TesTimonio del aTleTa TesTimonio del aTleTa

Después de superar una lesión en la cadera, Keflezighi da toda la gloria a Dios por su éxito continuo.

Angela Hannah se esfuerza para honrar al Señor y los talentos que Dios le ha dado por su trabajo duro todos los días.

A pesar de lo que algunos pensaban era un retroceso, el campeón de maratón de Eritrea, Meb Keflezighi lo vió como una oportunidad para mostrar el poder de Dios

La kayakista olímpica Angela Hannah encuentra consuelo en Cristo

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Meb Keflezighi AngelA hAnnAh

La kayakista olímpica de Gran Bretaña, Angela Han-nah aprendió que poniendo su confianza en Dios, Jesús proporcionaría paz en su vida.

"Supongo que algunas personas dicen, 'Siempre has sido una cristiana, así que no sabes nada'", dice Hannah. "Pero, definitivamente eres un ser humano en primer lugar, y han habido momentos en mi vida en que no confiaba en Él, en realidad estaba más enojada con Él y había hecho de todo, menos pasar tiempo con Él".

Hannah reflexiona acerca de los momentos de su vida en los que se sentía distante de Dios, y recuerda sentirse muy deprimida. Desde que se convirtió en Cristiana, Hannah dice que el Señor le ha dado un propósito, que le impide centrarse en los problemas mundanos que traen la negatividad a su vida.

"Dios te da la libertad para disfrutar de eso mientras estés trabajando al máximo de tu capacidad para Él," dice ella. "Eso siempre es suficiente. Significa que puedo continuar y disfrutar de mí misma y no tener demasi-ada pre-sión".

En 2008, Meb Keflezighi no podía caminar. Incluso moverse en su cama requería la ayuda de sus seres que-ridos. Su dificultad era el resultado de una fractura de cadera en los ensayos olímpicos del maratón de Estados Unidos del 2008.

Pocos años después, en el Campeonato del Maratón de Estados Unidos, Keflezighi, el medallista olímpico de plata en Atenas y cuarto en los Juegos Olímpicos de Lon-dres, no se esperaba que tuviera un buen desempeño. Sin embargo, 26.2 millas más tarde, él demostró a todos los escépticos que estaban equivocados y cruzó la línea de meta con su mejor

marca personal de 2 horas, 9 minutos, 15 segundos, dejando atrás, en las últimas dos millas a superar, al cuatro veces campeón del maratón, Robert Cheruiyot.

"Nadie corrió su mejor tiempo, sólo yo," dice Keflezighi, quien pasó las últi-mas dos millas de la carrera hablando con Dios. "Esto demostró que el poder de Dios era enorme en mi éxito y se notó ese día. Es sólo un testimonio de la obra de Dios".

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