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Univerzita Karlova
Filozofická fakulta
Ústav románských studií
Bakalářská práce
Illia Yekimov
Fe y verdad en Unamuno
Faith and truth in Unamuno
Praha, 2021 Vedoucí práce: doc. Juan Antonio Sánchez Fernández, Ph.D.
Prohlášení:
Prohlašuji, že jsem bakalářskou práci vypracoval samostatně, že jsem řádně citoval všechny použité prameny a literaturu a že práce nebyla využita v rámci jiného vysokoškolského studia či k získání jiného nebo stejného titulu
V Praze dne ……………
…………………………… Illia Yekimov
2
Abstrakt:
Tématem této bakalářské práce je analýza víze, jež měl španělský spisovatel a filosof XX st.
Miguel de Unamuno (1864-1936) ohledně otázky existence pravdy a potřeby člověka ve víře.
Jedná se o velmi významného účastníka Generace 98, který prostředníctvím svých literárních děl
různorodých žánrů se snažil vyřešit filozofické problémy své doby, především problém existence
pravdy. Pomocí anályzy článků různých literárních kritiků a rozboru filozofických ideí, jež se
projevují v jeho dílech, se pokusíme o pochopení představy Unamuna o fenómenech pravdy a
víry. Jelikož téma pravdy je nejdůležitější rýs, kerý spojuje všechny spisovatele Generace 98,
samozřejmostí jsou i odkazy na díla i jiných spisovatelů této skupiny – Pío Barojy, Azorína atd.
Co se týče Unamunové tvorby, v této práci se především budeme věnovat dílům San Manuel
Bueno, mártir a Del Sentimiento trágico de la vida, poněvadž právě v nich témata dané práce jsou
dotčená nejvíce. Nejen se pokusíme o shrnutí a pochopení Unamunových ideí o víře a pravdě,
nýbrž také uvidíme, jaký původ ty idee mají, respektivě, kterými filosofy byl Unamuno
nejvíce ovlivňen
Je podle Unamuna pravda užitečná pro člověka nebo je nebezpečná? Existuje vůbec nebo je
jenom utopickou ideí? Potřebuje člověk náboženství? Pokud ano, které náboženství nejlépe
odpovídá lidským potřebám a co jsou to vlastně za cíle, které lidstvo se snáží pomocí náboženství
dosáhnout? Cílem této práce je najít odpověď právě na tyto otázky.
Klíčová slova:
Unamuno, Generace 98, filozofie, víra, pravda, literatura, Nietzsche, Kant, náboženství,
křesťánství, Buh, Biblie, Kierkegaard
3
Abstract:
The topic of this bachelor's thesis is the analysis of the visa that the Spanish writer and
philosopher of the twenties century Miguel de Unamuno (1864-1936) had about the questions of
the existence of truth and of the need of people in faith. He is a very important member of the
Generation of '98, who provides his literary works with various genres trying to resolve
philosophical problems of his time, especially the problem of the existence of truth. Analyzing
articles of various literary critics and through an analysis of the philosophical ideas that are
manifested in his works, we will try to understand Unamuno's ideas of truth and faith. As the
theme of truth is the most important caracteristic thar unites all the writers of the Generation of
'98, of course there are also references to the works of other writers of this group - Pío Baroja,
Azorína, etc.
In case of Unamuno's works, in this thesis we will focus mainly on San Manuel Bueno, mártir
and Del sentimiento trágico de la vida, because those are the works most affected by ideas
connected with the topic of this thesis .Besides trying to diminish and understand Unamuno's
ideas about faith and truth, we will also see which is the origin of those ideas, respectively, by
which philosophers Unamuno was influed the most.
According to Unamuno, is truth useful to man or is it dangerous? Does it exist at all or is it just a
utopian idea? Do the people need a religion? If so, which religion satisfies needs of people in the
best way, and what are the goals that humanity is trying to achieve with the religion? The aim of
this work is to find answers to these questions.
Key words
Unamuno,´the Generation of '98, filosophy, faith, truth, literature, Nietzsche, Kant, religion,
christianity, God, Bible, Kierkegaard
4
ÍNDICE
Introducción...................................................................................................................................6
1. Generación del 98 – ideas principales......................................................................................8
1.1. Crítica de las interpretaciones tradicionales de la escritura de la Generación del 98......8
1.2. Diferencia entre la Generación del 98 y la generación anterior........................................11
2. Miguel de Unamuno.................................................................................................................14
2.1. Filósofos que influyeron a Unamuno...................................................................................16
2.1.1. Nietzsche..............................................................................................................................16
2.1.2. Kierkegaard.........................................................................................................................20
2.1.3. Pascal....................................................................................................................................23
3. La religión de la paradoja de Miguel de Unamuno...............................................................26
4. Obras analizadas.......................................................................................................................30
4.1. San Manuel Bueno, mártir.....................................................................................................30
4.2. Del sentimiento trágico en la vida en los hombres y en los pueblos................................35
5. Conclusión.................................................................................................................................39
Resumen.........................................................................................................................................40
Resumé...........................................................................................................................................41
Bibliografía....................................................................................................................................42
5
Introducción
Como podemos observar en el título, este trabajo consiste en analizar el concepto de la verdad y
la fe en las obras de Miguel de Unamuno. Se trata de un miembro muy importante del grupo de
escritores españoles quizás más conocido del siglo XX - la Generación del 98 . A pesar de que a
menudo la decadencia cultural de España es considerada el tema más relevante de la escritura de
esta generación, tal interpretación resulta incompleta y muy criticable. Lo que más influyó la obra
de la Generación del 98 no fue la pérdida de las colonias de España, sino los trabajos de los
filósofos alemanes del siglo XIX – Nietzsche, Schoppenhauer, Kierkegaard. Puesto que se trata
del siglo en el que Europa estaba pasando por la crisis del racionalismo, resulta lógico que esos
filósofos se dedicaran al problema de la existencia ( o, mejor dicho, la inexistencia ) de la verdad.
Esas ideas fueron transmitidas en la escritura de la Generación del 98.
Miguel de Unamuno ( 1864 - 1936 ) ocupó una posición extremadamente importante dentro de la
Generación del 98. Este escritor vasco destacó por su gran capacidad intelectual y por sus
profundos conocimientos en el terreno de la filosofía. El lugar principal de su obra lo ocupaba el
tema del hombre de carne y hueso, es decir, Unamuno escribía filosofía para solucionar los
problemas reales del individuo, pero sobre todo del individuo que era él mismo. Dicho de otra
manera, mediante la escritura Unamuno está intentando resolver sus problemas filosóficos
personales, por ello su obra literaria abunda de las meditaciones acerca de las preguntas sobre la
verdad, Dios, la fe y la existencia. Su gran influencia sobre los demás miembros de este grupo de
escritores es explicada de una manera excelente en el libro de Donald Shaw La Generación del
98: “su convicción que el problema español era inseparable de los problemas universales de los
valores últimos y de los problemas del conocimiento objetivo y de la finalidad de la existencia
humana, era compartida de una manera u otra por los otros miembros del grupo" 1
¿Qué es la verdad, según Unamuno? ¿Existe una verdad absoluta o se trata más bien de un sinfín
de verdades subjetivas? En el caso de que haya más verdades, ¿cuál de éstas sería la más válida?
¿Hay Dios en el mundo? ¿Fueron las pruebas racionales de su no-existencia suficientes para
convencer a Unamuno? ¿Bastaron los dogmas religiosos para satisfacer al pensador vasco,
1 SHAW, Donald La generación del 98, 3ra edición, Madrid: Cátedra, 1977, p. 104-105
6
convenciéndolo de la veracidad de la religión católica? En este trabajo intentaremos encontrar
respuestas para esas preguntas.
7
1. Generación del 98 – ideas principales
1.1. Crítica de las interpretaciones tradicionales de la escritura de la Generación del 98
Puesto que Miguel de Unamuno se considera uno de los miembros más importantes de la
Generación del 98, en este trabajo se hace imprescindible explicar quiénes fueron sus miembros
y cuál es el tema que une a este grupo de escritores.
A la Generación del 98 pertenecieron unos escritores españoles, cuyas obras en su mayor parte
fueron escritas en el primer tercio del siglo XX. En particular, se trata de Miguel de Unamuno,
Azorín, Antonio Machado, Pío Baroja, Valle-Inclán y Menéndez Pidal.2 Según una parte de la
crítica, el tema más relevante para el dicho grupo de escritores es la decadencia cultural de
España y su desaparición como imperio al final del siglo XIX. A menudo el número 98 en su
nombre es tomado como indicador de que esa teoría es verdadera, ya que parece vincular la
escritura de la Generación del 98 con el trágico acontecimiento que sucedió en el año 1898 - la
pérdida de las últimas colonias de España (se trata de Cuba, Filipinas y Puerto rico). Por lo tanto,
a menudo el regeneracionismo es considerado como el tema clave de su obra. Dicha
interpretación de este grupo de escritores es la más conocida y precisamente ella se utiliza en los
colegios españoles como explicación de las raíces de su obra.
Entonces, tal interpretación de la Generación del 98 se hizo común en todo el mundo. En el
magnífico libro Dějiny španělské literatury ( Historia de la literatura española ), escrito por
Oldřich Bělič y Josef Forbelský, conocedores checoslovacos importantes de la literatura
española, la Generación del 98 es explicada de la manera siguiente:
Hlavním cílem všech snah generace roku 1898 byla obroda Španělska.
[...] Nuže tedy koloniální katastrofa nepřivodila ve španělském životě
zásadný zvrat, nevytvořila zcela novou situaci. Byla však, dalo by se
říci obrazně,zvonem bijícím na poplach [...] stručně řečeno, právě rok
2 AZORÍN. Generación del 98. Edición Angel Cruz Rueda. Madrid: Ediciones Anaya, S. A., 1961, p . 7.
8
1898 z nich učinil to, čemu někteří literární dějepisci říkají generace
[...] 3
(“ El objetivo principal de todas las intenciones de la generación del
1898 fue la regeneración de España [...] Pues, el catástrofe colonial no
ha provocado ningún cambio fundamental en la vida española, no ha
creado una situación completamente nueva. No obstante, hablando
metafóricamente, él fue una campana de alarma [...] dicho de una
manera breve, precisamente el año 1898 hizo que algunos historiadores
literarios llaman generación [...] ”)
A primera vista, tal explicación parece lógica y obvia. No obstante, es muy criticable. Es cierto
que el tema de la decadencia cultural de España fue tocado por la Generación del 98. Las obras
como El árbol de la ciencia, que abunda de la crítica hacia la sociedad española, o el esperpento
Luces de Bohemia de Valle-Inclán sirven como buenos ejemplos de ello. Debido a que se trata de
un grupo de escritores que se interesaban por la situación de su país, participaban en los debates
políticos y en sus artículos reaccionaban acerca de los problemas de España, se hizo inevitable
que ese tema fuese tocado por ellos.
