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Los centros de orientación psicopedagógica por M. a Jesús Benedet 1. ¿QUE ENTENDEMOS POR CENTROS DE ORIENTACION PSICOPEDAGOGICA? Con la denominación de «cen- tros de orientación psicopeda- gógica» (o médico-psicopeda- gógica) hemos querido desig- nar toda una serie de centros inspirados en los «child guidan- ce centers» americanos, que, bajo denominaciones y matices algo diferentes, funcionan de un modo semejante y persi- guen los mismos o muy pare- cidos fines. Se trata de los centros de orientación infantil, de los institutos medicopeda- gógicos, de los centros psico- pedagógicos, de los servicios de higiene mental, de los ser- vicios de neuropsiquiatría in- fantil y de otros centros seme- jantes. Todos ellos tienen la ca- racterística común de agrupar en un mismo establecimiento a los diferentes técnicos (médi- cos, psicólogos, asistentes so- ciales, psicoterapeutas y ree- ducadores) que, mediante mé- todos adecuados, realizan un diagnóstico del niño y de su familia, dispensando la terapia más adecuada, sin separar al niño de su ambiente familiar. Al igual que los «child gui- dance centers» americanos, to- dos estos centros tienen por fi- nalidad fundamental: «mejorar la adaptación de los niños a su 16

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Los centrosde orientación

psicopedagógicapor M. a Jesús Benedet

1. ¿QUE ENTENDEMOS PORCENTROS DEORIENTACIONPSICOPEDAGOGICA?

Con la denominación de «cen-tros de orientación psicopeda-gógica» (o médico-psicopeda-gógica) hemos querido desig-nar toda una serie de centrosinspirados en los «child guidan-ce centers» americanos, que,bajo denominaciones y maticesalgo diferentes, funcionan deun modo semejante y persi-guen los mismos o muy pare-cidos fines. Se trata de loscentros de orientación infantil,de los institutos medicopeda-gógicos, de los centros psico-pedagógicos, de los serviciosde higiene mental, de los ser-vicios de neuropsiquiatría in-fantil y de otros centros seme-jantes. Todos ellos tienen la ca-racterística común de agruparen un mismo establecimiento alos diferentes técnicos (médi-cos, psicólogos, asistentes so-ciales, psicoterapeutas y ree-ducadores) que, mediante mé-todos adecuados, realizan undiagnóstico del niño y de sufamilia, dispensando la terapiamás adecuada, sin separar alniño de su ambiente familiar.

Al igual que los «child gui-dance centers» americanos, to-dos estos centros tienen por fi-nalidad fundamental: «mejorarla adaptación de los niños a su

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ambiente inmediato, interesán-dose sobre todo por sus relacio-nes afectivas y sociales, a finde permitirles sacar el mayorpartido posible de sus aptitu-des individuales» (1).

En sus comienzos, la asisten-cia psiquiátrica infantil, al igualque la de adultos, se efectuabacasi exclusivamente en institu-ciones con régimen de asilo,que perseguían más la segrega-ción del niño que su propiacuración. Estas institucioneshan ido sustituyéndose por losllamados «internados médico-pedagógicos», los cuales, sibien pretenden en la medidade lo posible reintegrar al niñoa la sociedad, utilizando paraello todos los métodos terapéu-ticos modernos, continúan rea-lizando su segregación, al me-nos temporalmente.

Todos sabemos hoy en díaque la separación del niño desu ambiente familiar, aunqueen determinados casos puedaser beneficiosa, suele tener engeneral resultados negativos eincluso nefastos.

Los centros de orientaciónpsicopedagógica responden,pues, a las modernas tenden-cias de la psiquiatría infantil,según las cuales el niño debeser tratado en su ambiente fa-miliar, siempre que sea po-sible.

El primer centro de orienta-ción infantil («child guidancecenter») fue creado por Healyen los Estados Unidos. Healytrabajaba entonces con jóvenesdelincuentes y había observa-do que en la infancia de casitodos ellos había existido todauna serie de síntomas psicopa-tológicos. Como resultado desus estudios, decidió abrir enChicago un centro de observa-ción y de tratamiento para jó-venes delincuentes. Su activi-dad en dicho centro le llevópronto a interesarse por la lo-calización y tratamiento precozde los síntomas psicopatológi-cos como medida de preven-ción de la desadaptación.

Siguiendo su iniciativa, co-menzaron a crearse en diver-sas ciudades de los EstadosUnidos centros semejantes alde Healy; estos centros depen-dían por lo general de las es-cuelas, de los hospitales o delos tribunales.

En 1921, el CommonwealthFund se interesó por esta po-

lítica de prevención de la ina-daptación, estableciendo unplan quinquenal para la crea-ción de numerosos «child gui-dance centers» en todo el país;en 1927 existían ya en los Es-tados Unidos unos 500 centrosde este tipo, en los que seatendía a más de 40.000 niños.

Esta política llevada a caboen los Estados Unidos prontose extendió a Europa. Así,pues, ya en 1926 se creó enInglaterra el «Child GuidanceCouncil», que comenzó a or-ganizar centros de orientacióndependientes de los centrosescolares; en 1950 existían yaen este país 155 centros deorientación psicopedagógica.

Aproximadamente, a partirde aquella fecha, es decir de1926, todos los países europeoscomenzaron a crear sus pro-pios centros de orientaciónpsicopedagógica. En 1956 laOMS celebró en Lausana uncoloquio europeo destinado aestudiar y difundir el funciona-miento de estos centros. Endicho coloquio se establecieronlas bases de una labor de coor-dinación entre este nuevo tipode centros infantiles y los de-más servicios sociales, con elobjeto de realizar entre todosellos una eficaz labor social deconjunto en materia de preven-ción y de tratamiento de las en-fermedades mentales en los ni-ños (2).

