procedentes de varios países, pueblos e etnias, como es el caso de toda religión.

En este contexto, cuando se planteó en los cuarenta del siglo pasado la cues-tión del reconocimiento al Estado de Israel, Truman, entonces presidente de EEUU y gran defensor del sionismo y de Israel, tachó del documento borrador el término de ‘Estado judío de Israel’ y puso en su lugar ‘Estado de Israel’.

En segundo lugar, históricamente siempre se consideró al judaísmo como la primera religión monoteísta, pero esta concepción empieza a cambiar a finales del siglo XIX y principios del XX por la coincidencia fuerte del antise-mitismo y del nazismo, que para darle una justificación de su racismo antiju-dío concibieron al judaísmo como un pueblo, tal concepción fue apropiada por el sionismo para justificar su pro-yecto de colonizar Palestina (ver nues-tro Suplemento 19 julio de 2014 bajo el título de ‘Relaciones Ocultas: Sionis-mo, antisemitismo y nazismo’)

De hecho, la nueva ley, si es apro-bada (y los indicios señalan que lo será), afectará varios aspectos, como las condiciones de la ciudadanía is-raelí, el derecho de los palestinos de retornar a sus hogares ocupados en 1948, las dos versiones históricas; la israelí y la palestina y los derechos emanantes de una y de otra, espe-cialmente por la exigencia israelí a la parte palestina de reconocer esta carácter del Estado de Israel.

Iremos viendo estas implicaciones.

DOS VERSIONES HISTÓRICAS O ¿QUIÉN TIENE DERECHO AL RETORNO?

Las estadísticas israelíes informan que la población judía de Israel procede de 94 países y hablan 100 idiomas maternos aparte del hebreo. Estadísticas que conforman la naturaleza religiosa del judaísmo y refuta su naturaleza de ‘Nación’ (la con-dición israelí es perfectamente entendible en la medida en la que refleja la pertenencia a un Estado en los hechos).Pero la versión sionista como la del antisemitismo y el nazismo y la de Europa cristiana (por adoptar el Antigua Testamento, cosa que no hace el cristianismo oriental) tiene la versión de que la creación de Israel en el 80% de la tierra palestina es la realización de la vuelta (después de 2000 años) del pueblo elegido a su tierra prometida. De allí surge la mesiánica Ley del Retorno israelí ya mencionado como el hecho de que a la minoría nacional palestina se le niega tal carácter y de esta misma visión surge el concepto expansionista del Gran Israel (desde el Nilo hasta el Éufrates) como la tierra mencionada por el Antiguo Testamento.Esta versión sionista ha pretendido un cierto aire de modernidad presentándose como un “movimiento de liberación nacional”, en los hechos el sionismo liberó a Palestina de los palestinos.La versión palestina es más mundana, en el sentido que se apega a la realidad colonial que padecen nuestros pueblos del sur y ven que la pugna colonial por dominar Oriente Medio y crear el Estado de Israel en su corazón se reflejó, por primera vez, en el proyecto de Napoleón Bonaparte de invadir Egipto y Palestina en 1799, abrir el canal de Suez, y crear a Israel en

Palestina. El caso es que este proyecto fracasó debido a su de-rrota a manos palestinas en San Juan de Acre (Àaka en árabe). Desde entonces se han repetido estos intentos de colonizar a Palestina hasta que se logró el éxito con el proyecto británico cristalizado en 1948.La versión palestina ve a su movimiento como una lucha de liberación nacional frente a los empeños coloniales, neoco-loniales e imperialistas de imponer su hegemonía y control sobre esta región estratégica donde Palestina es la continui-dad territorial entre las partes asiática y africana de Oriente Medio. Ocuparla con una colonia europea implica ejercer el dominio deseado. La resolución 194/1948 de las Naciones Unidas estipula el derecho de los refugiados palestinos al retorno a sus tierras y propiedades en su patria usurpada por Israel. Esta resolución ha sido reiterada 110 veces en la ONU, pero Israel, con el apoyo de EEUU, se ha negado a cumplir este dictamen como otros tantos del máximo organismo internacional.Israel no sólo se niega a aplicar esta resolución, pero tiene múltiples leyes y reglamentos administrativos con el fin de apropiarse de las tierras y hogares palestinos, tanto de los que viven en su territorio como los de los territorios ocupados en 1967 y cerrarles el espacio para obligarles a emigrar. En cambio y a partir de su versión bíblica, cualquier judío, sea de Suecia, de Etiopía, de América Latina o de China, con tal de tocar tierra israelí, ya obtiene la ciudadanía.

