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UNIVERSIDAD ANDINA “NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ” ESCUELA DE POSTGRADO DOCTORADO EN EDUCACIÓN LA EDUCACIÓN EN LA ETICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS ZONAS ALTOANDINAS Fernando Gil Cantero y Gonzalo Jover Olmeda MONOGRAFÍA Presentada por: Luis Wrober Cuela Humpire CURSO: FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN DOCENTE: DRA. TERESA ARRIETA DE GUZMÁN SEMESTRE: I 2016 – I Mención: Doctorado en Educación JULIACA – PERÚ

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Monografia de Filosofia de educaciónDe Luis Wrober

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UNIVERSIDAD ANDINA“NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ”

ESCUELA DE POSTGRADODOCTORADO EN EDUCACIÓN

LA EDUCACIÓN EN LA ETICA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS ZONAS ALTOANDINAS Fernando Gil Cantero y Gonzalo Jover Olmeda

MONOGRAFÍAPresentada por:

Luis Wrober Cuela Humpire

CURSO:FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

DOCENTE: DRA. TERESA ARRIETA DE GUZMÁN

SEMESTRE: I 2016 – I

Mención: Doctorado en Educación

JULIACA – PERÚ

2012

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INDICE Pág.

Capitulo I

1.1. Introducción 03

1.2 Presentación

Objetivos04

Capitulo II

2.1 Marco Conceptual

La educación en derechos humanos

El Derecho a la Educación y la Educación en Derechos Humanos en el contexto

internacional

La educación en Derechos Humanos en el sistema educativo

05

07

09

Capitulo III

3.1 Análisis de la información

Para la UNESCO, la educación en la esfera de los derechos humanos tiene como finalidad:

10

11

Capitulo IV

4.1 Conclusiones 11

Bibliografía 12

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CAPITULO I

1.1 INTRODUCCIÓN

Hablar de los derechos Humanos y la Educación es uno de los temas más interesantes dentro

del ámbito de la educación, la capacidad que tiene ésta de transformar a la sociedad. La educación como

ámbito donde se tratan los temas sociales nos serviría para intentar hacer evolucionar a la sociedad hacia

nuevos paradigmas. La educación tiene la capacidad de la transformación, transformaciones mentales que

pueden ayudar a cambiar la sociedad, a crear un mundo más justo del que conocemos actualmente.

Ésa debería ser una de las grandes cualidades de la educación, no debería ser simplemente un

medio para enseñar destrezas técnicas a los adolescentes, debería ser un medio para tratar de hacer

cambiar las mentalidades y virar nuestra sociedad hacia el progreso en todos los ámbitos, no solamente en

el económico. Obviamente el progreso económico es deseable, pues eso ayuda a elevar el nivel de vida de

las distintas poblaciones, pero no podemos quedarnos ahí, debemos ir un paso más allá, debemos hacer

cambiar a la sociedad en lo político, en lo social, en lo económico y sobre todo a nivel de mentalidades. Y

para ese desarrollo armónico de la sociedad tenemos un pilar básico, que no es otro que la

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DD.HH. del año 1948, redactada por la Organización de las

Naciones Unidas. Ése es el pilar sobre el que debemos construir nuestra educación transformadora,

debemos dejar de considerar una utopía y pasar por fin al plano de la realidad, pues lo primero que hay

que hacer es mostrar voluntad de que se puede lograr.

A mi consideración la Declaración sigue totalmente vigente y nos da poderosas razones de lo

que deben ser las sociedades democráticas actuales. El problema radica en el no cumplimiento de las

disposiciones de la susodicha declaración. Últimamente estamos viendo cómo por la crisis económica

global que padecemos muchos de los derechos conquistados a lo largo de generaciones están siendo

conculcados. Y una de las maneras de combatir esto es mediante la educación. Pero ¿por qué mediante la

educación? Porque la educación es la llave del resto de derechos que emanan de la Declaración pues sólo

alguien consciente de que ostenta esos derechos puede tener la capacidad de reclamarlos y de luchar por

ellos. Además si se educa a alguien plenamente en los DD.HH. se puede conseguir que ese alguien actúe

como elemento transformador de la sociedad, es decir, que luche por los derechos de sus conciudadanos y

por el de todos los habitantes del planeta. En definitiva se trata de hacer ver cómo puede influir la

educación en la formación de los estudiantes de y en DD.HH. Tenemos la responsabilidad de educarlos

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(más que enseñarlos en DD.HH.) para lograr llevar a la práctica los DD.HH., mostrarles que es algo muy

valioso y fundamental para nuestra convivencia como seres humanos.