En el momento actual, los ni-ños acuden, por lo general, alos centros de orientación psi-copedagógica enviados por lasescuelas, por un pediatra, porun hospital, por un dispensarioo por un servicio social. El mo-tivo de consulta suele ser laaparición de trastornos de con-ducta o de trastornos emocio-nales; en algunos casos los ni-ños suelen presentar ademástrastornos somáticos.

Aunque no de una manerasistemática, en cada uno de es-tos centros los niños suelenser sometidos a un triple exa-men médico, psicológico y so-cial, con el fin de llegar al esta-blecimiento de un diagnósticoy del consiguiente plan terapéu-tico. Este plan terapéutico pue-de englobar diversas medidasde tipo somático, de tipo psi-cológico o de tipo social, y vadirigido fundamentalmente alniño o a su familia.

Cuando la terapia va dirigidaprincipalmente al niño, hay queaveriguar si es preciso modifi-car la estructura de su perso-nalidad, para lograr su mejoradaptación social, o si bastacon la aplicación de algunastécnicas terapéuticas más su-perficiales.

La acción sobre la familiaes una característica peculiarde estos centros de orienta-ción psicopedagógica, en losque se le concede una gran im-portancia.

El equipo básico de un cen-tro de orientación está consti-tuido por una asistente social(que analiza la situación psico-social de la familia y su reper-cusión sobre el niño, ocupán-dose además de toda la rela-ción del centro con la familia),por un psiquíatra (que estudiaal niño desde el punto de vistamédico y psiquiátrico y queanaliza la dinámica familiar) ypor un psicólogo, que es el en-cargado de estudiar las aptitu-des del niño, sus dificultadesespecíficas y la organización desu personalidad, descubriendoel origen de sus síntomas.

La actividad conjugada de es-tos tres técnicos —psiquíatra,psicólogo y asistente social—permite el establecimiento deldiagnóstico y del plan terapéu-tico a seguir. Si bien estostres técnicos colaboran estre-chamente —cada uno desde sucampo— en la aplicación delplan terapéutico, éste requiereademás los servicios de unaserie de especialistas. Así,pues, es corriente que todocentro de orientación psicope-dagógica disponga por lo me-nos de un psicoterapeuta (quepuede ser psiquíatra o psicó-logo) y de un equipo de reedu-cadores del lenguaje (oral y es-crito) y de la psicomotricidad.

En algunos casos un primerdiagnóstico y una única deci-sión terapéutica son suficien-tes; sin embargo, en la mayo-ría de los casos el diagnósticodebe estar permanentementesujeto a revisiones y, con él,el plan terapéutico también.

Los centros de orientaciónpsicopedagógica necesitan ade-más la colaboración de diver-sas instituciones de asisten-cia social para poder llevar acabo la aplicación correcta delprograma terapéutico del niñoy de su familia; esta colabora-

(1) BUCKLE, D., y LEBOVICI, S.f1958), p. 9 de la versión en len-gua castellana aparecida en 1959,editada en Ginebra por la OMS.

(2) La monografía BUCKLE yLEBOVICI (1958) constituye un re-sumen de las ideas expuestas endicho coloquio.

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ción permite, además, el quelos centros de orientación psi-copedagógica puedan llevar acabo otra de sus finalidadesfundamentales, que es la pre-vención de la inadaptación me-diante la localización y el tra-tamiento precoz de los niñosnecesitados de ayuda.

2. ESTRUCTURACION DELOS EQUIPOS DE UNCENTRO DE ORIENTACIONPSICOPEDAGOGICA.INTRODUCCION: ELTRABAJO EN EQUIPO

Todos los que se ocupan delas dificultades de adaptacióndel niño y de los medios deremediarlas, reconocen la nece-sidad de lograr la colaboraciónde diversos profesionales paracomprender los trastornos delcomportamiento infantil y, ensu momento, prescribir el tra-tamiento oportuno.

La complejidad de los pro-blemas presentados por los ni-ños inadaptados basta para jus-tificar la necesidad del trabajoen equipo; es evidente queesos problemas, sean de índolepsiquiátrica, psicológica y psi-copatológica, sociológica o pe-dagógica, son de una amplitudtal que un solo especialista se-ría incapaz de abarcarlos en sutotalidad.

Siguiendo a Buckle y Lebovi-ci (1958):

«La mejor forma de definir eltrabajo en equipo es formular,como principio, que sobre éldebe basarse toda la accióndiagnóstica y terapéutica de loscentros de orientación. En efec-to, tanto en la elaboración dela anamnesis y en el estableci-miento del diagnóstico como enla adopción de la terapéuticay en la vigilancia ulterior, losdiversos técnicos del equipodesempeñan siempre una fun-ción cuya importancia varía, porsupuesto, en las diferentes fa-ses del trabajo. El trabajo enequipo no sólo exige que cadauno pueda expresar su puntode vista en cada momento deltrabajo técnico, sino tambiénque las distintas opiniones seformulen, se discutan y con-fronten de un modo constante»(página 31 de la edición caste-llana).

“ Con cierta frecuencia la je-fatura del equipo recae en el

psiquíatra: en efecto, en mu-chos países se considera quepor su formación médica estámejor preparado para tenersiempre una visión de conjun-to de los problemas y para asu-mir las responsabilidades confrecuencia graves que entrañanlos diversos tratamientos pres-critos. A decir verdad, el psi-quíatra sólo será un verdaderojefe si sabe mantener el espíri-tu de equipo sin ejercer unaautoridad abusiva y compren-der el punto de vista de cadauno acerca del problema. Porúltimo, su labor de jefe deequipo le obliga a ser aún másexigente en cuanto a la ampli-tud y a la profundidad de supreparación» (pág. 32).

