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ISSN 1012-9790 Enero – Diciembre Nos. 53-54 / 2006 En catálogo Latindex Escuela de Historia Universidad Nacional Centro de Investigaciones Históricas de América Central Universidad de Costa Rica

Revista de Historia

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Costa Rica

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  • ISSN 1012-9790

    Revis

    ta de

    Hist

    oria

    Enero DiciembreNos. 53-54 / 2006

    En catlogo Latindex

    Escuela de HistoriaUniversidad Nacional

    Centro deInvestigaciones Histricasde Amrica CentralUniversidad de Costa Rica

    Nos

    . 53-

    54 /

    2006

    Presentacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Ronny Viales Hurtado

    Seccin Amrica Latina

    Elizet Payne Iglesias Territorio y dignidad: el estado de Honduras ante la posesin de la Mosquitia e islas de la Baha, 1824-1890 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mara Esther Montanaro MenaLos indgenas durante el porfiriato: Enrique C . Creel y la Ley de 1906 para elmejoramiento y cultura de la raza Tarahumara en el Estado de Chihuahua . . .

    Seccin Costa Rica

    Norman Dimas Durn Barrantes Evolucin de la produccin azucarera en el distrito de El General, Prez Zeledn, entre la segunda mitad del siglo XIX y la dcada de 1970 . . . . . . . . .Mario Samper Kutschbach y Carlos Naranjo Gutirrez La innovacin tecnolgica de la agricultura costarricense, 1880-1920 . . . . . . .Manuel Antonio Sols Avendao La elite caritativa y la institucin psiquitrica: una lectura desde los aos cuarenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Soili Buska Guanacaste: el surgimiento de un discurso regionalista, 1900-1926 . . . . . . . . .Frank NottenLa transicin energtica en Costa Rica y sus consecuencias, 1911-1929 . . . . .Dennis Arias MoraLa presencia alemana en Costa Rica durante la era del nacionalsocialismo (1933-1941) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Seccin Balances y Perspectivas

    Jos Daniel Gil ZigaImgenes dela nada . Entre la duda y la ignorancia . Los primeros pasos en la construccin del pas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Seccin Documental

    Gertrud Peters SolrzanoInventario de La Botica Alemana . San Jos de Costa Rica . Agosto de 1898 . .

    Seccin Crtica Bibliogrfica

    Vctor Hugo Acua OrtegaMara Lourdes Corts . La pantalla rota . Cien aos de cine en Centroamrica, Mxico: Santillana Ediciones Generales (Taurus Historia), 2005, 614 p . (Premio Nacional Aquileo Echeverra, en la rama de ensayo, Costa Rica, 2005) . .

    David Daz AriasHacia una Historia Social de la Produccin Artstica: Las Exposiciones de Artes Plsticas en Costa Rica (1928-1937) de Eugenia Zavaleta Ochoa . . . . . .

    Gertrud Peters SolrzanoVega Jimnez, Patricia . Con sabor a tertulia: historia del consumo del caf en Costa Rica (1840-1940) . San Jos, Editorial Universidad de Costa Rica e Instituto del Caf de Costa Rica, 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Jos Manuel Cerdas AlbertazziAlvarenga Venutolo, Patricia . De vecinos a ciudadanos . Movimientos comunales y luchas cvicas en la historia contempornea de Costa Rica . San Jos-Heredia, Editorial Universidad de Costa Rica - Editorial de la Universidad Nacional, 2005 . XXII, 319 p . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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    La presencia aLemana en costa rica duranteLa era deL nacionaLsociaLismo (1933-1941)1

    Dennis F. Arias Mora*

    resumen: El artculo aborda el estudio de la presencia alemana en Costa Rica durante la era nacionalsocialista, y su funcin en la difusin y buena acogida que tuvo tal fenmeno en la sociedad costarricense. Para ello, se analiza la trayectoria y el prestigio social previo con el que ya contaba la comunidad germana, y su compleja relacin con el movimiento nacionalsocialista y el rumbo seguido por el Tercer Reich. Tales cuestiones con-llevan a problematizar el repetido mito de la quinta columna tal como se ha entendido en la historiografa nacional la relacin entre inmigrantes alemanes y el nacionalsocialismo, y a desentraar los variados conflictos y diferencias al interior de esa comunidad. Esto se realiza poniendo nfasis en las condiciones polticas y cultu-rales del pas, en el marco de la coyuntura externa de consolidacin del Tercer Reich y del inicio de la Segunda Guerra Mundial.

    palabras clave: Costa Rica alemanes nazismo - mito - quinta columna

    abstract: The article studies the presence of Germans during the nazism age, and its role in the acceptance and diffusion of this phenomenon in Costa Ricas society. For this, the article analyzes the trajectory and social prestige of this community before the nazi era, and its relationship with the nazi movement during the Third Reich. Such issues are relate with the well known fifth column myth that prevails in the national historical research around the German immigrants, in order to reveal the conflicts inside this community. This approach emphasizes the political and cultural context of Costa Rica, during the consolidation of the Third Reich and the beginning of the Second World War.

    Keywords: Costa Rica Germans nazism - fifth columnist- myth

    Uno de los aspectos centrales para la comprensin del impacto del nacionalsocialismo en Costa Rica, y sin el cual difcilmente podra entenderse su alcance, es el de la presencia germana en Costa Rica.2 Presencia delimitada aqu, primero, a la poblacin de inmigrantes y descendientes, y al prestigio social con el que contaban en el pas y, segundo, a su evolucin durante los aos del Tercer Reich y su relacin con el nacionalsocialismo. La prestigiosa trayectoria de la comunidad alemana en el pas, y su relacin con la cuestin nazi resultan fundamentales para comprender las dimensiones de esta en la sociedad costarricense, y de

    * M.Sc. en Historia por la Universidad de Costa Rica. Investigador del Centro de Investigaciones Histricas de Amrica Central (CIHAC), y docente de la Escuela de Historia, ambos de la Universidad de Costa Rica. Correo electrnico: [email protected]

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    ello da fe el que fueran aspectos ampliamente debatidos por los crticos del nazismo en el pas durante los aos treinta e inicios de los cuarenta. Muy posiblemente fuera el prestigio de esa comunidad alemana lo que permitiera la buena recepcin y difusin que tuvo el nacional-socialismo entre algunos grupos polticos y sociales en el pas, durante la dcada de 1930, y para averiguar esto se hace necesario indagar tanto los elementos de que se compona aquel prestigio, as como la relacin existente entre esa comunidad y el nazismo.

    Por lo general, algunos de los debates internacionales respecto a la presencia alemana y la extensin del nacionalsocialismo en Amrica Latina se clasifican en dos vas segn se mire la poltica exterior del Tercer Reich: en trminos minimalistas, cuando se define una poltica laxa e inarticulada, de pequeas conquistas de parcelas de influencia en medio de un desinters estratgico por Amrica Latina; y en trminos maximalistas, cuando se da a entender la existencia de una poltica expansionista sistemtica y constante que echa-ba mano de una quinta columna conspirativa. Para evitar esa dicotoma, algunos investi-gadores toman el camino de desentraar los tejidos de una red de relaciones econmicas, poltico-ideolgicas y culturales que se sumaban a la presencia nazi y su difusin local.3 Aqu se toma distancia del binomio minimalista-maximalista por una obviedad heurstica: la falta de acceso a los archivos alemanes. Por otro lado, adems de estudiarse las relacio-nes entre la comunidad alemana y el nacionalsocialismo en el pas, se analiza la presencia germana desde el imaginario emitido por su propia mirada y la mirada costarricense, tema que quizs agregue un factor an no contemplado en este tipo de estudios: el peso del prestigio social, la imagen que rodeaba lo alemn, y como esto serva de nutriente para hacer la buena digestin sociocultural de la cuestin nazi.

    Esta problemtica ser desarrollada entre los aos 1933-1941 pues fueron durante los cuales el nacionalsocialismo pudo circular y difundirse con mayor libertad en el pas, principalmente entre (y desde) los inmigrantes germanos; al inicio de los aos cuarenta la declaracin de guerra a las potencias del eje, y la poltica oficial persecutoria contra los ciudadanos de esas naciones, en su mayora alemanes, limitaron no solo las manifestacio-nes de la militancia y propaganda nazis, sino que afectaron una presencia alemana cuya trayectoria en el pas hunda sus races en las primeras dcadas del siglo XIX. La biblio-grafa para estos asuntos no es mucha, y las fuentes de las que se dispone son la prensa costarricense, principalmente La Tribuna, as como una variada documentacin relacio-nada con la comunidad alemana y el movimiento nacionalsocialista en el pas, localizada tanto en el Archivo Nacional de Costa Rica como extrada de archivos particulares. De este conjunto documental se ha realizado un anlisis de contenido elemental a partir del cual ofrecer elementos de respuesta a problemas an no estudiados por la historiografa costarricense, a saber, los componentes discursivos del prestigio social de la comunidad alemana, su funcin en la difusin y recepcin del nacionalsocialismo, y la relacin de aquella comunidad con este fenmeno.

    La comunidad alemana en costa rica: un prestigio social previo al tercer reich

    La presencia alemana en Costa Rica no ha sido materia muy estudiada por la historio-grafa costarricense; fue tema en los aos ochenta, cuando se analizaba a aquella comuni-dad, de fuertes intereses econmicos y polticos en el pas, como inserta en el mundo de

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    las elites costarricenses bajo los mismos mecanismos que aparentemente estas empleaban para acceder, reproducir y legar el poder: los lazos matrimoniales.4 En ese sentido, el enfoque genealgico empleado para seguirle la pista a estos inmigrantes tena el fin de validar la tesis de lo que entonces se conoca como la dinasta de los conquistadores, la cual sostena que eran descendientes directos de los conquistadores espaoles quienes formaban parte de la elite costarricense.5

    El tema no tuvo seguimiento por mucho tiempo, y solo a finales de los noventa, en otro mbito temtico, se realiz una investigacin sobre las relaciones diplomticas y consulares entre Costa Rica y Alemania desde su inicio en el siglo XIX hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial;6 antes de esto, acaso los textos de Samuel Stone, Jacobo Schifter y Rudy Guerrero, reproducan la no bien probada tesis de que inmigrantes alemanes haban servido como quinta columna para llevar adelante la expansin del hitlerismo;7 pero en s de la comunidad alemana segua sabindose poco.8

    No es sino hasta en das recientes que se ha abordado nuevamente el tema de la migracin alemana, y la aproximacin sistemtica lograda desde la historia oral por parte de Christiane Berth, investigadora del Instituto de Historia Contempornea de Hamburgo (Forschungsstelle fr Zeitgeschichte in Hamburg, FZH), ha permitido, entre otras muchas cosas, establecer y dar mayor contenido a una periodizacin de tal inmigracin, algo hasta el momento no muy bien precisado en el saber historiogrfico costarricense.9

    A partir de esa periodizacin, pueden distinguirse tres etapas, a saber 1) 1825-1871, de proyectos de colonizacin, y de venida de comerciantes, artesanos, viajeros y acadmicos; 2) 1871-1918, de un fuerte impulso del comercio exterior por la expansin del Imperio Alemn, de llegada de ingenieros, tcnicos, profesores, comerciantes, agricultores y sacerdotes, de establecimiento de redes econmicas, sociales y familiares, y de creacin de instituciones educativas y culturales muy importantes como el Club Alemn (1910) y la Escuela Alemana (1912), perodo culminado con el fin de la Primera Guerra Mundial; 3) 1918-1945 aproximadamente, migracin promovida por la crisis alemana de primera posguerra, con emigrantes que cargaban los conflictos sociopolticos de la Repblica de Weimar, generalmente ex-militares, nacionalistas exacerbados y personas que sufran la crisis econmica del perodo, generacin que entr en conflicto con la anterior que idea-lizaba los aos del Imperio, pero ambas sufriendo el desenlace persecutorio que supuso el captulo de la segunda conflagracin y la declaracin de guerra de Costa Rica (junto con los dems pases latinoamericanos) a los pases del eje.10

    Para la comprensin de la evolucin de la comunidad alemana en Costa Rica durante la dcada de 1930, es la ltima fase que interesa no tanto porque se quiera aqu cuantificar ni describir el proceso de ingreso de esta poblacin al pas, sino porque sern los debates y las frustraciones del perodo entreguerras los que, como se ver, incidieron ms en las opiniones polticas y las adhesiones ideolgicas de sus integrantes.

