Revista de Historia Naval Nº15. Año 1986

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  • 8/13/2019 Revista de Historia Naval N15. Ao 1986

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    REVISTE

    HISTORI N V L

    Ao .

    INSTITUTO DE HISTORI Y CULTUR N V L RM D ESP L

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVISTADEHISTORIA NAVAL

    AoIV 1986 Nm. 15

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    REVISTA DE HISTORIA NAVALCONSEJO RECTORPresidente: Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, D. Federico Fernando de Bordej y Morencos, contralmirante.Vicepresidentey Director: Jefedel Departamento de Historia y Director del Museo Naval,D. Ricardo Cerezo Martnez, capitn de navo.

    Vocales: SecretarioGeneral dei Instituto de Historia y Cultura Naval, D.Juan Berenguer y Moreno de Guerra, capitn de navo.Redaccin: D.Mara Vign Tabar, Lda. en Biologa. D. M. del Pilar San Po

    Aladrn, Lda. en Filosofa y Letras. D. Beln Rivera Novo, Lda. enGeografa e Historia, y D. Lola Higueras Rodrguez, Lda. en Filosofa y Letras.D. Hugo ODonnell y Duque de Estrada, capitn de Infantera de.Marina, Ldo. en Derecho.Administracin: D.Jos Luis Pando Villarroya, teniente coronel de Intendencia de laArmada, y D. Paloma Moreno de Alborn Calvo.DIRECCIN Y ADMINISTRACIN:

    Museo NavalMontalbn, 2.28014 Madrid (Espaa).IMPRIME:

    Servicio de Publicaciones de la Armada.Publicacin trimestral: cuarto trimestre, 1986.Precio del ejemplar suelto: 450 ptas.Suscripcin anual:Espaa y Portugal: 1.400 ptas.Resto del mundo: 10 USA.Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-021 2-467XNIPO: 076-86-013-2Printed in Spain.CUBIERTA:

    Del libro Regimiento de Navegacin,por Pedro Medina. Sevilla, 1563.

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    SUMARIOPgs.

    La Infantera italiana para la empresa de Inglaterra, por HugoODonnell y Duque de Estrada5La dalca de Chilo. Su influencia en la exploracin austral. Contribucin a su estudio, por Manuel Puente Blanco19La coca, nave del medioevo, por Laureano Carboneli Relat45Las relaciones hispano-hanseticas durante el reinado de Felipe II,

    por Carlos Gmez-Centurin Jimnez65Existi una autntica Escuela Naval en la zona republicana?, porMargarita Barrionuevo y Mara Jess Melero85Aportacin a la Historia Hidrogrfica Espaola. El derrotero deCanarias de Varela y Ulloa, por Mara Jos Fernndez Morales99Documento113Noticias generales117Recensin 119

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    La direccin de esta REVISTA no se hace responsable de las opiniones expresadaspor los autores en sus artculos.La repriduccin y la traduccin, parcial o ntegra, de los textos e ilustracionesdebe ser previamente solicitada por escrito a la direccin de la REVISTA.

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    LA INFANTERIA ITALIANA PARALA EMPRESA DE INGLATERRA

    Hugo ODONNELL Y DUQE DE ESTRADACapitn de Infantera de Marina

    Publicado en esta Revista un trabajo sobre el contingente espaol que elejrcito de Flandes hubiera debido aportar para la invasin de Inglaterra en1588 (1), analizamos en el presente otro gran grupo del ejrcito de nacionesdestinado como aqul a proporcionar efectivos para la Gran Empresa.Desde los primeros planes ofensivos, Felipe II tiene la intencin de llevaritalianos, no slo para cubrir el elevado nmero de efectivos necesarios paraponer en prctica la mayor operacin blica de su poca, sino porque quiereque se trate de una empresa universal que concuerde con la motivacin yjustificacin basada en los intereses del mundo cristiano occidental. La Monarqua espaola constituye un microcosmos que, elevado por voluntad divina ala categora de brazo armado de la Iglesia, debe estar representado por sus- partes integrantes. Italia de norte a sur, continental e insular, est ms o

    menos integrada en la esfera de poder espaol. Slo Venecia parece establecer una poltica por su cuenta; de hecho no participar directamente, aunques lo harn algnos territorios de su zona de influencia como Albania, suministradora de cabllera ligera y Ragusa, fiel aliada naval.El papado y sus satiiites, otra potencia independiente, no puede inhibirseen un asunto que ella misma ha inducido y Saboya y Gnova mutuamenterecelosas, slo pueden mantener elsttu quo frente a Francia y entre ellas,bajo la proteccin de ese Emperador deItalia, sin ttulo, que es Felipe II.Las fuerzas italianas en Flandes.

    Desde la sublevacin de los Pases Bajos hay tropas italianas combatiendopor el Rey; analizaremos, sin embargo, la situacin e incremento sucesivodesde el punto de vista que nos ocupa, es decir, el asalto a Inglaterra y, por lotanto, desde que la invasin es un hecho decidido.

    (1) Revista de Historia Naval. Ao IV, 1986. nm. 13.Ao 1986

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    H. ODONNELL YDUQUE DE ESTRADAEn la primavera de 1586las fuerzas italianas en Flandes se reducan a dostercios, cuyos efectivos eran:

    T E RC 10 N.compaas Soldados Guarnicin CampaaDon Gastn de Spnola.Camilo Capizuca 98 900640 300 600640

    TOTAL 17 1.540 300 1.240(A.G.S. E-590-57.VerapndiceVII.)Para la expedicin a Inglaterra Farnesio estimaba necesario un nmero de6.000 italianos. El nmero de la gente conviene effectivamente que sean 30.000infantes (...). Para el cumplimiento podran ser (...) 6.000 italianos (...)(Parma al Rey 20 abril 1586 (2)).La notable diferencia entre efectivos y necesidades obliga a Farnesio a instar continuamente al Rey que le enve refuerzos italianos ya que ... comoahora estn los tercios (...) y banderas no son ni pueden ser del servicio que se

    pretende (...) (30 marzo-86 (3)).Expone al Rey tambin la idea de que las banderas que vengan sean lasmenos posibles y el nmero de capitanes reducido al mximo, eso s, las banderas muy llenas porque (...) allende que habr menos que reformar, no harnapariencia (...) (19 abril de 1586 (4)).Por carta fechada el 29 de abril de este mismo ao concreta ms las necesidades y seala los posibles lugares de leva: (...) se podran nombrar 12 capitanes y encargarles que las compaas fueran de 500 hombres y no menos cadauna y la gente del Estado Eclesistico y del reino de Npoles que son ms paratrabajo y saldrn mejor, y no parezca grande el nmero de 500 por compaaporque como es nacin que se consume ms fcilmente que la espaola y sevuelven a sus casas no han de ser menos para que cuando ac lleguen y a sutiempo sea el nmero cumplido (...) (5).Una vez hubieran llegado las banderas, se podran incluir en los dos tercios, con lo que cada uno tendra 15; crear otro tercio sera desaconsejable.Los que viniesen por dems podran quedar en Flandes con el Conde Mansfe It.Para facilitar las gestiones diplomticas y administrativas, Felipe II proveelos cargos vacantes con personas especialmente capacitadas. As es nom

    (2) A.G.S. E-590-125.(3) A.G.S. E-590-34.(4) A.G.S. E-590-54.(5) A.G.S. E-590-56.6 15

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    LA INFANTERA ITALIANA PARA LA EMPRESA DE INGLATERRAbrado Juan de Ziga, Conde de Miranda, virrey de Npoles. Herrera refierelos motivos de su eleccin: Como el Rey Catlico iba pensando en lo que convena para hacer el debido resentimiento con la Reina de Inglaterra por lasofensas recibidas, entre las dems cosas provea en los reinos, en donde habapensado hacer las provisiones para la guerra, de ministros en quien confiabaque ejecutaran sus rdenes con la diligenciay puntualidad que para tales cosasse requiere (...) (6).El Duque de Terranova desde Miln tendra la misin de facilitar el trnsito y aprovisionamiento de la fuerza. Pedro de Mendoza desde Gnova la deobtener de la Seora la imprescindible licencia para levantar gente en la islade Crcega. El Conde de Olivares, embajador ante la Santa Sede desplegaratoda su ciencia diplomtica en bien de la empresa. Entre los prncipes italianos se cuenta con un buen aliado: Francesco Mara Feltrio de la Royere,Duque de Urbino.El tercio de napolitanos.

    Por carta de 4 de marzo de 1587 notifica el Rey al Conde de Miranda sudecisin de enviar italianos a Flandes, ya que su nmero est muy disminuidoy hace mucho tiempo que no se hace. Le encarga por tanto que levante 3,500a 4.000 napolitanos para que puedan llegar 3.000 indemnes, debiendo embarcarse durante el mes de abril en las galeras de Npoles hasta Gnova paraseguir el camino. Las pagas hasta Flandes las aportara Miranda. Por tenerseexperiencia de que sale ms de servicio nombrar por mla cabeza y los capitanes que cuando se deja al coronel (...), le ordena que designe un maestre decampo en su nombre y tambin a los capitanes. Por ltimo le da prisa para quela gent llegue antes de terminar el verano (7).El Conde de Miranda informa al Rey el 5 de mayo del nombramiento deCarlo Spirello, teniendo consideracin asus servicios y a que es hombre de mssustancia de los que se pudiera echar mano para este efecto (8).El elegido no careca efectivamente de mrito ya que haba demostrado suvala en Lepanto y en la Campaa de Portugal del ao 80. A esta eleccinFelipe II dar su consentimiento y expresar su satisfaccin por ser hombre deexperiencia (Felipe II a Miranda 6 de julio 87(9)).A fin de que nada retrasase a los expedicionarios, Pedro de Mendozahaba sido advertido en Gnova que tuviera previsto el desembarco y paso,debiendo colaborar con el gobernador de Miln, encargado de enviar comisarios y guas (10).

    (6) Cabrera de Crdoba, L.: Historia de Felipe II. Madrid, 1876.(7) .G.S. E-1089-119.(8) A.G.S. E-1089-34.(9) A.G.S. E-1089-164.(10) A.G.S. E-1419-51.