«Señalemos, por último, quea nuestro juicio la dirección delequipo puede estar a cargo deun técnico distinto del psiquia-tra, cosa que por otra parte su-cede en algunos centros» (pá-gina 32).

En cuanto a las modalidadesque caracterizan el trabajo deequipo, diremos que cuando elgrupo adquiere la coherencianecesaria, el trabajo de equipoadopta sobre todo la forma dediscusiones sucesivas. La nece-sidad de tales discusiones esconstante, ya que los datos quedeterminan en cada caso la ac-tuación diagnóstica y terapéuti-ca deben ser revisados cons-tantemente de acuerdo con losnuevos conocimientos adquiri-dos. Las discusiones tienenademás la ventaja de obligar acada miembro del equipo a ex-presar con claridad sus opinio-nes, a la vez que les ofrecenla oportunidad de una perma-nente formación por el contac-to con sus compañeros.

Según la estructuración delos «child guidance centers»americanos, el núcleo de unequipo de orientación psicope-dagógica debe estar constitui-do, como ya hemos dicho, poruna asistente social, un psiquía-tra y un psicólogo. Ya hemosdicho también que este núcleodebe estar complementado porun equipo de psicoterapeutas yde reeducadores que permitanllevar a cabo el tratamiento enel propio centro.

Aunque no existe nada regla-mentado acerca de la prepara-ción académica que debe po-seer cada uno de estos técni-cos, por lo general todos los

centros suelen exigir condicio-nes de formación básica muyparecidas.

2.1 El psiquiatra

El psiquíatra de un equipode orientación psicopedagógicasuele ser el personaje principaldel mismo, ya que, en princi-pio, es el encargado de super-visar toda la actividad del equi-po en sus diferentes fases y as-pectos.

Aparte de su labor específicaen tanto que encargado de es-tudiar al niño desde el puntode vista somático y psiquiátri-co y de estudiar la dinámica dela familia —todo lo cual cons-tituye su aportación al estable-cimiento del diagnóstico—, elpsiquíatra es normalmentequien decide el tipo de trata-miento a efectuar y quien debesupervisar repetidamente esetratamiento a lo largo de todasu duración; él es tambiénquien debe promover y dirigirla labor profiláctica, los traba-jos de investigación y la labordidáctica de su equipo.

Por todo ello el psiquíatraes, pues, el personaje del equi-po que debe poseer una forma-ción técnica más completa.

Una vez terminados sus estu-dios de medicina, el futuro psi-quíatra infantil (o paidopsiquía-tra) debe recibir, a la vez queuna buena formación pediátrica,una sólida formación como neu-ropsiquiatra infantil y de adul-tos, además de una fuerte for-mación en psiquiatría general(de adultos y de niños). Debeposeer además un buen conoci-miento de las técnicas de diag-nóstico y de tratamiento utili-zadas por cada uno de los res-tantes especialistas de su equi-po (es decir, el psicólogo, elasistente social, el terapeuta ylos reeducadores) (3).

El psicoanálisis personal esuna condición de formación bá-sica en el psiquíatra infantilque, aunque generalmente ne-cesaria, no es suficiente y debeir completada por una forma-ción psicoanalítica sistemáticacomo la que se imparte, porejemplo, en los institutos psico-analíticos, que en general sueleser de unos tres años de du-ración.

Al igual que los restantesmiembros del equipo, el psi-quíatra-jefe ha de practicar bajo

(3) En BUCKLE y LEBOVICI(1958), p. 49 de la versión caste-llana leemos a este respecto:«Hace poco tiempo DE SANCTISy BOLLEA enviaron a diversos psi-quíatras de niños un cuestionariosobre el problema de la especiali-zación en neuropsiquiatría infan-til. Esos autores llegan finalmenteá la conclusión de que es necesa-rio establecer un programa decuatro años de duración con lasiguiente distribución de estudiosteóricos y prácticos: primer año,pediatría; segundo ario: neuropsi-quiatría de adultos; durante losdieciocho meses siguientes, neu-ropsiquiatría infantil, durante losseis últimos meses, períodos deprácticas en los institutos médico.pedagógicos y en los centros deorientación.» [SANCTIS, de C., yBOLLEA, G. (1952)].

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supervisión, durante muchotiempo, en diferentes centrospsiquiátricos de niños y deadultos, antes de estar en con-diciones de asumir la responsa-bilidad que supone la direcciónde un equipo de un centro deorientación psicopedagógica.

Sólo en las condiciones has-ta aquí descritas el psiquíatrade un centro de orientación psi-copedagógica podrá honrada-mente cumplir con su misiónespecífica dentro del equipo ycon sus funciones de direccióny de supervisión.

2.2 El psicólogo

La misión principal del psicó-logo de un equipo de orienta-ción psicopedagógica es la deevaluar, mediante las técnicasque le son específicas, los as-pectos cualitativos y cuantitati-vos de las aptitudes y de lapersonalidad del niño.

Por lo general, el motivo deconsulta del niño que acude aun centro de orientación es deorden psicológico.

El estudio psicológico delorigen, de la estructura y de ladinámica del problema es,pues, de una importancia pri-mordial en el establecimientodel diagnóstico; sin embargo,ello no quiere decir que todoslos niños que acuden a un cen-tro de orientación psicopedagó-gica deban ser sistemáticamen-te sometidos a un examen psi-cológico ni que éste deba sernecesariamente igual para to-dos los niños.

Antes de iniciar un examenpsicológico es convenienteefectuar un estudio clínico pre-vio del caso —lo que suele co-rrer a cargo del psiquíatra delequipo—, con el fin de poderdecidir si es necesario un exa-men psicológico y, en caso afir-mativo, qué aspectos deben serprincipalmente estudiados.

