La guerra de los hermanos Serie de los Artefactos 1

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  • 8/3/2019 La guerra de los hermanos Serie de los Artefactos 1

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    La guerra de los hermanosPrlogoLos opuestos se atraen (63 AR)

    Era la noche anterior al fin del mundo.

    Los dos ejercitos se habianreunido en lados opuestos de un valle destruido. Mucho tiempo atrs ste habasido un exuberante valle, su extendida llanura surcada por un amplio yserpenteante arroyo, sus colinas laterales cubiertas de robustos robledales,Maderaplida y Raicesprofundas. Ahora estos rboles se han ido, no quedan masque algunos troncos irregulares, el pasto calcinado, y una tierra seca yestril. El arroyo no es mas que un lento hilo de agua oculto por unacapa gruesa de aceite, cuya superficie se quiebra solo por ensombrecidas masasde solidos innombrables.

    Espesas y entintadas nubes ocultaban de toda vista a las lunas y las estrellas.Habia estado nublado y fro en Argoth, a pesar de haber tenido una temporadamas clida en otras partes de Terisiare. Cuando la guerra se haca ms proximaambos bandos comenzaron a incendiar los bosques que encontraban a su pasoaunque slo sea para negar a sus oponentes los suministros de apoyo. Durante elda la nube semejaba a un dosel gris mate, una hoja de acero laminado y sinterminar.Por la noche iluminada slo desde abajo, por las miles de fogatas y fundicionesque ahora salpicaban el paisaje. A lo largo de los bordes opuestos del valle iluminadopor las llamas, las fuerzas invasoras

    brillaban en la oscuridad como ojos malficos.Atravezando el pequeo arroyo haba un par de gigantes derribados, restos de unabatalla anterior entre los invasores y los habitantes originales de esta tierra. Uno de losgigantes cados estaba hecho de madera viva, y se haba dividido en mas de milfragmentos. Su enorme cabeza selvtica descansaba en el suelo, gritando en silencioa la noche indiferente. Haba sido el ltimo campen de los nativos de Argoth, elavatar de su diosa, y con su muerte muri toda esperanza para la gente de la isla.

    El vencedor de la batalla tambin haba sido destruido en la lucha. Este enormemonstruo humanoide era de piedra, sus articulaciones construdas con multitudinariaslminas seas de hierro y grandes engranajes de bronce. Su cuerpo ltico haba sidoroto y remendado infinitamente, y grandes hojas de metal haban sido atornilladas a supiel para mantenerlounido. La batalla con la bestia del bosque haba sobrecargado sus pistones yarmaduras.Su estocada final haba dividido a su oponente, ahora yaca tendido haciadelante, boca abajo, un puente sobre la tibia corriente. Uno de los brazos del gigantede piedra haba sido arrancado en medio de la batalla y estaba tendido aalgunos cientos de metros de distancia, sus dedos alzados queriendo desgarrar el cielo.

    En la parte posterior del cadver silencioso del gigante de granito una figura solitariaesperaba. En su juventud haba sido ancho de hombros y guapo, pero los aos de laguerra y el servicio a su amo le haban agotado. Hoy sus hombros estn hundidos, y

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    su cuerpo lleva el peso adicional tanto de sus responsabilidad como de su edad. Supelo rubio,alguna vez alborotado lo llevaba corto, y un primer lunar de piel se hacaevidente en la corona de su cabeza, heraldo de la calvicie final. Sin embargo, comoera ms alto que la mayora de sus compaeros, los otros no le veian a menos queestuviera sentado. Por el momento se paseaba a lo largo de la espalda delgigante.

    Tawnos se quit su amarronada capa de lana de alrededor de su cuerpo, maldiciendoal fro y la oscuridad. Mientras lo haca con los dedos roz la coraza de metal que lecolgaba por debajo. No encajaba con l, ya que no haba sido hecha especficamentepara su gran cuerpo, y solo la haba trado como una ocurrencia tarda. El mensajehaba sido clido y acogedor, pero lleg desde el campamento enemigo. Urza sehubiera irritado si su ex-alumno hubiera bajado la guardia tan fcilmente.

    Hubo movimiento a lo largo del otro lado de la espalda del gigante, cerca de donde su

    cabeza destrozada yaca en un ngulo retorcido con el resto del cuerpo. Tawnos no lavi subir, pero de repente all estaba -un destello de pelo rojo rodeado por un manto debano.Parecia como si ella llevara un pedazo de la noche misma. Y lo llevaba tan bien.

    Estaba sola, como haba prometido. Al cruzar hacia l, Tawnos sac un pequeodispositivo de bolsillo. Era una esfera achatada con la mecha de una lmpara quesobresala de la parte superior. Apret un clavo del costado de la esfera, y eldispositivo chisporrote. La mecha estall en una llama breve, amarilla, que cambi aun tono naranja suave cuando Tawnos la manipul utilizando el perno lateral. Ashnodse acerc a la luz, y vio que ellatena esa sonrisa perpleja que l siempre haba encontrado atractiva. Tambin vio

    que ahora haba cabellos plateados entre los de color escarlata.

    "Haba odo que estabas muerto",dijo."No creas todo lo que oyes, pichoncito", respondi Ashnod indiferente con una ampliasonrisa. "He odo de mi muerte al menos cinco veces en los ltimos diez aos." Lasonrisa se hecho con esos recursos. Y la gente: s, la forma en que podran haberlosutilizado. "

    Mientras hablaba Tawnos poda sentir como su cara se estiraba en seal dedesaprobacin. Incluso en el tenue resplandor Ashnod poda sentir su irritacin ensilencio. Lo siento dijo al fin. "He hablado sin pensar.""Es bueno saber que hay constantes universales", dijo Tawnos framente."Lo siento". Hubo otra pausa, y en la distancia algo traquete. Sonaba como undemonio riendo mecnicacamente. "Cmo est?" dijo al fin."Lo mismo, slo que ms", respondi Tawnos. "Y el tuyo?"Ashnod neg con la cabeza. "Algo est mal ...". Tawnos levant una ceja y aadirpidamente, "Mishra est ms fro que nunca. Ms calculador. Estoy preocupado.""Yo siempre estoy preocupado", dijo Tawnos. "Urza se ha vuelto cada vez msretrado con el paso de los aos." "Retirado", dijo Ashnod. "Esa es la palabra. Como sino estuvieramos all. Como si no hubiera nadie ms." Ella extendi la mano paratocarle el hombro. Tawnos se puso rgido, lejanamente inclinado, y ella dej caer elgesto.Tienes razn acerca de que todo es una prdida ", dijo al fin. "Pero se puede evitar,incluso ahora.""Cmo?" los ojos de Tawnos se estrecharon.

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    "Darle lo que quiere", dijo Ashnod. "Darle a Mishra la otra mitad de la piedra.""Rendirse?" dijo Tawnos, con voz muy fuerte. "Despus de todo esto, entregarse?Cuando maana debemos ir al campo de batalla? Antes de venir a Argoth, podrahaber sido una opcin, tal vez." Pens un momento y dijo ms para s que para sucompaero: "No, ni siquiera antes."Ashnod levant ambas manos en un gesto pacfico. "Slo una sugerencia, pichoncito.""l te ha enviado con ese mensaje?""No, son mis propias palabras", espet Ashnod. "l no confa en m", aadi en vozbaja."Quin podra, en este momento?" pregunt Tawnos. Las palabras salieron de suboca antes de darse cuenta lo que dijo.-Bien, gru ella, y se levant de repente. Agarr la mochila, que desaparecide nuevo en las sombras de su capa voluminosa. "Si hasta traa regalos"."Cualquier regalo proveniente de t sera tratado con desconfianza," dijo Tawnosrevolviendo sus pies y colocandose junto a ella.Se detuvieron por un momento, y un viento fro pas entre ellos. Luego Ashnod dio lavuelta para marcharse.

    "Tal vez ..." comenz Tawnos. Ella dud de sus palabras. "Tal vez podramosconseguir unir a nuestros dos maestros", continu. "Sin sus armas. Sin sus ejrcitos. Tal vez hayuna manera de hacer que ambos se entiendan."Ashnod neg con la cabeza. "Estn congelados en sus acciones ahora, tan mecnicoscomo sus propias invenciones, tan implacables como las fases de la Luna Brillante".Ella mostr una triste sonrisa. "Sueas con un momento en que pudieran entenderseentre s. Ese momento nunca existi."Ella se alej de l, luego se detuvo y se volvi. "Maana s cuidadoso. Que sobrevivasa la batalla." Camin hasta el otro extremo del gigante derribado,y se puso su capucha. Su cabello escarlata desapareci y se fundi una vez ms conlas sombras.

    THE BROTHER'S WAR (LA GUERRA DE LOS HERMANOS)PARTE 1ESTUDIO DE LAS FUERZAS (10 - 20 AR)

    CAPITULO 1: TOCASIA

    La arqueloga Argiviana se quit los lentes y se frot los ojos cansados. La arena deldesierto estaba en todas partes, ms an cuando la brisa soplaba hacia el este desdelos residuos hacia el interior. El aire del desierto era tan clido como carbonesencendidos, pero Tocasia se alegr por el viento suave. Sin la brisa la excavacinsera simplemente insoportable y sofocante.La anciana investigadora se sent en una mesa adornada, un monstruosidad enormecon piernas gruesas, estriadas y con una pesada incrustacin superior de cscarabrillante. Fue un regalo de una de las familias nobles de Argos, una recompensa por "enderezar" a un vstago andante de su lnea. La herencia pareca casi cmicaasentada en el afloramiento que Tocasia haba reclamado como su cuartel general,debajo de una lona palidamente gris de muselina de Tomakul.El regalo haba sido bien intencionado, y ella slo poda imaginar los gastos derivadosdel envo de la tabla hasta ella. El desierto ya haba tomado su peaje: el pulido a manofinal haba sido casi completamente arruinado por el viento cargado de arena, y lamadera se haba agrietado debido al evaporamiento del lquido que contena suinterior. Adecuado para una sala de tocador Argiviana, era mucho menos aceptable en

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    el desierto. Sin embargo, era un espacio plano, y Tocasia lo apreciaba.La mesa estaba llena de pergaminos a medio introducir en sus estuches y mapas desobrevivencia sostenidos debajo de trozos de metal oxidado, los bordes rotos de lospapeles revoloteaban en la brisa. Una parte particularmente grande de metal azuladose hallaba directamente frente a Tocasia, maldicindola con su enigma.Pareca una parodia de un crneo humano, con una cara como de murcilago y ojosfros, impasibles, de cristal de colores en el metal azul desconocido. El propio metalpareca tan dctil y blando como el cobre, pero al doblarlo slo hizo que recobraralentamente su forma original. Un conjunto de glifos Thran corra a lo largo de la parteinferior del crneo, que Tocasia haba traducido aproximadamente como su-chi. Sieste era el nombre de la criatura, su propietario, o su fabricante era un misterio paraella.La mandbula inferior del crneo sobresala hacia adelante, terminando en un puadode colmillos. La parte superior del crneo se haba desprendido para revelar unamaraa de cables de metal azul. Situado entre ellos haba una solitaria piedra grande,era opaca como un vidrio viejo, desgastada antiguamente y afectada por una grietalongitudinal a lo largo de la parte superior.