    No obstante, nada de lo ocurrido para estos aos en la relacin nacionalsocialismo-inmigrantes sera comprensible de no conocerse la imagen creada en torno a esta inmi-gracin ciertamente reconocida como exitosa e influyente. De hecho, el lugar destacado que esta comunidad ocupara en la sociedad costarricense sera un fenmeno propiamente centroamericano,11 anunciado a partir de los proyectos de colonizacin hacia mitad del siglo XIX, pero consolidado sobre todo a fines de esa centuria, cuando se conjugaron las

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    reformas liberales y los intentos por fortalecer el ingreso al mercado mundial a travs de la economa cafetalera, con las posibilidades de los alemanes de emprender empresas agrco-las y comerciales, con acceso a tierras y en ocasiones a mano de obra, y con importantes contactos con casas comerciales y financieras, y con puertos alemanes,12 en tiempos en que el Imperio Alemn buscaba afianzar lazos comerciales en Latinoamrica apoyndose en los contingentes migratorios ya establecidos.13

    Esta presencia alemana nunca fue sobresaliente en trminos cuantitativos,14 mas en trminos cualitativos su influencia en sectores como el de la economa cafetalera sera central; en Costa Rica, al oriente del Valle Central controlaron ms de un tercio del rea productiva, y en otras reas hasta un 60%; entre 1908 y 1923, estaban a cargo de aproximadamente un 19% y un 16% de las exportaciones de caf del pas,15 y algunas de sus familias, como el caso de la Rohrmoser que haba llegado a mediados del siglo XIX al pas, compraron incluso hasta catorce fincas entre 1892-1935, generalmente ubicadas al oeste de la capital, que sumaban para 1938, 875 manzanas, de las cuales 626 tenan caf.16

    Ciertamente, tales tendencias respecto a la fuerte presencia alemana en la eco-noma cafetalera se podan apreciar en el resto de Centroamrica, sobre todo en Nicaragua y en Guatemala.17 Adems, de ningn modo tal inf luencia se limitaba al sector cafetalero del istmo; destacaban en otros campos tambin, como el de la ganadera, la artesana, la industria, las finanzas, el comercio, las inversiones en infraestructura pblica, entre otras.18 Asimismo, resaltaba su aporte al campo cultu-ral por medio de asociaciones, clubes y centros educativos, as como a travs de la docencia.19 En materia poltica, se sabe que en algunos casos, como el costarricense, se mezclaron con familias de las elites gobernantes y ocuparon puestos pblicos,20 mientras que en otros (Guatemala) se concret su participacin en la importante presencia de cnsules y vicecnsules,21 o en la incursin en la poltica local y la administracin pblica (Honduras).22

    Con este panorama regional posiblemente sea comprensible la admiracin con que se apreciaba y defina, y el prestigio atribuido, a la comunidad alemana en pases como Costa Rica. Las razones histricas para comprender tal imaginario, como se ha visto en las anteriores referencias bibliogrficas, y como puede verse en el siguiente cuadro,23 se ubicaban en el siglo XIX. Generalmente se destacaba el aporte en campos como el cientfico, el cultural, el educativo y el religioso, con la presencia (permanente o pasa-jera) de importantes personajes como mdicos, exploradores, profesores y cientficos. Tambin se refera con frecuencia al papel jugado por esa comunidad en la llamada campaa nacional de 1856-1857, as como al papel histrico cumplido por la cultura alemana en el mundo. Las referencias a la presencia alemana en Costa Rica siempre estaban cargadas de adjetivaciones contenidas de adulacin y admiracin; algunas de las palabras claves que se localizan en los artculos de prensa, particularmente en La Tribuna, a lo largo de los aos 1933-1940, tienen que ver con la honorabilidad, la sabidura, el prestigio, el progreso, la distincin, la estima, la cultura y la capacidad de asimilacin, entre otras.

    Es singular el hecho de que esta imagen tenida alrededor de la comunidad alemana se mantuviera a lo largo de los aos treinta, y que el factor nacionalsocialista solamente

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    Contina...

    CUADRO 1ARTCULOS CON OPINIONES SOBRE LA COMUNIDAD ALEMANA

    EN COSTA RICA, EN LA TRIBUNA (1933-1940)

    Fecha Pg. ContenidoPalabras clave en rela-cin con los alemanes

    (categorizacin)

    31.1.1933 3 Lorenzo Vives resea la exposicin pictrica del Club Alemn, y alaba la cultura alemana como un pueblo admirable que ha des-empeado un importante papel en la historia del mundo.

    -admirable-papel histrico (mundo)

    5.2.1933 1, 8 Ricardo Jimnez, entrevistado luego de un incidente en que ape-drearon la casa del cnsul general de Alemania en Costa Rica, Gerardo Steinvorth, critica el hecho y hace alusin a las aprecia-bilsimas personas que componen la colonia alemana; nombra sabios alemanes, destaca su papel en las jornadas del 56 y del 57 libradas por la libertad nacional. Termina diciendo que en todas las ocasiones es irreprochable su proceder.

    -apreciable-sabidura-papel histrico (Costa Rica)

    31.10.1934 6 Cine Variedades exhibe pelcula en honor a Colonia Alemana. -honorabilidad31.8.1935 3 El Club Alemn organiza una feria y una noche alemana para

    recaudar fondos con los cuales pagar las mejoras hechas al Club ubicado en Guadalupe. Tambin habr una fiesta para nios. La Tribuna dice que la actividad ser un xito debido al espritu de la colonia alemana para esa clase de festividades, y saluda a la distinguida colonia alemana.

    -distincin-espritu

    3.4.1938 7 Tras una breve estada del sabio doctor Hoffman, la facultad de Medicina le ofreci un banquete en el Club Unin. Se trata de una personalidad que tantos triunfos ha conquistado en el ramo de las investigaciones cientficas.

    -sabidura-conquista-ciencia

    29.1.1939 6 Colonia Alemana hizo agasajo para los nios del Hospicio de Hurfanos en el Club Alemn. Los nios recibieron obsequios de la estimable colonia alemana. Aparece una foto de Guillermo Peters en la actividad, a la cual asisti el Secretario de Fomento, Ing. Ricardo Pacheco Lara.

    -estima

    2.2.1939 6 Se resea la actividad que Guillermo Peters hace a los nios hur-fanos. Don Guillermo Peters es un buen amigo de los huerfani-tos y siempre les demuestra su cario con una merecida [ilegible] en la que hace derroche de toda su bondad (...) Los esperaba el seor Peters y otros miembros estimables de la Colonia Alemana dispuestos a cooperar con l en tan grande y buena obra [entre ellas las seoras Federspiel y Steinvorth]. La actividad se rea-lizaba en aos anteriores en la finca La Caja, en La Uruca, perteneciente al seor Peters; en los ltimos tres aos se realizaba en el Club Alemn.

    -bondad-estima

    Contina...

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    24.9.1939 15 En el contexto del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Rafael Obregn Lora escribe un artculo para que la situacin interna-cional no conduzca al ataque en Costa Rica contra una colonia de inmigrantes prestigiosa como la alemana: La colonia alemana residente en Costa Rica es acreedora a nuestro aprecio y conside-racin. No slo porque las reglas de la cortesa as nos lo exigen, sino porque ella ha mostrado siempre una conducta honorable y ha sido en forma visible elemento de progreso y prestigio para nuestro pas. Luego de esto, el historiador Obregn resume el papel de los alemanes en la campaa nacional del 56, el aporte en educacin, en las misiones religiosas, las exploraciones. Invita a recordar a profesores alemanes que han venido a dispersar entre nosotros la luz de su entendimiento; y que esa colonia ha cola-borado siempre en el progreso material de este pas y, sobre todo, se ha distinguido siempre por su cultura y honorabilidad.

    -honorabilidad-prestigio-progreso-papel histrico (Costa Rica)-cultura-distincin

    2.8.1940 1, 4 El doctor Vicente Lachner Sandoval, quien estudi en Alemania, hace crtica de los ataques lanzados contra la colonia alemana, y dice: Opino que es realmente poco hidalgo el proceder de unos cuantos energmenos que no cesan de atacar y aun de injuriar a los miembros de la tan honorable colonia alemana.

    -honorabilidad

    4.8.1940 2, 5 Roberto Brenes Mesn traza en un artculo las diferencias entre la vieja inmigracin alemana y la nueva. La primera, rela-cionada con la inmigracin del siglo XIX y comienzos del XX, a la que asigna el valor de ser una comunidad de afectos, no de doctrinas, alemanes que saban fundirse con el conjunto social en donde residan, entraban como amigos en las familias que los acogan; sus descendientes se sentan como hijos del pas. Esto prevaleci hasta 1914; luego de la primera guerra mundial, un sentimiento de nacionalidad se acentu pero se mantuvo cierta ecuanimidad gracias a los afectos de amistad y familia. En la actualidad, los inmigrantes no entran a formar parte de la sociedad en que viven, constituyen un clan a base de doctrinas acusadoras y condenatorias de todas nuestras instituciones pol-ticas. Hoy no puede casarse un alemn en Costa Rica sin que preceda una investigacin de raza llevada a cabo por las autori-dades del clan; por el vigor de las leyes del rgimen actual en Alemania, han pasado a ser todos los alemanes, sin excepcin, miembros de una minora militante y hostil en el seno de la gran familia costarricense. Todos ellos reciben los boletines de propa-ganda nazi que gradualmente los envenena contra el mundo que los acoge, contra la sociedad en donde hacen su fortuna, entre quienes forman su clientela.

    -afecto-asimilacin-amistad-familia

    Fuente: Elaboracin propia a partir de La Tribuna 1933-1940.

