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Alejandría de Egipto fue el lugar donde el cristianismo se puso en contacto más directo con el helenismo que en ninguna otra metrópoli del Oriente o del Occidente. Por eso mismo fue en este ambiente donde plantearon el problema fundamental de la teología, el problema de la fe y la ciencia, y el problema, con él relacionado, de la fundamentación y defensa filosóficas de la fe. La potencia intelectual del genio griego ayudó a hacer del cristianismo una fuerza espiritual y contribuyó a desarrollar una elevada teoría del conocimiento, capaz de avanzar mucho hacia la meta de contentar aun a las inteligencias más eminentes. Con todo, la búsqueda de una sabiduría más elevada y los comienzos de la investigación teológica no estaban exentos de peligros para la pureza de la fe. Alejandría se convierte en escenario de especulaciones doctrinales, pero también de controversias dogmáticas; en laboratorio donde se elabora y formula el dogma, pero donde se fraguan también teorías nuevas e interpretaciones personales, que con frecuencia no están de acuerdo con la doctrina tradicional de la Iglesia. La patria de la escuela teológica más famosa lo fue también de la peor herejía de la antigüedad cristiana, que trató de suplantar la verdad revelada con principios y métodos filosóficos. La cuna de la ciencia sagrada es también la cuna del arrianismo. Casi todos los escritores estuvieron envueltos en la gran controversia a que dio origen la rebelión del presbítero alejandrino Arrio. A pesar de los numerosos estudios hechos recientemente, los orígenes del arrianismo y su historia anterior al concilio de Nicea presentan problemas que aún no han hallado respuesta. Así, por ejemplo, se discute todavía si las ideas precursoras de la doctrina de Arrio se han de buscar en las teorías de Orígenes o más bien en las de Pablo de Samosata o Luciano de Antioquía. Arrio. Arrio (256-336), oriundo de Libia, recibió su formación teológica en Antioquía, en la escuela de Luciano, a quien el obispo Alejandro de Alejandría calificó como uno de los padres del arrianismo. De Antioquía pasó a Alejandría, donde, ordenado diácono y más tarde sacerdote, fue destinado a la iglesia de San Baucalis. Hacia el año 318 empezó a provocar muchas discusiones a causa de una doctrina teológica propia, que él presentaba en sus sermones como creencia de la Iglesia. Como escribió muy poco y sólo queda un número reducido de 1

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Alejandra de Egipto fue el lugar donde el cristianismo se puso en contacto ms directo con el helenismo que en ninguna otra metrpoli del Oriente o del Occidente. Por eso mismo fue en este ambiente donde plantearon el problema fundamental de la teologa, el problema de la fe yla ciencia, y el problema, con l relacionado, de la fundamentacin y defensa filosficas de la fe. !a potencia intelectual del genio griego ayud a hacer del cristianismo una fuer"a espiritual y contribuy a desarrollar una ele#ada teora del conocimiento, capa" de a#an"ar mucho hacia la meta de contentar aun a las inteligencias ms eminentes. $on todo, la b%squeda de una sabidura ms ele#ada y los comien"os de la in#estigacin teolgica no estaban e&entos de peligros para la pure"a de la fe. Alejandra se con#ierte en escenario de especulaciones doctrinales, pero tambin de contro#ersias dogmticas' en laboratorio donde se elabora y formula el dogma, pero donde se fraguan tambin teoras nue#as e interpretaciones personales, que con frecuencia no estn de acuerdo con la doctrina tradicionalde la (glesia. !a patria de la escuela teolgica ms famosa lo fue tambin de la peor hereja dela antig)edad cristiana, que trat de suplantar la #erdad re#elada con principios y mtodos filosficos. !a cuna de la ciencia sagrada es tambin la cuna del arrianismo. $asi todos los escritoresestu#ieron en#ueltos en la gran contro#ersia a que dio origen la rebelin del presbtero alejandrino Arrio. A pesar de los numerosos estudios hechos recientemente, los orgenes del arrianismo y su historia anterior al concilio de *icea presentan problemas que a%n no han hallado respuesta. As, por ejemplo, se discute toda#a si las ideas precursoras de la doctrina de Arrio se han de buscar en las teoras de Orgenes o ms bien en las de Pablo de +amosata o !uciano de Antioqua. Arrio.Arrio ,-./011/2, oriundo de !ibia, recibi su formacin teolgica en Antioqua, en la escuela de !uciano, a quien el obispo Alejandro de Alejandra calific como uno de los padres del arrianismo. 3e Antioqua pas a Alejandra, donde, ordenado dicono y ms tarde sacerdote, fue destinado a la iglesia de +an 4aucalis. 5acia el a6o 178 empe" a pro#ocar muchas discusiones a causa de una doctrina teolgica propia, que l presentaba en sus sermones comocreencia de la (glesia. $omo escribi muy poco y slo queda un n%mero reducido de fragmentos, es difcil hacerse una idea cabal de su doctrina original. $on todo, cabe determinar y resumir en pocas palabras sus ideas fundamentales.$omo base de su sistema se encuentra un a&ioma que le impidi desde un principio entender rectamente las relaciones entre Dios Padre y Dios Hijo. Este principio afirmaba que la di#inidad tiene que ser necesariamente, no slo increada, sino ingnita. +e segua lgicamente que el Hijo de Dios, el Logos, no poda ser verdadero Dios. Es el primero de las criaturas de 3ios y, como todas las dems, fue creado de la naday no de la substancia di#ina. Es un Dios de segundo orden. Hubo un tiempo en que el Hijo de Dios no eista . Es 5ijo de 3ios, pero no en el sentido metafsico de la palabra, sino en su sentido moral. !e leatribuye impropiamente el ttulo de Dios, porque el "nico Dios verdadero lo adopt como Hijo en previsin de sus mritos. 3e esta filiacin por adopcin no resulta ninguna participacin real en la di#inidad, ninguna semejan"a #erdadera con ella. 3ios no puede tener ning%n semejante. El !ogos ocupa un lugar intermedio entre 3ios y el uni#erso. 3ios lo cre para que fuera el instrumento de la creacin. El Espritu +anto es la primera criatura del !ogos. Es menos 3ios toda#a que el !ogos. El !ogos se hi"o carne en el sentido de que cumpli en 9esucristo la funcin del alma.Esta doctrina es un producto tpico del racionalismo teolgico. +atisfaca plenamente a las inteligencias superficiales, pues daba una respuesta sencilla y fcil a la intrincadsima cuestinde las relaciones que e&isten entre 3ios Padre y 3ios 5ijo. Ahorraba a Arrio y a sus secuaces el trabajo de in#estigar la #ida ntima de 3ios, puesto que negaba que e&istieran en El 7relaciones internas. Este carcter racionalista atrajo a muchos a la hereja. Adems, estas falsas ideas presentaban muchos puntos de contacto con las teoras neoplatnicas, toda#a en boga, sobre seres intermediarios entre 3ios y el mundo' muchos estaban ya preparados para colocar entre estos seres al 3ios de los cristianos. 5ay que tener en cuenta, por fin, si se quiere comprender la fuer"a de este mo#imiento, que la teologa de Arrio no era enteramente nue#a. *o era otra cosa que la teora del subordinacionismo, pero lle#ada al e&tremo' en forma ms moderada, ya la haban profesado antes que Arrio otros que tu#ieron muchos seguidores.!a doctrina fue denunciada muy pronto como contraria a la tradicin. Efecti#amente, atacaba a la #erdadera naturale"a del cristianismo, al atribuir la redencin a un Dios que noera verdadero Dios y que, por lo mismo, era incapa# de redimir a la $umanidad. 