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Confesiones. San Agustín. Alumna: Gartner Adriana Soledad. Materia: Derecho Político. Universidad Católica de Salta. 1 Año de Abogacía. Delegación Entre Ríos, Unidad Académica Puiggari Tutoría 015 Puiggari, 30 de Septiembre de 2009. 1

Monografia San Agustin

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Page 1: Monografia San Agustin

Confesiones. San Agustín.

Alumna: Gartner Adriana Soledad.

Materia: Derecho Político.

Universidad Católica de Salta.1 Año de Abogacía. Delegación Entre Ríos, Unidad Académica Puiggari Tutoría 015

Puiggari, 30 de Septiembre de 2009.

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BIOGRAFIA

Nació en el año 354 en Tagaste, ciudad de Numidia en África Romana. Su padre no era religioso y su madre fue “ejemplo de mujer cristiana”, ella fue quien le inculcó a Agustín el cristianismo.Poseía una inmensa imaginación y una gran inteligencia. Estudio letras y se inclino hacia la literatura.Durante su juventud se vio seducido a la idea de hacer teatro. Fue ahí también, en Cartago, que sobresalió en concursos poéticos y certámenes.Sus impulsos lo hacían caer en pasiones humanas y mundanas, poseía un espíritu sensual y mujeriego, pese a esto, nunca abandonó sus estudios. Es él mismo quien hace una dura crítica en cuanto a esta etapa de su vida en su obra Confesiones.En su búsqueda inagotable por encontrar la verdad fue migrando de escuelas y cuando cree encontrar la respuesta en el maniqueísmo, una charla con el obispo Fausto lo hace ver que no era así y se convierte al escepticismo.En el año 386 se dedica por completo al estudio del cristianismo. En el año 387 es bautizado, y decide regresar a África, pero antes de partir muere su madre a causa de una grave enfermedad.En el año 391, viajo a Hipona donde fue ordenado sacerdote y en el año 395 se consagro obispo.San Agustín muere en el año 430 durante una invasión de Genserico a África. Su cuerpo hoy descansa en la basílica de San Pietro in ciel d’oro, en Pavia.

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INTRODUCCION

Esta obra es una constante oración a Dios, el beato contempla la gran labor que El Creador hizo al convertirlo a la fe católica, y reconoce cada uno de sus pecados.Como vehemente cristiano, sacerdote y obispo, San Agustín explica su vida como un camino beneficioso en el cual Dios fue su único conductor hacia la verdad.“Las Confesiones” reseñan las pasiones humanas y terrenas del santo y del Maestro, son un relato de la vida en cuanto a sus sentimientos, lo que amo, tanto lo que aborreció. Revela su frágil condición humana, y como su ilusión atraviesa el duro camino del cansancio y el dolor, pero también conoce la serenidad que trae el fin de la tormenta.La idea central de esta obra no es mas que reconocer e idolatrar a Dios por su bondad infinita.

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DESARROLLO

Capítulo I

San Agustín comenta desde su fecundación hasta su infancia, relata que lo entendió a partir de lo que fue viendo de otros niños, cuando el ya era grande. Le pregunta a Dios por su origen, que era antes de ser fecundado, si existía o no. Alaba a Dios por su grandeza, que existe en todos lados y en todas las cosas, que Dios es tan grande que nada lo puede abarcar, y todo lo creado lo abarca. Le ruega a Dios que le diga que “él es su salud” , necesita que el señor le diga “Yo soy tu salvador” como una necesidad para seguir viviendo. Pide la limpieza de su casa que en realidad es su alma, y se pregunta porqué fue concebido en pecado y criado también en pecado, si el al nacer no había cometido ninguno. Luego empieza a relatar su infancia, de los pecados que cometía y los castigos que le imponían sus maestros. Se preguntaba porque era pecado jugar, y porque lo castigaban las mismas personas que jugaban, cuando estaban haciendo lo mismo que él (se refiere a hacer negocios, el juego de los mayores). Relata que en esta etapa de la vida aprendió de los mayores a invocar al Señor, y aprendió a sentirlo como un Ser Grande que podía oírlo y socorrerlo aún sin que lo viera. Siendo niño estuvo muy enfermo, al borde de la muerte. El había escuchado hablar de la vida eterna, y con su madre compartían esta idea, ella estaba a punto de bautizarlo por miedo a que no pudiera gozar si moría de la mencionada, pero afortunadamente se salvó, pero para desdicha de él no fue bautizado, el ansiaba mucho el bautismo, lo pedía fervientemente a la Iglesia. Su madre guardaba el bautismo para cuando el fuera más grande.En la época de estudiante de letras aprendió con más facilidad el latín que el griego y entendió que para aprender tiene más fuerza la libre curiosidad por aprender algo que le gusta a la persona y no por obligación, el dijo en su libro: “Ninguna persona que obra contra su voluntad, obra bien, aún cuando sea bueno lo que hace”.Habló del cuidado que ponen los hombres en cumplir las leyes de los hombre y descuidan las leyes de la salvación eterna impartidas por Dios.

