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REVISTA INTERNACIONAL N.° 9 - 1966 LA VIDA DEL PARTIDO DESPUÉS DEL XXIII CONGRESO DEL PCUS LA GUERRA EN VIETNAM PROBLEMAS ACTUALES DE LOS SINDICATOS PRECIO 0,50 SOVIÉTICA MENAJE A li VOIUCION DE OCTUBRE

Nuestra Epoca N°9 - 1966 - Revista Internacional

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REVISTAINTERNACIONAL

N.° 9 - 1966

LA VIDA DELPARTIDO

DESPUÉS DELXXIII CONGRESO

DEL PCUS

LA GUERRAEN

VIETNAM

PROBLEMASACTUALES

DE LOSSINDICATOS

PRECIO E° 0,50

SOVIÉTICA

MENAJE A liVOIUCION DE OCTUBRE

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COLABORANEN ESTENUMERO:

IVAN VASILIEVICH KAPITONOV

Secretarlo del Comité Central del l ' i i r l l . l . . < ' " inmi l«Ude la Unión Soviética

IVAN PBIMOV

Secretario del Comité Central del Partido Comunista Búlgaro

WLADYS1AW P1LATOVV8KI

Miembro del Comité Central del Partido Obrero Unificado Polacoy primer secretarlo del Comité Regional de Wroclaw del POUP.

TSEREVIIN DAVAGSUKEN

Miembro del Comité Central del Partido RevolucionarioPopular de Mongolia

ERNO CSIZMADIA

Economista húngaro

SANDOB ZSARNOSZAI

Economista húngaro

AARNE SAARINEN

Presidente del Partido Comunista de Finlandia

FUAD NASSAU

Primer secretario del Comité Central del Partido Comunln tnde Jordania

FIERRE GENSOUS

Si-rri ' tano C.i-ucral adjunto do l . i

uestra ÉpocaREVISTA I N T E R N A C I O N A L

¡Proletarios de todos los países, unios!

9 1966AÑO VII - SEPTIEMBRE

S U M A R I O

I. V. KAPITONOV — La vida del Partido después del XXIII Congreso del PCUS 3I. PRIMOV — El estímulo material en la producción agrícola [Experiencias delPartido Comunista Búlgaro] 15

ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS

E. CSIZMADIA y S. ZSARNOSZAI — La transformación de las relacionessocio-económicas en el campo húngaro 22

EL TRABAJO Y EL CAPITAL

P. GENSOUS — Los problemas actuales de los sindicatos 32

EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL EN NUESTROS DÍAS

E. NASSAR — La lucha antiimperialista de los pueblos árabes . . . . 4 1K. PETWAS — Algunas cuestiones del desarrollo socio-económico de la India 50

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

T. DAVAGSUREN — Hacia la victoria completa del socialismo [El XV Con-greso del Partido Revolucionario Popular de Mongolia] * A. SAARINEN — Lacolaboración entre las fuerzas democráticas de Finlandia * W. PILATOWSKI— La democracia socialista en acción [Experiencias de la organización del Par-tido de la región de Wroclaw] * J. B. TAVARES DE SA — Contra la dictadu-ra en Brasil 58

LA GUERRA EN VIETNAM

I. SUMAR — Los hechos acusan 73

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NUESTRAS ENTREVISTAS

Cómo funciona el sistema pluripartidista en la RDA . 76¡Tengamos presentes las lecciones de la historia! [En el XXX aniversario de laguerra civil española] 53

NUESTRO DIARIO

J. PRAZSKY — Paz duradera y seguridad en Europa 91

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOS DEMÓCRATAS

F. MANSUR — En defensa de los presos políticos de Arabia Saudí . . . 94

LA VIDA DEL PARTIDO DESPUÉSDEL XXIII CONGRESO DEL PGUS

E L impetuoso y polifacético desarrollo de lasociedad soviética origina la necesidad deperfeccionar constantemente la dirección del

Partido, de profundizar su democracia interna, deacrecentar por todos los medios la actividad, lainiciativa y la responsabilidad de los comunistas.En los últimos años la actividad del Partido Co-munista de la Unión Soviética se caracteriza porun viraje profundo hacia la solución de los pro-blemas de su vida interna. Este viraje, en el quehan desempeñado un papel importante los Plenosdel CC de octubre y noviembre de 1964 y losposteriores, fue desarrollado y consolidado porel XXIII Congreso del PCUS.

Los documentos del XXIII Congreso desarro-llan creadoramente la doctrina leninista sobre elPartido en tanto que fuerza dirigente de la socie-dad soviética. En su actividad, el PCUS se apoyaen las leyes objetivas del desarrollo social. ElPCUS atribuye a la construcción del comunismoun carácter organizado y científicamente fun-damentado. El Congreso dedicó una gran atencióna las cuestiones de la construcción del Partidoy de su vida interna. El Congreso introdujo enlos Estatutos cambios dictados por las nuevascondiciones, orientó la atención dé los órganosdel Partido y de todos los comunistas hacia acti-vas búsquedas creadoras de formas y métodosdel trabajo de organización e ideológico que res-pondan a las exigencias actuales.

Armadas con las resoluciones del Congreso, lasorganizaciones del Partido desplegaron una vastaactividad para llevar a la práctica las tareasplanteadas.

¿A qué obliga el crecimientodel papel del PCUS?

En el Programa del PCUS se formula y se fun-damenta la tesis, de extraordinaria importanciaen el plano teórico y práctico, acerca del creci-miento de la función del Partido a medida quese amplían y se profundizan las tareas de la

por I. V. Kapitónov

construcción comunista. El XXIII Congreso delPCUS desarrolló esta tesis de acuerdo con lascondiciones actuales y con las nuevas tareas. Alelaborar la política del Partido para el próximoperíodo y tomando en consideración las enormesproporciones y la complejidad de las tareas so-cio-económicas, el Congreso analizó a fondo has-ta qué punto las formas vigentes de la construc-ción de las organizaciones del Partido, las reglasy normas de su vida interna, los métodos de suactividad y de la de sus organismos dirigentescorresponden a las nuevas condiciones y exigen-cias, y si aseguran .por entero el crecimiento dela iniciativa y de la actividad del ejército de co-munistas compuesto por más de doce millones demilitantes. En suma, el Congreso elaboró las me-didas, que son de principio por su esencia eimportantes en el sentido práctico, para el ulteriorrobustecimiento del Partido y para elevar la ca-pacidad combativa de todas sus organizaciones.

Los ideólogos burgueses, y no solamente ellos,sino también ciertos dirigentes socialistas de de-recha embarcados en el galeón de las concepcio-nes ideológicas de los primeros, han hecho nopocos intentos de presentar el aumento del papeldel PCUS como una aspiración del Partido a in-tensificar —según gustan expresarse— ©1 domi-nio de una parte tel Partido] sobre el conjunto[la sociedad], a acrecentar sus atribuciones acosta de los derechos de los trabajadores, en par-ticular de sus organizaciones de masas. La viday la práctica han desmentido una vez más esasinvenciones de nuestros enemigos, que basabansu propaganda en la falsa y fantástica tesis segúnla cual la sociedad soviética está bajo la féruladel Partido Comunista. La función del Partidocomo fuerza dirigente y orientadora en la cons-trucción comunista se ha elevado, efectivamente,y seguirá elevándose más y más. Al mismo tiem-po, ha crecido y continúa creciendo el papel delos organismos estatales y de las organizacionessociales de masas de los trabajadores: los Soviets,los sindicatos, las organizaciones juveniles, las

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asociaciones profesionales de los creadores inte-lectuales y artísticos... El pueblo soviético cons-truye el comunismo no sólo con su trabajo crea-dor de valores materiales y espirituales, sinotambién con su activa participación en la gober-nación del Estado, con sus realizaciones en lavida social y en la producción. Aduciremos algu-nos ejemplos.

En las elecciones de marzo de 1965 a los So-viets locales de diputados de los trabajadores—rurales, de poblados fabriles, distritales, urba-nos, regionales y territoriales—, la composiciónde éstos fue renovada en más de la mitad [56,7%]y salieron elegidos 2.010.540 diputados. En lascomisiones permanentes, una de las formas másextendidas de participación práctica de los re-presentantes del pueblo en el trabajo de los So-viets, actúan 1.638.958 diputados, o sea casi lascuatro quintas partes de la to ta l idad de los ele-gidos. Las secciones que funcionan en plan delabor social, los grupos de instructores e inspec-tores y las diversas comisiones adjuntas a loscomités ejecutivos de los Soviets, los comitésvecinales de casas de vivienda, de calle y debarriada en ciudades y poblados fabriles, los co-mités de padres en las escuelas y administracio-nes de las viviendas, los consejos sociales en loshospitales y dispensarios, las comisiones de su-pervisión en comedores y tiendas, así como otrasformas de actividad social de los trabajadores,constituidas en torno a los Soviets, agrupan amás de 20 millones de activistas.

Las asambleas permanentes de producción, ele-gidas por las colectividades de obreros y emplea-dos, son una forma, cristalizada desde hace mu-cho tiempo y justificada por la práctica, de par-ticipación de los miembros de los sindicatos enla gestión de las empresas. Actualmente, en lasempresas, en las obras en construcción y en lossovjoses funcionan más de 130.000 asambleas deeste tipo, a las que han sido elegidos cinco millo-nes de trabajadores, de los cuales dos tercios sonobreros. En total, durante el año pasado partici-paron en estas asambleas más de 30 millones deobreros, ingenieros, técnicos y empleados. Lasasambleas aprobaron más de millón y medio depropuestas sobre el desarrollo del progreso téc-nico y el crecimiento de la productividad, sobrela cultura en el trabajo y en los servicios socia-les, sobre cuestiones salariales, etc. Tres cuartaspartes de las propuestas aceptadas ya han sidoaplicadas. El control popular cuenta hoy día ensus filas con unos 6 millones de activistas.

Ejemplos de este género hay muchos. Se puededecir que jamás se había registrado una partici-pación tan masiva y auténticamente popular delos soviéticos en la gestión de los asuntos socia-les. Mas el Partido no se conforma con esto: sabeque ciertas capas trabajadoras todavía no han si-

do incorporadas a una intensa actividad políticay social. De aquí que una de las funciones másimportantes del trabajo del Partido consista eninstruir e incorporar a cada ciudadano soviéticoa la gestión de los asuntos públicos. Esta acti-vidad, gigantesca por su envergadura, es una delas manifestaciones del creciente papel del Parti-do en las circunstancias actuales.

El XXIII Congreso del PCUS puso de realce enparticular que la actividad de las organizacionesdel Partido entre las masas debe distinguirse porel espíritu creador, la maestría organizadora yla capacidad para convencerlas con ejemplosconcretos, para demostrar dónde se encuentrany cuáles son las reservas para da construccióncomunista y cómo aprovecharlas de la mejor ma-nera posible. De otro lado, la obligación de todoslos organismos del Partido, de todas sus organi-zaciones, estriba en estudiar atentamente y sinte-tizar las propuestas, las observaciones críticasque hacen los trabajadores y tomar las medidaspertinentes para corregir las deficiencias. Cuan-do las gentes ven que su opinión y sus propues-tas son tenidas en cuenta, cuando se convencenen la práctica de que su inipiativa creadora esútil, entonces adquiere un mayor auge la energíasocial de las masas. El enorme ascenso políticoy laboral de las masas y el desarrollo de su acti-vidad e iniciativa son testimonios patentes delcrecimiento de la función del Partido.

Desde hace algún tiempo, los propagandistasburgueses y sus secuaces recurren cada vez me-nos a la tesis sobre el peligro que se cierne sobrelos soviéticos con el aumento del papel del Par-tido Comunista. En cambio, ahora son frecuentesentre los teóricos burgueses de las más diversascorrientes las patrañas de todo género sobre unapretendida tendencia histórica hacia la atenua-ción del papel del Partido a medida que se vadesarrollando la sociedad soviética. Pues bien,en realidad, como puede comprobarse, en unasociedad aue edifica el socialismo y el comunis-mo, a medida que se avanza aumenta el volumende las tareas a resolver con miras a la edifica-ción de tal sociedad y crecen las masas humanasque participan más activamente cada día comocreadores conscientes de la. nueva vida. Fueradel partido marxista-leninista, ninguna otra orga-nización política puede asumir el cometido deunir los esfuerzos de las masas trabajadoras y detodas las organizaciones estatales y sociales, lasenergías de todos los constructores de la nuevasociedad.

El Partido sintetiza la experiencia creadoramás avanzada, y después la hace patrimonio detodas las masas trabajadoras. La difusión de lasconcepciones e ideas de vanguardia, de la expe-riencia vanguardista en el trabajo y en la vidaes un importante eje del trabajo del Partido. El

LA VIDA DEL PARTIDO DESPUÉS DEL, XXIII CONGRESO DEL PCUS

estudio y la sintetización de la experiencia de lasmasas es, a la vez, una premisa y una importantecondición del desarrollo creador de la teoría. Elcomunismo no surge de manera espontánea, sinoque se edifica gracias a la actividad conscientey tesonera de las masas. Esto significa que lasmasas encarrilan su actividad en consonanciacon el conocimiento de las leyes objetivas deldesarrollo de la sociedad.

Jamás la teoría y su desarrollo creador ha-bían desempeñado un papel tan enorme en lavida social como en el período de la construc-ción de la sociedad comunista. Asimismo, el cre-ciente significado social de la teoría demues-tra incuestionablemente el incesante crecimientodel papel del Partido, que al elaborar su políticaanaliza todos los cambios importantes acaecidosen la vida social y estudia con atención la ex-periencia de las masas. La teoría marxista-leni-nista es la base del enfoque científico de la di-rección de la economía y de la vida social delpaís, un poderoso instrumento en la lucha contrael subjetivismo y las decisiones voluntariosas, con-tra los intentos de sailtar las etapas del desarro-llo social, de cerrar los ojos a la realidad y deno tomar en consideración sus exigencias.

Un claro ejemplo de semejante enfoque cien-tífico es la reforma económica que se está im-plantando de conformidad con las decisiones delos Plenos de marzo y septiembre [1965] delCC del PCUS, y que fue aprobada por el XXIIICongreso. Su particularidad estriba en que seapoya, de un lado, en la teoría, en las leyes eco-nómicas del socialismo, en la tesis leninista acer-ca de la necesidad de edificar la nueva socie-dad con la ayuda del entusiasmo engendradopor la revolución y, a la vez, sobre la base delinterés material de sus constructores por los re-sultados de su trabajo. Y de otro lado, esta re-forma se apoya en la experiencia práctica, re-sumida y sintetizada por el Partido y compro-bada por él a través de la opinión pública. Lareforma económica estuvo precedida de una am-plia y fecunda discusión en la que chocaron di-versas opiniones y se enfrentaron diferentes pun-tos de vista. Un aspecto importante fueron losexperimentos económicos realizados al principioen un reducido número de empresas y sectores,pero que, no obstante, dieron resultados muyvaliosos; tales experimentos permitieron apoyar-se no en hipótesis acerca de la. eficiencia delnuevo sistema de gestión económica, sino en da-tos reales.

Las resoluciones del CC del PCUS sobre losproblemas cardinales del desarrollo de la agri-cultura tienen como base un enorme trabajoteórico y práctico. Estas resoluciones abarcanlos problemas tocantes al cambio progresivo delcarácter de las grandes superficies de cultivo, a

su irrigación y drenaje, al desarrollo de los ape-ros agrícolas y de la maquinaria; se refierentambién a la actitud de los hombres hacia laproducción agropecuaria, al estímulo económicode la misma, al desarrollo de la iniciativa delas colectividades.

Al trazar las' perspectivas para todo un perío-do histórico y asimismo para los años próximos,el Partido se guía por la teoría. Además, tieneen cuenta en todos los sentidos la experienciay la opinión de las masas y comprueba la jus-teza de sus propias propuestas contrastándolascon la sabiduría colectiva del pueblo. Así es co-mo se elaboran también las directrices princi-pales de los planes económicos de nuestro país.He aquí, por ejemplo, cómo se confeccionó elplan para 1966 en el combinado metalúrgico deKuznetsk. Con anterioridad, en octubre de 1965,en todos 'los talleres, sectores y servicios se ce-lebraron asambleas en las que se discutió el es-bozo del nuevo plan. Se hicieron observacionescríticas y muchas propuestas. Y una vez toma-das en consideración se confeccionó el proyecto,que después pasó al examen del director delcombinado conjuntamente con los jefes de taller,de sectores y servicios, con los contramaestresy los vanguardistas de la producción. Luego, elproyecto del plan y las medidas acordadas parasu cumplimiento se debatieron en la asambleageneral de producción de !la empresa.

El combinado debe prepararse para pasar alas nuevas condiciones de planificación y de es-tímulo material. Por lo tanto, paralelamente ala labor de confeccionar el proyecto del planefectuáronse los preparativos para pasar a apli-car el nuevo estilo de trabajo. Las cuestionesconcernientes a la realización de la reforma eco-nómica se discutieron durante tres meses en lasreuniones de trabajadores, en las asambleas per-manentes de producción de los talleres y en otrosforos similares. Se presentaron más de 500 pro-puestas para aprovechar ampliamente los fon-dos básicos y circulantes y para elevar la ren-tabilidad de la empresa y mejorar la organiza-ción del trabajo. Se celebró también una confe-rencia técnico-económica, en la que examiná-ronse bajo todos los aspectos las vías para acre-centar la eficiencia de 'los fondos básicos y larentabilidad de la empresa. Sus secciones dis-cutieron informes y propuestas para el paso alas nuevas condiciones de planificación y de es-tímulo material. La conferencia elaboró reco-mendaciones concretas para aplicar las propues-tas presentadas y las medidas técnico-organiza-tivas. Este fue un eslabón importante en el tra-bajo preparatorio general.

El XXIII Congreso confirmó las directivaspara el nuevo plan quinquenal de 1966—1970.Teniendo en cuenta la enorme importancia d«

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elaborar planes económicos bien fundamentados,las organizaciones del Partido encabezaron estetrabajo: ellas aseguraron una amplia participa-ción de todos los obreros, coljosianos y emplea-dos en la preparación de los planes; se preocu-paron de que las medidas prácticas para el des-arrollo de la producción fueran elaboradas to-mando en consideración las propuestas de lospropios trabajadores; hicieron severas observa-ciones a algunos administradores cuando no eranlo debidamente atentos con la opinión de estao aquella colectividad.

Guiándose por la teoría, el Partido orienta laactividad práctica de tal manera que correspon-da a las leyes objetivas del desarrollo social.Esto se refiere no soló a toda la política inte-rior del Partido, sino también al rumbo de supolítica exterior, dictada por el alto deber decontribuir al desarrollo progresista de la socie-dad y de oponerse a las fuerzas de la reaccióny la agresión. La aplicación práctica de esterumbo es un asunto de todo el pueblo. En nues-tros días esto se comprueba diáfanamente en laardorosa disposición de todo el pueblo soviéticoa prestar la ayuda que sea necesaria al heroicopueblo de Vietnam en su lucha contra la agre-sión de los imperialistas norteamericanos. La po-lítica interna y exterior del PCUS, consecuente,profundamente fundamentada y acorde con lasnecesidades del desarrollo social, eleva a granaltura la autoridad del Partido y refuerza su in-fluencia en todos los dominios de la vida de lasociedad soviética.

El creciente papel del PCUS exige una orga-nización de su vida interna que dé vasto espa-cio para que se manifiesten la iniciativa y la acti-vidad, para que se desarrollen el pensamientoy la acción independiente dentro de las normasy principios leninistas, los cuales hacen diferen-ciación entre lo impregnado de espíritu de Par-tido y aquello que carece de él, entre la siste-matización y la anarquía, entre la disciplina cons-ciente y la subordinación mecánica. De aquí lapreocupación del PCUS por que cada militante,con todas sus inquietudes, necesidades y exigen-cias, ocupe el centro de la atención de la vidainterna del Partido.

Lo principal: la actividad,la iniciativa y la organizaciónde los comunistas

El XXIII Congreso del PCUS, al determinarlas tareas del próximo futuro, prestó mucha aten-ción al ulterior desarrollo de la actividad de loscomunistas, a la elevación de su responsabilidad,de su espíritu organizativo y de su operatividad.

Estos problemas se resuelven, en primer lu-gar, con una justa selección al ampliar las filas

del Partido; aceptando solamente a aquel queverdaderamente es una persona avanzada ennuestra sociedad soviética, aquel que está en con-diciones de luchar abnegada y tesoneramente porlos intereses vitales del pueblo, por el comunis-mo, aquel que realiza su labor entre los traba-jadores y los cohesiona alrededor del Partido.En segundo lugar, incorporando a todos los co-munistas al trabajo cotidiano de Partido, crean-do condiciones en las que las fuerzas, los cono-cimientos y la capacidad de cada uno puedanser utilizados de la mejor manera para la causacomún.

El Congreso subrayó que la vida presenta acada comunista mayores exigencias cada vez.Cualquier reducción de las exigencias para el in-greso en el Partido aceptando a todo el quemanifieste deseos de ingresar en él sin tener encuenta qué es lo que representa esta persona,cuáles son sus vínculos con las masas, qué pa-pel juega en la vida social, y sin considerar sicon su ingreso en el PCUS fortalecerá sus fi-las, sería perjudicial para el Partido. Algunoscamaradas, viviendo bajo las condiciones de unahomogeneidad social y de una unidad moral ypolítica del pueblo cada vez mayores, parten aveces en la práctica de que ahora ya no es ne-cesario plantear tales cuestiones para admitirnuevos militantes. Esto es una equivocación quepodría traer peligrosas consecuencias, conducira rebajar el papel del Partido en la vida de lasociedad soviética.

Poco antes del Congreso, el CC del PCUShizo serias observaciones sobre el trabajo de al-gunas organizaciones del Partido. En una reso-lución sobre la actividad de la organización re-gional del Partido de Jarkov en cuanto al ingresoy a la educación de nuevos militantes, el CCcondenó el debilitamiento de las exigencias parael ingreso e indicó la necesidad de elevar la res-ponsabilidad de las organizaciones del Partido yde los comunistas en la selección de nuevos ca-maradas. Esto fue una importante advertenciarespecto a la obligación de observar rigurosa-mente el consejo de Lenin de «elevar más, másy más el título y el nombre de miembro delPartido»,1 porque «si necesitamos de nuevosmiembros del Partido no es para fines de publi-cidad, sino para realizar un trabajo serio».2

Las cuestiones relacionadas con el ingreso enel Partido y con el trabajo a realizar entre losnuevos militantes han sido examinadas en losplenos de muchos comités regionales, urbanosy distritales y en asambleas generales de orga-

LA VIDA DEL PABTIDO DESPUÉS DEL XXIII CONGBESO DEL PCUS

1 Obras Completas, t. VI. pAg. 500. Ecllt. Cnrtago.2 Ibidem, t. XXX, pág. 50.

nizaciones del PCUS. Ello ha dado resultadosmuy positivos.

El XXIII Congreso aprobó las medidas adop-tadas por el CC e impuso a todas las organiza-ciones del Partido la obligación de abordar conmayor rigor la afiliación al PCUS. En la reso-lución sobre el informe del CC se dice: «Es ne-cesario que se admita en las filas del PCUS, enconsonancia estricta con los Estatutos del Par-tido, a los obreros, coljosianos e intelectualesavanzados y conscientes, que participen activa-mente en la construcción del comunismo. En lacomposición social del Partido, los obreros de-ben seguir ocupando una situación predomi-nante.»

Esta indicación del Congreso responde a lanaturaleza de nuestro Partido, al papel y al lu-gar de la clase obrera en la sociedad socialista.Se deduce del Programa del PCUS, donde sedice: «Por cuanto la clase obrera es la fuerzamás avanzada y organizada de la sociedad so-viética, también ejerce en ella su papel dirigen-te en el período de la edificación del comunis-mo en todos los frentes.» Esto no puede dejarde reflejarse en la composición del partido di-rigente. El Partido cada vez crece más a cuentade los obreros: entre el XX y XXII congresosen el total de los admitidos como candidatos amiembro del Partido los obreros representabanel 40,6%, y entre el XXII y XXIII congresos,el 47,6%.

A las filas del Partido ingresan los mejorescoljosianos, obreros de los sovjoses y motoculto-res. Las organizaciones del Partido en el campocrecen incesantemente, tanto en el orden numé-rico como cualitativamente.

Es claro que el Partido concede gran impor-tancia a la participación de los intelectuales ensu trabajo. Los mejores representantes de la in-telectualidad técnica engrasan constantementelas filas del Partido. Entre los empleados que in-gresan en el Partido, más de dos tercios son es-pecialistas: ingenieros, agrónomos, médicos,maestros, proyectistas, trabajadores científicos.Crece y se fortalece en las organizaciones de laintelectualidad creadora el sector formado porlos militantes del Partido. Todo esto es testimo-nio de que nuestra intelectualidad popular estácohesionada alrededor del Partido, que sirve sin-ceramente y sin reservas al pueblo, de cuyos in-tereses el PCUS es el mejor intérprete.

La labor de reclutamiento la realizan las or-ganizaciones del PCUS en el trabajo de cadadía. En su actividad explicativa y organizadoraeducan y estudian a las personas, se rodean deactivistas sin partido, los aproximan al Partidoy muchos de ellos se incorporan al trabajo deéste. Como resultado de ello las personas prue-ban sus fuerzas y aptitudes, llegan a tomar con-

ciencia de la necesidad de pertenecer al Partido,de luchar por sus ideales, de encontrarse no pró-ximos a sus filas, sino dentro de ellas.

Por excelentes que sean esta preparación yeste control de reclutamiento, no bastan paradeterminar si una persona es realmente apta pa-ra pertenecer al Partido. Se necesita además lapreparación y prueba dentro de la propia orga-nización: hace falta que la persona conviva ytrabaje en la colectividad del Partido como .can-didato, para que pueda conocer concienzudamen-te el Programa y los Estatutos, el orden internode la vida del Partido, probar y demostrar susposibilidades. La vida confirma constantementeque parte de los candidatos no es admitida enlas filas del Partido. Esto demuestra hasta quépunto es necesario el 'período de candidato, y lasorganizaciones del Partido adoptan medidas paraque en este sentido las cosas se organicen toda-vía mejor.

A la vez crece la responsabilidad de los co-munistas en cuanto a la recomendación de nue-vos miembros y candidatos a miembros del PCUS.El XXIII Congreso concedió el derecho a ava-lar las peticiones de ingreso no a los militantesque lleven tres años en el Partido, como ocu-rría antes, sino a quienes tengan no menos decinco años de antigüedad en el PCUS. La reco-mendación es un aval político garantizando quequien solicita el ingreso es apto para el Partido,que puede ser admitido en sus filas. La resolu-ción del Congreso está encaminada a que losavales sean dados por comunistas que ya hanadquirido un buen temple en la vida del Par-tido.

A fin de elevar las exigencias para los quedesean ingresar en el Partido, el Congreso es-tableció que los jóvenes menores de 23 añossólo pueden ser dados de alta en el PCUS a tra-vés del Komsomol, en cuya organización las mu-chachas y los muchachos soviéticos cursan unaseria escuela de educación comunista y de acti-vidad social. Cerca del 40% de los admitidoscomo candidatos al Partido en los últimos seismeses pertenecen al Komsomol. En nuestro Par-tido el 53% de los militantes tienen menos de40 años. En este hecho aparece reflejada indu-dablemente la continuidad de las generacionesde la sociedad soviética, el apoyo ardiente dela juventud a las tradiciones combativas del Par-tido, a su espíritu revolucionario.

No es pequeña la importancia que para la se-lección de los nuevos militantes tiene la formaen que se examinen las solicitudes de ingreso.Para la organización del Partido es importanteconocer con la mayor exactitud posible la opi-nión de quienes trabajan juntamente con el quepide el ingreso en el PCUS; y no sólo la opi-nión de los comunistas, sino también de los sin

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partido. Por eso, las peticiones de ingreso se exa-minan, por regla general, en asambleas abiertasdel Partido. El orden de las votaciones estable-cido por el XXIII Congreso está orientado aque se tome más plenamente en consideraciónestas opiniones: la resolución de la organizaciónde base sobre nuevas admisiones se consideraráaprobada cuando hayan votado por ella no lamayoría simple, corno sucedía antes, sino dostercios por lo menos de los comunistas presen-tes en la reunión.

El mejoramiento general del trabajo entre lasmasas, entre los activistas sin partido, y la ma-yor rigurosidad al abordar las nuevas admisio-nes contribuyen a mejorar cualitativamente lacomposición del PCUS. Así lo indica el ejemplode aquellas organizaciones cuya práctica se haestudiado últimamente. Tomemos como ejemploel Partido Comunista de Lituania. En la orga-nización del Partido de Kaunas, entre los admi-tidos como candidatos a miembros del Partidoen el primer semestre de 1965 los obreros cons-tituían el 50,9%, y en el primer semestre delaño actual el 53,8%. De los empleados acepta-dos como candidatos en la primera mitad de1966 el 84,1% eran especialistas de diversas ra-mas de la economía nacional, mientras que enel período equivalente del año anterior eran el78,6%.

En otras muchas organizaciones del Partidose observa el mismo cuadro. En la región deDniepropetrovsk el porcentaje de obreros entrelos candidatos admitidos en la primera mitad deeste año, en comparación con igual período delaño anterior, aumentó de 51,2 a 54; en la deKaragandá, de 51,6 a 55,9; en la de Kémero-vo, de 55,2 a 59,2; en la de Yaroslavl, de 46,7a 59,8%.

Las organizaciones del PCUS, al abrir suspuertas a nuevos afiliados, parten de que esgrande el honor de ser comunista, pero tambiénson grandes las obligaciones que ello comporta.Sobre esto ha escrito muy bien en Pravda el ca-marada Dmítriev, ajustador de la fábrica de auto-móviles de Gorki: «Yo diría así: si quieres serdel Partido no busques una vida fácil, prepáratea echar sobre ti una carga más pesada, a acep-tar mayores responsabilidades por todo lo quese hace a tu alrededor.»1

Para que se eleve el papel de vanguardia delmilitante comunista es necesario que él tengala posibilidad de trabajar activamente en el Par-tido, de aportar en plena medida su trabajo, susconocimientos y experiencia a nuestra obra co-mún. Esto se consigue desarrollando por todoslos medios la democracia interna del Partido y

1 I'ruvdn del 10 de febrero de 1966.

elevando el grado de organización en el trabajode cada colectividad del PCUS.

La democracia del Partido, como se sabe, semanifiesta antes que nada en que todos los ór-ganos dirigentes del Partido, de abajo arriba,son elegibles y amovibles y están obligados arendir cuentas de su gestión. Pero la cuestiónno reside sólo en que las elecciones se celebrenregularmente y en los plazos previstos por losEstatutos: lo importante es que transcurran enun ambiente de discusión crítica y exigente delos informes sobre la gestión de los órganos delPartido y que se valore con rigor a los nuevoscamaradas propuestos para ocupar los cargos dedirección. Los comunistas tienen realmente po-sibilidad de elegir libremente a quienes consi-deren más capaces, mejor preparados y fieles alos principios. Gran importancia tiene para estola decisión del XXIII Congreso sobre la supre-sión de las, reglamentaciones para la renovaciónde los órganos del Partido.

La anterior reglamentación no se ha justifi-cado. Por ejemplo, en las células era necesariorenovar cada año no menos de la mitad del bu-ró, y no era posible elegir para secretario a uncamarada más de dos veces, es decir, por un pla-zo superior a dos años. De aquí resultaba quebuenos organizadores, que go/aban de la esti-mación y de la confianza de los camaradas, seveían obligados a dejar de realizar un activotrabajo de Partido, lo cual repercutía negativa-mente en el estado del trabajo y en realidad res-tringía los derechos de los militantes.

El XXIII Congreso señaló que es necesarioprestar más atención y aprecio a la opinión ya las proposiciones de los comunistas. En losEstatutos sólo se conserva ahora una cláusulaprogramática de principio sobre la necesidad derenovar sistemáticamente los órganos electivosdel Partido. La cuestión de a quién elegir con-cretamente es cosa que compete exclusivamentea las asambleas, conferencias y congresos y esresuelta teniendo en cuenta las condiciones lo-cales concretas y las cualidades prácticas y polí-ticas de los cuadros.

¿Quiénes forman parte de los órganos del Par-tido? Si se escucha a algunos críticos burguesesresulta que los obreros y los campesinos de fi-las no participan en los órganos dirigentes delPCUS y de sus organizaciones. He aquí cifrasque prueban el verdadero estado de cosas. To-memos, por ejemplo, la organización del Partidode una de nuestras regiones corrientes, la deOmsk. Componen el Comité Regional 31 obreros,6 coljosianos, 28 especialistas de la industria, deltransporte, de la construcción y de la agricultu-ra, 8 trabajadores de la ciencia y de la cultura,60 funcionarios del Partido, muchos de los cualestrabajaban no hace mucho en empresas indus-

triales y en coljoses, en escuelas y en colegiostécnicos. Entre los miembros del comité regio-nal figura V. Zinchenko, Héroe del Trabajo So-cialista, pastor del sovjós Moskalenski de cría deganado lanar de raza, el conductor de locomo-tora eléctrica I. Katrazhenko, la criadora de ani-males A. Averiánova. En el comité urbano deOmsk hay 33 obreros, 26 especialistas de la eco-nomía, 13 trabajadores de la ciencia y de la cul-tura y 36 funcionarios del Partido. Así es, apro-ximadamente, la composición de los otros comi-tés distritales, urbanos y regionales.

Naturalmente, para elevar la actividad y laresponsabilidad de los comunistas, no sólo esnecesario observar las normas de la democracia,sino también que los cuadros tengan una sólidapreparación marxista-leninista. Utilizando su ricaexperiencia, el Partido no sólo perfecciona lasformas de organización, sino también la educa-ción política. El Comité Central ha elaborado yaplica ahora un nuevo sistema que tiene en cuen-ta el diferente nivel de la preparación teóricade las personas y que permite a cada uno pasarde escalón en escalón en el estudio de la teoríamarxista-leninista. Quien no posee preparaciónpolítica, la obtiene en una escuela política pri-maria de dos años. El segundo grado es la es-cuela de fundamentos del marxismo-leninismo,de cuatro años de duración. El eslabón superiorson las universidades de marxismo-leninismo ylas escuelas urbanas y distritales del activo delPartido y de los organismos de la economía. Loscomunistas preparados tienen amplia posibilidadde estudiar por su cuenta las materias que lesinteresan: Historia del PCUS, filosofía, Econo-mía política, etc. Las organizaciones del Partidoayudan a estos camaradas y llevan a cabo con-sultas, seminarios, conferencias y charlas teóri-cas en las que los comunistas intercambian opi-niones sobre problemas de importancia.

El sistema de que cada comunista domine lateoría, sistema que lleva implícitos estímulos pa-ra la constante ampliación del horizonte políticode cada camarada, contribuye, indudablemente,al crecimiento de la actividad y de la madurezde los miembros del Partido.

El campo de la actividad social de Partidode cada comunista es, en primer lugar, la orga-nización a la que pertenece. De acuerdo con losprincipios leninistas, las organizaciones prima-rias constituyen la base del PCUS:. a través deellas se agrupan las personas avanzadas de lasociedad, en ellas se forma el comunista comocombatiente político activo del Partido, ellas or-ganizan el trabajo práctico cotidiano de los co-munistas y juegan un gran papel en el controlde la aplicación del Programa y de los Estatu-tos del PCUS.

Tenemos ahora 333.668 organizaciones de ba-

sé. Existen en casi todas las colectividades detrabajo: empresas, coljoses y sovjoses. Son célu-las que cuentan con un número considerable demiembros: mientras que en 1946 el número decomunistas de una empresa industrial era portérmino medio de 38, ahora es de 81; en unaobra en construcción, 27 y 41 respectivamente;en un sovjós 17 y 75, y en un coljós 10 y 42.Su estructura se ha hecho más flexible y amplia:las organizaciones primarias tienen una articula-da red de organizaciones de taller y de gruposen los sectores. Esto es muy importante: seme-jantes eslabones del Partido están en condicionesde asegurar un trabajo activo de cada comunis-ta, de llegar a cada persona. El centro de gra-vedad del trabajo de organización y político setraslada cada vez más al taller, a la brigada, aun sector concreto: a las masas.

En consonancia con esto crece el papel de lasreuniones de Partido: éstas son el órgano supe-rior de las organizaciones del Partido, una es-cuela de educación política, la forma organiza-tiva de forjar la unidad de opinión y de acciónde los comunistas. En ellas los militantes ex-presan su opinión no sólo sobre la labor de sucolectividad, sino también sobre la actividad del'Partido en su conjunto y de sus órganos diri-gentes.

Del nivel de las reuniones y de su papel dacierta idea la práctica de los comunistas de lafábrica de piezas y armazones de hormigón ar-mado N"? 1 de Volgogrado. He aquí las cues-tiones que examinan: elevación de la responsa-bilidad de los comunistas por el sector de tra-bajo encomendado, papel de los ingenieros y delos peritos en el mejoramiento de los índiceseconómicos, estado del trabajo educativo con losobreros jóvenes en la fábrica, lucha de la orga-nización del Partido por el cumplimiento delplan de aplicación de la nueva técnica y del plande medidas técnicas de organización, situacióny medidas para elevar el nivel técnico-culturaíde la producción... Un gran número de comu-nistas toma parte en la preparación de la dis-cusión de estos problemas. Por ejemplo, las cues-tiones del paso a un nuevo sistema de planifi-cación y de incentivos económicos fueron estu-diadas antes de la reunión por una comisión de25 personas, entre las cuales había 20 obreros.Como resultado de esto es elevada la actividadde los militantes en las reuniones.

La organización primaria contribuye con todasu labor a hacer que cada comunista desarrollesiempre una intensa actividad de Partido: en for-ma debida planifica y distribuye trabajo, encar-ga tareas, comprueba su cumplimiento y cuandoes necesario ayuda al militante. Al propio tiem-po se esfuerza por conseguir que los camaradasno esperen tareas en todo momento, sino que

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"tengan iniciativa, que expliquen la política delPartido cuando haga falta, corrijan a los que se'equivocan y apoyen a quienes tengan razón, yque siempre sirvan de ejemplo. El ejemplo per-sonal de los doce millones de comunistas ejerce•una fortísima influencia sobre las masas, atra-yéndolas y convenciéndolas.

En la región de Vorónezh está situado el col-jós Podgórnoe. En la organización del Partidohay 67 coljosianos. Los comunistas se encuen-tran en los sectores fundamentales, es decir, allídonde se decide la suerte de los planes de pro-ducción. Doce militantes son motocultores; sie-te, chóferes; diecisiete trabajan en el cultivode los campos; trece, en la ganadería, y tres, enla construcción. Actúan con la ayuda constante•de sus organizaciones de las brigadas y de losgrupos de Partido. En el orden del día de susreuniones se debatieron en los últimos tiemposlas siguientes cuestiones: «¿Cómo debe ser elcomunista?», «El comunista, iniciador de la emu-lación» . .. Los comunistas marchan allí verda-deramente al frente de la colectividad. La abso-luta mayoría de los mismos son trabajadores devanguardia de la producción. Y este coljós estambién de vanguardia.

A medida que se avanza hacia el comunismo,la labor del Partido es cada vez más amplia,abarca a toda la población y, por decirlo así, se"hace más delicada, exige saber acercarse a laspersonas, tener en cuenta sus cualidades indivi-duales, ayudar a formar su fisonomía espiritualy a desarrollar sus fuerzas creadoras y sus cua-lidades. El principio del socialismo es: «De cadauno según su capacidad, a cada uno según sutrabajo.» El desarrollo y la exteriorización de la•capacidad de cada uno en el trabajo para el biencomún es una importante condición del avancede toda la sociedad y de las distintas colectivi-dades. A esto tiende también la actividad de las•organizaciones del Partido.

El estilo de dirección:más carácter científico, mássentido práctico y másflexibilidad

Las nuevas tareas y las condiciones de trabajodel Partido presentan nuevas exigencias a sus•comités. El centralismo democrático, como prin-cipio rector de la estructura orgánica del PCUS,asigna un importante lugar en toda la actividaddel Partido a sus órganos centrales y locales. Lapuesta en práctica de este principio está llama-da, cabalmente, a asegurar la apreciación másrigurosa de las condiciones objetivas de desa-rrollo de la sociedad en interés de una políticajusta elaborada por el Partido y de su satisfacto-ria aplicación. Este principio permite destacar

las tendencias principales del desarrollo de todala sociedad soviética y tener en cuenta las condi-ciones específicas locales, elevar la actividad delos comunistas, asegurar el debido grado de orga-nización, la disciplina necesaria y un alto sen-tido práctico. A este respecto adquieren enor-me significación las formas y los métodos, todoel estilo de la actividad de los organismos delPartido.

El XXIII Congreso del PCUS prestó una granatención a este problema. En sus resoluciones seindican las peculiaridades de la dirección delPartido en la construcción económica y cultural.Señalando que todas las organizaciones del Par-tido deben centrar su atención en la lucha por elfeliz cumplimiento del nuevo plan quinquenalde desarrollo de la economía nacional, el Con-greso subrayó lo siguiente: Las organizacionesdel Partido deben actuar de acuerdo con «los mé-todos de la labor organizativa y educadora queles son propios, sin suplantar ni establecer unatutela mezquina sobre los órganos de los Sovietsy de la economía».

Los comités del Partido son órganos de direc-ción política. Esto hay que repetirlo una y otravez porque el período actual de desarrollo de lasociedad soviética exige en particular que losórganos del Partido actúen precisamente comotales. Dirigir la marcha hacia el comunismo, co-ordinar las diferentes y multiplicadas fuerzasde la sociedad soviética, no perder de vista nadaque pueda frenar el proceso general de desarro-llo, ver con claridad las perspectivas y las tareasconcretas maduras del día de hoy: ante tales exi-gencias son más intolerables que nunca la sim-plificación de los métodos de la dirección delPartido, los elementos de imposición administra-tiva, la suplantación de los organismos de la eco-nomía y de los Soviets por parte de las organiza-ciones del Partido, su tutela en cuestiones minús-culas. Con tal estilo de dirección pasan inevitable-mente a segundo plano las cuestiones de la labororganizativa e ideológica del Partido, la selecciónde cuadros y la comprobación del cumplimientode las decisiones, que son otras tantas importan-tísimas funciones de los órganos del Partido, encuya ejecución no pueden ser éstos reemplazadospor otras instituciones. Ni qué decir tiene quesemejante práctica conduce a reducir el papel delos órganos de los Soviets y de la economía consus numerosos especialistas y su activo. En unapalabra, esta práctica debilita en fin de cuentasla influencia del Partido sobre la vida de la so-ciedad soviética. El XXIII Congreso del PCUS re-calcó con todo vigor que la dirección de los co-mités del Partido no consiste en realizar funcio-nes administrativas, sino funciones políticas y deorganización.

Dado que el PCUS es un partido gobernante y

LA VIDA DEL PARTIDO DESPUÉS DEL XXIII CONGRESO DEL PCUS11

responde por la suerte del país y por toda laconstrucción comunista, los comités del Partidono pueden, naturalmente, dejar de ocuparse dela economía, de resolver las cuestiones del des-arrollo de la producción y de crear la base ma-terial y técnica del comunismo. Pero ellos —yesto lo remarcó el XXIII Congreso— tienen supropia manera de abordar los problemas y susmétodos específicos. Y es cada vez más patenteque los órganos del Partido abordan estas cues-tiones con miras a la aplicación de la política delPartido, teniendo para ello en cuenta las leyesobjetivas del desarrollo de nuestra sociedad, lascondiciones concretas y la opinión de las masas,la organización de éstas para el cumplimiento delas tareas planteadas y la solicitud por los hom-bres.

Esto se ve mejor en la experiencia concreta.Tomemos, por ejemplo, la organización del Parti-do de la región de Sumí [Ucrania]. En un pasadono lejano los comités examinaban fundamental-mente las cuestiones de la producción; en sus re-soluciones prescribían con detalle lo que habíaque sembrar y cuándo, qué medidas agrotécnicashabía que llevar a cabo, cómo organizar la manu-tención del ganado y el cuidado de los cultivos,etcétera. Ahora empiezan a prestar más atencióna las cuestiones de la vida interna de Partido, a laselección de cuadros y al control de su crecimien-to y de su trabajo. En este sentido sirve de ejem-plo la labor práctica del propio comité regional.He aquí una enumeración de las cuestiones queha examinado últimamente en sus sesiones: el tra-bajo del comité distrital de Trostenets del PCde Ucrania sobre el fortalecimiento de los gruposde Partido; la labor práctica realizada por el co-mité local de la ciudad de Shostka para elevarla responsabilidad de los comunistas en la obser-vancia de Jas exigencias de los Estatutos delPCUS; la actividad del comité distrital de Seredi-no-Budski para incrementar el papel de las orga-nizaciones primarias del Partido en la soluciónde las tareas de la construcción económica ycultural; la selección, distribución y educaciónde los cuadros en el distrito de Glujov; la laborde dirección del comité distrital de Shostka delPC de Ucrania en relación con las organizacionesde los coljoses.

En el estilo de trabajo de los comités regional,urbanos y distritales de Sumi se pone de mani-fiesto cada vez más la tendencia a estudiar afondo los problemas de las empresas, de los col-joses y de los sovjoses, a abordar con un crite-rio económico los problemas de la dirección dela producción, a influir sobre ella, sobre la viday el estado de espíritu de las masas a través delas organizaciones de base del Partido. Esto serefleja, en particular, en que el comité regionaly otros comités prestan una mayor atención a la

labor de formación de los cuadros. También seatiende más a las organizaciones primarias delPartido. El comité local de la ciudad de Shostka,por ejemplo, ha elaborado un plan anual de estu-dio político del activo, en el que se prevé la or-ganización de seminarios mensuales de secreta-rios de las organizaciones de base y de taller, deseminarios trimestrales de los miembros de losburós y de los miembros de los comités del Par-tido y de seminarios semestrales para los organi-zadores de grupos del Partido. En estos semina-rios se debaten las cuestiones palpitantes deltrabajo del Partido y se analiza la experienciaacumulada. El apoyo en las organizaciones debase va siendo un rasgo característico de la acti-vidad de numerosos comités urbanos y distritales.

El ahondamiento de la fundamentación cientí-fica del trabajo del Partido tiene enorme impor-tancia, puesto que un conocimento escaso de lasleyes económicas y de otras leyes objetivas deldesarrollo social y un estudio poco profundo dela realidad, de las condiciones y de la situaciónconcreta conduce indefectiblemente a adoptardecisiones precipitadas y unilaterales y a actuarsin la debida reflexión. Una fundamentación másprofunda de la labor de Partido permite enfocarla solución de los problemas con un criterio dife-rencial, contrario a toda rutina. Y es importanteque los comités del Partido y sus dirigentes com-prendan cada vez mejor que esto sólo se puedeconseguir con un conocimiento sistemático delas necesidades de desarrollo social, del estado deánimo de las masas, de las tareas económicasconcretas de cada empresa, de cada distrito, decada ciudad, de cada región, y con el análisis dela vida de las organizaciones del Partido.

En otros tiempos ese estudio no siempre era,ni mucho menos, lo debidamente profundo y sis-temático. Ocurría que algunos funcionarios muyseguros de sí mismos, pero muy poco preparados,poseían tan sólo conocimentos científicos super-ficiales, y a veces ni siquiera se interesaban poradquirirlos, dejábanse llevar de consideracionesde momento, no se preocupaban de comprobar lajusteza de sus opiniones. Como único argumentoaducían cálculos primitivos: «nosotros contamoscon el lápiz en la mano». Pero sabido es que don-de actúan hombres, donde actúan masas, hay queconocer algo más que las cuatro reglas de laaritmética. Hay que tener en cuenta condicionesreales muy diversas, conocer el sentir de lasmasas y sus posibilidades, determinar la eficien-cia económica y social de las medidas a adoptar.

En este sentido mucho están cambiando lascosas. Se combate insistentemente toda manifes-tación de subjetivismo, todo formalismo en elestudio de la vida, en la elaboración de los pro-blemas. Se utilizan mejor los probados métodosleninistas de preparación de las decisiones sobre

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bases democráticas. Adjuntos a los comités delPartido y en las organizaciones de base funcionanen plan de actividad social diferentes burós y co-misiones sobre problemas económicos, técnicos,ideológicos, sobre problemas de organización deltrabajo de Partido. En el comité regional de Tula,por ejemplo, actúa en plan de trabajo social unconsejo de cooperación al progreso técnico, encuyas secciones desarrollan sus actividades cercade 400 personas. De la comisión ideológica for-man parte 84 camaradas, y del consejo metodoló-gico de la Casa de Educación Política, 45. Ade-más, el comité regional cuenta con la colabora-ción de 95 instructores no retribuidos. Todo esteactivo, estrechamente vinculado con la vida,realiza un gran trabajo de organización y al mis-mo tiempo ayuda a captar, estudiar y resolvercon mayor acierto los problemas actuales.

En los últimos tiempos están siendo puestas enmarcha diferentes formas de trabajo en plan deactividad social. Desaparecen formas artificiales,inútiles, disminuye el número de asambleas detoda clase. Los diversos sectores sociales sonatraídos en vasta escala, en primer término, alestudio de los problemas que están a la ordendel día. Utilízanse cada vez más ampliamente losmétodos de las investigaciones sociológicas con-cretas, haciendo que participen en ellas colecti-vidades de centros científicos y de investigaciónpara el análisis previo de las cuestiones a re-solver.

En Leningrado, por ejemplo, esto se hace así.Al estudiar el estado en que se encontraba la agi-tación política oral y al preparar las medidas pa-ra intensificar su eficacia, con la cooperación delInstituto de Investigaciones Sociológicas se reali-zó una encuesta en 36 empresas. Las conclusionesa que se llegó ayudaron después a elaborar reco-mendaciones concretas a las organizaciones delPartido. En relación con los preparativos de lasempresas para el paso a la semana de trabajo de5 días, el comité local del PCUS, con la participa-ción del Instituto de Investigaciones Sociológi-cas, estudia en 12 empresas cómo utilizan lostrabajadores el tiempo libre, con el fin de elabo-rar medidas concretas para mejorar el trabajoideológico y cultural de masas. El comité localde la ciudad organizó un seminario para los fun-cionarios de las secciones industriales y deltransporte de los comités distritales del Partidosobre las cuestiones relacionadas con la prepara-ción de los planes de desarrollo social de lascolectividades, es decir, de unos planes que com-prendiesen no sólo el incremento de la produc-ción, sino también el desarrollo integral de loshombres que trabajan en la producción, el per-feccionamiento de su formación profesional •"técnica, su elevación cultural, el desarrollo omni-lateral y armónico de la personalidad humana.

Para el planteamiento de tales problemas prestauna gran ayuda la aplicación de las investigacio-nes sociológicas en el curso de la labor de Par-tido.

Este trabajo requiere de los comités del Parti-do un estudio más profundo de la vida social,una ligazón constante con todos los grupos de lapoblación y un conocimento preciso de todos loscambios. En este sentido queda todavía muchopor hacer. A la vez se puede decir que hoy losdirigentes del Partido y los miembros de los co-mités estudian mucho más a fondo los problemasantes de resolverlos. Es bien elocuente el hechode que los organismos del Partido someten cadavez más los proyectos de sus resoluciones a exa-men de las organizaciones inferiores, incluidaslas de base.

Son cada vez más frecuentes las conferenciasteóricas sobre los problemas actuales de cada or-ganización directamente relacionados con el tra-bajo práctico. A este respecto se observa unaconjugación muy útil de la teoría y la práctica,la aplicación de los postulados científicos gene-rales al análisis de la labor Cotidiana, a los pro-blemas que plantea la vida. Estas conferenciasteóricas giran en torno a los problemas de la eco-nomía y de la técnica y en torno a las cuestionessociales e ideológicas. En el último tiempo seorganizan asimismo conferencias teóricas sobrelos problemas del trabajo de organización y deltrabajo de Partido. Conferencias científicas deeste carácter se han celebrado, por ejemplo, enla región de Riazán. El comité del Partido en eldistrito Zheleznodorozhni de Riazán efectuó unaconferencia teórica que estuvo consagrada alproblema de la pureza de las filas del Partido ya las elevadas exigencias que se presentan a loscamaradas que desean ingresar en el PCUS. Fuemuy profunda la conferencia teórica realizadapor el comité local de la ciudad de Skopin sobrael tema: «Promover y educar a los cuadros comoenseñaba Lenin». En sus labores tomaron partelos secretarios de las organizaciones de base delPartido, los dirigentes de empresa, coljoses ysovjoses, funcionarios de los Soviets y de lossindicatos, en total 450 camaradas. La discusiónfue muy viva y fueron presentadas numerosasproposiciones concretas con miras a mejorar eltrabajo entre los cuadros.

Hay que decir que las cuestiones relativas a lalabor de cuadros ocupan ahora un lugar especialen la actividad de las .organizaciones del Partido.Los principios leninistas de selección de loscuadros teniendo en cuenta sus cualidades polí-ticas y prácticas se desarrollan en el sentido detener cada vez más en cuenta la opinión de lasorganizaciones primarias y de las colectividadeslaborales cuando se trata de promover a un hom-bre a un puesto determinado. Antes de decidir la

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designación de un funcionario se averigua deta-lladamente cómo responde el camarada en cues-tión de su trabajo, si posee capacidad para orga-nizar bien el trabajo de una colectividad y si esbien firme en orden a los principios. También eneste sentido intervienen la organización de basedel Partido y la colectividad laboral de la em-presa dada. De este modo se aplica práctica-mente la indicación leninista sobre la publicidady sobre el democratismo en la selección y promo-ción de los cuadros. Esto contribuye a elevar elnivel de la selección, distribución y educaciónde los cuadros de acuerdo con las exigencias delXXIII Congreso, haciendo de esto una tarea ge-neral del Partido y del Estado. Tomemos, porejemplo, las organizaciones del Partido Comunis-ta de Georgia. Aquí, como en otras organizacio-nes del PCUS, ahora se exige que se estudie conparticular esmero a los hombres en los lugaresen que trabajan. Cuando se trataba de elegir aun candidato para el cargo de director de la fá-brica de automóviles de Kutaísi, un secretario delCC del Partido Comunista de Georgia visitó lasorganizaciones del Partido de la empresa y re-cabó su opinión. Fueron sopesados los pro ylos contra de cada candidatura y, como resultadode todo ello, se resolvió la cuestión —tal es laopinión general— del modo más acertado.

Un importante rasgo distintivo del período ac-tual en la vida de nuestro Partido consiste enque en todas sus organizaciones está desarrollán-dose más y más la colegialidad en la dirección.Se eleva el papel de los organismos colectivosmás amplios: los plenos de los comités y lasasambleas de las organizaciones del Partido. Losplenos y las asambleas, y no los organismos eje-cutivos [los burós], son quienes estudian los pro-blemas más importantes. Esto va precedido de unanálisis previo detallado de las cuestiones en elque se tiene en cuenta la información recibidade las organizaciones. En todas las organizacio-nes del Partido se está procediendo actualmentea ordenar la información, tanto de abajo arribacomo de arriba abajo. Y esa información —estoes particularmente importante—• se aprovechacada vez mejor para la elaboración de decisionesatinadas, para el intercambio de experiencias dela labor de Partido y para mejorar la dirección.

Por otra parte, los miembros de los comitéstienen la posibilidad de conocer con mayor pleni-tud los problemas en las asambleas .y de ponerde manifiesto sus proposiciones, sus observacio-nes y sus dudas. Antes no contribuían en nadaa esto las llamadas reuniones ampliadas, que se«ensanchaban» tanto que los miembros de losorganismos encargados de la dirección sobrelos que recaía la responsabilidad de esta direc-ción, se diluían, por así decirlo, en la masa gene-ral de asistentes a las reuniones. Semejantes reu-

niones más bien se parecían a mítines que aasambleas prácticas. Los ejemplos de este génerodemuestran que el número de asistentes a unareunión no basta para determinar el nivel deldemocratismo. Actualmente se han creado todaslas condiciones para que los miembros de loscomités tengan la posibilidad de estudiar lascuestiones en todos sus aspectos y de expresarsu opinión sincera y detalladamente en las reu-niones de los organismos de dirección.

Al desarrollo de la colegialidad y a la reafir-mación del sentido práctico contribuye tambiénel constante desarrollo de la crítica y la autocrí-tica, cuya necesidad ha sido subrayada por elXXIII Congreso. .Este es un imperativo esencialde la vida en un período en el que es preciso ele-var la actividad y la responsabilidad de los co-munistas y en el que las deficiencias en la activi-dad del Partido y de sus organizaciones puedenrepercutir muy negativamente en la vida de lasociedad. Teniendo esto en cuenta, el Partido exi-ge cjue las cosas se hagan de manera que cadacomunista esté seguro de que sus observacionescríticas van a ser examinadas y tomadas en con-sideración, y que toda proposición valiosa va aser llevada a la práctica. El Partido condena loscasos en que algunos dirigentes, llevados de unfalso celo, pretenden presentar una opinión sin-ceramente expresada, o el desacuerdo con tal ocual proposición en el curso de un debate, pocomenos que como una intervención contra elPCUS, como algo que va en detrimento de la uni-dad del Partido. Sin luchar contra el amordaza-miento de la crítica los comunistas no podrándebatir con un sentido práctico y con audacia lascuestiones más palpitantes.

