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EDITORIAL En un contexto de profundización de la recesión en Argenna, de suspensiones y despidos masivos en los lugares de trabajo, de inflación en connuo aumento que ataca los salarios y lleva a miles a la pobreza, crecen las luchas en los lugares de trabajo. El gobierno nacional ha respondido con una políca de represión cada vez más fuerte que en nada se parece a su retórica a favor de los derechos humanos y la inclusión social. En realidad, mientras se reprime a trabajadores que luchan, el gobierno y la oposición discuten la salida a la crisis de deuda y el pago a los bonistas especulavos. Mientras el pueblo sufre fuertes carencias en educación, salud, trabajo y vivienda, lo que se debate no es la pernencia misma del pago de la controverda deuda a capitales internacionales –a pesar de que Crisna había asegurado que no piensa “reper la historia de ser ‘generosa’ y pagar”–sino solamente cuándo y en qué forma hacerlo. Boletín de Agosto 2014 • Contra la avanzada de las patronales • La crisis de la “izquierda independiente” • Sigue la invasión de Israel sobre Gaza

Revire boletín del mes de agosto

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Publicación de la organización política Revire. Para más información: www.revireblog.blogspot.com.ar

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EDITORIALEn un contexto de profundización de la recesión en Argentina, de suspensiones y despidos masivos en los lugares de trabajo, de inflación en continuo aumento que ataca los salarios y lleva a miles a la pobreza, crecen las luchas en los lugares de trabajo. El gobierno nacional ha respondido con una política de represión cada vez más fuerte que en nada se parece a su retórica a favor de los derechos humanos y la inclusión social. En realidad, mientras se reprime a trabajadores que luchan, el gobierno y la oposición discuten la salida a la crisis de deuda y el pago a los bonistas especulativos. Mientras el pueblo sufre fuertes carencias en educación,

salud, trabajo y vivienda, lo que se debate no es la pertinencia misma del pago de la controvertida

deuda a capitales internacionales –a pesar de que Cristina había asegurado que

no piensa “repetir la historia de ser ‘generosa’ y pagar”–sino

solamente cuándo y en qué forma hacerlo.

Boletín de Agosto 2014

• Contra la avanzada de las patronales • La crisis de la “izquierda independiente”• Sigue la invasión de Israel sobre Gaza

Los bonistas y la deuda

A fines de 2012 la Corte Federal de Nueva York, con Griesa a la cabeza, dictaminó la obligación de Argentina de abonar los 1.330 millones de dólares a los fondos buitres por los bonos de deuda vencidos. Estos bonos son parte de la deuda que entró en default (incapacidad de pago) tras la última gran crisis del país en el 2001. El gobierno kirchnerista negoció en dos oportunidades con los tenedores de bonos para reprogramar los pagos e intereses de un 92% del monto de la deuda (los llamados “canjes de deuda”), pero un porcentaje menor de estos títulos quedaron en manos de los llamados fondos buitres (se les llama así porque se caracterizan por comprar deuda de empresas o países en estado crítico para luego reclamar elevados intereses, pero el gobierno insiste en llamar así sólo a los bonistas que no reestructuraron su deuda en la última negociación, considerando deudores legítimos a los fondos buitres que aceptaron negociar con el gobierno anteriormente).

A partir del intento de estos capitales especulativos de cobrar, el gobierno intentó apelar en distintas oportunidades la medida dictaminada por el juez Griesa, pero la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó las apelaciones. Luego, a partir de un efecto suspensivo al fallo de Griesa otorgado por la Cámara de Apelaciones de Nueva York, siguió pagando a aquellos que habían entrado en el canje, a los los bonistas “buenos”. Pero cuando en junio el gobierno depositó 832 millones de dólares para el pago de los vencimientos de la deuda reestructurada y volvió a pedir al juez una suspensión de la sentencia, el magistrado denegó el pedido y obstruyó el pago a los bonistas. Por lo tanto, asoma el riesgo que -tras la falta de acuerdo entre el Gobierno y los buitres -estos bonistas “buenos” que no cobraron “aceleren” sus pretensiones y pidan que se les pague ahora todo el dinero a ser abonado en los próximos veinte años. El gobierno pretende negar el aprieto en el que se encuentra el país, pero a la vez no duda en hacer pagar la deuda a los trabajadores a los que dice defender. Antes o después, hayan entrado o no al canje, la deuda se pagará mediante devaluación, inflación, tarifazos y otras formas de ajuste.