    Tocasia suspir. Incluso si su excavadores pudieran encontrar el resto del cuerpo deeste artefacto Thran, era poco probable que alguna vez vuelva a funcionar. El daoera demasiado extenso, e incluso si pudieran volver a recrear su forma, la piedrapreciosa que le daba su poder estaba hecha aicos. Slo haban encontrado unpuado de piedras enteras y funcionando. Brillando en tonalidades del arco iris, podanalimentar los dispositivos Thran de mas edad. La mayor de esas piedras haba sidoenviada de regreso a Argivia para un estudio adicional a cambio de ayuda ysuministros.Una sombra toc la esquina de su mesa, y Tocasia salt ligeramente. Haba estadotan concentrada en el crneo que no haba visto acercarse a nadie. Mir la caraoscura de Loran y se pregunt cunto tiempo haba estado all la nia.Loran era la hija de unos nobles y una de las mejores alumnas de Tocasia, aunque

    eso no era decir mucho, dada la actual cosecha de estudiantes. Temprano en lacarrera de Tocasia haba aceptado la ayuda financiera de muchas de las casas noblesde Penregon. A cambio, las casas solan enviar sus miembros ms jvenes masrecalcitrantes o rebeldes al desierto durante el verano para unirse a la loca arquelogaen su excavacin de artefactos Thran.

    Para ser honestos, Tocasia pensaba, que la mayora de los jvenes que reciba eranculpables nada ms que de ser tpicos adolescentes y sus padres slo trataban desacarlos de sus mansiones. Una vez en el sitio, su inters en el pasado oscilaba entremnimo e inexistente. Ellos estaban contentos de estar lejos de las cortes perfumadasy protegidas de Penregon, sus pequeas intrigas, y lo ms importante, sus padres.Tocasia les encomend de tanta responsabilidad de como ellos fueran capaces.Algunos supervisaban a los excavadores Fallaji, mientras que otros ayudaban arecoger y catalogar los dispositivos que salan a la luz. Sin embargo otros secontentaron con manejar las catapultas de metralla que flanqueaban el campo y queservan como elemento disuasorio para los ladrones del desierto y los rocs carroeros.Los jovencitos y las jovencitas llegaban, cumplian su tiempo, y huan a las ciudadescon suficientes cuentos como para impresionar a sus amigos y con la madurezsuficiente para apaciguar a sus padres.Y algunos, como Loran, tena la inteligencia, la sabidura, y la presencia de nimocomo para volver despus de su primera experiencia. Loran estaba en su terceratemporada y entrando en la plena floracin de su feminidad. Tocasia saba que eraslo cuestin de tiempo antes de que la chica comenzara a preocuparse ms por vestidos de gala y cenas que de artefactos y sitios de excavacin, pero para esteverano, al menos, le complaca tenerla all para ayudarle a catalogar, organizar, ycoordinar.

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    Tocasia parpade, empuj sus gafas mas arriba de su nariz, y arque una ceja haciala estudiante. Loran nunca hablara hasta que se le hablara, aunque Tocasia estabatratando de romper esa costumbre.Hubo una pausa, y luego Loran dijo en voz baja, "La caravana de Argivia ha llegado."Tocasia asinti con la cabeza. Ellos haban estado observando la nube de polvo quese levantaba desde el este durante toda la maana, pero haban pensado que no serahasta la tarde cuando los vagones de Bly llegaran a destino. El viejo capitn del vagnhabra tendo la posibilidad de adquirir nuevas bestias, o bien el viejo uro, habafinalmente sucumbido. Lo que quera decir Loran era que los vagones de Bly habanpasado a travs de las puertas de la empalizada, y era mejor que Tocasia estuvieraall para salvar a sus estudiantes del mal humor del mercader si la duea del campono estaba all para darle la bienvenida.

    Loran no se movi, y Tocasia agreg: "Voy a estar abajo tan pronto como sea posible.Si a Bly no le gusta, que se espere." Los labios de Loran se comprimieron en unadelgada lnea, luego la nia asinti con la cabeza y desapareci. Tocasia suspir denuevo. En dos o tres aos Loran estara dndole ordenes a los comerciantes como Bly

    sin ningn esfuerzo, pero ahora ella, y la mayora de los otros estudiantes, estabanintimidados por las bravatas del comerciante.Tocasia observ como se retiraba Loran, vestida con el traje de trabajo color cremaque utilizaba la mayora de las estudiantes mujere. Not que la nia tena su pelo mslargo, a la moda que se llevaba en la capital. El cabello de Loran era largo, oscuro yespeso, lo que la haca mas extica entre la mayora de sus compaeros. "Un toquedel desierto" era la expresin que utilizaba la nobleza Argiviana. No era un elogio sinouna acusacin tcita de que algn brbaro del desierto estaba al acecho en el rbolfamiliar. Tal vez por eso Loran regresaba todos los veranos -no poda ser solo por lapresin de la familia. La ltima vez que Tocasia visit Penregon, la madre de Loranhaba dejado bien en claro que Loran deba frenar esos tontos esfuerzos por hurgar enel polvo en busca de desechos de metal.

    Tocasia mir hacia el campamento, un enorme muro construdo en torno a un conjuntode colinas. Las suaves colinas estaban talladas por lava seca y result ser muyproductiva en artefactos Thran. La empalizada era ms una demarcacin de territorioque una verdadera proteccin, pero mantena a los bandidos del desierto, como diranellos acorralados. La barricada de piedras apiladas estaba flanqueada por un par decatapultas de gran tamao cargadas con ripio suelto para mantener los rocs adistancia. Dentro de las paredes la mayor parte de la actividad del campo era lenta por el calor del verano. Una colina en particular, aquella en la que se haba recuperado elcrneo su-chi, result ser particularmente prometedora, y ahora estaba cubierta conuna malla de cuerda y estacas para un examen ms detenido. Las patas de los lentospebeteros se movieron pesadamente para alcanzar a los vagones, dirigidos por losnios nobles que gozaban de aporrear a los animales albinos con sus aguijonesimprovisados.La puerta se cerr con el paso del ltimo vagna, y una figura de gran circunferenciade cabeza salt, agitando los brazos de una manera animada. Bly pareca disfrutar aterrorizando a los estudiantes, tal vez porque tena que doblegarse a sus padres devuelta en Penregon.Tocasia sonri ante la idea de Bly de vuelta en la capital Argiviana, sombrero en mano,inclinando ligeramente la cabeza, tratando de enunciar sus demandas sin tener querecurrir a las maldiciones. El desierto era probablemente el mejor lugar para l.La arqueloga se pas las manos por el pelo canoso corto, tratando de sacudir algnenredo inexistente. Cuando ella era joven su pelo haba sido tan largo y casi tanoscuro y exuberante como el de Loran. Podra haber habido un toque del desierto enel rbol de su familia. Sin embargo, la edad tiende a hacer iguales a todos laspersonas, y su mechones rapados eran ms fciles de cuidar en el desierto.

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    Tocasia dio a la calavera azul de metal una palmadita cariosa y se levant de su sillade campamento. Cogi su bastn, un fragmento roto de madera y acero brillante dealgn mecanismo Thran desconocido. Todava estaba lo suficientemente activa comopara justificar su uso como una ayuda extra en el recorrido del terreno irregular y nocomo una muleta. Pero los dolores en sus articulaciones durante el fresco amanecer del desierto contaban una historia diferente.Tocasia se tom su tiempo para descender de su elevada posicin. Bly seembroncara y se quejara, pero eso nunca le impidi comerciar. Los artefactos y botnvendibles que traera de vuelta desde el sitio haca valer la pena del viaje largo y difcilhacia el interior.No fue una sorpresa, entonces, que una vez que lleg a los vagones haba un ampliocrculo de estudiantes y carreteros que rodeaban al patrn del vagn. La sorpresa sela llev una pareja de jvenes a los que Bly reprenda.Los dos le eran completos desconocidos. Uno de ellos era moreno y fornido, y daba unrespingo cada vez que Bly bramava. Estaba medio escondido detrs del otro, unmuchacho delgado, de pelo aleonado, que estaba firmemente parado, recibiendo latremenda explosin de truenos que lanzaba el patrn vagonero.

    "Engaadores! Tramposos! Mentirosos!" gritaba Bly.La pareja era de diez aos de edad, segn Tocasia poda adivinar. Doce como mucho.Esa era la edad en la que los nobles enviaban por primera vez a sus hijos alcampamento de Tocasia. Pero estos no eran sus alumnos, y no se esperaban nuevosarribos hasta el comienzo de la siguiente temporada. Loran estaba a un lado de lamultitud, parecia tanto avergonzada por la escena como aliviada de no ser el objetode temperamento de Bly."Trataban de engaarme! Ahora ocpense de la descarga, perros asquerosos!"farfull Bly, con un tono carmes arrastrndose a travs de su cara.El muchacho de cabello oscuro levant los puos y dio un paso hacia adelante. Elmuchacho rubio que era mayor extendi un brazo para bloquear a su compaero, perosus ojos no se apartaba del maestro vagonero.

    "Sirrah", dijo con calma, aunque lo suficientemente fuerte como para que la gente quele rodeaba le escuchara, "hicimos una trato. Trabajaramos para t solo para pagar nuestro pasaje hasta aqu. Ahora que hemos llegado, ya no vamos a trabajar mas parati. "Bly se volvi apoplejicamente prpura. "Estuvieron de acuerdo en servir comoayudantes durante todo el viaje. El viaje no ha terminado todava; an tenemos quevolver a Penregon!""Pero entonces tendremos que volver aqu por nuestra propia cuenta!" explot el niorechoncho, inclinado hacia adelante el brazo que le sujetaba el otro."Qu est pasando aqu, Bly?" dijo Tocasia.El capitn de los vagones se gir ante la acadmica, parpadeando como si recinahora se hubiera dado cuenta de ella. "Este es un asunto privado, seora Tocasia.Nada ms."El ms delgado de los dos jvenes se adelant. "T eres Tocasia la Acadmica?""No hemos terminado", quizo comenzar Bly, pero Tocasia levant una mano yrespondi a los jvenes.Si, lo soy, dijo.Soy Urza," dijo el joven. "Este es mi hermano Mishra." El ms robusto de los dosnios asinti con la cabeza, y el mas delgado de los jvenes sac un sobre maltratadodesde el interior de su chaleco. El sello en la solapa, la impresin de una familia nobleconocida, estaba intacto, pero pareca como si la carta haba hecho todo el viaje juntoa la piel del nio. Bly tom respir profundamente cuando la vi.Tocasia mir a los dos jvenes, luego al patrn del carro. Ella desliz una ua pulidapor la arena del desierto debajo de la aleta y abri la carta. La caligrafa era fluido ybien formada, dictada a un escribano, pero la firma en la parte inferior era reconocible,aunque dbil y entrecortada.