No obstante, sería un gran error suponer que los miembros de la Generación del 98 hubieran
sido los primeros en hablar sobre este asunto, o que hubiera sido el único grupo de escritores que
se dedicase a criticar, o al menos reaccionar de alguna manera sobre la crisis en la que se
encontraba España en aquella época. Ese tópico había ya sido tocado por varios escritores que no
pertenecían a la Generación del 98, y quienes habían escrito sus obras bastante antes de que este
grupo surgiera – muchos ejemplos de tal escritura se halla en las numerosas obras de Larra,
Galdós, etc. La tradición literaria del regeneracionismo en España era ya antigua.
Por ejemplo, Juan Ramón Jiménez en su libro El Modernismo: apuntes del curso (1953)
comenta que la Generación del 98 no destaca entre los demás grupos de escritores por tocar el
tema de España.
3 BĚLIČ, Oldřich ,FORBELSKÝ, Josef. Dějiny španělské literatury. 1ra edición,Praga: Státní pedagogické nakladatelství, Praha, 1984, s. 172-173. Traducción al español propia
9
"no han hecho nada que justifique ese nombre, puesto que esas ideas
existen anteriormente, de un modo mucho más logrado, desde Larra,
que podría ser el más del 98, a pesar de ser tan anterior de ellos" 4
Para demostrar la validez de tal crítica, hace falta referirse a unos ensayos, escritos por Azorín
para el periódico ABC en el año 1913, ya que precisamente ellos son la fuente donde fue
mencionado el nombre "la Generación del 98" por la primera vez. Estos ensayos son muy
relevantes para la explicación del fenómeno de este grupo de escritores, ya que fueron escritos
por uno de sus miembros más importantes y explican las raíces de la obra de esta generación
desde su punto de vista. En estos ensayos Azorín negó que el tema del regeneracionismo en la
literatura española fuera directamente conectado con la pérdida de las últimas colonias de España.
“[...] se cree generalmente que toda esa copiosa bibliografía
"regeneradora", que todos esos trabajos formados bajo la obsesión del
problema de España, han brotado a raíz del desastre colonial y como
una consecuencia de él. Nada más erróneo, la literatura regeneradora,
producida de 1898 hasta años después, no es sino una prolongación,
una continuación lógica, coherente [...] El desastre avivó, sí, el
movimiento, pero la tendencia era ya antigua,interrumpida[...] ” 5
Otra interpretación de la escritura de la Generación del 98 que surge a menudo, consiste en
considerar a sus miembros modernistas. Un ejemplo de ello lo encontramos en el libro de Juan
Ramón Jiménez que ya hemos visto.
“Además, prueba de que la generación del 98 no era una generación
independiente del modernismo, es que hoy el modernismo continúa y no
la generación del 98 [...] Porque eran exactamente lo mismo, una
manera de buscar una cosa nueva. Entonces, no hay generación del 98
4 JIMÉNEZ, Juan Ramón, El modernismo, Apuntes del curso (1953). Edición de Jorge Urrutia. Madrid: Visor, 1999,p. 865 AZORÍN. Ibídem p . 20.
10
ya [...]” 6
Como podemos observar, la opinión de Juan Ramón Jiménez es muy radical, ya que él está
prácticamente negando la existencia de la Generación del 98 como un grupo independiente de
escritores con sus rasgos individuales, igualándolos a los modernistas. Sin embargo, a pesar de
que ellos escribían en la misma época que los modernistas, salta a la vista que las tendencias
literarias de esos dos grupos fueron diferentes, y aún más, conflictivas entre sí. Hay varios
testimonios de los conflictos entre la Generación del 98 y los modernistas.
La diferencia entre estos dos grupos se revela mucho en el lenguaje de sus obras. Los
modernistas intentaban crear un lenguaje especial, que permitiera transmitir ante todo los
sentimientos, por lo tanto, prestaban mucha atención a las cualidades como la musicalidad,
plasticidad, “colorido”. Es necesario tener en cuenta que los autores modernistas propagaban la
idea de la literatura para los lectores exclusivos, es decir, para los que tienen la capacidad de
entender el sentido de su escritura. “Es un estilo casi burgués, cuya clave es el individualismo. Su
ideal de la belleza es anti-materialista de la cultura y exalta el idealismo como el camino
espiritual.”7 A los escritores de la Generación del 98 les importaba más el aspecto práctico del
lenguaje, por lo tanto, las cualidades como la objetividad, la exactitud eran más relevantes para
ellos.8 Mientrás uno de los conceptos más importantes del modernismo consistía en “el arte por
el arte”,es decir, en la independencia del arte de los problemas del mundo real, para la Generación
del 98 era importante que el arte pudiera servirle al hombre – no lo tomaban como simplemente
una diversión para los que se quieren distraer de la realidad, sino como un instrumento que tiene
que ser capaz de cambiarla.
1.2. Diferencia entre la Generación del 98 y la generación anterior
Antes de dar la explicación de los aspectos fundamentales que destacan a los miembros de la
Generación del 98 entre los demás escritores, hay que reconocer lo siguiente: aunque entre la
6 JIMÉNEZ, Juan Ramón, Ibídem p. 867 PÉREZ, Alberto Julián. El estilo modernista, Hispanófila, no. 111, 1994,. p. 39 [online] [cit. 2021-06-07] Disponible en <https://www.jstor.org/stable/43808378 >8 BĚLIČ, Oldřich ,FORBELSKÝ, Josef. Ibídem, p. 175
11
escritura de la Generación del 98 y las obras de la generación anterior hubo una gran diferencia,
no se puede negar una fuerte conexión entre ellas. De cierto modo se puede decir, que Clarín,
Galdós, Valera etc. fueron considerados maestros por la Generación del 98. Las dos generaciones
estuvieron en contacto, por lo tanto, se hace obvio que entre ellas hubo un intercambio de ideas9.
La historia de la literatura demuestra que es muy común que un movimiento artístico nuevo
conserve matices de los movimientos anteriores, ya que es imposible que algo surja de la nada,
sin ninguna influencia. No obstante, la diferencia entre las dos generaciones es bastante clara.
Para entender las raíces de tal diferencia, es necesario tener en cuenta que muchas ideas de la
Generación del 98 surgieron por la influencia que venía del extranjero. Una comprobación de ello
se halla en los ensayos de Azorín que ya hemos mencionado. En la cuarta parte de estos ensayos
Azorín habla acerca de lo que la Generación del 98 representa en las letras. Según él, el papel
fundamental de dicha generación fue el renacimiento en la literatura, influido en una gran
medida por el pensamiento extranjero:
“Nada hay primero, espontáneo o incausado en el arte: aun los artistas
que parecen más originales ( por ejemplo, en pintura, un Velázquez o un
Goya ) deben toda su fuerza, todo su vigor, toda su luminosidad a una
sugestión extraña a ellos. [...] Si se repasa nuestra historia literaria se
verá que que los momentos en que nuestros literatos de otros países son
precisamente los momentos de máxima vitalidad en nuestras letras”10
Un cambio importante sucede en las novelas españolas que surgieron en los años noventa del
siglo XIX. Tales novelas tienen en común un rasgo relevante: sus protagonistas son los
intelectuales. Sería un error decir que tal tipo de personajes jamás había aparecido en las novelas
anteriores. No obstante, su papel en las novelas de la Generación del 98 era diferente. Lo primero
que llama la atención, es que en las obras de los escritores anteriores a la Generación del 98 a los
intelectuales se los observa desde lejos, no se transmite una paralela clara entre el autor y sus
criaturas, ni tampoco se demuestra mucho interés por su estado interior.9 SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Juan Antonio. Španělsko 1900: renesance modernity. Pokusy o renesanci západu: Literární a duchovní vychodiska na přelomu 19. a 20. století. Praga: Univerzita Karlova v Praze, Filozofická fakulta, 2016, p. 113. ISBN 9788073086749.10 AZORÍN. Ibídem p . 24.
12
En diferencia de ello, en las novelas de la Generación del 98 los intelectuales eran personajes
autobiográficos, cuyo papel consistía en transmitir el pensamiento de sus autores. Por ejemplo, se
nota claramente que los protagonistas-intelectuales de tales novelas como Niebla o de Unamuno,
Árbol de la ciencia de Pío Baroja o la Voluntad de Azorín fueron un reflejo de los problemas
filosóficas de sus autores.11
Es muy notable la influencia filosófica extranjera en la obra de la Generación del 98. En
particular, se trata primariamente de Kant, Nietzsche y Schoppenhauer, aunque la influencia de
Kierkegaard y Pascal también se refleja bastante en su escritura. No obstante, es necesario tener
en cuenta que los trabajos de estos filósofos, debido a su gran complicidad, no siempre fueron
interpretados correctamente por los intelectuales españoles. Por ejemplo, Azorín confesó que
antes de que la obra de Nietzsche fue traducida al francés, este pensador alemán había sido
interpretado en Europa como anarquista, y tal interpretación "hizo brotar en España muchos
gestos de iracundia y múltiples gritos de protesta"12
11 SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Juan Antonio. Ibídem, p. 113-11412 AZORÍN. Ibídem p . 24.
13
2. Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno ( 1864 – 1936 ) fue uno de los miembros más importantes de la Generación
del 98, en cuya obra es casi imposible separar la literatura de la filosofía. Fue un hombre
admirado y respetado en toda España, de una gran capacidad intelectual, que llegó a ser rector de
la mejor universidad del país – la Universidad de Salamanca. Su vida estuvo llena de dificultades,
ya que se trató de un hombre que con el bajo sueldo académico tuvo que mantener a su numerosa
familia con nueve hijos. Él creció en un ambiente difícil, en los años de su juventud la situación
social de España se destacaba por el abuso y total explotación de la clase obrera. La brutal
desigualdad social, que veía Unamuno todos los días, fue precisamente lo que determinó su
carácter rebelde.
