niuki_lengua indígena

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    Niuki arriba paulatinamente a su consolida-cin como proyecto de publicacin acadmi-ca y se congura como un rgano alternativo para

    la expresin y la diusin de las ideas, el debate y

    el anlisis con rostro e identidad.

    En este ejemplar reunimos una gama de

    trabajos de investigadores y acadmicos que yahaban emprendido este espacio de refexin.

    Algunos de ellos, como el del doctor Jos Luis

    Iturrioz Leza, con su escrito Etimologa de las pa-

    labras wisalika y huichol, realiza una propuesta

    al mismo tiempo que abre un debate sobre la ge-

    nealoga de estas expresiones. Cabe resaltar que

    en el II Encuentro de Especialistas de la Zona Norte

    de Jalisco y Sur de Zacatecas se instaur el Premio

    Tenamaxtle, como una orma de reivindicar el tra-

    bajo acadmico e investigativo de quienes de ma-

    nera desinteresada y con una pasin prounda hancontribuido al conocimiento de la regin Norte de

    Jalisco, y de manera particular a una de las comu-

    nidades culturales ms importantes del entorno,

    que es la wixarika. El primer Premio Tenamaxtle se

    le otorg al doctor Iturrioz Leza.

    El doctor Emilio Roger Ciurana nos presen-

    ta una refexin retrospectiva sobre la presenta-

    cin en un encuentro en la ciudad de Valladolid,

    Espaa, de su tesis doctoral ya en ormato de

    texto, sobre la obra del pensador rancs Edgar

    Morin, donde nos relata su experiencia con el

    enoque elaborado por este autor y el encuentro

    que tuvo con l, diez aos posterior a su primera

    publicacin (1997).

    La maestra Ma. Teresa Prieto Quezada

    comparte El ocio de investigar en el mbito

    educativo, en donde nos muestra las preguntas,

    dicultades y el tipo de procesos que se presentan

    en el desarrollo de la investigacin educativa, los

    aspectos vinculados con la construccin del objeto

    y su problematizacin. Tambin plantea de mane-

    ra muy interesante cmo en la trayectoria inves-

    tigativa y sus distintos momentos la complejidad,

    ms que la linealidad, es uno de los elementos que

    conguran el proceso.Tambin contamos con la valiosa contri-

    bucin del ingeniero Javier Ramrez Romo, quien

    nos presenta la resea del libro Entre mundos.

    Procesos interculturales entre Mxico y Espaa,

    escrito por dos guras importantes en el campo

    de la antropologa: Pedro Tom Martn y Andrs

    Fbregas Puig, texto que ue posible materializar

    a travs de la coedicin con El Colegio de Jalisco y

    la Diputacin Provincial de vila-Institucin Gran

    Duque de Alba, Espaa.

    Y en el mbito local, se reproduce un textoque recrea la manera como la Virgen del Rosario

    lleg a la comunidad de Santiago Tlaltelolco, en

    Colotln. De acuerdo con versiones de sus viejos

    habitantes, esto es lo que se ha podido reconstruir

    acerca de esta imagen, que provoca el mayor er-

    vor entre los habitantes de Santiago y de Colotln

    cada primer lunes de octubre, echa de la romera.

    El trabajo se acompaa con un ensayo otogr-

    co de Tonatiuh Figueroa, que ilustra adems otras

    pginas de la revista.

    Esperando, como siempre, disruten de los

    trabajos que les presentamos en esta cuarta apa-

    ricin de nuestra revista. Sean bienvenidos a este

    pequeo viaje de cultura y academia.

    Maestro Jos AlbertoCastellanos Gutirrez

    Rector del Centro Universitario del Norte

    Presentacin

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    N

    Maestro Carlos Jorge Briseo Torres

    Rector GeneralMaestro Gabriel Torres Espinoza

    Vicerrector EjecutivoLicenciado Jos Alredo Pea Ramos

    Secretario General

    Maestro Jos Alberto Castellanos Gutirrez

    RectorMaestro Jos Alberto Becerra Santiago

    Secretario AcadmicoMaestro Jos David Flores Urea

    Secretario AdministrativoMaestro Jos de Jess Quintana Contreras

    Director de la Divisin de Cultura y SociedadMaestro Benjamn Ramrez Moreno

    Director de la Divisin de Ciencia y Tecnologa

    Editor / Maestro Jos Claudio Carrillo NavarroAsistentes de edicin / Licenciado FranciscoVzquez Mendoza, Elizabeth Gonzlez Torres

    Comit Editorial / Doctor Jos Antonio Ramrez,Doctor Ricardo Prez Mora, Maestra Ma. Teresa

    Prieto Quezada, Doctora rika Julieta Vzquez

    Flores, Licenciado Francisco Vzquez Mendoza

    3699-2101 y 044-33-1395-7479

    [email protected], Jalisco

    Niuki/ Revista cuatrimestral de divulgacin acadmica y cultural.Centro Universitario del Norte. Kilmetro 191 carretera ederal

    nmero 23. Santiago Tlaltelolco, Colotln, Jalisco, Mxico.Telonos 01 [499 99] 21 33, 01 [499 99] 20 110, 01 [499 99] 22 467,

    01 [499 99] 22466 y 01 800 505 53 99. www.cunorte.udg.mxCorreo electrnico [email protected]

    ISSN: 1870-9613

    32 /Dossier: Extinciones en laSierra Madre Occidental

    Agustn del Castillo

    Fotograas: Marco Aurelio Vargas

    42 /De barrios a cuarteles. Lamodernizacin del espacio

    urbano de GuadalajaraMaestro Marco Antonio Delgadillo Guerrero

    50 /2007, 10 aos despusEmilio Roger Ciurana

    54 /El ofcio de investigMa. Teresa Prieto Quezada y Jo

    Claudio Carrillo Navar

    60 /Entre mundos. Procesointerculturales entre Mxico y Espa

    Javier Ramrez Rom

    1 /PresentacinMaestro Jos Alberto Castellanos Gutirrez

    4 /La misteriosa mujer y la imagen de la Virgen

    11 /Jvenes indgenas migrantes: losretos de la vida en un medio cultural

    Emma Ruiz Martn del Campo

    19 /Etimologa de las palabraswisalika y huichol

    Jos Luis Iturrioz Leza

    Imgenes de portada y dossier: Marco Aurelio VargFotograas de la Romera de la Virgen d

    Rosario de Talpa:Tonatiuh Figuer

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    octubre de 2005. Lleg la noche del domingo previo

    a la llevada de la Virgen, cargado de tres cmaras.

    En cuanto baj de su automvil, comenz a apretar el

    obturador. 24 horas despus, ya en el atrio del templo

    de Santiago Tlaltelolco, hizo la ltima imagen. Estos

    son los resultados.

    ::::::::::::::::

    Hace 208 aos, el 15 de mayo de 1799, la comunidad

    de Santiago Tlaltelolco se vio bendecida por el gran

    acontecimiento que marcara una nueva etapa en el

    ervor religioso de sus habitantes. Ese da el cielo nos

    tuvo un grato suceso, porque lleg a nosotros la ima-

    gen de quien a partir de ese da se convertira en nues-

    tra protectora, en nuestra condente, en nuestra du lce

    compaa, en nuestra reina, en nuestra patrona: laSantsima Virgen del Rosario de Talpa, quien extendi

    su manto protector y no slo protege a la comunidad,

    sino que dispers su bendito poder a todo el munici-

    pio, a todo el estado, a todo el pas.

    Del cielo baj mediante la presencia de una

    mujer con rasgos de india, ataviada con enaguas y un

    reboso azul, y entr por el camino principal de esta

    localidad habitada principalmente por chichimecas.

    Daba la impresin de que se senta dichosa y bende-

    cida por traer en sus manos el gran regalo que Dios

    mand a esta poblacin. Vena cubriendo la imagen,

    como temiendo que alguien se la arrebatara antes de

    cumplir su cometido de entregarla a las autoridades

    locales.

    De manera nerviosa, se dirigi a los prime-

    ros habitantes que encontr, con una voz dulce y

    apacible.

    Seora: Ustedes disculpen, me podran decir dnde

    vive la autoridad de esta comunidad?

    Vecina: La casa del seor scal, don Eusebio Luciano,queda por aqu derecho hasta llegar a la esquina, a un

    lado de la capilla.

    La seora se dirigi al domicilio de la autoridad.

    Seora: Es usted el seor Eusebio Luciano, autoridad

    de este lugar?

    La misteriosamujer y la imagen

    de la VirgenLa Virgen del Rosario de Talpa convoca cada ao a miles de eles, enuna celebracin que es motivo de esta. Con este texto presentamos

    las otograas de Tonatiuh Figueroa, que acompaarn la edicin

    La Romera de la Virgen del Rosario de Talpa, de lascomunidades de Colotln a Santiago Tlaltelolco, esuna de las tradiciones ms arraigadas en la regin. Se

    celebra el primer lunes de octubre. La romera, cono-

    cida coloquialmente como la llevada de la Virgen,

    es un motivo de celebracin amplia. Por la maana se

    lleva la imagen con e; durante el da se hace da de

    campo en la comunidad y hay juegos deportivos, y por

    la noche no altan los uegos pirotcnicos y el baile.

    Este texto ue parte de la representacin que sehizo en mayo de 2007 sobre la manera como lleg la

    imagen de la Virgen del Rosario de Talpa a la comuni-

    dad de Santiago Tlaltelolco.

    Las otograas que acompaan el material y

    parte de las que ilustran este nmero de Niuki ueron

    tomadas por el otgrao Tonatiuh Figueroa, quien

    acept con gusto la invitacin para venir a Colotln en

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    Don Eusebio: Este es el seor gobernador de Santiago

    Tlaltelolco, don Esteban Vzquez. Lo acompaan el alcal-

    de, don Mariano Runo, y el alguacil mayor, don Esteban

    Robles, as como el escribano seor Juan Toms.

    La Seora, en cada una de las presentaciones, slo

    hace una reverencia, asentando con la cabeza.

    Narrador: Una vez en presencia de las autoridade

    ante un numeroso grupo de vecinos, la Seora hab

    de esta suerte:

    Seora: Seores, ustedes me dispensarn la impoltic

    ms he de hacerles saber que mi visita no tiene o

    encomienda que entregar a su templo y a todos

    Don Eusebio: A sus rdenes seora, yo soy el scal de

    este pueblo, pero el gobernador, que es la mxima au-

    toridad, es don Esteban Vzquez, y otros tres vecinos

    ormamos el gobierno de esta localidad.

    Seora: Le suplico hacer venir al seor gobernador y

    dems miembros de la autoridad local, as como a los

    vecinos de esta comunidad, ya que traigo una enco-

    mienda de mucha importancia para ustedes y es ur-

    gente hacerla de su conocimiento para poder cumplir

    mi delicada misin.

    Don Eusebio: Se puede saber de qu se trata,

    seora?