    Fecha Pg. ContenidoPalabras clave en rela-cin con los alemanes

    (categorizacin)

    Continuacin Cuadro 1

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    pareciera haberla distorsionado una vez iniciada la dcada de 1940 debido al rumbo de la segunda conflagracin mundial, a la progresiva alineacin hemisfrica a favor de los aliados, a la atmsfera persecutoria contra los ciudadanos del eje en Costa Rica, a los artilugios de la poltica electoral y a que, con toda seguridad, ya haba calado ms hondo la campaa de desprestigio y de contrapropaganda dirigida desde Estados Unidos y con un eco local en las noticias de peridicos -en buena medida cables enviados por agencias internacionales- como La Tribuna, aducindose los supuestos planes de expansin nazi por Centroamrica y el resto del subcontinente latinoamericano.24

    Sin embargo, antes de cambiar la dcada y con ello la imagen prestigiosa de la comu-nidad alemana, el nacionalsocialismo nunca pareci afectar la constantemente destacada trayectoria de la inmigracin germana en el pas. En 1934, el primer nmero de la revista Costa Rica al da, editada por Eduardo Castro Saboro e impresa en los talleres de la Imprenta La Tribuna en San Jos, fue dedicado a aquella colonia:

    Con sumo placer dedicamos nuestro primer nmero de la revista COSTA RICA AL DA a la Colonia Alemana residente en el pas porque no slo es ella muy merecedora de tal homenaje por sus condiciones de trabajo y hombra de bien que la distinguen, sino porque nuestra historia est ligada ntimamente a sus destinos, dado que ha contribuido y contribuye generosa y constante en la formacin del acervo social y econmico de la Nacin./ El alemn que arriba a nuestras playas, viene preparado para la lucha por la vida y en ella deja su capital, las luces de su inteligencia o su sangre./ No hay captulo de nuestro progreso en que no encontremos su brillante huella: la economa, el culto, la enseanza, el comercio, la agricultura, el arte, y sobre todas ellas, la severa distincin en las familias que han tenido la suerte de unir sus destinos a la de esa raza en que predomina el estricto concepto del deber y del honor./ En estas pginas quedan fijadas para siempre sus hechos, sus beneficios y las palabras de agradecimiento sincero de los costarricenses.25

    El contenido de la anterior presentacin coincide plenamente con las atribuciones dadas a la comunidad alemana en el peridico La Tribuna entre 1933-1940, sobre todo en lo atinente al aporte histrico de la inmigracin alemana a la economa y a la cultura del pas, destacando en ello su inteligencia, honorabilidad y capacidad emprendedora. Otros elementos parecieran no haber sido incluidos en los artculos reunidos en el cuadro, como lo son la hombra, la sangre y la raza, conceptos por entonces centrales en su rela-cin con las capacidades socioculturales de una nacin incluso al grado de proponerse la auto-inmigracin, la inmigracin europea o la eugenesia para mejorar el rumbo his-trico de la patria,26 y que posiblemente se comprendieran bien en una publicacin que presentaba una feliz y nada conflictiva simbiosis entre lo alemn y lo nacionalsocialista, siendo el componente racial eje de esta ideologa.27

    Es necesario insistir en el texto de la revista Costa Rica al da, pues aspectos como la virilidad y hombra con que se construan los imaginarios masculinos en la sociedad costarricense, parecieran haberse articulado tambin a las fantasas que evocaba el pensar la cuestin germana y, paralelamente, la cuestin nazi. Aquella mencin no era aislada; en octubre de 1934, se encuentra en el peridico La Tribuna un artculo con fotografas alusivas a unas competencias de natacin realizadas en el Club Alemn.28 La corpulencia y pose de los competidores (de nacionalidad costarricense) que aparecen en las imgenes invitan a reflexionar sobre lo extendido de aquellas fantasas viriles, y su posible relacin

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    con el imaginario de lo germano-nazi en Costa Rica. Adems, el que la fecha de la compe-tencia coincidiera con la de la publicacin del primer nmero de Costa Rica al da, ambas en octubre de 1934, sugieren que la popularidad de la comunidad germana gozaba por entonces de perfecta salud, y que el episodio deportivo haba sido una puesta en escena, representativa de lo que la cuestin alemana evocaba en la mirada costarricense. Incluso podra pensarse en las posibles relaciones que pudiesen establecerse entre aquellos jve-nes nadadores, con la importancia que se le otorgaba al vigor juvenil en la sociedad del Tercer Reich,29 de modo que podra concluirse actualmente que la Alemania de Hitler no solamente se constituy en referente para las elites del pas en las formas de gobierno, la construccin de un orden social y el logro del progreso econmico, sino tambin en un ideal disciplinario, racial, vitalista y viril, en la medida que fortaleciera la nacin.

    Este tipo de artilugios se dilucidaron en otro artculo llamado Alma Alemana, escrito por Santiago Durn Escalante para la misma revista,30 con argumentos simila-res que la lnea editorial de la publicacin y que las ubicadas en La Tribuna. El texto no refera a la comunidad alemana en el pas, sino ms bien a Alemania y a la cultura germana, cuna de grandes sabios, matemticos, filsofos, pensadores y artistas; y nacin que por medio de su juventud vigorosa, ha logrado asombrar al mundo en rei-teradas ocasiones:

    Desde la cuna, la raza germana se distingue por su vigor, por su fuerza y por su constitu-cin envidiable. A su educacin militar y al respeto que el hogar y la escuela inculcan en los adolescentes, por ellos mismos y por sus semejantes, se debe que ese pueblo forja su espritu en condiciones especialsimas para defenderse contra la adversidad y preparar la victoria constante, en esa lucha eterna que se libra diariamente contra el ms fuerte y tenaz de los adversarios: la vida!/ Sanos de cuerpo y fuertes de alma, los jvenes alemanes, de nervio y de coraje, llegan al escenario del mundo a desempear su brillante cometido (...)./ Sobresalientes en todas partes, manejan la espada, que es smbolo del honor, en los campos de batalla, con el mismo xito, que en la quietud de los laboratorios, el microscopio (...)/ Tierra de jvenes y formadora de juventudes, que ha colocado siempre su nombre en el pinculo del poder y de la gloria; que guarda entre sus fronteras la raza fuerte que represen-ta un pueblo grande por su espritu y por su parte material (...) raza envidiable que trabaja y crea; patria inmortal de hombres ilustres, sabios y valientes... bendita seas!31

    Como puede verse, los trminos destacados en la cita aludan a que, al referir a Alemania, se hablaba de una raza (germana) cuyo espritu y fortaleza le hacan destacar en distintos campos, tanto en la batalla como en la ciencia, as como avanzar frente a las adversidades alcanzando el poder y la gloria, lo cual pareca referir implcitamente al sig-nificado dado al nacionalsocialismo como solucin a las crisis de la Repblica de Weimar y a la econmica de 1929. Las atribuciones dadas a esa raza, nuevamente, giraban en torno a la sabidura, la honorabilidad y la valenta, y en ello ocupaba un lugar central el carcter vigoroso y juvenil, evidenciando un anhelo atravesado por las expectativas asig-nadas a tales atributos, en cuanto a hacer y mejorar la nacin.

    Aquel primer nmero de Costa Rica al da contena adems artculos dedicados a resaltar la influencia alemana en el desarrollo cultural, en el comercio, en la agricultu-ra, en la educacin y en la religin en Costa Rica, al igual que su papel en la guerra de 1856; este retrato era trazado por personas algunas de reconocida pluma como Ricardo

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    Fernndez Guardia (historiador liberal y anticomunista), Oswald Robert Bruce (redactor del peridico La Tribuna), y Octavio Castro Saboro, posible hermano del editor de la revis-ta por sus apellidos. Asimismo, inclua publicidad de varios negocios alemanes (entre ellos Libreras Lehmann y Universal, Reimers, Joyera Siebe, Cerveza Selecta de Traube), artculos escritos por alemanes o costarricenses sobre la compaa naviera Hapag-Lloyd y su contribucin a la vida cultural y econmica de Costa Rica y de la Amrica Central; la Cervecera Gambrinus S. A.;32 el aporte alemn a la construccin del ferrocarril al Pacfico; la beneficencia alemana; la historia de la Escuela Alemana y la del Club Alemn; y sobre reconocidas personalidades del pas como el doctor Adolfo Acosta, estudiado en Alemania quien sera nombrado Ministro Plenipotenciario y Enviado Especial por el gobierno de Len Corts (1936-1940) para una visita oficial a Berln en 1936,33 y el doctor Vicente Lachner, descendiente alemn y educado tambin en Alemania.

    Pero el pasar de todas estas pginas efectuaba continuamente la simbiosis entre lo alemn (y su lugar en la sociedad y la historia costarricenses) y el nazismo. De ello puede verse un ejemplo en la secuencia que va desde la 48 hasta la 52. Si la pgina 48 se mos-traba entera ofreciendo honor a la colonia alemana por haber participado en la campaa de 1856, de seguido la pgina 49 presentaba una bien cuidada fotografa de Adolfo Hitler sobre el lema Ante los hroes cados del NacionalSocialismo: Y a pesar de todo, ustedes han triunfado, para pasar luego a la 50 publicitando el Servicio de Vapores de la United Fruit Company y su Gran Flota Blanca. Posteriormente la pgina 51 haca una resea de la historia de la bandera alemana, junto con el significado de la cruz esvstica (bandera que estuvo en la portada de la revista), para pasar a las pginas 52-54 a un artculo sobre El progreso del nacionalsocialismo en Alemania, escrito por el doctor alemn Werner Rotter, Jefe del Servicio de Anatoma Patolgica del Hospital San Juan de Dios.34

    Es importante prestar atencin a esa secuencia, por cuanto el orden que lleva a ver la Pgina de Honor de la Colonia alemana de Costa Rica (sobre la campaa de 1856) y luego la imagen de Hitler, para encontrarse despus con la gran flota blanca de la UFCo, hace una alusin eminentemente racial donde se vincula lo blanco con el podero y la grandeza;35 no puede dejar de advertirse que la denominacin que la United Fruit daba a su lnea de vapores, estaba en contraposicin a la Flota Negra que, en las dcadas de 1910-1920, haba congregado a los trabajadores afrodescendientes de las plantaciones bananeras del Caribe, incluido el costarricense, alrededor de la mtica figu-ra de Marcus Garvey, de la Universal Negro Improvement Association (UNIA, 1914), y de su idea de retornar fsica y simblicamente al frica en aquella flota que deba su nombre a su cultura.36

    Tales significaciones en este juego de imgenes se refuerzan en la pgina siguiente (51), hablando de las nuevas banderas de Alemania; un autor que prefiri el anonimato, firmando como Dr. G. K. J., sealaba los orgenes remotos de la esvstica hasta los tiempos de las razas nrdicas, para terminar haciendo una apropiacin histrica de su significado, codificndolo para pocas que requeran de una regeneracin y estableciendo una relacin entre el impacto de figuras como Cristbal Coln con el de Adolfo Hitler y la nueva Alemania. Evidentemente, la adscripcin a las tesis racistas nacionalsocialistas y la legitimacin dada al rgimen del Tercer Reich en el artculo, representan la mejor cul-minacin que poda tener aquella secuencia de pginas que entremezclaba sin dificultad la inmigracin alemana, la cultura germana y el nacionalsocialismo:

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    Cristbal Coln que era rubio, de un rubio rojizo, propio de las razas septentrionales llevaba en su famoso viaje para Amrica una svstica en la roda de su carabela, como smbolo de buenaventura y buena agero. (...) Cuando el anhelo de retornar hacia lo divino dominaba a la humanidad con toda la vehemencia del eterno dolor, volva a surgir triun-fante como smbolo de advenimiento de una nueva era cultural, como presagio de regene-racin de los pueblos y encarnacin de nuevos y mejores ideales./ Hitler ha sintetizado el significado del estandarte con la svstica (...) diciendo (...) [que] encarna para nosotros la misin de la lucha hacia la victoria del hombre ario, a la vez que la victoria de la idea del trabajo productivo, que siempre ha sido y ser antisemtico. por esto la nueva Alemania ha elegido de smbolo la svstica.37

    Pero, cunto poda durar intacta la dimensin positiva y grandilocuente de aquella simbiosis? En el cambio de dcada hacia 1940, algunas voces como la del historiador Rafael Obregn Lora, o la del doctor Vicente Lachner, buscaron apaciguar la creciente atmsfera germanfoba que se haca de ms espacio en la sociedad costarricense, y para ello, el primero realizaba un recuento del papel histrico cumplido por la inmigracin alemana en el pas desligndola de o al menos obviando la evolucin de las cosas a partir de la formacin del Tercer Reich en 1933; en el caso de Lachner, mdico formado en Alemania, criticaba los ataques sufridos por la colonia, al tiempo que centraba el debate en los logros histricos y culturales de Alemania y Francia, inscribiendo la discusin en el marco de la guerra hasta ese momento (1940) europea,38 cuando nada pareca detener la Blitzkrieg (guerra relmpago) alemana.

    Sin embargo, ya la nueva dcada, como lo sugiere un artculo de Roberto Brenes Mesn, empezaba a marcar una pauta; la asociacin (ahora negativa) entre nacionalsocia-lismo e inmigrantes alemanes reconociendo, s, pero creyendo intil aquel prestigioso y ejemplar pasado germano en el pas pareca dominar el curso de la vida poltica nacio-nal: posiblemente, de ponerle el sello final a la dimensin positiva que pudiera tener la germanofilia se encargara el proceso de control, persecucin, expropiacin y deportacin de los ciudadanos del eje, la mayora alemanes, luego de 1941,39 y la campaa electoral de 1942-1943 para los comicios de 1944, cuando el Partido Republicano Nacional se dedic a revelar continuamente los lazos del ex-presidente y nuevamente candidato presidencial Len Corts y familiares, con los alemanes y el nazismo en Costa Rica.40

    La dcada de 1930, por tanto, haba hecho una simbiosis entre la inmigracin alemana en Costa Rica, la cultura germana en general, y el nacionalsocialismo, a partir de opinio-nes de costarricenses y alemanes que fueron poco contestadas por otras que quisieran evitar tal asociacin; de momento, no se han localizado opiniones directas en la prensa que quisieran hacer una salvedad a aquella asociacin. Si se tiene presente que en Costa Rica no eran pocas las adhesiones y simpatas tenidas hacia el nacionalsocialismo entre algunos grupos polticos ello influido por una cultura poltica de considerables tenden-cias anticomunistas, antisemitas y autoritarias,41 es razonable la hiptesis de que ello fue as gracias en buena medida al prestigio social y al aprecio que, previo a la aparicin del nacionalsocialismo, tenan los alemanes (y lo alemn) en la sociedad costarricense; esto sugieren las descripciones hechas en torno al carcter de la inmigracin alemana y de la cultura germana, atribuciones que hacan explicables simultneamente tanto la exitosa migracin a otras tierras, los logros a nivel mundial en diferentes campos, como el ascenso histrico de una nueva Alemania, la del Tercer Reich.

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    Un nuevo panorama internacional, decisivamente influyente en el local, trajo en el cambio de dcada hacia 1940 una atmsfera que fue diluyendo la dimensin positiva de esa asociacin entre alemanes y nacionalsocialismo, para convertirla en un insulto poltico y en motivo de persecucin. El inicio de los aos cuarenta, con la paulatina incorporacin de los pases latinoamericanos a la poltica panamericanista que incidi en la declaratoria de guerra contra los pases del eje, y con la publicacin de listas negras de personas y negocios alemanes, y la persecucin, expropiacin y deportacin posteriores; coadyuv a la villanizacin de lo alemn-nazi, a esas alturas componentes difcilmente separables; fue entonces cuando algunos pocos parecieron querer trazar distancias entre ambos aspec-tos, intento que adems de minoritario fue tardo, y con mnimas posibilidades de calar en aquel ambiente excesivamente polarizado. Cun real era aquella orgullosa simbiosis de los treinta, luego tenebrosa en los cuarenta? Qu alcance tuvo el nacionalsocialismo dentro de la comunidad alemana? El siguiente acpite busca brindar algunos elementos de respuesta.

    La comunidad alemana y su curso en tiempos del nacionalsocialismo

    Acerca de la presencia del nacionalsocialismo en Amrica Latina, y su relacin con las comunidades de alemanes en los distintos pases, existen varias investigaciones ya. El estudio de casos como el de los pases del ABC (Argentina, Brasil y Chile)42 y de Mxico,43 y para el caso centroamericano, de Guatemala,44 ha podido demostrar que aquel argumento dominante de la expansin hitlerista a travs de una quinta columna compuesta por los inmigrantes alemanes residentes en los pases latinoamericanos, era un mito que, en gran parte, fue construido en aquella poca por la incesante contrapropa-ganda aliada (principalmente estadounidense) para hacerse del apoyo panamericano en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).45

    Muy lejos de aquella vieja versin, tales obras determinaron la compleja relacin entre las comunidades alemanas y la labor del Partido Nacionalsocialista (NSDAP),46 situacin que inclua conflictos ideolgicos y generacionales entre alemanes ya radicados y con una prestigiosa trayectoria, frente a las aspiraciones de los recin llegados nazis y su Auslandorganisation (AO, Organizacin para el extranjero) de alinear (mediante el proce-so de Gleichschaltung)47 a todas las instituciones y asociaciones alemanas en el extranjero, siguiendo los preceptos ideolgicos de una comunidad nacional de raza. Deca el lder de la AO, Ernst Wilhelm Bohle, que de ahora en adelante, a una Alemania nacionalsocialista slo puede corresponder una alemanidad en el extranjero nacionalsocialista.48

    A pesar de ese claro postulado, la historiografa alemana ha demostrado que las aspi-raciones de dominio poltico y militar del Tercer Reich en el mundo se remitan estricta-mente a la Europa Oriental, y que siempre haba existido la certeza en el alto mando del rgimen, que Amrica Latina estaba bajo la zona de influencia estadounidense; existan, claro est, fuertes intereses comerciales,49 y el papel en estos de las respectivas comuni-dades alemanas era preponderante, pero su tarea, en el plano ideolgico, giraba en torno a mantener la soberana internacional del nacionalsocialismo dando cohesin a todos los alemanes del mundo, al ser estos una (supuesta) comunidad racial-nacional.50 Cohesin

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    que ciertamente encontr dificultades para consolidarse, en tanto fueron comunes los conflictos por el dominio de asociaciones culturales, centros educativos e iglesias en los pases del Nuevo Mundo, siendo posible la alineacin o nazificacin (en distintos grados y alcances segn el pas) solamente cuando se sumaron la llegada de profesores pertene-cientes al NSDAP, el apoyo de algunos cnsules a la alineacin institucional, y la amenaza de falta de financiamiento del Gobierno alemn a colegios, escuelas y asociaciones, entre otros factores.

    La reconstruccin de estas complejas relaciones, entonces, ha logrado destacar la poca uniformidad al interior de la comunidad alemana, y tal situacin no ha sido sino recientemente, que se trat para el caso costarricense. Christiane Berth, en ese sentido, ha revelado divisiones al interior de la comunidad alemana en Costa Rica por varias razones, entre ellas, el aprovechamiento de algunos alemanes al adquirir propiedades y expandir negocios a expensas de otros conciudadanos que por la crisis de inicios de los treinta haban quebrado; o las reticencias frente al radicalismo nazi por motivos ideolgicos y los conflictos polticos y generacionales por el dominio de instituciones como el Club Alemn.51 La autora, sin embargo, ha reiterado el problema de las pocas fuentes dispo-nibles en el pas para seguirle la pista a la evolucin de la comunidad alemana durante la era nazi.

    Los alemanes, como se ha apuntado anteriormente, tuvieron gran participacin en la vida poltica e institucional de la sociedad costarricense. En los estudios realizados en el pas hace varios aos,52 se centraba la atencin sobre la aparente influencia de Max Effinger en las polticas de restriccin a la inmigracin juda por criterios raciales durante la administracin de Len Corts (1936-1940); Effinger haba sido consejero de Corts cuando este era Secretario de Fomento y Administrador del Ferrocarril al Pacfico en la tercera administracin de Ricardo Jimnez (1932-1936),53 y se le involucraba desde enton-ces con un escndalo en torno a un proyecto que pretenda la (lucrativa) compra estatal de unas locomotoras elctricas.54 De hecho, para 1940 se inform sobre la supuesta inva-sin intelectual de Alemania a Costa Rica durante los aos del Presidente Corts, segn noticia emitida por un diario mexicano;55 y al trmino de ese ao se hablaba ya, quiz tra-zndose la vereda que hara de lo alemn-nazi un insulto poltico, de una quintacolumna cortesista que conspiraba dentro del gobierno calderonista,56 aspecto muy explotado en los aos electorales posteriores.57

    Este conjunto de elementos fueron probablemente los componentes de los que se arm el Partido Republicano Nacional para la campaa electoral hacia los comicios de 1944, en la que se achac de forma constante el nazismo y el totalitarismo del candidato rival y ex-presidente Corts. A pesar de la insidiosa y apabullante propaganda en el sentido de relacionar a Corts con Effinger en torno a polticas de tendencia nazi en cuestiones racia-les, fueron inexistentes los testimonios directos (correspondencia o documentacin en general) que abrigaron tales argumentos; de esto han carecido tambin las investigaciones contemporneas antes mencionadas de Stone, Schifter y Guerrero.

