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w l INVESTIGACIÓN INIA / 1 adecuado manejo del agua de riego tiene gran relevancia en la horti- cul tura nacional, deter- minando la producción y calidad que define el retorno por ventas al productor. En relación al riego, se debe considerar, al menos, la disponibilidad de agua, la especie y variedad, la densidad de plantación, la calidad química y biológica del agua, los períodos fenológicos críticos de la especie y el instrumental que ayude a la programación y control del riego. La lechuga, como la mayor parte de las hor- talizas de consumo fresco, requiere llegar al mercado con una condición turgente, lib re de enfermedades y plagas que opa- quen la estética y calidad del producto. En el mercado nacional, el comprador busca una lechuga tipo escarola de buen tama- ño y peso, que al partirla presente varias capas superpuestas de hojas que permitan un buen aprovechamiento por parte del consumidor. En términos generales, el cultivo de lechu- ga requiere suficiente agua para reponer la CAMPO&TECNOLOGÍA 1 Abril 2018 Alejandro Antúnez B. Ingeniero Agrónomo Ph.D. lNTA La Platina humedad perdida por evaporranspiración (ET) . El riego también servirá para enfriar el cultivo por medio de la transpiración, especialmente en días muy calurosos, además de permitir la li xiviación de sales que se acu mulan en la zona de raíces. La mayor cantidad de agua que se requiere en la producción de lechugas se utiliza en los últimos 30 as del cultivo, cuando las tasas de evapotranspiración son máximas. A ni vel nacional, no hay reportes que per- mitan conocer la magnitud del requeri- miento de agua en lechugas ni tampoco el efecto del déficit o exceso de agua sobre el cultivo. En otras palabras, el horticul- tor no dispone de una fuente nacional para conocer ¿cuánto regar? en lech ugas en la zona central de Chi le, con el fin de asegurar un buen rendimiento y calidad. Durante dos temporadas (2015/2016 y 2016/201 7) se realizaron ensayos de rie- go con lechugas en el Cent ro Regional de In vestigación INIA La Platina, en la comuna de La Pintana, Región Metropo- litana, con el fi n de determinar la canti- dad de agua necesaria para obtener buen rendimiento y calidad en lechugas tipo escarola. Antecedentes generales Una adecuada disponibilidad de agua, de- terminará en gran parte el éxito de la pro- ducción de lechugas. Como en rodas las hortali zas, la escasez de agua de riego afec- tará fuertemente el rendimiento y calidad del cultivo. En años de escasez de agua, se recomienda ajustar la superficie regada a la disponibilidad real de agua. En rminos generales, la disponibilidad de agua nece- saria para cultivar una hectárea de hortali- zas en rotación (consideran do especies de diferente requerimiento drico) equivale a aproximadamente 1 Lis. Es decir, un pro- ductor que tenga un pozo noria de caudal 3 Lis, puede cultivar y regar adecuadamen- te por goteo una superficie de 3 hectáreas de hortalizas. Este requerimi ento tendea aumentar en zonas en que se requiera regar en exceso para lixiviar sales y a dismi nuir en zonas donde esta práctica no sea necesa- ria por la ocurrencia de ll uvias invernales. Se ha comprobado que con salinidad en el agua por sob re 1 dS/m, se reduce el creci- miento y rendimiento del cultivo de lechu- gas y puede contribuir a la formación de un área salinizada en la superficie del sue-

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1 adecuado manejo del agua de riego tiene gran relevancia en la horti­cultura nacional, deter­minando la producción y calidad que define el retorno por ventas al

productor. En relación al riego, se debe considerar, al menos, la disponibilidad de agua, la especie y variedad, la densidad de plantación, la calidad química y biológica del agua, los períodos fenológicos críticos de la especie y el instrumental que ayude a la programación y control del riego. La lechuga, como la mayor parte de las hor­talizas de consumo fresco, requiere llegar al mercado con una condición turgente, libre de enfermedades y plagas que opa­quen la estética y calidad del producto. En el mercado nacional, el comprador busca una lechuga tipo escarola de buen tama­ño y peso, que al partirla presente varias capas superpuestas de hojas que permitan un buen aprovechamiento por parte del consumidor.