Por eso los organismos del Partido prestancada vez más atención al estado de la crítica y laautocrítica en las organizaciones, a las propues-tas y observaciones de los militantes. Así, en casitodas las organizaciones se ha discutido con tododetalle en estos últimos tiempos la cuestión rela-tiva a cómo s,on tenidas en cuenta las observa-ciones y las proposiciones hechas en las asam-bleas generales de rendición de cuentas y deelección de cargos del año pasado. Cada día másactivamente son apoyados los comunistas que po-nen de manifiesto con audacia las deficienciasdel trabajo y denuncian los abusos. Es cada vezmás decidida la condena de que son objeto losque directa o indirectamente intentan intimidara quienes intervienen con un sentido crítico yresponden a la crítica con evasivas o con prome-sas vacías. En todas las organizaciones se tratade que impere esta norma: ante cada queja oseñal de que se haya amordazado la crítica deberealizarse una investigación minuciosa y debenser hechas todas las conclusiones necesarias.

El XXIII Congreso ha dado con todo su traba-

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jo y con sus decisiones una prueba convincentede que el Partido aplica con tesón la línea encami-nada a elevar el sentido práctico en todas lascosas. El empuje revolucionario y el sentidopráctico, fundidos estrechamente, bien unidos,son la garantía de nuevos éxitos en la labor delPartido. A esto contribuyen el establecimento ca-da vez más preciso de la responsabilidad perso-nal de los comunistas, incluidos los dirigentes, elreforzamiento de la comprobación del cumpli-miento de las decisiones, la elevación de la res-ponsabilidad de cada uno por la obra común.En muchas organizaciones es hoy obligatorio in-formar en las asambleas, en los plenos y en lassesiones de los burós acerca del cumplimiento delas decisiones adoptadas con anterioridad y delas misiones encomendadas, de las observacionescríticas y de las propuestas hechas.

El Partido se esfuerza por consolidar en todossus organismos y en todas sus organizaciones unesfilo de trabajo que haga completamente incon-cebible el incumplimiento de una decisión colec-tiva y gracias al cual la dirección asegure el des-arrollo y el aprovechamiento de la actividad y dela iniciativa de los comunistas y se apoye en lasmasas en el curso de todas sus actividades. Unaley de la vida del Partido es la plena democracia,la libertad de opinión cuando se debate cualquierproblema y una elevada disciplina en el cumpli-mento de las decisiones adoptadas por la volun-tad de la mayoría.

El mejoramiento de la labor del Partido y desu dirección es un proceso permanente: sus for-mas y sus métodos se perfeccionan sin cesar.La vida prosigue con menos ruido que en algu-nos años anteriores, pero continúa su curso conmás energía, que se manifiesta en todo rindiendomagníficos resultados.

El pueblo se cohesiona aún más estrechamen-te en torno al Partido, como lo han demostradobien persuasivamente las recientes elecciones alSoviet Supremo. Jamás se había emitido tal nú-mero de sufragios en pro de los candidatos delbloque de comunistas y sin partido, en pro dela plataforma electoral de este bloque, basadaen las decisiones del XXIII Congreso del PCUS.

Y el pueblo trabaja con seguridad, tranquilay tenazmente. El plan del primer semestre delnuevo quinquenio ha sido cumplido por la in-dustria en el 104%. En comparación con el pe-ríodo correspondiente del año pasado se ha obte-nido un 8% más de producción industrial. Tra-bajan con abnegación los productores del cam-po, los coljosianos y los obreros de los sovjo-ses. En casi todas partes se ha obtenido unabuena cosecha. Ha sido rebasado el plan del pri-mer semestre en la producción pecuaria.

Todo esto es el mejor testimonio de que elrumbo que sigue el Partido es correcto, de quese han creado las condiciones para desarrollarmás y más la actividad de los comunistas y decada organización del Partido, para impulsar lainiciativa y la actividad creadora de las masas.El Partido está en condiciones de abarcar de unmodo más completo y más profundo, ideológi-camente y en el sentido de la organización, to-dos los dominios de la vida social para incor-porar al trabajo a todas las fuerzas de la socie-dad, lo cual significa una mayor aceleración dela marcha de la sociedad soviética por el cami-no que conduce al comunismo.

Nuestro Partido se considera uno de los des-tacamentos del movimiento comunista interna-cional. Educa a sus cuadros de dirección, a to-dos los comunistas, a todos los soviéticos en elespíritu del internacionalismo proletario. En susactividades el PCUS utiliza la experiencia acu-mulada por los partidos hermanos, por todo elmovimiento comunista mundial.

EL ESTIMULO MATERIALEN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA(Experiencias del Partido Comunista Búlgaro).

La victoria del régimen socialista en el campobúlgaro abrió posibilidades ilimitadas para eldesarrollo de la agricultura, que en el breve pla-zo de 15—20 años ha cambiado totalmente defisonomía. Todos los campesinos están agrupa-dos en las haciendas cooperativas de trabajoagrícola [HCTA] o trabajan en las haciendasagrícolas del Estado [HAE]. Existen en el país868 HCTA que poseen 3.700 Ha. de tierra cul-tivada cada una, por término medio, y 151 HAEa 4.100 Ha. de promedio.

La agricultura, ayer atrasada y marginal, eshoy una rama altamente productiva y rentablede la economía socialista de Bulgaria. Disponede una base material y técnica moderna y defondos de producción sólidos que garantizan elincremento ininterumpido de la producción agro-pecuaria. Ha habido también cambios en la es-tructura sectorial de la agricultura, son más ele-vadas la especialización y la concentración dela producción. Se han conseguido ritmos de des-arrollo relativamente altos en la agricultura. Elcrecimiento medio anual de la producción a lolargo de los últimos 7—8 años es superior al5%. En consecuencia, la agricultura puede yasatisfacer con sus productos las necesidades es-tatales y de la población.

Hay que decir que actualmente trabajan enla agricultura búlgara 1,8 millones de personas,o sea, el 47% aproximadamente de .toda la po-blación activa, en lugar del 80—85% que lohacía hasta la Segunda Guerra Mundial. Y sinembargo produce casi el doble que antes de laguerra. Esto evidencia que la productividad deltrabajo se ha incrementado considerablemente.La industrialización del país y la constituciónde una sólida base material y técnica en el cam-po crean mayores posibilidades para que la pro-

por Iván Primov

ducción agropecuaria se asiente sobre bases in-dustriales. En los últimos tiempos este proceso*se acentúa, lo que significa en esencia una nue-va etapa en el desarrollo de la agricultura búl-gara.

En la lucha por el triunfo del régimen socia-lista en el campo, porque los campesinos búl-garos se incorporasen a las cooperativas, por ele-var la producción agropecuaria y los ingresos,de los cooperadores ha desempeñado un papelmuy importante la política de estímulo materialde los productores aplicada por el Partido Co-munista y el Gobierno popular.

¿En qué se fijó concretamente la atención-cuando se fundaron las HCTA para elevar alnivel debido, el interés material? El Partido Co-munista Búlgaro comprendió desde los primeros-momentos que para consolidar las HCTA y ele-var el interés de los campesinos cooperadorespor la producción social era necesario, ante to-do, crear con ayuda del Estado una sólida basematerial y técnica para el nuevo sistema coope-rativista. Con ella podría garantizarse el aumen-to de la producción en las cooperativas y elevarlos ingresos de los cooperadores. Este fue elprincipio en que se basó la política del Partidocuando llevó a cabo la reorganización de la agri-cultura.

En la primera etapa de la cooperación, cuan-do las HCTA agrupaban a los campesinos po-bres y a parte de los campesinos medios, quedisponían_de escasos aperos y poco ganado de-labor, cuando las cooperativas eran económica-mente débiles y carecían de recursos para adqui-rir la maquinaria indispensable, el Estado orga-nizó una red de estaciones de máquinas y trac-

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tores [EMT], que atendían a las cooperativas encondiciones muy ventajosas. Con ayuda de lasEMT se consiguieron en poco tiempo grandes•éxitos en cuanto a la mecanización del agro.

En vísperas de la revolución socialista de1944, el 22,7% de los campesinos carecían por•completo de ganado de labor; el 9,1% de lashaciendas tenían solamente un animal de tiro;•el 18,7% de las haciendas carecían incluso delos aperos agrícolas más elementales. Únicamen-te el 30,2% de los campesinos labraban la tie-rra con arado de hierro, haciéndolo el resto conarado de madera. Actualmente trabajan en laagricultura búlgara cerca de 67.000 tractoresIcalculados en unidades de 15 HP], equipadoscon sus correspondientes máquinas cultivadoras,sembradoras, cosechadoras, etc. Esto ha permi-tido mecanizar casi completamente los funda-mentales tipos de trabajo en el agro. Está tam-bién casi completamente mecanizada la defensade las plantas contra las plagas del campo. Pa-ra estos fines se creó el servicio aéreo agrícola,•que cuenta con más de 100 aviones. La ayudadel Estado para mecanizar la agricultura jugóun gran papel en el crecimiento del interés ma-terial de los cooperadores.

Una vez realizada la mecanización ocuparon•el primer plano nuevos problemas, a los cualesdedicó atención preferente el Partido a fin deeliminar a tiempo los obstáculos que se opo-nían al desarrollo de las fuerzas productivas enel campo y de solucionar las contradicciones ydificultades surgidas. Apareció en primer lugarla contradicción entre el aprovechamiento de latierra y de la maquinaria, contradicción deriva-da del distinto carácter de la propiedad de estosdos elementos importantes de la producción agro-pecuaria. La tierra era propiedad de^la HCTA,mientras que la maquinaria pertenecía al Esta-do, lo que no contribuía a elevar el interés ma-terial de las cooperativas por un empleo másracional de la técnica. Esta contradicción fueliquidada en 1962—1963 mediante la venta alas HCTA de los medios técnicos fundamenta-les. En atención a esto, los precios de acopiode los productos agropecuarios fueron elevadosen la proporción en que habían aumentado losgastos de las cooperativas para adquirir y cui-dar la maquinaria. Con ello se dio un nuevoimpulso a la mecanización ulterior de los tra-bajos del campo.

En el nuevo plan quinquenal está previstomejorar sustancialmente el abastecimiento demaquinaria a la agricultura, se han acordadomedidas para desarrollar la producción nacionalde máquinas agropecuarias y aumentar la impor-tación de tractores, cultivadoras y otras máqui-nas agrícolas.

Con la ayuda del Estado se realiza con éxito

la electrificación y quimización de la agricultura.Casi todas las instalaciones de las HCTA estánelectrificadas. Se han construido algunas gran-des empresas químicas, particularmente fábricasproductoras de fertilizantes nitrogenados y fos-fáticos, de insecticidas, etc. En 1965 la agricul-tura recibió 281,7 kgs. de abonos químicos deproducción nacional por cada hectárea cultiva-da. Antes de la guerra, la media de abonos quí-micos por hectárea era de 0,7 kgs., importadosdel extranjero. Debe señalarse que la utilizaciónde fertil izantes químicos rinde una elevada ren-tabilidad. Por ejemplo, el efecto económico decada kilogramo de salitre empleado en el cul-tivo de trigo es de 36 stotinki, aproximadamente,mientras que el precio del salitre es de 10 sto-t inki por kilogramo solamente. Este efecto eco-nómico es aún mayor en la producción de hor-talizas, en cultivos técnicos y forrajes.

Se dedica especial atención al mejoramientode terrenos y a la ampliación de los regadíos.Esto asegura una producción elevada y con elloel aumento en los ingresos de las HCTA y desus miembros. Los sistemas de irrigación cons-truidos en el país hasta finales de 1965 permi-ten regar 913.000 Ha. de tierra, en lugar de las36.000 que se regaban hasta la guerra.

Con el fin de fortalecer la base material delas HCTA se construyen empresas industrialespara la producción de mezclas forrajeras de altovalor alimenticio y piensos combinados para elganado. Sin esto no es posible mejorar su ali-mentación y obtener una mayor rentabilidad dela ganadería. Para las cooperativas es ventajosoutilizar estas mezclas y piensos combinados, quese venden a precios relativamente bajos y sus-tituyen al forraje concentrado: maíz, cebada,avena, etc.

También han contribuido al fortalecimiento dela base material y técnica de la agricultura me-didas tales como la exención de impuestos es-tatales y locales de que gozaron durante tresaños las HCTA de nueva creación, las venta-jas que se ofrecen a las cooperativas para lacompra de materiales de construcción, semillasselectas y ganado de raza, los créditos estatalesconcedidos a las haciendas colectivas en condi-ciones muy beneficiosas para la plantación dehuertos y viñedos, para la construcción de sis-temas de riego y el mejoramiento de terrenos,así como la prestación gratuita de servicios agro-nómicos, técnicos y otras formas de ayuda porparte del Estado.

Para elevar el interés material de los coope-radores por la producción social son muy im-portantes, en primer lugar, los precios a que sevenda la producción y, en segundo lugar, el

El, ESTIMULO MATERIAL EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA 17

principio de distribución de los ingresos. Poreso, el Partido en toda su actividad orientadahacia el fortalecimiento del sector socialista seha guiado siempre por el siguiente principio: losprecios de compra de la producción agropecua-ria y los precios de los medios de producciónvendidos al campo deben tener en cuenta siem-pre los gastos de trabajo socialmente necesario.Además, la política de precios ha estado enca-minada a garantizar las acumulaciones corres-pondientes para la ampliación de la base ma-terial y técnica de las HCTA y el crecimientoininterrumpido de los ingresos de los coopera-dores. En cuanto a los principios que rigen ladistribución de ingresos en las HCTA, éstos de-berán garantizar una tal correlación entre la par-te de los ingresos que pasan a disposición detoda la sociedad y a engrosar los fondos socia-les de las cooperativas, de un lado, y la parteque se distribuye entre los cooperadores, deotro, mediante la cual los ingresos personales delos miembros de las HCTA aumenten anualmen-te en proporción al crecimiento de la produc-ción.

El Partido ha tenido también en cuenta que lacorrelación óptima entre la parte de los ingresosde las HCTA dedicada al fondo de acumula-ción y la parte destinada al fondo de consumo,correlación que garantice un elevado estímulomaterial para la producción, depende en medidaconsiderable no sólo de la justa determinaciónde los precios de compra para la producciónagropecuaria y de venta para los artículos in-dustriales necesarios a los agricultores, sino tam-bién del sistema de planificación de la produc-ción, de los acopios de productos agropecua-rios, del abastecimiento al campo de maquina-ria, abonos, etc.

¿Cómo se han resuelto prácticamente estosproblemas en Bulgaria? ¿Qué medidas ha to-mado el Partido en los últimos años para esta-blecer precios remuneradores y un sistema másjusto de acopios de productos agropecuarios?

Hay que decir que durante cierto tiempo[1952—1956], debido a errores siijetivistas en lapolítica económica, los suministros obligatoriosde producción agropecuaria al Estado por lascooperativas se efectuaban a precios inferioresa su costo de producción. Así, pues, no se te-nía en cuenta la necesidad de abordar de for-ma científica el establecimiento de los precios deacopio para los productos agropecuarios, comotampoco se tomaban en consideración las exi-gencias de las leyes económicas objetivas. Estocausó gran daño al interés material de las co-operativas y al estímulo material de los coope-radores personalmente, reduciendo en cierta me-dida los ritmos de crecimiento de la producciónagropecuaria.

Estos errores fueron gradualmente subsana-dos después del Pleno del CC del PCB reunidoen abril de 1956. En la agricultura se llevó acabo un vasto programa para reforzar orgánicay económicamente las HCTA y las HAE. Se fuesuprimiendo gradualmente el sistema de sumi-nistros obligatorios al Estado y se introdujo elmétodo de compra de los productos agropecua-rios mediante contratos. En varias etapas se ele-varon los precios para los acopios de la pro-ducción agrícola y, al mismo tiempo, se reba-jaron los precios de algunos de los medios deproducción vendidos al campo, entre ellos abo-nos minerales, combustible, materiales de cons-trucción, etc. Todo ello condujo al estableci-miento de una correlación de precios más co-rrecta y, además, elevó el interés material de lasHCTA y de los cooperadores por la produccióne hizo que aumentaran los ingresos reales deunas y otros.

En el proceso de perfeccionamiento en la apli-cación del principio del interés material en elcampo se superaron venturosamente las dificul-tades económicas de las cooperativas de las zo-nas montañosas, que se caracterizan por tenerunas condiciones relativamente desfavorables pa-ra la producción agrícola. Para conseguirlo secreó el fondo estatal-cooperativo que garanti-zaba un mínimo de retribución del trabajo. Laaplicación de esta medida jugó un papel posi-tivo en cuanto al desarrollo económico de aque-llas zonas y contribuyó a elevar el interés ma-terial de los campesinos por los resultados deltrabajo. Con el fin de utilizar más racionalmente¡os recursos de este fondo se decidió más tardeentregarlos a las cooperativas de las zonas mon-tañosas en forma de premios por la producciónmercantil agrícola y ganadera que vendieran alEstado.

Los principios fundamentales de distribuciónde los ingresos en las cooperativas están enun-ciados en sus estatutos. La esencia del mecanis-mo de distribución de los ingresos consiste enque una parte de todo el producto social de lacooperativa se destina a cubrir los gastos de pro-ducción, a ampliar la producción y a satisfacerlas necesidades sociales, mientras que la otra par-te se distribuye entre los productores en formade ingresos individuales, en dependencia de lacantidad y calidad del trabajo por ellos inverti-do. Con la primera parte del producto social seforman en las cooperativas los siguientes fon-dos: fondo para ampliar y perfeccionar técni-camente la producción cuyos recursos se dedi-can a incrementar los medios básicos y circu-lantes, a mejorar el nivel técnico de la produc-ción y a la preparación de cuadros; fondo parafines sociales y culturales, que se emplea en me-jorar las condiciones de vida de los cooperado-

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res y elevar su nivel cultural; fondo de garantíapara la remuneración del trabajo, destinado amantener unos ingresos anuales estables de loscooperadores.

La aplicación de este sistema de distribuciónde los ingresos en las HCTA garantiza las con-diciones para la marcha normal del proceso dereproducción y para que el trabajo de los pro-ductores sea remunerado a tiempo, lo que sus-cita en ellos el debido interés material por elaumento de la producción. Todo esto atestiguaque se ha asegurado un amplio campo de acciónal principio del estímulo material en la produc-ción agropecuaria.

Los éxitos laborales de los cooperadores y ladistribución de ingresos según el esquema antesindicado han permitido a las cooperativas, entreotras cosas, crear sólidos fondos sociales. Porejemplo, la HCTA del pueblo de Lovchantsi [re-gión de Tolbujin], además de atender con suspropios fondos sociales a la consolidación de subase material, puede dedicar parte de ellos a lle-var a cabo grandes medidas de carácter social.Todos los niños menores de 15 años reciben enla cooperativa comida gratuita dos veces al día.Las medicinas necesarias corren también a cuen-ta de la cooperativa. El fondo de garantía, delcual se paga a los cooperadores compensaciónen casos de mala cosecha, constituye hoy el29% del fondo anual de salarios. La HCTA pa-ga a los cooperativistas jubilados 10 leva men-suales de su fondo para seguridad social, apar-te de la pensión oficial que perciben. Medidassociales semejantes se aplican en casi todas lascooperativas del país. Además, con sus propiosfondos sociales las HCTA construyen caminosy carreteras, conducciones de aguas, etc.

Algunos suponen que la política de incremen-to constante del estímulo material de los cam-pesinos, en las condiciones de la producción so-cialista, significa un aumento incesante de losprecios de compra de los productos agropecua-rios o la concesión de nuevas y nuevas venta-jas a los agricultores en la esfera de la pro-ducción. Este punto de vista es erróneo.

Naturalmente que para el productor es de su-ma importancia que los medios de producciónse hallen al nivel técnico moderno y que la pro-ducción obtenida por él sea adquirida a preciosventajosos. Estas condiciones están garantizadasen nuestro país. Sin embargo, en una situacióncomo la nuestra, en que los medios de produc-ción son propiedad socialista y la apropia-ción del producto es también social y no pri-vada, adquiere gran importancia el sistema de

cómputo y retribución del trabajo de cada par-ticipante en la producción.

En los primeros años de existencia de lasHCTA, cuando carecíamos de experiencia pro-pia para dirigir la economía colectiva, se come-tieron serios errores en el cómputo y la retri-bución del trabajo de cada persona empleada enla producción. El defecto mayor consistió enque la parte de los ingresos globales destinadaal pago del trabajo se distribuía por igual entrelos cooperadores, sin tener en cuenta la parti-cipación concreta de cada uno en el proceso deproducción. Naturalmente que semejante «igua-litarismo» no correspondía al sistema socialistade organización de la producción agropecuaria.Eso no podía en modo alguno estimular el inte-rés material en el trabajo.

Esta es una etapa ya superada. Hoy día noexiste en nuestro país ni una sola HCTA consemejante sistema primitivo de retribución deltrabajo. Hace ya 15 años, y con particular éxitoen los años últimos, que el Partido ComunistaBúlgaro viene realizando una política de distri-bución de los ingresos en las HCTA en la cualhalla aplicación cada vez más plena el principiosocialista de «a cada uno según su trabajo», quees el estímulo material más fuerte para los pro-ductores. Los esfuerzos del Partido en todos es-tos años han estado orientados a encontrar yperfeccionar constantemente formas y métodospara la más justa remuneración del trabajo a lasdistintas categorías de productores en las HCTA.Como resultado de estas búsquedas han sido con-firmados aquellos métodos y formas de retribu-ción del trabajo que con mayor precisión tienenen cuenta la cantidad y calidad del trabajo in-vertido y el resultado final de la producción.

Actualmente, en las HCTA se aplican princi-palmente dos métodos para vincular el pago deltrabajo con el resultado final de la producción:pago según el producto neto obtenido [se con-sidera producto neto la expresión en valor delnuevo trabajo invertido] y el beneficio líquido.

La utilización del índice del producto neto enel sistema de pago del trabajo estimula a loscooperadores a participar más activamente en laproducción, así como a emplear más racional yeficientemente los medios de producción. Estesistema es bastante sencillo. Al establecer las ta-reas de producción para determinadas brigadas,granjas u otras unidades de producción se es-tablece la correlación entre los gastos para elpago del trabajo y la tarea planificada para laobtención de cada unidad de producto neto, yesto se toma como base para determinar al fi-nal del año la cuantía definitiva de la retribu-ción del trabajo. Cuanto mayor sea el volumendel producto neto obtenido por la cooperativao por determinada unidad de producción, tan-

EL ESTIMULO MATERIAL EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA 19

tos más recursos se dedicarán al fondo de pagodel trabajo.

Una parte de las cooperativas paga a los com-ponentes de las unidades productoras en depen-dencia de la participación de cada uno de ellosen la obtención del beneficio líquido de toda lahacienda. El modo de vincular el pago del tra-bajo con el beneficio líquido es el siguiente: Ladirección de la cooperativa establece para cadauna de las unidades de producción la tarea anualde obtención de producto neto y el fondo parala remuneración del trabajo y sobre esta basedetermina las proporciones del beneficio líquidoque la unidad dada debe aportar a la caja co-mún de la hacienda. Cuanto mayor sea el be-neficio líquido de la unidad productora, tantomás elevados serán los ingresos de sus compo-nentes. De aquí que cada unidad de producciónse esfuerce por obtener el mayor beneficio lí-quido posible.

La retribución de los cuadros dirigentes tam-bién se relaciona con el resultado final de la acti-vidad de la hacienda, o de la unidad productoraque ellos dirigen. Con este fin el Ministerio deAgricultura ha confeccionado una escala guíapara su remuneración en dependencia del pro-ducto neto de las cooperativas, del nivel mediode los ingresos por cooperador y del incrementode la rentabilidad de la producción. Tal sistemaafianza la fe de los cooperadores en sus diri-gentes y eleva el interés material de éstos.

Tanto en el pago del trabajo según el produc-to neto como en dependencia del beneficio lí-quido, los miembros y dirigentes de las coope-rativas reciben durante el año anticipos que re-presentan el 70% del pago previsto por el plan;el 30% restante lo perciben al finalizar el año,de acuerdo con el producto neto obtenido o se-gún el beneficio líquido.

La aplicación del principio del interés mate-rial alcanza su ulterior desarrollo en el nuevosistema de dirección de la economía nacional.Uno de los rasgos más característicos del nuevosistema es precisamente la aplicación más ple-na y consecuente del principio leninista del in-terés material y de la responsabilidad. El nuevosistema prevé una serie de medidas conducen-tes a reorganizar las formas de incentivo mate-rial existentes hasta ahora y, en primer lugar, elmétodo de constitución del fondo de salarios.En el nuevo sistema este fondo se formará se-gún el resultado final de las actividades produc-tivas de la empresa en su conjunto y de cadatrabajador por separado. Esto ha de contribuiral aumento de la productividad del trabajo y aque se produzcan artículos de alta calidad y ne-cesarios a la sociedad. Un resultado económico

más elevado asegurará a su vez mayores ingre-sos a la sociedad, a las empresas y a cada tra-bajador. Esto nos obliga a valorar justamentela aportación real que hace cada trabajador allogro de este resultado. Una premisa importan-te para hacer realidad esta exigencia es la im-plantación consecuente de la autogestión finan-ciera en los distintos eslabones de la produccióny el perfeccionamiento de la organización deltrabajo. En relación con esto vamos a detener-nos en las cuestiones de la planificación y de laautogestión financiera y ver cómo repercuten enla elevación del interés material de los trabaja-dores del agro por la producción.

Una planificación acertada de la produccióndel campo presupone aquilatar bien las condi-ciones y posibilidades de producción de cadaempresa agropecuaria. La vinculación de las ta-reas de la economía nacional con las condicio-nes concretas de producción en cada HCTA esla parte más importante del trabajo de elabora-ción de los planes para las cooperativas. El nue-vo sistema económico crea condiciones y posi-bilidades extraordinariamente favorables paraello.

Hasta 1962 en la planificación y en la direc-ción de la producción agropecuaria predominabael elemento de imposición administrativa. La di-rección de las cooperativas era ejercida directa-mente por los organismos estatales: los ConsejosPopulares. A las cooperativas «se les enviaban»planes detallados para su actividad productora.En ellos se establecía con toda precisión cómoaprovechar la tierra, qué y cuántos cultivos lle-var y en qué parcelas y plazos; qué cosecha ha-bían de obtener de cada unidad de superficie,qué clase de ganado y en qué cantidad debía te-ner la hacienda, a qué fines destinar las inver-siones de capital, etc. Había centenares de ín-dices por los que se planificaba de manera cen-tralizada toda la actividad económica de lasHCTA. Naturalmente que este exagerado cen-tralismo planificador, que alcanzaba hasta losmás ínfimos detalles, paralizaba la iniciativa delos dirigentes inmediatos y de los especialistasde las cooperativas, así como de los propios pro-ductores. Conforme iba ampliándose la base ma-terial y técnica de la agricultura este defecto dela planificación se hacía sentir con mayor agu-deza cada año.

En el nuevo sistema de dirección de la eco-nomía desaparece el método de imposición admi-nistrativa en la dirección y planificación. En elperíodo de transición del viejo al nuevo siste-ma los índices obligatorios del plan de ventasal Estado por las cooperativas se refieren a loscultivos siguientes: cereales, forrajes y piensos,arroz, alubias y lentejas, simiente de girasol, cá-ñamo, tomates y pimientos, carne, leche y hue-

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vos. Queda también sujeta a planificación cen-tralizada la superficie cubierta por frutales y vi-ñedos. En total son 13 los índices de esta pla-nificación en lugar de 600 que abarcaba en 1962.Para el resto de los cultivos no existen tareas deproducción marcadas por los organismos esta-tales. En los próximos años, cuando estén fun-cionando todos los resortes del nuevo sistema,desaparecerá gradualmente la necesidad de es-tablecer por parte del Estado índices obligato-rios de producción y venta de todos los pro-ductos de la agricultura y la ganadería.

¿Cómo se regulará entonces la producción yse asegurará la obtención de la cantidad corres-pondiente de productos agropecuarios que nece-sita la sociedad? Esto se logrará mediante unsistema de acuerdos y contratos entre las HCTAy las agrupaciones sectoriales de acopio y ventade productos. Actualmente ya se han creadovarias de esas agrupaciones, como, por ejemplo,la Bulgarplod, para el acopio, transformación yventa de frutas y hortalizas en los mercados in-terior y exterior; la Ródopa, para el acopio,transformación y venta de productos de la ga-nadería en los mercados interior y externo; laVinprom, para el acopio y transformación deuva y para la exportación de vinos.

Estas agrupaciones son organizaciones inde-pendientes, en régimen de autogestión financie-ra. Funcionan anexas a los ministerios corres-pondientes que coordinan y orientan sus activi-dades. Por cuanto son las propias agrupacioneslas que responden del cumplimiento de las tareas,el método de imposición administrativa por par-te de los ministerios queda excluido.

¿Cómo funciona, por ejemplo, la agrupaciónBulgarplod? Recibe del Consejo de Ministros latarea estatal, que comprende determinados ín-dices. Partiendo de esta tarea estatal la agrupa-ción confecciona su propio plan y entabla rela-ciones económicas con las empresas producto-ras, las HCTA y las HAE, firmando con ellascontratos mutuamente beneficiosos sobre tal ocual producto agropecuario. De este modo sepone de manifiesto en toda su expresión el prin-cipio de la confianza recíproca y del interés mu-tuo por el buen cumplimiento de las obligacio-nes que se desprenden de los acuerdos con-cluidos.

La agrupación carece de atribuciones admi-nistrativas para obligar a la otra parte contra-tante a firmar contratos desventajosos. Si, porejemplo, los compromisos adquiridos por unacooperativa en un año determinado resultan sereconómicamente desfavorables para ella, al añosiguiente puede no renovar el contrato y orien-tar su producción en otro sentido; por ejemplo,en lugar de hortalizas dedicarse al cultivo decereales, de forrajes, de tabaco, hacer hincapié

en el aumento del número de cabezas de gana-do, etc., con el fin de obtener mayores benefi-cios. Además, por cuanto el pago del trabajo,tanto a los empleados de las agrupaciones comoa quienes trabajan en las HCTA y en las HAE,depende del resultado final de sus actividadesproductivas, unos y otros están interesados enconcertar contratos mutuamente ventajosos.

La agrupación Bulgarplod, por ejemplo, estáinteresada en vender en el mercado interno lasfrutas y hortalizas de la mejor calidad, que sonlas que gozan de demanda por parte de la po-blación. Por eso presta ayuda económica a losproductores para que éstos puedan 'lograr losproductos más selectos. Está también interesadaen que se alcance una elevada productividad deltrabajo y que sean reducidos los costos de pro-ducción a fin de poder competir en el mercadomundial; por eso ayuda a los productores en esadirección mediante envíos de maquinaria, cons-trucción de centros de selección, instalación defrigoríficos, etc.

La aplicación experimental de los resortes fun-damentales del nueve) sistema en una serie deexplotaciones agropecuarias en 1964—1965 ejer-ció una influencia saludable en el aumento delvolumen de la producción y en su calidad, asícomo en el perfeccionamiento de la retribucióndel trabajo de los cooperadores y de los traba-jadores de las haciendas agrícolas del Estado.Esto, a su vez, elevó el interés material por laproducción. En vista de ello el CC del Partidorecomendó a todas las HCTA y HAE del paísque ya en 1965 introdujeran en sus unidades deproducción el sistema de autogestión financiera.Actualmente todas las cooperativas y haciendasagrícolas estatales organizan sus actividades abase de la autogestión económica y de la ren-tabilidad.

Las medidas del Partido Comunista Búlgarocon vista a la constante elevación del interésmaterial de los trabajadores del agro están en-caminadas en fin de cuentas al logro de dosobjetivos. El primero consiste en elevar la pro-ducción agropecuaria hasta el nivel de las nece-sidades de la sociedad socialista con la más acti-va participación y colaboración de los propioscampesinos. Esta tarea se cumple con éxito. Laagricultura búlgara se halla en un período deauge. Los campesinos apoyan plenamente la po-lítica del Partido_en el sector de la agricultura.

El segundo objetivo consiste en elevar el ni-vel de vida del campesinado búlgaro. Y tam-bién en el cumplimiento de esta tarea se obtie-nen grandes éxitos. Solamente en ocho años[1957—1965] los ingresos de los miembros delas HCTA aumentaron de 656 millones de leva

EL ESTIMULO MATERIAL EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA 21

a 1.038 millones. Una demostración real delaumento del nivel de vida de los campesinosbúlgaros es el hecho de que en los años del Po-der popular, y particularmente en los 7—8 añosúltimos, han reconstruido sus poblados. Las al-deas búlgaras se transforman rápidamente en po-blaciones de tipo urbano, quedando en ellas muypocas casas viejas, de la época de la anteguerra.Todas están electrificadas. La mayor parte tie-nen conducción de aguas. El interior de las actua-les casas campesinas se diferencia muy poco delinterior de las casas de la ciudad.

La elevación del nivel de vida de los campe-sinos se expresa también en que cerca del 94,8%de sus hijos reciben enseñanza general de ochogrados [la cual es hoy obligatoria en Bulgaria]y luego continúan estudiando en escuelas pro-fesionales y centros politécnicos, mientras que enel pasado la mayor parte de quienes termina-ban la escuela media incompleta no podían se-guir estudiando. En las HCTA y las HAE tra-bajan más de 14.000 especialistas con enseñan-za superior, en lugar de 1.771 que lo hacíanhasta la guerra. Estos especialistas proceden ensu mayoría del campesinado.

A partir de 1957 los campesinos reciben pen-siones de jubilación —las mujeres desde los 55años y los varones desde los 60— y gozan deasistencia médica gratuita. Para los trabajado-res del campo se ha creado una red de casasde reposo en las que descansan anualmente másde 114.000 personas. Aumenta de año en añoel número de guarderías infantiles y campos dejuegos y recreo para niños en las HCTA y lasHAE. Los gastos para el sostenimiento de estasinstituciones, incluida buena parte de la alimen-tación de los niños, corren a cargo de las co-operativas y haciendas estatales. Hasta que fue-ron organizadas las cooperativas agrícolas noexistía en el campo ninguna clase de institucio-nes infantiles; actualmente hay más de 6.000,que atienden a 250.000 niños.

Todas estas conquistas de los campesinos búl-garos están vinculadas con la reconstrucción so-cialista de la economía agraria. Son indudable-mente un testimonio de que sólo en el socialis-mo, donde es liquidada la explotación del hom-bre por el hombre, se hace posible asegurar alos campesinos una vida acomodada y culta.

El VIH Congreso del Partido Comunista Búl-garo aprobó un programa para el. desarrollo de!a economía nacional, incluida la agricultura,hasta 1980. Cuando haya sido cumplido ínte-

gramente este programa, el campo búlgaro ha-brá aumentado en 2,5 veces el volumen de suproducción agropecuaria, comparada con la obte-nida en 1960, pasando a ocupar uno de los pri-meros puestos en el mundo por la utilización dela tierra y por el rendimiento en la ganadería,por la productividad del trabajo y por los cos-tos de producción. Las dificultades que nuestroPartido y todo el pueblo encuentran en la luchapor el cumplimiento de esta grandiosa tarea con-sisten en que la agricultura del país todavía si-gue padeciendo sequías periódicas [a pesar deque ya han sido liberadas de las sequías cercade un millón de hectáreas de tierra] y no dis-pone de suficientes abonos químicos. Aún es in-suficiente la mecanización de los trabajos agrí-colas. Estas dificultades son dificultades de cre-cimiento. La República Popular de Bulgaria, aliniciar su desarrollo socialista hace 20 años, dis-ponía de una base material y técnica extrema-damente débil en todas las ramas de la produc-ción, incluida, naturalmente, la agricultura. Concada quinquenio estas dificultades van quedandoatrás.

Una de las premisas más importantes para lle-var a !a práctica satisfactoriamente el programade desarrollo agropecuario aprobado por el VIHCongreso estriba en que el Partido aplica unapolítica económica justa y soluciona acertada-mente las cuestiones relacionadas con el interésmaterial de los campesinos por la producción;y como resultado de eso los campesinos se agru-pan estrechamente en torno al Partido.

No es menos importante la circunstancia deque la República Popular de Bulgaria pertenecea la gran familia de países socialistas, con losque colabora felizmente. Es en extremo valiosapara nosotros la colaboración con la Unión So-viética, que nos ayuda no sólo a desarrollar laindustria, sino también la agricultura, transmi-tiéndonos su rica experiencia, concediéndonoscréditos, facilitando elementos técnicos y, lo quees muy importante, abriendo su inabarcable mer-cado, en el que los productos agrícolas de Bul-garia gozan de amplia demanda.

Bajo la dirección del Partido Comunista Búl-garo, los campesinos de Bulgaria marchan porun camino seguro y despejado. Este camino es-tá alumbrado por la gran doctrina del marxis-mo-leninismo. Lleva a los campesinos a la feli-cidad y al bienestar, a la victoria completa delcomunismo.

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Esttidios sociológicos

La transformación de las relacionessocio-económicas en el campo húngaro

E N la actualidad el mundo entero siente unprofundo interés por las transformacionesrealizadas en los países socialistas, en el cur-

so de las cuales millones y millones de familiascampesinas renunciaron a las explotaciones pri-vadas y emprendieron la vía, indicada por loscomunistas, hacia la creación de grandes coope-rativas agrícolas socialistas.

El paso en la agricultura a la gran producciónafecta a los propios fundamentos de la vida delcampo. No sólo cambia la forma de llevar laeconomía agrícola, sino también la sicología, lascostumbres y la moral de los hombres. «Valores»como, por ejemplo, la propiedad privada de latierra, que eran considerados eternos, tambiénson revisados. Esto hace que sea aún más necesa-rio el estudio sociológico concreto y calificadode las nuevas relaciones en el campo para solu-cionar con más rapidez los problemas vincula-dos a la transformación de la agricultura.

Cambios en las condiciones socialesde vida y en la situación socialde los campesinos

Desde la liberación de nuestra patria, la estruc-tura social del campo ha experimentado dosgrandes transformaciones: la reforma agraria[1945] y la culminación de la reorganización so-cialista de la agricultura 11959—19611.

A consecuencia de la reforma agraria desapa-recieron la gran propiedad territorial y la claseterrateniente, se redujo sustancialmente el nú-mero de campesinos pobres y ricos. Los campesi-nos medios pasaron a ser la capa social más nu-merosa y más importante del agro. En decenioy medio, hasta 1959, esta situación se modificó,naturalmente, en considerable medida. En el

por Erno Csizmadia

y Sandor Zsarnoszai

campo fueron creadas las primeras haciendas delEstado y las primeras cooperativas de produc-ción. Más las tres cuartas partes del total dehaciendas campesinas continuaron siendo depropiedad privada hasta 1959.

En 1959—1961 sobrevino un viraje radical. Entres años ingresaron en las cooperativas cerca deun millón de familias campesinas. Las haciendasde los campesinos individuales sólo abarcan aho-ra el 2,5% de la superficie agraria y dan, apro-ximadamente, el 2,5% de la producción agrícola.Casi toda la tierra es cultivada por las coopera-tivas, cuya producción es también la predomi-nante.

El ingreso de los campesinos individuales enlas cooperativas creó en Hungría condiciones pa-ra que la agricultura, que relativamente era muyatrasada, se desarrollara a ritmos más rápidos ymarchara por la senda de la gran producción. Enel período entre las dos guerras mundiales, laagricultura terrateniente-capitalista de Hungríaaumentó en dos decenios la producción en un20% aproximadamente. En los tres años trans-curridos desde el comienzo hasta el fin de lareorganización socialista, el volumen global dela producción agrícola creció en más del 8%,y en los cuatro años que siguieron a la reorgani-zación, casi en el 10%. Estos datos dan una cla-ra respuesta a los temores expresados, o que seexpresan, en orden a la colectivización con res-pecto al desarrollo de las fuerzas productivas y alincremento de la producción agrícola.

La reestructuración socialista de la agriculturano sólo eliminó el principal obstáculo que se opo-nía al desarrollo de las fuerzas productivas, sinoque modificó de raíz la situación social de loscampesinos, sus condiciones sociales de vida.Bajo el régimen terrateniente-capitalista, más de

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un tercio de la población agrícola húngara care-cía totalmente de tierra; a otro tercio le pertene-cía sólo el 9% de toda la superficie agraria delpaís. Este grupo de la población campesina, unostres millones de personas, estaba tan desampa-rado que incluso los economistas y los políticosburgueses, al referirse a él, hablaban de tresmillones de personas que vivían en la miseria.Nadie quiere volver a correr la suerte sufridaentonces por la mayoría de los campesinos pe-queños y medios que poseían minúsculas parce-las. En la vieja aldea un rasgo característico dela vida del campesino era su trabajo inhumanoy agotador.

La transformación socialista de la agriculturaoriginó un viraje radical en esta situación. El ré-gimen socialista, las cooperativas dan ya ahoraa las antiguas masas campesinas sin tierra y conpoca tierra más de lo que obtenían en el pasado.En cuanto a los beneficios y a las ventajas en eldominio social y cultural, así como en el de lasanidad, de los que gozan ahora por igual todoslos campesinos, hay que señalar que son conquis-tas que también reconocen con agradecimientolos antiguos campesinos medios.

En el agro húngaro, el campesino pensionistaera en el pasado un concepto desconocido. Du-rante decenios nuestros campesinos lucharon porobtener condiciones ventajosas para la asistenciamédica y para el suministro de medicamentos.Ahora estos dos servicios son casi gratuitos yexisten centenares de miles de campesinos queperciben pensiones o subsidios de vejez.

Todo esto no significa, naturalmente, que conla creación de cooperativas de producción el ré-gimen socialista haya conducido de golpe alcampo húngaro a la abundancia. En Hungría hayque hacer todavía mucho para elevar el nivel devida de los campesinos, para mejorar sus condi-ciones de vida sociales y culturales. Mas la for-mación de cooperativas dio origen a un cambioradical respecto al trabajo agotador y a la inse-guridad en el mañana, que en otros tiempos erantan característicos de los campesinos individuales.

En todo el mundo la economía campesina indi-vidual no proporciona bienestar más que a un nú-mero muy pequeño de personas. En Hungría, porejemplo, únicamente el 3% de la población cam-pesina consiguió en el pasado elevarse al nivelde los campesinos medios, y sólo un pequeñonúmero de campesinos medios pudieron enrique-cerse y alcanzar el nivel de los campesinos aco-modados, que contrataban braceros. Pero la ma-yoría de los campesinos no sólo no prosperaban,sino que iban en decadencia. Esa situación siguesiendo la imperante en los países capitalistas. Enlos más desarrollados económicamente se arrui-nan decenas de miles de campesinos con pocatierra, quienes están por debajo del llamado nivel

marginal. Sus explotaciones son demasiado pe-queñas para alimentar a sus familias. En esteorden de cosas la burguesía se anda hoy con mu-chas menos contemplaciones que hace varios de-cenios. Las medidas conducentes a «mejorar laestructura agraria», es decir, en esencia, a expul-sar de la tierra a los campesinos, son actualmenteprograma oficial de gobierno en la mayoría de lospaíses capitalistas. Es notorio, por ejemplo, el pro-grama de «perfeccionamiento» de las estructurasagrarias aprobado por la Comunidad EconómicaEuropea. Según este programa, 4,5 millones decampesinos en Italia, 2 millones en Francia, 1millón en la REA, medio millón en Bélgica, Ho-landa y Luxemburgo deben buscarse otra ocupa-ción, es decir, convertirse en pobres de la ciudad,ya que es necesario «conducir la agricultura conmétodos más modernos».

La experiencia histórica del socialismo enseñaque este problema puede ser resuelto por proce-dimientos diametralmente opuestos, haciendo quela modernización de la agricultura y el paso a lagran producción representen un auge económicono para un pequeño número, sino precisamentepara los pobres del campo, para la mayoría, paralos campesinos pequeños y medios.

El socialismo ha creado unas condiciones desustitución de las formas anticuadas de conduc-ción de la agricultura, gracias a las cuales estatransformación necesaria —la creación de gran-des empresas agrícolas modernas— puede reali-zarse sin que implique la ruina y la liquidaciónimplacable de las haciendas campesinas, con unmínimo de conflictos sociales y personales, me-diante la agrupación voluntaria de los campesi-nos, asegurando el auge económico de la mayoríade los mismos. El socialismo es el único régimensocial en el que la clase dirigente tiene posibili-dad de poner a la orden del día los objetivos queexpresan firmemente los intereses de la mayoríade la sociedad y la tarea de asegurar el bienestarde todos los trabajadores; el único régimen socialen el que el Partido de la clase dirigente, pertre-chado con la concepción científica del mundo,puede prever la influencia socio-económica de lasdistintas medidas parciales o de las solucionesde carácter general. En las condiciones del socia-lismo, la transformación de la agricultura corres-ponde a los intereses de la inmensa mayoría dela población, de todos los trabajadores, incluidoslos propios campesinos.

La transformación de laestructura social del campoy el concepto de clasecampesina socialista única

Como resultado del ingreso de la inmensamayoría de nuestros campesinos en las coopera-

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24 Las transformaciones de las relaciones socio-económicas en el campo húngaro

tivas, se ha modificado de forma radical la es-tructura de clase del campo. Se ha creado la pre-misa más importante para que el campesinado,sujeto a un proceso de diferenciación bajo la eco-nomía privada, se transforme en condicionescualitativamente nuevas en una clase socialistaúnica con un nuevo carácter. Sin embargo, estosólo puede ser fruto de una evolución más pro-longada, gracias a una paciente labor política eideológica, basada en un exacto análisis de lasituación, y a las correspondientes medidas eco-nómicas.

La transformación en marcha de la sociedaden el campo [lo mismo que la reorganizaciónde la gestión económica] va acompañada de di-ferentes contradicciones. Parte de estas contra-dicciones constituye supervivencias del pasadode propiedad privada, y parte ha nacido con lanueva situación. Además de que la situación enel campo se caracteriza por la agrupación de loscampesinos en una economía social y por la cre-ciente unidad del campesinado cooperativista;además de que éste considera cada vez más alas cooperativas como la base de su existencia,se observan también otras tendencias.

Así, pues, la formación del campesinado so-cialista único es un proceso bastante complejo ypolifacético. Se complica por el propio hecho deque en la agricultura socialista existen dos sec-tores: el estatal y el cooperativo. En las hacien-das del Estado trabajan cerca de 180.000 perso-nas. Si incluimos los parques de reparación demáquinas y las haciendas forestales, su númerose eleva a cerca de 280.000. Las cooperativasabarcan a cerca de un millón de personas, lasque, a su vez, pueden ser divididas en dos gru-pos: los miembros de las cooperativas, que cons-tituyen la mayoría, y los trabajadores contrata-dos por las cooperativas [cerca del 10—12% delos que trabajan en las cooperativas agrícolas].Además de las cooperativas de producción y delas haciendas del Estado, en la agricultura exis-te un gran número de grupos constituidos encooperativas, de cooperativas especializadas y decooperativas más simples [en ellas trabajan másde 100.000 personas] y aproximadamente 60—70.000 campesinos individuales. Todo esto ofre-ce un cuadro del campo mucho más abigarra-do, prueba que la composición social del cam-po es bastante heterogénea y que en su desarro-llo se operan diferentes procesos, de los que des-tacamos el fundamental: la formación en Hun-gría de la clase campesina cooperativista única.

Además de estos factores, complica la situa-ción el hecho de que, en razón del desarrollo delas fuerzas productivas y de las relaciones deproducción, se modifica el carácter del trabajoagrícola. Cambian las formas tradicionales deltrabajo agrícola y al propio tiempo crece en la

agricultura el peso específico de nuevos tipos deactividad con rasgos industriales o que, simple-mente, son actividades industriales. Se incremen-ta cada vez más el número de los que cumplenfunciones de dirección y de organización, en rea-lidad de los que efectúan un trabajo intelectualo desempeñan funciones administrativas. Porejemplo, un considerable porcentaje de trabaja-dores contratados por las cooperativas hay queincluirlos entre los que están ocupados en for-mas no tradicionales del trabajo agrícola [agró-nomos, tractoristas, mecánicos, electricistas, ar-tesanos, administradores, etc.].

En relación con la formación de la clase cam-pesina cooperativista socialista única hay que te-ner en cuenta el hecho de que se modifica lacomposición de la familia campesina. Cada vezhay menos familias uniformes desde el punto devista social. Ahora es frecuente que exista den-tro de una familia campesina un miembro de lacooperativa, un trabajador contratado por la co-operativa y un obrero, y en muchos lugares in-cluso un intelectual. En la actualidad, un rasgogeneral es que no sólo gana un salario el cabe-za de familia. Es más, cambia la anterior ideasobre el cabeza de familia, frecuentemente en elsentido de que la esposa u otro miembro de lafamilia gana más que el «cabeza» de familia.

Finalmente, al estudiar el proceso de forma-ción de la clase campesina cooperativista socia-lista única reviste esencial importancia el hechode que este proceso tiene lugar en unas condi-ciones concretas en las que se borran más y máslas diferencias sustanciales entre las clases fun-damentales de la sociedad.

Hay diferencias de criterio, por supuesto, enla apreciación de los procesos que tienen lugaren el campo. Por ejemplo, durante las discusio-nes sobre esta cuestión se ha expresado la opi-nión de que, al estudiar la estructura de la so-ciedad, es necesario aplicar una nueva clasifica-ción en lugar de la definición leninista de laclase. Algunos consideran que el rasgo funda-mental de la condición de clase es el modo deobtención de los ingresos q la esfera de activi-dad; otros piensan que es el modo de vida.

A nuestro juicio, respecto a la determinaciónde las clases siguen en vigor los criterios leni-nistas. Al estudiar la estructura de la sociedad,la aplicación de estos criterios continúa siendoel medio fundamental para determinar la condi-ción de clase.

Sobre la noción de la clase Lenin escribió:«Las clases son grandes grupos de personas quese diferencian unas de otras por el lugar queocupan en un sistema de producción social his-tóricamente determinado, por las relaciones en quese hallan con respecto a los medios de produc-ción [relaciones que, en gran parte, son estable^

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cidas y fijadas por leyes], por su papel en laorganización social del trabajo y, en consecuencia,por el modo y la proporción en que obtienenla parte de la riqueza social de que disponen.»1

El elemento más importante de la definiciónleninista de la clase son las relaciones de pro-ducción. El rasgo más importante y la condiciónfundamental de la pertenencia a una u otra clasesocial es la relación idéntica en que unos mismoshombres se hallan con respecto a la propiedad.La existencia de diferentes clases sociales estábasada sobre todo en las diferencias con respectoa la propiedad. Cuando estas diferencias desapa-rezcan, entonces no habrá tampoco clases. La so-ciedad será una sociedad sin clases.

Sin embargo, los criterios leninistas de clasesocial no se pueden aplicar mecánicamente. Espreciso, ante todo, tener en cuenta que la pro-pia noción de clase social no es en todos los ca-sos suficiente para determinar exactamente lacondición de clase de los individuos. Expresa losprocesos sociales medidos por escalas históricasy caracteriza a los grupos sociales calculados pormiles y millones de seres humanos. Pone al des-cubierto, en primer lugar, el contenido interno yla calidad de los procesos sociales, sirve de me-dio de análisis cualitativo. Cuando se toma co-mo base para el análisis de las distintas caracte-rísticas cuantitativas de los procesos sociales, espreciso tener en cuenta el grado de su universa-lidad.

En nuestros días se acrecienta cada vez másel número de investigaciones sociales destinadasa realizar análisis cuantitativos. En el dominio dela política práctica crece la exigencia de efec-tuar un análisis más amplio de las característi-cas cuantitativas de los procesos sociopolíticos.La cuestión referente a la condición social de losdistintos individuos, dentro de la estructura exis-tente, debe ser resuelta partiendo de los datosde la estadística y de la sociología. Sin embargo,los principios de la clasificación de los distintosindividuos no pueden ser opuestos a los princi-pios fundamentales que determinan la condiciónde clase, no porque exista ninguna prohibición,sino porque al determinar la clase la renunciaa los criterios leninistas no representa una apro-ximación a los factores esenciales determinantesde los procesos sociales, sino un apartamientode los mismos.

Por consiguiente, cuando se trata del proble-ma tocante a la formación de la clase campesi-na cooperativista socialista única y a la defini-ción de este propio concepto, es preciso partirante todo de la relación con respecto a la pro-piedad. Al definir el concepto de clase campe-

1 Obras Completas, t. XXIX, pág. 413, Ed. Cartago.

sina cooperativista socialista única es preciso te-ner en cuenta no sólo la relación de esta clasehacia la propiedad, sino también que ahora seencuentra en proceso de formación y que su for-mación comprende un determinado período his-tórico. Junto con su tendencia fundamental —es-tablecimiento de la unidad—, este proceso, co-mo hemos indicado, comprende las contradiccio-nes que quedan del pasado o que han surgidoahora, las tendencias que se oponen al estable-cimiento de la unidad y a la cristalización del ca-rácter socialista del campesinado.

La formación y la existencia de la clase cam-pesina cooperativista socialista única están liga-das indisolublemente a la forma cooperativa delas relaciones de producción socialistas. Cuandotoda la propiedad se transforme en propiedad detodo el pueblo, entonces desaparecerán las dosformas de propiedad socialista y, por consiguien-te, las dos clases fundamentales de la sociedadsocialista.

Claro es que en el socialismo las diferenciasy las contradicciones entre la clase obrera y elcampesinado no son idénticas a las existentesentre la clase capitalista y la clase obrera y engeneral entre oprimidos y opresores en la socie-dad capitalista. El que las dos formas de las re-laciones de propiedad socialistas sean del mis-mo tipo es aquí decisivo. En el medio de obten-ción de los ingresos y, particularmente, en lasproporciones de los ingresos no hay en el socia-lismo diferencias cardinales entre la ciudad y el'campo. Sin embargo, sin una aplicación creado-ra de los criterios leninistas de la clase social noes posible, en el socialismo, analizar los cam-bios operados en las clases y en las relaciones declase. Mientras existan las clases, la base de suexistencia serán siempre las diferencias en lasrelaciones de producción, y dentro de estas rela-ciones, las diferencias con respecto a la propie-dad. Al determinar la condición de clase de losdistintos grupos sociales, el criterio leninista enorden a las clases indica en esencia las diferen-cias en las relaciones de producción.

A veces se argumenta que es incorrecto efec-tuar una diferenciación entre personas que evi-dentemente se encuentran en idéntica situacióny que viven casi de la misma forma. Sin embar-go, es de todo punto evidente que en los diver-sos dominios de la vida lo que parece idénticopuede ser distinto por su esencia. La tarea delas ciencias sociales consiste precisamente en ca-lar en la esencia de los fenómenos y juzgar tam-bién acerca de la estructura de la sociedad nopor la multiformidad fenoménica de la vida so-cial, sino por su esencia. Esto es tanto más ne-cesario cuanto que el desarrollo y el movimien-to de las clases sociales dependen de sus rela-ciones esenciales. Cuando se analizan las condi-

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«iones concretas de la alianza obrera y campe-sina es necesario asimismo determinar en primertérmino la composición y los intereses de lasclases que forman esta alianza.

El esclarecimiento del concepto de clase cam-pesina cooperativista socialista única no es sóloun problema teórico, sino también una importan-te condición para formular atinadamente las ta-reas cotidianas. Por consiguiente, si el campe-sinado cooperativista se transforma en una nuevaclase social, para contribuir a la formación deesta clase es necesario tener en cuenta, ante to-do, las tareas del fortalecimiento económico,ideológico y político de las cooperativas.

Condiciones objetivas dela formación de la clase campesina•cooperativista socialista única

En la formación de la clase campesina coope-rativista socialista única corresponde un papeldeterminante a los factores objetivos. Por eso unatarea primordial, pero no la única a este res-pecto, es acentuar y desarrollar el carácter so-cialista de las relaciones de producción en lascooperativas como base objetiva de la transfor-mación de los campesinos cooperadores en cla-se socialista única.

Entre las condiciones objetivas de este proce-so la que juega un papel prominente es la for-mación de la propiedad social de los bienes delas cooperativas.

Crecimiento de la propiedad socialen las cooperativas

[Según datos del Ministerio de Agricultura de laRepública Popular Húngara}

A ñ o s

1962 1963 1964 19651965

índice:1962=100

Bienes socialespor unidad detierra labrantíalenforintos] 4.224 5.148 6.120 6.921 163

Bienes socialespor miembrode la coopera-tiva'[en forintos] 26.854 33.778 41.763 48.520 180

La formación de la base material es el índicemás importante del fortalecimiento de la econo-mía social. Por eso la solución de los problemas

ligados a la misma puede ser incluida entre lastareas más fundamentales.

El incremento de la propiedad colectiva in-fluye favorablemente en el desarrollo de la con-ciencia socialista de los miembros de las coope-rativas. El campesino cooperador no llega inme-diatamente a concebir la economía colectiva co-mo «nuestros bienes», en lugar de «mis bienes»,que es a lo que estaba acostumbrado bajo laeconomía individual. Al comienzo, y durante lar-go tiempo, la propiedad común no goza de lamisma estima que antes alcanzó la propiedadprivada o que luego tiene la parcela personalcontigua a la casa después del ingreso en la co-operativa.

Cuanto más se incrementa la propiedad co-lectiva y más eficaz es la participación de cadamiembro de la cooperativa en la creación de lariqueza común, con más fundamento hace car-ne en él lo «nuestro». A medida que aumentanlos bienes de la cooperativa y se perfecciona suorganización interna, cada cooperador se sientemás dueño del patrimonio común y defiende loque ha sido creado con el trabajo de la colecti-vidad, una partícula del cual es su propio tra-bajo.