Se trata de un intelectual que no tenía miedo a criticar todo que consideraba necesario – la
iglesia, la literatura, la política.13 Tal rebeldía tenía su precio: por la constante crítica hacia el
gobierno del rey Alfonso XIII, que Unamuno consideraba completamente anticonstitucional y
anti-liberal14 y por la oposición al general Miguel Primo de Rivera, en el año 1924 él terminó
desterrado en las Islas Canarias, desde donde, sin embargo, logró escapar a París y pudo volver a
España sólo después de nueve años de exilio.
Siendo una persona de una increíble capacidad intelectual, Unamuno se dedicó a muchos
géneros literarios. Entre sus obras encontramos ensayos filosóficos, como, por ejemplo, Del
sentimiento trágico en la vida (1912), que va a ocupar un lugar importante en mi tesis. También
Unamuno es conocido por sus novelas - entre las más famosas son, por ejemplo, La tía Tula
(1921), Abel Sánchez (1917), San Manuel Bueno, mártir (1931). Unamuno incluso inventó un
nuevo género literario, llamado nivola (se trata de las novelas escritas sin plan previo, "a lo que
salga", cuando el escritor, empezando a trabajar en su obra todavía no sabe, cómo la terminará) .
El ejemplo más famoso de este género es su obra Niebla (1914). Además de ello, durante su vida
Unamuno se dedicó también a la poesía. Los poemas de Unamuno destacan por el rechazo hacia
13 AYESTARÁN, Alfredo Tamayo. “Miguel De Unamuno, Un Hombre Rebelde.” El Ciervo, vol. 61, no. 730 [online] [cit. 2021-07-07] Disponible en <www.jstor.org/stable/41478522 >14 OUIMETTE, Víctor. “El destierro del Unamuno y el ataque a la inteligencia.” Catedra Miguel De Unamuno. Cuadernos, 27/28, 1983, pp. 25–41. [online] [cit. 2021-07-07] Disponible en <www.jstor.org/stable/45368918 >
14
el modernismo, él prefería metros tradicionales a los experimentos poéticos 15. A parte de los
géneros ya mencionados, Unamuno escribió once obras teatrales, ocho de las cuales fueron
publicadas durante su vida. No obstante, por desgracia, esas obras son poco conocidas en España.
A las mejores de ellas, según algunos críticos, pertenecen El otro (1926) y La difunta (1909).16
Como ya hemos dicho, la obra de Unamuno destaca por su contenido filosófico. Se hace
evidente que mediante la escritura Unamuno intentaba resolver sus problemas filosóficos
personales. Sus obras, igual que las de los demás miembros de la Generación del 98, se destacan
por lo siguiente: no dan respuestas, sino que crean un sinfín de preguntas, haciendo que el lector
pierda la seguridad aun acerca de las cosas que a la primera vista parecen obvias – por ejemplo,
en su nivola Niebla Unamuno prácticamente niega la existencia a su personaje, a los lectores y
aun a sí mismo.
Quizá podría decirse que la técnica novelista de Unamuno no es tan buena como de Azorín o de
Pío Baroja. En mi opinión, eso se debe a que el aspecto filosófico era más relevante para él, y no
siempre es fácil presentar las ideas filosóficas difíciles de una manera estéticamente bonita y fácil
para comprender. No obstante, esa imperfección es recompensada por el cariño y el profundo
respeto hacia el lector que se transmiten en su obra. El centro de gravedad más importante de su
obra está en la filosofía del hombre de carne y hueso, es decir, Unamuno intentaba crear una
literatura que le pudiera servir al hombre.
Un gran papel en el pensamiento de Unamuno juegan las cuestiones de la fe y la verdad. Más
adelante se nos va a revelar que uno de los problemas más importantes con que se confrontaba
Unamuno fue también la perspectiva de la muerte como final absoluto17 Criticando a la iglesia
católica, él no se contentaba con los dogmas religiosos, sino que intentaba encontrar las
respuestas mediante su voz interior, la intuición. En este trabajo voy a demostrar cómo se revelan
esas cuestiones filosóficas en su obra.
15 SHAW, Donald Ibídem, p. 9916 SHAW, Donald Ibídem, p 104-10517 AYESTARÁN, Alfredo Tamayo. Ibídem, p. 24
15
2.1. Filósofos que influyeron a Unamuno
Como ya hemos explicado, el factor más relevante que influyó a la Generación del 98 no fue la
pérdida de las colonias. El papel predominante en su escritura lo jugó la lectura de los filósofos
que criticaban la tradición racionalista. En el siglo XIX en la filosofía se produjo un gran cambio
en el punto de vista acerca del papel de la razón. En aquella época el pensamiento europeo se
confrontaba con la crisis del positivismo, y el irracionalismo surgió como una reacción a este
problema. No se trataba simplemente de renunciar la posibilidad del conocimiento de las cosas,
sino de entender que el conocimiento no solamente podía ser alcanzado mediante la explicación,
sino también mediante la intuición18.
De esta manera se puede decir que los escritores de la Generación del 98 tocaron y criticaron el
tema de la modernidad casi a finales de su época. Precisamente así ellos lograron devolver la
modernidad en la cultura española, porque la modernidad consiste de cierto modo en la crítica de
sí misma19
Hemos comentado que las obras de Unamuno abundan de las ideas filosóficas. En realidad, en su
caso se trata más de la filosofía que de la literatura. Ahora vamos a comentar quiénes fueron los
filósofos más importantes, cuyas ideas más se transmiten en la obra de Unamuno.
2.1.1. Nietzsche
“El “mundo verdadero” es una idea que ya no sirve para nada, que ya no
obliga siquiera; una idea inútil y superflua, luego refutada.¡Suprimámosla!”20
F. Nietzsche
18 CONILL, Jesús. Nietzsche y La Filosofía Española (Unamuno, Ortega, Zubiri). Revista Portuguesa De Filosofia, vol. 57, no. 1, 2001, p. 115 [online] [cit. 2021-25-05], disponible en <http://www.jstor.org/stable/40337609 > 19 SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Juan Antonio. Ibídem, p. 113-11420 NIETZSCHE, Friedrich, El Crepúsculo De Los Ídolos o Cómo Se Filosofa Con El Martillo [online] [cit. 2021-21-04] , disponible en < https://ru.scribd.com/read/493894141/El-Crepusculo-De-Los-Idolos-o-Como-Se-Filosofa-Con-El-Martillo-El-Ocaso-De-Los-Idolos-o-Como-Se-Filosofa-a-Martillazos >
16
La influencia de Nietzsche en la escritura de la Unamuno es muy relevante sobre todo en la
cuestión de la existencia del mundo verdadero como oposición al mundo aparente. En sus
aforismos Historia de un error Nietzsche nos presenta su idea de que en el mundo no existe
ninguna verdad. Pero Nietzsche no está declarando que todo sea mentira, sino que intenta
demostrar lo siguiente: puesto que el mundo aparente sólo puede existir como una oposición al
mundo verdadero, eliminando el mundo verdadero también eliminamos el aparente. Por lo tanto,
no existe ni la verdad ni la falsedad.
“Hemos suprimido el mundo verdadero; ¿qué mundo ha quedado?
¿acaso el aparencial? [...] ¡En absoluto! ¡Al suprimir el mundo
verdadero, hemos suprimido también el aparencial!”21
Básicamente, en este caso el progreso de la filosofía consiste en el rechazo de la idea de la
verdad objetiva. De esta manera, se acaba la polémica acerca de la búsqueda de la verdad, pues,
ésta ni siquiera existe. Por lo tanto, Para Nietzsche, se trata del momento culminable en la historia
de la filosofía, porque el Übermensch – superhombre, aparece precisamente en este instante. Hay
que tener en cuenta que el concepto de superhombre no quere decir “un individuo que domina a
los demás” , sino que significa al hombre que se ha liberado de dudas causadas por la filosofía de
Platón.22
Es muy interesante la relación de la filosofía de Nietzsche con el concepto de la fe. La frase más
famosa de este filósofo está conectada con la muerte de Dios. Eso se debe a que en su obra La
ciencia jovial se encuentra un pequeño cuento que se llama El hombre frenético, que trata de un
individuo, aparentemente loco, que va por las iglesias de la ciudad diciendo que Dios ha muerto,
y además, culpando en ello a los demás y a sí mismo:
21 NIETZSCHE, Friedrich, Ibídem22 SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Juan Antonio Baroja: Anarquía y piedad, Acta Universitates Carolinae Romanistica Pragensia XX, p. 146 [online] [cit. 2021-08-07] , Disponible en < https://studylib.es/doc/8741449/baroja--anarqu%C3%ADa-y-piedad--juan-a.-s%C3%A1nchez-escribir >
17
“¡Dios ha muerto!¡Dios permanece muerto!¡Y nosotros lo hemos
matado!"23
No obstante, en este caso hay que recordar lo siguiente: no se trata de la muerte en el sentido
común, y también es imprescindible explicar a qué se refiere Nietzsche con la palabra Dios. Una
buena aclaración de ello la dio el filósofo alemán Martin Heidegger. Él explica que en este caso
Nietzsche quiere decir que el hombre ya no puede contentarse con los dogmas del cristianismo.
No obstante, Heidegger dice también, que en este caso Nietzsche no se refiere a Dios en el
sentido cristiano, sino que demuestra que se ha finalizado la validez de la filosofía platónica, la
que básicamente jugaba el papel del soporte de la fe cristiana, es decir, "se murió" la creencia en
el concepto de la existencia del mundo verdadero24.
Como ya hemos dicho, la muerte de Dios no significa la muerte de una criatura superior, sino
que se trata de que con esta frase Nietzsche se refiere a la desaparencia de los ideales y valores
tradicionales. Una vez desaparecidos esos valores, el hombre se convierte en el súperhombre,
prácticamente se puede decir que el hombre se convierte en Dios. A la primera vista, se trata de
una declaración presumida. No obstante, ella es muy lógica, e incluso me atrevo a decir que ella
está de acuerdo con la religión católica, aunque es muy poco probable que la Iglesia algún día lo
llegue a reconocer. Una excelente explicación de ello la encontramos en el libro de Pavel Kouba
– El mundo según Nietzsche. Según el análisis que hizo Kouba, la clave de tal declaración
consiste en la eliminación del concepto del pecado25. Si nos fijamos en la base de la fe cristiana,
nos daremos cuenta de lo siguiente: en el cristianismo se trata de la existencia de dos mundos: el
nuestro, que es el mundo falso, y el mundo verdadero, que es de Dios. Se supone que nosotros
estamos separados del mundo de Dios por los pecados. Dicho de otra manera, el pecado juega el
papel de la frontera entre los dos mundos. Por lo tanto, si pensamos en ello lógicamente,
eliminado el pecado, tal frontera desaparecería y nadie nos impediría entrar en el mundo de Dios.