En términos generales, el cultivo de lechu­ga requiere suficiente agua para reponer la

CAMPO&TECNOLOGÍA 1 Abril 2018

~ Alejandro Antúnez B. Ingeniero Agrónomo Ph.D. lNTA La Platina

humedad perdida por evaporranspiración (ET). El riego también servirá para enfriar el cultivo por medio de la transpiración, especialmente en días muy calurosos, además de permitir la lixiviación de sales que se acumulan en la zona d e raíces. La mayor cantidad de agua que se requiere en la producción de lechugas se utiliza en los últimos 30 días del cultivo, cuando las tasas de evapotranspiración son máximas. A nivel nacional, no hay reportes que per­mitan conocer la magnitud del requeri­miento de agua en lechugas ni tampoco el efecto del déficit o exceso de agua sobre el cultivo. En otras palabras, el horticul­tor no dispone de una fuente nacional para conocer ¿cuánto regar? en lech ugas en la zona central de Chile, con el fin de asegurar un buen rendimiento y calidad. Durante dos temporadas (20 15/2016 y 2016/2017) se realizaron ensayos de rie­go con lechugas en el Centro Regional de Investigación INIA La Platina, en la comuna de La Pintana, Región Metropo­litana, con el fi n de determinar la canti­dad de agua necesaria para obtener buen rendimiento y calidad en lechugas tipo escarola.

Antecedentes generales Una adecuada disponibilidad de agua, de­terminará en gran parte el éxito de la pro­ducción de lechugas. Como en rodas las hortalizas, la escasez de agua de riego afec­tará fuertemente el rendimiento y calidad del cultivo. En años de escasez de agua, se recomienda ajustar la superficie regada a la disponibilidad real de agua. En términos generales, la disponibilidad de agua nece­saria para cultivar una hectárea de hortali­zas en rotación (considerando especies de diferente requerimiento hídrico) equivale a aproximadamente 1 Lis. Es decir, un pro­ductor que tenga un pozo noria de caudal 3 Lis, puede cultivar y regar adecuadamen­te por goteo una superficie de 3 hectáreas de hortalizas. Este requerimiento tenderá a aumentar en zonas en que se requiera regar en exceso para lixiviar sales y a disminuir en zonas donde esta práctica no sea necesa­ria por la ocurrencia de lluvias invernales.

Se ha comprobado que con salinidad en el agua por sobre 1 dS/m, se reduce el creci­miento y rendimiento del cultivo de lechu­gas y puede contribuir a la formación de un área salinizada en la superficie del sue-

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Figura 2. Efecto del riego deficitario en lechugas tipo iceberg próximo a cosecha.

Figura 3. Riego óptimo en lechugas tipo iceberg próximo a cosecha.

Figura 4 . Riego excesivo en lechugas tipo iceberg próximo a cosecha. Se observa la prevalencia de oídio y pudriciones blandas.

/ INVESTIGACIÓN INIA 1 lo. Por su parte, la salinidad por sobre 2, 1 dS/ m en la pasta saturada del suelo puede reducir el rendimiento en lechugas. En es­tos casos, se necesitará aplicar una fracción de agua adicional a los requerimientos de evapotranspiración (fracción de lixivia­ción) que puede ascender a 30% o más de la demanda evapotranspirativa. Cabe seña­lar que el cultivo de lechugas es más sensi­ble a la salinidad durante la germinación y trasplante.

Además, la calidad microbiológica del agua es de gran importancia ranto para el merca­do nacional como internacional. La Norma Chilena (NCh 1333) clasifica como apta para riego, al agua con concentraciones menores a 1000 coliformes totales por 100 mL de agua, destinadas al cultivo de verdu­ras y frutas que se desarrollen a ras de suelo y que habitualmente se consumen en esta­do crudo (Nissen y colaboradores, 2000) . Este criterio se ajusta al de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque difie­re de la legislación de países desarrollados. Por ejemplo, la norma japonesa considera agua apta para riego al agua con concentra­ciones menores a 50 coliformes totales por 100 mL de agua, en tanto la del Estado de California, EE.UU., debe contener menos de 2,2 coliformes totales por 100 mL para el riego de cultivos.