La creación de las cooperativas de produccióny el fortalecimiento de las economías colectivasvienen a modificar el lugar y el papel de loscampesinos en la producción social. En la agri-cultura basada en las explotaciones campesinasindividuales, la cuestión de quién trabaja yquién no, de quién podría apropiarse el fruto deltrabajo ajeno y quién no, se resolvía en depen-dencia de las proporciones de la tierra, que erapropiedad privada. De esta misma manera sedeterminaba quién dirigía y a quién se dirigía,se determinaba el prestigio y el respeto de quegozaban los propietarios rurales.

En las cooperativas ha desaparecido toda po-sibilidad de explotación del hombre por el hom-bre. Ya no sirven de base para valorar a loshombres las dimensiones de la tierra ni su for-tuna, como sucede en los países capitalistas, si-no el trabajo, la capacidad y el celo. Esto se re-fleja también en la política del Partido SocialistaObrero Húngaro [PSOH] respecto al campo. Elprincipio básico de dicha política es que en laactualidad hay que enjuiciar a los campesinoscooperadores no por su anterior condición declase, sino por el trabajo que realizan en las co-operativas, por su actitud hacia la economía co-lectiva. Cómo trabajan en la economía social,qué hacen para la colectividad; este es el prin-cipal criterio que sirve para apreciar la activi-dad de las personas en las cooperativas.

En las haciendas campesinas individuales, to-da la organización y la división del trabajo srcircunscribían, en esencia, a la familia, es de-

cir, tenían un carácter patriarcal y estaban li-gadas a la propiedad privada de la tierra. Enlas cooperativas ha surgido la división social deltrabajo, característica de toda gran empresa, yla cuestión de qué trabajo ejecuta cada cual nose resuelve en dependencia de las dimensionesde la propiedad agrícola, sino de las cualidadesy de las aptitudes de cada uno. En nuestro paísse realiza cada vez más consecuentemente elprincipio de que al distribuir los cargos perma-nentes y elegir a los dirigentes lo decisivo no esla anterior situación económica, sino los intere-ses de toda la colectividad, la capacidad y lacompetencia de cada uno. Sin embargo, es po-co probable que sin una preparación previa sepueda inmediata y totalmente introducir esteprincipio en la práctica de las cooperativas.

En las cooperativas, al propio tiempo que serefuerza lo nuevo se mantendrá durante largotiempo lo viejo. Precisamente por esto, en lascooperativas húngaras se han conservado toda-vía en proporciones muy considerables los res-tos de la anterior división clasista de los campe-sinos, los vestigios de las diferencias en cuantoa bienes de fortuna. Se comprende que esto seaasí, ya que los campesinos medios aportaron alas cooperativas más tierras, más aperos y másmáquinas que los campesinos pobres o que loscampesinos sin tierra.

La unidad y las contradicciones de lo nuevoy de lo viejo se ponen también de manifiesto enla esfera de la distribución. La parte determi-nante de los ingresos de los miembros de lascooperativas depende [de acuerdo con el princi-pio socialista de distribución] de la cantidad yde la calidad de su trabajo, con la particularidadde que cada vez se consolidan más las condicio-nes que contribuyen a la consecuente realizacióndel principio socialista de distribución.

Un importante rasgo de la política del PSOHen el campo es que, prestando fundamental aten-ción a la creación de economías colectivas coope-rativas, al fortalecimiento de las relaciones so-cialistas y a la cohesión del campesinado coope-rativista, no se olvida de las diferencias de bie-nes y de otras contradicciones, bajo las cualestiene que llevar a cabo este trabajo. Procura tam-bién tener en cuenta en la práctica la anteriordiferenciación de clases. Cabalmente por eso, enla formación de las relaciones de propiedad y dedistribución, el Partido avanzó gradualmente, amedida que maduraban las condiciones objetivasy subjetivas.

En la agricultura húngara constituye un ejem-plo característico de esto el pago de la renta delsuelo en las cooperativas de producción. Des-pués de que en 1959 comenzó el ingreso masi-vo en las cooperativas de campesinos poseedo-res de tierra, el CC del PSOH propuso que una

pequeña parte de los ingresos a distribuir fue-ra pagada a los cooperadores de acuerdo con lacantidad de tierra que aportaron a la cooperati-va. En Jos últimos años se abonó a los campe-sinos cooperadores, por este concepto, el 6—8%de la suma total de ingresos de la colectividad.

Al crear las cooperativas el pago de renta porla propiedad de la tierra facilitaba el que loscampesinos poseedores de tierra pasaran al ca-mino de la economía cooperativa. Esto tambiénayudó en cierta medida a que los campesinospropietarios se incorporasen al trabajo colectivo.La renta de la tierra continúa siendo hoy unafuente de ingresos complementarios considera-bles para los campesinos ancianos y enfermos.

Por cuanto el pago de renta por la tierra creacon frecuencia contradicciones entre los coope-radores que antes fueron propietarios y los queno lo eran, algunos estiman que la supresión dela renta aceleraría la formación de una clasecampesina cooperativista socialista única. Quie-nes sustentan esta opinión olvidan algunas cir-cunstancias importantes, aunque tienen razóndesde el punto de vista de la aplicación del prin-cipio de distribución según el trabajo. Olvidan enprimer lugar que desde el período de la organi-zación masiva de cooperativas, la mayoría de susmiembros no la constituyen ya los antiguos pro-letarios, sino antiguos campesinos propietariosde tierra. Por esto el pago de renta por la tierraresponde a los intereses de la mayoría absolutade los cooperadores.

La renta no es simplemente una concesión a lasicología de los pequeños propietarios, El Partidola apoyó a su tiempo no sólo porque aspirabaa facilitar el ingreso de los campesinos en lascooperativas, sino también porque considerabaque esto podía ser utilizado al mismo tiempopara superar el apego a la propiedad particularsobre la tierra. Esto se hace posible porque gra-cias al fortalecimiento de las cooperativas y a laelevación de la parte de los ingresos que se dis-tribuye según el trabajo, cada vez juega menorpapel la renta de la tierra y, a la vez, se va cam-biando en las personas la mentalidad de propie-tario particular.

La renta expresa en igual medida tanto lasrelaciones de propiedad agraria existentes antesde la transformación socialista de la agricultura,como la diferenciación social del campesinadoligada con esto.

En cuanto a los ingresos procedentes de laparcela auxiliar individual la relación ya no estan equivalente, pero también aquí es apreciablela influencia de la anterior situación económica.A este respecto conviene destacar otra importan-te particularidad característica de la política delPSOH en el campo, la cual consiste en que elPartido consiguió vincular coherentemente el

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desarrollo de la gran producción agropecuariacon la utilización racional de las posibilidades dela parcela auxiliar, contigua a la casa de cadacooperador.

Además de la cuestión sobre la renta de latierra, se tropieza también con concepciones erró-neas, que difieren de la justa línea política denuestro Partido, en cuanto al papel de las eco-nomías auxiliares. Unos opinan que las parcelasauxiliares individuales deberían haberse liquida-do rápidamente, por considerar que esto precisa-mente es lo que obstaculiza en primer lugar elfortalecimiento de la economía colectiva. Los re-presentantes del otro punto de vista extremo noven peligro alguno ni siquiera en que se aumen-ten las proporciones de la parcela auxiliar perso-nal. Ambos extremismos son equivocados. No tie-nen razón quienes la consideran como una pe-queña economía campesina individual indepen-diente y, partiendo de esto, la contraponen a laeconomía colectiva.

La parcela auxiliar constituye orgánicamenteun complemento de la economía colectiva, delas cooperativas de producción. Desde el puntede vista económico, en Hungría no podremosprescindir durante un largo período de la pro-ducción de los huertos familiares, principalmen-te para el abastecimiento de los hogares cam-pesinos, y por lo que se refiere a muchos pro-ductos, también para el abastecimiento de laspoblaciones urbanas, del conjunto del país. Jus-tamente por eso, el Partido y el Gobierno se es-fuerzan por no liquidar la parcela auxiliar, sinopor utilizarla en combinación con el desarrollode la economía social y con la introducción denuevos potenciales para el abastecimiento de lapoblación, tanto rural como urbana.

En esta etapa concreta de la construcción delsocialismo, tanto la renta de la tierra como laparcela auxiliar son una necesidad política y eco-nómica. A pesar de que esto refleja superviven-cias de la anterior diferenciación económica delos que hoy son campesinos cooperadores, la va-loración y el enfoque acertados de estas super-vivencias contribuyen a consolidar la unidad delcampesinado.

En toda nuestra política agraria tenemos encuenta estas diferencias con un sentido realista.Gracias a la aplicación de medidas convenien-tes, calculadas para un período largo, tales di-ferencias no aumentan, sino que decrecen. Perono desaparecerán de golpe. Es más, ocurre a ve-ces que en este ,o en el otro lugar y temporal-mente se fortalecen o se combinan con nuevascontradicciones surgidas en la economía coope-rativa en relación con la división del trabajo,con la calificación profesional o por otras cir-cunstancias vinculadas con la actividad laboral¿ie los cooperadores. Sin embargo, todo esto no

nos compele a mostrar impaciencia en la apli-cación de nuestra política agraria. Construyendoy fortaleciendo la hacienda colectiva como unagran producción moderna, nos esforzamos por laeliminación gradual de estas contradicciones.

Condicionen subjetivas para la formaciónde una clase campesina cooperativistasocialista única

La vida y las actividades cotidianas del cam-pesinado, agrupado en las cooperativas de pro-ducción, están vinculadas con una economía co-lectiva cada vez más fortalecida y que desarro-lla de día en día su contenido socialista. Perosería un error suponer que bajo la influencia delos éxitos económicos, también la sicología y lamoral de las personas se transformarán en socia-listas de golpe y automáticamente. La cuestiónno consiste sólo en que el desarrollo de la con-ciencia se retrasa por ley natural del desarrollode la realidad material, sino también en que enla vida de los campesinos cooperativistas y du-rante un largo período continuarán subsistien-do, junto a lo nuevo, elementos de lo viejo. Es-to significa que a la par con la solución de lastareas económicas hay que dedicar una atenciónespecial a la educación política, ideológica ycultural.

La realización de un trabajo de educación po-lítica y cultural es condición importante para elfortalecimiento de la unidad y para el desarrollosocialista del campesinado cooperativista. Con-duciendo la lucha de clases en el campo duran-te el período de la cooperación masiva y en losaños que la precedieron hubimos de luchar con-tra dos fuerzas: de una parte, contra el conser-vadurismo de los pequeños propietarios indivi-duales para conseguir que eligieran el camino dela cooperación, y de otra parte, contra las ten-dencias capitalistas, que se desarrollan espon-tánea y naturalmente en las condiciones de lapequeña producción mercantil. En el período dela transformación socialista de la economía agra-ria, la lucha de clases se agudizó en proporcio-nes menores de lo que cabía esperar. Los ene-migos no consiguieron aprovecharse de las dispu-tas, vacilaciones y conflictos personales de queva acompañada esta gran transformación socialpara organizar acciones políticas. Después dela reorganización socialista de la agricultura sedebilitó todavía más la influencia política delenemigo, las fuerzas conscientemente adversa-rias se encontraron en un aislamiento aún ma-yor.

El debilitamiento considerable de su influen-cia y el aislamiento creciente de las concepcio-nes políticas hostiles no significan, naturalmen-te, que en el campo esta influencia haya des-

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aparecido ya totalmente. Los enemigos de nues-tro régimen no están ya en condiciones de k aacciones políticas directas. Ahora ya no empren-den ataques frontales contra las cooperativas. Sutáctica se reduce en esencia a intentos de apro-vecharse de dificultades pasajeras y de insufi-ciencias en el funcionamiento de las cooperati-vas para minar la disciplina, sembrar la descon-fianza y exacerbar las contradicciones. La expe-riencia demuestra que la efectividad de esta tác-tica depende de la situación económico-organi-zativa de las cooperativas. El enemigo consigueprovocar dificultades temporales en aquellas po-blaciones rurales en que existen cooperativas dé-biles y mal dirigidas. Allí donde las cooperati-vas son fuertes en el orden económico-organi-zativo, las fuerzas hostiles pierden toda influen-cia política.

La plena liquidación de los restos de reacciónpolítica en el campo depende en medida deci-siva de dos factores: el éxito del trabajo eco-nómico—organizativo y la transformación socia-lista de la conciencia social.

En el curso de esta lucha es necesario mos-trar gran prudencia y una_ consecuencia marxis-ta-leninista. Es necesario tener en cuenta la for-ma de pensar y las costumbres de los campe-sinos, considerar que la conciencia y la moralsocialistas de los campesinos cooperadores se vanformando paulatinamente. Los nuevos miembrosde las cooperativas, durante un cierto tiempo,no se acostumbrarán a la nueva vida y sólo pocoa poco, gradualmente, irán habituándose á ella.Los métodos educacionales que no tomen enconsideración esta circunstancia darán poca uti-lidad. En cambio, si se tiene en cuenta la situa-ción, se acelerará la marcha hacia adelante.

La organización y el pago del trabajo sonun ejemplo típico. Con el nivel actual de lasfuerzas productivas y el grado de mecanizaciónalcanzado por los campesinos cooperadores, pa-ra elevar la producción en los cultivos muy la-boriosos en una parte considerable de las coope-rativas son inevitables la llamada «organizaciónfamiliar del trabajo» [incorporación al trabajo demiembros de la familia] y el sistema de parti-cipación en los ingresos de ella derivado. Ladistribución por familias de los campos con cul-tivos que exigen mucha mano de obra, así comolas diveresas formas de premios en especie co-mo complemento a la remuneración por unidadde trabajo son soluciones necesarias en las con-diciones actuales de las cooperativas. La expe-riencia de los últimos años demuestra que se des-arrollan mejor y se consolidan más rápidamenteaquellas cooperativas en las que se comprendeCon mayor profundidad la necesidad de aplicarestos métodos sencillos de organización y pago

del trabajo, sus ventajas y su acción estimula-dora para la producción. Estas formas de orga-nización del trabajo y de distribución están máscerca del modo de pensar actual de los coope-radores y son más comprensibles para ellos.

La aplicación de estos métodos no es una ca-pitulación ante la mentalidad y las tendenciasdel campesino individualista, ni significa unaconcesión de principio o la renuncia a aplicarconsecuentemente los principios socialistas. Nos-otros aplicamos estos métodos para así conse-guir aumentar las cosechas, mejorar la situaciónde los campesinos y el abastecimiento de la po-blación, acelerar el incremento de la economíacolectiva y, de esta manera, fortalecer el carác-ter socialista de las cooperativas.

Las formas y los métodos de dirección eco-nómica, de administración y de organización delas empresas no se dan de una vez para siem-pre, sino que cambian de acuerdo con el esta-do de las fuerzas productivas y con el desarro-llo de las relaciones de producción. En el so-cialismo, a la par con el crecimiento de las fuer-zas productivas se perfeccionan las relaciones deproducción, cambian las formas de organizacióny dirección de la economía. La dirección serácorrecta si la adopción de tales o cuales medi-das están fundamentadas en el análisis de lasituación concreta, si no se corre demasiado, sino se fuerzan la aplicación de métodos y la con-secución de objetivos para los que no han ma-durado todavía las condiciones. De otra parte,un buen dirigente no debe concebir las condicio-nes creadas como algo inamovible, sino que hade esforzarse por mejorarlas, por hacerlas cam-biar, y actuando en las nuevas condiciones, deacuerdo con los cooperadores, romper audaz-mente las formas viejas, abandonar los métodosya gastados.

En nuestro trabajo ideológico en el campodedicamos particular atención a formar una con-cepción colectivista en los cooperadores, a lalucha contrti los residuos de la mentalidad depequeño propietario, contra el individualismo yel egoísmo que todavía aparecen, contra la ten-dencia, que a veces se observa, de eludir la par-ticipación en los asuntos sociales. Esta lucha de-berá tener como base el desarrollo y fortaleci-miento de las relaciones de producción coope-rativistas, pero es necesario también realizar unalucha ideológica. Es importante crear una atmós-fera en la que el egoísmo, que tan dañino espara los intereses colectivos, sea condenado siem-pre, incluso en aquellos casos en que no tro-pieza directamente con la ley.

El individualismo en el campo no se mani-fiesta como una corriente ideológica o una con-cepción filosófica. Halla su encarnación en los

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30 Las transformaciones de las relaciones socio-económicas en el campo húngaro

asuntos cotidianos y en la conducta, ya que du-rante largos años fue un atributo natural de laeconomía basada en la propiedad privada. Des-pués de la transformación socialista de la agri-cultura, el sentimiento del colectivismo, cada vezmás acentuado, se explica en primer lugar porcondiciones objetivas. En el sistema cooperati-vista de economía, la propiedad social, el tra-bajo colectivo y la participación en los ingresos,al reflejar los éxitos del trabajo social, constitu-yen una base objetiva para la formación del sen-timiento colectivista. Sin embargo, las condi-ciones objetivas sólo actúan en plena medidacuando son reafirmadas y reforzadas por el co-rrespondiente trabajo ideológico.

Para liquidar el individualismo y reforzar elsentimiento colectivista es necesario pasar a or-ganizar el trabajo según el principio de la granproducción y de la participación en el trabajosocial. Esto es precisamente lo que constituye elmedio educativo más eficiente. A medida que seamplía la división del trabajo en el interior dela hacienda, el miembro de la cooperativa vemultiplicarse las pruebas de que la eficiencia desu trabajo depende del trabajo de otros y de quesu trabajo, a la vez, influye en los éxitos deltrabajo de los demás. La confirmación reiteradade todo esto lleva a la extinción de los hábitosindividualistas. Incluso una persona antes egoís-ta y que sólo pensábalo sí misma, comienza asentir una preocupación cada vez mayor por lacolectividad.

En el proceso de fortalecimiento de la unidaddel campesinado cooperativista juega un papelmuy importante la difusión de los conocimientosprofesionales modernos, conjugados estrechamen-te con la difusión de la cultura general.

En la producción cooperativista puede hallaraplicación fecunda la experiencia que los cam-pesinos cooperadores trajeron consigo del pa-sado. Debemos valorar esta experiencia y uti-lizarla en las haciendas cooperativas. Sin em-bargo, la creación de grandes empresas moder-nas presenta nuevas exigencias en orden a losconocimientos especiales y a la cultura. Actual-mente tanto el antiguo proletario agrícola comoel antiguo campesino medio tiene posibilidadesiguales para satisfacer las nuevas exigencias pro-fesionales planteadas en la producción agrope-cuaria, puesto que en el estudio lo decisivo noes ya la situación económica anterior, sino laaspiración y los esfuerzos actuales.

En el campo, a la vez que la transformaciónsocialista de la economía se están produciendocambios radicales en el aspecto cultural. Cuandose liberó nuestro país, sólo el 39% de las lo-calidades rurales tenían luz eléctrica. Con el co-ronamiento de la cooperación la luz eléctrica

apareció en todos nuestros pueblos. En la Hun-gría terrateniente-capitalista, sólo una pequeñaparte de las poblaciones rurales tenía cinemató-grafo, ahora lo hay en todas ellas. Poseen re-ceptor de radio casi todas las familias campe-sinas. Ha comenzado una vasta preparación deobreros calificados [solamente el número de trac-toristas y mecánicos es de 100.000]. En diversoscursos especiales estudian unas 10.000 personas.Tres cuartas partes de los pueblos campesinostienen su Casa de la Cultura. Se ha hecho yahabitual que lo característico de las aldeas hún-garas sea la nueva escuela, la Casa de la Culturao el cine, en lugar de la antigua finca del te-rrateniente o la iglesia.

Con las concepciones idealistas y la supersti-ción existentes entre la población rural se puedeluchar con éxito a base de desarrollar grandesempresas socialistas y de difundir los conoci-mientos científicos. Las creencias religiosas, du-rante siglos, fueron alimentadas y sostenidas porlos crueles regímenes de explotación y por elsometimiento del trabajador a las fuerzas socia-les y naturales que lo dominaban y que le eranincognoscibles. Con los prejuicios religiosos sepuede luchar en primer término —además deliquidar la explotación— prestando solícita aten-ción a la vida social y particular de las perso-nas, haciendo que la sociedad esté dispuesta aconcederles activa ayuda, atrayendo a todos losciudadanos a la colectividad socialista, a la cons-trucción socialista, a las actividades sociales.

La experiencia de ios últimos años confirmaque la causa del socialismo puede y debe ganara su lado a quienes todavía mantienen sus creen-cias religiosas. Adquiere difusión la justa prác-tica de un enfoque diferenciado con respecto alos creyentes. Los comunistas, cumpliendo sustareas cotidianas en la construcción del socialis-mo, trabajan juntamente con los creyentes sinninguna clase de reservas mentales ni segundasintenciones. En las cooperativas no hay lugarpara la discriminación de las personas porquesean o no creyentes. La base para la valoraciónde cada miembro de la cooperativa la da su par-ticipación en el trabajo social.

El desarrollo de las cooperativas de produc-ción, que fortalecen en los campesinos el senti-miento de seguridad en el mañana, y la difusiónde conocimientos científicos, que acaban con laignorancia, van minando gradualmente la creen-cia en fuerzas sobrenaturales y la superstición.

En otros tiempos era frecuente oír la «pro-fecía» de que la idea del socialismo y de" lascooperativas de producción no podría, bajo nin-

E B N O C S I Z M A D I A Y S A N D O B Z S A K N O S Z A I 31

guna circunstancia, penetrar en el «cráneo anti-colectivista» del campesino húngaro, que se dis-tinguía por un individualismo particular. ¡Lapráctica ha demostrado ya el valor de semejanteprofecía! Ha demostrado que la sicología y laconducta individualistas, anticolectivistas no sonalgo congénito en el campesino, sino un rasgoque se adquiría en el régimen de explotación yde propiedad privada. En los últimos deceniosla vida ha progresado mucho; se han producidograndes cambios tanto en el ámbito internacio-nal como en el interior del país. Y ello ha crea-

do posibilidades favorables para que avancemoscon éxitos mayores por el camino de la trans-formación socialista de la agricultura y de lasociedad rural húngara.

Nuestra brújula exacta en esta ruta es el mar-xismo-leninismo, cuyo espíritu impregna toda laactividad del PSOH. Ha constituido y constituyeuna gran ayuda para nosotros la solidaridad delos partidos hermanos, especialmente la solidari-dad de los pueblos y partidos de los países so-cialistas en la cual podemos seguir apoyándonoscon toda seguridad en el futuro.

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• El trabajo y el capital

Los problemas actualesde los sindicatos

EN todos los países capitalistas se manifies-tan, en mayor o menor grado, un crecien-te descontento y una combatividad cada

día más alta de la clase obrera. Los combates enel curso de los cuales los trabajadores de una se-rie de países consiguen determinados éxitos, par-ticularmente en orden a los salarios, son muyencarnizados por ambas partes. La agudizaciónde la lucha de clases confirma suficientemente, sies que aún era necesario, que el capitalismo ac-tual, cualquiera que sea su nivel de desarrollo, esincapaz de superar sus contradicciones. La reali-dad objetiva conduce al desarrollo de la luchade la clase obrera contra los monopolios capita-listas y al planteamiento de reivindicaciones cadavez más profundas por su contenido.

Tomemos los países capitalistas desarrollados,sobre todo los de Europa Occidental y EE. UU.Aquí tenemos en presencia en estos últimosaños, nuevos elementos de la política de la clasedominante, que hace intentos de solucionar connuevos métodos, en detrimento de la clase obre-ra, en detrimento de los trabajadores, los pro-blemas, que tiene delante el capitalismo. En res-puesta, los sindicatos formulan reivindicacionesmás apropiadas a las condiciones de hoy. Ante laresistencia acrecida de los capitalistas y su ofen-siva contra los derechos de los trabajadores, lossindicatos se ven precisados a librar una luchamás encarnizada. Con frecuencia las huelgas sonmás prolongadas y los choques más duros.

El desarrollo del capitalismo monopolista deEstado, que adopta ciertas formas nuevas, estáen la base de estos cambios.

por Fierre Gensous

LA PLANIFICACIÓNCAPITALISTAY LA «POLÍTICADE RENTAS»

Es conocida la im-portancia que enestos últimos tiem-pos atribuyen losmedios dirigentesoccidentales a la

«planificación» [o «programación», según el tér-mino empleado en ciertos países] de la econo-mía. Las medidas adoptadas en este sentido par-ten de la necesidad de tener en cuenta la in-fluencia ejercida sobre la economía capitalistapor el crecimiento y los rápidos cambios de lasfuerzas productivas [por la revolución científico-técnica], como también parten de la nueva co-rrelación de las fuerzas de clase en el plano na-cional e internacional. Los círculos dirigentes dediversos Estados de Europa Occidental han lle-gado a la conclusión de que la «planificación»tiene una importancia vital para el capitalismomoderno.

Mas para que esa «planificación» tenga éxi-to los capitalistas tienen que restringir conside-rablemente la independencia de las organizacio-nes obreras. Por medio del aparato —y de laidea en sí— de la planificación capitalista quisie-ran integrar a los sindicatos en el capitalismomonopolista de Estado. Se trata concretamentede conseguir que las organizaciones obrerasaprueben los objetivos y el espíritu de la plani-ficación capitalista y, sobre esta base, su parti-cipación en el funcionamiento de su mecanismo.Eso entrañaría, naturalmente, la renuncia «vo-luntaria» de los sindicatos a toda acción que pu-diera quebrantar la planificación capitalista, es

LOS PBOBLEMAS ACTUALES DE LOS SINDICATOS 33

decir, a la libertad de promover reivindicacioneseconómicas.

En este sentido, el atributo esencial de la pla-nificación capitalista reside en la llamada «polí-tica de rentas», es decir, el establecimiento porel Estado, en el marco de la planificación capi-talista, de un límite al aumento del salario nomi-nal para todas las ramas de la economía. Tenta-tivas de este género se están haciendo en casitodos los países de Europa Occidental [y en unaforma algo distinta, en EE.UU.].

Pero, ¿qué quedará de la independencia, de laautonomía de las organizaciones obreras si el lí-mite —demasiado bajo— de aumento de los sa-larios se fija estrictamente de antemano? Seme-jante «política de rentas», si se lleva a cabo,priva a los sindicatos de toda independencia, losinvalida en realidad y los hace inútiles. La cla-se obrera pierde posibilidades de librar la luchaeconómica contra la patronal apoyándose en suspropias fuerzas. Y a cambio de eso ¿qué recibenlas organizaciones obreras? Una aparente parti-cipación en la «planificación», una aparenteautolimitación de los capitalistas.

Si los sindicatos aceptasen la. «política de ren-tas» capitalista, eso querría decir que aceptabanel actual reparto del «pastel nacional» entre lostrabajadores y los capitalistas. Es más ante elrápido aumento de los precios, que prosigue, co-mo regla general, y ante la limitación del cre-cimiento del salario nominal por la tasa de la«política de rentas», eso significaría que los sin-dicatos daban su consentimiento al aumento dela parte del capital.

La mayoría de los trabajadores y de los sindi-catos rechazan la política oficial «de rentas».Incluso en casos como, por ejemplo, el de GranBretaña, donde la central sindical nacionalaprueba formalmente esta política, los sindicatosafiliados, después de haber votado a favor deella, no cesan de luchar en contra de esos prin-cipios. En suma, la marcha de los acontecimien-tos en los países de Occidente testimonia que loscírculos gobernantes no han logrado que los sin-dicatos acepten de buen grado dejarse maniatarpor la «política de rentas».

Por otra parte, esos círculos no confiaban se-riamente en que lo lograrían. Paralelamente alos intentos de «vender» a los sindicatos la «po-lítica de rentas», según la expresión empleada enEE.UU., los gobiernos capitalistas intensificansu ofensiva contra los derechos sindicales porvía legislativa. En una serie de países ya se hanaprobado leyes que limitan el derecho de huel-ga y otras libertades sindicales, o bien se prosi-gue la lucha contra los proyectos de la burgue-sía de implantar leyes de ese género. En muchoscasos estos actos legislativos están directamenterelacionados con la «política de rentas».

Además, los medios dirigentes recurren am-

pliamente a las «medidas de excepción» [estadode urgencia en Inglaterra durante la huelga demarinos, estado de alerta y formación de un«comando central para el mantenimiento del or-den» en Holanda] y a persecuciones judicialescontra los sindicatos [como, por ejemplo, enEE.UU. en relación con la huelga de los traba-jadores del transporte de Nueva York y con lasde los ferroviarios]. Las leyes de excepción en laRFA tienen como mira, entre otras cosas, soca-var la potencia de los sindicatos y sus luchasreivindicativas.

Todo esto forma parte del plan general ten-dente a vaciar los sindicatos de su contenido declase, en tanto que organizaciones proletariasclasistas independientes, y a integrarlos en elsistema del capitalismo monopolista de Estado.

Al luchar contra esas tentativas, los sindica-tos no se oponen a toda planificación, como aveces quieren hacer ver sus enemigos. Los sin-dicatos quieren una planificación que correspon-da a los intereses de los trabajadores y que con-duzca al robustecimiento de sus posiciones en lasociedad.

El desarrollo deLA REVOLUCIÓN la lucha entre laCIENTÍFICO-TÉCNICA clase obrera y elY LOS SINDICATOS capital, la política

y los métodos deambas partes se

determinan en gran medida por las consecuen-cias sociales del progreso científico y técnico,muy rápido en nuestros días. Las consecuenciasdirectas —sociales y económicas— del progresotécnico y los consiguientes cambios en la estra-tegia y táctica del capital crean multitud denuevos problemas a la clase obrera y a los sin-dicatos.

Los problemas suscitados en los países capita-listas por la automatización son particularmen-te agudos en Estados Unidos. De aquí que seainteresante estudiar las conclusiones a que llegaen su informe publicado este año la ComisiónNacional para la Técnica, la Automatización yel Progreso Económico, creada por el Congresode EE.UU. La Comisión comprende tres diri-gentes sindicales de la AFL-CIO y 11 miembrosmás [empresarios^ profesores universitarios, etc.!.Por supuesto, este informe acepta en general losprincipios del capitalismo monopolista; pero re-vela claramente ciertas consecuencias sociales dela puesta en práctica de la automatización porlos monopolios.

El presidente de la Comisión escribe en laintroducción:

«La revolución técnica en la agricultura es lacausa de las dificultades que atraviesa una granparte de nuestra población negra... El cierre

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34 P I E B B E G E N S O T I S

de viejas empresas, provocado por los cambiostécnicos y económicos, en algunos casos ha con-denado a la población de regiones enteras a lamiseria... En 1963, cerca de 35 millones detrabajadores estaban todavía por debajo del mí-nimo vital».

La Comisión ha declarado que, en el curso deestos últimos años, el aumento de la producti-vidad como consecuencia de la revolución téc-nica había sido tan considerable que «se precisa-rían cada año dos millones menos de trabajado-res para producir la misma cantidad de mercan-cías ... Aunque la demanda se ha elevado lige-ramente, no ha bastado para contrabalancear ala vez el incremento de la productividad y elnúmero de personas que pasan a engrosar la ma-no de obra.»

En otros países capitalistas el progreso técnicoha suscitado por el momento el paro forzoso enciertas profesiones y zonas y la inseguridad ge-neral en orden al empleo. El problema de la des-ocupación por razones técnicas es cada vez másevidente y se generaliza.

Los tres representantes de la AFL-CIO en lamencionada Comisión y otros dos miembros máshan declarado: «Estamos firmemente convenci-dos de que para los Estados Unidos es indispen-sable una cierta forma de planificación democrá-tica nacional... Las fuerzas ciegas del mercadoya no están en condiciones de afrontar los com-plejos problemas de la sociedad moderna.» Asíes que los resultados de la revolución científico-técnica conducen a que incluso los dirigentes dela AFL-CIO pierdan confianza en el sistema de«libre empresa», al que siempre han apoyado.

El problema general —cómo conseguir que elprogreso científico-técnico no sea una amenazapara los trabajadores y para toda la sociedad,sino que constituya un bien— aparece bajo di-versos aspectos concretos.

El desarrollo de la automatización en ciertasramas plantea con toda agudeza problemas detáctica sindical, sobre todo durante las huelgas.Es más fácil para los patrones asegurar el fun-cionamiento de la empresa cuando en ella tra-bajan relativamente pocos obreros. Como el ca-rácter del trabajo ha cambiado, la patronal pue-de emplear a unos cuantos técnicos o empleadosde las oficinas para ese trabajo. En ciertos casos,sobre todo en América del Norte, donde la au-tomatización ha ido tan lejos, los patrones hanlogrado derrotar a los huelguistas en las empre-sas automatizadas. Por ejemplo, durante la huelgade seis meses de los obreros de la Irving Refinerydel Canadá, empresa altamente automatizada, laadministración pudo proseguir la producción conayuda de ingenieros, técnicos y empleados.

El movimiento sindical debe sacar las corres-pondientes enseñanzas de esta situación. Es evi-

dente, en particular, la creciente necesidad deasegurar la organización de todos los trabajado-res en los sindicatos; la importancia de asegurarla organización sindical entre los trabajadores nomanuales: contramaestros, técnicos, ingenieros yempleados; la necesidad de garantizar una uni-dad estrecha entre todos los grupos de trabaja-dores en todas las acciones, lo cual implica tam-bién contactos y consultas entre ellos en el pe-ríodo preparatorio de los convenios colectivos ode las acciones.

La formación y la reeducación profesional delos obreros y empleados es uno de los problemasque plantea muy agudamente la revolución cien-tífico-técnica. Por lo general están subordinadasa los estrechos intereses de los monopolios. Esmuy poco lo que el Estado burgués hace con mi-ras a preparar a la joven generación de la claseobrera para trabajar con las nuevas técnicas y lanueva tecnología. Sólo una pequeña minoría dejóvenes reciben una formación adecuada. En esteterreno la discriminación para con las muchachases todavía más acentuada que en el caso de lainstrucción general. Como resultado de la estre-chez de la formación profesional una parte im-portante de la juventud está condenada al paloforzoso o al trabajo no calificado con la amena-za constante de engrosar las filas de los de-sempleados a medida que avanza el progreso téc-nico. Al mismo tiempo la formación profesionalde quienes la reciben es, en general, demasiadoespecializada, proporciona una base teórica insu-ficiente para permitir la readaptación rápidaa las nuevas técnicas, necesaria en las condi-ciones actuales. Esto viene a acrecentar la ame-naza del desempleo incluso para los jóvenes queya han recibido su formación profesional.

La enseñanza y la formación profesional, ensu conjunto, deben ser modificadas. Hay quecrear un sistema democrático que permita a todoslos jóvenes el libre acceso a una enseñanza y auna formación lo suficientemente amplias paraque puedan aplicar sus talentos y satisfacer susaspiraciones en la profesión que han escogido.Esta es una tarea del movimiento sindical.

Frente a la automatización, los sindicatos exi-gen una reducción de la jornada laboral [lo cualatenuaría la amenaza de despido y reportaría alos obreros ciertos frutos de la automatización];compensaciones suficientes en caso de cesantía;una readaptación profesional a costa del Estadoo de los patrones y manteniendo el salario ín-tegro; una ayuda para encontrar nuevo empleo,la Indemnización de los nuevos gastos en rela-ción con la vivienda, la concesión de facilidadesde transporte, etc. La ley inglesa sobre compen-saciones por despido, en vigor desde diciembrepasado, ha sido un progreso considerable en estesentido, a pesar de que contiene ciertas lagunas.

LOS PROBLEMAS ACTUALES DE LOS SINDICATOS 35

Así, pues, en las condiciones del rápido pro-greso científico-técnico, la lucha de los traba-jadores y de los sindicatos tiende a la satisfac-ción de múltiples reivindicaciones. Se libra estalucha contra el desempleo, contra la aceleraciónde los ritmos de trabajo y la tensión nerviosa,por la seguridad en el trabajo y el aumento desalarios. Al mismo tiempo, los obreros y susorganizaciones se preocupan de los problemasde la clasificación profesional, de la distribucióndel trabajo, de los métodos de trabajo, de laorganización de la producción en general, de lacontrata y de los despidos de trabajadores, etc.,cuestiones éstas que los empresarios han consi-derado hasta ahora como de su exclusiva compe-tencia.

En estos últimos años, los sindicatos de EuropaOccidental y de Norteamérica exigen que estascuestiones sean previstas por los convenios co-lectivos, es decir, que sean objeto de negociacio-nes y que no sean resueltas unilateralmente. EnEE.UU. y en Italia, para no citar más que dospaíses, esto ha sido motivo de encarnizados com-bates contra la patronal en las ramas claves dela industria.

Estrechamente vinculada con esto está la luchapor los derechos de los comités de empresa[u organismos análogos, como por ejemtjlo loscomités de camareros de barcos en Inglaterra].Elegidos por los obreros en los lugares de tra-bajo, estos organismos se esfuerzan por limitarla arbitrariedad de los patrones, y en particu'arpor conseguir que se consulte con ellos paraintroducir las innovaciones técnicas.

Los patrones temen la penetración de las orga-nizaciones obreras en los dominios tradicional-mente considerados por los capitalistas como sucoto vedado. Es significativa a este respecto ladeclaración del Consejo Nacional de la PatronalFrancesa, que el año pasado recordaba que «enmateria de gestión de las empresas, la autoridadno puede ser compartida». Los capitalistas deAlemania Occidental y de otros países se hanpronunciado en el mismo sentido.

Mas para que la revolución científico-técnicavaya en provecho de los trabajadores no bastaluchar por la limitación del poder de los patro-nes en las empresas. Hace falta conseguir trans-formaciones más profundas, reformas democráti-cas antimonopolistas en diversos terrenos.

LOS TRABAJADORESNO MANUALESY LOS SINDICATOS

La revolución cien-tífico-técnica intro-duce cambios con-siderables en laestructura profesio-

nal de la mano de obra.En las industrias nuevas o en rápida expansión,

como la de la energía atómica, la astronáutica,

la electrónica, la de productos químicos, etc., esmás elevada la proporción de personal no manualy, en particular, de personal científico y técnico.En muchos países se produce al mismo tiempoun rápido descenso de la ocupación en algunossectores de la industria ligera [textil y otros], enlas minas de carbón y en el transporte ferrovia-rio, donde la parte del trabajo manual es elevada.

La proporción de trabajadores intelectuales, omás exactamente no manuales [empleados], conrelación a los trabajadores manuales, aumentarápidamente. Según algunos cálculos, en EE.UU.por cada tres trabajadores manuales correspon-den dos trabajadores no manuales. En Inglaterra,a comienzos de los años 50, los trabajadores nomanuales representaban un cuarto de la totalidadde los trabajadores contra un tercio a comienzosde la década del 60. En Francia y en los. paísesescandinavos la proporción es, poco más o me-nos, la misma. Es particularmente rápido el in-cremento del número de ingenieros y técnicos.En Francia, de 1954 a 1962 el número de inge-nieros aumentó en el 74%, el de técnicos en 81%,y el de «cuadros» [personal inferior de dirección]en 60%. Cambios idénticos se producen en losotros países capitalistas desarrollados.

Al mismo tiempo disminuye la diferencia en elcarácter del trabajo de obreros y empleados, loque obedece particularmente a la mecanizacióny a la automatización progresivas. Se producetambién un visible acercamiento de los salariosy, en parte, de la situación social de trabajadoresno manuales y obreros. Los tradicionales privile-gios de los empleados van desapareciendo gra-dualmente. En definitiva, éstos tienen que hacerfrente a los mismos problemas que los obreros.

En los últimos años un rasgo característico hasido el crecimiento de la conciencia de clase delos trabajadores no manuales. Como ejemplo deesta evolución puede aducirse la reciente decla-ración del Congreso del sindicato de «cuadros»de Francia, adherido a Fuerza Obrera, en la quese dice que tanto los «cuadros» afiliados a la CGTy a CFDT como los «cuadros» integrados enFuerza Obrera se pronuncian por la incorpora-ción al movimiento obrero. En efecto, los em-pleados participan cada vez más en las accionesde la clase obrera. El movimiento sindical debeapoyar al máximo esos esfuerzos y acercarlos alas actividades de la clase obrera en genera!.

¿Cuáles son las reivindicaciones principalesde los empleados?

Ante todo, el establecimiento de una justa es-tructura de los salarios que garantice una remu-neración suficiente en todos los niveles en fun-ción de la calificación y de la experiencia; pro-moción garantizada en su carrera y seguridad enel empleo; pleno derecho a las negociacionescontractuales y reconocimiento de los derechos

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LOS PROBLEMAS ACTUALES DE LOS SINDICATOS

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sindicales; garantía de las condiciones de trabajopor los convenios colectivos; creación de unsistema adecuado de formación profesional bajoel control de los sindicatos; derecho garantizadoa la formación profesional continua, durante lajornada laboral, para mejorar la calificación yestar al corriente de las innovaciones técnicas;reducción del tiempo de trabajo.

En lo que concierne a las profesiones no ma-nuales, la discriminación contra las mujeres estáparticularmente acentuada: pocas son las que tie-nen acceso a estas profesiones y su salario medioes muy inferior al de sus colegas varones. EnFrancia, por ejemplo, sólo un 3,7% de los inge-nieros son mujeres; su sue'.do medio, según unainvestigación oficial de 1963, es inferior en unatercera parte al de los hombres. Esto sucede enparte porque las mujeres sólo tienen acceso a de-terminados empleos [trabajo de laboratorio, pla-nificación de la producción, contabilidad, etc.].Los sindicatos luchan para liquidar esta discrimi-nación.

Existen otros problemas comunes a los traba-jadores no manuales de diferentes países: porejemplo, los derechos de los empleados sobre lasinvenciones realizadas durante el tiempo de tra-bajo.

Todas estas reivindicaciones no son presenta-das de manera pasiva. En caso de necesidad, in-genieros, técnicos y empleados recurren a la ac-ción. En Francia se pueden citar las manifesta-ciones en las fábricas Thomson-Houston exigien-do aumento de salarios; en las empresas Bull,contra los despidos y por la nacionalización dela compañía; diversas acciones en jas empresasChausson, en la SÑEKMA y en las fábricas Wor-thington. En Inglaterra, los sindicatos de estascategorías han organizado numerosas huelgasreivindicando aumentos de salarios, prolongaciónde las vacaciones pagadas, etc. El sindicato dedelineantes obtuvo hace poco la victoria en unaprolongada lucha huelguística contra la prácticapatronal consistente en encargar trabajos al ex-terior.

Mientras que en algunas industrias de produc-ción masiva el número de trabajadores manualessindicados disminuye a medida que se reduce eltotal de trabajadores ocupados en tales ramas,los trabajadores no manuales en muchos casosse organizan en sindicatos. Esto se refiere parti-cularmente a científicos, técnicos y «cuadros».Los efectivos de sus organizaciones crecen rápi-damente. Así, el sindicato ing'és de técnicos ypersonal afin [asociación de controladores, per-sonal administrativo y peritos], en los últimos cin-co años ha duplicado el número de sus afiliados.

Estas categorías de trabajadores no sólo ingre-san en los sindicatos, sino que exigen de ellosque realicen una política más combativa. En In-

glaterra, por ejemplo, donde bajo la presión delGobierno laborista tanto el Congreso de las TradeUnions como muchos sindicatos apoyan la «polí-tica de rentas», los cinco sindicatos de científi-cos, técnicos y «cuadros» emprendieron una ac-ción unitaria para oponerse a esa política y rea-lizan una activa campaña contra ella. Estos mis-mos sindicatos han protestado contra la agresiónnorteamericana en Vietnam y se han pronunciadoen favor del desarrollo de las relaciones con lossindicatos de los países socialistas, etc.

Naturalmente, no todas las organizaciones detrabajadores no manuales [como tampoco susafiliados] ocupan posiciones avanzadas. Es in-cuestionable que el aumento del número de em-pleados en los sindicatos plantea nuevos proble-mas y nuevas tareas al movimiento sindical, inci-tándole a buscar nuevos caminos y nuevos méto-dos de trabajo. Pero, en fin de cuentas, graciasaja afluencia a sus filas de intelectuales, cientí-ficos, universitarios y personalidades culturales,el movimiento sindical se fortalece, se hace másrepresentativo, adquiere mayores horizontes ymás amplitud de intereses. Para la lucha en lascondiciones de la revolución científico-técnica,del capitalismo monopolista de Estado y de la«programación», los sindicatos pueden apoyarse,en mayor medida que antes, en los conocimientosespeciales de ingenieros, economistas y hombresde ciencia, lo cual tiene hoy una extraordinariaimportancia. El movimiento obrero cuenta así conmayores posibilidades para proponer una solu-ción democrática y antimonopolista de los pro-blemas inmediatos de los países capitalistas ypara luchar por la realización de esta tarea.

NUEVO PAPEL,MAS AMPLIO,DE LOS SINDICATOS

De lo dicho se de-duce que los sin-dicatos, en su lu-cha por los intere-ses de los trabaja-

dores, se encuentran actualmente en una situa-ción modificada. Más arriba hemos hablado detres nuevos factores: la planificación capitalistay la «política de rentas», la revolución científi-co-técnica, los cambios en la composición de lamano de obra con el incremento de la propor-ción de trabajadores no manuales. A estos cam-bios, que conciernen ante todo a los sindicatosde los países capitalistas desarrollados, hay queañadir otro: la agresividad creciente del imperia-lismo, en primer lugar del norteamericano. Estoafecta a los trabajadores y a los sindicatos detodos los países sin excepción, aunque sólo seaporque acrecienta el peligro de una guerra mun-dial devastadora.

Todos estos cambios de la situación objetivaen que los sindicatos actúan, les imponen un nue-vo papel, más amplio. No permiten que los sindi-

catos acepten la política gubernamental como al-go dado que no depende de ellos; por el contra-rio, les incitan a actuar con más intensidad paraque cambie la política gubernamental en una se-rie de problemas en interés de los trabajadores.

En el momento en que los gobiernos asumenfunciones cada vez más amplias en la reglamen-tación de la economía en interés del capital, enel momento en que aplican una «política de ren-tas» y se inmiscuyen más y más en la lucha delos obreros con los empresarios, la lucha econó-mica de los sindicatos adquiere, objetivamente,un sentido político. Las centrales sindica'es delos países de Europa Occidental, al pronunciarsecontra la «política de rentas», irrumpen en el te-rreno de la política del Estado. Esto se deja sen-tir más cuando los sindicatos •—a través de huel-gas o por otros medios— consiguen aumentos sa-lariales rompiendo las «normas» de la «políticade rentas» gubernamental.

En realidad, el desarrollo del capitalismo mo-nopolista de Estado ha conducido hoy a una si-tuación en la que los sindicatos, al formular lasreivindicaciones concretas —aumento de sa!ariospara sectores considerables de trabajadores, evi*tar el cierre de tales o cuales empresas, etc.—,penetra forzosamente en el terreno de la polí-tica del Estado, ante todo la económica. En estascondiciones pueden confinarse cada vez menosen el «sindicalismo puro» o el «tradeunionismopuro». Hoy esta concepción limita particular-mente el campo de acción de los sindicatos y lespriva de la posiblidad de defender con eficacialos intereses de los trabajadores.

Es sintomático que la lógica de esta lucha eco-nómica contra la patronal, apoyada más quenunca por el Estado, incita a ciertos dirigentessindicales, incluso de derecha, de grado o porfuerza, a poner en duda la política gubernamen-tal. Es típico el ejemplo del movimiento sindicalnorteamericano, incluida la dirección de la AFL-CIO, que se opone al tope de un 3,2% estableci-do por Johnson para los aumentos de salarios.Este ha sido el primer conflicto abierto con lapolítica gubernamental después de muchos años.El propio G. Meany declaró en febrero ú'timo:«A nosotros no nos gusta la "política de orienta-ción"... anula las negociaciones colectivas».

La revolución científico-técnica, como hemosvisto, actúa en el mismo sentido, poniendo a lossindicatos, lo quieran o no, en la necesidad deintervenir en las cuestiones de la política delEstado. Es claro que las transformaciones que seoperan en algunos sectores de la industria, losnuevos métodos tecnológicos, no pueden dejarindiferentes a los sindicatos. Éstos proponen va-liosas y constructivas soluciones cuando, porejemplo, están amenazadas ramas enteras de laindustria. Y defienden de esta manera no sólo los

intereses de los trabajadores, sino también los dela nación.

Las tareas de los sindicatos se amplían máscada día. Los sindicatos ya no pueden limitarsea su actividad tradicional: a la lucha por lasmejores condiciones posibles de los convenios co-lectivos. A medida que aumenta el papel del Es-tado en la economía y que sigue su curso el pro-greso científico-técnico, surgen más y más pro-blemas que ya no pueden ser regulados en losmarcos del contrato colectivo, sino que debenser resueltos a escala nacional. Esto concierne aproblemas estrictamente económicos, como porejemplo las inversiones en esta o aquella rama.Esto atañe también a problemas tales como lainstrucción pública, el servicio médico y las pen-siones.

En todos estos dominios los sindicatos avanza-dos se esfuerzan por presentar sus propias solu-ciones antimonopolistas y por conseguir que elEstado las acepte. Al mismo tiempo luchan por laampliación de los derechos de las organizacionessindicales en las empresas y en los planos local,regional y nacional.

Pero la cuestión no se limita a la política eco-nómica y a las esferas relacionadas con ella.Siendo las organizaciones más masivas de lostrabajadores, los sindicatos de numerosos paísesprotegen activamente la democracia política, laslibertades y los derechos del pueblo y luchan porampliarlos . La CGT de Francia toma parte acti-va en la movilización de las masas por la liquida-ción del régimen de poder personal y por el esta-blecimiento de una auténtica democracia. LaCGIT viene actuando, juntamente con todos losdemócratas italianos, contra los desmanes neo-fascistas, en defensa y por la ampliación de lademocracia. La Unión de Sindicatos Alemanes[USA], en su último Congreso, se pronunció denuevo contra las «leyes de excepción» que el Go-bierno de Bonn quiere imponer al pueblo de laRFA. En España las comisiones obreras semile-gales, que son el embrión de los sindicatos declase libres, constituyen una de las fuerzas fun-damentales que luchan contra la dictadura fran-quista y por lo democracia. Los sindicatos grie-gos se alzan contra la confabulación tramada porla monarquía y la reacción con el designio deestrangular de nuevo la democracia.

Ante los sindicatos se plantean también objeti-vos muy importantes en política internacional.Los sindicatos no pueden permanecer indiferen-tes cuando se acrecienta el peligro de una guerrade exterminio, cuando a manos de los imperia'.is-tas y de sus secuaces sucumben miles y miles depersonas en Vietnam. Y aquí debe resonar po-tente la voz de los millones de trabajadores sin-dicados.

Así, pues, tanto en el plano interior como en

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el internacional, los sindicatos tienen la tarea delimitar el poder económico y político de los mo-nopolios, oponiendo a la política monopolista otraque responda a los intereses de los trabajadoresy de las grandes masas populares. El VI Congre-so Sindical Mundial, celebrado en octubre de1965, se expresó en estos términos, sintetizandola experiencia de los diferentes países: «Es nece-sario librar una lucha vigorosa para asestar ungolpe severo a la potencia económica de los mo-nopolios, nacionalizar los sectores claves de laeconomía, asegurar en ellos una gestión demo-crática, nacionalizar las compañías extranjeras,puesto que tienen particular importancia parala economía y para las investigaciones científicas,y lograr la puesta en práctica de planes de desa-rrollo económico y social elaborados y controla-dos democráticamente en beneficio de los traba-jadores y de las masas populares».

EL IMPERATIVODE LA HORAES LA UNIDAD

Las condiciones enque actualmente sedesarrolla el movi-miento s i n d i c a lplantean con ma-

yor fuerza el problema de la unidad. La poten-cia de los monopolios y su influjo cada vez ma-yor sobre el Estado, la creciente concentración,la creación de una entente monopolista de Esta-do como es el Mercado Común, confieren unnuevo valor a la unidad de los trabajadores tan-to en el seno de cada país como en el plano in-ternacional.

Estas condiciones más difíciles y más comple-jas de la lucha obrera conducen a la necesidadde una consolidación de la unidad para satisfaceren primer lugar las reivindicaciones más esencia-les y más inmediatas de la clase obrera. Pero deestas condiciones, como hemos visto, se deriva 'atarea de elaborar y promover reivindicaciones deun carácter más elevado, que pongan abiertamen-te en entredicho el poder económico y políticode los monopolios.

A su vez, estas reivindicaciones plantean losproblemas de la unidad en términos más agudos.Para imponer a los monopolios los programas de-mocráticos elaborados por los sindicatos hacefalta un movimiento de masas de gran amplitud,lo que presupone un grado de unidad y de orga-nización de la clase obrera cualitativamente su-perior al que exige la obtención de las reivindi-caciones inmediatas. Alternativas democráticasopuestas a la política de los monopolios son tam-bién presentadas por las organizaciones sindíca-le.? adheridas a la Confederación Internacional deOrganizaciones Sindicales Libres [CIOSL], a laConfederación Internacional de Sindicatos Cris-tianos [CISC] o a las centrales autónomas.

Mas al formular tales alternativas no se puede

eludir la búsqueda de medios para impornerlas.En los países donde existen varias centrales sin-dicales, ¿cuál de ellas es capaz de imponer porsí sola el programa de reformas democráticas?Esto únicamente se puede conseguir medianteesfuerzos mancomunados. Para ello hace faltaademás mantener una estrecha unión con otrascapas de la población explotadas por los mono-polios. Y entonces la vía de la unidad se iluminacon una nueva luz. Se hace cada vez más evi-dente que este es el único camino para llegar auna amplia democracia.

Las nuevas tareas planteadas ante los sindica-tos de los países capitalistas constituyen un nue-vo estímulo para la unidad y sientan las bases deuna futura cooperación que cada vez será másimperiosa.

Aunque modestos, se han obtenido algunoséxitos. En Francia, la CGT y la CFDT han con-certado por vez primera acuerdos sobre un pro-grama de lucha conjunta. En Bélgica se fortaleceel frente común de sindicatos de diversas orien-taciones. En Finlandia se han dado importantespasos para restablecer la unidad sindical a escalanacional. En las comisiones obreras de España co-laboran estrechamente trabajadores de distintasconvicciones, sobre todo comunistas y católicos.

En el plano internacional se han conseguidonotables éxitos. Uno de los acontecimientos mássignificativos, que está influyendo grandementeen la evolución de la situación en Europa Occi-dental, es el acuerdo sellado entre la CGT deFrancia y la CGIT para la creación de un comitépermanente de coordinación y de iniciativa, cuyofin es contribuir a la realización de la unidadde las fuerzas obreras europeas frente a la Euro-pa de los monopolios. Este importante acto llenade alegría a todos los trabajadores y dirigentessindicales de los países europeos que desean launidad y, por otra parte, suscita inquietud en loscírculos monopolistas y entre quienes todavía seoponen a la unidad. La dirección europea de laCÍOSL, en particular, intenta impedir esta evolu-ción. Pero no consigue muchos éxitos, como loprueban los recientes ejemplos de acercamientoentre organizaciones sindicales europeas.

En efecto, los sindicatos de ferroviarios, deservicios públicos y de artes gráficas de Francia.Bélgica, Italia e Inglaterra se reúnen para exa-minar los métodos de lucha .conjunta por la sa-tisfacción de las reivindicaciones comunes. Aho-ra ya no se trata sólo de encuentros, llamamien-tos, contactos o iniciativas de algunas personali-dades o de organizaciones de base, sino de ini-ciativas oficiales tomadas en común por federa-ciones nacionales de industria. La lucha por launidad sindical está alcanzando en Europa unnuevo estado cualitativo más alto.

Son particularmente importantes las decisiones

LOS PROBLEMAS ACTUALES DE LOS SINDICATOS 39

adoptadas por el último Congreso de la Federa-ción General del Trabajo de Bélgica [FGTB], queapoyó la exigencia de la CGT y de la CGIT deestar representadas en los órganos consultivoseconómicos y sociales del Mercado Común. ElCongreso expresó también el deseo de que laCIOSL tomara la iniciativa de proponer a las or-ganizaciones adheridas a la CISC y a la FSM laelaboración de un programa común para los seispaíses de la «pequeña Europa». Este es un len-guaje nuevo y prométedor.

En el VI Congreso de la FSM hemos hechoconstar igualmente el mejoramiento de las rela-ciones entre las centrales sindicales de los paísessocialistas y las organizaciones pertenecientes ala CIOSL. Se puede decir que esta tendencia seha reforzado aún más si se tiene en cuenta ladecisión de dos importantes centrales europeo-occidentales, el Congreso de las Trade Unions in-glesas y la Unión de Sindicatos Alemanes de laRFA, de enviar a la URSS delegaciones de altonivel, así como los numerosos contactos bilatera-les a todos los niveles entre las centrales sindi-cales de los países socialistas y organizacionesde la CIOSL o autónomas en los países de Euro-pa, África, Asia y América Latina.

A pesar de estos importantes progresos de launidad, es preciso ver también sus limitaciones ylos obstáculos que todavía hay que vencer.

Los líderes de la AFL-CIÓ actúan, natural-mente, contra la unidad, Sin embargo, no se pue-de dejar de señalar su aislamiento en el mundodel trabajo. Su apoyo a la política de Johnsonen Vietnam acentúa más este aislamiento. EnAmérica Latina, los dirigentes de la ORIT, adhe-rida a la CIOSL, sustentan igualmente posicio-nes antiunitarias a ultranza.

Por su parte, el Comité Ejecutivo del Secreta-riado Sindical europeo de la CIOSL examinó de-talladamente en una reciente reunión el proble-ma de las relaciones con las organizaciones de laFSM en ligazón con el mencionado acuerdo delCongreso de la FGTB. Se pronunció contra loscontactos, invocando una resolución de la CIOSLde 1964. Esta posición dificulta, naturalmente, eldesarrollo más rápido de la unidad internacional.Pero los hechos muestran que muchas organiza-ciones de la CIOSL no se atienen a esta orienta-ción.