    Seora: Imposible decrselo, seor scal, el ordena-

    miento ha sido que lo haga saber en presencia de au-toridades y habitantes de esta localidad.

    Don Eusebio se dirige a uno de sus trabajadores.

    Don Eusebio: Jacinto, hgame avor de venir!

    Jacinto: Mande ust, seor patrn.

    Don Eusebio: Vaya a avisarle a don Esteban Vzquez,

    a don Mariano Runo, a Esteban Robles y a don Juan

    Toms que es urgente su presencia en esta casa, por-

    que tenemos una visitante muy especial que les quiere

    hablar. De paso, avsele a don Maximino que haga re-

    picar las campanas para que se acerquen los vecinos

    de la comunidad.

    Jacinto sale apresuradamente para cumplir la orden de

    don Eusebio.

    Don Eusebio: (Rerindose a la seora.) Tenga la bon-

    dad de sentarse, mientras llegan las autoridades y los

    vecinos.

    Don Eusebio: (Retirndose y en actitud de incertidum-

    bre y dando la espalda a la seora.) Quin ser esta

    seora, de dnde vendr, quin la envi, cul ser su

    misteriosa encomienda? No ser una charlatana que

    viene a burlarse o a estaar a los vecinos de este pue-

    blo? Qu esconde con tanto recelo bajo ese manto?

    Sin embargo, mi corazn me dice que debo conar

    en ella.

    Se escucha el repique de las campanas llamando a la

    gente. Durante el repique van apareciendo las autori-

    dades y, cuando dejan de sonar las campanas, se hacen

    las presentaciones.

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    Gobernador: (dirigindose a la multitud.) Ordeno

    que todos los eles acompaemos esta imagen de la

    Virgen a nuestro templo, en el que nos honrar con su

    dulce compaa y en el cual debe ser venerada por to-

    das las generaciones al paso de los siglos! Caminemos

    pues juntos con rumbo a su altar.

    Los danzantes se empiezan a acomodar, pues irn al

    rente del desle. Enseguida camina la Seora, rodeada

    de autoridades, con la imagen, detrs de ellos el coro y

    despus los eles rezando el Santo Rosario.Se le da una

    vuelta a la manzana. Se llega al atrio y antes de que la

    imagen entre al templo, le dan la bienvenida dierentes

    personajes con versos y orendas.

    El primero es un nio:

    Nio:

    Bendito sea el da

    bendita la hora

    en que t has llegado,

    bendita seora.

    Jvenes:

    Bienvenida seas a esta tu casa.

    Bendice y protege la juventud

    que hoy te recibe llena de esperanza

    y te pide siempre bienestar y salud.

    Matrimonio:

    Oh, dulce patrona, oh, dulce Mara,

    las amilias gozan al verte llegar.

    Mantenlas unidas y siempre devotas

    que el Rosario juntas aprendan orar.

    Anciano:

    Una vejez digna, en paz y armona,

    pedimos nosotros, oh, seora ma.

    Hoy te recibimos llenos de alegray a Dios damos gracias, oh, Virgen Mara.

    Proesor:

    Ah, qu gran regalo nos mand el Seor.

    Hoy la celebramos con mucho ervor.

    No es casualidad que esta misma echa

    tambin estejemos al educador.

    tedes (descubriendo la imagen) esta imagen de Mara

    Santsima del Rosario de Talpa

    Al descubrir la imagen de la Virgen y presentarla a

    todos, las autoridades y la gente se postran ante ella

    en seal de respeto y devocin. Se oyen expresio-

    nes de alabanza como Alabado sea el santsimo!,

    Bienvenida seas madre del cielo!, Virgen Santsima

    del rosario!.

    Seora:(contina.) a la que espero desde hoy y en

    lo sucesivo le tengan gran veneracin, pues su devocin

    har que ella los colme de bendiciones, los proteger a

    ustedes y a sus descendientes, les ayudar en sus tra-

    bajos y colmar de inolvidables benecios, tal como lo

    experimentarn en breve tiempo. Es todo cuanto tengo

    que decirles, pero mi partida ser hasta vericar que

    esta imagen quede colocada en un lugar especial de su

    santo templo.

    El Coro: Canto a la Virgen Mara.

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    entre las extensiones del Yo y del no-Yo [] Este tercer

    espacio vital se da en mi opinin a travs de un campo

    de tensin creativo [] Cuando hay e y conabilidad

    existe un espacio potencial, que puede convertirse en

    una zona ilimitada de separacin, que el beb, el nio,

    el adolescente, el adulto, pueden llenar de juego en or-

    ma creadora, del que ms tarde se desarrolla el disrute

    de la herencia cultural [] El jugar y la experiencia cul-

    tural son cosas que valoramos de modo especial: vincu-

    lan el pasado, el presente y el uturo, ocupan tiempo y

    espacio. Exigen y obtienen nuestra atencin concentra-

    da y deliberada, pero sin un exceso del carcter delibe-

    rativo del esorzarse (Winnicott, 1971: 135 -145).

    Por su parte, Bion sostiene que vamos lograndogenerar conceptos, comprender signos, hacer nuevas

    simbolizaciones, apoyados en una liga emocional con-

    able, cuyo paradigma es la relacin entre la madre

    (o quien desempea la uncin materna) y el inante.

    Citamos: El proceso intersubjetivo que subyace en esta

    contencin se construye en una receptividad emocional

    para la experiencia de la alteridad, un estado mental de

    ensoacin, una apertura al ser sin exigencias cticias

    de certeza, as como una tolerancia para la ambigedad

    y conusin (citado por Elliot, 1998: 163).

    Desde otra perspectiva que busca explicar

    lo inter, el encuentro entre lo propio y lo ajeno, la

    yuxtaposicin de constelaciones simblicas de culturas

    diversas, Homi Bhabha postula la capacidad de los suje-

    tos de abrir espacios sociales, mbitos en los que se da

    cabida a expresiones distintas a la propia, espacios in-

    termedios que hacen posible la comunicacin. Bhabha

    habla del tercer espacio, como lugar de encuentro

    en el que los sujetos movilizados interna, externamente

    o en ambos sentidos, generan una realidad intermedia,

    un espacio comn que posibilita la comunicacin y de-ne las culturas como estructuras ormadoras de sm-

    bolos que estn descentradas, esto es, que a travs del

    desplazamiento de sus lmites se abren a la posibilidad

    de articulacin con lo dierente y estn en un continuo

    proceso de hibridacin (Bhabha, 2000).

    La creacin de espacios intermedios implica que

    el movimiento principal en el encuentro entre concep-

    10

    Resumen

    En Mxico, la emigracin de jvenes indgenas desus comunidades de origen a las grandes ciudades

    es un enmeno que ha ido en aumento. La escasez de

    oportunidades de trabajo y la atraccin que ejercen las

    grandes urbes como sitios imaginarios o reales de me-

    jores ormas de vida constituyen parte de los causales

    importantes de la emigracin. Mientras que algunos de

    los jvenes indgenas viven la rustracin de no encon-

    trar ormas de integrarse al nuevo medio, algunos de

    ellos enrentan con xito el reto de la interculturalidad

    abrindose vas para sobrevivir e integrarse a la ciudad.

    Presentamos aqu casos de jvenes que, acomodados

    en el nuevo medio, nos narran sus experiencias.

    Como sustento terico de nuestras refexiones

    estn explicaciones poscoloniales de la cultura, como

    las de Homi Bhabha y Mario Erdheim, as como de las

    aportaciones de psicoanalistas como Winnicot y Bion,

    quienes abordan el tema de la intersubjetividad, se ana-

    lizan condiciones que avorecen la hibridacin cultural,

    rente a otras que la dicultan o bloquean.

    A partir de las entrevistas a proundidad hechas

    a los jvenes emigrantes internos, se destacan diversos

    momentos de gestacin de interculturalidad.

    I. Identidades y cambio cultural

    Los vertiginosos cambios del mundo actual nos llevan

    a preguntarnos por los eectos que dichas transor-

    maciones tienen en los sujetos, en sus percepciones,

    perspectivas e identidades. Al respecto arma Elliot: El

    mundo posmoderno es un circuito de signos ugaces.

    Con el desarrollo de la globalizacin y las tecnologas

    de la comunicacin masiva, la ragmentacin del espa-cio social y la dislocacin del tiempo histrico presionan

    proundamente sobre la organizacin del propio ser

    (Elliot., 1998: 39).

    El incremento de la movilidad de los sujetos

    en la actualidad, as como de la inormacin de la que

    son provistos, aumenta drsticamente la diversidad de

    sus experiencias, modica sus percepciones del tiem-

    po y del espacio y genera identidades ms provisorias

    y cambiantes, hbridas, compuestas, identidades, como

    dira el propio Elliot, sin garantas. La apertura de las

    sociedades, el intercambio de smbolos ha liberado las

    dierencias y nos lleva a caer en la cuenta de que somos

    sujetos en devenir permanente, ligados a las vicisitudes

    de la vida, productos de una historia y uno o diversos

    contextos. Nos denimos y somos denidos por las ca-

    ractersticas con que se nos identica y a travs de las

    cuales buscamos dierenciarnos de los otros, ubicarnos

    en grupos de reerencia y pertenencia y buscar hilos

    conductores que nos den la sensacin de continuidad a

    travs de los cambios ms o menos drsticos de nues-

    tras vivencias.

    Para entender la dimensin que se genera en elacercamiento entre dos o ms sujetos inmersos en uni-

    versos simblicos distintos son centrales las aportacio-

    nes de dos tericos del psicoanlisis: Winnicott y Bion.

    En Realidad y juego, habla Winnicott de una

    tercera zona que tiene gran importancia en nuestra

    valoracin de la vida y que se congura como espacio

    intermedio, espacio potencial que se constituye []

    Jvenes indgenas migrantes

    Los retos de la vida enun nuevo medio cultural

    Emma Ruiz Martn del Campo

    Emma RuizMartn del

    Campo

    Universidad de

    Guadalajara

    emmaruiz0808@

    hotmail.com

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    situacin y su equilibrio interno. El espacio comunitario

    de inmigrantes de una misma comunidad que se apo-

    yan para enrentar el nuevo medio puede ungir como

    un reugio inicial protegido en el que se propicia el acer-

    camiento, la generacin de conanza y la comprensin,

    es un punto d e partida avorable para la reconstruccin

    subjetiva y la generacin de nuevas simbolizaciones.

    Dicho espacio comunitario no dene, sin embargo,

    polticas y otras realidades del medio cultural amplio al

    que llega el inmigrante, que son decisivas para hacer

    posible una nueva pertenencia o aliacin.

    III. Mxico: crisol de etnias y culturas

    El Mxico actual tiene un crtico punto de partida: la

    conquista espaola de los pueblos indgenas, de la cual

    surgi una sociedad heterognea y polarizada. Los es-

    paoles se asentaron en las principales ciudades indge-nas, modicndolas conorme a sus necesidades, cons-

    tituyendo ah sus centros de poder y dominando sobre

    los indios, que ueron relegados a la perieria.

