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PANORAMA DE LA LITERATURA CATALANAlex Broch, Isidor Cnsul, Vicen Llorca Primera edicin: marzo de 1998 Segunda edicin: noviembre de 1998 Traduccin: Albert Sanjuan lex Broch, Isidor Cnsul, Vicen Llorca de esta edicin: Generalitat de Catalunya Departament de Cultura Instituci de les Lletres Catalanes Portal de Santa Madrona 6-8 08001 Barcelona Maquetacin y edicin: Vctor Igual, S.L. ISBN: 84-393-4464-3 DL: B-21.712-98 Impreso en Grup 3, S.A.

NDICEIntroduccin, por Jordi Sarsanedas De la literatura medieval al Romanticismo, por Isidor Cnsul La primera mitad del siglo xx, por Vicen Llorca Literatura contempornea a partir de 1960, por lex Broch e Isidor Cnsul

INTRODUCCINSi quisiramos que la produccin literaria de nuestra tierra y de nuestra gente sea conocida ms amplia y adecuadamente, que no lo es, y si tomamos alguna iniciativa como la redaccin de este libro para lograr algn resultado en este sentido, queremos creer que en esto no hay nada que no se inspire en el convencimiento de que el conjunto de obra escrita que querramos contribuir a poner al alcance de un pblico ms amplio, nuevo cada da, bien merece la atencin que para ella buscamos y pedimos. Nos anima a ello la conviccin que ofrecemos al lector extranjero, para que aceptando conocerlos se enriquezca, los escritos de algunas personalidades indiscutiblemente de primer orden como, por ejemplo, Ausis March; esto, en cuanto al pasado. Alguien puede encontrar que, en la historia de nuestras letras, le falta, para que tambin fuera seguido un patrn bastante conocido, unos brillantes poemas picos iniciales. Tenemos, sin embargo, el incomparable gigante liminar que es Ramon Llull! Desde entonces hasta ahora, con altibajos, ciertamente con algn estiaje seversimo, se ha mantenido una continuidad que llega a nuestros das con obras para las cuales para algunas de las cuales, claro est postulamos, convencidos que no cometemos impertinencia alguna, que el inters y la calidad sean, si procede, ratificados por la atencin crtica de amigos extranjeros. Y nos permitimos hacer observar que la produccin que presentan en este libro los tres autores es sin duda la de la gente de todas las tierras de nuestra lengua: si Llull era mallorqun, si Ausis March era valenciano, tambin entre los nombres de ahora mismo valencianos y baleares son numerosos. S que los autores, profesores y crticos en ejercicio, plenamente cualificados, han preparado este opsculo con la ambicin de que sea til. Que su esperanza se cumpla. Jordi Sarsanedas Decano de la Instituci de les Lletres Catalanes (1988-1999)

DE LA LITERATURA MEDIEVAL AL ROMANTICISMOLos inicios Como en la mayora de lenguas romnicas el castellano, el francs, el portugus o el italiano las primeras muestras escritas en cataln son de la Baja Edad Media y, entre los documentos de cierto volumen, hay dos textos de la segunda mitad del siglo xii: un fragmento traducido del Forum iudicum visigodo y las Homilies dOrgany. Si los situamos en paralelo con los primeros escritos de otras lenguas romnicas, su importancia es similar a las Glosas silenses y Glosas emilianenses de la lengua castellana o los famosos Serments de Estrasburgo de la francesa. A parte, hay palabras catalanas y frases arromanzadas en textos latinos de la primera mitad del siglo xii, ya sea por error de unos escribanos con poco dominio del latn o porque, conscientemente, queran hacerse comprensibles a los lectores ms corrientes. Pese a ello, la primera explosin literaria tom, en Catalua, las formas de la poesa trovadoresca. Los trovadores Culta y refinada, la literatura provenzal se desarroll entre los siglos xii y xiii en la mitad sur de la geografa francesa actual e influy de forma poderosa en las culturas vecinas del norte de Italia y Catalua. Por tierras italianas gener el Dolce Stil Nuovo que es la base de la lrica de Dante y Petrarca. En Catalua encauz una tradicin que dur hasta el siglo xiv y dio poetas de estricta singularidad como Guillem de Bergued (documentado entre 1138 y 1196), que fue un magnfico escritor y un noble pendenciero y cnico, y el trovador profesional Cerver de Girona (o Guillem de Cervera), documentado entre los aos 1259 y 1285. Ramon Llull y la consolidacin de la prosa Si la poesa catalana naci de la rica tradicin provenzal, la prosa adquiri un impulso definitivo gracias a Ramon Llull (c.1232-c.1315), una de las personalidades ms singulares del mundo medieval europeo. Era hijo de padres barceloneses, pero naci en Palma de Mallorca pocos aos despus de la conquista de la isla por el rey Jaime I. De joven compuso poesa trovadoresca hasta que, a raz de una transformacin religiosa radical, dedic su vida y su obra a la conversin de infieles y a la defensa de la fe cristiana. Fue un viajero tenaz y visit Roma, Gnova, Pars, Npoles y Bolonia, as como el norte de frica (Tnez) y la parte oriental del Mediterrneo (Chipre), siempre con la intencin de divulgar la bondad del cristianismo. El afn de ver mundo no le impidi la redaccin de una enorme produccin libresca alrededor de doscientos cincuenta libros escritos en cataln y en latn ni la fundacin de una escuela de lenguas orientales, en Mallorca, para que los misioneros aprendieran rabe y difundieran con ms eficacia el cristianismo. Fue el primer pensador europeo que redact tratados de filosofa en una lengua romance, con lo que enriqueci enormemente el lxico y la sintaxis del cataln que convirti en herramienta de alta eficacia expresiva. De las obras religiosas destacan el Libre del gentil e los tres savis (1272) y Libre de contemplaci en Du (1271-74), a las que cabe sumar el Libre de lorde de cavalleria (1275-76), uno de los tratados ms divulgados en la Edad Media, y las narraciones Libre dEvast e Aloma e de Blanquerna son fill (1283-86), de fondo autobiogrfico, y Flix o Libre de meravelles (1288-89), compendio del mundo y de la naturaleza visto por la mentalidad lgica del joven Flix. La obra se cierra con un aplogo de intencionalidad poltica, Libre de les bsties, claramente influenciado por el Kalila y Dimna y el Roman de

Renart.En las obras de Ramon Llull se manifiestan puntos de experiencia mstica que se desarrollan en Libre dAmic e Amat, una obra que nace en las fuentes bblicas del Cntic dels Cntics, y en Arbre de filosofia damor. A menudo se rastrea fervor mariano y confiesa, en otros poemas, el debate entre accin y contemplacin, Lo desconhort (1299), y el dolor en momentos de desnimo y desencanto, Cant de Ramon. Las cuatro grandes crnicas En la segunda mitad del xiii, coincidiendo con la redaccin de las primeras obras de Ramon Llull, aparecen las muestras ms antiguas de textos histricos en cataln y sobresalen las Quatre Grans Crniques: Libre dels feyts, del rey Jaime I, Crnica de Bernat Desclot, Crnica de Ramon Muntaner y Crnica de Pere el Cerimonis que, en su conjunto, dan una visin de lo que fue la corona catalano-aragonesa de los siglos xiii y xiv, el tiempo de la consolidacin peninsular de Catalua y de su expansin poltica y comercial por el Mediterrneo. El Libre dels feyts es una crnica dictada por Jaime I, de acento autobiogrfico, carcter pico e influida por la tradicin de los cantares de gesta. Pone el nfasis en las cualidades militares del rey y su gesta en la conquista de Valencia y Mallorca. La Crnica de Bernat Desclot, escrita por el tesorero real Bernat Escriv, es muy rigurosa desde un punto de vista histrico, debido a que el autor tuvo acceso a la documentacin de la Cancillera. Escriv se manifiesta en ella como un cronista de oficio y su trabajo contina el Libre dels feyts porque se dirige al reinado de Pedro el Grande, hijo y sucesor de Jaime I. En las antpodas de Bernat Desclot est el ampurdans Ramon Muntaner, jefe de almogvares al servicio de Roger de Flor y capitn de la famosa compaa catalana en el Imperio bizantino. No es un cronista profesional, sino un militar que ha viajado y ha vivido intensamente y explica sus recuerdos con una prosa coloreada y eficaz que convierte la Crnica de Ramon Muntaner en un libro hermoso y apasionado que se alarg por los cinco reinados que le fueron contemporneos, de Jaime I hasta la coronacin de Alfonso III el Benigno. Finalmente, la Crnica de Pere el Cerimonis enlaza con Libre dels feyts, porque es una obra velada personalmente por el propio rey y se trata de una crnica personal y biogrfica que es fruto de la admiracin del Ceremonioso por la obra de Jaime I. Los siglos xiv y xv La literatura catalana del siglo xiv hall unos moralistas de relieve en las figuras de dos religiosos hasta cierto punto antagnicos: el franciscano gerundense Francesc Eiximenis (1327-1409) y el dominico valenciano Sant Vicent Ferrer (1350-1419). El fraile gerundense capt el sentido de la historia y se propuso escribir, desde una ptica burguesa, la suma del saber de su poca en el proyecto enciclopdico Lo Cresti, que no pudo terminar. Tambin escribi un tratado sobre los ngeles y el divertido Libre de les dones (1398). Sant Vicent Ferrer, en cambio, fue un predicador apocalptico, convencido del prximo fin del mundo y su obra est formada por los cerca de trescientos sermones copiados al dictado mientras predicaba para los frailes de su squito. Un tercer moralista singular fue el franciscano mallorqun fray Anselm Turmeda (1350-c.1430), autor de Libre de bons amonestaments (1398), que se convirti al islam y apostat del cristianismo. Durante el reinado de Pedro III el Ceremonioso se estructur en sentido moderno la administracin del reino la Cancillera Real y el propio monarca, seducido por la cultura, favoreci la entrada del humanismo. En el ambiente culto de la Cancillera se cri Bernat Metge (c.1340-1413), el primer hombre