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    H. ODONNELL YDLJQUE DE ESTRADA

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    Ruta seguida por las levas italianas8 Nm. 15

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    LA INFANTERA ITALIANA PARA LA EMPRESA DE INGLATERRACon gran celeridad se prepara el itinerario de la manera ms racional posible para que se haga el paso con toda comodidad satisfaccin y gusto de las tierras por donde pasan (11).El 9 de julio avisa Pedro de Mendoza que todo est listo, las vituallas delas etapas almacenadas a pesar de las dificultades causadas por la sequa quehay en los confines de este estado y los comisarios de Terranova preparadospara recibir a la gente y el aviamiento de ella (12).El desembarco se prepara en Baya de Saona y se tiene previsto el pasopara 4.000 bocas (13).Por carta de 19 de junio el Conde de Miranda informa al Duque de Terranova que el 26 27 estara toda la gente movilizada y lista para embarcar enlas galeras. Los efectivos ascenderan a 4.000 hombres distribuidos en 20compaas que habran recibido dos pagas adelantadas.Para atender a la compra de bastimentos les son entregadas a los comisarios que esperan en Baya 5.500 escudos (14).El 29 de junio se informa desde Npoles a Miln que ha sido embarcadala infantera en 15 galeras hacia la ciudad de Npoles donde se les tomaramuestra. De ah partiran hacia Gnova (Baya) para llegar, con buen tiempo,ocho das despus (15).Estas previsiones y el aviso de Miranda de que saldran definitivamente el4 de julio se ven retrasadas porque las galeras no estn en orden; el da 17todava no se tienen noticias en Miln de la partida, circunstancia de la que sequeja Terranova, ya que al disponer de ms tiempo podra haber adquiridotrigo nuevo a mejor precio.Para atender a los gastos totales del pasaje, Terranova cuenta con 50.000escudos que ha recibido del Rey ms 40.000 del Duque de Parma, ms 25.000del Conde de Miranda (16).Inquieto por la falta de noticias escribe el Rey a Miranda el 6 de julio queno puede pensar que a esta hora no haya enviado a Gnova el tercio de italianos (17).Por fin y tras una sofocante travesa a bordo de las galeras de Npoles,atracan en Baya el 20 de julio de 1587. Los comisarios enviados desde Milnse hacen cargo del bagaje y se pasa muestra, de la que resultan 4.117 soldadosen 20 banderas mandadas por capitanes de la nobleza napolitana, tan bienarmados y disciplinados que no parecan infantera nueva (Terranova al Rey,31 de julio 1587 (18)).Las indecisiones del Duque de Saboya y la mala cosecha determinan un

    (11) A.G.S. E-1419-6.(12) A.G.S. E-1419-12.(13) A.G.S. E-1419-9.(14) A.G.S. E-1419-17.(15) A.G.S. E-1419-12.(16) A.G.S. E-1262-21.(17) A.G.S. E-1089-164.(18) A.G;S. E-1262-26.

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    H. ODONNELL Y DUQUE DE ESTRADAnuevo retraso de la fuerza que el 1 de agosto an no haba hecho su entradaen el Milanesado (19).Terranova los entretuvo hasta tener prevenido totalmente el paso deSaboya (20).Aunque el Duque deseaba que la gente entrase en Piamonte sin detenersese hizo necesario hacer alto un par de das para descansar del trabajo de la mary calores que han padecido por ser gente moza y que sale del regazo de sus casaspara disponerla mejor a lajornada.Para los tres primeros das de agosto se anuncia la entrada en Piamontedond las vituallas estn prevenidas, mientras se aprestan las de Saboya, yaque Parma no puede atender ms que a las de Borgoa y Lorena; gracias altrigo de Sicilia se ha podido preparar todo. El Duque de Saboya ha concedidopaso por el Mont Cins para estas fuerzas; como contina la peste de Chambery se procurar atravesar lo ms rpidamente posible (el Duque de Terranova al Rey, 31julio 87 (21)).Con fecha 4 de agosto el Rey expone al gobernador de Miln su esperanzadeque los napolitanos estn muy adelantados en su camino (22). Sinembargono es as, Farnesio informa el da 22 que el tercio de Spinelli no entrara enBorgoa hasta el 24 25.Hasta el 18 de septiembre Parma no puede confirmar la noticia (...)comenz a entrar en Borgoa a 24 del pasado, presto le tendremos en Luxemburgo (23).El paso de esta tropa llam la atencin a travs de los diferentes estadosdebido a sus esplndidos ropajes y armaduras. El cronista Antonio Carnerono evit su comentario: (...) Todos tan lucidos que no haba coselete que nofuese grabado y muchos dorados, ni cabo de mosquete que no fuese grabado ytan galanes y bizarros que de muchos bordadosyplumas parecan mas cuadrillas de torneantes de fiestas que soldados para la guerra (24).Al pasar por Nancy sali a recibirlos el Duque de Lorena que de igualforma que el de Saboya, hubiera querido valerse de ellos durante algntiempo y emplear esta fuerza contra los hugonotes.El 10 de octubre entran en Luxemburgo (25), y a principios de noviembreestn ya en los Pases Bajos donde les espera la orden de entregar 8 banderas(unos 1.600 hombres) para que entren en guarniciones y releven a un nmeroequivalente de valones y alemanes destinados para la expedicin (26). Las 12restantes quedan en campaa, en principio para formar el ncleo del ejrcitode maniobra destinado a permanecer en Flandes.

    (19) A.G.S. E-1262-29.(20) A.G.S. E-1262-33.(21) A.G.S. E-1262-26.(22) A.G.S. E-1419-83.(23) A.G.S. E-592-118.(24) Carnero, A.: Historia de las guerras civiles que ha habido en los estados de Flandesdesde el ao 1559 hasta el 1609y las causas de la rebelin de dichos estados. Bruselas, 1625.(25) A.G.S. E-598-138.(26) A.G.S. E-592-140.

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    LA INFANTERA ITALIANA PARA LA EMPRESA DE INGLATERRAEsta decisin del Duque de Parma de no reservar ninguna bandera parala jornada de Inglaterra pudo deberse a la mala impresin (contra la opiningeneral y del Duque de Terranova en particular) que sac desde el primer dasobre la utilidad blica de esta unidad: (...) y como luego que vi el mismoTercio tan adornado de galas y de armas, entonces dixo festivamente, que lepareca un Tercio Theatral, compuesto para escaramuza de juego (...) (27).En forma similar a las expediciones de espaoles, muchos napolitanoshuyeron a lo largo del camino; por carta de Terranova al Rey de 9 de octubrese informa que muchos desertores se van volviendo por no ir a Flandes y quese han prendido a 21 napolitanos aunque huyen todos de tocar este Estado(Miln) por lapena que hallaran aparejada si aportaren a l(28).Las compaas que no entraron de guarnicin son repartidas a principiosde 1588 entre Breda, Grove, Van Loo, Rusemunda, Diste y hacia Geldres.

    (Parma al Rey, 31 enero 1588 (29)).Sobre las vicisitudes de esta unidad nos contina diciendo Carnero: estetercio aunque al principio se apur mucho y disminuy por ayer llegado a laboca del inbierno y ser tan rigurosos losfros de los Estados, y venir ellos de unclima tan diferente. Los que despus quedaron aprovaron muy bien y sirvieroncon gran valor y aun lo hacan aunque pocos que an quedado.En efecto, la nacin italiana habra de padecer durante el otoo e invierno87-88 grandes bajas por enfermedad o fro. Sin embargo, el tercio de Spinellifue el que menos sufri de todos: de los italianosque ha trado Carlos Espinellihan cado malos y muertos suparte pero no tanto como de los otros porque enfin han estado al cubierto (Parma al Rey, 31 enero 88 (30)).Pronto tuvieron ocasin de probar su valor en la campaa de Bona(Bonn) que tuvo como objeto la conquista de esta ciudad.Los italianos de BlasCapizuca.

    Orden el Rey que Biagio Cappizuchi hiciese en el estado del duque deUrbino un tercio de infantera (...) (Cardenal Bentivollo (31)).(...) Alexandro (...), havia despachado a Italia a Blas Capissuccio Capitnde Corazas, varon en la milicia de valor e ossadia, para levantar en ellapor/omenos cuatro mil hombres: con cartas para el Pontfice Sixto, para la Repblica de Gnova, y para el Duque de Urbino, pidindoles en nombre del Rey,que no tuviessen a mal, el que se hiziessen levas en sus Estados (...) (32).El 18de junio de 1587 anuncia Terranova al Rey desde Miln la llegada deBiasio Capiuca con la orden de reclutar 4 5.000 hombres en la Romaa,

    (27) Estrada, Famiano: Dcada.s de las guerras de Flandes. Colonia, 1682.(28) A.G.S. E-1262-57.(29) A.G.S. E-594-10.(30) A.G.S. E-594-8.

    (31) Libro IV. Madrid, 1643.(32) Estrada, Famiano: Dcadas de las guerras de Flandes. Colonia, 1682.Ao 1986

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    H. ODONNELL YDLJQUE DE ESTRADAUrbino, Parma, Ferrara y Crcega; como tiene 20.000 escudos podr dar 500a cada capitn para que se encargue de formar su compaa (33).El capitn traa instrucciones de ceder algunas patentes de nombramientoal Papa y al Duque de Urbino (Strada) (34).Del dinero del Rey, 4.500 escudos se dan a los capitanes de Crcega,Parma y Ferrara; los 15.500 restantes los lleva Capizuca a Roma mientrasbusca los mejores lugares para recibir la gente, alojarla y tomarle muestra.El gobernador de Miln solicita ms dinero para prevenir vituallas pues noha de venir a discrecin ni sin pagar lo que comen (35).Desde el 15 de mayo Pedro de Mendoza ha venido haciendo gestiones,siguiendo instrucciones de Farnesio, cerca de la Seora de Gnova a fin deobtener licencia para levantar 500 600 soldados en Crcega, dominio genovs. -Por carta de 9 de junio informa al Rey que fue al Senado y hall en buenadisposicin al Dux, pese a estar Crcega muy falta de defensores y amenazadadel turco. Recalca que conseguir corsos es oportuno para apartarlos de Francia y que conozcan el Imperio espaol (36).Terranova, por su parte, desde el 28 de mayo tiene instrucciones directasdel Rey respecto al Duque de Urbino y la leva en su territorio. El nombramiento de los capitanes se reserva a su seor natural, atento siempre en agradar a Felipe 11(37).

    El Papa Sixto V tras alguna dilacin, da por fin su consentimiento para laleva en su estado, circunstancia que notifica el Conde de Olivares a Juan deIdiquez, secretario del Rey el 26 de junio (38).Las instrucciones reales eran las de reunir la gente, ya formando tercio oen compaas sueltas, segn le viniese mejor al Duque de Parma (el Rey aTerranova, 28 de mayo 87 (39)).Famiano Estrada nos aclara esta cuestin: Los llev Blas a Flandes sinMaestre de Campo alguno, por estar destinados para llenar los dos tercios italianos (40).Para el 17 de julio la leva est prcticamente terminada y se espera porhoras su entrada en Lombarda (41).Como quiera que van llegando por grupos y lentamente hasta el da 22,Capizuca no puede dar cuenta del resultado de su leva al gobernador deMiln. Solicitado alojamiento para ir recogiendo la gnte segn fuese llegando, Terranova los aloja en la regin de Cremona, el Lodesano y zona de(33) A.G.S. E-1262-12.(34) A.G.S. E-1262-12.(35) A.G.S. E-1262-12.(36) A.GS. E-1419-1.(37) A.G.S. E-1262-88.(38) A.G.S. E-948-232.(39) A.G.S. E-1262-88.(40) Estrada, obra citada.(41) Terranova al Rey, A.G.S.-1262-21.