23 NIETZSCHE, Friedrich. La ciencia jovial, traducción de José Jara, 1ra edición, Caracas, Venezuela: Monte Avila Editores, C.A., 1990, p. 115[online] [cit. 2021-16-07] Disponible en < https://kupdf.net/download/nietzsche-friedrich-la-ciencia-jovial-trad-jos-eacute-jara-monte-avila-editores-proc_59f8bc72e2b6f5750f9f69a6_pdf >24 HEIDEGGER, Martin. Nietzscheho výrok: Bůh je mrtvý., traducción al checo de Petra Maťová y Ivan Chvatík, 1ra edición, Praga: OIKOYMENH, 2020, p. 12-13.25 KOUBA, Pavel. El Mundo según Nietzsche, traducción de Juan A. Sánchez Fernández, 1ra edición,Barcelona: Tesys, 2009, p. 171.
18
Teniendo en cuenta lo dicho, lógicamente podemos presuponer que en caso del cristianismo, la fe
equivale a la verdad y el pecado equivale a la falsedad.
Ahora bien, el papel más importante en la fe cristiana lo juega Jesús. Por lo general, su figura es
interpretada como mesías, que vino a enseñar a los hombres a vivir sin pecado y de esta manera
obtener la posibilidad de entrar en el reino de Dios, es decir, Jesús nos vino a educar a vivir sin
cometer pecados. No obstante, según Kouba, Nietzsche ve el papel de Jesús de una manera
distinta:
“[...] Porque el Jesús de Nietzsche lo que en realidad anuncia es
una aniquilación de la moral [...] Está claro que con ello Nietzsche no
está pensando en la relativización o violación de un determinado
código, de una determinada moral [...] sino en la puesta en duda de
cualesquiera sistemas aspirantes a una vigencia generalizada, en la
supresión radical entre la fronteras entre el bien y el mal [...]” 26.
La influencia de Nietzsche es muy relevante para la obra de Unamuno, sobre todo en cuanto al
tema de la ausencia de la verdad absoluta. Es cierto que muchas veces Unamuno también criticó a
Nietzsche y decía que él no le convencía. Por ejemplo, mientras Nietzsche consideraba la fe un
atributo de los débiles, Unanumo la tenía por una demostración de la fuerza espiritual del
individuo27. Sin embargo,entre las ideas de los dos filósofos se observa una gran semejanza.
Como ya hemos dicho, según Nietzsche, la ausencia de la verdad se debe a la comprensión de
que todo es falso y verdadero a la vez, por lo tanto, la verdad no puede existir debido a la
ausencia de la falsedad, porque las dos sólo pueden existir como oposición. Unamuno también
llega a una semejante conclusión, pero de una manera distinta. Su punto de vista acerca de este
problema es explicado de una manera breve en su ensayo ¿Qué es la verdad?. Él no niega la
existencia de la verdad, incluso afirma la existencia de la mentira en tanto su oposición, pero sí
rechaza completamente la idea de que la verdad pueda ser de carácter subjetivo. Para Unamuno,
no existe una sola verdad, sino las verdades, es decir, cada uno tiene su propia verdad,
26 KOUBA, Pavel. Ibídem, p. 17127GÓMEZ, Michael A. Unamuno, Nietzsche and religious modernism: Affinities and complexities concerning the view of faith. Anales De La Literatura Española Contemporánea 35, no. 1, 2010, p. 236 [online] [cit. 2021-08-02] Disponible en < https://www.jstor.org/stable/27799149 >
19
completamente subjetiva y de igual validez que las demás verdades. Tal verdad se presenta como
algo completamente libre de cualesquiera dogmas y depende solamente de lo que realmente
siente un hombre concreto y de carne y hueso y según que se comporta:
“Y bien, en resumen: ¿qué es la verdad?Verdad es lo que se cree de
todo corazón y con toda el alma. Y ¿qué es creer algo de todo corazón y
con toda el alma? Obrar conforme a ello.”28
2.1.2. Kierkegaard
Es fundamental la influencia de Søren Kierkegaard en el pensamiento de Unamuno. Aunque el
pensador copenhaguense fue poco conocido en Europa antes de la traducción de sus trabajos al
alemán en el principio del siglo pasado29, sus ideas influyeron de una manera inmensa la filosofía
del siglo XX. El hecho de que Unamuno aprendiera danés para poder leer los trabajos de
Kierkegaard en su idioma original y le llamara su hermano espiritual, demuestra un fuerte vínculo
entre estos filósofos. “Estamos, pues, ante el hecho de que precisamente un español, cuando el
nombre del danés era todavía muy poco conocido en Europa, y sus escritos apenas se habían
editado íntegros en su propio país, se solazaba leyéndolo en su idioma original en el retiro de su
provincia”30, dice de una manera casi poética Jesús-Antonio Collado en su libro Kierkegaard y
Unamuno: la existencia religiosa, una obra dedicada al minucioso y profundo análisis de la
conexión entre los dos pensadores. -
La primera semejanza que observamos en Unamuno y Kierkegaard, es que el lugar principal en
su filosofía ocupa el hombre de carne y hueso. La influencia del filósofo danés sobre el
pensamiento de Unamuno en este aspecto es obvia: Søren Kierkegaard fue el fundador del
existencialismo, la corriente de filosofía que tiene por el objeto principal de su estudio al
individuo humano concreto31. Hay que reconocer: expresar qué es el existencialismo de una
manera exacta y precisa es una tarea difícil. Una buena explicación de tal dificultad la
28 UNAMUNO, Miguel. ¿Qué es la verdad? Ensayos. 3ra edición. Madrid: Aguilar, S.A,1951 p. 80529 COLLADO, Jesús-Antonio. Kierkegaard y Unamuno: la existencia religiosa. 1ra edición. Madrid: Editorial Gredos, 1962 , p. 9-1130 COLLADO, Jesús-Antonio, Ibídem, p. 1031 COLLADO, Jesús-Antonio, Ibídem, p. 21
20
encontramos en el estudio de Marcia C. Chaves, donde la autora dice que eso se debe a su
naturaleza completamente subjetiva e individual:
“El existencialismo se manifiesta en cada instante bajo forma
distinta debido a una razón singular: es una filosofía vital, que se vive,
que tiene sus raíces en el fondo de la personalidad de cada individuo,
las que se encuentran en el corazón y no en la razón”32
Sin embargo, en su artículo Chaves logra destacar los puntos más importantes de la filosofía
existencialista, permitiéndonos comprender, al menos de una manera aproximativa, sus ideas
principales. Según la observación de Chaves, el existencialismo consiste en la necesidad del
hombre de conocerse a sí mismo, en tanto el ser existente, y, sobre todo, individual,
independiente del grupo, y con toda la carga de responsabilidad por su vida. El hombre
existencialista padece la angustia causada por la comprensión de su propia finitud33. No obstante,
es precisamente la finitud que da un nuevo sentido a la vida del individuo. Una vez perdida la
esperanza de la existencia infinita, el hombre “crea una nueva serie de valores para guiarle
hacia una vida fructífera, y sobre todo, intensa, a pesar de su muerte inevitable”34 El
existencialista siente congoja por la compresión del inevitable aniquilamiento de su conciencia,
ya que su propia razón le quita la más mínima esperanza de su salvación personal. En diferencia
de los filósofos tradicionales, los existencialistas no intentan ocultar su incapacidad de vencer
sobre la impotencia frente a la muerte, sino que se confrontan con ella, mostrando la
desesperación y el coraje a la vez35.
Como ya hemos comentado, el rechazo de la existencia de la verdad absoluta de Unamuno se
debe a las ideas filosóficas de Nietzsche. No obstante, hay que añadir que en este aspecto de la
filosofía Unamuniana se refleja también una gran ifluencia del pensamiento de Kierkegaard.
Tanto Unamuno como Kierkeggard se rinden ante la imposibilidad de conocer la verdad objetiva.
Sin embargo, es muy importante tener en cuenta lo siguiente: no se puede decir que ambos
32 CHAVES, Marcia C. Unamuno: existencialista cristiano Catedra Miguel De Unamuno. Cuadernos 22 ,1972, p. 62 [online] [cit. 2021-28-07] Disponible en: < http://www.jstor.org/stable/45372436 >33 CHAVES, Marcia C. Ibídem, p 6234 CHAVES, Marcia C. Ibídem, p 6335 CHAVES, Marcia C. Ibídem, p 70-72
21
rechacen el conocimiento en absoluto y tomen el esfuerzo que hace hombre para conocer el
mundo por una actividad inútil. Los dos tomaron el rumbo del escepticismo, pero desde el
principio teniendo por clara la imposibilidad de que la pura crítica del conocimiento sea capaz de
conducir un resultado positivo y definitivo36. Un breve, pero profundo y minucioso análisis de
esta influencia lo encontramos en el artículo de Jan E. Evans, Miguel de Unamuno´s Reception
and Use of the Kierkegaardian Claim that “Truth is the Subjectivity”. En este trabajo Evans
asevera que la obra de Kierkegaard que más le influyó a Unamuno fue el libro Postscriptum no
científico y definitivo a Migajas filosóficas, escrito bajo el pseudónimo de Johannes Climacus y
publicado después de la muerte de su autor.