de letras en la Pennsula ibrica que asimil las corrientes del humanismo ejerciendo a la vez de introductor de Petrarca y de Boccaccio. Entre sus obras de ms alcance cabe considerar el poema alegrico Libre de Fortuna e de Prudncia (1381) y Lo somni (1399). Ya de lleno en el xv, pero en el contexto de una sociedad en proceso de cambio, destacan, en Valencia, sor Isabel de Villena (1430-1490), la escritora ms importante de la literatura medieval catalana, el noble Joan Ros de Corella (c.1433-1497) y el mdico Jaume Roig (c.1410-1478). Ausis March Hasta la aparicin de Ausis March (c.1397-1459), la poesa catalana viva bajo la influencia de una tradicin provenzal fcil de seguir en poetas como Andreu Febrer (c.1357-1444) y Jordi de Sant Jordi (c.1400-c.1424). Ausis March, considerado el poeta ms importante de la literatura catalana medieval, se aleja de los modelos provenzales (dejando a parte el estilo de los trovadores...) y de la cultura feudal. Elev la intensidad de la poesa amorosa hasta niveles de trascendencia filosfica y religiosa, y el conjunto de su obra presenta ciclos amorosos diferentes segn las mujeres a quienes se dirijan y destacan, sobre todo, los dos primeros designados con las seales Plena de seny (llena de sensatez) y Llir entre cards (lirio entre cardos). La excelencia de la propia obra destaca a Ausis March como un escritor de cultura, un poeta que haba reflexionado sobre aspectos trascendentales de la vida humana y que conoca muy de cerca los textos y recovecos de la escolstica medieval. Tirant lo Blanc El siglo xv seala uno de los momentos de ms esplendor de la literatura catalana y se cierra con dos novelas singulares escritas entre 1456 y 1468, Curial e Gelfa, de autor annimo, y Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell. A pesar de tratarse de obras relacionadas con la tradicin artrica que origin los libros de caballeras, ambas novelas se separan de ello en la medida en que se esfuerzan en reflejar la realidad y en plantear la narracin como una historia cargada de realismo y verosimilitud. Al revs, pues, de los libros de caballeras que eran narraciones de escenario fantstico, protagonizadas por caballeros mticos y aventuras imposibles. Por esta razn, Miguel de Cervantes, en el captulo VI de Don Quijote, seal la singularidad de Tirant lo Blanc diciendo que, por su estilo, es ste el mejor libro del mundo. La novela que tanto agradaba a Cervantes narra las aventuras del joven bretn Tirant lo Blanc desde que es armado caballero en Inglaterra hasta su muerte, de una pulmona, en la ciudad de Andrinpolo. De principio a fin, la historia de Tirant lo Blanc pasa, primero, por los hechos de armas que lo convierten en campen de las fiestas de Inglaterra; despus inicia las aventuras por el Mediterrneo que lo llevarn, progresivamente, a Sicilia, a Rodas y finalmente al Imperio bizantino acosado por el Gran Turco. Las aventuras en Constantinopla de Tirant lo Blanc se convierten en el eje central de la novela, las escenas blicas se ligan con las cortesanas, el humor y la sensualidad con el erotismo y la obra se carga con deliciosas connotaciones de costumbrismo realista. Despus, las aventuras de Tirant se alargan hacia el norte de frica hasta que Constantinopla resulta liberada, se sella la paz con los turcos y el hroe entra triunfal en la ciudad. El emperador le concede el ttulo de Csar del imperio y la mano de su hija Carmesina. Sin embargo, una vez acabadas las labores de pacificacin, un da que Tirant se paseaba a la orilla del ro en la ciudad de Andrinpolo, enferm de una pulmona y muri.

Tirant lo Blanc es una de las obras fundamentales de la literatura catalana, ha sido traducida anumerosos idiomas y ha merecido elogios de escritores y crticos del mundo entero, desde Miguel de Cervantes hasta Mario Vargas Llosa.

De los siglos xvi al xviii Se ha convertido en un tpico considerar estos tres siglos de la historia de la cultura catalana como los de un proceso de decadencia en la produccin de literatura de calidad. Para razonarlo, se apuntan causas polticas y econmicas como la prdida de potencial econmico del Mediterrneo ante la pujanza del Atlntico a partir del descubrimiento de Amrica. Por otro lado, durante los siglos xvi y xvii, las letras catalanas sufrieron la presin de dos poderosas literaturas vecinas que pasaban uno de los momentos ms brillantes de su historia. Es el tiempo de Molire, Racine y Corneille en las letras francesas y cuando las castellanas rodaban por el esplendor del Siglo de Oro. No es extrao, pues, que la esttica del barroco cataln fuera tributaria de las formas castellanas y la figura que ms lo recuerda es Francesc Vicent Garcia (1579-1623), el Rector de Vallfogona, imitador de Quevedo. Tambin el dramaturgo y poeta Francesc Fontanella (1615-1685), considerado el autor ms importante del xvii cataln. Este sentido de decadencia se acentu en el siglo xviii, terminada la Guerra de Sucesin y con el advenimiento de la dinasta borbnica. Felipe V promulg el Decreto de Nueva Planta que supuso, para Catalua, la prohibicin de uso y enseanza del cataln, la supresin de las instituciones de gobierno y la Universidad de Barcelona. A pesar de ello, las corrientes intelectuales de la Ilustracin se dejaron sentir en figuras como la del barn de Mald, Rafael dAmat i de Cortada (1746-1818), autor de una voluminosa obra en prosa, Calaix de sastre, y Joan Ramis (1746-1819), que introdujo el neoclasicismo en la literatura catalana. La Renaixena Al igual que sucedi en otras culturas europeas que pasaron una larga decadencia entre los siglos xvi y xviii, la llegada del Romanticismo a Catalua contribuy a una progresiva toma de conciencia nacional colectiva. Catalua fue puerta de entrada de las ideas romnticas en la Pennsula ibrica a travs de publicaciones como El Europeo (1823-24) y El Vapor (1833-35). En esta segunda revista se public el poema de Bonaventura C. Aribau (1797-1862), conocido como la oda La Ptria (1833), que se convirti en smbolo y fecha de estreno del movimiento conocido con el nombre de Renaixena. Las primeras seales de la Renaixena se haban comenzado a definir a finales del xviii, pero no fue hasta bien entrado el siglo xix que no se convirti en un movimiento vertebrado y fortalecido por la conciencia de la propia identidad que se recuperaba. En el ao 1859, se restauraron los Jocs Florals (Juegos Florales), recuperados de la tradicin medieval, que supusieron un primer estadio de maduracin del movimiento. Su importancia ha llegado a ser indiscutible porque aglutinaron la produccin literaria y fueron una plataforma decisiva en el despliegue operativo de la propia Renaixena. Hasta el punto que, sin los Jocs Florals no hubiera habido Renaixena, es decir, un movimiento organizado y orgnico, con el ideal concreto de lograr la autonoma literaria en Catalua. El despliegue de la Renaixena tuvo la suerte de contar con tres figuras de relieve Verdaguer, Guimer y Oller que consiguieron colocar la literatura catalana al mismo nivel de la de sus contemporneos europeos. Jacint Verdaguer Jacint Verdaguer (1845-1902), el escritor cataln ms importante del xix, dio a la lengua un impulso definitivo y a menudo se lo ha visto como un nombre fundamental en la literatura catalana

contempornea. Naci en Folgueroles, en una familia humilde pero ilustrada, y estudi en el seminario de Vic hasta que se orden sacerdote. Como poeta, se proyect a la sombra de los Jocs Florals y, en 1877, su triunfo culmin con la poderosa aparicin de LAtlntida, un poema mitolgico que fue recibido con entusiasmo en Catalua y que, traducido a doce lenguas, goz de una inslita proyeccin internacional. Pero si fue esencial el crecimiento del poeta en el marco de los Jocs Florals, tambin lo fue que Verdaguer fuera sacerdote de una Iglesia que volva a rehacerse tras las crisis liberales de los primeros dos tercios del siglo. En Catalua, adems, el sector de la Iglesia allegado a Verdaguer afirmaba con contundencia su catalanidad y tuvo como nombres ms visibles, a parte del mismo escritor, Jaume Colell y Josep Torras i Bages. Por esta razn, Canig (1886), la otra gran obra del poeta, se dirige, a caballo de la historia y la leyenda, a cantar los orgenes cristianos de Catalua. Verdaguer estuvo protegido por los marqueses de Comillas, la primera fortuna de Espaa y, como sacerdote, particip activamente en las tareas apologticas de la Iglesia de la segunda mitad del xix. Por eso compuso abundante poesa religiosa, y cantos y poemas hagiogrficos para nutrir la piedad de los fieles y fomentar las prcticas religiosas. Entorno a 1890, incapaz de entender la rpida evolucin de la sociedad, entr en un proceso de crisis personal, se entreg al ejercicio de la caridad sin prudencia alguna y a prcticas espirituales que no eran bien vistas por la jerarqua. Se enfrent al obispo y al marqus, y fue suspendido a divinis. Todo ello acab con el virulento conflicto que se conoce como tragedia Verdaguer y que convulsion la sociedad catalana de fines de siglo. Desde una perspectiva literaria, fue el momento de algunos de sus libros ms intensos como Sant Francesc (1895), Flors del Calvari (1896) y En defensa prpia (1895-97). El conflicto termin en 1898, el poeta se reconcili con el obispo y pudo quedarse en Barcelona. No obstante, enfermo y cansado, no tard en morir, en 1902. ngel Guimer ngel Guimer (1845-1924) fue el renovador del teatro cataln. Naci en Santa Cruz de Tenerife donde su padre, que era originario de El Vendrell, se haba trasladado para atender negocios familiares. Viaj a Catalua en 1853 y, en su itinerario biogrfico, hay dos hechos que se reflejan abundantemente en su produccin literaria. El primero fue una sombra de mala conciencia por haber nacido antes de que sus padres estuvieran casados; el otro, el fuerte desengao amoroso que sufri de juventud cuando se enamor de una muchacha de El Vendrell. En la obra potica recuerda a menudo el sentimiento de amor no correspondido y la pervivencia fiel, por otro lado, a ese amor de juventud. Como escritor, se dio a conocer en la Jove Catalunya, una entidad radical y nacionalista. Con algunos socios de dicha entidad fund La Renaixena, en el ao 1871, un semanario que ms tarde convertiran en diario. Como poeta, se dio a conocer en los Jocs Florals de 1877, los mismos que premiaron LAtlntida de Verdaguer. Sin embargo, a pesar de su importancia como poeta, la gran aportacin de Guimer a las letras catalanas deriva del acierto de su obra teatral. Primero estuvo influenciado por las corrientes romnticas del teatro histrico y obtuvo xitos considerables como Mar i cel (1888). En el paso a la dcada de los noventa, el teatro de Guimer avanz hacia una esttica realista hasta el momento de mxima plenitud como creador en la fusin que hizo de la realidad con la propia manera idealista y romntica de ver el mundo. De este viraje surgieron tres ttulos fundamentales del dramaturgo, Maria Rosa (1894), Terra baixa (1897) y La filla del mar (1900). Son dramas vigorosos y modernos como lo demuestran las diferentes traducciones y el hecho de que, de Terra baixa y de Maria Rosa, haya diversas versiones cinematogrficas. De Terra baixa se hizo una pera en alemn, Tiefland, con msica de Eugen dAlbert, y dos versiones de cine, la que dirigi Fructus Gelabert, en 1907, y Marta of the Lowlands, en

el ao 1913. Narcs Oller La novela es el gnero que ms tard en consolidarse en la literatura catalana del xix, pero Narcs Oller (1846-1930) consigui situarse entre los parmetros de modernidad que dominaban la narrativa europea. Narcs Oller no dud en subirse al tren del naturalismo que se presentaba como una alternativa de actualizacin para las letras catalanas de la Renaixena. Una literatura que haba brotado con fuerza, pero que se hallaba demasiado anclada en los esquemas del romanticismo. Aunque naci en Valls, en 1846, Narcs Oller se traslad a Barcelona para estudiar derecho y se qued definitivamente a trabajar como procurador de los tribunales. Hizo los primeros tanteos literarios en castellano hasta que lleg el entusiasmo de los Jocs Florals de 1877 y decidi, a partir de entonces, escribir slo en cataln. En 1882, public La papallona, su primera novela, que fue traducida a diversas lenguas y se acompa, en francs, de un prlogo de mile Zola. Ms prxima al naturalismo fue Lescanyapobres (1884), en la que reelabor el viejo tema de la avaricia y, despus, sigui Vilaniu (1885), novela que retrataba la sociedad de Valls, su pueblo. A pesar de ello, el retrato de la dinmica social estuvo ms logrado en La febre dor (1890-1892), la novela de la transformacin moderna de Barcelona con el movimiento de una ciudad cosmopolita, un marco de la fiebre burstil y el crac que aconteci. Despus, public La bogeria, en la que a travs de la historia de un loco, Narcs Oller entabla debate sobre uno de los aspectos dominantes del naturalismo francs, el determinismo. Su obra narrativa se cerr con Pilar Prim (1906), en la que el novelista orient su trabajo en la lnea de los nuevos parmetros estticos que sealaban los narradores del modernismo. En definitiva, el conjunto confirma un viaje evolutivo y coherente con las lneas maestras del tiempo que le toc vivir. Las seis novelas de Narcs Oller dibujan un arco que sale del romanticismo tardo, asume las estticas del realismo y del naturalismo, y acaba con un esfuerzo de reciclaje ante el panorama narrativo del cambio de siglo. Isidor Cnsul

LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XXEl Modernismo: bajo el signo de Gaud Si la Renaixena haba conseguido, en el marco del Romanticismo europeo, recuperar el uso culto del cataln y su literatura, con el paso del siglo xix al xx tiene lugar el Modernismo, un amplio movimiento literario y cultural caracterizado por una voluntad de modernizacin. Este movimiento, que se relaciona con otros semejantes surgidos por toda Europa en aquel momento, encontrar en Catalua una concrecin y una singularidad notables. De hecho, el Modernismo abarcar todas las disciplinas artsticas, lo cual redundar en un buen nmero de destacados artistas. As, en el terreno de la arquitectura, el Modernismo cataln aportar la obra de Gaud, Domnech i Montaner y Puig i Cadafalch. En la pintura y el cartelismo hallaremos nombres como Rusiol o Casas, sin olvidar el importante paso por estos ambientes de Picasso, quien se relacionar con estos grupos y recibir de ellos una influencia definitiva para su obra posterior.