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    LA INFANTERA ITALIANA PARA LA EMPRESA DE INGLATERRANovara, sealando como plaza de muestra Paestre y el burgo de Vercelli enel confn del Piamonte, para seguir sin ms demora el camino de Flandes; allse prepara tambin el dinero de una paga para saldar lo gastado en Lombarda y que les quede algo para el camino. Queda as establecido el Milanesadocomo zona de reunin de la dispersa leva; los romanos vienen por mar y tambin se espera por esta va a los 600 corsos que por estas fechas an no han llegado y para los que Terranova solicita de Andrea Doria dos galeras a fin deque no queden rezagados; el resto va llegando por tierra sin tenerse an tampoco noticias de los reclutados en el ducado de Urbino.La impresin que daesta gente no es tan buena como la de los napolitanos: Como estagente se ha levantado apedazos y en diversaspartes, no sale tande servicio como se haba pensado y la napolitana le har gran ventaja.La gente viene tan falta de medios, desnuda y desarmada que la partida hade diferirse unos quince das para reunirse, descansar, equiparse y armarseque es lo que sobre tod encarga el Duque de Parma, porque si bien pens queall (Flandes) pudiera armarse, despus ha escrito que ac se haga por haberdispuesto de las armas en otra cosa (Terranova al Rey, Miln, 31 de julio de1587 (42)). Con todo esto el Gobernador no cree que se pueda dar muestrahasta el 8 10 de agosto, fecha para la que ya estarn listas las ltimas etapasy provisiones y los comisarios Dardanon y Berozo habrn indemnizado eldao que el paso de los napolitanos hubiese podido causar (43).Por carta de 4 de agosto a Jun de Idiquez, Terranova le dice que la gente

    va entrando en sus alojmientos aunque ms despacio de lo que convena (44).El Rey entre tanto se impcienta; ya haba hecho sealar por carta de 23 dejulio a Terranova que, a la vista de que la leva de napolitanos haba sidonumerosa, lo importante no era que los de Capizuca fueran tantos, sino quellegasen a tiempo para servir en algo aquel verano y no entren directamentea invernar (45).La dilacin en la llegada y reunin de los expedicionarios mortifica grandemente al Duque de Terranova que as lo vuelve a ratificar a Juan de Idiquez el 15 de agosto desde Monza (46).Pero las circunstancias mandan y la epidemia de peste hace que el Duquede Saboya cambie la ruta transalpina a travs del valle de Aosta que en unprincipio estaba prevista, por la de Vercelles para atravesar el Mont Cins porlos mismos pasos que los sealados a los napolitanos, lo que obliga a los comisarios de Terranova a prepararlo todo de nuevo y suspender los conciertoscon los proveedores del valle de Aosta. El voluble Duque de Saboya vuelvea cambiar de opinin al enterarse que la peste ha hecho mella en Momilln,Barguieto y Belley, villas del camino del Mont Cins y que sus vasallos de(42) A.G.S. E-1262-26.(43) A.G.S. E-1262-46.(44) A.G.S. E-1262-33.(45) A.G.S. E-1262-104.(46) A.G.S. E-1262-37.

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    H. ODONNELL YDUQUEDEESTRADAaquella zona han sufrido el paso de los napolitanos y los inevitables pillajes.Queda por tanto permitido el paso por el valle de Aosta y el Pequeo San Bernardo, pero todos estos cambios de ltima hora han causado un lamentableretraso. Por fin el 11 de septiembre anuncia Terranova al Rey: Los italianosdel Capezucca comenaran a llegar a partir de maana.El da 8 se les haba tomado muestra quatro mil nuevecientos y tantos soldados sin los corsos que an no haban comparecido.La opinin sobre ellos ha variado; segn los oficiales de muestras es todala gente muy luzida, de 1rabajoy de servicio.La expedicin recibe rdenes de marchar prevenida ante los rumores delevas francesas en el cantn de Berna, aunque no parece probable que se atrevan a atacar a los italianos (Terranova al Rey, 11 de septiembre del 87(47)).En ltimo momento llegan los corsos y se unen a la expedicin, quedandola fuerza con los siguientes efectivos al iniciar el camino (48):

    CAPITANES SoldadosCamilo MendeliFabrianoGraciano de PerosaAmico de AmiciHoracio de FontanaConde Nicols RangoniCoronelo GuenaSylla de PesaroJacobo Juan FelicianoCelso CelsiFioravanteJustiniano (corsos)

    450450400450450450450450450500450600

    TOTAL 5.550Estas compaas (a excepcin de los corsos de ltima hora) fueron equilibradas en cuanto a sus efectivos; Estrada, cuyas cifras son rigurosas, sealaque originariamente la de Celsio de Celsis contaba con 583 y la de

    Rangoni con 614 (49).(47) A.G.S. E-1262-59.(48) A.G.S. E-1262-27.(49) Estrada, F., obra citada.

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    H. ODONNELL YDUQUE DE ESTRADALa conducta de estas fuerzas durante su itinerario resulta peor que la delos catalanes del tercio bandolero (D. Pedro de Mendoza al Rey (50)).El tiempo les es adverso y hasta mediados de noviembre no llegan aNamur. En la ribera del Mosa se les pasa muestra de nuevo de la que resultannicamente 3.800 italianos continentales y 450 corsos. A pesar de las inclemencias del tiempo no vienen tantos enfermos como en las levas espaolas yresultan 3.500 de servicio.Como su misin es la de reforzar los dos tercios viejos cruzan a continuacin el Escalda hacia Tenamonda (Denderinonde) y de all se dirigen aAssene en espera de los tercios que para entonces regresan de los cuartelesdel Rhin y se encuentran en Tornaut (Parma al Rey, 14 de noviembre 1587

    (51)).Los alojamientos de los primeros meses dejan tanto que desear que prontose desencadena una epidemia: los italianos nuevos no slo caen malos masmueren a furia (...) (Parma al Rey, 21 dic. 87 (52)). ... ha sido forzoso retirarlos ya que estaban a descubierto, sin lea sin la que no es posible pasar la vidaen este tiempo, las aguas las anegaron... Se les da alojamiento nuvo en laribera del Lisa, en pueblos destinados para tenerlos ms a mano para elembarque y cerca de la marina. Pero ya el mal se haba cebado en los italianosy el remedio llega tarde: estas incomodidades en los alojamientos han sido ocasin de que (sobre todo italianos, alemanes y valones) la mayor parte hayancado enfermos y que muchos hayan muerto, y (...) de los italianos tantos quees lstima, porque de los que ha trado el capitn Blas Capizuca han muertoms de 1.000 por hospitales de los que van muriendo algunos (Parma al Rey,31-1-88 (53)).Antonio Carnero en su Historia de las Guerras de Flandes da unas cifrasmenores de bajas: Peor aprobaron los que trajo Blas Capizuca que pasaban de2.500, porque en un solo alojamiento que tuvieron en la villa de Asnede juntoa Gante se murieron pasados de 800yde esta manera se acab la mayor parte,no pudiendo formarse terciode ellos y apenas rehinchir los dos viejos que habade aquella nacin (54).Sin embargo no todo ha sido culpa del mal alojamiento: ... han menguadotanto por haber marchado tan aprisa y en tiempo tan recio y lleno de aguas ypara estar junto a los embarcaderos alojados tan mal... (55).Repartidos entre los dos tercios viejos de Camilo Capissuccio y Gastn deEspnola, parten hacia los alrededores de Niuport el 8 de junio de 1588.

    (50) A.G.S. E-1419-56.(51) A.G.S. E-592-141.(52) A.G.S. E-592-149.(53) A.G.S. E-594-8.(54) Camero, A., obra citada.(55) A.G.S. E-594-7.16 15

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    LA INFANTERA ITALIANA PARA LA EMPRESA DE INGLATERRASituacin final de la infantera italiana.

    La relacinparticular de lo que monta un mes de sueldo de todo el ejercitode 29 de abril de 1588 (56), da unos efectivos de 5.339 infantes italianos enFlandes distribuidos en la siguiente forma:

    TERCIO Nmerode banderas Nmerode hombres

    Camilo CapizucaD. Gastn EspnolaCarlos EspineloCas. Francas de Fabio, Matalom yAnbal Bacano

    1515202

    1.7201.5411.895

    183TOTAL 52 5339

    (Ver apndice XII.)

    Si bien en un principio se pens en enviar a Inglaterra un cuerpo de 6.000italianos, como quiera que a la vista de los efectivos esto no resultaba factible,se redujo a 3.000 (Strada, Coloma).Las unidades seleccionadas para la emprsa fueron los dos tercios viejosde Camilo Capizuca y Gastn Espnola que como hemos indicado, el 8 dejunio se dirigieron a un lugar yermo, junto a la villa de Neoporte, que se llamaLombarda (57).El tercio de Carlo Espinelo es enviado a la campaa de Bona (8junio 88)(58), con lo que queda al margen de la empresa.El da 8 de agosto y en presencia de Alejandro Farnesio embarcaron enNiuport las fuerzas italianas destinadas en Inglaterra (Parma al Rey, 10agosto 88 (59)).Estas fuerzas, si triunfara la invasin, tenan una misin posterior para elcaso de que Parma y Medinasidonia decidiesen atacar y divertir en Irlanda, yaque juntamente con los alemanes haban sido designados para ello (60).

    (56) A.G.S. E-594-192 al 200.(57) Capitn Alonso Vzquez: Los sucesos de Flandesy Franciadel tiempo de AlejandroFarnesio, en C.O.D.O.I.N., tomo LXXIII.(58) A.G.S. E-594-75.(59) A.G.S. E-594-125.(60) A.G.S. E-594-3.Ao 1986

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    H. ODONNELL YDUQUEDEESTRADAConclusiones.