El examen psicológico puedeversar principalmente sobre lasaptitudes mentales del niño; eneste caso el psicólogo debe ha-cer una estimación cualitativa ycuantitativa de esas aptitudesen el momento actual, haciendoreferencia a las aptitudes ori-ginales o potenciales y tratan-do de explicar la causa de lasposibles diferencias que en-cuentre entre aquéllas y éstas.Este tipo de examen puede bas-tar para explicar desde el pun-

to de vista psicológico el pro-blema que presenta el niño, obien para indicar la necesidadde profundizar más en el estu-dio de algún aspecto mental es-pecífico (por ejemplo, el pensa-miento conceptual) o de uno delos aspectos instrumentales(por ejemplo el lenguaje oral,el lenguaje escrito o la psico-motricidad).

En otras ocasiones, el exa-men psicológico tiene por obje-to principal el estudio de algu-no de los aspectos instrumen-tales, mientras que otras vecespuede versar principalmente so-bre el estudio de la personali-dad del niño, en cuyo caso elpsicólogo utiliza las llamadaspruebas proyectivas, que per-miten analizar el origen de lossíntomas que presenta un ni-ño, los mecanismos de defensaque ha elaborado y el equili-brio que ha establecido en supersonalidad, así como el gra-do de estructuración y de mo-vilidad de dicho equilibrio.

Así, pues, la evaluación psi-cológica del niño puede com-portar uno, dos o los tres tiposde exámenes indicados.

El examen psicológico, juntocon el examen psiquiátrico ycon el estudio psicosocial, sue-le ser indispensable para el es-tablecimiento del diagnóstico ydel consiguiente plan terapéu-tico.

Ocurre con frecuencia que alo largo de un tratamiento elniño debe ser sometido a su-cesivas evaluaciones psicológi-cas con el objeto de controlarpermanentemente la evoluciónde su estructura mental o desu personalidad.

Aparte de los exámenes psi-cológicos, el psicólogo suelerealizar también diferentes tra-tamientos psicoterapéuticos,los cuales pueden comprenderdesde el simple apoyo pedagó-gico hasta la psicoterapia ana-lítica.

El psicólogo participa, ade-más, en los trabajos de inves-tigación epidemiológica y de-mográfica que los centros deorientación llevan regularmentea cabo.

El psicólogo de un equipo deorientación psicopedagógica de-be estar lo suficientemente for-mado como para poder even-tualmente hacerse cargo de laentrevista anamnésica.

Todas las funciones hastaaquí descritas, que debe poderdesempeñar el psicólogo clíni-co que trabaja en un centro deorientación psicopedagógica,exigen que éste posea una vas-ta y sólida formación.

Por lo general, la formaciónacadémica de un psicólogo clí-nico infantil comprende nocio-nes de psicología general, depsicología experimental, de psi-cología social y de estadística;además debe comprender sóli-dos conocimientos acerca deldesarrollo somático y psicoló-gico del niño, acerca de la psi-copatología infantil y de adul-tos y acerca de la psicopedago-gía y de las modernas teoríasde la personalidad; a esto hayque añadir un dominio de laaplicación y de la interpreta-ción de las técnicas del diag-nóstico psicológico.

Sin embargo, una sólida for-mación académica en cada unode estos campos no es sufi-ciente para capacitar al psicó-logo para el ejercicio inmedia-to de su profesión en un centrode orientación psicopedagógica,por lo que es necesario quepreviamente trabaje en régimende supervisión en diferentescentros de asistencia mental in-fantil, con el fin de adquirir laexperiencia práctica necesaria.

Por último, se plantea confrecuencia la cuestión de si elpsicólogo de un centro de orien-tación debe estar o no psico-analizado. Aunque en un prin-cipio esto no parece indispen-sable, no cabe duda de que leserá de gran utilidad en la rea-lización de su tarea, especial-mente cuando tenga que llevara cabo entrevistas, interpretarpruebas proyectivas o efectuarciertos tratamientos de inspi-ración psicoanalítica. Si el psi-cólogo efectúa psicoterapiasanalíticas, su análisis personalno sólo suele ser ir.dispensable,sino que ha de estar completa-do por una sólida formaciónpsicoanalitica.

2.3 La asistente social

La asistente social es la pri-mera persona de un centro deorientación psicopedagógicaque entra en contacto con lafamilia cuando ésta solicitauna consulta. En este primercontacto la asistente social seencarga de averiguar el motivo

de la consulta y de ver si elcaso entra dentro de las atribu-ciones del centro; por otro la-do, es la encargada de explicara al familia cómo funciona elcentro. En algunos centros seenvía a las familias que soli-citan una entrevista una circu-lar en la que se explican lasmodalidades de su funciona-miento.

La asistente social suele sertambién la encargada de efec-tuar la anamnesis.

Los datos de la anamnesis,junto con los recogidos duran-te las entrevistas realizadascon las personas relacionadascon el niño y su familia (maes-tro, pediatra, asistente socialfamiliar, autoridades, etc.),constituyen su aportación aldiagnóstico.

En lo que respecta al trata-miento, la contribución de laasistente social consiste enefectuar los trámites necesa-rios para encontrar una insti-tución adecuada para el niñocuando éste no puede ser tra-tado en el centro, y en su ac-ción sobre la familia medianteel llamado «case work».

La labor terapéutica deno-minada «case work» ha sidodefinida por Buckle y Lebo-vici (1958) como la «técnicaempleada por las asistentessociales para ayudar a losindividuos a encontrar unasolución a los problemas deadaptación social que son inca-paces de resolver por sí mis-mos» (pág. 43 de la edicióncastellana). Esta labor puedeconstituir una verdadera psico-terapia, aunque en ella la asis-tente social se abstiene detoda intrusión en el terreno delas motivaciones profundas delcomportamiento.