Estticamente, el Modernismo cataln sigue de cerca la reaccin subjetivista y simbolista que ha tenido lugar en la Europa de principios de siglo. El arte por el arte, el arte total, el decadentismo, el misticismo o el esteticismo marcan profundamente la manera de concebir las obras. No obstante, el Modernismo ir ms all al formular un plan regeneracionista para transformar la sociedad a travs de la cultura. La tradicin se interpreta ahora en trminos de futuro, de modo que se sintetiza un lenguaje nuevo, moderno y con voluntad de colaborar en el establecimiento de una cultura nacional. Este es un rasgo muy importante que distingue el Modernismo cataln de otros movimientos estticamente afines pero sin esa voluntad. Y en este sentido tambin se desmarcar del Modernismo literario que se dar en la literatura castellana. Gaud es el artista que mejor sintetiza este espritu. La clave tradicional a travs de la lectura del gtico civil cataln, se une a la ambicin de construir una arquitectura total, sntesis del resto de las artes (escultura, hierro, azulejo, mobiliario...) e impregnada de un misticismo imaginativo que busca una armona con la forma rica y compleja de la naturaleza, en movimiento. En este contexto, se desarrolla una rica corriente literaria de la que destacaramos la obra de tres escritores fundamentales. Santiago Rusiol (Barcelona, 1861 - Aranjuez, 1931) Hijo de una familia de la alta burguesa barcelonesa, Rusiol llev una vida bohemia y consagrada al arte. Pintor redescubri la pintura de El Greco, dramaturgo y narrador, sus escritos de pensamiento esttico determinaron en buena parte las ideas modernistas. Influido por el impresionismo pictrico que descubri en su etapa parisina, organiz con Casas la primera Fiesta modernista en Sitges (1892). En la segunda, al ao siguiente, inaugur su casa del Cau Ferrat, que se denomina as por la gran coleccin de hierro forjado que contiene. Durante la fiesta se represent La intrusa de Maeterlink, siendo la primera obra simbolista que se representaba en Espaa. La tercera Fiesta (1893) viene marcada por el discurso que pronunci donde encontramos perfectamente resumido el ideario modernista y por la procesin con las dos pinturas de El Greco que haba descubierto en Pars. Buena parte de su obra y su pensamiento estn marcados por la tensin entre el artista y la sociedad, entre el mundo de la Prosa, materialista y mezquino; y el mundo de la Poesa, idealista y alado. Rusiol sintetiza una forma de humor cataln donde funde tcnicas y tpicos de procedencia diversa, como la literatura costumbrista. En 1907, escribi la novela Lauca del senyor Esteve, que adaptara al teatro en 1917. Siguiendo el hilo narrativo del auca, satiriza el negocio de una mercera, La Puntual. El nudo lo determina la decisin del heredero de ser artista y no seguir el negocio familiar. Se asoma ah la tensin artista-sociedad, tradicin-modernidad. Joan Maragall (Barcelona, 1860-1911) Con Maragall la poesa catalana consigue la modernidad al incorporar la tradicin romntico-simbolista, abarcando desde Goethe a Nietzsche. Precisamente fue el primer traductor de este ltimo en la Pennsula ibrica. Sus artculos y discursos tuvieron una gran repercusin pblica y enmarc su prctica potica con dos ensayos: Elogi de la paraula (1905) y Elogi de la poesia (1907). Su profundidad lo lleva a construir algunos de los poemas ms emblemticos de la literatura catalana contempornea, como La vaca cega, o el Cant espiritual. Asimismo, mantuvo una relacin lrica con la realidad ms inmediata que se refleja en composiciones como Oda a Espanya, donde se trata el desastre colonial espaol de 1898, el Himne ibric y Loda nova a Barcelona, en donde aborda los hechos de la Semana Trgica de 1909. Una de sus obras ms importantes es el poema largo El comte Arnau. Influido por el vitalismo nietzscheano, el autor recrea

el mito tradicional cataln sobre el conde Arnau, cuyas actitudes recuerdan la nocin del artista modernista. Mesianismo y regeneracionismo se entremezclan. Vctor Catal (pseudnimo de Caterina Albert, LEscala, 1869-1966) En el contexto de la crisis de la novela realista europea, el Modernismo cataln hallar una formulacin original y fecunda. El subjetivismo y el simbolismo se funden con tcnicas del costumbrismo y la cuestin del determinismo planteada por la escuela naturalista, que proporciona tambin una mirada a los aspectos ms turbios de la existencia y la sociedad. Vctor Catal alcanzar una de las cimas de la narrativa modernista con la novela Solitud (1905), una de las obras ms importantes de la literatura catalana del siglo xx. En ella se narra la vida de Mila, una mujer que vive en una ermita de montaa. La soledad de la naturaleza, con su espectculo inmenso de bondad y maldad, marcar a la protagonista, que luchar por afirmarse individualmente enmedio de la totalidad de la naturaleza. El simbolismo que empapa la construccin del texto, la lucha entre la voluntad individual y el destino, y la vida como afirmacin trgica entre el bien y el mal, son algunos de los aspectos ms importantes de la obra. El Noucentisme (novecentismo): la arcadia catalana Encabalgando con el Modernismo, se da en Catalua un segundo movimiento literario y cultural de gran importancia, el Noucentisme. Se considera que empieza en 1906, fecha en que Eugeni dOrs inicia su Glossari en el diario La Veu de Catalunya, un conjunto de artculos que llegarn a ser programticos del nuevo clima intelectual. Tambin en 1906 se publica el libro de poemas de Josep Carner, Els fruits saborosos, y de Costa i Llobera, las Horacianes. Se toma como fecha final 1923, ao en que el general Primo de Rivera lleva a cabo un golpe de Estado. Si el Modernismo haba significado un impulso importantsimo para la modernizacin de la cultura catalana, el Noucentisme significaba su institucionalizacin. Entre 1903 y 1915 se crearon muchas infraestructuras culturales (bibliotecas, museos, escuelas, Institut dEstudis Catalans, etc.) siguiendo la estrategia poltica de modernizacin y normalizacin culturales diseada por el catalanismo. No hay que olvidar que en 1914, y bajo la presidencia de Enric Prat de la Riba, se constituy la Mancomunitat de Catalunya, estructura embrionaria de los estatutos de autonoma posteriores y primera toma de poder en Catalua tras la derogacin de las instituciones polticas propias como consecuencia de la derrota en la Guerra de Sucesin espaola en 1714. Las diferencias entre Modernismo y Noucentisme no son radicales como a veces se ha querido hacer creer. Sin embargo, los noucentistas rechazaron las actitudes rebeldes y decadentes, y plantearon una colaboracin estrecha con los polticos del momento. En el marco del Noucentisme, por ejemplo, tuvo lugar la normativizacin de la lengua catalana. Pompeu Fabra fue el artfice y el Institut dEstudis Catalans el rgano que permiti la adopcin de un nico modelo normativo. Los noucentistes elaboraron una rica propuesta esttica que podramos resumir bajo el smbolo de la Arcadia catalana. Efectivamente, influidos por las tendencias de retorno a un clasicismo de raz humanista tal como estaba sucediendo en Francia entorno a la cole Romane y el pensamiento de Jean Moras, los intelectuales noucentistas se enforzaron en crear una mitologa cultural que respondiera a las races mediterrneas y clasicizantes de Catalua. As, Eugeni dOrs principal terico del movimiento estructur el ideario a partir de cinco palabras clave:

Noucentisme: significa siglo xx. Por tanto, afirmacin del presente y rechazo de los modelosintelectuales romnticos.

Arbitrarismo: importancia del juego, la convencin y el artificio en la creacin artstica. Civilidad: creacin del mito de la Catalua-ciudad donde se reconciliaban los contrarios y se Imperialismo: hegemona interna del catalanismo poltico que pudiera contrarrestar e influir a la Clasicismo: los tpicos de la armona, la serenidad, el orden, la razn y la proporcin helnicasse reinterpretan en trminos de modernidad. La obra bien hecha, la conquista de la irona, el refinamiento de la lengua literaria llegaron a ser hitos que acabaran convirtiendo la poesa en el gnero representativo de este movimiento que estableca el imaginario de una arcadia propia. Algunos de los escritores ms importantes son los siguientes. Eugeni dOrs (Barcelona, 1881 - Vilanova i la Geltr, 1954) Fue uno de los pilares tericos del Noucentisme. Inici su carrera literaria en el marco del Modernismo. En 1906 empez a colaborar en La Veu de Catalunya llevando a cabo la seccin Glossari, que llegara a ser uno de los ejes vertebradores del pensamiento noucentista. Ocup diversos cargos en el organigrama de las estructuras culturales potenciadas desde la Mancomunitat de Catalunya. Junto a su labor como terico y como gestor cultural, colabor en la formulacin de un nuevo modelo novelstico en el marco de la crisis del gnero. Destacan las obras La ben plantada (1912), Gualba la de mil veus (1915) y Oceanografia del tedi (1916). Atento a las novedades estticas y literarias, introdujo en la Pennsula aspectos del psicoanlisis freudiano. Josep Carner (Barcelona, 1884 - Bruselas, 1970) Hay un antes y un despus de la poesa catalana con Carner. El dominio de la forma y la irona le convierten en uno de los realizadores lricos ms importantes del siglo, al tiempo que preparaba el camino para el futuro de la prosa psicolgica. En 1921 ingres en el cuerpo diplomtico, lo cual le oblig a viajar mucho. Entre 1939 y 1945 residi en Mxico, colaborando con la literatura catalana en el exilio. Regres a Europa y se instal en Bruselas. Entre 1906 y 1924 encontramos la etapa central de su creatividad. Els fruits saborosos (1906) marca el inicio literario del Noucentisme. Clasicismo, arbitrarismo, mitologa y simbolismo se funden en un libro que habla del paso del tiempo y la prdida de la juventud. En 1914 publica La paraula en el vent y Auques i ventalls, obras en las que refina su estilo a travs del subjetivismo y la irona. Ya en los aos veinte evolucionar su esttica hacia los modelos postsimbolistas. El cambio se observa en El cor quiet (1925) y culmina en su obra de madurez, Nab (1941). Recreando el mito bblico de Jons, sintetiza una visin metafsica del mundo. Como narrador, destacan sus relatos recogidos en libros como Les bonhomies (1925). Valencia y Baleares: un apunte El perodo de Renaixena que hemos visto en el apartado dedicado al siglo xix en las Islas Baleares y en el Pas Valenciano no tuvo las mismas caractersticas que en Catalua. La falta de una burguesa que vertebrara un movimiento poltico y cultural sigulariz la recuperacin de la tradicin literaria contempornea en esos mbitos del cataln. A pesar de todo, se iniciar una actividad que acabar proporcionando algunos de los nombres ms significativos de la literatura catalana vez sobre la poltica diseada en Madrid. encontraba el camino de la modernidad de una sociedad culta.

