32
EL REGRESO DE ENEAS LIBRO X

Eneida 10

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Eneida 10

EL REGRESO DE ENEAS

LIBRO X

Page 2: Eneida 10

En el Olimpo, Venus y Juno defienden sus causas ante un Júpiter

imparcial.

Page 3: Eneida 10

Si los troyanos han ido tras las respuestas que

los dioses –dice Venus- y los espíritus les daban,

¿por qué ahora cualquiera puede cambiar tus

órdenes o inventar nuevos destinos?

Page 4: Eneida 10

¿Guié yo –repone Juno- con Cupido a un adúltero troyano a que

asaltara Esparta o le di yo armas o favorecí la guerra? Entonces

habrías debido temer por los tuyos; ahora es tarde para que salgas

con quejas poco justas y promuevas pleitos pesados.

Page 5: Eneida 10

Los actos dispensarán a cada

cual sus penas y glorias.

Júpiter es el mismo rey para

todos.

Page 6: Eneida 10

Rútulos y aliados siguen asaltando el campamento, mientras Eneas

vuelve con los refuerzos arcadios de Evandro y los etruscos de

Tarcón, que persiguen a Mecencio

Page 7: Eneida 10

Su nave, convertida en ninfa, le sale al paso y le avisa: Turno les

espera con la caballería. Deben proseguir su viaje por la noche y

atacar al despuntar el alba.

Page 8: Eneida 10

Al ver Turno tantísimos barcos, se inflama de ardor y arenga a los

suyos: “Corramos al agua, mientras dudan y vacilan sus primeros

pasos al desembarcar. A los audaces ayuda la fortuna.”

audentis Fortuna iuuat.'

Page 9: Eneida 10

Desembarca Eneas clavando la quilla en la arena y realiza sus

primeras gestas de armas.

Page 10: Eneida 10

“Dame lanzas –dice a Acates-, que ninguna arrojará mi diestra

en vano contra los rútulos, de aquellas mismas que un día se

hundieron en los cuerpos griegos en los campos de Ilión”

Page 11: Eneida 10

Destaca asimismo el joven Palante, cuyas hazañas guerreras son

descritas en una línea paralela con las de Lauso, hijo de Mecencio.

Ambos exhiben un coraje sin límite y parece que se van a enfrentar.

Page 12: Eneida 10

Pero interviene entonces la diosa Juturna avisando a su hermano

Turno del peligro que corren los rútulos y corre éste al encuentro

de Palante.

Page 13: Eneida 10

Se disponen a huir los arcadios, pero el joven los arenga diciendo

que o vencedor glorioso lo ha de volver a ver su padre o muerto.

Page 14: Eneida 10

Al encontrarse frente al audaz Turno, suplica a Hércules que dirija

su lanza. Se lamenta el hijo de Júpiter por no poder ayudarlo y el

rey de dioses lo consuela:

Page 15: Eneida 10

'stat sua cuique dies, breue et inreparabile tempus

omnibus est uitae; sed famam extendere factis,

hoc uirtutis opus.

“A cada uno le espera su momento, breve e inmutable es el

tiempo de vida para todos; pero extender la fama con hazañas

es muestra de virtud”

Page 16: Eneida 10

Turno, en cambio, no falla. Le quita su tahalí, grabado con la

historia de las danaides, pero deja que se lleven su cuerpo para que

reciba las honras fúnebres.

Page 17: Eneida 10

corruit in uulnus (sonitum super arma dedere)

et terram hostilem moriens petit ore cruento.

« Cae sobre la herida –resuenan sus armas encima- y besa,

al morir, la tierra hostil ».

Page 18: Eneida 10

Siega entonces Eneas con la espada cuanto cae a su alcance

y enfurecido se abre ancho sendero entre las tropas en

busca de Turno.

Page 19: Eneida 10

Mata a todos cuantos se le oponen sin piedad: Turno es quien ha

borrado la compasión del campo de batalla al matar a Palante. A

Turno busca.

Page 20: Eneida 10

Nadie puede parar al héroe, comparado a un gigante de cien manos.

Page 21: Eneida 10

Juno suplica entonces a Júpiter que le permita salvar la vida de

Turno en esta batalla. El rey de dioses consiente. .

Page 22: Eneida 10

Juno forma un fantasma de Eneas que parece

huir. Turno cae en la trampa y lo persigue

hasta una nave.

Page 23: Eneida 10

La nave zarpa y el fantasma se eleva y se confunde con una nube.

Turno, consciente del engaño y aislado del campo de batalla, quiere

morir. Juno lo impide.

Page 24: Eneida 10

Le releva Mecencio en el combate: nadie, excepto Eneas, puede

con su furia.

Page 25: Eneida 10

Herido gravemente por el troyano, Mecencio huye y, cuando Eneas

lo persigue, se interpone su hijo, el joven Lauso.

Page 26: Eneida 10

Aguanta Eneas la nube de flechas que le arrojan Lauso y los suyos,

mientras Mecencio se pone a salvo.

Page 27: Eneida 10

'quo moriture ruis maioraque uiribus audes?

fallit te incautum pietas tua.'

Inmediatamente sale al encuentro del joven al que advierte: ¿Para

qué corres a morir y exhibes más osadía que fuerza? Te engaña,

incauto, tu amor.

Page 28: Eneida 10

Le hunde su espada y, al descubrir

su rostro, se lamenta profundamente

y decide no despojar el cadáver.

Page 29: Eneida 10
Page 30: Eneida 10

Arde en furor Mecencio , que

monta un caballo y sale en busca

de Eneas: el héroe atraviesa al

animal con su lanza.

Page 31: Eneida 10

Y una vez derribado, lo atraviesa sin piedad.

El crudelísimo Mecencio sólo pide ser enterrado junto a su hijo.

Page 32: Eneida 10