    Las comunidades indgenas gestaron ormas de

    resistencia ante el dominio espaol: algunas de ellas se

    resguardaron en zonas que por sus caractersticas eran

    poco accesibles y les proporcionaban ronteras natura-

    les que los separaban de los dominadores, por ejemplo

    la selva y las montaas.

    Los grupos indios que se quedaron en la peri-

    eria de las ciudades, y los que actualmente siguen lle-

    gando a ellas por el empeoramiento de las condiciones

    de vida en sus comunidades, tienen tambin ormas de

    resistencia, se resguardan ya no en una naturaleza que

    los separa de los ladinos, sino en la preservacin de

    sus tradiciones, sus creencias, su visin del mundo, en

    la solidaridad, lealtad y apoyo que luchan por seguir

    brindndose unos a otros.

    En el Mxico del siglo XXI, a casi cinco siglos de

    la conquista y a pesar de los esuerzos p or hacer vigen-

    tes las reormas que devuelvan una autonoma relativa

    a los pueblos indios, seguimos resguardndonos de loque Guillermo Bonl Batalla llama el Mxico proun-

    do. Los mexicanos que no pertenecemos directamen-

    te a un grupo indio, los ladinos, seguimos negando

    la importancia de la pluriculturalidad en nuestra iden-

    tidad, la parte india que llevamos en nosotros como

    producto del mestizaje y la hibridacin. Si los indge-

    nas estn marcados por la mezcla cultural, lo estamos

    tambin los ladinos; las culturas de las etnias indgenas

    llegan a los integrantes de las otras capas de mexicanos

    al ingresar al corazn mismo de sus viviendas como na-

    nas, jardineros, albailes, etctera.

    La gran riqueza tnica y lingstica prevalecien-

    te en Mxico, se desconoce, se desvaloriza, y tendemos

    a vivir la heterogeneidad cultural como un conficto. Las

    luchas entre dierentes etnias y capas sociales son pro-

    ducto de mltiples actores, entre ellos la gran desigual-

    dad nanciera y el desconocimiento, en buena medida,

    de los indgenas y sus culturas. Con mucha recuencia

    las relaciones interculturales en Mxico estn marcadas

    por el oportunismo y el utilitarismo entre los pertene-

    cientes a grupos antagnicos.

    Los valores y ormas de relacin divergentes son

    tambin ocasin de separaciones y pugnas. Mientras

    que los ladinos tienden a orientar su vida por un mo-delo cultural individualista (dominante en las socieda-

    des contemporneas modernas), los indios deenden

    una sociedad local en donde el sentido comunitario,

    que prevaleca en las civilizaciones mesoamericanas,

    subsista. Dicho sentido comunitario est amenazado

    por diversas circunstancias: la prdida de sus t erritorios,

    la pobreza, la obligada emigracin, la dispersin de los

    grupos hacia diversas regiones, etctera, se reuerza sin

    embargo parcialmente en la lucha y la resistencia rente

    a los estratos de poblacin ms uertes econmica y

    socialmente y por el deseo de salvaguardar sus historias

    e identidades.

    Bonl Batalla habla de los indios que emigran

    a las grandes ciudades mexicanas modernas y describe

    as dicho proceso: Obedece al empobrecimiento del

    campo y a la concentracin en las urbes de las acti-

    vidades econmicas y las oportunidades de diverso

    tipo. Esta inmigracin indianiza la ciudad. En general,

    el recin llegado cuenta con amiliares o amigos del

    mismo pueblo que llegaron antes, ellos le acilitan el

    primer contacto con la ciudad, la ambientacin mni-

    ma, la bsqueda de trabajo. Juntos orman un ncleode gente identicada por la cultura local de origen. En

    ese pequeo mbito transterrado se puede hablar la

    lengua propia y se recrean, hasta donde el nuevo medio

    lo permite, usos y costumbres. A veces el grupo llega a

    ser mayor, porque resulta cil identicarse con gente

    de la misma regin por encima de las peculiaridades de

    cada comunidad. Entonces es posible organizar torneos

    12

    ciones del mundo representadas por sujetos distintos

    no es ni de igualacin ni de exacerbacin de las die-

    rencias, sino de hibridacin, as sea provisoria, transi-

    toria; se trata de la creacin de algo nuevo a partir de

    la mezcla, de la yuxtaposicin de universos simblicos

    diversos. De hecho nos constituimos en la interaccin

    con otros, somos en parte producto de ellos, de igual

    orma que ellos se constituyen en la intersubjetividad,

    somos nos-otros.

    II. Posibilidades y lmites en la

    articulacin de culturas dierentes

    No todos los encuentros entre personas de distintas cul-

    turas tienen como desenlace una amplia hibridacin y

    la integracin del inmigrante en la nueva comunidad, el

    encuentro con un medio extrao y algunas veces hostil,

    puede llevar a algunos inmigrantes a cerrarse deen-sivamente al nuevo medio y en casos extremos inclu-

    so a la desorganizacin, a estados de caos subjetivo,

    etctera. A nivel social puede darse una ghetoizacin

    que busca la proteccin de la identidad original d e sus

    integrantes volviendo ms rgidas las costumbres, tradi-

    ciones, creencias, etctera.

    El encuentro con lo ajeno en la inmigracin y

    el exilio puede volverse en algunos casos, traumtico y

    desencadenar marginacin. Muchos emigrantes llegan

    a un medio cultural que les es desconocido con una

    comprensin verbal limitada, carencia de perspectivas

    a uturo, traumas experimentados en el pasado y una

    situacin en el nuevo medio que puede prolongar la

    situacin traumtica por la precariedad y la inseguridad

    de su permanencia en el medio receptor.

    Walter Benjamin postula que el extraamientoy la desorientacin pueden ser medios para recobrar un

    sentido de la subjetividad que sea vital o imaginativo

    (Benjamin, citado por Elliot, 1998: 211).

    Bion, por su parte, conceptualiza el cambio

    catastrco que dice puede tener como conse-

    cuencia el derrumbe de ciertas jaciones imaginarias

    y la apertura de la imaginacin psquica a mltiples

    signicados, a la ambivalencia y la contr adiccin (Bion,

    citado por Elliot, 1998: 210).

    Elliot abunda en los posibles eectos transor-

    madores de las experiencias traumticas cuando se dan

    bajo ciertas condiciones sociales: Si un individuo pue-

    de tolerar momentos de lo que Bion llama cambio ca-

    tastrco, ser posible para l pensar acerca de lo que

    ha pasado poltica, histrica y culturalmente. Aqu la

    capacidad de tolerar lo desconocido, de llevarse bien

    con la incertidumbre es vital para la proundidad del

    pensar y para el cuestionamiento crtico. Ms all de

    la dicotoma blanco-negro [], conocer la duda y la

    ambigedad es estar inmerso en el pluralismo, la die-

    rencia y la espontaneidad de las condiciones sociales

    posmodernas.

    Para emigrantes que experimentan el cambio

    de cultura como un a prdida irreparable de reerentesestabilizadores, la llegada al nuevo medio puede ser

    experimentada como un trauma, una privacin extre-

    ma de lo que se ha experimentado como conable, la

    base de la propia seguridad; en tales casos puede haber

    una debilitacin pasajera o ms o menos denitiva de

    la zona de juego, de ese tercer espacio que permite la

    apertura hacia lo dierente y la innovacin. Sin embar-

    go, en circunstancias avorables y cuando el sujeto es

    bien acogido en la nueva realidad, ese espacio poten-

    cial se llena de los productos de la imaginacin creadora

    y el sujeto logra elaborar sus duelos e insertarse en una

    experiencia de creatividad.

    Tobie Nathan dene el trauma psquico

    como un dispositivo interno, una orma de organiza-

    cin interna que intenta ordenar un caos aectivo cuyos

    eectos son inevitables, con ayuda de una lgica com-pleja (Nathan, citado por Benz) que denomina lgica

    traumtica. Si se logra manejar la situacin traumtica

    se puede generar una nueva aliacin, pero en caso de

    no ocurrir as, el trauma se convierte en patolgico y no

    deriva en apertura y creatividad.

    La manera como un inmigrante es acogido en

    su nuevo medio es denitiva para la evolucin de su

    A casi cinco siglos de la conquista y a pesar de los esuerzos por

    devolver una autonoma relativa a los pueblos indios, seguimos

    resguardndonos de lo que Bonl llama el Mxico proundo

  • 7/22/2019 niuki_lengua indgena

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    1

    Hace dos aos que vivo en la ciudad y voy

    a la escuela. Estoy en tercero de secundaria,

    pero tambin ayudo al quehacer aqu en mi

    casa. De las que vivimos aqu slo yo voy a la

    secundaria, las dems de mi edad ya trabajan

    o estn casadas. A m eso de casarme no me

    llama, quiero terminar la secundaria, seguir

    la preparatoria y luego estudiar en la univer-

    sidad para ser licenciada. Quiero ser abogada

    para deender los derechos de la gente de

    mi pueblo que tiene muchos problemas: no

    hay dinero y la pasan mal. Por eso mi pap

    quiso dejar el rancho en Oaxaca y traernos

    para ac, primero se vino l a buscar traba-

    jo, luego regres por toda la amilia [] La

    escuela a la que voy est en el centro de la

    ciudad. A veces extrao mi pueblo, de allme gusta el campo, los rboles, el ro, pero

    ac hay trabajo y dinero suciente para vivir

    [] Mi pap y mis hermanos son msicos,

    tienen un conjunto que se llama La Catarata,

    le pusieron as porque cerca de mi pueblo hay

    una cascada que en tiempo de lluvias lleva

    mucho agua.

    Mientras Ins me cuenta su historia, se acerca a nosotras

    una chiquilla vestida con una alda indgena tejida en

    varios colores y llamo la atencin sobre la belleza de esa

    prenda. Ins comenta:

    S, pero a m ya no me gusta vestirme as, pre-

    ero los pantalones o las aldas al estilo de la

    ciudad, mi mam se las pone todava.

    Pregunto a Ins si en su pueblo hablan un idioma dis-

    tinto del espaol:

    S, el mixteco, pero yo aprend desde chica

    tambin el espaol, igual que mis hermanos.

    Mi pap slo sabe hablar mixteco, aunque

    entiende el espaol, mi mam lo habla ade-

    ms de entenderlo, pues teje cestos para

    tortillas y hace otras manualidades que luegosale a vender, y al vender ue aprendiendo.

    Ins me comenta que esa noche habr esta en su co-

    munidad y que va a estar muy linda, luego pasa a hablar

    de sus hermanos:

    Somos nueve hermanos, yo soy la cuarta de

    la amilia. Mis hermanos mayores, adems de

    ser msicos, trabajan a veces de jardineros,

    tambin mi pap. Mi hermana Esteana tiene

    trece aos y me ayuda a terminar el traba-

    jo de casa cuando tengo mucha tarea en la

    escuela. Entre los hermanos nos ayudamos,

    aunque a veces tambin peleamos. Mi her-

    mana ms chica tiene seis aos.