1.2 PRESENTACIÓN

Los iusnaturalistas creen que los DD.HH. son ya derechos, no necesitan ser refrendados por

leyes. Son los “derechos naturales e innatos”. Suelen estar movidos por algún tipo de pensamiento

religioso, son muy piadosos y suelen creer que todas los hombres son hijos de Dios por lo que tienen

todos su correspondiente dignidad y sus derechos.1

Existe una variante del iusnaturalismo, el iusnaturalismo crítico, atípico, relativo o deontólogico. Vendría

a decir que, en efecto, los derechos humanos son derechos enraizados en el hombre, inalienables y

perennes, pero no vienen a través de Dios, sino a través de la Historia, descubiertos por el pensamiento

filosófico de los seres humanos.

La dignidad como concepto clásico se refería a la aureola de grandeza que emanaba de las grandes

personalidades de la Antigüedad como pudieron ser Julio César, Alejandro Magno, Escipión el Africano

etc. Pero hemos de tener una visión democrática de la dignidad, ya que todo ser humano, por el hecho de

serlo, posee una dignidad intrínseca a él. Sin dignidad no puede haber derechos del individuo.

Se suele escuchar en determinados ambientes y en múltiples tertulias que la educación erradicará los

males de la sociedad, por eso es importante que haya una estrecha relación entre los DD.HH. y la

educación de los adolescentes. Que haya una educación no meramente en cuestiones técnicas, sino que se

hace necesaria una educación en valores, que garantice un mínimo de consenso normativo para nuestra

pacífica y civilizada vida en común tal y como nos dicen Jover y Gil (Gil Cantero & Jover Olmeda, 2009)

1.3. OBJETIVOS GENERAL

Defender la importancia que tiene la educación plena de y en los DD.HH. en la escuela actual. De esta

manera fortalecer el respeto a los DD.HH. y a las libertades fundamentales.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

Proponer un cambio de la sociedad mediante la educación plena de y en los DD.HH., para lograr un

mundo más justo mediante la educación en ese sentido. Hemos de desarrollar plenamente la personalidad

humana y el sentido de la dignidad del ser humano.

Diferenciar entre la educación en DD.HH., la Educación de los DD.HH. y la Educación Plena de y en los

DD.HH.

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CAPITULO II

2.1. MARCO CONCEPTUAL

Arguello, (2012) en su aporte sobre La educación en derechos humanos como pedagogía de la alteridad

propone 5 tesis al respecto:

Tesis 1. El otro diverso y vulnerable: telos ético fundante de la educación en derechos humanos

Para definir la alteridad en la noción educativa que aquí referimos, el punto de partida es considerar

que la cuestión del otro diverso y vulnerable fundamenta la finalidad ética (proto-telos) de la

educación en derechos humanos y es el motivo central para el cumplimiento de todos sus objetivos,

o sea, el eje de su efectuación sustantiva. En otras palabras, como evoca Reyes Mate (2008: 117), se

trata de considerar de modo insoslayable que el ser humano es el sujeto de los derechos —

adjetivados precisamente como humanos— y que es posible aludir a ellos porque hay personas con

nombre desarraigadas de su propia humanidad en contextos particulares de expoliación y de

violencia. Desde este planteamiento se advierte también, en los derechos humanos, una función

central de protección de las expresiones socioculturales minoritarias, sean heredadas —por la

definición permanente de la identidad de un colectivo— o, construidas —por determinadas

condiciones emergentes que producen nuevas periferias sociales—. En otras palabras, los derechos

humanos actúan como “preservadores” de la diversidad y favorecen las relaciones entre los distintos

estamentos que hacen parte de cierta comunidad política. Representan un patrón de convivencia y,

por ende, un rechazo a cualquier mecanismo de discriminación y de violencia contra el sujeto o el

colectivo diverso. Sin embargo, este ordenamiento de la formulación teleológica de la educación en

derechos humanos plantea el problema de traducirla en realidades observables que procuren

condiciones de vida justas y ecuánimes para los sectores marginados amenazados.