Si los partidarios de la escisión siguen aferra-dos a sus posiciones, chocarán cada vez más conlas tendencias reales que exigen más que nuncauna estrecha colaboración entre todas las organi-zaciones sindicales sin excepción.

¿Cuáles son las principales exigencias del pe-ríodo actual, que dictan el acercamiento entre lasorganizaciones sindicales de todos los países yde todas las orientaciones?

En primer lugar, la necesidad de la solidaridad

con el pueblo vietnantíta y de la lucha por el ce-se de la agresión yanqui en Vietnam y contra lasdemás acciones agresivas del imperialismo.

La feroz agresión contra el pueblo vietnamitaha originado un creciente movimiento de solida-ridad en diferentes países del mundo.1 Ahora esposible y necesario realizar la unidad de acciónde los sindicatos de las más diversas tendenciasdecididos a lograr el cese de la agresión y a ha-cer respetar los Acuerdos de Ginebra. Apoyán-dose en la resistencia cada vez más eficaz delpueblo vietnamita, el movimiento de solidaridadinternacional debe ampliarse para hacer que elimperialismo norteamericano retroceda.

El imperialismo multiplica e intensifica susactos de agresión contra el movimiento de libe-ración nacional de los pueblos, contra la claseobrera, contra la paz y el progreso social. Seutilizan todos los medios, desde la agresión ar-mada abierta, como, por ejemplo, en Vietnam yen la República Dominicana, hasta la organiza-ción o el apoyo de golpes de Estado en los paí-ses recientemente liberados, represiones ferocescomo en Indonesia y otros medios más sutiles,pero no menos peligrosos. Ante este ataque ge-ralizado del imperialismo, todas las fuerzas an-tiimperalistas deben cerrar filas. Los sindicatosde todos los países y de todas las orientacionesdeben colaborar estrechamente para oponer unsólido frente internacional antiimperialista y an-ticolonialista.

Con el reforzamiento de los monopolios y suconcentración en escala internacional se operala internacionalización de las formas de explota-ción de la clase obrera. En este sentido es típicala situación en Europa Occidental, donde enmuchos países, posiblemente con variaciones, seaplican políticas comunes de explotación. Peroesto confiere también un carácter común a lasreivindicaciones sindicales. Es necesario impul-sar el intercambio de experiencias y la solidari-dad, internacional de los sindicatos.

Aumenta la necesidad de un intercambio deexperiencia5; v de una cooperación más estrechaentre los sindicatos de los países en desarrollo.Las diferentes medidas socio-económicas y polí-ticas que están poniendo en práctica estos paí-ses imponen a los sindicatos tareas y responsa-bilidades particulares. Los ataques del imperia-lismo hacen más necesaria una mayor soli-daridad.

Hay, además, otro motivo de peso que recla-ma la unidad.

Los monopolios de los países capitalistas des-arrollados tratan de establecer o de consolidar

1 Sobre la participación de los sindicatos en estemovimiento véase el artículo de E. Chleboun en elnúmero 5 de 1966 de NUESTRA ÉPOCA (N. de la B.).

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su dominación económica en los países reciente-mente liberados. Es necesario, por consiguiente,que los trabajadores y los sindicatos de las an-tiguas metrópolis y de los países en desarrollorefuercen sus lazos para organizar la lucha co-mún contra el común explotador.

El prestigio y el creciente papel de los paísessocialistas y la experiencia acumulada por lossindicatos de estos países en la construcción delsocialismo tienen una gran fuerza de atracciónpara los sindicatos de otros países, que al mis-

mo tiempo encuentran el apoyo consecuente ysiempre seguro de los sindicatos de los paísessocialistas en la lucha contra el imperialismo, elcolonialismo y el neocolonialismo.

Tales son los principales imperativos de lahora, que exigen y exigirán que todas las orga-nizaciones sindicales internacionales entablen oprosigan el diálogo, inicien o refuercen la coo-peración entre sí, examinen o perfeccionen losmedios para forjar el frente único de la claseobrera internacional.

EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL EN NUESTROS DÍAS

La lucha antiimperialistade los pueblos árabes

por Fuad Nassar

A pesar de que la Revolución de Octubreasestó un golpe contundente al imperialismo mundial, hasta la segunda conflagra-

ción universal éste siguió siendo lo suficientemen-te fuerte para aplastar las insurrecciones de lospueblos árabes y sus revoluciones nacionales.Por lo demás, el propio movimiento de liberaciónnacional adolecía de muchas flaquezas. La claseobrera era poco numerosa y débil en el sentido po-lítico y orgánico. Sus jóvenes partidos políticos yorganizaciones sindicales eran brutalmente perse-guidos por los regímenes coloniales y reacciona-rios. Las masas campesinas —el ejército princi-pal de la revolución democrática nacional— aúnno se habían incorporado ampliamente al movi-miento revolucionario por cuanto la burguesía na-cional, que encabezaba el movimiento, no promo-vía las tareas para resolver el problema agrarioen favor de las masas campesinas. La pequeñaburguesía urbana también carecía de suficienteconciencia y organización política. Además, enese período los vínculos entre los pueblos árabesy su solidaridad en la lucha contra el colonialis-mo no eran aún sólidos.

Para el movimiento emancipador árabe teníaextraordinario alcance la presencia de una situa-ción internacional e interna que contribuyera aun nuevo auge. Una situación de este género sedio en el plano internacional como resultado dela feliz construcción del socialismo en la URSS,de su histórica victoria sobre el fascismo alemány el militarismo japonés en la Asegunda conflagra-ción mundial, y también por la conversión delsocialismo en un sistema mundial, por el debili-tamiento del imperialismo mundial y la desintegración de su sistema colonial.

El movimiento nacional-libertador de los paí-ses árabes logró superar muchas de sus flaque-zas anteriores. Durante la Segunda Guerra Mun-

dial creció considerablemente la conciencia delas masas populares, las cuales pudieron conven-cerse de la pujanza de la Unión Soviética, de lasolidez^.y firmeza del régimen socialista. Muchospaíses árabes fueron teatro de operaciones mili-tares o bases de abastecimiento de los ejércitosde las potencias imperialistas. En razón de lasnecesidades de la economía de guerra se acele-ró en estos países árabes el desarrollo de ciertasramas industriales y de la red de comunicaciones,lo que, a su vez, condujo al crecimiento de laclase obrera y de su conciencia de clase, al ro-bustecimiento de sus partidos y sindicatos y alacrecentamiento de su papel en el movimiento deliberación nacional. En cierta medida la burgue-sía nacional también se robusteció. Aparecieronnuevos partidos políticos de la pequeña burgue-sía.

Es después de la Segunda Guerra Mundialcuando el movimiento de liberación nacional delos pueblos árabes se desarrolla con particularfuerza. Siria y el Líbano fueron los primeros paí-ses árabes que conquistaron la independencia po-lítica en 1946, es decir, en cuanto finalizó la Se-gunda Guerra Mundial. La influencia decisiva enesta victoria corresponde a la ayuda por partede la Unión Soviética y de otros países del sis-tema socialista. Por primera vez en la historia delmovimiento de liberación nacional árabe, Ingla-terra y Francia se ven obligadas a retirar sustropas de Siria y del Líbano, y sus intentos deconservar allí bases militares o de obtener algu-nos privilegios, como sucedía en el pasado, fra-casaron.

Esta victoria decidida sobre dos fuertes es-tados coloniales, alentó a todos los pueblos deesta zona y les abrió los ojos para que vieranel nuevo rasgo distintivo del mundo de posguerra.Se convencieron de que los países del campo so-

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cialista eran una fuerza poderosa y un aliado enel que podían apoyarse en los combates venide-ros contra las potencias imperialistas. Todo estovigorizó como nunca la fe de los pueblos árabesen su propia fuerza. Su lucha liberadora se am-plió consecutivamente hasta abarcar a todo elmundo árabe. En todos los combates contra elimperialismo, los pueblos árabes han podido com-probar que la Unión Soviética y otros países so-cialistas están sincera y decididamente a su la-do.

El apoyo resuelto de la Unión Soviética a lospaíses árabes en la lucha por la nacionalizacióndel Canal de Suez y contra la agresión tripartitaa Egipto en 1956 fue la clara encarnación de lasólida alianza entre el sistema socialista mundialy el movimiento de liberación nacional árabe,una confirmación patente del carácter de la épo-ca actual. Esta histórica victoria significó un granviraje en el movimiento emancipador de los pue-blos árabes, de los pueblos de África y del Orien-te Cercano y Medio. Este viraje fue profundiza-do y consolidado con la victoria de la gloriosarevolución argelina.

Durante los dos últimos decenios en el mun-do árabe se han producido cambios radicales.Bajo los golpes de los pueblos árabes se han de-rrumbado diferentes regímenes coloniales. Lamayoría de los países árabes han conquistado suindependencia política. En diversas zonas delmundo árabe sólo quedan bajo la directa domi-nación colonial territorios relativamente peque-ños. El movimiento libertador de los pueblos deOmán, Bahrein, Aden y de otros países depen-dientes al sur de la Península Arábiga mina losúltimos soportes del colonialismo inglés en tierraárabe. Tres países cuya población constituye casila mitad de la nación árabe —la RAU, Siria yArgelia— han rechazado la vía capitalista y hanabrazado el camino del desarrollo social progre-sista. ,

La lucha de los pueblos árabes por la inde-pendencia nacional ha desempeñado un papel ac-tivo y eficiente en el quebrantamiento del siste-ma colonial mundial en una zona extensa y muyimportante. Su duelo a muerte con el imperialis-mo y el neocolonialismo, por la emancipación eco-nómica y el progreso social sigue desempeñandohoy día un papel de vanguardia en la lucha delos pueblos de África y del Oriente Medio.

IMPORTANCIA DE LA COHESIÓN DELOS PUEBLOS ÁRABES PARA LA LUCHACONTRA EL IMPERIALISMO

Las victorias obtenidas por los pueblos ára-bes sobre el imperialismo y las conquistas porellos logradas, han agudizado las contradiccionesentre los pueblos árabes, de un lado, y los esta-dos imperialistas, de otro. Los países árabes, cuya población es de unos 90 millones de habitan-tes, ocupan una importante situación estratégicay poseen enormes riquezas petrolíferas. Tienenasignado un lugar importante en la economía del

sistema capitalista mundial y en la estrategia im-perialista. Reforzar la independencia política delos países árabes, liberar su economía y sus riquezas petrolíferas _de la dominación del capitalextranjero, seguir avanzando por el camino delprogreso social y de la democracia y lograr launidad árabe supone un serio golpe contra la es-trategia del imperialismo y contra la economíadel sistema capitalista mundial. Todo esto ha deejercer una influencia creciente en la vida inter-nacional y liará que la balanza de la correlaciónde fuerzas en la arena mundial se incline cadavez más al lado de las fuerzas de la paz, la li-beración, la democracia y el socialismo.

Esto permite comprender por qué los esta-dos imperialistas —juntos y por separado— nocesan de tejer conspiraciones contra el movimien-to emancipador de los pueblos árabes y contralos países árabes liberados, sobre todo contra laRAU, el Estado árabe más grande y que con másdinamismo se desarrolla. Las potencias imperia-listas confían en que con el aplastamiento delmovimiento de liberación nacional de los pueblosárabes y con los golpes contra los países árabesemancipados podrán seguir manteniendo en susmanos las riquezas petrolíferas, recuperar las posiciones económicas perdidas, bloquear el movi-miento de emancipación de los pueblos de Áfricay de los países del Oriente Medio y crear condi-ciones más favorables para preparar su agresióncontra el campo socialista.

Para alcanzar estos objetivos, los estadosimperialistas recurren a los medios y procedi-mientos más diversos —tanto abiertos como en-cubiertos—, emplean la presión económica y política, valiéndose para ello ampliamente de la re-ligión y del anticomunismo. Organizan golpes mi-litares contrarrevolucionarios, recurriendo inclusoa las amenazas militares y a la ingerencia arma-da, como sucedió el año 1956 en Egipto, o el año1958, cuando Estados Unidos e Inglaterra desem-barcaron sus tropas en el Líbano y Jordania conel fin de golpear a la revolución irakí. En la ac-tualidad están realizando la intervención armadaen la República Árabe del Yemen desde sus ba-ses instaladas en el sur de la Península Arábigay con ayuda de los gobernantes de la Arabia Sau-dí. Las potencias imperialistas utilizan las basesmilitares que les han quedado en Marruecos, Li-bia, Aden y la Arabia Saudí para amenazar yagredir. La VI Flota yanqui sigue en el Medite-rráneo, siempre dispuesta para efectuar cual-quier agresión contra los países árabes. En laestrategia del imperialismo, enfilada contra lospaíses árabes, ocupa una posición de vanguardiaIsrael, convertido por sus aventureros gobernan-tes en un arsenal militar. Plenamente vinculadocon las potencias imperialistas, Israel es un focode tensión en el Oriente Cercano y Medio.

Los imperialistas depositan grandes esperan-zas en los regímenes reaccionarios de la ArabiaSaudí, Marruecos, Jordania y otros países. Se danprisa a engancharlos a regímenes reaccionariosanálogos del Oriente Medio y de África valiéndo-

LA LUCHA ANTIIMPERIALISTA DE LOS PUEBLOS ÁRABES 43

se del nuevo Pacto Islámico, que debe ser lacontinuación de otros pactos imperialistas. No esdifícil observar cómo se redoblan los intentos depenetración neocolonialista en muchos países ára-bes, en medio de una aguda competencia entretodos los estados imperialistas. Pero los pueblosárabes y los gobiernos de los países que han abra-zado la vía del desarrollo progresista rechazanenérgicamente todas las maquinaciones y todoslos planes imperialistas, reaccionarios y sionis-tas. Su lucha por consolidar la independencia po-lítica, por la liberación económica, por el progre-so social y la democracia es cada día más deci-dida y adquiere un contenido social más profun-do.. Refuerzan sus relaciones y su cooperacióncon la URSS y otros países socialistas, con lasfuerzas mundiales de la paz y de la libertad.

A pesar de la secular división de que tantohan sufrido los pueblos árabes, a pesar de queel proceso de emancipación política y económicay de progreso social transcurre de manera des-igual en los distintos países árabes debido a lascondiciones existentes en cada uno de ellos, lalucha y el destino del pueblo de cada país árabeestán vinculados al combate de todos los otrospueblos árabes. A medida que se intensifica lalucha de los pueblos árabes contra el imperialis-mo, el colonialismo y el neocolonialismo, por li-berarse de los podridos regímenes reaccionariosy por el progreso social, se vigorizan y se pro-fundizan también cada vez más la interconexiónentre estos pueblos y el influjo recíproco de sulucha. Su cooperación, solidaridad y lucha co-mún adquieren nuevas formas y nuevo conteni-do. Los dos últimos decenios abundan en ejem-plos manifiestos del acercamiento entre los pue-blos árabes y de su cohesión en la lucha enejemplos del desarrollo del movimiento por launidad árabe.

Los cambios radicales producidos en el mo-vimiento de liberación árabe han obligado a losimperialistas, a la gran burguesía y a las dife-rentes fuerzas reaccionarias a abandonar el la-tiguillo del nacionalismo y de la unidad árabes.Las fuerzas imperialistas y las fuerzas reaccio-narias de los países árabes recurren ahora afa-nosamente al Islam como último argumento paralibrar su batalla desesperada contra el movimien-to emancipador árabe, mantener la dispersión delos países árabes, incitar a unos contra otros,hacer que fracase la solidaridad de los pueblosárabes y romper la unidad de sus fuerzas demo-cráticas y progresistas.

Cualquier actitud negativa de los diferentesdestacamentos de las fuerzas democráticas y pro-gresistas respecto a la unidad de sus filas, res-pecto a la solidaridad de los pueblos árabes y delos países árabes emancipados, perjudica a es-tas mismas fuerzas, a los pueblos árabes y a suulterior desarrollo. La necesidad de sostener unalucha victoriosa contra el imperialismo y las di-versas fuerzas reaccionarias y de derecha exigela cohesión de las fuerzas revolucionarias delmundo árabe y que el movimiento por la unidad

de los países árabes se convierta en un arma efi-ciente en sus manos. Y esto, a su vez, exige nolimitarse a la lucha contra los puntos de vista yconcepciones erróneos, ajenos al movimiento porla unidad árabe, sino luchar decididamente con-tra las corrientes que instan al aislamiento y alhermetismo regional, a eternizar la dispersión;exige buscar incansablemente las formas que lle-ven al logro de la unidad árabe.

Los destinos de los pueblos árabes (cualquie-ra que sea el país) son idénticos. Por eso la am-pliación de la lucha nacional y social conduceinevitablemente a su unidad. Vivimos en la épo-ca del acercamiento de los pueblos, de su cohe-sión en la lucha. En el informe del CC del PCUSal XXIII Congreso, presentado por el camaradaBrézhnev, se dice: "Un factor importante denuestro tiempo es el fortalecimiento de la uni-dad de los pueblos de Asia, África y América La-tina en la lucha contra el imperialismo. Los mo-vimientos de solidaridad afroasiática, de unidadde los pueblos árabes, de unidad de los pueblosafricanos y de solidaridad tricontinental corres-ponden a los intereses cardinales de los pueblos,y nosotros los apoyamos activa y calurosamen-5

te".

ACTITUD DE LA BURGUESÍA NACIONALHACIA EL PROGRESO SOCIAL

La conquista de la independencia política porla mayoría de los países árabes es en nuestraépoca un importante factor revolucionario paralas transformaciones presentes y futuras en elmundo árabe. El movimiento de liberación nacio-nal árabe no se circunscribe ya a los límites detal o cual país. Abarca a todo el mundo árabe.Las amplias masas trabajadoras de la ciudad ydel campo se han sumado definitivamente a estemovimiento. Con su creciente conciencia y acti-vidad revolucionaria, estas fuerzas ejercen unainfluencia cada día mayor sobre el desarrollo dela revolución democrática nacional, no permi-tiendo que ésta se detenga en la conquista de laindependencia política, como sucedía en el pasa-do; hacen que la revolución pase a otras esferasy se transforme en una revolución del progresosocial. Como resultado de estos cambios radica-les y de la agudización de las contradiccionessociales que ellos originan dentro de cada país yen todo el mundo árabe, la burguesía nacionalde la mayoría de nuestros países, aun cuandotodavía no ha agotado toda su energía revolucionaria antiimperialista, resulta incapaz para se-guir encabezando la revolución democrática na-cional en la presente etapa y para solucionar lastareas democráticas generales. Esto se debe ala inconsecuencia y al doble carácter de la bur-guesía nacional, a que ésta coloca sus propiosintereses de clase por encima de todo; se debea su ingénito espíritu mercantilista y a sus estre-chos vínculos con la propiedad territorial y lasrelaciones de producción semifeudales.

La burguesía nacional de Siria, por ejemplo,

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llegó al poder después de que el país había con-quistado la independencia política. Cierto es queha efectuado una serie de reformas económicas,sociales y políticas. Sin embargo, todas ellas fue-ron hechas, ante todo, en beneficio de la burgue-sía nacional y de otras clases poseedoras. La fi-nalidad de dichas reformas era consolidar y se-guir desarrollando el régimen capitalista. Estasreformas no lesionaron en lo más mínimo los in-tereses de los feudales, de los grandes terrate-nientes y de las altas esferas de la burguesía. Alcontrario, les permitieron enriquecerse más aúny regir los destinos de la vida económica, finan-ciera y política del país. Estas clases y capas so-ciales reaccionarias pretendieron, con la partici-pación de las fuerzas de extrema derecha —mili-tares y civiles—, liquidar incluso las relativas li-bertades democráticas subsistentes, e impedir to-do progreso social y el robustecimiento y la am-pliación de las relaciones económicas con la URSSy otros países socialistas. Urdieron conspiracio-nes en concomitancia con las potencias imperia-listas y distintas fuerzas reaccionarias de estazona con el fin de arrastrar a Siria a diferentesbloques o hacer realidad los planes colonialistasde la "Gran Siria" o de la "Media Luna Fértil".

Estas acciones figuran entre los factores fun-damentales que han llevado a la alteración de larelativa estabilidad existente en el país duranteun breve espacio de tiempo, después de lo cualSiria ha vivido en una situación de crisis econó-micas y políticas ininterrumpidas. Esto se hatraducido, sobre todo, en consecutivos golpes mi-litares y en frecuentes cambios de gobierno, loque, a su vez, ha puesto en peligro al país enrepetidas ocasiones.

Todo esto ha llevado a la agudización de lascontradicciones políticas y sociales, a la intensi-ficación de la lucha de la clase obrera y de supartido, de las masas populares y de las dife-rentes fuerzas democráticas y progresistas dis-puestas a poner fin a los complots de las poten-cias imperialistas, de las fuerzas reaccionariasy de extrema derecha, a conservar y consolidarla independencia del país y a conducir a Siriapor un camino nuevo, por la senda del progresosocial y de la democracia. Las transformacioneseconómicas habidas en Siria en julio de 1961 y acomienzos de 1965, así como los acontecimientosde febrero de este año, han preparado las condi-ciones objetivas para que Siria avance/ por estanueva vía.

Si la burguesía nacional siria pudo jugar des-pués de la Segunda Guerra Mundial un papel des-tacado en la lucha popular por acabar con elmandato francés, por la evacuación de las tro-pas extranjeras y por la independencia política,la burguesía nacional egipcia (representada porel partido Wafd) fue totalmente incapaz de ac-tuar decididamente contra el dominio inglés y laocupación. Cedió ante la tiranía palaciega, antela alianza de feudales y monopolistas e intentóimpedir la lucha popular y su unidad. La causade esto hay que buscarla en la propia dirección

del Wafd y en la agudeza de las contradiccionessociales que desgarraban a la sociedad egipcia.

La agudización de las contradicciones declase en Egipto hizo que la lucha nacional por laretirada de las tropas inglesas y por la liquida-ción del dominio británico se fundiera directa-mente con las reivindicaciones económicas y so-ciales de la clase obrera, de las masas campesi-nas y de las distintas capas trabajadoras. Poreso, en las nuevas condiciones la dirección delWafd, compuesta en su mayor parte de grandespropietarios y capitalistas, resultó ser incapazde encabezar el movimiento nacional-libertador.Por primera vez se produjo en este partido laescisión, pero no sólo en su dirección, como ocu-rriera en ocasiones anteriores, sino también enlas organizaciones de base. Las masas del parti-do, formadas fundamentalmente por hombres delas capas medias, rompieron con él, abandona-ron sus filas, criticaron a su dirección por su fal-ta de firmeza y su abandono de la lucha contrala Corte y contra el imperialismo.

Si la burguesía nacional egipcia demostró suincapacidad para dirigir la lucha nacional con-tra la ocupación y el dominio británico, la Cor-te y los feudales, su conducta a raíz de la revo-lución del 23 de julio de 1952 no ha sido mejor.A pesar de que esta revolución estaba dirigidaprincipalmente, no contra la burguesía y el régi-men capitalista, sino contra la ocupación inglesa,contra la Corte y las altas capas terratenientes,buena parte de la burguesía nacional se opuso ala reforma agraria parcial y limitada que la di-rección revolucionaria llevó a efecto en 1952. Apesar de las ventajosas condiciones ofrecidas porel gobierno revolucionario a la burguesía egipciacon el fin de que participase en la industrializa-ción y el desarrollo económico, la burguesía si-guió ocupando una posición inestable. Las altasesferas de la burguesía nacional se mostraroncontrarias al desarrollo y a la ampliación delsector estatal, a la intervención del Estado en lavida económica del país, y ofrecieron una tenazresistencia a la intensificación de las relacioneseconómicas con la Unión Soviética y otros paísessocialistas.

Desde los primeros momentos, los planes dela dirección revolucionaria para la industrializa-ción y el desarrollo económico chocaron con di-ficultades dentro del país, con trabas, con el sa-botaje y las conjuras de los grandes capitalistasy terratenientes, así como con la resistencia delas potencias imperialistas y de los monopoliosextranjeros. La dirección revolucionaria, com-puesta principalmente por representantes de lascapas medias, se convenció por propia experien-cia de que en el régimen capitalista, apoyándo-se en la burguesía egipcia y orientándose hacialas potencias occidentales y los monopolios ex-tranjeros, era imposible lograr la industrializa-ción y el desarrollo económico de Egipto y con-vertir el país en un Estado independiente, fuertey desarrollado. Era necesario encontrar otro ca-mino. Limitar la propiedad, nacionalizar el Cá-

LA LUCHA ANIIIMPEBIALISXA DE LOS PUEBLOS ABABES 45

nal de Suez y las compañías extranjeras, ampliarel sector estatal y nacionalizar los bancos: taleseran las premisas fundamentales para poderavanzar por el nuevo camino, abierto definitiva-mente con los acuerdos de nacionalización toma-dos en julio de 1961.

La burguesía nacional de Sudán también hademostrado su incapacidad para marchar al rit-mo del movimiento de liberación nacional y so-cial del pueblo sudanés después de lograda la in-dependencia política. Ante la recrudescencia delas contradicciones sociales y el crecimiento de lalucha de la clase obrera y de su Partido Comu-nista, así como de las distintas capas trabajado-ras, por consolidar la independencia nacional, porlograr transformaciones sociales y económicasradicales, los elementos reaccionarios de la altaoficialidad del ejército prepararon y llevaron acabo, de acuerdo con las fuerzas del imperialis-mo, el golpe militar reaccionario de noviembrede 1958 a fin de liquidar incluso las pocas liber-tades democráticas existentes, tomar represaliascontra la clase obrera y su vanguardia y aplas-tar la lucha de la clase obrera y de las masastrabajadoras. Con este golpe implantaron unadictadura militar reaccionaria. Sin embargo, lalucha conjunta en frente único de las fuerzas dela clase obrera y su vanguardia, el Partido Co-munista de Sudán, de las masas populares y deotras fuerzas democráticas y progresistas barrióen las jornadas revolucionarias de octubre de1964 esta dictadura reaccionaria. Inmediatamentedespués de la victoria, las altas capas de la bur-guesía sudanesa comenzaron a maquinar com-plots contra la revolución, repudiando los obje-tivos de ésta. Impusieron al país un régimen re-accionario, prohibieron el Partido Comunista deSudán y expulsaron del Parlamento a los repre-sentantes comunistas. Todo esto es una demos-tración de los desesperados intentos que realizanpara contener el desarrollo de la lucha de la cla-se obrera y de las masas populares, que aspirana que Sudán marche por el camino del progresosocial y de la democracia.

La posición de la burguesía nacional argeli-na cuando se planteó el problema de elegir lavía de desarrollo del país, en el fondo no se di-ferencia mucho de la que adoptó la burguesía si-ria, egipcia y sudanesa, si se tienen en cuentalas condiciones específicas de Argelia y el cami-no seguido por la revolución argelina. Despuésde los acuerdos de Evian y de conquistada la in-dependencia política, determinados círculos de laburguesía nacional y los sectores reaccionariosde la pequeña burguesía enrolados en el Frentede Liberación Nacional dieron pruebas de que noestaban dispuestos a resolver las tareas demo-cráticas generales. Opusieron una fuerte resis-tencia al avance de Argelia por la vía no capita-lista de desarrollo, por el camino del socialismo.

En la mayoría de los países árabes indepen-dientes, la burguesía nacional mantiene una ac-titud análoga en orden a la solución de los pro-blemas del ulterior desarrollo. Sus capas supe-

riores se oponen, en primer término, a la reali-zación de transformaciones económicas y socia-les radicales, lo cual ha conducido y conduce a laagudización de las contradicciones sociales, al in-cremento de la lucha de la clase obrera y de suspartidos" de la lucha de las masas trabajadoras,de las fuerzas democráticas y progresistas con-tra la penetración neocolonialista, por el robus-tecimiento de la independencia nacional y elavance de estos países por la vía no capitalista.

LA LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMOY EL CAPITALISMO

En los últimos tiempos hay camaradas quedicen que no sería justo afirmar que el movi-miento de liberación nacional brotó y comenzó aactuar —antes de que en él ejerciera su hege-monía el proletariado—, no sólo contra el colo-nialismo y el feudalismo, sino también contra elimperialismo y el capitalismo. ¿Hasta qué puntoes aplicable esta concepción al movimiento eman-cipador de los pueblos árabes?

Efectivamente, el movimiento de liberaciónnacional de los pueblos árabes no se desarrollaal mismo ritmo y con idéntica amplitud. En al-gunos países árabes, por ejemplo en Omán yAden, el movimiento emancipador todavía bata-lla por liberarse del régimen colonial, por con-seguir la independencia política. Otros países, porejemplo Jordania, Marruecos y Libia, conquista-ron la independencia política, pero esta indepen-dencia no es completa ni sólida. Estos países si-guen en gran medida bajo el dominio imperialis-ta, no sólo político y económico, sino también mi-litar, como es el caso de Libia. Ahora son objetode la penetración neocolonialista. El movimientode emancipación nacional en estos países luchapor lograr la plena independencia política, porliberar la economía nacional y avanzar por lavía del progreso social. Por último, hay paísescomo la República Árabe Unida y la RepúblicaÁrabe Siria que no solamente disfrutan de la in-dependencia política, sino que han ido ya lejosen orden a la liberación de su economía nacio-nal y actualmente avanzan por la vía del pro-greso económico y social. En estos países se lu-cha por consolidar la independencia política, eco-nómica y militar, por construir una sociedad nue-va, progresiva, por salir definitivamente de laesfera del sistema capitalista mundial.

A pesar de todas las diferencias que hoyexisten en el desarrollo del movimiento de libe-ración nacional de los países árabes y de los paí-ses de Asia y África, en la época actual, la épo-ca de transición del capitalismo al socialismo,estas diferencias no pueden ser consideradas co-mo algo inmutable. El actual movimiento de li-beración nacional, tanto en Asia y África comoen cada país por separado, se halla en una eta-pa de transición y sujeto a constantes cambios.De ahí que deba ser considerado no sólo en elestado en que actualmente se encuentra, sino co-mo un movimiento en incesante desarrollo, sin

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perder de vista las perspectivas de este desarro-llo. Por consiguiente, es necesario ver el resulta-do global de toda la lucha de este movimientorevolucionario en el proceso de destrucción delimperialismo mundial. Si bien es cierto Que elmovimiento de liberación nacional no está encondiciones de poner fin por sí solo al régimensocial y económico del imperialismo, sin embar-go, fundiéndose en un torrente único con la re-volución socialista mundial y en firme alianzacon el campo socialista mundial y la clase obre-ra de los países capitalistas, ha participado ycontinúa hoy participando con creciente activi-dad en la destrucción y en el derrocamiento delimperialismo. Lenin escribía: "El imperialismomundial sólo podrá caer cuando_la ofensiva re-volucionaria de los obreros explotados y oprimi-dos de cada país... se una a la ofensiva revolu-cionaria de los centenares de millones de sereshumanos que hasta ahora estaban fuera de lahistoria, y eran sólo considerados objeto de és-ta."(D

El marxismo-leninismo nunca intentó separarla lucha contra el colonialismo de la lucha con-tra el imperialismo, pues considera que el colo-nialismo no es sino la continuación del dominiodel capital financiero fuera de sus fronteras na-cionales y constituye uno de sus soportes. La au-sencia de hegemonía del proletariado en el mo-vimiento de liberación nacional de tal o cual paísno niega el papel de la clase obrera en la luchacontra el imperialismo. Y el proletariado prosi-gue su lucha después de producirse el desmoro-namiento del sistema colonial, después de que lamayoría de los países de Asia y África han con-quistado su independencia política y de que elmovimiento emancipador de muchos países re-cientemente liberados ha entrado en una nuevaetapa. Actualmente la lucha del movimiento deliberación nacional en su conjunto está dirigidano sólo contra los restos de los regímenes colo-niales y del feudalismo, sino también contra lasraíces económicas del capital financiero, que seextienden fuera de sus fronteras nacionales. Elmovimiento de liberación nacional se enfrentahoy directamente al capitalismo monopolista deEstado, con todo el aparato económico, político,militar e ideológico de que éste dispone. Es pre-cisamente esta circunstancia la que contribuye aun reforzamiento cada día mayor de la alianzaentre el movimiento de liberación nacional, deun lado, y el sistema socialista y la clase obrera de los países capitalistas, de otro, para lucharcontra los tentáculos del capitalismo monopolis-ta de Estado de las potencias imperialistas, que,como se dice en el Programa del PCUS, "fundela fuerza de los monopolios con la del Estado enun mecanismo único para enriquecer a los mo-nopolios, aplastar el movimiento obrero y la lu-cha de liberación nacional, salvar el régimen capitalista y desencadenar guerras agresivas".

1 Obras Completas, t. XXXI, pág. 223, Edit. Carta-go, Buenos Aires, 1960.

Sería un grave error seguir considerando elmovimiento de liberación nacional como una re-serva o una palanca auxiliar de la revolución so-cialista. En realidad se funde orgánicamente conella y constituye una de sus partes fundamenta-les. Lenin mostró con toda claridad esto cuandoescribía que "la revolución socialista no será só-lo, ni principalmente, la lucha de los proletariosrevolucionarios de cada país contra su burguesía,sino que, además, será la lucha de todas las colonias y países oprimidos por el imperialismo, lalucha de todos los países dependientes contra elimperialismo internacional".(2)

Todo intento de subestimar el papel del mo-vimiento de liberación nacional en el proceso dedestrucción del imperialismo y de conquista dela victoria del socialismo, todo intento de que-rer limitar este papel al marco de la lucha anti-colonial y antifeudal —so pretexto de que en élestá ausente la hegemonía del proletariado— noharía sino inferir daño a este movimiento y debi-litar su alianza con el sistema socialista mundialy la clase obrera de los países capitalistas; fre-nar, en consecuencia, la lucha de la joven claseobrera de los países que recientemente lograronsu independencia y crear dificultades en su mar-cha hacia posiciones avanzadas de la lucha na-'cional-libertadora.

Para responder a la pregunta de si la luchanacional-libertadora de los pueblos árabes puedeestar en la presente etapa orientada contra el ca-pitalismo antes de que el proletariado ejerza enél su hegemonía, es necesario determinar losvínculos de este movimiento con el sistema so-cialista mundial, esclarecer la naturaleza de loscambios radicales que tienen lugar en su seno yestablecer cuáles son sus perspectivas de des-arrollo. Esto podría expresarse brevemente en lossiguientes rasgos fundamentales:

1. El actual movimiento de liberación nacio-nal de los pueblos árabes transcurre y se des-arrolla en estrecha vinculación orgánica con larevolución socialista mundial en la época en queel sistema socialista mundial se convierte en elfactor decisivo del desarrollo de la sociedad hu-mana. Por eso, el movimiento emancipador de lospaíses árabes y de los demás países debe tenerindefectiblemente el sello característico de estaépoca, cuyo contenido es el paso del capitalismoal socialismo.

2. Las masas trabajadoras, las distintas fuer-zas democráticas y progresistas del mundo ára-be se convencen, a través de su práctica revolu-cionaria y de su propia experiencia, de que lalucha decidida contra el imperialismo, el colo-nialismo y neocolonialismo, por el robustecimien-to de la independencia nacional y la plena eman-cipación económica, por la liquidación del feudalismo y del atraso, por el progreso social y la de-mocracia no puede ser llevada a cabo bajo la di-rección de la burguesía nacional ni siguiendo lavía capitalista. Por eso, amplios sectores revolu-

2 Obras Completas, t. XXX, pág. 154.

LA LUCHA ANTIIMPERIALISTA DE LOS PUEBLOS ÁRABES 47

cionarios giran hacia la Izquierda, tienden haciael socialismo y lo aceptan. Dirigen sus miradashacia la Unión Soviética y demás países socialis-tas, considerándolos un modelo a seguir y de-seando obtener de ellos toda clase de ayuda yapoyo en la lucha por construir una vida nueva.

3. A pesar de las diferencias políticas, socia-les y económicas existentes entre los países ára-bes, la revolución nacional en la mayoría de ellosha entrado en una nueva fase, la fase de la re-volución social. Esta circunstancia tiene su claraexpresión en la agudización de las contradiccio-nes sociales en cada país y en el conjunto delmundo árabe. Donde más claramente se percibeésto es en la agudización de la lucha por resolverla cuestión de qué vía seguir: la vía capitalistao la no capitalista.

4. En la presente situación internacional,cuando vastos sectores de las fuerzas revolucio-narias del movimiento de liberación nacional ára-be se inclinan hacia la Izquierda, aceptan lasideas del socialismo y proclaman que su objeti-vo es el socialismo, este movimiento, antes deque el proletariado ejerza en él la hegemonía,puede tornarse contra el capitalismo y conducira que tal p cual país abrace la vía del desarrollono capitalista. Esto es precisamente lo que ocu-rre en la RAU, Argelia y Siria.

5. La bancarrota de los distintos regímenescoloniales bajo los golpes asestados por millonesy millones de hombres de los países árabes, laconquista de la independencia política por la ma-yoría de los países árabes y la formación enellos de Estados nacionales ha abierto ampliocampo a la energía revolucionaria y creadora demuchos millones de árabes. En este poderoso au-ge, en la práctic^ revolucionaria viva y en lalucha por construir una nueva vida y una socie-dad progresiva, las masas populares encuentrannuevos caminos, no trillados, que responden asus tradiciones nacionales, a su herencia nacio-nal, al nivel económico, social y político del des-arrollo de sus países. Con ello, estos pueblos, queen el pasado enriquecieron el fondo común delpensamiento humano, hacen hoy, junto con otrospueblos, su aportación al acervo del marxismo-le-ninismo.

Una cuestión importante y fundamental queconviene aclarar y subrayar es la que se refiereal papel del campo socialista y de su vanguar-dia, la Unión Soviética, a su influencia sobre to-da la marcha del movimiento de liberación na-cional y sobre la lucha de clases en los paísesárabes y en otros que recientemente conquista-ron su independencia.

El campo socialista no sólo es un factor decontención respecto a las pretensiones imperialis-tas y a sus designios agresivos, sino que desem-peña también el papel de vanguardia en la luchacomún contra el imperialismo y el sistema capi-talista mundial. El campo socialista ejerce unenorme influjo político, económico e ideológico ycontribuye al afianzamiento de las posiciones delas fuerzas que combaten contra el imperialismo

y la reacción y por la liberación política, el pro-greso social y económico y la democracia. Conello el campo socialista contribuye a los cambiosen la correlación de fuerzas a favor de aquellasclases y capas sociales que están llamadas arealizar las transformaciones sociales en sus res-pectivos países; contribuye al robustecimiento d<*las posiciones de estas fuerzas, les ayuda con suapoyo multifacético a solucionar los diversos pro-blemas que surgen a medida que van edificando^la nueva vida.

Todo esto no quiere decir en modo algunoque la existencia del campo socialista suprimala necesidad de la lucha de clases en los paísesliberados, no equivale a ninguna suplantación delas clases y capas sociales que están llamadas aefectuar en estos países las transformaciones so-ciales. La lucha de clases en los países liberados(entre las clases y capas sociales reaccionariasde extrema derecha que se apoyan en el impe-rialismo y en el sistema capitalista mundial, deun lado, y de otro las clases y capas socialesprogresistas, democráticas y patrióticas, aliadas-al sistema socialista mundial y a la clase obrerade los países capitalistas) no puede decirse almargen de lo que ocurre en el mundo. Dependetambién del desenlace de la lucha entre los dossistemas mundiales: el socialista y el capitalis-ta. En 1920 Lenin dijo que "en la presente situa-ción mundial, después de la guerra imperialista,las relaciones recíprocas de los pueblos y todo elsistema político mundial se determinan por la lu-cha de un pequeño grupo de naciones imperialis-tas contra el movimiento soviético y los Estadossoviéticos, a la cabeza de los cuales se encuen-tra la Rusia Soviética. Si perdemos esto de vista,no podremos plantear con acierto ningún proble-ma nacional o colonial, aunque se trate del rin-cón más apartado del mundo". (1)

Sin apoyarse en este punto de vista, sobre to-do en nuestra época, limitándose únicamente areflexiones generales sobre la influencia del cam-po socialista y sobre la lucha de clases, no es po-sible comprender cómo ha sido posible que enestados como la RAU, Argelia, Siria y otros paí-ses de Asia y África el movimiento de liberación;nacional haya adquirido una orientación antica-pitalista y que estos países puedan marchar porla vía no capitalista de desarrollo antes 'de queel proletariado tenga la hegemonía en este mo-vimiento.

Esto, naturalmente, no significa que todos lospaíses árabes deban marchar por el camino quehan seguido la RAU, Argelia o Siria. Si se tieneen cuenta la diferencia de condiciones en cadapaís árabe —diferencias en el orden político, so-cial y económico de su desarrollo, en la composi-ción de clase, en la correlación de fuerzas declase y, sobre todo, en la cuantía numérica de laclase obrera, en el grado de su conciencia y desu organización política y sindical—, es posible

1 Obras Completas, t. XXXI, pág. 230.

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que el desarrollo en este o aquel país árabe mar-che bajo la dirección del proletariado.

La clase obrera de los países árabes y suspartidos son los luchadores más decididos contrael imperialismo, el colonialismo y neocolonialis-mo, por la independencia nacional, por el pro-greso social, la democracia y el socialismo. Des-empeñan un gran papel en las transformacionesprogresivas que han tenido y tienen lugar en elmundo árabe. A medida que su papel aumenta,estos cambios son cada vez más firmes y profun-dos.

Sin embargo, la negación por algunos camara-das de la posibilidad de que, en este o aquel paísrecientemente liberado, el movimiento de eman-cipación nacional vaya orientado contra el capi-talismo antes de que el proletariado desempeñeen él un papel hegemónico, lleva a contraponerel movimiento de liberación nacional y la lucha•de las fuerzas revolucionarias no proletarias a lahegemonía y a la dictadura de la clase obrera y,por consiguiente, impide que la clase obrera cum-pla su misión histórica y de vanguardia, obs-taculiza la alianza de todas las fuerzas revolu-cionarias y su lucha común.

EL PERIODO DE TRANSICIÓN:SU CARÁCTER Y SUS PERSPECTIVAS

El hecho de que las transformaciones econó-mico— sociales de la RAU, Siria y Argelia no serealicen bajo la dirección del proletariado, no de-be impedirnos ver la naturaleza de estas trans-formaciones. No debemos examinarlas de maneraestrecha y unilateral y perder dé vista su aspectocualitativo. Las condiciones para la victoria de larevolución socialista se diferencian de las condi-ciones para la victoria de la revolución burguesa.Antes de asumir el poder político, la burguesíaocupa posiciones fuertes e influyentes en la eco-nomía de la sociedad feudal. El proletariado, encambio, no ocupa esa misma situación en la sociedad capitalista. Sólo después de la plena vic-toria de la revolución proletaria se adueña de losmedios de producción, los convierte en propiedad.social y da comienzo a la construcción del socia-lismo. Sin embargo, en nuestra época, cuando pa-ra una serie de países en desarrollo es posibleabrazar la vía no capitalista'bajo la dirección dela democracia revolucionaria, surge un nuevofenómeno, cuyo estudio permite establecer la na-turaleza de su régimen económico—social, su des-arrollo y su vinculación con el socialismo.

En estos países se está llevando a cabo la su-presión de las relaciones feudales y semifeuda-les, se realiza la reforma agraria, se nacionalizanlas empresas financieras, industriales y comer-ciales, los medios de comunicación pertenecien-tes a monopolios extranjeros y nacionales, a lacúspide de la burguesía nacional y, en cierta me-dida, a sus capas medias. Toda esta propiedad:pasa al sector estatal, que ocupa una posiciónrectora y determinante en la vida económica y fi-nanciera del país. El Estado dirige el desarrollo

de las distintas ramas de la economía nacional,incluida la industria, controla por completo el co-mercio exterior y una parte del comercio inte-rior, introduce el principio de la planificación enla dirección de la economía. Esta situación parti-cular, predominante, del Estado en la dirección yen el desarrollo de la economía no se utilizacontra la clase obrera, contra las masas trabaja-doras, como sucede en el sector estatal bajo elcapitalismo, sino que está orientada fundamen-talmente contra los monopolios extranjeros y loscapitalistas del país dado. Debilita al capitalismo,limita y reduce la esfera de su actividad.

Así, pues, se crea una base firme para consoli-dar la alianza entre la clase obrera y las ampliasmasas campesinas, la pequeña burguesía, los in-telectuales, estudiantes, soldados, oficiales pro-gresistas y demócratas y cierta parte de la bur-guesía media. En este caso la alianza se cons-truye sobre la base de las conquistas políticas,económicas y sociales ya alcanzadas. El desarro-llo de esta alianza lleva a la instauración delEstado de democracia nacional. Esto, naturalmen-te, no niega la existencia de contradicciones ydiscrepancias políticas e ideológicas entre es-tas clases y capas sociales. Sólo hace falta encon-trar las correspondientes vías para su solución pa-cífica. La cuestión fundamental y más impor-tante en esta etapa son los intereses comunesque agrupan a las fuerzas democráticas progre-sistas, su lucha conjunta contra el imperialismoy el neocolonialismo, contra las diferentes clasesy capas reaccionarias y de derecha derrocadas,por el mantenimiento de estas transformacionesy conquistas, por su ampliación y profundización,por el robustecimiento de las relaciones econó-micas y culturales con la Unión Soviética y losdemás países socialistas, por reforzar la alianzacon estos países y con la clase obrera y fuerzasprogresistas de los países capitalistas y con losmovimientos de liberación nacional.

En la marcha de la lucha conjunta contra losenemigos internos y externos, por el afianzamien-to de la independencia política y la plena libera-ción económica, por el desarrollo industrial yagrícola, por consolidar y profundizar la demo-cracia crecen las filas y la autoridad del proleta-riado en la vida política, económica, social eideológica del país. Precisamente en estas con-diciones y con el influjo creciente del sistema so-cialista mundial y de sus realizaciones econó-micas, con la ayuda multiforme y desinteresadade los países socialistas, con la influencia y fuer-za de atracción cada día mayores de las ideas delsocialismo científico, se produce un cambio gra-dual en la correlación de fuerzas dentro de laalianza a favor del proletariado y maduran laspremisas objetivas o subjetivas —o bien, unas yotras a la vez— para que el proletariado ejerzasu hegemonía en esta alianza.

En algunos países árabes la alianza entre lademocracia revolucionaria y los comunistas pue-de, en determinadas condiciones, transformarseen un partido único de vanguardia. En todas las

LUCHA ANTIIMPERIALISTA DE LOS PUEBLOS ÁRABES

etapas esto debe realizarse sobre una base demo-crática, sobre la base de la confianza recíproca,con el pleno acuerdo y disposición de las fuerzasque forman parte de esta alianza. Cualquiera otraposición, independientemente de sus motivos y delos métodos a que se atenga, no puede por menosde perjudicar a los intereses de todas las fuerzasrevolucionarias y conducirá irremediablemente aldebilitamiento de la alianza y de la lucha conjun-ta de estas fuerzas, poniendo, por consiguiente,en peligro todo lo logrado.

En esos países el desarrollo transcurre en me-dio de ataques encarnizados por parte del impe-rialismo y la reacción y de una áspera lucha declases interna que se exacerba siempre que se daun paso hacia adelante. Las formas y los métodosde la lucha de clases, en este caso, son muy di-versos y pérfidos. Esta lucha abarca todos los as-pectos de la vida: político, económico, ideoló-gico. Se organizan complots, golpes militares,contrarrevoluciones, asesinatos, sabotajes, exporta-ción ilegal de capitales, especulaciones, fraudes,ocultación de mercancías, premeditadas alzas ybajas de los precios, etcétera. Los elementos decapitalismo en el campo (grandes propietarios ycampesinos ricos) y en la ciudad (capas mediasde la burguesía comercial e industrial y restosde relativa gran burguesía) devienen centros deaglomeración de las fuerzas reaccionarias y dederecha. Las fuerzas imperialistas y reacciona-rias utilizan todos los medios, particularmente elanticomunismo, la religión y el nacionalismo, fo-mentan la discordia tribal y nacional, provocanincidentes fronterizos.

En estos países se concede una enorme impor-tancia a la reorganización del aparato estatal,particularmente del ejército y de las fuerzas dela seguridad interior. Esta reorganización deberealizarse sobre principios democráticos y median-te la destitución de los elementos hostiles o sos-pechosos.

Cuando se logra hacer nuevos progresos en larealización de medidas democráticas generalesy acercar la etapa socialista, la resistencia de lareacción aumenta y la burguesía media y las ca-pas altas de la pequeña burguesía manifiestanmás y más sus vacilaciones y sus deseos de de-

sertar de la revolución y de romper la alianza de-mocrática. Por otro lado, el peligro de la viejay de la nueva burocracia se hace mayor en losdistintos eslabones del aparato estatal, incluidoslos organismos económicos. De aquí se desprendela extrema importancia de saber mesurar las me-didas progresistas y evitar los extremismos y elaventurerismo con el fin de no asustar a la pe-queña burguesía. Además, es necesario robustecerla alianza de manera que se apoye cada vez másen la clase obrera y el campesinado pobre y ace-lerar la formación de nuevos cuadros técnicossalidos de entre los obreros, los campesinos po-bres y la intelectualidad revolucionaria. Convieneapoyarse más y más en las masas trabajadorasy crear las condiciones para dejar campo librea su iniciativa, elevar constantemente su con-ciencia política y darles posibilidades para ejer-cer el control sobre las instituciones estatales através de las organizaciones democráticas de ma-sas.

Estas son algunas de las importantes premisasnecesarias para la victoria sobre los enemigosexternos e internos, para consolidar la alianza delas fuerzas revolucionarias, para reforzar y de-sarrollar el Estado de democracia nacional, pa-ra avanzar de manera consciente y sistemática enla tarea de crear las condiciones económicas, so-ciales y políticas del paso al socialismo.

En este sentido hay que interpretar la natura-leza de la formación económico—social transito-ria. Sería erróneo confundir este período de tran-sición con la etapa socialista. No menos erróneoes levantar entre ellas una barrera temporal. Estanueva formación es fruto de nuestra época. Llevaen sí el sello de su carácter y tiene una orienta-ción socialista. No puede ser considerada desdeotros puntos de vista. Cualquier desviación tempo-ral de ella en uno u otro lugar no puede cambiarel carácter de esta época. En modo alguno debe-mos considerar por separado tal o cual aconteci-miento. Esto debe hacerse únicamente en su vin-culación con la tendencia general del desarrollomundial, tendencia que con toda claridad mues-tra el reforzamiento de las posiciones del socia-lismo y el auge del movimiento obrero y del mo-vimiento de liberación nacional.

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Algunas cuestiones del desarrollosocio-económico de la India

Durante los años de su independencia la Indiaha cosechado no pocos éxitos. Sin embargo, toda-vía tiene que hacer mucho, muchísimo, sobre to-do para acabar con la miseria de las masas po-pulares y liquidar la enorme desigualdad social.Sus logros más tangibles los ha alcanzado en laesfera del desarrollo industrial, en la colocaciónde los cimientos de la industrialización. En com-paración con el año 1951 el nivel de la produc-ción industrial de 1965 aumentó en el 140 por100. La producción de acero creció de 1 a 6 mi-llones de toneladas, la de carbón de 30 a 70 mi-llones de toneladas y la de energía eléctrica de4.500 a 29.000 millones de kilovatios—hora.

En el terreno de la instrucción pública y de lasanidad también se registran determinados éxitos.Se han construido de nueva planta miles de es-cuelas, decenas de universidades y de colegiossuperiores. El número de alumnos en las escuelasprimarias y secundarias ha aumentado en casi 40millones y el de estudiantes en universidades, co-legios superiores y escuelas técnicas en 730.000.El número de camas en los hospitales es superioren 126.000 y el de médicos en 30.500. El promediode longevidad ha aumentado de 32,5 años en 1950a 50 años en 1965.

El pueblo hindú se enorgullece con pleno de-recho de los progresos hechos por su país desdela independencia. A la vez, a toda persona obje-tiva salta a la vista por fuerza que ese sentimien-to de orgullo se ve ensombrecido para millonesde hindúes. Muchas de sus esperanzas y aspira-ciones no se han hecho realidad. Al participar enla prolongada lucha por la independencia las ma-sas populares confiaban en una justa soluciónde los problemas sociales y en el mejoramientoradical de su situación material. Mas para el ob-servador imparcial es evidente que en la Indiaaún no se ha abordado la solución de estos pro-blemas como es debido, es decir, en interés delpueblo trabajador. La desigualdad social no sólono es menor, sino mayor, a juzgar por algunaspublicaciones oficiales competentes. Son muchosen la India los que dicen —y no les falta razón—que desde la proclamación de la independencia

por Kyn Petwas

los ricos se han hecho más ricos, y los pobres,más pobres.

¿Qué clases y capas de la sociedad hindú se hanbeneficiado del desarrollo económico? Según da-tos de la Comisión Central de Planificación , de1951 a 1965 la renta nacional (en precios cons-tantes) aumentó en más del 60%. Sin embargo,desde hace varios años son cada vez más insis-tentes en el Parlamento y en la prensa democrá-tica los requerimientos para que la dirección delpartido gobernante diga a dónde van a parar yquién se embolsa los aumentos de la renta na-cional. El difunto Primer Ministro JawaharlalNehru respaldó esta demanda y en 1960 propusoal Parlamento la creación de una comisión espe-cial encargada de dilucidar este problema.

En octubre de 1960, bajo la presidencia del pro-fesor P. Mahalanobis, destacado economista ydirector del Instituto de Estadística de Calcuta,se creó un comité para el estudio de la distri-bución de la renta nacional. Al cabo de más detres años, en febrero de 1964, fue publicada laprimera parte del informe de dicho comité, porel que se ve que al 20% de la población repre-sentado por las capas menos pudientes de la so-ciedad corresponde el 8% de la renta nacional,mientras que el 5% constituido por las capas ri-cas percibe el 20%. Es cierto que en el informese señalaba que el índice del salario nominal delos obreros fabriles había aumentado entre 1950—51 y 1960—61 de 108,0 a 143,5 puntos, y el índicesalarial de los obreros de la industria extractivade 105,4 a 195,7. Pero como justamente escribieraEconomic Review, órgano central del Partido delCongreso Nacional Hindú, ese aumento de sala-rios se redujo a la nada por el desenfreno de lainflación. A juicio de esta revista, a pesar de queen una serie de casos continuaba aumentando elsalario nominal, el salario real de los obrerosfabriles en el período comprendido por los dosplanes quinquenales (1952—1961) disminuyó. Enun reciente informe facilitado por la Sección deTrabajo y Empleo de la Comisión Central de Pla-nificación se hacía constar que en los últimosdiez años no se había producido ningún aumentoen el salario real de los obreros. Y no hay queperder de vista que a mediados de 1966 los pre-

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cios habían experimentado un alza del 80% aproxi-madamente.

En lo que se refiere a los 31,5 millones de obre-ros agrícolas, que componen la quinta parte de lapoblación activa del país, según el comité dirigído por Mahalanobis, no les afecta, por lo visto,el aumento de ingresos.

En un reciente informe del profesor V. Rao,miembro de la Comisión Central de Planificación,se dice que, a pesar del progreso económico unelevadísimo número de ciudadanos todavía se en-cuentran por debajo del tope de la miseria, y lascondiciones de vida en el agro siguen siendo in-feriores al nivel considerado como mínimo en lospaíses económicamente desarrollados.! A juzgarpor autorizadas investigaciones hechas en el país,en esa situación se encuentran más de 71 millo-nes de personas, de los 335 millones de habitan-tes que forman la población agrícola de la India.

La difícil situación económica de todos lostrabajadores viene a agravarse por la existenciade un enorme ejército de desempleados parcialesy totales. D. Sanjivayya, ex Ministro de Trabajo yen la actualidad titular de la cartera de Indus-tria, dijo en enero del año pasado que la desocu-pación continuaba aumentando. Según datos adu-cidos por él, en la India había 8 millones de des-empleados totales en 1956, y de 15 a 18 millonesde desempleados parciales. A mediados del añoactual, sólo el número de desempleados totales erade unos 12 millones.

Comentando los datos del informe del ComitéMahalanobis, el destacado economista hindú S.D. Wadhwa dice que por el momento quienesmás se han beneficiado del desarrollo económicohan sido los empresarios, los contratistas y el ca-pital financiero, y que la desigualdad social siguecasi intacta. Las conclusiones a que llega el Co-mité Mahalanobis sobre la desigualdad social en laIridia se confirman por los datos del Banco deReserva de la India acerca de la distribución delos ingresos.

Distribución de los ingresos(en tantos por ciento)

1953—1957 1960—1961

El 10% de la población queobtiene mayores ingresos 28 37El siguiente 50% de la población 52 48El 40% de la población que dis-pone de los ingresos más bajos 20 13De este último sector:el 10% de la pob. más pobre 3 2

Los representantes de la oposición de izquierdaexplican la creciente desigualdad social por el

1 En calidad de "tope de miseria" para la Indiase conceptúan por lo común unos ingresos por fami-lias inferiores a 50 rupias mensuales.

hecho de que la dirección del Congreso NacionalHindú, al proclamar que su objetivo es construirprimero en la India una «sociedad de tipo socia-lista» y más tarde el «socialismo democráti-co», en la práctica no ha llevado a cabo profunidastransformaciones socio—económicas que en reali-dad supriman o atenúen la situación privilegiadade que gozan las altas esferas de las clases po-seedoras. Algunos ideólogos del partido gober-nante justifican ese derrotero del Congreso Na-cional basándose en que éste aspira a liquidar ladesigualdad social, sobre todo, «incluyendo mo-ralmente» sobre los ricos.