Capítulo II

En este capítulo relata su época de estudiante en una ciudad llamada Madaura alejada de su ciudad natal Tegaste, en donde viven sus padres. Luego tuvo un año en el cual tuvo que dejar los estudios porque su familia no los podía solventar. Dice que estaba perdido en su juventud y alejado cada vez más de Dios, le plantea a Dios porque lo dejaba alejarse de esa manera de él y no le recriminaba los pecados que estaba cometiendo.Llevaba una vida de libertinaje a sus 16 años, se jactaba ante sus amigos de los pecados que cometía por el simple gusto de la soberbia. Su madre trataba de llevarlo por el buen camino, se da cuenta que el que le hablaba por intermedio de su madre era Dios, que le pedía que llevara una vida célibe, en cambio su padre festejaba la vida que llevaba, y el plantea porque no lo hacían casarse para terminar con esa vida, pedía que alguien lo ayudara a parar esa vida de lujuria que llevaba. Se arrepiente de haberse perdido y alejado del Señor, ya que junto a El hay descanso y vida eterna.Cuenta que su padre organizó un viaje para que el aprenda más a Cartago, a pesar de que no tenían dinero, y dice que no entiende porque su padre hacía semejante sacrificio, cuando otros padres más pudientes de su ciudad no hacían semejantes sacrificios por sus hijos.

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Capítulo III

Viaja finalmente a Cartago a estudiar, es el viaje que le compró el padre, allí dice que deseaba amar y aún no amaba, que odiaba la seguridad y llevar una relación adelante sin trampas y lazos, aunque ve que la necesidad verdadera de él en ese momento era Dios, aún no sentía esa necesidad.Le atraía irresistiblemente el teatro, y ver las penurias y miserias de las personas, que los actores reflejaban en el teatro. Se pregunta porque el hombre quiere ver estas cosas que en realidad no quisieran padecer. Se refiere al morbo, en donde el espectador goza sufriendo y el dolor es su deleite. Cuando uno sufre se le llama miseria y cuando se compadece a otros se llama misericordia, San Agustín se cuestiona ¿Qué clase de misericordia podemos sentir realmente en una escena imaginaria como en el teatro?. También relata que se aman las lágrimas y el dolor, a nadie agrada ser desgraciado y a todos les gusta ser misericordiosos. Cuando cae en los brazos de Dios, empieza a decir que tiene más compasión por un hombre que se complace por sus pecados que por quien sufre por verse privado de un placer pernicioso o por haber perdido una mísera felicidad. Además agrega que no es posible que exista una benevolencia malévola (envidia sana, por ej), de la misma manera que no puede haber personas que sea sincera y verdaderamente compasivo, que desee que haya personas miserables para compadecerse de ellos. Entonces puede haber algún dolor que se recomendable, pero nunca deseable. San Agustín dice que cuanto más dolor sufría, más deleite encontraba en esas cosas.En el curso de sus estudios se encontró con un libro de Cicerón llamado, Hortensius que es una exhortación a la filosofía. Este libro le cambió la visión de la vida, y lo proveyó de esperanzas nuevas y aspiraciones nuevas hacia el Señor. Todos los sueños anteriores que tenía se perdieron y dieron lugar a la ferviente ansiedad por la eterna sabiduría. Comenzó a levantarse para volver al Señor, no era el estilo, sino el contenido del libro lo que lo cautivó. Hacía ya dos años que había fallecido su padre, el tenía 19 años y su madre lo ayuda monetariamente, y el aduce a que la ayuda de ella iba dirigida a favorecer su cambio. El libro que había encontrado era de filosofía, el significado de esta palabra es “amor a la sabiduría” y esto es lo que lo cautivó, tener sabiduría, pero aún no le llamaba por completo la atención el Señor.Luego se encontró con las Sagradas Escrituras, pero su soberbia no le permitía que su mente embotada penetrara en su interior, a razón de esto se encuentra con unos hombres que hablaban del señor Jesucristo y del Espíritu Santo, pero solo de la boca para afuera, porque sus corazones estaban vacíos de verdad, aunque sus bocas dijeran que era verdad lo que predicaban, decían cosas falsas de Dios y de la creación de él. Estaba hambriento de sentir al Señor en él, por esto tomaba todo lo que predicaban y decían estas personas y filósofos, que le presentaban ilusiones con que la vista engaña al alma. Eran sueños, espejismos que estaban muy lejos de la realidad que se ve mediante el señor.Había personas embaucadoras que le preguntaba y él se sentía empujado a dar crédito a lo que le preguntabas estos sobre el origen del mal, si se podía tener como justos a aquellos hombres que tenían varias mujeres a la vez, mataban a otros hombre y sacrificaban animales vivos. No conocía nada de la verdadera justicia interior que juzga por la costumbre, sino de acuerdo a la ley rectísima de Dios todopoderoso. Una ley que ha de conformar las pautas del comportamiento, de lugares y tiempos según esos mismos lugares y tiempos. Pero algunas personas se quejan de que hoy se les prohíbe hacer cosas que en tiempos anteriores se les permitía hacer a las personas. Entonces esto quiere decir que ¿la justicia es variable y mutable?. No, sino que los tiempos que rige y preside no son siempre los mismos, pues su naturaleza es variable. “Respecto a las ofensas contra los códigos de conducta humana, también se han de evitar de acuerdo a esos mismos códigos. Con ellos se evita que la relación mutua de pueblos y naciones- fundada en la costumbre o en la ley- se rompa por capricho de cualquier ciudadano o forastero, pues toda parte que no se acopla al todo resulta deforme”, se menciona el concepto de que las ordenes impartidas por los reyes o llevado a la modernidad, los gobernantes, deben ser cumplidas y

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obedecidas. Estos tienen el poder de impartir ordenes que no sean en contra del bien común de la comunidad, si se llegara a dar esto lo que se lograría es que la comunidad en general las desobedezca. La ley fundamental de toda sociedad es obedecer a sus reyes o gobernantes, y ellos tienen la potestad de crear nuevas leyes si no existían. La obediencia en todo el mundo se plantea por rangos, siempre se obedece al de mayor rango y luego al subalterno del rango que le sigue, pero sobre los reyes el que debe ser obedecido y antepuesto a ellos es Dios.Los delitos se cometen por el solo gusto de hacer daño a otra persona, ya sea por envidia, para tener más bienes, para tener más riqueza de la que ya se tiene, etc.; pero los pecados contra la naturaleza del hombre son cuando los hombres los cometen contra sí mismos, pues aunque pecan contra Dios, corrompen y pervierten su naturaleza ya sea haciendo mal uso de las cosas permitidas, deseando con ansia las cosas no permitidas, o bien el otro delito es enfurecerse contra Dios.