contempornea. Especial importancia tiene la consolidacin de la llamada Escola Mallorquina que coincide con el movimiento noucentista. Entre los autores ms importantes destacan Miquel Costa i Llobera (Horacianes, 1906) y Joan Alcover (Cap al tard, 1909). Dal y Mir: las vanguardias en Catalua Dal y Mir simbolizan la aportacin de la cultura catalana a los movimientos de vanguardia mundiales. Su relacin con la literatura catalana result intensa hasta el punto que el mismo Dal realiz textos surrealistas, o Mir particip en numerosas iniciativas literarias. Ya en el marco del Modernismo, Gabriel Alomar escribi un manifiesto futurista, palabra que se anticipaba, pues, a la corriente que protagonizara Marinetti. Durante la Primera Guerra Mundial, vienen a Barcelona diversos escritores y artistas de vanguardia. Sobresale la figura de Francis Picaba, que estuvo en Barcelona entre 1916 y 1917. Fund aqu la revista 391, de la que salieron cuatro nmeros. Las Galeras Dalmau jugaron un papel muy importante en la difusin de las nuevas tendencias. Los dos modelos ms influyentes en la literatura catalana sern, no obstante, el futurista (1916-1924) y el surrealista (1924-1934). Respecto al primero destaca la figura de Joan Salvat-Papasseit, director de las revistas Un enemic del poble y Arc voltaic, y autor de los manifiestos : Sc jo que parlo als joves (1919), El concepte del poeta (1919) y Contra els poetes en minscula (1920). En las Galeras Dalmau se editar la revista Trossos, dirigida por J.M. Junoy. El segundo modelo se desarrolla a travs de dos grupos. Por un lado, est el Grup de Sabadell, compuesto por los escritores Francesc Trabal y Joan Oliver. Humor y reduccin al absurdo sern dos rasgos caractersticos. Por otro, tenemos un grupo en el entorno de J.V. Foix, Joan Mir y Salvador Dal, que se expresa a travs de la revista Lamic de les arts, editada en Sitges, por lo que se les conoce tambin como el Grup de Sitges. En 1928, Dal, Gasch y Montany proclaman el Manifest groc (Manifiesto amarillo), donde cristaliza el surrealismo cataln. Entre 1924 y 1930 se da el triunfo del surrealismo en Catalua. Despus de esta fecha decaer. Como sucede en otras literaturas, el surrealismo cataln llegar a ser importante por la influencia que sobre l ejercen poetas diversos al margen de su adscripcin o no a la escuela. Uno de los ms importantes ser J.V. Foix. Los aos 20 y 30: cuatro figuras Pese a que la dictadura de Primo de Rivera signific el fin de la Mancomunitat de Catalunya y un poder contrario al catalanismo cultural, la literatura catalana se desarrolla en un crescendo que llegar a ser muy importante durante los aos treinta. Efectivamente, la proclamacin de la Repblica en 1931 significar un momento de impulso de la lengua, la literatura y la cultura catalanas. Se proclamar el Estatuto de Autonoma (1932), se restaurar el gobierno de la Generalitat y el cataln volver a ser lengua oficial. El tringulo autor/editor/lector empezar a tomar impulso y, al tiempo que se consolidan autores formados durante el periodo noucentista, surgen nuevas voces destinadas a marcar la literatura catalana durante los aos posteriores a la Guerra Civil. Entre los escritores ms significativos del momento, destacaremos a continuacin cuatro nombres. Antes, sin embargo, conviene no olvidar citar algunos poetas importantes como Mari Manent, excelente traductor de poesa china y autor de libros como Lombra i altres poemes (1931); Toms Garcs Parads (1931); Clementina Arderiu Cant i paraules (1936) y Bartomeu Rossell-Prcel, cuya brillante carrera result interrumpida por una muerte prematura. Imitaci del foc (1938) es su libro

pstumo. Entre los narradores encontramos a Joan Puig i Ferrater Camins de Frana (1934), Carles Soldevila Fanny (1929) y Miquel Llor con Laura a la ciutat dels sants (1931). Carles Riba (Barcelona, 1893-id, 1959) Riba es uno de los bastiones de la poesa catalana contempornea. Formado en el Noucentisme, acabar sintetizando en el marco de la poesa postsimbolista europea una potica humanista que ir desde los ensayos de la poesa pura de los aos 20 y 30 influido por poetas como Valry o Mallarm a una poesa metafsica y civil que ir ganando en humanidad. Riba escribir uno de los libros clave del exilio cataln tras la victoria fascista en Espaa en 1939: Elegies de Bierville (1942). Siguiendo la tradicin de la elega pensemos en las Elegas Romanas de Goethe y adaptando al cataln el hexmetro clsico, resumir la vivencia del exiliado en una aventura que llegar a ser colectiva. Por un lado, adapt en la literatura catalana la tannka de origen japons, publicando Del joc i del foc (1946). Con Salvatge cor (1952), construye un verdadero canto espiritual contemporneo y clausura una etapa fecunda a la que seguira el libro religioso Esbs de tres oratoris (1957). J.V. Foix (Sarri, Barcelona, 1893 - Barcelona, 1987) Dedicado a la creacin literaria, mantuvo una presencia pblica en los aos posteriores a la Guerra Civil, interviniendo en numerosas revistas y participando en la evolucin del movimiento de vanguardia. Considerndose l mismo un investigador en poesa, sintetiz buena parte de las estticas de vanguardia onirismo, collage, ludismo fontico, etc. y una mirada hacia la poesa medieval protagonizada por los trovadores, el Dolce Stil Nuovo, y los clsicos catalanes Llull y March. El resultado es una de las poesas ms originales de la literatura catalana contempornea y, sin duda, una de las aportaciones ms sugerentes al panorama potico europeo. Esta dualidad esttica la reencontramos tambin en una dualidad moral que recogen sus versos: el choque del instante y la realidad cotidiana con la eternidad y la realidad absoluta. Constituida la poesa en un medio de conocimiento metafsico, Foix se adentra en la bsqueda de una idea de orden. Simbolismo y vanguardia, investigacin y tradicin se funden en una poesa altamente elaborada. Destacan sus libros de prosa potica Gertrudis (1927) o KRTU (1932). Entre la poesa en verso, uno de los libros ms ampliamente elaborados es Sol, i de dol (1947), al que seguiran ttulos como Les irreals omegues (1948), On he deixat les claus (1953), Desa aquests llibres al calaix de baix (1964) y Onze nadals i un cap dany (1960). Josep Pla (Palafrugell, 1897 - Llofriu, 1981) La prosa catalana conoce con Josep Pla uno de sus principales cultivadores con ms de 25.000 pginas escritas. Periodismo, narrativa corta, memorialismo, viajes, retrato..., resulta difcil establecer una distincin por gneros, especialmente porque se da una interferencia constante en su obra. En 1966, Ediciones Destino inici la publicacin de las obras completas que comprende una cincuentena de volmenes. Detallismo, prodigioso dominio del lenguaje e irona son las virtudes de un mundo literario marcado por una actitud matizadamente escptica en la que se hace patente la presencia de Voltaire. De entre sus libros subrayamos el de narraciones El carrer estret (Premio Joanot Martorell, 1952); dentro del

dietarismo y la memoria, El quadern gris (probablemente escrito en 1966) y en el gnero biogrfico han pasado a ser clsicos de la literatura catalana del siglo xx sus Homenots. Josep Maria de Sagarra (Barcelona, 1894 - Barcelona, 1961) Licenciado en derecho, ejerci de diplomtico y periodista para acabar dedicndose profesionalmente a la literatura. Autor de una obra prolija y variada, escribi novela, teatro y poesa. Fruto de su talento y de su actividad, a lo largo de los aos treinta ocup un lugar destacado en el panorama de las letras catalanas y lleg a ser un autor muy popular. Como poeta cultiv la lrica, la stira y la pica. Dotado de una gran capacidad narrativa y plstica, sus poemas destacan por su musicalidad, vitalismo y sensualidad. Subrayamos Canons de rem i de vela (1923), El comte Arnau (1928, poemario con ms de 9.000 versos). Algunas de sus composiciones pertenencen al legado popular, como El poema de Nadal. Como prosista se destaca en la novela Vida privada (1932), verdadero retrato de la Barcelona de los aos veinte que muestra la sustitucin de la hegemona de la clase aristocrtica por la ascensin burguesa. Asimismo cabe anotar sus Memries (1954) que quedaron incompletas. Como dramaturgo propuls la escena catalana logrando una gran popularidad. Entre 1918 y 1936 estren 37 obras que recorren todos los gneros. Con todo, las ms clebres son las que ponen en accin el poema dramtico con tono costumbrista, tales como Lhostal de la Glria (1931) o El caf de la Marina (1933). Toda esta labor se vera interrumpida por la Guerra Civil. A pesar de eso, Sagarra retomar el teatro cataln durante la posguerra y llevara a cabo un trabajo como traductor de clsicos Shakespeare de primer orden. El exilio como metfora literaria La derrota militar de la Repblica espaola en 1939 dio paso a un gobierno de carcter fascista con el general Francisco Franco como jefe. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Llus Companys, ser juzgado militarmente y fusilado, un hecho que se convirti en smbolo de lo que suceder con la lengua y la literatura catalanas: se suspende el Estatuto de Autonoma y el cataln pierde la oficialidad y pasa a ser un idioma proscrito. Empieza un largo calvario para la lengua catalana, mientras la literatura vive un doble exilio: la de aquellos escritores que se ven obligados a abandonar el pas primero a Francia y despus, con la ocupacin nazi, a Amrica y la de aquellos que, quedndose en el pas, viven un exilio interior a la espera de acontecimientos. A pesar de todo, la experiencia de la represin y del exilio repercutir en la trayectoria de los escritores catalanes y, fuera del pas, o bien clandestinamente, se darn a conocer algunos de los libros clave en la literatura catalana contempornea. Las letras catalanas, pues, durante el franquismo conocern dificultades para desarrollarse con normalidad, pero en cambio, habrn convertido el xodo, el silencio y la falta de libertad en una metfora que representa una de las aportaciones ms sugerentes en el conjunto de la literatura europea. Esto se va produciendo segn diversas etapas con caractersticas propias. Entre el silencio y el xodo: 1939-1946 Es el periodo ms duro. La literatura catalana vive en la clandestinidad. Reuniones en domicilios privados suplen la actividad pblica. Empieza as un periodo resistencial que se acentuar a partir de 1946 cuando