La asistente social es tam-bién la encargada de seguir demodo continuado al niño y a sufamilia, no sólo a lo largo detoda la duración del tratamien-to, sino además una vez termi-nado éste.

Las asistentes sociales sue-len recibir en su escuela co-rrespondiente una formacióndemasiado general, y por lotanto, poco profunda, que nolas capacita para trabajar deinmediato en el campo de lapsiquiatría; sin embargo, enalgunos países existen ya cen-tros específicos para la for-

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mación de asistentes socialespsiquiátricas.

La asistente social de unequipo de orientación psicope-dagógica debe poseer conoci-miento de psicología y de psi-quiatría infantil y de adultos,de sociología, de psicoterapiay de psicosomática; debe co-nocer además los reglamentosadministrativos relativos a lasituación legal del niño.

Los centros de orientaciónpsicopedagógica suelen organi-zar una formación sistemáticapara las asistentes socialesque desean especializarse eneste campo. Esta formación, aligual que en el caso del psi-quíatra y del psicólogo, debeser completada mediante elejercicio práctico, supervisado,en diferentes instituciones so-ciales que se ocupan de los

niños y de sus familias.

2.4 Los psicoterapeutas

Por lo general, todo equipode orientación psicopedagógicadebe disponer al menos de unpsicoterapeuta (psicólogo o psi-quíatra) especializado, siendode hecho frecuente que dispon-gan de varios.

Las técnicas psicoterapéuti-cas utilizadas en los centrosde orientación psicopedagógicason muy variadas, y por ellolos psicoterapeutas puedenposeer diferentes grados deformación. Sin embargo, es de-seable que estos técnicos es-tén psicoanalizados y que ha-yan recibido además una sólidaformación psicoanalítica, ya

que el análisis personal no jus-tifica por sí solo esa forma-ción.

Cuando el psicoterapeutaefectúa terapias psicoanalíticas(psicoanálisis, psicodramas opsicoterapias de grupo), esaformación psicoanalítica es in-dispensable.

2.5 Los reeducadores

Se trata de técnicos especia-lizados en las dificultades ins-trumentales que presentan losniños. Estos técnicos suelenefectuar el examen de esas di-ficultades con el fin de esta-blecer un balance lo más com-pleto posible y determinar eltipo de reeducación que requie-re cada niño.

Entre estos reeducadores sepuede distinguir: el pedagogoespecializado, que se encargade la reeducación de las dis-calculias, de las dislexias y delas disortografías, el ortofo-nista, o reeducador de las difi-cultades del lenguaje, y el re-educador de la psicomotricidad.

Estos reeducadores suelenposeer una formación básicaen el campo de la pedagogía oen el de la psicología general,además de una especializaciónacadémica de dos o tres años,que comprende las técnicas deexamen y de reeducación desus respectivos campos de es-pecialidad.

Dado que las dificultadesinstrumentales del niño ante-riormente citadas suelen iracompañadas de desequilibriosafectivos, se aconseja que losreeducadores posean tambiénun conocimiento de las técni-cas psicoterapéuticas, con elfin de que puedan dar a su re-educación un auténtico matizpsicoterapéutico.

3. LA LABOR BASICA, DES-ARROLLADA POR LOSEQUIPOS DE LOS CEN-TROS DE ORIENTACIONPSICOPEDAGOGICA

La labor básica desarrolladaen los centros de orientaciónpsicopedagógica suele tener lu-gar, en cada caso, a través deuna serie de etapas de trabajoperfectamente definidas, queesquemáticamente y de modoconvencional podemos estable-cer que son las siguientes:

— La anamnesis.— El diagnóstico (en el que

incluimos los diferentesexámenes practicados alniño).

— El tratamiento.

A estas etapas de trabajo sesuperponen la acción profilác-tica y la labor docente e inves-tigadora desarrollada por estoscentros permanentemente.

3.1 La anamnesis

La elaboración de la anam-nesis, que requiere la colabo-ración de todo el equipo, sibien en diferente medida, ocu-pa un lugar preferente en laactividad de los equipos de uncentro de orientación.

La investigación anamnésicasuele correr principalmente acargo de la asistente social ycomienza en el momento dela primera entrevista, prolon-gándose a través de las sucesi-vas entrevistas de la familiacon los diferentes técnicos delcentro, lo que obliga a conti-nuas revisiones de los datosrecogidos.

En realidad, ya cuando la fa-milia telefonea al centro pidien-do una primera entrevista, lasecretaria encargada de con-certarla puede recoger datosinteresantes. En muchos cen-tros existe una persona —se-cretaria o asistente social—encargada de atender a las fa-milias en la sala de espera;esta persona es al mismo tiem-po la encargada de observar laaptitud de las familias y la re-lación madre-hijo a lo largo dela espera; los frutos de estaobservación constituyen nue-vos datos que han de sumarseal estudio anamnésico.

La primera entrevista conuna familia —que ya hemos di-cho que suele correr a cargode la asistente social— sirvepara obtener una visión gene-ral del problema y, al mismotiempo, para preparar a la fa-milia a la aceptación de poste-riores entrevistas, a lo largo delas cuales la asistente socialrecogerá nuevos datos, cadavez más concretos, acerca delos antecedentes familiares deldesarrollo del niño, de la apa-rición de los primeros trastor-nos y de la evolución de estosúltimos.

Forma también parte de laanamnesis la realización de unestudio minucioso de la reac-ción del ambiente familiar yescolar, y en general de todoslos ambientes frecuentados porel niño, frente a sus trastor-nos, así como un estudio de ladinámica familiar y de las re-laciones de la familia con sumedio ambiente.