    Digo a Ins que me gustara saber qu hace en su tiem-

    po libre y la invito a contarme:

    El domingo temprano voy a misa, luego

    al tianguis a comprar lo de la comida, des-

    pus puedo ir ya a jugar basquetbol, luego

    comemos y en la tarde me pongo a ver la

    televisin.

    Agradezco a Ins su cooperacin y le pido aceptar un

    pago por su trabajo como inormante. Se resiste inicial-

    mente, pero insisto dicindole que lo que ha hecho es

    valioso y entonces acepta.

    Rubn (22 aos)

    Hola, seora, cmo te va?. Compro a Rubn, de

    quien soy clienta hace ya un buen tiempo, una bolsa de

    ruta y mientras me la como lo invito a platicar conmigo

    de su pueblo y su experiencia en la ciudad.

    Yo soy de San Isidro, Huajutla, en Hidalgo, mi

    pueblo queda entre las Tres Huastecas.

    Le digo que s, que son la potosina, la veracruzana y la

    hidalguense. Me mira risueo y sorprendido y me pre-

    gunta de dnde lo s, le digo que de la escuela, que soy

    mexicana tambin.

    All comemos el sacahuil, que es muy sa-

    broso, si un da va a mi pueblo, se lo doy a

    probar.

    Le pregunto por qu sali de su pueblo para venir a vivir

    en esta ciudad:

    Lo que pas es que mi hermano se vino a

    trabajar en una brica de helados. l es muy

    bueno para el trabajo, pero tena que entrar

    a los rerigeradores y pasaba muchas veces

    del calor al ro y se empez a enermar delos huesos y mejor ya no quiso trabajar ah.

    Le pagaban bien, y como es bueno, el patrn

    le peda que se quedara y le oreci subirle el

    sueldo, pero l ya no quiso y se ue a trabajar

    a una lonchera, pero un da lleg tarde por-

    que viva muy lejos y el supervisor le dijo que

    ese da ya no trabajara y volviera al siguiente.

    14

    de pelota mixteca, se llega a crear una banda mixe para

    interpretar los sones de la tierra, se celebran aqu las

    estas de all, con los platillos del caso [] Son indios

    que ejercen su cultura propia hasta donde la vida en

    la ciudad se los permite. No es raro que, rente a los

    otros, oculten su identidad y nieguen su origen y su

    lengua: la ciudad sigue siendo el centro del poder ajeno

    y de la dominacin. Pero esa identidad subsiste, enmas-

    carada, clandestina, y en virtud de ella se mantiene la

    pertenencia al grupo original (Bonl, 1989: pginas

    86 y 87).

    Ms adelante, el propio Bonl habla de la impor-

    tancia que para el cambio cultural y la reivindicacin de

    las culturas indias en Mxico tienen los indios que llegana las ciudades a estudiar: Los estudiantes indgenas,

    pocos en proporcin, pero cuyo nmero crece constan-

    temente, [] de manera obligada llegan a la ciudad

    cuando logran continuar la enseanza media y superior.

    Este grupo [] ha sido el rbitro social del que han sur-

    gido recientemente nuevas ormas de organizacin po-

    ltica basadas en la identidad tnica india. La experiencia

    urbana, el contacto con ideas de distintas tendencias, la

    inormacin externa ms amplia y la relacin con otros

    emigrantes indios, han hecho posible la gestacin de

    grupos polticos animados por la reivindicacin de los

    pueblos indios (Bonl, 1989: pgina 88).

    IV. Jvenes indgenas hablan de

    su experiencia de inmigracin

    Ins (17 aos)

    Me acerqu caminando a la serie de casas que, ali-

    neadas a ambos lados de la va del tren en un barrio

    marginal de Guadalajara, constituyen la comunidad

    mixteca. Fuera de una de las casas estaba una mujerjoven a la que salud y pregunt si estara dispuesta a

    platicar conmigo, pues me interesaba conocerla y saber

    de las cosas que para ella son importantes. Ins acept

    mi invitacin, nos sentamos a la puerta de su casa, yo

    en una saliente de cemento que hace las veces de una

    pequea banca y ella en una silla que estaba a la mano.

    Ins empez a narrar:

  • 7/22/2019 niuki_lengua indgena

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    1

    Lo bueno es que tengo trabajo y con la

    seora que estoy ahora, con su amiga, me

    siento como en mi casa, ue bueno acomo-

    darme ah, porque antes estaba en la casa

    de una seora muy rica, que vive retirado

    de aqu y tena que quedarme a dormir en

    su casa, slo poda salir el n de semana y

    no poda ver a mi mam, ahora puedo verla

    todos los das. Ella est enerma y no puede

    trabajar y necesita que le ayudemos con los

    gastos de la medicina.

    Mi pap a veces trabaja en la obra, pero

    ahora est desocupado. l quiere que yo

    le de mi dinero y se molesta porque no lo

    hago, le doy un poco, pero l quisiera que

    se lo diera todo. La seora rica con la que

    trabajaba quera guardarme el dinero de mitrabajo en el banco, yo tuve miedo de que

    quisiera robarme, por eso cuando me dijeron

    del trabajo en que estoy ahora me dej de

    trabajar con ella. Adems me deca que no le

    diera dinero a mi mam. Lo que pasa es que

    esa gente nunca ha surido, no sabe lo que

    es necesitar el dinero todos los das. Adems,

    nosotros nos ayudamos. Cuando alguien se

    queda sin nada, juntamos para ayudarlo, y

    eso a m me gusta, porque tambin s que

    cuando yo est en problemas los dems me

    van a dar a m.

    A m me gusta la escuela. Termin la pri-

    maria y quera seguir la secundaria, pero te-

    na que trabajar, y mi pap no me dej ir a la

    secundaria nocturna ni hacerla abierta, me

    dijo que mejor me pusiera a trabajar. Luego

    yo pens que ni iba a poder con el trabajo y

    las tareas, entonces en lugar de a la escuela,

    me met a un equipo de utbol. Me gusta

    mucho jugar utbol, mi mam no quera que

    yo jugara, deca que no era un juego para

    mujeres, pero yo me arm y sigo jugando.

    No me importa si a veces salgo golpeada o

    lastimada, me gusta mucho jugar.

    Tengo un hermano ms chico, de cator-

    ce aos, l s va a la escuela, le ayudo yo y

    mis otros hermanos para que no tenga que

    trabajar.

    Teresa me pregunta qu hora es y cuando se lo

    digo expresa su deseo de irse a su casa antes de que

    empiece a oscurecer, porque no avis a su madre que

    llegara tarde. Le agradezco y le entrego un pago por su

    trabajo, primero se resiste a aceptarlo diciendo: Yo no

    le estoy cobrando nada. Hablamos de su papel de inor-

    mante y queda entonces convencida de que no es una

    ddiva la que le entrego, sino el ruto de su ganancia. La

    llevo al cruce de la ciudad en el que pasa el camin que

    la lleva hasta su barrio.

    VI. A manera de conclusin

    Las conversaciones tenidas con Ins, Rubn y Teresa

    dan cuenta del proceso de hibridacin cultural en que

    estn inmersos. Los tres han encontrado nichos comu-

    nitarios receptores en la gran ciudad que les permiten

    vivir en un vaivn creativo entre las tramas culturalesque asimilaron en su medio de origen durante su in-

    ancia y los usos y costumbres que prevalecen en la

    realidad urbana en la que hoy da habitan.

    Ins ha conquistado la escolaridad. A punto de

    terminar la secundaria, proyecta seguir su educacin

    media y proesional. Un elemento creativo y motiva-

    dor para ella es la expectativa de aprovechar las opor-

    tunidades de ormacin que encuentra en la ciudad

    ponindolas al servicio de su comunidad cuando sea

    abogada.

    Rubn, identicado con su hermano, de quien

    ha recibido todo el apoyo necesario para tener un tra-

    bajo digno y lucrativo en la ciudad, est en contacto

    permanente con sus clientes, con los q ue conversa con

    agrado, oscilando entre la indagacin acerca de la cul-

    tura a la que ha llegado, que le resulta cada vez ms

    conocida y que se ha ido apropiando, y la preservacin

    de la valoracin de la suya propia a travs del gusto

    por el paisaje que rodea a su pueblo, la alabanza de

    lo ructero de la tierra, el deleite anticipado por los

    platillos tradicionales de San Miguel Huajutla.

    Finalmente, Teresa, contenta con su trabajo y la

    posibilidad que le brinda de cooperar activamente a la

    resolucin de problemas de sus allegados, deende la

    tradicin de ayuda recproca de su comunidad, mien-

    tras, por otra parte, se muestra decidida en la conquis-

    ta de prcticas novedosas que rompen prejuicios que

    antes prevalecan aun en las sociedades que se dicen

    modernas, como el utbol emenil.

    16

    l avis que ya se iba, que slo iba a pasar por

    sus cosas. El supervisor le dijo entonces que

    no se uera denitivamente, que slo por ese

    da, pero mi hermano insisti en sacar sus co-

    sas. Por eso el supervisor le dijo que no tena

    que irse ni ese da que haba llegado tarde,

    que poda quedarse a trabajar, pero l ya no

    quiso. El supervisor pens que era como los

    dems y le insisti, pero mi hermano reco-

    gi sus cosas y se ue, luego se enter por

    un amigo que el jee rega al supervisor,

    porque mi hermano es de veras bueno para

    lo que hace. Ya luego l se hizo de un ca-

    rro y empez a vender ruta y me jal a m

    para ac y me dej toda la clientela que ha-

    ba hecho, su carro, su ruta, y l empez en

    otro rumbo y le va muy bien. Ya somos treshermanos vendiendo ruta por ac. Estamos

    bien, pero Huajutla es un paraso, mi pueblo

    es lindo.

    Mientras lo dice empieza a hacer un esbozo del pueblo

    sobre la tabla de picar, lo hace con el mango del cuchillo

    que le sirve para cortar la ruta.

    Est rodeado de cerros y de agua, all todo se

    da, mi padre siembra el campo y yo todava,

    cuando voypa all, le ayudo.

    Le pregunto cmo es que siendo tan lindo ese lugar y

    la tierra tan ructera, tantos huajutlenses se vienen a

    la ciudad.

    Lo que pasa es que lo que sembramos lo lle-

    vamos a vender y quieren darnos casi nada

    por ello, y as no sale para vivir. Pero yo voy

    seguido a mi pueblo, San Isidro.