LA CONDICIÓN DE CIUDADANÍA ISRAELÍ

En términos jurídicos, todo miembro de la sociedad israelí tiene la condición de ser ciudadano. Pero los hechos marcan varias diferencias entre un ciudada-no y otro, dependiendo de varios factores. La población judía de Israel conforma el 79% de la población total. En los hechos conforman la ciuda-nía más privilegiada. Dentro de este segmento, los ashquenazíes (judíos occidentales procedentes de Europa) conforman la capa que ostenta el poder económico, el político y el legislativo. En segundo lugar vienen los judíos sefardíes (judíos orientales procedentes de Irak, Yemen, Etiopía, Marruecos, etc., que por encima de su condición de ciudadanos de primera categoría, se encuentran discriminados por los ashquenazíes, de modo tal que en los seten-

ta del siglo pasado conformaron la organización de Panteras Negras al estilo de la que se formó en EEUU por los afroamericanos. Dentro este segmento hay un sector que no tiene aún una definición clara. Aquí se refiere a los emi-grantes procedentes de la que fue la Unión Sovié-tica. Dado que esta migración se produjo en plena crisis que sufrió la URSS, gran parte de sus judíos migraron a partir de la Ley del Retorno israelí, que da la nacionalidad a cualquier judío nada más al tocar tierra israelí. Por motivo de la crisis, muchos soviéticos se hicieron pasar por judíos y llegaron a Israel. Son alrededor de 300 mil que no reúnen las condiciones que exige la Ley del Retorno.El restante 21% de la población israelí la conforman

los originarios palestinos, que no abandonaron este 80% de territorio patrio donde fue creado Israel en 1948. En su momento eran unos 170 mil, ahora ron-dan los 2 millones. En su momento tenía el 4% del territorio y esto es lo que tienen en el momento ac-tual. Desde entonces no se ha construido ninguna aldea árabe, mientras la destrucción de sus casas por parte de la autoridad israelí se mantiene. De acuerdo con las leyes israelíes, esta minoría nacio-nal no tiene esta condición. En los documentos ofi-ciales figuran como musulmanes, cristianos o drusos.Esta es la actual compleja situación de los ciudada-nos israelíes dentro el ‘Estado judío democrático’ de Israel. No es fácil imaginar cómo sería bajo la defini-ción de Israel como el Estado Nacional de los judíos.

Teóricamente, el ciudadano judío de Israel no debe de sufrir un cambio en su estatus, pero habrá que ver si la actual discriminación contra el judío orien-tal se refuerza o no. Respecto de la minoría palestina, está claro que si es aprobada esta ley, sufrirán mayor discriminación y persecución. Avigdor Lieberman, actual canciller israelí, lleva varios meses reclamando a esta mino-ría su traslado a los territorios del Estado Palestino, ya que Israel no es su país. En varias declaraciones, Lieberman ha señalado la posibilidad de transferir esta población al Estado Palestino aun en contra de su voluntad. También ya hay bastantes reclamos de anular el ca-rácter oficial del idioma árabe en las instituciones de

educación israelíes y prohibir su enseñanza en tales instituciones. De todos modos, es prematuro imaginar todos los detalles y efectos de esta ley en la deplorable situa-ción de esta minoría de originarios del país.El otro aspecto de esta ley es su carácter extraterri-torial. El conjunto de los judíos del mundo ronda los 17 millones, de ellos algo menos de 8 millones viven en Israel y son sus ciudadanos. El hecho de definir a Israel como ‘El Estado Nacional de los ju-díos’ ¿qué implica para los ciudadanos judíos de EEUU, de Francia, de Argentina, etc.? Es inevitable la interrogante sobre la capacidad jurídica de Is-rael para definir la nacionalidad de ciudadanos de otros países.

