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San Agustín Comentarios bíblicos: Gálatas, Primera Carta de san Juan Edición preparada por PÍO DE LUIS VIZCAÍNO, OSA Biblioteca de Autores Cristianos

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Reseña

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  • San Agustn

    Comentarios bblicos:Glatas,

    Primera Carta de san Juan

    Edicin preparada por

    Po de Luis Vizcano, osa

    Biblioteca de Autores Cristianos

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  • IntroducIn general. Dos obras agustinianas ............................ ix1. Presentacin general ....................................................... ix2. San Agustn ante san Pablo y san Juan ............................ x

    a) San Agustn ante san Pablo .......................................... xb) San Agustn ante san Juan .......................................... xiii

    BIBlIografa ................................................................................... xv

    EXPOSICIN DE LA CARTA A LOS GLATAS

    IntroduccIn ................................................................................. 31. Aspectos generales .......................................................... 32. Contenido ........................................................................ 5

    a) San Pablo, tan apstol como los Doce ............................ 6b) La ley ......................................................................... 8c) La gracia .................................................................... 10d) La caridad .................................................................. 11

    Observaciones sobre la Exposicin de la Carta a los Glatas en las Retractaciones ........................................................................... 15

    Texto de la Exposicin .................................................................. 19

    HOmILAS SObRE LA CARTA DE SAN JuAN A LOS PARTOS

    IntroduccIn ................................................................................. 951. Aspectos generales .......................................................... 952. Contenido ........................................................................ 98

    a) Dios es amor - el amor es de Dios ............................ 100b) El Dios-amor ama al hombre ........................................ 100c) El amor de Dios al hombre le lleva a do narle su mismo

    amor .......................................................................... 102d) El don de Dios es el amor fraterno ................................. 102e) Las obras que manifiestan el amor han de ser discernidas 107f) El don del amor se da al cristiano como germen que ha

    de nutrir y llevar a plenitud ......................................... 109

    ndice general

    Pgs.

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  • NDICE GENERALVIII

    Pgs.

    HomIlas ........................................................................................ 113Prlogo. Ocasin y motivo ..................................................... 113Homila primera (1,1-2,11) .................................................... 116Homila segunda (2,12-17) .................................................... 135Homila tercera (2,18-27) ....................................................... 155Homila cuarta (2,27-3,9) ....................................................... 171Homila quinta (3,9-18) ......................................................... 185Homila sexta (3,19-4,3) ......................................................... 201Homila sptima (4,4-12) ....................................................... 223Homila octava (4,12-16) ........................................................ 237Homila novena (4,17-21) ...................................................... 257Homila dcima (5,1-3) .......................................................... 273

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  • Introduccin general

    DOS OBRAS AGUSTINIANAS

    1. Presentacin general

    El presente volumen contiene dos obras de san Agus-tn: Exposicin de la Carta a los Glatas y Homilas sobre la carta de san Juan a los Partos esto es, la Primera Carta de san Juan. Tienen algo en comn, pero tambin diferencias.

    Tienen en comn el versar ambas sobre cartas apost-licas; el que sus autores, san Pablo y san Juan, son los au-tores neotestamentarios ms apreciados por el pastor de Hipona; el que su origen no se debi a peticiones que le llegaran de fuera, sino a una opcin puramente personal del santo, aunque esto ltimo lo afirma explcitamente solo de la segunda obra.

    Las diferencias son varias. Una inicial es su temtica diferente, porque diferente es la de las cartas objeto de ex-posicin: la de san Pablo versa sobre la justificacin por la fe sin las obras de la ley y la de san Juan, sobre la caridad, al menos en la percepcin de san Agustn. Se diferencian adems en que el escrito sobre la Carta paulina es obra de carcter puramente exegtico (expositio), mientras que el escrito sobre la carta junica es de carcter exegtico-ho-miltico (tractatus); en que la primera tiene como autor al an presbtero Agustn y la segunda al ya obispo Agustn; en que el tono de la primera es irnico y el de la segunda contiene una punta de polmica con los donatistas; en que la primera no surge en un especfico marco litrgico y la segunda es una predicacin pascual. Se diferencian, por ltimo, en la recepcin por parte del lector de hoy: mientras en el escrito del an presbtero ve una obra pri-

  • INTRODUCCIN GENERALX

    meriza del futuro telogo de la gracia, que nos manifiesta su preocupacin por la formacin bblica de su comuni-dad cristiana y de la monstica, e importante para cono-cer la evolucin su autor, en las homilas del ya obispo descubre una de las joyas de la literatura cristiana sobre el amor fraterno, de la mxima utilidad para todo fiel cris-tiano de cualquier poca y, ms todava, en estos tiempos de ecumenismo. En consecuencia, si la primera se lee con inters, la segunda se relee con autntica pasin.

