Pentagrama 2010 04

Medita y juzga antes de obrar para no cometer actos insensatos,

pues es propio de un ser humano vil, actuar sin reflexionar.

Haz sólo aquello que luego no lamentarás y que no te dañará.

Jamás hagas algo que no comprendas; pero aprende todo lo que

debes saber y tendrás una vida armoniosa.

No descuides la salud de tu cuerpo; dale alimento y bebida en la

medida conveniente y también el movimiento del que tiene

necesidad.

Con medida, me refiero a todo aquello que no obstaculiza.

Evita todas las cosas que suscitan la envidia.

Pitágoras de Samos, hacia el 550 antes de nuestra era.

Lectorium Rosicrucianum

pentag rama

El evangelio según Tomás:El cristianismo interior y exterior

la ciudad ideal:El camino que conduce a la seguridad,la alimentación, la salud y la educación

Comentarios:J. van RijckenborghLa gnosis en su manifestación actual

Diálogo consigo mismo

Los versos de oro de Pitágoras:Sabiduría antigua en la práctica del presente vivo

JUL /AGO 2010 N Ú M E R O 4

Redactor JefeA.H. v. d. Brul

Responsable editorialP. Huis

RedacciónPentagramaMaartensdijkseweg 1NL-3723 MC Bilthoven, Holandae-mail:[email protected]

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La revista pentagrama aparece seis vecespor año en holandés, alemán, español,francés e inglés.En brasileño, búlgaro, finés, griego, húngaro,italiano, polaco, ruso, eslovaco, sueco ycheco, sólo aparece cuatro veces por año.

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Revista de la Escuela Internacionalde la Rosacruz ÁureaLectorium Rosicrucianum

La revista pentagrama se propone atraer laatención de los lectores sobre la nueva era queha comenzado para el desarrollo de la humanidad.El pentagrama siempre ha sido el símbolodel hombre renacido, del hombre nuevo.Es igualmente el símbolo del universo y de sueterno devenir, por el que tiene lugar lamanifestación del Plan de Dios.No obstante, un símbolo sólo tiene valorcuando se convierte en realidad. El hombreque realiza el pentagrama en su microcosmo,en su propio pequeño mundo, se mantieneen el camino de la Transfiguración.La revista pentagrama llama al lector a realizaresta revolución espiritual en sí mismo.

«Mira, haré de ti, en el día de hoy, una ciudad fuerte, unacolumna de hierro y muros de bronce en todo país; con-tra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sussacerdotes y contra el pueblo del país».

Así escribió el profeta Jeremías. En realidad su ciudad esJerusalén, pero esta cita se refiere a una ciudad ideal nohecha por manos de hombre, un lugar seguro en los quetodos los que buscan la iluminación interior pueden, libre-mente y sin obstáculos, entrar en contacto con el camposuperior del Espíritu. Este número de Pentagrama estácentrado en los aspectos exteriores e interiores de tal«ciudad ideal».

«Las palabras secretas» que Jesús habló y que fueron ano-tadas por Didyme Judas Tomás son un tesoro para losbuscadores porque no proponen reglas ni dogmas.

El lector encontrará en la página 20 una visión sobre lasexposiciones y debates en la época del cristianismo primi-tivo y el punto de vista del Evangelio de Tomás sobre elorigen y la vocación del ser humano.

Más alejados aún en el tiempo, pero muy próximos anosotros están los versos de Pitágoras. La filosofía dePitágoras nos aconseja comenzar por aspirar a la purezadel alma. Ésta, por cierto, se produce por sí sola cuandonos orientamos hacia el universo como único hilo con-ductor. Pues en él reinan la mesura y la armonía, y el con-junto se desarrolla en un crecimiento natural, a su tiempoy a su ritmo.

Los temas de este Pentagrama culminan con comentariosde La Gnosis en su manifestación actual en la que Jan vanRijckenborgh bosqueja el nacimiento del campo de laEscuela Espiritual en la que el buscador puede encontrartanto protección como desarrollo.

p e n t a g r a m a

índice

la ciudad ideal

la ciudad ideal a vuelo de pájaro 2el camino que conduce a la seguridad, la

alimentación, la salud y la educación 9la ciudad, proyección del progreso del

ser humano 13el prototipo de la ciudad ideal 16

el cristianismo interior y exterior el evangelio según Tomás 20

números, reglas vitales, competenciasenseñanza de la competencia en la escuela de Pitágoras y las ideas de Pitágoras en 2010 24

sabiduría antigua en la práctica del presente vivolos versos de oro de Pitágoras 30

luz con luz, fuego con fuegodiálogo consigo mismo 35

comentarios sobre:la gnosis en su manifestación actual 38

Año 32 nº 4 2010

Cubierta: En todos los tiempos el círculo fueconsiderado como la forma ideal para unaciudad ideal, que se puede imaginar de formaabstracta según el mosaico de un suelo demármol de fama mundial existente en Roma,siglo XII

la ciudad ideal avuelo de pájaro

2 Pentagrama 4/2010

La antigüedad clásica nos ha legado diferentesideas acerca de cómo debía ser una ciudadideal. Así fue considerada la legendaria

Atlántida, un modelo que quizá sólo haya existidosobre el papel. Atenas y Alejandría también sirvie-ron de modelos. La palabra griega para ciudad era«polis», que significa más que un conjunto decasas y construcciones públicas, pues tambiéndesignaba la región que rodeaba a la ciudad, decuyos cultivos se abastecía de alimentos. Muchasciudades griegas fundaron colonias en elMediterráneo y en el Mar Negro. Esas colonias sereferían a sus ciudades madres con el nombre demetrópolis.Los primeros cristianos no tenían una imagen tanconcreta de la ciudad ideal. Para ellos, en todocaso, no se trataba de una ciudad terrenal. Teníanuna visión de la «Jerusalén celeste» en la que, yadurante la existencia terrestre, podrían tener elsentimiento de vivir gracias a la puesta en prácticade cualidades del alma como la fe, el humor ale-gre y el amor.

LAS TRES ERAS Fundándose en cierto número depalabras proféticas, se admitía, al comienzo de laEdad Media, que Cristo regresaría a la Tierra parainaugurar un reino de paz de mil años. Éste debe-ría ser un período modélico de paz, prosperidad yjusticia: el reino de los mil años, el milenio, laEdad de Oro.Joaquín de Fiore (1145-1202) da otra interpreta-ción a la idea del reino de los mil años. Tras añosde estudiar el tema acabó por tener la certeza deque, en la Biblia, se ocultaba un mensaje.

Utilizaba este «Libro» no sólo como fuente dedebates dogmáticos o morales, sino también comomedio para comprender y predecir la evolución dela historia. Creyó encontrar en la Biblia como uncódigo que le permitía descifrar, interpretar, loscomportamientos personales y los acontecimientosrelacionados con los personajes bíblicos. Así podíareconocer en la historia un modelo y un significa-do. En su análisis de la Biblia veía una serie detres eras o períodos:

1. La era del Padre, o de la ley;2. la era del Hijo, o del Evangelio;3. la era del Espíritu Santo.

Esta tercera era que debía comenzar, sería, con rela-ción a las dos primeras, como la luz del día conrelación a la luz estelar o a la de la aurora; como elpleno verano con relación al invierno y a la prima-vera; sería un día el reposo para el ser humano. Elmundo consistiría en una inmensa fraternidad, elreino de los santos que duraría mil años.La influencia de Joaquín de Fiore fue grande y laidea de esos tres períodos o eras sucesivas fueaceptada por muchos. Tras él, numerosos filósofoshan concebido la historia del mundo como unaevolución en tres períodos o eras. Las líneas bási-cas las encontramos también en Alemania en lafilosofía de Lessing, Schelling y Fichte. EnFrancia, Auguste Comte (1798-1857) considerabala historia como ascensión de la fase teológica a lametafísica, para después llegar a la fase científica.Karl Marx la describió como un desarrollo desdeel comunismo primitivo, que luego progresaría através de las clases sociales hasta el comunismoverdadero.

En los siglos pasados, se lanzaban anatemas sobre las ciudades. Eran lugares sucios y malsanos,viviéndose en ellas en la pobreza y la miseria. Quien tenía dinero, habitaba en el exterior.Las primeras ciudades se encontraban en las encrucijadas de las carreteras o al borde de los ríos.En tiempos prósperos, atraían todo tipo de extranjeros que podían dar cierto carácter a la ciudad.Pero en tiempos menos prósperos, esos extranjeros sufrían a menudo reveses de fortuna siendotratados entonces como chivos expiatorios.

la ciudad ideal a vuelo de pájaro 3

LA CIUDAD IDEAL

TOMÁS MORO: UTOPÍA Tomás Moro, conseje-ro del rey de Inglaterra Enrique VIII, hizo la pri-mera descripción «moderna» de una ciudad ideal.En 1516 escribió un pequeño libro titulado Utopíaque, siguiendo el modo tan popular en su tiempo,se presenta como una parodia: es el relato de unviaje y el descubrimiento de una ciudad. Utopíada soluciones prácticas para todos los problemasconocidos de la época, en Inglaterra y en el restode Europa.Moro era un hombre piadoso, practicante y muyunido a la Iglesia. Se opuso a las Reformas radica-les. Por lo que resulta evidente que en Utopíamilita contra todo tipo de hábitos. La eutanasia, elmatrimonio de los sacerdotes, el divorcio fundadoen un acuerdo mutuo, la tolerancia religiosa…aspectos que se planteaban constantemente en esteestado y contra los que Moro luchó toda su vida.Su propósito era mostrar que una convivencia ver-dadera en una sociedad cristiana debe ir más allá ysuperar las circunstancias de Utopía. Utopía era,pues, todo menos una sociedad ideal. En ella, elcontrol de la sociedad, por ejemplo, está tanextendido como el libro de Orwell, 1984, muestraa los lectores de nuestro tiempo.En la Biblia y en la literatura clásica se encuentranfuentes importantes concernientes a descripcionesde ciudades o naciones ideales; el Paraíso o losCampos Elíseos y, también, la «Jerusalén celeste».Todo eso podría aparecer durante el reino de los«mil años», reino que debía comenzar con elregreso del Cristo, que las personas de la épocapensaban que estaba próximo.

LA CIUDAD DE HERMES En los siglos XII yXIII, la prosperidad creció en Europa Occidental,se comenzó, por primera vez desde la antigüedad,a agrandar las ciudades de forma planificada. Lasnuevas ciudades eran construidas según estrictosesquemas, a menudo para proteger lugares estraté-gicos; entonces estos espacios fueron protegidos yespecialmente fortificados. ¡Y como es lógico sereflexionaba de nuevo sobre una ciudad ideal! Afinales del siglo XVI, esas expectativas de futuroaparecen de forma más concreta. Existían gruposque querían reconciliar a los protestantes con loscatólicos. ¿Acaso no era posible, en tanto que cris-tianos, vivir juntos en paz? También esto fue con-siderado una utopía. Utopía que volvería con fre-cuencia en los siglos siguientes.Los pensamientos basados en los escritos herméti-cos se movían en una línea parecida. El descubri-miento de los textos herméticos se produjo justa-mente en el momento en que surgía una idea deese tipo. Los manuscritos escritos en griego sedescubrieron tras la caída de Constantinopla en1453; y se admitía que databan de los tiempos deMoisés, es decir, mil doscientos años antes deJesucristo y que habían sido escritos por HermesTrismegistos. Esos manuscritos ofrecían, entreotras, la posibilidad de reconducir las diversidadesde todos los fenómenos perceptibles hacia laFuente única: Dios. Uno de los más importantesescritores y filósofos influido por los escritos her-méticos fue Giordano Bruno (1548-1600). Llegó aconcebir un universo infinito que comprendíainnumerables mundos, y fue uno de los primeros

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Tomás Moro tenía como objetivo mostrar queen Cristo la sociedad gozaría incluso de máslibertades que en Utopía

que evocó la idea de que el cristianismo tenía porfuente el antiguo Egipto y que había tomado de éllas nociones, los símbolos y los términos. Por estarazón fue quemado vivo en la gran plaza delCampo de Fiore de Roma.Según fuentes caldeas, Hermes habría fundadouna ciudad en el este de Egipto. Ésta tenía docemil millas de longitud y comprendía en su centroun palacio con cuatro puertas. En la puerta deleste velaba el muy elocuente símbolo de un águi-la; en la del oeste, un toro; en el sur, un león; en elnorte, un perro guardián. Nadie podía entrar en laciudad sin autorización. Hermes también plantó unvergel en cuyo centro crecía un poderoso árbolque daba toda clase de frutos. Un faro coronaba elpalacio y cada día brillaba con un color diferentehasta después del séptimo día en el que la ciudadera iluminada de nuevo por el «primer» color.Cerca de las aguas que rodeaban la ciudad estabancolocadas imágenes cuya sola extrema bellezahacia virtuosos a todos los habitantes y les prote-gía de la bajeza y de la desdicha. El nombre deesta ciudad era Adocentyn. Este término ha dejadohuellas en todos los escritos sobre las naciones yciudades ideales así como en La Ciudad del Sol deTommasso Campanella.

