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I Modelo matemático del dilema electoral Vietnam: guerra geofísica Premios Nobel 1972 MELCHOR ROMERO: la rebelión de los locos

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I

Modelo matemático del dilema electoral Vietnam: guerra geofísica Premios Nobel 1972

MELCHOR ROMERO: la rebelión de los locos

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Modelo matemático del di lema electoral

Vietnam: guerra geofísica Premios Nobel 1972

MELCHOR ROMERO: la rebelión de los locos

21 Humor Nuevo 4 2 IPB: Becas externas para

argentinos 4 9 Novedades de ciencia

y tecnología 5 5 Juegos Matemáticos 5 9 Libros nuevos 6 0 Comentarios de libros 6 4 Correo del lector

Metegol Problemas de Go

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Revista de ciencia y tecnología

Año III / N" 21 / diciembre 1972 / Buenos Aires Av. Roque Skíenz Peña 825 , 9* piso, Of. 93 - Buenos Aires Tel . : 4 5 - 7 1 7 5

PREMIOS NOBEL 1972 Física: Superconductividad Edmundo D, Ramos y Daniel H. Sánchez Medicina Química La guerra geofísica de Vietnam: Nuevos aportes para el genocidio Daniel Goldstein Cooperación científico-tecnológica entre Argentina y Alemania Melchor Romero (II) : la rebelión de los locos Mito y realidad de la burocracia en América latina Oscar Oszlak Tecnología y sociedad: Lina visión a través de la Ingeniería Química en América latina Mario Kamenetzky Computación y modelos de funcionamiento Entrevista a José Manuel Olavarría, Carlos Sobredo y Oscar Rufo Presente y futuro del movimiento de cargas en la Región Metropolitana de Buenos Aires CETRA I Jornadas Latinoamericanas y V Argentinas de

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Ingeniería Eléctrica AGIBA: Asociación Gremial de Ingenieros de Buenos Aires Japón: la estrategia del desarrollo y el desarrollo de la tecnología (II) Memorias virtuales Rubens La Torre Modelo del dilema electoral argentino Mario Bunge

De las opiniones expresadas en los artículos firmados son responsables exclusivos sus autores.

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Nuestra tapa y los pintores

"En Europa. . . se me hizo carne que sólo vale la pena todo arle que busca, aún a riesgo de equivocarse. . . También sé desde entonces que el artista está condicionado por un contexto que lo rodea. Volví a la Argentina para contribuir a la formación de una expresión nacional por medio de una imagen viva resultante de un proceso de invención nacido de exigencias interiores. Es hora de elaborar nuestras propias vanguardias. Si bien creo en el camino en que estoy, creo, aún más, en el espíritu con que estoy en ese camino. Creo en la creación, no en las corrientes."

La profesión de fe pertenece a Luis Felipe Noé, quien ilustró generosamente nuestra tapa, como antes lo hicieran Hermenegildo Sabat, Lorenzo Amengual, Ernesto Deira y Oscar Smiije. Noé nació en Buenos Aires en 1933; trabajó con Horacio Butler y participa, desde 1957 en las más importantes exposiciones del país y del extranjero, desde el Instituto Torcuato Di Telia hasta la Bienal de París, pasando por México, Lima, Río de Janeiro, Londres.

El próximo número de Ciencia Nueva aparecerá

alrededor del 15 de marzo

Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Peña 825, 9° P., of. 93, Buenos Aires, República Argen-tina, Tel.: 45-7175. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital Federal, Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L., Solís 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos DI-DOT S.C.A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $ 5 (m$n. 500). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 | 5 0 (m$n. 5.000) por doce números; Uruguay, $3000, exte-rior, por vía ordinaria, u$s. 15 anual. Registro de la propiedad intelectual n° 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los tra-bajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.

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Director Ricardo A. Ferraro

Director Adjunto Hebe Mitlag

Asesores Héctor Abrales Hernán Bonadeo Daniel Goldstein Roberto Lugo Jorge Schvarzer Ricardo Schwarcz

Secretario de redacción; Horacio Speratti

Redacción Lucía Bonadeo Katia Fischer Ana Tedeschi Patricia Walsh

Diseño gráfico Isabel Carballo

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Humor Julio Moreno Suar

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PREMIOS NOBEL 1972 Física:

J. Bardeen, L. N. Cooper y J. R. Schrieffer

Superconductividad msi-r

Edmundo D. Ramos y Daniel H. Sánchez

Días pasados la prensa mun-dial anunciaba que tres científi-cos norteamericanos habían sido laureados con el premio Nobel de Física. J. Bardeen, L. N. Coo-per y J. R. Schrieffer recibieron dicho galardón por su teoría mi-croscópica sobre el fenómeno de la superconductividad. Esta teo-ría más conocida como B.C.S., fue elaborada en el año 1957.