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    Por un momento se hizo un silencio mientras ella lea, durante el cual tanto Bly comoMishra cambiaban de posicin con impaciencia, esperando la oportunidad decomenzar de nuevo la discusin. El joven Urza estaba impasible, con sus manoscruzadas delante de l.Tocasia dobl la carta de nuevo y dijo pensativamente: "Bueno, eso es todo." Y a losdos nios, dijo, "Tomen vuestras cosas, y sigan a Loran hasta sus cuartos." A Bly,respondi, "Estos dos son de mi responsabilidad. Ellos se estn uniendo comoestudiantes."El color prpura regres al rostro de Bly. "Pero me deben medio viaje! Me estsdiciendo que tengo que dejar que estos sabandijas rompan un acuerdo justo, solo por esa carta!"Tocasia dej que el patrn vagonero se quejara. Vio a los nios sacar un par demochilas delgadas de un vagn y poco despus la forma delgada de Loran corriendopresurosamente. Slo cuando pasaron a travs de la multitud y esta se dispers paraatender inmediatamente los asuntos de la descarga de suministros puso su atencinen Bly."El acuerdo era que trabajaran a lo largo de su viaje," dijo ella bruscamente. "Cuando

    llegaron aqu, ese viaje termin. Ellos estn tomando residencia aqu. Entiendes?"Habia cierto sonido metlico en su voz, e incluso Bly saba que no podra hacer cambiar de opini a la erudita cuando utilizaba ese tono. Asi que, respir hondo y secomform con calmarse.Tocasia levant la carta. "Esto es de su padre, de quien no he odo durante muchosaos. Qu sabes de l?"Bly balbuce por un momento y luego dijo: "No est muy bien que digamos. Se havuelto a casar recientemente con un marimacho, una verdadera zorra de una buenafamilia con sus propios hijos. Se haba puesto gravemente enfermo aproximadamenteun mes antes de salir de Penregon. Podra ser que ya est muerto. ""Podra ser," dijo Tocasia solemnemente, "o podra estar demasiado enfermo comopara ver el bienestar de sus hijos. T no sabas nada de esta carta, verdad?"

    El capitn mir a los pies de su vagn, avergonzado. "No, no lo sabas", continuTocasia. "Porque si lo hubieras sabido, no habras tratado de empujar a esos nios auna negociacin tan difcil. Viaje completo Cuando no! Conocindote, probablementehabras hecho trabajar a esos dos, tan duramente como lo haces con tus uros, oquizs an peor. Porque sabas que sin esa carta no les tomara slo por su palabra!""La nueva madre, es una engendro", dijo Bly en voz baja, a modo de explicacin."Buscaba que se fueran, pero no gastara un molino en su bienestar. No quera echar mano del dinero de la familia, ya que probablemente es todo suyo ahora mismo.""As que distes a los chicos un descanso, hacindles trabajar como esclavos, ytratando de retenerlos, ya que nadie se dara cuenta de su suerte", dijo Tocasia. "Esoes bajo, incluso para t, Bly. Ahora descarga los suministros, y s, voy a hacer uninventario completo, gracias. Y luego vamos a cargar los vagones para tu regreso. Hayalgunos elementos que te proveern un beneficio excelente, a pesar de tu conductaescandalosa. "Tocasia quera darle algunas lecciones ms Bly, pero Loran lleg corriendo. "SeoraTocasia, los chicos nuevos!"Tocasia frunci el ceo hacia la estudiante. La joven al fin haba hablado, por lo quedeba ser importante. "S?""Se estn peleando", dijo Lora. "Con Richlau y un par de los otros chicos."Tocasia pronunci una leve maldicin. Bly se ri entre dientes. "Puedo llevarlos devuelta si as lo deseas, acadmica" dijo.La erudita le dispar al patrn de los vagones una mirada que pondra los pelos depunta a un buey detenido a quince pasos. Dijo a Loran, "Busca a Ahmahl y a un par delos otros excavadores para que los separen. Y envia a los chicos a mi tienda." Loranvacil, y Tocasia prcticamente pate el suelo. "Ahora!"La joven desapareci en una nube de polvo, y Bly, dijo, "Creo que ese par traern ms

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    problemas de lo que valen, si no te importa que lo diga.""No me sorprende", gru el erudito. "Su padre fue siempre un bicho malo"."As que al final te los vas a quedar?" pregunt el maestro vagonero, moviendo lacabeza.Tocasia suspir. -S. Le debo mucho a su padre. Por un favor muy antiguo. ""Debe haber sido un gran favor", dijo Bly. "Qu te dio?""Slo mi libertad ", dijo Tocasia, y se alej del maestro vagonero sin esperar respuesta.Bly mir la espalda de Tocasia mientras caminaba de vuelta por la colina. Era suimaginacin, o pareca ser ms anciana y ms frgil de lo que haba sido hace solo unmomento? Entonces oy gritos roncos entre los vagones, y la idea huy de su cabeza."Eh!" grit a los camioneros, arrojndose de nuevo en el trabajo. "Nunca hastransportado mercancas antes? Esa cosa es delicada! Manjalo como lo haras conel recin nacido de tu hermana, o nosotros no cobraremos!"La colina le pareci ms empinada a Tocasia en la subida de lo que haba sido en elcamino hacia abajo, y los muchachos ya estaban esperando all cuando lleg a lacima. Ahmahl y Loran estaban all tambin.

    El lder de la tribu de excavadores del desiert asinti con la cabeza bruscamente haciaTocasia. En Fallaji, la lengua del desierto, dijo, "Mira al pequeo. Era todo puos ymordiscos cuando le alejamos. Tanto fuego en alguien tan pequeo. El grande hizosangrar la nariz de Richlau, pero no est rota."Tocasia respondi en el mismo idioma, Richlau merece tener la nariz ensangrentada.Dle que est de servicio en la cocina por el resto del mes. Y traslada las cosas de loschicos a las tiendas de Havack en su lugar." Ahmahl asinti con la cabeza y sali dellugar . Loran no hizo ademn de irse hasta que Tocasia le dio instrucciones de vigilar aBly.La arqueloga camin alrededor de la mesa, deslizando el bastn de vuelta a suestuche, una canasta en forma de tambor hecho de un piel de onulet. Se apoy conlas palmas sobre la mesa y mir a los dos muchachos. Sus chalecos haban sido

    destrozados en la batalla, y los bolsillos de Urza estaban completamente desfondados.Mishra haba adquirido un ojo negro, y ambos muchachos mostraban numerosasmarcas de araazos.Tocasia suspir y se sent en su asiento. Los muchachos se movieronincomodamente. "Quince minutos", dijo al fin. "Quince minutos y ya estn en unapelea. Un nuevo registro, incluso para este lugar."Los dos chicos empezaron a hablar a la vez. Urza dijo: "Me gustara pedir disculpas ennombre de todos los involucrados"Mishra revent con un, "Lo siento, pero en realidad no fue culpa nuestra si""Silencio!" dijo Tocasia golpeando la mesa duramente, fue tan fuerte el golpe que elcrneo su-chi subi ligeramente, y un pedazo de la incrustacin de perlas rebotfuera de su entorno. Los dos muchachos se calmaron inmediatamente y comenzaron amecerse nerviosamente.Tocasia se reclin en su silla. "Qu pas?"Los muchachos se miraron entre s, como si cada uno concediera al otro laoportunidad de hablar. Por un mutuo consentimiento tcito, Urza gan la oportunidad."Uno de los chicos mayores quiso pegarle a mi hermano. Yo le detuve", dijoremilgadamente. Un nio grande, con pelo rojo y pecas."Ya lo veo," dijo Tocasia. Mirando a Mishra dijo, "Y por qu Richlau se meticontigo?""No hay ninguna razn", dijo Mishra. Urza empez a decir algo, pero Tocasia levantuna mano para silenciarlo. Despus de un largo silencio, Mishra agreg, "Me dijo queestaba en su cama.""Y estaba en lo cierto?" pregunt la sabia.Mishra se encogi de hombros. "Supongo". Entonces, despus de una pausa, solt:"Pero l no tena por qu ser grosero al respecto!"

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    "Richlau es grosero con todos ", dijo Tocasia. "Vas a tener que acostumbrarte si tequedas por aqu." Enfrentando a Urza, dijo, "T eres el hermano mayor, correcto?""As es", dijo Urza, pero Mishra hizo un pequeo ruido de tos. Urza hizo una mueca yaadi: "Debo decir que Mishra y yo nacimos en el mismo ao, yo nac en el primer da del ao, Mishra naci en el ltimo. As que salvo ese ltimo da , yo tengo un aoms. ""En el ltimo da, somos iguales!" chill Mishra, como si estuviera contento de que suhermano se hubiera corregido.Tocasia levant la carta del chaleco de Urza. "Saben lo que dice?"Una vez ms, los dos muchachos se miraron entre s. Tocasia sinti que hablaban enun lenguaje secreto, un lenguaje que solo ellos podan escuchar.No exactamente, respondi Urza al fin."Su padre era un querido amigo mo a quien le debo mucho", observ Tocasia. "lquiere que yo cuide de ustedes, que los cuide por si algo le ocurriera a l. Eso significaque van a quedarse por aqu un buen rato. Y eso significa trabajar conmigo y con misalumnos. Si se sienten incmodos con este acuerdo, puedo enviarles de vuelta conBly, pero para ser honesta no s qu clase de bienvenida les esperar en Penregon ".

    Una vez ms los chicos se miraron entre s. Fue Mishra el que habl en esta ocasin,"Qu es lo que haces?""Excavo", dijo Tocasia. "O, mejor dicho, superviso a otros que excavan. Estamosbuscando artefactos aqu. Sabes de que estoy hablando?""Restos del pasado", dijo Urza. "De una civilizacin que estaba aqu mucho antes deArgivia o de cualquiera otra nacin de Terisiare. Reliquias.""As es", dijo Tocasia. "Artefactos cuyo poder abarca desde juguetes pequeos hastagrandes mquinas, mquinas que pueden hacer el trabajo de muchos hombres.""Al igual que esas cosas grandes blancas parecidas a bueyes?" pregunt Mishra, casien silecio.Tocasia arque una ceja hacia el hermano menor. "S, por supuesto. Los pebeterosque utilizamos aqu como bestias de carga son artefactos, los cre yo hace un tiempo

    en base a los diseos que hemos reconstruido de la raza Thran, una raza constructorade artefactos. Los pebeteros son fuertes y leales mquinas irreflexivas, unostrabajadores incansables. No requieren agua ni comida, y cuando se rompen, losfluidos de sus articulaciones se utilizan para preparar una bebida fuerte quecomerciamos con las tribus del desierto a cambio de informacin y otros artefactos "."Suenan muy utiles", dijo Urza.Tocasia se reclin en su silla. "Estoy impresionado, Mishra. El marco est cubierto por cueros cosidos para proteger el funcionamiento de las arenas del desierto. Tuve unaestudiante que era muy til con la aguja. La mayora de los nuevos estudiantesasumen que los pebeteros estn vivos, puesto que la nica cosa comparable son losuros.. Tocasia ri. "Una de las bromas que Richlau y los otros muchachosprobablemente estaran preparando sera asignarte a alimentar a un pebetero y novolver hasta que hubiera terminado su comida. Cmo has adivinado que no estabanvivos?"Mishra parpade, y luego frunci el ceo. "No lo adivin. Slo lo saba."Urza oli y dijo: "Su marcha no es la correcta de un ser vivo. Se lanza hacia adelantecada vez que da un paso. Una criatura real sera ms suave." Mir a Tocasia y seencogi de hombros. "Yo tambin lo saba, pero no crea que fuera lo suficientementeimportante como para mencionarlo. Los Thran deben haber sido gente maravillosapara haberlos creado."Tocasia dijo: "Y qu sabe usted de los Thran, jven Urza?"El nio de pelo rubio separ sus pies y se llev las manos a la espalda en una posicinde recitacin que Tocasia recordaba de su propia juventud."Los Thran fueron una antigua raza que vivi en esta tierra muchos miles de aosatrs. Crearon una serie de dispositivos maravillosos, slo unos pocos de los cualeshan sobrevivido hasta nuestros das. El gran reloj de la Corte Suprema de Penregon

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    se dice que es un artefacto Thran."Tocasia reprimi una sonrisa, el dispositivo que haba en el corazn del reloj habasido uno de sus primeros hallazgos. "Pero quines eran?" -pregunt ella. "Quinesfueron los Thran? Eran humanos?"Urza parpade, como si la pregunta fuera imparcial. "Por supuesto. Por qu nohabran de serlo?""Qu pruebas puedes ofrecer?" pregunt Tocasia.Urza pens por un momento, y Tocasia not que baj un poco la cabeza como sitratara de apoyar una crneo lleno de pensamientos con su pecho. "Yo no me acuerdode nada decir que no lo eran. supuse que eran.""La mayora de la gente lo hace", dijo la acadmica. "Pero la verdad del asunto es queno sabemos. Pueden haber sido humanos, s. Ahmahl, uno de los Fallaji, tiene algunoscuentos populares acerca de cmo los Thran eran poderosos dioses que condujeron asu pueblo a este mundo, pero las historias estn muy descuidadas en detalle. LosThran podran haber sido minotauros, elfos, enanos, duendes""Oh, espero que hallan sido minotauros!" dijo Mishra. "Esos si que tienen un buenaspecto!"