LA CIUDAD DEL SOL Al igual que su amigoGiordano Bruno, el joven Campanella entra en losdominicos, después, como él, es encarcelado en1592 por sus ideas heréticas. Sufre la misma suer-te cruel que Bruno, pero es liberado en 1595. Tresaños más tarde, de nuevo es arrestado por intentar

organizar una rebelión contra los españoles. Suprevisión del comienzo de una nueva era en el año1600 juega en ello un papel importante. Según latradición, Campanella era un hombre grande yvigoroso que ejercía una fuerte influencia en suentorno. Además anunció, en una previsión, que elSol se iba a aproximar a la Tierra. La rebelióncontra los españoles fracasó y Campanella fueentregado esta vez a la inquisición que lo hizo tor-turar cruelmente durante años.En 1601, fue transferido a una prisión donde sólopodía leer y escribir. En ella redactó, entre otras,La Ciudad del Sol. La versión original en italianono fue publicada durante su vida, sólo apareció enAlemania una versión en latín en 1623. En 1626Campanella fue liberado bajo palabra. Murió enFrancia en 1639.Como Moro y otros escritores que escriben sobreel estado ideal, o una ciudad, Campanella se vioconfrontado con un problema especial inevitable:todo iría bien en un Estado regido por sabios,¿pero como reconocer a estos sabios en un mundoimperfecto? O bien, si se los descubre, ¿cómohacer que gobiernen? El problema se muestrainsoluble. Se evita la respuesta a esta preguntadescribiendo un estado ideal como si ya existiese.Pero la manera en que ha surgido este estado per-manece oculta en las nubes. Campanella tambiénpresenta su descripción en forma de un relato deviaje. En esta ocasión, es un almirante de Génovaque navega con Cristóbal Colón quien cuenta suhistoria a un caballero de la Orden del Hospital:«En medio de una amplia llanura se eleva una


inmensa colina sobre la que fue construida la partede la Ciudad. Esta divida en siete partes que for-man enormes círculos o anillos con el nombre delos siete planetas. De un círculo se llega a otro através de cuatro calles pavimentadas, así comotambién de cuatro portales que señalan los cuatropuntos cardinales. Allí, sobre la montaña, hay ungran templo construido con un arte maravilloso. Eltemplo se distingue por la perfección de su formacircular. No está rodeado por muros, sino quereposa sobre fuertes pilares ricamente ornados. Enel centro de la amplia cúpula se eleva una pequeñatorre; y allí hay una abertura por la que se alcanzael altar.Sobre el altar del templo se puede ver una granesfera en la que está representado el firmamento y

la Tierra. Además, en la bóveda de la amplia cúpu-la, se distinguen todos los planetas del cielo segúnsu tamaño, desde el primero hasta el séptimo,designados por su nombre y con las fuerzas por lasque actúan sobre las cosas terrestres. Sobre losmuros de la ciudad, tanto por un lado como por elotro, hay toda clase de imágenes. Sobre el muromás exterior se encuentran, entre otros, retratos deMoisés, Osiris, Júpiter, Mercurio. Un lugarimportante está reservado al Cristo y a sus docediscípulos».La influencia de la astrología sobre el curso de losasuntos del Estado del Sol es notable. Campanellapone sus conocimientos al servicio de los buenoscimientos de la política y de la estructura social desu utopía. También aquí los dirigentes bien pen-

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El famoso manus-

crito Voynich, cuyo

alfabeto es desco-

nocido así como su

fecha, inspira a

personas tales

como Edward

Kelley y Cornelis

Drebel, así como a

Francis Bacon.

Otros dicen que

provendría de los

medios cátaros.

Daría, según cier-

tos buscadores,

una imagen de la

Nueva Atlántida de

Bacon.

santes y bienhechores del Estado aplicaban susabiduría, sobre la base de la astrología, en benefi-cio de bienestar de todos los ciudadanos. Esosdirigentes forman una Jerarquía en cuya cúspidese encuentra un sacerdote que, en su lengua, lla-maban «HOH», una imagen del príncipe-filósofo-metafísico. También es llamado Sol. De él seespera que sea omnisciente. Es el responsable detodos los asuntos, tanto mundanos como espiritua-les, y todos los negocios y disputas son zanjadospor su veredicto. Bajo él se encuentran tres princi-pales magistrados: Poder, Sabiduría y Amor, oPon, Sin y Mor.El poder es responsable de los asuntos militares yde la política exterior de la ciudad.La sabiduría es responsable de las ciencias, de lacultura y de la enseñanza, y dispone de astrólogos,de cosmógrafos, de políticos, de médicos y demoralistas.El amor es responsable de la reproducción, de laeducación, del alimento, de la medicina, de laciencia de las plantas, de las cosechas y de lasplagas.Éstos son los tres principales principios vitales delsistema de Campanella. En oposición se encuen-tran los tres principios negativos: tiranía, sofismas,hipocresía, que no podrían tener cabida en laCiudad del Sol

CHRISTIANOPOLIS Estos ideales fueron accesi-bles sólo a unos pocos. Sobre todo en el sigloXVII cuando se buscaba la tolerancia en plenaguerra de religión, la tolerancia esgrimida como

principio superior no tenía ninguna posibilidad.Christianopolis, cuyo autor es Valentín Andreae,muestra el ejemplo de un estado tolerante. Estelibro apareció en 1619, un año después del desen-cadenamiento de una guerra que duró treinta años.Los ejércitos de la Francia católica y de la Sueciaprotestante se enfrentaron en Alemania como con-secuencia de su alianza con diferentes estados ale-manes. Ésta fue la más sangrante de las guerras dereligión de la época. Alrededor de un tercio de lapoblación alemana de aquella época perdió la vidaen ella.En 1627, apareció otro escrito utópico: La NuevaAtlántida de Francis Bacon (1561-1626). En él setrata de navegantes que quieren hacer la travesíadel Perú hasta China y Japón. Por desgracia, ellosnaufragan en una isla desconocida llamadaBensalem, una nación cristiana en la que predomi-na la tolerancia social y religiosa, en la que losjudíos son bien acogidos. Contrariamente aCampanella, la familia constituye la piedra angu-lar de la sociedad. Parece ser que los habitantesde Bensalem consideran a América como la anti-gua Atlántida. La dirección espiritual de la islaestá en manos de un Consejo de Sabios llamado laCasa de Salomón. Su objetivo es conocer las cau-sas y los movimientos ocultos de las cosas, ysuperar los límites de las capacidades humanaspara realizar todo lo que es posible.El objetivo de Bacon es el aumento de los conoci-mientos humanos, no como en los siglos anterio-res a propósito de lo que es «bueno» o «malo»,sino sobre la naturaleza. La ciencia debe liberarse


Francis Bacon, en la Nueva Atlántida, quería «revelar losmovimientos ocultos de las cosas y superar los límitespara que se puedan desplegar todas las posibilidades»

de la fe y de las supersticiones, y proponersecomo objetivo la mejora de las circunstancias delos seres humanos.A finales del siglo XVII y en el XVIII aún apare-cen muchas historias sobre estados utópicos perosobre todo en forma de crítica a las sociedadesexistentes, de relatos satíricos de viajes como, porejemplo, Los Viajes de Gulliver de Jonathan Swith(1726), libro extremadamente popular, leído«desde el parlamento hasta en la habitación de losniños».

¿LOS PARAISOS DE LOS TRABAJADORES? Alcomienzo del siglo XIX diversos idealistas inten-taron realizar otras utopías. Robert Owen (1771-1858), un industrial del algodón, hacia 1820, tratade mejorar las miserables condiciones del hábitaty del trabajo de los empleados, a partir de unavisión espiritual; declara que «luz y aire» sonindispensables para una buena salud y una vidafeliz, y que los trabajadores deben unirse en coo-perativa para defender sus intereses.Él mismo funda una, en la que limita las horas detrabajo y mejora las condiciones del mismo.Supervisa la construcción de las casas y colaboraen la institución de una escuela maternal.Finalmente parece que sus planes se vuelvendemasiado onerosos para ser realizados.En Francia, Louis Blanc, tras la revolución defebrero de 1848, pone en práctica los «talleresnacionales» en los que el Estado pone a disposi-ción los lugares de trabajo. Sin embargo, ese pro-yecto fracasó como consecuencia de la resistencia

y del sabotaje de los oponentes. Esos «talleres»desaparecieron tras la entronización de NapoléonIII en 1851.

FRIEDRICH ENGELS Y KARL MARX Justo traslos intentos descritos anteriormente de la creaciónde un «paraíso de los trabajadores», K. Marx(1818-1883) y F. Engels (1820-1895) componensu Manifiesto Comunista (1847). Ellos definen susocialismo «crítico-utópico» y, por ellos, el con-cepto de «utopía» toma una connotación negativa.Marx y Engels querían dar una descripción precisadel camino de su sociedad ideal. Al mismo tiem-po, la revolución era inevitablemente necesaria,aunque solo debería ocurrir al principio del grancambio. En diferentes lugares del mundo se inten-tó materializar su ideal de forma rigurosa. Pero, alfinal, siempre se demuestra que las utopías no sepueden realizar. Muchos esfuerzos terminaron endictaduras que desaparecieron después.Se puede observar claramente que la realizacióntenemos que buscarla en un plano diferente.Marx y Engels quieren dar una descripción precisadel camino que conduce a su «sociedad ideal». Larevolución es inevitable y sólo será el comienzodel gran cambio

Literatura:

Los escritos de los autores citados en el escrito.

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Ninguna utopía que no coloque la idea del AmorUniversal en su centro puede volverse una realidad

Podemos suponer que en el transcurso de lossiglos se ha reflexionado mucho sobre elconcepto de «ciudad ideal» y que de ella se

han hecho numerosos proyectos.A veces esto quedó como un concepto abstracto y,en otras ocasiones, acabó en intentos concretosque tuvieron en cuenta todos los aspectos de lavida. Frecuentemente, filósofos y pensadores tra-bajaban únicamente en el aspecto arquitectónico.No obstante, son numerosos los que se han preo-cupado, con gran devoción, de «la organización dela felicidad», lo que, en efecto, se puede tomarcomo principio de la ciudad ideal.La propia designación de ciudad ideal ya revela eldeseo de perfección y de unidad a las que el serhumano aspira desde siempre. Vemos cómo anuestro alrededor se intenta realizar esa unidad,tanto en lo material como en lo imaginario,mediante una organización social basada en prin-cipios de justicia, paz, libertad, sabiduría y amor.