    Le pregunto qu idiomas hablan por all:

    La gente joven sabe el espaol y adems

    unos hablan nhuatl y otros otom. Cuando

    me canso de andar por ac, me voy a mi pue-

    blo, aunque est lejos. Me voy en el camin,

    pero eso s, llegando all, tenga uno dinero ono, lo tratan a uno como rey, preparan el sa-

    cahuil, que se hace con masa de maz rellena

    de pollo, puerco o lo que se preera. Hay un

    horno especial de barro que tiene slo una

    entrada y ah se quema lea por un rato y ya

    que quedan las puras cenizas se mete el saca-

    huil, y el horno se cierra con ladrillo, piedra o

    lo que se pueda, y el sacahuil se deja ah toda

    la noche, y se cuece con el puro calor o vapor

    que ah se junta.

    Se acercan varios clientes al puesto de Rubn, por lo que

    me despido en el acuerdo de que seguiremos platicando

    en otra ocasin.

    Teresa (17 aos)

    Teresa es trabajadora domstica en la casa de una ami-

    ga ma. Ella es originaria de una comunidad indgena

    que dice se llama Aiti. La invit a platicar conmigo y

    acept. Le pregunt si quera que nos acomodramos

    en un parque o uramos al jardn de mi casa, eligi el

    parque. Encontramos uno arbolado y tranquilo, ideal

    para conversar. Ella empez as su narracin:

    Llevo ya muchos aos por ac, me trajeron

    cuando estaba nia, no s cuntos aos te-na, pero hace mucho.Pasbamos tempora-

    das aqu y temporadas en Veracruz, que es

    donde est Aiti. All hablamos nhuatl. Hay

    dierentes comunidades y cada una tiene su

    nombre, pero en el lenguaje todos nos en-

    tendemos. Yo ya estoy acostumbrada a este

    lugar, a veces extrao Veracruz, pero slo

    un poco, en cambio cuando estoy por all,

    cuando pasan apenas unos das ya tengo ga-

    nas de volverme para ac. Al que s extrao

    es a mi novio, que es de all. Est estudian-

    do y por eso no tiene dinero, yo le digo que

    cuando quiera venir a verme yo le pago el

    pasaje, porque yo trabajo. Antes tena un no-

    vio por ac, pero no lo llev a que conociera

    a mi pap, porque me di cuenta que tomaba

    mucho y eso no me conviene. Si mi pap lo

    hubiera visto conmigo, hubiera tenido que

    casarme con l, esa es nuestra costumbre,

    por eso slo le platiqu a mi mam. Ahora

    estoy contenta porque tengo un novio de

    mi rancho, y lo conozco bien y s que l sme conviene. Cuando lo vea mi pap y nos

    queramos casar, de su casa me van a traer re-

    galos, porque as se usa, eso cuando la gente

    tiene para comprarlos, pero su amilia s va a

    poder. Yo quisiera que comprramos nuestra

    casa, pero eso s va a estar dicil, cuesta mu-

    cho dinero y no tenemos.

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    118

    Difcultades de percepcin y corrupcin

    Dice Diguet (1911) que la denominacin huicholparece provenir de una echa bastante reciente yno ser sino una corrupcin de un vocablo indgena he-

    cha por los primeros colonos espaoles que a menudo

    experimentaban alguna dicultad para hacer concordar

    su ontica con la de las lenguas indgenas (pgina 23).

    Se trata de una apreciacin subjetiva basada en la per-

    cepcin de un aparente parecido ontico global entre

    ambas palabras. Ahora bien, para convertir un parecer

    en una armacin de orden cientco, se requiere pasar

    de la apreciacin sensorial holstica a una demostracin

    rigurosa y detallada, que d cuenta no solamente de los

    segmentos onticos compartidos, sino tambin de las

    dierencias, que no son pocas, entre la palabra huichol

    y el trmino wixrika con que los huicholes se desig-

    nan a s mismos y aporte una explicacin plausible de

    las mismas. Estas dierencias no se pueden despachar

    simplemente remitiendo a las dicultades para hacer

    concordar la ontica de los primeros colonos espaoles

    con la del huichol. Hay que identicar esas dicultades

    de percepcin y pronunciacin y explicarlas desde unaperpectiva sistmica e histrica.

    La perspectiva sistmica implica analizar las die-

    rencias desde la comparacin de dos sistemas onolgi-

    cos dierentes, cuyos elementos no se pueden poner en

    una correspondencia uno a uno; las transormaciones

    que se producen en una palabra cuando es transeri-

    da de un sistema onolgico a otro deben ser regulares

    en el sentido de que, en igualdad de condiciones, las

    correspondencias entre sonidos se realizan siempre de

    la misma manera. Si en el siglo XVIII la sibilante s del

    huichol es sometida a un proceso de retrofexin y ro-

    tacismo, transormndose en una vibrante asibilada ,

    eso ocurre en todas las palabras, incluidas aquellas que

    ya haban sido tomadas del espaol: en wisarika hui-

    chol => wialika, masa venado => maa, camisa =>

    kamia,sbado=> awati. La d del espaol se convierte

    en t tanto enxawatisawati) no

    se puede explicar desde la onologa segmental, sino

    que intervienen reglas que organizan las palabras en el

    lxico ormando clases onolxicas mediante termina-

    ciones especiales para prstamos del espaol: sawatuse transorma en sawatipara hacerla terminar como

    alcalde => harikariti,prioste=>piriyuste =>piriyusti=>

    piriyutsiti, que adems atrajeron asargento => tsaraketi,

    chocolate => tsikurati; a tumiku-ti, kwaresma-ti se les

    aadi la slaba ti completa por la misma razn. La pala-

    bra alguacilse convierte en hariwatsinien lugar de *ha-

    riwatsiripara asimilarse a kapitani, siendo el atractor de

    Etimologade las palabras

    wisalika y huichol

    Jos Luis Iturrioz Leza

    El desarrollo creativo, que la ciudad parece

    estar posibilitando a nuestros tres entrevistados, no

    es, por desgracia, paradigmtico de lo que ocurre

    con la mayora de los indgenas que dejan sus co-

    munidades a la bsqueda de mejores condiciones de

    vida, ya que muchos de ellos encuentran en la gran

    urbe un espejismo que no responde a sus expectati-

    vas y tienen que enrentarse a situaciones de desem-

    pleo, discriminacin, desaliento y do lor.

    La problemtica de las migraciones demanda

    atencin desde mltiples dimensiones y es una lla-

    mada de atencin a la aldea global sobre los eectoscolaterales no deseados de nuestras ormas de vida y

    organizacin social.

    BIBLIOGRAFABhabha, Homi (2000). Die Verortung der Kultur, Tbingen,Stauenburg.

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    Doctor Jos

    Luis Iturrioz

    LezaPremio

    Tenamaxtle 20

    Universidad de

    Guadalajara

  • 7/22/2019 niuki_lengua indgena

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    220

    esta clase probablemente un prstamo del nhuatl que

    tambin designa una autoridad: tlaoani=> tatuwani. A

    este proceso se le llama analoga.

    Si el sistema est constituido por las reglas que

    valen para toda la comunidad de hablantes y no depen-

    den de las caractersticas individuales o las condiciones

    circunstanciales de un hablante particular, la transeren-

    cia original de un prstamo a travs de un observador

    ocasional no es tan relevante como la transerencia

    concertada resultante de los contactos regulares entre

    comunidades lingsticas y de las conductas colectivas

    acopladas de la comunidad lingstica receptora. Lo que

    un misionero del siglo XVII o un historiador de princi-

    pios del XX creen haber odo no tiene el mismo valor

    que el resultado de los contactos permanentes entre los

    colonos espaoles o mestizos de la zona en torno del

    territoriuo huichol y los huicholes. Lo que un individuoparticular reporta haber odo se diunde primero dentro

    de una comunidad cerrada de especialistas y raramente

    se extiende al lxico general. La transcripcin houitcha-

    rika de Diguet no ha tenido ninguna transcedencia ni

    siquiera en el reducido grupo de historiadores y antro-

    plogos que se interesan por los huicholes. Incluso las

    dicultades para percibir un sonido no son simplemente

    auditivas, sino que resultan de la necesidad de recons-

    truirlo desde el sistema de la lengua propia para poderlo

    incorporar a la misma. Las diversas transcripciones que

    hicieron desde el siglo XVI y XVII los misioneros en sus

    crnicas pueden ser pistas valiosas para la reconstruccin

    del sistema de la lengua huichola y del sistema de la len-

    gua castellana en aquellas pocas, precisamente por su

    variedad; algunas variaciones se deben probablemente,

    como vamos a ver, no tanto a apreciaciones personales,

    sino a que ueron hechas en pocas dierentes y por lo

    tanto refejan los cambios que se estaban produciendo

    tanto en una lengua como en la otra, lo que nos lleva al

    tema de la perspectiva histrica.

    La perspectiva histrica implica que para estable-

    cer el origen de una palabra lo que cuenta no es tantosu parecido actual con la palabra de la que se quiere de-

    rivar, ya que ambas pueden haber surido en sus respec-

    tivas lenguas desde el momento del prstamo cambios

    en la orma y en el signicado que opacan la relacin

    original. Para llegar al origen hay que seguir hacia atrs

    la evolucin de las dos lenguas y reconstruir el estado

    de ambas y la situacin sociocultural en el momento

    del prstamo. Dos palabras que hoy casi no se parecen

    pueden tener el mismo origen, por ejemplo el griego

    kyklos, ingls wheely antiguo indio akra (Szemernyi,

    1990: 15, 66); para demostrarlo tenemos que remon-

    tarnos hasta una raz indoeuropea a travs de todos

    los cambios por los que se han venido diversicando

    las lenguas de esta amilia durante ms de 3,000 aos.

    Estos cambios no son azarosos, sino regulares. Lo mis-

    mo podemos decir de espaolsilla y huicholxira/xila; la

    segunda resulta de la primera gracias a dos cambios im-

    portantes que ocurrieron dentro de la lengua wixarika,

    el primero en el momento de la transerencia en el siglo

    XVI o XVII; como en huichol no haba la l palatalizada

    de los espaoles , era sustituda por la lquida normal

    l (sila), como en kawayu de caballo, y en el siglo XVIII la

    sibilante se convierte en una vibrante mltiple ( ila). A

    pesar del parecido evidente de cristiano y cretino, cues-ta trabajo creer que las dos palabras tengan el mismo

    origen debido a la dierencia tan grande de signicado.

    Sin embargo, ambas provienen de latn christianus , la

    primera directamente, la segunda como un prstamo

    del rancs, que a su vez lo tom del dialecto suizo de la

    regin de Wallis, donde el trmino adquiri una primera

    una conotacin peyorativa y nalmente suri un cam-

    bio de signicado.

    Etimologa

    Para entender adecuadamente el concepto de etimolo-

    ga es necesario hacer varias distinciones importantes.