    Urza extendi las manos delante de l y dijo secamente: "Tuvimos un carnaval enPenregon cuando ramos ms chicos. La mayor parte de lo que sabe Mishra deminotauros viene de haber visto uno all.""Pero el hecho es que no sabemos quines fueron los Thran", continu Tocasia. "Y por ello excavamos, examinamos y tratamos de juntar las piezas del pasado. Lospebeteros son el resultado de lo que hemos aprendido. Asi como, en menor medida,las catapultas de metralla que custodian el campamento. Lo que s sabemos es quemuchos de los dispositivos Thran fueron impulsados por fuentes de energa cristalina.Las llamamos piedras de poder. Como las llamaban los Thran es una incgnita.Tenemos una idea aproximada de su lengua, aunque muy poco se halla escrito. Nohemos encuentrado estatuas, arte, cermica o nada que implique las artes creativas.

    Sabemos que destruyeron esta tierra y la dejaron casi desnuda, pero no sabemoscmo murieron, si por una guerra interna, hambre o peste."Suspir. "No tenemos ni siquiera idea de cmo eran fsicamente. Podran haber sidocomo nosotros. O podran haberse visto como nuestro amigo de aqu." Empuj haciaadelante al su-chi del escritorio y le acarici.Mishra se adelant y cogi el crneo. Tocasia se sorprendi por la velocidad que slolos depredadores del desierto y los nios pequeos pueden manejar. Le dio vuelta unay otra vez en sus manos."Detnte", comenz Tocasia. Quera decir: "Deja eso y ponlo en su sitio," pero erademasiado tarde. Al primer sonido suya Urza se lanz hacia su hermano pequeo."Djalo donde estaba!" grit el muchacho de pelo rubio. "Podra ser peligroso!""No es peligroso", gru su hermano de pelo mas oscuro. "Si fuera peligroso, lo habratenido en un lugar donde no podramos tocarlo!"Entonces, es frgil! "grit Urza. "Lo vas a romper!""Si lo rompo, ser por tu culpa!" dijo Mishra. La pareja form un nudo apretado, elcrneo, su-chi entre ellos."Dselo!" grit Urza."No!" respondi Mishra."Basta!" rugi Tocasia, haciendo tronanr las dos manos en la parte superior de lamesa. En un momento los nios estaban derechos otra vez, y el crneo quedbalanceandose suavemente contra la incrustacin de perlas en la que haba estadounos minutos antes.La erudita frunci el ceo ante los muchachos. "Ustedes hablan mucho y parecentener bastante energa para quemar. Es suficiente. Van a pasar lo que queda del mesaprendiendo desde el principio. Empezarn trabajando en la cocina. Junto conRichlau, por lo que les recomiendo que encuentren la manera de tratar con l. Si tengo

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    ms problemas con ustedes, voy a enviarlos de vuelta con Bly. Tocasia les hech unamirada. "Me he expresado con claridad?"Como si fueran uno, ambos nios asintieron con la cabeza."Bien". Tocasia dej caer su delgado cuerpa en la silla. "Ahora, reportense a la tiendade campaa y empecen a pelar tubrculos. Estn preparando una gran fiesta estanoche para los hombres de Bly. Confo en que no habr ms problemas"Ambos nios asintieron nuevamente al unsono con la cabeza. Tocasia les hizo seasde que se retiraran, y desaparecieron de su tienda, dejando rastros de polvo detrs deellos mientras correteaban por la ladera.A pesar de todo Tocasia sonri. Eran tan parecidos en edad, pero su orden denacimiento estableca sus actitudes. Urza tena diez aos pero se comportaba como sifuera mucho mayor y se senta responsable de su hermano menor. Mishra tena casidiez, pero actuaba ms juvenilmente y era ms exuberante. Probablemente siempreestara dispuesto a probar cosas nuevas, pens Tocasia, porque su hermano mayor estara all para cuidar de l.An as, pens, sera razonable dedicarle algunas palabras a Richlau. Hacerle saber que a ella no le gustara escuchar que le estaba haciendo la vida difcil a los dos

    estudiantes ms nuevos y jovenes. Eso podra crear sentimientos contrarios si los"nios nuevos" eran conocidos por ser sus favoritos, pero sera un pequeo precio, yalgo temporal. Al final de esta temporada, este grupo de jvenes nobles regresaran aPenregon y un nuevo contingente tomara su lugar. Los hermanos deberan ser capaces de manejarse por s mismos para ese entonces, pens, o se habran ido.La sonrisa de Tocasia se devaneci mientras coga el crneo metlico su-chi. Loexamin cuidadosamente para ver si los muchachos lo haban daado an ms en larefriega. De alguna manera, observ, las dos mitades del cristal de poder se habanunido durante la lucha. La grieta longitudinal se haba desvanecido, y el cristal ahoraera una pieza slida. An ms interesante, haba un parpadeo de luz en lo msprofundo del cristal, una luz dbil, pero que indicaba que el cristal segua manteniendoparte de su energa.

    Tocasia mir el crneo y su cerebro cristalino hasta que Loran lleg a buscarla para lacena con los hombres del capitn de las carretas y sus propios alumnos. Pero sus ojosy sus pensamientos se desviaban muy a menudo durante la comida hacia los doschicos que haba llegado recientemente al campamento.

    CAPITULO 2ORNITOPTERO

    Tocasia no envi a los chicos de vuelta con Bly en ese viaje,ni en ningn otro viaje a Penregon durante los siguientes seis veranos. Urza llega un acuerdo con Richlau, y Mishra era ms cuidadoso al sentarse en literas queno le pertenecan. Loran volvi a Penregon y se qued all por cinco aos. A Blycomenzaban a desgastarsele los bueyes nuevos y trat de comprarle uno de lospebeteros a Tocasia sin xito. Tocasia sigui excavando y cuidando de los dosmuchachos.

    Al principio Tocasia pens a Urza y Mishra como dos partes deuna misma entidad. Su inclinacin se vio reforzada por la manera en que los dosse miraban entre s antes de contestar una pregunta. Sin embargo, eran personasmuy diferentes, y el desierto recalcara diferentes partes de su personalidad.

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    Urza se hizo ms estudioso, devorando cada trozo de informacinque Tocasia haba reunido de los Thran. Examinaba minuciosamente las listas deartefactosde temporadas anteriores e incluso los montones de desechos de material que habansido descartados. De esta manera encontr varias piezas que pertenecan adescubrimientos ms recientes, pero haban sido descartadas por no concordar con aquellas encontradas por aquel entonces.

    Tocasia se dio cuenta que Urza estaba intrigado por la maneraen que funcionaban las cosas. A los doce aos separ las extremidadesanteriores de uno de los pebeteros, volvindolas a montar slo despus de queTocasiale amenazara con terribles consecuencias. l y Mishra se quedaron reconstruyendo

    a la bestia durante toda la noche, y su rediseo improvisado detuvo el tambaleoque haba experimentado el equipo previamente.

    El hermano mayor creca fuerte pero se haca cada vez masdelgado en el sol caliente. Su cabello se ti de un rubio pajizo, y ahora lollevaba recogido en forma de cola de caballo colgando de la parte posterior de sucuello. Sus conocimientos eran enciclopdicos y sus ideas perspicaces.

    Mishra tambin floreci en el aire seco del desierto. MientrasUrza urgaba entre rollos echos jirones y mapas, Mishra aprendi a remover, tamizar,y excavar. El hermano menor pasaba ms tiempo fuera en el campo que sucongnere.Trepaba entre las expuestas paredes rocosas y los ridos despojos . Al poco tiempopoda observar el sitio de una excavacin y aventurar una respuesta sobre a queprofundidad deberan llegar las excavadoras para encontrar los artefactos Thran.Sus suposiciones eran cada vez mas acertadas.

    Tocasia se dio cuenta de que Mishra pasaba ms tiempo con losotros estudiantes y excavadores, as como con Ahmal, de lo que lo haca suhermano. Despus de la cena, mientras Urza estaba encorvado sobre las ligadurasde algn artefacto esqueltico, Mishra se encontraba en el campo con losbuscadores, escuchando las leyendas del pueblo Fallaji. Haba cuentos de incursoresy hroes y genios del desierto, de grandes ciudades encerradas en botellas y almasdesgraciadas transformadas en burros. As, Mishra se enter de que la gente deldesierto consideraba a los Thran como una raza de semidioses que haban utilizadosus artefactos para crear ciudades terriblemente maravillosas.

    Tocasia sospechaba que los excavadores le dejaban probar a Mishrasu nabiz, el vino poderosamente fermentado y condimentado con canela preferidopor la Fallaji,

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    pero no dijo nada. Le pareca bien que Mishra se hubiera alejado un poco de debajodel ala protectora de su hermano. Por otra parte, como Urza pasaba la mayor parte de su tiempo envuelto en sus estudios a Tocasia le pareci que este no sedi cuenta de que su hermano pasaba ms tiempo con los dems que a su lado.

    El trabajo en el sol del desierto fortaleci a Mishra. Sevolvi ms musculoso, y como resultado de las largas horas pasadas en lossitios de excavacin, su carne tom un bronceado tan profundo como el deaquellos que trabajaban all. Su pelo oscuro se arrastraba tras l como un estandarte,adornado con trenzas a la moda del desierto. Tena los hombros ms anchos y unesqueletomas firme que su hermano mayor y ahora poda manejar la chatarra sin la ayuda deUrza.

    Ambos muchachos eran trabajadores incansables, y Tocasia sedio cuenta porque Bly haba tratado de quedrselos. Pero algo ms que su trabajolos vinculaba a ella. Cada uno de los hermanos tena un entusiasmo por sus tareasque era contagioso. Tocasia no senta la necesidad de hablar con ellos como sifueran nios, sino que hablaba con ellos como lo hara con adultos de confianza,y ellos le devolvan esa confianza.

    Pronto, la pareja fue considerada tan vital y permanente por una parte del campamento como lo era Tocasia misma. Luego de dos aos, los

    jvenes nobles procedentes de Penregon tenan la misma edad que Urza y Mishra, ylos hermanos ya conocan la disposicin de la tierra. Recordando sus propiasexperiencias, la pareja siempre buscaba a los futuros matones entre el grupo y dejabaen claro que no permitiran la persecucin de los estudiantes ms pequeos. Dosaos mas tarde los hermanos ya eran considerardos como los lderes de facto delcontingente de estudiantes, lo que permita a Tocasia ms tiempo para su propioexamen de los artefactos y las piedras de poder.