LOS PROTOTIPOS MODERNOS: COMUNISMOY CAPITALISMO De Akenatón a Le Corbusier yde Platón a Wijdeveld, los pensadores frecuente-mente han defendido que la ciudad ideal podía serrealizada a partir de conceptos sencillos. Puesbien, ¡nuestra sociedad moderna es la expresiónfinal de un cierto número de esos proyectos! En labase se encuentran valores humanos elevados que,a veces, se expresan en la divisa de ciertos países,

como Francia: «Libertad, Igualdad, Fraternidad».Las dos grandes corrientes del siglo XX, el comu-nismo y el capitalismo, han determinado nuestrasociedad moderna. También han nacido del impul-so de la búsqueda de la felicidad. Pero debemosconstatar que esto no ha tenido éxito.El modelo comunista sostiene que ‘la felicidad delgrupo se reflejará en cada individuo, y cada indi-viduo estará totalmente subordinado al objetivo;sin embargo, nosotros hemos visto que esta filoso-fía de la comunidad y del reparto de todos los bie-nes, tanto materiales como inmateriales, hadesembocado en la muerte de muchos millones depersonas. Y el modelo capitalista afirma: ‘Adquirir poder,posesiones y medios de producción contribuye ala felicidad individual. Y si el individuo es feliz, lasociedad también lo será’.Todavía no se puede establecer el balance definiti-vo, pero en nuestra época existen bastantes signosque indican resultados desastrosos: colonización,carrera armamentística, contaminación, falta derespeto hacia las leyes vitales de la Tierra, sobrex-plotación de las fuentes, quiebra de la familia, vio-lencia urbana, neoliberalismo, crisis financiera… Sin embargo, esos dos sistemas surgen del mismodeseo de felicidad y libertad. Y ambos han acaba-do en lo contrario de lo que buscaban, y más con-cretamente en la coacción. Uno, por un Estadoque impone sus leyes de manera autocrática dicta-

el camino que conduce a la seguridad, la alimentación, la salud y la educación 9

el camino que conduce a la seguridad, la alimentación,la salud y la educaciónEn todo tiempo el ser humano ha tenido el deseo de llevar una vida social armoniosa y feliz. Sireflexionamos sobre las sociedades y las ciudades del pasado, vemos que se erigieron construccio-nes monumentales para los dioses (y para los poderosos del momento) pensando que esto daríasuerte y felicidad al pueblo. La vida cotidiana se desarrollaba en aglomeraciones situadas alrededorde estos monumentos en los que se esperaba que lo divino, los dioses, se manifestara.

LA CIUDAD IDEAL

torial, el otro por el mercado económico queimpone sus leyes por la creación de necesidadesficticias; y el resultado es que el ser humanopuede llegar a ‘deshumanizarse’. Lo que ha propi-ciado que un antiguo presidente de la RepúblicaFrancesa haya dicho:«Estoy convencido de que el liberalismo está abo-cado al mismo fracaso que el comunismo y queconducirá a los mismos excesos. Tanto uno comoel otro son perversiones del espíritu humano».Podemos imaginarnos que el inconsciente colecti-vo se subleva fuertemente contra esta realidad.Hay personas que se retiran a «ciudades virtua-les», creándose «vidas ideales» con ayuda de dro-gas, de redes informáticas, de una «segunda vida»o de viajes en el astral. Así esperan saciar su deseo

de felicidad que, como una nostalgia incesante,continúa carcomiéndoles y que se interpreta comoel deseo de vivir feliz en un mundo sin violen-cias…

LOS CUATRO PROBLEMAS HUMANOS FUNDAMENTALES Mientras tanto, nos damoscuenta de que existe una gran diferencia entrenuestra aspiración a «la única verdadera vida» y elmundo en el que vivimos. Por ello, actualmente,todo el mundo está de acuerdo en el hecho de quees necesario un cambio profundo. Pero, ¿basándo-se en qué criterios? ¿Cuáles son las señales de talcambio? ¿Debemos cambiar nuestro enfoque, lasinstituciones, las leyes, la sociedad?Durante mucho tiempo, la humanidad con su

10 Pentagrama 4/2010

La ciudad ideal es una organización social que tomacomo punto de partida la justicia, la paz, la libertad, lasabiduría y el amor

deseo de perfección ha creído que «el progreso»sería la orientación lógica que permitiría una«vida cada vez mejor» que conduciría al serhumano animal hacia el ser humano pensante y,finalmente, de éste al ser humano divino. Ahora bien, si consideramos los intentos de lascivilizaciones, de las filosofías o de las religionesdurante los 6500 últimos años, deberemos admitirque la fase tan esperada de la aparición del serhumano divino corre el riesgo de hacerse esperartodavía. La civilización del ser humano pretendi-damente «cultivado» muestra un número inquie-tante de personas egoístas, inconscientes, extrañas,violentas, complicadas o irresponsables.De manera casi sistemática, la humanidad parececonvertirse en presa de problemas nuevos que leimpiden restablecer su ideal. Vamos a describir engrandes líneas esas trampas aparentemente inevi-tables.Comencemos por un análisis de los problemas delas ciudades de la Antigüedad y de la Edad Media.Estaban confrontadas con cuatro grandes dificulta-des: tenían que establecer tratados con otros

pequeños Estados, ciudades y autoridades delmomento; fortificarse contra las invasiones; tomarmedidas contra la hambruna llenando los graneroscon trigo y estimulando el comercio. Debían con-tar con los pequeños y grandes problemas desalud, y en la medida de lo posible contener lapeste, el cólera y otras epidemias. Igualmentedebían ocuparse de la educación y la formación delas nuevas generaciones para que éstas estuviesencapacitadas para garantizar, en el futuro, la pros-peridad de la ciudad-estado y de sus habitantes.Los puntos de partida eran por consiguiente:

1. garantizar la seguridad,2. la buena gestión de los recursos,3. garantizar la situación sanitaria,4. asegurar una educación y una instrucción

funcionales.

el camino que conduce a la seguridad, la alimentación, la salud y la educación 11

La ciudad ideal según Fra Carnivale hacia 1480. La ilustración

debe servir como modelo para escultores y arquitectos. Quien

construye una ciudad así, indica tener a gala el bienestar de

sus ciudadanos. (Walters Arts Museum, Baltimore)

¿Acaso, en 2010, los problemas de los países envía de desarrollo son tan diferentes? Miremos máscerca un cierto número de dificultades a las quelos estados africanos deben hacer frente: poner fina los conflictos armados entre etnias y entre pue-blos que causan millares de muertos. Deben serautosuficientes en lo que concierne a los produc-tos de primera necesidad y desarrollar un mejorfuncionamiento de la agricultura. Y también estála incesante lucha contra el VIH (sida). Contratoda lógica, la existencia de esta enfermedad amenudo ha sido desmentida por las poblacioneslocales y por los gobiernos de ese continente,hasta hace poco. Se debe mejorar la calidad y laaccesibilidad al agua; y también perfeccionar lasinfraestructuras del país. Leer y escribir es de granimportancia y los niños, en general, tienen unagran avidez por aprender, pero hay una gran faltade escolarización; se necesita construir escuelas yformar personal docente. En este ámbito son nece-sarios grandísimos esfuerzos.Así siempre encontramos los cuatro pilares: segu-ridad, gestión de los recursos, sanidad, educación.Ahora podríamos fácilmente caer en la tentaciónde sacar la conclusión que todos estos países estántodavía en ‘desarrollo’ y que los llamados países‘desarrollados’ no conocen esos problemas. Si estofuese así, los países modernos, muy desarrollados,no necesitarían gastar mucha energía financiera yhumana en lo que concierne a estos aspectos. Perola realidad es espantosa, totalmente distinta:Los gastos de los países desarrollados representanel setenta por ciento de los gastos militares mun-diales (África en su totalidad, 2,5 por ciento)1.América del Norte y Europa son los mayores con-sumidores de energía. América del Norte tiene elmismo consumo de energía que toda Asia, con 8,6veces menos habitantes.2

Los gastos públicos por sanidad por habitanteexpresados en dólares eran en 2003:3

Alemania: 2506Francia: 2273Estados Unidos: 2548Noruega: 4167Afganistán: 4Bangladesh: 4Burundi: 4República Democrática del Congo: 4

La educación y la enseñanza forman parte de losprimeros gastos de los países europeos (por ejem-plo para Francia: 60 mil millones de euros para2006, el equivalente del 15% del presupuestonacional total).4Conclusión: cuanto más desarrollado es un país,más gastos efectúa en el tema de la seguridadmilitar, la utilización de recursos, la sanidad y laeducación. Lo cual revela que cualesquiera que sean el lugar,la época o el modo de gobernar, los cuatro proble-mas básicos siempre son los mismos; sin embargo,los países desarrollados disimulan esos problemascon más o menos éxito con inversiones de milesde millones de dólares. La seguridad, la gestión delos recursos, la sanidad y la educación son aún ysiempre, en el siglo XXI, los cuatro puntos másimportantes de la preocupación del mundo entero

1. SIPRI (Stockholm International Peace Research Institue);GRIP (Grupo de Investigación y de Información sobre la Pazy la Seguridad). WMEAT (World Military Expenditures andArms Transfers).2. EIA (Energy Information Administration).3. Organización Mundial de la Salud.4. Ministerio Francés de Economía y Finanzas, estadísticas dela Unión Europea.


la ciudad, proyección del progreso del ser humano

LA CIUDAD IDEAL

Los urbanistas se ven confrontados actualmente,además de con los cuatro criterios citados previa-mente de la ciudad ideal, con problemas tales comola sobrepoblación y sus consecuencias en todo elplaneta. El recalentamiento atmosférico, el estrés yla agresividad que aumentan en la metrópolis, elagotamiento de las fuentes de energía como elpetróleo, o, aún más importante, el agua potable,hace que muchos tomen en serio el futuro de lahumanidad.

Según diferentes sondeos del primer deceniodel siglo XXI, el 80% de la población occi-dental opina que el recalentamiento de la

atmósfera de la Tierra es uno de los peligros demás graves consecuencias que amenaza a nuestroplaneta, seguido de cerca por el problema de lasobrepoblación. La humanidad ha tardado milesde años hasta alcanzar, en 1800, el número de milmillones de habitantes; para los segundos milmillones sólo fueron necesarios 130 años más, ysólo han bastado otros 45 años para alcanzar, en1975, el número de cuatro mil millones.Actualmente, en 2010, somos unos seis mil qui-nientos millones, y todos tenemos, según laDeclaración de Derechos del Hombre, los mismosderechos y el derecho a los mismos recursos. Ahora bien, si todos los habitantes del planeta uti-lizasen la misma cantidad de energía que un habi-tante de un país desarrollado, el consumo de ener-gía, a nivel mundial, sería cinco veces más grandeque hoy; y, en 2050, en que se prevé que seamosnueve mil millones de habitantes, ocho veces más. Las Naciones Unidas y las instituciones científicasinternacionales se preguntan regularmente sobrelas consecuencias de este crecimiento demográfi-co. Hay especialistas que piensan que tal númeroprovocará una verdadera asfixia de toda la huma-nidad; y algunos defienden una inevitable limita-ción de los nacimientos. Tampoco es impensableque epidemias u otras catástrofes se precipitensobre la humanidad en un futuro próximo, ponien-do así un freno, por la fuerza de las cosas, a estecrecimiento desmesurado que amenaza invadir el

planeta tal como un cáncer. Alcanzamos el puntodonde los propios seres humanos plantean el pro-blema. Y necesitamos concentrar toda nuestraenergía, nuestros recursos y nuestras facultadesintelectuales para asegurar la supervivencia de lahumanidad. ¿Se puede imaginar que el problemafundamental es la propia humanidad? ¿Existe unasolución?

¿EL INSTINTO DE CONSERVACIÓN DEL «YO»ES LA CAUSA DEL PROBLEMA? Si tomamos lospuntos de partida citados en el artículo precedente(seguridad, gestión de los recursos, sanidad y edu-cación), observamos que tienen un principiocomún: el miedo a perder las estructuras que man-tienen la situación existente. El miedo a perder suvida, a perder sus bienes, a perder su civilizacióno ya no poder desarrollarla y perder su propia con-dición de privilegiado. Esos aspectos atraen laatención sobre la precariedad y la posible desapa-rición de todo lo que se ha formado en el espacioy el tiempo… Y ponemos el dedo sobre la llaga. Tratamos deimaginarnos un mundo que no tenga ni tiempo niespacio. Un mundo donde el «subir, brillar, des-cender» y la muerte no existirían; un mundo sinlímite de recursos, de la energía, de la vida… Elproblema fundamental de la humanidad es su exis-tencia en el espacio y el tiempo. Nos empeñamosen hacer el plano de una construcción totalmentehumana concerniente al «yo» y la «personalidadde cada uno». Y, en el fondo, parece que sea unaconstrucción mortal. Y el mayor error –y posible-


La salina real de Chaux es en parte una

ciudad industrial ideal próxima a una

empresa de producción de sal en Arc-et-

Senans en el este de Francia.