    Segn el Diccionario de lingstica moderna de Alcaraz y

    Martnez, la etimologa estudia el origen y la evolucin

    de las palabras, para lo que busca su verdadero signi-

    cado o timo y a rengln seguido se dice que est

    relacionada con la ormacin y la motivacin de las

    palabras. Se estn conundiendo dos cosas bastante

    dierentes, aunque relacionadas: la llamada etimologa

    como parte de la lingstica diacrnica, que se ocupa

    de estudiar los cambios que experimentan las lenguas a

    travs del tiempo en todos sus sistemas, y la etimologapopular como un mecanismo de cambio en la orma-

    cin de las palabras. La etimologa en el primer sentido

    es una actividad metalingstica, que no transorma la

    lengua, pero genera ciencia y conciencia lingstica; en

    el segundo sentido es un tipo de procesos que ocurre en

    la lengua objeto modicando la orma de las palabras

    para ajustarlas a un origen hipottico y darles motiva-

    cin y transparencia. Esta pertenece al plano de los he-

    chos, aquella al plano de las explicaciones.

    La etimologa como actividad metalingstica

    era ya una de las partes de la gramtica tradicional, y

    hoy sigue siendo un componente importante de la lexi-

    cograa. Desde la lingstica histrica del siglo XIX se

    subsume dentro de la reconstruccin diacrnica de len-

    guas o estados de lengua precedentes.

    En el siguiente esquema se recogen las diversas

    acepciones del trmino y se ilustra la ambigedad del

    trmino etimologa popular. Los diccionarios de lin-

    gstica no suelen distinguir bien estos dos enmenos,

    se centran en uno o en otro, cuando no los conun-

    den. Mientras el diccionario de Bumann se enoca a

    la etimologa popular como un proceso de ormacin

    de palabras, el de Alcaraz y Martnez no lo distingue

    de las explicaciones espontneas del origen de las pala-bras. Una cosa es la etimologa popular como proceso

    constitutivo de la lengua que puede desencadenar un

    cambio diacrnico, y otra la etimologa popular como

    explicacin no cientca, intuitiva de este enmeno (ver

    Figura 1).

    Etimologa popular como mecanismo de cambio

    La etimologa popular es en primera instancia un meca-

    nismo que modica la orma onolgica y morolgica

    mediante una transormacin ormal y una reinterpre-

    tacin semntica de una palabra para darle motivacin

    y transparencia. Es recuente con palabras que provie-

    nen de otra lengua o que han perdido en el curso del

    tiempo la motivacin semntica y la transparencia en su

    composicin interna. Consiste en un reajuste desde la

    estructura actual de la lengua propia, siguiendo el mo-

    delo de una palabra que suena perecido. Un ejemplo

    de esto es la palabra Cuernavaca, derivada del nhuatl

    quawi y nahuac [qaunawak], lugar cercano a los r-

    boles (o al bosque); la razn del cambio es aqu una

    analoga con las palabras espaolas cuerno y vaca. La

    palabra rancesa choucroute proviene del alemn me-dievalsrkrt, hoysauerkrautcol amarga, asimilado a

    chou col y crote costra. En este proceso histrico,

    palabras incomprensibles reciben una motivacin secun-

    daria, una transparencia aparentemente plausible, que

    en contrapartida oscurece el verdadero origen de las

    palabras. En la palabra vagabundo se entiende la base

    (del verbo vagar), pero el sujo -bundo carece de trans-

    parencia y productividad; aunque se encuentra en otras

    palabras como nauseabundo, cabizbundo, moribundo,

    tremebundo, ningn hablante normal podr indicar su

    signicado y no se puede utilizar para ormar palabras

    nuevas. El cambio a vagamundo devuelve a la palabra

    transparencia y motivacin: los dos componentes se

    pueden interpretar y el signicado global se ve motivadopor el signicado del segundo componente. En huichol

    harakuna laguna el prstamo rakuna lleva antepuesta

    la palabra ha agua, asimilndose a haramara mar.

    Etimologa popular como explicacin

    precientfca del origen

    La etimologa popular en el segundo sentido no aecta

    a la lengua misma, porque se desarrolla en el plano de

    la refexin metalingstica, de una manera espontnea,

    sin mtodo y sin perspectiva histrica, a dierencia de la

    etimologa cientca, que orma parte de la lingstica

    diacrnica. La actividad metalingstica consciente es un

    componente constitutivo de la conducta verbal. Los nios

    la practican desde ases tempranas de la adquisicin en

    la orma de preguntas y juegos lingsticos, y una de las

    ormas que presenta en los adultos no ormados como

    lingistas, es la etimologa popular o espontnea. En to-

    das las comunidades lingsticas se da este tipo de activi-

    dad, o al menos ha sido documentada para muchas.

    Antes del siglo XIX no exista un mtodo riguro-

    so para reconstruir los antecedentes de los signicados

    actuales de las palabras ni tampoco los cambios en laorma material o cuerpo onolgico de las palabras. Y

    a alta de mtodo y de una idea clara de la historicidad,

    la imaginacin poda volar a rienda suelta. A algn pa-

    dre de la Iglesia catlica se remonta la piadosa idea de

    que Mara proviene de maris stella estrella del mar.

    Las etimologas de Isidoro de Sevilla son en buena me-

    dida de este tipo; por ejemplo asocia caelebs, clibe,

    etimologa

    bsqueda del origen etimologa popular

    como mecanismo de cambi

    popular o cientfca

    precientfca

    Figura

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    222

    con caelum justicndolo por la elicidad que goza quien

    est libre de los lazos del matrimonio. A Juan Crisstomo

    debemos la no menos antstica idea de que cadver

    se origina en la concatenacin de las slabas iniciales de

    tres palabras caro data vermibus, carne entregada a los

    gusanos. Dentro de esta misma lnea, algunos etim-

    logos mexicanos, poco amiliarizados con el rigor de los

    mtodos cientcos, han propuesto etimologas que de-

    rivan la palabra mexica de las slabas iniciales de metztli,

    luna, Mexitli(nombre del dios Huitsilopochtli) o metl,

    maguey, en combinacin con la slaba inicial dexietli,

    ombligo o centro, interpretando la combinacin como

    el que est en el centro de la luna o lugar en el centro

    u ombligo de la luna. Cualesquiera dos palabras con las

    slabas iniciales me y xi podran entrar en consideracin.Los huicholes tambin practican este tipo de eti-

    mologa. Uno de mis colaboradores explicaba la palabra

    tutekwiyu como compuesta de tu?u, te, kweiya aga-

    rrado en posicin acostada. El primer componente es

    una orma supletiva de tuiy llevar cosas esricas, te

    es una orma supletiva de ka estar acostado y kweiy

    llevar cosas alargadas. Sera dicil dar una explicacin

    coherente de la presencia contradictoria de dos verbos

    con el signicado de llevar; no aparece tu?u, sino tu, y

    queda un resto en el aire, la slaba nalyu. En realidad

    se trata de un prstamo del nhuatl de la poca de la

    Colonia; se trata de to-tekwiyu nuestro seos, aplica-

    do en los ritos de la Semana Santa a los cristos, que son

    bajados de los altares y acostados para taparlos desde el

    Jueves Santo hasta el Sbado de Gloria.

    La combinacin de slabas o sonidos, sobre todo

    iniciales, de varias palabras para ormar una palabra nue-

    va se aplica sobre todo a los nombres de instituciones

    (Telmex, USA, NASA, Huicot, etctera) y no a los nom-

    bres de persona o al vocabulario comn.

    La etimologa popular puede ser un eectivo

    recurso literario. En la siguiente rase que orma partedel cuento El nio abandonado, el nombre de lugar

    Tsuakarie se explica como derivado del verbo que signi-

    ca llorar, lo que encaja bien en el cuento:

    Ma ta memikayunitia Tsuakarie mukane, nun-

    utsi makatsuaka.

    Lo bajaron hasta Tsuakarie, donde anda lloran-

    do el nio.

    La palabra kawiteru, anciano consejero, se ha relacio-

    nado con kawi, nombre de la oruga o gusano quema-

    dor que trazara el camino a Wirikuta en los primeros

    tiempos. Kawiteru se podra relacionar de manera ms

    congruente con kawi, picachos en que se materializan

    los antepasados sabios.

    Kawixi meminatiu Niariwame yeta kawixi

    autiiti, miki waniu mana metiwaikaxi miki.

    Sabemos que arriba de Ni?ariwameta estn

    unas rocas grandes, cuentan que all jug.

    Otros arman que se deriva de kawitu, relato o

    canto chamnico. Weigand y Garca se basan en esta eti-

    mologa popular al sealar que kawiteru signica seor

    que sabe todo, y lo justican aclarando que era el ocio

    ms prestigioso e importante al nivel de los tukipa antes

    del siglo XIX. Todava lo es hoy, los ancianos consejeros,

    generalmente chamanes, presiden muchas ceremoniasde origen colonial y recitan los cantos a travs de los cua-

    les se transmite y se renueva el sentido. Parece una ex-

    plicacin coherente, pero en realidad kawiteru no tiene

    nada que ver en origen con una palabra ni con la otra;

    viene de cabildero, miembro del cabildo, consejo de

    ancianos instituido en la Colonia. La presencia del sujo

    derivativo espaol -ero, como en kanareru yxawereru,

    delata que se trata de un prstamo. Cabildero deriva de

    la palabra cabildo y esta a su vez de latn capitulum, que

    designa dierentes corporaciones religiosas o civiles; el

    signicado ms prximo es el de corporacin municipal.

    Kawiteru orma el plural con -tsixi, propio de los nombres

    no huicholes que designan colectividades como tupiritsixi

    (topiles), mexicanotsixi(mexicanos), kirinkutsixi(gringos),

    as como de nombres que designan animales gregarios

    o de manada no domsticos como wakaitsixi (vacas),

    kawayutsixi(caballos). La palabra kawitu (de cabildo) ha

    sido asimilada como nombre del canto chamnico.

    Las etimologas populares o precientcas repre-

    sentan un mecanismo interesante de asimilacin de con-

    ceptos a la lengua y a la cultura propias.

    Etimologas pseudocientfcas

    Las etimologas populares en el sentido de la seccin

    anterior se siguen practicando en un dominio que no

    les corresponde, el de la ciencia, donde no podemos te-

    ner la misma comprensin y debemos calicarlas como

    inundadas o pseudocientcas. En el dominio de la

    ciencia no se vale hacer etimologas pasando por alto

    el anlisis crtico de las uentes, guindose por un cri-

    terio impreciso y subjetivo de similitud de los trminos

    hallados en los documentos con los trminos actuales,

    transcritos ambos en general de manera deectuosa, ig-

    norando que las correspondencias entre letras y sonidos

    varan con las convenciones y tradiciones ortogrcas

    de las diversas pocas, como la hispnica, la latina o la

    nhuatl, pero sobre todo ignorando los cambios diacr-

    nicos de las lenguas, es decir de manera ahistrica; ni

    el huichol ni el espaol son hoy lo que eran en el siglo

    XVII o XVIII.