3espojaba as a la fe de su carcter esencial.!a situacin se hi"o gra#e cuando, al recibir primero una in#itacin y luego una orden formal de abandonar la inno#acin, Arrio y sus seguidores se negaron obstinadamente. Alejandro, a la sa"n obispo de Alejandra, crey su deber con#ocar a toda la jerarqua de Egipto. +e reunieron en snodo casi un centenar el a6o 178' la reunin se celebr en Alejandra. Arrio fuecondenado' l y sus adictos fueron depuestos. !ejos de aceptar su e&comunin, Arrio puso objeciones a la sentencia y trat de ganar adeptos entre sus antiguos compa6eros de estudios de Antioqua. Algunos eran ya obispos' el ms influyente de todos ellos, Eusebio de *icomedia, recibi calurosamente al heresiarca y le prest su ms completo apoyo' siendo tambin l discpulo del maestro de Arrio, !uciano de Antioqua, comulgaba con sus mismas ideas. !a disensin se e&tendi de esta manera a la (glesia griega, y el peligro iba en aumento.Para "anjar la cuestin, $onstantino con#oc en *icea el primer concilio ecumnico, en el que participaron ms de 1:: obispos. Aqu no solamente se mantu#o, sino que se confirm la sentencia de Alejandro contra Arrio. Para cortar el paso a todo nue#o brote de la contro#ersia, el concilio redact el clebre +mbolo *iceno.El emperador desterr a Arrio a (liria, pero #ol#i a llamarlo el a6o 1-8. !os obispos reunidosen el snodo de ;iro y 9erusaln, el a6o 11., decidieron admitirle de nue#o en la (glesia y rehabilitarlo en su rango dentro del clero. $onstantino orden que el obispo de $onstantinoplalo reconciliara solemnemente. Pero Arrio muri repentinamente la #spera del da se6alado ,11/2Alejandro de Alejandra.%na de las figuras cla#e del concilio de *icea ,1-.2 fue Alejandro, quien sucedi a Aquilas como obispo de Alejandra hacia el a6o 17-. 3urante su pontificado brot la contro#ersia arriana y sigui arrastrando el cisma meleciano. Alejandro defendi la fe contra ambos peligros. $on Arrio emple primeramente amabilidad y ad#ertencias paternales, y trat de ganarlo nue#amente mostrndole que sus puntos de #ista eran contrarios a la tradicin. +in embargo, cuando el heresiarca y sus seguidores rehusaron someterse, casi un centenar de obispos se agruparon en torno a Alejandro en un snodo ,1782 censurando sus falsas doctrinas y e&comulgaron a su autor y a sus adeptos. regorio de *acian"o ,Orat. C1,112. A la muerte de Eusebio, el a6o 1@:, le sucedi como obispo de $esarea, metropolitano de $apadocia y e&arca de la dicesis ci#il del Ponto. En sus nue#as funciones se granje inmediatamente el amor de su pueblo. Eund hospitales para enfermos y para las #ctimas de enfermedades contagiosas, hogares para los pobres y hospicios para #iajantes y e&tranjeros, hasta el punto de que >regorio *acianceno habla de toda una Dnue#a ciudad.D En su lucha contra el arrianismo, que go"aba del apoyo estatal, supo combinar una acti#idad incesante con una gran sabidura y prudencia. En sus relaciones con el emperador loria al Padre por el 5ijo en el Espritu +anto. +e consideraba la primera como una inno#acin. 4asilio se justifica diciendo que la primera es tan ortodo&a como la segunda e insiste en que la (glesia usa ambas. +iendo el 5ijo y el Espritu +anto de la misma idntica substancia del Padre, les corresponde a los dos igual honor que al Padre, como lo prueban la Escritura y la tradicin. Por consiguiente, la primera frmula, Dcon el 5ijo juntamente con el Espritu +anto,D es hasta ms apropiada que la segunda, porque establece la distincin de las Personas di#inas, pero al mismo tiempo da claro testimonio de la eterna comunin y perpetua conjuncin que e&iste entre ellos. 3e esta manera sir#e para refutar al sabelianismo y al arrianismo a la #e". 3e este tratado, que 4asilio dedic a su amigo Anfiloquio, obispo de (conium, se sir#i seis a6os ms tarde +an Ambrosio como de fuente para su De Spiritu Sancto' por este medio las ideas de +an 4asilio llegaron al Occidente.-. ;ratados ascticos+e da el nombre de Ascetica a un grupo de trece escritos atribuidos a 4asilio, entre los que se incluyen algunas obras espurias junto a otras que son ciertamente autnticas. 7. =oralia ,l_ mnOoF2!os -oralia son una coleccin de ocho reglas o instrucciones morales ,regulae2, cada una de ellas respaldada por citas del *ue#o ;estamento. Aun cuando la obra est dedicada a los cristianos en general y trata primeramente de deberes de ndole general, de hecho es una #igorosa e&hortacin en fa#or de la #ida asctica. Es la pie"a ms antigua y ms importante del Corpus asceticum. +an 4asilio la compuso durante su estancia en el (ris, en el Ponto, estando con l >regorio *acianceno. Es su primera obra asctica, que public con el prlogo @ De iudicio Dei a modo de prefacio. El prlogo 8 De fide lo agreg ms tarde l mismo. -. !as dos Aeglas monsticas+on de origen ms reciente las dos series de DreglasD que son fruto de preguntas hechas por los monjes a quienes #isitaba +an 4asilio. En su forma actual, la primera, titulada +eglas detalladas ,+egulae fusius tractalae2, discute en .. prrafos los principios de la #ida monstica' la segunda, las +eglas breves ,+egulae brevius tractatae2, en 171 captulos, su aplicacin a la #ida cotidiana de una comunidad monstica !as dos estn dispuestas en forma de preguntas y respuestas, y se fundan en notas de con#ersaciones pastorales sostenidas por 4asilio con miembros de sus monasterios, tal como las copiaron los taqugrafos. !a redaccin ms antigua de una coleccin de este tipo de preguntas y respuestas ya no e&iste en su te&to original griego, pero s en #ersiones siracas y en una traduccin latina de Aufino. Este %ltimo parece que la recibi de su maestro E#agrio Pntico ,cf. supra, p.7@@2, quien se la haba lle#ado consigo en su huida a $onstantinopla y Palestina. Esta forma primiti#a acusa la influencia de Eustatio de +ebaste, #iejo amigo de 4asilio, que propag la #ida monstica en elAsia =enor, antes de que la abra"ara 4asilio. C. 5omilas y sermones78+an 4asilio se distingue de sus grandes contemporneos en que no escribi ning%n comentario cientfico sobre los libros de la +agrada Escritura. +u habilidad e&egtica la demuestra en sus numerosas homilas. 3espleg en ellas los artificios de la retrica antigua. Emplea generosamente los recursos de la +egunda +ofstica, la metfora, la comparacin, la Decphrasis,D las figuras gorgianas y el paralelismo, como era moda en su tiempo' pero en esto es ms comedido que los dos >regorios y nunca considera estos refinamientos como el elemento principal de sus sermones. Es, sin duda alguna, uno de los ms brillantes oradores eclesisticos de la antig)edad, que sabe combinar el aparato retrico con la simplicidad de pensamiento y la claridad de e&presin. no quiere agradar a sus oyentes, sino mo#er sus conciencias.7. (n 5e&aemeronEntre sus homilas, el puesto de honor corresponde a las nue#e homilas sobre el He.(meron, la narracin de los Dseis dasD de la creacin contenida en >nesis 7,70-/. !as pronunci siendo toda#a presbtero, antes del a6o 1@:, como sermones de cuaresma, dentro de una misma semana, pues algunos das predicaba dos #eces, por la ma6ana y por la tarde. Aunque lle#an se6ales de impro#isacin, fueron muy estimadas en Oriente y Occidente. *o hay en la literatura griega de la tarda poca ninguna obra que pueda compararse en belle"a retrica con estas homilas. Ambrosio se apro#ech bastante de ellas para sus propias homilas sobre el mismo tema. [a para el a6o CC: haba aparecido una traduccin latina hecha por el africano Eustatio.4asilio dice claramente que no est interesado en la interpretacin alegrica del >nesisV$ono"co las leyes de la alegora, aunque no por haberlas in#entado yo mismo, sino por haber trope"ado con ellas en obras de otros. !os que no admiten el sentido ordinario de las Escrituras, no llaman al agua sino oir cosa. (nterpretan una planta o un pe" como se les ocurre. E&plican la naturale"a de los reptiles y de las fieras de forma que se ajuste a sus propias alegoras, como los intrpretes de sue6os que e&plican los fenmenos de los sue6os como les #iene bien para sus propios intentos. [o, en cambio, cuando oigo la palabra hierba, entiendo que quiere decir hierba. Planta, pe", bestia sal#aje, animal domstico X yo tomo todas estas palabras en su sentido literal, Dporque no me a#erg)en"o del E#angelioD ,He.. ?,8:2.