Capítulo IV

San Agustín ya tiene 28 años y vive con una mujer, pero no está casado. La vida con esta mujer le hizo ver la diferencia entre el matrimonio y el concubinato. El primero estaba dirigido a la generación de los hijos y en el concubinato los hijos nacen contra el deseo de los padres.Había en aquella época personas que realizaban sacrificios de animales para alabar a los demonios, él no comulgaba con esta idea. En cambio se consideraba que el mismo se sacrificaba ante los demonios porque era supersticioso. Consultaba a astrólogos y matemáticos que no usaban para predecir, ni sacrificios de animales y no oraciones a los espíritus. Los astrólogos decían que la causa del pecado estaba predeterminada en los cielos y no podían escapar a ella, y que todo era obra de Venus, Saturno o Marte. Les hacían creer que el hombre está sin culpa y hacían recaer toda la culpa sobre Dios. En aquella época en que se dedicaba al teatro, fue a verlo un médico, del cual luego se hizo amigo. Luego de largas charlas el doctor se dio cuenta que era aficionado a los libros de astrología y trató que dejara de lado todo eso. La duda de San Agustín era porque los astrólogos a veces acertaban en lo que predecían, y el doctor le hizo ver que era pura casualidad y buena suerte el haber acertado, aparte le dijo que a veces leyendo una prosa de un poema se podía llegar a la conclusión de que responde admirablemente al asunto que trae entre manos aunque al componerlo el poeta pensara en cosas distintas.Vuelve desde Tegaste a Cartago, luego de la muerte de su mejor amigo, el cual lo dejó muy mal, sentía que el alma de él y la de su amigo eran una en dos cuerpos, y quizás esa era la razón de el de tener miedo a morir, porque no moriría del todo aquel a quien había amado tanto.Cuando llego a Cartago se encontró con otros amigos de él y trató de reemplazar lo que extrañada de su amigo muerto. En los diversos estudios por los que pasó en su juventud y en los diversos pensamientos que tenía, estos vagaban por las cosas materiales. Definió a lo bello como lo que por si mismo agrada a lo visto y lo optó como lo que se adapta. Luego paso al estudio de la naturaleza del alma pero las falsas ideas que tenia el sobre las cosas espirituales, le impedían ver la verdad. Su mente se apartaba de las cosas espirituales y se dirigía hacia las corpóreas. Amaba la paz que trae la virtud y odiaba las discordias que procede al vicio.Los crímenes contra los hombres se comenten cuando las emociones que nos empujan a obras se enturbian y se revelan sin control. A su vez los pecados y torpezas se producen cuando el alma deja de gobernar los impulsos. Si la inteligencia emocional se corrompe, se envenena la vida con ideas erróneas y falsas. La mente no es la esencia de la verdad.

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Capitulo V

Tenia 29 años de edad y llegó a Cartago un Obispo maniqueo llamado Fausto, quien era muy admirado por toda la gente, y él se incluía entre uno de ellos, pero a esta altura ya sabía distinguir entre la verdad y la simple elocuencia. Dios les da los dones de inteligencia y el ingenio para que las personas que se dedican a la investigación de los astros, descubrían muchas cosas de ellas, pero él se acerca a los humildes de corazón y no a los soberbios, dentro de los cuales se encuentran estos hombres (astrólogos), dice San Agustín que estos hombres cambian tu verdad por su mentira, adornando y dando culto a las criaturas en lugar del creador”. “¡Desdichado el hombre que se sabe todas las cosas del universo y no te conoce a ti! ¡Dichoso, en cambio, el que te conoce, auque las ignore a todas!” “El hombre que te es fiel posee todas la riquezas del mundo, pues confía en ti, a quien todas las cosas sirven. No temiendo nada es dueño de todo”.Luego de haber conseguido hablar con Fausto, fuera de la secta de los maniqueos, se dio cuenta gracias a la humildad de Fausto en reconocer sus limitaciones ate los interrogantes de San Agustín, que comenzó a aflojar su lazo con que estaba apretado por los problemas que le preocupaban.San Agustín enseñaba literatura a los estudiantes de Cartago lo realizó por 9 años, pero decidió irse a Roma a enseñar, por el hecho de que a los estudiantes de Cartago se le permitía irrumpir en clases que fueran en las que estaban inscriptos, y eran admitidos sin el permiso del maestro, en cambio, en Roma no podían hacer estas cosas, había una disciplina mas severa, los jóvenes eran mas tranquilos. Llega a la conclusión de que el Señor lo empujó a ir a Roma para salud de su alma.Cuando llegó a Roma se enfermó gravemente y estuvo al borde de la muerte, pero aún así, a pesar del peligro que corría, no deseaba e bautismo. El pensaba que el señor tenía figura humana y un cuerpo configurado por límites igual que el cuerpo humano. Cuando trataba de pensar en Dios, solo lo hacia en términos de sustancias corpóreas. Al igual que el mal, a este se lo imaginaba como una masa deforme y negra. De este principio erróneo que el tenia se derivaba las otras creencias sacrílegas de el. Le era imposible concebir nada que no fueran cosas naturales, el bien y el mal como dos pausas. Surgió una oportunidad para San Agustín, cuando el Prefecto de Roma recibió una petición de Milán para que le enviaran un profesor de retórica.El solicito este lugar y cuando llegó a Milán fue a ver al Obispo Ambrosio, un hombre señalado entre los mejores del mundo y fiel servidor del Señor. A medida q lo iba escuchando en sus oratorias, se fue dando cuenta de que todo lo decían maniqueos se podía refutar mediante el catolicismo.Sin estar muy convencido por esto, decidió dejar la secta de los maniqueos y convertirse en catecúmeno, al menos hasta ver una luz mas clara que le guiaran sus pasos.