La construcción por Claude-Nicolas

Ledoux, un arquitecto utopista, comenzó

en 1775 y duró cuatro años. Los trabaja-

dores podían vivir en ella en circuito

cerrado, «protegidos de los excesos y

codicias que acortaban los días de los

que vivían entre todas esas tentaciones»

mente la mayor traición– es nuestra idea de que unprogreso constante es posible. Con toda nuestra energía, corremos tras una felici-dad perfecta imaginaria, que siempre se nos esca-pa, hasta el momento en que nos atrevamos areconocer que nosotros, seres psico-biológicos,por cultivados que estemos, no alcanzaremosjamás la perfección. Esto es totalmente improba-ble. Para volverse perfecto, es necesario partir deun plan perfecto. Nuestro plan de construcciónconcierne únicamente al hombre aparente que hasido incluido, desde el comienzo, como cierto tipode hipoteca sobre el futuro.

A TAL ESTADO DE CONCIENCIA IGUAL ESTADO DE LA CIUDAD A través de toda lahistoria, las ciudades reflejan nuestras necesidadesen cada época. El entorno en el que evoluciona-

mos corresponde a nuestra conciencia que quiereexpresarse. Lo que tenemos en nosotros, nosotroslo construimos, lo hacemos aparecer en nuestrascasas, edificios, organizaciones sociales, leyes,culturas, ciencias, artes, religiones, políticas. Unaciudad es como un reflejo, una proyección denuestra conciencia. De ella podemos deducir unaxioma:«¡La ciudad es la imagen de lo que somos!»Dicho de otra manera: con el fin de encontrar laciudad ideal, primero es necesario encontrar el serhumano perfecto

la ciudad, proyección del progreso del ser humano 15

Con toda la energía que está en nosotros, galopamostras la felicidad perfecta imaginaria, que siempre senos escapa

Hemos visto que el ser humano y su entor-no dependen fuertemente el uno del otro.No puede ser de otra manera, somos seres

sociales. En consecuencia, la interacción entretodos es esencial, es la base de la sociedad. Deella surgen la forma de convivencia, los asenta-mientos, los pueblos y las ciudades. En su seno seproducen los debates, exposiciones y aclaracionesy así puede surgir inteligencia y conciencia. Dehecho, nuestro entorno refleja nuestra conciencia.Por ello en la construcción de una ciudad ideal seplantean las siguientes preguntas:

¿Existe el ser humano perfecto?¿Cuáles son sus características?¿Dónde encontrarlo?

En los mitos, las leyendas y las sagradas escriturasque han acompañado a la humanidad en el cursodel tiempo, encontramos concepciones del serhumano en tanto que ser perfecto. Se le represen-ta, a veces, como un dragón que vuela resplande-ciente, que es maestro en todas las dimensiones,otras como un héroe o un igual a los dioses. En elpensamiento hermético se le describe como «unocon Dios», al que se describe a su vez como «unaesfera ilimitada cuyo centro está en todas partes yla circunferencia en ninguna».Para Lao Tse este ser humanos es uno con Tao:«Tao está vacío, y sus radiaciones y sus obras soninagotables […]Yo no sé de quién es hijo. Existía antes del primerDios».¡La Rosacruz habla del ser humano como un

«microcosmos»! Este ser humano original existedesde tiempos inmemoriales. Como ser divino sedesarrolla en el campo del Espíritu. Su fuente devida es la Luz universal y, dentro de ese campo,actúa en completa concordancia con la vibraciónde esta Luz.


el prototipo dela ciudad idealDado que vivimos en el tiempo, buscamos resolver los problemas de seguridad, recursos,sanidad, educación y la contaminación del medio ambiente. Nuestra civilización y culturainterior lo exigen. En la esencia misma de la vida, que es eterna, en el dominio de la humanidad original, sabemos que los procesos vitales no tienen fin; y que el cumplimientopersonal sólo consiste en trabajar al servicio de los demás.

Se podría considerar este campo como el de laciudad ideal; un campo de vida armonizado demanera natural con las leyes de lo absoluto quevibraría al unísono con la energía original.Cualquiera que sea la descripción o la designaciónde ese campo: nirvana, Jerusalén celeste, ciudadde Dios o del Espíritu Santo, se trata de la mismarealidad por encima de toda dimensión: el campode vida divino en el que mora y evoluciona lahumanidad inmortal.

LA CIUDAD IDEAL NO PUEDE SER CREADA,ELLA ES Despertar de nuevo al microcosmos a lavida en la que vive en la actualidad la personali-dad humana sería, de hecho, el único modo de

superar definitivamente los problemas de la huma-nidad.Resulta evidente que, como consecuencia de viviren el tiempo, nos esforzamos por resolver los pro-blemas de seguridad, recursos, salud, educación ycontaminación; nuestra civilización y nuestra cul-tura personal lo exigen. Y nosotros debemos cola-borar en ello con nuestro corazón y nuestra alma.Pero nuestra naturaleza intrínseca eterna no estásometida a ello. Pues en el mundo que se encuen-tra fuera del espacio-tiempo, en el campo de lahumanidad original, los procesos vitales no tienenfin, progresan continuamente. En ese campo, lalucha no es necesaria, no se necesita hacer ningúnesfuerzo para mantenerse vivo; allí, todo y todos

el prototipo de la ciudad ideal 17

Imagen moderna de una ciudad utópica. ¿En el futuro nos faltará el libre espacio del cielo encima de nuestras cabezas?

ocupan absolutamente su lugar perfecto en undesarrollo de vida infinito.Si aprendemos a comprender las leyes de la vidade nuestro pequeño mundo, de nuestro microcos-mos restablecido, si las cumplimos, contribuimosasí a la formación de la ciudad ideal. ¿Cómo? Elmicrocosmos posee, en tanto que emanación de laidea divina, todos los atributos divinos. En sucorazón late la energía del sol espiritual, lo quehace los medios de vida y las fuentes inagotables.En tanto que ser eterno en pleno desarrollo, nadaafecta a su salud. Ya no está sujeto al efecto deltiempo, él es uno con un campo de sabiduría yconocimiento inagotable. Por consiguiente, en esta alegoría, el microcosmoses el arquetipo de la ciudad ideal. Pues el entornoen el que el ser humano evoluciona se adapta a laconciencia que quiere expresarse. Y ésta formacon la humanidad original una unidad perfecta enla gran urbanización. Encontramos aquí el modelode una interdependencia perfecta donde todosestán al servicio de todos.

EL CRISTO: UN PRINCIPIO DE VIDA UNIVERSAL Esto es lo que aporta a los sereshumanos el puro cristianismo original. LaRosacruz moderna no habla de un cristianismohistórico, sino de una práctica de vida nueva, unavida que se beneficia de la energía universal deCristo. Una fuerza en la que los ideales se vuelvenuna realidad interior. Y lo que los gnósticos lla-man «Cristo» es el prototipo del microcosmos per-fecto.Cada ser humano lleva en él el principio crístico,la semilla espiritual de la renovación del micro-cosmos. Por lo tanto, cada ser humano puedehacer de su vida un camino de reconstrucción, yavanzar hacia la perfección. El principio interior crístico no puede hacer otracosa que mostrar al ser humano la perfección yconducirle a la ciudad ideal. Cristo es el ser huma-no-microcosmos por excelencia. Podríamos consi-derarlo como la ciudad ideal. En el Evangelio deTomás está escrito: «El reino está ante vosotros ya vuestro alrededor».


CRISTIANOPOLIS Después de todo esto nodeberíamos tener dificultad en comprender el con-texto en el que los rosacruces del siglo XVII, envoz de Johann Valentin Andreae, describen la ciu-dad ideal de «Cristianopolis». No se trata de unacomunidad fraternal en el sentido terrestre, dondelos habitantes serían elegidos según su norma devida moral, sino una ciudad divina eterna en elplano interior espiritual; una ciudad, una comuni-dad, una sociedad en la que se refleja el universode la vida eterna. Todas las Escuelas de Misteriosque se han sucedido a través del tiempo, han for-mado semejante campo de vida, armonioso y llenode serenidad interior. En tal campo se reúnen losvarones y las mujeres que siguen el proceso alquí-mico de la reconstrucción de la vida microcósmi-ca. Así se liberan del espacio y del tiempo paraentrar en el reino original de la humanidad.

LOS TRES TIPOS DE CIUDADES Resulta eviden-te que, cuando un grupo de seres humanos poneen práctica este cambio de conciencia basada en elprincipio crístico, ello tiene consecuencias ennuestra sociedad. Durante cierto tiempo, se pre-sentarán situaciones y circunstancias a las queserán sensibles, las cuales les ofrecerán grandesposibilidades de descubrir y seguir este camino.No obstante, es importante comprender que esasposibilidades sólo se presentarán durante ciertotiempo, y que no tienen como objetivo mejorar oembellecer el mundo, aunque, ciertamente, puedanproducir cierto apaciguamiento. Sino que el objeti-vo es unir nuestra conciencia a la realidad interiorde la Vida eterna, la ciudad ideal.Podemos distinguir tres tipos de ciudades:En primer lugar, la ciudad del espacio-tiempo quedesaparece regularmente y es reconstruida cadavez sobre los cuatro pilares de la seguridad, de lagestión de los recursos, de la salud y de la educa-

ción. Se trata de un desarrollo social que no ofreceninguna perspectiva real en el sentido de la vidaoriginal. En segundo lugar, una ciudad que aparece duranteun corto tiempo cuando una escuela de Misteriosemprende el trabajo alquímico de la transfigura-ción, una escuela espiritual que preste atención alrestablecimiento del microcosmos por las energíasde la vida original, lo que tiene como consecuen-cia cierto efecto sobre el mundo y la sociedad En el discurrir de los siglos se han manifestadonumerosas comunidades gnósticas y liberadorasasí como escuelas de Misterios. Sus implantacio-nes geográficas van desde China a la región indo-irania; desde Asia Menor hasta Bulgaria, GranBretaña y Península Ibérica. Y también en el restode los continentes. Esas comunidades han dado encada ocasión un nuevo impulso, pues esas fuerzasliberadoras provocan siempre, en su estela, cam-bios sociales. La antigua civilización egipcia, laGnosis de Manes o la fraternidad de los albigensessólo son algunos ejemplos de lo que el desarrollode una fraternidad gnóstica puede realizar. Aunqueesas comunidades hayan sido combatidas a fuegoy sangre por el poder religioso y político institui-do, no debemos subestimar su influencia. La con-ciencia media del ser humano que entra en contac-to con esas fuerzas es estimulada, en cada ocasión,a pensar y actuar de forma independiente, y sudeseo de una vida libre y liberadora que se vuelvecada vez más fuerte.Para acabar, existe una ciudad perfecta y omnipre-sente, que se encuentra en la eternidad y en la quela humanidad microcósmica tiene su morada eter-na. Esta ciudad no conoce ni espacio ni tiempo,sino que está en desarrollo eterno en el campo devida de las almas nuevas, un campo de vida per-fecto y omnipresente cuya expresión es el Amorabsoluto

el prototipo de la ciudad ideal 19

Las posibilidades del tiempo nuevo nos ayudan a unirnuestra conciencia a la realidad interior de la vida enla eternidad, la ciudad ideal

Así comienza el Evangelio según Tomás:«Quien descubra el sentido de estas pala-bras no experimentará la muerte». Ahora

bien, en lugar de hacer una investigación seria yencontrar su significado, esas palabras fueronfinalmente tachadas de heréticas ya que ellas,según sus censores, no respondían a la verdad.¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Y, realmente, se haencontrado algo del sentido verdadero a estaspalabras?Al comienzo del cristianismo, los diversos grupos«ecclesias» presentaban diferencias en sus concep-ciones, lo cual no planteaba ningún problema.Hasta el día en que Irineo, un Padre de la Iglesiadel siglo II y III, se inquietó por ello. Según él, nopodía haber más que una sola Iglesia, y sólo losmiembros de esta Iglesia eran, desde su punto devista, verdaderos cristianos ortodoxos que seguíanla línea recta de la fe; según él, quienes no seguíanla fe correcta eran los gnósticos como Valentín,Basílides, Montanus y Marción.Poco a poco las ideas de Irineo fueron adoptadasde forma que, a finales del siglo IV, la Iglesia sehabía convertido en una institución firme. Desdeese momento fue posible introducir un régimensevero. Desde entonces se aplicaron tres medidasradicales:• Se estableció un canon que determinó qué

libros eran santos y cuáles no lo eran, así comolos escritos que componen la Biblia.