AI lector no especializado le resultará muy difícil apreciar la trascendencia del trabajo de B.C.S. si desconoce las impor-tantísimas aplicaciones tecnoló-gicas, tanto actuales como poten-ciales del fenómeno de la super-conductividad.

En este artículo presentare-mos las características sobresa-lientes de los superconductores y el desarrollo histórico de la comprensión de este fenóme-no. Primero introduciremos las ideas básicas de la teoría B.C.S. y luego bosquejaremos un pano-rama de las aplicaciones tecno-lógicas que ofrecen los super-conductores, El desarrollo de es-ta tecnología crece vertiginosa-mente, previéndose que afectará la vida cotidiana de la humani-dad al finalizar este siglo.

Por superconductividad se conoce una combinación de propiedades electromagnéticas y térmicas que presentan ciertos materiales metáli-cos a muy bajas temperaturas.

En el año 1908, H. Kamerlingh Onnes2 (Universidad de Leyden, Holanda) logró alcanzar, por pri-mera vez, estas temperaturas licuan-do helio.3 Utilizando este nuevo ran-go de temperaturas, H. K. Onnes (1911, 1913), estudió la resisten-cia eléctrica de los metales. Obser-vó que la resistencia eléctrica del mercurio (Hg) decrecía abrupta-mente a cero para una temperatura T ~ 4 . 1 6 ° K (Fig. 1). Todos los intentos que realizó para detectar al-guna resistencia al pasaje de una co-rriente continua a temperaturas me-nores que 4° K dieron resultados ne-gativos. Onnes llamó a éste fenóme-no superconductividad, y a la tem-peratura a que se produce, tempera-tura crítica (Te). Las técnicas de me-dición de la resistencia eléctrica son cada día más precisas. Esto hace que aún actualmente se continúen apli-cando nuevas técnicas a la medición de la resistencia eléctrica de los su-perconductores.4 Collins (1956) hi-zo circular una corriente eléctrica en un anillo superconductor. De exis-tir una resistencia eléctrica R esta

corriente decrecerá en el tiempo de acuerdo a

I ( t ) = I o exp. (—Rt /L) donde L es la inductancia magnética del anillo. Collins observó la corrien-te durante dos años y medio y no pudo medir ninguna variación en la intensidad lo. Esto implica que R para un S.C. debe ser menor que 10"21 ohms-cm. Quinn e Ittner (1962) realizaron el mismo experi-mento, utilizando un circuito cuyo L era muy pequeño, y esperando sólo 7 hs. bajaron este límite a 10"28

ohms-cm. Como comparación, nó-tese que la resistividad del mejor conductor a temperatura ambiente (cobre de alta pureza) es de 10"9

ohms-cm. Otra propiedad descubierta muy

poco después, es la posibilidad de restaurar la resistencia normal me-diante la aplicación de un campo magnético externo. Al campo mag-nético mínimo que destruye la su-perconductividad se lo denomina campo crítico (He). Experimental-mente se encontró que la dependen-cia de He con la temperatura puede aproximarse por una ley de tipo pa-rabólico Hc(T) = H c ( 0 ) [1 — ( T / T c ) 2 ] donde Hc(T) y Hc(O) son los cam-pos magnéticos críticos a las tempe-

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raturas T y 0°K. Vemos en la Fig. 2, que en principio existen dos regio-nes, que podrían pensarse como dos fases termodinámicas bien definidas: k superconductora (SC) y la nor-mal (N).

Aquí se presentó un gran escollo a la interpretación teórica del fenó-meno. Si un S.C. es un conductor perfecto (R = O) las ecuaciones de Maxwell implican que la variación temporal del flujo magnético dentro

del mismo es nula. O sea — = O, 3 t

es decir, la inducción magnética se mantiene constante e igual al valor que poseía inicialmente ( B [ t ] = B [inicial]).5

Vemos en el diagrama represen-tado en la figura 2 que, por ejem-plo, el estado G, que corresponde a un dado (H, T) , puede ser alcan-zado por los caminos EG o FG. El valor inicial del campo B para estos caminos es diferente. Dependiendo, por consiguiente, el valor del campo B en el estado G, del camino esco-gido. De ser cierto esto, la transición normal-superconductor no sería re-versible en el sentido termodiná-mico.

Fue necesario entonces, decidir si el diagrama (H, T) representaba dos fases termodinámicas, en cuyo caso las ecuaciones de Maxwell no se aplicarían a los S.C., o si, en cam-bio, un S.C. era simplemente un con-ductor perfecto para el que eran vá-lidas las leyes de Maxwell, en cuyo caso la interpretación termodinámi-ca del fenómeno no sería posible.

El experimento decisivo, realiza-do por Meissner y Ochsenfeld (Alé-mania 1933), resolvió la contradic-ción en favor de la termodinámica. Descubrieron que la fase supercon-ductora se caracteriza por la expul-sión total del flujo magnético dentro del S.C. (B = O). Esta propiedad fundamental de los S.C. se conoce como el efecto Meissner.