El trabajo de investigaciónanamnésica no siempre resul-ta fácil, ya que los padres queacuden a un centro de orienta-ción con su hijo pueden adop-tar una actitud ambivalente,que les lleva, por un lado, aconfiarse al centro y, por otro,a oponerse a él. Esta actitudambivalente, que la personaencargada de las entrevistasanamnésicas debe tener en

cuenta y saber superar, com-plica en cierta medida su tarea.

Ya hemos visto hasta aquícómo la asistente social es,pues, la artífice principal delas entrevistas anamnésicas.

La contribución del psiquia-tra a la elaboración de la anam-nesis es, por lo general, secun-daria y sólo interviene de unmodo más activo y directocuando los padres del niño pa-recen presentar síntomas pa-tológicos importantes. Sin em-bargo, en los centros de orien-tación psicopedagógica de lospaíses latinos es frecuente quesea el médico psiquíatra el en-cargado de efectuar la entre-vista anamnésica; ello es de-bido a que en esos países elmédico suele gozar de másprestigio social que la asisten-te social y que el propio psi-cólogo, por lo que frente a éllos padres se suelen sentir ge-neralmente más motivados.

En cuanto al psicólogo, enprincipio éste no suele interve-nir de modo directo en la en-trevista anamnésica; su aporta-ción a ésta suele quedar limi-tada a comunicar al equipo losdatos que haya podido obtenerdurante el examen del niño odu rante I as conversacionesmantenidas con sus padres.Sólo en los centros que excep-cionalmente carecen de asis-tente social y en los que, a lavez, el psiquíatra no puede ocu-parse de la entrevista anamne-sica, es el psicólogo quien seencarga de realizarla.

Así, pues, vemos que enprincipio es conveniente quetodos los miembros del equipoestén preparados para efectuarla investigación anamnésica yque posean, por lo tanto, losconocimientos adecuados depsicodinámica.

La elaboración de la anam-nesis requiere por lo generaluna serie de entrevistas suce-sivas y la participación de losdiferentes técnicos del equipo.Estas actuaciones sucesivascon la familia no sólo debentender a recoger datos, sino,además, a intentar modificar laactitud de la familia con res-pecto al niño y a sus dificul-tades; constituyen, por lo tan-to, una primera intervenciónterapéutica, que en muchos ca-sos suele bastar de por sí; enotros casos, estas simples ac-tuaciones sucesivas con la fa-

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milia y una pequeña accióncomplementaria de case work(realizada por la asistente so-cial) suelen ser también sufi-cientes.

La investigación anamnésicadebe continuar aun cuando eltratamiento haya terminado.Esta tarea, que efectúa la asis-tente social a través de su re-lación continuada con las fami-lias, constituye la catamnesis,la cual viene a completar la la-bor anamnésica.

3.2 El diagnóstico

Como se afirma en Buckle yLebovici (1958), «es imposibleseparar en la práctica la fasediagnóstica de la fase terapéu-tica, puesto que la elaboraciónanamnésica ejerce ya efectosterapéuticos y puede ser consi-derada como parte integrantedel tratamiento» (pág. 52).

El diagnóstico en un centrode orientación debe ser muyamplio, ya que ha de incluirno sólo al niño, sino tambiéna su familia, y en general atoda la dinámica familiar; debeademás explorar las motivacio-nes profundas del comporta-miento del niño, así como lareacción del ambiente familiary escolar a dicho comporta-

miento y las influencias queesta reacción pueda a su vezejercer sobre la inadaptacióndel niño.

Por otro lado, el diagnósticodebe ser dinámico, es decir,que debe tratar de determinarno solamente la estructura ac-tual de los conflictos, sino ade-más su grado de movilidad ysu posible evolución, intentan-do averiguar si se trata detrastornos reaccionales y pa-sajeros, que pueden solucio-narse mediante una acción so-bre el ambiente del niño, o si,por el contrario, esos trastor-nos han alcanzado ya un gradode estructuración tal que re-quieren una acción directa so-bre el niño. Igualmente, eldiagnóstico debe intentar de-terminar si se trata de con-flictos graves (preneuróticos,prepsicóticos o caracteriales),los cuales requieren ante todouna acción profunda sobre elniño. Estas determinaciones nosiempre son posibles; por otrolado, un mismo trastorno decomportamiento puede teneruna significación muy diferentesegún la edad y las circunstan-cias en las que se manifieste.

El diagnóstico constituye elfruto de la labor de todo elequipo, ya que está basado: L

sobre los datos de la encues-ta social y de la elaboraciónanamnésica (efectuadas ambaspor la asistente social), sobreel minucioso examen somáticoy psiquiátrico del niño y de sufamilia (realizados por el psi-quíatra), y sobre los resultadosde los exámenes psicológicos,efectuados éstos por el psicó-logo.

Cada uno de estos tres espe-cialistas aporta el resultado desu trabajo (realizado con el ni-ño, con la familia o con am-bos), por lo que el diagnósticodebe necesariamente surgir dela discusión conjunta de los re-sultados y de los puntos devista de cada uno de ellos.

De todas formas, en psiquia-tría infantil, un diagnósticonunca constituye algo definiti-vo, por lo que se suele hablarmás que de diagnóstico de hi-pótesis diagnósticas.

Las hipótesis diagnósticasdeben ser constantemente re-visadas a lo largo de todo eltratamiento e incluso, una vezterminado éste, a lo largo detoda la vida del sujeto.