    Se menciona, s, que Effinger escriba un terminante No es de raza aria a las solici-tudes de inmigrantes de origen judo,58 pero hasta el momento no hay rastro de tales docu-mentos, y aquellos hechos no se denunciaron en los aos cuando aparentemente ocurrieron. Tambin se deca que era agente directo de Hitler para crear una colonia nazi de la que

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    sera lder Corts, que su influencia en el sector de obras pblicas y transportes durante la administracin cortesista pretenda limitar a los aliados en tiempos de guerra, y que era responsable de la poltica de compensacin comercial nazi de los askimarks.59 Pero la falta de respaldo documental de esas afirmaciones, su carcter extemporneo, el ferviente con-texto de la campaa electoral y de la atmsfera germanfoba, el hecho de que la administra-cin de Corts se haya adherido a la poltica panamericana,60 o de que el encargado de los askimarks fuera ms bien Herbert Knhr,61 invitan a dudar sin descartar totalmente las diferentes atribuciones al caso Effinger, en quien pareciera haberse centrado el ataque de la opinin pblica en aquellos aos y el de la investigacin cientfica en dcadas ms recien-tes. Las razones de tal ensaamiento, fueran para justificar el ambiente persecutorio contra los alemanes, o para infringir una herida electoral a la frmula de Corts en el Partido Demcrata, o por alguna otra razn, estn todava por averiguarse.

    En todo caso, es curioso que no se haya puesto tanta atencin a otros miembros de la comunidad alemana que, as como ocuparon lugares destacados en las instituciones del pas, tambin fueron firmes defensores del nacionalsocialismo y del Tercer Reich. Uno de los casos ms llamativos es el del doctor Werner Rotter, Jefe del Servicio de Anatoma Patolgica del Hospital San Juan de Dios, seccin en la cual haba tambin un Museo de Anatoma Patolgica.62 Aunque Rotter no era miembro del NSDAP en Costa Rica,63 en una entrevista de mayo de 1934, a raz del cable de un peridico de exiliados alemanes en Pars que informaba acerca de que Alemania construa caones de grueso calibre, deca el doctor, presentndose como entendido en la materia, que una poltica de rearme requera comenzar por armas fusiles y ametralladoras, y que tal noticia haba sido fabricada para hacer propaganda en contra de Alemania en el extranjero.64

    Un artculo del doctor Rotter, publicado en la revista Costa Rica al da, no dej lugar a dudas respecto a su opinin favorable al Tercer Reich. All, presentaba al nacionalsocialismo como la salvacin frente al bolchevismo, como un rgimen que buscaba la paz internacio-nal a partir de la igualdad de condiciones econmicas y militares con las dems naciones. Crea que el nacionalismo haba sido fcil de revivir en Alemania a raz de la continua opresin a que le haban sometido las otras potencias luego de la Primera Guerra Mundial, conflicto que haba dado origen al nacionalsocialismo pues en las trincheras desaparecie-ron muy rpidamente las diferencias de las clases sociales ante el valor de la personalidad, engendrando en los combatientes un espritu de comunidad que antes no haba existido, pero que devino el espritu del Partido Nacionalsocialista. Destacaba adems la reduccin del desempleo en Alemania gracias al nacionalsocialismo, as como la desaparicin de las diferencias y conflictos de clase, al tiempo que enfatizaba la importancia de la juventud en contraste con la indocilidad de muchos de la generacin vieja. Finalmente, negaba la exis-tencia de una dictadura, reafirmando ms bien la de una democracia autoritativa:

    es bastante absurdo denominar tirano o dictador a un hombre que posee la confianza de nueve dcimas partes de su pueblo. / Agradecemos al destino, que nos ha dado en el momento ms oscuro de nuestra historia, al hombre, al cual levantamos los ojos con una confianza ilimitada y que nos ha inspirado nueva esperanza y nueva fuerza para un porve-nir ms feliz./ Heil Hitler!.65

    Como puede apreciarse, los referentes ideolgicos de Rotter eran propiamente los de la tercera fase de inmigracin alemana a Costa Rica, la posterior a la primera guerra la

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    cual contena los conflictos de la Repblica de Weimar,66 donde se fundan las decep-ciones frente a la democracia, las fantasas con la vuelta a un rgimen autoritario, y el nacionalismo exacerbado, con la nostalgia por los buenos tiempos del Imperio Alemn.67 Ahora bien, para gran parte de la comunidad alemana que opinaba sobre el acontecer de su pas, esos eran tambin los referentes. El siguiente cuadro resea actividades, entrevis-tas y artculos localizados en el peridico La Tribuna entre 1933 y 1939.

    CUADRO 2NOTICIAS SOBRE ACTIVIDADES Y DISCURSOS DE LA COMUNIDAD ALEMANA RESPECTO AL

    NACIONALSOCIALISMO, EN LA TRIBUNA (1933-1939)

    Fecha Pg. Actividad y lugar Participantes Ideas principales del discurso

    4.2.1933 4 Entrevista Jos Schaefer, ntimo amigo de Hitler.

    -Hitler proceder a disolver el comunismo.-Hitler proceder a armarse; el militarismo no se ha olvidado y brindar empleo.

    5.3.1933 11 Entrevista Jos Schaefer, de-cidido nacionalsocial-ista alemn.

    -El comunismo no es amenaza para el gobierno nazi.-El comunismo fue derrotado en Munich y surgi el movimiento nacionalsocialista de Hitler.-El comunismo tuvo su impulso en la pos-guerra por la falta de trabajo.

    2.12.1933 1, 7 Informe de visita de la Princesa Irene de Prusia, a su llegada a Puntarenas

    Informa Ricardo Eckerman, ex-teniente de Marina y compa-ero de colegio del Prncipe Segismundo, en nombre de la colonia alemana.

    -La princesa habl de la nueva Alemania.-Ella aprueba la poltica del canciller Hitler, salvador del Reich y de sus vetustas institu-ciones.

    9.2.1934 5, 7 Bienvenida al Ministro alemn Herr Wilhelm Von Kuhlmann, y primer aniversario del advenimiento al poder del Fhrer (30.1.1933), en el Club Alemn

    -Colonia alemana-Herbert Knhr, Presidente del Club Alemn-Von Kuhlmann-Margarita Segreda, hija del maestro Segreda

    -La nia Segreda recit una poesa: Adolfo Hitler el libertador de la tierra alemana.-Knhr habl sobre:a-la Alemania de anteguerra, la catstrofe mun-dial, las victorias y derrotas, el renacimiento de posguerra, la llegada al poder del grande hombre.b-la amenaza comunista como abismo y el renacimiento nacionalsocialista.c-Kuhlmann como representante de la nueva Alemania.-Von Kuhlmann habl sobre: a-la existencia de un solo partido en Alemania.b-la inexistencia de diferencias de clase en Alemania.c-la poltica exterior de Hitler como poltica de paz.d- el nacionalismo de la comunidad alemana en Costa Rica y su mayor unidad ante los cambios en Alemania.

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    24.3.1934 1, 8 Inauguracin del nuevo local del Partido Nacio-nalsocialista de Trabajadores en Guadalupe, a poca distancia del Club Alemn

    -Miembros del partido-Jos Schaefer

    -NSDAP con ms de cincuenta miembros, se form hace un ao y medio [1932] con par-ticipacin de miembros de la colonia alemana residentes.-Casi la mitad de los miembros de la Orstgrup-pe (grupo local) consiste en veteranos de la guerra mundial, muchos que fueron condeco-rados, y varios de ellos miembros activos del movimiento hitlerista desde su inicio.-Dice Schafer:a-el local ser para reunirnos y hablar de la nueva Alemaniab-reunir a todos los alemanes que estn de acuerdo en que el progreso del Reich como el nuestro depende de la creacin y del sosteni-miento del espritu del trabajador alemn, sin diferencia de clase.-Herbert Knhr, presidente del Club Alemn, es el presidente de la agrupacin.

    25.3.1934 5 Inauguracin del nuevo local del Partido Nacio-nalsocialista en Guadalupe

    -Miembros del partido residentes en San Jos y otras localidades-Herbert Knhr

    -Dice Knhr:a-Hitler acab con querellas partidarias en Alemania.b-el credo del partido es reconocer al Fhrer y seguirlo hasta donde fuese.-Se prest el juramento a Hitler.-Damas de la mejor sociedad alemana vendieron retratos de Hitler impresos en los talleres de La Tribuna.-Por motivo de amenazas, el gobierno tom precauciones para garantizar el ejercicio de los derechos de los hitleristas.

    17.1.1935 5 -Celebracin del plebiscito del Sarre-En el consulado, en el local del NSDAP y en el Club Alemn

    -Miembros de la colonia alemana en el Club-Miembros del NSDAP e su local

    -Se celebra el plebiscito del Sarre y se conside-ra oportuno para el mejor entendimiento entre Alemania y Francia, y para la paz y estabilidad econmica europea.

    31.3.1935 2 Artculo sobre poltica exterior de Hitler, como crtica a opinin de Alejandro Alvarado Q.

    Max Effinger -Effinger se extraa de que el NSDAP local no haya corregido a Alvarado.-Al ser excombatiente, Effinger niega que Hitler quiera hacer otra guerra, pues este fue tambin combatiente.

    24.12.1935 10, 15

    Artculo de Carlos Schwarz

    Carlos Schwarz -Munich, centro del movimiento nacionalso-cialista, aspira a ser capital del arte alemn.

    22.4.1936 3 Celebracin del cumpleaos de Hitler en el Club Alemn

    -Aproximadamente 60 socios del Club-El presidente del Club Carlos Federspiel

    -Federspiel envi al estadista un cable de felicitacin en nombre de sus miembros.

    Fecha Pg. Actividad y lugar Participantes Ideas principales del discurso

    Continuacin Cuadro 2

    Contina...

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    20.10.1937 1, 4 Miembros de la colonia alemana regresan de un viaje por Europa

    -Colonia alemana-Esteban Steinvorth

    -Dice Steinvorth que la nueva Alemania lo ha sorprendido por su organizacin, progreso, falta de desempleo, y su capacidad militar de repeler una agresin, pero no la provoca.-Habla tambin de la situacin comercial entre Costa Rica y Alemania, y del caf costarricen-se en ese mercado.

    30.11.1937 1 Celebracin de la semana del libro alemn, en el Club Alemn

    -Sr. Bayer, concurren-tes y el profesor de la ctedra

    -Se celebra la semana del libro, y las foto-grafas muestran que el local del Club est adornado con la bandera nazi y su esvstica. No se resean discursos

    15.3.1938 5 Conmemoracin de los muertos de la Gran Guerra, de la revolucin nacionalsocialista, y de la anexin de Austria a Ale-mania, en el Club Alemn

    -Colonia alemana-Cnsul de Alemania-Miembros del NSDAP-Un miembro de la Juventud hitlerista-El padre Mashler, profesor del Colegio Seminario

    -En la conmemoracin de los cados de la gran guerra, se aprovech para celebrar, en medio de un local adornado por banderas y esvsti-cas, la revolucin nacionalsocialista de Hitler y la anexin de Austria.

    20.11.1938 1, 4 Entrevista a Botho Steinvorth sobre la situacin juda

    -Botho Steinvorth -Costa Rica tiene un problema similar a Ale-mania respecto a los judos, pero sin dimensio-nes raciales; debe acabarse con los especulado-res y promover el trabajo en la agricultura.