    En el otoo del segundo ao lleg la noticia al campamento, atravs de las caravanas de Bly, de que el padre de Urza y Mishra habafallecido despus de una larga enfermedad. La carta haba sidoescrita breve,rapidamente,por la madrastra de los nios. La misiva no hablaba nada acerca de una herencia,y Tocasia sospech que tal vez nnca se hara mencin de ella.

    Le dio la noticia primero a Urza. Quin estaba trabajando debajode la tienda de Tocasia, limpiando el polvo de un dispositivo que se haba encontradoese mismo da, y que se hallaba impulsado por un resorte en espiral. Tocasiasospechabaque no era ms que un mecanismo de reloj, pero el joven haba encontrado smbolosgrabados a lo largo de la longitud del resorte, smbolos que pareca tener una relacinconocida con los glifos Thran. Cuando ella le habl de su padre, Urza dej sus

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    herramientas y se qued mirando un largo rato hacia la incrustracin de perlasque tenan en la parte superior. Se frot los ojos y agradeci a Tocasia la informacin,a continuacin, tom sus herramientas de nuevo, y contino ocupndose deldispositivo.

    Mishra respondi de manera muy diferente. Cuando Tocasia le diola noticia huy del lugar de la excavacin, subiendo por el lado rocoso sobre elcampamento de Tocasia. Su hermano mayor quizo ir tras l, pero Ahmahl se loimpidi. Mishra necesita desahogarse a solas, le dijo el Fallaji. Sin embargo,despus de la cena, Tocasia vio a Urza subir el afloramiento, y sentarse juntoa su hermano durante mucho tiempo para ver como la Luna Resplandecientese alzaba sobre el desierto. Ninguno de los hermanos mencion despus esteincidente, y Tocasia siempre se pregunt que se habran dicho el uno al otro enaquella colina rocosa .

    En la primavera del sexto ao de la llegada los muchachos Loranregres, esta vez como representante oficial de su casa en lugar de como unasimple estudiante. Ella tambin haba crecido y ahora era una dama de alta cunacon (Bly inform a Tocasia con un guio y un codazo poco sutil) una serie depretendientesque deseaban tanto su mano como el dinero de su familia. Oficialmente, Loran estabaall para inspeccionar el campamento debido a los logros recientementeadquiridos y para recomendarle a su familia el aumento del patrocinio de los trabajosde Tocasia. En realidad, esa decisin podra haber sido tomada en Penregon, unnmero

    creciente de jvenes lderes de las diversas familias haban pasado al menos unverano trabajando para Tocasia, y sus buenos recuerdos ahora volvanconvertidos en grandes aportes.A la Corona Argiviana no le importaba el trabajo deTocasia,ella lo saba, pero la Corona Argivian eradbil y trataba al asunto como trata todo lo que no le importaba: ignorando elproblema.

    Loran haba hecho el largo y difcil camino hacia el campamento,sobre todo para ver a Tocasia otra vez, y Tocasia lo saba. La mayora de lasformalidades y la suavidad de la principiante desaparecieron al final de la primeranoche, y para el medioda del segundo da Loran rondaba junto a Tocasia mientrasesta se mova de excavacin en excavacin.

    Tocasia tena algo para mostrar Loran, una historia que ella

    pudiera llevar de nuevo a los otros estudiantes antiguos de la capital Argiviana.Se haba producido un repentino aguacero el mes anterior, una lluvia implacableque haba amenazado a varios de los sitios de excavacin. Rahud, uno de los

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    buscadoresde Ahmahl, haba odo decir a un miembro de la familia nmada que la lluvia haballegado an ms lejos al norte. Esta tormenta haba inundado gran parte de unazona rida en la que haca muchos aos no llova revelando lo que pareca unamquinaThran. Rahud le dijo a Mishra, Mishra inform a Tocasia, y un da despus el grupohaba realizado una pequea expedicin al norte.

    Lo que haban encontrado era un dispositivo, y sin ninguna dudade origen Thran. Al principio pareca como una especie de embarcacin de vela, algoimposible en el desierto. Largos mstiles de madera balsa sobresalan de orillasopuestas, a los que se haba unido lo que pareca ser el aparejo de una vela. Urzalo examin y, a continuacin, para sorpresa de Tocasia, declar con confianza queera un artefacto volador, algo nnca visto en los cielos de Terisiare salvo en lams antigua de las historias.

    Para la siguiente semana la actividad del campamento setraslad al nuevo sitio, en busca de hacer palanca para soltar la mquina de vueloparecida a un pjaro y trasladarla de vuelta al campamento principal. Las excavadorastuvieron que trabajar rpidamente para evitar la atencin de los Fallaji menosamistosos as como los rocs depredadores color arena. Mientras los estudiantestrabajaban a presion acarreando tierra y removiendo los escombros, Urza y Mishraacamparon en el sitio para proteger el nuevo hallazgo.

    Al cabo de algunos das el dispositivo se hall libre de latierra circundante y las rocas, y a Urza le fue dada la razn. Lo qu Tocasia habatomado como velas en realidad eran las alas. El artefacto pareca moldeado conforma de pjaro asi que Tocasia lo llam ornitptero. Ambas alas estabanintactas, aunque el conjunto de la cola haba sido aplastado. Un pequeolaberinto de cables y tubos en el corazn de la nave resguardaba una piedra deenerga, ahora destrozada.

    Dos das antes de la llegada Loran el ornitptero estaba devuelta en el campamento, y Tocasia se alegr de ver la cara de la joven dama cuandovio los restos andrajosos. Para cualquier otro Argiviano era un lo de mstilesfracturados, metal destrozado, y pedazos de tela antigua, pero para cualquier antiguoalumno de Tocasia era un tesoro. Ver este gran dispositivo despus de pasar unveranoentero tratando de liberar fragmentos de roca con un cepillo pequeo hizoindescriptiblementefelices a la arqueloga y a sus alumnos.

    Tocasia tambin observ que con el paso del tiempo Loran sehaba vuelto ms segura de s misma. Ya no dudaba en hablar. Tampoco se pasan

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    todoel tiempo con su antiguo mentor. Durante los primeros das se qued cerca de Urza,quin haba quitado el cristal del ornitptero y estaba ocupado desmontando ylimpiando el pequeo dispositivo. Entonces, repentinamente y sin previo aviso,dedic su tiempo y atencin a Mishra, quien trabajaba en la reconstruccin del enormeesqueleto de la nave. Tocasia no saba lo que haba ocurrido, si algo habaocurrido, para que Loran cambiara su inters,y ninguno de los dos jvenes nunca la mencion en presencia de la estudiosa.

    La joven regres a Penregon prometiendo apoyar a Tocasia,llevando un pedido de telas livianas para velas , y los hermanos regresaron asu trabajo. Mishra haba reconstruido el esqueleto del ornitptero, pero la naturalezadel conjunto de la cola le desafiaba. Casi por acuerdo tcito, Urza se hizocargo de la reconstruccin de las alas, descubriendo por donde corran los cablesy cmo iban a funcionar en vuelo. Fue Urza quien descubri que las alas con

    forma de vela deban ir cruzadas con delgadas cuerdas con el fin de mantener suforma durante el vuelo. Por su parte Mishra confirm esto al traer delgados arcosrotos con forma de costillas junto con filamentos de alambre pelado. Urza vio queera mejor utilizar alambre para controlar la forma de las alas que las simplescuerdas , as que se curs otro pedido para Bly. Los dos jvenes se pasaronhoras leyendo el diseo, tratando de determinar cmo haran funcionar la cola .

    En total se tard ocho meses para reconstruir el ornitptero.La clave fue la caja de cables y discos que servan como motor de la nave. Ni Urza,ni Mishra, e incluso ni Tocasia saban exactamente cmo el pequea motor podra

    hacer funcionar al enorme ornitptero, slo saban que lo haca. Urza utiliz eldbil y pequeo cristal que habapertenecido al crneo su-chi para alimentar el dispositivo.

    Era el ltimo da del ao, el cumpleaos de Mishra, cuandola nave finalmente estuvo lista . El da era sorprendentemente clido, y un vientosuave soplaba del desierto. Hubo cierto debate sobre quin tendra el honor y elpeligro del primer vuelo de prueba."Debo hacerlo", dijo Urza. "Despus de todo, yo soy el nico quecomprende el funcionamiento del cristal de energa."

    "Yo debo hacerlo", respondi Mishra. "Las palancasde control de vuelo de las alas son testarudas, y necesitarn una mano fuerte paramantenerlas en lnea.""Yo soy ms ligero", dijo Urza."Pero yo soy ms fuerte", espet Mishra."Yo soy capaz de mantener las palancas en su lugar", dijo Urza."Pero yo tambin entiendo como funcionan los cristales de energa", aadiMishra rpidamente."An asi yo soy el mayor," dijo con aire de suficiencia Urza."Y es mi cumpleaos!" grit Mishra, la sangre corriendo por surostro. "As que estamos iguales".

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    Tocasia mir a los dos jvenes y dej escapar un profundo suspiro. Estosdesacuerdoseran poco frecuentes, pero eran lo suficientemente graves como para crearlevarios problemas. Por fin, dijo, "Si ustedes no pueden decidir, entonces voya tener que arriesgar mi viejos huesos en este dispositivo."

    Los dos jvenes miraron Tocasia, a continuacin, se miraronentre s. Cada uno seal al otro y dijo: "l debe volar."

    Al final, arrojaron una moneda. Ganado Urza, mientras Mishra hizo un trabajoaceptableal contener su decepcin con el ltimo de los preparativos. Se haba preparadfaun amplio sitio nivelado fuera de las puertas de empalizada para hacer despegar la nave. El joven rubio subi a la cubierta en la parte delantera del ornitpteroy poco a poco presion las dos palancas principales, acoplando el cristal arcanoen el laberinto de engranajes y ruedas que l haba reconstruido cuidadosamenteen los ltimos meses. La nave entera tembl cuando el ltimo de los cables fueenergizadoy las alas se doblaron en forma de acorden conformando un par de velas grandes.

    Las alas golpearon el suelo: una primera, segunda, y luego unatercera vez. El ornitptero dio un pequeo salto en la tercer batida, y Tocasia vio aMishra asustarse. El nio ms joven no dijo nada, sus ojos parecan paralizadoa por la vista, y sus manos estabancerradas. Tocasia se pregunt si estaba preocupado por su hermano o preocupado deque su hermano daara la mquina antes de que tuviera la oportunidad de probarla.

    El dispositivo dio otro salto corto, luego otro, ms grande.El polvo de los fuertes aleteos vol en todas direcciones, y los estudiantes seretiraron, cubriendo sus ojos y sus bocas de los remolinos de arena. Un ltimosalto, y esta vez el ornitptero no volvi a bajar.

    Sobrev el suelo, sus alas luchando contra el aire caliente.Tocasia y el resto de los estudiantes poda or el sonido de los cables debidoa la tensin mientras la pequea embarcacin, como una cra de Roc dejando por primera vez el nido, salt por los aires. El ornitptero subi a los cielos, y huboun ruido agudo cuando Urza coloc el mecanismo de bloqueo en su lugar, fijando las

    alas solidamente, para poder planear.

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    Urza estuvo en el aire durante diez minutos. Di la vueltaal campamento dos veces, y hubo cierto nerviosismo cuando la nave cayrepentinamentetres metros, pero rpidamente subi de nuevo. Urza vol en crculos una vez msy, a continuacin, apunt el ornitpterohacia la plataforma de despegue. Las alas desbloqueadas golpearon el suelo alaterrizar. Los soportes del esqueleto gimieron pero mantuvieron a la nave enposicin horizontal.