+e propone dar una concepcin cristiana del mundo en contraste con las nociones paganas antiguas y con el maniquesmo, mostrando al $reador tras la creacin. ;ra"a un cuadro lleno de colorido de la belle"a de la naturale"a y describe las mara#illas del cosmos en un sorprendente alarde de ciencia natural y de filosofa, que slo puede hacer quien est al corriente de la in#estigacin y de la ciencia contemporneas. =uchas de sus e&plicaciones estn tomadas de Aristteles, Platn y Poseidonio. 3ebe tambin algo a Plotino, aunque nuncale menciona. +us homilas tambin son, pues, importantes a causa de las fuentes que utili"an. En la %ltima anuncia una conferencia sobre el hombre como imagen de 3ios. *o parece que lallegara a pronunciar nunca, pues Ambrosio slo conoce nue#e homilas, y >regorio de *isa compuso su De hominis opificio con el fin e&clusi#o de completar la obra de su hermano. *o autnticos los dos sermones De hominis structura ,P> 1:, ?0/72 ni otro sermn, De paradiso ,P> 1:,/[email protected]. 5omilas sobre los salmos+e atribuyen a +an 4asilio unas 78 homilas sobre los +almos. *o parece que son autnticas ms que 71. ;ratan de los salmos [email protected]?.1-.11.CC.C..C8..?./7 y 77C ,seg%n la numeracin griega2. +u intencin es edificar y hacer aplicaciones morales, ms que dar una interpretacin e&egtica del te&to, como se echa de #er por la introduccinV D!os profetas ense6an una cosa' los libros histricos, otra' toda#a es cosa distinta lo que se ense6a en la !ey, y distinto tambin lo que se ense6a en los libros sapienciales. El libro de los +almos 7?recoge lo que hay de ms apro#echable en todos los dems' anuncia el futuro, recuerda el pasado, dicta las leyes de la #ida, nos ense6a nuestros deberes' en una palabra, es un tesoro uni#ersal de e&celentes ense6an"asD ,Hom. in %s. 7 n.72. El autor se sir#e a manos llenas del Comentario de los Salmos de Eusebio de $esarea ,cf. infra, p.1.12.1. $omentario sobre (saas;ambin el e&tenso comentario a (saas 707/ copia considerablemente del Comentario sobre los Salmos y del Comentario sobre $saas del mismo Eusebio. .. $artas!as cartas de +an 4asilio nos descubren, mejor a%n que sus homilas, su fina educacin y su gusto literario.!a correspondencia de +an 4asilio es una fuente #ariada de #aliossima informacin para la historia de la (glesia 3ental en el siglo (regorio de *acian"o y >regorio de *isa, siguieron las huellas de su maestro, dando mayor firme"a a sus posiciones teolgicas y utili"ndolas como base para ulteriores progresos.-:-. El homoousiosEl esclarecimiento que 4asilio introdujo en el uso de los dos trminos, ousia e /#postasis, contribuy sobremanera a que el homoousios niceno fuera adoptado uni#ersalmente y triunfara en el concilio de $onstantinopla ,1872 la postura de los $apadocios. +an 4asilio afirm muy enfticamente la unidad numrica de 3ios. El pasaje en su carta -7:,., que hemoscitado ms arriba ,p.-C:2, para todo el que lo e&amine de cerca, prueba que 4asilio estaba muy interesado en e#itar tanto el peligro del politesmo como el del sabelianismo. EscribeV DWuien deja de confesar la comunidad de esencia o de substancia cae en el politesmo,D y en su homila -C,1 encontramos este lugar paraleloV D$onfiesa ana sola ousia en los dos Yel Padrey el 5ijoZ para no caer en el politesmo.D Afirmaciones como stas no cabe compaginarlas conel punto de #ista de los homoianos, que sostenan que hay tres formas de e&istencia, unas y otras de naturale"a semejante, formando entre todas la 3i#inidad, en #e" de afirmar una sola 3i#inidad que e&iste permanentemente en tres formas distintas de e&istencia. 1. Espritu +antoBna de las ra"ones que contribuyeron a despertar la sospecha de que 4asilio comparta las ideas de los semiarrianos fue que l, en su tratado De Spiritu Sancto, nunca llama e&plcitamente D3iosD al Espritu +anto. Eue por esta reser#a suya por lo que atacaron los monjes a 4asilio. Atanasio ,p. /- y /12 les escribi defendindole y les inst a considerar su intencin y propsito ,su oi/onomia01 D+e hace dbil con los dbiles para ganar a los dbiles.DEn el panegrico de >regorio de *acian"o ,/80/?2 aprendemos algo ms sobre esta reser#a que dio pie a que #arios obispos reprocharan se#eramente a 4asilio ,cf. >regorio de *acian"o, p. .82V+us enemigos estaban alerta sobre la mera e&presin Del Espritu es 3ios,D que, aunque #erdadera, ellos y el mal#ado jefe de la impiedad imaginaron que era impa, para desterrarle de la ciudad a l y a su poder de ense6an"a teolgica, adue6ndose ellos de la (glesia y con#irtindola en base de operaciones desde donde podran in#adir, como desde una ciudadela, el resto del mundo con su doctrina mal#ada. En consecuencia, usando otras e&presiones y testimonios inequ#ocos que tenan el mismo sentido y empleando argumentos que lle#aban a la misma conclusin, se impuso a sus ad#ersarios, de manera que quedaron sin rplica, en#ueltos en sus propias admisiones X prueba sta, la ms grande posible, de habilidad dialctica X. Esto mismo se deduce tambin del tratado que Y4asilioZ sobre este tema escribi, como con pluma que mojara en el tintero del Espritu. Aeser# para ms tarde el uso del trmino e&acto, rogando como un fa#or al mismo Espritu y a sus celosos campeones que no se incomodaran por su oihonomia Yal e#itar la afirmacin e&presa el Espritu +anto es 3iosDZ ni pusieran en peligro por ambicin toda la causa por aferrarse a una sola e&presin, en una crisis en que estaba en peligro la religin. !es asegur que no sufriran da6o por un le#e cambio de palabras y porque ense6ara la misma #erdad con trminos distintos. *uestra sal#acin, en efecto, no es tanto cuestin de palabras como de acciones.El reconoci ms que ning%n otro que el Espritu es 3ios' esto es e#idente, porque lo proclam p%blicamente muchas #eces, siempre que se le ofreca la ocasin, y lo confesaba con #ehemencia a los que le preguntaban en pri#ado. En su p. 78?,.0@ afirma con claridad y sin lugar a dudasV\Wu fundamento hay para aplicar al Espritu todos los dems atributos igual que al Padre y al5ijo, y pri#arle solamente de la di#inidad] +an 4asilio sostiene abiertamente, con la mayora de los Padres griegos, que el Espritu +anto procede del Padre por medio del 5ijo. Procede del Padre, pero no por generacin, como el 5ijoV es el hlito de su boca ,De Spiritu Sancto C/,182 pero al mismo tiempo Dla bondad natural, la santidad inherente y la dignidad real que del Padre, a tra#s del Bnignito, se e&tiende al EsprituD ,ibid., C@2. !e llama tambin Espritu del 5ijo, pero con ello no quiere decir que sea el 5ijo la fuente %nica del Espritu, como pretenda Eunomio ,Adv. unomium -,1C2. !a +agrada Escritura le llama DEspritu del PadreD y DEspritu del 5ijo,D porque el 5ijo -7tiene todo en com%n con el Padre ,De Sp. +. 78,C.2. 