Page 4: Especial Internacional 10-01-15

4 10 de enerode 2015

DOS ESTADOS O UN SOLO ESTADO

El lago Tiberiades al fondo y las dos Nazaret. La de los techos de teja es la antigua, la Palestina. La moderna es la israelí. Un simple vistazo denuncia el sistema de segregación colonial israelí.

Wikiped

ia

Israel, siendo Estado colonial y en expansión, no tiene una constitución que define sus límites territoriales, en cambio tiene “leyes básicas” que tampoco definen estos límites. La definición de sus límites con Jordania y Egip-to se hizo mediante acuerdos de paz con los gobiernos de estos países. En este contexto se tiene que recordar que Israel se creó mediante la fuerza de las armas y que lanzó varias guerras contra sus vecinos y aún hoy en día mantiene territorios ocupados a Palestina, El Líbano y Siria. En tal sentido, tales acuerdos pueden ser modificados por la fuerza de las armas.Pero para Israel los territorios palestinos tienen especial significado dada la visión expansionis-ta de su ‘Gran Israel’. En este contexto, si bien la parte palestina reconoció la existencia de Israel, Tel Aviv en cambio sólo reconoció a la Organi-zación para la Liberación de Palestina (OLP), pero no reconoció al Estado palestino y menos al derecho palestino a la autodeterminación, no obstante las negociaciones que arrancaron hace 21 años.El fracaso de estas negociaciones como los he-chos del propio Gobierno de Israel, de expandir la colonización de tierras palestinas ocupadas,

su política de vaciar a estos territorios de su po-blación originaria, de modo especial Jerusalén oriental, deja en claro su intención de mantener estos territorios bajo su control y dominio. La nueva ley dejará sus efectos y consecuencias para estos territorios. Habrá varias formas jurí-dicas formales para mantener el dominio sobre los mismos y considerarlos parte del territorio de este “Estado nacional de los judíos”.Éste representa un dilema que Israel tendrá que afrontar y solucionar. En el actual territorio his-tórico de Palestina (Israel y territorios palestinos ocupados) viven un poco más de 10 millones. De ellos un tanto más de la mitad son judíos, y un poco menos de la mitad son palestinos. Con el mayor crecimiento poblacional de los pales-tinos se espera que de aquí al año 2018 se con-viertan en mayoría. La convivencia de dos Estados, que Israel se nie-ga a aceptar, podría solucionar este problema. Pero un solo Estado para dos pueblos con esta ley en discusión implica una de dos alternativas o combinación de las dos: un sistema de segre-gación racial peor que el apartheid del anterior régimen racista de Sudáfrica, o expulsión y eli-minación física de los palestinos.

CONCLUSIONESUna encrucijada sin salida es la que enfrentó el régimen del apartheid en Sudáfrica, con una derecha extrema en el poder y cada vez girando más en esta misma dirección mientras mante-nía a Nelson Mandela en prisión. Fue la lucha popular del pueblo su-dafricano junto con la solidaridad y el boicot internacionales los factores que abrieron la posibilidad de una sa-lida incluyente y pacífica al conflicto.La situación de Palestina sería diferen-te en pocos detalles. El pueblo pales-tino mantiene su lucha popular y el boicot a Israel aún no alcanzó el gra-do que hubo con Sudáfrica, pero está creciendo constantemente. La solida-ridad internacional con Palestina, es-pecialmente en América Latina, está llegando a un nivel sin precedentes.Finalmente, cabe mencionar que Pa-lestina acaba de adherirse a 23 orga-nismos internacionales, incluida la Corte Penal Internacional. Aunque

el hecho no soluciona el problema, pero pone en manos palestinas he-rramientas jurídicas en la escena in-ternacional.

Frente al muro de segregación, la lucha palestina por la vida genera creatividad, como el dibujo de la niña que con sus globos va hacia la libertad.

theb

rainwashtim

es.blogspot.com