Jennifer y Carlos son estudiantes de cuarto año de básica, Jennifer es una niña no vidente y Carlos es su gran amigo. Una mañana de verano Carlitos le llevó una flor y tomándole la mano le dijo: “Jennifer, te he traído una hermosa flor, la encontré en el camino”; la niña la tomó y la acercó a su nariz, la olió y luego dijo: ¡qué bien huele y tiene un hermoso color!

- ¿Y cómo sabes el color de la flor?, inquirió Carlitos, de tan solo 8 años.

- Mi olfato me dice que su color es lindo y que debo cuidarla, respondió Jennifer.- Te regalaré muchas en tu cumpleaños, le ofreció el niño.

De pronto la conversación fue interrumpida por la maestra de Ciencias. Ella inició su clase de botánica mostrando un macetero con una planta de tomate y mientras explicaba cada parte de la planta, Jennifer sonreía. Fue cuando Carlitos le preguntó el porqué de esa sonrisa.

- Estoy imaginando un jardín conmuchas flores, las riego todas lasmañanas antes de venir a clases.

Cuando florezcan las cortaré y

adornaré el escritorio de la maestra, dijo Jennifer.

- Yo sembraré un árbol que dará mucha sombra y ahí te llevaré a jugar, prometió Carlitos.

La maestra que había observado la escena, se les acercó y les preguntó: ¿puedo saber de qué están hablando?

Los niños muy orgullosos le dijeron que a ellos les gusta la naturaleza y que desean que ella los lleve al huerto de la escuela donde conocerán más sobre las plantas.

La maestra, muy gustosa llevó a todos los niños al huerto y ahí les explicó los beneficios, las características y las clases de plantas que existen.

- ¿Maestra, qué debemos hacer para que siempre existan estas bellas flores? preguntó Carlitos, levantando su mano.

Y la maestra le respondió: solo debemos amar y respetar a las plantas porque ellas siempre tendrán para nosotros un regalo de aroma y color.

Autoría: Melba Jaramillo