    2. San Agustn ante san Pablo y san Juan

    a) San Agustn ante san Pablo

    Quien conoce algo de san Agustn, sabe que se convir-ti en Miln tras la lectura de un texto de san Pablo, des-pus de or una voz procedente de una casa vecina que le deca: Toma, lee; toma, lee. La escena es narrada al final del libro octavo de las Confesiones. Tal lectura se encuadra dentro de un estudio continuado del Apstol, que ocupa-ba el tiempo libre del entonces an profesor de retrica.

    Quien conoce algo ms, sabe que esa escena, tan co-nocida, se refiere solo a la conversin moral, y que an-teriormente haba tenido lugar la conversin intelectual, consistente en la vuelta a la fe catlica, tambin tras una lectura paulina. El relato de esta conversin, consecuente a la lectura de ciertos libros platnicos, pone trmino al libro sptimo; comienza con estas palabras: As, pues, cog avidsimamente las venerables Escrituras de tu Esp-ritu y, con preferencia a todos, al Apstol Pablo y conclu-ye con estas otras: Todas estas cosas se me entraban por las entraas por modos maravillosos cuando lea al menor de tus apstoles y consideraba tus obras y me senta es-pantado, fuera de m. Esta lectura haba liberado defini-tivamente su inteligencia de adherencias maniqueas que le haban impedido hasta entonces abrazar la fe catlica.

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  • INTRODUCCIN GENERAL XI

    Pero tampoco fue este fue el primer contacto de Agus-tn con el Apstol, pues el efecto atribuido a esta ltima lectura presupone otra previa en la que haba encontrado sus escritos plagados de contradicciones internas y en des-acuerdo con el Antiguo Testamento. Aunque es posible que se est refiriendo a un conocimiento por va oral en la catequesis maniquea, no cabe excluir una lectura directa por su parte.

    Vuelto ya a la fe de la Iglesia catlica, nunca abando-n la compaa del Apstol. Su presencia ya se deja sentir en los primeros escritos, pero sin llegar a ser significativa. Significativa comienza a serlo tras la ordenacin de pres-btero. Como es sabido, en esa circunstancia solicit a su obispo un plazo de tiempo para estudiar las Escrituras. Ahora bien, todo indica que l pensaba sobre todo en san Pablo. De hecho, de l tom la idea motriz de su ideal como pastor. Llama asimismo la atencin que una de sus primeras actuaciones fuera la de proponer al primado Aurelio, obispo de Cartago, una reforma de la Iglesia y que tomase como referencia el mismo texto paulino que pocos aos antes haba impulsado su propia conversin moral.

    Para afianzar su adhesin al Apstol fue tambin deci-sivo el debate pblico que mantuvo con el presbtero ma-niqueo Fortunato, a poco de su ordenacin. El presbtero catlico pudo advertir entonces cmo el maniqueo recu-rra sistemticamente a textos bblicos, sobre todo pauli-nos. Implicado ya de tiempo atrs en una recia campaa antimaniquea, se percat de que, si quera ser eficiente contra la secta, tena que quitarle el arma de san Pablo y manejarla l con destreza.

    Durante ese periodo, la presencia de san Pablo se ir haciendo hegemnica, ocupando el Apstol el centro de sus intereses bblicos. Como fruto de ese inters, vieron la luz, entre el 394 y el 396, varias obras: Exposicin de algunas cuestiones de la Carta a los Romanos, Exposicin de la Carta a los Glatas y Comentario incoado a la carta a los Roma-

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  • INTRODUCCIN GENERALXII

    nos, a lo que hay que aadir otras dos obritas de distinto gnero literario: las 83 Cuestiones diversas muchas de las cuales versan sobre textos paulinos, y los dos libros A Simpliciano el primero de los cuales trata de Rom 7,7-25 y 9,10-29.