Capitulo VI

Para esta época su madre se había ido nuevamente a su lado y él le confesó que no era cristiano católico, pero tampoco maniqueo. Ella por su parte para ayudarlo a que se definitivamente se convirtiera fue a llevarle ofrendas a los sepulcros de los mártires, pero el obispo había prohibido ofrendas ya q se asemejaba a los rituales de los paganos y ella lo aceptó sin generar problemas. San Agustín se negaba a ser curado y resistía su tratamiento espiritual, porque era el Señor el que preparaba y daba la medicina de la fe, el Señor es el que hizo que el remedio fuera eficaz para todas las enfermedades del mundo. A partir de ahora comienza a creer más en la doctrina católica. Por más que lo que le explicaran no se pudiera demostrar con pruebas como hacían los maniqueos mediante la ciencia, él lo empezó a creer.En definitiva algunos hechos mostrados por los maniqueos, finalmente no podían ser demostrados por ellos, eran solo fábulas y un sin fin de cosas absurdas. El Señor le demostró que lo mismo pasa con historias de pueblos que se van

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pasando de generación en generación y no necesariamente para creerlas las tendría que haber visto o comprobado.Cuando llegó a Roma se había encontrado con Alipio, amigo y alumno de San Agustín. Se fue junto a él cuando se trasladó a Milán. Allí ejerció un tiempo el derecho, y estando en Roma, había estado como asesor del encargado de los fondos públicos, y coincidió con un Senador que era conocido por que muchas personas le debía favores y a otros los tenía amenazados. Este senador se enfrentó a Alipio cuando sirviéndose de su poder quiso hacer cosas contrarias a las leyes. Le prometió dinero a Alipio y este lo rechazó, luego le dirigió amenazas y se burló de ellas. Todas las personas estaban asombradas y admirados por la entereza y honestidad, y por la valentía de hacer frente a una persona tan conocida y que tenía infinitos métodos para hacer el mal y el bien a otros.Alipio más adelante se transformaría también al cristianismo.Otros de los amigos que estaban con él era Nebidio que al igual que San Agustín y Alipio, estaban hambrientos de verdad y sabiduría, y esperaban que el Señor les diese la comida en el momento oportuno. A San Agustín le surgió la necesidad de casarse, consiguió que se le diera la mano de una muchacha, pero tenía que esperar dos años a que ella cumpliera la edad necesaria para contraer matrimonio. En el transcurso de esos dos años la mujer con la que compartía el lecho lo abandonó y se volvió al África, dejándole el hijo natural de ambos.

Capítulo VII

San Agustín pensaba que todo aquello que no tiene dimensiones en el espacio, no es absolutamente nada. Se dedica en este libro, a la búsqueda del origen del mal. No puede entender que si Dios fue el creador de todo el universo, ¿de que manera se generó el mal?, ¿hubo alguna imperfección en la materia? Y si Dios es tan poderoso ¿porque no evitó que el mal naciera?, y así infinidad de preguntas sobre el origen del mal. Finalmente vio que el mal no era una sustancia, sino la perversión de la voluntad cuando se aparta de ti. Le llegaron a sus manos unos libros de los Platónicos, traducidos del griego al latín, mediante los cuales pudo concebir a Dios como ser espiritual.Paso a paso los pensamientos de él fueron ascendiendo desde la consideración de las cosas materiales al alma.Buscaba la forma de conseguir la fuerza para gozar de Dios, y no la halló hasta que abrazó al único mediador entre Dios y el hombre, que es Cristo Jesús, que fue hombre también, el cual nos llama y nos dice “YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA”.Dios dejó que primero llegaran a sus manos los libros platónicos para que luego leyera las sagradas escrituras y no las despreciara. Empezó leyendo con gran ansia las escrituras de los apóstoles, y comenzó con el apóstol Pablo.