    La etimologa tradicional se enocaba al signi-

    cado de las palabras desde una perpectiva muy parti-

    cular. La palabra griega tymos, de la que proviene el

    trmino etimologa, signica verdadero, real y la or-

    ma neutra t tymon, el sentido original o verdadero

    de un vocablo. Esta rama de la gramtica tradicionalparta de la idea de que las palabras se deterioran con

    el uso, deormando la parte material del signicante y

    adulterando su sentido original y verdadero. Las pala-

    bras son bellas en su origen, pero se deorman con el

    tiempo y se corrompen. Todava los diccionarios denen

    corrupcin de costumbres o de voces como vicio o

    abuso introducido en las cosas no materiales (DRAE).

    La tarea de la etimologa era redescubrir o reconstruir

    el signicado verdadero de la palabra en la creencia de

    que el tiempo original o el estado prstino de las lenguas

    era el perecto.

    El concepto de corrupcin no tiene ningn

    valor descriptivo y mucho menos uerza explicativa, por

    lo que debe ser eliminado del vocabulario lingstico.

    Implica seguramente entre otras cosas que se trata

    de cambios caticos, aleatorios, carentes de orden y

    en todo caso debera aplicarse a las deormaciones

    producidas por la percepcin deectuosa de quienes

    no dominan la lengua o por transormaciones que no

    se ajustan a las reglas diacrnicas sistemticas de una

    lengua. En la primera categora se hallaran la mayora

    de los trminos que encontramos en la tradicinlolgica, como xurute, xurutecuanes, guachichiles,

    uzares, etctera, si realmente se derivaran de la palabra

    huichola que Diguet transcribe deectuosamente a

    partir de la palabra espaola huichol y en ortograa

    rancesa como houitcharika, o sea [wiarika], y a la que

    atribuye el signicado de agricultor; lo mismo cabe

    decir de las transcripciones que hace de otras palabras

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    huicholas, guiado por un odo poco entrenado. A la

    segunda categora se pueden asignar palabras como

    tatsunatsi, que podra remontarse a San Ignacio (en

    lugar de *Tsaninatsiu), y marietuma que proviene de

    mayordomo (en lugar de *mayoritumu). Pero la mayora

    de las transormaciones a que una lengua somete

    las palabras que toma prestadas de otras lenguas se

    ajusta a ciertas reglas de correspondencia impuestas

    por el sistema onolgico y morolgico de la lengua

    receptora, como he demostrado en mis trabajos sobre

    los prstamos del espaol al huichol desde la Conquista

    (Iturrioz, 2004).

    La etimologa pseudocientca presenta deec-

    tos undamentales:

    1. Se interesa solamente por el origen y el esta-

    do terminal, pasando por alto la evolucin, es decir el

    proceso mismo de cambio.2. Sus explicaciones carecen de sistematicidad

    porque no tienen en cuenta que los cambios onticos

    ocurren de acuerdo con reglas o leyes condicionadas

    por el sistema en que estn organizados los sonidos o

    onemas.

    3. No se tienen en cuenta otros niveles de orga-

    nizacin que tambin condicionan los cambios como la

    estructura morolgica de la palabra.

    4. Desconoce que los cambios semnticos se

    producen dentro de campos semnticos, es decir que

    estn condicionados por sus relaciones con los signi-

    cados de otras palabras, como puso de maniesto la

    semntica estructural.

    5. La explicacin se reduce al uso del concepto

    de corrupcin a modo de deus ex macchina.

    Las etimologas pseudocientfcas

    en el caso del huichol

    Aunque la etimologa de Diguet se ha seguido

    repitiendo mucho tiempo de manera acrtica, no hay

    ninguna evidencia positiva, ni cultural ni lingstica, ni

    onolgica ni semntica; carece de perspectiva histricay se basa simplemente en un aparente parecido

    supercial entre dos palabras, que se desvanece en el

    momento en que empezamos a hacer un anlisis serio.

    La base lxica relacionada con la siembra con la que

    Diguet asocia wixarika e indirectamente con huichol

    es wata, coamilear (watakame, coamileador),

    que en el innitivo tiene las variantes moroonolgicas

    watsiya, con la consonante aricada ts, que tiene como

    alono la aricada palatal ch (wachiya). Ciertamente

    -rika puede ser una combinacin de ajos como los

    que orman innitivos con una uncin nominalizadora.

    El sujo -ya de watsiya es la marca de innitivo y -tsi

    una variante moronolgica del sujo actitivo - ta; una

    vez separados estos sujos queda como raz wa, que

    aparece con otro sujo en la palabra waxa, milpa,

    planta de maz. Si houitcharika no existe, menos

    existe todava houitchia, coamil (o sea wichia), una

    percepcin deectuosa de watsiya. Dado que la palabra

    wixarika no tiene una variante posible con ch, lo nico

    que quedara en comn sera el onema inicial /w/, que

    comparten con muchas otras palabras. En suma, esta

    etimologa no se puede sustentar en la onologa ni

    en la estructura morolgica de la lengua huichola. No

    hay otra manera de derivar [wisa], raz de wixarika, deesta otra raz relacionada con el concepto de maz, que

    recurriendo al deus ex macchina de la corrupcin. En

    primer lugar, no hay ninguna posibilidad de separar sa

    de wi, y mucho menos de asociar wicon wa de acuerdo

    a las reglas moroonolgicas de la lengua. Adems,

    como en wisalika/wixarika no est presente el onema

    consonante alveolar aricada [ts], tampoco puede

    realizarse con el alono ch propio de aquel onema.

    Puede decirse wachiya, pero de ninguna manera

    wichalika. El sonido ch de huicholse ha originado en la

    transerencia al espaol, tal vez mediada por el nhuatl,

    y no proviene del huichol.

    Diguet remite a Orozco y Berra (1880: 21), segn

    el cual la palabra huachichil, qui tait lappelation de la

    population nomade de laquelle proviennent les huichols

    et qui une poque servait a designer ces derniers, es

    de origen nhuatl y se remonta a quaitl, cabeza, y

    chichiltic, rojo, debido a la costumbre de pintarse la

    cara de color rojo. Sin embargo, segn Diguet algunos

    huicholes un poco eruditos creen que la palabra

    huachichiles una corrupcin de huichalika. Su erudicin

    consista seguramente en haber odo de algn lingistadiletante tal etimologa. La etimologa a partir de quaitl

    debe basarse en la pronunciacin guachichil, que en

    realidad se genera en espaol a partir de la combinacin

    wa como en huarache/guarache, gevo/huevo. Dicho

    sea de paso, en realidad se pintan la cara de amarillo.

    En la Carta 1 de Lengua Huichol / Wixarika

    de la Cartograa de los pueblos indgenas del INALI

    se arma que la palabra huichol signica curandero

    o doctor. Aunque no se cita la uente, esta idea

    est tomada de Lumholtz (1904, II: 21), que tampoco

    estaba amiliarizado con los mtodos de reconstruccin

    diacrnica desarrollados desde el siglo XIX, de manera

    que su etimologa es tan lrica como las que se hacan

    en la tradicin predecimonnica.

    En Ramrez Flores (1980: 45) encontramos

    reproducidas las dos etimologas, la de Lumholtz y la

    de Diguet, que se han ido convirtiendo en verdades

    a medida que sus autores se ueron erigiendo en

    autoridades, a travs de su transmisin acrtica de

    generacin en generacin.

    En De la Pea (2006: 47) encontramosreproducida una vez ms la idea de Lumholtz (1904, II:

    21) de que el nombre huichol es una deormacin de

    la palabra wirrarika o wixlika, que puede signicar

    cantor o curandero. Desde su inancia, los miembros

    del pueblo wixrika aprenden las canciones sagradas

    que los unen con el universo y les permiten curar las

    enermedades de los seres humanos.

    Las razones de orden cultural o antropolgico

    no son sucientes para undamentar una etimologa.

    Watakame, el cultivador de maz tambin llamado

    Timuxawi, es el personaje que segn el mito del

    origen del maz cultiv por primera vez maz. Pero los

    huicholes existen como grupo mucho antes de ser

    agricultores, como se puede reconocer todava en sus

    prcticas culturales, en su mitologa y en otras ormas

    de su memoria cultural; todava no han dejado de ser

    cazadores y recolectores. Que los huicholes en sus

    mitos se consideren como los primeros cultivadores

    del maz no prueba nada, ya que todos los pueblos de

    Mesoamrica tienen mitos similares. Los huicholes slo

    podran haberse llamado as desde que aprendieronel cultivo del maz y la agricultura en general de otros

    pueblos mesoamericanos. Pero desde mucho antes

    tenan un etnnimo con el que identicaban a s

    mismos, y eran cazadores y recolectores mucho antes

    de que se hicieran semisedentarios para la siembra.

    Recientemente oamos decir a un poltico huichol que

    wixarika signica personaje ilustre sentado rente

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    al uego. Tambin podramos pensar que signica

    consumidor de peyote o personaje que peregrina

    a Wirikuta, persona que elabora bellos cuadros de

    estambre o chaquira. El problema de estas etimologas

    es que no distinguen la palabra del reerente, es decir la

    refexin sobre la cultura de la refexin metalingstica.

    Ciertamente, los huicholes son agricultores, sus

    chamanes son curanderos, pero tambin tienen muchas

    otras caractersticas, tal vez menos llamativas para los

    observadores orneos. Habra que aportar una prueba

    independiente de que algunas de esas caractersticas

    y no otras estn codicadas como rasgos semnticos

    del signicado de las palabras. Mientras tanto, hay que

    decir que son gratuitas, arbitrarias o inundadas.

    Nava (1998: 9) dice que la palabra huichol

    signica gente que puebla lugares con plantas

    espinosas, lo que en Mxico se conoce como huizachal[sic]. Una etimologa como sta no slo es gratuita,

    sino que es demostrablemente alsa. Huisache no es una

    palabra huichola, esta planta se denomina en huichol

    xir, por lo que habra que pensar que se trata de una

    palabra con la que los nahuas o aztecas denominaban a

    los huicholes, como ocurre con mazawa u otom. Ahora

    bien, la palabra huichol, o mejor dicho su antecedente

    en la lengua huichola wisalika, es el trmino con que

    los huicholes se denominan a s mismos y desde hace

    mucho tiempo, dado que no hay otro trmino ms

    arraigado en la propia lengua y cultura que le haga

    competencia, como s ocurre en el caso de los mazahuas,

    que se llaman a s mismosjatjo, palabra que signica

    lengua. En segundo lugar, para derivar wisalika de

    huizachi [wisai], hay que explicar la desaparicin de

    la slaba nal y la aparicin de la terminacin - lika en

    huichol. La explicacin slo se puede obviar si se recurre

    al deus ex macchina de la corrupcin.