• Un obispo fue colocado a la cabeza de laIglesia.

• Todo lo que se debía creer fue fijado en la doc-trina de la Iglesia. Ésta fue extendida y precisa-da en concilios sucesivos.

Las consecuencias de estas graves medidas sonevidentes puesto que incluso el descubrimiento dealrededor de 35 antiguos evangelios en 1945 no hamodificado un canon con casi dos mil años deantigüedad.Y todo esto a pesar de que la imagen de Jesús deNazareth que da la Iglesia no corresponde a la delos evangelios descubiertos en el último siglo. Enestos documentos, más antiguos que los que figu-ran en el canon fijado por la Iglesia, se proporcio-nan las enseñanzas que seguían los primeros cris-tianos en su vida y en su trabajo.Debemos decir, igualmente, que la imagen quedaba la Iglesia de Jesús de Nazaret no estaba toda-vía muy determinada. En efecto, los debates acer-ca de la forma en que se concilian, en la personade Jesús, la naturaleza divina y la naturalezahumana no acabaron hasta el concilio deCalcedonia en el año 451. En su credo, Atanasioformula una respuesta lapidaria: «Y aunque Él seaa la vez Dios y hombre, Él no es sin embargo dossino un solo Cristo».Atanasio llegó a imponer su concepto y la parte dela fe apostólica, Símbolo de los Apóstoles, relativaa Jesús se formuló así: «Yo creo en Dios y enJesucristo su Hijo Unigénito». Con ello fue fijadala imagen clásica de que Dios sólo tiene un soloHijo que nació en la Tierra como Hombre-Dios.


el cristianismo interiory exteriorEn el siglo IV se produjo un drama de amplias consecuencias para el cristianismo original.A partirdel emperador Constantino (274-337), se desarrolló una gran operación política para separar laverdadera vivencia interior del cristianismo –que cada uno puede experimentar– del cristianismode estado de la Iglesia romana establecido sobre todo como medio de poder. Un capítulo impor-tante de ese drama fue el decreto de los llamados verdaderos escritos de la Iglesia que al princi-pio se denominaron «los nuevos testimonios romanos» y que pronto constituirán el «NuevoTestamento». Pero ahora, en 1945, se ha encontrado el Evangelio de Tomás.

el cristianismo interior y exterior 21

«QUIEN DESCUBRAEL SENTIDO DEESTAS PALABRAS NO EXPERIMENTARÁLA MUERTE»

Una página del códice de

Nag Hammadi. Las letras

grandes terminan el

Apocrifón de Juan. Debajo,

comienzan «Las palabras

secretas de Dydime

Thomas»


EL HOMBRE-DIOS En las enseñanzas gnósticas ylas religiones de los Misterios, el hombre divinoes una figura bien conocida. Ella se refiere a unnacimiento divino que puede tener lugar en el serhumano. Esta concepción es la del cristianismo ensu comienzo. Durante el bautismo de Jesús, elEvangelio de Lucas menciona que resonó una vozque venía del cielo: «Tu eres mi Hijo bien amado;en ti he depositado toda mi complacencia».(Lucas 3:22) Algunos Padres de la Iglesia(Clemente, Justino, Agustín) añaden estas palabrasque se encuentran en el Salmo 2: «Hoy te he

engendrado». (Salmo 2, 7)Ellos partieron de la idea de que el nacimientodivino aconteció en la vida de Jesús más tarde yno en el mismo momento de su nacimiento.El salmo 2 también habla del nacimiento divinoque un ser humano puede experimentar en su vida.Es una forma de interpretación, si nos referimosúnicamente a Jesús. Lo mismo ocurre en elEvangelio de Juan, con este concepto:«Unigénito», interpretado como si Dios sólo tuvie-se un Hijo.Sin embargo, lo que pone literalmente es «nacidode ‘Uno’ solo» que quiere decir, «nacido de Dios».Probablemente este versículo ha sido añadido mástarde. Porque dos versículos antes (Juan 1: 12-13)se trata del nacimiento divino en el ser humano:«… Esta luz […] estaba en el mundo […] y lossuyos no la han recibido, pero a todos los que lahan recibido […] ella les ha dado el poder de vol-verse hijos de Dios, los cuales han nacido no dela sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de lavoluntad del hombre, sino de Dios».

LUCAS Y MATEO A primera vista, parece que losevangelios de Lucas y de Mateo ponen el acentoen el nacimiento corporal de Jesús. En particular,el de Lucas. Su texto está tan anclado a la materiaque, la mayor parte del tiempo, sólo se interpretade manera histórica.Mateo comienza por la genealogía de Jesús,poniendo de oficio el acento en su lado humano:«Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham… »(Mateo, 1: 1). Lucas habla de un «hijo de José»(3: 23), y termina su genealogía diciendo: «…élera hijo de Adán, hijo de Dios». (Lucas 3,38).

Salta a la vista que no sólo se trata de la divinidadde Jesús sino, sobre todo, del origen divino de losseres humanos. A lo largo de toda la historia de laIglesia, este dato ha sido muy poco percibido.

EL EVANGELIO DE TOMÁS La fecha de esteevangelio todavía es discutida por los eruditos. Sinembargo, existen argumentos sólidos para situar lafecha en torno al año 50, mientras que elEvangelio de Marcos estaría escrito a continua-ción, hacia el año 60.Contrariamente a los cuatro Evangelios de laBiblia, el de Tomás no relata una historia conti-nua. Es una colección de palabras de Jesús en lasque no figura ningún relato concerniente a su vida.Tampoco se trata del sufrimiento ni de la resurrec-ción. Por este hecho, el Evangelio de Tomás, esmás libre y menos influido por diversas interpreta-ciones.

JESÚS EN EL EVANGELIO DE TOMÁS En esteEvangelio, Jesús no pretende ser hijo de Dios. Porel contrario, enseña a sus discípulos su origendivino, como en el logión 50:«Si se os pregunta: "¿De dónde habéis venido?",responded: "Venimos de la luz, de allí donde ellamisma ha nacido. Ella ha surgido y se ha manifes-tado por su imagen". Si se os pregunta quién eres,responded: "Somos sus hijos y somos los elegidosdel Padre Vivo". Si se os pregunta cuál es la señalde vuestro Padre en vosotros, responded: "Es unmovimiento y un reposo"».Por ello, los alumnos se vuelven conscientes deser, ellos también, hijos del Padre Vivo.En el logión 108, Jesús llega a decir: «Quien bebe

de mi boca será como yo...». Y cuando Jesús hablade sí mismo, en el logión 77, lo hace de lasiguiente manera: «Yo soy la Luz que está sobretodo. Yo soy el Todo. El Todo ha salido de mí y elTodo ha venido a mí. Partid madera, y estoy ahí;levantad una piedra, y estoy presente».Estad palabras ponen sobre todo en evidencia elcarácter universal del evangelio de Tomás, carác-ter que no está presente de manera tan pronuncia-da en los demás evangelios.En él se produce un paralelismo con el Taoísmo.Cuando Tchuang Tse explica a un alumno que Taoes omnipresente, el alumno le pregunta: «¿Puedeser un poco más claro? Tchuang Tse le muestraprimero una hormiga; el alumno no comprende; acontinuación, le muestra una mala hierba. Y comoel alumno todavía no comprende, le muestra ungrano de arena».Esta misma noción se encuentra en la Gnosisegipcia, allí donde Hermes dice a Asclepios:«Quien se conoce a sí mismo conoce el Todo».

REGRESO DEL HOMBRE-DIOS Lo importante,aquí, es que el evangelio de Tomás nos permitemirar más allá de todas las interpretaciones histó-ricas, permitiéndonos reconocer nuestro origendivino y vivir de lo que es eterno en nosotros:Sus discípulos le preguntan: «Dinos cómo seránuestro fin».Él les respondió: «¿Habéis desvelado el comienzopara buscar el fin?Allí donde está el comienzo, estará el fin.Dichoso quien se mantenga en el comienzo puesél conocerá el fin:no experimentará la muerte»

el cristianismo interior y exterior 23

«Yo soy la luz que está sobre todo.Yo soy el Universo.Partid madera, y estoy ahí; levantad una piedra, y estoypresente»


Entre los problemas de aritmética propuestospor los docentes, no deberían faltar los queplanteó Pitágoras. Los «dioses inmortales»

del mundo divino, según Pitágoras, son represen-tados por números. Los números forman, son, lasleyes del universo.El estudio de las matemáticas, que en la actualidades utilizado, mayormente, como instrumento parala transmisión de información, se transformaría enun proceso mágico, radiante y vibrante si se utili-zaran las ideas pitagóricas. Cada uno está perso-nalmente implicado en ello, porque cada unodetermina por la calidad de su radiación el resulta-do. ¿Qué van a traernos los años venideros, unplus o un débito?El conocimiento de nuestra actual, crucial eimpresionante responsabilidad sobre el porvenirde todo el planeta deja reducidas las pruebas delas intrigantes historias de Harry Potter, tomo VII,a un agradable jueguecito de niños en un recintode arena muy soleada.Hoy se trata del todo o nada, y de esto no hayposibilidad de escapar.

En el ambiente escolar, se menciona que, hoy día,los niños ya no saben calcular ni deletrear. Y, ade-más, sus maestros y maestras carecen de prácticaen esos temas.Como responsables de esas deficiencias se señalaa los renovadores de la enseñanza de la últimadécada, los cuales pusieron el énfasis en la nociónde competencia. En lugar de ocupar el tiempo en

dar lecciones sobre conocimientos fundamentalesen los campos de la lengua, el cálculo y la histo-ria, ese tiempo se emplea en aprender cómo elabo-rar una presentación y a practicar las técnicas de laconversación. Sin ser contrariados por cosas tanbanales como la ortografía, la gramática, los datos,las divisiones y los porcentajes, los jóvenes de hoypueden transmitirse rápidamente entre ellos infor-maciones, cualesquiera que sean, por medio de lastécnicas virtuales más modernas. Sin embargo, seplantea la cuestión de si tales informaciones sonciertas.

LAS ESCUELAS ESPIRITUALES En todos lostiempos y culturas han existido recriminaciones apropósito de la enseñanza. Repartidas por todo elglobo terrestre existen historias e imágenes deniños y adultos aprendiendo. Lo que aprenden y elmarco cultural al que están imbricados es diferen-te según la época y la región.Los seres humanos cambian y, con ello, la ense-ñanza y las recriminaciones que se le hacen. Porlo tanto, se podría decir que a ese respecto no haynada nuevo.No obstante, y a pesar de todo esto, existe unaenseñanza que jamás cambia, que se sustrae atodos los programas regulados por las autoridadeseducativas. Nos referimos a la enseñanza de losMisterios de la vida. La materia comprende siem-pre los mismos temas como, por ejemplo, el serhumano en tanto que microcosmos, su relacióncon el macrocosmos, su origen, su alma inmortal.

números, reglas vitales,competencias

ENSEÑANZA DE LA COMPETENCIA EN LA ESCUELA DEPITÁGORAS Y COMPRENSIONES PITAGÓRICAS EN 2010

Esta enseñanza la han transmitido escuelas espiri-tuales que han existido en todos los siglos y quesiguen presentes sobre la superficie de la Tierra,dirigidas por fraternidades, «sacerdotes y sacerdo-tisas». Cuando la enseñanza no pudo hacersepública, se dió en secreto. De manera que la fuer-za de la imaginación del buscador o buscadora fuerevivificada. Así ocurría en la escuela dePitágoras.