Capítulo VIII

Acudió a Simpliciano que era un hombre ya viejo, pero que desde su juventud había seguido al señor. Simpliciano era el padre espiritual de Ambrosio, ahora devenido en obispo. Le contó el proceso de sus errores y le dijo que había leído algunos libros de los platónicos por lo cual se alegró, ya que otros libros estaban llenos de mentiras, en los platónicos sin embargo se insinúa constantemente a Dios y su verbo.Simpliciano le habló de Victorino que era un anciano doctísimo y había participado activamente de los rituales sacrílegos romanos. Este anciano se volcó a la lectura de las Sagradas Escrituras y con todo interés investigaba y escudriñaba todo lo referente a la literatura cristiana. Le decía a Simpliciano que ya era cristiano, y este le decía que hasta que no lo viera en la Iglesia, no le creería, a lo que

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Victorino le contestaba que para ser cristiano no se necesitaba ir a un lugar con paredes. La iglesia era todo, pero sin embargo, tras esto no se sentía cristiano porque no tenía el valor de enfrentar a todos sus seguidores y decirles que se había transformado al cristianismo. Es por eso que un día tuvo la voluntad y le dijo a Simpliciano que lo acompañara a la Iglesia que se quería hacer cristiano. Instruido en los primeros ministerios de la fe fue Bautizado para sorpresa del pueblo romano y alegría de la Iglesia.San Agustín se quería transformar pero el yugo de las costumbres lo tenía atrapado. Era como si una parte de él quería transformarse al cristianismo, pero la otra parte en donde radicaban las cadenas que lo ataban a la vida terrenal, no lo dejaban.Un día apareció Ponticiano en su casa y termino contándole historias de cristianos que le generó una gran lucha interna y de reproches porque le costaba tanto dejar de lado las costumbres y dedicarse a Dios, lo tenía decidido, pero hasta el momento estaba como adormecido, y aquí se generó una gran batalla en su interior, pero nuevamente venció la comodidad y las cadenas de sus costumbres que lo ataban al mal.Finalmente logró convertirse al cristianismo cuando escucha la voz de un niño o niña diciéndole “ve y lee” entonces abre las escrituras en cualquier lugar y leyó las Epístolas de San Pablo en donde decía: “Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujurias y desenfrenos, nada de rivalidades y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupeis de la carne para satisfacer sus concupiscencias”. Se transformó definitivamente y todas sus dudas desaparecieron.Junto a él se dio la transformación de Alipio, su gran amigo, que ya venía llevando una vida más adecuada al cristianismo.

Capítulo IX

En este capítulo se genera el relato luego de que se efectuara la transformación en su interior. Buscaba una excusa para dejar de dar clases luego de la primavera, solo faltaban 3 semanas para terminar el período. Hacía un tiempo que le había empezado a doler el pecho y le costaba respirar y hablar en las clases, por esto tomó como excusa eso para no seguir dando clases, de lo que ahora el consideraba charlatanerías. Cuando se retiró se fue a vivir a la casa de campo de Verecundo, que estaba casado con una mujer cristiana, pero él estaba muy angustiado porque los lazos que tenía con las costumbre le impedían convertirse como lo habían hecho ellos al cristianismo, al igual que su esposa.Luego de que se fueran a Roma, Veracundo cayó muy enfermo y falleció, no sin antes recibir en el lecho de muerte al señor, San Agustín esperaba que el Señor lo tuviera en su gloria, ya que había sido un hombre muy bueno.Durante esas vacaciones en la casa de campo de Veracundo, a Agustín le afectó un gran dolor de muelas que le hacía imposible hablar, comer etc. Agustín pidió que oraran por el, y ante la sorpresa, el dolor desapareció inmediatamente.Cuando terminó la fiesta de la Vendimia les avisó a los milaneses que buscaran otro profesor porque el se retiraría, asimismo escribió al obispo Ambrosio para que le indicara que escrituras tendría que empezar a leer primero, y este le contestó que leyera el profeta Isaías, porque este preanuncia el Evangelio y la vocación de los gentiles, pero como no entendió los primeros capítulos, lo dejó de lado para más adelante y para cuando estuviere más ejercitado en las divinas letras.Cuando estuvo preparado para el Bautismo, dejaron la casa de campo y se dirigieron a Milán. Alipio, su gran amigo, fue con él, quien también quería ser revestido por el sacramente del bautismo al mismo tiempo. Fueron acompañados por Adeodato, el hijo de San Agustín, que había tenido hacía quince años ya, con la mujer que lo abandonó y se fue al África, pero el Señor se lo arrebató de su lado a una corta edad, pero con la tranquilidad de que fueron bautizados.Cuando se fue a Milán, un año antes de que el llegara había comenzado una persecución hacia el obispo Ambrosio por parte de Justina, madre del emperador Valentiniano que todavía era niño, favoreciendo a los herejes arrianos.

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Por esta época se comenzó a cantar en las Iglesias, salmos e himnos para que el pueblo no se aburriera de tedio y tristeza. Los creyentes se mantenían alertas para proteger a Ambrosio, fue entonces cuando por medio de una visión el Señor le reveló a Ambrosio el lugar en donde estaban ocultos los cuerpos de sus mártires Gervasio y Protasio y con esto el señor logró reprimir la rabia de la emperatriz, porque una vez descubiertos fueron trasladados con la pompa debida hasta la basílica ambrosiana. En el camino los cuerpos de los mártires realizaron infinidad de curaciones y hasta le devolvieron la vista a un ciego, esto hace que por los comentarios del pueblo, la furia de la emperatriz se viera aplacada.Muere su madre Mónica a los 56 años de edad, cuando él tenía exactamente 33 años, en el momento del fallecimiento de ella su hijo Adeodato rompió en llantos, pero le dijeron que su abuela no merecía morir en medio de sollozos y gemidos, con los que muchas veces se suele lamentar la miseria de los que mueren en total extinción.La madre se llamaba Mónica y el padre Patricio, tenía dos hermanos, una mujer y un varón.