Buitres y más buitres

En este marco de apuro de la economía argentina, la burguesía local dividió relativamente sus opiniones con respecto a qué hacer. Para algunos sectores de la oposición los pagos a los buitres parecieran tener que hacerse incluso en vigencia de la cláusula RUFO (que habilita a reclamar un pago en las mismas condiciones de negociación con los buitres a los que ya habían entrado en el canje), dado que se manifiestan a favor de instancias de negociación urgentes, sin importar sus consecuencias. En nada cuestionan la especulación financiera -tanto que un economista del Pro se manifestó en contra de llamarlos buitres dado que son “tipos de buena voluntad que compraron títulos para ahorrar”-, y Macri rozó el colmo del entreguismo al proponer que: “ahora hay que ir, sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo”. Binner o Massa se separaron de esta postura y abogaron por una “negociación” aunque sin dejar de plantear los peligros del default, porque ello debilita las inversiones. Este pedido por una pronta negociación implica en este contexto abogar por una política de fuerte sumisión al capital internacional, en tanto significa someterse a las condiciones planteadas por este sector.

El kirchnerismo trató de pararse en una vereda contraria a sus adversarios políticos, pero no logró más que dejar en claro que hay acuerdo en lo fundamental: el pago. En palabras de D’Attellis: “el hecho de querer llevar al país a negociar antes del 31 de diciembre, sabiendo de la existencia de la cláusula RUFO, tiene una intencionalidad que es la de disparar juicios futuros multimillonarios por el país”. Para el economista kirchnerista “acá Argentina está cuidando el interés nacional, entendiendo que a pesar de no estar de acuerdo con el fallo, sabemos que el juicio se perdió y que se va a acatar, lo que se dice responsablemente. Esto se va a hacer cuando la cláusula ya no esté en vigencia”. La presentación del problema de la patria y el nacionalismo en términos de un pago después de diciembre o antes de esa fecha no representa más que una ridiculización del problema de la deuda, que a pesar de la retórica del desendeudamiento sigue su curso ascendente.

El kirchnerismo, lejos de cuidar el interés nacional, lleva a cabo una política que implica un grado tal de sumisión al capital internacional que el propio FMI se manifestó en contra del fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York (es decir, apoyando a la Argentina). Porque lo que está claro, a pesar de que cientos de militantes kirchneristas con remeras de “Patria o buitres” se vean decepcionados, es que también el kirchnerismo se puso la camiseta de los buitres en tanto ha expresado que quiere pagar y que va a hacerlo al 100% de los bonistas. Por eso se repite tercamente que el país no estaría en default, dado que se ha pagado aunque el juez haya impedido el cobro. La oposición, en cambio, alarma sobre las consecuencias en la economía del default técnico, parcial, etc., pero pasa por alto las implicaciones de lo que pretenden hacer.

¡No al pago de la deuda!

Lo que nadie dice es el peligro que el mismo pago de la deuda representa para el pueblo trabajador, que es quien finalmente la paga. Además, no hay “normalización con los mercados” que ponga un freno a la recesión. El endeudamiento se realiza en nombre de la inversión y el ingreso de capitales, pero ello no ha de ocurrir al menos que se termine de llevar a fondo el camino que el gobierno ya viene siguiendo: devaluación, tarifazos, despidos y demás mecanismos que transfieren

el peso de la crisis a los trabajadores.

Así, la retórica kirchnerista se cae a pedazos: se celebra la soberanía pagando a especuladores financieros principalmente yanquis (los militantes K incluso organizaron una marcha reivindicando el pago al Club de París y el acuerdo con Chevron) y a pesar del modelo “de la industrialización” el agro sigue siendo la principal fuente de divisas. Es más, aunque haya subido el precio de la soja el campo ya no llega a cubrir el déficit energético. Por otra parte, “la política de derechos humanos” cede su lugar a Berni y Granados y lejos de un presunto “desendeudamiento” el país va camino a endeudarse más y más. De hecho, la historia muestra que el desendeudamiento no es posible y que la deuda externa es siempre ascendente, de modo que cualquier tipo de desendeudamiento llevado a cabo por la burguesía no tiene en la mira más que un nuevo proceso de reendeudamiento. Siendo siempre los trabajadores quienes pagamos los costos, mientras los empresarios industriales y agrarios se embolsan millones despidiendo y reduciendo salarios.