PITÁGORAS Y LAS ESCUELAS PITAGÓRICASPitágoras nació en la isla griega de Samos hacia el550 a. C. Los biógrafos dicen que en su juventudfue a estudiar a Egipto con los sacerdotes deMenfis y Tebas. A continuación, estudió astrono-mía con los caldeos, así como la geometría y losritos místicos de los magos fenicios. También sedice que fue iniciado en las diferentes Escuelas delos Misterios.Tras sus años de estudio, regresó por poco tiempoa Samos, a causa de los problemas políticos de

esta isla, fijando a continuación su residencia enCrotona, en el sur de Italia. Allí fue instituida laEscuela de los Pitagóricos, que perduró 400 años.Esta Escuela comprendía dos partes: una partepública, y una Escuela de los Misterios cerrada.Por lo tanto, también habían dos tipos de alumnos:los «oyentes» y los «discípulos». Los oyentes fre-cuentaban la escuela pública para la enseñanza dela música teórica y de las matemáticas. Los discí-pulos eran admitidos en la Escuela de losMisterios. Vivían en una comunidad cerrada.Su enseñanza comenzaba con varios años de silen-cio. Su estudio comprendía, entre otras, la ense-ñanza de la reencarnación, la mística de los núme-ros, de la Gnosis, de las matemáticas y de la músi-ca. En ella se aprendía que el ser humano es deorigen divino y que debe regresar a este origen. Elobjetivo final de la enseñanza en la Escuela deMisterios era alcanzado cuando el alumno habíaprogresado lo suficiente para que se terminara elciclo de los renacimientos.

números, reglas vitales, competencias 25

Pitágoras enseñando en su escuela. En primer plano,Theano, una brillante estudiante que él desposó


Los discípulos vivían según las reglas de vidaestrictas de los Versos de Oro de Pitágoras (verrecuadro). Eran vegetarianos. Entre los discípulosse encontraban, por primera vez en la historia,mujeres, entre las que se encontraban la esposa dePitágoras y sus tres hijas.

PITÁGORAS: LOS NÚMEROS SON EL FUNDAMENTO La enseñanza de los númerosocupaba el lugar principal, formaba la propia basedel sistema de la enseñanza pitagórica. Los «dio-ses inmortales» que nos son familiares por losrelatos y los mitos, son en realidad, según

Los números son esencialmente formaciones de energía viva que crean y determinan bajo figuras matemáticas las co

Pitágoras, números. Los números representan lasleyes del universo y de su creación. Parecidasideas comparte también la Cábala. Los númerosson esencialmente formaciones energéticas vivasque hacen surgir y determinan, en figuras matemá-ticas, todas las clasificaciones posibles de las con-diciones de vida del macrocosmos y del microcos-mos.Según Pitágoras, el número 10 está en la base detoda la creación. Está constituido por la suma delas partes compuestas por lo que Pitágoras llamala «tetraktis»: 1+2+3+4= 10. La tetraktis era unsímbolo sagrado que contenía el secreto de la cre-ación y de su renovación continua.Pitágoras formula los diez puntos de los cuatroniveles de ese símbolo sagrado como sigue:

1. La Mónada es el símbolo de la Unidad, el esta-do de ser precedente a la creación.

2. La Dyade es el del primer movimiento en elproceso de la creación, la fisión de la Mónadaen dos polaridades, llamadas Ying y Yang enOriente.

3. La Triada simboliza la unión de las dos polari-dades por una fuerza intermediaria.

4. La Tétrade es el símbolo de la creación, el uni-verso, representado materialmente por los cua-tro elementos: fuego, aire, agua y tierra.

Las ideas anteriores eran enseñadas sólo a los dis-cípulos de la escuela de Pitágoras en el secretomás estricto.

FIN DE LA ESCUELA PITAGÓRICA PERO NODE SUS IDEAS Las instancias oficiales de esetiempo, como es lógico, no estaban entusiasmadaspor esas ideas pitagóricas: la enseñanza de la divi-nidad interior de la persona, y la de la justa forma-ción de la creación entera por figuras matemáticaseternamente vivas y creadoras que engendranvida, siempre se han mantenido en pie de guerracon los poderes públicos que desean gustosamente


a as condiciones de vida del macrocosmos y del microcosmos

Los Versos de Oro de Pitágoras, el escrito principalde la escuela pitagórica, todavía son publicados. Suspensamientos fundamentales son:1. Prefiere la fuerza del alma a la del cuerpo.2. Convéncete de que las cosas penosas, que

causan muchos esfuerzos, contribuyen más a lavirtud que las cosas agradables.

3. Cada pasión del alma es la peor enemiga de laliberación del alma.

4. Es difícil seguir muchos caminos a la vez.5. Pitágoras dijo que se debe elegir una vida virtuosa.

El hábito hará de esto algo agradable. La riquezano es un ancla estable, la gloria es aún más inestable, y el cuerpo, el poder y los honores loson también.Todo esto es, pues, cambiante y sinpoder. ¿Pero qué es lo que nos retiene con firmeza? La prudencia, la magnanimidad, la fuerza.Esas cualidades resisten a todas las tempestades.Es la Ley de Dios: la virtud es única, es fuerte yninguna otra cosa tiene valor.


El número Uno,como origen, incluyeen sí a todos losnúmeros sin que nin-gún otro número lerodee.Todos losnúmeros son conduci-dos a un desarrollo, a partir de la unidad, a partirdel origen y raíz de todas lascosas. […] El número uno represen-ta la unidad con el Espíritu, con el Padre,con lo Absoluto, con el Logos, con lo Original. […]

Cuando un hombre ha regresado a la unidad, al uno eindivisible, es colocado ante el número dos. Estenúmero coloca a quien ha sido unido con la unidad enuna nueva relación con la sustancia original. Por ello, laGnosis hermética llama al número dos ‘la Madre’.

El número tres establece la unión llena de amor entreel uno, lo absoluto, y la sustancia original, entre elPadre y la Madre, la unión de ambos.

El número cuatro lleva todo lo concebido a la manifes-tación. Cuando la entidad que está unida al Padre seune con la sustancia original cósmica, algo se engendra.La totalidad de lo que ha sido concebido es llevada amanifestarse.

La consecuencia de ello es el número cinco, la nuevaconciencia, […]

El seis es el númerode la rectitud. Juntoa la nueva fuerza deluz de la conciencia

y por ella, todo elestado de ser del

candidato alcanza la justicia, en concordancia

con el Logos.

Por ello el número siete es el de lasantificación, al que sigue el número ocho

que es el de la ascensión perfecta, la entrada en lavida liberadora. […]

En el número nueve se celebra la victoria del verdaderodevenir divino-humano. Un desarrollo nónuplo une asía estos nueve números.

Le colocamos, una vez más, ante la necesidad delregreso a la unidad original, al origen y raíz de todoslos números. Si queremos entrar en el proceso de lavida liberadora, hay que empezar por el comienzopara regresar a la unidad; y no de forma abstracta, sinomuy concretamente.Tal vez le interese mucho todoesto pues reconoce su lógica; pero ¿de qué le serviríasi se quedara en ese punto? ¡Ante todo, lo importantees el acto! No las conversaciones abstractas, sino loshechos concretos.

Cita de J. van Rijckenborgh, La Gnosis Egipcia Original,tomo 2, séptimo libro y cap. XXVI, páginas 200-201.(Fundación Rosacruz)

mantener a la humanidad en la ignorancia. LaEscuela de Crotona fue periódicamente combatiday acabó, cuatrocientos años después de su funda-ción, en un incendio. Muchos discípulos dePitágoras fueron condenados a muerte.Pero sólo los seres humanos y los monumentospueden ser aniquilados, no las ideas. Así, porejemplo, las ideas de Pitágoras influyeron en lasdiferentes tradiciones seculares neoplatónicas, her-méticas, cabalísticas y gnósticas. Por ejemplo:Apolonio de Tyana, un filósofo neoplatónico(siglo I d.C.) declaró al rey de Persia que estabadeseoso de recibir el «conocimiento de los magoscon el fin de verificar si éste iba tan lejos como sele había dicho». El mismo propagaba la enseñanzade «Pitágoras de Samos». El más importante delos escritos de este discípulo de Pitágoras es ElNuctameron.También debemos decir que sin «la armonía de lasesferas» de Pitágoras, la música actual no existi-ría. Pues es el que introdujo la enseñanza de ladistancia entre los tonos, de la octava, de la quintay de la cuarta, nociones puestas en práctica, enparticular, por Juan Sebastián Bach (1685-1750) yhasta hoy.

PITÁGORAS Y LA ENSEÑANZA CENTRADAEN LA COMPETENCIA Lo que se enseñabaantaño a las personas que se habían vuelto dignosde prestar el juramento de mantener el secreto, seencuentra ahora en Internet, a la vista y conocidopor todo el mundo. Ya no está a la orden del díaejercitarse durante años en el justo comportamien-

to, viviendo, por ejemplo, según las reglas de losVersos de Oro de Pitágoras, antes de ser iniciadoen las leyes de la creación. A esas divulgacionesen Internet se las califica de «democráticas ytransparentes». Los peligros que ello implica parael creciente número de ignorantes aprendices demago, hacen pasar a cada uno por experienciasmuy concretas…Quizá, para facilitar la divulgación de los secretosdel cosmos y de sus criaturas, se deberían cambiarlos programas de enseñanza de las matemáticas y,al mismo tiempo, también se podrían añadir lasenseñanzas de Pitágoras en el curriculum vitae. Y,como consecuencia de ello, ¿por qué no enseñartambién las reglas de vida de Pitágoras?En lenguaje moderno, se les podría llamar «com-petencias»

Literatura aconsejada:

El Nuctameron de Apolonio de Tyana, J. van Rijckenborgh.


Incluir en los programas escolares las enseñanzas dePitágoras sobre aritmética, ayudaría a que los niñosse sintiesen bien


sabiduría antigua en la pLOS VERSOS DE ORO DE PITÁGORAS

La antigua sabiduría

muestra a menudo a

Pitágoras sentado,

con la mano dirigida

al cielo. El filósofo y

matemático investigó

también la música

porque está en rela-

ción estrecha y es

determinada por la

medida y el número,

tal como los cuerpos

celestes. Salzburgo,

manuscrito M III

35/36

Según la leyenda, Pitágoras podía encontrarseen varios lugares a la vez. Esto, trasladado anuestro tiempo actual, se podría decir, en

sentido figurado, que la influencia de su filosofíaera ampliamente conocida: ética, astronomía,música y matemáticas.En la obra de Shakespeare El Mercader deVenecia, se dice lo siguiente:«Ven aquí, Jessica, ¡mira cómo la bóveda celesteestá tachonada con innumerables puntos de ororesplandecientes!Hasta la más pequeña de esas esferas que contem-plas, con sus movimientos producen una angelicalmelodía que armoniza con las voces de los queru-bines de ojos eternamente jóvenes.Así, llenas de armonía, son las almas inmortales:Sólo nosotros, envueltos en un frágil vestido depolvo, no los podemos escuchar».

Los pitagóricos formaban grupos que seguían cier-tas reglas de vida, de las cuales sólo nos han llega-do algunos fragmentos. Según Dikaiarchos,Pitágoras afirmaba que el alma es inmortal, quetodo lo que surge reaparecerá en el curso de larotación del tiempo y según ciertos ciclos; por lotanto, que nada es verdaderamente nuevo. Todo lovivo, está emparentado entre sí, porque formaparte de la Vida, que es Una.Hombres y mujeres eran, en igualdad, miembros

de la escuela pitagórica; todos los bienes eranpuestos en común y todos vivían en comunidad.Los descubrimientos en los campos musicales,matemáticos o de la astrosofía eran consideradoscomo bienes comunes. Después de su muerte, aúnle atribuían a Pitágoras descubrimientos.Los pitagóricos seguían una ética donde la vidacontemplativa ocupaba el papel principal: «Somosextranjeros en este mundo, y el cuerpo es la tumbadel alma. Pero no intentemos huir por medio delsuicidio pues nosotros somos bienes valiosos depropiedad divina. Él es nuestro guardián y si Él nonos da el encargo, no debemos intentar escapar dela vida.En esta vida existen tres tipos de seres humanos asemejanza de los visitantes de los JuegosOlímpicos. La clase más inferior corresponde a loscomerciantes, la siguiente a todos los que partici-pan en las competiciones y, en lo más superior, seencuentran los espectadores.La máxima purificación se alcanza a través de lasabiduría desinteresada y la ciencia. El ser huma-no que se consagra a ella es el verdadero filósofo.Él se libera con un claro objetivo de la rueda delos nacimientos».La palabra «teoría», dice el filósofo modernoBertrand Russel, es en su origen una palabra «órfi-ca», es decir, un concepto que proviene de un anti-guo movimiento religioso místico y de su ense-

sabiduría antigua en la práctica del presente vivo 31

a práctica del presente vivo

Pitágoras vivía, hace dos mil quinientos años, en una colonia griega conocida hoy con elnombre de Sicilia.A Pitágoras se le nombra hoy junto a grandes filósofos como Hermes,Zoroastro y Platón. De él nos viene el término filosofía: amor a la sabiduría. Según su criterio el ser humano debe anhelar, en primer lugar, la pureza del alma. Esto se podríaalcanzar si se respetase y reflexionase sobre todo lo que vive en el universo. Porque en eluniverso reinan la regularidad y la armonía. En él se manifiestan miríadas de desarrollos enun crecimiento natural, con su propio ritmo y tiempo. En este macrocosmos majestuoso, elnúmero, el valor de los números y sus relaciones, determinan todas las manifestaciones.