4asilio da a entender, aunque no lo diga e&presamente, que el Espritu +anto es, en cierto sentido, por el 5ijo y procede de El ,Adv. unomiun -,1-2.C. Eucarista.Bno de los documentos ms notables acerca de la Eucarista y de la historia de la sagrada comunin es la p. ?1 de 4asilio, dirigida a la matrona patricia $esara el a6o 1@- Atestigua la costumbre de reser#ar el sacramento en las casas de las personas particulares para su uso pri#ado, la costumbre de comulgar diariamente y la fe en la presencia del cuerpo y de la sangre del +e6orV[ el comulgar cada da y participar del santo cuerpo y sangre de $risto es bueno y muy %til' pues dice El claramenteV DEl que come mi carne y bebe mi sangre tiene #ida eternaD ,(o /,.C2. Porque \quin pone en duda que participar continuamente de la #ida no es otra cosa que #i#ir de muchos] *osotros ciertamente comulgamos cuatro #eces a la semanaV el domingo, el mircoles, el #iernes y el sbado, y otros das si es conmemoracin de alg%n santo. [ el que alguno se #ea for"ado en tiempo de persecucin a recibir la comunin con su propia mano, noestando presente el sacerdote o el ministro, es superfluo el mostrar que de ninguna manera es gra#e, pues lo confirma con su prctica una larga costumbre. Porque todos los monjes que #i#en en los desiertos, donde no hay sacerdotes, conser#ando la comunin en casa, la reciben por s mismos. En Alejandra y en Egipto, cada uno, aun de los seglares, por lo com%n tiene comunin en su casa y comulga por s mismo cuando quiere. Porque despus que el sacerdoteha reali"ado una #e" el sacrificio y lo ha repartido, el que lo recibe todo de una #e" debe creer con ra"n, al participar de l despus cada da, que participa y lo recibe del que se lo ha dado. Pues tambin el sacerdote en la iglesia distribuye una parte, la cual retiene con todo derecho elque la recibe, y as la lle#a a la boca con su propia mano. Pues la misma fuer"a si uno recibe del sacerdote una parte o si se reciben muchas al mismo tiempo .. $onfesin.+an 4asilio ordena que el monje tiene que descubrir su cora"n y confesar todas sus ofensas, aun sus pensamientos ms ntimos, a su superior o a otros hombres probos Dque go"an de la confian"a de los hermanos.D En este caso, el puesto del superior puede ocuparlo alguno que haya sido elegido como representante suyo. *o hay la menor indicacin de que el superior o su sustituto tengan que ser sacerdotes. +e puede decir, pues, que 4asilio inaugur lo que se conoce bajo el nombre de Dconfesin monstica,D pero no as la confesin auricular, que constituye una parte esencial del sacramento de la penitencia.Gregorio de Naciano.&l igual que su amigo 4asilio, >regorio de *acian"o era tambin hijo de una familia aristocrtica y pudiente de $apadocia. Era casi de la misma edad que 4asilio y sigui el mismo curso de estudios. Pero es de un carcter totalmente distinto. *o tiene el #igor del granprncipe obispo de $esare ni su habilidad de jefe. Entre los telogos del siglo (< se le podra llamar el humanista, en cuanto que prefera la contemplacin tranquila y combinar la piedad asctica con la cultura literaria al esplendor de una #ida acti#a y de una buena posicin eclesistica. =as su naturale"a dbil y supersensible no le permiti seguir el anhelo de su alma, y no fue capa", en consecuencia, de oponerse a todas las influencias que le #enan de fuera. 3e ah naci, a lo largo de toda su #ida, cierta falta de resolucin. A6ora la soledad, y, sin embargo, las plegarias de sus amigos, su temperamento acomodaticio y su sentido del deber le hacen #ol#er al turbulento mundo y a los conflictos de la poca. 3e esta manera toda su carrera es un continuo huir del mundo para #ol#er nue#amente a l.--A pesar de ello, >regorio de *acian"o ha fascinado a los estudiosos por ms de mil a6os como el D3emstenes cristiano,D como le llamaban ya en el perodo bi"antino. Es, sin gnero de dudas, uno de los mayores oradores de la antig)edad cristiana y sobrepuja a su amigo 4asilio en el dominio de los recursos de la retrica helenstica. +i tu#o &itos en su #ida, los debi al poder de su elocuencia.>regorio naci, hacia el a6o 11:, en Arian"o, finca campestre al sudoeste de $apadocia, cercade *acian"o, donde su padre, que lle#aba el mismo nombre que l, era obispo. +u santa madre, *onna, era hija de padres cristianos. +u ejemplo tu#o una influencia decisi#a en la con#ersin de su marido, ocurrida el a6o 1-., y tambin en la educacin primera de su hijo, quien nos dice en uno de sus discursos ,-,@@2 que su madre le consagr a 3ios aun antes de nacer. *o se conoci con 4asilio hasta que, ya jo#en, empe" a asistir a la escuela de retrica de $esarea de $apadocia. 4asilio hubo de marchar pronto a $onstantinopla, a continuar su educacin, en tanto que >regorio acuda por bre#e tiempo a las escuelas cristianas de $esarea de Palestina y Alejandra de Egipto. $uando lleg a Atenas para completar sus estudios en aquella famosa sede del saber, su relacin anterior con 4asilio se con#irti en amistad ntima. En el discurso f%nebre que pronunci en presencia del cad#er de su amigo el a6o 187 nos ha dejado una descripcin interesantsima sobre la #ida uni#ersitaria en Atenas a mediados del siglo (regorio, que se mostr muy reacio. >regorio no lleg a tomar nunca posesin de su sede, sino que permaneci en *acian"o, donde continu ayudando a su padre. Al morir ste, se encarg l de la administracin de la dicesis de *acian"o, pero no por mucho tiempo. Bn a6o ms tarde se retiraba a +eleucia, en (sauria, para lle#ar una #ida de retiro y de contemplacin.;ampoco esta #e" pudo go"ar de la soledad por un perodo largo. El a6o 1@?, la insignificante minora nicena de $onstantinopla recurri a >regorio, instndole urgentemente que #iniera ensu ayuda y reorgani"ara su (glesia, que, habiendo estado oprimida por una serie de -1emperadores y ar"obispos arrianos, tena ahora esperan"a de un futuro ms halag)e6o, habiendo muerto regorio accedi, y de esa manera lleg a ser durante dos a6os una figura insigne en la historia poltica de la (glesia. $uando lleg a la capital, encontr todos los edificios eclesisticos en poder de los arrianos. Bn pariente suyo le ofreci su propia casa, quel consagr bajo el ttulo prometedor de Anastasia, iglesia de la Aesurreccin. $on sus elocuentes sermones atrajo pronto a un auditorio considerable. Eue en esta iglesia donde predic los famosos Cinco discursos sobre la divinidad del 2agos ,cf. infra, p.-.C2. $uando el -C de diciembre del 18: hi"o su entrada triunfal en la ciudad el nue#o due6o del Oriente, ;eodosio, fueron de#ueltos a los catlicos todos sus edificios. A >regorio se le hi"o solemne entrega de la iglesia de los Apstoles, adonde le condujo personalmente el emperador en procesin solemne. El segundo concilio ecumnico, con#ocado por ;eodosio y que abri sus sesiones en mayo del 187, reconoci a >regorio como obispo de la capital. +in embargo, cuando la jerarqua de Egipto y de =acedonia pusieron reparos a su nombramiento por ra"ones cannicas y tambin porque haba tenido lugar antes de su llegada, se disgust tanto, que en el espacio de pocos das renunci a la segunda sede de la cristiandad. Antes de partir pronunci en la catedral su sermn de despedida ,Orat. C-2 ante la asamblea episcopal y el pueblo. Aegres a *acian"o y se hi"o cargo de la dicesis hasta que, dos a6os ms tarde ,18C2, fue consagrado un digno sucesor de su padre en la persona de su amigo Eulalio. Aele#ado de esta carga, >regorio pas los %ltimos a6os de su #ida terrena en la finca de su familia, en Arian"o, consagrado enteramente a sus ocupaciones literarias y a prcticas monsticas, hasta que fue ali#iado tambin de su %ltima carga, su cuerpo enfermi"o. =uri el a6o 1?:.!. Sus Escritos.