En cuanto a la capacidad de retención del suelo, para evaluar la cantidad de agua apro­vechable para las plantas, interesa conocer la fracción de agua que está entre capacidad de campo (CC) y punto de marchitez per­manente (PMP). En términos fisiológicos, a medida que el suelo se deseca, el agua remanente no está igualmente disponible para la planta. La mayor disponibilidad de agua ocurre cuando el suelo está a capaci­dad de campo, disminuyendo gradualmen­te a medida que el suelo pierde humedad.

Las lechugas son exrremadamenre sensibles al estrés hídrico. Independientemente del tipo de riego que se utilice, la calidad y el rendimiento del cultivo se verá afectado si la oportunidad de riego se retrasa o si la hu­medad en el suelo cae a valores muy bajos. El efecro más evidente del estrés hídrico será la reducción del tamaño y engrosa­miento de las hojas de la lechuga, con una reducción notoria en la calidad del produc­to que dificultará su comercialización.

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Se ha demostrado que en presencia de virus, el estrés hídrico puede agravar la condición del cultivo. En riego por sur­cos, para evitar el detrimento fisiológico de las plantas de lechuga por falta de agua fácilmente disponible, el riego se efectúa cuando se ha agotado cerca del 30% del agua aprovechable. En riego localizado en cambio, se recomienda el uso de riego frecuente (agotamiento del 1 O a 20% del agua aprovechable en el suelo), evitando la saturación del suelo que puede gatillar el ataque de patógenos que afecten al cuello de la planta.

Pueden definirse algunos períodos críticos, en que la falta de agua determinará fuertes pérdidas en el rendimiento comercial del cultivo:

Categoría Rango de pesos (g)

Bajo peso menos de 500 g

Segunda 500 - 699

Primera 700 - 899

Extra más de 900 g

Cuadro 1. Rango de categorías según peso de lechugas tipo Escarola.

- Preplantación: en general, se hace riego de pre transplante de 5 a 1 O cm de agua, dependiendo de las condiciones de hume­dad del suelo, preparando el suelo para el transplante. Un grupo creciente de pro­ductores entierra la cinta de riego entre 5 a 1 O cm de profundidad previo al trasplante. Luego de la cosecha, la cinta se extrae del suelo y, en países desarrollados se reutiliza para otro ciclo de cultivo. Esta práctica se ha popularizado porque reduce la mano de obra para "ordenar" las cintas que se mue­ven con el viento, aunque también tendría beneficios reduciendo la evaporación di­recta desde el suelo.

- Postrasplante: Debe mantenerse el sue­lo cercano a capacidad de campo, en los primeros 20 cm de profundidad de suelo. Para ello, se recomienda regar frecuente­mente en riego localizado y cada 4 o 5 días en riego por surcos, dependiendo de la de­manda atmosférica.

- Desarrollo del cultivo: normalmente, el riego se va haciendo más frecuente o con mayor duración, a medida que la lechuga

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se desarrolla, previniendo el estrés hídrico. La mayor parte de las raíces del cultivo es­tarán en los primeros 1 O cm de suelo. Las raíces profundas (15 a 25 cm) podrían llegar a ser activas cuando el cultivo de lechuga se acerca a la madurez en suelos profundos.

-Precosecha: el requenmtento de agua del cultivo de lechugas, normalmente es máximo durante las 2 semanas previo a cosecha. A medida que esta demanda se incrementa, es necesario aumentar el tiem­po de riego o la frecuencia de los eventos de riego. Se requiere cosechar una lechuga rurgeme y en buen esrado hídrico, por lo que no puede descuidarse el riego en esta etapa.

En riego por goteo, el riego deficitario pue­de restringir el bulbo mojado desde donde las raíces extraen el agua y los nutrientes. Es necesario destacar que el exceso de agua y fertilización en variedades tipo ice­berg puede causar defectos como corazón blando, reduciendo el valor comercial del cultivo. Ciertas prácticas como suspender el riego antes de cosecha puede causar que se parta y queme por sol la cabeza de va-

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riedades tipo iceberg o que se quemen las puntas de las hojas en variedades romanas.