    Las levas de Italia haban constituido un sorprendente xito, superndoselos clculos ms optimistas y rebasando ampliamente el margen que exiga elndice normal de bajas.Sin embargo, una serie de factores va a determinar que el nmero de italianos expedicionarios tenga que reducirse a la mitad, cubrindose con otrasnaciones (valones y alemanes) ya que ni en todos los Pases Bajos campaay guarniciones llegan a los 6.000 previstos.El empleo continuo de las unidades veteranas en campaa paralelas contra los rebeldes y a favor del elector de Colonia determina el desgastede stas para la empresa. El desconocimiento del momento en que la flota deMedinasidonia har su aparicin frente a los puertos de embarque, obliga enun primer momento a acelerar el ritmo de marcha de los reclutas, lo que provoca no pocas bajas por agotamiento, enfermedad y deserciones, para luegoproducirse una demora que obliga a acantonar las tropas en condiciones sanitarias insatisfactorias.Un clima especialmente desfavorable, un pas devastado en sus zonas dereunin y unos alojamientos provisionales previstos para el otoo del 87 quehaban de durar casi un ao completo, con un invierno de por medio especialmente crudo, desatarn las inevitables epidemias.La moral en fin de una tropa que de un clmax festivo en su clida tierranatal a la hora de los vistosos desfiles de recluta, se va a encontrar enferma einactiva y abandonada en su suerte, determinar un notable ndice de desercin.El abandono de la empresa debi constituir el fin de la ltima de sus motivaciones, aunque pronto fueron empleados en otras misiones.Como acertadamente dice Carnero: Los que despus quedaron aprovaronbien y sirvieron con gran valor y an lo hacan aunque pocos han quedado.Y es que una criba semejante es algo ms que una mera seleccin natural.

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    LA DALCA DE CHILOE.SU INFLUENCIA EN LAEXPLORACION AUSTRAL..CONTRIBUCION A SU ESTUDIO

    Manuel PUENTE BLANCOIntroduccin.

    En el continente americano, el archipilago de Chilo constituy, sinduda, el baluarte ms alejado y meridional de la colonizacin hispnica.Descubierto por los espaoles en la primera poca de la conquista, fuepoblado en 1567, al fundar el teniente general del reino de Chile, Martn Ruizde Gamboa, la ciudad de Santiago de Castro de la Nueva Galicia en la costaoriental de la isla grande. Ante ellos se abra una extraordinaria regin constituida por un fantstico laberinto de miles de islas e islotes, de canales y fiordos y de elevadas montaas con extensos glaciares, conjunto ste que se hadado en llamar Archipilago Patagnico y que se extiende a lo largo delextremo austral de las costas chilenas del Pacfico entre los 42 y 56 de latitud sur.A la llegada de los espaoles, dos tipos de aborgenes tenan su punto decontacto en la isla de Chilo: los chonos y los huiliches, estos ltimos, queeran de raza araucana y reciban en esta zona la denominacin de cuncos,constituan una poblacin agrcola y sedentaria que practicaba una incipienteganadera, pero que tambin aprovechaba, como complemento, los recursosmarinos y posea embarcaciones a las que denominaban dalcas. Los chonoseran, por el contrario, navegantes nmadas que vagaban por las costas de lasislas y canales dedicados a la caza y a la pesca.La frontera entre ambos pueblos estaba situada a la altura del tercio austral de la isla y sus relaciones eran, por lo general, malas, con roces y enfrentamientos que continuaron despus de la llegada de los conquistadores. En elnorte, el rea de los cuncos abarcaba una faja de territorio continental quecomprenda desde la latitud de Valdivia hasta las costas del canal de Chacao,ocupando toda la zona entre el mar y la cordillera, mientras que el punto msaustral de las correras de los chonos era el actual canal de Moraleda y laintrincada red de islas e islotes existentes entre aqul y el mar libre, en las cercanas de la pennsula de Taitao. Desde este ltimo punto y hasta el estrechode Magallanes, otra raza de navegantes aborgenes del mismo tronco tnico

    que los chonos, pero ms primitiva an y que hoy conocemos como alacalufe,arrastraba en el mayor desamparo una miserable existencia.En los albores del siglo xvii, las primeras agresiones del pirata holandsSimn de Cords y el terrible alzamiento araucano en la regin continental,Ao 1986

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    M. PUENTE BLANCOcon la prdida de varias ciudades, significaron, junto con la cada de Osorno,en 1602, el aislamiento definitivo de Chilo, que, a lo largo de algo ms de dossiglos y hasta su prdida definitiva en 1826, estuvo unida al Chile ocupado porlos espaoles solamente por va martima. Este hecho ocasionar una especial fisonoma en el desarrollo posterior de la colonia, ya que deber desplegar soluciones locales a los problemas que su situacin de lejana le ocasionaba.Este constante aislamiento a travs de los siglos y la situacin de Chilocomo ltima y ms alejada posesin del Imperio, constituyendo una posicinde frontera mvil y martima, lo convirtieron en un centro de irradiacin derutas y empresas, cuyo denominador comn era el mar. Este determinantevital hizo de los chilotes un pueblo eminentemente marinero. A esta dependencia constante y absoluta del mar se debe, asimismo, la gran importanciadel medio de transporte a utilizar, dado que, para todas las actividades de lavida islea, el nico medio de transporte era la va martima. Los espaoles,ya desde los primeros momentos de la colonizacin, descartaron la utilizacinde embarcaciones convencionales por el riesgo que implicaba aventurarsecon ellas en los canales sembrados de escollos y bajos entre fuertes corrientesencontradas. A todo ello se aadan las dificultades que presentaba el clima,con sus temporales del oeste, lluvias y nieblas bajas habituales, y el desconocimiento general de los casi inexistentes puertos, lo que haca muy problemtica la entrada de las naves, aunque fuera de escaso calado, en zonas estrechas y de poco fondo. Los primeros naufragios obligaron a los colonizadoresa buscar otras soluciones, en las que la lgica indicaba aprovechar la expenencia marinera de los indgenas y sus primitivas embarcaciones; stas eran dedos tipos: la canoa y la piragua; estos nombres, que no correspondan a unaetimologa local, eran voces aborgenes importadas por los espaoles desdeel norte sudamericano. La canoa era un apelativo arahuaca y designaba unaembarcacin monxila; la piragua era una voz caribe con la que los espaolesdesignaron un interesante tipo de embarcacin, confeccionado con piezasseparadas que se unan entre s y que en la regin reciba el nombre araucanode dalca. Este tipo sera posteriormente identificado como piragua de tablascosidas.La canoa monxila.

    Aunque este tipo de embarcacin ha sido analizado en profundidad porbuen nmero de estudiosos, para poder realizar comparaciones, parece procedente establecer una breve resea de la misma en la regin que nos ocupa.El nombre que reciba en Chilo era el trmino araucano bongo, que se conserva actualmente en algunas zonas; consista en una embarcacin de una solapieza excavada en el tronco de un rbol, siendo las especies ms utilizadas: elalerce, el ciprs y el coihue, por este orden de preferencia. Para su construccin se elega un grueso ejemplar al que, mediante el fuego y con herramien20 Nm. 15

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    LA DALCA DE CHJLOE. SU INFLUENCIA ENLA EXPLORA ClON...tas primitivas, que segn el hbitat podan ser metlicas, de piedra o simplemente conchas afiladas, se iba dando la forma adecuada. La elaboracin eralarga y fatigosa y el resultado final obtenido ofreca escaso rendimiento, yaque la embarcacin tena una utilizacin muy restringida, dada su nfima estabilidad. Era til, solamente, para el trfico interior, de poca distancia y marencalmada, ya que no admita ningn tipo de vela. Se manejaba por medio deremos muy cortos a los que los espaoles llamaron pagayes. Al arribo de losconquistadores en la segunda mitad del siglo XVI,su rea de utilizacin estabacircunscrita a los estrechos caales existentes entre las islas ms prximas aChilo y sus dimensiones muy raramente sobrepasaban los 6 m de eslora.Aunque con restricciones, fueron tambin utilizadas por los espaoles, quienes, al poseer mejores herramientas, incorporaron soluciones procedentes dela piragua.

    Una de las descripciones ms precisas de la poca colonial es la del jesuitaDiego Rosales, quien en su libro Historia General de Chile, escrito entre 1666y 1674, nos dice: La otra embarcacin muy usada en este reino es de canoas:derriban un rbol grueso y alto, desbastan el tronco o plan que ha de servir dequilla; cavan el corazn hasta dejar elplan de cuatro dedos de grueso, y los costados poco ms de dos, y acomodan el hueco para buque, la extremidad msdelgad para proa y la ms gruesa para popa, donde se asienta el que gobiernacon una pala que llaman canaletey cuando es grande, sirven otros dos de remeros, y reman en pie sin estribar en el borde de la canoa con que la traen tan ligeraque apenas toca el agua,pero, como son redondas, son celosas y suelen trastornarse. Son moderadas y la mayor que he visto fue en Tolten, capaz de treintapersonas. Ms adelante y refirindose a la construccin expone: No son enChile los rboles tan gruesos como en el Brasil y Nueva Granqda, ni tienen losindios instrumentos con que labrar los palos que no alcanzan, sino un toqui ouna azuelilla de tamao de un formn, que las encavan como martillo y con suflema van cavando un rbol grueso, gastando mucha chicha en tres tiempos:uno, al cortar el rbol; otro al desbastarle;y otro al concavarle, y otro gasto alecharle al agua. Y los indios de antes como los de las provincias cercanas alestrecho de Magallanes, hacen las canoas con gran trabajo, y cavan un troncomuy grueso con fuego, y con unas conchas del mar le van rayendo, aplicandoel fuego moderadamente alrededor del rbol atendiendo a que no gaste sinoaquella parte necesaria para derribarle, y con lentas llamas le trozan, sucediendo las conchas; que ni tienen ni ms hachas ni azuelas para descortezarle,pulirle y darle perfeccin. Ycon el mismo trabajo y falta de herramientas abrenel buque, quemando a pausas el corazn del rbol y raspando con las conchaslo que labra elfuego; y aunque tarde y espaciosamente vienen a sacar su embarcacin tan bien labrada como si tuvieran los instrumentos necesarios. Conestas, aunque dbiles canoas, se arrojan al mar a pescar, como hacen los de laImperial en lapesca de la corvina, que es muy copiosa, y tambin a dar asaltoa sus enemigos (1).