En tal sentido, Stavenhagen ha planteado el concepto de “brecha de la implementación entre la

legislación y la realidad” recordando que, en el caso particular de los pueblos indígenas, durante los

últimos 30 años se han dado avances importantes en leyes nacionales e internacionales que

reconocen los derechos de dichos pueblos, trazan ciertos procedimientos y plantean el respeto, la

diversidad y la multiculturalidad de los colectivos. No obstante, todo ello sigue siendo una

aspiración de nobles intenciones puesto que su implementación en las realidades concretas suele ser

incipiente, tal como es demandado por los mismos grupos que constatan la prevalencia de sus

conflictos. Desde aquí, el autor percibe que, en derechos humanos, el trabajo en torno a un armado

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legislativo sólido no basta. La legislación es una herramienta que, por sí misma, se mantiene en el

orden del ideario, sin desconocer con ello la importancia del dispositivo jurídico dentro de los

mecanismos de efectuación. No se podría obviar, por ejemplo, que en el referido caso de los pueblos

indígenas hay un valioso proceso de fundamentación jurídica internacional que se recoge desde los

Convenios 107 y 169 de la OIT hasta la Declaración de la ONU en 2007.

Tesis 2. La perspectiva ética y sociopolítica de la alteridad se constituye como unidad estructurante

de la trayectoria de vida de un actor social de la educación en derechos humanos El principio

humanista que está en la base de la educación en derechos humanos como pedagogía de la alteridad

se expresa, además, en la constitución biográfica de los sujetos que emprenden acciones de

fundamentación y desarrollo en dicho campo.

Tesis 3. La educación en derechos humanos es tarea social, en sentido educativo amplio, y al mismo

tiempo exige afectar el sistema escolar “formal” El ejercicio de la educación en derechos humanos,

desde la lógica biográfica de Rodolfo Stavenhagen, se puede entender como un modo propio de ser

intelectual público. Así, se pueden detectar algunas contribuciones que muestran de qué manera se

aprecia tal conexión en su itinerario vital.

Tesis 4. La educación en derechos humanos como pedagogía de la alteridad se fundamenta en el

respeto y la promoción del otro, en su diversidad étnica y/o cultural, dando lugar al binomio

axiológico concientización empoderamiento A la definición ética de la educación, inferida de la

lógica biográfica stavenhaniana, le corresponde un binomio axiológico, es decir, un sistema bipartito

de valores que se estructuran en torno a procesos de concientización y empoderamiento que, como

se retomará en la última tesis, involucran la construcción permanente de trayectorias de vida

conectadas con el ámbito de los derechos humanos.

Tesis 5. El enfoque biográfico-narrativo coadyuva estratégicamente a la formulación de una

educación en derechos humanos en tanto pedagogía de la alteridad Dentro de la trama global de las

concepciones stavenhanianas, la “liberación individual” como propósito educativo se entiende

asociada con la búsqueda de cambios en las relaciones sociales y de poder que, conjuntamente,

hacen parte de una misma dinámica en la educación en derechos humanos. En otras palabras,

Stavenhagen alude a un concepto pedagógico integrador que abarque el desarrollo del individuo y el

escenario de la acción socio-política, aunque él mismo no formula los puentes metodológicos que

podrían efectuar esta conciliación.

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Hervia, (2012) En sus investigaciones realiza las siguientes aportaciones sobre “El Derecho a la

Educación y la Educación en Derechos Humanos en el contexto internacional” nos menciona:

1. La demanda por el derecho a la educación en el contexto social y político de América

Latina.

La ética de los DDHH ha sido la base constitutiva de las Naciones Unidas y la educación para los

derechos humanos una de sus principales estrategias de acción. Desde su creación, todo el sistema

de NU ha tenido por objeto la defensa y promoción de los DDHH. Las NU se crearon para no repetir

nunca más los horrores de la segunda guerra mundial: “Nosotros, los pueblos de las Naciones

Unidas, nos declaramos resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra…

a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona

humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas…”

Luego, en 1948, la Declaración Universal de los DDHH proclamó como la aspiración más elevada

de los seres humanos el advenimiento de un mundo en que las personas, liberadas del temor y de la

miseria, disfrutaran de la libertad. La finalidad última de los derechos humanos es que todas las

personas gocemos plenamente de nuestra libertad. Pero la condición para ello es sentirse liberados

del temor y la miseria. Para asegurar el goce de la libertad se consensuaron los Derechos Civiles y

Políticos. Para asegurar la condición necesaria, que es la igualdad, se proclamaron los Derechos

Económicos, Sociales y Culturales, los DESC. Y para asegurar el goce de todos los derechos

humanos se estableció el derecho a la educación, epítome de todos los derechos humanos.