Por eso, no podemos elegir entre las alternativas propuestas por el gobierno y la oposición patronal. Debemos dar la lucha en las calles y los lugares de trabajo en contra de los despidos, las suspensiones, los tarifazos, los salarios a la baja y en contra de la política de criminalización de la protesta social y la represión. La campaña no sólo debe ser mediática o parlamentaria, como algunas organizaciones de izquierda prefieren, evitando convocar a acciones concretas para proponer una consulta popular que puede que termine avalando el pago. Tenemos que intentar verdaderamente torcer el brazo al gobierno, movilizando, saliendo a las calles a luchar.

¡No al pago de la deuda!¡Basta de despidos y suspensiones!

¡Abajo los tarifazos!

CONTRA LA AVANZADA DE LAS PATRONALES

Con o sin default económico, la economía Argentina sigue cayendo. La devaluación esperada para los próximos 12 meses ahora supera el 40% anual, lo cual implica un aumento importante, ya que el Banco Central todo estos años estuvo manteniendo un 30%. Por otro lado, la cantidad de despidos y suspensiones tampoco mejora. Si a esto sumamos otros datos como la inflación, la baja de las ventanas –de un 9,6% en unidades según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa-, o la caída de determinadas ramas de la industria, podemos ver el drástico descenso de la calidad de vida de los trabajadores, los jubilados y los desocupados.

Frente a estas medidas políticas y económicas hubo y hay respuestas. Un paro activo general, movilizaciones, tomas y acampes de los sectores más afectados del movimiento obrero. Sin embargo, los empresarios tienen todavía muy tirantes los hilos con los que manejan las fábricas. Los sindicatos, el estado y el gobierno, que dicen ser neutrales (cuando no proclaman algunos estar sólo del lado de los trabajadores), siguen mostrando que en realidad están del lado de los empresarios.

La política de las patronales, el sindicato y el oficialismo

En la lucha de Gestamp se vio claramente el lugar que jugaron sindicatos y gobierno. Luego de ignorar y llamar despectivamente a los despedidos de agitadores políticos, la burocracia sindical dijo reconocer y defender el paro. Esto ocurrió el mismo día que, luego de una intervención de Cristina Kirchner y de la presión ejercida por la Ford que estaba quedando desabastecida, Scioli instó al ministerio de trabajo llamara a firmar un acuerdo para normalizar las actividades devolviendo su puesto de trabajo a los huelguistas. Todo parecía una victoria. Sin embargo, era una trampa de la burocracia, la empresa y el gobierno. No respetando el acuerdo firmado, la empresa no abrió sus puertas el día previsto. Tiempo después lo hizo, pero con una patota y con policías que impidieron la entrada de los huelguistas. Es decir, engañando a los trabajadores con el cuento de “respetar la ley”, cortaron la lucha y por la fuerza obligaron la reapertura de la fábrica.

Estas maniobras no son nada nuevas. Y se aplicaron hace años y se siguen aplicando contra las actuales luchas obreras. Tal es el caso, por ejemplo, de la fábrica Donnelley, que hace unos días frente a la lucha de sus obreros cerró declarándose en quiebra de repente, sin verdaderas explicaciones, sabiendo que al ministerio de trabajo está de su lado. Los trabajadores debemos estar muy alerta.

La represión y la persecución también son pan de cada día para los empresarios y sus amigos. Los operativos de “seguridad” son más brutales. Cada vez hay más heridos y detenidos en las manifestaciones. A su vez, la persecución y las calumnias que reciben los manifestantes no cesan. El ministro de seguridad, Berni, por ejemplo, repite sin cesar que todo corte de calle es un “delito federal”, llegando a afirmar que “el que corta la General Paz tiene que ir preso”. ¿Dónde queda el derecho a la huelga y la capacidad de responder ante los ataques de la patronal? Según el ministro, en ninguna parte.