Capítulo X

Relata la confesión de él ante el Señor, que dice la hace en forma callada y también en voz alta. Su lengua calla y su corazón es un clamor, no puede decir una palabra buena a los demás hombres sino las ha oído antes del Señor, y el señor no podría oírlas de San Agustín si antes no se las hubiera dicho.Las confesiones de sus pecados pasados (que el señor perdonó y los cubrió con un velo) cuando se leen o se oyen, despiertan los corazones para que no duerman en la desesperación y diga “No Puedo”, antes, al contrario le despiertan al amor de la misericordia y a la dulzura de la gracia de Dios, por la que cada uno de nosotros nos hacemos fuertes, pues nos hacemos conscientes de la propia debilidad.Estas confesiones fueron escritas para que las personas se acerquen al señor. Confiesa lo que sabe de él y también lo que no sabe, iluminado por Dios.Los hombres pueden percibir lo invisible de Dios desde la creación del mundo a través de sus obras, pero les esclaviza su amor por ellas y, una vez esclavos, son incapaces de juzgar. La belleza habla a todos, pero únicamente la captan los que comparan este mensaje recibido por los sentidos exteriores con la verdad interior.Dios es la vida de la vida del alma. Para trascender, pues esa era la naturaleza de él, para poder llegar al creador, el primer paso es el de la memoria en donde se almacenan innumerables y variadísimas imágenes acarreadas por los sentidos. Todo está almacenado en forma concreta y por su propia categoría.Pueden ser traídas y recordadas cuando fuera necesario, pero cada una de ellas entra por su propia puerta para ser almacenadas. No son las cosas que sentimos las que quedan grabadas en la memoria, sino sus imágenes, siempre dispuestas a presentarse a la llamada del pensamiento que las recuerda.La fuerza de la memoria es grande y prodigiosa, es un inmenso e infinito santuario, es una potencia del alma que pertenece a la naturaleza del hombre.Aprender las cosas (cuyas imágenes no captamos a través de los sentidos) equivale a verlos interiormente en sí mismas tal cual son, pero sin imágenes. El alma retiene también las pasiones del alma, pero no de la misma manera que están en ellas cuando las padece, sino de una manera muy distinta, tal cual conviene al poder mismo y propio de la memoria, pues aunque una persona no esté alegre, puede recordar la alegría pasada, puede recordar temores sin estar actualmente pasándolos, pero si haberlos pasado. Así es que nada tiene de extraño que estando alegre uno se acuerde del dolor pasado del cuerpo., pero la dificultad está en que el alma y la memoria son una y misma cosa, cuando se manda a aprender algo de memoria se dice “guarda esto en el alma” y cuando nos olvidamos de algo decimos “se me fue del alma” o “no estuvo en mi alma”.Cuando San Agustín dice que son cuatro las pasiones que perturban al alma – deseo, alegría, miedo y tristeza – lo saca del alma, cuando el evoca estas pasiones, dice que ya no le perturban el alma, porque si cada vez que quiere

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hablar alguien de estas pasiones, tuviera que experimentarlas y no solo recordar los momentos, nadie hablaría de ella. Pero tampoco podríamos hablar de ellas sino hubiera sido porque el alma las confía a la memoria.San Agustín se pregunta “¿Cómo, pues, te puedo buscar, Señor? Porque cuando te busco a ti, Dios mío, estoy buscando la vida bienaventurada. Te buscaré, pues, para que mi alma viva, porque si mi cuerpo vive de mi alma, mi alma vive por ti. ¿Cómo, pues, he de buscar la vida feliz? Pues no la he de poseer hasta que pueda decir: Esto es lo que yo buscaba. Aquí está.” La vida feliz es, ciertamente, aquella que todos desean sin que haya nadie que no lo desee. La felicidad están en nosotros aunque no sepamos cómo. Hay gente feliz, porque ya han encontrado el estado de felicidad, y están las otras personas que son felices solo porque esperan conseguirla. Él no entiende como la han conocido, y se esfuerza en saber si reside en la memoria, y si es así, el llega a la conclusión de que ya hemos sido felices alguna otra vez. La felicidad no se puede ver con los ojos, no es objeto corporal. La vida feliz es el gozo en la verdad, y gozarse en la verdad es gozarse en el Señor. Esta es la felicidad que todos buscan, todos la desean, todos quieren el gozo en la verdad. En gran parte de este capítulo relata las diversas tentaciones por las que tiene que pasar y que solamente gracias a la ayuda que Dios le presta puede hacerles frente. Día tras día somos tentados, y acepta al hijo de Dios, Cristo Jesús como el único mediador entre Dios y los hombres. Dice una gran verdad y es que si el verbo de Dios no se hubiera hecho carne y habitado entre nosotros, le habrían juzgado con razón alejado de la naturaleza humana y habríamos perdido toda esperanza.Le pide a la gente que rece para que no lo sigan tentando las costumbres de la tierra, y por su conversión, ya que muchas veces se vio tentado a las cosas banales de la tierra y le costaba mucho y luego se arrepentía profundamente por su voluntad floja, para seguir al Señor, pero termina el capítulo poniéndose en manos de Dios, quien fue quien le animó y lo detuvo diciéndole:”Cristo murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”.

