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LA TEORÍA MONETARIA Lo primero que debemos tener en cuenta es que la moneda no es más que otra mercadería o servicio (para el caso, a los fines de este estudio, es lo mismo) como los zapatos, las vacas, los autos o el oro, y como tal debe ser tratada(1) . Segundo, la conclusión es que, la inflación (o deflación), es un fenómeno propio, inevitable y exclusivo del sistema monetario estatista. En consecuencia, carece de sentido hablar de inflación (o deflación) dentro de un sistema monetario natural. Empecemos por decir que, más allá de las precisiones históricas, en el principio era el trueque y hoy, todavía, sigue siéndolo. En el principio, la gente iba al mercado con gallinas o cerdos para cambiarlos por flechas o sandalias. Y, cansados de transportar gallinas, las cambiaron por pequeños trozos de oro. Luego, como se hace con cualquier mercadería, al oro le pusieron marca y lo acuñaron y lo llamaron moneda. Y, cansados de transportar oro, lo depositaron en cajas seguras. Y fueron al mercado con certificados de depósito, a los que llamaron billetes. Apareciendo más tarde los cheques, las tarjetas de crédito (o 'dinero plástico'), el dinero 'electrónico'(2) , 'tikets canasta' y demás. Pero, el principio, no ha dejado de ser el mismo: mercadería por mercadería, servicio. La moneda, en definitiva, podría verse como otro servicio bancario que permite, básicamente, el cálculo (basado en una unidad común) y la agilidad en las transacciones. En fin, en cualquier caso, para distorsionar todo, en algún momento, a alguien se le antojó que el Príncipe o el Estado debía tener el monopolio (coercitvo, obviamente) de la fabricación de moneda, y el curso forzoso(3) . Consecuentemente, el dinero cumple, al igual que cualquier otra mercadería o servicio, con la curva de oferta- demanda(4) , OD, pudiendo ocurrir dos cosas, según el sistema sea natural o coercitivo. Conviene recordar que, en rigor de

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LA TEORA MONETARIALo primero que debemos tener en cuenta es que la moneda no es ms que otra mercadera o servicio (para el caso, a los fines de este estudio, es lo mismo) como los zapatos, las vacas, los autos o el oro, y como tal debe ser tratada(1). Segundo, la conclusin es que, la inflacin (o deflacin), es un fenmeno propio, inevitable y exclusivo del sistema monetario estatista. En consecuencia, carece de sentido hablar de inflacin (o deflacin) dentro de un sistema monetario natural.Empecemos por decir que, ms all de las precisiones histricas, en el principio era el trueque y hoy, todava, sigue sindolo. En el principio, la gente iba al mercado con gallinas o cerdos para cambiarlos por flechas o sandalias. Y, cansados de transportar gallinas, las cambiaron por pequeos trozos de oro. Luego, como se hace con cualquier mercadera, al oro le pusieron marca y lo acuaron y lo llamaron moneda. Y, cansados de transportar oro, lo depositaron en cajas seguras. Y fueron al mercado con certificados de depsito, a los que llamaron billetes. Apareciendo ms tarde los cheques, las tarjetas de crdito (o 'dinero plstico'), el dinero 'electrnico'(2), 'tikets canasta' y dems. Pero, el principio, no ha dejado de ser el mismo: mercadera por mercadera, servicio. La moneda, en definitiva, podra verse como otro servicio bancario que permite, bsicamente, el clculo (basado en una unidad comn) y la agilidad en las transacciones. En fin, en cualquier caso, para distorsionar todo, en algn momento, a alguien se le antoj que el Prncipe o el Estado deba tener el monopolio (coercitvo, obviamente) de la fabricacin de moneda, y el curso forzoso(3).Consecuentemente, el dinero cumple, al igual que cualquier otra mercadera o servicio, con la curva de oferta-demanda(4), OD, pudiendo ocurrir dos cosas, segn el sistema sea natural o coercitivo. Conviene recordar que, en rigor de verdad, no existe un punto de equilibrio en la curva de OD, sino, un entorno puntual, con tendencia al equilibrio en la medida en que no existan fuerzas coercitivas (extrnsecas a la sociedad, descoordinadoras). De otro modo, de no existir un entorno en permanente movimiento, el mercado sera esttico.Si el sistema es natural, intrnseco al mercado, es decir, que cualquiera puede emitir moneda y hacerla circular sin impedimentos de carcter violento(5), una sobreoferta, por ejemplo, significar una prdida para el emisor(6). Lo que advertir inmediatamente y corregir con urgencia so pena de quebrar. Por su lado, el pblico advertir rpidamente esta situacin y buscar otra moneda. En cualquier caso, no habr alza generalizada de precios sino que, en el peor de los casos, simplemente, una de las tantas monedas ofertadas, perder valor frente a los dems bienes, servicios y monedas. Si se produjera un shock de desconfianza, ocurrira una corrida como cualquier corrida bancaria, y el emisor en cuestin, probablemente, quebrara (si no tiene un buen seguro, lo que resulta poco creble), pero, nuevamente, no se