    (1) Diego de Rosales: Historia General de Chile. Tomo 1, pgs.173y 174.Ao 1986

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    Etnias aborgenes de los archipilagos australes en el momento de la conquista y puntos extremos de la exploracin colonial espaola utilizando las dalcas.22 Nm. 15

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    M. PUENTE BLANCOhacen las crnicas, se la debemos a Miguel de Goizueta, escribano de uno delos navos que, enviados por el gobernador Hurtado de Mendoza, salieron alas rdenes de Juan de Ladrillero en noviembre de 1557,con la misin dereconocer las costas australes y el estrecho de Magallanes. El escribano viajaba en el buque San Sebastin que naufrag en el archipilago Madre deDios. La tripulacin logr construir con sus restos un pequeo bergantn queles permiti en 1558el retorno a Valdivia. Goizueta nos dej una relacin deestos hechos en la que describi detalles y vivencias de los indios chonos y alacalufes: En esta tierra habitan unos indios marinos que traen unas canoas detres tablas en la manera que son las de los Coronados. En esta informacinGoizueta no slo nos habla por primera vez de la piragua, sino que nos indicaindirectamente su rea de dispersin, ya que nos hace saber que tambin eranutilizadas en los Coronados (2).La segunda mencin nos la proporciona el cronista gallego capitn PedroMario de Lovera; este veterano soldado de la conquista de Chile, nos refierela expedicin hacia el sur, dirigida por Hurtado de Mendoza en 1557, paraprepararlo que ms tarde sera la exploracin terrestre de Chilo; describe elcruce del actual ro Maulln en las cercanas de la ciudad de Osorno, con lassiguientes frases: y as se asentaron los realesjunto a la boca del ro en unaloma alta por donde l corre y se buscaron unas piraguas, que son a la manerade barcas hechas de tablas largascogidas unas con otras con cortezas de rbolesde capacidadpara diez o doce hombres cada una. En estaspas elejrcito (...).Esta fue, probablemente, la primera vez que los espaoles utilizaron estetipo de embarcacin; nos lo confirma pocos das despus y en la misma expedicin Alonso de Ercilla en las inmortales octavas de La Araucana, con la llegada de los espaoles al Chacao:

    Era un ancho archipilago pobladode innumerables islas deleitosascruzando por el uno y otro ladogndolas y piraguas presurosas (3).La siguiente referencia es de enero de 1567, de la expedicin para la conquista y asentamiento definitivo en Chilo, mandada por Martn Ruiz deGamboa. La informacin nos la proporciona otro importante cronista, elcapitn Alonso de Gngora y Marmolejo, quien refiere con amplitud de detalles todo lo concerniente a las piraguas utilizadas en el cruce del canal de Cha-cao, tambin menciona, y por primera vez, el nombre indgena de la embarcacin; Gngora nos dice as: porque el pasaje que tienen en unas piraguashechas de tres tablas y una por plan, y a los lados a cada un lado una, cosidas

    con cordones delgados, y en la juntura que hacen las tablas ponen una caa(2) Bautizado as por Francisco de Ulloa en 1553, es el golfo situado entre Chilo ye continente, que da acceso al canal de Chacao.(3) Alonso de Ercilla: Canto XXXV.

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    LA DALCA DE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...hendida a lo largo y debajo della y encima de la costura una cscara de rbolque se llama maque, muy majada al coser:hace estacscarauna ligaque defiendeen gran manera el entrar del agua. Son largas como treintay carentapies y unavara de ancho, agudas a lapopa y a laproa a manera de lanzadera de tejedor.Destas piraguas, que es el nombre que les tienen puesto los cristianos, que ellasse llaman en nombre de indios dalca, se juntaron cincuenta. Reman a cada unaconforme como es, de cinco indios arriba hasta once y doce y ms:,naveganmucho al remo. En estas piraguas pas en cuatro das trescientos caballos anado por la mar adelante hasta llegar a la otra costa, longitud de una legua castellana, y ciento y diez hombres juntamente con los caballos, que fue un hechotemerario.Otras dos relaciones de Mario Lovera se refieren a hechos ocurridos en1578, cuando ya se haba producido el asentamiento en la isla de Chilo. Elprimero de los relatos es del mes de abril, cuando el corregidor de la ciudadde Castro, Diego Manso de Alderete, parte en un pequeo bergantn paraexplorar el archipilago de Guaitecas, donde es atacado por indios chonos:Hall tambin gran suma de piraguas hechas de tablas cosidas con cortezas derboles y calafateadas con hierbas molidas en lugar de estopa y betumen. Deestas acudieron a dar muchas en el bergantn para matar a los que en l estaban.El segundo informe corresponde a octubre del mismo ao y refiere la primerabatalla de cierta importancia en aquellas latitudes, en la que los espaolesdirigidos por el capitn Julin Carrillo y embarcados en cincuenta piraguas,lucharon en el ro Puelo contra un numeroso contingente aborigen que utilizaba el mismo medio de navegacin: (...) pero antes de acometer mand elgeneral de la Armada ndica distribuirse las piraguas en tres escuadrones,tomando l el medio del ro y ordenando que los otros dos estuviesen cerca delas orillas. Y puestos con esta traza, fueron acometidos de nuestra Armada contanto mpetu que apoco rato se fueron todos retirando hacia la tierra, aunqueantes de llegar a ellafueron alcanzados y se trab batallade las ms sangrientasque se saben en este reino, donde por espacio de cuatro horas andivieronrevueltas laspiraguas saltando los que iban dentro de unas en otras, y lloviendocontinuamente piedras, dardos, balas y saetas con matanza de muchosindios (...).Este encuentro, que ocasion la muerte de numerosos indgenas y el hundimiento de veintisiete piraguas, nos indica la utilizacin intensiva por partede los castellanos de este tipo de embarcacin.De las Cartas Anuas de la Orden Jesuita, podemos obtener numerosascitas sobre las piraguas. Estas cartas constituan un escrito que la Orden confeccionaba anualmente en base a las actividades de sus miembros en todos losconfines de la tierra. Algunos de ellos llegaron a Chilo como misioneros en1608, desarrollando su apostolado en aquel archipilago en forma ininterrumpida desde 1614 hasta 1767. Por ello, tenemos referencias de las piraguasen la Carta Anua de 1609, aunque, para nosotros, es ms importante la de1614 que describe un viaje efectuadopoco tiempo antes porlos misionerospara evangelizar a los chonos en las Guaitecas, donde los padres Esteban yAo 1986 . 25

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    LA DALCN DE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...Venegas nos dicen: navegando siempre por/as innumerables islas, sirvindoseellos como medio de transporte de una pequea canoa compuesta de trestablas, y no clavadas con clavs, sino amarradas o cosidas con una especie desogas delgadas. Hay que combatir la tempestad no con velas sino con remos(...). La cita anterior confirma que, a principios del siglo xvii el uso de la velano haba sido adoptado en estas embarcaciones, lo que indica que no habansufrido ninguna evolucin.Hasta 1620 no tenemos otra informacin, este ao marca, sin lugar adudas, el comienzo de la utilizacin de las piraguas como medio principal parala ejecucin de las empresas de exploracin. En esas fechas se producen dosexpediciones que, aunque en distinto sentido, lograron objetivos de granimportancia en el desarrollo posterior de la historia de la Patagonia en ambasvertientes de la cordillera de los Andes. Fueron ordenadas directamente porla Corona y nombrdos para dirigirlas los capitanes Juan Fernndez y JuanGarca Tao, su misin era un verdadero espejismo, ya que se trataba deencontrar, en alguna parte del inmenso escenario patagnico, la legendariaciudad de los Csares. Esta tradicin sobre una perdida ciudad de espaolesnafragos vena transmitindose desde mitad del siglo xvi y ya haba originado la organizacin de empresas de cierta envergadura. Ambas partidassalieron de Chilo, una en direccin a oriente, para atravesar la cordillera, yla otra hacia los archipilagos australes; las dos tenan las piraguas comonico medio de transporte.

    Juan Fernndez super la cordillera y logr el descubrimiento del granlago Nahuel Huapi a fines de 1620; en su relacin nos proporciona los primeros datos sobre la condicin anfibia de la piragua que nos relata as: yhabiendo navegado otras siete (leguas) varamos (4) las piraguas tres leguas decamino por tierra, que hay hasta llegar a una laguna que se llama Quechocabi(5) y prosigue diciendo (...) allcosimos las piraguasy navegamos por la dichalaguna hasta nueve leguas;Ms tarde y refirindose al cruce de los Andes porel actual paso de los Raules, nos relata: (...) donde rompiendo la cordilleradimos en la otra banda, habiendo caminado por ella hasta cinco leguas de malcamino, por no estar abierto, donde topamos otra laguna muy grande que sellama Navalhuapi, en la cual volvimos a coser nuestras piraguas, navegandopor ella hasta ocho leguas.La otra expedicin sali en las mismas fechas con direccin al estrecho deMagallanes; su comandante Juan Garca Tao era un experto marino, condicin que quedara demostrada por el alcance de su exploracin, en la que,navegando con sus piraguas por mares muy peligrosos descubri la laguna deSan Rafael, despus cruz el istmo de Ofqui con sus embarcaciones a hombros, alcanzando el golfo de Penas y el grupo de las islas Wellington, donde(4) Es, evidentemente, un error de transcripcin, quiere deirpasatnos.(5) Era el nombre con el que en la colonia se conoca al actual lago chileno de Todos losSantos.

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    M. PUENTE BLANCOsostuvo escaramuzas con los alacalufes. En ambos casos hemos visto la condicin anfibia de la piragua que justificaba plenamente su especial tipo de construccin.Nuevos datos nos proporciona el libro escrito entre 1666 y 1674 por elsacerdote jesuita Diego de Rosales quien en su historia y en el captulo titulado: De los artificios que usan los indios de Chile para pasar los ros y brazosde mar, nos da la primera descripcin verdaderamente detallada: (...) pero laembarcacin ms usada en la isla de Chilo es la piragua, embarcacin quedesde la California al Estrecho de Magallanes, no se conocen otros indios niespaoles que la usen en todo este mar austral. Fabrican las piraguas de slotres tablas cosidas. Cortan los tablones del largo que quieren lapiragua y confuego entre unas estaquillas los van encorvando lo necesario para que haganbuque, proa y popa, y i.no que sirve de plan levanta lapunta adelante, y detrsms que los otros para que sirva de proa ypopa, ylo dems de quilla. Las otrasdos tablas arqueadas con fuego sirven de costados con que forman un barcolargo y angosto juntando unas tablas con otrasy cosindolas con la corteza deunas caas bravas, que llaman culeu (6), machacadas, de que hacen unassoguillas torcidas que no se pudren en el agua. Ypara coser lastablas abren confuego unos agujeros en correspondencia, y despus de cosidas las calafateancon las hojas de un rbol llamado flaca o mepoa (7) que son muy viscosas, y lesobreponen cortezas de maque (8), y de estasuerte hacen piraguas capaces paradoscientos quintales de carga. Llevan uno en la popa que la gobierna con unapa/a o canalete (9), y ocho o diez remeros, y uno que va siempre dando a labomba o achicando con i.inabatea, por que siempre hacen agua. Cuando hayviento favorable tienden una vela, ya vela y remo vuela sobre la espuma sin quela ofenda las hinchadas olas de aquellos tempestuosos mares (...). Rosales nosofrece numerosos detalles: el curvado a fuego de los tablones, la perforacinde agujeros para el cosido, el material para cordeles y calafateo, la capacidadde carga cercana a nueve toneladas y la deficiencia en su estanqueidad.Uno de los datos ms importantes es el que se refiere al uso de la vela que nohaba sido utilizada hasta mediados de siglo XVII y ahora muestra una evidente evolucin experimentada, sin duda, por aporte espaol, dado que noera de uso indgena.A partir de Rosales encontramos numerosas menciones en las crnicas,pero hasta 1674no proporcionan nada importante; siendo el almirante Antonio de Vea el que nos da nuevos detalles obtenidos en su exploracin al estrecho de Magallanes que le fue ordenada al creer que se haba producido unasentamiento holands en los archipilagos australes. El marino naveg enpiraguas por los canales interiores hasta Guayaneco y despach un navo mar