Capítulo XI

Tratará de explicar como fue la creación: dijo Moisés “en el principio hiciste el cielo y la tierra”, no los hiciste como el artesano que modela un cuerpo de otro según su libre albedrío, ¿de donde poesía proceder aquella materia que tú no habías creado, para poder hacer algo con ello? ¿puede existir algo si no es porque tú existes?. Por lo tanto “hablaste tu y fueron hecha las cosas”, con tu palabra las creaste. Todo lo que comienza a existir, allí comienza y allí acaba donde se percibe que debió comenzar o que debió acabar en la razón eterna, en la que nada empieza o acaba. La eterna razón es la palabra de Dios, que es también el Principio que nos habla.¿Qué hacía Dios antes de crear el cielo y la tierra? Dios hizo todos los tiempos y era antes de todos los tiempos. Por consiguiente no hubo un tiempo en que no había tiempo. El mismo tiempo es obra de Dios, no hubo ningún tiempo en que no hiciera nada. Se atreve a decir que sabe con certeza que si nada pasara no habría tiempo pasado. Y si nada existiera, no habría tiempo presente. Que los hombres sepan que no hay tiempo ni criatura alguna que sea coeterna contigo, aunque alguna criatura esté por encima del tiempo.

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Capítulo XII

“Hiciste el cielo y la tierra, pero nos los hiciste de tu propia sustancia- pues serían iguales a tu unigénito y, por consiguiente, iguales a ti mismo. Y algo que no es de tu sustancia no sería justo que fuese igual a ti.Primero se hizo el cielo y la tierra, pero este era el cielo de nuestro cielo, ya que el tercer día creó el firmamento para separar las aguas. La tierra que hizo antes del primer día era una tierra caótica y vacía y las tinieblas reinaban sobre el abismo, de esta tierra habría de hacer todas las cosas de que consta y no consta este mudable mundo en el que aparece la misma mutabilidad. En esta misma mutabilidad se siente y se mide el tiempo, porque el tiempo se forma de las mutaciones de las cosas, y por el cambio y variación de sus formas, cuya materia es la tierra que hemos llamado antes caos.

Le pide a Dios que le de a conocer las escrituras. Se volvió hacia ellas, y se quedó a oscuras; pero aun desde ellas, estuvo enamorado de Vos. Descarriado anduvo, y se acordé de Vos. Oyó tu voz detrás de el, para que volviese, y a duras penas la oyó por los tumultos de sus alborotadas pasiones. Pero ahora abrasado y anhelante, vuelve a su fuente. Dice que nadie le estorbe: beberá y vivirá de ella. No sea el su propia vida; vivió malamente, la muerte fue para él, y en Dios torna a la vida. Pide que Dios le hable, pide, puso su fe en las escrituras las cuales contienen profundos misterios.El Señor le dijo que el es eterno, que es el único que tiene inmortalidad, porque con ninguna forma ni movimiento se muda, ni con los tiempos varía su voluntad, puesto que no es inmortal la voluntad que ya es una. Esto lo veo claro en la presencia de Dios, y le suplica que se le esclarezca más y más, y en este conocimiento permanezca el humilde debajo de sus alas. También le dijo el Señor, que todas las naturalezas y sustancias que no son lo que son Dios, y que, sin embargo, Dios las hizo; y que solamente no procede de Dios lo que no es; y tampoco el movimiento de la voluntad que se aparta de Dios, el movimiento es delito y pecado. Y que ningún pecado de nadie daña a Dios, ni perturba el orden de su imperio ni en lo sumo ni en lo ínfimo. “Que entienda el alma, cuya peregrinación se ha prolongado, si ya tiene sed de ti, si ya sus lágrimas han llegado a ser su pan, en tanto que le dicen cada día: ¿Dónde está tu Dios? (Ps., 43, 3): si ya una sola cosa os pide, y esta sola reclama: morar en vuestra casa todos los días de su vida (Ps., 26, 4) –y ¿cuál es su vida, sino Vos?, y ¿cuáles nuestros días, sino vuestra eternidad, como vuestros años que no fenecen porque sois siempre el mismo? (Ps., 101, 28)–“ Que entienda el alma, pues, que sea capaz, cuán superior te hace a todos los tiempos tu eternidad. Esto lo ve claro en Tu presencia, y te suplica que se le esclarezca más y más.Otros pueden decir que la expresión “cielo y tierra” pueden significar propiamente la naturaleza tanto visible como invisible, por tanto en estas dos palabras quedan comprendidas todas las obras de la creación, es decir todo lo que Dios hizo en su sabiduría, o lo que es lo mismo en un principio. Cabria otra lectura de las palabras “en el principio creó Dios el cielo y la tierra” con los nombres cielo y tierra no se hace referencia a los seres ya perfectos y formados, se apunta al comienzo elemental de las cosas, a la materia todavía informe, pero capaz de recibir una forma, principio de la creación. En estos dos nombres existía ya todo cuanto ahora está dispuesto por su propio orden y que llamamos cielo y tierra: el cielo, la creación espiritual; la tierra, la material.