    La etimologa cientfca como parte

    del estudio diacrnico de la lengua

    Para establecer etimologas adecuadas, no hay quellegar de un salto hasta el origen, sino reconstruir las

    etapas de la evolucin diacrnica de la lengua. La eti-

    mologa como parte de la ciencia lingstica se ocupa

    del origen de los signos a travs de su evolucin, es decir

    de sus cambios diacrnicos en los dierentes niveles de

    organizacin de las lenguas: onologa, morologa, se-

    mntica. Lo que interesa no es el origen como tal, que

    siempre ser relativo, sino el proceso mismo del cambio

    que tiende un puente entre el punto de partida u ori-

    gen relativo de un signo y el punto de llegada. El origen

    puede estar en una etapa anterior del huichol, en una

    protolengua corachol u otra ms antigua como el pro-

    toyutoazteca. Se requiere conocer la onologa, la gra-

    mtica y el lxico de la lengua y reconstruir sus cambios

    sobre la base de documentos escritos y la comparacin

    sistemtica y jerarquizada con lenguas emparentadas.

    Pero tambin es necesario tener en cuenta la analoga,

    los prstamos o calcos y los condicionamientos socio-

    lingsticos. La simple reconstruccin mediante la docu-

    mentacin de estados de lengua anteriores y el estable-

    cimiento de protolenguas mediante la comparacin con

    lenguas emparentadas suele dejar un residuo conside-

    rable de enigmas etimolgicos (Malkiel, 1996: 191)

    que ir menguando a medida que se vayan investigandolas evoluciones individuales, es decir, las biograas de

    palabras que muestran la intervencin ms o menos

    espordica y en distinto grado de uerzas que no se de-

    jan denir con esquemas rgidos. Malkiel (1996: 191-2)

    menciona entre otras la diusin y contaminacin lxica,

    el simbolismo nico o expresividad, la interaccin de las

    tendencias de asimilacin y disimilacin, los eectos de

    las creencias populares, la mitologa, la cultura material

    y las tendencias ldicas de la sociedad. Pero la presencia

    de estos actores de intererencia no debe entenderse

    como una puerta abierta a la arbitrariedad y la antasa.

    Uno de estos actores es la etimologa popular como

    mecanismo de cambio.

    Historia y origen de la palabra huichol

    Weigand (2002) recoge de materiales cartogrcos de la

    primera poca de la Colonia los nombres de poblaciones

    supuestamente relacionadas con los huicholes:

    En la seccin oeste de la zona nayarita estn

    los Coringa (Coras), organizados como una

    provincia. En la seccin sur de esta provincia

    se encuentra un pueblo llamado Naxurita.En el norte estn los tepecuanes,

    acompaados de la leyendagens era et sine

    legibus... En el centro de la zona de estudio

    est la provincia de los xurute, bordeada

    por los Cuanos... Muchos de los lugares

    y trminos tnicos de estos dos mapas

    estn relacionados en orma muy cercana...

    Obviamente, los nombres en ambos mapas

    que coinciden en orma ms cercana con

    el rea huichol contempornea, son las

    variaciones sobre los trminos Xurute y

    Xurutecuanes... Estos trminos estn muy

    relacionados con los (Na)xurita...

    La relacin entre los trminos mencionados es

    todo menos obvia. Un lingista acostumbrado a per-

    cibir dierencias onticas y analizar cambios diacrni-

    cos graduales no detectar mucha similitud entre esos

    trminos y las palabras actuales huichol y wixarika en

    sus dierentes pronunciaciones. Es probable que naxu-

    rite est relacionado con la palabra neuxi (PL neuxite),

    con la que se designan los coras, pero la prueba slo la

    puede suministrar un anlisis diacrnico ms proundo.

    No se pueden aceptar como antecedentes de la palabra

    huicholms que aquellas palabras que pueden derivar-se mediante reglas de cambio onolgico, gramatical y

    semntico, admitiendo que puede haber desviaciones

    debidas a actores socioculturales imprevisibles, pero el

    eecto especco de estos actores debe ser identicado,

    delimitado y motivado, de lo contrario se vuelve un deus

    ex macchina como el concepto de corrupcin.

    Rojas (1993: 54) cita el siguiente pasaje de la

    crnica de A. de Ciudad Real, Tratado curioso y docto

    de las grandezas de la Nueva Espaa, Mxico, UNAM

    1976:

    A la parte del oriente tiene otra provincia

    que se dice de los uzares, la cual es muy

    estril en los rutos de la tierra; cogen muy

    poco maz, y aunque son todos idlatras no

    tienen adoracin comn sino cada uno elige

    el dolo y le aplica aquello que ms le inclina

    la naturaleza; comen carne humana...

    Las transcripciones de los viejos cronistas pueden

    ser tan poco ables como sus armaciones de que estos

    pueblos carecan de leyes, eran salvajes, antropagos

    y muy caprichosos en la seleccin de sus dolos. La

    pronunciacin y transcripcin de los nombres se basabaseguramente en reerencias indirectas. Si en pleno

    siglo XX y a pesar de prolongadas estancias entre los

    huicholes, historiadores y antroplogos como Diguet,

    Lumholtz, Preu, Zingg, Bentez, orecen transcripciones

    muy deormadas de las palabras huicholas, no hay que

    extraarse que los nombres que nos han transmitido las

    crnicas no tengan ninguna garanta de delidad. No

    obstante, es posible reconocer algunas deormaciones y

    utilizarlas positivamente como evidencia adicional para

    la reconstruccin de las ormas originales.

    Ninguno de esos supuestos nombres de los

    huicholes que hallamos en las crnicas se ha mantenido

    hasta hoy en el habla real. El nico nombre que se usa

    entre los wixaritari es wixarika, y huichol es la nica

    palabra que se usa en el habla de los campesinos mestizos

    que viven desde hace siglos en contacto directo con esta

    etnia. La palabra huicholsuena hoy muy dierente a la

    palabra con que los huicholes se designan a s mismos,

    [wiarika] o [wialika], pero debe ser relacionada con

    su pronunciacin en pocas anteriores de la lengua

    espaola en la medida en que podemos reconstruirla a

    travs del anlisis diacrnico.

    Variacin dialectal como resultado

    de un cambio diacrnicoEl primer punto de arranque para la reconstruccin

    es la variacin dialectal dentro de la lengua huichola,

    porque a partir de esta variacin se puede reconstruir

    un estadio anterior de la lengua en la medida en que

    una de las variantes puede ser ms conservadora. Es el

    mismo procedimiento que se usa en la reconstruccin

    de protolenguas. En los dialectos orientales la palabra

    se pronuncia todava hoy [wialika] con una r mltiple

    asibilada, en contraste con la de la zona occidental,

    con variantes alonicas como s, (retrofeja) y . Estas

    variaciones permiten reconstruir un cambio onolgico

    que se consuma en el siglo XVIII, lo que nos permite

    distinguir dos estratos dierentes de trminos prestados.

    En el sistema onolgico de los primeros estadios (hasta

    el XVIII) no exista en huichol una vibrante mltiple

    como un onema independiente, aunque podra haber

    existido como una variante alonica de la sibilante, por

    eso en los primeros prstamos del espaol la r mltiple

    se sustituye por la vibrante sencilla (corral => kuraru,

    silla =>xila) y la sibilante permanece como tal (camisa

    => kamisa). En el XVIII se consuma un proceso por elque la sibilante del huichol se convierte en r asibilada

    y posteriormente en vibrante mltiple en los dialectos

    occidentales. En todos los dialectos la sibilante ha

    sido reinterpretada como vibrante, lo que vara son

    las realizaciones onticas como o . La realizacin

    asibilada permanece en los dialectos occidentales

    como una variante marcada en ciertos registros como

  • 7/22/2019 niuki_lengua indgena

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    28 2

    el religioso y el inantil. Un sonido sibilante se da desde

    entonces solamente como una variante alonica de la

    aricada:Sakaimuka Tsakaimuka.

    La palabra huichol procede de la palabra con

    la que los huicholes se designan a s mismos: wixarika,

    pero en la orma que tena en el siglo XVIII: wialika.

    Para explicar la presencia de la aricada palatal ch no

    solamente hay que conocer la estructura del sistemaonolgico del huichol en aquel entonces, sino tambin

    la del sistema onolgico del espaol. Hay una curiosa

    asimetra en las correspondencias, dependiendo de la

    direccin del prstamo:

    huichol kamisa

    Mientras en la palabra wialika la consonante

    tiene como correlato en espaol una aricada palatal //,

    en la direccin opuesta a la s del espaol corresponde

    s. Si los huicholes equipararon la sibilante del espaol a

    su propia sibilante, por qu los hablantes de espaol

    no sustituyeron la sibilante del huichol por su propia

    sibilante o por alguna de las sibilantes del espaol que

    podan existir todava en el XVII, sino por la aricada

    palatal?

    En la etapa nal de la Edad Media y durante el

    Siglo de Oro, el espaol se halla inmerso en un complejo

    proceso de expansin y unicacin que implica entre

    otras cosas una serie de cambios onolgicos, algunos

    de los cuales empiezan en la pennsula y se extienden

    paulatinamente hacia Canarias y Amrica. La migracin

    y el comercio con las colonias causan una gran movilidadpoblacional y con ella inestabilidad y fuctuacin

    lingstica. Para entender las correspondencias tenemos

    que trasladarnos a una poca en que ni la onologa

    del huichol ni la del espaol eran como ahora, y a lo

    largo de la cual se producen cambios considerables

    en los sistemas onolgicos de ambas lenguas. Las

    correspondencias que observamos en los prstamos nos

    pueden ayudar a reconstruir los sistemas onolgicos

    desde los primeros contactos entre ambos pueblos

    probablemente en la segunda mitad del siglo XVI o

    principios del XVII.

    Todava en el siglo XVII, adems de una sibilante

    pico alveolar como en mesa y la aricada palatal ,

    escrita como en , el espaol tena una

    ricativa palatal (, escrita : , ,

    ) que a lo largo del XVIII se convertira en la

    velar //, y una aricada dental (/ts/, escrita o :

    ), que estaba ya en vas de undirse con la

    sibilante en el espaol meridional, incluidas las colonias

    americanas, o de convertirse en una interdental en el

    espaol septentrional (ver Figura 2).

    Si hubiera sido interpretada como s hoy

    diramos *huisoles. Si la sibilante del huichol hubiera

    sido interpretada como , hoy diramos huijoles, comodecimos Mxico, Ajijicojilote. Si la palabra hubiera sido

    tomada despus del cambio onolgico de sibilante a

    vibrante en huichol, es decir a partir de una orma como

    la actual, hoy diramos huirroles. El prstamo se produjo

    por lo tanto a ms tardar en la primera mitad del XVIII,

    posiblemente bastante antes. En los documentos del

    XIX aparece ya con regularidad huichologuichol1, pero

    en documentos de la primera mitad del XVIII 2 aparece

    la transcripcin guisol, con omisin de la diresis; la

    alternancia entre las graas y se debe a

    una fuctuacin onolgica del espaol que todava hoy

    persiste. Y en la crnica de Domingo Lzaro de Arregui

    (1621) aparece la orma bisoritas3, que atestigua la

    neutralizacin de la bilabial /b/ y la labiodental /v/

    sonoras. Esto me hace pensar que en las primeras etapas

    de los contactos los hablantes de espa