    (6) Culeu,coleo o colegue, fueron diferentes acepciones aplicadas a diversos tipos de caabrava, pertenecientes al gnero de las bambuseas, muy abundantes en los bosques australes.(7) Esla tiaca: Caldcluvia paniculafa.(8) Esun rbol cuyo nombre clentfico es Aristotelia chilensis.(9) Esta pala, que serva como timn, era denominada por los espaoles bayona.28 15

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    LA DALCA DE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...

    ti9,saua71 chIoe,Copia facsmil de un dibujo original de 1793 que representa una da/ca que se encontraba oultoen la tapa de un manuscrito de los diarios de fray Francisco Menndez.afuera hasta la boca occidental del estrecho, demostrando que el rumor erainfundado. En su diario nos describe un nuevo detalle sobre las piraguascuando dice: (...) aqu se traa resuelto hacerlas amarras a laspiraguas de unahierba llamada poupe (10) que es el camo que usan y estopa de que hacen lasoguilla para coserlas de una caa llamada coleo, por no haber estos gnerosen otra parte y potalas (11) que nosotros llamamos rezones de cuatropalos a sumisma forma y trincada una piedra grande entre ellos. Es interesante la mencin a la potala (anda) y a las amarras.De noticias posteriores los datos ms interesantes son los que nos da elguardiamarina John Byron, tripulante de la fragata de guerra inglesa Wager,que naufrag en 1741 en una de las islas del archipilago de Guayaneco (12).El guardiamarina y un pequeo grupo de sobrevivientes fueron auxiliadospor indios chonos que les condujeron en piraguas a Chilo, donde les entregaron a los espaoles. Byron escribi un libro sobre estos hechos, del queextraemos el momento en que los chonos cruzan de sur a norte el istmo deOfqui con las piezas de las piraguas al hombro: (...) a lo que primero atendie

    (10) Cuando de Vea dice poupe se refiere al peopi o nepu, enredaderas existentes en losbosques isleos, con ls que se confeccionaban amarras y jarcias.(11) Tipo de anda rstica que en Chilo se llama sacho.(12) Es la actualisla Wager; el navo naufrag el 14 de mayo.Ao 1986 29

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    M PUENTE BLANCOron los indios en la maana fue a deshacer sus canoas; y aqu para conocimiento del lector, se hace necesario describir la estructura de estas embarcaciones, admirablemente calculadaspara el uso de estos indios, que, para evitar eltener que doblar cabos y alturas en mares donde no puede navegar un boteabierto, se ven obligados a conducirlas por tierra, entre espesas montaasdurante largas distancias. Consisten generalmente de cinco pies o tablones; unopara el fondo y dos para cada costado, y como sUisgentes no conocen lasherramientas de hierro, para sacar de un tronco un solo tabln necesitan haceruna labor enorme con pedernales y guijarros, adems delfuego. A lo largo delos bordes de los tablones, practican unos agujeros pequeos, a una pulgada dedistancia uno de otro y los cosen con un mimbre flexible; pero como el mimbreno tapa bien los hoyos, los botes se llenaran inmediatamente de agua a no tenerlos indios un mtodo para evitarlo. Lo consiguen eficazmente con la corteza deun rbol, que dejan algn tiempo remojndose en el agua, y que despus muelen entre dos piedras hasta darle consistencia de la estopa de calafatear, con lacual llenan tan bien los agujeros que no dejan pasar la menor cantidad de agua,permitiendo adems juntarlos y separarlosfcilmente, y cuando tienen ocasinde ir a tierra, como ahora, hombres y mujeres llevan cada cual su tabln. Deotra manera les sera imposible transportar un bote entero.Este observador nos indica un nuevo adelanto, al decirnos que son yacinco tablones en lugar de tres y nos confirma la ausencia de herramientasmetlicas entre los indios, describiendo, con toda claridad, el portazgo por lostramos terrestres.Existen varias relaciones posteriores sobre el empleo de piraguas en expediciones de reconocimiento, las qu mejor lo ilustran son cuatro: la primerade ellas se la debemos al jesuita Segismundo Geli, quien en una descripcinmanuscrita de las islas de Chilo (13), donde fue misionero de 1765 a 1767,nos hace la siguiente semblanza: (...) la otra especie se llama piraguas, quepara hacer concepto quien no lo sabe de lo que es, digo el como se hacen. Sejuntan diez o veinte hombres en el bosque no retirado de la playa y con sushachas derriban un grueso roble, cuyo tronco de veinte varas lo dividen en dospartes, a lo largo con mucha fatiga. Ya dividido reducen aquellas dos mitadesa dos tablones gruesos de tres dedos y bien pulidos, solamente con las hachas.En uno de los costados de cada uno hacen unos agujeros con escoplo, a distancia de dos dedos cada uno. Hecho esto echan los tablones alfuego ylos quemanhasta que la superficie esta hecha carbn, procurndolos torcer un poco con elcalor y agua a un tiempo. Vuelven otra vez al bosque a derribar otro roble nomenor que el pasado, cuyas veinte varas de tronco las reducen a una pieza, quesirva de plan, algo cavada en medio y las dos puntas piramidales. En los doscostados de este plan abren tantos agujeros por lado, cuantos fueron los de unode los tablones. Hecho esto hacen un fuego tan largo como el plan, arrimadoa unos estribos, donde ste descansa. As lo van quemando, torciendo unapunta contra otra cuando conviene. Siendo dos los que no hacen ms que echar

    (13) ArchivoRomano de la Compaa de Jess, volumen V de los documentos de Chile.30 15

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    LA DALCA DE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...agua continuamente al palo. Yya que est a buen punto quitan todo elfuego.Y luego juntan los dos costados, cada uno a su lado, que con una soguilla losvan cosiendo a gran prisa por los agujros que se haban hecho y como estaquel flexi ble le hacen tomar lafigura de barco como quieren, afuerza de pesoy ataduras. Djanlo as enfriar y la dejan al sol y sereno unos das, hasta quesiendo tiempo, la cosen mejor y la calafatean bien, que no entre nada de agua.La soguilla para coser la hacen de la corteza de las quillas, que es una especiede caa, no hueca sino llena. La estopa que ponen entre tabla y tabla es mepua,que es una hoja parecida alas del moral. Esta, bien machacada, es tan pegajosa, que ella misma sirve de brea. Y para que est ms afianzada y no puedacaerse, le aaden la corteza del chilcn o del alerce (14) todo lo que abarca lasoguilla con que cosen. Los agujerospor donde pasa la soguilla, los calafateandespus con el mismo pao de chilcn bien raspado y aquellas raspadurascuanto ms se mojan ms se hinchan, sin dejar que pase el agua. A estos dostablones que estn pegados o cosidos a los lados, suelen poner despus otrosdos en las.piraguas ms grandes, que son las veinte varas,de popa a proa. Laproa no tiene ni ms ni menos que la popa, y as en cualquier parte puedenponer el timn. Este no es seguido como l de laslanchas o botes, sino una tablade dos varas cortadas con la figura de media luna, cuyas puntas, la una llegacerca de los asientos de lapiragua y la otra arriba de lapopa, bien que no todastienen este timn. Concluido todo la arrastran a la mar. Se prueba con los diezremos, cinco por banda. Se celebra con vtores. Se da un parabin al dueo yeste al maestro y un refresco a todos a su usanza. Las ms grandes cargan 1.200tablas (15). Tienen dos rboles que se quitan y ponen cuando quieren y dos ruines velas: mayor y trinquete. Como no tiene quilla, sino aquel pequeo asiento,siempre bambalean y, a veces cuando es el viento bolina ms abatimiento tienen que caminan, aunque poco resisten a la bolina. De estas embarcacionesgrandes y pequeas hay innumerables en el archipilago, y aunque son tan ligeras como se ve, pues ni un clavo tienen y los barrotes, que estn clavados dentro, no tienen otros clavos que de madera. Con todo, porque a laproa le faltaaquella angostura y en el vientre la quilla para cortarel agua, no andarn msde cuatro millas en calma y buena rema sin parar. La rema es trabajossima y,a mi ver, es la fatiga mayor de cuantas hay, por ser los remos muy largos,saliendo por el estribor los remos de los que reman por babor y al contrario. Noobstante esto, son buenas remadoras las mujeres, bien que cuando hay pocagente, pero suficiente para la rema, ellas cogen el timn. Nios de ocho y diezaos juegan al remo y gobiernan el timn, si no con la fuerza del mejor marinero de Europa, a lo menos con tanta destreza. Y he visto muchas veces yonios de seis aos, que pesan menos que el remo, remar muy bien, y de cincoaos son muchos los que manejan el timn. El sacho o anda es de una madera

    (14) Especie que slo se da en los bosques australes, entre los 42 y 43 de latitud sur deambas vertientes de la cordillera. Su nombre cientfico es Fitzroya cupressoides.(15) Las medidas estndar de la tabla de alerce en la colonia eran 3 m de largo por 15 cmde ancho y una pulgada de espesor. .Ao 1986

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    con las que elevaban las bordas para la navegacin de altura y eran ms delgadas. Asimismo, nos da sus dimensiones.En los aos 1788 y 1789 con motivo del viaje de renocimiento al estrechode Magallanes, efectuado por los paquebotes de la Armada Santa Casilda ySanta Eulalia, un inteligente observador, el teniente de fragata Ciriaco Cevalbs describe una piragua de las alacalufes diciendo: (...) la Construccinde suscanoas manifiesta en ellos alguna superioridad de ingenio sobre los dems delEstrecho; pues no son formadas de cortezas dbiles y mal unidas como las destos, sino de tablas adheridas unas q otras por medio de un cordn grueso(...), y prosigue con una precisa resea, que si bien no aade nada a lo anterior, confirma el ya normal uso de las piraguas de tablas por los alacalafeshasta el estrecho, a diferencia de los yaghanes que siempre utilizaron lascanoas de cortezas. Otro religioso franciscano que residi en Chilo desde1771 a 1798fue fray Francisco Menndez, considerado uno de los ms importantes exploradores de la Patagonia de la poca hispana; este sacerdote dejen sus diarios interesantes descripciones de la construccin y uso de las piraguas y, sobre todo, uno de los dos dibujos originales que se conservan sobreladalca.