Teorías fenomeuológicas

Antes del importante descubrimien-to de Meissner; Keesom (1924), Rutgers (1933) y Gorter (1933) supusieron que la transición N-SC era reversible y estudiaron el proble-ma desde el punto de vista termo-dinámico. Este último en particular estuvo muy próximo a predecir teó-ricamente el efecto Meissner.

Figura 1: Representación esquemática de la resistencia eléctrica (R) de un metal superconductor a corriente continua como función de la temperatura (T). El valor R cae abruptamente a cero al volverse el material superconductor a temperaturas más bajas que la crítica (Te).

Figura 2: Campo crítico reducido [Hc(T)/Hc(0)] de un superconductor como función de la temperatura reducida (T/Tc). La región sombreada SC corresponde al estado superconductor y la región N al normal.

/ / / / / / / % / Te

TEMPERATURA

Vk TEMPERATURA REDUCID,»

Figura 3: Diagrama de la interacción entre electrones por medio de un fonón. Las líneas sólidas representan a los electrones y la sinuosa al fonón. El eje vertical representa la escala del tiempo.

estado final estado intermedio

"estado inicial

Gorter y Casimir (1934) sugi-rieron un modelo termodinámico para los S.C., conocido como mo-delo de los dos fluidos: un fluí-do normal ( R ^ O ) y otro S.C. (R = O) . El grado de superconduc-tividad es medido por un parámetro de orden, proporcional a la densidad n8 de los electrones que componen el fluido S.C. Este modelo predice una dependencia parabólica del cam-po crítico con la temperatura, un calor específico electrónico propor-cional a T3, y una dependencia de ns con la temperatura del tipo [1 — (T/T<04].

F. London y H. London (Reino Unido, 1935) modificaron las ecua-ciones de Maxwell incluyendo el he-

cho experimental que B = O en el interior de un S.C. La teoría de London predice que el efecto Meiss-ner no puede ser total. Las densida-des de corriente superficiales nece-sarias para anular la inducción mag-nética, no pueden ser infinitas. Por consiguiente, el campo B debe pe-netrar en un S.C. una distancia lla-mada longitud de penetración (A). En el modelo de London, A está dado por A0 = (m/|.i0 ns e2)1,4, don-de m y e son la masa y la carga del electrón, |i0 la permeabilidad mag-nética del vacío, y nB la densidad de electrones superconductores. Las ex-periencias verifican la existencia de una longitud de penetración del mis-mo orden de magnitud que A„ ~

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Figura 4: Representación de un par de Cooper. Los electrones se aparean con sus vectores impulso (K) y spin opuestos.

10~G cm; h, variaba con la tempe-ratura como T) '—' A,,/[ 1 — (T/ Te) 4 ]» , que concuerda con lo pre-dicho por Gorter y 'Casimir, sobre la variación de n« con la temperatura.

Hacia una teoría microscópica

a) La red cristalina. En busca de un mecanismo microscópico, se in-vestigó qué participación tenía en este fenómeno la red cristalina. El estudio de rayos X de la transición N-SC mostró que no existe ningún cambio en la estructura de la red cristalina. Sin embargo, Pippard (Reino Unido, 1950-53) encontró que la longitud de penetración X de-pende de la dirección cristalina, y en particular del libre camino medio de los electrones en la red. Para in-cluir este efecto, modificó las ecua-ciones de London, introduciendo la idea de que los electrones interac-túan entre sí a una distancia '1 lla-mada longitud de coherencia. En esta teoría la interacción entre los electrones es no local.

b) El gap de energía. Mediciones muy precisas del calor específico electrónico (Ces) en la fase S.C. mostraron variaciones respecto a la dependencia cúbica con la tempera-tura predicha por Gorter y Casimir. A muy bajas temperaturas C<.„ si-gue una ley del tipo exponencial Cía ~ e x p ( - A/kT) donde A es un parámetro con unidades de ener-gía y k es la constante de Boltzman. Esta dependencia puede ser expli-cada si existe un gap de energía A en la banda de conducción del me-tal superconductor. La existencia de este gap explicaría también el com-portamiento de los superconducto-res a corrientes de alta frecuencia. A estas frecuencias la resistencia

eléctrica es la misma que en el es-tado normal. Para frecuencias ma-yores que 10 11 Hertz los S.C. ya no son conductores perfectos.

c) Coherencia del estado S.C. En el año 1950 en la URSS, Ginzburg y Landau (G.L.) daban a conocer una teoría en la que la energía libre de un S.C. es función de un pará-metro de orden G. L. mostraron que esta función XV describe un es-tado cuántico coherente de muchas partículas, que se manifiesta en pro-piedades macroscópicas. Esta teoría explica muchas situaciones experi-mentales y su importancia radica en haber introducido conceptos cuánti-cos en el tratamiento fenomenoló-gico.

d) Una interacción atractiva en-tre electrones.