2. El derecho a la educación en los instrumentos internacionales.

La necesidad de educar en y para los derechos humanos figura en la misma Declaración Universal

de los Derechos Humanos. Como se vio, el artículo 26 reconoce tres dimensiones del derecho a la

Educación: La gratuidad y obligatoriedad. El contenido o el tipo de educación a la que se tiene

derecho. El derecho preferente de los padres de escoger el tipo de educación para sus hijos.

Con respecto a la primera dimensión, la obligatoriedad y la gratuidad son dos condiciones esenciales

para garantizar la exigibilidad de este derecho. El Estado es quien debe asegurar que todos puedan

recibir una educación elemental que satisfaga las necesidades básicas de aprendizaje; que son las

competencias que las personas requieren para desplegar su vida, tanto en la perspectiva de su

desarrollo personal como en la de insertarse en el mundo del trabajo.

3. Principios básicos que sustentan el derecho a la educación.

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Si la finalidad del derecho a la educación es el empoderamiento de las personas para ejercer a

cabalidad sus otros derechos humanos y construir una comunidad humana regida por el principio de

la paz, este derecho hace referencia al contenido esencial de una ética de la convivencia humana.

Esta ética ha sido tratada desde múltiples puntos de vista. Pero hay un rasgo esencial que la

caracteriza: la capacidad de establecer relaciones de compromiso con el otro, aunque éste piense o

sea diferente; o lo que equivale a la capacidad de hacerse responsable del cuidado del otro. Autores

como Nel Noddings, Carol Gilligan e Iris Murdoch, han construido sus posiciones filosóficas en el

terreno de la ética a partir de las interrelaciones humanas, en la capacidad de asumir responsabilidad

por el cuidado del otro, más que en la construcción del juicio moral basado casi exclusivamente en

principios racionales.

4. La educación a la que tienen derecho los estudiantes.

Es frecuente escuchar que en las escuelas de hoy los estudiantes están más preocupados de exigir sus

derechos que de cumplir con sus deberes. Además de ser esto un cliché, no es claro que las

comunidades escolares y las asociaciones estudiantiles tengan nítida conciencia de cuáles son

efectivamente sus derechos. A continuación se presenta un listado tentativo que sirve para provocar

un debate, porque es posible que no exista acuerdo sobre si a este listado le faltan o le sobre algunos

derechos.

En síntesis, los estudiantes tienen derecho:

A recibir una educación completa que les ofrezca oportunidades para una formación integral e

inserción laboral.

A que se les ayude a modelar una personalidad respetuosa de los derechos humanos, amante de la

paz y del entendimiento entre las personas y los pueblos.

A no ser discriminados por motivo de su etnia, género, situación socioeconómica, u opción sexual.

A recibir atención adecuada en caso de tener necesidades educativas especiales, o de vivir en

situaciones de conflictos naturales o armados.

A estudiar en una ambiente de confianza, de seguridad, de buen trato y de respeto mutuo.

A ser educados en su propia lengua, cuando se trate de niños y niñas pertenecientes a pueblos

originarios.

A que se respete su integridad física y moral, y a no ser objeto de acoso o tratos vejatorios y

degradantes.

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A que se les respete su libertad personal y de conciencia, sus convicciones religiosas e ideológicas.

A ser informados sobre cómo y con qué criterios se les evaluará, y a ser evaluados y promovidos de

acuerdo a un sistema objetivo y transparente.

A participar en la vida cultural y recreativa del centro educativo y a asociarse en alguna

organización estudiantil que los represente.

5. Consecuencias del derecho a la educación, rol del Estado y exigibilidad del derecho a la

educación.

Ya se ha dicho que ejercer el derecho a recibir una educación de calidad abre las puertas para ejercer

todos los demás derechos humanos; valorar la justicia, la equidad social y el respeto a la diversidad;

fomentar la seguridad ciudadana, la participación política y la democracia; combatir la corrupción,

la discriminación y todas las múltiples formas de intolerancia y exclusión.