Cada día parece más difícil defender el supuesto progresismo del gobierno. Sin embargo, algunos espacios oficialistas denominados de izquierda lo hacen abiertamente. Tal es el caso de los periodistas de la Agencia Paco Urondo, que hace poco publicaron un artículo defendiendo el accionar de la burocracia sindical en la fábrica Lear con un artículo titulado “Secuestros” y “patotas” en el discurso petardista de la izquierda.

Ahora bien, es tanta y tan obvia la política contra los trabajadores, que algunos sectores del propio kirchnerismo han salido a criticar sus caras más visibles. Tal es el caso, por ejemplo, del legislador del Frente para la Victoria, Leonardo Grosso, quien dijo que la política represiva de Berni contra los huelguistas de Lear en la Panamericana "es funcional a la oposición”. También, a propósito de ese episodio,

hubo fuertes críticas a Berni por parte del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), dirigido por Horacio Verbitsky. El Movimiento Evita, a su vez, salió a decir que defendía la lucha de Lear. Sin embargo, todos estos comentarios, si bien pueden parecer progresivos, son sólo un gesto. Pues hasta Moyano (que haría todo

por solucionar un conflicto menos luchar contra la patronal) dijo defender a los t r a b a j a d o r e s .

Al hacer estas críticas, todos ellos sólo se lavan las manos, pues un comunicado o una declaración sirven de poco y nada para una lucha. Los obreros de Lear necesitan apoyo en los cortes de ruta, no sólo que se critique a Berni. Él bien ya demostró que no le importan las críticas. Lo mismo Cristina. Pues ella lo eligió para eso, al igual que en su momento fue seleccionado Moreno. Así, el oficialismo, demonizando a un ministro, para limpiar su nombre sólo tiene que cambiarlo de puesto, enviarlo lejos. ¡Y listo! Después fingir que no sucedió nada. En cambio, el obrero que perdió su puesto de trabajo, el trabajador preso por luchar, sabe que si pasó algo, sabe que su desgracia es culpa del gobierno, la patronal y la burocracia sindical.

La resistencia obrera

Los obreros, por su parte, con ya nada que perder, prosiguen sus luchas. Los docentes volvieron a la huelga para combatir los miserables salarios que pactan el gobierno con la burocracia, los obreros de FATE tomaron hace una semana la planta por un accidente de trabajo fruto de la negligencia patronal. Ahora bien, es el trabajo de los obreros más combativos no dejarnos derrotar. Debemos saber elegir una táctica adecuada en cada momento de nuestros conflictos y una estrategia en general para con el movimiento obrero.

Son notorias las falencias de las organizaciones de izquierda en este aspecto. El PO, por ejemplo, en lugar de movilizar a la Coordinadora Sindical Combativa, pretende desenmascarar en el parlamento a la ley burguesa y a sus defensores. Intento que llega notoriamente tarde, pues la misma burguesía en conflictos como el de Gestamp ha demostrado a quién pertenece la ley y el estado. Más útil sería que se trate de desenmascarar al gobierno y a las patronales también en las calles y las fábricas.

El Encuentro Sindical Combativo de Atlanta, por su parte, parece sólo aportar su bandera y alguna declaración a las movilizaciones. Sus decisiones no interpelan directamente a las organizaciones y a los independientes que participan de él. Y sin ningún tipo de organicidad, poco aportan a la lucha obrera. Por otro lado, las organizaciones que participan de él, sólo acuden a los conflictos que pueden beneficiarlos inmediatamente, solidarizándose de manera escasa con el resto de las luchas. E inflando desmedidamente sus conflictos, generando burbujas que muchas veces se explotan en las manos.

En efecto, la situación es favorable al conflicto, pero también a la derrota, pues bien ha demostrado unidad y fuerza la ofensiva patronal. ¿Esto es desmoralizante? Más lo es la mentira. Pues así, en luchas sobre-dimensionadas, que hasta la oposición difunde para hacer quedar mal al gobierno, las derrotas funden militantes y nada enseñan ni suman a la experiencia. Así, por ejemplo, un ex-delegado de Gestamp del MAS ha pasado de ser héroe a villano. Pareciendo él responsable de la prometida victoria, primero, y luego de la virulenta derrota. Así, los balances de las luchas (que competen a toda la izquierda y no sólo a un partido que participó en el conflicto), mal encarados desde el inicio y nunca rectificados, de nada sirven. Los errores sólo enseñan algo cuando son asumidos.