A veces el diagnóstico no esposible más que internando alniño en uno de los llamadoscentros de observación. Estoscentros, que suelen funcionar

en régimen de internado, per-miten observar el comporta-miento del niño fuera de suambiente familiar y en los di-ferentes momentos del día:en la escuela (estos centrosestán dotados de un grupo es-colar), en las comidas, en elaseo, en el sueño, en los jue-gos, etc. Sin embargo, dadoque la separación del niño desu ambiente familiar suele in-ducir en él un estado depresi-vo, la estancia del niño en uncentro de observación debe se.:lo suficientemente larga comopara asegurar que esa fase de-presiva haya sido superada.

En cualquier caso, hay quetener en cuenta que el niño esun ser en período de evolucióny que, por lo tanto, está dotadode un dinamismo que modificaconstantemente e I equilibriode su personalidad; por otrolado, hay que tener tambiénsiempre en cuenta que el niñoestá fuertemente sometido a lainfluencia de su ambiente fa-miliar. Se trata, en resumen,de una personalidad en forma-ción, por lo que se comprendeque en estas circunstanciasresulte difícil —a veces inclu-so imposible— establecer undiagnóstico, y sobre todo unpronóstico definitivos.

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3 3 El tratamiento

Los métodos de tratamientoutilizados en los centros deorientación son muy diferentesde los que utilizaba la psiquia-tría tradicional. En los centrosde orientación psicopedagógicalos tratamientos farmacológi-cos no están proscritos, si biensu utilización está exclusiva-mente limitada a los casos enque parecen estrictamente ne-cesarios, de modo que en es-tos centros los métodos psico-terapéuticos ocupan un lugarclaramente preferente.

El plan terapéutico no sueleestablecerse nunca de maneradefinitiva; en general se tratamás bien de un proceso pro-gresivo cuyos resultados par-ciales son sometidos a perma-nentes revisiones y reajustes;de hecho, no es frecuente queun problema presentado porun niño pueda ser resuelto me-diante un tratamiento único di-rigido exclusivamente a él; porlo general siempre se requiereuna combinación de métodosterapéuticos, dirigidos unos alniño y otros a su ambiente, re-cibiendo mayor énfasis unasveces los primeros y otras lossegundos, según los casos.

El diagnóstico debe permitirestablecer el grado de profun-didad que ha de tener todo tra-tamiento.

En el caso de dificultadesinstrumentales, el tratamientoestá esencialmente basado enuna reeducación pedagógica oen una reeducación del lengua-je o de la psicomotricidad. Sinembargo, puede ocurrir que es-tas dificultades no aparezcanaisladas, sino superpuestas auna estructura patológica de lapersonalidad más o menos gra-ve; en estos casos, la reeduca-ción debe ir acompañada de unapsicoterapia adecuada, y ambostratamientos (reeducación ypsicoterapia) pueden desarro-llarse simultánea o sucesiva-mente, debiendo en este últi-mo caso comenzar por el queparezca más urgente de cara auna adaptación escolar o fami-liar más rápida.

Las dificultades instrumenta-les raramente se presentandesprovistas de trastornosafectivos, por lo que su reedu-cación debe revestir siempreun marcado matiz psicoterapéu-tico.

Cuando el niño presenta úni-camente (o predominantemen-te) problemas de tipo afectivo,es necesario tratar de discernirsi éstos revisten un carácterreactivo a la situación ambien-tal o si, por el contrario, estánya estructurados. En el primercaso, la actuación terapéuticadebe ir dirigida principalmentea la familia, mientras que elniño podrá recibir un simpleapoyo afectivo (por ejemplomediante charlas) que tenderáa establecer una buena relaciónentre el niño y su terapeuta.

Cuando los conflictos estánya en vías de estructuración,la acción terapéutica con elniño debe ser marcadamentemás profunda. El psicoanálisispropiamente dicho debe quedarreservado únicamente para losniños que presenten una pato-logía excepcionalmente grave(preneurótica, prepsicótica ocaracterial).

La psicoterapia infantil debeser muy flexible y requiere quesus especialistas estén en con-diciones de poder cambiar detécnica en cualquier momento;de hecho, es frecuente que elterapeuta comience con unasimple psicoterapia de apoyoy, a medida que ésta avanza,se vaya viendo la necesidad dehacerla evolucionar hacia unamayor profundidad o de darleorientaciones marcadamente'diferentes.

La psicoterapia basada en el'juego suele ser la más utiliza-'da en los centros de orienta-c ión psicopedagógica, dondetambién se utilizan las psico-terapias de grupo y los psico-dramas.

En cuanto a la acción con lafamilia, la ayuda puede ir des-de las simples charlas, que co-mienzan ya en el momento dela exploración anamnésica y seprolongan a lo largo de todoel tratamiento del niño (lo quesuele recibir el nombre de«apoyo psicosocial»), hasta eldenominado «case vvork» o laspsicoterapias analíticas, lascuales pueden ser individualeso de grupo.

En los centros de orientaciónpsicopedagógica se utiliza ca-da vez más la psicoterapia fa-miliar, que engloba al niño y asu madre (juntos o por sepa-rado) e incluso se extiende atodos los miembros de la fami-lia. Hay que añadir, finalmente,

los casos en los que los padrespresentan una patología severay han de ser sometidos a untratamiento individual (o degrupo), el cual se suele reali-zar en el propio centro o en uncentro para adultos.

En cualquier caso, siempreque se inicia la psicoterapia deun niño —y más aún si se tra-ta de un psicoanálisis— es pre-ciso ocuparse de sus padres(especialmente de la madre),con el objeto de ayudarles aaceptar el tratamiento del hijoy a resolver los problemas queeste tratamiento pueda plan-tearles.

La acción sobre el medio noqueda siempre limitada al me-dio familiar; de hecho, las asis-tentes sociales intervienen concierta frecuencia en las escue-las tratando de lograr que losmaestros comprendan el com-portamiento del niño o cam-bien su actitud hacia él.