Se conocía que los metales malos conductores a temperatura ambiente son S.C. con una Te relativamente alta (Te para el Pb es 7,22°K) mien-tras que buenos conductores como Cu y Ag no son superconductores hasta temperaturas tan bajas como unos pocos milésimos de grado Kel-vin. La resistencia eléctrica de los metales a temperatura ambiente se debe principalmente a interacciones con la red cristalina (foliones).

Frohlich (Estados Unidos, 1950) e i n d e p e n d i e n t e m e n t e Bardeen (1950), sugirieron que puede exis-tir una interacción atractiva entre los electrones a través de los fono-nes. Esta interacción es ilustrada en la Figura 3. Supongamos que ini-cialmente (t — t o ) tenemos dos electrones libres en un metal, repre-sentados en la figura 3 por las líneas rectas Ki y Ka. A un tiempo tA uno de ellos interacciona con la red, es decir, emite un fonón (representado por la línea sinuosa q) que es luego absorbido a un tiempo tu por el otro electrón. En el estado final volve-mos a tener dos electrones libres re-presentados por las líneas Ki — q y Ka + q. En este proceso el im-pulso y la energía del estado final (t > tu) son los mismos que en el estado inicial (t < ÍA). Sin embar-go, durante el intervalo de tiempo At = tu — tA podemos pensar que los electrones forman un estado li-gado cuya energía no está bien de-terminada y sólo se la conoce con una incerteza AE ~ h/At, donde h es la constante de Plank. Este tipo de procesos, conocidos como virtua-les, pueden ocurrir a cero grado ab-soluto (T = 0°K).

El Dr. John Bordeen actualmente es Profesor en el Departamento de Física de la Universidad de Illinois (Illinois, EE.UU.). Previamente le fue otorgado el premio Nobel por su colaboración en el descubrimiento del transistor. A partir de 1957 sus trabajos científi-cos se concentraron en desarrollar dis-tintos aspectos de la teoría BCS, prin-cipalmetne el cálculo de las propieda-des físicas que predice el modelo del que es coautor.

La energía de este estado ligado tiene que ser del orden de las ener-gías típicas de la red, por ejemplo la energía asociada a la frecuencia de Debye (hvD) . Por consiguiente la energía típica de interacción en un S.C. debe ser del orden de la energía típica de la interacción elec-trón-fonón. O sea, kTc es del orden de hvj). Como la frecuencia de De-bye es proporcional a la inversa de la raíz cuadrada de la masa de los iones (Mi) que componen la red, tendremos en Te la misma depen-dencia en la masa de los iones. Te Mi'-'2 = c te . ) . Nótese que de esta forma se relaciona una propiedad exclusivamente electrónica (Te) con otra de la red (Mi) .

P a r a l e l a e independientemente Maxwell (1950) y Serin (1950) descubrieron el efecto isotópico en S.C. Midiendo Te para distintos isó-topos de mercurio verificaron que TcM oc = cte. En particular, Serin demostró fehacientemente que el va-lor de a en Hg es igual a —.

s

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El Dr. J. Robert Schrieffer es Profesor en el Departamento de Física de la Universidad de Pennsylvania (Pennsyl-vania, EE.UU.). Su labor científica a partir de 1957 se concentró en propie-dades de los SC (efecto túnel). Actual-mente sus publicaciones están funda-mentalmente relacionadas con propie-dades magnéticas en metales (efecto Kondo).

P. W. Anderson e relata, que en si año 1950 EE.UU. se encontraba en medio de la era de McCarthy, lo que llevó a una censura total del material científico proveniente de la URSS. Víctima de este proceso polí-tico fue la revista soviética JETP conteniendo el trabajo de Ginzburg y Landau. Es así que en la década del 50 el desarrollo científico en este campo se diera en forma totalmente independiente en ambos países.

En la URSS, la teoría de Ginz-burg y Landau fue el pilar básico de la investigación. Fenomenológica-mente los soviéticos explicaron to-das las propiedades de los SC inclu-so la de aquellos conocidos como tipo II (Abrikosov 1956). Para ellos una teoría microscópica debía explicar solamente el formalismo de Ginzburg y Landau.

En EE.UU., mientras tanto, se trataba de encontrar la clave del pro-blema entre la inverosímil cantidad y variedad de datos experimentales. Anderson estima que la teoría mi-croscópica habría sido descubierta mucho antes, si los científicos ame-

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ricanos hubieran comprendido que la superconductividad está íntima-mente relacionada al concepto de un campo cuántico coherente de mi> chas partículas del tipo Ginzburg y Landau.

Recién en 1956 L. N. Cooper dio el próximo paso importante hacia la solución del problema. Cooper estu-dió qué le sucedería a un gas de Fermi de electrones libres a T = 0°K en presencia de una interacción atractiva. Los resultados de Cooper sugirieron que el estado de Fermi de electrones libres era inestable y éstos pasarían a un nuevo estado más favorable energéticamente. Este pro-ceso era más probable si los elec-trones se apareaban entre sí con momentos (K) y spines ( t ) iguales y opuestos como se muestra esque-máticamente en la figura 4.