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Capítulo XIII

En el principio de la creación Dios dijo: “haya luz, y hubo luz”. Estas palabras se han de entender propiamente referidas a la creación espiritual, que tenía ya una cierta vida que había de iluminar Dios. Pero así como antes no habían merecido de Dios la vida capaz de ser iluminada, de la misma manera no pudo merecer de él, el ser iluminada, una vez que ya tenía la vida. Ni en su estado informe le hubiera agradado de no haberse convertido en luz. Y se convirtió en luz no por el hecho mismo de existir, sino intuyéndola y uniéndola a ella. De esta manera debe a la gracia de él y solo a ella el vivir y felizmente, convertida, por medio de un proceso mejor, en algo que no puede cambiarse ni a mejor ni a peor. Y esto es él, porque solo él es la simplicidad absoluta. El vivir de Dios no es distinto de vivir felizmente, porque él es tu propia buenaventuranza.La voluntad de Dios es incorruptible e inmutable, y se cernía sobre la vida que había creado y para la que no es lo mismo vivir, que vivir felizmente, pues vive aún flotando en su oscuridad. Para conseguirlo tiene que volver a aquel que la ha creado, tiene que vivir más íntimamente unido a la fuente de vida y ver la luz de su luz, y perfeccionarse y recibir la luz y ser feliz.Ha dicho en los últimos capítulos muchas cosas del cielo, del cielo y la tierra caótica y vacía, así como del abismo de tinieblas, en su relación con la creación espiritual, que carente de forma se movía en una errante fluidez. Y de esta forma hubiera permanecido sino hubiera vuelto a Dios, de quien había recibido aquella especie de vida. Al hablar de estas cosas, empleó la palabra de Dios que las hizo para designar al Padre, y el Principio en que las hizo, para designar al hijo. Y creyendo como creía que Dios es Trinidad, siguió buscando en sus sagradas palabras y encontró que tu Espíritu se “cernía sobre las aguas”. Esta es pues la Trinidad, Dios es: Padres, Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas.De no haber creado la luz, el mismo cielo del cielo, abandonado así mismo, habría sido un abismo tenebroso. Ahora en cambio, es luz en el Señor.Los hombre discuten y forman peleas, pero nadie llega a su contemplación más que en la paz. San Agustín anhela que los hombres consideraran en su interior tres cosas, que si bien son diferentes de la santísima Trinidad, pero les sugiere que lo tomen como ejercicio mental y que prueben y que van a ver la diferencia.Estas tres cosas son: el ser, el conocer y el querer. Se pude decir: yo soy, yo sé, yo quiero. Soy un ser que conoce y quiere. Conozco que soy y quiero. Y quiero ser y conocer. Entonces que vea quien pueda que en estas tres cosas está la vida, una la mente y una la esencia.Así como Dios es un ser perfecto, de la misma manera solo él tiene un conocimiento perfecto. Porque su ser es inmutables, su conocer es inmutable, y su querer inmutables. Su ser conoce y quiere inmutablemente y su querer es y conoce inmutablemente. Por eso el alma es “como una tierra que tiene sed de Dios” porque así como no puede iluminarse a si misma tampoco puede saciarse de si misma. Y así como en el está la fuente de la vida, así en su luz veremos la luz.El Señor pide que nos transformemos, que hagamos el bien, que hagamos lo justo para que crezcan frutos saludables en la tierra árida, y que nos transformemos en lumbreras en el firmamento para poder propagar la palabra de Dios y darla a conocer a todos los pueblos, por obra de los santos los misterios de Dios fueron deslizándose por todo el mundo para poder bañar a los pueblos con el bautismo. De esta manera el señor bendijo el trabajo de los santos y lo multiplicó. El séptimo día no tiene ni tarde ni ocaso, porque Dios lo santificó para que durase eternamente. Así las personas ven las cosas que hizo Dios, porque existen, el señor les da la existencia porque las vemos, desde afuera se ve que existen y por dentro se ve que son buenas. En un tiempo se vio movido a obrar bien, pero solo después de que el corazón concibió el espíritu, pero antes de esto nos sentimos impulsados a obrar mal, alejándonos del señor. En cambio Dios nunca dejó de hacer el bien.

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“Y ¿Qué hombre podrá explicar esto a otro hombre? ¿Qué ángel a otro ángel? ¿Qué ángel a un hombre? a ti se ha de pedir, en ti se ha de buscar, a tu puerta se ha de llamar. Solo así se recibirá, así se hallará, así se abrirá la puerta.”

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Conclusión

El autor aborda el tema de las tentaciones como un obstáculo para alcanzar la virtud, y llegar a la “otra vida” junto a Dios, esta virtud, solo puede ser alcanzada en la vida terrenal.En Confesiones, San Agustín nos habla sobre la moral, sobre el bien, basándose en relatar su vida pecaminosa al alejarse de Dios. Es como una oración que eleva reconociendo sus pecados y agradeciendo lo que Dios realizo en su vida, convirtiéndolo a la fe católica.A lo largo de sus palabras, podemos diferenciar las malas elecciones, el mal juicio, y el mal uso de la libertad, que esta en cada una de nuestras decisiones y no en Dios.Él nos acerca de forma individualizada a cada una de las tentaciones, que es el punto central de la obra, contra las que hay que lidiar en forma constante, ya que son inherentes al cuerpo humano, tanto en lo físico como en lo racional, en ellas vemos la tendencia natural del hombre a obtener placeres y la voluntad en lucha para doblegarlas.Dios no puede mandarnos algo contrario a la naturaleza del hombre, ni a su propia naturaleza, ya que nos doto de voluntad, para tener la decisión correcta en nuestros actos, ayudados por el libre albedrío, el cual también se nos proporciono.

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BIBLIOGRAFIA

-Confesiones. San Agustín, Editorial Altaza. 1997, Musitu, Barcelona.

INDICE

Carátula…………………………………………………………………………...….Pág. 1Biografía…...…………………………………………………………………………Pág. 2Introducción…………………………………………………………………………Pág. 3Desarrollo. Capítulos I a XIII……………………..…………………………..Pág. 4 a 14Conclusión……...…………………………………………………………………..Pág. 15Bibliografía e Índice………………………………………………………………..Pág. 16

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