3.4 La acción profiláctica

Los centros de orientaciónpsicopedagógica suelen añadira sus funciones de diagnóstico,de orientación y de tratamien-to, una acción profiláctica máso menos extensa. Esta acciónprofiláctica reviste dos aspec-tos fundamentales: la educa-ción de las personas directa oindirectamente relacionadascon los niños, y la localizaciónde niños con problemas; enambos casos los centros hande tener en cuenta sus posibi-lidades materiales de atendera la afluencia de niños quepueda resultar de este tipo deacción, pues sería nefasto aler-tar a las familias acerca de lanecesidad de atender a sus hi-jos y no poder proporcionarlesluego los cuidados que éstosnecesiten.

Es norma general que loscentros de orientación psicope-dagógica organicen coloquiosdestinados a las autoridadesque se ocupan de la infancia,a los técnicos especializadosen niños (asistentes sociales,enfermeras, puericultoras, pe-diatras, directoras de guarde-rías, maestros, etc.) y a las fa-milias. Estos coloquios tienenuna doble finalidad; por un ladosirven para informar a esaspersonas acerca de las actitu-des a evitar en su contactocon los niños, y por otro lado,

para sensibilizarlas frente a lossíntomas patológicos que éstospuedan presentar y para indi-carles el tipo de ayuda quepuede prestarles el centro. Aeste respecto hay que aclarar-les muy bien el hecho de queun mismo síntoma puede serpatológico o no, según la edaddel niño, y según las circuns-tancias y el contexto, y que enocasiones estos desequilibriosse reestructuran por sí solos.Por todo ello, esta acción edu-cativa debe poner un especialcuidado en evitar que los pa-dres, los maestros y los educa-dores en general tiendan a verautomáticamente un carácterpatológico en todas las conduc-tas del niño y a culpabilizarsepor ello. Para lograrlo, los téc-nicos de los centros de orien-tación psicopedagógica debenposeer una experiencia y unaformación muy sólidas.

Esta labor educativa puedellegar a conseguir que sean es-tas mismas personas las queseleccionen en una medidaaceptable a los niños que ne-cesitan una consulta en uncentro de orientación. Sin em-bargo, se trata de una laborlenta y difícil, por lo que esfrecuente que los centros ten-gan que actuar durante muchotiempo de una manera total-mente directa, enviando a sustécnicos a las escuelas paraexaminar a los niños menosadaptados.

Todo centro de orientaciónpsicopedagógica debe atender,en primer lugar, a los casosque parezcan más graves y es-tablecer una lista de esperapara los menos urgentes; estalista de espera no deberá sernunca demasiado larga, lo cualexige que la selección de loscasos sea muy afinada.

Buckle y Lebovici (1958) di-cen a este respecto: «Lo idealsería que todas las ciudadeseuropeas dispusieran por lo me-nos de un equipo de orienta-ción infantil por cada 45.000habitantes.«

Es evidente que mientras nonos acerquemos a ese ideal,los centros de orientación severán obligados a buscar unequilibrio entre su acción pro-filáctica y sus posibilidadesmateriales de atender a los ni-ños y a sus familias, medianteuna selección cada vez más afi-nada de los casos a tratar.

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La colaboración de los cen-tros de orientación psicopeda-gógica con los restantes orga-nismos de asistencia social nosolamente presenta las venta-jas indicadas (referentes a lalocalización y selección de ca-sos o a la acción preventiva engeneral), sino que, en muchasocasiones, e s indispensablepara la buena realización delplan terapéutico.

3.5 La labor docentee investigadora

El sólo hecho de trabajar enequipo trae consigo un enrique-cimiento mutuo de todo el per-sonal técnico de los centrosde orientación psicopedagógi-ca; pero aparte de esta forma-ción «espontánea», los centrosde orientación suelen organizartoda una serie de enseñanzas,más o menos sistemáticas, enforma de coloquios, conferen-cias o seminarios, destinadosal constante perfeccionamien-to de su personal técnico.

Especialmente, el psiquíatrade cada equipo suele dedicaruna buena parte de su activi-dad a esta labor docente y for-madora.

En estos centros es frecuen-te, además, la organización deactividades docentes destina-das a la formación de especia-listas ajenos al centro que sepreparan para trabajar en otroscentros de orientación.

Por último, hay que destacartambién que cada centro deorientación psicopedagógicasuele realizar una serie de tra-bajos de investigación sobreel material humano con el quetrabaja o sobre los diferentesproblemas que les plantea lapráctica diaria.

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Educacióny sociedad.Educación y estructurademográfica (II) *

por A. Viñao Frago

INDICE3. EDUCACION Y ESTRUCTURA

DEMOGRAFICA

3.1 Estructura de la pirámide de po-blación: consecuencias educati-vas.

3.1.1 Un ejemplo de cambioscoyunturales o a cortoplazo y de sus efectoseducativos: los supuestosde guerra.

3.1.2 Cambios estructurales oa largo plazo.

3.1.2.1 Efectos directossobre la pobla-ción escolar y elprofesorado: aná-lisis especial dela situación enlos países subde-sarrollados.

3.1.2.2 Efectos indirec-tos: a través dela estructura pro-fesional o de em-pleo.

3.2 Datos demográficos medibles:consecuencias sobre los proce-sos de planeamiento educativo.

3.2.1 Estructura por sexo yedad de la población.

3.2.2 Cálculo de los datos de-mográficos básicos.

3.2.3 Previsiones puramente de-mográficas y demográfico-docentes.

* La primera parte de este trabajo hasido publicada en la REVISTA DE EDUCA-CION, año XX, número 221-222, mayo-agostode 1972.

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