Durante los últimos años se ha hablado mu-cho también acerca de que la desigualdad socialse liquidará, en particular, mediante un sistemaespecial de impuestos. Sin embargo, como lo vie-nen a demostrar los hechos, ese sistema fiscalno ha conducido a la reducción de la desigualdadde los ingresos. Ello se confirma asimismo condatos oficiales, según los cuales durante el perío-do 1951-1965 los impuestos directos de utilidadesse han triplicado, mientras que los indirectos, osea los que recaen principalmente sobre las es-paldas de los trabajadores, se han decuplicadocon creces.

Cae de su peso que en un país como la In-dia, donde casi las tres cuartas partes de la po-blación se dedican a la agricultura, el índice másimportante para determinar las condiciones "¡devida del pueblo y las relaciones sociales es lapropiedad de la tierra. Cuando el Congreso Na-cional asumió el Poder, declaró que era vital-mente necesario realizar transformaciones agra-rias y llevar a la práctica la consigna de "la tie-rra para el que la trabaja». En el período pos-terior a 1947, en el campo se produjeron, efecti-vamente, ciertos cambios. Fue liquidado el sis-tema feudal-terrateniente de los zamindaris y unaparte de los arrendatarios que pudieron comprarla tierra se convirtieron en propietarios agríco-las. La legislación agraria preveía también el es-tablecimiento de un «tope» de posesión del sueloy el reparto entre los campesinos de los exce-dentes de tierra que debían ser incautados a losterratenientes. Pero esta legislación no fue lo su-ficientemente eficaz. Muchos terratenientes si-guieron detentando, mediante diversas artimañas,grandes extensiones de tierra, mientras que mi-llones de campesinos no tienen ni un palmo, o po-seen míseras parcelas. En un informe de la Cá-mara Popular del Parlamento, hecho público afinales del año pasado, se indicaba que en la aetualidad el 20% de la población agrícola no po-see tierra, mientras que los terratenientes y loscampesinos ricos, que sólo componen el 5% de lapoblación rural, acaparan el 40% de toda la tie-rra cultivable. A los antiguos príncipes feudalesy a los grandes terratenientes el Estado les pa-ga, a costa de los campesinos trabajadores, cuan-tiosas pensiones e indemnizaciones. En el Con-greso del partido gobernante, celebrado en enerode 1965, J. Ram, miembro del Comité de Trabajode este partido, reconoció que únicamente los

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campesinos ricos se han beneficiado de la re-forma agraria.

Debido a la inconsecuencia y a la aplicaciónsólo parcial de las reformas agrarias las fuerzasproductivas del agro se encuentran encadenadas.El campesino hindú, sumido en la miseria, ava-sallado y explotado por los comerciantes, los usu-reros y los terratenientes, no tiene posibilidadesmateriales ni estímulos para elevar la producciónagropecuaria. El país se ve precisado a importarcereales, invirtiendo en ello enormes medios quepodrían dedicarse al desarrollo económico. Desdeagosto de 1947 hasta octubre de 1965, la India haimportado, con destino al consumo público, 63,Gmillones de toneladas de cereales, que costaronal país 26.300 millones de rupias. Durante el co-rriente año se piensa importar más de 10 millo-nes de toneladas de cereales.

Los hechos vienen a confirmar que la políti-ca agraria del Congreso Nacional, independiente-mente de los deseos subjetivos y, a veces, de lasmuy radicales declaraciones que hacen algunosde sus líderes, hasta la fecha ha estado encami-nada principalmente a limitar la arbitrariedadfeudal de los terratenientes, a una redistribución,parcial de la tierra en favor de los campesinosacomodados, al debilitamiento y a la eliminaciónde las reminiscencias precapitalistas en la agri-cultura en beneficio del desarrollo de un deter-minado tipo de capitalismo en el campo.

II

Muchos de los datos sobre la extrema des-igualdad de la distribución de la renta nacional,aportados en el informe del Comité Mahalanobis,ya se conocían con anterioridad. Pero eran da-tos fragmentarios, cuya veracidad era impugna-da con frecuencia. Ahora han sido confirmadospor una comisión oficial. Esto explica que mu-chos —incluidos sectores radicales del CongresoNacional, que creen sinceramente en el programade su partido, el cual ha proclamado que su ob-jetivo es la construcción del «socialismo demo-crático»— confiaban en que inmediatamente despues de la publicación de ese documento la direc-ción del partido gobernante tomaría las medidasnecesarias para detener el crecimiento de losmonopolios y mitigar la penosa situación de lostrabajadores. Pero esto no se ha producido. Al-gunos líderes del partido gobernante se han da-do a instar con mayor insistencia a las masaspopulares a contentarse con lo que hay y, «en arasde asegurar un rápido progreso económico delpaís», a no promover "excesivas" e "impruden-tes" reivindicaciones sobre el mejoramiento desu situación. Llamamientos de esta índole los ha-ce, por ejemplo, Asoka Mehta, ex líder del Par-tido Socialista Popular v en la actualidad Minis-tro de Planificación. En un discurso pronuncia-do en la Universidad de Jaipur dijo que "en laetapa actual del desarrollo económico" el pueblono debe aspirar a un consumo "desmesurado". La

idea obsesiva del aumento del nivel de vida—agregó— pone en peligro la expansión econó-mica. En la presente etapa hay que poner el acen-to —según él— en «redoblar los esfuerzos» a lavez que «se limita la percepción de bienes de lavida». Esta etapa —según palabras de Mehta—debe prolongarse de 15 a 20 años. Asimismo, otrascaracterizadas personalidades del partido gober-nante exhortan a los trabajadores a «apretarsemás el cinturón» para poder financiar los planesde desarrollo.

Hay quienes pretenden dar una base teóricaa esa tesis que llama a «sacrificarse en bien delprogreso». El ya mencionado A. Mehta, por ejempío, al inducir a los trabajadores a no plantearreivindicaciones «a la ligera», arguye que la si-tuación que existía en Occidente en la época ini-cial del desarrollo del capitalismo no era mejor...En realidad, Mehta exhorta a la India y a susmasas trabajadoras a que en las nuevas condi-ciones históricas acepten todos los sufrimientosligados con los peores caminos de desarrollo delcapitalismo.

A. Mehta declaró que él mismo está dispues-to a percibir sólo una parte del salario que tie-ne asignado y el resto entregarlo al fondo delEstado, e invitó a otros a que siguieran su ejem-plo. Eso está bien; sin embargo, es conocido cuanutópicos resultan tales llamamientos. Desde lostiempos de Mahatma Gandhi han sido lanzadosmultitud de veces, pero los ricos no los han es-cuchado. De esto hablan elocuentemente las ci-fras de las estadísticas oficiales arriba citadassobre la distribución de los ingresos. A ellas po-drían agregarse otros datos no menos elocuentessobre la concentración del capital en manos deunos pocos. Bajo la presión de la opinión públi-ca fue creada en 1964 una comisión gubernamen-tal para el estudio de las tendencias monopolísti-cas. El informe de esta comisión, publicado hacepoco, muestra que desde 1947 el capital desem-bolsado de las compañías anónimas de la Indiacasi se triplicó, pasando de 4.800 millones de ru-pias a 14.600 millones. Al mismo tiempo aumen-tó el poderío de los monopolios, se produjo unagran concentración y centralización del capital.En 1964 el capital desembolsado de 75 consorciosequivalía casi a la mitad del capital de las 25.000compañías particulares restantes de la India. Laconcentración de capital se observa también enel sector bancario: cinco grandes bancos, contro-lados por las agrupaciones monopolísticas hin-dúes, concentraban en 1963 depósitos cuya sumapasaba de los 8.700 millones de rupias, o sea el40% de todos los depósitos bancarios del país. Laconcentración de poder económico, se señalaba enel informe de la comisión citada, suscita en lasmasas populares un vasto descontento contra losgrandes negociantes. La comisión considera queeste estado de ánimo está fundado en la sospechade que el gran capital aplasta bajo su pode-río a las instituciones democráticas, influye enla vida política nacional.

Algunas cuestiones del desarrollo socio-económico de la India 53

IIILas fuerzas derechistas de la India se pro-

nuncian cada vez más activamente por la revi-sión de la política elaborada anteriormente en re-lación con el capital privado extranjero. Con elapoyo de esas fuerzas, los monopolios extranje-ros, aprovechándose de las dificultades de la In-dia, y especialmente de la escasez de divisas pa-ra las construcciones básicas, han reforzado con-siderablemente su penetración en la economía dela India. Durante los años de la independencia lasuma global del capital privado extranjero ha pa-sado de 2.558 millones de rupias en 1948 a 7.000-7.500 millones en 1965.

En los últimos años se ha extendido amplia-mente la colaboración entre el capital extranjeroy el hindú, predominantemente el gran capitalprivado. Según datos de la prensa nacional, a me-diados de 1963 se habían concluido 1.495 acuer-dos sobre tales colaboraciones.

No sería justo decir que entre el gran capitalhindú y los monopolios extranjeros no existe hoycontradicción alguna. Entre la gran burguesíahindú hay algunas personas y grupos que, por unlado, colaboran con el capital extranjero y, porotro lado, sufren una encarnizada competenciapor parte de los monopolios foráneos. No es raroque grandes agrupaciones capitalistas hindúes co-laboren con los monopolios extranjeros en unarama industrial mientras que en otras sostienenuna fuerte lucha competitiva.

Sin embargo, no exageramos al decir que entos últimos tiempos, y como consecuencia de laagudización de las contradicciones sociales y dela lucha por las vías para el ulterior desarrollode la India, la actitud de la gran burguesía hin-dú hacia el capital privado extranjero está cam-biando sustancialmente. En la actualidad, los representantes del gran capital hindú en su con-junto no sólo no se oponen a la penetración delcapital privado extranjero en la economía nacio-nal, sino que actúan enérgicamente en pro de laampliación de esa penetración. Con esto, los mo-nopolios hindúes persiguen su objetivo principal,que es consolidar firmemente sus posiciones ylas de las capas, superiores de otras clases ex-plotadoras en todos los terrenos de la vida socialy no permitir la creación de premisa alguna pa-ra el desarrollo del país por la vía no capitalista.

Los monopolios occidentales, por su parte, so-bre todo después de la muerte de Nehru, comen-zaron a penetrar más activamente en la econo-mía hindú no sólo para obtener superbeneficios, si-no para influenciar en el carácter de los proce-sos socio-económicos de la India, con el fin demantenerla dentro del sistema capitalista mundial.

Durante el conflicto indo-pakistano, en sep-tiembre de 1965, los EE. UU. y casi todos los de-más países miembros del llamado «Club de ayudaa la India» declararon el cese temporal de la _ ayu-da a este país. Formalmente esto se decidió asípara «hacer razonable» a la India. Sin embargo,aquí había un objetivo más fundamental: agravar

las dificultades económicas del país para obtenernuevas concesiones, fortalecer las posiciones delcapital privado hindú y extranjero en la econo-mía nacional e incrementar la influencia de laspotencias occidentales, en primer lugar la de Es-tados Unidos.

Los hechos de los últimos tiempos confirmanlo dicho anteriormente. El Gobierno de EE. UU.declaró hace poco la «descongelación» de la ayu-da económica a India, temporalmente suspendida;pero ahora exige ya condiciones mucho más du-ras para su prestación, como son la plena ga-rantía contra las nacionalizaciones, contra las«conmociones sociales», etc.

Las potencias occidentales, para conseguir susobjetivos, han emprendido el camino de entrome-terse en los asuntos internos del Estado hindú.Según el periódico Hindustan Times, los EstadosUnidos, que han intensificado muy particularmen-te su penetración en la economía de la India, po-seen la mitad de todo el dinero que se halla encirculación en dicho país. Este dinero es acumu-lado en manos de EE. UU. como resultado de laventa en el mercado hindú de sus excedentesagrícolas. Actualmente la suma de estas acumu-laciones se cuenta por miles de millones de ru-pias. En la India se habla abiertamente de quela Embajada norteamericana gasta los recursosasí obtenidos sin tener en cuenta los intereses na-cionales de la India. V. Rao, por ejemplo, ha de-clarado que aprovechándose de las divisas hin-dúes una potencia extranjera (es decir, EstadosUnidos) obtiene la posibilidad nada favorable deinfluir en grado importante en los asuntos inter-nos de la India.

Los monopolios de EE. UU. y de otras poten-cias occidentales se empeñan en enseñar al Gobierno hindú cómo debe conducir sus propiosasuntos. El leitmotiv de las intervenciones quelos representantes del gran capital de los paísesoccidentales hicieron en el XX Congreso de laCámara Internacional de Comercio, celebrado enDelhi en febrero de 1965, fue exigir de la Indiay de otros países en desarrollo que estimulen elincremento del sector privado de la economía yno lo sometan a limitaciones y control rigurosos,que concedan a los círculos de negocios amplioderecho a participar en la determinación de lapolítica referente a las cuestiones del comercio yla industria, que limiten la actividad del sectorestatal a aquellas ramas de la economía en lasque los empresarios privados no deseen hacer in-versiones, que creen un «clima más favorable»todavía para las inversiones de capital extran-jero, etc.

IV

Cuando en 1955 el partido gobernante procla-mó que su objetivo era la construcción de una«sociedad de tipo socialista», se declaró que labase económica de este programa sería una eco-nomía mixta. Esto significaba que debían desa-rrollarse dos sectores, el estatal y el privado, y

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se presuponía que el sector estatal iría despla-zando gradualmente al sector privado y que enel futuro ocuparía las posiciones _claves de laeconomía. Sin embargo, los acontecimientos delos últimos años muestran que si bien el sectorestatal crece, está todavía muy lejos de consti-tuir el factor decisivo en la economía de la In-dia. Las capas trabajadoras de la pobla.ción estan privadas de la posibilidad de ejercer influencía alguna en este sector. Por esto precisamente,no se realizan las grandes posibilidades potencia-les progresistas del sector estatal.

En la India, igual que ocurre en algunosotros países en desarrollo, el incremento y la am-pliación del sector estatal han contribuido obje-tivamente al fortalecimiento de la economía na-cional. Precisamente en el sector estatal se hancreado y se desarrollan muchas ramas de la in-dustria pesada, base de la industrialización delpaís y de su independencia económica. Sin em-bargo, en la India el sector estatal no se ha con-vertido en palanca de profundas transformacio-nes sociales, a pesar de que algunas personalida-des políticas y sociales tratan de identificarlocon el socialismo. Cierto que, a veces, incluso enpublicaciones oficiales del partido gobernante,aparecen valoraciones objetivas de las tendenciasen el desarrollo del sector estatal en la India.«Existen no pocas incomprensiones en cuanto ala apreciación del incremento del sector estatalen India —escribía V. Rao en Economic Re-view—. Algunos consideran que es sinónimo dela sociedad de tipo socialista y por eso lo elo-gian, mientras que otros lo denigran sobre lamisma base... Porque como tal es pernicioso pa-ra el desarrollo del sector privado... Estos dospuntos de vista —continúa V. Rao— son erróneos.El crecimiento del sector estatal no constituyepor sí mismo una amenaza para el desarrollo delempresariado particular, y no significa tampoco laconsecución automática de los objetivos de la so-ciedad socialista».

Los ideólogos del gran capital hindú propa-gan profusamente la tesis de la necesidad de la«mutua penetración» de los sectores estatal yprivado, con el fin, según ellos, de elevar la«eficiencia» del sector estatal, de reducir el bu-rocratismo, etc. Y han conseguido reforzar suinfluencia en el sector estatal.

En las páginas de influyentes periódicos hin-dúes, controlados por el capital monopolista, serealiza una intensa campaña de descrédito delsector estatal. Se hacen" intentos de inculcar alhindú sencillo la idea de que el desarrollo delsector estatal frena el progreso del país, y deque su situación sólo puede ser mejorada a con-dición de que se conceda la máxima libertad deacción a los empresarios privados.

Muchos dirigentes del Congreso Nacional Hin-dú están de acuerdo en que la elevación de la ta-sa de crecimiento económico depende directa-

mente de que sean cumplidas por lo menos laspromesas sociales que este partido hizo despuésde su llegada al Poder; y en que los ritmos decrecimiento de la economía nacional adecuados alas posibilidades y a las necesidades de la In-dia pueden ser garantizados únicamente en el ca-so de que amplios sectores del pueblo obtenganventajas reales y tangibles de este desarrollo.

Sin embargo, las altas esferas de las clasesposeedoras, que sólo persiguen sus estrechos yegoístas intereses de clase, no están dispuestas apermitir un tal giro de los acontecimientos. Enrealidad, elementos influyentes de la direccióndel partido gobernante no desean aplicar medidaalguna que pueda perjudicar seriamente los in-tereses de la capa superior de las clases poseedo-ras; y justifican esta posición alegando que se-mejantes medidas serían «coercitivas», incompa-tibles con la democracia y con la concepción del«socialismo hindú». Los hindúes no comprendenpor qué la coerción aplicada a los comunistas ya los dirigentes sindicales, que frecuentementeson detenidos y encarcelados sin formación decausa, no contradice la «democracia»...

Contra la aplicación de medidas represivas alos comunistas y otros representantes de los tra-bajadores se pronuncian también algunas perso-nalidades del partido gobernante. Así, por ejem-plo, Khadilkar, diputado al Parlamento por elCongreso Nacional Hindú, condenó el encarcela-miento de diputados comunistas y llamó a la di-rección de su partido a luchar contra los adver-sarios políticos por medios ideológicos y políti-cos, pero no con métodos administrativos y po-licíacos.

Algunos dirigentes del Congreso Nacionalafirman que en la India se está construyendo un«socialismo democrático», un socialismo combina-do con una «amplia democracia» y posibilidadesiguales para todos. Al afirmar esto no se inmu-tan por el hecho de que en las condiciones actua-les, cuando en el país se asiste a un rápido de-sarrollo del capital privado nacional y extranje-ro y se profundiza la diferenciación de clases ysobre esta base la desigualdad social, para mu-chos hindúes las expresiones «democracia» y«posibilidades iguales» suenan a abstracción o ahipocresía.

Es tan evidente la discordancia entre las de-claraciones del Congreso Nacional y su políticaefectiva' que ha tenido que ser reconocido asíincluso por personalidades oficiales. En enero delaño pasado, Hukam Singh, speaker de la Cáma-ra Popular del Parlamento, declaró: «Para elhambriento significa muy poco la posibilidad devotar una vez cada cinco años. Lo que realmen-te le hace falta es ver satisfechas sus necesida-des vitales mínimas. Todo ello le fue prometidoal elaborar la Constitución del país. Pero a pe-sar de los 17 años de independencia no hemospodido asegurarle esto».

En el informe «Sobre algunas enseñanzas delos planes quinquenales», recientemente publica-do, la Comisión Central de Planificación llega a

la conclusión de que existe un conflicto entre lapolítica en el terreno del desarrollo económicodel país y la política práctica en orden a lastransformaciones sociales. En nuestros planes—se dice en el informe— se plantean objetivossociales, pero sólo en los términos más genera-les, sin indicar con qué métodos han de ser lo-grados estos objetivos, sin crear el necesario me-canismo eficiente para su realización.

Una de las causas que impiden la realiza-ción de las declaraciones programáticas es que elaparato administrativo del Estado continúa sien-do en considerable medida el mismo que fue le-gado por el régimen colonial. Los tiempos hancambiado, pero la máquina burocrática del Es-tado sigue siendo la anterior, escribe el influyen-te periódico hindú Amrita Bazar Patrika. Es com-pletamente natural que de semejante aparato seadifícil esperar una puesta en práctica efectivade las declaraciones sobre el socialismo.

No poca importancia tiene también la cir-cunstancia de que entre los dirigentes del Con-greso Nacional existen las más diversas interpre-taciones del «socialismo democrático». Algunosconsideran que bajo el «socialismo democrático»se mantendrá la propiedad privada sobre los me-dios fundamentales de producción y que los gran-des empresarios serán una especie de «tutores»de los obreros. Esta interpretación del socialis-mo es propagada en vasta escala por los ideólo-gos del gran capital. Otros manifiestan que laconstrucción práctica del socialismo es obra deun futuro muy lejano y que, por lo tanto, no hayque realizar ninguna modificación esencial de lapresente estructura social del país. Otros, losterceros, consideran en general que la idea deconstruir la sociedad socialista es una utopía,aunque, por supuesto, prefieren no hablar siem-pre de esto abiertamente. No es casual por esoque el presidente del Congreso Nacional, K. Ka-maraj, manifestara recientemente que para po-ner en práctica el programa del partido sobre elsocialismo, el propio partido debería «revolucio-nar su pensamiento social».

Pero ¿quieren los hombres de los que de-pende el destino de las declaraciones programá-ticas de este partido «revolucionar» su pensa-miento? Lo ocurrido durante el Congreso del par-tido gobernante reunido en enero de 1965 en Dur-gapur nos da cierta idea sobre el verdadero es-tado de cosas. Estaba previsto que, al mismotiempo que el Congreso, tendrían lugar sesionesdel Fórum para la Acción Socialista, organizacióndel ala izquierda del partido gobernante que pro:pugna la aplicación de sus declaraciones sobreel socialismo. Sin embargo, para asombro de losdelegados, la dirección del partido no autorizóque el Fórum celebrara sus sesiones. En el mis-mo Congreso, todas las enmiendas de los delega-dos que criticaban a la dirección del partido por-que sólo de palabra propugna el socialismo, sinhacer nada para su realización práctica, fueronresueltamente rechazadas.

Lo mismo ocurrió, en esencia, en el último

Congreso, celebrado en febrero del presente añoen Jaipur. Muchos delegados criticaron acerba-mente a la dirección porque de vez en cuandoadopta pomposas resoluciones sobre la edifica-ción en la India del «socialismo democrático»,pero no hace nada para ponerlas en práctica. Sinembargo, esta crítica no se reflejó en las reso-luciones aprobadas, que, al igual que muchas re-soluciones de los anteriores congresos y conferen-cias de este partido, tienen en gran medida uncarácter general, declarativo, ya que en ellas nose indican ni las vías concretas ni las formas derealizar las promesas de llevar a cabo transfor-maciones socio-económicas en beneficio de lasamplias masas del pueblo hindú.

En lo que respecta al Fórum para la AcciónSocialista, esta vez se autorizó a sus organizado-res a que sesionaran durante las labores del Con-greso del partido en Jaipur. En estas sesiones sepronunciaron muchas palabras airadas contra ladirección del partido, se criticó duramente su po-lítica y la «incapacidad» y la "falta de deseo"de muchos de sus líderes de llevar a la prácticalas declaraciones sobre el socialismo democráti-co. Se aprobó un memorándum en el que se exi-gía la nacionalización de los bancos privados yel establecimiento del control estatal sobre el co-mercio cerealista. Los dirigentes del Fórum exi-gieron también que a los representantes de losmonopolios que se cubren con el título de miem-bros del Partido del Congreso Nacional no se lesautorizara a presentarse en las elecciones gene-rales de 1967 en las candidaturas de dicho parti-do. Sin embargo, como señaló la prensa hindúde las más diferentes orientaciones, es poco pro-bable que este memorándum ejerza ninguna in-fluencia sobre la política del partido gobernante.Esto se explica en grado considerable porque loslíderes del Fórum, que de tiempo en tiempo sereúnen y adoptan resoluciones, no las corroborancon acciones concretas que puedan ejercer irv-fluencia sobre la política del partido gobernanteen beneficio de las masas populares.

La eficacia de la lucha de los trabajadorespor sus derechos no sólo es debilitada por la di-visión del movimiento obrero y sindical y por losprejuicios religiosos y de casta, sino también porlas medidas represivas de las autoridades, quie-nes para aplastar la lucha de los trabajadorescon frecuencia ponen en juego el terror policíaco.A fin de sofocar las huelgas y manifestaciones,en los últimos tiempos son cada vez más frecuen-tes las «detenciones preventivas» de los organiza-dores de estas acciones de masas de los trabaja-dores.

Los numerosos partidos de izquierda existen-tes en la India actúan desde hace mucho tiempodispersos y con frecuencia luchan entre sí. Notienen una plataforma política común que sirvade base para la unidad de acción y ofrezca unaalternativa frente a la actual política del Partidodel Congreso Nacional. De aquí que los líderes delas organizaciones de derecha, religioso-comuna-les y chovinistas aprovechen no pocas veces con

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fines interesados el descontento de las masas porsu penosa situación económica.

La vanguardia de la opinión pública hindúllega cada vez más a la conclusión de que espreciso que las fuerzas democráticas se cohesio-nen ante el peligro común, que no se puede per-mitir que se malogren los éxitos alcanzados, aun-que sean pequeños, y que es necesario no dejarescapar las posibilidades existentes para seguiravanzando.

No puede extrañar, por tanto, que en estosúltimos tiempos sean cada vez más frecuenteslas propuestas de los partidos de izquierda paraelaborar un programa mínimo de acción manco-munada. Mas, como demuestran los últimos acon-tecimientos, y en particular las recientes entre-vistas y negociaciones mantenijdas entre repre-sentantes de dichos partidos, se tropiezan conenormes dificultades para concordar esa plata-forma. Los líderes de algunos partidos de izquier-da, que en principio se muestran de acuerdo conla unidad de acción, no están dispuestos, por loque se ve, a elaborar y aprobar una plataformapolítica común.

El Partido Comunista de la India consideraque semejante plataforma podría incluir los si-guientes puntos: limitación de la actividad de losmonopolios hindúes; ampliación y democratiza-ción del sector estatal; realización de una refor-ma agraria que entregue la tierra a quienes latrabajan, concesión de créditos y de otras venta-jas a los campesinos, distribución controlada delos artículos de primera necesidad (en primer lu-gar, alimenticios) en todo el país, abolición delas leyes represivas, restricción efectiva de losmonopolios extranjeros, etcétera.

Las fuerzas democráticas de la sociedad hin-dú propugnan la realización de las transformacio-nes sociales puestas a la orden del día. Exigen lamáxima movilización de los recursos internos ne-cesarios para alcanzar un rápido auge económico,el cambio del sistema vigente de distribución dela renta nacional, la implantación del control so-bre la propiedad extranjera, sobre el comercioexterior y los bancos, una fuerte limitación dela esfera de acción de los monopolios nacionales,una reforma agraria radical y que se utilicen enbeneficio de la sociedad los enormes tesoros inmovilizados de los antiguos príncipes feudales,de los maharajás y de otros elementos parasita-rios. Los sectores democráticos exigen que losplanes de desarrollo económico no sean financia-dos a costa de acentuar la explotación de lasmasas trabajadoras y con empréstitos exteriores,sino mediante la máxima movilización de los re-cursos internos.

Una de las causas fundamentales de las di-ficultades económicas sumamente graves de laIndia es el empeño de sus círculos gobernantesde resolver los complejos problemas del desarro-llo planteados ante el país sin realizar transfor-maciones sociales apremiantes en beneficio delpueblo. Hay que decir, como signo característico;que la devaluación de la rupia efectuada por el

Gobierno de la India (según la nueva cotizaciónun dólar equivale a 7,5 rupias; anteriormenteeran 4,76 rupias) fue acogida con hostilidad porla opinión pública, incluidos los comunistas, lossocialistas y hasta muchos congresistas.

Los representantes del Gobierno pretenden de-mostrar que la devaluación era necesaria paraestimular las exportaciones, para elevar la capa-cidad competitiva de los artículos nacionales enel mercado mundial y para sanear la economíadel país. Sin embargo, esta justificación de ladevaluación no satisface a muchísimos hindúes.La medida es considerada como una concesión ala presión de EE. UU. y del Banco Internacionalde Reconstrucción y Fomento, que, prometiendoayuda para superar las presentes dificultadeseconómicas de la India, tratan de conseguir con-diciones más ventajosas para una mayor pe-netración del capital privado norteamericano yde otros países capitalistas adelantados en la eco-nomía hindú, con el fin de influir más activa-mente en el carácter y la orientación del desa-rrollo de la India.

Las fuerzas democráticas progresistas de laIndia luchan contra las concesiones a los mono-polios locales y extranjeros y por la realizaciónde profundas transformaciones sociales en bene-ficio del pueblo, incluida la aplicación prácticade todo lo que hay de progresivo y democráticoen las declaraciones programáticas del Partidodel Congreso Nacional. Se pronuncian contra lastentativas del capital monopolista de reforzaraún más su influencia en el país y contra la ten-dencia de las altas esferas de las clases poseedo-ras de solucionar las dificultades económicas acosta de las masas trabajadoras. En lo que res-pecta al capital extranjero, las fuerzas democrá-ticas no se oponen a sus inversiones en general,sino a las condiciones de su obtención que perju-dican los intereses nacionales de la India. Con-sideran que la ayuda extranjera debe ser acep-tada como complemento de los esfuerzos condu-centes a movilizar los recursos internos.

El creciente movimiento de las amplias ma-sas trabajadoras y la activación de su lucha endefensa de sus intereses cardinales les llevan atomar conciencia cada vez más clara de la ne-cesidad vital de las acciones conjuntas. En di-ferentes Estados se consiguió últimamente ciertaunidad de acción de los partidos de izquierda.«Sin embargo —como se señaló en las resolucio-nes de la sesión del Consejo Nacional del Parti-do Comunista de la India celebrado en junio últi-mo—, hay que reconocer que la unidad de acciónque hasta ahora hemos conseguido continúa li-mitándose en lo fundamental a los problemas eco-nómicos, mientras que respecto a los principalesproblemas políticos continuamos sin estar unidosy tenemos divergencias. El imperialismo y lasfuerzas de la reacción utilizan plenamente estadebilidad política y esta desunión de las fuerzasde izquierda y democráticas para llevar adelan-te su ofensiva».

Los partidos de izquierda intentan lograr la

unidad de acción en las próximas elecciones. Afines del pasado mes de julio nueve partidos deizquierda de la oposición acordaron en principioen Delhi evitar la concurrencia recíproca en di-chas elecciones. Tratarán de coordinar su cam-paña electoral sobre la base del apoyo mutuo enaquellas circunscripciones en que se consiga lo-grar semejante coordinación. Sin embargo, noconsiguieron establecer una plataforma electoralcomún y cada partido intervendrá en las eleccio-nes con su propio programa. El acuerdo fue sus-crito por representantes del Partido Comunistade la India, Partido Comunista paralelo, PartidoSocialista Unificado, Partido Socialista Revolucionario, Forward Bloc, Mahagujarat Janata Pari-shad, Partido Campesino y Obrero, Centro deUnidad Socialista y Bharatiya Samajwadi Pari-shad.

Hay que señalar que los partidos de derechareaccionarios realizan grandes esfuerzos paraunificar y coordinar sus acciones en las eleccio-nes. Tratarán de aumentar al máximo su repre-sentación en los organismos legislativos para in-crementar la influencia de las fuerzas reacciona-rias sobre el carácter y la orientación del des-arrollo político y económico del país. Para ellono desdeñan ningún medio y están dispuestos arecurrir a toda clase de maquinaciones electora-les. Con el fin de conseguir sus objetivos, algu-nos incluso intentan coquetear con los partidosoposicionistas de izquierda.

VI

En India hay entablada una aguda lucha en-tre quienes consideran que la superación delatraso económico y la industrialización del paísdeben ir acompañadas de profundas transforma-ciones sociales en beneficio de la .mayoría delpueblo hindú y quienes, «en aras del rápido progreso del país», tratan de conceder libertad com-pleta a los monopolios nacionales y extranjeros,que «harán avanzar con rapidez» la economía ca-pitalista a costa de intensificar la explotación delas masas trabajadoras.

Las fuerzas progresistas, incluidos algunosrepresentantes del partido gobernante, se pronun-cian contra el reforzamiento de los monopolios

nacionales y extranjeros, por la utilización de los.recursos del país con miras a obtener un desa-rrollo más rápido de la economía y a elevar elnivel de vida de las masas populares. A fines deenero del presente año el presidente del Partido*del Congreso Nacional, K. Kamaraj, declaró que-era necesario adoptar medidas enérgicas contrala concentración del poder económico en manos.de unos cuantos y para la liquidación de los res-tos del feudalismo y la realización de profundastransformaciones en el campo.

Las fuerzas democráticas ven justamente lasalida de las dificultades que atraviesa el paísen otra vía de desarrollo, es decir, en una víaque posibilite la realización de transformacionessociales y económicas de largo alcance, rompalas cadenas que hoy traban el crecimiento de lasfuerzas productivas en la industria y en la agri-cultura, asegure el rápido progreso económico yeleve el nivel de vida de las masas populares.Dichas fuerzas se pronuncian contra el presentedesarrollo capitalista, que lleva a incrementar el'poder de las agrupaciones monopolistas, las cuales, en unión con los terratenientes y los elemen-tos semifeudales y con el apoyo del capital mo-nopolista extranjero, constituyen un creciente pe-ligro para el desarrollo democrático independien-te de la India.

Las fuerzas democráticas y anticapitalistas-de la sociedad hindú tienen plena conciencia dela imperiosa necesidad de efectuar profundastransformaciones que lleven al país a la ampliavía del desarrollo democrático progresista. Mas-estas fuerzas únicamente podrán ejercer una in-fluencia decisiva sobre la orientación del desa-rrollo socio-económico y político del país en be-neficio del pueblo hindú a condición de que consigan superar la profunda división y dispersión-actual de sus filas. El pueblo hindú siente honda-mente los ideales de igualdad y de justicia so-cial. Posee gloriosas tradiciones democráticas.Por eso no cabe admitir la idea de que este pue-blo no encontrará fuerzas en sí mismo para ha-cer frente a la ofensiva de las fuerzas reacciona-rias exteriores e interiores y asegurar un desa-rrollo del país que corresponda a los interesessupremos de la nación, a los intereses de la in-mensa mayoría del pueblo hindú.

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en los partidoscomunistas y obreros

Hacia la victoria completa del socialismoEl XV Congreso del Partido Revolucionarlo Popular de Mongolia.

En junio último se reunió en Ulan Bator el XVCongreso del Partido Revolucionario Popular deMongolia (PRPM). El Congreso escuchó y discu-tió el informe sobre la gestión del Comité Centraldel Partido, discutió y aprobó el nuevo programadel PRPM, así como las directivas para el IV planquinquenal de desarrollo de la economía nacionaly la cultura de la República Popular Mongolaen los años 1966—1970. El Congreso hizo una de-claración en apoyo de la lucha del pueblo viet-namita contra la agresión norteamericana.

El XV Congreso fue una clara expresión de launidad monolítica de las filas del Partido. Demos-tró la unidad indestructible del Partido y el pue-blo, la confianza de la clase obrera, de los aratscooperadores y de la intelectualidad trabajadoraen el PRPM, en su política exterior e interna. Asílo confirmó la discusión por todo el pueblo delos proyectos de programa del Partido y de direc-tivas para el IV plan quinquenal, que precedió alCongreso. Otro testimonio brillante de esa con-fianza son los éxitos logrados por los trabajado-res de la ciudad y del campo en honor del Con-,greso, la multitud de cartas, telegramas y mensajes enviados al Congreso por trabajadores de losaimaks (distritos) y de las ciudades deseándoleuna labor fructífera y expresando su disposicióna consagrar todas sus fuerzas al cumplimiento de'las resoluciones del mismo.

El XV Congreso del PRPM ocupará un lugarimportante en la historia de nuestro Partido. En•el nuevo programa se resumen los resultados de45 años de actividad del Partido y se determinanlas tareas para la culminación de la construccióndel socialismo en la RPM.

EL IV PROGRAMA DEL PRPM

En 1961, el XIV Congreso del PRPM hizo laconclusión de que la República Popular Mongola«había entrado en una nueva etapa de su desa-rrollo, la etapa en que culmina la construcciónde la sociedad socialista, y reconoció la necesidad•de elaborar un nuevo programa del Partido. Enconcordancia con esta resolución, el Comité Cen-itral del PRPM preparó el proyecto de nuevo pro-

grama y lo presentó a la consideración del XVCongreso.

En el informe del CC, presentado al XV Con-greso por el primer secretario, camarada Y. Tse-denbal, se exponía en forma sumaria el contenidofundamental del nuevo programa del Partido.

En la primera parte del programa, titulada «Eltránsito de Mongolia desde el feudalismo al so-cialismo», se sintetiza la experiencia del Partidoen la lucha por asegurar en el país la vía dedesarrollo no capitalista y se exponen las leyesobjetivas de este desarrollo. Esta parte contieneun análisis de las victorias obtenidas por el Par-tido y el pueblo en el proceso de aplicación desus tres programas anteriores.

El I Congreso del Partido aprobó en marzo de1921 su primer programa, que planteaba comotareas la liberación nacional del país, el derro-camiento del régimen de los feudales, la entregadel poder estatal al pueblo trabajador y las trans-formaciones subsiguientes de la vida social sobrebases nuevas, democráticas. Estas tareas fueroncumplidas en lo fundamental en el período 1921—1924.

En 1924 el III Congreso del PRPM determinó lalínea general del Partido, que consistía en ase-gurar una vía de desarrollo no capitalista parael país. El Partido se guiaba por la doctrina mar-xista—leninista sobre la posibilidad para los paísesatrasados de pasar al socialismo eludiendo laetapa capitalista.

En el segundo programa, aprobado en 1925 porel IV Congreso del PRPM, se planteaban las ta-reas fundamentales para la aplicación de la líneageneral del Partido "en la etapa democrática dela revolución.

En 1940 se puso término en la RPM, en lo fun-damental, a la primera etapa de la revoluciónpopular y comenzó el período de transformacióngradual de la revolución democrática en revolu-ción socialista. Había sido cumplido el segundoprograma del Partido. En el X Congreso, reunidoen 1940, fue aprobado el tercer programa delPRPM, en el que quedaron inscritas las tareasprincipales para la construcción de los funda-mentos del socialismo en la RPM. Estas tareas

EN LOS l'AETIDOS COMUNISTAS Y OBBEEOS59

fueron concretadas en resoluciones de los con-gresos siguientes y realizadas, en lo fundamental,para el año 1960.

La revolución popular mongola, parte insepa-rable del proceso revolucionario mundial, consti-tuyó un viraje radical en la vida de nuestro pue-blo. Como resultado de la liquidación del régimencolonial y de la creación de un Estado popularindependiente, Mongolia se desgajó del sistemamundial del imperialismo y se adhirió al mundonuevo, al mundo del socialismo.

En los 45 años de existencia de la RepúblicaPopular Mongola, el Partido ha realizado un gi-gantesco trabajo para liquidar el secular atrasoeconómico y cultural del país, para convertir aMongolia en un Estado agrario—industrial y paraconstruir las bases del socialismo. El balanceprincipal del camino recorrido consiste en queel pueblo mongol, bajo la dirección del PRPM,apoyándose en la ayuda multilateral de la UniónSoviética y de otros países socialistas después, yen colaboración con ellos, aseguró la liquidaciónde las clases explotadoras y eliminó las causasque generan la explotación del hombre por elhombre, liquidó la propiedad privada y confirmóla propiedad social sobre los medios de produc-ción como base económica de la sociedad socia-lista. De esta manera fue realizado el históricotránsito del feudalismo a la sociedad socialista,lo que ha significado el triunfo de la línea gene-ral del Partido, encaminada a desarrollar el paíshacia el socialismo sin pasar por el capitalismo.

La creación de las bases de la sociedad socia-lista en la República Popular Mongola tiene gransignificado internacional. No. es casual el vivointerés que se manifiesta en todo el mundo porla experiencia de la Mongolia Popular, y más aúnen los países que en los últimos años han em-prendido el camino de desarrollo independiente.En el programa aprobado por el XV Congreso sehacen las conclusiones fundamentales de la ex-periencia adquirida, que brevemente expresadasson las siguientes:

1. La experiencia de la RPM ha confirmado enla práctica la justeza de la tesis marxista—leni-nista sobre la posibilidad para los países atrasa-dos de pasar al socialismo evitando la etapa capi-talista. Sólo por este camino podrán los pueblosque se han sacudido el yugo colonial superar enel plazo más corto y con los menores trastornosposibles el atraso secular y la miseria, efectuarel paso a la democracia y al socialismo.

2. La experiencia de desarrollo no capitalistade la RPM demuestra que las leyes objetivas ge-nerales de la revolución socialista y de la edifi-cación del socialismo actúan también en los paí-ses atrasados. Pero se sobrentiende que en cadauno de los países que marchan hacia el socialis-mo desde las formaciones socio—económicas pre-burguesas estas leyes tienen una manifestaciónoriginal, en dependencia de las condiciones espe-cíficas del país dado.

3. La experiencia de la RPM ha demostrado quelas tareas de la liberación nacional y social delos pueblos y de la construcción de la nueva so-

ciedad pueden ser felizmente resueltas sólo acondición de que existan una alianza y una soli-daridad firmes con el movimiento obrero inter-nacional, en primer lugar una colaboración estre-cha con la Unión Soviética.

4. La experiencia de la RPM permite, finalmen-te, sacar la conclusión de que, en los países débil-mente desarrollados, los partidos democrático-revolucionarios del campesinado y de la intelec-tualidad con él ligada, a través del estrecho con-tacto y de la colaboración con el movimiento co-munista internacional, pueden abrazar las ideasdel socialismo científico y convertirse en la van-guardia marxista—leninista de las masas trabaja-doras en la lucha por el socialismo.

En la segunda parte del programa se definenlas tareas del PRPM para concluir la construccióndel socialismo en Mongolia.

«La tarea principal del PRPM en el período deculminación de la edificación del socialismo enla RPM —se dice en el programa— consiste enobtener el mayor desarrollo de las fuerzas pro-ductivas de la sociedad socialista a base de loslogros del progreso científico—técnico moderno,asegurar altos ritmos de crecimiento del poten-cial económico del país y de elevación de la cul-tura socialista, perfeccionar las relaciones socia-les socialistas, fortalecer la educación comunistade los trabajadores y conseguir, sobre esta basela elevación constante del bienestar material ydel nivel cultural del pueblo.

El problema económico central de este períodoestriba en dar cima a la creación del complejoóptimo de la base material y técnica del socia-lismo mediante la continuada industrializacióndel país, la mecanización de la economía agro-pecuaria y la elevación del nivel de equipamientotécnico de todas las ramas de la economía na-cional.

El Partido se propone la finalidad de convertira la RPM, en un futuro no lejano, en un país in-dustrial—agrario que disponga de una estructuraracional de la Industria extractiva y manufactu-rera y logre una acertada y fecunda coordinaciónde las ramas fundamentales de la economía so-cialista.»

Como resultado de la industrialización reali-zada en el país crece incesantemente el peso re-lativo de la producción industrial en la economíanacional. No obstante, en el volumen del productoneto, la industria queda todavía bastante a lazaga de la agricultura. Serán necesarios aún unostres quinquenios para que la industria proporcio-ne más de la mitad de la renta nacional creadapor la industria y la economía agropecuaria, esdecir, para que la RPM se convierta en país in-dustrial—agrario.

En los tres capítulos de esta parte del progra-ma se concretan las tareas para el desarrollo dela base material y técnica del socialismo, paraelevar el bienestar de los trabajadores, para in-tensificar la edificación cultural, para el perfec-cionamiento de las relaciones^ sociales socialistasy de la dirección de la economía, al mismo tiem-

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60 EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

po que se indican los caminos y medios para rea-lizar estas tareas.

En la tercera y última parte del programa seespecifica la línea del Partido en política exteriory sus tareas internacionales. En su política exte-rior el PRPM parte de los principios del marxis-mo—leninismo, parte de la necesidad de asegurarcondiciones pacíficas para la construcción delsocialismo y el comunismo, de la necesidad defortalecer la unidad, la amistad y la colaboracióncon los países del sistema socialista mundial, deapoyar al movimiento de liberación nacional delos pueblos y a la lucha revolucionaria de la claseobrera de los países capitalistas, de cohesionara todas las fuerzas revolucionarias de nuestraépoca, de conservar y fortalecer la paz en todo elmundo y la seguridad de los pueblos.

En el programa se ha dedicado gran atenciónal fortalecimiento de la unidad y al desarrollo dela colaboración entre los países socialistas, en locual está vitalmente interesada la RPM.

«La RPM sólo puede avanzar con éxito hacia lavictoria total del socialismo —se dice en el pro-grama— en apretada alianza y amistad con lospaíses del campo socialista...

El Partido sigue la norma invariable de que lasleyes objetivas del desarrollo de la sociedad so-cialistr exigen fortalecer por todos los medios launidad del sistema mundial del socialismo a basedel internacionalismo socialista, lo cual es condi-ción indispensable para el rápido progreso de to-dos y cada uno de los Estados que forman partedel sistema; de que la unidad fraternal y la co-operación entre los pueblos responden a lossupremos intereses nacionales de cada país.»

En el programa se indica con claridad y preci-sión que partiendo de esto el PRPM considera susagrado deber y obligación internacionalista ladefensa resuelta y el fortalecimiento constante dela indestructible y fraternal amistad y unidad conlos pueblos de la Unión Soviética y de otros paí-ses socialistas, la cohesión de los pueblos del sis-tema mundial del socialismo. El Partido está con-tra el rumbo antimarxista que conduce a minar launidad de los países socialistas, a contraponer unpueblo a otro, al aislamiento de los países herma-nos, se pronuncia contra toda actuación capazde inferir daño a la amistad sagrada de los pue-blos de los países socialistas.

En el programa se subraya que el PRPM contri-buirá con toda su actividad al proceso históriconatural de cohesión omnilateral de los pueblos delos países socialistas, al acercamiento de sus eco-nomías, al mutuo enriquecimiento de sus cultu-ras, y luchará contra el egoísmo nacional y lapropaganda de exclusivismos nacionales.

El supremo deber internacional del Partido, co-n»o parte inseparable del movimiento comunistay obrero mundial, es la lucha por la firme con-solidación de la unidad y la cohesión de las filasdel movimiento comunista internacional, la consecuente aplicación de su línea general, la obser-vancia rigurosa de las determinaciones y conclu-siones elaboradas conjuntamente por los partidoshermanos acerca de las tareas comunes en la lu-

cha contra el imperialismo, por la paz, la demo-cracia y el socialismo. «El Partido considerasu deber más importante —se dice en el progra-ma— desarrollar por todos los medios las relacio-nes fraternales de amistad, colaboración, ayuda yapoyo mutuos con los otros partidos comunistasy obreros, coordinar con ellos y otras fuerzas re-volucionarias sus actividades para la lucha con-junta contra el imperialismo, por los intereses delos trabajadores...»

El programa termina señalando la necesidadde elevar decididamente el papel dirigente yorientador del Partido en todas las esferas de lavida social, a fin de poder cumplir felizmente lagran tarea de la edificación de una sociedad so-cialista desarrollada, lo que constituye el conte-nido fundamental del cuarto programa del PRPM.

NUEVO PLAN QUINQUENALDE DESARROLLO DE LA RPM

En el XV Congreso del PRPM fueron aprobadaslas directivas para el IV plan quinquenal de des-arrollo económico y cultural de la RPM en losaños 1966—1970. El cumplimiento satisfactorio deeste nuevo plan quinquenal es una etapa impor-tante en la realización de la tarea principal delPartido para el período en que ha de culminar laconstrucción del socialismo, de acuerdo con elnuevo programa.

El Congreso hizo el balance de la enorme acti-vidad creadora del Partido y de todo el pueblomongol en el período que se examinaba y con-signó que, al cumplir el tercer plan quinquenal,nuestro país ha dado un gran paso en la creaciónde la base material y técnica del socialismo. Du-rante el tercer quinquenio los fondos básicos deproducción en la industria aumentaron en el 90%,y en la agricultura en el 120%; la producciónglobal de ambas ramas se incrementó respectiva-mente en 60 y 20%. La renta nacional del paísaumentó en los cinco años aproximadamente enun 30%.

Se ha rebasado el cumplimiento del plan quin-quenal en cuanto al aumento de la ganadería. Lacantidad total del gana,'do existente hoy es de23,8 millones de cabezas.

En el desarrollo de la industria se han logradograndes éxitos. La tasa de crecimiento medioanual de la producción industrial fue del 10,5%.La productividad del trabajo en la industria seelevó en 25%. Durante los cinco años se hanconstruido y puesto en funcionamiento más de 90nuevas empresas industriales y talleres. Comoconsecuencia de haberse conseguido ritmos supe-riores de desarrollo de la industria del combus-tible y energética, el potencial electroenergéticoha aumentado en el 190%; el potencial de la in-dustria hullera, en el 150%. Esto ha permitidoreforzar considerablemente la base de combusti-bles y energética en la economía nacional, obtenercambios eficientes en la estructura sectorial de laproducción industrial.

En el tercer quinquenio se ha desarrollado conéxito la construcción de un nuevo complejo in-

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS 61dustrial en la región de Darján, que está llamadoa jugar un importante papel en el aceleramientodel desarrollo industrial del país. En Darján hansido ya construidas una central termoeléctricacon una potencia de 48.000 kilovatios, una plantade materiales de construcción, una mina de car-bón en Sharingol, se está terminando la construc-ción de una fábrica de cemento y otra para laproducción de ladrillos silícicos. El complejo deDarján se construye con la ayuda de la UniónSoviética, Checoslovaquia y Polonia, con el es-fuerzo conjunto de especialistas y obreros sovié-ticos, checoslovacos, polacos y mongoles. Darjánes símbolo de la amistad internacional y de lacooperación económica entre pueblos hermanos.

En 1966—1970 la economía de la RepúblicaPopular Mongola se alzará a un nuevo escalónde su desarrollo. La principal tarea económicadel nuevo plan quinquenal consiste en asegurarun considerable ascenso de la agricultura, la in-dustria y otras ramas de la economía mediantela ampliación y el fortalecimiento de su basematerial y técnica, la subsiguiente industrializa-ción del país, el aumento de la productividad deltrabajo y la eficiente utilización de los fondos deproducción. Sobre esta base se elevará indeclina-blemente el bienestar material del pueblo y sunivel cultural.

El cuarto plan quinquenal proyecta un aumentoaproximado del 30% en la renta nacional, el in-cremento de la producción agropecuaria en 38—40% y de la producción industrial en 70—80%.Los fondos básicos de producción aumentarán enel conjunto de la economía nacional en el 63%(80% en la industria y 140 % en la agricultura).

El Congreso determinó las principales direccio-nes del desarrollo de las ramas fundamentalesde la economía. La tarea fundamental en la agri-cultura consiste en elevar considerablemente laproducción agropecuaria, aumentar el número decabezas de ganado e incrementar su rendimiento,ampliar la superficie de siembra y acrecentar laproductividad por hectárea en los cultivos fun-damentales. Se calcula aumentar la producciónde carne y de leche en 50%; la de cereales, en40%; la de patatas, en 190% y así sucesivamente.Durante el quinquenio será fortalecida sustancial-mente la base material y técnica de la producciónagropecuaria. Con este fin se dedica para el des-arrollo de esta rama el 30% de todas las inver-siones básicas, o sea dos veces más que en elquinquenio anterior.

En la industria la tarea principal será la defortalecer y ampliar decididamente la base decombustibles y energética, asegurar el rápido in-cremento de la producción de materiales de cons-trucción, acelerar el desarrollo de las ramas máseficientes de las industrias ligera y de la alimen-tación, elevar la eficiencia de la producción ymejorar la calidad de lo producido. En 1970 laproducción de energía eléctrica aumentará enmás del 90% en comparación con la de 1965; laextracción "de carbón, aproximadamente en eldoble; la producción de ladrillos, en 150%; de pie-zas de hormigón armado en más del doble, etc.

En este quinquenio aumentará en el 160% la efi-ciencia de las inversiones en la industria.

El nivel de vida de la población se elevaráconsiderablemente. Así, por ejemplo, los ingre-sos reales por habitante aumentarán en 16—17%;los ingresos en metálico de los miembros de lascooperativas procedentes de la economía colec-tiva, en 60%; el fondo de salarios de los obrerosy empleados, en 30% aproximadamente; la cuan-tía de las pensiones de vejez, no menos del 20%.

El Congreso prestó gran atención a un proble-ma tan importante y específico para la RPM comoes el de garantizar la mano de obra necesariaa las distintas ramas de la economía. En lascondiciones de nuestro país, donde se siente unaacentuada falta de mano de obra, constituye unatarea estatal económica y política de primerorden la utilización más completa y racional delas reservas laborales, así como la organizacióncientífica del trabajo. En el nuevo plan quinque-nal se ha programado aumentar los recursos la-borales para 1970 en un 10% con relación a 1965(el número de trabajadores ocupados en la pro-ducción material aumentará no menos del 12%).

La solución de esta tarea exige grandes esfuer-zos del Partido y de los organismos económicos.Se logrará mediante un mejor equipamiento téc-nico de las ramas de la economía, la mecanizacióny especialmente la automatización de los proce-sos de producción, el perfeccionamiento constan-te de la organización del trabajo, la preparaciónplanificada de cuadros calificados, etc.

El Congreso también dedicó seria atención alas cuestiones tocantes al perfeccionamiento delos métodos socialistas de administración y delsistema de dirección económica. Se reconoció lanecesidad de elaborar y aplicar en los próximosaños medidas en este orden. El Congreso reco-mendó estudiar cuidadosamente las experienciasde la Unión Soviética y otros países socialistasy utilizarlas de forma creadora en las condicio-nes de la RPM. La orientación fundamental paraello será la combinación de la dirección estatalcentralizada de la economía con el desarrollo dela iniciativa de las empresas y colectividadeslaborales y con la elevación de la responsabilidadde éstas por los resultados de su trabajo, el re-forzamiento de los estímulos materiales a la pro-ducción, la eficiente utilización de resortes eco-nómicos tales como el precio, el beneficio y lospremios. La necesidad de perfeccionar el sistemade administración socialista es generada, de unaparte, por el impetuoso desarrollo de las fuerzasproductivas del socialismo y, de otra parte, por laexigencia de la plena utilización de las ventajasde la economía socialista.

El Congreso analizó con sentido práctico loséxitos y deficiencias habidos en el trabajo de di-ferentes ramas de "la economía y en su direcciónpor parte de los organismos estatales y del Par-tido. Y señaló las vías para subsanar las deficien-cias descubiertas, expresando además la seguri-dad de que los militantes del Partido y todos lostrabajadores de la RPM harán todo lo que esté

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a sunal.

EN I.OS PABTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

alcance para cumplir el nuevo plan quinque-

EAJO LA BANDERA DELINTERNACIONALISMO PROLETARIO

En el XV Congreso del PRPM se ha demostradouna vez más la solidaridad internacional de loscomunistas, guiados por un mismo ideal, en lalucha por el triunfo de los principios del socia-lismo y el comunismo, por la paz contra nuestroenemigo común, el imperialismo. La presencia enel Congreso de delegados de fraternales partidoscomunistas, obreros y democrático—revoluciona-rios de 39 países del mundo es una nueva muestradel apoyo a la política de nuestro Partido porparte del movimiento comunista y revolucionariointernacional.

En sus intervenciones ante el Congreso, todoslos representantes de estos partidos expresaronla coincidencia de sus puntos de vista con la po-sición del PRPM en las cuestiones fundamentalesdel movimiento revolucionario mundial y de lasituación internacional en la etapa actual, segúnhabían sido expuestas en el nuevo programa delPartido, en el informe del CC y en otros documen-tos del Congreso. Los representantes de partidoshermanos manifestaron su apoyo a la políticaexterior e interna del PRPM, subrayaron la im-portancia de la experiencia de la construccióndel socialismo en la RPM para los jóvenes Esta-dos nacionales, así como la aportación del PRPMa la teoría y la práctica de la vía no capitalistade desarrollo.

El Congreso constituyó una nueva y brillantedemostración de la amistad inquebrantable y lafirme unidad del Partido Revolucionario Popularde Mongolia y el Partido Comunista de la UniónSoviética, de los pueblos mongol y soviético. «Lapiedra angular de la política exterior de nuestroPartido y de nuestro Gobierno —dijo Y. Tseden-bal en el Congreso— ha sido y continúa siendoel fortalecimiento y desarrollo constantes de laamistad inquebrantable y la colaboración estrechade la RPM con la Unión Soviética y otros paisessocialistas, la defensa y consolidación de la uni-dad de los Estados de la comunidad socialista yde la cohesión del movimiento comunista y obre-ro internacional.» El Congreso ha confirmadoplenamente que esta línea expresa la voluntadde todo el Partido y de todo el pueblo mongol.

Según la opinión del Congreso, los éxitos delmovimiento revolucionario mundial serían consi-derablemente mayores si la unidad de acción delas principales fuerzas revolucionarias de nuestrotiempo contra el enemigo común no tropezaracon las dificultades creadas por las discrepanciasen nuestro movimiento. En cuanto a la superaciónde estas discrepancias, el PRPM mantiene la mis-ma posición que el PCUS y otros partidos marxis-tas—leninistas y se pronuncia por la convocaciónen el momento apropiado de una conferencia in-ternacional de todos los partidos comunistas yobreros para examinar los problemas maduros denuestro movimiento y las cuestiones concernien-

tes al fortalecimiento de su unidad, para concor-dar la táctica y la estrategia del movimiento re-volucionario.

El Partido Revolucionario Popular de Mongolia,al igual que la aplastante mayoría de los partidoscomunistas y obreros del mundo, ha hecho y con-tinuará haciendo todo cuanto sea posible parasuperar las divergencias surgidas en el movi-miento comunista mundial y restablecer y conso-lidar la unidad monolítica de los comunistasde todos los países, sobre la base de los principiosdel marxismo—leninismo.