Pero hay que recalcar que la educación en y para los DDHH no es sólo un servicio de los gobiernos,

sino un derecho de los ciudadanos. Los que tienen el derecho son los niños y las familias. Los que

tienen el deber son los gobiernos y las entidades públicas. No se trata de otorgar un derecho, sino de

ayudar a exigir y a ejercer ese derecho.

(Gil, 2000) En su aporte sobre La educación en Derechos Humanos en el sistema educativo menciona

sobre:

La enseñanza de derechos humanos es un punto de vista moral; La enseñanza de derechos humanos

no es que ocupe un lugar escaso, es que casi no tiene lugar.

Si se observa con detenimiento, en los niveles de primaria y secundaria, esto es, en los referidos a la

educación obligatoria, los derechos humanos no forman parte de los objetivos o fines de formación

sino como contenido cultural a trasmitir y de forma escasa. Nos parece insuficiente. Es insuficiente e

inadecuado el modo en que los derechos humanos aparecen como objetivo instructivo. Pero lo peor

de todo no es esto. Lo grave es que se sustrae la perspectiva de los derechos humanos como un

punto de vista moral, de carácter crítico, que permita a los alumnos comprender éticamente qué

significa desarrollarse hoy como un ser humano y qué significa comportarse humanamente con los

demás.

Estas deficiencias son las mismas que se pueden extraer del informe de Amnistía Internacional. Los

futuros profesionales de la educación no se preparan desde un concepto de educación y de persona

educada que incluya, como criterio de contenido y de forma, en la conocida terminología de Peters,

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a los derechos humanos. Esto es importante, porque significa que estos derechos no llegan a

constituirse en una perspectiva necesaria de juicio teórico y práctico sobre las condiciones que nos

permiten afirmar que alguien está educado y, por tanto, tampoco sobre lo que es una educación de

calidad, a la altura de nuestro tiempo. Nadie niega que los derechos humanos sean relevantes, pero si

no forman parte sustantiva de los procesos de formación humana, entonces seguirán siendo

contemplados como algo externo, perteneciente a la esfera política profesional, alejados de los

intereses cotidianos.

El artículo 26 de la Declaración Universal de derechos humanos afirma que la educación

es uno de estos derechos. Pero, además, establece también que la educación es el derecho a través

del cual se propone extender el conocimiento, promoción y defensa del resto de derechos. La

responsabilidad moral de los educadores ante la tarea que se les encomienda no es poca. En realidad,

hay una sintonía conceptual y práctica extraordinaria entre ser educador y el derecho a ser hombre

que proclama la Declaración de 1948. Los educadores tienen la importante labor de desarrollar la

humanización de las nuevas generaciones. Su tarea consiste en favorecer las condiciones de

posibilidad del crecimiento humanizador, condiciones que tienen su refrendo legal y moral en todos

y cada uno de los derechos humanos. Hay a diario, desgraciadamente, violaciones constantes de

estos derechos, violaciones que turban las conciencias de las personas sensibles. Sin embargo, pocas

veces se afirma -y no suele escandalizar a casi nadie- la grave violación de la dignidad humana que

supone sustraer a los alumnos su derecho a alcanzar con plenitud humanizadora la condición de

agentes, de personas libres y responsables. Los educadores comprometidos tienen que luchar a

diario por justificarse a sí mismos el sentido y la utilidad de su tarea. Cada educador tiene que

resolver este dilema a su modo en la actividad de cada día. Hay muchas y variadas formas de

mantener vivo y de renovar permanentemente el entusiasmo por trasmitir a nuestros alumnos un

sentido profundo de la formación. Pensamos que una manera adecuada de que los educadores

alcancen esa perspectiva y se mantengan en ella, radica en ver en todos y cada uno de sus alumnos,

unos sujetos de derechos. De este modo, la enseñanza de derechos humanos adquiere un sentido

singular: no es sólo, para los educadores, una parte más del currículo, sino el reflejo del futuro

desarrollo humanizador de sus alumnos.

CAPITULO III

3.1. ANALISIS DE LA INFORMACIÓN

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Nuestra propuesta se centra en considerar que estos derechos pueden aportar a las nuevas generaciones

una perspectiva crítica y de fundamentación acerca del derecho a desarrollarse humanamente y a tratar

humanamente a los demás en las dimensiones éticas, políticas y sociales de la convivencia. Las

implicaciones pedagógicas, normativas, de esta propuesta abarcan, por un lado, la enseñanza de los

derechos humanos como contenido cultural y conquista

histórica y, por otra , la elaboración de una teoría pedagógica de estos derechos que nos permitan conocer

más y mejor la educación. En este último caso no se trata sólo de enseñar estos derechos sino de

integrarlos en el concepto y la práctica educativa.