Ensayos de campo Se evaluaron variedades de lechuga esca­rola tipo "iceberg" las que fueron someti­das a cuatro tratamientos de riego, los que difirieron en la cantidad o alrura de agua repuesta en cada evento de riego. En los ensayos se emplearon goteros autocom­pensados antidrenantes sobre laterales de polietileno de 16 mm, espaciados a 20 cm entre sí, que semejan las líneas de cintas de riego tradicionalmente empleadas en el cultivo. Los ensayos se efectuaron en blo­ques que contenían los 4 tratamientos de riego, con cuatro repeticiones cada uno. Los caudales nominales de los emisores utilizados fueron 1,2 L/h, 2 L/h, 3 L/h y 4 L/h. De esca forma, con un mismo tiempo de riego, fue posible aplicar cua­tro alruras de agua (deficitarias y exceden­tarias) y evaluar posteriormente su efecto sobre el rendimiento y calidad de las le­chugas cultivadas en la Región Metropo­litana. En dos temporadas, se aplicó agua en un rango entre 75 a 90 mm para los regímenes deficitarios y entre 260 y 31 O mm para el régimen excedentario.

-&- Temp 2016

200 300 400

Riego (mm)

Figura l. Funci6n de producci6n de lechugas comerciales tipo iceberg cultivadas en INIA La Platina, de dos temporadas de cultivo.

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En los ensayos se evaluaron las lechugas a cosecha comercial, aproximadamente 70 días después del trasplante. Se determi­nó el peso fresco de la cabezuela limpia (eliminando hojas viejas y dañadas) y se determinó el calibre de la cabezuela de acuerdo a un rango de pesos.

En paralelo se determinó la presencia de enfermedades (pudriciones blandas, oídio) y la firmeza de la cabezuela de la lechuga. Se contaron todas las lechugas cosechadas, con el fin de determinar la proporción de ellas que llegan a cosecha, por cada tratamiento de riego.

Defectos y Enfermedades relacionadas con el Exceso/Déficit de riego El efecto más evidente del déficit o exceso de agua en lechugas, se verifica en la cali­dad del producto comercial. En resumen, el efecto de los tratamientos de riego en lechugas se refleja en:

Riego deficitario: cuando se riega con menos agua que el cultivo requiere, las cabezuelas de lechuga registran bajo peso (menos de 500 g por unidad) y aumenta la proporción de unidades no comercia-

les. La falta de riego tiende a ablandar el corazón y a producir lechugas deformes (hasta el 7% de las unidades). En resumen, el rendimiento comercial se ve fuertemen­te afectado, pudiendo el descarte alcanzar hasta cerca del 90% de la producción.

Riego excesivo: al regar en exceso, ocurre un aumento de pudrición blanda y oídio que reducen el rendimiento comercial del cultivo (cercano al 30% de las unidades). Al incrementar el exceso de agua de riego se reduce aún más el rendimiento comercial, con un notorio aumento de ablandamien­to de corazón. Cuando se riega con exceso de agua, el descarte puede alcanzar 30% a 60% del rendimiento potencial.

Riego adecuado: se obtiene un óptimo diá­metro y firmeza de las cabezuelas, con el consecuente máximo rendimiento comer­cial.

En la Figura l, se presenta la función de producción de lechugas comerciales tipo iceberg, evaluadas en INIA La Platina du­rante dos temporadas de cultivo. Es posible concluir que el máximo rendimiento co­mercial en lechugas tipo iceberg se alcanzó

/ INVESTIGACIÓN INIA 1 durante la temporada 2016 reponiendo 169 mm de agua, mientras que en 20 17 el máximo rendimiento se alcanzó reponien­do 185 mm de riego.

Conclusiones El riego deficitario en lechugas tipo ice­berg resulta en unidades de bajo peso, de poca firmeza y deformes que no alcanzan un rendimiento comercial adecuado. El incremento de la lámina de reposición mejora el calibre y firmeza del corazón, asegurando el número de unidades co­merciales por unidad de superficie. Sin embargo, es necesario controlar la pudri­ción blanda y el oídio cuya prevalencia se incrementa con el exceso de riego y afecta el rendimiento comercial del cultivo.

A partir de dos temporadas de evaluación de lechugas tipo iceberg en INIA La Pla­tina, se puede concluir que el cultivo re­quiere de una lámina de reposición entre 169 y 185 mm, para alcanzar un rendi­miento comercial máximo, en un ciclo de verano en la Región Metropolitana.

Contacto:

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