Antes de pasar a la observación de este estudio, hay que mencionar una cosa importante: como
está diciendo su autor, sería un error suponer que lo escrito bajo el pseudónimo refleje el
verdadero pensamiento de Kierkegaard, es decir, lo que dice el personaje de Climacus no se
debería comprender como las palabras de su creador37. Por lo tanto, en el artículo observamos
una hipótesis interesante: Evans está diciendo que en cuanto al tema de la verdad, Unamuno fue
más bien influido por un personaje inventado por Kierkegaard que por el propio filósofo
copenhaguense. Básicamente, la investigación de Evans la podemos dividir en dos partes:
1) La subjetividad de la verdad – Climacus no dice que todo lo que uno crea sea verdadero para
él, sino que habla de dos tipos de la verdad38. El primer tipo Climacus lo llama la verdad
aproximativa. Tal nombre se debe a lo siguiente: todo objeto que queremos conocer se modifica
constantemente, igual que todo ser humano se encuentra en el proceso del constante cambio, por
lo tanto, nosotros somos capaces de conocer un objeto solo de una manera subjetiva, sin poder
percibir su verdadero aspecto. El único quien tiene la excepción de ello es el Dios, ya que él
existe eternamente, y desde la perpectiva de la eternidad tiene acceso a la verdad objetiva39, es
decir, es capaz de conocer la verdadera esencia de las cosas. La conexión entre Unamuno y
Climacus es bastante clara: los dos opinan, que la verdad absoluta es inaccesible para el hombre.
36 COLLADO, Jesús-Antonio, Ibídem, p. 24937 EVANS, Jan E. Miguel De Unamuno's Reception and Use of the Kierkegaardian Claim That Truth Is Subjectivity. Revista Portuguesa De Filosofia 64, no. 2/4, 2008, p. 1115-1116. [online] [cit. 2021-27-07] Disponible en < http://www.jstor.org/stable/40419604 >38 EVANS, Jan E. Ibídem, p. 111639 EVANS, Jan E. Ibídem, p. 1116-1117
22
No obstante, entre ellos se observa una desemejanza considerable: en diferencia de Unamuno,
Climacus no niega la existencia de verdad absoluta. Según la hipótesis de Evans, tal diferencia
surgió, posiblemente, debido a la traducción defectuosa del danés. Lo que pasa, es que Climacus
no habla de la verdad subjetiva ( lo que supondría la existencia de una plularidad de las verdades
completamente subjetivas e individuales para cada persona, que es precisamente lo que dice
Unamuno ) sino de la subjetividad de la verdad, es decir, de una sola verdad, percepción de la
cual por el hombre es de carácter subjetivo40.
2) La aplicación de la verdad en la vida como una condición imprescindible de su validez – a
pesar de la diferencia entre Unamuno y Climacus que acabamos de comentar, podemos observar
que los dos llegan a la misma conclusión: para que la verdad sea válida, ella ha de tener
influencia sobre la vida del que la cree. En su trabajo, Evans describe el punto de vista de
Climacus de la manera siguiente:
“What is important for Climacus is that a person´s existence be
transformed by truth. The truth is realised only when is acted upon.”41
( “Lo que es más importante para Climacus es que la existencia de una
persona pueda ser influida por la verdad. La verdad se realiza cuando
se actúa según ella.” )
En el capítulo anterior ya hemos mencionado el ensayo ¿Qué es la verdad?, en el que Unamuno
declara que la verdad se hace válida cuando uno se comporta según ella. Por lo tanto, podemos
considerar que Evans llegó a una conclusión correcta: las opiniones de Unamuno y de Climacus
acerca de este aspecto del problema de la verdad coinciden, los dos están de acuerdo de que la
verdad ha de ser aplicada en la vida.
2.1.3. Pascal
40 EVANS, Jan E. Ibídem, p. 111541 EVANS, Jan E. Ibídem, p. 1119. Traducción al español propia
23
En muchas ocasiones Unamuno mencionó que la filosofía de Blaise Pascal fue para él una gran
fuente de inspiración. Sería imposible ignorar una enorme similitud en el pensamiento de los dos
pensadores, sobre todo, en cuanto a la cuestión de la fe. Junto a Kierkegaard, Pascal ocupó el
lugar del "hermano espiritual" en el corazón del filosofo vasco42, siendo su gran compañero en la
lucha del sentimiento contra la razón.
En los años de su niñez, el problema de la fe para Unamuno no existía debido a lo siguiente: él
provenía de una familia profundamente religiosa, con la total confianza en la Iglesia católica
tradicional. Por lo tanto, viviendo en la casa de su madre, el futuro filósofo podía gozar de una
vida libre de dudas religiosas, que tantas preocupaciones le causarían en el futuro. Sin embargo,
tal tranquilidad espiritual se acabó en el 1880, cuando, a la edad de los dieciséis años, él
abandonó Bilbao para estudiar en la Universidad de Madrid. Al encontrarse con el ambiente
racionalista de la universidad, en su punto de vista acerca de la religión se produjo un profundo
cambio que luego influyó sobre toda su vida . Después de su vuelta a Bilbao en el 1884, él perdió
la inocente fe de su juventud y los dogmas de la iglesia católica y no eran para él una prueba
válida de la existencia de Dios43, lo cual culminó en el año 1887 en una profunda crisis espiritual.
Fue entonces, cuando Unamuno empezó a considerarle a Pascal su maestro. Convencido de que
los intentos de combrobar de la existencia de Dios mediante la ciencia fueron nada más una
insensatez, él encuentra el apollo espiritual en la filosofía del sabio francés.
“[...]Pascal y Unamuno tampoco con-sienten a los que tratan de
encerrar a un Dios incomprensible y misterioso en fórmulas o
razonamientos lógicos, en última instancia recursos humanos,
«demasiado humanos»[...]”44
Lo primero que vincula a Unamuno con Pascal es lo siguiente: aunque los dos consideraron los
dogmas religiosos una prueba insuficiente de la existencia de Dios, tomándolos más bien por una
falacia, ninguno de los dos pensadores terminó convencido de su ausencia45. Una vez entendido 42 VILLAR EZCURRA, Alicia. Unamuno y su lectura de Pascal: "Del sentimiento trágico en la vida como principio de acción solidaria." Cuadernos Cátedra Miguel de Unamuno, 2009, p. 69 [online] [cit. 2021-7-31]. Disponible en< https://revistas.usal.es/index.php/0210-749X/article/view/8441/8556 >43 BAKER, Armand F. Ibídem, p. 3744 VILLAR EZCURRA, Alicia. Ibídem, p. 9145 VILLAR EZCURRA, Alicia. Ibídem, p. 74
24
que comprobar racionalmente que haya Dios era imposible, ambos pensadores decidieron optar
por el camino del sentimiento, con la esperanza de que el corazón, en diferencia de la razón, fuera
capaz de darles las respuestas que tanto necesitaban. Tal método de Pascal de la búsqueda de
Dios, independiente de la lógica y del racionalismo, describe Unamuno en su ensayo La fe
pascaliana:
¿Su fe? Pero ¿en qué creía? Todo depende de lo que se entienda por fe y
por creer. Es el corazón quien siente a Dios, no la razón, y he aquí lo
que es la fe: Dios sensible al corazón y no a la razón46.
Otra cosa que compartieron los dos pensadores fue la tristeza causada por la comprensión de la
posisición miserable del hombre en este mundo, donde lo único de que podemos estar seguros es
la muerte.47 No obstante, ninguno de los dos intentó huir de ese dolor interno, ya que para ellos
fue imposible disimular el deseo de permanecer eternamente en este mundo. Al contrario, parece
que ellos consideraban el dolor algo necesario para que el alma permaneciera despierta48. En
realidad, el pensamiento de Pascal fue fundamental para el concepto unamuniano de la agonia, el
significa la lucha entre la razón y la fe, de la cual sale lo que el pensador vasco llama el
sentimiento trágico de la vida, cuya explicación observaremos en las siguientes partes de este
trabajo.
46 UNAMUNO, Miguel. Agonia del cristianismo, cap. IX - La fe pascaliana. Ensayos. 3ra edición. Madrid: Aguilar, S.A,1951 p. 100547 FUENTES CAMPOS, María Cristina, Pensées de Pascal en “San Manuel Bueno, Mártir” de Unamuno. Hispanófila, no. 149, 2007, p. 22 [online] [cit. 2021-28-04]. Disponible en < www.jstor.org/stable/43807613 >48 VILLAR EZCURRA, Alicia. Ibídem, p. 91-92
25
3. La religión de la paradoja de Miguel de Unamuno
“Cuando se lleva mal un largo cálculo, el borrar lo hecho y empezar
de nuevo significa un no pequeño progreso”49
Miguel de Unamuno
Antes de pasar al análisis de los conceptos de la fe y de la verdad en las obras de Unamuno, es
importante poner en claro lo siguiente: Miguel de Unamuno fue una persona muy flexible en
cuanto a las ideas que tenía acerca de las preguntas filosóficas, es decir, no le importaba cambiar
a menudo de opinión. Por lo tanto, no ha de considerarse erróneo si en este trabajo surgen algunas
ideas suyas que son diferentes o aun contradictorias entre sí, ya que, según Unamuno, el avance
de la filosofía consistía precisamente en el constante cambio de opiniones. Unamuno no tenía los
dogmas de la iglesia ortodoxa católica por solución de sus problemas filosóficos religiosos, y a
menudo la criticaba por dedicarse más a la política que a la teología50. Para Unamuno no podían
haber opiniones indiscutibles, toda opinión debía, según él, ser criticable, ya que únicamente
poniendo en duda las opiniones tomadas por correctas se podía lograr el progreso, sea científico o
filosófico.
El testimonio de lo dicho lo encontramos, por ejemplo, en su ensayo Mi religión, que fue escrito
en el año 1907 y tiene la forma de una respuesta a una carta. Este ensayo apareció como una
reacción de Unamuno a las frecuentes preguntas acerca de la definición de su sus ideas religiosas.
Según lo escrito, Miguel de Unamuno toma a los filósofos que no cambian de opinión por la
gente espiritualmente perezosa:
“La pereza espiritual huye de la posición crítica o escéptica [...]
porque escéptico no quiere decir el que duda, sino el que investiga o
rebusca, por oposición, al que afirma y cree haber hallado”51
49 UNAMUNO, Miguel, Mi religion, p. 2 [online] [cit. 2021-06-07] , disponible en < https://biblioteca.org.ar/libros/265.pdf >50 AYESTARÁN, Alfredo Tamayo. Ibídem, p. 2451 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 2
26
No obstante, un poco más tarde Unamuno define su propia religión como una búsqueda de la
verdad en la vida y la vida en la verdad, aun a sabiendas de la imposibilidad de encontrarlas
mientras viva52 En el 1908 él escribe otro ensayo corto, con el nombre Verdad y vida, en el que
aclara tal definición. En este ensayo Unamuno explica que la búsqueda de la verdad es muy
relevante para él, pero en su caso no se trata de encontrar una verdad estable, científica, sino una
verdad espiritual.