    A partir de su ordenacin episcopal en el 395, san Agustn ni intent ya comentar sistemticamente ninguna otra carta paulina. Pero el Apstol sigui gozando de sus preferencias, constituyndose en el soporte ms slido de su teologa, independientemente de contextos y objetivos. Su presencia, en forma de citas, alusiones o simples remi-niscencias, se percibe con similar profusin en la predica-cin, en la correspondencia y en los tratados del obispo; tanto cuando propone, como cuando expone, defiende e intenta comprender los contenidos de la fe y moral cris-tianas. El corpus paulino aparece dominante en sus escri-tos antimaniqueos, poderoso en los antidonatistas y se di-ra que aplastante en los antipelagianos, sin que falte en la polmica con los arrianos o cualesquiera otros herejes y, aunque en menor grado, en el debate con el paganismo. Parafraseando al mismo san Agustn, se podra decir que, sobre todo en determinados momentos, san Pablo tom el cetro sobre su mente y l le entreg su boca y su pluma, lo que explica la evidente impregnacin paulina, en cuanto a temas y vocabulario, de los textos agustinianos. El trato continuo con el Apstol le permiti apropiarse de su len-guaje igual que se apropi del de los salmos.

    El pastor de Hipona sinti una verdadera pasin por el Apstol de los gentiles, pero tal pasin no fue exclusiva suya. De ella participaban tambin los ambientes mons-ticos y los crculos ascticos con los que se relacionaba, o su consultante milans, Simpliciano. Todos se vieron arrastrados por la caudalosa corriente eclesial que llevaba a los cristianos a leer al Apstol, y a los exgetas a comen-tar sus escritos, sobre todo la Carta a los Romanos. Tal corriente caracteriz la poca, designada por ello como la poca de Pablo o el siglo de Pablo.

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  • INTRODUCCIN GENERAL XIII

    b) San Agustn ante san Juan

    San Agustn se sinti tambin profundamente atrado por el evangelista san Juan. Siendo l hombre de una in-teligencia fuera de lo comn, encontraba en su evangelio el Logos, la Palabra que la activaba; estando en posesin de un corazn fcil de inflamar, el evangelio y sobre todo su primera carta, le orientaban sobre la naturaleza del amor que deba prender en l. En su condicin de telo-go, se rindi admirado ante la revelacin de la Palabra de Dios que abre el evangelio; en su condicin de pastor de una Iglesia dividida, descubri en el amor a los herma-nos, que tanto enfatiza dicha carta, el remedio contra el odio que alimentaba la divisin.

    San Agustn identifica a san Juan con el discpulo ama-do del cuarto evangelio. El hecho de que, a su modo de ver, el evangelista recurra a una tercera persona para designar-se, lo atribuye a que no quiere constituirse en propagandis-ta de s mismo, evitando as toda vana jactancia. Por otra parte, l se preocupa de sealar que la expresin discpulo amado no hay que entenderla en el sentido de que Jess solo amase a Juan, sino de que le amaba con preferencia a los dems. Siguiendo a otros padres de la Iglesia como Orgenes, san Ambrosio y san Jernimo, considera prueba de tal preferencia el haber sido el nico al que, en la lti-ma cena, permiti el Seor recostarse sobre su pecho. All bebi los ms altos misterios divinos, que luego eruct en sus escritos. Por no contar con apoyo bblico, rechaza la afirmacin de san Jernimo segn la cual la predileccin de Jess por Juan se deba a su condicin de clibe.

    Dentro de la simbologa zoomrfica, frecuente en la Iglesia antigua, san Agustn juzga que procede ver repre-sentado a san Juan en el guila, debido a que se propuso encarecer la divinidad de Cristo y a que, como un guila, vuela sobre las nubes de la debilidad humana de Cristo y contempla la luz de su verdad ms sublime, su ser la Pala-bra de Dios, junto a Dios.

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  • INTRODUCCIN GENERALXIV

    La predileccin particular de san Agustn por san Juan halla expresin sobre todo en el hecho de haber comen-tado, en homilas, tanto su evangelio Tratados sobre el evangelio de san Juan como la primera de la sus cartas Homilas sobre Carta de san Juan a los Partos, que repro-ducimos en el presente volumen. Respecto de la primera obra, es digno de nota que se trata del nico evangelio que el pastor de Hipona expuso en su totalidad, pues, aunque contamos con otras dos obras suyas que versan sobre los evangelios Cuestiones sobre los evangelios (de Mateo y Lu-cas) y Diecisiete cuestiones sobre el evangelio de Mateo, estas no constituyen un comentario ntegro, sino solo la expli-cacin de determinados pasajes sueltos. Es significativo asimismo que tardara no menos de catorce aos en llevar-la a trmino. Su determinacin de concluirla aun cuando circunstancias concretas le llevaron a interrumpirla cabe interpretarla como una prueba ms de su aprecio por el cuarto evangelista.

    Las Homilas sobre la carta tendrn su introduccin propia que preceder al texto de las mismas.

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