el rgimen franquista se consolide pese al triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Con fechas falsas, ediciones pagadas por mecenas, etc., empiezan a aparecer en crculos reducidos algunos destacados libros, como las ya citadas Elegies de Bierville de Carles Riba. En 1944 aparecer clandestinamente la revista Poesia, dirigida por el poeta Josep Palau i Fabre, que aglutinar escritores representativos de la posguerra: Carles Riba, Joan Perucho, Josep Romeu, Josep Maria de Sagarra... Mientras, otros escritores habrn emprendido el camino del exilio. La mayora de ellos tardarn muchos aos en volver, y algunos nunca lo harn. Por todo el mundo se organizan casals catalanes, se editan revistas y libros. Entre los autores en el exilio, destacamos los nombres de Llus Ferran de Pol Abans de lalba, 1954, Vicen Riera Llorca Tots tres surten per lOzama, 1946, Agust Bartra Mrsias i Adila, 1948, Pere Calders Crniques de la veritat oculta, 1955 o Avel.l Arts-Gener Paraules dOpoton el vell, 1968. Los catalanes organizarn revistas y editoriales en los pases receptores. Citamos, por ejemplo, la Revista de Catalunya (Pars, 1939-40 y 1947), Edicions Catalnia (Mxico, 1944-54) o Quaderns de lexili (Mxico, 1943-47). El resistencialismo: 1946-1960 El mantenimiento de la dictadura franquista pese a la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial provoca un cambio de orientacin en la oposicin catalanista y democrtica. Con la conciencia de que desde un punto de vista internacional no se iban a producir cambios para Espaa, se pasa de la clandestinidad a un resistencialismo cultural que aprovecha cualquier grieta de la liberalizacin del rgimen ante la nueva situacin creada tras la conflagracin mundial. Aparece una nueva revista literaria, Ariel, que desaparecer en manos de la polica tras haberse publicado en dos series entre 1946-1948 y 1950-1951. Junto a autores ya consagrados, colaboran nuevos autores que estarn llamados a tener un papel protagonista durante el periodo franquista, entre los cuales destacan Salvador Espriu o Jordi Sarsanedas. La literatura catalana sale de la clandestinidad y con todo tipo de limitaciones censura, entre otras va ganando espacio pblico. Hacia mediados de los aos cuarenta se autorizan las ediciones de la Biblioteca Selecta, y surgirn nuevas editoriales como Barcino, Aym, Moll o, en 1955, el Club dels Novel.listes. Una nueva generacin de autores comienzan a ocupar un espacio pblico: Maria Aurlia Capmany, Josep Maria Espins, Manuel de Pedrolo... Se crean premios literarios como el Ossa menor de poesa, el Vctor Catal de cuentos, el Joanot Martorell de novela; se recupera el teatro de la mano de Josep Maria de Sagarra y aparecen nuevas revistas, normalmente ligadas a centros religiosos: El pont, Quart creixent, Locell de paper, Germinabit o Serra dOr. Una novedad importante ser la labor cultural que emprender una nueva generacin desde las universidades. As surgirn publicaciones como Curial y Frum en la Facultad de Letras, e Ictini en la Escuela Industrial. En el panorama potico de estos aos vemos una lnea central capitalizada por el neosimbolismo entorno a la figura de Carles Riba. Poticas como la de Mrius Torres, Joan Vinyoli, Joan Teixidor o Rosa Leveroni estn relacionadas. En lnea paralela, y entorno a los poetas J.V. Foix y Joan Brossa, encontramos el grupo de vanguardia artstica Dau al set, en que participan pintores como Tpies, Tharrats, Joan Pon y Cuixart. Anotamos dentro de esta misma tendencia la importancia del libro Poemes de lalquimista (1952), de Josep Palau i Fabre. Especial significacin tiene la obra de Joan Oliver, Pere Quart, que en los aos sesenta llegar a ser uno de los representantes del realismo histrico. Dentro de la narrativa encontramos una corriente ms o menos existencialista que evoluciona segn dos lneas. La primera se mova segn el modelo de la novela psicolgica catlica: Miquel Llor, Xavier Berenguel y, sobre todo, Joan Sales con su novela Incerta glria (1956). Por otro lado, tenemos la novela

psicolgica agnstica, en la que destaca la obra Necessitem morir (1952) de Maria Aurlia Capmany, y Combat de nit (1959), de Josep Maria Espins. Otros narradores se mantienen fieles a las tcnicas clsicas, como Sebasti Juan Arb, Joan Puig i Ferreter o Prudenci Bertrana. Otros marcan una nueva etapa siguiendo con una prosa muy elaborada los caminos de la fantasa y el juego con la tradicin literaria: Jordi Sarsanedas con Mites (1956) y Joan Perucho con Llibre de cavalleries (1957). Las narraciones de Salvador Espriu, o las de Pere Calders concocern un crescendo a partir sobre todo de los aos 60. En el ensayo, destaca la figura de Josep Ferrater Mora, quien en 1944 comienza en el exilio Les formes de la vida catalana. No debemos olvidar el surgimiento en Valencia de dos figuras que ocuparn un lugar central en la literatura catalana de posguerra en el Pas Valenciano: el poeta Vicent Andrs Estells y el ensayista Joan Fuster, considerado uno de los mejores ensayistas europeos. Es autor, entre otras obras, de Nosaltres els valencians (1962). En las Baleares, Lloren Villalonga elaborar una narrativa de primer orden, como veremos ms adelante. A partir de 1960 y especialmente 1962 tendremos un nuevo panorama donde la literatura catalana da un paso adelante. La resistencia, convertida ya en oposicin abierta y con nuevos fenmenos como el realismo histrico y el movimiento de la Nova Can, conocer un auge de la edicin en cataln y la consolidacin de los principales nombres de la literatura catalana contempornea. La capacidad del mito: Salvador Espriu Salvador Espriu ocupa uno de los lugares ms destacados en la literatura catalana de la segunda mitad del siglo xx. Apuntamos tres aspectos que hacen de su obra un lugar de encuentro imprescindible. En primer lugar, la fusin que opera en sus libros de fondo mtico mediterrneo: el mundo judo y el griego, especialmente, se sintetizan en la elaboracin de una poesa, una narrativa y un teatro de amplias resonancias mediterrneas. En segundo lugar, observamos el compromiso de su obra con el tema de la reconciliacin hispnica tras la tragedia de la Guerra Civil. Espriu defiende el dilogo y el respeto a la pluralidad, a las lenguas y a las culturas de Espaa. Y, finalmente, se compromete radicalmente con la supervivencia de la lengua y la literatura catalanas, en una reflexin de primer orden sobre el genocidio cultural y la defensa de las minoras. Salvador Espriu naci en Santa Coloma de Farners en 1913 y muri en Barcelona en 1985. Durante la pre-guerra destaca sobre todo su labor como narrador, con obras como Laia (1932) o Ariadna al laberint grotesc (1935). Sin embargo, su impacto como escritor se produce durante la posguerra. Conocedor de los mitos, es a la vez un creador de mitos, como el de Sinera, producto de la inversin del topnimo Arenys. El mito simboliza tanto su mundo de infancia hundido por la guerra como el hundimiento de su pas, Catalua. Sin dejar de ser nunca una reflexin sobre el destino trgico del hombre, Sinera es tambin una metfora de la condicin humana. De esta manera, construye una gran reflexin sobre la muerte siguiendo tres ejes: el didctico, el satrico y el elegaco. El primer libro de poemas fue Cementiri de Sinera (1946), que mantiene una gran unidad con los posteriores: Les hores (1952), Mrs. Death (1952), El caminant i el mur (1954) y Final del laberint (1955). No obstante, uno de los libros ms clebres es La pell de brau (1960), en el que bajo la alegora de Espaa como una piel de toro, el poeta denuncia la guerra fraticida, y defiende la paz y la convivencia en pie de igualdad. En Llibre de Sinera (1963), el autor vuelve a recrear su mito de juventud. En Setmana Santa (1971) evoca los episodios de la Pasin. Finalmente destacamos la importancia de su teatro con obras como Antgona (escrita en 1939); o Primera histria dEsther (publicada en 1948 y estrenada en 1957). Vicen Llorca

LITERATURA CONTEMPORNEA A PARTIR DE 1960Consideraciones previas La literatura catalana entre 1960 y hoy mismo nos sita en la complejidad y dinamismo de un marco que recoge las tensiones, los debates y las transformaciones de una cultura escindida entre la lucha por el reconocimiento social de su personalidad y un esfuerzo para alcanzar la modernidad literaria. Pasados los aos ms duros de la posguerra que, como se ha explicado, fueron de persecucin y prohibicin de la lengua y de la cultura catalanas, la llegada de la dcada de los sesenta abri el camino a un panorama de incipiente apertura poltica donde las letras catalanas ganaron espacios de reconocimiento y de presencia pblica. Por un lado, el rgimen del general Franco, forzado por el desarrollo econmico, tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos y flexibilizar la dureza de actitudes anteriores. Por otro lado, la sociedad literaria catalana, desde una clandestinidad cada vez ms tolerada, haba creado una precaria infraestructura cultural premios, revistas, editoriales... que constitua, pese a la modestia, la base de un trabajo de futuro que quera enlazar, mirando hacia el pasado, con los niveles de normalidad cultural alcanzados por la literatura catalana antes de 1936. Esta reducida infraestructura se haba visto animada, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, por el regreso a Catalua de algunos escritores exiliados (Joan Oliver, Joan Sales, Llus Ferran de Pol, Xavier Berenguel...), a quienes se aadieron, en una segunda oleada, los que volvieron en la misma dcada de los sesenta (Pere Calders, Avel.l Arts-Gener Tsner, Vicen Riera Llorca, Agust Bartra, Anna Muri...). Unos y otros reforzaron la creatividad interior y se convirtieron en puntos de referencia para los jvenes de la generacin de los setenta que entonces comenzaba. Visto desde otra perspectiva, los sesenta consolidaron a los escritores que se haban dado a conocer a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta (Sarsanedas, Perucho, Pedrolo, Maria Aurlia Capmany...) coincidiendo, por otro lado, con el hecho de que las generaciones anteriores (los Foix, Villalonga, Rodoreda, Espriu, Vinyoli...) alcanzaban tambin el punto ms dulce de la propia madurez intelectual y literaria. De este modo la dcada de los sesenta lleg a ser de gran importancia en el resurgir de las letras catalanas. Fueron aos de ilusin y de intensidad, y un cruce en el tiempo donde se hallaron, en estadios diferentes de contigidad, los escritores marcados por la experiencia de la Guerra Civil Espaola y una nueva generacin que, a partir de los aos setenta, encarn los valores de la renovacin y el cambio en el marco de la literatura catalana contempornea. LA POESA Poticas abiertas En cualquier etapa literaria conviven grupos de edad y estticas diferentes, y un corte vertical en una cronologa nos proporciona la perspectiva de los estratos literarios que se mueven en paralelo. En la literatura catalana de las dcadas de los sesenta y setenta tambin se consolidaron propuestas literarias ms antiguas que, debido a la persecucin de la cultura catalana bajo el franquismo, no se haban