Luchemos contra el ajuste

Es vital entonces hacer un cambio en la orientación política de los trabajadores de izquierda. Debemos utilizar todas nuestras herramientas para dar la lucha desde el movimiento obrero. Ni sólo un delegado ni solamente un diputado gana los conflictos. A las patronales las derrotan unidos los trabajadores. Sólo así se puede echar a la burocracia del sindicato, sólo así vamos a lograr recuperar y a hacer nuestros los lugares de trabajo.

Para las elecciones del SMATA que se acercan debemos poder lograr armar una lista de izquierda. No debe ocurrir como en las últimas elecciones de la CTA opositora, donde algunas agrupaciones presentaron listas conjuntas con la burocracia michelista y otras directamente llamaron a la abstención alegando fraude (como si alguna elección burguesa no fuera fraudulenta).

Por otra parte, los encuentros y coordinadoras sindicales deben formar un solo agrupamiento de trabajadores de izquierda y votar un plan de lucha para conseguir el paro. Sacarse fotos con Moyano sin delimitarse de él o declarar que se está suicidando políticamente no ha dado por ningún fruto. Sólo un espacio donde discutan, decidan y ejecuten en su conjunto los trabajadores va llevar a la victoria a las luchas. Mientras tanto, las conquistas van a ser escasas, dejando sola a su suerte cada lucha.

LA CRISIS DE LA “IZQUIERDA INDEPENDIENTE”

En los últimos meses hemos visto un recrudecimiento de la crisis y un aumento de la conflictividad social, con los trabajadores resistiendo al ajuste que quiere imponer la burguesía. Una nueva crisis contundente se hace sentir en los bolsillos, en la aulas, en los hospitales y en las calles. El ajuste y la represión son las ofertas de un Estado en bancarrota y decadencia. El fin de ciclo del Kirchnerismo se ve marcado por una fuerte derechización de su política social, económica y discursiva. A medida que comienzan a caerse fuertemente las caretas, las opciones se radicalizan para los trabajadores.

En este contexto, vemos que la izquierda -y principalmente la de corte clasista- suma protagonismo en el curso de las distintas luchas que se abrieron en el último período. Mientras tanto, la izquierda “independiente” se presenta como supuesta alternativa o punto medio entre la “izquierda tradicional” y el Kirchnerismo. Cuando la burguesía se agrupa para aplicar el ajuste sobre los trabajadores, mientras que el gobierno adopta cada vez más el programa de la derecha y se vuelve menos reticente con la oposición, no podemos mostrar medias tintas ni darle concesiones al “progresismo” oficial.

Actualmente vemos una reorganización al interior de la llamada “Izquierda Independiente": primero la Mella consolidando Marea Popular se presentó el año pasado por primera vez a elecciones junto con Lozano armando “Camino Popular”, ahora nuevamente cambiando de nombre, Marea Popular junto con un sector del Frente Popular Darío Santillán (Corriente Nacional) conformaron Patria Grande. Por su parte, otro sector del FPDS actualmente se encuentra construyendo Pueblo en Marcha que también cuenta con el apoyo de Democracia Socialista (corriente que suscribe al Secretariado Unificado de la IV Internacional, reivindicando al mandelismo) parte de COB la brecha. El Gleyzer, por su lado, conformó Seamos Libres que ha sido abiertamente colectora del Kirchnerismo con Pablo Ferreyra a la cabeza, habrá que ver en qué armado se mete de cara al 2015. Este reconfiguración no es nada casual, la crisis golpea cada vez con más fuerza el territorio nacional, dividiendo la escena política.

Frente a esto, ¿Para qué lado apunta el nuevo reordenamiento de este sector?

En primer lugar, la perspectiva de clase es abandonada por completo por parte de la izquierda independiente que apunta a los llamados “sectores populares”, negando la centralidad de la clase obrera y pretendiendo taparla con críticas a la “izquierda tradicional” por sectaria y marginal. Para ellos no ser ni sectario ni marginal, es ni más ni menos que ser “nacional y popular”. Todos los caminos

conducen a Roma, los armados políticos mencionados que apuntan lentamente a la próximas elecciones, lejos están de delimitarse del gobierno. Por el contrario su línea política, con matices, en general es poco confrontativa: cada vez más se observa por parte de estos armados un claro “coqueteo” con agrupaciones abiertamente K como Movimiento Evita, como es el caso de Patria Grande. Este nuevo armado de Marea Popular y el FPDS-CN parece estar más interesado en nuclear a sectores disconformes del kirchnerismo que en darle una salida política a la crisis actual.