>regorio de *acian"o no fue, en absoluto, un escritor prolfico. *o compuso ning%n comentario bblico ni ning%n tratado dogmtico cientfico. +u legado literario consiste e&clusi#amente en discursos, poemas y cartas. El es el %nico poeta entre los grandes telogos del siglo (regorio reconoce la deuda que tiene en teologa con el gran obispo de $esarea. ;odo estudio serio que se haga de su pensamiento no har sino confirmar esta dependencia. A pesar de ello, >regorio representa un progreso claro respecto de +an 4asilio, no slo en su terminologa y en sus frmulas dogmticas, que son mejores, sino tambin en la reali"acin de la teologa como ciencia y en un conocimiento ms profundo de sus problemas. +e justifica, pues, que la posteridad le haya otorgado el ttulo de Del ;elogo.D En ms de una ocasin trata e&plcitamente, en sus obras, de la naturale"a de la teologa. As, en sus cinco discursos teolgicos ,-@0172 y en los sermones -: y 1-, que estn estrechamente relacionados con aquellos, desarrolla una serie de Ddiscursos sobre el mtodo,D una #erdadera metodologa en elsentido ms pleno de la palabra. 3iscute las fuentes de la teologa, las caractersticas del telogo, la ecclesia docens y la ecclesia discens, el objeto de la teologa, el espritu de la teologa, fe y ra"n, y la autoridad de la (glesia para formular definiciones dogmticas que obliguen.=. Doctrina trinitaria.Bn tema que asoma en casi todos sus discursos es la defensa de la doctrina de la ;rinidad. En el discurso Sobre el santo bautismo ,Orat. C:,C72 da un detallado resumen de sus ense6an"asV -C;e doy esta profesin de fe para que te sir#a de compa6era y protectora durante toda la #idaV Bna sola di#inidad y un solo poder, que se encuentran conjuntamente en los tres y que comprende a los tres por separado' no es distinta en substancias o naturale"as ni aumenta ni disminuye por adiciones o substracciones' es igual bajo todos los conceptos, idntica en todoV la conjuncin infinita de tres infinitos, siendo cada cual 3ios si se le considera aparte, tanto el Padre como el 5ijo como el Espritu +anto, conser#ando a cada cual su propiedad ,proprietas01 los tres un solo 3ios cuando se les contempla conjuntamente' lo primero, por ra"n de la consubstancialidad' lo segundo, por ra"n de la monarqua .En esta profesin de fe, >regorio trata de e#itar, como dice l e&presamente, tanto la hereja de Arrio como la de +abelioV ;res en cuanto a propiedades o h#postases, si alguno prefiere llamarles as, o personas, pues no re6iremos por cuestin de palabras, siempre que las silabas tengan el mismo significado' pero uno solo en cuanto a la substancia, es decir, en cuanto a la di#inidad. Porque estn di#ididos sin di#isin, por decirlo as, y estn unidos en la di#isin. !a di#inidad es %nica en los tres, y los tres son uno solo, en quienes est la di#inidad, o, para decirlo ms e&actamente, que son la di#inidad. E#itaremos las e&ageraciones y las deficiencias, sin hacer de la unidad una confusin ni transformar la di#isin en separacin. =antengmonos equidistantes de la confusin de +abelio y de la di#isin de ArrioV son dos males diametralmente opuestos entre s, pero de igual malicia. En efecto, \qu necesidad hay de contraer a 3ios en una falsa unidad o de di#idirlo en partes desiguales] ,Or. 1?,772.+i comparamos la doctrina de >regorio con la de 4asilio, ad#ertiremos, por una parte, un nfasis ms fuerte en la unidad y monarchia, es decir, en la soberana absoluta de 3ios, y por otra, una definicin ms precisa de las relaciones di#inas. >regorio emplea la doctrina de las relaciones para probar, contra las distorsiones racionalistas de los herejes, la coeternidad de las di#inas Personas y su identidad de substancia. $ada una de las tres Personas tiene una propiedad de relacin. +us propiedades son relaciones de origen. =ientras 4asilio trata de estacaracterstica de relacin como de una propiedad del 5ijo solamente, >regorio la estudia tambin como propiedad del Espritu +anto.$orresponde a >regorio el gran mrito de haber dado por #e" primera una definicin clara de los caracteres distinti#os de las Personas di#inas, las nociones implicadas en su origen y en sumutua oposicin. 5e aqu otro de los puntos en que >regorio supera a 4asilio. Este, en su Adv. unom. -,-8, da muestras de conocer bien las propiedadesde las dos primeras Personas de la ;rinidad, pero se declara incapa" de e&presar la propiedad de la tercera Persona, que espera entender slo en la #isin beatfica . >regorio se da perfecta cuenta de haber sido l quien encontr este trmino de DprocesinDVEl Padre es Padre sin principio, porque no procede de nadie. El Hijo es Hijo y no es sin principio, porque procede del Padre. Pero si hablas de principio en el tiempo, tambin El essin principio, porque es el Hacedor del tiempo y no est sometido al tiempo. El Espritu !anto es Espritu de verdad, que procede del Padre, pero no a manera de 1iliacin, porque no procede por generacin, sino por procesin ,me #eo precisado a acu6ar palabraspor amor a la claridad2. Porque ni el Padre dej de ser ingnito por haber engendrado, ni el 5ijo dej de ser engendrado por proceder del ingnito. \$mo podran hacerlo] 3ampoco el Espritu se $a convertido en Padre o Hijo porque procede o porque es Dios, aunque no locrean as los impos ,Or. 1?,7-2.>. Espritu !anto.!as %ltimas palabras se6alan un nue#o progreso en el desarrollo de la doctrina cristianaV >regorio no titubea, como lo hiciera +an 4asilio2, en e&presar, clara y e&plcitamente, la -.di#inidad del Espritu +anto. [a en 1@-, en un sermn p%blico, le llama D3iosD, y se preguntaVEn el quinto discurso teolgico, dedicado enteramente al Espritu +anto, deduce de su di#inidad el argumento para probar su consubstancialidadV D?El Espritu es Dios@ Evidentemente. Pues bien, ?es consubstancial@ Lo es, si es Dios' ,Or. 17,7:2. Entonces da una e&plicacin de la incertidumbre de otros tiempos como algo que est en armona con el orden establecido para la e#olucin de la re#elacin di#ina de la #erdadVEl Antiguo ;estamento proclam abiertamente al Padre, pero al Hijo de una manera m+s obscura. El *uevo 3estamento revel al Hijo claramente, pero slo insinu la divinidad del Espritu. &$ora el Espritu !anto convive con nosotros y se nos mani1iesta con mayorclaridad. *o era prudente proclamar abiertamente la di#inidad del 5ijo mientras no se reconociera la del Padre' tampoco lo era el imponer el peso del Espritu ,si #ale una e&presintan atre#ida2 mientras no se admitiera la di#inidad del 5ijo ,Or. 17,-/2.A. .ristologa.=s a#an"ada a%n que su doctrina sobre la ;rinidad y sobre el Espritu +anto es su cristologa, que mereci la aprobacin de los concilios de E1eso ,C172 y de .alcedonia ,C.72. +us famosas cartas a $ledonio sir#ieron a la (glesia de e&celente gua en los debates delsiglo siguiente. En ellas defiende la doctrina esencial de la humanidad completa de $risto, incluida un alma humana, contra las ense6an"as de Apolinar, que a1irma en la $umanidad de .risto un cuerpo y un alma animal, pero donde la di#inidad inhabitante hace las #eces del alma humana superior. Afirma que la humanidad de $risto es una ph#sis, porque consta de cuerpo y alma. Aecha"a e&plcitamente la cristologa del !ogos0+ar& y hace suya la del !ogos05ombre ,p. 7:-V P> 1@,-::4$2. D5ay dos naturale"as Yen $ristoZ, 3ios y hombre, porque en El hay cuerpo y almaD ,p. 7:7V P> [email protected]:A' cf. p. 7:-V P> 1@,-:742. ;odo aquel que sostenga que en $risto no hay alma humana, suprime el Dmuro de separacinD entre 3ios y el hombre. ;u#o que haber una inteligencia humana en .risto, porque es la inteligencia la que es la imagen del entendimiento di#ino. El entendimiento humano es as el la"o de unin entre 3ios y la carneV D!a mente se me"cla con la mente por estar ms pr&ima y estrechamente relacionada, y, por medio de ella, con la carne, por ser =ediador entre 3ios ylo carnalD ,p. 7:7.7:2.Eue )regorio el primero que aplic la terminologa trinitaria a la 1rmula cristolgica. Afirma que en $risto Dlas dos naturale"as son una por combinacin, habindose la di#inidad hecho hombre y quedando la humanidad di#ini"ada o como quiera que haya que e&presarlo.D 3iceV+i he de hablar con concisin, el +al#ador est hecho de elementos ,FppL o_O FppL2 que son distintos entre s, porque lo in#isible no es lo mismo que lo #isible, ni lo intemporal lo mismo que lo que est sometido al tiempo, y, sin embargo, no es dos personas ,FppLM o_O FppLM2, i3ios me librej Porque las dos naturale"as son una sola por la mi&tin, $abindose $ec$o Dios $ombre, y el $ombre Dios o como quiera uno epresarlo. [ digo elementos diferentes, porque es el re#erso de lo que ocurre en la ;rinidad' porque all reconocemos personas distintas para no confundir las h#postases, pero no elementos distintos, porque los tres son uno mismo en la 3i#inidad ,p. 7:7V P$ 1@,78:2.Esta comparacin del dogma trinitario con el cristolgico lle#ar, en el siglo siguiente, a adoptar la frmula de una $ipstasis respecto de .risto5 hay que reconocer que ni >regorio ni los otros dos $apadocios llegaron a conocer esta frmula.