desarrollado como era preciso en los aos que tocaba. Uno de los casos ms notorios de obra abierta, es decir, de generaciones anteriores pero de eclosin tarda, es el de Joan Vinyoli (1914-1984), hasta el punto que la parte ms importante de su poesa no empez a fluir hasta fines de los sesenta. Antes era poco conocida y haba pasado desapercibida en las antologas de la poca, quiz por su filiacin a la estela de Carles Riba. Desde los setenta se ha convertido en una de las experiencias ms reconocidas de la poesa catalana de la posguerra con libros como Vent daram (1976), El griu (1978), A hores petites (1981), Domini mgic (1984) y Passeig daniversari (1984). En este panorama de itinerarios abiertos destacan Josep Palau i Fabre (1917) i Joan Brossa (1919). El primero entiende el poema como una exploracin de los lmites de la realidad, en la frontera de la moral y en los extremos del arte. Tras la huella de Rimbaud, el poeta extrae dos conceptos bsicos de su poesa Poema de lalquimista (1972): la alquimia como mtodo y la funcin de vidente como praxis potica. Joan Brossa es un escritor que, antes de 1970, era un poeta marginal y prcticamente desconocido, que publicaba, en ediciones de circuito restringido, una obra potica que se haba configurado entre los cenculos de posvanguardia y siempre en contacto con propuestas plsticas. Fue en 1970 cuando la poesa de Brossa abri fuego de manera contundente con la publicacin de Poesia rasa, que reuna diecisiete libros escritos entre 1943 y 1959. Brossa es creador de un mundo potico complejo y singular, y su actitud literaria se resume en una concepcin del arte sin fronteras y en la manipulacin ldica de la realidad. Su universo es inslito y multiforme, una apuesta literaria presidida por el juego, el riesgo y la experimentacin que configuran una aventura difcil de analizar desde esquemas convencionales. El concepto de poema lo abarca todo e incluye poemas escnicos, poemas visuales y poemas objeto, junto a odas, sonetos, romances, sextinas y las formas que denomina poemas cotidianos y esenciales. Slo desde esta perspectiva se pueden conjugar acciones tan diferentes como los poemas visuales convertidos en arte urbano: el Rellotge il.lusori del teatro Poliorama de Barcelona, el Poema visual transitable en tres parts del veldromo de Horta, tambin en Barcelona, la Sextina ciberntica y los juegos con la estructura del soneto hasta hacerlo reversible. Otro caso es el de Jordi Sarsanedas (1924), que tras casi veinticinco aos de silencio ha publicado Fins a un cert punt (Poesia, 1945-1989) (1989), donde rene poesa indita junto a la obra anterior. Es la obra de un solitario que tiene la particularidad de no haberse instalado en ninguna corriente especfica fuera de ella misma: una poesa que recoge la complejidad de un mundo interior, se esfuerza para llegar a las races oscuras de la existencia, huye de la etiqueta fcil, acepta influencias de signo diverso y se enriquece con la presencia del absurdo, pinceladas de humor, efectos sorpresa y detalles de la cotidianidad. La lista de notables nacidos durante los aos veinte se puede redondear con Joan Perucho (1920), Guillem Viladot (1922), Blai Bonet (1926-1997) y Mrius Sampere (1928). El primero con una obra potica que pareca cerrada a principios de los setenta hasta que lo han desmentido los ltimos volmenes de poemas, entre los cuales Quadern dAlbinyana (1983) y Els jardins botnics (1996). Guillem Viladot, por su lado, ha construido una obra de heterodoxias similar a la de Brossa. Respecto al balear Blai Bonet, ha sido recuperado por los poetas de la literatura catalana actual y, con El cant de larc (1980), El jove (1987) y Nova York (1991), ha seguido una trayectoria caracterizada por una forma discursiva, toques de religiosidad rebelde y los detalles de agitacin provocativa. Mrius Sampere (1928), finalmente, se ha afianzado con libros como Oniris o el tret del caador (1987) y Locell que udola (1990). Realismo contra simbolismo

Una buena parte de la sociedad catalana de los sesenta vivi una creciente oposicin al franquismo y una intensificacin de las reivindicaciones sociales que tenan, tambin, una proyeccin esttica y literaria propias. Fueron aos de articulacin de la resistencia antifranquista, de penetracin clandestina de los partidos de la izquierda marxista en el mundo universitario y de los primeros viajes al extranjero tras una larga etapa de aislamiento poltico. Los conceptos de literatura y sociedad pronto se convirtieron en inseparables y se entablaron debates sobre el realismo y la funcin de la literatura. Se produjo el descubrimiento de tericos como Sartre, Lukcs, Goldmann y Brecht; y un mejor conocimiento de la narrativa norteamericana anterior a 1939 y del neorrealismo italiano posterior a 1945. Estas consideraciones, aadidas a la voluntad de intervencin de las nuevas generaciones en la vida pblica, chocaron con los modelos literarios vigentes, principalmente la herencia simbolista, que fue cuestionada en beneficio de una literatura de ms compromiso social. A pesar de ello, el debate sobre la oportunidad de una literatura comprometida lleg con considerable retraso, visto desde una perspectiva europea, y se debe entender como una consecuencia ms de la represin franquista. Sin embargo, no se pueden entender las literaturas castellana y catalana de los sesenta sin contar con la actitud de compromiso en la opcin creadora de numerosos escritores. En las letras catalanas, el debate se intensific a partir de la muerte de Carles Riba, en 1959, porque, debido a sus posiciones estticas y la autoridad moral que tena, habra podido enfriar un proceso de cambio que se incubaba desde mediados de los aos cincuenta y que se convirti en una de las propuestas estticas dominantes en la literatura de los sesenta. La literatura del realismo histrico Los principios del realismo histrico fueron recogidos por todos los gneros, pero fue en el mbito de la poesa donde alcanzaron mayor relieve y un grosor ms consistente de articulacin terica. En el ao 1960, se publicaron dos libros que se han considerado emblemticos del realismo histrico: Vacances pagades, de Joan Oliver Pere Quart y La pell de brau, de Salvador Espriu. En el primer caso, sobresala la capacidad crtica y satrica de Pere Quart; y Espriu asuma, en el segundo, un tono diferente al de la poesa anterior para defender una necesidad de dilogo entre los pueblos y las culturas hispnicas. De todos modos, sera difcil de entender la combatividad alcanzada por el realismo histrico sin el impacto terico de Joaquim Molas y de Josep M. Castellet que impulsaron el movimiento en la antologa Poesia catalana del segle XX (1963). Despus, diversas experiencias poticas como la de Vicent Andrs Estells, Josep M. Llompart, Miquel Mart i Pol, Joaquim Horta, Francesc Vallverd, Miquel Bau, Jordi Pmias y Llus Alpera pasaron por los cnones del realismo histrico antes de evolucionar, aos despus, por los caminos de otras estticas. La poesa de Vicent Andrs Estells (1924-1993) tiene la fuerza de quien necesita expresarse para intervenir en el mundo mediante la palabra y tratando de ordenar el caos de la propia existencia. Los diez volmenes que configuran el conjunto de su Obra completa conforman una poesa que se nutre de la realidad y que lo basa casi todo en la capacidad y el juego de sinceridad del poeta. Un inventario de realidades en que los contornos personales toman forma de crnica para construir, como un gran fresco, el mural de la tierra y la gente. Por su lado, Josep M. Llompart (1925-1993) public Poemes de Mondrag (1961) dentro de los esquemas del realismo histrico, pero evolucion hacia una poesa discretamente eclctica y ligada a la experiencia. Su obra se consolid con Mandrgola (1980) y La capella dels Dolors (1981), Jerusalem (1990) y Spiritual (1992). Miquel Mart i Pol (1929), el poeta cataln ms ledo de la segunda mitad del siglo xx, se inici en una

poesa que mezclaba elementos de crisis existencial y religiosa con puntos de literatura social adscrita al realismo histrico. Pero el escritor fue afectado por una esclerosis mltiple que, desde 1970, ha condicionado enormemente su actividad personal. La enfermedad ha enriquecido su voz potica que, asumindola, se dira que la ha vencido a travs de una obra de exaltacin y de afirmacin vitalista que hace astillas de la adversidad, y proclama el triunfo de la vida y de la literatura sobre la enfermedad y la muerte. As han nacido sus libros fundamentales: La pell de viol (1974), Cinc esgrafiats a la mateixa paret (1976), Estimada Marta (1978), Lhoste inslit (1978), Suite de Parlav (1992), Un hivern plcid (1994) y Llibre de les solituds (1997). Gabriel Ferrater y la poesa de la experiencia En 1968, Gabriel Ferrater (1922-1972) reuni en Les dones i els dies, los tres libros que configuran el conjunto de su obra potica: Da nuces pueris (1960), Menjat una cama (1962) y Teoria dels cossos (1966). Pese a que haba sido etiquetada como realista en sentido amplio, la poesa de Ferrater difera notablemente de los modelos cvicos y de contenido social de la poesa del realismo histrico. Adems, hacia el final de la dcada, la poesa social haba empezado a mostrar la propia debilidad esttica y se planteaban dudas sobre la posibilidad real de la literatura como instrumento para transformar el mundo y la historia. En este sentido, Gabriel Ferrater se convirti en portavoz de otra opcin realista fruto de una reflexin moral a partir de la cotidianidad, el realismo de una visin ntima del mundo y de la vida, la estrategia conocida como poesa de la experiencia, prxima a la poesa de Eliot, Hardy, Auden o Graves. Coincidi, por otro lado, que Ferrater se convirti, en el ao 1968, en orientador de un grupo de poetas jvenes y concret su maestra en el cuerpo de esta poesa de reflexin moral y tradicin inglesa, pero sin olvidar la propia herencia literaria y la recuperacin de Josep Carner y J.V. Foix. As se orient la poesa del llamado Grup de Girona formado por amigos con afinidades literarias entre los cuales destacaban Narcs Comadira (1942) y Salvador Oliva (1942). Muy prxima a la misma maestra estaba Marta Pessarrodona (1941) y, al hilo de la misma esttica, Francesc Parcerisas (1944) y Antoni Mar (1944). Marta Pessarrodona (1941) ha vinculado la herencia de Ferrater con una gama de componentes cultos y referencias cosmopolitas. Ha surcado los caminos de un feminismo reivindicativo e integrador, y se ha adscrito al realismo interiorizado que ya flotaba en Setembre 30 (1969). Despus, su poesa ha continuado en Memria i (1979), A favor meu, nostre (1981), Berlin suite (1985) y Homenatge a Walter Benjamin (1989). La obra de Narcs Comadira (1942) parece la ms consolidada del Grup de Girona. Tras una etapa dedicada a aprender el oficio y a controlar los mecanismos de la poesa ha llegado a la madurez con obras como lbum de famlia (1980), Enigma (1985), En quarantena (1990) y Usdefruit (1995). Es una poesa que habla de la profunda soledad del hombre, indaga en el mundo interior, entabla un dilogo entre la realidad y el deseo, vive la brevedad de los momentos felices y plantea los terrores caractersticos de una angustia existencial. La poesa de Francesc Parcerisas (1944) ha sido presentada como ejemplo de una potica de la experiencia moral y de reflexin ante la cotidianidad. Se trata, adems, de un poeta con componentes importantes de formacin anglosajona y su obra avanza por un camino de introspeccin personal, rico en referentes culturales y de reflexiones sobre el mundo del arte. Ledat dor (1983) y Focs doctubre (1992) se perfilan como sus libros por ahora fundamentales.