El problema de Cooper, junto con la interacción electrón-fonón de Fró-hlich y Bardeen, y el concepto que la superconductividad estaba relacio-nada con un estado cuántico cohe-rente de todos los electrones lleva-ron a Bardeen, Cooper y Schrieffer en 1957 a formular una-teoría mi-croscópica que describiremos a con-tinuación.

Teoría de Bardeen, Cooper y Schrieffer (BCS)

Bardeen, Cooper y Schrieffer su-pusieron que todos los electrones estaban apareados en estados del tipo Cooper, el electrón |K, f > con el electrón |—K, f > . Para descri-bir este nuevo estado idearon una función de onda cuántica de todos los electrones. Como segundo paso supusieron que los electrones inte-ractuaban entre sí mediante una re-pulsión coulombiana y una atracción tipo Frohlich-Bardeen, de manera que la suma de ambas daba como resultado una fuerza atractiva.

Con estos elementos calcularon que, efectivamente, el estado de un gas de Fermi en presencia de una interacción atractiva era un estado de menor energía que el de un gas de electrones libres. Demostraron también que para romper un par de Cooper era necesario una energía mínima, llegando así a deducir la existencia de un "gap" en el espec-tro de energías electrónico. Posterio-res desarrollos probaron que las pro-piedades físicas de los superconduc-

tores tipo I eran explicadas cuanti-tativamente por la teoría BCS Gor-kov (URSS 1959) dedujo el forma-lismo de Ginzburg y Landau a par-tir de BCS ligando de esta manera el tratamiento fenomenológico con el microscópico.

El desarrollo de la superconduc-tividad a partir de 1957 ha sido in-menso como para poder resumirlo en este artículo. De todos modos es importante aclarar que aun cuando la teoría BCS no es la solución final del problema, los conceptos básicos que hacen la superconductividad, pares de Cooper e interacción elec-trónica vía los fenones, son válidos en todos los casos.

Aplicaciones tecnológicas

Las aplicaciones inmediatas utilizan el hecho de que los SC exhiben resistencia eléctrica nula a una co-rriente continua y que en presencia de un campo magnético es posible pasar del estado SC al normal.

Utilizando el estado normal (R 7 ^ 0 ) como posición de "abierto" y el estado SC (R = O) como po-sición "cerrado" se puede construir un interruptor magnético. Este dis-positivo se conoce con el nombre de "Criotrón"y se han desarrollado cir-cuitos electrónicos con miras a uti-lizarlos en computadoras. Otra apli-cación en la industria de computa-doras consiste en que una corriente inducida en un anillo SC no decrece con el tiempo y por lo tanto puede utilizarse como elemento de me-moria.

En algunos SC de tipo II el cam-po crítico (He) para destruir la su-perconductividad puede llegar a ser muy alto (en Va3 Ga es 350 Koers-teds). Esto hace que imanes cons-truidos con estos materiales puedan alcanzar campos magnéticos (según estimaciones) del orden de 100 Ki-logauss o más. La investigación en este campo es activísima hoy día, con miras a su aplicación en la cons-trucción de aceleradores de partícu-las y en la investigación de la física del plasma.7

El efecto Josephson, que ocurre cuando a dos superconductores dis-tintos puestos en contacto se les hace circular una corriente eléctrica en-tre ellos, ha permitido construir vol-tímetros que llegan a medir 10 - 1 7

voltios (fantom voltímetros) y mag-

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netómetros muy sensibles que de-tectan 3 a 10~4 gauss.

Otra area de investigación muy activa es la construcción de genera-dores de electricidad, y líneas de transmisión superconductoras, que reemplazarían a las actuales líneas de alta tensión. Existen en funciona-miento prototipos en diversos paí-ses. Por ejemplo, en Francia se lia construido un generador que produ-ce 2 KW con una eficiencia del 95 %. En Estados Unidos, General Electric, ha construido un genera-dor de 150 KW y motores para la industria naval, reduciendo en un 50 % el tamaño de los sistemas de propulsión.

Se estima que el crecimiento de producción de energía eléctrica uti-lizando reactores nucleares, llevará aparejado la utilización de genera-dores y líneas de transmisión super-conductoras, de manera que en la década del 80 ambas estarán en ple-no uso.

Quizás la realización más espec-tacular sea la construcción de la lí-nea ferroviaria Tokaido de Japón. En esta, trenes rápidos se moverán suspendidos en el aire por medio de imanes S.C. Este proyecto está ya en plena construcción y entrará en fun-cionamiento en 1980.

El lector se preguntará como es que con todas las posibilidades prác-ticas que ofrecen los S.C., y que ya se conocían hace 50 años, las más importantes aplicaciones tecnológi-cas sean tan recientes o estén aún en la etapa de desarrollo.