    30.4.1939 1, 3 Entrevista a Her-bert Knohr por La Tribuna

    -Herbert Knhr -Felicita a La Tribuna por publicar entero un discurso de Adolfo Hitler.-Considera que Hitler garantiza la paz en Europa.-Opina sobre el mercado alemn para el caf costarricense y sobre los askimarks.

    10.9.1939 13 Reunin para recaudar fondos y formar comisio-nes de trabajos que ayuden a sus compatriotas en la guerra, en el Club Alemn

    -Cnsul-Colonia alemana-Lder y miembros del NSDAP-(ms de 300 asis-tentes)

    -Lder del NSDAP considera que Hitler hizo todo por mantener la paz, por eso merece la confianza de los alemanes.-Su tarea, ya que no estn en el campo de batalla, radica en evitar la propaganda calum-niosa contra la colonia alemana que siempre ha vivido y trabajado tranquilamente con los costarricenses.

    Fuente: Elaboracin propia a partir de La Tribuna 1933-1939.

    Fecha Pg. Actividad y lugar Participantes Ideas principales del discurso

    Continuacin Cuadro 2

    Del cuadro es posible apreciar, en primer lugar, una colonia alemana poco dife-renciada en su interior, que se funde con miembros del NSDAP y con los representantes consulares del gobierno nazi en el pas, para dar apoyo y celebrar distintos logros y even-tos respecto a la poltica interior y exterior de Alemania, como lo fueron la revolucin nacionalsocialista y la llegada a la cancillera de Hitler (incluso su cumpleaos), el plebis-cito del Sarre, la anexin de Austria o la solidaridad con los combatientes en la segunda conflagracin mundial; todo ello celebrado la mayora de las veces en el local del Club

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    Alemn, aparentemente centro de difusin de las ideas y la parafernalia nazi, a pesar de tener el NSDAP su propio local e inclusive an despus de que este existiese.

    En segundo lugar, los referentes discursivos e ideolgicos de esta comunidad alemana aparecida en aquel diario, y dentro de la cual se incluye a inmigrantes y descendientes, representantes consulares y miembros del NSDAP, eran propiamente los del conflictivo perodo de la Repblica de Weimar que catapult al movimiento nacionalsocialista y a Hitler a alcanzar el control del gobierno en 1933. Apreciaciones de tendencia anticomu-nista y antisemita, con una opinin que tenda a definir a Hitler y al nacionalsocialismo como la salvacin frente al abismo y al caos bolchevique o comunista, y como el punto de partida de una nueva Alemania que haba acabado con la crisis econmica y con los conflictos de clases, para conformar una sociedad de un solo partido colmada de empleo y progreso, eran mucho ms que recurrentes y se tornaban en el supuesto desde donde partan las opiniones respecto a la patria de origen.

    En tercer lugar, pareciera haber sido efectivo en la comunidad alemana residente en Costa Rica, el mito de Hitler; idealizacin que depositaba en el Fhrer lealtades de dimensiones religiosas y mesinicas, que le crea responsable de todo lo bueno que pare-ca ocurrirle a Alemania, de los logros a lo externo e interno de esa nacin, y a su vez considerndole incesantemente preocupado por la conservacin de la paz mundial; todo esto provocaba emitir adhesiones dispuestas a seguirle hasta donde fuese. La venta de postales con su retrato, la presencia de su rostro pintado al crayn, o la misma celebracin de su natalicio, todo esto en el Club Alemn, parecieran haber abonado lo suficiente para que, finalmente, en ese local tambin se recogieran fondos con el propsito de solidari-zarse con los soldados compatriotas en la nueva conflagracin mundial que daba inicio en 1939, aduciendo que Hitler haba evitado a toda costa llegar a una nueva guerra.68

    El NSDAP en Costa Rica fue creado aparentemente en 1934;69 pero en la inaugura-cin de su local en marzo de 1934, se dijo que tal movimiento exista desde haca un ao y medio,70 es decir, desde 1932, dato para el cual no se ha podido localizar todava un registro documental preciso. Efectivamente, sus miembros eran mayormente veteranos de la guerra mundial, muchos de los cuales fueron condecorados, incluso varios de ellos fueron miembros activos del movimiento hitlerista casi desde su iniciacin en 1921, y la organizacin haba sido creada para reunir a todos los alemanes que estn de acuerdo en que el progreso del Reich como el nuestro depende de la creacin y del sostenimiento del espritu del trabajador alemn, sin diferencia de clase.71

    Del origen generacional del NSDAP en Costa Rica da fe un registro que seala que, de los 66 miembros contabilizados en 1946, solamente 6 haban nacido antes de la dcada de 1890, por lo tanto cabe de esperar que la poca de socializacin poltica de la mayora de militantes nacidos a fines del siglo XIX o principios del XX, haya absorbido buena parte de la atmsfera de la primera posguerra, ms cuando 49 de ellos haban nacido en distintas ciudades de Alemania.72

    Del proceso de Gleichschaltung (nivelacin, alineacin o nazificacin) en Costa Rica ha sido muy difcil encontrar referencias directas. No obstante, existen indicios de divi-siones al interior del Club Alemn73 y en la Escuela Alemana74 en 1934, y en prestigiosos negocios como la Librera Lehmann,75 que revelan fricciones por el ingreso de miembros del Partido Nazi a juntas directivas y puestos de mando en esos diferentes espacios; sin

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    embargo, el alcance, duracin y desenlace de esos conflictos, sigue siendo una incgnita. Tales matices, reveladores de una comunidad sin posiciones unvocas, no evitaron que las difundidas actividades y opiniones en celebracin de hechos relacionados al Tercer Reich y su Fhrer, desde los primeros aos del rgimen, terminaran alimentando la abrupta y poco discriminadora poltica de persecucin del estado costarricense en los aos cuarenta, de la que no escap siquiera la Escuela Alemana.

    Entonces, cunta distancia haba entre el nacionalsocialismo y la comunidad alemana en Costa Rica? Evidentemente, el breve vistazo dado aqu a la historia del NSDAP en la sociedad costarricense es mucho menos que parcial; la reconstruccin de su formacin y evolucin an requieren de una mejor muestra documental que, por lo pronto, no se tiene a mano. En todo caso, la intencin de ver su presencia en el pas, pretende captar las dimensiones de aquella simbiosis entre la poblacin alema-na y el fenmeno nazi; de esto, como se ha sugerido antes, y hechas las salvedades documentales, puede decirse que el transcurso de los aos treinta, que vieron pasar la legitimacin internacional del Tercer Reich, el fortalecimiento de su imagen respecto a su poltica exterior y a su situacin interna, ms una probablemente efectiva incursin de los nazis en asociaciones e instituciones en el pas,76 hicieron factible identificar a los miembros de la comunidad alemana con las posturas e imgenes difundidas por el Gobierno alemn y su Fhrer.

    La comunidad alemana en Costa Rica no era un ente monoltico, y de ello dan testimonio los conflictos antes mencionados frente a la Gleichschaltung nazi, o los atinentes a diferencias en las trayectorias empresarial y poltica, en su relacin con el estado y la sociedad costarricenses, como fue el caso de las discrepancias entre Max Effinger y Herbert Knhr, reveladas en 1936.77 Por otra parte, las referencias documen-tales respecto a posibles desavenencias de miembros de la comunidad con el gobierno nacionalsocialista, son por el momento escasas en comparacin con las que les presen-tan identificndose y apoyando dicho rgimen; debe aclararse s, que haba un grupo llamado Alemania libre de Costa Rica, que para 1942 era aparentemente dirigido por su Vicepresidente Carlos Mathias Bruencker, pero se ignora aqu hasta dnde fue exten-sivo ese movimiento que al menos no fue captado por medios de importante circulacin como La Tribuna.78

    Para los aos de 1939 y principios de los cuarenta, s existieron algunos intentos de parte de miembros de la comunidad alemana y tambin de militantes del NSDAP, por evi-tar ser vistos como elementos expansionistas del nazismo en Costa Rica y Centroamrica, en momentos en que se haca sentir la insidiosa propaganda estadounidense.79 Para ello, hacan un recuento de lo que haban sido los imperialismos britnico, francs y estadouni-dense en Amrica Latina,80 negando cualquier intencin de Alemania de pretender expan-dirse en el subcontinente, como tanto insista la propaganda aliada, creando y atizando la atmsfera germanfoba.81 Pero en ningn momento quienes asumieron ese distancia-miento de las intenciones expansionistas de la comunidad alemana como una quinta columna (Herbert Knhr y F. Eckstein, ambos militantes del NSDAP),82 se distanciaron de su simpata por Hitler y su poltica exterior, por lo que siguen siendo pocos los indicios para poder separar aquella fusin tan emblemtica, prestigiosa y poco cuestionada de los aos treinta, pero tan perseguida y reprimida en los cuarenta.

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    conclusiones

    La comunidad alemana en Costa Rica contaba, al momento de arribar al escenario el nacionalsocialismo, con casi un siglo de reconocida y admirada presencia en el pas dentro de los ms diversos campos, desde el econmico, el poltico y el religioso, hasta el educativo y el cientfico. Tal reconocimiento se rodeaba de una constante admiracin en Costa Rica, donde se atribua el prestigio de esa migracin al carcter de la cultura germana. El imaginario alrededor (y dentro) de esa comunidad, asignaba a la germanidad unos valores que rayaban en una especie de herosmo histrico, lo cual haca explicables varios hechos: los logros que por siglos se conferan a la cultura alemana en diversos cam-pos como la ciencia, la poltica y el pensamiento en el mundo; la exitosa migracin de los alemanes all donde radicaran; y la grandeza alcanzada por el Tercer Reich, constituyendo una nueva Alemania que haba salido del caos comunista, del abismo bolchevique y de la crisis, para cohesionar su nacin-raza sin diferencias ni conflictos de clase, de la mano del mtico Fhrer y su movimiento revolucionario nacionalsocialista. De este modo, los valores germanos fueron fundidos con el nacionalsocialismo, entendiendo este como su destino histrico, como su culminacin sociocultural.

    En Costa Rica, tal despliegue ideolgico posiblemente poda articularse, no sin fricciones, a una cultura poltica que no exclua elementos cargados de racismo, antico-munismo, autoritarismo y fantasas viriles. Pero lo cierto del caso, es que la asociacin establecida durante los aos treinta entre lo alemn, los alemanes y el nazismo fue poco contestada, no hay por el momento indicios de que se buscase separar; por lo tanto, cabe concluir que el nacionalsocialismo se haba entroncado en el prestigio y la trayectoria con que contaban desde mucho antes los alemanes en el pas. En esto, los valores atribuidos a la alemanidad haban sido fundamentales, y casi por una dcada tal fusin goz de perfecta salud y legitimidad, hasta que el curso de la historia dio un violento giro donde todo intento de zafar la frmula era tardo.