    La ltima anotacin, la extraemos de los informes de otro marino, el alfrez de fragata Jos de Moraleda y Montero; este oficial estuvo en Chilo entrelos aos l786y 1796para explorar ntegramente el archipilago; de sus diariosextraemos: Dispuse que las tripulaciones constrz.iyesenseiscientasvaras de cor

    Vieta original del piloto sJeM6raleda de finales del silo XVIIIque representa las piraguas(dalcas) Carmeny Rosario (Manuscrito en Museo Naval, Madrid).

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    M. PUENTE BLANCOdel (llaman soguilla) que hacen de la tez y filamentos inmediatos de la caabrava (llaman quila), cortndola de nudo en nudo, i con l cosen las tablas delas piraguas, sujetando al mismo tiempo lacscara de alerce con que cubren lascosturas, faena bastante trabajosa i morosa (...). Con esto, Moraleda dilucidaclaramente la tcnica de construccin de las soguillas para coserlos tablones.La construccincolonialde la dalca.

    Las condiciones del medio geogrfico obligaron a los espaoles, desde losprimeros momentos del poblamiento de Chilo, a un estilo de vida que estableca una absoluta dependencia del mar; por consiguiente, tena gran importancia el contar con embarcaciones adecuadas, aunque para ello, estabansometidos a ciertas limitaciones; siendo la ms importante la falta de unaimprescindible materia prima; el hierro, que era escaso en todo el mbito dela colonia y muy raro en las islas, donde slo se encontraban algunas armas yherramientas; por el contrario, la abundancia de masas boscosas defini unacultura que, en cierto modo y a imitacin de los indgenas, gir en torno al usode la madera. Imprescindible en casi todas las expresiones del vivir isleocomo la fabricacin de viviendas y herramientas, lleg a convertirse en artculo de comercio; es el caso de las tablas de alerce que constituyeron la nicamoneda de intercambio vlida para la obtencin de los artculos que se importaban desde Per. Por ello, fue normal durante la colonizacin que la actividad fundamentfl del hombre de Chilo girase alrededor de la madera, dandolugar a que el chilote se hiciese muy diestro en los trabajos conectados con elbosque, y por tanto, en la construccin de embarcaciones en la que fueronverdaderos maestros. La eleccin del modelo a emplear era casi obligada ypor ello adoptaron el uso de la dalca.

    La elaboracin.El material empleado provena del alerce, el coihue y, en algunas ocasiones, el ciprs (18), rboles gruesos, derechos y de altura respetable. En elmonte se proceda a la eleccin del rbol a utilizar, eleccin en la que erancondicionantes primarios la longitud y el dimetro, normalmente se eleganplantas en las que ste fuera superior a 70 cm, y que estuvieran lo ms cercaposible de una playa. Para el corte del rbol se tomaba en cuenta la inclinacin del terreno, hacindolo caer siempre en direccin contraria a la pendiente; una vez en el suelo, se cortaba a la longitud que posteriormente deberatener la piragua, procediendo a continuacin a la limpieza de las ramas. Con(18) Elcoihue o Nothofagus dombeyi y el ciprs o Libocedrus chilensis son rboles de losbosques australes de la vertiente atlntica; en la zona correspondientede la vertiente pacfica y de las mismas familias son el Nothofagus betuloides y el Pilgerodendrotn uviferun ocipres de las Guaitecas.

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    LA DALCA DE CH/LOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...el fuste limpio, se estudiaba la mejor direccin de la fibra y se proceda a marcar con el hacha la lnea de corte en toda la longitud del tronco para dividirloen dos mitades (19). Dos operarios marcaban a hachazos la primera incisinen la que introducan cuas de madera dura, alternando esto con cortes cadavez ms profundos hasta lograr la separacin de los medios troncos.Una vez conseguido esto, se fijaban de canto las mitades y se proceda allabrado de las caras planas, eliminando las partes correspondi,entes al corazndel tronco que deba desaparecer para evitar eventuales rasgaduras en eltabln. Con un canto perfectamente liso se proceda a marcar en el mediotronco el espesor que debera tener el tabln, normalmente dos pulgadas,rajando despus, con la tcnica de las cuas, esta pieza a la que solamente faltara el desbastado de una cara y el escuadrado final de los cantos para permitir un buen asiento de las piezas entre si. -Paralelamente a los trabajos que hemos indicado, ya haba gente buscando otro rbol del que se obtendra el tabln destinado al piso o fondo dela piragua; la tcnica para lograrlo era exactamente la misma que en los casosanteriores, pero dndose a sus extremos una forma ahusada, como de lanzadera, para configurar proa y popa de la embarcacin. Se contaba as con lastres piezas primarias para la ejecucin de la piragua, siempre y cuando lamisma fuera de una longitud menor, en caso contrario, si se intentaba construir una de mayor eslora, se deberan confeccionar otros dos tablones ms.De todas formas, la primera tarea era el perforar los orificios necesarios parael posterior cosido de las piezas entre si. Estos orificios eran de pequeo dimetro (poco menos de un centmetro) y se perforaban a lo largo de los tablones con una separacin que oscilaba entre tres y cinco centmetros. Cabe aquhacer una acotacin sobre las perforaciones, parece ser que eran efectuadascon un hierro al rojo hasta el ltimo tercio del siglo xviii, pues en este perodoaparece en las crnicas la utilizacin de escoplos o barrenos para su elaboracin.El siguiente paso consista en una tarea lenta y delicada, de cuya ejecucindependa en gran parte la obtencin de una buena embarcacin; esta tarea

    era el quemado o chamuscado a fuego de los tablones, con el que se lograbano slo una mayor dureza superficial, sino algo ms importante, el curvado delos costados y del fondo sin rotura de las piezas, para lo que eran estaqueadosfirmemente de canto; a ambos lados de los planos se prenda fuego de muchabrasa cuidando, por medio de un continuo mojado de la pieza, que la mismase carbonizara slo superficialmente, pero que adquiriera, al mismo tiempo,una elevada temperatura que permitira doblar los extremos lentamente paradarles forma cncava, especialmente a la pieza que serva de fondo, a la quese daba el perfil de una larga y aplanada luna en cuarto creciente.Obtenida la curvatura necesaria en todas las piezas, las retiraban del fuegoy las presentaban entre s ajustando rpidamente el corte de los costados a la

    (19) Esta lnea se marcaba en el tronco con un cordel teido con ceniza mojada.Ao 1986

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    LA DALCADE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...curvada forma del fondo y perforando los ltimos agujeros en los extremos delos largueros.El armado.

    Efectuados los pasos anteriores y aprovechando la todava existente flexibilidad de los componentes se poda comenzar el cosido.Antes de introducirnos en las tareas conducentes a la obtencin del casco,debemos referirnos a los cordeles utilizados para el cosido, ya que a lo largode los aos sufrieron distintas evoluciones;Durantela conquista y los primeros tiempos del asentamiento, se emplearon los mtodos y materiales en uso entre los aborgenes: lianas y enredaderasde diversos tipos que eran abundantes en la zona. Entre ests cabos naturales,los ms utilizados eran el vqui y la quelineja y en menor escala la ocha y elpingopingo (20).El yoqui se utilizaba para el cosido de los tablones y la quelineja para eltrenzado de cbles de mayor grosor; chonos y alacalufes los utilizaron deforma ininterrumpida durante tdo el perodo colonial, no ocurri lo mismocon os espaoles, quienes a partir de la mitad del siglo xviii haban logradoun adelanto notable con la elaboracin de las denominadas soguillas de caa.El material necesario l obtenan de una especie vegetal muy abundante enlos bosques australes,, una caa maciza del gnero de las Banibuseas, que enla vertiente chilena recibe el nombre de quila y en la oriental el de colige..Estas caas tienen una altura entre 4 y 7 m, y un grosor quevara entre 1 y 4cm, su superficie exterior es dura, lisa y brillante; son macizas y poseen nudoscirculares separados entre si de 20 a 30 cm.ha materia prima para los cordeles se obtena raspando a lo largo y denudo a nudo finas virutas de la tez y primeros filamentos de la ca, las hebrasas obtenidas se trabajaban eriforma rstica pero anloga a los procedimientos pretecnolgicos contemporneos, hasta conseguir cordeles firmes y resistentes similares a los de camo, la soguilla era imputrescible dentro del agua,pero poco resistente expuesta al aire y al sol, Se fabricaban tambin de caa

    las augaso agujas que facilitaban un mejor paso del cordel por el orificio.Con el cosido de las tres piezas, conclua la primera etapa de la construccin, posteriormente se dejaba un par de das a la intemperie el esbozo de casco, empleando ese tiempo en descarbonizar las superficies..Una vez enfriada y fijada la forma de la embarcacin, se aflojaban las costuras para proceder al cosido definitivo que inclula el calafateo, para el quelos espaoles usaron casi desde el principio las hojas de un rbol llamado tiacaque bien machacadas daban lugar auna masa viscosa y bastante impermeableque reciba el nombre indgena de mepua y la corteza del alerce, que en su(20) El yoqui o Landizabalia ternata es una liana, la ocha es una bromeiia y el pingo-pingo se conoce como Dafne andina.