-/>regorio afirma, adems, en trminos inequ#ocos, la unidad de persona en $risto. 5ablando de ste diceV D+e a#ino a ser Bno compuesto de dos' dos naturale"as que se encuentran en Bno, no dos 5ijosD ,Or. 1@,-V EP 7::72. Esta unin no fue por gracia' >regorio acu6a la e&presin 'unidas en esencia'8, que result de gran importancia para la e#olucin ulterior dela doctrina cristolgica.B. /ariologa.[a mucho antes del concilio de Efeso ,C172, gracias a >regorio *acianceno, el trmino DtheotodosD se con#irti en piedra de toque de la ortodo&iaV+i alguno no cree que +anta =ara es la =adre de 3ios, est fuera de la 3i#inidad. +i alguno afirmare que ,3ios2 pas a tra#s de la regorio de*acian"o. El fue a *isa y all permaneci' pero no logr responder a la e&pectacin de su hermano y metropolitano, quien critic su falta de firme"a en el trato con la gente y su incapacidad para la poltica eclesistica ,4asilio, p. 7::,.8..?./:2, por no decir nada de los asuntos econmicos. Encontr, adems, una oposicin #iolenta por parte de los herejes de aquel lugar, quienes no dudaron en minar su posicin con acusaciones, que ellos mismos forjaron, de mal#ersar los fondos de la (glesia. 3e resultas, los obispos arrianos y los preladosde la corte se reunieron en snodo en *isa el a6o 1@/ y le depusieron en su ausencia. El mismo nos ha dejado ,p. /2 una narracin llena de #ida de la triunfal recepcin que le dispensaron cuando #ol#i a su dicesis a la muerte del emperador arriano eorgio, obispo arriano de su ciudad natal. +in embargo, el 1C/ pudo recibir a Atanasio a su #uelta del e&ilio, y hacia el a6o 1/7 fue elegido obispo de la comunidad nicena de !aodicea, cargo que ocup hasta su muerte. ;u#o gran &ito como profesor que saba combinar la erudicin clsica con la habilidad retrica, hasta el punto de contar entre sus alumnos en Antioqua a +an 9ernimo el a6o 1@C ,cf. p. 8C,12. Bno de los escritores eclesisticos ms fecundos y #erstiles de su tiempo, combati a los arrianos al flanco de Atanasio y 4asilio =agno, hasta que l mismo fue condenado al final como hereje. regorio de *isa escribi su Antirrheticus contra l' debi de morir hacia el 1?:.Diodoro de Tarso.La escuela e&egtica de Antioqua produjo en la persona de 3iodoro de ;arso a uno de sus mayores sabios y maestros. =uy estimado en #ida como columna de la ortodo&ia, un siglo despus de su muerte fue acusado de hereja y condenado como causante del nestorianismo. $omo profesor de la famosa escuela defendi contra los paganos y herejes la fe nicena y 1-cont entre sus discpulos a hombres como +an 9uan $risstomo y ;eodoro de =opsuestia. +esinti herido como nadie por el desafo de 9uliano el Apstata, quien durante su desgraciada campa6a persa fij sus cuarteles en Antioqua desde fines de junio del 1/- hasta el . de mar"odel 1/1 e hi"o todo cuanto pudo para restablecer el culto de los antiguos dioses. =ientras el emperador estaba entregado a la composicin de su gran obra Contra los *alileos, en la que trabaj Dmuchas nochesD ,!ibanios, Or. 78 n.7@82, 3iodoro se le#ant como Duna roca fuerte en medio del ocanoD ,;eodoreto, Hist. eccl. C,--2 a defender la di#inidad de $risto. Esto no sir#i ms que para encender a%n ms la ira del emperador, hasta el punto de que 9uliano le llama ,en la carta que hemos mencionado ms arriba2, Dsacerdote hechicero de los galileosD y Dastuto defensor de una religin propia de aldeanos,D cuya figura des#ada y semblante plido,as como su mala salud, son otras tantas pruebas de la ira de los dioses. Afirma que la di#inidad de $risto es una in#encin de 3iodoro y afirma que ste funda la eternidad de $risto en una leyenda, siendo as que en realidad $risto muri una muerte ignominiosa. El sucesor de 9uliano, .:,@7.0@-:2 qui"s sea espuria. $onser#amos tres sermones de C?,1?10C782. Estos dos %ltimos representan probablemente la misma homila en dos ediciones diferentes. En sus instrucciones del 9ue#es +anto, $risstomo trata de la institucin de la Eucarista y de la traicin de 9udas. En los sermones del .-,CC1082, que #a conoca +o"omeno ,Hist. eccl. 8,78,82, agradece a la multitud su lealtad y ensal"a la castidad y amor de su esposa, la iglesia de $onstantinopla, que en su ausencia haba recha"ado a todos los seductores.-. ;ratados.7. 3e sacerdotio*o hay obra de $risstomo que se cono"ca mejor y que se haya traducido y editado ms #eces que sus seis libros +obre el sacerdocio. Efecti#amente, siempre se le ha considerado como un clsico del sacerdocio y uno de los mejores tesoros de la literatura patrstica. !a obra misma no aporta ning%n dato para determinar la fecha. +crates 5ist. eccl. /,12 lo asigna al perodo en que era dicono ,187018/2. 3e todos modos, el a6o 1?- lo le# ya 9ernimo ,3e #ir. ill. 7-?2. El tratado adopta la forma de un dilogo entre $risstomo y su amigo 4asilio' el primero trata de justificar su conducta con ocasin del nombramiento de ambos como obispos el a6o 1@1. 4asilio haba informado a $risstomo que estaba dispuesto aseguir cualquier camino que tomara, bien sea declinando aquella dignidad, bien sea sometindose a ella' pero le rogaba que lo hicieran ambos de com%n acuerdo. 3ejando a su compa6ero bajo la impresin de que aceptaba su sugerencia, $risstomo esqui# la carpa sin comunicarle al otro su resolucin. Entre tanto, dijeron a 4asilio que $risstomo haba aceptado y le indujeron a hacer lo mismo. $uando se enter de que $risstomo le haba enga6ado, se sinti muy herido. !os %ltimos captulos del libro primero describen la indignacin de 4asilio y las primeras frases de la defensa de $risstomo, que se con#ierten enuna discusin sobre el sacerdocio en su ms alto grado, el oficio episcopal. En el segundo libro contin%a la defensa demostrando que su manera de obrar fue para bien de su amigo y de su grey, que obtu#o tan buen pastor en su persona. En cuanto a l, esqui# esta carga, porque un oficio as requiere un alma grande y noble y est lleno de dificultades y peligros. *o fue por insultar a sus electores por lo que huy l, sino porque estaba profundamente con#encido de su fragilidad. Aunque l nunca lo #aya a admitir, la #irtud y la caridad ardiente de 4asilio le hacen sobremanera apto para esa ele#ada dignidad. En el libro tercero refuta a quienes sospechan que declin esta dignidad por soberbia y #anagloria, demostrando que los que as piensan no tienen una concepcin #erdadera del sacerdote. Esto le lle#a a hablar, en uno de los pasajes ms bellos, sobre la grande"a del sacerdocioVEl sacerdocio, s es cierto que se ejerce sobre