Esta demora se debe a que los S.C. conocidos tienen Te del orden de unos pocos grados Kelvin. Gran cantidad de esfuerzo se ha volcado en buscar S.C. con Te más elevado. Gracias al trabajo de B. Mathias se ha logrado llevar el límite para Te de 10°K hasta 20°K.

Por otro lado, para utilizar los S.C. es necesario poseer la tecnolo-gía industrial que permita obtener bajas temperaturas económicamen-te. Este proceso se dá actualmente a temperaturas de nitrógeno líquido (70°K) pero, en el caso del He lí-quido queda aún mucho por hacer.

En esta década se está desarro-llando la industria del helio líquido, abaratando así los costos y la acce-sibilidad del mismo, haciendo que los planes científicos de los países más avanzados incluyan más proyec-tos de aplicación tecnológica de los S.C.

Laboratorios en nuestro país En nuestro país existen dos centros de investigación con la capacidad de producir helio líquido. Uno es el Centro Atómico de Bariloche que ha estado en pleno funcionamiento des-de hace muchos años realizando una labor continuada de investigación científica dentro de las limitaciones, geográficas y económicas que le im-pone el medio.

El otro es el laboratorio de Bajas Temperaturas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Las limitaciones geográficas en este caso son mucho menores, pero se dio el fenómeno de no existir el personal especializado para realizar una labor continuada.

Actualmente, los autores de este artículo, recientemente regresados al país, se encuentran abocados a llevar adelante un plan de investigación científica y de ayuda técnica a la industria local en lo que se refiere a bajas temperaturas.

Cabe destacar que este laborato-rio acaba de recibir un equipo cien-tífico por valor de 20.000 dólares donado por el Prof. B. Serin de la Universidad de Rutgers, Nueva Jer-sey, EE.UU. Esto le permitirá fun-cionar con relativa eficiencia en un plazo de tiempo razonable.

Los planes de desarrollo del go-bierno, fijarán en el futuro, el grado de participación de la Argentina en este proceso de aplicación tecnoló-gica de los S.C. O

Edmundo D. Ramos y Daniel H. Sánchez son Licenciados en Ciencias Físicas de la Universidad de Buenos Aires (1965), donde realizaron tareas docentes y de investigación. Desde 1966 a 1972 estuvieron trabajando bajo la dirección del Dr. Bemard Serin en el departamento de Física de la Universidad de Rutgers, New Jersey, EE.UU., donde recibieron sus títulos de Doctor of Philosophy. Actualmente se han incorporado al Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

El Dr. León N. Cooper es Profesor en el Departamento de Física de la Uni-versidad de Brown (Rhode Island, EE.UU.). Excepto por su colaboración en el trabajo BCS no se le conocen trabajos importantes a partir de 1957.

REFERENCIAS 1 J. Bardeen, L. N. Cooper y J. R.

Schrieffer, Phys. Rev. IOS, 1175 (1957). 2 Ver por ejemplo: "Superconductivity"

(editado por R. D. Parles) Marcel Dekker Inc., Nueva York 1969.

3 El gas helio (He4) se licúa a 4,2"K (—268,96° C) y es posible alcanzar tem-peraturas de 1,0° K (—272,16° C) sim-plemente reduciendo su presión de vapor (por ejemplo haciendo vacío en el reci-piente que lo contiene).

4 De ahora en adelante abreviaremos superconductor como SC.

5 El campo magnético H está relacio-nado con el campo inducción magnética B a través de B = n» (H + I) , donde n» es la permeabilidad magnética del vacío e I Ja magnetización del material. El campo mag-nético H es controlado por el experimen-tador, pero B depende del valor de I que posee el material que se investigue. De manera que en el laboratorio se puede llegar a un mismo estado (H, T) en el que la muestra tenga distintos valores de magnetización I y por consiguiente B. De ser válidas las leyes de Maxwell para un SC esta sería la situación. El efecto Meiss-ner muestra en cambio, que en un SC, se cumple siempre 1 = —H (B = O) para cualquier valor de H (si H < H e ) . Este fenómeno se conoce también con el nom-bre de diamagnetismo perfecto.

0 P. W. Anderson es uno de los físicos teóricos en estado sólido más destacados con que cuenta EE.UU. hoy día. Sus co-laboraciones científicas más importantes son en el campo del problema de muchas partículas, superconductores tipo II, efec-to Josephson y el efecto Kondo.

T Ver por ejemplo: "Generadores Mag-netohidrodinámicos" y "El superconductor eléctrico". CIENCIA NUEVA, N? 19, oc-tubre 1972.