    Urza sali. "Sent que el aire se tornaba algo ms fro",dijo brevemente a Tocasia. "Debe ser un efecto derivado de su capacidad paramantenerse en alto"."Djame probar", dijo Mishra.

    Urza no se alej del dispositivo. "Debemos comprobar todos los acoplamientospor si hubo algn desgaste", observ, hablando a Tocasia, "Y los puntalesen busca de fracturas. Por no hablar de la integridad del cristal de poder".Mishra mir a Tocasia, su rostro se ensombreci."Urza," dijo Tocasia en voz baja, "deja que tu hermano utiliceel ornitptero."

    Urza abri la boca para discutir, a continuacin, mir a su hermanoy en silencio se hizo a un lado.

    Cuando Mishra se coloc en el dispositivo de vuelo, Urza apoyandoseen la carcasa le dijo "La palanca derecha se traba, as que tendrs queponer algo de fuerza".Mishra slo sonri y grit: "Aljate!" Coloc las dos palancas en sulugar haciendo batir las alas.Urza dio marcha atrs alejndose rpidamente de las enormes alas. La arena que nohaba sido desperdigada esta vez desapareci en un cicln de viento.

    El ornitptero se elev casi verticalmente en un rebote individual.El campamento entero pudo or el agudo crujido de los puntales de madera balsa yel ensordecedor zumbido de los cables mientras pasaban a travs de los aros demetal y las poleas. Urza hizo una mueca como si el sonido le hiriera fsicamente."Hubiera sido mejor inspeccionar la nave antes de haberla hecho volar nuevamente",dijo a Tocasia con los dientes apretados.

    -Hubiera sido mejor, pero no hubiera sido lo ms sabio, respondila anciana erudita.Mishra subi unos treinta metros, cerr las alas, y luego oblig a la nave adar un salto precipitndose sobre el campamento. Ovejas y cabras encerradas ensus corrales soltaron balidos aterrorizados cuando el ornitptero pas tan slo

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    a unos metros por encima de ellos. Mishra tir de las palancas, contrajonuevamente las alas, y la nave subi de donde haba provenido.

    "No crees que el artefacto necesita un piloto msligero, ahora?" dijo Tocasia.Urza se encogi de hombros. "En realidad creo que las alas sonsuficientemente fuertes como para levantar a tres o cuatro personas. Solo harafalta ampliar la cabina.""As que el argumento que habas expuesto a tu hermano de que t eras elms capaz para volarlo por ser el msligero ha sido refutado", contest sonriendo la anciana.Urza despleg una mueca de dolor, pero no dijo nada.

    Mishra di vuelta al campamento dos veces mas que Urza lohaba hecho antes. Tocasia imagin que el muchacho fue a buscar el mismo lugar deaire fro para poder afirmar lo que haba dicho su hermano. Tambin se diocuenta de que, si bien Urza se haba concentrado en mantener nivelado el artefacto,Mishra continuamente se abalanzaba haciendo movimientos parecidos a los de lasaves, ladeando a un lado y luego al otro.Mishra vol sobre el campo una vez ms y dirigi la nave hacia el oeste a loprofundo del desierto.

    La forma de la ornitptero se convirti en un borrn, y

    luego una mancha en el horizonte. Tocasia Urza y se miraron entre s."Tal vez uno de los cables de direccin se rompi", dijo Tocasia."O el pequeo tonto quera ver hasta dnde poda ir", se quej Urza,corriendo hacia la elevacin rocosa para tener una mejor vista.

    Urza haba subido slo la mitad de la colina, cuando el sonidode las alas cortando el aire caliente anunci el retorno de Mishra. El hermano ms joven dio la vuelta al campo dos veces y luego aterriz poco ms all de laspuertas de la empalizada. En el momento que Mishra aterrizaba Urza le estabaesperando con el rostro tan severo como la piedra.

    "Qu crees que ests haciendo?" -grit hacia Mishracuando este sala de la cabina. "Ya era suficiente con que hayasesforzado las poleas con tu sambullidas! Como para volar fuera de la vista delcampamento! Podras haber sido atacado por rocs!. Si te estrellabas en el desierto,tal vez no te habramos encontrado mas!"Mishra no pareca estar escuchando. En su lugar, dijo, "Qu no vistes losdibujos? .Porque yo si lo hice"

    Urza se asombr y mir a su, desconcertado.

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    El hermano de cabello oscuro se volvi hacia Tocasia. "Afuera en eldesierto, hay dibujos. Montculos de tierra oscura rodeados de arena ms ligera.Los hemos pasado por arriba cuando fuimos de a pie, pero nunca nos dimos cuenta.Pero desde arriba, se pueden ver que son grabados! Hay dragones, genios, rocs,incluso minotauros. Se volvi hacia su hermano. "Los has visto, no?"

    Urza parpade. Entonces, con ms cautela, respondi: "Estabams preocupado por el rendimiento de la nave."Mishra no se molest en escuchar. "Rodean un montculo de gran tamao. Apuestoa que si se comprueba, hallaremos un especie de antiguo campamento Thran.""Podra ser un lugar Fallaji sagrado", coment Urza, pero Mishra negcon la cabeza.

    "No, dijo enfticamente. "No hay nada en loscuentos legendarios sobre asentamientos Fallaji en esta rea inmediata. Creoque es Thran, y creo que debemos investigar"."Lo que debemos investigar es el dao que con los vuelos sufri el ornitptero",dijo Urza, ya rondando a lo largo de las alas, tirando de las telas y pasandosus manos a lo largo de los puntales.Tocasia extendi las manos en un gesto que abarcaba a los dos hermanos. "Tenemosque celebrar", dijo. "Habr suficiente tiempo para hacer todo lodems en la maana."

    Esa noche los estudiantes y excavadores construyeron una granhoguera en el campamento y se reunieron alrededor de las llamas que iban enaumento. Haba un aire de entusiasmo entre los estudiantes. Los jvenes noblestenannuevos cuentos para llevar a Argos. Ellos haban estado presentes cuando Urza tomel primer vuelo y cuando Mishra encontr los grandes dibujos en el desierto. Despusde largos meses de agotador trabajo realizado en zanjas poco profundas,limpiando detalladamente largos pedazos de metal muerto, aqu al final haba algopara estar orgullosos. Hubo canciones, y corra el nabiz. Rahud trat de ensear a varios de los muchachos nobles una danza tradicional Fallaji. Los muchachos notenan un concepto del ritmo de la danza, pero ya que se trataba de agitar palospuntiagudos se unieron con espritu de aventura. Mishra relat una y otra vez lahistoria de su vuelo, y Tocasia saba que todos los jovencitos y jovencitas delcampamento pediran a gritos una oportunidad de volar ellos mismos en un futuroprximo.

    Urza se mantuvo alejado de la hoguera, sin bailar, sinbeber, y sin hablar.Tocasia se acerc a l. "La ests pasando bien?""Bastante bien", respondi el joven. "Pero creo que deberamos revisar los aparejos en busca de cualquier desgaste. Y si usted quiere podemos poner unacabina ms grande""Maana," dijo la anciana. "T eres lo suficientemente jovencomo para disfrutar de un montn de maanas. Disfruta de esta noche."

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    "Me gusta trabajar en los dispositivos", dijo Urza,viendo a su hermano a travs de la fogata. El nio ms joven haba sido rodeadopor los estudiantes, as como por algunas de las excavadoras. A Tocasia lepareca que su historia se haca cada vez ms y ms emocionante cada vez que larepeta."Hay otros placeres", dijo Tocasia, siguiendo la mirada de Urza. "Tuhermano parece haber descubierto eso."

    Los dos permanecieron en silencio durante un momentoiluminados por los destellos que producan las fogatas. Luego Urza, dijo, "Yono tena nada en contra de que Mishra tomara su vuelo.""Yo nunca dije lo contrario,"

    declar Tocasia."Es slo que hay cierto desgaste en cualquier objeto que se pone a prueba por primera vez", continu el hermano mayor. "Tendramos que haber hecho unarevisin completa antes de dejarlo ir por el aire."

    "Por supuesto", dijo Tocasia en un suave susurro."Adems su temeridadpodra haber sido herido", dijo Urza."S," dijo Tocasia haciendo una pausa. "Pero dile eso a un jovenque quiere ser igual a su hermano.""Yo slo estaba siendo prudente."

    "Y habras sido tan prudente si perdas el sorteo?" pregunt Tocasia.Urza no respondi, pero se qued mirando a su hermano a travs de las llamas.

    CAPITULO 3: KOILOS

    Mishra estabaen lo cierto haba dibujos en la arena del desierto al oeste de su campamento. Erangrandes figuras hechas de montculos de tierra seca, ms oscura que la de susalrededores,y mejor visibles desde el aire. Tocasia haba llevado a cabo expediciones anterioresen esa zona antes de colocar el actual sitio del campamento, pero nunca habasupuestosu verdadera naturaleza.

    Los dibujos eranuna mezcla extraa. Haba figuras humanoides de todo tipo, cualquiera de lascuales podra ser la representacin de un Thran. Haba tambin toda clase deanimales:

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    ciervos, elefantes y camellos. Haba una coleccin impar de smbolos geomtricos,curvas, espirales y ngulos agudos que cruzaban y volvan a cruzar las figuras,dividiendo algunas, dejando a las dems sin tocar. Garabatos, pens Tocasia, creadospor una raza de titanes del desierto.

    Los dibujos erande origen Thran como Mishra haba adivinado. Estaban dispuestos en torno a un sololugar, un gran montculo. Este result ser un rico campo de artefactos, incluyendoun esqueleto casi completo de su-chi que finalmente cumpli el sueo de Tocasiade armar una de las bestias enigmticas. Tambin estaban los restos de variosornitpteros.Sin embargo, el descubrimiento del su-chi y los ornitpteros eran secundarioscon respecto al rico tesoro de cristales de poder hallados en el montculo central.Muchos de los cristales estaban agrietados o destruidos, pero entre la escoria habamuchisimos ms que estaban operativos: joyas vibrantes y ondulantes que brillabancon un arco iris de chispas y patrones en su interior. Haba joyas ms que

    suficientes como para mantener el propio trabajo de Tocasia, con un supervitsuficientecomo para enviar a otros estudiosos y varios partidarios nobles de la capital dePenregon. Esto a su vez suministrara un suficiente inters de la nobleza quele permitira abrir un segundo campamento permanente en el lugar encontrado por Mishra.

    El descubrimientode los dibujos en el desierto fue posible gracias a la observacin area. El mismomtodo revel campos similares de dibujo, aunque ninguno tan grande e intacto comoel primera. Un arco de ellos se extenda en el desierto en una amplia extensin

    hacia fuera de la CordilleraKher. Algunos de los dibujos tenan rasgos de razas reconocidas,mientras que otros no se parecan a nada conocido. Todos contenan un patrnestilizadode curvas y lneas en zigzag en torno a un montculo central repleto de artefactosdestrozados y piedras poder. Durante los siguientes dos aos los investigadoresubicaron casi veinte montculos parecidos.

    Sin embargo lasgrandes preguntas eludan a Tocasia y a los hermanos. Nadie encontraba restosseos de los propios Thran, ni ningna clase de arte. La arqueloga no descubrinada acerca de su lenguaje ms que algunos fragmentos que parecan poco ms queetiquetas y un conjunto claro de smbolos numricos. Durante la cena, la estudiosa,los dos hermanos, y algunos de sus estudiantes ms antiguos acostumbrabanhablar de la posible naturaleza de los Thran.