El XV Congreso ha expresado su solidaridadfraternal con el pueblo vietnamita, que sostieneuna lucha heroica contra la bárbara agresión delimperialismo norteamericano. El camarada Y.Tsedenbal dijo en el Congreso que la prestaciónde una ayuda coordinada y eficiente al pueblo deVietnam es hoy la primerísima obligación inter-nacional de los países socialistas y los partidoscomunistas, el criterio para probar la fidelidadde todos los destacamentos de nuestro movimien-to a los principios del internacionalismo prole-rio en la lucha común contra el imperialismo.Estas palabras fueron acogidas por los delegadosal Congreso y los representantes de los partidoshermanos con gran entusiasmo y vivas muestrasde aprobación.

El Congreso escuchó con ardiente simpatía yentusiasmo las intervenciones del jefe de la dele-gación del Partido de los Trabajadores de Viet-nam y del representante del Frente Nacional deLiberación de Vietnam del Sur.

El Congreso aprobó una declaración especialen apoyo de la lucha del pueblo vietnamita contrala agresión norteamericana. La declaración con-dena la agresión de EE.UU. contra el pueblo deVietnam y la califica como el más grave crimencontra la libertad e independencia, la paz y laseguridad de los pueblos. En la declaración seexpresa la seguridad de que los agresores yan-quis no conseguirán jamás poner de rodillas alos vietnamitas, de que la justa lucha del heroicopueblo de Vietnam será coronada con la completavictoria. «El XV Congreso del PRPM —se diceen este documento— declara que el Partido ytodo el pueblo mongol, cumpliendo su deber in-ternacional, continuarán prestando al pueblo her-mano de Vietnam el máximo apoyo y toda laayuda que esté a su alcance en su sagrada luchacontra los agresores norteamericanos.»

El XV Congreso del PRPM aprobó también uná-nimemente la línea del Comité Central en otrosproblemas internacionales de actualidad. El Con-greso declaró que el PRPM ha de continuar li-brando una lucha consecuente por el manteni-miento y la consolidación de la paz universal,contra los designios agresivos de la reacción im-perialista en Asia y en el mundo entero, ha deseguir apoyando decididamente la justa lucha delhermano pueblo coreano por la evacuación de lastropas norteamericanas de Corea del Sur y porla reunificación de su patria sobre principiosdemocráticos y pacíficos, hará su aportación a lalucha por la liquidación definitiva del colonialis-

EN IOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS63

mo en todas sus formas y manifestaciones, por laaplicación de medidas que posibiliten el desarmegeneral y completo, por la consecución de unacuerdo que prohiba las armas nucleares, etc.

El Congreso declaró que el PRPM, como uno delos destacamentos combativos del movimiento co-

munista mundial, tiene plena conciencia de sudeber internacionalista y pone por encima detodo la gran causa del socialismo y el comunismo.El PRPM luchará por el triunfo de esta gran causaen estrecha unión con los partidos marxistas—le-ninistas hermanos. Tserevün DAVAGSUREW

La colaboración entre las fuerzasdemocráticas de Finlandia

Durante el último tiempo se han operado no-tables cambios en la vida política de Finlandia.Tras una evolución relativamente prolongada seha creado una nueva situación política. A ello hancontribuido los cambios habidos en la arena inter-nacional y —en'no menor grado— la línea gene-ral del movimiento comunista mundial, la cual hadesarmado a las fuerzas anticomunistas.

A lo largo de todo el período de posguerra elnúmero de partidarios de la Unión Democráticadel Pueblo de Finlandia (UDPF), cuya fuerzaprincipal es el Partido Comunista, no ha variado.Por ella ha venido votando invariablemente del20 al 30% de los electores. En los años 1945—1948 participamos en el Gobierno junto con elPartido Socialdemócrata de Finlandia (PSF) y laUnión Agraria. Estas tres agrupaciones políticashan sido siempre las más importantes del país.

En 1948, cuando fuimos apartados de la direc-ción del país, se formó un Gobierno compuestoexclusivamente por socialdemócratas. Sin embar-go, muy pronto los socialdemócratas comenzarona colaborar en el Gobierno con la Unión Agraria.Esta colaboración se prolongó hasta 1959, en querazones de política exterior obligaron el PSF apasar a la oposición.

Desde 1954 aplicamos firme y consecuentemen-te una política orientada a establecer la colabora-ción y la unidad de acción con los socialdemócra-tas. En 1954, el Comité Central de nuestro Partidohizo público un llamamiento sobre la unidad deacción, en el que proclamábamos nuestra disposi-ción a conseguir la colaboración con los social-demócratas para realizar una política ajustadaa los intereses de los trabajadores. Esta aspira-ción nuestra tuvo un amplio eco particularmenteen las organizaciones sindicales y en las empre-sas, donde crecía el descontento por la políticagubernamental de los socialdemócratas, que res-pondía a los intereses del gran capital y se tra-dujo en el alza de los precios y en la congelaciónde los salarios. Semejante política desembocó enla huelga general de 1956. Esta huelga, demostra-ción de la unidad de la clase obrera, provocó lainquietud de las derechas e indujo a que se unie-ran todas las fuerzas anticomunistas y reacciona-rias. La huelga dio origen también a la escisióndel Partido Socialdemócrata.

En 1957, el líder de los socialdemócratas dederecha, Tanner, en su tiempo juzgado como cri-

minal de guerra, fue reelegido presidente delPSF. Era conocido como adversario de las buenasrelaciones de vecindad de Finlandia con la UniónSoviética.

Un año después la UDPF obtuvo una conside-rable victoria en las elecciones parlamentarias alconquistar 50 escaños de 200. La minoría parla-mentaria Socialdemócrata de dividió, formándoseun grupo Socialdemócrata de oposición, que sirvióde base para constituir al poco tiempo un partidoindependiente.

En el Parlamento electo en 1958 los partidosobreros tenían la mayoría. Mas la dirección delPSF, encabezada por Tanner, consideraba queesta mayoría no le reportaba ninguna utilidad,puesto que el PSF no podía colaborar con los co-munistas. Frente a esa miope posición anticomu-nista de los dirigentes del PSF nosotros seguimosuna política de unidad de acción entre las masastrabajadoras, política que tuvo una gran reper-cusión entre los socialdemócratas de la base.

Los elementos derechistas del movimiento sin-dical y la dirección del PSF procuraron impedirel crecimiento de la influencia de los comunistas,aislarlos y escindir el movimiento sindical. En1960 se formó una nueva central sindical, quecontó con el apoyo abierto del gran capital. Tam-bién obtuvo el respaldo de todas las centralessindicales europeooccidentales dirigidas por lossocialdemócratas y de los dirigentes de la Con-federación Internacional de Organizaciones Sin-dicales Libres. Sin embargo, esa organizaciónescisionista no tuvo un gran apoyo de los obrerosindustriales y de la construcción. Se constituyócon estrechos fines partidistas y anticomunistas.

Por último, en 1961, la dirección del PSF, juntocon la burguesía ultraderechista, hizo un intentodesesperado para cambiar el curso de la políticainterior y exterior y conducirla por el rumbo delos años treinta. En vísperas de las eleccionespresidenciales de 1962 formaron un bloque elec-toral con miras a reemplazar al Presidente Kek-konen por un candidato de extrema derecha. Esteintento terminó en un completo fracaso. Los so-cialdemócratas fueron también derrotados en laselecciones generales.

En fin de cuentas, todas estas maniobras susci-taron en el PSF una fuerte crítica. El Congreso de1963 del PSF introdujo cambios en la direccióndel partido. Eligió a un nuevo presidente. El PSF

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EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

y su minoría parlamentaria revisaron su política.Comenzaron a atacar la política del Gobiernoburgués. El PSF también revisó gradualmente sulínea de política exterior, haciendo declaraciones•oficiales en pro del desarrollo de buenas relacio-nes, basadas en la confianza, entre Finlandia y laUnión Soviética.

Tal es la historia de los intentos del PSF demarchar por el camino del anticomunismo. Esuna historia aleccionadora para todas las fuerzaspolíticas de Finlandia y para la Clase obrera.

¿Cuál es la situación actual?Los socialdemócratas obtuvieron una importan-

te victoria en las elecciones parlamentarias demarzo pasado y el PSF se ha erigido en el partidopolítico más fuerte del país. Al mismo tiempo, lospartidos obreros en su conjunto tienen en el Par-lamento la mayoría (103 actas). Esto no lo desea-ban los socialdemócratas de derecha, que, enconsecuencia, se encuentran en una situaciónembarazosa. Ha surgido la probabilidad de unacolaboración fructífera sin la burguesía.

A lo largo de la campaña electoral subrayamosla necesidad de la colaboración entre los partidosobreros. El objetivo que perseguíamos era que es-tos partidos obtuvieran una mayoría animada deun espíritu de cooperación. Hemos remarcadoconstantemente que por otro camino no se puedealcanzar un cambio de política favorable para laclase obrera. Ciertas personalidades influyentes•del PSF son del mismo parecer. Vaine Leskinen,que antes era conocido como anticomunista y enel Congreso de 1963 no fue elegido a la direccióndel PSF, en víspera de las elecciones intervinoabiertamente en favor de la colaboración entresocialdemócratas y comunistas. Sigue teniendoun gran influjo, sobre todo entre los miembrosjóvenes del PSF y los estudiantes. Como otrosmuchos dirigentes socialdemócratas, considera queel PSF tendría que evitar los errores de losaños cincuenta y que hace falta elaborar unanueva línea política, lo cual es posible sólo abase de la colaboración con los comunistas.

Se supone que por lo menos el 80% de losmiembros del PSF tienen la opinión de que lossocialdemócratas deben colaborar con los comu-nistas en el Gobierno. La mayoría de los militan-tes de la Unión Agraria (el actual Partido delCentro) también se inclinan a favor de este cri-terio.

Después de largas negociaciones, a finales demayo se formó el nuevo Gobierno. Los demó-cratas populares no obtuvieron en él el número de•carteras que les corresponde según el porcen-taje de sufragios obtenidos en las elecciones. LaUDPF debería tener cuatro ministerios en lugarde tres. Sin embargo, lo más escabroso fue laaceptación por el Gobierno de un programa satis-factorio. Se puede decir que, a excepción de lapolítica agraria, el programa gubernamental res-ponde a los intereses de la clase obrera y de lamayoría del pueblo, tanto en política interior co-mo exterior.

Mucho más peliagudos son los problemas conque se enfrenta la economía nacional, que atra-

viesa grandes dificultades debido a la política quese ha venido practicando durante largo tiempocon el respaldo de los monopolios capitalistas. Ellogro del equilibrio de la economía exige, en pri-mer lugar, que aumenten los ingresos, puesto quelas posibilidades de reducir los gastos son limita-das. Los gastos militares de Finlandia son rela-tivamente pequeños y, por consiguiente, en estecapítulo no existen grandes posibilidades para elequilibrio de la economía nacional. A fin deacrecentar los ingresos el Gobierno tiende, basán-dose en su programa, a lograr los medios im-prescindibles sacándolos sobre todo de las gran-des compañías y de los grupos de la poblaciónque obtienen rentas elevadas.

En síntesis, nuestras tareas son las siguientes:una golítica exterior basada en la coexistenciapacífica; mantenimiento y robustecimiento de lasrelaciones de buena vecindad entre Finlandia yla Unión Soviética, así como también una políticaactiva de mantenimiento de la paz; evitar eldesempleo; acelerar el desarrollo económico, an-te todo ampliando e impulsando en todos los sen-tidos la industria administrada por el Gobierno;intensificación de la construcción de viviendas;equilibrio de la balanza comercial exterior; impe-dir el alza de los precios; mejorar los seguros so-ciales; justo sistema de impuestos; reformaescolar.

El XIV Congreso del Partido Comunista de Fin-landia, celebrado entre finales de enero y co-mienzos de febrero de este año, aprobó el pro-grama económico—político del Partido para el pe-ríodo inmediato. Las tareas fundamentales delprograma son:

«Al predominio monopolista y a los programaseconómicos del gran capital, nuestro Partido con-trapone sus propuestas llamadas a crear una eco-nomía floreciente con base nacional.

En este sentido, el punto de partida consiste enlas siguientes exigencias fundamentales:

1. El Parlamento debe ejercer, tanto directacomo indirectamente, el control democrático so-bre la economía, compaginándolo con una in-tervención eficiente de los obreros en la direcciónde las empresas y con una auténtica participaciónde los campesinos en la actividad de las coopera-tivas y en la gestión de las mismas.

2. El sector estatal en la industria hay queampliarlo construyendo nuevas empresas públicasy nacionalizando ciertas empresas monopolistas.Las empresas estatales deben desempeñar el pa-pel rector en el desarrollo económico.

3. Se tiene que aplicar el control antimonopolistasobre los precios, las inversiones de capital y losimpuestos a fin de incrementar las acumulacionesestatales imprescindibles para la expansión eco-nómica.

4. La revolución científico—técnica requiere laampliación de las investigaciones científicas, laelevación del nivel de preparación de los especia-listas, el crecimiento del capital fijo y la amplia-ción de las empresas productoras.

5. Para elevar la economía nacional al nivelmoderno se precisan medidas eficaces que asegu-

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ren el pleno empleo en las empresas existentes ycreen nuevas posibilidades para obtener trabajo.

La vía más eficaz en esta dirección es la in-dustrialización. Paralelamente a la industrializa-ción reviste gran alcance la adopción de impor-tantes medidas en la construcción de obras hidro-técnicas, de caminos, de sistemas de riego y deviviendas. En la agricultura también hay posibili-dades no aprovechadas todavía para frenar eldesempleo.

6. El Estado deberá tomar medidas contra elaumento del influjo del capital extranjero en laeconomía finlandesa.

7. Asimismo hay que aprovechar en interés deldesarrollo de la economía nacional las posibili-dades empresariales del capital privado no mono-polista.

8. Es necesario coadyuvar al desarrollo de laplanificación social y elaborar, a base de las in-vestigaciones pertinentes, un plan general de des-arrollo de nuestro país.»

El programa económico—político del PCF con-tiene muchas propuestas concretas, entre otrasen orden a las industrias metalúrgica, química,maderera y energética. El programa recomiendacrear una fábrica de automóviles, construir unacentral eléctrica atómica, mejorar la calidad delos artículos en algunas de las empresas de laindustria maderera, ofrece la metas que debieraalcanzar la construcción de viviendas para losaños 1966—1975, etc.

El programa enuncia también la exigencia detransformar la administración a fin de aseguraruna participación más eficaz del Estado en laplanificación y dirección de la economía.

Desde hace un año aproximadamente venimossosteniendo conversaciones con los socialjdemó-cratas para restablecer la unidad orgánica delmovimiento sindical. Exigimos que cese la discri-minación en relación a los comunistas, reclama-mos la representación paritaria y métodos de-mocráticos de acción. Después de las eleccionesha mejorado la comprensión mutua y las fuerzassocialdemócratas en el movimiento sindical tie-nen cada vez más en cuenta nuestros puntos devista. El Congreso de la veterana Unión Centralde Sindicatos de Finlandia (UCSF) (a la queapoyamos contra los escisionistas), celebrado afinales de junio y comienzos de julio de este año,fue un gran acontecimiento.

Hasta esas fechas, de los 17 miembros que componían el Comité Ejecutivo de la UCSF sólo tres

eran comunistas. Nos pusimos de acuerdo con lossocialdemócratas, que acogieron favorablementela colaboración con nosotros, sobre el aumentodel número de comunistas en el Comité Ejecutivo.Esto se consiguió en las elecciones, que dieroncomo resultado el relevo de ambos presidentes dela UCSF por otros dos. Como primer presidentesalió elegido el socialdemócrata Niilo Hiamialai-nen y como segundo el comunista Arvo Hautala.Los anteriores presidentes pertenecían a la UniónSocialdemócrata de Obreros y Pequeños Agricul-tores (USOPA). Como segundo secretario de laUCSF fue elegido también un comunista. Exceptola elección para la presidencia, todas las demásdecisiones fueron adoptadas por unanimidad.

Por tanto, podemos señalar que en el movimien-to socialdemócrata se han producido cambios deconsideración. Las posiciones de los anticomunis-tas se han debilitado. La situación actual abrenuevas perspectivas a la lucha por los interesesde los trabajadores, por la ampliación de la demo-cracia, por el mantenimiento de la paz y por elsocialismo.

La experiencia de casi veinte años muestra queel anticomunismo y la alianza que de él se des-prende con los partidos burgueses llevan tardeo temprano a los socialdemócratas a la derrota,a la reducción del número de sus partidarios y ala escisión en sus propias filas. Esto induce a lossocialdemócratas a revisar una vez más su líneapolítica y su actitud hacia los partidos comunistas.Nuestra tarea estriba en cuidar de que la colabo-ración iniciada con los socialdemócratas se robus-tezca y se desarrolle hasta transformarse en unalucha común por los objetivos socialistas.

Guiándonos por las decisiones del XIV Congresodel PCF hemos tomado medidas para cambiar elprograma y los estatutos de nuestro Partido encorrespondencia con los cambios que se han ope-rado en las condiciones y en las exigencias. Pro-curamos establecer de la manera más exacta po-sible nuestra posición en relación a las vigentesinstituciones democráticas, al sistema pluriparti-dista, así como también a las libertades civilesgenerales durante la transición al socialismo ycuando éste haya triunfado.

Estamos seguros de que esta actividad acrecen-tará las fuerzas socialistas y habrá de contribuira que colaboren entre sí en nuestro país, dondeexisten premisas objetivas muy favorables parael paso a las transformaciones socialistas.

Aarne SAARINEN

La democracia socialista en acciónExperiencias de la organización del Partido de la región de Wroclaw.

LA EXPERIENCIA DE MUCHOS AÑOS nos en-seña que la victoria del socialismo es posiblesiempre que la construcción socialista se realicebajo la dirección del partido marxista—leninista

y que el Partido cuente con el apoyo activo delas amplias masas trabajadoras. Conserven total-mente su valor las sabias palabras de Lenin: «Unaminoría —el partido— no puede implantar el so-

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66 EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

cialismo. Esta tarea la realizarán decenas de mi-llones de trabajadores, cuando aprendan a ha-cerlo.»!

Esto es lo que guió a la organización del Parti-do Obrero Unificado Polaco en nuestra regiónpara desplegar una amplia labor orgánica y edu-cativa de masas . Nos planteamos un objetivo cla-ro: encarnar los principios de la democracia so-cialista en la actividad diaria. No sólo se tratabade garantizar los tradicionales derechos y liber-tades democráticos, incluida la libertad de expre-sión para los trabajadores. Esto se sobrentiende.Nuestra finalidad principal era asegurar la másamplia participación real de las masas comunis-tas y sin partido en la resolución de todas lastareas planteadas ante la región en el curso dela construcción socialista, asegurar la democra-cia en acción.

En este sentido nuestra organización regionalha acumulado durante los últimos años cierta ex-periencia, perfeccionando y comprobando en lapráctica nuevas y nuevas formas de trabajo y dedirección del Partido. Quisiéramos compartir estaexperiencia con los lectores de REVISTA INTER-NACIONAL.

La realización completa de los principios de lademocracia interna del Partido como importantí-simo medio de reforzar la actividad pública en to-das las esferas de la vida, la compenetración delPartido con el pueblo, la elevación de su prestígio y de su influencia y el constante mejoramien-to de las fraternales relaciones socialistas entrelos hombres constituyeron la orientación funda-mental de nuestro trabajo.

En nuestra labor prestamos mucha atención ala planificación del desarrollo de la organizaciónregional en su conjunto, así como cada una desus organizaciones primarias. ¿Por qué se da tan-ta importancia a esta cuestión? Precisamenteporque trasladamos el centro de gravedad a lalabor del activo del Partido y de las amplias ma-sas comunistas. Esta es la razón de que la com-posición de las organizaciones del Partido y sudesarrollo planificado revistan decisiva impor-tancia. De la composición de nuestras organiza-ciones depende en grado considerable el nivel desu trabajo.

LA PLANIFICACIÓN del desarrollo de la or-ganización del Partido a escala regional y distri-tal se reduce fundamentalmente a regular lacomposición social de la organización, a descu-brir las posibilidades de acción no utilizadas to-davía y las fuentes adicionales de su crecimiento.En este sentido se ha hecho no poco en los últimosaños. Si nos referimos a los índices cuantitativosde crecimiento, debemos señalar que hemos con-seguido resultados considerables. A fines de 1965la organización del Partido estaba integrada por129.266 militantes y candidatos a miembro. Estees el nivel más alto logrado en los últimos diez

1 Obras Completas, t. XXVII pág. 129. Edit. Carta-go, Buenos Aires.

años. Hay que señalar que en comparación con elincremento de la población de Baja Silesia, losíndices de crecimiento de la militancia comunistason considerablemente superiores. Por ejemplo,en 1961—1965 la población mayor de 18 añosaumentó en el 6.8%, mientras'que la organiza-ción regional del Partido creció en ese tiempo enel 47%. Los miembros y candidatos del Partidoascendían en 1961 a cerca del 6,5% de la pobla-ción adulta y en 1965 era ya superior al 9%.

En la organización regional hay gran númerode jóvenes. Por ejemplo, los militantes y candi-datos menores de 29 años constituían en 1965 el23,6% de los efectivos de toda la organización.

La preocupación por el desarrollo planificadode la organización del Partido rinde también fru-tos desde el punto de vista de su composiciónsocial. Si tomamos los datos sobre la composiciónsocial en los últimos tres años, tendremos el si-guiente cuadro:

Grupos socialesPorcentajes por años

'] 1963 I 1964 I 1965

obreros 40,7 42,0 42,5campesinos 8,4 8,5 8,6trabajadores intelectuales 45,5 43,9 43,1otros 5,5 5,6 5,8

Este cuadro muestra que en la composición dela organización del Partido se opera, aunque len-tamente, un incesante incremento del númerode obreros y campesinos. Entre los candidatos ymiembros del Partido recientemente admitidos,particularmente en los dos últimos años, es con-siderable el porcentaje de obreros y campesinos.En muchos distritos se ha elevado a 70.

Hay que señalar que el afán de introducir ele-mentos de planificación en el desarrollo de nues-tra organización no sólo tiene numerosos parti-darios, sino también adversarios. Muchos cama-radas consideran que las tentativas de ejercerun influjo planificador y regulador sobre el des-arrollo y el crecimiento de la organización delPartido son algo artificial que vulnera el procesonormal y natural de su crecimiento. Sin embargo,a juicio nuestro, este enfoque es completamenteerróneo. El Partido, destacamento organizado devanguardia, que además es la vanguardia dirigen-te en nuestra sociedad y en los sectores concre-tos de la construcción socialista, debe estar enconsonancia con las exigencias presentadas a talvanguardia, no sólo por sus fundamentos ideo-lógicos y orgánicos, sino también por su compo-sición.

Esto salta particularmente a la vista cuandose trata de las organizaciones primarias en em-presas e instituciones. Nos parece completamentenatural que la composición de las organizacionesprimarias corresponda aproximadamente a la com-posición de las colectividades de empresas o ins-

EN Í.OS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS 67

tituciones, tanto en el plano laboral como en elsocial. Sería extraño, por ejemplo, que en una fábrica en la que el contingente fundamental fue-sen mujeres, la organización del Partido se com-pusiera predominantemente de hombres, o que laorganización del Partido de una colectividad juveñil estuviera integrada en lo fundamental porcamaradas de edad madura.

El desarrollo planificado en las organizacionesprimarias presupone realizar una labor muy bienpensada y estrictamente individual de recluta-miento de los trabajadores más avanzados y másactivos, teniendo en cuenta las exigencias de quese ha hablado anteriormente. Por ejemplo, en eldistrito de Swidnice cada organización de basetiene un plan de perspectiva de desarrollo propio,orientado a ganar para el Partido a las personasmás avanzadas y que gocen de prestigio y de res-peto en la colectividad. Pero limitarse a estaforma de trabajo equivaldría a reducir un tantola cuestión del desarrollo planificado del Partido.

Consideramos que una parte del plan de desa-rrollo de las organizaciones en las empresas debeconsistir en realizar un análisis de la situaciónreal de las mismas, en el que se tenga en cuentano sólo el estado y la distribución de los cuadros,sino también el grado de influencia del Partidoy la cantidad de comunistas existentes en losdiferentes sectores de trabajo. Este análisis debetomar en consideración la edad de los militantes,su instrucción, su calificación, su grado de cono-cimiento de las tareas de producción y de lasperspectivas de desarrollo de la empresa, la fluc-tuación de los cuadros, la actividad de la Uniónde Juventudes Socialistas y de otras organizacio-nes que deben servir de base para el desarrollodel Partido.

UN GRAN PAPEL en el desarrollo planificadode las organizaciones del Partido Obrero Unifi-cado Polaco corresponde al buen planteamientodel trabajo con los sin partido, especialmente conlos posibles candidatos. En la realización de losplanes de desarrollo es de suma importancia laactiva incorporación de los sin partido a la laborde las organizaciones de base en sus más varia-das formas, comenzando por su participación enlas diferentes conferencias de producción delPartido, en las reuniones abiertas del POUP, enel estudio político, en las consultas conjuntas yen otras medidas ligadas a la puesta en prácticade las decisiones del Partido. Todas estas formasde trabajo con los sin partido son ampliamenteaplicadas en los diversos distritos de nuestra re-gión.

Tiene una gran importancia la aplicación acer-tada de criterios diferenciales al seleccionar y aladmitir en el Partido a camaradas de diferentesgrupos sociales en dependencia del grado de ins-trucción, de su situación social y del lugar queocupen en la producción. En la marcha del tra-bajo de nuestra organización llegamos a la con-clusión de que las exigencias que se formulanpara dar ingreso en el Partido a un ingeniero, aun técnico o a otros trabajadores intelectuales

deben ser considerablemente mayores que las quese presentan a un obrero o a un campesino. Paraun obrero o para un campesino es más difíciltomar la decisión de ingresar en el Partido, yaque aunque su instinto de clase y su posiciónideológica lo aproximan al Partido, lo piensa yvacila más.

Los ingenieros, los técnicos y demás intelectua-les, que con frecuencia ocupan cargos de res-ponsabilidad en la empresa, sienten considerable-mente más estímulos para el ingreso en el Partido. Por esto presentamos exigencias más riguro-sas y elevadas para el ingreso a esta categoríade trabajadores.

CON ESTE MISMO CIRCULO de cuestionesguarda relación la láEor a realizar entre los can-didatos a miembros, labor que consideramos im-portante parte integrante de todo el complejo deproblemas vinculados con el desarrollo planifi-cado de nuestras organizaciones. Estimamos el~eríodo de candidato no como un estadio deprueba y de comprobación del futuro militante,sino fundamentalmente como un estadio de pre-paración del cumplimiento de los complejos y res-ponsables deberes que el Partido impone a susmiembros. La labor con los candidatos se realizapreferentemente de forma centralizada y es or-ganizada por los comités distritales, y en algu-nos casos por los comités de las grandes empre-sas. El proceso de preparación de los candidatoscomprende clases de estudio de los "estatutos ydel programa del POUP, de la historia del movi-miento obrero y de los fundamentos ideológicosde nuestro Partido, cuyo conocimiento profundoes una obligación de cada comunista.

Incorporamos al trabajo con los candidatos alos militantes que los han recomendado. Opina-mos que éstos no sólo deben proponer para elingreso a personas excelentes y honestas, sinoque tienen que responder también del desarrolloideológico y político de sus recomendados. Preci-samente por esto, los comités distritales incorpo-ran ampliamente a los recomendantes a la laborcon los candidatos a miembros. Tratamos de con-seguir que tanto los recomendantes como las or-ganizaciones de base asuman no sólo una res-ponsabilidad formal, sino una responsabilidad realy concreta por cada uno de los camaradas da-dos de alta. Este es un importante elemento deltrabajo de planificación del desarrollo de nues-tras organizaciones.

Tratamos de combinar la planificación del des-arrollo de las organizaciones con un sistema aten-tamente meditado de planificación del trabajo dePartido y de la dirección del mismo en su con-junto. Al hacerlo partimos siempre de que el Par-tido es la fuerza dirigente de nuestra sociedad yresponde todo lo que sucede en cada pueblo odistrito, en la región y en todo el país.

Planificar el trabajo de Partido significa deter-minar las formas, medios y métodos concretos yóptimos que en las condiciones de una organiza-ción dada han de contribuir de la mejor ma-nera a conseguir el fin propuesto. Mas los ob-

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jetivos de una organización del Partido no pue-den ser separados de los objetivos de la empresa,de la institución, del distrito y de la región dondeesta organización actúe.

En lo que respecta a los medios del trabajo dePartido y de la dirección del mismo, hay que sefialar que son distintos a los de la actividad ad-ministrativa o económica. La labor de Partidodebe combinar un enfoque político de cualquieiproblema y un amplio trabajo de organización demasas con el saber llegar al corazón de cada per-sona. En este sentido hablamos del arte del trabajo de Partido y de la vocación por el mismo.Pero no tienen menos importancia la profundiza-ción de los fundamentos científicos del trabajo dePartido y su planificación, que presupone un aná-lisis hondo y múltiple de la verdadera situaciónexistente en la región y en cada distrito, empresao institución. Toda manifestación de subjetivismoes inadmisible no sólo en la labor administrativao económica. Aún lo es más en el trabajo y en ladirección de Partido.

Estas consideraciones son las que nos guían a!planificar la labor de Partido.

La determinación del eslabón fundamental enuna etapa concreta y el saber elegir entre cienproblemas el más palpitante es también una im-portante exigencia en la planificación del traba-jo de Partido.

EN NUESTROS PLANES dedicamos un lugarimportante al trabajo político de masas y a laeducación ideológica.

Los planes de trabajo son elaborados en cadaorganización. En las primarias suelen ser trimestrales o mensuales. Por lo que se refiere a lasorganizaciones distritales y a la regional, en elcorrespondiente pleno se elabora y aprueba elprograma anual, que tiene un carácter complejo.

Tomemos como ejemplo el programa de trabajopara 1966 del comité distrital de Legnica. Fueaprobado en reunión plenaria y en realidad es unplan anual de la labor del comité, de sus órganos,de las organizaciones sociales y del activo afec-tos a dicho comité.

Los planes de las organizaciones de base, a suvez, señalan tareas más detalladas y las formasconcretas de su cumplimiento.

Al planificar la labor de Partido nos esforza-mos por conseguir que los planes no traben lainiciativa creadora y la actividad de la base, sinoque, por el contrario, den el mayor campo deacción posible para su desarrollo. En nuestrasorganizaciones hace ya mucho tiempo que existela tradición de que los militantes participen ac-tivamente en la elaboración de los planes. Enla actualidad no concebimos ninguna medida quese lleve a cabo sin la más amplia intervención delactivo.

A su vez, el activo incorpora a los sin partidoal trabajo y al examen de los problemas plantea-dos. Esta es la base para que el Partido esté só-lidamente ligado a las masas populares. Baste recordar, como ejemplo el sistema de consultas,

que en estos últimos años está alcanzando vastadifusión en nuestras organizaciones. En muchasde ellas hace ya varios años que existen y reali-zan un trabajo activo grupos que preparan cues-tiones para ser debatidas en las asambleas. Estosgrupos, integrados por dos o tres comunistas, re-ciben de tiempo en tiempo del secretario del co-mité o directamente de éste tareas concretas:conversar con la gente, aclarar qué opinión existesobre uno u otro problema, qué proposicionesconcretas se presentan y qué formas de resolverla cuestión se proponen. Se eligen temas de con-sultas completamente concretos y que preocupena la colectividad. Cada uno de estos grupos (enalgunas grandes organizaciones existen varias de-cenas) realiza su labor con un determinado cír-culo de colaboradores, discutiendo con ellos lacuestión planteada y las distintas variantes de susolución. En fin de cuentas se elaboran puntos devista y proposiciones comunes.

En muchos casos estos grupos examinan conlos sin partido incluso cuestiones como las can-didaturas par^ los órganos del Partido y averi-guan hasta qué punto están de acuerdo los sinpartido con estas o aquellas candidaturas y laconfianza que sienten hacia ellas. Esta prácticada buenos resultados, por ejemplo, en la fábricade vagones Pafawag, una de las empresas másimportantes de Wroclaw y de su región.

EN LA PREPARACIÓN de las sesiones plenarías del comité regional o de los comités distrita-les, el sistema de consultas se expresa sobre todoen la preparación colectiva de los materiales ana-líticos para las reuniones del buró o del pleno.A veces las comisiones sociales de problemas,junto con el activo, invierten en este trabajo varías semanas, e incluso meses, incorporando a é!no sólo a nutridos núcleos del activo, sino tam-bién a especialistas sin partido. Por ejemplo, elpleno del Comité Regional consagrado a las cues-tiones de la construcción fue preparado a lo lar-go de cuatro meses. El pleno del Comité Regionalque se realizó este año, con participación de re-presentantes del Partido Campesino Unificado ydel Partido Democrático, para examinar la laborde los Consejos Populares, fue preparado durantemás de seis meses. En el curso de su preparaciónse celebraron asambleas sindicales y tuvieron lu-gar discusiones en las empresas, encuentros conla población, etc. Como fruto de esto, en cadadistrito, ciudad y pueblo fue trazado un programacomún que recogía las recomendaciones y pro-puestas formuladas en el proceso de los debates.Además, entre las localidades y los distritos tomócuerpo una emulación para hacer la máximaaportación social a la urbanización de ciudadesy pueblos. De esta forma la preparación de unacuestión con vista a su examen en el pleno sirvióde acicate para un amplio movimiento popular.

La planificación d e l trabajo de Partido deacuerdo con las necesidades y las particularida-des de tal o cual organización, empresa, ciudado distrito contribuye a desarrollar más amplia-

EN LOS PARTIDOS COMUNISTAS V OBREROS 69

mente la iniciativa creadora y a que consiguien-temente crezca la actividad de las distintas or-ganizaciones del Partido. En la labor de los co-mités distritales y del regional, así como en lasdistintas organizaciones de base, es ya tradicio-nal el buscar las formas nuevas más eficientesdel trabajo de Partido.

POR PROPIA EXPERIENCIA nos hemos conven-cido de que es inconcebible en absoluto llevar acabo una profunda y bien pensada dirección delas organizaciones de base con las solas fuerzasdel aparato de los comités distritales y del re-gional. La propia vida nos obligó a buscar formasmás flexibles de dicha dirección. Las dificultadesfundamentales, no surgieron con las organizacio-nes importantes. En ellas todo marchó relativa-mente bien, en primer lugar porque eran bastantefuertes y activas y, además, por la tradicionalcostumbre del aparato del Partido de prestar laatención principal a las organizaciones importan-tes, aunque la necesitaban considerablemente me-nos.

El problema de conseguir una dirección atinadade las pequeñas organizaciones con no más de 20militantes resultó más complejo. Y hay que tenerpresente que ellas representan más del 55% deltotal de las organizaciones de base de la región.¿Podían los comités distritales y tanto más elComité Regional calar en el trabajo de cada unade estas organizaciones? Naturalmente que no.

Por eso seguimos la vía de buscar nuevas for-mas para coordinar la actividad de las pequeñasorganizaciones y para dirigirlas de manera quese apoyasen en sus propias fuerzas. Por ejemplo,en la organización distrital de Legnica se ha acre-ditado la experiencia de crear, en plan de activi-dad social, comités por ramas que agrupan a lasorganizaciones de base, por ejemplo, en el siste-ma de instrucción pública, en el de sanidad o enel de comercio. El comité elegido en asamblea ge-neral de todos los comunistas de cada rama sirvede eslabón de enlace entre el Comité Distrital ylas organizaciones de base. A través del mismo sedirige a estas últimas. En el distrito Walbriskyademás de los comités por ramas, se están expe-rimentando otras formas de dirección de las pe-queñas organizaciones; una de ellas es la crea-ción de consejos de secretarios de dichas organi-zaciones.

Hay que señalar que el Comité Regional estámuy lejos de apoyar y de difundir cualquier ini-ciativa de los distintos comités y organizaciones.Por ejemplo, no encontró un amplio apoyo la ten-dencia de algunos comités distritales de regla-mentar detalladamente la actividad de las organi-zaciones primarias. No tuvo apoyo y, por lo tanto,no se extendió la idea del Comité Distrital deSwidnice, que elaboró unas instrucciones muy de-talladas para las pequeñas organizaciones de ba-se respecto a la forma de planificar y de diri-gir el trabajo de Partido. Tampoco encontró imi-tadores la iniciativa de éste comité de asignarmilitantes experimentados a las organizaciones de

base como instructores supernumerarios. Una yotra iniciativa estaban inspiradas en los mejoresdeseos, mas, en realidad, su aplicación entrañabael peligro de que las organizaciones de basey sus secretarios fueran suplantados, lo queinevitablemente llevaría a reducir la iniciativa delas organizaciones y contribuiría a la apariciónde un optimismo injustificado considerando quetodo estaba hecho y de la tendencia a contarexclusivamente con la ayuda ajena.

A fin de lograr una participación dinámica yconstante de los ciudadanos en todas las medidasy en todas las campañas realizadas por el Par-tido y de tener la posibilidad de conocer la opi-nión de los trabajadores sobre una u otra cuestióne incorporarles a la discusión, es necesario ase-gurar una buena información a los trabajadoressobre el estado de cosas en cada sector de laconstrucción socialista y sobre cómo se realizansus proposiciones, cómo se resuelven los distintosproblemas y cómo se corrigen los errores come-tidos.

En la región se ha conseguido que en todos loseslabones de la dirección del Partido y del Esta-do, en los distritos y en los pueblos, en las em-presas y en las instituciones se celebren sistemá-ticamente reuniones de balance de los trabaja-dores, en las que representantes o dirigentes delos correspondientes organismos estatales infor-man y dan cuenta de los resultados de su trabajo.

LA RENDICIÓN REGULAR DE CUENTAS anteel activo de comunistas y sin partido crea unclima de seguridad de que los "organismos delPartido y del Estado tienen en cuenta la opiniónde los militantes y de cada ciudadano y engendrael convencimiento de que ningún deseo u obser-vación pasan desapercibidos. Esto sirve de firmebase para el constante crecimiento de la activi-dad social de los comunistas y de los sin partido.

Las organizaciones de base efectúan un grantrabajo en las empresas e instituciones con mirasal estudio de la opinión pública, del estado deánimo imperante en las colectividades y en lostrabajadores. Esto reviste particular importanciaen nuestra región. La "labor de estudio de la opi-nión pública y del sentir de los trabajadores esrealizada por nuestro sistema de educación polí-tica, basado en comisiones que funcionan en plande labor social y en un activo de propagandistasy agitadores. Los sociólogos y sicólogos que tra-bajan en las grandes empresas prestan una ayudano pequeña a las organizaciones del Partido. Co-mo resultado del minucioso estudio de la opiniónde los trabajadores en combinación con las me-didas de esclarecimiento y de propaganda y conel sistema de estímulos, las organizaciones delPartido han conseguido reducir al mínimo la fluc-tuación de cuadros en las empresas y conseguiren la industria de la Baja Silesia los índices máselevados de productividad del trabajo en el pa-sado quinquenio (1961—1965).

Para elevar la actividad de los militantes y susentido de responsabilidad por la causa común y

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70 EN IOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBBEKOS

para fortalecer la disciplina de Partido tiene granimportancia, a nuestro entender, el realizar uncontrol bien organizado del trabajo de los comu-nistas y el valorar con regularidad su actuación,cosa que en las organizaciones de nuestra regiónse practica desde hace varios años. Esta labor seinició en el distrito de Swidnice. Gradualmentese extendió a todas las organizaciones de la re-gión. Algunos camaradas sienten dudas al prin-cipio respecto a la justificación y a la eficacia deesta labor. Sin embargo, al conocerla más a fon-do se disipan las dudas.

Una peculiaridad de esta labor práctica ennuestra región es que se hace hincapié en loslados positivos de la actividad de los militantes,sus realizaciones y sus méritos, tanto en el tra-bajo de Partido y en la producción como en lasrelaciones mutuas con los camaradas, en la co-lectividad. Un control bien intencionado de laactividad de cada comunista, realizado por suscamaradas, eleva el sentido de responsabilidad,la conciencia de que el militante es siempre y entodas partes un comunista. Hay que señalar quelas reuniones dedicadas a esta cuestión transcu-rren en las organizaciones de base del Partidomuy animadamente, en un clima de calor, de con-fianza y de ayuda recíproca. El control de lalabor de los distintos miembros del Partido im-plica inevitablemente una calificación del trabajode toda la organización. Con frecuencia se sacanconclusiones y se formulan propuestas y reco-mendaciones respecto a la actividad de la orga-nización, que sirven de base a todo un sistemade medidas para subsanar los defectos.

Tales son algunos resultados de la experienciade nuestra organización. Quisiera hacer algunasconclusiones que surgen por fuerza cuando sepiensa en nuestro trabajo.

EN PRIMER TERMINO acerca del propio tra-bajo de Partido. La labor de Partido está siemprevinculada a la práctica, a la solución de tareasde la edificación del socialismo, a la solución detareas concretas de la construcción económica,cultural y social. Sin embargo, la posición de losfuncionarios del Partido, de sus organismos o desus organizaciones de cara a la solución de estastareas en especial. Muchos de nuestros males de-riváronse de la costumbre, bastante extendida enotros tiempos, de que los organismos del Partidosuplantarán a los administradores y a los dirigen-tes de la economía, adoptaran y llevaran a caboresoluciones que debían ser adoptadas y realizadas por éstos y se ocuparan del trabajo operativoy de la dirección operativa cotidianos.

¿Cuáles son el ángulo visual y el enfoque ca-racterísticos del trabajo y de la dirección delPartido? Pensamos —para decirlo con palabrasde Lenin— que la principal cualidad de un dirigente del Partido, que su rasgo fundamental esel saber expresar correctamente junto con todoel Partido lo que el pueblo siente.

Un activista del Partido evitará errores y ocu-pará una posición justa al solucionar cualquier

cuestión fundamental de la edificación socialistasi actúa estrechamente unido al pueblo, si sabecomprender el estado de ánimo y las aspiracio-nes de los trabajadores, si sabe escuchar la vozde las masas.

Esto significa que el rasgo principal de la di-rección y del trabajo de Partido es el saber hallarun lenguaje común con los trabajadores, el sabeccomprender sus necesidades apremiantes y susaspiraciones. Cabalmente esto debe determinar laposición fundamental de los activistas del Par-tido independientemente del puesto que ocupen.

A su vez, la capacidad de organizar y de movi-lizar a las masas para cumplir las decisionesadoptadas es otro aspecto de la cuestión, el se-gundo rasgo consustancial de los cuadros del Partido y de su actuación.

Sin embargo, esta organización y esta moviliza-ción únicamente son posibles a condición de quelos trabajadores sientan que en las decisionesadoptadas se reflejan sus proposiciones, sus argu-mentos y sus ideas. En este caso los trabajadoresconsiderarán estas decisiones como propias.

Esto nos lleva a la segunda conclusión, a laconclusión de que una actividad justa eficaz dela organización del Partido e inconcebible en lascondiciones actuales sin desplegar una ampliainiciativa y la actividad de todos los trabajado-res, tanto de los militantes como de los sin partido. El desarrollo en todos los sentidos de la de-mocracia socialista, de la democracia en acción,es decir, el asegurar la participación real de lostrabajadores en la solución de todos los proble-mas planteados en el proceso de la construccióndel socialismo, es una importantísima exigenciade nuestro tiempo, una importantísima condicióndel éxito de nuestra causa.

Mas, como hemos podido convencernos por ex-periencia propia, el desarrollo de una democraciareal, de una'democracia en acción no es una cosatan simple. Exige grandes esfuerzos, el ejemplopersonal, el saber responder a todas las cuestio-nes planteadas, incluso a las más peliagudas, elsaber explicar la política del Partido de formaque cada trabajador la acoja como su propiapolítica. Se requiere un gran sentido político yun gran tacto político. La lucha por elevar laactividad política y social debe ser permanente.En cuanto se interrumpe por cierto tiempo, laactividad comienza a reducirse y en fin de cuen-tas desaparece."

Es considerablemente más simple y más fáciltrabajar como se hacía años atrás: por el métodode ordeno y mando. Este método no exige reali-zar grandes esfuerzos, crea la apariencia de quelas cosas marchan bien y permite seguir la líneade la menor resistencia. ¿No es por esta razónpor lo que métodos como el burocratismo y elpapeleo se dejan aún sentir en el trabajo de Par-tido y del Estado? Una cosa es completamenteclarar el abandono de semejantes métodos es unacondición necesaria del éxito del trabajo de Par-tido y en general de todo trabajo con las masas

EN LOS PAET1DOS COMUNISTAS Y OBREROS 71

Puede preguntarse: ¿Hasta qué punto se justi-fican las formas y los métodos de trabajo de Par-tido que nosotros empleamos, hasta qué puntoson eficaces? Es difícil, naturalmente, medir losresultados del trabajo de Partido por índices materiales, por criterios concretos. Pero si se valo-ran los avances realizados en la economía de laregión, si se valora el creciente prestigio del Par-tido entre la población, la creciente confianza enlos órganos del Partido y del Estado, si se toma

en consideración la atmósfera cada vez más ex-tendida de tranquila seguridad entre la pobla-ción, se puede en cierto grado tener una idea delos resultados del trabajo de la organización re-gional del Partido. Son justamente estos cam-bios los que permiten comprobar hasta qué puntonuestra organización regional comprende a fondoy aplica con acierto las decisiones y las indica-ciones del Comité Central de nuestro Partido.

Wladislaw PILATOWSKI

Contra la dictadura en Brasil

En condiciones de absoluta clandestinidad elComité Central del Partido Comunista Brasileñorealizó una reunión plenaria el pasado mes dejunio. Se atribuye una importancia especial aeste Pleno y a la Resolución Política que en élse adoptó. La Resolución Política hace un análisisprofundo de los problemas nacionales e interna-cionales del momento para presentar el cuadroreal de la situación creada por la dictadura mili-tar, que se empeña servilmente en aplicar lasIndicaciones del Departamento de Estado norte-americano.

En el plano externo, la dictadura ha reducidoal Brasil a la humillante condición de país títere—acentúa el documento— al servicio del mayorenemigo de los pueblos y principal enemigo delpropio pueblo brasileño, el imperialismo yanqui.Se ha convertido el Brasil en punto de apoyo dela política de Washington, que es la de provoca-ción de guerra, intervención en la vida internade otros países, intrigas e incidentes de fronteraque tienden a dividir a los pueblos hermanos deAmérica Latina. Dicho de otra manera, se tratade una política de agresión en las zonas dondese lucha por la independencia y la libertad. Enel plano interno, uno de los aspectos característi-cos de la política de la dictadura es igualmentesu sumisión a los intereses de los monopolios ydel Gobierno de los Estados Unidos.

Lo que ocurrió en el Brasil, a raíz del golpeque depuso al Presidente Goulart, no fue un sim-ple cambio de gobierno. La dictadura trata demodificar la estructura política e institucionaldel país, imponiendo un nuevo régimen de carizfascistizante. Bajo las apariencias democráticasa que recurre como engaño, la dictadura intentaconsolidar un sistema basado en la arbitrariedad,la violencia y el terror.

El CC del Partido Comunista Brasileño señalaque a pesar del cercenamiento de las libertades,las prisiones ilegales, la invasión de domicilios,la disolución de todos los partidos, la suspensiónpor diez años de los derechos cívicos de centena-res de ciudadanos, la condena a largos años deprisión de dirigentes populares, inclusive el Se-cretario General del PCB, camarada Luis Carlos

Prestes, el pueblo no se doblega. Al contrario,viene sometiendo a la dictadura a sucesivasderrotas políticas, algunas de las cuales han te-nido extraordinaria repercusión.

Luego de impedir la realización de eleccionesdirectas en las que se manifieste la voluntad po-pular, el grupo militar dominante se da cuentade que no alcanzará sus objetivos por medio deelecciones indirectas, incluso utilizando un Par-lamento mutilado y bajo la presión de amenazascontra los mandatos de sus miembros. La dispu-ta en torno a la sucesión presidencial y al go-bierno de los Estados se transfiere al seno de lasfuerzas armadas, que son ahora la fuente deci-siva del poder político. Las divergencias se pro-fundizan allí, debilitando el punto de apoyo bá-sico de la dictadura.

Las luchas de las masas se vigorizan. La uni-dad obrera ha llevado a la reconquista de posi-ciones en el movimiento sindical y al reforza-miento de las acciones reivindicatorías y en de-fensa de los derechos adquiridos. Aunque debien-do superar dificultades mayores, las masas traba-jadoras del campo empiezan a luchar por susintereses inmediatos y por el cumplimiento de lalegislación del trabajo que les beneficia. Los es-tudiantes ganan las calles en acciones de nivelcada vez más alto, enfrentando la violencia poli-cial, no solamente por sus reivindicaciones espe-cíficas, sino también por las libertades democrá-ticas y contra la política entreguista de la dicta-dura. Las mujeres demuestran una gran combati-vidad contra la carestía y el hambre. Los sectoresde la pequeña burguesía urbana, que apoyaronla destitución de Goulart, engañados por la dema-gogia "democrática" y "constitucional" de losgolpistas, se sienten ahora defraudados. Ampliossectores de la burguesía denuncian las conse-cuencias antiprogresistas y antinacionales de lapolítica económico—financiera del Gobierno, exi-giendo su sustitución. Crece la participación delíderes y organizaciones religiosas en la luchacontra la dictadura. Reflejando el creciente des-contento popular y los intereses de la burguesíanacional, se desarrolla la oposición de las fuer-zas políticas, inclusive entre las clases dominan-tes.

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72 EX LOS PABT1DOS COMUNISTAS Y OBBEKOS

La crisis que el país atraviesa, sin embargo, esde estructura. Los principales obstáculos al pro-greso, las causas básicas de la inflación, de lacarestía, de los graves padecimientos que afligena la nación residen en la dominación imperialistay la supervivencia del monopolio de la tierra.La dictadura no ataca esas causas, sino que sehace instrumento del imperialismo y de la oli-garquía terrateniente. Por eso la situación delpaís se agrava cada vez más. Tórnase más urgen-te la necesidad objetiva de las reformas de es-tructura, la abolición del dominio imperialista,del latifundio y de las supervivencias feudales.

Para la acción común de todas las fuerzasopuestas a la dictadura, los comunistas proponenun programa mínimo. Comprenden que su tareamás importante, en las condiciones actuales, con-siste en movilizar, unir y organizar a la claseobrera y demás fuerzas progresistas para la re-sistencia, la oposición y el combate a la dicta-dura, por su derrota y la conquista de las liber-tades democráticas. Es así como se abrirá el ca-mino al desarrollo progresista e independiente dela economía nacional y al ejercicio de amplios de-rechos por las masas trabajadoras y populares,a la elevación de su nivel de vida material y cul-tural, al pleno goce de la soberanía de la nación.

El éxito de la lucha contra la dictadura depen-derá fundamentalmente de la unidad de acciónde todas las fuerzas que se le oponen. El ampliofrente opositor debe comprender desde los obre-ros y campesinos, los intelectuales, los estudian-tes, los empleados y demás sectores de la peque-ña burguesía, hasta la burguesía nacional y otrascapas de las clases dominantes que no aceptenla política de la dictadura. Se formará ese frenteen el curso de las luchas concretas por las liber-tades, por los intereses inmediatos de los traba-jadores y del pueblo, por el desarrollo económicoindependiente del país, por la soberanía nacio-nal. El eslabón central de las acciones de masasdebe ser la lucha por las libertades democráticas.

Desde el punto de vista político, este frentedebe incluir a los comunistas, a los «trabalhis-tas», a los socialistas, a los seguidores de Brizóla,de Goulart, de Kubitschek, así como a personali-dades de prestigio político y líderes religiosos,particularmente los católicos, en cuyas activida-des se reflejan las tendencias y la presión degrandes masas religiosas del pueblo.

Considera el CC que el proceso de aislamientoy derrota de la dictadura corresponde al desa-rrollo de la lucha de las masas y de la unidad deacción de las fuerzas antidictatoriales. En sucurso, las consignas y las formas de lucha cam-biarán en la medida en que la acción de lasmasas crezca, se intensifique y se amplíe. Loesencial es que las formas de lucha y las con-signas resulten de las exigencias de la situaciónconcreta, en cada momento y en cada lugar, delnivel de conciencia y de la capacidad de luchade las masas. Al utilizar todas las formas legalesde lucha, no hay que quedarse dentro de losmarcos de las leyes impuestas por el régimen

reaccionario, pero sí combinar las formas lega-les e ilegales de lucha. La dictadura impone li-mitaciones hasta al empleo de los medios ele-mentales y legales de lucha. Los choques con lareacción son, pues, inevitables. La autodefensa demasas es necesaria para hacer frente a la vio-lencia policial y constituye un importante factorde preparación de las masas para formas de lu-cha más elevadas, inclusive la lucha armada.

La Resolución Política del Pleno de junio ad-vierte a los comunistas sobre la marcha de losacontecimientos. A través del proceso de aisla-miento de la dictadura, de la agravación de losconflictos en su propio campo y de la intensifi-cación de la oposición política entre sectores delas clases dominantes, pueden ocurrir crisis degobierno, choques violentos, prolongados o no,un golpe o pronunciamiento militar en la disputadel poder. Es necesario estar atentos, estrechan-do los contactos y los acuerdos, para no dejarsorprenderse por los hechos y tomar las medidasque la situación exija. No permanecer a la expec-tativa, pero sí movilizar y orientar a las fuerzaspopulares a fin de que intervengan con vigor eindependencia, bajo sus propias banderas de lu-cha. Sólo así será posible una solución efecti-vamente democrática, impidiéndose que de la cri-sis resulte una mera sustitución de golpistas enel poder o el fortalecimiento del Gobierno de Gás-telo Branco.

Sin embargo, los comunistas no pueden, so pe-na de caer en el aventurerismo o en la pasividad, basar su orientación en la posibilidad de gol-pes y pronunciamientos, aunque en las condicio-nes presentes esta eventualidad sea probable. Laacción de los comunistas debe orientarse hacialas masas, con la perspectiva de la derrota de ladictadura mediante el desarrollo de la lucha delas masas y la unidad combativa de las fuerzasdemocráticas.

La lucha interna del pueblo brasileño —sub-raya el CC— es inseparable de la lucha en defen-sa de la paz mundial, contra la política de domi-nación de los pueblos y de provocación de guerraque aplica el Gobierno de Washington, contra sucriminal agresión en Vietnam, contra la invasióny la ocupación militar de la República Dominica-na. Para vergüenza de Brasil, sus soldados sonutilizados por el Gobierno de los Estados Unidospara oprimir al pueblo dominicano. La dictadurase propone llevar a los soldados brasileños a laguerra sucia contra Vietnam. Nuevas provocacio-nes y amenazas de agresión están siendo urdidascontra Cuba. Urge protestar por todos los me-dios contra tales crímenes del enemigo común,el imperialismo norteamericano. La solidaridadcon los pueblos de Vietnam y de Cuba, la exi-gencia de que vuelvan inmediatamente los sol-lados brasileños y se retiren de la RepúblicaDominicana las demás tropas invasoras, es partede la lucha por la paz mundial, por la democra-cia, por la liberación nacional y social en el¡Brasil.

J.B. TAVARES DE SA

LA GUERRA EN VIETNAM

Los hechos acusan...Con motivo del duodécimo ani.

versario de la firma de los Acuer-dos de Ginebra sobre Vietnam, elFrente Nacional de Liberación deVietnam del Sur ha dado a cono-cer una declaración preparada porel Comité para la revelación de loscrímenes de guerra de los imperia-listas yanquis y sus auxiliares enVietnam del Sur. El documento lle-va este justo título: Los más gran-des criminales de guerra de nues-tros días.l Los abundantes y suaso-rios datos de este folleto, pequeñopor su volumen, hacen de él un do-cumento de enorme fuerza denun-ciatoria y acusadora. En este opúscu-lo repleto de hechos concretos es-casean los comentarios, pero cadauna de sus palabras pone en la pi-cota de la historia a los modernosbárbaros. Cada frase, cada cifra esuna ardiente llamada a la humani-dad para hacer todo lo necesariohasta poner fin a esos crímenesinauditos.

Este documento demuestra con-vincentemente que los imperialistasnorteamericanos y sus lacayos hanresucitado los días más sombríos deldesenfreno de la reacción fascista,repitiendo los crímenes más tene-brosos y más crueles de los milita-ristas nazis. En algunos1 casos los dis-cípulos han superado a sus maes-tros. Pese a que en unos y otros losmétodos son los mismos, los ému-los de los hitlerianos tienen a sudisposición una técnica de extermi-nio más moderna y perfeccionada.

Quien repase este revelador do-cumento deberá tener en cuenta quese refiere exclusivamente a Vietnamdel Sur y que no trata apenas delas monstruosas ferocidades que losimperialistas yanquis cometen con-

1 Los más grandes criminales deguerra de nuestros días. Docu-mento del Comité para la revela-ción de los crímenes de guerra delos imperialistas yanquis y susauxiliares en Vietnam del Sur.Julio de 1966.

tra la población de la RepúblicaDemocrática de Vietnam.

Es grande la cuenta que el mar-tirizado pueblo de Vietnam del Surpresenta a los criminales de guerranorteamericanos. De 1954 a 1965, esdecir, en unos once años, los agre-sores yanquis y sus cómplices rea-lizaron 160.000 ataques y expedicio-nes punitivas, asesinaron a 170.000personas e hirieron a cerca de 800mil, dejando a muchas mutiladaspara toda su vida; a más de 400.000personas las han encerrado en cár-celes y a más de 5 millones traslos alambres espinosos de camposde concentración, camuflados paradesorientar con diversas denomina-ciones "neutrales".