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Medicina G. M. Edelman y R. R. Porter

Gerald Maurice Edelman y Rodney R. Porter com-partieron el premio Nobel de fisiología y medicina de 1972, por sus estudios sobre la estructura química de los anticuerpos. En rigor, la elección no resultó una sorpresa, ya que el boom inmunológico requería un espaldarazo de este tipo para instalarse aún con más solidez —si cabe— en la cresta de la moda de la in-vestigación biológica. La elección de Edelman no cons-tituyo una sorpresa: era un predestinado para el ga-lardón, un cuidadoso artífice de su fama. Brillante y demoledor, hábil administrador de recursos humanos e instrumentales, diseñó un dispositivo perfecto para llegar al premio Nobel. Dispuso de una base de ope-raciones adecuada, el Rockefeller Institute for Medical Research (luego Rockefeller University) donde se ar-ticulaba en forma ideal la química de proteínas (Stein Moore), la síntesis de proteínas (Lipmann), la gené-tica (Hotchkiss y Zinder) y la inmunología (Kunkel). Utilizando sagazmente toda la tecnología y la experien-cia del Rockefeller, Edelman atacó el problema de los anticuerpos con un criterio moderno ("molecular") mientras que sus competidores potenciales continuaban eludiendo el problema. El lema de Crick, "If you cun-tíotstudy junction, study structure" fue asimilado pro-vechosamente por Edelman, que luego de demostrar la estructura tetramérica de las gamma-globulinas, la iden-tidad de las proteínas de Bence-Jones con las cadenas livianas de proteínas mielomatosas monoclonales y de realizar algunos experimentos elegantes de reasociación de subunidades, emprendió la tarea de definir la estruc-tura primaria de una molécula completa de anticuerpo de 7S. Este logro tecnológico implicó la movilización de un verdadero ejército de técnicos y varias promocio-

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nes de estudiantes predoctorales y becarios postdocto-rales. Finalmente, apuntó toda esta eficiente maquina-ria para resolver otros problemas análogos: así surgió k estructura de la concanavalina, donde se dio el gusto lujoso de resolver no sólo la secuencia de aminoácidos sino la estructura tridimensional.

Rod Porter, por el contrarío, hizo gala durante toda su vida de una modestia provinciana. Alumno de Fred Sanger, aprendió el oficio de químico de proteínas en el momento en que la especialidad nacía en Cambridge pero en lugar de integrarse al grupo superselecto dedi-cado a la biología molecular de bacterias y virus bac-terianos pasó a un hospital londinense para estudiar el problema estructural de las entonces misteriosas mo-léculas de anticuerpos. Su carrera académica culminó hace pocos años al ser nombrado profesor de química biológica de la Universidad de Oxford, donde se dedi-ca a estudiar receptores en las membranas de las célu-las inmunocompetentes.

Edelman y Porter extrajeron a la inmunología del mundo nebuloso de la microbiología convencional al convertirla en una ciencia analizable mediante los mé-todos de la química de proteínas y la física de macro-molecuks: los anticuerpos (las moléculas proteicas res-ponsables de la inmunidad) resultaron ser pasibles de análisis estructurales tanto químicos como cristalográ-ficos y por lo tanto, su síntesis, evolución y diversidad interpretables en términos moleculares.

Sin embargo, resulta injusto que el premio Nobel de 1972 se haya restringido a Porter y Edelman, ya que por lo menos dos investigadores más aportaron resul-tados fundamentales para la dilucidación de la estruc-tura química de los anticuerpos: César Milstein y Ro-

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bert Hill. Milstein, un químico argentino que estudió con Fred Sanger, retornó a Cambridge en 1961 al ser dejado cesante, con todo un grupo de biólogos molecu-lares, del Instituto Malbrán. Desde el M.R.C. Labora-tory of Molecular Biology se constituyó en uno de los más pujantes líderes de la inmunología química. Hill, un veterano experto en secuencias —intervino en la resolución de la estructura de la hemoglobina— fue el primero en encontrar e interpretar en términos gené-ticos y evolutivos las homologías internas de secuencia en las subunidades de las moléculas de anticuerpo. En última instancia, la secuencia de Edelman sirvió para confirmar las observaciones de Milstein y Hill.

Ni Edelman ni Porter aportaron nada significativo en el campo de las hipótesis para explicar la aparición de las especificidades químicas de las moléculas de an-ticuerpos. Los únicos teóricos brillantes de la inmuno-logía estructural fueron Linus Pauling y Oliver Smi-thies, aunque ninguno de los dos pudieron resolver adecuadamente los problemas que se plantearon.