la tierra, pero pertenece al orden de las instituciones celestes, y con mucha ra"n. Porque no fue un hombre, no un ngel o arcngel, no otra potestad alguna creada, sino el Parclito mismo quien orden este ministerio e hi"o que hombres #estidos a%n de carne pudieran ejercer oficio de ngeles. Por lo cual, el sacerdoteha de ser tan puro como si se hallara en los cielos en medio de aquellas anglicas potestades... (magnate, te ruego, que tienes ante los ojos al profeta Elas' mira la ingente muchedumbre que lo rodea, las #ctimas sobre las piedras, la quietud y silencio absoluto de todos y slo el profeta que ora, #, de pronto, el fuego que baja del cielo sobre el sacrificio. ;odo esto es admirable y nos llena de estupor. Pues trasldate ahora de ah y contempla lo que entre nosotros se cumple, y #ers no slo cosas mara#illosas, sino algo que sobrepasa toda admiracin. Aqu est en pie el sacerdote, no para hacer bajar fuego del cielo, sino para quo descienda el Espritu +anto, y prolonga largo rato su oracin no para que una llama desprendida de lo alto consuma las #ctimas, sino para que descienda la gracia sobre el sacrificio y, abrasando las almas de todos los asistentes, las deje ms brillantes que plata acrisolada... Pues quien atentamente considera qu cosa sea estar un hombre en#uelto a%n de carne y sangre, y poder, no obstante, llegarse tan cerca de aquella biena#enturada y pursima naturale"a, se podr comprender bien qu tan grande sea el honor que la gracia del Espritu otorg a los sacerdotes. Porque por manos del sacerdote se cumplen no slo los misterios dichos, mas tambin otros que en nada les #an en "aga, ya en ra"n de su dignidad en s, ya enorden a nuestra sal#acin. En efecto, a moradores de la tierra, a quienes en la tierra tienen a%n C:su con#ersacin, se les ha encomendado administrar los tesoros del cielo, y han recibido un poder que ni a ngeles ni a arcngeles concedi 3ios jams. Porque no se les dijo a stosV D!o que atareis sobre la tierra ser tambin atado en el cielo, y lo que desatareis sobre la tierra serdesatado en el cieloD ,=t 78,782. $ierto que los que ejercen autoridad en el mundo tienen tambin poder de atar' pero es slo los cuerpos. !a atadura del sacerdote toca al alma misma ypenetra los cielos. !o que los sacerdotes hacen aqu abajo, 3ios lo ratifica all arriba, y la sentencia de los sier#os es confirmada por el +e6or...Porque stos son, stos, los que espiritualmente nos engendran, los que por el bautismo nos dan a lu". Por ellos nos re#estimos de $risto y nos consepultamos con el 5ijo de 3ios y nos hacemos miembros de aquella biena#enturada cabe"a. 3e suerte que los sacerdotes debieran merecernos ms re#erencia que los magistrados y reyes y hasta fuera justo tributarles honor mayor que a nuestros mismos padres. Porque stos nos engendran por la sangre y la #oluntad de la carne' mas aquellos son autores de nuestro nacimiento de 3ios, de la regeneracin biena#enturada, de la libertad #erdadera y de la filiacin di#ina por la gracia ;odo esto sir#e para probar que nadie le debiera censurar por haber hurtado el cuerpo a una dignidad tan ele#ada. El mismo +an Pablo tembl y qued aterrado cuando consider el sacerdocio. !a ra"n es que un sacerdote necesita ser e&cepcionalmente #irtuoso y santo. +obre todo debera quedar desterrada de su alma la ambicin. 3ebera ser muy sabio y prudente, cauto y clari#idente, paciente y tolerante, aun cuando se le censure e insulte. +i esto #ale para un simple sacerdote, cunto ms para un obispo.El libro cuarto habla de la suerte terrible que espera a quienes entran en el estado clerical conscientes de su indignidad y de aquellos que, en contra de su #oluntad, se #en for"ados a aceptarlo aunque estn despro#istos de las cualidades necesarias, especialmente para predicar.Para ser buen predicador, el sacerdote tiene que estar pro#isto de los conocimientos que se requieren para responder a los ataques de todos los griegos, judos y herejes, sobre todo de losmaniqueos y de los secuaces de entiles, es Duna demostracin a judos y griegos de que $risto es 3ios por lo que se dice de El en muchos lugares en los profetas,D seg%n lo dice el ttulo completo en griego. El autor prueba la di#inidad de $risto por el cumplimiento de las profecas del mismo $risto y por las del Antiguo ;estamento. Entre las primeras recalca especialmente las profecas sobre el poder irresistible de la religin cristiana y sobre la destruccin del templo de 9erusaln. Aefiere que en la generacin presente aquel rey que sobrepas a todos los dems en iniquidad, 9uliano, dio su aprobacin a la reconstruccin del templo judo' pero, cuando se empe" la obra, se le#ant luego desde los cimientos y ahuyent a los judos. !a cru", que era el smbolo de una muerte horrible, se ha con#ertido en objeto de bendicin. D!os reyes deponen sus coronas y toman la cru", smbolo de su muerte. !a cru" aparece en sus p%rpuras, la cru" en sus coronas, la cru" en sus oraciones, la cru" en sus armas, la cru" sobre la mesa sagrada. [ a todo lo ancho del mundo la cru" brilla ms que el solD ,82. !a #ictoria de $risto ha sido completaV D!os reyes, los generales, los capitanes, los cnsules, los escla#os y los libres, las personas pri#adas, los sabios y los ignorantes, los brbaros y toda clase de hombres y toda la tierra que ba6a la lu" del sol, toda esta e&tensin est ocupada por su nombre y por su culto, para que aprendas el significado de aquellas palabrasV D[ su descanso ser gloriosoD ,(s 77,7:2. [ el lugar que recibi aquel cuerpo muerto,aunque peque6o y angosto, es ms #enerable que todas las cortes reales y ms honorable que los mismos reyesD 1. $artas.+e conser#an unas doscientas treinta y seis cartas, todas ellas de su segundo destierro. Aunquela mayora son muy bre#es, son un testimonio del #i#o inters que senta $risstomo por el bienestar de sus amigos de +iria y $onstantinopla, a pesar de la distancia que les separaba. Estn dirigidas a ms de cien personas distintasV responde a las preguntas de quienes ansiaban conocer algo sobre su estado, da una prueba impresionante de su celo apostlico, consuela a sus amigos y seguidores, preocupados por la situacin desesperada de la iglesia de $onstantinopla y por el estado del propio $risstomo. C-1. !a liturgia de +an 9uan $risstomo!a llamada liturgia de +an 9uan $risstomo, en su forma actual, es muy posterior al tiempo del santo cuyo nombre lle#a. +igue usndose generalmente en las iglesias orientales, fuera de unos pocos das del a6o lit%rgico en que se prescibe la liturgia de +an 4asilio, y ha sido traducida a #arias lenguas. =ientras que las ra"ones para relacionar la liturgia de +an 4asilio con el nombre de este Padre capadocio son fuertes, las que hay para atribuir la liturgia de +an 9uan $risstomo al gran patriarca de $onstantinopla son todas endebles. Adems, el snodo de$onstantinopla del a6o /?-, llamado Wuini&esta, habla de una liturgia de +antiago y de una liturgia de +an 4asilio, pero no de una liturgia de +an 9uan $risstomo, eso que en el conte&tono slo hubiera estado en su lugar, sino que era obligado hablar de ella. +lo en manuscritos posteriores se atribuye a $risstomo la liturgia entera. +u gran influencia la debi probablemente a ser la liturgia de la capital imperial' en el siglo s((( lleg a reempla"ar a las liturgias de +antiago y de +an =arcos, que eran ms antiguas. En su forma griega se e&tendi a los monasterios basilianos de (talia, y en la #ersin esla#nico0bi"antina, a las regiones ms remotas de Ausia. !a traduccin latina ms antigua, que se encuentra en un manuscrito escritoen la segunda mitad del siglo s((, parece remontar a los tiempos de la primera $ru"ada ,7:?