Los dos volmenes poticos que hasta ahora ha publicado Antoni Mar (1944) lo conforman como un escritor antdoto a la frivolidad y a la abundancia fciles. El preludi (1979) y Un viatge dhivern (1988) configuran una potica rigurosa y de mxima exigencia. El optimismo del primer volumen quiere abrirse camino desde la oscuridad hasta la luz, mientras Un viatge dhivern se convierte en el camino de regreso, de la perplejidad y de la renuncia. Antoni Mar tambin ha cultivado el ensayo y la narrativa, los cuentos en El vas de plata (1991) y la novela en Cam de Vincennes (1995). Finalmente, aunque slo sea por el criterio de la edad, aqu habra que hablar de la delicada poesa paisajstica de Josep Espunyes (1942), tras una primera etapa de militancia en el realismo histrico: Notes mnimes dun paisatge (1987) y Alt Urgell, plany i passi (1996). Nacidos unos aos antes que los poetas mencionados, Feliu Formosa, Joan Margarit, Llus Alpera, Jordi Pmias y Miquel Bau representan el giro de unas poticas en evolucin e iniciadas, en buena parte, a la sombra del mencionado realismo histrico. Despus han evolucionado hasta encontrar una voz propia que, en la mayora de los casos, est prxima a la poesa de la experiencia. En este mismo grupo cronolgico se puede incluir Gerard Vergs (1931), poeta y traductor de sensibilidad exquisita, autor de Lombra rogenca de la lloba (1951), Long play per a una nima trista (1986) y Lliri entre cards (1988). A pesar de que la primera actividad potica de Feliu Formosa (1934) renda tributo al realismo histrico, cuando aparecieron los dos primeros libros, Albes breus a les mans (1973) y Llibre de les meditacions (1973), ya se haba distanciado claramente. El paso del tiempo ha modulado una voz que se ha vuelto ms grave e interrogativa (Raval, 1975; Canoner, 1976; Al llarg de tota una impacincia, 1994), se ha enriquecido con registros de amor en Semblana (1986), en Per Puck (1992), con una reflexin lrica sobre el teatro, y con Al llarg de tota una impacincia (1994). El itinerario potico de Joan Margarit (1938) encara las curvas de un viaje peculiar. En 1981, con Lombra de laltre mar y Vell malents irrumpi en el panorama lrico cataln tras algunos aos de creacin en lengua castellana. Su poesa, con registros de elega, se configura desde la reflexin y el soliloquio ante el horizonte de derrotas de la vida y ha dado obras significativas como Mar dhivern (1986), Llum de pluja (1987), Edat roja (1989), Els motius del llop (1993) y Aiguaforts (1995). Llus Alpera (1938) concret sus orgenes en una militancia evidente dentro del realismo histrico y l mismo es autor de una Anthology of Realistic Poetry in the Valencian Country (1966). Cerca de veinte aos despus, su poesa renaci barroca y hedonista, y ms tranquila, ha dado libros como Tempesta dargent (1986) y Els dons del pleniluni (1990). Una evolucin paralela ha sido la de Jordi Pmias con libros como Flauta del sol (1978), Canons de la nit benigna (1980), Lluna destiu (1985) y Lalegria velada (1992), cargados de angustia por la incertidumbre del presente y los interrogantes de la existencia. De Miquel Bau (1940), finalmente, cabe puntualizar que su primer libro, Una bella histria (1962), ya era una mezcla de realismo intimista, donde el dolor del mundo se relaciona con los paisajes interiores del poeta. Ha reunido el conjunto de su obra lrica en Obra potica (1959-1983) (1987) donde muestra una profunda obsesin ante el infierno de la existencia, un testimonio de desconcierto y de pnico que tambin se puede seguir en la novela Carrer Marsala (1985). El grupo joven de la generacin de los setenta Junto a los mencionados Marta Pessarrodona, Narcs Comadira, Francesc Parcerisas y Antoni Mar, cabe contar Pere Gimferrer (1945), uno de los escritores ms originales y bien dotados de su generacin. Se

inici como poeta en lengua castellana y sobresali desde muy joven en el grupo conocido como los novsimos. Su singladura catalana empez en 1970 con Els miralls, una obra con los recursos representativos de las vanguardias postsimbolistas. En su poesa conviven un cierto espritu mediterrneo, una imaginera septentrional, la reflexin sobre el arte en el momento mismo de la creacin, incursiones en el mundo del cine y elementos diversos de enorme y eclctica cultura. Lespai desert (1977) se configura como la aportacin ms intensa de la poesa gimferreriana y, posteriormente, ha publicado El vendaval (1988), La llum (1990) y Mascarada (1996). A comienzos de los setenta, la poesa ms joven de la literatura catalana se resguard, mayoritariamente, en Llibres del Mall (1973-1988), una empresa editorial que se convirti en una plataforma operativa de proyeccin de la poesa ms joven de la generacin. Los fundadores, Ramon Pinyol, Xavier Bru de Sala y Maria Merc Maral cobijaron a la mayora de los poetas nacidos a caballo de 1950: Josep Piera (1947), Jaume Pont (1947), Josep M. Sala-Valldaura (1947), Joan Navarro (1951), Miquel Desclot (1952), Valeri Pujol (1952-1992), Gaspar Jan i Urban (1952), Miquel de Palol (1953), Marc Granell (1953), ngel Terron (1953), David Jou (1953), Josep Borrell (1954), Vicen Altai (1954), Salvador Jfer (1954) y lex Susanna (1957). Pocos poetas del sector joven de la generacin se movieron al margen de Llibres del Mall, pero este es el caso, entre otros, de Josep M. Fulquet (1948), Llus Urpinell (1953), Dami Huguet (1946-1996) y Vctor Sunyol (1955). La eclosin de esta poesa nueva se produjo en los primeros aos setenta con una filosofa de criterios amplios en cuestiones estticas. Llibres del Mall acogi propuestas que se distinguan por su pluralidad y por la conciencia con que los nuevos poetas se reconocan en un papel de alternativa y de renovacin de la poesa catalana. La aventura dur una dcada pero hubo bastante para cohesionar una multiplicidad de voces y una amalgama que se extenda desde los ecos romnticos hasta el simbolismo y las vanguardias. Entre los nombres ms consolidados podemos destacar Jaume Pont (1947), con una obra que nace de la tradicin simbolista francesa y se injerta con estticas de vanguardia y juegos con el pasado arbigoandaluz. Una poesa que ha sido recogida en Ra datzar (Poesia 1974-1989), (1989) y ha continuado en Vol de cendres (1996). Tambin el valenciano Josep Piera (1947) se present, primero, con un vitalismo que multiplicaba los espejos de un yo instalado en la aventura generacional. Despus, evolucion hacia el conocimiento de los escondrijos de un pasado y de una geografa de los que se siente heredero: la cultura mediterrnea que ha tratado en diferentes volmenes de prosa narrativa (Estiu grec, 1985; Un bellssim cadver barroc, 1987, y Seduccions de Marrqueix, 1996, entre otros). Ha reunido el conjunto de la obra potica en Dictats damor (Poesia 1971-1991) (1991). La poesa de Maria Merc Maral (1952-98) se configura como una de las aportaciones ms slidas de la poesa femenina y feminista en la literatura catalana actual, en una obra que ha progresado desde Cau de llunes (1976) hasta Bruixa de dol (1979), Sal oberta (1982), La germana, lestrangera (1985) y Desgla (1989). Ha reunido el conjunto de la poesa en Llengua abolida (1973-1988) (1989) y ha tentado la narracin en una esplndida novela, La Passi segons Rene Vivien (1994). Otro itinerario potico parte del virtuosismo de Miquel Desclot (1952), que combina registros experimentales con la cancin popular, la revisin de la poesa de los trovadores y una profunda conciencia formal. Es un proceso que madur en Canons de la lluna al barret (1978), inici un movimiento de sntesis en Juvenlia (1983) y ha mostrado, posteriormente, la concentrada tcnica de los haiks en El llevant bufa a ponent (1992). Por contra, en la poesa de Miquel de Palol (1953), toman fuerza la radicalidad de la experiencia amorosa y la influencia surrealista y de los poetas maudits. Se

puede seguir en Delta (1973), en la densa simbologa de Quan? (1979), El porxo de les mirades (1982) e Indiferncia (1986). Tambin es muy singular la poesa de Marc Granell (1953) y su trayectoria circular con el afn de hallar respuesta para la soledad esencial del hombre: Material per a una mort meditada (1980), Notcia de la tribu (1978), Exercici per a una sola veu (1983) y Fira desolada (1991). A parte, cabe sealar la cada reflexiva y culta de la poesa de lex Susanna (1957), autor de Les anelles dels anys (1991) y Boscos i ciutats (1994), y de los dietarios Quadern veneci (1989) y Quadern de Fornells (1995). Sin olvidar, tampoco, los itinerarios de Gaspar Jan i Urban (1953), ni la perspectiva cientfica de David Jou (1953) y ngel Terron (1953). La nueva poesa de la dcada de los noventa Subiendo otro escaln en la carrera del tiempo, es preciso un breve eplogo con los nombres de la joven poesa de los aos noventa, algunos de los cuales fueron recogidos en la antologa de David Castillo, Ser del segle (1989), que se comporta, a la vez, como la primera articulacin terica de la nueva generacin. Entre los nombres mejor acogidos por la crtica hay que contar con Enric Casassas (1951), poeta de eclosin tarda, autor de La cosa aquella (1991) y Cal (1996); Antoni Puigvert (1954) (Vista cansada, 1990); Pon Pons (1956) (Estigma, 1995; El salobre, 1997); Albert Roig (1959) (Crrer la taronja, 1989; Vedat, 1994); Ramon Guillem (1959) (Terra daigua, 1993); Andreu Vidal (1959) (Els dies tranquils, 1988); Carles Duarte (1959) (La pluja del temps, 1990; Cohlet, 1996); Xulio Ricardo Trigo (1959) (Labril a Luanco, 1991; Lectures dun segle, 1993); Xavier Lloveras (1960) (Les illes obstinades, 1987; El test de Rorschach, 1992); Josep Ballester (1961) (Lholands errant, 1994); David Castillo (1961) (Tenebra, 1994); Jordi Cornudella (1962) (Fel encs, 1985; El germ de Catul, 1997); Manuel Garcia Grau (1962) (Mots sota sospita, 1997); Carles Torner (1963) (Als lmits de la sal, 1985; Lngel del saqueig, 1989); Jaume Subirana (1963) (Final de festa, 1989; El rastre de lanimal ms lliure, 1994); Vicen Llorca (1965) (Places de mans, 1989; Atles daigua, 1995), y Margalida Pons (1966) (Sis bronzes grisos dalba, 1986). Se trata, sin embargo, y ms en el lmite cronolgico de 1997, de itinerarios poticos en proceso de formacin y de consolidacin, y que pasan ahora las etapas iniciales de un camino que ser largo y seguramente lleno de recodos. No obstante, algunas voces muestran una seguridad y una madurez envidiables; y todo parece apuntar a que se pueden consolidar, en un futuro inmediato, como voces importantes de recambio y de continuidad. LA NARRATIVA Respecto a la narrativa, los sesenta se iniciaron con la buena nueva de dos grandes ttulos, Bearn o la sala de les nines (1961), de Lloren Villalonga, y La plaa del Diamant (1962), de Merc Rodoreda. El primero es la novela ms importante del escritor mallorqun Lloren Villalonga (1897-1980) y constituye una crnica elegaca, y a la vez una recreacin, del mundo de la aristocracia rural en la isla de Mallorca. En general, toda la narrativa villalonguiana gira entorno a la decadencia de la aristocracia mallorquina en un proceso iniciado con la stira incisiva de Mort de dama (1931), y continuado, entre otras obras, en Desenlla a Montlle (1963), Flor la Vigne (1974), La gran batuda (1968) y Les runes de Palmira (1972). Merc Rodoreda (1909-1983), por su lado, ha llegado a ser una de las figuras de ms prestigio en la novelstica catalana contempornea. Tras la Guerra Civil se exili en Francia y, dejando de lado la obra anterior, se dedic a la elaboracin de una obra que se ha caracterizado por un impecable rigor y una gran solidez. Entre sus ttulos sobresale La plaa del Diamant, uno de los mejores testimonios de la guerra espaola con la creacin del personaje femenino Colometa/Natlia que vive en la retaguardia