En cuanto a las posturas comunes más marcadas de estos sectores se evidencia un apoyo incondicional al chavismo. Así también a los gobiernos de Evo Morales, Correa y del PT de Brasil (antes Lula, ahora Dilma). Lejos están de marcar el agotamiento de estas experiencias nacionalistas en América Latina. Suelen hablar del autodenominado “socialismo del siglo XXI”, pero ocultan las realidades sociales que atraviesan estos países, donde la explotación capitalista, la represión y la desigualdad social persisten. Pues muy lejos están de la abolición de la propiedad privada y la nacionalización de los medios de producción

Tras el chavismo de la izquierda independiente, lo que hay pues es un liso y llano reformismo. Esto se evidencia en su concepción del Estado como una “arena de disputa” donde se puede avanzar y retroceder en concesiones a los “sectores populares”. Lejos se está de dar cuenta del carácter de clase del Estado, y por ende, tras esta concepción es que se habilita el apoyo al chavismo así como también el discurso de “apoyar lo bueno, criticar lo malo” para con el kirchnerismo.

Es por todo esto que entendemos que tras la llamada “izquierda independiente” lejos se está de luchar por la revolución socialista y por ponerle fin a la crisis actual, sino por el contrario la salida que plantean radica en un reformismo, en conquistar puestos de poder dentro el Estado burgués y para ello, en negociar y construir alianzas con sectores abiertamente kirchneristas. Evidentemente de “independiente” tiene poco esta izquierda. Por eso desde Revire apostamos a construir desde el campo de la izquierda revolucionaria, entendiendo que todos los compañeros que actualmente militan en la llamada izquierda independiente deben romper con esta perspectiva que a lo único que lleva es a integrarse en el Estado y a perder de vista el horizonte revolucionario.

/AgrupacionRevirerevireblog.blogspot.com

SIGUE LA INVASIÓN DE ISRAEL SOBRE GAZA

A mediados del mes de julio, el Ejército Israelí dio inicio a una nueva ofensiva sobre la Franja de Gaza. Uno de los ejércitos más poderosos del mundo, armado por los Estados Unidos y amparado ideológicamente por un poderoso aparato de propaganda del nacionalismo sionista, comenzó un nuevo avance. El cual tiene como objeto la población civil de Gaza, que se encuentra encerrada en su territorio, bloqueada de toda comunicación y toda ayuda exterior por parte del Estado de Israel.

Esta decisión se produjo después de diez días de bombardeos por parte de Israel sobre la población palestina, continuados por esta nueva ofensiva con el ridículo argumento de realizar “operaciones precisas” para destruir “los túneles de Hamas”. A continuación fuimos testigos de una verdadera masacre de la población civil, acompañada de una gigantesca destrucción de infraestructuras como hospitales, escuelas, rutas y hasta barrios enteros.

Esta es sólo la cara más violenta de la política llevada adelante por parte

del Estado de Israel hace décadas; desplazamientos y exterminios de poblaciones palestinas, empobrecimientos y aislamiento de dichas poblaciones, creación

de asentamientos sobre tierras palestinas. Es decir, un avance territorial

y una limpieza étnica para garantizar un estado confesional y adicto a los Estados Unidos.

El Gobierno Nacional esquiva una denuncia frontal a la masacre del pueblo palestino. A través de discursos oficiales y comunicados de cancillería, califica esta política criminal de “guerra” y abona una especie de “teoría de los dos demonios” en que iguala a Hamás y al Ejército Israelí, y atribuye al pueblo palestino una responsabilidad en el ataque del que es víctima.

Debemos exigir al Gobierno que rompa vínculos con el Estado de Israel y denuncie abiertamente los crímenes que está cometiendo. A la vez debemos rodear de solidaridad al pueblo palestino de la manera más amplia frente a este

ataque de las potencias imperialistas y el nacionalismo sionista.