/07:??2 y procede probablemente del sur de (talia. Aspectos de su ;eologa.Entre los numerosos escritos de $risstomo no hay uno slo que se pueda llamar propiamenteuna in#estigacin o estudio de un problema teolgico como tal. *o estu#o en#uelto en ninguna de las grandes contro#ersias dogmticas de su poca. +i refuta herejas, lo hace para proporcionar a sus lectores la informacin e instruccin necesarias. Por naturale"a y por aficin, era pastor de almas y un reformador nato de la sociedad humana. Aunque ninguno ha interpretado la +agrada Escritura con tanto &ito como l, no senta ninguna inclinacin hacia lo especulati#o ni inters alguno por lo abstracto. $on todo, su falta de inclinacin hacia la presentacin sistemtica no e&cluye un conocimiento profundo de las cuestiones teolgicas difciles. $omo el mayor orador sagrado de la (glesia antigua basa toda su predicacin en la Escritura, el estudio de su herencia literaria es de mucha importancia para la teologa positi#a.+us escritos reflejan con gran fidelidad la fe tradicional, y no se debe menospreciar su contenido doctrinal. 7. $ristologaAunque $risstomo era discpulo de 3iodoro de ;arso, no se sinti llamado a defender abiertamente en la capital del Oriente la cristologa de la escuela de Antioqua. Wui"s se abstu#o por miedo a fomentar a%n ms la ri#alidad entre Alejandra y $onstantinopla. +in embargo, no cabe duda de que $risstomo era partidario de la doctrina antioquena tanto en e&gesis como en cristologa. 3istingue claramente entre ousia o physis para significar naturale"a, e hypostasis o prosopon para significar persona. Ense6a que el hijo es de la mismaesencia que el Padre ,P> .@,7@' .?,-?:2 y emplea por lo menos cinco #eces la frmula nicenahomoousios para caracteri"ar la relacin del 5ijo con el Padre ,5om. @,- contra AnomoeosV P> C8,@.8' 5om. .-,1 y .C,7 in (oh.V P> .?,-?: y -?8' 5om. .C,- in =atth.V P> .8,.1C' 5om. -/,- in 7 $or.V P> /7, -7C2. Prefiere, sin embargo, otras e&presiones, como Digual al Padre,D Digual en esencia,D Digualdad en esencia.D Es suya esta afirmacinV DAl or #osotros Padre e 5ijo, no deberais buscar otra cosa para manifestar la relacin seg%n la esencia. =as, si a #osotros no os basta para probar la igualdad de honor y la consubstancialidad, podris aprenderlo tambin por las obrasD ,5om. @C in (oh. -2. Procediendo como procede del Padre, el 5ijo tiene que ser eternoV+i alguno dijereV D\$mo puede ser que, siendo 5ijo' no sea ms jo#en que el Padre], pues el que procede de otro, por fuer"a es posterior a aquel de quien procede,D le diremos que estas cosas son ms bien ra"onamientos humanos' que quien hace estas preguntas har otras ms absurdas' y que a tales cosas no se debe prestar siquiera el odo. Porque ahora estamos C1tratando de 3ios y no de la naturale"a de los hombres, sometida a la consecuencia y lgica de estos raciocinios. $on todo, para fortalecer a los ms dbiles, hablaremos tambin de estos puntos.Al igual que los dems antioquenos, recalca la di#inidad completa y perfecta de $risto contra los arrianos, y la humanidad perfecta y completa contra los apolinaristas. (nsiste en la realidade integridad de estas dos naturale"as en $risto. $risto es de la misma naturale"a que el Padre, ,5om. 7 in =atth. n.-V P> .@,7@' 5om. C contra Anomoeos n.CV P> C8,@1-2. ;ena tambin un cuerpo humano, no pecador como el nuestro, pero idntico al nuestro en cuanto a la naturale"a ,5om. 71 in Aom. n..2. A pesar de la dualidad de naturale"as, no hay ms que un solo $ristoV DPermaneciendo lo que era, asumi lo que no era, y aunque se hi"o carne, sigui siendo 3ios C?,1/:2, Dlos misterios terriblesD ,5om. -. in =atth.V P> .@,117' 5om. C/ in(ohV P> C?,-/7' 5om. -C in ( $or.V P> /7,?7?2, Dlos misterios di#inosD ,5om. in s. PaschaV P> .-,@/?2, Dlos misterios inefables ,5om. 1C in ( $or.V P> C?,-882, Dlos misterios que e&igen re#erencia y temblorD ,5om. in nat. 3om.V P> C?,1?-2. El #ino consagrado es Del cli"de santo temorD ,$al. 7 ad illum.V P> C?,--12, Dla sangre tremendaD ,5orn. 8- in =atth.V P> .8,@C/2 y Dla sangre preciosaD ,3e sacerdotio 1.C.V P> C8,/C-' 5om. 7/ in 5ebr.V P> /1,7-C2.Adems, la Eucarista es un Dsacrificio tremendo y terribleD ,5om. -C in ( $or.V P> /7,-:12, Dun sacrificio terrible y santoD ,5om. -C de prod. (udaeV P> C?, 1?:2, Del sacrificio ms tremendoD ,3e sacerdotio /,1V P> Ct, /872. +eQalando el altar, diceV DAll yace $risto inmoladoD ,5om 7 y - 3e prod. (udaeV P$ C?,187 y 1?:2, D+u cuerpo ahora delante de nosotrosD ,5om. .: in =atth. n.-V .8,.:@2. D!o que est en el cli" es aquello que man del costado... \Wu es el pan] El cuerpo de $ristoD ,5om. -C in 7 $or. n.7,-V P> /7,-::2. DAefle&iona, ioh hombrej, qu sacrificio #as a tocar, a qu mesa te #as a acercar. Piensa que, aunque seas tierra y ceni"a, recibes la sangre y el cuerpo de $ristoD ,5om. in nat. 3om. n.@V P> C?,1/72. Algunas e&presiones suyas son toda#a ms fuertes. *o duda en decirV D*o nos concedi solamente el #erle, sino tocarle tambin, y comerle, e hincar los dientes en su carne y unirnos a El de la manera ms ntimaD ,5om. C/ in (oh. n.1V P> .?,-/:2. !o que no toler en la cru" Yes decir, que le quebrantaran las piernasZ, lo tolera ahora en el sacrificio por tu amor' y permite que le fraccionen para saciar a todosD ,5om. -C in ( $or. n.-V P> /7,-::2. Aplica aqu a la substancia del cuerpo y de la sangre de $risto lo que, estrictamente hablando, es #erdad slo de los accidentes de pan y #ino, para poner lo ms claro posible la #erdad de la presencia real y la identidad del sacrificio eucarstico con el sacrificio de la cru" ,EP 778:. 77?..7---2. !o que se ofrece todos los das es un sacrificio real' pero no es que un da sea una#ctima y otro da otra, sino que siempre es la misma. Por eso el sacrificio es %nico. En todas partes es uno el $risto, que est entero aqu, y entero all, un solo cuerpo.C/$omo, pues, $risto, que se ofrece en muchas partes de la tierra, es un solo cuerpo y no muchos cuerpos, as tambin es uno el sacrificio... [ ahora ofrecemos tambin la misma hostia que entonces fue ofrecida y que jams se consumir... *o hacemos otro sacrificio, como lo haca entonces el pontfice, sino que siempre ofrecemos el mismo, o mejorV hacemos conmemoracin del sacrificio ,5om. 7@ in 5ebr. 1V 4ac 88, /.C, trad. 9. +olano2.El sacerdote que sacrifica es el mismo $risto, y la consagracin tiene lugar en el momento en que se pronuncian las palabras de la institucinV$reed que tambin ahora se celebra aquel banquete en el que se sent $risto a la mesa. En efecto, en nada se diferencia este banquete de aqul, ya que no es un hombre el que reali"a ste' en cambio, aqul el mismo $risto' sino este mismo los dos ,5om. .: in =atth. n.1V P> .8,.:@2. Porque tambin hoy es el mismo Y+e6orZ el que lo reali"a y todo lo ofreceD ,5om. -@in ( $or. n.CV P> /7,--?2. *osotros pertenecemos al orden de sus ministrosV el que los santifica y transforma es El 5om. 8- in =atth. .V P> .8,@CC2. *o es el hombre el que hace que las ofrendas lleguen a ser el cuerpo y sangre de $risto, sino el mismo $risto, crucificado por nosotros. El sacerdote asiste llenando la figura de $risto, pronunciando aquellas palabras' pero la #irtud y la gracia es de 3ios. DEste es mi cuerpo,D dice. Esta palabra transforma las cosas ofrecidas' como aquella palabraV D$reced y multiplicaos y llenad la tierraD ,>en 7,-82, aunque se dijo una sola #e", llena nuestra naturale"a de fuer"a para procrear hijos, as esta palabra, habiendo sido dicha una sola #e", desde aquel tiempo hasta hoy y hasta la #enida del +e6or, obra en cada mesa en las iglesias el sacrificio perfecto ,5om. 7,/C@