    Si la historiografa en otras partes del mundo ha determinado que las intenciones del Partido Nazi de controlar y nazificar instituciones y asociaciones, encontr serios conflic-tos al interior de las distintas comunidades alemanas en Amrica Latina, limitando esto (junto con los respectivos factores locales) el alcance del movimiento y de la ideologa, en Costa Rica tal parece que segn las fuentes por el momento localizadas existieron tales conflictos, mas sin poder deshacer la simbiosis entre la poblacin alemana y el nazismo, que haba crecido paralelamente a la consolidacin internacional del Tercer Reich y del imaginario en torno a sus logros, a la idealizacin del Fhrer como responsable de la nueva Alemania, y a la posiblemente efectiva insercin de los militantes y de la ideolo-ga nacionalsocialistas en las instituciones germanas en el pas. Los conflictos no minaron aquella frmula, y los intentos por deshacerla no trascendieron a la esfera pblica, mani-festando los afectados slo un rechazo de las acusaciones sobre el expansionismo.

    La asociacin entre la comunidad alemana y el nacionalsocialismo fue posibilitada en gran parte por la plataforma ideolgica comn que brindaban las frustraciones en torno a la poca de la primera posguerra y a la Repblica de Weimar, conflictivo panorama que sirvi a la escalada nacionalsocialista en Alemania y muy posiblemente a su aceptacin en pases como Costa Rica. Pareciera que entre la comunidad de alemanes de Costa Rica,

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    ocurri un proceso similar al desarrollado en Alemania, en lo concerniente al apoyo brin-dado al Fhrer y la poltica exterior bajo su mando, teidas estas cuestiones por el aura del mito, que llev a sus simpatizantes a creer que el lder haba hecho todo lo posible por mantener la paz; por lo visto, la propaganda fue exitosa en ese sentido. Sin embargo, si en el Tercer Reich la armona entre el lder-el partido-la nacin fue fracturada por la desconfianza de la poblacin hacia el partido, haciendo indivisibles simultneamente al gua y su patria, en Costa Rica se torna difcil comedir esa posible armona por el hecho de desconocer la totalidad del comportamiento de la comunidad germana en relacin con la cuestin nacionalsocialista; quizs entre los ms adheridos a la poltica del Tercer Reich no se hizo separacin del lder, el partido y la nacin, pero algunos conflictos al interior de la comunidad, y posiblemente la no total adhesin al curso de las cosas en Alemania entre alemanes cuya posicin no fuera expuesta pblicamente, hacen pensar que el lder tal vez no lo fue para todos, y el partido mucho menos.

    La comunidad alemana no era un solo cuerpo monoltico, pero las diferencias en su interior en los aos treinta parecieron no tener una severa trascendencia ideolgica; los posibles opositores al nacionalsocialismo no ocuparon un lugar preponderante en la esfera de la opinin pblica. Sera en los cuarenta que saldran a la luz las reticencias habidas entre los alemanes frente al nacionalsocialismo. De ello se puede inferir, sin que las conje-turas sean excluyentes, que: o tales distancias se inventaron repentinamente en el contexto persecutorio de comienzos del decenio de 1940, para evitar perder la prestigiosa posicin econmica y social tenida en el pas, y no afectar as el curso de sus negocios y los contac-tos comerciales y financieros establecidos con Alemania; o que durante la dcada de 1930, para los opositores alemanes del nazismo no haba sido problema mantener un bajo perfil de su malestar en la medida en que no constitua amenaza alguna para su permanencia en el pas, ms all de los posibles diferendos con sus compatriotas; o que la hegemona de la difusin nazi entre la comunidad alemana haba relegado a una esfera muy discreta a quienes se distanciaron del nacionalsocialismo y de la admiracin por el Fhrer.

    Por lo visto, la presencia e impacto del nacionalsocialismo en Costa Rica era mucho ms que la cercana de un alemn como Effinger al gobierno. Muy posiblemente, el que la batera de crticas estuviesen concentradas sobre l en medio de las disputas polticas y del ambiente persecutorio de inicios de los cuarenta, iba en funcin de afectar las inten-ciones electorales de un Len Corts cercano a Effinger, y de justificar la expropiacin y deportacin de los alemanes (un botn muy preciado) haciendo creer que los nazis estaban conspirando al interior del aparato gubernamental con fines expansionistas, cuando en realidad Effinger y otros mantenan esa relacin estrecha con la institucionalidad del pas desde mucho antes de que el nacionalsocialismo se asomara a la sociedad costarricense. El hecho de que a la comunidad alemana se le hubiese denominado por aos colonia ale-mana, mencin con posibles derivaciones colonialistas, pudo haber contribuido subrep-ticiamente para hacer factible en el imaginario nacional, el convertir de forma repentina a esa admirada poblacin en un enemigo a perseguir por sus aparentes intenciones de dominacin, en una poca en que la adulacin al caudillo austriaco nazi fue sustituida por la imagen de un nuevo caudillo salvador: Franklin D. Roosevelt.

    En el cambio de dcada, el viraje en la situacin internacional durante los aos de la Segunda Guerra supuso asimismo el viraje al interior de la sociedad costarricense; el

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    Tercer Reich se derrumbara progresivamente y con l toda la germanidad que, por su (supuesta) condicin racial, haba intentado nazificar, y en esto no import que no toda la comunidad alemana en el pas estuviese con Hitler: en Costa Rica, como en el resto de pases latinoamericanos, operaban ya otros mecanismos, se cobraron otras facturas y se agitaron otros intereses. Los aos cuarenta convirtieron en hegemnico lo que en los aos treinta circulaba entre no muchos: el nacionalsocialismo pas a ser el prototipo de la villana poltica al cambiar el decenio, luego de ser el referente de orden, progreso, vigor, disciplina y grandeza para muchos cercanos al (o dentro del) gobierno, o para algunos miembros de comunidades de tanta distincin en el pas como la alemana; pero este desenlace no supuso una transformacin sustancial en la cultura poltica del pas en los aos cuarenta, que deposit sobre otros referentes sus desvelos autoritarios y sus urgencias caudillistas.

    Finalmente, la experiencia vivida por la comunidad alemana en la primera mitad del siglo XX, y particularmente el desenlace sufrido al iniciar los aos cuarenta, remite a pensar en los modos cmo desde las representaciones o los imaginarios sociales se hace poltica. De poco valieron distanciamientos o aclaraciones de algunos respecto al desinte-rs expansionista nazi, o el antiguo prestigio tenido, para detener la ola persecutoria contra la totalidad alemana en el pas; all operaron un conglomerado de factores que tenan poco que ver con el impacto real de los acontecimientos internacionales en el escenario local. Esto a su vez da cuenta de que el estudio de una poblacin migratoria no se limita a esa presencia del otro, sino a esa mirada que se le coloca y define segn lo que despierta en quien observa: el panorama entonces puede padecer sutiles o violentas transformaciones, y as pasar de la adulacin heroica a la paranoia chauvinista. Al fin y al cabo, para ambos extremos hay una cultura poltica que pone a disposicin los recursos para efectuarlos.

    notas

    1. Una primera versin de este artculo se present como ponencia en las Jornadas de Investigacin del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS, UCR), en setiembre de 2006, donde fui becario durante ese ao para realizar mi tesis de maestra en Historia La recepcin crtica del nacionalsocialismo entre la intelectualidad de izquierda en Costa Rica (1933-1943). Agradezco a la investigadora Christiane Berth (Instituto de Investigacin en Historia Contempornea de Hamburgo) por sus observaciones al texto original de la ponencia, as como por compartir algunas de las fuentes que empleo. Tambin agradezco a Werner Mackenbach y a Sindy Mora sus tiles comentarios. Errores o imprecisiones no les pertenecen; son solo mos.

    2. Si se entiende de forma amplia, dentro de la presencia germana podra incluirse asimismo a los cnsules alemanes y a las relaciones comerciales, polticas y culturales entre Costa Rica y Alemania, por cuanto en la poca del Tercer Reich muy posiblemente constituyeron factores determinantes para la recepcin, generalmente positiva, que tuvo el nacionalsocialismo entre buena parte de la sociedad costarricense.

    3. Vase Luis. E. Bosemberg. Alemania y Colombia, 1933-1939. En: Iberoamericana. N21, Ao VI, (marzo de 2006) (nueva poca): 25-44.

    4. Eugenio Herrera Balharry. Los inmigrantes y el poder en Costa Rica. En: Revista de Historia (Heredia: EUNA) 11 (enero-junio 1985): 131-159; y Eugenio Herrera Balharry. Los alemanes y el Estado cafetalero (San Jos: EUNED, 1988).

    5. Samuel Stone. La dinasta de los conquistadores (San Jos: EDUCA, 1975).

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    6. Esteban Penrod Padilla. Las relaciones diplomticas y consulares entre Costa Rica y Alemania (desde su inicio hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial). Trabajo final de graduacin, Gobierno de la Repblica de Costa Rica, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Instituto de Servicio Exterior Manuel Mara Peralta. 1997.

    7. Stone, 299; Jacobo Schifter. Costa Rica 1948: anlisis de documentos confidenciales del Departamento de Estado (San Jos: EDUCA, 1982), 87-89. Rudy Guerrero Portales. Costa Rica y los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial (San Jos: Editorial Costa Rica, 1994), c.3. Para la atmsfera poltica que, debido en parte a la presencia alemana en el pas, condujo a las alianzas con Estados Unidos a inicios de los cuarenta, vase Jacobo Schifter. Las alianzas conflictivas. Las relaciones de Estados Unidos y Costa Rica desde la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fra (San Jos: Asociacin Libro Libre, 1986), c.3.

    8. Cabra agregar aqu la investigacin, realizada por Margarita Torres y Gertrud Peters, acerca de la documentacin de la Junta de Custodia, oficina gubernamental con la que se procedi a la expropiacin de los ciudadanos del eje, entre ellos los alemanes, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Si bien el estudio de ese desenlace es fundamental para el conocimiento de la influencia econmica de tal poblacin y de los intereses creados entre empresarios costarri-censes y los Estados Unidos alrededor de sus propiedades, el fenmeno migratorio de la comunidad alemana, as como su evolucin durante los aos treinta (los del nacionalsocialismo) seguan sin conocerse bien. Vase Gertrud Peters y Margarita Torres. Los ciudadanos de pases enemigos, residentes en Costa Rica durante la Segunda Guerra Mundial. Producto de Investigacin del Proyecto: Cambios en la Propiedad Agrcola en Costa Rica durante la Segunda Guerra Mundial. Heredia, Universidad Nacional, Escuela de Historia, 2003.

    9. Christiane Berth. La inmigracin alemana en Costa Rica. Migracin, crisis y cambios en entrevistas con descendien-tes alemanes. Ponencia para el VIII Congreso Centroamericano de Historia, Antigua Guatemala, 10-14 de julio del 2006. En Herrera B. E. Los inmigrantes y el poder, 88-89, puede encontrarse otra periodizacin de la inmigracin alemana en Costa Rica.