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    LA DALCA DE CHILOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...medio de una cua. Mantenan la rigidez final del conjunto burdas y obenques de quelineja.El aparejo era muy simple, pues estaba constituido por una yerga livianay fcilmente abatible a la que se fijaba una vela trapezoidal de pequeasdimensiones, fijada mediante dos escotas simples que se aseguraban en dosorificios practicados en las bordas. Cabe especificar que en las expedicionesa travs de la cordillera, como las de Nahuel Huapi, no solan llevar velas porel peso extra que representaban, aunque, en caso de necesidad, los chilotesimprovisaban unas velas rsticas cosiendo entre si sus propios ponchos (21) olas mantas de los individuos que integraban la partida.Los remos eran de alerce o ciprs y, por lo general, bastante largos (5 m).Su nmero estaba supeditado a la eslora que tambin defina el ancho de losbancos, cada braza de aumento en el largo de la piragua repercuta en sumanga y defina la posicin de los bogadores. Los remos se fijaban medianteanillas de soga y ms tarde con unas piezas de madera en forma de media lunainsertadas como chumaceras al canto de las bordas. Las piraguas ms grandessolan contar para su propulsin con un equipo de diez remeros y un timonel.El equipamiento de la embarcacin finalizaba con la fabricacin del timn.y el anda. El timn sufri numerosas transformaciones, durante muchos aosse utiliz un largo remo denominado bayona que se fijaba entre dos estacas.Ya avanzado el siglo xviii comenzaron a emplear un timn de tipo ms convencional que defina la posicin de la popa y se fijaba a sta con sogas o, encaso de haberlo, con armellas de hierro. Estaba tallado en una sola pieza ytena un mango largo que facilitaba su empleo.Eancla no sufri grandes modificaciones, incluso actualmente es bastante utilizada en todo Chilo en su forma original. Se denominaba sacho ynada parece indicar que los aborgenes la poseyeran, ya que su construccin,estaban determinada por el hierro. Consista en dos piezas de madera de lumaque es muy dura, aguzadas en sus extremos y aseguradas en cruz por sus centros por un tarugo, de esta manera quedaban configuradas cuatro uas. Cadaextremo llevaba una barra del mismo material y las cuatro se anudaban en hazen la parte superior, habiendo introducido previamente una piedra de benpeso que quedaba enjaulada. Finalmente, un fuerte, calabrote de quelinejatrenzada serva como amarra. Es interesante hacer constar que hasta las postrimeras del siglo pasado se usaba un artefacto similar en las costas blticaseuropeas.Con este ltimo aadido y despus de un ligero retoque de calafateo, se laprovea de dos o tres pequeas bteas de madera que.se utilizaban como achi-cadores, en este momento estaba la piragua en condiciones de ser botada ycomenzar a prestar servicios. O

    - (21) Prenda de vestir rstica, an muy usada en la actualidad en casi toda Sudamrica, confeccionada en lana, de forma rectangular y con un agujer por el que se introduce la cabeza.En Chilo se teja tambin otro ms corto que se denominaba bordi1l,Ao 1986

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    M. PLTENTE BLANCOCaractersticas generales.

    En base al anlisis efectado y atenindonos a las relaciones existentes, esevidente que el tamao de las piraguas oscilaba entre 4 y 16 m de eslora y0,7 m de manga, alcanzando las mayores 1,8 m. El puntal alcanzaba entre 0,5yO,9m.La capacidad de carga variab con las dimensiones, se calcula que lasmayores llegaban hasta cerca de las 8 toneladas, dependiendo del tipo de carga, usualmente tablas de alerce en las que la relacin peso-volumen se inclinaba hacia.el segundo. En cuanto al transporte de personas, por los diarios defray Francisco Menndez sobre sus exploraciones al lago Nahuel Huapi en1792 y 1793, sabemos que en el primer viaje navegaron 26 personas y sus pertrechos en una piragua de 13 m. Yen el segundo, con esta embarcacin y otrade 15 m, cruzaron 95 hombres con sus armas y equipos.Algunos cronistas mencionan la existencia de piraguas de siete tablas, dosms que en las hasta aqu estudiadas, con ello se referan al aditamento conque aumentaban la altura de las bordas en caso de navegacin por mares tempestuosos. Nose trataba de tablones gruesos como los de la estructura, sinode dos tablas delgadas que se aseguraban con la misma tcnica de cosido y quereciban el nombredefalca, estando colocadas en el primer tercio de la proacon una logitud aproximada de tres metros.El rendimiento en la navegacin estaba determinado por el tipo de propulsin empleado, el ms comn (remo) permita en medianas condicionesde oleaje y con diez remeros un avance de algo ms de 3 millas horarias quepola amentarse hasta 6 en el caso de usar velas. De todas formas, la ausencia de quilla unida al poco calado de la embarcacin y la falta de cubiertas, laexpona en caso de navegar en mares turbulentos a verdaderos peligros. Avela slo era posible hacerlo con viento de popa o por la aleta, cosa imposibleal travs o a la bolina, pues la piragua se abata de tal forma que el peligro dezozobrar era constante. Al remo los problemas eran menores, pero con maragitado el vaivn era infernal.

    A pesar de lo antedicho, ofreca las ventajas de su ligereza y el mnimocalado, que le permitan penetrar sin problemas en los estrechos y labernticos canales sembradas de escollos; su poco peso daba lugar a su condicinanfibia permitindo su transporte en tramos terrestres, imposibles en la prctica para cualquier otro tipo de embarcacin. Es indiscutible, sin embargo,- que el excelente rendimiento que se extrajo de la dalca en la poca colonialera debido, en gran parte, al natural aprovechamiento que las tripulaciones

    chilotas hicieron del conocimiento de su bravo entorno. De estas cualidadesmarineras da una ajustada pauta el que las relaciones de la poca nos entreguen una sola noticia referente a un naufragio, ocurrido a una embarcacin deeste tipo en el golfo de Penas, pero d esta noticia tambin se puede extraerla escasa posibilidad de salvacin que en estos casos tenan las tripulaciones.40

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    LA DALCA DE CH LOE. SU INFLUENCIA EN LA EXPLORA ClON...Los portazgos.

    La extrema peligrosidad que ofreca la navegacin en algunos sectores delPacfico meridional y las distancias terrestres que separaban entre si ciertaszonas lacustres de la cordillera, dieron lugar a una tcnica para superarlos queen otras latitudes se conoca como portage, equivalente a arrastradero o portazgo Se trataba del aprovechamiento de la particular configuracion delterreno que, en el caso de los archipilagos australes, produce el acercamiento de algunos de los fiordos, dejndolos separados por cortos trechos detierras bajas por las que los indios cruzaban con sus canoas, evitando as el dargrandes rodeos por mar que, como en el caso de la pennsula Taitao, obligarian a una peligrosisima navegacion para rodear el cabo Tres Montes y llegaral golfo de Penas. Esto suceda cuando se intentaba el acceso desde el mar alos lagos de ultracordillera, que como en el de Nahuel Huapi inclua el crucede los Andes.En las primeras pocas los espaoles utilizaron asiduamente ests portazgos, cuyas dificultades logsticas slo eran superables contando on la dalcapor su posibilidad de ser desarmada pra l transporte. Sin embargo, yaa partir de mediados del siglo xvii, la evidente evolucin lograda en laconstruccin y el consiguiente aumento de tamao enlas embarcaciones,trajeron aparejada la necesidad de encontrar medios para facilitar los portazgos. Los jesuitas que misionaban en el lago Nahuel Huapi evitaron el problema situando suficientes canoas en todas las cabeceras, para suprimir eltransporte a hombros entre las mismas. Esto slo era posible ctando se contaba con las necesarias bases departida en ambos extremos, condicin que nose cumpla en las expediciones hacia Magallanes, en las que el puntoclave delviaje era el cruce del istmo de Ofqui. En 1776, otro sacerdote jesuita, JosGarca Mart, encontr la solucin, instalando un sistema muy simple quepermita el cruce de las piraguas sin necesidad de desrmarlas, selas arrastraba a lo largo de dos kilmetros, el primero de ascenso, colocando en algunos puntos del trayecto unos travesaos donde se afianzaban aparejos simplesde cuerda, n los lugares en que el terreno era pantanoso se ayudaba colocando unos rsticos pavimentos de madera, hasta el fin de la colonia estemtodo se denomin la escalera. Estas disposiciones dieron fin al prteo depiraguas por los espaoles. Los indios, en cambio, siguieron utilizndolohasta el ltimo tercio del siglo XIX.Anotaciones finales.

    Como corolario a la informacin entregada y a fin de dar una correctavaloracin del uso de la piragua y su importancia en la colonia, podemos utilizar el censo que el gobernador intendente Francisco Hurtado orden realizar en 1787, donde se menciona la existencia de 472 piraguas y 352canoas enChilo, cifras stas que, si tenemos n cuenta que entre espaoles eindios elAo 1986

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    LA DALCADE CHILOE. SUINFLUENCIA ENLA EXPLORA ClON..BTBLIOGRAFJA

    APNDICEa la relacin del viaje al Magallanesde lafragata de guerra SantaMara de laCabeza, que contiene el de los paquebotes Santa Casilday Santa Eulalia,paracompletar el reconocimiento del Estrecho en los aos de 1788 y 1789, trabajado deorden superior. Madrid. Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1793.BIRD, Junius: TheAlacaluf. Handbook of South American Indian. Washington, 1946.COOPER, John M.: The Yahgan. Handbook of Souih American Indian. Washington,1946.The chono. Handbook of South American indian. Washington, 1946.

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    LA COCA, NAVEDEL MEDIOEVOLaureano CARBNELL RELAT

    Introduccin.En la conmemoracin del centeiario de la fundacin de la Cmara Oficialde Comercio, Industria y Navegacin de Barcelona destaca un hecho muy singular. Tres presidentes, el de la citada Cmara y los del Puerto Autnomo yde la Diputacin Provincial de Barcelona se unieron para convocar la conferencia que el Exmo. Sr. D. Jos M. Martnez-Hidalgo pronunci en el Saln

    de Actos del Museo Martimo de Barcelona, el da 19 de junio de 1986. Elttul era: Con la nave de Matar, smbolo de los cien aos de actividad de laCmara Oficial de Comercio, Industria y Navegacin de Barcelona y sus antecedentes. En el transcurso de la cena que sigui a aquella conferencia, el Ilmo.Sr. D. Jos M. Figueras, presidente. de dicha Cmara de Comercio, don alMuseo Martimo una magnfica reproduccin del modelo de la coca de Matar. Recibi el obsequio el Ilmo. Sr. D. Jorge Laboria Martorell, diputado deCultura, en representacin del Excmo. Sr. Presidente de la Corporacin Provincial que no haba podido asistir al acto.Anteriormente se haba distribuido entre los asistentes la obra Evocacions a lentorn de la Coca de Matar de la cual se publicar una versin encastellano, editada por la mencionada Cmara, con prlogo de su presidenteSr. Figueras y textos del conferenciante antes citado Sr. Martnez-Hidalgo,de Javier Pastor Quijada, autor de la rplica de la coca donada al Museo esda y este artculo del que suscribe. Los tres citados en ltimo lugar integrbamos la comisin encargada de la ejecucin del modelo, hecho por sugerenciadel Sr. Martnez-Hidalgo y con cuya entrega culminaba la intensa labor deinvestigacin realizada para conseguir la fiel reproduccin, bien conocida delpblico por haber figurado en la exposicin La Lonja y la economa catalana,celebrada en la sede de la Cmara de Comercio con motivo de su centenario(1886-1986) e inaugurada el da 29 de enero de 1986 con gran solemnidad.Parece oportuno analizar lo que realmente fue en su poca el tipo de naveque conocemos por coca.A que llamamoscoca?

    Se da el nombre de coca a una nave de alto bordo, poca eslora, muy manguda y propulsada a vela, usada como medio de transporte y, a veces, para elcorso, entre los siglos xii y xv.Tradicionalmente, la coca se considera originaria del mar del Norte. Enun principio estaba hecha en tingladillo, pero en el Mediterrneo, donde fueintroducida en el sigloxiii, pas a ser de construccin a tope, es decir, con lasAo 1986