En la declaración, aportando laspruebas de los horribles crímenescometidos por los agresores norte-americanos, la noble indignación yla pasión revolucionaria en defensade los derechos inalienables del pue-blo vietnamita van unidos a la másrigurosa fundamentación jurídica. Sedemuestra de manera incontroverti-ble que los EE.UU. pisotean escan-dalosamente las más elementales nor-mas del Derecho Internacional y losacuerdos basados en ellas. Violan-do el parágrafo 4? del artículo 2? delcapítulo I de la Carta de las Na-ciones Unidas, que prohibe recurrira la fuerza contra la integridad te-rritorial o la independencia políticade cualquier Estado; infringiendotambién el parágrafo «a» del ar-tículo 6? del Estatuto del TribunalMilitar Internacional, que prohibeel planeamiento, la preparación, eldesencadenamiento o la conducciónde guerras agresivas, los círculos go-bernantes de EE.UU. perpetran undelito contra la paz. Han transgre-dido todos los principios fundamen-tales de los Acuerdos de Ginebra de1954 sobre Vietnam, incluidas suscláusulas de carácter militar, enparticular los artículos 16 al 19, queprohiben la introducción en Vietnamde tropas extranjeras y personal mi-litar, el envío de armas y municio-

nes, la instalación de bases milita-res extranjeras y la participaciónde Vietnam en alianzas militares.

Esto confirma de manera bienconvincente la importante conclu-sión de que «al emprender su agre-sión contra Vietnam del Sur, losEstados Unidos violan de la mane-ra más brutal la soberanía y la in-dependencia de Vietnam, el derechodel pueblo sudvietnamita a la auto-determinación, y quebrantan seria-mente la faz en Indochina, en elSudeste de Asia. Este es un gravedesafío lanzado al movimiento deliberación «ucional y a los pueblosde todo el uiundo.»

Es particularmente inquietante pa-ra toda la humanidad progresista lacircunstancia de que a pesar de quela bandidesca aventura de los impe-rialistas yanquis está inevitablementecondenada al fracaso, éstos siguenextendiendo sin tregua la agresión.Si a finales de junio último el nú-mero de soldados y oficiales norte-americanos en Vietnam del Sur erade 270.000, el Gobierno estadouni-dense se propone elevar esa cifrapara finales de año hasta 400.000hombres.

Al desarrollar su abyecta guerraen Vietnam, los maníacos norteame-ricanos de uniforme no se detienenni ante los más repugnantes y crue-les procedimientos, desafiando a lamoral y a la conciencia humanas.Cometen asesinatos masivos entre lapoblación civil, sin respetar a an-cianos, mujeres y niños; barren dela faz de la tierra aldeas y pobla-dos enteros; convierten en desiertosdistritos completos al practicar latáctica de «tierra quemada»; apli-can suplicios inhumanos a los pri-sioneros y a la población civil. Losdestacamentos de infantería de ma-rina norteamericanos han recibidola orden de incendiar totalmente lospoblados de los que se haya dispa-rado aunque sea un solo tiro. Lasferocidades cometidas por los sa-distas amamantados en el Pentágo-no es difícil que hallen parangón

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ni siquiera en las más tenebrosaspáginas de la historia. A los vietna-mitas «les van cortando poco a pocomanos, piernas y otras partes del•cuerpo hasta que llega la muerte, losentierran o queman vivos, martiri-zan y matan a los niños a la vista•de las madres, violan a las mujeresy las asesinan después, les abren elvientre y les arrancan las entrañas,les saltan los ojos, atan a las víc.timas a tanques y los ponen en mar-cha a toda velocidad, encierran alas gentes en refugios y las enve-nenan con gases tóxicos, etc.»

En la martirizada tierra de Viet-nam del Sur se pueden contar cen-tenares de poblaciones que han co-rrido la misma suerte que Lídice yOradour-sur~Glane. Las tropas de li-beración de Vietnam del Sur descu-bren huellas de crímenes tales delos intervencionistas, que por su sa-dismo y crueldad eclipsan hasta las"bestialidades de los fascistas. En laprovincia de Quang Nam, en la la-dera de una colina junto a la po-blación N. 2 de la comuna de FuokNam, distrito de Tien Fuok, al ca-var una trinchera fueron descubier-tos 22 esqueletos... «En la laderade otra colina, en un hoyo de ma-yores dimensiones, fueron halladosS2 esqueletos de adultos y niños...;en Go Vang [poblado de la comu.na de Fuok Son], en una zanja se-mejante había 55 cadáveres de per-sonas que habían sido enterradasvivas y que se hallaban atadas unaa otra con cordeles1 por el cuello.»

Son en extremo crueles e inhu-manos los esfuerzos que los agre-sores norteamericanos y sus lacayosrealizan para ahogar la heroica lucha li-bertadora del pueblo de Vietnam con lamano descarnada del hambre. En.furecidos por sus fracasos militares,los intervencionistas ametrallan des-de el aire y arrojan bombas incen-diarias y sustancias químicas, arra-san los arrozales, destruyen los sis-temas de regulación del riego, ani-quilan el ganado de los campesinos.Privar al pueblo de alimentos y vi-vienda si no consiguen ponerlo derodillas, ese es el infame objetivode los imperialistas norteamericanos.

Los agresores yanquis cometen loscrímenes más viles de lesa humani-dad lanzando en gran escala sustan-cias tóxicas para el exterminio depersonas, ganado y cosechas. Lasfalsas afirmaciones de la propagan-da norteamericana de que las sus-tancias químicas están dedicadas ex-clusivamente a destruir las hojas y

GUEKRA EN VIETNAM

L o s interven-cionistas yan-quis se empe-ñan en ence-rrar a toda lapoblación d eVietnam delSur tras losalambres espi-

nosos.

la hierba, son categóricamente des-mentidas por los hechos. Las inves-tigaciones de científicos y organiza-ciones vietnamitas, así como datosprocedentes de fuentes norteamerica-nas autorizadas han confirmado conprecisión que las tropas de los in-tervencionistas en Vietnam del Sur,además de los medios para destruirlas plantas, han empleado y em-plean sustancias tóxicas de comba-te destinadas contra las personas. Sehan utilizado en particular gases as-fixiantes y de acción irritante bienconocidos, como adamsita, cloroace-tofenona, fosgeno, tiofosgeno, alfa-cloroacetofenona. No es casual queentre los propios ocupantes hayahabido casos de envenenamiento,pese a que ellos penetraron en lazona afectada pasadas dos o treshoras del ataque con gases e ibanprovistos de equipos antigás.

Por muchas vueltas que le denlos apologistas de la política norte-americana en Vietnam no consegui-rán ocultar los actos de inhumani-dad comer,aos por los modernosbárbaros «civilizados», actos queconmueven hasta lo más profundodel atoa. En la declaración se dice

que sólo en los primeros meses de1963, en siete provincias de Vietnamdel Sur fueron afectadas: por sustan-cias tóxicas 20.000 personas. En al-gunas regiones que sufrieron ata-ques del arma química, más de lamitad de la población sufre enfer-medades del aparato digestivo co-mo resultado de haber ingerido ali-mentos que habían quedado conta-minados.

De la envergadura de la guerraquímica aplicada por los agresoresnorteamericanos1 en Vietnam del Surdan una idea los datos que aportala declaración:

Pro

vinc

afec

tad J|8 :§

||¡ |< -o 6 t/5

1961 6 182 120 5601962 12 1.120 448 11.0301963 16 9.000 4.500 320.0001964 19 11.000 * 500.2301965 26 46.247 * 700.000

* Todavía no se han determinadolos datos exactos.

1A GUEKRA EN VIETNAM

¡El pueblo deVietnam no se

rinde!

Sustancias tóxicas destinadas pa-ra acciones de combate y para elexterminio de la población civil, hansido cedidas por el cuerpo expedi-cionario norteamericano a las tro-pas de marionetas del «Gobierno»de Vietnam del Sur. Los gobernan-tes y la camarilla militar de EE.TJU. violan cínicamente todos losacuerdos y normas internacionalesque prohiben el empleo del armaquímica. El cinismo sin par de quie-nes intentan justificar el empleo demedios químicos ha sido desenmas-carado hasta la raíz por los hechos;tales abogados no son sino cómpli-ces de los horrorosos crímenes delimperialismo norteamericano.

Los militaristas yanquis han con-vertido Vietnam del Sur en un po-lígono para experimentar nuevos ti-pos de armamento. Precisamente allí,en el teatro de operaciones milita-res, sobre personas vivas y frecuen-temente desarmadas, los criminalesde guerra prueban sus nuevos tiposde aviones y helicópteros de com-bate, tanques1 anfibios, cohetes, sus-tancias tóxicas, bombas de napalm

y de fósforo, armas de tiro auto-imático, etc. Los resultados de es.tas «experiencias» son centenares demiles de personas muertas, martiri-zadas, mutiladas, destrucciones in-calculables de bienes del pueblo.

Los agresores norteamericanos,con sus peleles sudvietnamitas, contodos sus satélites, entre los quedestacan por sus ferocidades losmercenarios sudcoreanos, no se de-tienen ante nada para desarrollar laguerra total de exterminio, atrepe-llando todas las normas que limi-tan los modos de hacer la guerra.Destruyen escuelas y hospitales, ase-sinan a los niños y sus maestros, aenfermos y heridos, bombardean ydestruyen puentes y medios de trans-porte, templos y santuarios. En fe-brero de 1964 fue bombardeado eincendiado el templo de Ben Cauen la provincia de Tay Ninh, ma-lando e hiriendo a más de 300 per-sonas. En 1965, sólo en la provin-cia de Ben Che fueron destruidas30 pagodas budistas, quedando muer-tos o heridos más de 100 monjes ycreyentes.

i 75

En la declaración se denuncia otroaspecto más de las sangrientas fe-chorías de los imperialistas norte-americanos. Empeñados en estable-cer por cualquier medio su controlsobre todo el territorio de Viefnamdel Sur, los agresores quisieran con-vertir en esclavos, en el sentido li-teral de la palabra, a cuantas per-sonas hayan podido escapar con vi-da del exterminio en masa. Por lovisto, sienten un temor pánico antecualquier patriota vietnamita vivo.Sólo así se pueden explicar sus pla-nes canibalescos de encerrar a to-do un pueblo en campos de con-centración rodeados de alambres es-pinosos, aunque hipócritamente tra-ten de enmascarar esto con nom-bres «biensonantes» como «aldeas es-tratégicas» o «aldeas de nueva vi-da». El plan de 1961 que preveíala creación de 17.000 «aldeas estra-tégicas», fracasó. En1 la reunión deHonolulú, en febrero de este año,se aprobó el nuevo y monstruosoplan de crear un sistema de cam-pos de concentración tras la panta-lla del «programa de apaciguamien-to».

Esta severa acta de acusación de-ja constancia de que uno de cadados sudvietnamitas ha sido víctimade uno o varios crímenes de losvándalos norteamericanos. Es verda-deramente enorme la cuenta que elpueblo de Vietnam del Sur presen-ta a los delincuentes vestidos deuniforme o con fracs diplomáticos.Pero por atroces que sean los su-frimientos de los patriotas sudviet-namitas, por monstruosos que seanlos sangrientos crímenes de los in-tervencionistas, su exacta descrip-ción, fundada en hechos rigurosa-mente comprobados, no produciráni miedo ni decaimiento de ánimoen los patriotas vietnamitas ni enlos pueblos del mundo entero aman-tes de la libertad. Al contrario, es-ta acta de acusación es un docu-mento de la más alta y justa in-dignación, que enciende nuevos eincontables corazones en todos losrincones de nuestro planeta. Estaacta de acusación no es un docu-mento exclusivo para juristas: a ba-se de él los pueblos de todo elmundo amantes de la libertad juz-garán de manera inexorable al másferoz y malvado criminal de guerrade nuestros tiempos, el imperialis-mo norteamericano.

/. SUMAR

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\Nuestras entrevistas\NUESXBAS ENTREVISTAS 77

Cómo funciona el sistemapluripartidista en la RDA

En la República Democrática Alemana el socia-lismo ha abierto vastas perspectivas a todos losciudadanos, a todos los sectores de la población,cada uno de los cuales hace su aporte a la crea-ción de la nueva sociedad. La expresión políticade este hecho es el sistema pluripartidista, que seforjó en el curso de la lucha por un régimen de-mocrático y antifascista y se ha desarrollado co-mo uno de los elementos esenciales de la demo-cracia socialista en la RDA, elemento que asegu-ra a los diferentes sectores y grupos sociales unaparticipación en la determinación de la políticadel Estado.

Estos y otros muchos problemas han sido temade discusión reciente en la Conferencia que sobrela política de alianzas del Partido Socialista Uni-ficado de Alemania organizó el Instituto de Cien-cias Sociales anejo al CC del PSUA. En los de-bates participaron representantes de los partidosdel Bloque Democrático, así como invitados ex-tranjeros. Los oradores señalaron que el sistemapluripartidista de la RDA corresponde a las con-cretas condiciones históricas y nacionales del paísy constituye en este aspecto una parte de la ex-periencia colectiva del movimiento revoluciona-rio internacional, que en otros países y en dis-tintas condiciones históricas puede crear otrasformas de dicho sistema. Al referirse a la actuali-dad de este problema en la Francia de hoy, V.Michaux (Partido Comunista Francés) señaló quelos comunistas franceses tienen en cuenta tam-bién la experiencia de la RDA en. su lucha porla democracia. E. Aaltonen (Partido Comunista deFinlandia) subrayó en su intervención que esteintercambio de ideas y opiniones acerca del papeldel sistema pluripartidista encierra un gran inte-rés. La gran importancia de la discusión fuepuesta de relieve también por L. Hornick (PartidoComunista de Austria).

A. Leppanen y A. Véber, colaboradores de RE-VISTA INTERNACIONAL, se entrevistaron enLeipzig con representantes de los partidos del Blo-que Democrático, a los que hicieron diversas pre-guntas. En la entrevista participaron Fritz-KarlBartnig, presidente de la dirección regional deLeipzig de la Unión Democrática Cristiana (UDC);

Alfred Loewe, vicepresidente de la dirección re-gional del Partido Liberal Democrático (PLD);Klaus Jakobs, presidente de la organización regio-nal del Partido Nacional Democrático (PND), yWerner Haerting, vicepresidente de la direcciónregional d e l Partido Campesino Democrático(PCD).

A continuación ofrecemos un resumen de la en-trevista.

P r e g u n t a : En la edificación del socialismoen la RDA participan todos los sectores de la po-blación, todos los partidos del Bloque Democrá-tico. ¿En qué se distingue la aportación de losdistintos partidos a la elaboración de la perspec-tiva socialista y a la solución de los problemasconcretos de la construcción del socialismo?

A. Loewe (PLD): A mi partido pertenecen pre-ferentemente representantes de las capas medias,incluyendo a los círculos de la intelectualidadcercanos a nosotros. Todo nuestro trabajo des-cansa en las tradiciones democrático—burguesasde esos sectores. Nuestro agrupamiento se realizóbajo el lema de actuar siempre en un espírituantifascista, antimilitarista y democrático y supe-rar el anticomunismo. Posteriormente surgió latarea, de suma importancia para cada partido, dedar a nuestros partidarios una perspectiva concre-ta, explicarles el principio del sistema pluriparti-dista, el principio de una más, estrecha colabora-ción en el marco de la democracia socialista, con-vencerles de la justeza de tales principios y po-nerlos en práctica en toda la línea.

En 1952 mi partido, de acuerdo con los partidosdel Bloque, proclamó su disposición a participaren la construcción del socialismo. La mayoría delos miembros del partido aprobó esa decisión. Noobstante, algunos se apartaron e incluso opusie-ron resistencia. Pero una vez más vino a facilitarnuestra tarea el hecho mismo de la existencia deun bloque antifascista y democrático.

En 1956 fueron establecidas por vía legislativalas nuevas formas económicas para las empresasque no eran propiedad del pueblo (incluidas lascomerciales) y se brindó a los artesanos la posi-

bilidad de agruparse en cooperativas. Todos lospartidos participaron en la popularización y reali-zación de las nuevas formas de actividad econó-mica, las cuales tuvieron mucho éxito en los me-dios de nuestro partido. Una situación análoga seprodujo, según tengo entendido, en los otros par-tidos. En este plano, tanto en las empresas in-dustriales con participación estatal, como en elcomercio a base de contratos de venta a comi-sión y en las cooperativas artesanas, establecimoslas relaciones propias de una auténtica alianza.Conviene señalar al respecto que ya ahora, a losdiez años de haber sido establecido el sistema departicipación estatal, muchos de los dueños de em-presas con tal participación se han convertido entrabajadores socialistas o están en camino; deello.

No ha sido fácil, naturalmente, atraer a la gen-te al cumplimiento de estas tareas. En 1956 yaera más fácil que en 1952. En tanto que algunosde esos empresarios a los que nos dirigimos ensu tiempo, hacían depender la aceptación de laparticipación estatal de su estado de cuentas,ciertos propietarios progresistas constituían —des-de el punto de vista de la economía nacional—un elemento muy importante para el ulterior de-sarrollo de nuestro Estado. Pero pronto se vio quela participación del Estado o el comercio en co-misión representaban precisamente para ellos unaperspectiva segura y que, además de proporcionar-les esa ventaja, modificaban esencialmente el ca-rácter de las relaciones con el personal de susempresas, pues éste, al ser aceptada la partici-pación estatal, se convertía en copropietario delos medios básicos de producción.

W. Haertig (PCD): La colaboración entre nues-tros partidos no ha ofrecido siempre las caracte-rísticas actuales, pues hasta su etapa presente hatenido que pasar por un largo y complejo proceso.

El Partido Campesino Democrático fue fundadoen 1948, cuando otros partidos llevaban ya tresaños resolviendo los primeros problemas de laposguerra. La tarea específica del PCD era y si-gue siendo la de explicar a los campesinos agru-pados en nuestras filas la necesidad vital de unaestrecha alianza con la clase obrera. La primeraactividad de nuestro partido consistió en explicarpráctica y teóricamente por qué corresponde a laclase obrera el papel rector. Esto siempre fuefácil de demostrar en el plano práctico, pero parademostrarlo teóricamente había que realizar ungran trabajo.

Los campesinos son los aliados naturales de laclase obrera. Pero bajo el fascismo el campesinoestuvo fuertemente influenciado por la ideologíafascista. Gracias a las medidas tomadas, que co-menzaron por la reforma agraria, la supresión delas leyes coercitivas fascistas, la prestación deayuda material por parte de los obreros, el esta-blecimiento de unas entregas diferenciadas paralos grandes y los pequeños campesinos y la luchapor la participación de los campesinos pequeñosy medios en el poder político, se creó una sólidabase para la alianza con la clase obrera.

Así se creó la base para que nosotros, comopartido, pudiésemos ir planteando ante nuestrosafiliados nuevos problemas. En el curso de losúltimos años se ha producido en este aspecto uncierto desarrollo. En la actualidad nuestros cam-pesinos operan con categorías político—económi-cas y participan en la aplicación del nuevo siste-ma económico de planificación y dirección. Todasestas son cuestiones de las que hace cinco o seisaños entendían poco.

K. Jakobs (PND): Las perspectivas del desa-rrollo socialista de la RDA han sido fijadas en losacuerdos del VI Congreso del PSUA, que repre-sentan para nosotros un programa conjunto, pueshemos participado en su preparación. En primerlugar, porque ha ido precedido de un largo desa-rrollo, desde los primeros pasos de la colabora-ción en el Bloque, en la realización de la revolu-ción democrático—burguesa y durante el tránsitoa la primera etapa de la revolución socialista.Y en segundo lugar, porque hemos participadodirectamente en la elaboración del programa, ha-ciendo propuestas que emanaban de los militan-tes de nuestro partido.

Guiándose por el principio de la colaboración,el CC del PSUA invita a los partidos amigos adiscutir en su seno los problemas de actualidad*r a presentar sus ideas y propuestas. Así, porejemplo, los distintos partidos han tomado parteen la elaboración de las propuestas que han per-mitido pasar a nuevas formas socio—económicas.

Aquí se ha hablado de la participación estatal,de la asociación de los artesanos en cooperativasde producción, del comercio en comisión. Todosellos son problemas en los que han trabajado con-juntamente diferentes partidos amigos. Más tardeestas ideas han sido debatidas en los congresosde los partidos, para pasar, finalmente, a los pro-gramas.

En la política nacional, en el desempeño de lamisión nacional y en la realización de la segundaetapa del nuevo sistema económico, ahora se tra-ta de las medidas concretas para la aplicaciónde este programa.

De aquí se desprende, naturalmente, la nece-sidad de que también nosotros expliquemos ennuestro partido los problemas que constituyen enla actualidad el contenido de estas tareas políti-cas. En este contexto nos planteamos con carác-ter primordial la tarea de explicar a nuestros mi-litantes el contenido social del problema nacionaly los principios básicos de la elaboración de losproblemas de la economía del socialismo. Lo cualincluye las cuestiones de la colaboración amisto-sa en todos los terrenos con la Unión Soviéticay los demás países socialistas.

P r e g u n t a : ¿Qué posibilidades tiene cadapartido del Bloque Democrático de influir en ladeterminación de la política estatal? ¿Cuál es laparticipación de los partidos en la actividad delos organismos del Poder legislativo y ejecutivo?

W. Haerting (PCD): Nuestra influencia sobre

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78 NUESTRAS ENTREVISTAS

la dirección estatal y la preparación de leyes ydecisiones la ejercemos a través de los afiliadosa nuestro partido en los organismos de represen-tación popular, a través de nuestros representan-tes en los órganos del Estado y mediante nuestrotrabajo como partido del Bloque Democrático ydel Frente Nacional.

F. K. Bartnig (UDC): Nos esforzamos por com-partir la responsabilidad en todas las esferas ypor ser dignos de esa responsabilidad. Hacemostodo lo posible para que los miembros de nuestropartido comprendan correctamente las tendenciasprincipales del desarrollo de la República, paraque conozcan cuáles son las tareas estatales quese nos plantean y cómo queremos resolverlas con-juntamente.

Si cada miembro del partido ha comprendido <>1acierto del planteamiento de las tareas y estáconvencido de que las tareas interiores y exterio-res de la RDA pueden ser cumplidas en beneficiode todos los ciudadanos de nuestro país, en esecaso, a nuestro entender, estará dispuesto a parti-cipar en la realización de tales objetivos. Ahoracomienza para cada miembro del partido aquellaparte del trabajo que debe ser realizada por élmismo. Y tiene que fijarse un plan de trabajopara cumplir estas tareas en su puesto, en sucooperativa agrícola o artesana o en su fábrica.

K. Jakobs (PND): Ya se ha hablado aquí decómo los miembros de nuestros partidos elegidosa los organismos representativos populares y alos Consejos influyen en la actividad del Estado.

En la práctica, todos los partidos están repre-sentados en todos los organismos estatales dedirección. El vicepresidente de nuestro partido(y lo mismo puede decirse de los otros partidos)es vicepresidente del Consejo de Estado. Unmiembro de nuestro partido forma parte del Pre-sidium de la Cámara Popular. En el Consejo deEstado figura también un militante nuestro quees dueño de una empresa con participación delEstado. Como es sabido, el presidente de nuestropartido, Lothar Bolz, ha sido durante más de diezaños ministro de Relaciones Exteriores y es enla actualidad vicepresidente del Consejo de Mi-nistros. Uno de los vicepresidentes de la ComisiónEstatal de Planificación es Heinrich Meyer, miem-bro de nuestro partido, quien se dedica a cues-tiones culturales, de sanidad y construcción de vi-viendas.

En todos los organismos de representación po-pular se observa el mismo principio, aunque porlo que respecta a las comunas esto sólo es válido,naturalmente, para aquellas en que existen orga-nizaciones de nuestro partido. Como el PND es unpartido que recluta sus afiliados entre determina-dos sectores de la población urbana, por reglageneral sólo en las ciudades contamos con mili-tantes suficientes para constituir organizacioneslocales. En la región de Leipzig, que tiene cercade 600 comunas rurales, sólo en unas 100 de ellastenemos organizaciones locales. Es evidente quetambién allí colaboramos en los organismos derepresentación popular. En el resto de la Repúbli-ca, en los Consejos de regiones, distritos, ciuda-des y comunas rurales donde existen organi-

zaciones de nuestro partido, también tomamosparte en las actividades de los organismos repre-sentativos populares.

Los miembros del partido que desempeñan dis-tintas funciones en el aparato estatal forman par-te en la mayoría de los casos de los organis-mos dirigentes de nuestro partido. Ello permite,sobre la base del plan económico nacional, esta-blecer una coordinación entre la labor político-ideológica del partido y el cumplimiento de lastareas de dicho plan por parte de los organismosestatales. Al mismo tiempo, y partiendo de laexperiencia y de la existencia de tales o cualesproblemas planteados por los miembros de nues-tro partido, podemos hacer las correspondientespropuestas en los organismos de representaciónpopular.

P r e g u n t a : El PSUA, fuerza rectora de laedificación socialista, es un partido marxista—le-ninista. ¿Cuál es la actitud de los demás partidosdel Bloque Democrático ante el marxismo—leninis-mo? ¿Cuáles son las razones ideológicas o éticasque inducen a esos partidos a colaborar en la edi-ficación del socialismo?

K. Jakobs (PND): Nuestro partido, lo mismoque el PCD, fue fundado en 1948. En aquellaépoca las fuerzas del imperialismo preparabandirectamente la división de Alemania para resta-blecer y vigorizar sus posiciones en AlemaniaOccidental con ayuda de las potencias occidenta-les de ocupación. Era una época en que se hacíangrandes esfuerzos para hallar en nuestra Repúbli-ca aliados para esta empresa. Se pensaba contar,ante todo, naturalmente, con elementos de la pe-queña burguesía, de las .capas medias urbanas,del artesanado, de los pequeños patrones y em-pleados modestos, entre los que, como era lógico,había muchos antiguos miembros del partido nazi.El objetivo que se perseguía era impulsarles aapoyar el restablecimiento de las relaciones ca-pitalistas.

En aquella época fueron ante todo los actualesmiembros de nuestro Partido que trabajaban toda-vía en el Comité Nacional «Alemania Libre» y enel movimiento antifascista entre los prisioneros deguerra en la Unión Soviética, los que exhorta-ron a la unión y a la constitución de un partido,para aprovechar la experiencia ya acumuladaentonces e incorporarse a la lucha por un desa-rrollo progresista.

Cabría decir que aquello fue una aplicación delas conclusiones de la teoría marxista—leninistaque hicieron suyas esos partidarios del PND. Peroa los hombres a los que se dirigía nuestro Par-tido y a los que quería atraer a su lado no seles exigía en modo alguno la aceptación del socia-lismo y del marxismo—leninismo. Decíamos clara-mente que no hacíamos depender el ingreso ennuestro Partido de la aceptación de una determi-nada concepción del mundo.

En 1952 nuestro Partido aprobó también la pro-puesta y el acuerdo de la II Conferencia del PSUAde emprender la construcción de las bases del so-

NUESTRAS ENTREVISTAS

cialismo y le expresó su apoyo. Como es lógico,concedemos gran importancia a la historia, y enespecial a la historia de Alemania, así como tam-bién a la historia del movimiento obrero, razónpor la cual manifestamos que no puede habermás que una doctrina científica y una teoría de laedificación del socialismo, y que esa doctrina yesa teoría es el marxismo—leninismo. En conse-cuencia planteamos a n t e los funcionarios denuestro Partido y de los organismos del Estado latarea de estudiar el marxismo—leninismo. Peroello no significa que exijamos de ellos la acepta-ción del marxismo—leninismo como concepcióndel mundo.

La pregunta se refiere también a las razonespolíticas y éticas. Ya he explicado cuáles eranlos sectores a los que se dirigía preferentementenuestro Partido. Se trataba de sectores influencia-dos por la demagogia nacionalista y social de laburguesía monopolista, lo que en su tiempo lesindujo a ingresar en el partido nazi. ¿Qué es lanación? ¿Qué son el pensamiento y la acción na-cional? ¿Dónde está la verdadera patria de lostrabajadores? A todas estas preguntas teníamosque dar una respuesta, y la dimos explicando quela determinación del contenido de tales concep-tos éticos sólo es correcta cuando se parte de losintereses de los trabajadores.

F.—K. Bartnig (UDC): Los miembros de nuestropartido no son marxistes, son cristianos. Los cris-tianos tienen muchos problemas que pueden serresueltos conjuntamente con los marxistas, sobrela base de la teoría marxista. Vemos, por ejemplo,lo que ocurre en el plano económico. No existeuna doctrina económica específicamente cristia-na. Dentro de las distintas formaciones económi-co—sociales los cristianos participaron en la crea-ción de distintos sistemas económicos. Si bajo elsocialismo surgen en los medios cristianos con-tradicciones y objeciones por lo que atañe a lascuestiones económicas, ello no obedece a razonesideológicas, sino a causas políticas. Pero tambiénexisten los problemas ligados a la concepción delmundo, y en este plano la situación es distinta,pues un cristiano no puede ser ateo.

Aquí no puede haber una solución común. Hay,claro está, cristianos que se vuelven ateos. Pro-bablemente también hay ateos que se hacen cris-tianos. Esto es posible, pero se trata únicamentede casos aislados. Por lo demás, no constituyeun problema, pues es una cuestión que cada unoresuelve por sí mismo. No obstante, los cristianosy los marxistas colaboran en nuestro país en todos los problemas políticos de carácter práctico.Ciertamente, tal colaboración no se halla exentade conflictos, dificultades y discrepancias, perohemos aprendido a colaborar.

Al principio, naturalmente, hubo más dificulta-des que ahora. No se debe olvidar que antes losmarxistas siempre veían a la Iglesia cristiana a]lado de sus enemigos. Por otra parte, en la socie-dad burguesa los cristianos estaban acostumbra-dos a la idea de que no tenían nada de qué tratarcon los marxistas. Vemos, pues, que la experien-cia del pasado da o ha dado origen a muchas

ideas preconcebidas y a numerosas dudas. Pese aello hoy cabe decir que el PSUA, gracias a unapolítica muy inteligente y muy tolerante en las.cuestiones ligadas a la concepción del mundo, hacreado unas condiciones que no sólo permiten lacolaboración entre cristianos y marxistas, sinoque fiacen esa colaboración cada vez más sincera,eficaz y amistosa.

En nuestra colaboración práctica no discutimos,sobre si el ateo tiene o no razón desde el puntode vista de la concepción del mundo. No creemosque eso sea necesario para la colaboración. Enlos problemas políticos prácticos, ya se trate delos problemas nacionales de Alemania, de cues-tiones económicas o de problemas culturales, lacolaboración es posible. Esto ha sido confirmado-a más y mejor por una experiencia práctica deveinte años. Conviene decir a este respecto que'en la ética cristiana hay numerosísimos puntos:de contacto y elementos comunes con las concep-ciones éticas de los marxistas. Así, en el pro-blema de la propiedad, la fe cristiana no contieneprescripciones obligatorias, es decir, no exige queel cristiano tenga necesariamente en propiedadprivada medios de producción. Al contrario, enla ética cristiana hay muchos más elementos enlos que se señala que la propiedad social corres-ponde mejor a las ideas cristianas de fraternidad;y amor al prójimo que la concentración de me-dios de producción en manos privadas.

Quiero decir que en el problema de la explota-ción del hombre por el hombre, aun partiendo deconsideraciones de otra índole, los cristianos pue-den dar la misma interpretación que los mar-xistas. Nuestra experiencia nos muestra que los.principios de la ética cristiana —la dedicación ala paz, el amor al prójimo, la fraternidad y lajusticia social— no pueden aplicarse en ningunaformación social mejor que en el socialismo. Los;elementos comunes que tenemos con los marxis-tas son más que suficientes para resolver conjun-tamente los problemas prácticos de la política.

Al colaborar con los demás partidos del Bloquehemos podido comprobar siempre en ellos la sufi-ciente tolerancia para que los cristianos puedan-profesar su fe y, al mismo tiempo, resolver con-juntamente con los marxistas y los demás ciuda-danos de nuestro país los problemas comunes del'socialismo.

Ciertamente, no todos los cristianos han com-prendido esto de un modo correcto y cabal. En<diversos organismos de la jerarquía religiosa haytodavía resistencias a esta posición básica y exis-ten aún criterios contrarios a ella. Pero vistaslas cosas con más detenimiento, se podrá adver-tir que estas ideas preconcebidas casi nunca es-tán determinadas por la fe cristiana, sino por unaposición política que en modo alguno es impues-ta por la fe.

Nos referimos, por ejemplo, al hecho de quelas manifestaciones de los dos últimos papas ydel Concüio Vaticano sobre la paz o la cuestión'social tienen más eco en los países socialistas que,pongamos por caso, en Alemania Occidental. ¡Pe-ro el señor Erhard pretende llamarse canciller

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PUESTEAS ENTREVISTAS

•cristiano! Muchos ejemplos de convivencia y co-laboración entre marxistas y cristianos fueronmencionados en la entrevista de Walter Ulbricht,primer Secretario del CC del PSUA, y un grupode teólogos. En las actas de la entrevista figurauna importante tesis formulada por Walter Ul-bricht aproximadamente en los términos siguien-tes: «Entre los objetivos de la sociedad socialistay los principios, las ideas y las orientaciones so-ciales del auténtico cristianismo no hay oposiciónantagónica». Sobre esto mismo se habló tambiénen la entrevista celebrada en Einsenach entre Wal-ter Ulbricht y el obispo Mitzenheim.

P re g u n t a: ¿Cómo se aseguran y realizan enla práctica la colaboración y la igualdad de dere-chos de los partidos del Bloque Democrático?¿Surgen divergencias en el curso de esta colabo-ración? ¿Cómo se superan?

A. Loewe (PLD): La labor del Bloque Democrá-tico no se reduce a los debates sobre tal o cualcuestión y a las votaciones. El contenido princi-pal de la actividad del Bloque reside para nues-tros partidos en una permanente colaboración.Esto significa que toda la labor de partido serealiza en el espíritu de la política del Bloquey debe contribuir a la realización de sus ideas,cosa que no siempre resulta fácil, pues en losdistintos partidos hay gentes que aún no hancomprendido del todo la esencia de la políticade bloque. En las reuniones del Bloque se hanproducido y siguen produciéndose choques de di-versa índole, pero siempre nos guiamos por el•deseo —acertado desde el primer momento— dehallar un cauce común y de marchar unidos, de-jando a un lado todo lo que pueda dividirnos.

K. Jakobs (PND): En cuanto a la pregunta sobrela igualdad de derechos de los partidos del Blo-•que Democrático y cómo esta igualdad se efectúaprácticamente. Entre nosotros existe la siguientecostumbre: cada cual puede y debe decir lo quepiensa y lo que considera que es justo. Cada unotiene el derecho a proponer que el Bloque sereúna para discutir los problemas conjuntos. Yesto, en efecto, se practica constantemente en•el trabajo. Voy a aducir un ejemplo. En relacióncon la preparación de la ley sobre el sistemaúnico socialista de instrucción pública la direc-ción del PSUA adoptó una determinada decisión.De ello nos informó Paul Froehlich, miembro delBuró Político del CC del PSUA y primer secreta-rio de la dirección regional del PSUA. Acordamosque la dirección regional del PSUA tomara la ini-ciativa para que en una reunión del Bloque departidos se dieran las oportunas explicaciones afin de que en lo sucesivo se intercambiasen opi-niones y se llegase a un acuerdo sobre esta•cuestión.

Esto indica cuál es el mecanismo de la colabo-ración de los partidos del Bloque. ¿Cómo estánlas cosas en lo que concierne a las diferencias de-opiniones? ¿Transcurre esta colaboración sin con-flictos? Desde el comienzo se sigue en el Bloque«1 siguiente principio: las decisiones se toman

únicamente cuando se ha llegado a un acuerdo.Esto quiere decir que la discusión se prolongahasta que se encuentra una solución conjunta.Pero se puede decir que en la práctica —por lomenos durante los diez o quince años últimos—han desaparecido los puntos de vista diametral-mente opuestos.

Otra reflexión más acerca de esta cuestión. Alnivel de las direcciones centrales y también re-gionales y, en mi opinión, en la mayoría de losdistritos el problema de los conflictos es semejan-te a como acabamos de exponer. Pero si nos refe-rimos a determinadas medidas prácticas, porejemplo en relación con la concentración y espe-cialización de la red comercial, entonces vemosque a veces en tal o cual ciudad no se tiene losuficientemente en cuenta el comercio privado,comprendido el comercio en comisión, lo que ha-ce que éste no pueda cumplir sus tareas en laesfera del abastecimiento. Y cuando a tales asun-tos no se les presta la debida atención nosotros,u otros partidos amigos, nos ocupamos de ello ydecimos: de este problema tenemos que hablaren el Bloque o en el Comité del Frente Nacional.Y seguidamente se hacen las correspondientes pro-puestas.

F.—K. Bartnig (UDC): Aduciré dos o tres ejem-plos prácticos más acerca de la colaboración y dela dilucidación de las divergencias. Pero antes deproseguir es preciso subrayar que sobre Jas cues-tiones políticas fundamentales no existen discre-pancias entre nosotros. Sin embargo, en muchosproblemas prácticos, que solventamos conjunta-mente, sí que existen, en particular incluso enla preparación de las leyes. Como ejemplo sepuede citar la ley sobre el sistema único socialis-ta de instrucción pública. Desde h a c e muchotiempo es costumbre entre nosotros que las leyesimportantes que atañen a la vida de todo alpueblo sean discutidas por la población antes deaprobarse. En la mayoría de los casos esto serealiza a lo largo de tres o seis meses. El proyec-to de ley se presenta a la opinión pública y sediscute abiertamente. Todo el que lo desea puedeparticipar en la discusión. Nosotros participamosen la organización de estos debates. Incluso so-mos los iniciadores de las discusiones en el Fren-te Nacional.

Durante la marcha de las deliberaciones seemiten muchas opiniones y se hacen muchas pro-puestas e incluso se propone cambiar el texto delproyecto. En relación con la ley sobre la instruc-ción y la educación socialistas fueron hechas tam-bién muchas propuestas por todos los partidos yotras organizaciones. Nosotros también propusi-mos las nuestras. Por ejemplo, el proyecto conte-nía una serie de formulaciones sobre la formaciónideológica de los alumnos y de los estudiantesque, a nuestro entender, podían provocar la in-comprensión de los cristianos. En su lugar pro-pusimos otras que considerábamos mejor formu-ladas.

Esto se tuvo en cuenta en el texto definitivo dela ley. Además, nuestra opinión era que, porejemplo, el papel de la educación familiar no es-

NUESTBAS ENTBEVISTAS 81

taba lo suficientemente destacado. Presentamosvarias propuestas y en la ley se hizo un gran hin-capié sobre este particular. Lo mismo ocurrió conla ley sobre la juventud.

P r e g u n t a : Háblennos, por favor, de losprincipios orgánicos de la actividad de sus parti-dos. ¿Cómo se realiza la preparación de cuadros,en qué formas y en qué direcciones se lleva acabo la labor de investigación?

K. Jakobs (PND): Nuestro partido se rige por elprincipio territorial. Esto quiere decir que sus or-ganizaciones se crean en las barriadas, comu-iñas y ciudades. Tienen organismos dirigentes elec-tos, a los que nosotros llamamos direcciones. Seeligen anualmente en las asambleas de sus mili-tantes. La antigua dirección presenta un balan-ce de su gestión, el cual se discute, y se proponeun programa de trabajo, que también es sometidoa deliberación antes de ser aprobado.

La asamblea de militantes se reúne mensualméh-te en cada una de las organizaciones de base.Por lo menos el 95% de nuestras organizacionesde base de la región celebran sus reuniones conregularidad. En cada organización funciona uncírculo de estudios. Esta es otra de las activida-des que dichas organizaciones realizan mensual-mente, y en la cual participan del 30 al 50% delos afiliados.

En cada distrito y en cada región existen orga-nismos dirigentes elegidos por las conferenciasdel partido. Los distritales se eligen cada dosaños, y los regionales cada cuatro. Los congresosordinarios del partido se celebran asimismo cadacuatro años. La dirección central la ejerce el Co-mité Principal, compuesto por unas 100 perso-nas. El Comité Principal elige de entre sus miem-bros el Consejo Directivo del partido y constituyeun pequeño secretariado en calidad de organis-mo de trabajo. Los órganos dirigentes así elegi-dos se reúnen por los menos una vez por trimestre(el Consejo Directivo), y el secretariado cada 14días. Esta es la marcha normal, pero en casos ex-cepcionales es natural que se celebren reunionesextraordinarias.

He olvidado decir que en las asambleas de mili-tantes se debaten los temas mensuales directa-mente relacionados con las tareas políticas másactuales, temas que son señalados por los orga-nismos centrales para todo el partido. Por lo tan-to, existe la posibilidad de discutir en cada lugar,con arreglo a las condiciones locales y a los pro-blemas concretos, las cuestiones tocantes a la co-laboración en la realización del plan económiconacional.

La preparación de cuadros y el trabajo de in-vestigación se efectúan a través de la escuela delpartido, donde hay organizados cursos de diver-sos grados. Actualmente la forma principal sonlos cursos de diez semanas y de medio año deduración. Funcionan, además, cursos de prepara-ción de cuadros que duran de cinco a seis sema-nas. También se dan cursos breves para determi-nados grupos profesionales, por ejemplo sobre

cuestiones económicas y culturales, que se pro-longan de dos a tres semanas.

La escuela del partido realiza asimismo una de-terminada labor de investigación, que se des-prende del contenido específico de nuestro traba-jo de partido. Por ejemplo, se estudian determi-nadas tradiciones de las capas pequeñoburguesasy su importancia en la historia de Alemania, lasconcepciones de estas capas sobre la democraciaparlamentaria, etc. Así he podido darles a cono-cer a ustedes, a la vez, cómo se preparan loscuadros dirigentes del partido.

W. Haerting (PCD): Nuestro partido tiene tresescuelas, entre ellas una central. Aneja a la di-rección de nuestro partido se ha creado una co-misión que para 1968, es decir, para el vigésimoaniversario del partido, debe preparar la historiadel primer partido campesino democrático de Ale-mania.

A. Loewe (PLD): Adjuntas a la dirección cen-tral de nuestro partido existen comisiones encar-gadas de estudiar distintos problemas, elaborarpropuestas para los organismos centrales y pre-parar las resoluciones de la dirección central, lascuales son obligatorias para todas las instancias,incluidas las más inferiores. A su vez, las resolu-ciones que llegan al centro desde la base se tie-nen en cuenta de forma que la democracia delpartido sea no sólo observada, sino que tambiéninfluya favorablemente en el sucesivo desarrollo.

P r e g u n t a : ¿Con qué partidos extranjerosmantienen relaciones permanentes?

A. Loewe (PLD): En Alemania Occidental hayun partido al que, a veces erróneamente, se lellama «hermano». Es el Partido Democrático Li-bre (PDL). Ello se debe a que en 1945 teníamosestatutos idénticos. Pero el PDL se ha convertidoactualmente en un partido de empresarios, en unpartido de monopolistas. Por tanto, han desapa-recido las posibilidades de colaboración que habíahace unos cinco años o más. Es cierto que mante-nemos relaciones con ciertos miembros del PDLy también con empresarios y comerciantes sinpartido de la RFA.

Asimismo existen contactos oficiales. Por ejem-plo, hace unos cuantos años el presidente de laCámara Popular, Dr. J. Dieckmann, pronunció undiscurso en Marburgo a invitación de la UniónDemocrática de Estudiantes. En el último tiempo,y en relación con la carta abierta del CC delPSUA al Partido Socialdemócrata, a través delsecretario general de nuestro partido, Dr. Man-fred Gerlach, hicimos una declaración que fueenviada al presidente del PDL, vicecanciller Men-de, en la que proponíamos negociaciones de altonivel entre los organismos dirigentes.

W. Haerting (PCD): Nuestro partido mantienerelaciones muy estrechas con la Unión AgrariaPopular Búlgara y con el Partido Campesino Uni-ficado de Polonia. Estas relaciones se mantienenen gran parte a través de la dirección de nuestropartido. Y en tanto que Leipzig es el centro de la«universidad verde», de las exposiciones agríco-

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las, todas las delegaciones que llegan de Bulgariay de Polonia nos visitan también a nosotros. Elresultado es que entre nosotros se han establecidounos lazos personales muy estrechos.

En lo que respecta a Alemania Occidental pro-curamos establecer contactos con la Unión Cam-pesina. Mas ello es muy difícil. A pesar de queel señor RehwinkeU habla mucho de democracia,no la estimula. Insiste en que es preciso ayudara los campesinos de Alemania Occidental, en queél no está de acuerdo con las medidas que aplicael Gobierno de Bonn; pero al mismo tiempo im-pide que los campesinos germanooccidentales,que quieren aprender de nosotros, visiten nuestraRepública. Han quedado sin respuesta las cartasde la dirección de nuestro partido, etc.

Mantenemos con muchos campesinos germano-occidentales mejores relaciones que con la UniónCampesina. Invitadas por la dirección de nuestropartido nos han visitado muchas delegaciones deuniones campesinas y de agrupaciones de peque-ños campesinos, etc., de países europeooccidentales: de Italia, Francia, etc. Nos han visitado mu-chas delegaciones agropecuarias de Dinamarca,Noruega, Finlandia, Chipre y Japón, que han po-dido ver de cerca nuestra agricultura socialista.

K. Jakobs (PND): A la pregunta acerca de lasrelaciones con los partidos extranjeros puedo res-ponder lo siguiente: no mantenemos relacionessólidas ni una colaboración constante. Esto se re-fiere también a Alemania Occidental. Aprove-chando nuestra experiencia y las enseñanzas teó-ricas de nuestro partido procuramos influir en lasgentes de Alemania Occidental que vuelven amorder el anzuelo de la actual demagogia revan-chista y nacionalista, o que por lo menos se en-cuentran bajo el peligro de ser víctimas de esapolítica. Como es sabido, en Alemania Occidentalhay un partido que también se denomina nacio-nal—democrático. Este partido no tiene nada decomún con nosotros ni por nuestra parte existela menor intención de entablar relaciones ni denegociar con él. Es a todas luces un partido neo-fascista. Esto se lo hemos explicado a los miem-bros de nuestro partido y nos hemos distanciadode ese partido que lleva nuestro mismo nombreOtra cosa distinta es que, como es natural, procu-remos dirigirnos a los electores que votan pordicho partido con la finalidad de ayudarles a com-prender que de nuevo se les quiere llevar porderroteros fascistas.

1 Presidente de la Unión Campesina (N. de la R.)

P r e g u n t a : ¿Cuáles son las tareas concretasque se plantean sus partidos actualmente y en unpróximo futuro?

A. Loewe (PLD): Tenemos que ayudar a nues-tros hombres a que cumplan mejor las tareas quetiene delante la República. Todos los partidos delBloque han declarado ya que en este sentido seprecisan las capacidades de todos nuestros mili-tantes, particularmente de los dirigentes y pro-pietarios de las empresas privadas y de las em-presas con participación estatal, las cuales debencumplir tareas cada vez más importantes en or-den al abastecimiento. También hay que darles aconocer las tareas que se plantean en el terrenopolítico—ideológico a la luz de la realización dela revolución técnica.

Yo personalmente dirijo una empresa con par-ticipación estatal en la que trabajan 50 obreros.Durante las ferias y otros encuentros de carácterpangermano son frecuentes las visitas de delega-ciones o simplemente de ciudadanos de la RFAque se interesan mucho por conocer las relacio-nes entre las empresas privadas y el Estado yformulan las correspondientes preguntas. Es sin-tomático que a muchas de las preguntas contes-tan mis colaboradores, contestan en mi lugar.Este es un signo de crecimiento de la concienciapolítico—ideológica y, al mismo tiempo, del or-gullo cada vez mayor de sentirse copropietariosdel patrimonio socialista.

K. Jakobs (PND): La tarea principal consisteen que los miembros de nuestro Partido conozcanlos problemas de la segunda etapa del nuevo sis-tema de dirección económica a fin de que cadauno en su puesto pueda desempeñar un activo pa-pel movilizador y educativo. Como es natural, nosocupamos asimismo de conseguir que los empre-sarios privados, los artesanos y los pequeños co-merciantes puedan desempeñar su función al ni-vel de la segunda etapa del nuevo sistema econó-mico. Así contribuimos a elevar la eficiencia dela economía nacional y de la racionalización. Eneste sentido existen, claro está, determinadosproblemas de concentración y especialización. Aeste respecto hay algunos ejemplos que contri-buyen a que los miembros del partido se pre-paren ideológicamente para colaborar, a base dellibre consentimiento, con empresas semiestatales.Existen igualmente algunos casos de unificacióncon semejantes empresas. Pero esto no es másque el comienzo.

L

¡Tengamos presentes laslecciones de la historia!EN EL XXX ANIVERSARIO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA.

En estos meses la humanidad progresista, los revo lucionarios y los demócratas de todo el mundo celebranvarias fechas vinculadas al trigésimo aniversario del comienzo de la heroica lucha del pueblo español contrala reacción interior y mundial: el levantamiento de los trabajadores españoles para hacer frente a la subleva-ción fascista en julio de 1936, la creación de las Briga das Internacionales, la llegada de los voluntarios so-viéticos —aviadores y tanquistas— a España en octubre de 1936 y la primera derrota del fascismo internacio-nal a las puertas de Madrid en noviembre del mismo año.

«Cuál es el significado histórico de la guerra nació nal revolucionaria del pueblo español y qué lugar ocu-pa en el desarrollo del movimiento revolucionario mun dial? ¿Cuáles son las lecciones fundamentales de losacontecimientos que en aquel entonces acaecieron en España para la lucha de los pueblos contra la agresiónimperialista, por la libertad y la independencia en las circunstancias de hoy? Estas preguntas fueron formu-ladas por redactores de nuestra Revista a un grupo de veteranos de la guerra nacional revolucionaria espa-ñola, que se reunieron en un encuentro internacional, celebrado en Berlín el pasado mes de julio.

A continuación se insertan las respuestas.

ENRIQUE LISTER,miembro de Comité Ejecutivo de¡CC del Partido Comunista de Es.paña y genera! del Ejército Repu-blicano.

— La lucha por nuestro lado fueuna lucha justa, una guerra nacio-nal revolucionaria. Una guerra pro-gresista y de liberación que, a pesarde la derrota, quedará como unapágina gloriosa de las luchas he-roicas del pueblo español. Como lamás grande epopeya de la historiamoderna española.

La agresión armada de las fuer-zas militares de Hitler, Mussolini yy Salazar y el empleo contra elpueblo de las unidades marroquíesy de la Legión Extranjera dotarona la lucha popular del carácter deguerra de liberación nacional endefensa de la independencia, gra_\emente amenazada por semejanteintervención armada de fuerzas ex-tranjeras.

El pueblo comprendía que al lu-char contra la agresión fascista lu-chaba por destruir las bases ma-teriales del fascismo y de la re-acción en España y puso manos ala obra con inmenso entusiasmo ydecisión.

Por ese mismo carácter de con-tienda contra la tiranía fascista y endefensa de valores y derechos tanesenciales para un pueblo como suindependencia y libertad, esa gue-rra tenía simultáneamente el carác-ter de guerra revolucionaria.

La historia tendrá que valorar elesfuerzo y la capacidad de un pue-blo que bloqueado por la reacción«na intervencionista», desarmado,atacado por gran parte de las pro-pias fuerzas armadas y por los ejér-citos del hitlerismo y del fascismoitaliano y portugués, en medio dela lucha contra el enemigo decía,rado y contra las incomprensiones,las insuficiencias, los errores y lastraiciones, logró crear un Ejércitodotado de una extraordinaria for-taleza moral, capaz de sostener du-rante cerca de tres años una resis-tencia eficaz y aun de obtener enalgunas ocasiones importantes victo-rias sobre sus poderosos enemigos.

Los treinta años transcurridos1

desde el comienzo de la guerra deEspaña están llenos de luchas yacontecimientos extraordinarios quehan ejercido una influencia decisivaen los destinos de la humanidad.Pero los grandes y trascendentalesacontecimientos ocurridos desde laguerra de España a nuestros días nohan enterrado en el olvido —comosi se tratara de algo históricamenteinoperante— el valor ejemplar y lasenseñanzas de esa guerra.

La guerra de España sigue siendoconsiderada como un hecho de per-manente actualidad porque sus en-señanzas continúan teniendo palpi-tante valor.

La guerra de España demostró ysigue demostrando a los pueblosque luchan por conquistar o de-fender su independencia y libertadla necesidad de la unidad de acción

de la clase obrera con todas lasfuerzas progresistas y patrióticas encada nación y en todas las nació,nes para defender juntos la paz yel progreso histórico de los pue-blos, frenados por las fuerzas re-accionarias, imperialistas y colonia-listas.

La guerra de España demostróy sigue demostrando a todos loshombres de espíritu abierto a laverdad el valor y la fuerza del in-ternacionalismo proletario, que tuvosu más alta expresión en las Briga-das Internacionales y otros volun-tarios de la libertad llegados a Es-paña de cerca de 60 países. Hacever a los pueblos la necesidad enque están •—en defensa de sus pro-pios derechos y libertades— de acti.dir en ayuda por todos los mediosposibles de cualquier pueblo quelucha por su independencia, que sedefiende contra la agresión de lasfuerzas reaccionarias, interiores e in-ternacionales.

Ante la salvaje agresión norte-americana al Vietnam, sus provoca-ciones contra Cuba y otros pueblos,la política de guerra de AlemaniaOccidental, cuyo primer objetivo esla agresión contra la República De-mocrática Alemana, las enseñanzasde la guerra de España conservantoda su actualidad.

Llegamos al trigésimo aniversariode la guerra de España en mediode un auge de luchas por ponerfin a la dictadura fascista. Los he-chos vienen confirmando cada díala justeza de la política preconizada

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por el Partido Comunista de recon.dilación de todos los que perdimos¡a guerra, que somos la casi tota-lidad de los españoles, porque laverdad es que los ganantes fueronla gran oligarquía monopolista y te-rrateniente, de la que hoy formanparte los generales traidores que ladesencadenaron.

De día en día son más los es.pañoles que creen en la posibilidadde que en España se puede ponerfin a la dictadura franquista y lle-var a cabo los cambios políticos ne-cesarios sin tener que pasar poruna nueva guerra civil y esa segun-da vuelta con que los «ultras» delrégimen amenazan constantemente.

Últimamente tienen lugar hechospolíticos significativos de la profun-da evolución operada en la actitudde las fuerzas que en otros tiemposcreían en el régimen y lo soste.nían.

Jamás bajo el régimen franquistala unidad de combate entre obre-ros, campesinos, intelectuales y es-tudiantes había llegado a un talgrado. En la lucha no están sólolos hijos de ¡os enemigos de siem-pre del régimen, los hijos de losque hemos luchado contra su im-plantación y luego no hemos dejadode combatirlo ni un so!o día, sinoque están también los hijos de mu-chos! de los que ayudaron al esta-blecimiento de la dictadura y entreellos no pocos hombres ya madu-ros que lucharon contra nosotroscon las armas en la mano.

Para llegar a esta situación deluchas de todo tipo que anuncianya la victoria sobre la dictadura, elpueblo tuvo que recorrer un largocamino de sufrimientos y sembradode víctimas, pero nada ni nadie po-drá detener ya la marcha hacia suliberación.

EUGENIUSZ SZYR,miembro del Buró Político del CCdel Partido Obrero Unificado Pola-co, vicepresidente del Consejo deMinistros de ¡a RPP, combatiente ycomisario político de la Brigada In-ternacional Dombrowski.

— La guerra nacional revolucio-naria que en los años 1936—1939sostuvo el pueblo español fue dehecho la primera etapa de la Se-gunda Guerra Mundial. Sin embar-go, pudo haber terminado con lavictoria del pueblo. En tal caso los

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destinos del mundo habrían sidootros. A finales de julio de 1936la sublevación fascista fue aplasta-da en gran parte del territorio es-pañol. La República se habría hechodueña de la situación si no lo hu-biera impedido la intervención ar-mada de Italia fascista y de la Ale-mania hitleriana.

En esta guerra se jugaba no yasólo la suerte de la libertad y dela democracia en España. Su des-enlace podía ser el punto de par-tida de la ofensiva universal de lasfuerzas antifascistas o de una te-rrible invasión del fascismo en Eu-ropa y Asia. Por consiguiente, loque en esa guerra estaba en juegoeran los destinos del mundo y elsalvar a la humanidad de enormespérdidas de vidas humanas y deinmensas destrucciones.

La República Española fue derro-tada, pero los sacrificios del valien-te pueblo español no han sido es-tériles. Tampoco ha quedado en elolvido la obra heroica de las Bri-gadas Internacionales, de ese movi-miento, sin parangón por sus pro-porciones, de solidaridad internacio-nal con la guerra antifascista deEspaña.

En primer lugar, sobrevino uncompás de espera en la realizaciónde ¡os planes hitlerianos de agresióny de guerra y se extendió la ideade la resistencia armada a la agre-sión fascista, lo cual no pudo dejarde influir en la marcha de los acon-tecimientos y en la formación, enel curso de la guerra, de la grancoalición antifascista.

En segundo lugar, se adquirió unainapreciable experiencia en cuanto ala organización del Ejército Popu-lar, a la conducción de la guerrade guerrillas y a la creación de unadefensa eficaz ante las fuerzas su-periores del invasor, lo cual cons-tituyó un importante eslabón en laorganización de la lucha armadacontra los invasores hitlerianos.