“Buscar la vida en la verdad es, pues, buscar en el culto de ésta
ennoblecer y elevar nuestra vida espiritual y no convertir a la verdad,
que es, y debe ser siempre viva, en un dogma, que suele ser una cosa
muerta”53
Una buena observación del pensamiento de Unamuno acerca de la existencia de Dios e
inmortalidad del alma la encontramos en el artículo de Armand F. Baker – Unamuno and the
religion of uncertainity. En este artículo el autor intenta demostrar que la religión de Unamunao
era una religión de inseguridad basada más bien en la intuición e imaginación. Además de
mencionar opiniones de algunos críticos de Unamuno acerca de su religón, él también hace
referencias a las cartas que mandaba Unamuno a sus amigos y colegas. Es curioso lo siguiente: a
pesar de que las cartas fueron enviadas en diferentes épocas y pese a que se trata de un escritor
que cambiaba a menudo de opinión, la postura de Unamuno ante la fe es más o menos igual en
todas las cartas que se observan en el artículo: él no llegó nunca a estar completamente seguro de
que haya Dios, ni tampoco logró convencerse de su ausencia54, que es precisamente lo que le
acerca a Nietzsche.
No obstante, tal inseguridad no le impedía criticar fuertemente a los ateístas, ya que los
argumentos de ellos le parecían aún menos persuasivos que los intentos de la iglesia de
comprobar la existencia de Dios mediante la razón y la lógica. En su análisis de la religión de
Unamuno Baker destaca tres puntos clave:
52 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 353 UNAMUNO, Miguel, Verdad y vida,[online] [cit. 2021-07-07] , Disponible en < https://ensayistas.org/antologia/XXE/unamuno/unamuno2.htm >54 BAKER, Armand F. Unamuno and the Religion of Uncertainty. Hispanic Review, vol. 58, no. 1, 1990, p. 37–56. [online] [cit. 2021-16-07] Disponible en < www.jstor.org/stable/473157 >
27
1) La postura de Unamuno acerca de la ausencia de la fe – en esta parte Baker demuestra que
para Unamuno los argumentos de los ateístas carecían de validez debido a su impotencia de la
comprobación de la ausencia de Dios55.
2) La conciencia no-razonable – en este punto Baker quiere destacar la importancia que tenía para
Unamuno el sentimiento en tanto el redemio de conociemiento del mundo
“Unamuno has indicated more than once that he recognizes the
importance of another type of awareness which he identifies with a heart
opposed to the head which is the seat of reason”56
(“Varias veces Unamuno ha confesado que reconoce la importancia de
otro tipo de la conciencia, que el identifica con el corazon, oponiéndolo
a la cabeza en tanto el sede de la razón” )
Más adelante, observando las obras presentadas en este trabajo, nos daremos cuenta de que la
filosofía de Unamuno consistía en una lucha constante entre la razón, que está negando la
posibilidad de la inmortalidad del alma, y el corazón, que rechaza tal conclusión y desea la eterna
existencia de la persona, que es precisamente lo que demuestra la influencia de la ideas de Pascal.
3) La experiencia de Dios – básicamente se trata de una continuación lógica del punto anterior. A
pesar de que, según Unamuno, era imposible comprobar la existencia de Dios a través de la
razón, él no negaba por completo la posibilidad de conocerlo. En este caso se trata del
conocimiento subjetivo, interior e individual para cada persona, independiente de las
explicaciones lógicas o dogmáticas57
Como ya hemos dicho, Unamuno consideraba el sentimiento religioso más importante que los
dogmas de la Iglesia. Más aún, en su ensayo “Mi verdad” él expresa la idea de que lo único que
puede llamarse verdadero es lo que siente un individuo, de la manera subjetiva y con todo el
corazón, y según lo que actúa. La verdadera fe, según él, era algo individual de cada persona,
55 BAKER, Armand F. Ibídem, p 41-4356 BAKER, Armand F. Ibídem, p. 43 Traducción al español propia57 BAKER, Armand F. Ibídem, p. 44
28
independiente de la razón o lógica, y cualquier intento de convertir esa fe en una ciencia sólo la
destruiría:
“ La fe de de ustedes está muriendo ahogada en silogismo. El cáncer de
su Iglesia de usted es el racionalismo, ese racionalismo contra el que no
cesan ustedes de clamar. Han querido hacer de la religión una filosofía.
[...] Y en ellas, en esas antirreligiosas conferencias, acostumbran mentir
descaradamente, atribuyendo a esos que llaman impíos cosas que nunca
sostuvieron, o hablando de sus doctrinas, teniendo conciencia de no
conocerlas sino por vagas referencias”58
Dicho esto, finalmente, podemos pasar al análisis de las obras de Unamuno, para ver cómo el
gran pensador vasco aplicaba su filosofía en la literatura.
58 UNAMUNO, Miguel. ¿Qué es la verdad? Ensayos. 3ra edición. Madrid: Aguilar, S.A, 1951, p. 805
29
4. Obras analizadas
Para este trabajo he elegido dos obras de Miguel de Unamuno que desde mi punto de vista más
corresponden al tema de mi tesis. En particular, se trata de San Manuel Bueno, mártir y Del
sentimiento trágico en la vida. He elegido precisamente estas dos obras porque en ellas obras las
cuestiones de la verdad y de la fe son tocadas en una gran medida, por lo tanto, mediante su
análisis podremos crear una imagen aproximativa de la vista que tenía Unamuno acerca del tema.
4.1. San Manuel Bueno, mártir
El primer libro que vamos a analizar será el más corto y a la vez más pesimista de las dos obras
que aparecerán en este trabajo. Se trata de San Manuel Bueno, Mártir - un libro muy
contradictorio, ya que en él se revela la falsedad de la religión, pero a la vez se demuestra su
necesidad para la gente sencilla. El libro, publicado en el 1931, enseña que a veces la felicidad
está en la ignorancia de la verdad, incluso se puede decir que de alguna manera se trata de la
defensa de la ignorancia, si ésta le da el consuelo al hombre. En mi opinión, uno de los aspectos
más interesantes de este libro es la abundancia de paradojas en él.
San Manuel Bueno, Mártir es una obra breve, escrita en la forma de una carta, en la que nos
encontramos con la historia de amistad entre Don Manuel Bueno, el cura del pueblo Valverde de
Lucerna, y un ateo que se llama Lázaro, cuya hermana participa como narradora en el libro.
Aparentemente, se trata de dos personas, cuyas opiniones acerca de la existencia de Dios son
conflictivas entre sí. La hermana y la madre de Lázaro quisieron que éste fuera convencido por
Don Manuel de que Dios existía. Habiendo oído mucho sobre "el santo", Lázaro siente interés por
él y aun empieza a asistir a las misas, para comprender el secreto del encanto que provocaba Don
Manuel en los habitantes del pueblo. Entonces, surge la primera paradoja de la obra: cuando ellos
se hacen amigos, nos enteramos de que en realidad los dos son ateos, ya que Don Manuel
tampoco cree en Dios, a pesar de ser cura.
30
Sin embargo, en el caso de Don Manuel Bueno no se trata de un estafador, sino de una persona
que está usando la mentira religiosa como un remedio psicológico para ayudar a la gente en su
vida cotidiana. Ocultando su desconfianza en la religión, el cura consigue que la gente del pueblo
viva en una ilusión de la inmortalidad del alma. En la figura de Don Manuel podemos observar la
interpretación Unamuniana de Pascal. En la parte IX del ensayo Agonía del cristianismo, La fe
pascaliana, Unamuno destacó que "Pascal se sublevaba contra las pruebas racionales
aristotélicas de la existencia de Dios [...] Pascal no ha creído con la razón, no pudo jamás, aun
queriéndolo, llegar a creer con la razón, no se hubo jamás convencido de aquello que estuvo
persuadido."59 Asimismo Don Manuel "protege" a sus seguidores de la verdad, que, según él,
puede resultar insoportable. De la manera siguiente él explica a Lázaro su misión:
“¿La verdad? La verdad, Lázaro, es acaso algo terrible, algo
intolerable, algo mortal; la gente sencilla no podría vivir con ella».
«¿Y por qué me la deja entrever ahora aquí, como en confesión?», le
dije. Y él: «Porque si no, me atormentaría tanto, tanto, que acabaría
gritándola en medio de la plaza, y eso jamás, jamás, jamás. Yo estoy
para hacer vivir a las almas de mis feligreses, para hacerles felices,
para hacerles que se sueñen inmortales y no para matarles. Lo que aquí
hace falta es que vivan sanamente, que vivan en unanimidad de sentido,
y con la verdad, con mi verdad, no vivirían. Que vivan. Y esto hace la
Iglesia, hacerles vivir”60
En cuanto a la influencia filosófica, aquí podemos aplicar una interpretación doble: desde el
punto de vista de Nietzsche, teniendo en cuenta que la falsedad no existe, la gente del pueblo
tiene toda la razón pensando que vive en un mundo con Dios, ya que tal creencia no puede ser
falsa debido a la ausencia de la verdad absoluta. Por lo tanto, si la iglesia les hace vivir con la fe
Cristiana, para los habitantes de Valverde de Lucerna esa fe es la verdad. Otra interpretación que
podemos aplicar es la Kierkegaardiana, la que implica la finitud de la existencia humana, aunque
un individuo no sea consciente de ello: desde el punto de vista de Don Manuel, por lo mucho que
59 UNAMUNO, Miguel. Agonia del cristianismo, cap. IX - La fe pascaliana. Ensayos. 3ra edición. Madrid: Aguilar, S.A,1951 p. 100560UNAMUNO, Miguel, San Manuel Bueno, Mártir . Edición de Mario J, Valdés, Madrid: Cátedra, 2003, p. 143
31
uno crea en Dios, un día va a desaparecer. Y si uno no sufre, es sólo porque, engañado por la
religión, no conoce la verdad acerca de su propia mortalidad.