    "Deberanhaber sido humanos", dijo Urza en el curso de una de estas conversaciones."Todo lo que hemos encontrado es capaz de ser utilizado por individuos detamao humano. Ellos eran probablemente unos antepasados mas exitosos de laspersonas mas ancianas de los Fallaji que dominaba a los dems a travs de su cienciaavanzada. Los sobrevivientes Fallaji de hoy convirtieron a sus hermanos masemprendedores en seres divinos."En desacuerdo Mishra dijo: "El hecho de que nos sentimos cmodos con sus

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    herramientasno significa nada". "Los enanos, los elfos o los orcos podran haber utilizadoestos artefactos. Incluso los minotauros".

    "Los minotaurosson demasiado grandes", dijo Urza. "Sus manos seran demasiado grandespara utilizar la mayor parte de los dispositivos.""Los minotauros podra haber estado a cargo, con los seres humanos haciendoel trabajo," replic Mishra. Tocasia noy que el hermano menor se negaba aconceder a su hermano hasta el ms mnimo punto. "Imaginen",continu. "A los minotauros como gobernantes de la nacin Thran, y a losseres humanos como una clase inferior. Al igual entre los orcos, los grandes estnen la parte superior, y los trasgos hacen todo el trabajo duro."

    "No

    hemos encontrado restos de minotauros, hermano", dijo con frialdad Urza."Tampoco hemos encontrado restos humanos, hermano", dispar Mishra, levantandosu copa de nabiz en un brindis burlandose de su propia lgica.Tocasia se reclin en su silla (recin llegada de la capital, un asiento cmodoy acolchado) y dej discutir a los dos hermanos. Este era un viejo argumento, revisadoal menos una vez al mes. Siempre terminaba de la misma manera: admitiendo deque no se saba lo suficiente. Esta confesin siempre pareca frustrar mucho a los jvenes.

    Los dos hermanoshaban cambiado a lo largo de los aos de descubrimiento. Urza estaba ms

    delgado que nunca, a pesar de que finalmente obtuvo un buen par de hombros. Sucaraera lisa, y se enorgulleca de no perder los estribos como lo haba hecho cuandoera un nio. Mishra, por su parte, era tan impulsivo como lo haba sido el da desu primer pelea. Su cambio ms evidente era una barba rala oscura que enmarcabasu boca sonriente.

    Losestudiantes mayores sentados a la mesa tambi vean la discusin, pero noparticipaban.Urza y Mishra eran mayores que la mayora de los estudiantes de ahora, y en algunospocos aos ms seran considerados como adultos en su propio derecho. Losestudiantesnobles haban aprendido desde un principio que expresar una opinin contraria,cuando los dos estaban peleando de esa forma, era una manera segura de colocar aambos hombres en contra del intruso.

    Tocasia estabaorgullosa de los muchachos y sus logros, y a su vez ellos se dedicabantotalmente a ella. Pero una y otra vez volvan esta discusin y no poda ir msall de ella. Todava no haban aprendido la identidad de los Thran.

    Como las

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    voces de los jvencitos comenzaban a elevarse, Tocasia se inclin hacia delante,con la esperanza de llevar a los hermanos a un nuevo rumbo.

    "Por qu no lo hemos hecho?" interrumpi.Ambos jvenes miraron con asombro a la anciana erudita mientras repeta: "Por qu no hemos encontrado restos humanos o de otra raza?""Carroeros?", dijo Mishra inmediatamente. Urza hizo un ruido grosero."Entonces por qu no hemos encontrado algn resto de esa carroa?" -preguntcon sorna. "No hay criaturas muertas de ningn tipo entre los restos. Deberahaber alguna, incluso por accidente."

    "Tienesuna teora, hermano?" pregunt Mishra."La peste", dijo con calma Urza. "Algo se extendi que no slo mat

    a los Thran sino que tambin destruy sus restos. Eso tambin explicara por qulos restos estn dispersos tan ampliamente."Mishra neg con la cabeza. "Peste no. Guerra. La peste no explica por qu nohallamos arte. La guerra si lo haria ya que los vencedores quemaron todo lo quepudieron:..... pinturas, libros, cuerpos. Luego destruyeron el resto. Hemos encontradopozos de ceniza entre los diversos sitios."

    "Esos sonel resultado de la fabricacin, no de la batalla", observ Urza. "Y sitienes razn, qu fue de los vencedores?"Se convirtieron en los carroeros", replic triunfalmente Mishra, dejando

    su vaso. "Eso es lo que tuvo que sucederr. Una raza esclava de hombres quedestruy a sus maestros minotauros y entonces se vinieron abajo ya que la sabidurade los minotauros ya no estaba all para apoyarlos."

    Urza se rientre dientes. "Un argumento perfecto. Cada punto utiliza como prueba otropunto cuestionable, que eventualmente requiere que creas lo que ests tratando dedemostrar, en primer lugar. As que, hermano, por qu estos carroerossobrevivientesno crearon alguna clase de arte despus de la guerra? "Mishra frunci el ceo ligeramente, considerando el argumento. "No eran losuficientemente capaces de realizar arte", dijo finalmente. "As que nohay arte de aquella poca.""Con excepcin de los dibujos en el desierto", dijo Urza."Con excepcin de los dibujos en el desierto", coincidi su hermano.

    "Exceptoque no lo son, sabes," dijo Urza con una pequea sonrisa.Mishra neg con la cabeza, mirando perplejo. "Acaso no son dibujos los deldesierto? No hay nada natural que puede producir""Eso no es arte", interrumpi Urza. "O, las figuras humanas podranserlo, o pueden ser simplemente un reconocimiento de una de las razas que los Thranhaban conocido. Pero todas esas lneas, ngulos y garabatos, no son arte. Soninstrucciones."

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    Tocasia mir a Urza, tambin intrigada. Qu haba descubierto ahora?

    Urza se levantde la mesa y sali de la tienda sin decir una palabra ms. Regres con un granmapa de la zona, que depleg sobre la mesa. Los otros estudiantes retiraronrpidamentelos restos del asado de liebre del desierto y meln salvndolos para que noquedaran cubiertos por la hoja. El mapa mostraba el arco de ruinas que habandescubierto.

    "Estasson las ubicaciones de los distintos puestos de avanzada Thran que hemosencontrado",dijo, golpeando con su dedo delgado en el mapa. Sigui sealandolos de uno a otro,trazando la curva de los restos. "En cada lugar, la coleccin de extraos

    ngulos y lneas parecen apuntar en una sola direccin. Desde nuestro segundocampamento,apunta ligeramente al oeste del norte."

    Dibujando unaflecha, el estudiante rubio esboz una lnea que se extenda hacia el norte. "Enel prximo, algo ms al oeste, la mayora de las lneas tambin indican una direccinen particular, stas un poco ms al norte que la primera", dijo, dibujandootra flecha recta. "Y la prxima muestra otra lnea, casi en direccin norte,los siguiente apunta al norte y ligeramente al este;. y as sucesivamente para cadauno de los sitios descubiertos hasta ahora" El lpiz llev a cabo una

    serie de nuevas lneas.

    Urza seapart del mapa para que los dems pueden ver. Las ruinas se encontraban en unarco,como todo el mundo saba, pero las lneas que Urza haba dibujado apuntaban a unlugar determinado: el centro de un crculo, de los cuales los montculos de ruinasfueron puntos a lo largo del permetro.

    "Los Thranno fueron un pueblo artstico", dijo Urza, mirando a su hermano. "Por qu entonces dejar arte en el desierto? La respuesta es que no lo hicieron. Dejaroninstrucciones. Instrucciones acerca de dnde estaban sus asentamientos msgrandes. Hemos visto las figuras, que hemos reconocido, pero ignoramos laslneas, que no conocamos. Pero las lneas son ms importantes."

    Mishra seinclin sobre el mapa y frunci el ceo. "Lneas sobre un papel," resopl."Vistes el arco y calculastes el centro, y luego buscastes la justificacin en las lneas de los diferentes montculos.""As que no ests de acuerdo con mi argumento, hermano?" pregunt envoz baja Urza.

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    Mishra sonri,la blancura de sus dientes roz la barba circundante. "Hermano, me encantatu argumento! Es perfecto. Cada punto utiliza como prueba otro punto cuestionable,que eventualmente requiere que creas lo que ests tratando de demostrar, enprimer lugar! El argumento que mas me encanta! Son tus conclusiones las que creoque estn equivocadas.

    Urza enrollsu mapa lentamente. "Supongo que eso significa que no quieres venir maana,cuando vaya a averiguarlo?"Mishra se qued parado, e incluso Tocasia lanz una mirada penetrante sobre elhermano mayor."Con su permiso, seora, me gustara tomar un ornitptero para comprobar esto",dijo Urza. "Como mi hermano no quiere acompaarme, puedo manejar uno delos ms pequeos"

    "Yo no hedicho que no ira," interrumpi Mishra bruscamente. "De hecho, creo quedebo ir adelante, aunque slo sea para impedir que veas ruinas que no estn all."Urza asinti con una sonrisa determinada. Luego se agach debajo de la tienda yentr en la creciente oscuridad. "Tengo planes que hacer", grit por encima del hombro. Buenas noches a todos!"

    Cuando Urzase fue la mesa qued en silencio. Ninguno de los otros estudiantes quiso hacer

    comentarios sobre la teora de Urza, y Tocasia necesitaba tiempo para digerir lo que el hermano mayor haba dicho.Tentativamente, la conversacin volvi a asuntos ms mundanos. Un estudianteaventurque su rea de la excavacin estaba produciendo algunos discos de inters marcadoscon nmeros Thran. Otro mencion que su trabajo estaba siendo retrasado por unestudiantede secundaria que declaraba a todos las rocas como artefactos de la antiguaraza. Eso llev a una pequea risa de los dems y a Tocasia a contar una historiade un estudiante, que unos aos antes, pensaba que deba cavar en la cima de lasmontaas, porque si ella fuera una de las Thran, sera all donde dejara losartculos ms valiosos.

    Mishra sesent en silencio alejado del fuego y se acarici la barba sin afeitar. Despusde unos minutos se excus tambin y abandon la mesa. No se dirigi a loscuarteles que comparta con Urza, sino que camin hacia abajo, hacia donde losexcavadores Fallaji habia hecho su campamento. Tocasia se dio cuenta de que elhermano menor tena una mirada de preocupacin en su rostro, pero aquella vez nole dio mucha importancia.

    Esa noche, despusde que limpiaron los platos, Tocasia trabajaba montando la pierna

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    su-chi ensu mesa. El diseo que haban descubierto del especimen casi completo resultser mas diferente de lo que Urza o ella haban previsto. Era casi, pens, como silas piernas se montaran hacia atrs, las rodillas apuntando hacia la parteposterior. Era este el diseo escogido por los Thran, se pregunt, o este era unmodelo de su apariencia real?

    Una sombra aparecien la entrada de la tienda, y vo de repente como entraba Ahmahl. El Viejo Ahmahlcomo era conocido ahora, record;su cabello se haba vuelto gris cayendo a lo largo de ambos lados de su rostro.ltimamente se haba estado quejando de que su edad se estaba finalmente poniendoal da con l. Tocasia saba que era abuelo, y algn da, muy pronto abandonarael campamento. Tocasia lo echara de menos, porque representaba todo lo queella senta que era admirable entre la gente Fallaji. Era directo, franco y

    honesto.