En tercer lugar, la evolución delos gobiernos populares en Españacondujo en el transcurso de las du-ras jornadas de la guerra a la crea-ción de formas democrático—popu-lares de poder estatal. En este sen-tido, la experiencia de la actividadpolítica y de la construcción esta-tal en España fue la precursora delos Estados de democracia popularque habrían de formarse más tardeen Europa y Asia.

En cuarto lugar, la lucha delFrente Popular y su victoria en las

elecciones parlamentarias del 16 defebrero de 1936 fueron y siguensiendo un ejemplo demostrativo dela posibilidad y la eficacia de uti-lizar las instituciones y los derechosdemocráticos en un Estado capita-lista para constituir gobiernos po.putares que se apoyen en la alianzaobrera y campesina y en la coaliciónpolítica de todas las fuerzas demo-cráticas y progresistas, en la que lafuerza más dinámica y consecuenteson los partidos comunistas y obre-ros. En determinadas condicioneshistóricas esta posibilidad puedeconvertirse en realidad. Así ocurrióen España.

La lucha de los pueblos oprimi-dos y coloniales por su emancipa-ción nacional y social es —juntocon la formación del sistema so-cialista mundial— el rasgo distin-tivo fundamental de la época pre-sente. En esta lucha desempeña ungran papel la experiencia de la gue-rra en España de los años 1936—1939. Y hoy día tiene una singularimportancia el aprovechamiento deesta experiencia para la organi-zación de la solidaridad internacio-nal con los pueblos y Estados con-tra los cuales están enfiladas lasfuerzas de la agresión asoladora.

Por todo el mundo se han desa-tados olas de solidaridad con el he-roico pueblo de Cuba, en apoyo ala prolongada y tenaz lucha delpueblo de Argelia, contra la inter-vención de Estados Unidos en laRepública Dominicana. En este mo-vimiento de solidaridad han desem-peñado un gran papel, a veces de-cisivo, la política y la actividad dela Unión Soviética y de otros Esta-dos socialistas.

La situación mundial se diferen-cia hoy esencialmente de la queexistía en 1936—1939. Ha habidocambios en la correlación de fuer-zas en la palestra mundial y haymuchas más posibilidades objetivaspara organizar la solidaridad inter-nacional con los pueblos que lu-chan por su libertad e independen-cia.

La agresión abierta de EstadosUnidos contra Vietnam ha colocadoal movimiento de solidaridad inter-nacional ante una gran prueba. Esdifícil en una breve interviú carac-terizar las proporciones de la nece-saria ayuda en armas que se prestaal heroico pueblo vietnamita. Sinembargo, ante la criminal políticade escalada es preciso que las for-mas de la solidaridad internacional

se eleven a un nivel superior. Enciertos aspectos, por ejemplo, en lalucha por la formación de un am-plio frente de todas las fuerzas pro-gresistas y antiimperialistas, así co-mo también en el sentido de movi-lizar a las masas del mundo capita-lista, el movimiento de solidaridadcon la República Democrática deVietnam y con el Frente Nacionalde Liberación de Vietnam del Sur,que sostiene una lucha heroica, esaún muy débil en comparación conla campaña similar que se llevó acabe en defensa de la RepúblicaEspañola.

PAUL VERNBR,miembro del Buró Político del CCdel Partido Socialista Unificado deAlemania y en los años 1937—1938comisario político de ¡la XI y XVBrigadas Internacionales.

— En la guerra nacional revolu-cionaria del pueblo español se tra-taba no sólo de defender a la Re-pública Española del putsch de lacamarilla militar de Franco y de laintervención del imperialismo fas-cista germano. Se trataba, además,de defender en España la paz, lademocracia, la libertad y la inde-pendencia de todos los pueblos quese veían directamente amenazadospor los planes agresivos del impe-rialismo fascista germano.

La verdad es que el plan delputsch clerical - fascista había sidoelaborado conjuntamente con el Go-bierno hitleriano. Los documentossecretos, hasta hace poco descono-cidos, del Ministerio de RelacionesExteriores de la Alemania fascista,recientemente dados a la publici-dad por nosotros, confirman quesin la intervención del fascismogermano e italiano, Franco jamáshubiera podido vencer a la Repúbli-ca Española. En esos documentossecretos se confirma que los fascis-tas subestimaron la fuerza militardel Frente Popular. Pero bien pron-to pudieron comprobar que sólouna rápida intervención militar po-día cambiar la situación en favorde la reacción española. Los docu-mentos secretos demuestran igual-mente que el imperialismo fascistagermano apoyó la contrarrevolu-ción española, ya que ello coincidíaen absoluto con su designio de pre-parar la segunda guerra mundial.La intervención militar le dio la

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oportunidad de experimentar sunuevo material de guerra y diversasformas tácticas militares, de ocuparbases estratégicas en el Mediterrá-neo y en el Atlántico y de asegu-rarse en la España franquista unaliado seguro en la retaguardia deFrancia. Hay que agregar que losgrupos rectores de los monopoliosalemanes insistían en la agresióncontra la República Española paraasí asegurarse y ampliar sus fuen-tes de beneficios y obtener nuevospuntos de abastecimiento de mate-rias primas estratégicas. El Gobier-no franquista tuvo que conceder alcapital financiero germano, ¡porejemplo, el derecho a explotar 80empresas de la industria extractivaen concepto de pago por la ayudaen armas. Además, el objetivo polí-tico de la intervención militar delimperialismo germano en Españaera impedir el desarrollo democrá-tico de España y —como se dice enla jerga anticomunista de los docu-mentos secretos— «no permitir queEspaña cayera en manos del bol-chevismo». Una manifestación deestos fines —como lo atestiguanlos documentos secretos ahora en-contrados— fue la bárbara con-signa de exterminar a los comunis-tas alemanes que acudieron enayuda de la República Española yque allí luchaban también por lalibertad del pueblo alemán, por li-berarlo del fascismo.

Así, pues, la verdad histórica esque el imperialismo germano fue e]principal culpable de la guerracontra el pueblo español, que Es-paña fue la primera víctima de supolítica agresiva. La justa y clari-vidente valoración que el camaradaWalter Ulbricht hiciera del caráctery los objetivos de la intervenciónfascista en España nos la ofreceun artículo escrito por él en 1936.Allí se dice lo siguiente: «En Espa-ña se está preparando la guerramundial. Los combates de la guerracivil en España son las primerasbatallas de la guerra mundial...¡Hitler se prepara en España parala guerra mundial!».

La lección principal de aquellosaños es la siguiente: el heroico pue-blo español, su Ejército Popular, loscasi 35.000 combatientes de las: Bri-gadas Internacionales de más decincuenta países —comunistas, so-cialdemócratas, hombres progresis-tas de todas las capas sociales, detodas las convicciones e ideas políti-cas— y, por último, la gran Unión

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Soviética socialista, el único entre to-dos los Estados, hicieron en aquelentonces todo lo que estuvo a sualcance para desbaratar los planesagresivos de Hitler de conquista yreparto del mundo en beneficio delimperialismo germano y para impe-dir el estallido de una nueva guerramundial. Si esto no se consiguió enaquel entonces, si la guerra en Es-paña fue, a pesar de todo, para elimperialismo germano un ensayogeneral de la segunda conflagra-ción mundial, se debió, en primerlugar, a que los gobiernos de laspotencias imperialistas occidentalesentorpecieron los esfuerzos desple-gados por la Unión Soviética paraorganizar en todo el mundo la de-fensa colectiva contra los agresoresfascistas. Al amparo de la hipócri-ta consigna de la no intervenciónapoyaron el putsch fascista de Fran-co y la intervención germano-ita-liana, asestando así un golpe porla espalda al pueblo español en lu-cha y al movimiento antifascistauniversal. La política de «no inter-vención» de Inglaterra y Francia yla política de «neutralidad» seguidaentonces por el Gobierno de Esta-dos Unidos constituyeron de hechouna capitulación ante el fascismo,favorecieron su bandidesca políticaanexionista y la estimularon. Esapolítica condujo, lógicamente, a losacuerdos de Munich, a la SegundaGuerra Mundial, y acarreó conse-cuencias funestas para los pueblosde dichos países.

Nuestro deber es recordar estasduras y costosas lecciones de la his-toria de la guerra nacional revolu-cionaría en España y aprovecharíasen la lucha universal contra la bár-bara y criminal guerra que el im-perialismo norteamericano hace alpueblo de Vietnam.

Al igual que actuó Hitler en Es-paña, hoy día los imperialistas nor-teamericanos, atropellando el Dere-cho internacional, han invadido Viet.nam; de la guerra encubierta hanpasado a la guerra descarada y hanatacado a la República Democráticade Vietnam, Estado soberano. Consus bombardeos aéreos de Hanoiy Haifong van ampliando cada vezmás el conflicto y están creando elpeligro de una tercera conflagra-ción mundial.

Lo mismo que en aquel entoncesla actitud /rente a la agresión fas-cista en España fue la piedra de to-que del auténtico humanismo y dela verdadera voluntad de paz, aho—

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ra lo es la actitud frente a la gue-rra criminal de los imperialistasyanquis en Vietnam y al apoyo dela misma, sobre todo por parte delimperialismo germanooccidental.

Al lado del heroico pueblo viet-namita en lucha y de su justa cau-sa están la Unión Soviética, los de-más países socialistas y todas lasfuerzas universales amantes de lapaz. La guerra criminal que hacenlos imperialistas norteamericanoscontra Vietnam debe estrellarse yse estrellará ante la heroica luchadel pueblo vietnamita, ante la resis-tencia y la solidaridad de los pue-blos. Que en todo el mundo seacomprendida la Declaración del Co-mité Político Consultivo de los Es-tados del Tratado de Varsovia so-bre la agresión de EE.UU. en Viet-nam y el mantenimiento de la pazen Europa. Que todo el mundocomprenda la seriedad de la adver-tencia contenida en la Declaraciónsobre la agresión de EE.UU. aVietnam: «El Gobierno de EE.UU.debe saber que cuantos más críme-nes se perpetren contra el pueblovietnamita, tanto mayor será la gra-vedad de la culpa y tanto más du-ro el castigo.»

Esta advertencia va dirigida tam-bién a todos los que directa oindirectamente apoyan la agresión deEE.UU. «Los países que ayudan alos agresores suministrando armas,que permiten a los EE.UU. utilizarsu territorio para el traslado y elabastecimiento de las tropas norte-americanas en Vietnam, son cóm-plices de la agresión. Los gobiernosde esos países tendrán que respon-der, tarde o temprano, de esas accio-nes ante los pueblos.»

Nosotros nos apoyamos en el cre-ciente poderío político, económicoy militar de la Unión Soviética yde todos los Estados del campo so-cialista. Protegemos la paz, redobla-mos nuestros esfuerzos para embri-dar y rechazar a los agresores y abo.gamos por un sistema de seguridadcolectiva en Europa. De este modorobustecemos nuestra solidaridadfraternal con el pueblo vietnamitaen lucha. Guiándonos por las lee.ciones de la historia exigimos: ¡Quese ponga fin a la guerra criminalde EE.UU. en Vietnam! ¡Fuera losnorteamericanos de Vietnam! ¡Enar-bolemos en alto la bandera de lasolidaridad int'ernacional!

CESARE COLOMBO,comunista italiano y combatiente dela Brigada Internacional Garibaldi.

— La guerra de España fue elmomento más álgido de la luchademocrática y revolucionaria en laEuropa de los años 20 y 30 denuestro siglo. Es cierto que en esosdecenios tuvieron lugar otros acon-tecimientos que conmovieron a laopinión pública —no ya sólo denuestro continente— y dieron origena grandes campañas políticas y mo-vimientos de solidaridad internacio-nales como el movimiento en apo-yo a la huelga de los mineros in-gleses en 1925, en defensa de Saccoy Vanzetti y, posteriormente, en de-fensa de los jóvenes negros deScottsborough y de los dirigentescomunistas encarcelados por la re-acción. Se efectuaron grandes cam-pañas de protesta contra las gue-rras coloniales [por ejemplo, la his.paño-francesa contra el pueblo deMarruecos], contra la represión de-satada por los colonialistas en In-dochina. Más tarde se organizarongrandes movimientos de solidaridadinternacional con los insurgentesaustríacos en febrero de 1934 y conlos mineros asturianos, que en octu-bre de ese mismo año alzaron labandera de la insurrección contrael Gobierno reaccionario. Por últi-mo, la agresión italiana a Etiopíaen 1935 motivó una serie de mo-vimientos de protesta en los que sefundieron los sentimientos anticolo.nialictas y antifascistas. Mas estosmovimientos, no obstante su impor-tancia y diversidad, por lo generalsólo abarcaron a los sectores de laopinión pública influenciados porlos partidos comunistas y sus alia-dos más próximos.

El movimiento de solidaridad conla guerra nacional revolucionariadel pueblo español fue mucho másamplio, mucho más activo y de ma-yor importancia política. La guerrade España estalló en el momentoen que el nazismo había triunfadoya en Alemania, un año despuésdel VII Congreso de la Internacio-nal Comunista, cuando para el pro-letariado y sus aliados ya eran evi-dentes la agravación del peligro fas-cista y la amenaza de una guerramundial inminente. El desarrollo dela guerra en España anunciaba —yde ello se daban perfecta cuentalas fuerzas revolucionarias— losdramáticos acontecimientos que ha-

brían de conmover a Europa pocosaños más tarde.

En uno de sus artículos apare-cidos en 1945 Togliatti escribió:«En aquel campo de batalla cono-cimos quiénes eran nuestros amigosy quiénes nuestros enemigos, nospercatamos del peligro y cumplimoscon el deber común de todos losdemócratas sinceros; en aquel cam-po de batalla se forjó una auténticaunidad antifascista, escuela concreta,tanto militar como política, escuelapara el pueblo, para las clases, paralos partidos, para los hombres deEstado clarividentes...» «La origi-nalidad de esta guerra -—decía másadelante Togliatti— fue captada porel ala izquierda, por el ala mar.xista, del movimiento obrero, porlos comunistas en primer lugar ypor los socialistas, que a las pocashoras del levantamiento de Francollamaron a t'oda la nación a la de-fensa de su independencia, señalan-do al fascismo internacional comoel enemigo de todos los pueblos deEuropa, y, gradualmente, durante lamarcha de la guerra, demostraronsu capacidad para extraer de estaprimera fundamental premisa estra-tégica del problema todas las con-secuencias que se derivaban. Lo hi-cieron de un modo claro, lógico,sencillo y enérgico, para que pu-dieran ser comprendidas y acepta-das por millones de hombres.. . EnEspaña se luchaba por una demo-cracia de nuevo tipo, por una de-mocracia que, agredida por el fas-cismo, o sea, por las fuerzas másreaccionarias de la sociedad, se or-ganizaba no sólo para repeler el ata.que y defender su existencia, sinopara aplastar definitivamente a suenemigo, impedir que resurgiera yde este modo abrir y mantenerabiertos ante sí todos los caminosdel progreso social y político.» «Sieste primer bastión hubiese caídosin lucha —señaló con justeza To-gliatti en 1945— los destinos delmundo, y en particular los de nues-tro país, habrían sido otros.»

Las lecciones de la guerra de Es-paña, ejemplares para la pasada fa-se del movimiento revolucionario ydemocrático en Europa, siguen sien-do actuales por cuanto se refierena la importancia fundamental de launidad del movimiento popular parasu victoria y al desarrollo de po-tentes movimientos de solidaridadinternacional.

A escala mundial la correlaciónde fuerzas se ha modificado hoyen favor del movimiento revolucio-

nario. La agresión imperialista serealiza, o se ha realizado en unpróximo pasado, en países alejadosde Europa: en Asia, en África, enAmérica Latina. Mas no por eso laclase obrera y el movimiento de.mocrático de Europa Occidental tie.nen que ser simples espectadores. Aicontrario, deben utilizar todas su¿fuerzas —mucho más vigorosas quetreinta años atrás— para impulsa)el movimiento de solidaridad con¡os pueblos oprimidos y amenaza,dos por la agresión imperialista, so.bre todo con el Vietnam comba-tiente, para poder hacer fracasar losintentos de sus respectivos gobier-nos de apoyar la guerra empren-dida por los imperialistas yanquis,para apoyar la resistencia del pue-blo vietnamita y para acelerar laderrota de los agresores.

La clase obrera y todos los de-mócratas de Italia experimentaronlas calamidades derivadas de laagresión de las fuerzas armadas delEstado italiano contra la EspañaRepublicana. A ello siguió el so-metimiento de Italia a la Alemanianazi y la rápida extensión de lasguerras de agresión fascistas.

Una de las enseñanzas siempreactuales de la guerra de España esla necesidad de buscar y encontrarla colaboración de todas las fuerzasrevolucionarias y democráticas, quehaga posible su movilización gene-ral para repeler la agresión e impe-dir que las aventuras imperialistasy las «guerras locales» sean el pre-ludio de un conflicto general.

Esta enseñanza afecta sobre todoal destacamento de vanguardia delmovimiento. Pero deberán hacerlasuya los hombres, las mujeres y losjóvenes de todo el mundo, porquetodos, y no sólo ¡os comunistas, es-tamos interesados en impedir el es-tallido de una guerra atómica, quees adonde conduce lógicamente lapolítica criminal del Pentágono.

ARCHIBALD BROWN,obrero norteamericano, comunista ycombatiente de la Brigada Lincoln.

— Antes de que Franco se su-blevara contra la República Espa-ñola, en Estados Unidos ya seguía-mos, claro está, la lucha del puebloespañol contra los reaccionarios.Nos alegramos de todo corazón deque el pueblo español pudiera ins-taurar la República y nos indigna-

mos y alarmamos profundamente alenterarnos de que los fascistas, en-cabezados por Franco, se habíanalzado contra el pueblo.

Entonces yo tenía poco más deveinte años de edad. Durante la cri-sis económica y la depresión, cuan-do en Estados Unidos existía unenorme desempleo, participé en lacreación de los consejos de para-dos y, posteriormente, en la orga,nización de los sindicatos en el li-toral occidental.

Los comunistas me ayudaron acomprender las causas del paro for-zoso y de la miseria. A los 17 añosingresé en la Liga de JuventudesComunistas y a los 18 años en elPartido Comunista de Estados Uni-dos. Los comunistas me ayudarontambién a comprender las lacras de!sistema capitalista y por qué debeser reemplazado por el sistema so-cialista. Los jóvenes conocíamos nosólo nuestra propia lucha, sino tam-bién la de los trabajadores de todoel mundo. Precisamente en aqueltiempo, oí hablar por primera vezde la Unión Soviética y del socia-lismo. Más tarde nos enteramos delos crímenes de Franco, de su gue-rra contra la República Española,de que Hitler y Mussolini ayudabanal general faccioso. Y esto produjoen nosotros una ira tremenda. Cuan-do se hizo pública la creación delas Brigadas Internacionales, nume-rosos norteamericanos, incluidos mu.chos de nosotros —marineros y car-gadores de San Francisco—, mar-chamos a pelear a España. Tuveque hacer dos intentos para llegara España, porque el Gobierno fran,ees de Blum no nos permitía el pa-so. Dos veces fui detenido en lafrontera. Mas a la tercera conseguíatravesar los Pirineos y me incor.poré a la Brigada Abraham Lincoln.

Cuando a finales de 1938 retor-namos a nuestro país nos unimo?al movimiento norteamericano desolidaridad con la lucha del puebloespañol. Exigimos de nuestro Go-bierno que apoyara al legítimo Go-bierno de España y que prohibierael envío de armas a Franco. Ad-vertimos a nuestros círculos gober-nantes que si no actuaban comonosotros proponíamos, entonces ayu-darían a Hitler y, a la postre, nosveríamos obligados a guerrear con-tra el fascismo. Pero nuestras ad-vertencias no fueron tenidas en cuen-ta. Desgraciadamente, muchas deaquellas advertencias de los comu-nistar y otros hombres progresistas

durante la guerra de España, se vie-ron confirmadas más tarde en larealidad. Durante algunos años elpueblo español, con la ayuda delmovimiento progresista mundial, con-tuvo la ofensiva del fascismo, loque permitió a otros piaíses prepa-rarse mejor, y a la clase obrera mun-dial conocer la existencia del fas-cismo, ese engendro que se atrevíaa pisotear la voluntad del pueblo, ycomprender la necesidad de lucharcontra los fascistas.

Más tarde, cuando comenzó laSegunda Guerra Mundial , la expe-riencia y las lecciones extraídas porel pueblo norteamericano de la lu-cha en solidaridad con España con-tribuyeron a que se movilizara conmucha mayor rapidez para la gue-rra contra Hitler. En efecto, lasfuerzas prohitlerianas de nuestro paísno consiguieron engañar al pueblonorteamericano, en gran medidaporque éste conocía la experienciade España. En definitiva, gracias ala coalición antihi t lcriana y a losesfuerzos de la Unión Soviética, enprimer lugar, y de los pueblos detoda la zona libre del mundo, lospaíses del eje fueron derrotados.Durante la Segunda Guerra Mundialserví en ej ejército norteamericanoy participé en esa Jucha, en la de-rrota del fascismo, que para mí—como para muchos de nosotros—fue la culminación de nuestra luchaen España. En el Elba nos junta-mos compañeros de armas que ha-bíamos luchado en el Ebro.. .

Desde la terminación de la Se-gunda Guerra Mundial el pueblonorteamericano y los pueblos de to.do el mundo han adquirido nuevasexperiencias. Hoy sabemos que lareacción no desaparece tan rápida-mente de la escena. En Estados Uní.dos se desarrollan grandes movi-mientos de masas por los derechosciviles de los negros, por la paz,por los derechos democráticos. To-dos estos movimientos han pasadopor períodos de auge y depresión.La acuciante necesidad de la uniónde negros y blancos es una de laslecciones que las fuerzas progresis-tas de EE.UU. han extraído de losacontecimientos de los años treintay, en particular, de los que acaecie-ron en España. En aquellos añosnuestro Partido sacó precisamenteesta conclusión y la aplicó en sulucha. El pueblo negro libra unaheroica lucha que tiene su reper-cusión entre los blancos porquemuchos, sobre todo, los obre—

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ros, han comprendido que la di-visión entre negros y blancos nofavorece ni a unos ni a otros. Apesar de que el pueblo negro haarrancado algunas concesiones, locierto es que sus condiciones devida son ahora peores. De aquí quela lucha de los negros adquiera uncarácter cada vez más agudo.

Las lecciones de España y las dela Segunda Guerra Mundial hanacrecentado en el pueblo norteame-ricano el deseo de paz y han de-mostrado, a la vez, que las «guerraspequeñas» y las «pequeñas agresio.nes» entrañan el peligro de unanueva matanza mundial. La guerrade Vietnam ha suscitado en mi paísun ampjio movimiento antibélico.Contra esa guerra protestan hoy másgentes que jamás hayan protestadocontra cualquiera otra guerra denuestra historia. Lo que faifa esorganización. Los distintos sectoresdel pueblo conciben de diferentesmaneras lo que debe hacerse paraponer fin a esa guerra. Sin embar-go, la mayoría del pueblo, como loprueban incluso las encuestas reali-zadas por la prensa, quiere que ce-sen las hostilidades, se opone a lacontinuación de la guerra en Viet-nam.

El Partido Comunista atribuyegran importancia a la lucha por elcese de la guerra en Vietnam y seencuentra en el centro de esta lu-cha. Es cierto que hoy las masasllegan al convencimiento de la ne-cesidad de esta lucha distintamentea como ocurrió durante la guerrade España. Entonces, en los «tem-pestuosos años treinta» el nivel deconciencia política y clasista de lasmasas [sobre todo de los obreros],que acababan de pasar por las ca-lamidades de la «gran crisis», eramuy superior y las vías para la acti-va participación en la lucha políticaeran más directas. En la actualidad,después de dos decenios de guerrafría, de macartismo y de alta co-yuntura, la situación es otra.

Nosotros consideramos que el ca-mino principal para movilizar a lasmasas trabajadoras es el vinculadoa la solución de sus problemas vi-tales, que es el que corresponde asu actual estado de espíritu. A ve-ces la lucha no se libra directamen-te en torno al Vietnam, sino queestá ligada a problemas como lossalarios y el nivel de vida de la po-blación, sobre los que repercutedesfavorablemente la guerra de Viet.nam. La aplicación del programa de

lucha contra la pobreza se ha es-tancado a causa del crecimiento delos gastos militares. En torno a estosproblemas, precisamente, el PartidoComunista realiza su labor explica-tiva, esforzándose por movilizar alas masas a fin de luchar en favordel cese de la guerra en Vietnam.En las circunstancias actuales, elPartido Comunista estima necesarioque las fuerzas de la paz consiganla mayor unanimidad posible en suoposición a la guerra y en la luchaen pro de que cese.

Todo esto afecta también al mo-vimiento juvenil. Cuando en 1936comenzaba la guerra en España,nosotros salíamos de la depresióny la juventud, en su conjunto, com-prendía la necesidad de apoyar lalucha contra el fascismo. La juven-tud de ahora no tiene la experien-cia que nosotros teníamos en 1936.La juventud adquiere otra expe-riencia y a base de ella llega aconclusiones y soluciones propiasque, en fin de cuentas y en lo fun-damental, son parecidas a las con-clusiones y soluciones de los añostreinta. Los jóvenes no siempre sa-ben con exactitud en qué direcciónmarchan, cómo organiz¡arse, pero

(reconocen que es preciso hacer al-;go y luchan con coraje.\ En Estados Unidos los estudian-tes participan muy activamente en,1a lucha, y el pueblo negro se vaconvenciendo de que para conse-guir una auténtica mejora de suscondiciones de vida y conquistarlos derechos civiles tiene que unir*su lucha a la lucha por la paz. Enpu conjunto, las masas se van per-suadiendo paulatinamente del pe-ligro que existe por parte de las de-irechas, por parte de los Birch, delos Goldwater, de los Nixon, y deila necesidad de luchar contra ese¡peligro.

En Estados Unidos está creciendouna nueva generación de luchado-res, y estamos seguros de que jun-to con los demás pueblos del mun-do pondremos fin a la guerra enVietnam y terminaremos con la re-acción en Norteamérica.

KONSTANTINMICHEV,comunista búlgaro, en 1938 subjefedel Servicio Sanitario de las Briga-das Internacionales.

—En 1936-1939 no había en la

tierra un rincón donde no se ha-blara de la guerra española y don-de ést'a no jugara un papel en lavida de los pueblos. En España sedecidía no sólo el destino de Espa-ña, sino el del mundo. No había du-da alguna en que la Alemaniahitleriana y la Italia fascista habíancomenzado la agresión contra laRepública Española con el fin deutilizar a España como base departida para la segunda guerramundial que preparaban. Toda lahumanidad progresista comjprendióque la lucha entablada por el pue-blo español contra los franquistasy 'los agresores germano-italianosera una lucha para cerrar el pasoal fascismo y a la guerra. Esta fuela causa fundamental de la amplí-sima solidaridad internacional conel pueblo español, que tuvo su ex-presión cimera en la creación delas Brigadas Internacionales.

Bajo la bandera del apoyo a lalucha del pueblo español se agru-paron millones de personas en todoel mundo: comunistas, socialistas,demócratas, patriotas.

El toque a rebato español pusoen pie a millones de hombres entodas las partes del mundo, hacién-doles tomar una participación másactiva en los movimientos contra elfascismo y la guerra, por la de-mocracia y la independencia nacio-nal.

La lucha contra el fascismo ycontra la guerra franquista atrajoa nuevas y nuevas masas y grupospolíticos al lado del frente antifas-cista y antibélico, los preparó parala guerra antifascista.

La lucha antifascista en Españacontribuyó a que las fuerzas pro-gresistas y democráticas de muchospaíses de Europa y de América La-tina se unieran en la lucha contrael fascismo y la guerra. La idea delos frentes populares, expuesta enel informe de Jorge Dimítrov al VIICongreso de la Internacional Co-munista, adquirió una mayor popu-laridad y una mayor fuerza deatracción.

Como consecuencia de las accio-nes realizadas en apoyo de la Re-pública Española, los partidos co-munistas aumentaron su influenciay crecieron cuantitativamente. Mu-chos de ellos se convirtieron engrandes movimientos antifascistas,pasaron a ser un importante factorpolítico en la vida de sus países.

Por otro lado, los pueblos vieronlo que representan las fuerzas re-

accionarias en sus países, vieroncon sus propios ojos cómo traicio-nan la democracia y la indepen-dencia nacional. La capitulación de1os gobiernos de Francia, Ingla-terra y EE.ULT. y su ayuda a la Ale-mania hitleriana constituyeron unatraición a sus propias naciones. Laayuda que prestaron a la Alemaniahitleriana y a la Italia fascista conel fin de asestar un golpe a la Repú-blica Española llevó a la formaciónde un movimiento de las masas po-pulares contra la política de la «nointervención» y de los círculos pro-fascistas en sus propios países, con-tra la capitulación ante el fascis-mo.

La bárbara agresión fascista enEspaña puso también al descubier-to ante los ojos de muchos elemen-tos vacilantes de las «fuerzas inter-medias» la faz y los planes delfascismo hitleriano. El fascismo yla Alemania hitleriana se convirtie-ron en símbolos de la barbarie, fue-ron aislados moralmente.

Todo esto sentó las premisas pa-ra el futuro movimiento de la Re-sistencia en Europa, para la crea-ción de la coalición antihitleriana.

En los años de la segunda guerramundial, los combatientes de lasBrigadas Internacionales en Fran-cia y Polonia, Italia y Bulgaria, Yu-goslavia y Checoslovaquia, Bélgica,y Noruega fueron los primeros enorganizar el movimiento de la Re-sistencia. Merced a su popularidad ysu experiencia los participantesen la guerra antifascista españolahicieron una gran aportación a laorganización de la Resistencia alos agresores hitlerianos...

Considero que la fundamenta]enseñanza que de los acontecimien-tos españoles se desprende para lapresente etapa del proceso revolu-cionario internacional es la siguien-te: En su tiempo, en torno a lalucha liberadora del pueblo espa-ñol se formó un amplio frente defuerzas revolucionarias, democráti-cas y amantes de la paz. Este fueuno de los importantes factores queexplican la fuerza de la resistenciacon que chocó el fascismo en Es-paña. Y a pesar de todo resultó in-suficiente para neutralizar la expor-tación fascista de la contrarrevolu-ción. Para que hoy la lucha en Viet-nam termine de manera distinta acomo finalizó al otro lado de losPirineos es preciso una unidad nomenos eficaz, pero más amplia yfirme que en España. Unidad de las

fuerzas democráticas, antibélicas yrevolucionarias en cada país. Uni-dad de los países socialistas. Uni-dad de las tres corrientes funda-mentales del movimiento revolucio-nario mundial. Y nuestras consig-nas de entonces «¡No pasarán!» y«¡Pasaremos!» se harán realidad enel mundo de hoy.

PAVEL BATOV,general de ejército, dos veces Hé-roe de ¡a Unión Soviética, de 1936a 1938 consejero en el Ejército Re-publicano

— En los tres decenios trans-curridos desde el día en que elpueblo español se enfrentó con lasarmas en la mano al fascismo, quehabía desencadenado un alzamientomilitar contra la República Espa-ñola, han sucedido acontecimientosgrandiosos. Ha cambiado el mapapolítico del mundo y la faz socialde nuestro planeta. La humanidadha pasado a través de las durasexperiencias de la guerra más san-grienta y destructora que haya co-nocido jamás la historia.

Sin embargo, todos estos acon-tecimientos no han desalojado delcorazón de los pueblos del mundoel recuerdo agradecido por la ha-zaña de la República Española y desus defensores, que valientementeentraron en combate desigual conlas fuerzas coaligadas de la reac-ción española y el fascismo inter-nacional.

Y hoy están rodeados del cariñoy la admiración de los pueblos delmundo los Voluntarios de la Li-bertad, voluntarios de 54 países, quepersonificaron en sus heroicas ha-zañas militares y sellaron con susangre los grandiosos ideales de]internacionalismo proletario y lasolidaridad internacional de los tra-bajadores.

Codo con codo con los comba-tientes del Ejército Popular españoly con las Brigadas Internacionalesse batieron también los voluntariossoviéticos. A invitación del Gobier-no español y respondiendo al man-dato de su propia conciencia revolu-cionaria llegaron a la España amiganuestros tanquistas, aviadores, ma-rinos, ingenieros, consejeros. Su nú-mero no fue grande, pero su fuer-za se decuplicaba por el cariñode que les rodeaban sus hermanos

españoles, por el apoyo moral delPaís Soviético y de los trabajadoresde todo el mundo.

Los golpes que infligieron a lo»intervencionistas italianos y alema-nes los patriotas españoles, las Bri-gadas Internacionales y los volun-tarios soviéticos —pilotos y tan-quist'as— en los frentes de Españafueron un anticipo de las futurasderrotas de las tropas hitlerianasjunto a Moscú y en el Volga, hastallegar a la bancarrota definitiva deíReich hitleriano en 1945.

Es sabido que las enseñanzas delpasado sirven a los intereses derpresente y del futuro. La gran lec-ción de la epopeya española es lanecesidad de la unión de todas las-fuerzas progresistas en la íuchacontra los agresores, contra los im-perialistas instigadores de guerras.

Hoy, al cabo de treinta años, es-claro para todo el mundo que laintervención del fascismo germano.e italiano en España era el primerpaso hacia la guerra mundial. ¿Yacaso no está claro que el éxito en.este combate de vanguardia permi-tió a Hitler emprender su ofensivageneral sobre Europa? ¿Acaso noestá claro que aquellos Estados ydirigentes políticos que, bajo la fal-sa bandera de la llamada no in-tervención, se negaron a cerrar el'paso a la agresión fascista desdesus comienzos infirieron enormesdaños a la causa de la paz y a los;intereses de los pueblos?

Nosotros recordamos esta lección-de la historia ahora, cuando la pazha sido de nuevo violada por la-agresión de los imperialistas norte-americanos en el Sudeste de Asia.La reciente Declaración de los Esta-dos miembros del Tratado de Var-sovia sobre la ayuda multilateral, in-cluida la militar, a Vietnam ha so-nado como una severa advertenciaal agresor.

Ha otra importante lección his-tórica sobre la que deben pensar los.actuales incendiarios de guerra:¡Quien levanta la espada de laviolencia, se condena a sí mismo-a la destrucción! Como confirma-ción de esto puede servir el hechode que nosotros nos reunimos aquíen Berlín, ciudad que fue en unaépoca foco de muerte y de desola-ción y hoy se ha convertido en lacapital del primer Estado socialistagermano, que encarna los mejoresideales del pueblo alemán. Aquí,donde un día se gestaron los pla-nes de asfixiar a la República Es-

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.pañola, hoy reciben acogedoramen-te a sus defensores.

El tiempo de las agresiones im-punes pasó para no volver. Nos-

, otros, veteranos voluntarios de laguerra nacional revolucionaria delpueblo español contra el fascismo,saludamos calurosamente la Decla-ración de la Conferencia de Buca-irest de los países socialistas. ¡Si

JSTTESTRAS ENTREVISTAS

hace treinta años, cuando el movi-miento internacional de las fuerzasprogresistas era mucho menos fuer-te que hoy, decenas de miles devoluntarios corrieron a España paracerrar el paso al agresor, cuántasveces más voluntarios acudirían enapoyo de Vietnam si el Gobiernode la República Democrática de Viet-nam hiciera la petición!

Sobre la tumba de un combatien-te internacionalista, caído en elfrente de Madrid, yo vi el siguienteepitafio escrito por sus compañe-ros: «Murió para que viviera lademocracia española» Hoy decimosnosotros: "Viviremos y trabajare-mos para que viva la democraciaen España, en Vietnam y en elmundo entero».

NUESTRODIARIO

Paz duradera y seguridaden Europa

En Europa, donde existe un foco de peligro de gue-rra y donde en tiempos pasados fueron desencadenadasdos conflagraciones mundiales, la escalada de la agre-sión en Vietnam suscita alarma y cólera y refuerza eldeseo cada vez más consciente de salvar la paz. Estaes la razón de la resonancia que ha tenido en el con-tinente la Declaración sobre el fortalecimiento de la pazy la seguridad en Europa, adoptada por los Estados delTratado de Varsovia el 5 de julio último en Bucarest.

La Declaración de Bucarest propone, como uno delos medios para discutir los problemas de la seguridadeuropea, «negociaciones por vía diplomática, entrevistasde ministros de Asuntos Exteriores o de representantesespeciales sobre una base bilateral o multilateral. Es gra-to comprobar que este método ha sido aplicado conéxito no sólo por el general De Gaulle y el ministrode Asuntos Exteriores de Francia, Couve de Murville,sino también por los ministros de Asuntos Exteriores deDinamarca y de Italia.

En el último tiempo, muchos hombres de Estado deOccidente han visitado las capitales1 de los países so-cialistas. ¿Qué cambios mundiales han motivado estasvisitas? ¿No obedecen a que en la presente situacióninternacional, sombría aún en muchos aspectos, algu-nos gobiernos occidentales tienen que reconocer quela política de los países socialistas es hoy el factormás importante de paz? El general De Gaulle, que porsu origen, por sus ideas y por el carácter de las fuer-zas que representa no puede en manera alguna pasarpor socialista, declaró repetidas veces durante su viajepor la URSS que el País de los Soviets estaba lejosde fraguar ningún plan de guerra y que es totalmentefiel a la causa de la defensa y del mantenimiento dela paz. Incluso aquellos que en el delirio de la guerrafría abrigaban el propósito de abrir una cuña entrelos países socialistas, hablando del «enorme imperio to-talitario del Este» y de «ciertas naciones oprimidas»,van ahora a Moscú, Varsovia, Bucarest, Praga, Sofía yBudapest para rendir tributo de admiración a estas na-ciones y a su auge económico y cultural.

En esl'as circunstancias se hace difícil invocar los pe-ligros que fueron alegados hace 17 años para justi-ficar la formación de la Alianza Noratlántica. CuandoFrancia decidió dejar de formar parte de las fuerzasunificadas de la .(TTAN, indicó abiertamente que lasituación1 había cambiado, manifestando que «la orga-

nización del Tratado Noratlántico ya no responde...a las condiciones que prevalecen en el mundo en lahora actual y que son fundamentalmente diferentes delas de 1949 y de los años siguientes» [Memorándumdel 10 de marzo de 1966].

Al explicar su decisión, los dirigentes franceses adu-cen también el siguiente argumento: siendo como esel mantenimiento de la paz la base en que se asientauna verdadera política francesa y siendo evidente queesta paz no será alterada por los países con los queFrancia está ligada por una amistad tradicional, exis-te el peligro, a causa de los compromisos automáticosde la alianza, de vernos arrastrados «a un conflictoprovocado en otro continente» por decisiones tomadassin la participación de Francia^.

Lo que es cierto para Francia lo es también en granmedida para otros países miembros de la OTAN. Porejemplo, Italia, como hasta los últimos tiempos Fran-cia, corre el riesgo de ser automáticamente envueltaen aventuras de su poderoso aliado. En su territorioexisten depósitos de bombas atómicas norteamerica-nas. Sobre los Apeninos, Sicilia y Cerdeña vuelan losaviones norteamericanos cargados con bombas nuclea-res. Las bases italianas de Augusta, Ñapóles y Liornason hoy puertos abiertos a la flota de guerra yanqui.

En un discurso pronunciado en Milán el 8 de mayopasado, el secretario general del Partido ComunistaItaliano, Luigi Longo, condenó «la absoluta supedita-ción militar» en que diferentes aliados de los yanquishan sido colocados a consecuencia de los acuerdossecretos firmados con Estados Unidos. Con motivo dela publicación en Francia de algunos de estos acuer-dos, Longo recordó que «durante la crisis cubana, to-das las tropas norteamericanas dislocadas en Europafueron puestas en estado de extrema alerta y que sólodespués de la crisis supieron los gobiernos miembrosde la OTAN que sus países y toda Europa Occidentalse habían encontrado en una situación en la que hu-bieran podido convertirse en blancos de una terceraguerra mundial». Y Longo agregó: «Los acuerdos bila-terales concluidos hasta el día de hoy son tales que nopermiten a nadie controlar las decisiones militares de

1 Discurso de Maurice Schumann, presidente de laComisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Na-cional, pronunciado el 25 de julio de 1966.

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los norteamericanos ni en el conjunto de Europa ni enningún país europeo tomado por separado.»

Las fuerzas militaristas de Alemania Occidental apo-yan de buena gana esta peligrosa política, aprovechan,do las divergencias provocadas por la misma para lle-var a cabo su política de «acrecentamiento del poten-cial», que ayer fue política de la Reichswehr y de laWehrmacht y hoy es política de la Bundeswehr: elnombre no altera la esencia de las cosas. La situaciónno cambia porque el Gobierno de Bonn despache sus«notas de paz»: en Alemania Occidental continúan in-crementándose sin cesar «los medios técnicos, sicológi-cos y políticos» de una nueva agresión.

La declaración cié Bucarest recuerda que los Acuer-dos de Postdam proclamaron en 1945 que la seguridadde Europa sólo podría ser garantizada eliminando to-da posibilidad de que el militarismo y el nazismo teu-tones levantaran de nuevo la cabeza y pudieran ame-nazar a sus vecinos y a la paz mundial.

Pero hoy vemos cómo Von Hassel critica en Paríslo que considera una insuficiencia de la concepciónestratégica norteamericana y, según Le Monde [27 dejulio último], subraya que «dado el estado actual dela correlación de fuerzas entre el Este y Occidente, elacrecentamiento de los medios de defensa tradicionalesdebe ir a la par con una disposición más resuelta ymás efectiva a hacer uso del arsenal nuclear».

Los militaristas germanos no pueden hablar de otraforma. Von Hassel dice lo mismo que el comentaristamilitar del periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung,Adelbert Weinstein, ex oficial del Estado Mayor hitle-riano, que el año pasado formuló todo un programadel Estado Mayor de la Bundeswehr y de los trafican-tes de armas:

«Nuestro potencial económico y militar es conside-rable. Al propio tiempo, y como consecuencia de ello,hemos adquirido el suficiente aplomo para percibir lointolerable de una situación en que nuestros amigosquisieran ver en las divisiones alemanas tan sólo unadecoración que debe mantenerse cerrada con una llaveajena. Hemos invertido en la máquina militar alrede-dor de cien mil millones de marcos... Nuestras divi-siones y nuestras escuadrillas han sido creadas tambiéncon el objetivo de utilizar las armas atómicas tácticas.Carentes de una misión política propia, nuestras uni-dades operativas se convertirían en chatarra destinadaa volar o a hacer rechinar sus cadenas.»

Son suficientes estas citas para disipar las ilusionesde los que, invocando la participación de AlemaniaOccidental en el Mercado Común y en la OTAN, afir-man que ha entrado a formar parte de la «familiademocrática de los países europeos» y que ya no cons-tituye ningún peligro. El socialista francés Jules Moch,en su libro Historia del rearme alemán desde 1950,denuncia estos ingenuos puntos de vista, recordandoque ese rearme «contradice en todos los puntos los com-promisos suscritos por los aliados en vísperas y des-pués de su victoria común». Agrega además que «nin-guna otra medida podría exacerbar más la tensión en-tre el Este y el Oeste».

Pues bien, cabe ahora preguntar: ¿De qué forma mi-lagrosa la política de bloques militares podría hacerque Alemania Occidental renunciara a sus planes bé-licos o a sus pretensiones territoriales? Gracias a laresistencia de los países y de los pueblos amantes dela paz se ha prorrogado la creación de las fuerzas nu-cleares multilaterales que abrirían a Alemania Occiden-

tal el acceso al arsenal de bombas atómicas y de hi-drógeno. Pero, apoyándose en los Estados Unidos, elEstado Mayor General de Bonn se prepara febrilmen-te para ello. De un lado, en la RFA se crean condicio-nes para la producción independiente del arma nuclear.El cometido fundamental de los dos centros nuclearesde Julich y de Karlsruhe es poner en marcha reacto-res capaces de producir plutonio para estos fines. Deotro lado, el inspector general de la aviación germano-occidental, W. Panit'zki, inaugura solemnemente una es-cuela de la Luftwaffe en Fort Bliss [Tejas], donde seprepararán anualmente de 3.500 a 3.800 hombres paraservir en la aviación y en las unidades de cohetes. AImismo tiempo, la revista militar Truppenpraxis, expre-sando el punto de vista del Estado Mayor General, fun-damenta la legitimidad y la necesidad de que la Bun-deswehr posea armas químicas y biológicas.

¿Es necesario subrayar para qué política tiene Bonnla intención de utilizar la Bundeswehr, que en la ac-tualidad cuenta ya con 500.000 soldados? Como dijoel primer secretario del Partido Obrero Unificado Po-laco, Wladyslaw Gomulka, en el discurso pronunciadoen el Parlamento el 21 de julio, la República FederalAlemana, que no tiene fronteras comunes con Polonia,no renuncia a sus pretensiones territoriales respecto aeste país. La RFA considera que la actual situación estemporal. Mediante la anexión de la República De-mocrática Alemana —que es ahora el objetivo funda-mental de la política de Bonn— los militaristas y losrevanchistas germanos piensan abrir camino para arre-batar a Polonia las tierras de Piast.

Estos fundamentados recelos son confirmados por latenacidad con que el Gobierno de Bonn exige para Ale-mania las fronteras de 1937, proclama para los súde-les alemanes el «derecho a la patria», continúa lla-mando al territorio de la RDA «Alemania Central» ypretende al derecho exclusivo de representar a todaAlemania. Se muestra partidario incondicional del man-tenimiento de las tropas norteamericanas y de sus ar-mas nucleares al Oeste del Elba con el fin de apoyarseen ellas para la realización de su política de rearme yde revancha. Algunos consideran que la presencia delas tropas yanquis y de sus armas nucleares en Ale-mania Occidental es una garantía de seguridad, pen-sando que así se mantiene «el equilibrio del temor».Es evidente, sin embargo, que la seguridad de Europano puede cimentarse en el miedo y que sin la confian-za recíproca de las naciones estará condenada a la in-estabilidad, dependerá de contingencias de todo géne-ro. En Europa se puede conseguir la confianza recí-proca de las naciones sin intervenciones extrañas.

En este sentido la Declaración de Bucarest corres-ponde al profundo anhelo de todos los pueblos deEuropa. Ofrece, en primer lugar, la solución de losproblemas europeos sobre _la base de respetar la mo-ral y los derechos internacionales, a saber: renunciaa las amenazas y al empleo de la fuerza, respeto dela soberanía y de la independencia nacional, igualdadde derechos, no ingerencia en los asuntos internos deotros países, respeto de la integridad territorial.

En segundo lugar, como declaró el secretario generalde] Partido Comunista Francés, Waldeck Rochet, laDeclaración de Bucarest representa «un verdadero pro-grama de paz en Europa». Llama a todos los Estadoseuropeos a establecer entre ellos relaciones de buenavecindad.

La Declaración se pronuncia contra la división del

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mundo en bloques o alianzas militares, recordandoque en caso de que se cancele el Pacto Noratlántico,el Tratado de Varsovia perderá también su vigencia.Además, la Declaración, dando pruebas de realismopolítico, enuncia la posibilidad de avanzar paso a pasoy de adoptar medidas parciales concretas para la dis-minución de la tirantez internacional, tales como la li-quidación de las bases militares extranjeras en los te-rritorios de otros Estados, la reducción gradual de losefectivos de las fuerzas armadas de ambos Estados ale-manes y la creación de zonas desatomizadas.

La Declaración de Bucarest dedica gran atención alproblema alemán, recordando, en particular, que «laintangibilidad de las fronteras constituye la base deuna paz sólida en Europa» y que sólo es posible abor-dar de un modo constructivo este problema «partien-do de la realidad, ante todo el reconocimiento de laexistencia de dos Estados alemanes». Finalmente, laDeclaración formula la idea de convocar una Confe-rencia paneuropea para debatir los problemas de lagarantía de la seguridad en el continente

La Declaración de Bucarest fue publicada en mo.mentos en que algunos gobiernos occidentales tambiénexpresaron su deseo de modificar la situación en Euro-pa. En este sentido es digna de atención la posicióndel Gobierno francés. Durante su conferencia de pren-sa en Praga, Couve de Murville declaró entre olías co-sas: «Consideramos que Europa debe salir del estadode inmovilismo en que se encuentra desde hace veinteaños a consecuencia de la guerra fría. Esta siluaciónno sirve a los intereses de nadie, ya que impide la dis-cusión de los problemas y no hace más que crislali-zar una siluación que pienso no satisface a nadie.»

En realidad, la discusión de los problemas ha co-menzado y ya ha dado sus primeros frutos. Todos lospueblos de Europa han señalado con satisfacción queen su reciente declaración conjunta Francia y la UniónSoviética propugnaron «el desarrollo progresivo de lasrelaciones entre todos los países europeos en el res.peto de la independencia de cada uno y la no inter-vención en sus asuntos internos» y que «esta activi-dad debe tener lugar en todos los dominios, ya se tra.te de la economía, de la cultura, de la técnica y, na.turalmente, de la política». Comentando el viaje de]Ministro francés de Asuntos Exteriores por los paísesdel Esl'e, Le Monde señalaba el 29 de julio: «Fran.cia y los países del Este están de acuerdo en dos pun.

tos esenciales: las fronleras establecidas en 1945 sondefinilivas y la Bundeswehr no debe poseer armas ató-micas.»

Esta posición del Gobierno francés infunde esperan-zas a las fuerzas amantes de la paz y sirve de estímuloen oíros países de Occidenle para quienes luchan con-Ira la peligrosa política que los Estados Unidos siguenno sólo en el Sudeslc de Asia, sino también en Euro-pa, donde los norteamericanos apoyan a los1 revanchis.tas germanos. Esta posición reconoce la razón de quie-nes están plenamente decididos a luchar para que seadefinitiva la salida de Francia de las tropas unificadasde la OTAN y, finalmente, da un mayor sentido y másfuerza a una exigencia cada vez más actual: reconocera la República Democrática Alemana. Para conseguirverdaderamente que todos los países europeos colabo-ren sobre la base de la confianza, no se debe recurrira la discriminación hacia un Estado europeo contra elque va dirigida en primer término la amenaza germa.nooccidental. Duranle su visita a Varsovia, el Minis-Iro de Asuntos Exteriores de Italia, Fanfani, tuvo oca-sión, naturalmente, de conocer la declaración de Wla-dyslaw Gomulka al respecto: «Mientras la RFA con-tinúe la política que ha aplicado a lo largo de mu-chos años, la seguridad de Polonia y de otros paísessocialistas, la seguridad de la paz en Europa y en «.]mundo entero estará muy eslrechamenle ligada a la se.guridad y a la inviolabilidad de las fronleras de laRDA, ya que la fronlera occidental del mundo socia.lista se encuentra en el Elba.»

Los pueblos de Europa y de todo el mundo estáninteresados en que se prosigan los esfuerzos condu-cenles a crear la seguridad europea. Esto lo recuerdala Declaración de Bucaresl: «Las llamas de las dosguerras mundiales surgieron en lierra europea, peroabrasaron a casi todo el planeta. Muchos países, in.cluso de continenles alejados de Europa, supieron loque eran las devaslaciones y las víctimas.» El recuerdode estos dos mortíferos conflictos da singular acluali-dad y significado al llamamiento a la unión que resonóen Bucaresl. Que los sentimientos, las esperanzas y enparticular las fuerzas mancomunadas de los pueblos, conplena conciencia de sus verdaderos intereses naciona-les, abran caminos en todas parles hacia la seguridady la dislensión inlernacional, hacia la cooperación y e]afianzamiento c'e la paz.

Jan PRAZSKY.

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Contra la represióny las persecucionesde los demócratas

En defensa de los presos políticosde Arabia Saudí

(CARTA DE ER-RIAD)

El pueblo de Arabia Saudí padece uno de losregímenes más reaccionarios y anacrónicos denuestro tiempo. Desde su entronización la dinas-tía hoy reinante se empeña en mantener un ordende cosas medieval, privando al pueblo de los máselementales derechos democráticos. En el país noexisten partidos políticos ni organizaciones sindi-cales, no hay Constitución, ni Parlamento, ni tri-bunales civiles de justicia.

«Constitución, ¿para qué? —dijo, en cierta oca-sión el rey Faisal a un periodista francés—. ElCorán es la más antigua y más eficiente de to-das las constituciones del mundo. ¿Elecciones, Par-lamento? Después de la malhadada experienciade los países vecinos mejor es no pensar en eso.Créanme, el Islam es una religión lo suficiente-mente previsora y flexible para asegurar la feli-cidad de nuestro pueblo.»

Faisal, por lo visto, considera que es una feli-cidad para los patriotas saudíes que se les hagavíctimas de las más crueles y bárbaras represio-nes, que los degüellen, les corten manos y pies,los torturen hasta la muerte o los mantengan en-carcelados durante largos años. Y todo ello sinproceso alguno, por la sola orden del rey o de lospríncipes.

A pesar de las enormes riquezas del país, an-te todo las colosales reservas de petróleo, la aplas-tante mayoría de la población vive en condicio-

nes espantosas de miseria, hambre, enfermeda-des y analfabetismo.

Desde la coronación de Faisal se recrudecieronlas represiones, y ya no sólo contra los elementosprogresistas de Arabia Saudí. La política de te-rror ha sido extendida a los patriotas de otros paí-ses, árabes del Golfo Pérsico. Con la ayuda de losimperialistas yanquis, ingleses y germanoocciden-tales la camarilla gobernante saudí lleva la luchacontra la revolución en el vecino Yemen. So pre-texto de reforzar la seguridad interior, el Gobier-no está transformando la Arabia Saudí en una ba-se militar de agresión imperialista, favoreciendoasí la política norteamericana e inglesa dirigidacontra las aspiraciones de los pueblos del Orien-te Árabe.

El constante ascenso del movimiento de libera-ción nacional de los pueblos árabes amendrentaal rey Faisal, quien para frenarlo trata de enca-bezar a todas las fuerzas reaccionarias del mun-do árabe y de agrupar a los traidores que han si-do expulsados por los pueblos, en nombre del«acercamiento islámico» y de la cooperación. Pa-ra estos intentos dispone ampliamente de ayudade sus amos imperialistas.

El «pacto islámico», del que se muestra defen-sor Faisal, es un complot de los imperialistas ylos reaccionarios contra el movimiento antiimpe-rialista de liberación nacional, contra el progre-

CONXBA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES DE LOS DEMÓCRATAS

so social y las ideas socialistas, que han comen-zado a ganar la simpatía de los obreros y de losintelectuales revolucionarios árabes. Esta confa-bulación dirige su filo contra los regímenes pro-gresistas de los países árabes liberados.

En su campaña de terror y represiones desple-gada contra las fuerzas progresistas de ArabiaSaudí y otros países del Oriente Árabe, Faisal, asemejanza de los imperialistas yanquis, utiliza in-tensamente la consigna del anticomunismo. Con-juntamente con EE.UU., la compañía ARAMCO yotros monopolios petroleros, Faisal participa en lafinanciación de las maquinaciones anticomunista?en esta zona del mundo. Últimamente se ha sabi-do que ha dedicado a esos fines cerca de 350 mi-llones de dólares. Bajo la bandera de la lucha con-tra el comunismo el régimen reaccionario saudípersigue a los patriotas y personalidades progre-sistas, los encierra para muchos años en cárce-les o campos de concentración sin proceso judi-cial alguno, los somete a bárbaros suplicios.

En 1964 fue detenido y encarcelado un nutri-do grupo de patriotas bajo la acusación de ser co-munistas. Había entre ellos obreros, periodistas,abogados, oficiales del Ejército, comerciantes yfuncionarios del Estado, contrarios todos ellos alcolonialismo. Por decreto del rey y sin formaciónde causa, los detenidos fueron condenados a pe-nas que oscilan entre tres y veinte años de pri-sión.

En junio de este año el país se vio estremecidopor una nueva ola represiva. Los poderes públi-cos, con el concurso directo de agentes de la CÍA

y de Scotland Yard que han inundado Jeddah,Er—Riad, Dahran y otras ciudades, procedieron adetenciones en masa entre los obreros del petró-leo de las regiones orientales. Fueron arrojadasa las cárceles cerca de trescientas parsonas. Se les.acusaba de difusión de octavillas llamando a la lu-cha por la libertad y por una Constitución.

A pesar de la intensificación de las represiones,.que tienen por objeto el aplastamiento de la vo-luntad del pueblo de Arabia Saudí, los patriotashan luchado y lucharán contra la política criminalde los gobernantes, que son apoyados por laARAMCO y diversos círculos imperialistas.

El Frente de Liberación Nacional de Arabia Sau-dí (FLN) lucha activamente contra el régimenreaccionario, por la emancipación del pueblo. En>un documento reciente, el FLN denuncia la polí-tica represiva realizada por la dinastía saudí. Lla-ma a la opinión democrática del mundo a queactúe en defensa de los patriotas que sufren per-secuciones y tormentos. El FLN, se dice en elllamamiento, está seguro de que la solidaridad dela opinión democrática y progresista mundial acu-dirá en apoyo de los combatientes de la libertad,«elevará su moral, ya que así sabrán que sus her-manos defienden y luchan por su liberación, paraque ellos, juntamente con los demás pueblos ára-bes, puedan participar en la sagrada lucha con-tra el imperialismo y la reacción, por el desbara-tamiento de todos los planes de crear pactos yagrupaciones agresivas, que contradicen el dere-cho de nuestros pueblos a la libertad, la indepen-dencia y el progreso social.»

Fares MANSUR

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NuestraÉPOCA

Esta es una de las mi-les de fotos que mues-tran hasta dónde es posible la barbarie del im-perialismo, en contra deun pueblo que lucha porsu libertad e indepen-dencia.