producira alza generalizada de precios. El mercado, en definitiva, se comportara con respecto a la moneda del mismo modo como se comporta frente a los cheques. Inversamente, una suboferta, producir un aumento en el precio de la moneda, con respecto a los dems bienes, lo que, rpidamente, alentara al emisor a emitir ms intentando equilibrar la demanda.Si el sistema es estatista (extrnseco al mercado natural), es decir, slo el Estado coercitivo puede emitir y obliga al curso forzoso, la inflacin (o deflacin), en cualquier caso, es inevitable. Todo lo que el burcrata puede hacer, es tratar de regular la variacin generalizada, no de precios en general, sino del precio de su moneda con respecto a los dems bienes, conteniendo la emisin y rezando para que no se produzca una corrida. En primer lugar, como el Estado coercitivo, por propia definicin, no se maneja con criterios de eficiencia econmica sino polticos, no le importa perder y, en consecuencia, sus operadores no estn preparados para advertir las prdidas ocasionadas por una tendencia desequilibrante en la OD. Y, entonces, salvo por una fugaz casualidad, la tendencia equilibrante de la OD nunca se lograr. Y la inflacin (o deflacin) es una enfermedad monetaria generalizada que desnaturaliza todo el proceso econmico, puesto que, al ser la moneda estatal el nico medio de cambio, todas las transacciones y clculos quedan distorsionados en la medida de la inflacin (o deflacin).Peor an, al no existir mercado natural, no existen ndices reales de la OD. Todo lo que en los sistemas estatistas se habla acerca de la demanda monetaria, no es ms que pura ficcin de economistas planificadores que prentenden sustituir, con rgidos sistemas ingenieriles, el comportamiento absolutamente maleable e impredecible de la naturaleza humana. De modo que, ni siquiera en el hipottico caso de que, por pura casualidad (ms bien por un 'milagro', porque la coercin es de suyo descoordinadora, por cuanto la coordinacin implica acuerdo voluntario, y, por tanto, desequilibrante) el Estado artificial hubiera logrado una tendencia equilibrante de la OD, tendr conciencia de tal tendencia. Dado que slo el mercado natural puede reflejar, con explcita certeza, las variables econmicas. Es decir, en un mercado, los precios, como resultado de la competencia, van indicando el nivel de la tendencia de oferta y demanda (si la demanda aumenta, los precios aumentan, si baja los precios bajan), pero si no hay precios reales (en este caso, porque al ser el mercado monoplico no hay competencia) no es posible saber como est variando la OD.La inflacin (o deflacin), en definitiva, no es ms que el desfasaje que se produce, en forma artificial, entre la curva natural de oferta y demanda de moneda (la curva intrnseca, la que ocurrir en la medida en que el mercado no sea distorsionado por medidas coercitivas) y la oferta y demanda de moneda que efectivamente rige en el mercado. Y este desfasaje se produce, insisto, cuando, va curso forzoso, se impone un sistema monetario que no responde (extrnseco) al mercado natural. De paso, cabe sealar que lo que a veces sucede en los sistemas estatistas es que, debido a que el Estado coercitivo imprime moneda en forma exagerada, para poder solventar sus gastos, existe una exagerada oferta monetaria por parte del nico oferente, y esto provoca una acelerada depreciacin del signo monetario, dando lugar a que se hable de la inflacin como el resultado de la 'creacin espuria de moneda'. Lo que, en rigor, no se ajusta a la verdad.Si el aumento (o disminucin) lo produce el mercado natural, entonces, bienvenido sea porque sta variacin de los precios es el modo en que la sociedad, de acuerdo con el orden natural, decide la eficiente asignacin de los recursos. Recordemos que, la eficiencia, supone de suyo las relaciones voluntarias, porque ste es el modo de garantizar que ambas partes se benefician (se coordinan). Ahora, si el aumento (o disminucin) tiene un origen extrnseco, en un sistema coercitivo, es decir, en una interferencia artificial ajena al mercado del orden natural, entonces, los aumentos (bajas) son malos porque significan una distorsin de lo que la sociedad hara, por su cuenta (intrnsecamente), en funcin de la eficiencia econmica.Resumiendo, si el sistema es coercitivo de moneda nica estatal, siempre habr inflacin (o deflacin) porque, como el Estado racionalista es incapaz de acertar (incapaz de planificar) con la tendencia equilibrante entre oferta y demanda, el valor de la moneda estatal variar permanentemente, en forma artificial (de modo catico y desordenado, desequilibrante, descoordinador), con respecto a los otros bienes. Si el sistema es de moneda 'privada y libre', es decir, varias monedas ofertadas, no tiene sentido hablar de inflacin (o deflacin). Simplemente ocurrir que las mejores (las ms eficientes) monedas sern ms solicitadas y el juego de los precios ser lo que siempre es en un mercado ordenado: un juego de ndices para la ms eficiente direccin de los recursos sociales.