Para la UNESCO, la educación en la esfera de los derechos humanos tiene como finalidad:

a) Fortalecer el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales;

b) Desarrollar plenamente la personalidad humana y el sentido de la dignidad del ser humano;

c) Promover la comprensión, la tolerancia, la igualdad entre los sexos y la amistad entre todas las

naciones, las poblaciones indígenas y los grupos raciales, nacionales, étnicos, religiosos y lingüísticos;

d) Facilitar la participación efectiva de todas las personas en una sociedad libre y democrática.

e) Intensificar las actividades de las Naciones unidas en la esfera del mantenimiento de la paz.”

CAPITULO IV

4.1. CONCLUSIONES

Los DD.HH. deben ser para todos, incluso para los elementos que ataquen y vulneren los derechos del

individuo. Se hace necesario un consenso entre las fuerzas políticas de este país para enseñar en las

escuelas la importancia de los DD.HH. en nuestras sociedades, enseñar a los alumnos qué son y para qué

sirven los DD.HH. Hay que lograr puntos de encuentro para que la formación en ética y civismo de los

adolescentes no se convierta en caballo de batalla electoral.

Un educador debe difundir los DD.HH. entre el alumnado de todas las edades, pues nunca se es

demasiado mayor para aprender en valores y en los derechos que nuestros antepasados fueron ganando

poco a poco. Todo educador tiene que hacer una reflexión interna y preguntarse qué es lo que está

haciendo para mejorar la comunidad y el mundo en general. ¿Está enseñando a sus alumnos a ser mejores

personas y buenos ciudadanos, solidarios y tolerantes? Eso es lo realmente importante, llegar a la

conciencia de los alumnos.

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Otra de las características que se da entre la gente que presta más atención a los movimientos sociales y

que luchan por los DD.HH. es que gozan de una mayor sensibilidad hacia los débiles, hacia los

oprimidos, hacia los pobres, hacia los más desfavorecidos. Por lo tanto son más conscientes de las

injusticias que se producen alrededor suyo. Y puede actuar en consecuencia. Para que esas cualidades

sean absorbidas por nuestros jóvenes se antoja necesario que la escuela sea una gran formadora en

Derechos del Hombre y del Individuo. Necesitan ser formados para desarrollar esa sensibilidad.

Hay que hacerles comprender que todos los seres humanos son iguales y deben ser tratados con dignidad

y respeto, sin importar su origen, religión, sexo, afiliaciones, gustos, procedencias… Y deben ser tratados

humanamente, de una manera que nos hace humanos.

Por lo tanto hemos de enseñarles a comprender qué significan los DD.HH. y la importancia y lo costoso

de lograrlos, para que los alumnos se den cuenta del tesoro que tienen en las manos con el objetivo de que

no caigan en las garras de la intolerancia, del odio, del fanatismo, del sectarismo… Que sean capaces de

vivir en una sociedad libre y democrática respetando a los demás incluso cuando es diferente a nosotros,

pues todos somos seres humanos y merecemos ser tratados con dignidad y respeto. Hemos de superar

nuestras diferencias y pensar en lo que realmente nos une, todos tenemos unas vivencias, un pasado, una

familia que nos quiere, muchos sueños y anhelos… En definitiva sentimientos. Para eso los DD.HH. se

antojan clave Para sacar todo esto adelante. Pues los DD.HH. son construidos y reconstruidos por la

acción y relación humana.

4.2 Bibliografía

Arguello, P. A. (2012). Perfiles Educativos | vol. XXXIV, núm. 138, 2012 La educación en derechos humanos como pedagogía de la alteridad. Perfiles Educativos, XXXIV(138), 149_166.

Gil Cantero, F., & Jover Olmeda, G. (2009). La Educación en la ética de los derechos humanos. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Gil, C. F. (2000). La educación en Derechos Humanos en el sistema educativo. Tarhiya, 45-60.

Hervia, R. R. (2012). The Right to Education and Human Rights Education in International Context. Revista Latinoamericana de educación Inclusiva, 25-36.

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