La siguiente paradoja de la obra tiene que ver con el contexto político-social del principio del
siglo XX. Se trata de la época, cuando en Europa había movimientos socialistas, fuertemente
influidos por el marxismo. Una de las frases más famosas de Marx comparaba la religión con el
opio, para demostrar su peligro para el progreso de la humanidad61. Pues, paradójicamente,
precisamente esa comparación es utilizada por Don Manuel, haciendo que salte a la vista el
aspecto oculto de ella: usando las mismas palabras, Don Manuel se refiere a algo totalmente
distinto: el opio en este caso se presenta como una medicina absolutamente necesaria para liberar
a la gente del sufrimiento. En el artículo de Anthony N. Zahareas encontramos una excelente
definición de lo que, según lo que enseña Unamuno en esta obra, era el papel más importante de
la religión:
“Religious activity in San Manuel Bueno, Mártir, is articulated as a
sort of verbal anesthetic that produces insensibility both to the pain of
existence and, at least partially, to other sensations of the human
condition in this world”62
( “Actividad religiosa en San Manuel es articulada como un tipo de
anestesia verbal que provoca la insensibilidad tanto al dolor de la
existencica, como, al menos parcialmente, a otros sentimientos de la
condición humana en este mundo” )
Estas palabras del crítico se ven perfectamente ilustradas por la misma obra escrita por
Unamuno. Cuando Lázaro y Don Manuel hablan hacia el final de la novela, el cura comenta que
la misión de la religión sí se parece al opio, pero no en el sentido de la droga, sino como una
medicina:
61 ZAHAREAS, Anthony N. “Unamuno's Marxian Slip: Religion as Opium of the People.”The Journal of the Midwest Modern Language Association, vol. 17, no. 1, 1984, p. 17. [online] [cit. 2021-05-07], disponible en < www.jstor.org/stable/1315458 > 62 ZAHAREAS, Anthony N. , Ibídem, p. 17 Traducción al español propia
32
“Sí, ya sé que uno de esos caudillos de la que llaman la revolución
social ha dicho que la religión es el opio del pueblo. Opio...,
opio...Opio, sí. Démosle opio, y que duerma y que sueñe”63
Como podemos observar, uno de los aspectos filosóficos que se revelan en San Manuel Bueno,
Mártir consiste en cómo Unamuno demuestra el sufrimiento que puede traer al hombre el
conocimiento de la verdad. Eso hace que la obra se destaque entre las demás que tocan este tema,
debido a lo siguiente: desde la antigüedad, el objetivo de la filosofía era encontrar la verdad, ya
que ésta era considerada la condición necesaria para la felicidad del hombre, es decir, se trataba
de una ecuación bastante sencilla: verdad igual a felicidad64. Pues, en esta obra sucede lo
contrario: la mentira se presenta como algo necesario para el bienestar de la gente sencilla, ya que
la verdad puede resultar insoportable. En la obra observamos, como Don Manuel logra hacer
felices a los que creen en la iglesia, pero a la vez está sufriendo por no creer en la mentira que él
mismo está predicando. Por lo tanto, podemos decir, que para Unamuno la filosofía tiene la
misión de ayudar a la vida, alcanzar la felicidad, pero él ya pierde la esperanza de que la verdad
sea algo que pueda contentar a la gente.
En el libro se puede observar que Unamuno reconocía la importancia de la religión como un
método de mantenimiento de la salud espiritual de los creyentes. Aunque hasta ahora hablando de
la fe nos hemos referido solamente a la religión católica, es importante tener en cuenta que lo
dicho, según la obra, vale para todas las religiones, ya que, si una religión cumple con su misión
de hacer felices a sus seguidores, no importa cómo es. Entonces, aquí nos encontramos con la
tercera paradoja de la obra: a pesar de no tener nada que ver con la verdad, todas las religiones se
declaran verdaderas por Don Manuel. Tal paradoja es explicada en el libro de la manera
siguiente:
“Todas las religiones son verdaderas en cuanto hacen vivir
espiritualmente a los pueblos que las profesan, en cuanto les consuelan
de haber tenido que nacer para morir, y para cada pueblo la religión
más verdadera es la suya,la que ha hecho” 65
63 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 15264 FUENTES CAMPOS, María Cristina, Ibídem p.1865 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 143
33
Como ya hemos visto, en la obra se revela también la otra cara de la fe, ya que en el caso de
Don Manuel debajo de una aparente creencia en los dogmas de la iglesia se esconde una congoja
que se debe al entendimiento de que la religión católica no representa nada más que una fantasía
que surge de la esperanza del hombre de no desaparecer para siempre después de la muerte. Pero,
como ya habíamos explicado, Unamuno tampoco reconocía los dogmas ateístas, considerándolos
otra solución vaga que únicamente puede servir a los espiritualmente perezosos.
“Porque hay, Ángela, dos clases de hombres peligrosos y nocivos: los
que convencidos de la vida de ultratumba, de la resurrección de la
carne, atormentan, como inquisidores que son, a los demás para que,
despreciando esta vida como transitoria, se ganen la otra; y los que no
creyendo más que en éste”66
Por lo tanto, hemos llegado a la conclusión de que en San Manuel Bueno, Mártir Unamuno
intenta demostrar que para la vida sirve mantener cierto balance entre creer en la inmortalidad del
alma y valorar esta vida, teniendo en cuenta que, posiblemente, no haya otra. En este libro
Unamuno generosamente no niega a sus lectores de posibilidad de tener tal balance: a pesar de
que a la primera vista la obra parece llevar al lector a la conclusión de que Diós en realidad no
existe, no se puede decir que ella niegue completamente su existencia. Casi al final de su carta,
Ángela demuestra que ella, a pesar de todo lo contado por su hermano, no puede llegar a una
conclusión definitiva:
“Y es que creía y creo que Dios Nuestro Señor, por no sé qué sagrados y
no escudriñados designios, les hizo creerse incrédulos. Y que acaso en
el acabamiento de su tránsito se les cayó la venda. Y yo, ¿creo?”67
Teniendo en cuenta lo dicho, podemos decir que San Manuel Bueno, Mártir no declara de una
manera definitiva la existencia de Dios o su ausencia. Pero sí demuestra la necesidad del hombre
de creer en él, es decir, enseña que el hombre necesita la fe para que ésta le ayude a vivir. Desde
66 UNAMUNO, Miguel, Ibídem p. 15167 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 165
34
mi punto de vista, la palabra necesidad puede considerarse como la clave del pensamiento de
Unamuno acerca de la religión. La confirmación de ello la observaremos en el siguiente capítulo.
Cabe mencionar que San Manuel Bueno, Mártir contiene una gran cantidad de símbolos que se
refieren a la Biblia. Según el estudio realizado por Pelayo Hernandez, el propio pueblo de
Valverde de Lucerna, donde vivió Don Manuel, es una referencia a los años en que Cristo vivió
predicando a orillas del Mar de Galilea. En la obra se transmite un ambiente religioso, en el que
se observa la comprensión de los habitantes del pueblo de que Dios, o al menos alguien que se le
parece, vive entre ellos68. Si nos fijamos en la figura de Don Manuel, nos daremos cuenta de que
es una representación de Moisés, aunque es una especie de Moisés humilde, que no tiene el
carácter de los patriarcas. En la Biblia, Moisés juega el papel del líder que va con su gente por el
desierto, le ve la cara a Dios, igual que Don Manuel, que "conduce" a la gente por el desierto de
sus vidas y parece estar en contacto con Dios. Los judíos confían completamente en Moisés y
esperan que lleguen a la tierra prometida siguiéndole, mientras los habitantes de Valverde de
Lucerna se dejan guiar por los sermones de Don Manuel y se ilusionan con llegar al Paraíso de
esta manera. A Moisés no se le otorga el derecho de entrar en la Tierra prometida - Don Manuel
tampoco puede ir al cielo, pues, según él, tal lugar ni siquiera existe. La figura de Lázaro, el que
después de la muerte de Don Manuel continúa su oficio, simboliza al otro personaje bíblico -
Josué, nuevo guía de pueblo, que llevará la carga de la responsabilidad por su pueblo, que se
salvará o se perderá69.
4.2. Del sentimiento trágico en la vida en los hombres y en los pueblos
" "Y ¿qué es creer en Dios?", preguntarán aquí los Pilatos. Y dejándome
de la fe lógica paralela a la verdad llamana lógica [...], les diré que
creer en Dios es querer que Dios exista, anhelarlo con toda el alma" 70
Miguel de Unamuno68 FERNÁNDEZ, Pelayo. El problema de la personalidad en Unamuno y en San Manuel Bueno, 1ra edición, Madrid: Editorial Mayfe, S.A. 1966, p. 15369 FERNÁNDEZ, Pelayo, Ibídem, p. 154-15670 UNAMUNO, Miguel. ¿Qué es la verdad? Ensayos. 3ra edición. Madrid: Aguilar, S.A, 1951, p. 804
35
A pesar de que la obra que vamos a investigar ahora fue publicada casi veinte años antes de San
Manuel Bueno, Mártir, en este trabajo considero necesario hacer el análisis precisamente en este
orden, ya que las ideas que encontramos en Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y
en los pueblos me parecen una continuación lógica del tema tratado en el libro que acabamos de
analizar.
Como revela su nombre, el tema de la obra es el sentimiento trágico en los hombres que padecen
de la razón. No es una casualidad que en este caso usemos el verbo padecer, ya que en el libro
Unamuno expresa una idea interesante de que la razón es una enfermedad del hombre.
“Y es una verdadera enfermedad, y trágica, la que nos da apetito de
conocer por gusto del conocimiento mismo, por el deleite de probar de
la fruta del árbol de la ciencia del bien y del mal”71
El sentimiento trágico es, entonces, el resultado de la lucha entre la razón, que lleva al hombre a
la comprensión de su mortalidad, y el corazón, cuya naturaleza da al hombre la esperanza de una
vida eterna. Básicamente, el discurso del libro se basa alrededor de la congoja causada por la
imposibilidad de comprobar racionalmente la inmortalidad del alma, tan deseada por los
hombres. Dicho de otra manera, en esta obra Unamuno habla del sufrimiento que permanece
constantemente en el alma de cada persona por la culpa de la razón.
[...]Mas, a pesar de todo ello, queda en pie la afirmación escéptica de
Hume, y no hay manera alguna de probar racionalmente la inmortalidad
del alma. Hay, en cambio, modos de probar racionalmente su mortalidad.