ñanza. En ella se consideraba al alma como unelemento divino que tiene la posibilidad de libe-rarse del cuerpo tras una serie de reencarnaciones.Se podría interpretar la palabra «teoría» como una«contemplación simpática y apasionada». Una teo-ría puede conducir a un reconocimiento matemáti-co o a una comprensión profunda. Así esa palabra,pasando por los pitagóricos, ha adquirido progresi-vamente su significado actual, pero sobre todopara aquellos que fueron inspirados por Pitágorasconserva un elemento de revelado éxtasis. Pero aquien ha aprendido con aversión las matemáticasen la escuela, esto puede parecerle extraño; sinembargo, quien ha experimentado algo del repen-tino y entusiasta «reconocimiento» que las mate-máticas nos regala en ocasiones y también el reco-nocimiento en el camino de la liberación, puedeasí compartir perfectamente este punto de vista dePitágoras.De las reglas de vida pitagóricas nos son transmi-tidos Los Versos de Oro de Pitágoras. Nos gustaríapresentarles algunos fragmentos extraídos de esaantigua sabiduría.

LOS VERSOS DE ORO DE PITÁGORAS

Honra ante todo a los dioses inmortales, talcomo son fijados y ordenados por la ley.

Respeta, siguiendo el juramento, a los héroes, llenosde bondad y luz.Honra también a los demonios que actúan en estemundo, ofréceles la adoración que les corresponde.Honra igualmente a tus padres y, luego, a todos losparientes cercanos.Elige como amigo, de entre los restantes sereshumanos, a quien sobresale por su virtud.Escucha siempre sus suaves amonestaciones y tomacomo ejemplo su comportamiento virtuoso ybeneficioso.No detestes a un amigo por una falta leve; porqueel libre albedrío y la determinación por el destinoestán muy cercanos.Cumple con ello de forma justa y ejércete en ven-cer las siguientes pasiones: codicia, inercia, sensuali-dad y cólera.No hagas nunca mal, ni algo indigno, ni en presenciade otro, ni solo.Déjate guiar por tu sentido del honor.Procura observar la rectitud en tus actos y en tuspalabras.Adquiere el hábito de comportarte siempre segúnla regla y la razón.Piensa siempre que es el destino quien determinala muerte de todos los hombres.Y que los bienes de la fortuna son inciertos, quepueden perderse como fueron adquiridos.Esto también concierne a las desgracias que los

Los pitagóricos llevaban una vida ascética y eranabstemios. El respeto a la vida era lo principal paraellos, eran vegetarianos.También se abstenían desacrificar animales a los dioses. Pitágoras fue porconsiguiente el fundador del vegetarianismo enEuropa. Hasta la segunda mitad del siglo XIX, laspersonas que se privaban de comer carne y productos animales eran cualificados de pitagóricos,después aparecieron las palabras «vegetariano yvegetarianismo».Consúltese entre otros, R. Schuré, Los GrandesIniciados.

seres humanos deben padecer según el orden divi-no: Soporta tu suerte pacientemente sea cual sea, yno te quejes nunca contra ella, pero sin embargointenta mejorarla todo lo que seas capaz.Y ten presente que el destino no envía la mayoríade las cosas desgraciadas a los hombres buenos.En el género humano existen numerosos tipos deargumentos, buenos o malos; no los admires dema-siado fácilmente ni los rechaces.Pero si se proclaman mentiras, escúchalas con dul-zura y armado de paciencia.En cada ocasión piensa bien en lo que te digoahora:que nadie te seduzca con sus palabras ni sus actos;que nadie llegue a convencerte para que digas ohagas algo que no te sea saludable.Medita y juzga antes de actuar para no hacer locu-ras; pues es propio de un miserable hablar o actuarsin reflexionar.Haz lo que más tarde no lamentarás, y lo que no teperjudicará.Jamás hagas una cosa que no comprendas: peroaprende todo lo que te conviene saber para llevaruna vida armoniosa.No descuides en nada la salud de tu cuerpo, sinodale alimento y bebida en cantidad conveniente ytambién el movimiento que necesita. Con mesura,haz lo que no lo perturbará.Entrégate a un género de vida que sea decente yconveniente pero no lujoso.Evita todas las cosas que suscitan la envidia.Y no despilfarres nada a propósito como alguienque no supiera lo que es conveniente y honorable.

No seas ávido ni avaricioso; una medida convenien-te en estas cosas es excelente.Haz solamente lo que no puede perjudicarte yreflexiona antes de actuar.Que el sueño no cierre tus ojos para entregarte aldescanso antes de haber examinado con tu razóntodo lo que hiciste durante la jornada:¿Actué falsamente? ¿Qué hice? ¿Qué descuidé quehabría debido hacer?Si en el curso de esta búsqueda admites haberactuado falsamente, censúrate firmemente.Y si lohiciste bien, regocíjate.Pon en ejecución con precisión, todas estas reglas,reflexiona profundamente sobre ellas y ámalas contodo tu corazón.Te conducirán por el camino de ladivina virtud.En verdad, lo juro por el que ha depositado ennuestras almas el sagrado Número Cuatro, la«santa tetraktis», la fuente de la naturaleza cuyacausa es eterna.Pero jamás emprendas ningún trabajo antes de queprimero no hayas rogado a los dioses que acabenlo que vas a comenzar.Cuando esto se haya hecho una costumbre, cono-cerás la unión que existe entre los seres humanos ylos dioses inmortales; la cual se manifiesta en todoy lo sobrepasa.Sabrás también que la naturaleza del universo essemejante en todas las cosas.De modo que no esperarás aquello que no tienesninguna necesidad de esperar.Y nada en estemundo te quedará oculto.Y sabrás que los mismos humanos causan sus des-gracias y de forma deliberada.

sabiduría antigua en la práctica del presente vivo 33


¡Desgraciados! No ven ni comprenden ni que todolo que es bueno para ellos está muy cerca de ellos.La insensatez aturde sus sentidos. Sólo unos pocossaben de la liberación de esta desgracia.Se dejan llevar por las tormentas de la vida, porotros caminos que no son la verdad, hacia un dolorinfinito.

Pues la disputa fatal, que en ellos es innata, les per-sigue por todas partes, balanceándoles hacia arriba,hacia abajo, sin que se den cuenta.En lugar de liberarse de estas cosas y desestimarlas,se adaptan, rindiéndose, a aquello que hay que evi-tar. Oh Zeus, nuestro padre, si querías librar a loshombres de las desgracias que les ponen a prueba,muéstrales entonces a qué clase de demonios sirven.Pero, mantén el valor : la raza humana es divina y lanaturaleza les desvela lo más Santo y les deja vertodo.Si ella te comunica sus secretos, lograrás fácilmentehacer todo lo que he prescrito.Y por la sanación del alma, tú la librarás de todomal y aflicción.Pero ya en los primeros comienzos, tras un examenserio, intenta contenerte en aquello que llamamosiniquidad, para la purificación y la liberación delalma. Distingue todo de forma correcta y verificatodo con exactitud.Déjate guiar y dirigir siempre por la comprensión, lafinalidad y la facultad espiritual que vienen de arriba.Y cuando te desprendas del cuerpo mortal y tehayas convertido en éter puro, serás un dios,inmortal, inmutable; la muerte no tendrá podersobre ti

Literatura:E. Schuré, Los Grandes Iniciados

Pitágoras sentado, representado por Rafael Urbino en su

célebre cuadro de la Escuela de Atenas, Roma, alrededor

de 1509

Este origen divino aparece en expresiones quese refieren al ser humano como «una gotadel océano divino», una «chispa de fuego

divino» y, sobre todo, un «hijo de Dios». ¡Tantostítulos honoríficos! En general, lo consideramosuna expresión poética antes que una manifestaciónde la realidad. Pues parece excesivo pensar quetodavía somos, en la actualidad, «a la imagen ysemejanza de Dios» (Génesis 1,26). Si no estamos completamente ciegos por la auto-suficiencia que nos caracteriza, sería convenienteque constatáramos nuestros límites y nuestraimpotencia para armarnos contra los imprevistosdel destino. Muy a menudo nos creamos unapotencia superior, un dios al que con frecuenciallamamos en nuestra ayuda. Y, regularmente, levaciamos nuestro corazón con toda la intensidad y,a continuación, le veneramos prodigándole losmayores honores y adoración posibles para final-mente, con el terreno preparado, presentarle lalista de nuestras ambiciones y codicias. Es unaidea muy primitiva de Dios. Por un lado, noshacemos humildes y sumisos; y, por otro, nossublevarnos y manifestamos nuestra amarguracuando la ayuda deseada no viene o adquiere otrocariz.En ese marco, hemos creado desde hace siglos unacivilización en la que las imágenes del ser humanoy de Dios están completamente deformadas. Lacosa es comparable a la forma en la que nuestraconciencia percibe las estrellas: sobre una superfi-cie plana y a una distancia que no tiene nada quever con la realidad, la cual en muchos aspectos,incluido el numérico, es inabarcable. Y en lo rela-

tivo a las estrellas no existe problema, pues sabe-mos que nos enfrentamos a una ilusión óptica yque, para tener una idea más realista, podemosapoyarnos en los descubrimientos e instrumentoscientíficos.No obstante, con la idea tradicional de la imagende Dios, esto es imposible para nosotros. Tan jus-tos y hondos como los términos «Señor» y«Creador» puedan ser, sólo evocan en nuestra con-ciencia imágenes demasiado planas y limitadascomo las de respeto, poder, recompensa o castigo.Incluso la expresión liberadora «Dios es amor» lareducimos, a menudo, a una bondad común.Sin embargo, numerosas fuentes fiables nos ani-man a orar, e incluso a «orar sin cesar», comoParacelso o el maestro Eckhart, por ejemplo, y alrespecto encontramos abundantes recomendacio-nes en los numerosos escritos de la sabiduría uni-versal que contemplan la liberación del alma.¡Qué extraña particularidad la de ese «sin cesar»!¿Se refiere, acaso, a un canto de alabanza, a unlamento o a un canto para pedir algo? Sería posi-ble, pues cantamos incesantemente nuestras quejasy reclamaciones. Pero, ¿cómo debería ser nuestravida diaria? Ahora bien, en el caso de las quejas yreclamaciones, debemos constatar que verdadera-mente las formulamos «incesantemente y casi acada segundo», suspirando nuestros deseos, nues-tras esperanzas y nuestras aspiraciones. Pero estono constituye propiamente hablar de una verdade-ra «plegaria». Pues, entonces, ¿cómo organizar suvida cotidiana? Incluso retirados permanentementeen la soledad, permaneceríamos siempre confron-tados a una serie de necesidades, de tareas y de

luz con luz, fuego con fuego 35

luz con luz,

fuego con fuegoSi creemos a Goethe, el ser humano ha nacido de un diálogo: «El ser humano es el primer ser que debe su nacimiento a un diálogo entre Dios y la naturaleza». Si admitimos que la naturaleza es una manifestación de lo divino, como sostienen numerosas enseñanzas, podremos deducir que el ser humano –un ser de la naturaleza– es, en su origen primordial, divino.

