Instrucciones:Lee o pídele a tus papitos o a un adulto,

que te lea este cuentito.

Él era un colibrí -un quinde como le decían en la ciudad porque era un pajarito mágico- pero no era un colibrí como los demás. Él era especial porque había sido elegido como el representante de los pájaros de la ciudad de las montañas.

Esto era motivo de un gran orgullo para Zamarrito Pechinegro, como todos lo llamaban por su hermoso plumaje verde oscuro mezclado con negro brillante en su pecho.

Venía de una familia mágica de colibríes que desde hacía muchos años vivía en las laderas del volcán y había sido guardiana de la ciudad, pero como ya estaban mayores, le habían encargado a Zami –como le decían también con mucho amor- esa misión.

Él sabía que la ciudad del sol grande y de las montañas encerraba secretos, magia y mucha historia. Le habían dicho que era hermosa, que en ella había edificios de muuuuchos años donde parecía que el tiempo se había detenido.

Sus padres se lo contaron porque el quinde mágico nunca había volado fuera de las laderas del volcán y ahora tendría la oportunidad no solo de conocerla sino de ayudar a que sus habitantes descubran sus más remotos rincones.

Su misión era recorrerla cada mañana y posarse en aquellos lugares encantados de la ciudad, dejando una estela de polvos mágicos en cada uno, de tal manera que brillen a lo lejos para que todos puedan admirarlos.

Desde aquel día, cada mañana vuela hacia el centro histórico de la ciudad donde aún le parece escuchar los pasos de mucha gente de épocas pasadas y se posa sobre sus iglesias, capillas, monasterios y conventos, luego sigue su vuelo y descansa en los árboles de la Plaza Grande.

Además Zamarrito tenía un don especial que lo había heredado de sus padres y era el de poder ver a través del tiempo y así descubrir personajes reales y fantásticos que alguna vez habían sido parte de la

ciudad y que también habían cuidado de ella.

Luego vuela por sus grandes parques y toma fuerzas alimentándose de

sigue su ruta hacia el cerro El Panecillo donde le pide a la señora que está en lo alto, que le ayude a cuidar la ciudad de las montañas, de la magia y de la historia para que siempre esté hermosa y llena de orgullo de su pasado. La señora le dice que sí, que eso no es nada nuevo porque lo hace siempre, que se alegraba de que hubiera alguien más que se preocupe por la ciudad del sol grande. Al escuchar esto, él puso su largo pico en la frente de la señora con alas y feliz retomó su vuelo.

Ahora Zamarrito Pechinegro está convencido de que no es un colibrí cualquiera, que es un “quinde mágico” elegido para la más hermosa misión que un ave puede tener y ahora entiende por qué la ciudad de las montañas, de la magia, del sol grande y de los colibríes, es un rincón especial en el mundo.

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ciudad y que también habían cuidado de ella.

Luego vuela por sus grandes parques y toma fuerzas alimentándose de

sigue su ruta hacia el cerro El Panecillo donde le pide a la señora que está en lo alto, que le ayude a cuidar la ciudad de las montañas, de la magia y de la historia para que siempre esté hermosa y llena de orgullo de su pasado. La señora le dice que sí, que eso no es nada nuevo porque lo hace siempre, que se alegraba de que hubiera alguien más que se preocupe por la ciudad del sol grande. Al escuchar esto, él puso su largo pico en la frente de la señora con alas y feliz retomó su vuelo.

Ahora Zamarrito Pechinegro está convencido de que no es un colibrí cualquiera, que es un “quinde mágico” elegido para la más hermosa misión que un ave puede tener y ahora entiende por qué la ciudad de las montañas, de la magia, del sol grande y de los colibríes, es un rincón especial en el mundo.