[...]72
Unamuno no considera la razón un amigo del hombre, sino que la tiene por una fuerza
destructiva que ataca al individuo por dentro,73quitándole la posibilidad de creer ciegamente en la
71 UNAMUNO, Miguel, Del Sentimiento trágico de la vida. 1ra edición, Madrid: Alianza Editorial, S.A., 2003, p. 41.72 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 9673 CHAVES, Marcia C. Unamuno: existencialista cristiano Catedra Miguel De Unamuno. Cuadernos 22 , 1972, p. 67 [online] [cit. 2021-28-07].Disponible en: < http://www.jstor.org/stable/45372436 >
36
iglesia y de esta manera vivir una vida libre de preocupaciones por su propia mortalidad. El
problema de la inmortalidad del alma es el tema clave en la filosofía de Unamuno. De las cuatro
preguntas fundamentas de Kant, la tercera , ¿Que se necesita esperar?, fue la más crucial para el
pensador vasco, reduciéndose a la simple cuestión ¿Sobrevivimos después de la muerte?74
[...] La razón ataca, y la fe, que no se siente sin ella segura, tiene que
pactar con ella [...] La solución católica de nuestro problema, de nuestro
único problema vital, del problema de la inmortalidad y de la salvación
eterna del alma individual, satisface la voluntad y, por tanto, a la vida.
Pero al querer racionalizarla con la teología dogmática, no satisface a la
razón.75
La demostración de las preocupaciones del autor en la obra es bastante clara: Unamuno está
deseando profundamente permanecer siempre en este mundo, pero las pruebas de la inmortalidad
del alma, ofrecidas por la iglesia católica, no son suficientes para tranquilizarle. El pensador
vasco advierte al lector: la razón no es el amigo de hombre, sino un asesino que le mata por
dentro.
El verdadero pecado, acaso el pecado contra el Espíritu Santo, que no
tiene remisión, es el pecado de herejía, el pensar por cuenta propia. [...]
El pecado más grave es no obedecer a la Iglesia, cuya infalibilidad nos
defiende de la razón76
En este aspecto se nos revela una gran influencia de Kierkegaard: a pesar de que los dos fueron
influidos en una gran medida por la iglesia católica (no nos olvidemos de que en el caso de
Kierkegaard se trata de un teólogo), ambos consideraban la existencia de Dios como algo
totalmente indemostrable, y, además, no aceptaban la idea de que su esencia pudiera ser definible.
Sin embargo, a pesar de tal similitud, podemos también observar una desemejanza fundamental
entre los dos pensadores, que consiste en lo siguiente: mientras para Kierkegaard la existencia de 74 LEMA-HINCAPIÉ ANDRÉS, Leyendo a Unamuno desde Kant en Del sentimiento trágico de la vida: puntos críticos, Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, Vol. 28, No. 3, 2004 [online] [cit. 2021-08-02]. Disponible en < https://www.jstor.org/stable/27763945 >75 UNAMUNO, Miguel. Ibídem p. 91, 9576 UNAMUNO, Miguel. Ibídem, p. 89
37
Dios era un postulado incuestionable, que no requería ninguna demostración para ser
comprobada, Unamuno carecía de tal seguridad, lo cual le obligaba a seguir buscando pruebas de
su existencia77.
A la primera vista, la filosofía de Kierkegaard es más trágica, pues, el existencialismo no ofrece
ninguna esperanza de la vida eterna. No obstante, tal punto de vista tiene una ventaja
considerable: una vez aceptada la muerte como el destino inevitable de todos los hombres, el
individuo puede tranquilizarse, ya que sabe qué es lo que tiene que esperar. En el caso de
Unamuno, es más difícil: aunque, como ya hemos mencionado varias veces, la razón no le dejaba
consolarse con la esperanza de la inmortalidad de la consciencia, su sentimiento tampoco le
permitía aceptar la idea de su finitud. No obstante, el pensador vasco evitaba que su fe fuera
"encarcelada" dentro de un dogma objetivo, considerándola algo totalmente íntimo:
Esa sed de vida eterna apáganla muchos, los sencillos sobre todo, en la
fuente de la fe religiosa, pero no a todos es dado beber de ella. La
institución cuyo fin primordial es proteger esa fe en la inmortalidad
personal del alma es el catolicismo;pero el catolicismo ha querido
racionalizar esa fe haciendo de la religión teología, queriendo dar por
base a la creencia vital una filosofía. [...]78
77 COLLADO, Jesús-Antonio. Ibídem, p. 52078 UNAMUNO, Miguel, Ibídem, p. 75
38
5. Conclusión
En este trabajo nos hemos dedicado al estudio el problema de la verdad y la fe en el pensamiento
de Miguel de Unamuno, el gran pensador y filósofo del siglo pasado. En realidad, es muy difícil
llegar a una conclusión acerca de él, ya que, como hemos mencionado en la tercera parte de este
trabajo, se trata de una persona muy contradictoria. Además, porque él mismo decía que no
toleraba que le "encasillaran", limitándole a ser representante de un sólo movimiento filosófico o
literario79. Sin embargo, después de la lectura de los trabajos de varios críticos literarios que
tratan este tópico y el análisis de dos obras suyas ( San Manuel Bueno, Mártir y Del Sentimiento
trágico en la vida en los hombres y en los pueblos ), podemos presumir de poder explicar, al
menos de una manera aproximada, su punto de vista acerca de dichos problemas. Su pensamiento
transmite la influencia de las ideas de los grandes filósofos de la historia mundial, pero conserva
su originalidad y permanece totalmente independiente de la necesidad de limitarse a un solo
punto de vista acerca de los problemas que trata. La conclusión la dividiremos en dos partes:
1) La verdad. Según nuestro análisis, podemos decir que la opinión de Unamuno acerca de la
verdad es, digamos, "la media dorada" entre las ideas de Nietzsche y Kierkegaard. Tano
Unamuno como Nietzsche niegan la existencia de una verdad objetiva. No obstante, en diferencia
de Nietzsche, Unamuno no dice que en el mundo no haya ninguna verdad. Igual que Kierkegaard,
Unamuno habla de la subjetividad de la verdad, pero, en diferencia del sabio danés, él no se
refiere al acceso subjetivo a una verdad absoluta, sino que dice que hay un sinfín de verdades
subjetivas, pero a la vez totalmente válidas para los que las creen y actúan según ellas.
2) La fe. Unamuno no pudo llegar a una conclusión exacta acerca de la existencia de Dios. Por un
lado, no se puede decir que se trata de una persona creyente, pero por otro lado nadie podría
acusarle de ser ateo. Aunque las pruebas racionales de la existencia de Dios carecían de validez
para el pensador vasco, él no soportaba tampoco los dogmas ateístas, ya que ellas tampoco le
convencían. En cualquier caso, podemos decir que él quería que Dios existiera, e igual que
Pascal, su hermano espiritual, intentaba encontrarlo, no con la razón, sino con el corazón.
79 UNAMUNO, Miguel, Mi religion, [online] [cit. 2021-06-07]. Disponible en < https://biblioteca.org.ar/libros/265.pdf >
39
Resumen
En la primera parte de mi trabajo me dedico a la explicación de que el tema clave de la escritura
de la Generación del 98 no fue el regeneracionismo, argumentando que el tema la decadencia
cultural de España había aparecido en la literatura mucho antes de que este grupo surgiera, y,
además, no fue tocado por ellos en una gran medida. Más adelante advierto que tampoco es
posible interpretar a ellos simplemente como a los modernistas, ya que la diferencia entre ellos es
muy considerable. A continuación explico que el factor crucial que destaca a la Generación del
98 entre los demás escritores fue la influencia de los filósofos europeos, cuyas ideas consistían en
la crítica del racionalismo.
En la segunda parte yo presento a Miguel de Unamuno, a cuya escritura es dedicado mi trabajo.
Después de exponer de una manera breve su biografía y mencionar algunas de sus obras más
relevantes, paso a demostrar la influencia de Nietzsche, Kierkegaard y Pascal sobre su
pensamiento.
En la tercera parte explico los motivos de la flexibilidad de Unamuno en cuanto a sus opiniones
acerca de la religión. Refiriéndome al estudio de Armand F. Baker, demuestro que Unamuno no
reconocía verdades indiscutibles, considerando que precisamente la constante crítica de las ideas
era la condición necesaria para el progreso filosófico.
La cuarta parte es dedicada al análisis de los conceptos de la verdad y la fe en dos obras de
Miguel de Unamuno - San Manuel Bueno, Mártir y Del sentimiento trágico de la vida.
Analizando estos dos libros, hago una investigación de opiniones tenía Unamuno acerca de este
tópico, y al final, intento crear una definición del pensamiento de Unamuno acerca de las
cuestiones de la verdad y de la fe.
40
Resumé
V první části této práce se věnuji vysvětlení, že klíčovým tématem psaní Generace 98 nebyl
regeneracionismus, protože téma kulturní dekadence Španělska se v literatuře objevilo dávno
před vznikem této generace, a navíc k tomu, jeji účastnici se tohoto tématu do značné míry
nedotkli. Později poznamenávám, že není možné je interpretovat jednoduše jako modernisty,
protože rozdíl mezi nimi je velmi značný. Dále vysvětluji, že klíčovým faktorem, který odlišuje
Generaci 98 od ostatních spisovatelů, byl vliv evropských filozofů, jejichž myšlenky spočívaly v
kritice racionalismu.
Ve druhé části představuji Miguela de Unamuna, jehož tvořbě je věnována tato práce. Po
stručném představení jeho biografii a zmínění některých jeho nejrelevantnějších děl, pokračuji
demonstraci vlivu Nietzscheho, Kierkegaarda a Pascala na jeho myšlení.
Ve třetí části vysvětluji důvody Unamunovy flexibility, pokud jde o jeho názory na náboženství.
S odkazem na studii Armanda F. Bakera ukazuji, že Unamuno neuznával neoddiskutovatelné
pravdy, vzhledem k tomu, že právě neustálá kritika idejí byla nezbytnou podmínkou filozofického
pokroku.
Čtvrtá část mé práce je věnována analýze konceptů pravdy a víry ve dvou dílech Miguela de
Unamuno - San Manuel Bueno, Mártir a Del Sentimento Tragico de la Vida. Při analýze těchto
dvou knih zkoumám názory, které měl Unamuno na toto tema, a pak se snažim definovat
Unamunovo myšlení ohledně otázek víry a pravdy.
41
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