obligaciones profanas que nos desviarían de ello.Así ese «orar sin cesar» parece una tarea imposible.Por lo tanto, tras estas palabras habría más de loque parece a primera vista, tendrían un significadomás profundo. En el concepto «orar» y «rogar» estáescondido un significado más profundo.Observemos que, en los escritos que tratan eltema, raramente se habla de pedir y de dar durantela oración sino más bien de orientarnos, de direc-ción, y no precisamente en sentido físico. Se tratade la conciencia, del alma o del «Ánimo» (espíri-tu): se trata del ser humano «interior». En elEvangelio de la Vida Perfecta, los Doce, los após-toles, entran en «el círculo de las palmeras» yJesús aparece para enseñarles. Hermes «meditandosobre las cosas esenciales» encuentra aPoimandres, el Ser eterno en él. Se nos aconseja:«Retiraos a vuestra cámara interior, y hablad alPadre en vosotros». O incluso somos invitados a«escalar la montaña», a «elevar nuestro corazón»,a «reunirnos en la cámara alta»: tantas fórmulasde predilección para expresar lo esencial, el espíri-tu de la verdadera plegaria.Si aplicamos bajo este aspecto la noción «sincesar», dejamos el contexto ordinario y entramosen otra dimensión, en una espiral superior; sobreun plano que no se encuentra fuera de nosotrosmismos, sino más bien en nuestra «cámara inte-rior». Allí es donde se encuentra el punto de con-tacto con nuestro verdadero campo de vida, el«país del origen», el mundo divino. La concienciadel «yo» de la personalidad terrestre no participaen ese campo de vida, sin embargo es «el instru-mento» que permite la adquisición de una con-

ciencia superior, única posibilidad de enderezar elcamino que conduce hacia allí.Esta conciencia superior, este nuevo pensamiento,todavía es embrionaria, todavía se encuentra enuna fase primaria de desarrollo, para la mayoría dela humanidad. Una de sus características, sinembargo, es elevarse por encima del interés perso-nal y del instinto de conservación de la razóncomún, también llamada «alma animal». Ahora bien, se comprueba que las palabras deGoethe se integran perfectamente en esta línea depensamiento. Lo que se realiza en el macrocosmosse refleja en el microcosmos. Entonces, «Lo queestá abajo es como lo que está arriba». El serhumano manifestado en el sentido amplio y origi-nal, puede entrar en diálogo con el no-manifesta-do, el Espíritu. Al principio, él Lo reconocía bajoel aspecto de fugaces relámpagos, estrellas fuga-ces en un cielo negro, luego poco a poco como uncordón luminoso que determina y guía su vidacada vez más. Su color es alegría luminosa, sulenguaje es libertad. Somos completamente librespara asir la mano tendida, o contentarnos conmeditar la literatura apropiada y, cuando nos con-venga, participar en piadosas reuniones y, sobretodo, ¡permanecer tal como somos! ¿Pero quiénpuede resistirse a esta maravilla y al deseo de revi-virla cuando ya ha dejado sus huellas en nuestraalma? Catharose de Petri, gran maestra de la Escuela dela Rosacruz Áurea lo expresa así: «Leed la cartaen vuestro propio corazón y actuad a continua-ción». Por consiguiente: ora et labora, reza y tra-baja. Una doble recomendación con inmensas con-

secuencias. Si mantenemos el contraste entre elorden del día habitual y este mundo «diferente»que quizá hemos saboreado aunque sólo sea porun instante, el impulso de luz recibida puede dege-nerar en un fardo imposible de llevar física y psi-cológicamente. La sabiduría hermética dice:«Habéis visto y experimentado los dos mundos.Ahora, haced vuestra elección». Pues esa elección,o más exactamente esa aceptación alegre, es preci-samente poder «orar sin cesar». No se trata de remendar un contacto supuestamen-te cortado entre la Luz y nuestra apariencia terres-tre, pues lo terrestre no puede entrar en contactocon la Luz a causa de la enorme diferencia devibración. La Luz sólo puede tocar a la Luz, elFuego con el Fuego: nosotros recibimos la posibi-lidad de regresar hacia el ser celeste que somos enlo más profundo de nosotros mismos. Esto noslleva ni más ni menos que a ocupar el lugar al queestamos destinados: participar en la manifestaciónde la idea divina.Leer y seguir la carta inscrita en nuestro corazónnos abre a un mundo nuevo pero, al mismo tiem-po, familiar; esto nos indica, no obstante, un ordendel día con acentos muy diferentes. Ese mundoque pensaba sentir únicamente de forma interiorme muestra ahora, como en un espejo, mi ser ver-dadero: lo divino entra en diálogo con mi imagendivina interior, en un lenguaje absolutamentenuevo que no puedo comprender pero si recono-cer, y que envuelve mi alma con un suave resplan-dor. Sin aliento, lo contemplo

Aforismos de Goethe

luz con luz, fuego con fuego 37

Eternamente, el Padre engendra al Hijo a su imagen.«La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios».(Juan 1, 1). La Palabra es de la misma naturaleza que elPadre. Pero ahora sigo diciendo: ¡Él le ha dado naci-miento en mi alma! No sólo ella está junto a Él y Élestá junto a ella, como su semejante, sino que Él estáen ella.Y el Padre alumbra al Hijo en el alma al igualque en la Eternidad, no de otra forma. ¡Él debe hacerlo,le complazca o no! Él le trae al nacimiento sin cesar.Y

sigo diciendo: ¡A mí, Él me da nacimiento como su Hijo,como Hijo a su semejanza, como Él mismo, según Supropio ser, según su propia naturaleza! De la fuentemás profunda, yo broto del Espíritu Santo: Allí sólo hayuna única Vida, de un solo Ser, de una sola Obra.Todo lo que Dios obra es Uno, por ello me alumbracomo su Hijo, sin ninguna distinción.

Maestro Eckhart, Sermones


En la historia de la humanidad existen perío-dos en los que el mundo del Espíritu seaproxima con fuerza a la humanidad. Esto

es lo que ocurre en nuestra época y, en este caso,se forma un espacio especial donde el mundo delEspíritu y el mundo cambiante tienden el unohacia el otro, contactan, y se reencuentran. Así elbuscador tiene la posibilidad de elevarse cons-cientemente al mundo del Espíritu.Todas las religiones originales, entre las que seencontraba el cristianismo original que era gnós-tico, construyeron un campo de encuentro de estetipo. La Gnosis en su manifestación actual des-cribe la formación, la estructura y el desarrollode tal campo de encuentro en la actualidad, gra-cias al desarrollo histórico de la EscuelaEspiritual Internacional de la Rosacruz Áurea.Este campo de encuentro es un «Cuerpo Vivo»:un sistema conscientemente sostenido por ideasen concordancia con el mundo del Espíritu. Porlo tanto, un mundo de experiencias y de fuerzassostiene la unidad del Cuerpo Vivo. Ese campodel Cuerpo Vivo es una estructura de líneas defuerza que refleja el carácter y la fuerza del serhumano verdadero, del ser humano espiritual. Demanera que quien contacta con esta estructura delser espiritual verdadero avanza hacia ella y larealiza en él.En tal campo de encuentro con el Espíritu, el serhumano puede recorrer, paso a paso, las fasesevolutivas de forma positiva. Esas fases son sieteen concordancia con los siete rayos del Espíritu;alcanzar cierto estado es la condición para el

paso al siguiente. Sin embargo, estas siete fasesestán presentes al mismo tiempo y se refuerzanmutuamente.El campo de encuentro posee dos polos en rela-ción con los dos aspectos del mundo cambiante.Uno de los polos se encuentra aquí, en estemundo; es mantenido activo por el grupo de losbuscadores llenos de aspiración presente en laEscuela Espiritual de la Rosacruz Áurea. El otropolo es libre y se encuentra en el dominio sutilde este mundo. Y el mundo del Espíritu está enunión tanto con los que están en el dominio deeste mundo como con la humanidad de las almasque se encuentra en un dominio «diferente», enel otro campo de Vida.Se podría decir que el Cuerpo Vivo forma uncampo fuertemente electromagnético, una esferaque posee dos polos. Un polo reúne a los que seencuentran en el libre campo del Espíritu, el cualtiene la capacidad de atraer las fuerzas delmundo espiritual que están a disposición de todoslos que quieren trabajar en sí mismos.

El libro La Gnosis en su manifestación actualdescribe con detalle el desarrollo histórico de talestructura magnética. Porque la intensidad y lafuerza de tal estructura magnética no estaban pre-sentes desde el comienzo, sino que fue necesarioconstituirlas. Al principio, siempre existe ungrupo de personas que reciben la llamada delEspíritu en su conciencia y después en su pensa-miento, y responden «a ella» por medio de uncomportamiento inflamado por la Gnosis moral y

la gnosisen su manifestación actual

la gnosis en su manifestación actual 39

COMENTARIOS

Jan van Rijckenborgh

En La Gnosis en su manifestación actual, J. van Rijckenborgh describe el desarrollo del Cuerpo Vivo en siete

fases. En la Rosaleda de Noverosa, donde comenzó en 1924 la obra de la Escuela Espiritual, se encuentra el

símbolo bajo forma de una fuente rodeada con siete rayos donde florecen rosas.


racionalmente. Por el mantenimiento de estecomportamiento durante bastante tiempo, el pri-mer rayo del Espíritu, el rayo de la fuerza, tienela posibilidad de transformar al grupo interior-mente, de modo que sea adecuado para establecerlos siguientes toques.En la segunda fase, la radiación de la Luz actúa.Los rasgos característicos del Espíritu se vuelvenconscientes, las tinieblas se disipan, la Luz sehace en el buscador sometido a tensión. De estaforma, el campo de fuerza se vuelve un campo deLuz. El Cuerpo Vivo, es decir, la estructura mag-nética, puede unirse directamente al segundoaspecto del Espíritu. Y, el segundo rayo es cono-cido como el «Sol», para J. van Rijckenborgh es«el nacimiento de la Luz de Cristo en el serhumano». En la vida de un ser humano este naci-miento de la Luz representa un momento decisi-vo como lo fue para el crecimiento de la EscuelaEspiritual. Pues a partir de ese momento, la cabe-za y el corazón se transforman progresivamente.En el interior del cuerpo mortal todos los rayosdel Espíritu pueden trabajar de forma armoniosaen la construcción y desarrollo un cuerpo transfi-gurado. Y ese cuerpo «glorioso», «glorificado»,es el que finalmente, tras la desaparición del

cuerpo perecedero, sobrevivirá eternamente.La condición para este nacimiento de la Luz essobre todo la subordinación de la voluntad huma-na a la «voluntad de Dios», a las energías de unanueva fuerza creadora. Pues ahora, cuando elcorazón y la cabeza se armonizan con el progresode la poderosa alma humana, esas energías pue-den actuar libremente en el buscador y, pormedio de él, trabajar en beneficio de otros sereshumanos, del grupo y de toda la humanidad.El libro se termina con un capítulo penetrantesobre la reacción general de la humanidad alacercamiento al mundo del Espíritu. El autorcontrapone esta reacción a la acción metódica yreestructuradora en el interior de la EscuelaEspiritual. Porque es en ella donde son asimila-das las nuevas energías superiores. Según él, laprimera energía, en tal escuela, es la «Pistis», elconocimiento; y la segunda es la «Sophia», lasabiduría

Las cualidades del Espíritu son reconocibles: lastinieblas se disipan y se hace la Luz en el ser llenode aspiración

Medita y juzga antes de obrar para no cometer actos insensatos,

pues es propio de un ser humano vil, actuar sin reflexionar.

Haz sólo aquello que luego no lamentarás y que no te dañará.

Jamás hagas algo que no comprendas; pero aprende todo lo que

debes saber y tendrás una vida armoniosa.

No descuides la salud de tu cuerpo; dale alimento y bebida en la

medida conveniente y también el movimiento del que tiene

necesidad.

Con medida, me refiero a todo aquello que no obstaculiza.

Evita todas las cosas que suscitan la envidia.

Pitágoras de Samos, hacia el 550 antes de nuestra era.

Lectorium Rosicrucianum

pentag rama

El evangelio según Tomás:El cristianismo interior y exterior

la ciudad ideal:El camino que conduce a la seguridad,la alimentación, la salud y la educación

Comentarios:J. van RijckenborghLa gnosis en su manifestación actual

Diálogo consigo mismo

Los versos de oro de Pitágoras:Sabiduría antigua en la práctica del presente vivo

JUL /AGO 2010 N Ú M E R O 4

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