barcelonesa y se convierte en smbolo y vctima de la atmsfera de los aos de la guerra y de la posguerra. Con anterioridad, haba publicado Aloma (1938) y Vint-i-dos contes (1958), y posteriormente El carrer de les Camlies (1966), Jard vora el mar (1967) y, sobre todo, Mirall trencat (1974). La narrativa del exilio americano La buena seal que supuso la aparicin consecutiva de dos novelas de alto nivel justo al empezar la dcada de los sesenta, continu con la recuperacin de los escritores llegados del exilio americano. Por un lado, Llus Ferran de Pol, Joan Sales, Pere Calders y Avel.l Arts-Gener, Tsner, que se haban establecido en Mxico; por otro, Vicen Riera Llorca que encontr acogida en la Repblica Dominicana y tambin Xavier Berenguel que, en el ao 1954, haba vuelto de Chile. La mayora, adems de un exilio poco o muy largo, haban compartido la aventura de una activa participacin, desde el bando republicano, en la guerra espaola. La narrativa de Llus Ferran de Pol (1911-1996) se halla entre las que han asumido de manera ms clara la influencia mexicana y el impacto de las culturas precolombinas. As se demuestra en la recreacin mitolgica maya-quich de Abans de lalba (1954), en las narraciones de La ciutat i el trpic (1956) y en la novela rem quatre (1960). Tambin es autor de Miralls trbols (1966), que explica la historia de un fracaso en el marco de los aos veinte. Joan Sales (1912-1983), por su lado, es conocido sobre todo por una tenaz labor de editor, pero tambin escribi una de las novelas ms emblemticas de la posguerra, Incerta glria (1965-1969), que narra la complejidad interior de unos personajes a partir del revulsivo que les supondr la guerra de 1936-39. Uno de los nombres de ms peso literario entre los que rodaron por el exilio americano fue el de Pere Calders (1912-1994), que sobresali cultivando el cuento y la narrativa corta. Ha sido uno de los narradores ms originales y slidos de la literatura catalana contempornea con una estrategia narrativa que lo lleva a una recreacin de la realidad a travs de la imaginacin y de la fantasa. Sus historias, impregnadas de irona, se caracterizan por la introduccin de elementos inslitos y efectos sorprendentes en el marco de una aparente cotidianidad realista. Entre sus ttulos ms importantes se cuenta Crniques de la veritat oculta (1955), Dem a les tres de la matinada (1959) e Invasi subtil i altres contes (1978). Tambin ha publicado novelas, entre las cuales Unitats de xoc (1938), Ronda naval sota la boira (1966) y Gaeli i lhome du (1986). Siempre cerca de Calders y con una biografa estrictamente paralela, Avel.l Arts-Gener, Tsner, (1912) es un novelista de fuerza que se ha dejado llevar por el cultivo de la imaginacin y por un despliegue de tcnicas narrativas en constante renovacin. Este es el caso de Les dues funcions de circ (1966), Paraules dOpoton el Vell (1968), Prohibida levasi (1969) y Enquesta del canal 4 (1973), entre otros ttulos. Tsner tambin es autor de unas impresionantes memorias, Viure i veure (1989-1996), que se han configurado como un documento primordial de la historia de Catalua del siglo xx. El nombre de Vicen Riera Llorca (1903-1991) se seala entre los pocos novelistas que la crtica ha insertado en las coordenadas del realismo histrico, a partir, fundamentalmente, de la experiencia narrada en Tots tres surten per lOzama (1946), donde explica la difcil adaptacin en el exilio. Luego, y en roderas similares, public la novela de personaje colectivo, Roda de malcontents (1968). Finalmente, la novelstica de Xavier Berenguel (1905-1990), que ya se haba dado a conocer en la dcada de los veinte y treinta, asumi durante los cincuenta y los sesenta la influencia de Graham Greene y de Franois Mauriac, y public El testament (1955), Gorra de plat (1967), Els venuts (1969), Icria, Icria (1974) y Llibre del retorn (1977). El grupo de Cita de narradors

En el ao 1957, el ensayo colectivo Cita de narradors (1958) gan la convocatoria del premio Josep Yxart. Ante la precariedad de un panorama cultural que haca difcil la difusin y la reflexin crtica, los cinco narradores Maria Aurlia Capmany, Manuel de Pedrolo, Joan Perucho, Jordi Sarsanedas y Josep M. Espins optaron por leerse mutuamente y especular, por parejas, sobre la bondad, los lmites, los aciertos y las dificultades de su obra respectiva. Manuel de Pedrolo (1918-1990), el novelista ms prolfico de la literatura catalana, orient su narrativa con voluntad de asumir los cambios estructurales y tcnicos de la novela del siglo xx. Escritor armado con un espritu totalizador, Pedrolo rehuy el encasillamiento en una sola manera de narrar y ensay las mltiples posibilidades de la novela, una parte de la cual responde a los parmetros del realismo convencional (Balan fins a la matinada, 1963; Cendra per Martina, 1965; Un amor fora ciutat, 1970) y las once novelas del ciclo Temps obert, entre otras. Por otra parte, sin embargo, se trata de una novelstica con voluntad de renovacin que ha construido obras de visin calidoscpica, de aparente desorden interno, textos dobles y estrategias de collage (Espais de fecunditat irregular/s, 1973; Text/Cncer, 1974; Successimultani, 1980). Finalmente, ha sido un escritor de gnero que ha cultivado con xito la novela policiaca y de ciencia ficcin, como en el caso de Mecanoscrit del segon origen (1977). La narrativa de Maria Aurlia Capmany (1918-1991), autora de amplios registros, bascula entre el psicologismo de las primeras novelas en obras como Necessitem morir (1952) y Betlia (1956); el cultivo de la novela histrica en Un lloc entre els morts (1967) y El cap de sant Jordi (1988), y narraciones de tonos feministas como Feliment sc una dona (1969), Lo color ms blau (1982) y Aquelles dames daltres temps (1990). Poeta y narrador, Joan Perucho (1920) se ha convertido en el escritor de lo fantstico y el constructor de una novelstica de mundo onrico y alta originalidad que mezcla la erudicin de libros raros, elementos naturales inslitos, aspectos de la historia convencional y una confusin de faunas y floras de la mitologa fantstica. Entre sus ttulos ms clebres se cuenta Llibre de cavalleries (1957), Les histries naturals (1960), Aparicions i fantasmes (1968), Botnica oculta (1969), Les aventures del cavaller Kosmas (1981) y Pamela (1983). ltimamente ha publicado El bar de Mald i les bsties de linfern (1994) y Les presncies secretes (1995). Tambin Jordi Sarsanedas (1924) ha cultivado la poesa y, como narrador, es autor de Mites (1954), un libro de cuentos que la crtica ha considerado una de las obras ms innovadoras de la literatura de la posguerra. Ha publicado las novelas Contra la nit dOboixang (1952), El martell (1956), El balc (1969) y La noia de la sorra (1981). Josep M. Espins (1927) se ha convertido en un autor todo terreno interesado, sobre todo, en comunicarse con el pblico a travs de un lenguaje sencillo y familiar. Ha cultivado el periodismo literario y ha llegado a ser uno de los escritores ms ledos de la literatura catalana actual. Ha practicado el viaje a pie y, de la experiencia, ha hecho una literatura que mezcla la pica y el costumbrismo de la propia caminata con las reflexiones de un observador agudo de la realidad. Como novelista es autor de El gandul (1955), Combat de nit (1959) y, entre otras, Vermell i passa (1992). Desde una perspectiva generacional, la nmina de Cita de narradors se redondea con otros nombres como Teresa Pmies (1919), memorialista de la revolucin y del exilio cataln en obras como Testament a Praga (1971), Quan rem capitans (1974) y Quan rem refugiats (1975); Guillem Viladot (1922), poeta experimental y narrador costumbrista en las prosas de Memria de Riella (1959-74) y novelista de verbo contundente en La cendra (1972), Lamo (1982) y Joana (1991); Josep Vallverd (1922), uno de los autores ms slidos y clebres de narrativa infantil y juvenil; el mallorqun Blai Bonet (1926-1997),

novelista experimental y de inquietudes existencialistas en El mar (1958), Judes i la primavera (1963) y Mister Evasi (1969); Ramon Folch i Camarasa (1926), con Sala despera (1961), La visita (1965) y Sala de miralls (1982); y Estanislau Torres (1927), autor de La xera (1962), Els ulls i la cendra (1966) y La derrota (1966). El puente hacia los setenta A ltimos de la dcada de los sesenta y primeros de la de los setenta se dieron a conocer autores nuevos que, o bien se comportaban como un puente abierto a nuevas generaciones (es el caso de Miquel ngel Riera, Olga Xirinacs, Vctor Mora, Joaquim Carb, M. ngels Anglada y Emili Teixidor), o anunciaban el esplendor ms inminente en el caso de Antoni Serra, Baltasar Porcel y Joan F. Mira. Miquel ngel Riera (1930-1996) ha sido un escritor de xito tardo pero de una extraordinaria singularidad. En la tetraloga formada por Fuita i martiri de sant Andreu Mil (1973), Morir quan cal (1974), Lendem de mai (1978) y Panorama amb dona (1983), ha reflexionado sobre la condicin humana y el impacto de la Guerra Civil en la sociedad agraria mallorquina. Luego, con Els dus inaccessibles (1987) e Illa Flaubert (1990) su obra ha ocupado espacios progresivos de lirismo, estrategias de intertextualidad y juegos de literatura dentro de la literatura. Tambin de 1930 es Maria ngels Anglada, narradora y poeta de fina sensibilidad y profunda conocedora del mundo clsico. Es autora, entre otras obras, de las novelas Les closes (1979), Sandlies descuma (1985), Artemsia (1989), El viol dAuschwitz (1994) y Quaderns dAram (1997). Vctor Mora (1931), junto a Vicen Riera Llorca, est considerado uno de los novelistas adscritos al realismo histrico. Su narrativa se inici con los cuentos de El caf dels homes tristos (1966) para consolidarse, sobre todo, en la triloga formada por Els pltans de Barcelona (1966), El tramvia blau (1984) y Pars flash-back (1978); tres novelas que discurren como crnica de la clandestinidad y un retablo de los aos cincuenta y sesenta. ltimamente ha publicado La dona dels ulls de pluja (1993) y Entre silencis destels i tombes (1995). Joaquim Carb (1932), por su parte, destaca como uno de los nombres conspicuos de la literatura para chicos y chicas, tras unos inicios en la novelstica para adultos que comprende obras como Els orangutans (1967) y Lescapada (1967). Del mismo ao 1932 es Olga Xirinacs, poeta y novelista, autora entre otras novelas de Al meu cap una llosa (1985), Mar de fons (1988) y Tempesta dhivern (1990), adems de publicar narrativa para jvenes. Tambin Emili Teixidor (1933) ha llegado a ser