    Ahora, por lamirada severa de su rostro, Tocasia tuvo la sensacin de que estaba a punto de recibir una dosis desordenada de la mejor calidad."He odo que vuestros jvenes volaran maana a las montaas, dijo. Suacento del desierto segua al rojo vivo a pesar de todos estos aos entre losArgivianos.

    "Cmo ..."

    Tocasia empez a hablar, pero se dio cuenta de que Ahmahl haba sido informado.Mishra le habra preguntado por el anillo de ruinas y el punto central del arcoque Urza haba localizado. Y la noticia habaperturbado, obviamente, al anciano Fallaji.

    Ella asinticon la cabeza e hizo un gesto hacia una silla de campamento. El antiguo lder delos buscadores se sent con cuidado sobre ella, como si l o la silla se romperadebido a la experiencia."Urza tiene algunas ideas sobre hallar los restos de un gran asentamiento Thranall."

    El ViejoAhmahl mir la alfombra gastada, llena de polvo bajo sus pies. "Yo no creoque sea una buena idea. Los Fallaji lo desaprobarn."Tocasia levant su frente. Ahmahl y sus excavadores nunca haba expresado antesla idea de una tierra tab. De hecho, en la mayora de los asentamientos tribalesque haba visitado, los habitantes se hallaban sumamente orgulloso de mostrar,inclusode comerciar, los artefactos Thran que haban descubierto.

    "Notodos los Fallaji", continu Ahmal. Levant la vista rpidamente hacia

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    ella, como si pudiera leer sus pensamientos en los ojos. "La mayora de nosotrossomos lo suficientemente modernos, y lo suficientemente sabios como para saber queno hay nada en las montaas que no est en el desierto. Pero hay quienes estnpreocupadospor los espritus de los Thran. Acerca de su corazn. Se dice que el secreto desu corazn se encuentra en las montaas, y que nosotros los Fallaji deberamosmantenrnosbien alejados de ellos."

    "Ahmahl",dijo Tocasia suavemente, "nunca has mencionado nada como esto antes, ni tehas quejado de nuestras anteriores excavaciones.""Eso es porque estn en el desierto, y el desierto pertenece a todos losque lo pueden soportar", dijo Ahmahl. "Los Fallaji son dueos de todaesta tierra, pero estn dispuestos a compartirla con otras personas que larespeten. Las altas montaas, sin embargo, las montaas interiores, son peligrosas,

    y no slo por las grandes aves rocs que se encuentran all. Las reclamamos comoterritorio Fallaji, pero no las visitamos. Tampoco recomendamos a otros que lohagan."

    Argiviatambin reclamaba esas montaas, pens Tocasia, aunque no se hizo eco de esaopinin. La mayora de los Argivianos eran gente de la costa, para empezar, y lasextensas reas reclamadas por las facciones nobles eran slo lneas en un mapa.

    "Si estamos

    violando algn tab comenz a decir Tocasia. Ahmahl levant una mano. "Seora,no es un tab, exactamente. Un deseo. Una preocupacin. La mayora de losexcavadoresno creen las historias de sus abuelas, pero algunos s, y pueden hacer lascosas difciles. Hajar, mi propio asistente, cree en genios, demonios, y grandesdragones, los mak fawas, que rondan por la noche."

    "Ahmahl",dijo Tocasia, sonriendo ligeramente, "T sabes que interponerse en el caminodel hermano cuando l ha decidido hacer algoes como tratar de desviar el viento del desierto. Ellos irn a observar. Yahora que me has trado tu preocupacin , voy a ir con ellos. Mi pregunta es,si encontramos algo y es necesario seguir investigando, vendrs y nos ayudars?"

    El Viejo Ahmahlse sent de golpe, sorprendido. Tocasia haba enunciado la cuestin de unaforma demasiado cercana a un insulto, pero lo suficientemente directa paraexigir una respuesta. l farfull por un momento, luego se volvi ms austero.

    "Yoestar siempre all donde me necesites", dijo con frialdad. "He aprendidoms sobre los das antiguos trabajando con ustedes de lo que habra hecho entoda una vida de bsqueda en el desierto. Hemos movido demasiado tierra, t y yo,

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    como para pelearnos por cuentos de abuelas."

    Tocasia se permitiuna pequea sonrisa, luego volvi su rostro hacia el anciano. "Ve, pues, ydescubre entre tus excavadores quines creen en las historias de las abuelas yquines no. Descubre quin ira a un sitio de excavacin en las montaas y quinse quedara. No impugnes su orgullo o su valor, porque entonces an los que piensanque sera sacrilegio acudiran, y se sentiran peor. No s si vamos a encontrar algo, pero si lo hacemos lo investigaremos".

    Ahmahl asintiy se puso en pie. "Yo nnca pens que te alejaras de cualquier desafo, Tocasia.Eres como un hombre en ese sentido."Tocasia aument tambin su respeto. "Yo tampoco pens que fueras capaz deocultarme

    cualquier informacin que yo necesitaba saber. Gracias."Ahmahl hizo una reverencia y se fue. Tocasia sacudi la cabeza mientras vea susombra unirse a las dems de la tarde. Eres como un hombre, haba dicho, y lo dijocomo un cumplido. Tpico de un habitante del desierto, despus de todos estos aos.Sin embargo, l todava estaba dispuesto a desafiar las viejas historias y darleuna advertencia.Tocasia sacudi la cabeza de nuevo y regres a la complejidad de los mecanismosde la pierna su-chi.

    * * * *

    Salieron a lamaana siguiente, llevando raciones suficientes para un da y medio de vuelo deida y vuelta. Ambos jvenes aceptaron la compaa de Tocasia sin comentarios,aunque ninguno le sugiri que no fuera. Dej a Kantar, uno de los estudiantes msprometedores de esa temporada, a cargo mientras ella noestaba y le dijo que no discutiera con Ahmahl o Hajar y aplazara lascontroversias o decisiones importantes hasta que regresara.

    El ornitpteroera el original que haban reconstruido hace algunos aos. Ahora la cabina habasido ensanchada, encerrada por un marco ms grande de madera con espacio msque suficiente para los tres exploradores y sus suministros. Las palancas de control

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    se colocaron en medio del artefacto, para que cualquiera de los dos jvenes,pudieran manejarlos. El poder de la piedra era casi inagotable, pero la carnehumana era otro tema. Despus de unas cuatro horas de vuelo tendran que cambiar de operador.

    Desde la tierralas fronteras del Gran Desierto eran un yermo bajo y ondulante de polvo volador empaado con frecuentes afloramientos rocosos. La regin era estril, reclamadapor los estados ribereos con bordes intermitentes y vagos hacia interior. Los Fallajitambin reclamaban esta regin, pero aplicaban este ttulo slo cuando tratabande extorsionar a algunos de los pocos mercaderes y exploradores del desierto.Parecaun mundo inhspito y estril.

    Desde lo alto

    se transformaba. Las afiladas rocas se convirtan en centinelas, marcando el pasodel tiempo con sus sombras alargndose debajo de ellas.

    Los profundose infranqueables caones se convertan en arco iris de colores de granito y arenisca.Los lagos secos se transformaron en brillantes manchas de sal. El viento del desiertotironeaba de los cables de control del ornitptero mientras navegaban sinesfuerzo hacia el norte.

    Con Urza en

    los controles, volaron en linea recta a travs del cielo, fijos sobre el curso quese haba propuesto. De vez en cuando le peda a Mishra que comprobara lascoordenadas.Inevitablemente, despus de consultar el mapa y la brjula, y teniendo una lecturadel sol, el hermano menor declar que todo estaba bien. Cada vez que lo haca, Urzaasenta con la cabeza, como si fuera a ser sorprendido por cualquier otroresultado.

    Cuando Mishrapilotaba, vagaban algo ms, todava manteniendo una direccion norte a la vista yligeramente al oeste, pero errando hacia atrs y adelante a lo largo de esalnea. Si una formacin interesante llamaba la atencin de Mishra el se dirigahacia ella hasta que Urza le advirta que estaban fuera de curso. Entonces el hermanomenor suspiraba y colocaba la proa de la nave de nuevo en ruta. De vez encuando tena que reajustar las alas para recuperar la altura perdida. Luego Urzacomprobaba tres veces para asegurarse de su posicin.

    En un momentopasaron sobre otra serie de lneas. Estas no eran figuras humanoides, slo espiralesy ngulos yuxtapuestos entre s. Mishra dio una vuelta alrededor del sitiomientras su hermano mayor las dibujaba, luego asinti con la cabeza confirmandoque haba terminado. Los ngulos apuntaban en la direccin que estaban viajando.

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    Al final del primer da se detuvieron sobre una meseta especialmente elevada. Lejos de la proteccinde la empalizada y las catapultas de metralla, acamparon sin fuego y durmieron dentrode la cabina del ornitptero. Aunque Tocasia no haba tenido que utilizar laspalancas de control durante el vuelo, estaba cansada por el movimiento continuo.Le dola la cabeza debido a la acometida del viento sobre los cables. Esa nochedurmi sin sueos y se despert rgida y con calambres en sus piernas. Los jvenesya estaban afuera, Urza haciendo estiramientos para elongar su espalda, Mishraflexionandolas rodillas. Despus de un desayuno fro volvieron a despegar.

    El centro Thran,a lo que Ahmahl se haba referido como su "corazn secreto," no podapasarse por alto desde el aire, aunque no se hubiera podido llegar fcilmente desdeel suelo. Estaba situado al final de un largo y sinuoso can, en direccinoeste, en el rastro de un antiguo ro muerto mucho tiempo atrs que haba dividido la

    meseta baja en dos y acunaba las ruinas.

    Eraverdaderamente ruinas, un largo desfile de cimientos de edificios destrozados yparedes desplomadas. Algunas de las ruinas se pareca a las mansiones de Argos.Otras se asemejaban a templos con cpulasacebolladas.

    Tomakul. Sinembargo otras no se parecan a nada de lo que los tres investigadores haban visto

    antes: un marco de metal que no sostenan nada en absoluto, una pila de placasdesechadas,cada una del tamao de un hombre, con bordes dentados, o una maraa de lo queparecan gusanos metlicos azules. A lo largo de la pared del can haba loque pareca un nido de araas roto de color bronce. La mayora de estos restoshabansido enterrados bajo las arenas transportadas por los vientos oestes deldesierto.

    "Dudasde mis clculos ahora, hermano?" dijo Urza con una sonrisa."Slo un tonto puede dudar de sus propios ojos. Bien hecho, hermano",dijo Mishra, con una sonrisa an ms amplia."El corazn secreto de los Thran, murmur Tocasia. Mishra se estremeciligeramentecon la frase y su sonrisa desapareci, pero Urza slo asinti con la cabeza."La antigua palabra Argiviana para secreto era koilos", dijo Urza."Que sea el nombre de esta tierra oculta. Rodala hermano. La mejor formade ver la disposicin de la tierra ser desde aqu."

    Mishra asinticon la cabeza y estaba tirando de los controles, cuando de repente una sombra passobre la cabina del ornitptero. Podra haber sido una nube, pero la realidadera que el cielo del desierto estaba despejado.

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    Tocasia sabalo que ello significaba. Su grito ocurri en el mismo momento en que Mishra lanzabala aeronave en picada realizando una pendiente extremedamente empinada. Urza fuetomado por sorpresa y dej escapar una maldicin al ser arrojado contra el ladointerior de la cabina de la nave.

    El pjaro rocse precipit a travs del espacio que haca unos momentos haba sido ocupado por el ornitptero. El ave era un gran repre