    10. Ibid, 3-8.

    11. Dentro de la produccin historiogrfica centroamericana, El Salvador ha sido el nico pas del que no he encontrado obras relacionadas con la presencia germana. Para el caso costarricense vanse las obras citadas ms arriba. Para Nicaragua, Cfr. Getz Von Houwald. Los alemanes en Nicaragua (Managua: Coleccin Cultural Banco de Amrica, 1975), 479 pp. Sobre Guatemala, Regina Wagner. Los alemanes en Guatemala (Guatemala: Editorial IDEA, 1991), 535 pp. Y para el caso de Honduras, Segisfredo Infante, et. al. Los Alemanes en el Sur. 1900-1947 (Tegucigalpa: Editorial Universitaria, UNAH, 1993) y Mario Argueta. Los alemanes en Honduras: datos para su estudio (Tegucigalpa: Centro de Documentacin de Honduras, CEDOH, 1992). Tal conjunto bibliogrfico no incorpora historias migratorias frustra-das de alemanes, por ello la predominante imagen de su xito.

    12. Wagner. Los Alemanes en, C.2 y 3. Y Herrera. Los inmigrantes y el poder, 94.

    13. Walter L. Bernecker y Thomas Fischer. Alemania y Amrica Latina en la poca del imperialismo. 1871-1914. En: Revista de Historia (Heredia: EUNA-EUCR) 33 (enero-junio 1996): 9-42.

    14. Para 1897, haban en Costa Rica 342 alemanes (un 5.5% de la poblacin extranjera residente en el pas); mientras que para 1927 haban 685. En Guatemala, para 1897 eran 900. Vase Berth, 8; Herrera, Los inmigrantes y el poder, 102; Wagner, 113.

    15. Mario Samper. Caf, Trabajo y Sociedad en Centroamrica, (1870-1930): Una historia comn y divergente. En: Vctor Hugo Acua Ortega, (ed.). Historia General de Centroamrica. Tomo IV. (Madrid: FLACSO, 1993), 37. Vase tambin Herrera, Los inmigrantes y el poder, 130-131.

    16. Carolyn Hall. El caf y el desarrollo histrico-geogrfico de Costa Rica (San Jos: ECR, 1991), 86-87.

    17. Von Houwald, C.13; y Wagner, 169, 210-213.

    18. Von Houwald, C.12, 13 y 15. Infante, C.4. Wagner, C.8, 9 y 10.

    19. Wagner, C.13. Infante, 56-64. Von Houwald, C.9, 10 y 19.

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    20. Herrera, Los inmigrantes y el poder, C.4.

    21. Wagner, C. 4 y 7.

    22. Infante, 90. Argueta, 11-12.

    23. Tanto este como el siguiente cuadro incorpora buena parte del contenido de los artculos. Esto lo he hecho delibera-damente por cuanto se trata de hechos que, es posible, hasta ahora se revelan pblicamente. No he conocido todava ninguna investigacin, recopilacin o coleccin documental que los expusiera.

    24. Vanse varios casos en que noticias, muchas de origen estadounidense, acusaban al nazismo de planear su expansin en Costa Rica, Centroamrica y/o Amrica Latina, en La Tribuna, 9 de abril de 1938, 1, 7; 11 de setiembre de 1940, 1, 5; 20 de febrero de 1941, 1, 5; 27 de abril de 1941, 1, 2, 9; 29 de octubre de 1941, 1, 2.

    25. Eduardo Castro Saboro. Presentacin. En: Costa Rica al da. N1, ao 1. San Jos, octubre de 1934, 3. Agradezco profundamente a la investigadora Christiane Berth por facilitarme una copia de este interesante documento. El desta-cado en negrita en la cita es mo.

    26. Algunos de estos temas, relacionados con la intelectualidad en Costa Rica y Guatemala a fines del siglo XIX y primer tercio del XX, pueden verse en Steven Palmer. Hacia la Auto-inmigracin. El nacionalismo oficial en Costa Rica. 1870-1930. En: Arturo Taracena A., y Jean Piel. (comps.) Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamrica. (San Jos: EUCR, 1995), 75-85; Steven Palmer. Racismo intelectual en Costa Rica y Guatemala, 1870-1920. En: Mesoamrica (Guatemala-Vermont: CIRMA-PMS) 31 (Junio, 1996): 99-121. Marta Elena Casas Arz. La generacin del 20 en Guatemala y sus imaginarios de nacin (1920-1940). En: Marta Elena Casas Arz y Teresa Garca Girldez. Las redes intelectuales centroamericanas: un siglo de imaginarios nacionales (1820-1920)(Guatemala: F&G Editores, 2005), 270-290.

    27. Sobre la cuestin racial dentro de la ideologa nacionalsocialista, puede consultarse el libro de Adolfo Hitler. Mi lucha. (Buenos Aires: Editorial AURA, 1963), escrito a inicios de los aos veinte, donde resuma su visin de mundo y pre-sentaba el programa del Partido Nacionalsocialista. Vase tambin el estudio de Stanley Payne. El fascismo (Madrid: Alianza Editorial, 1994), 96-107.

    28. La Tribuna, 30 de octubre de 1934, 5.

    29. En cuanto a la hombra y su funcin nacional, no existen muchos estudios de ndole histrica para Costa Rica; podra verse por ejemplo la virilidad en el Repertorio Americano como fantasa reparadora de la desazn poltica y cultural de Hispanoamrica, en Manuel Sols Avendao y Alfonso Gonzlez Ortega. La identidad mutilada: Garca Monge y el Repertorio Americano. 1920-1930 (San Jos: EUCR, 1998), 211-226; sobre la masculinidad entre los trabajadores del ferrocarril al Atlntico, Carmen Murillo. Hombres, trenes y espacios pblicos en la Costa Rica decimonnica. En: Revista de Ciencias Sociales (San Jos, Universidad de Costa Rica) 76 (junio, 1997): 89-105; y sobre la masculinidad en el mundo de las bananeras en el caribe costarricense, vase el captulo Men of Respect: Authority and Violence, 1890s-1950s del libro de Lara Putnam. The Company they kept. Migrants and the politic of gender in Caribbean Costa Rica, 1870-1960 (Chapel Hill and London: The University of North Carolina Press, 2002), c.6. Sobre la relacin entre el nacionalsocialismo y la hombra, recurdese lo sealado por Stanley Payne, al decir que uno de los atributos de su estilo poltico y de su forma de organizacin estaba en la elevacin del principio de dominio masculino. Payne, 13. Basta con ver un conjunto fotogrfico respecto al hombre ario o a la juventud en tiempos del Tercer Reich para darse cuenta de las dimensiones estticas de esa hombra. Vase por ejemplo el libro de Robert E. Herzstein, de la serie La Segunda Guerra Mundial. Los nazis I (Barcelona: Time-Life y Ediciones Folio S.A., 1996), y su seccin Ensayos fotogrficos, donde aparecen fotografas sobre la crianza de la raza superior y de los espectculos brin-dados por la juventud en las concentraciones de Nremberg.

    30. Costa Rica al da, 29.

    31. Ibid. El destacado en negrita es mo.

    32. La Cervecera Gambinus S. A. fue fundada en 1932, uno de sus accionistas fue el alemn Max Effinger quien era descrito, junto con los dems accionistas, como hombres de negocios bien conocidos en nuestro ambiente. Bruce, O. R. La Cervecera Gambrinus, S.A.. En: Costa Rica al da. N1, ao 1, 39-43.

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    33. Archivo Nacional de Costa Rica (ANCR). Cajas de Relaciones Exteriores. N412, Flder 1. Alemania (1936).

    34. De este texto de Werner Rotter se hablar ms adelante.

    35. Sobre cuestiones de raza y gnero en el mito nacional costarricense, vase Lara Elizabeth Putnam. Ideologa racial, prctica social y Estado liberal en Costa Rica. En: Revista de Historia. (Heredia: EUNA-EUCR) 39 (enero-junio, 1999): 139-186.

    36. Sobre el tema, recientemente se realizaron producciones literarias y cinematogrficas, ciertamente de visin romntica, como el documental El barco prometido, de Luciano Capelli (2000), basado en el guin e investigacin de Yazmn Ross, quien tambin public su novela La flota negra (Mxico: Alfaguara, S.A., 2000). Estudios sobre la problemtica en s, pueden encontrarse en Carmen Murillo. Vaivn de arraigos y desarraigos: identidad afrocaribea en Costa Rica, 1870-1940. En: Revista de Historia. (Heredia: EUNA-EUCR) 39 (enero-junio, 1999): 187-206; Philippe Bourgois. Banano, etnia y lucha social en Centroamrica (San Jos: DEI, 1994), c.7; Carlos Melndez y Quince Duncan, El negro en Costa Rica (San Jos: Editorial Costa Rica, 1976), varias pginas; Theodore Draper. El nacionalismo negro en Estados Unidos (Madrid: Alianza Editorial, 1972), c.3.

    37. Dr. G. K. J., Historia y significado de las nuevas banderas de Alemania. En: Costa Rica al da, 51.

    38. En ese tipo de discusiones participaba tambin Jorge Volio quien, invitando al debate, criticaba la kultura nazi al tiempo que haca reconocimiento del espritu de Francia. Vanse los artculos de Lachner y Volio en La Tribuna del 2 de agosto de 1940, 1, 4.

    39. Vase La Tribuna del 30 de abril de 1941, 1, 4; y del 1 de mayo de 1941, 1, 4, para casos de capturas y expulsiones de alemanes ligados al nazismo; y la publicacin de una lista negra el 28 de junio de 1942, 13. Consltese tambin los trabajos citados de Torres, M. y Gertrud Peters, sobre el papel de la Junta de Custodia en la persecucin de alemanes; y el de Berth, para la experiencia traumtica de la deportacin de alemanes a campos de concentracin en Estados Unidos.

    40. Sobre la campaa electoral para las elecciones de 1944, vase La Tribuna, 18 de febrero de 1942, 4, en donde se informa que el Gauletier de Hitler, Len Corts, lanzara su candidatura. En adelante, y hasta 1944, la campaa centrada en identificar al nazismo con Corts fue incesante y en ocasiones no menos gratuita; denuncias sobre la supuesta influencia del alemn Max Effinger en el gobierno de Corts, o sobre el quintacolumnismo cortesista, en el mismo peridico los das 12 de junio de 1943, 5, y el 17 de diciembre de 1943, 5. Pueden consultarse tambin, sobre la campaa electoral para los comicios de 1944, los textos de Carlos Calvo Gamboa. Len Corts y su poca (San Jos: EUNED, 1982), 173-192, y Jorge Mario Salazar. Crisis liberal y Estado reformista. Anlisis poltico-electoral. 1914-1949 (San Jos: Editorial de la UCR, 2002), 227-233.

    41. Vase Dennis Arias Mora. La recepcin crtica del nacionalsocialismo entre la intelectualidad de izquierda en Costa Rica (1933-1943). Tesis de Maestra en Historia. Posgrado de Historia, Universidad de Costa Rica, San Jos, 2006, c.2.

    42. Vctor Faras. Los nazis en Chile (Barcelona: Editorial Seix Barral, 2000). Olaf Gaudig y Peter Veit El Partido Alemn Nacionalsocialista en Argentina, Brasil y Chile frente a las comunidades alemanas: 1933-1939. En: Estudios Interdisciplinarios de Amrica Latina y el Caribe. (Tel Aviv University) 6, n. 2, (julio