Por último, queda en pie la pregunta principal: en 1972, la dilucidación de la estructura primaria y se-cundaria de una molécula proteica —por importante que ésta sea en biología— ¿constituyen en sí un logro suficiente como para merecer un premio Nobel? Edel-man y Porter se limitaron a aplicar con talento y pre-

cisión los métodos inventados por otros para la reso-lución de las secuencias de aminoácidos de proteínas de alto peso molecular. El mérito sigue siendo de Fred Sanger (premio Nobel 1958), que revolucionó la quí-mica y la biología al demostrar que una proteína, pese a su extraordinaria complejidad, puede ser analizable químicamente en su totalidad y sin ambigüedad. Per® ahora además se sabe muy bien que conocer la estruc-tura primaria de una pro teína no alcanza para com-prender su función biológica, ya que esta depende de su estructura tridimensional. De modo que aparte de la dificultad que entraña resolver la secuencia de un polímero de alto peso molecular (una molécula de gam-ma-globulina tiene 1.500 aminoácidos) el esfuerzo en nada difiere del de aquellos de decenas de químicos de proteínas. Nada concreto se avanzó en el conocimiento del mecanismo íntimo de función de los anticuerpos. Sin la estructura tridimensional la historia es incom-pleta. El caso de la hemoglobina sirve de elocuente ilustración. Sólo después del estupendo trabajo crista-lográfico de Max Perutz y su escuela en Cambridge se pudo conocer la fisiología de la hemoglobina. Otro tanto puede decirse sobre las proteínas enzimáticas. O

D. G.

Química C. Atifinseii, S. Moore y W. Stein

El premio Nobel de química correspondió a tres ex-pertos en proteínas, Christian B. Anfinsen, Stanford Moore y William Stein. Trabajando en el entonces Rockefeller Institute for Medical Research, Moore y Stein desarrollaron en la década del 50 el analizador automático de aminoácidos —conocido umversalmen-te como el "Moore-Stein"— que es el epítome de sus extraordinarias contribuciones a la química biológica. Este aparato, basado en cromatografía de columna uti-lizando resinas de intercambio iónico y diferentes sis-temas de solventes, permitió el violento desarrollo de la biología molecular al hacer posible la determinación precisa, rutinaria y rápida de la composición de los péptidos obtenidos durante los estudios de secuencia. Por otra parte, los experimentos de Moore y Stein so-bre secuencia y relación estructura-función de la enzi-ma ribonucleasa constituyen modelos clásicos de un enfoque racional de la enzimología.

Anfinsen es, como Edelman, un buen químico de proteínas. Pero además Anfinsen se caracterizó por una imaginación fértil y una gran tendencia a realizar ex-perimentos claves. Así, Anfinsen consolidó uno de los principios básicos de la biología: fue él quien demostró por primera vez que la estructura tridimensional de una protema (de la cual deriva su función) depende única y exclusivamente de la secuencia de aminoácidos que la compone. Su logro más reciente fue la invención, en colaboración con Pedro Cuatrecasas, de la tecnolo-

gía más racional y poderosa para la purificación de proteínas: las columnas de afinidad. Si bien su labor se desarrolló fundamentalmente fuera de la universi-dad —dirigió por muchos años el Laboratorio de Fi-siología Celular del N.I.H.— Anfinsen ha sido un gran formador de científicos: químicos e inmunólogos de la talla de Epstein, Canfield, Haber, Young, Cuatrecasas, se cuentan entre sus discípulos. Su libro "Bases mo-leculares de la evolución" (traducido al español y edi-tado por EUDEBA en 1963) fue uno de los textos que inspiraron a varias promociones de científicos y estu-diantes del mundo entero.

Es evidente, pues, que los logros de los diferentes laureados de medicina, fisiología y química de 1972 son dispares. Por un lado, lo recibieron inventores de tecnología fundamental como Moore y Stein, y aplica-dores eficientes de esa tecnología, como Edelman y Porter. Anfinsen pertenece a una categoría aparte, ya que en su labor se conjugan faces tecnológicas y crea-tivas Si bien la biología molecular acaparó una vez más los premios Nobel de medicina, fisiología y quí-mica, comparando los recientes premios con aquellos de Watson, Crick, Jacob, Monod, Lwoff, Luria, Dei-bruck y Hershey es evidente que también en esta dis-ciplina la tecnología ha comenzado a prevalecer sobre las ideas. O

D. G.

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La guerra geofísica del Vietnam Nuevos aportes para el genocidio

Daniel Goldstein

Advanced Research Projects Agency (ARPA) es una agencia de investigación y desarrollo del Departamento de Defensa, con una organización propia, que opera bajo la dirección y la supervisión del Director de Investigaciones para la Defensa e Ingeniería. Es respon-sable de efectuar la investigación básica y aplicada y de desarrollo de todos los proyectos maneados que el Director de Investigaciones para la Defensa e Ingeniería le plantee. La Agencia utiliza los servicios de los departamentos militares, de otras agencias gubernamen-tales, de entidades públicas y privadas, individuos, organizaciones e instituciones educacio-nales y científicas para llevar a cabo sus proyectos.

United States Government Organization Manual 1970-1971. Office of the Federal Register. National Archives and Records Service. General Services Administration.

ARPA es entre las instituciones científicas estadouni-denses lo que la CIA es entre las instituciones políticas: un organismo casi autónomo, separado del resto del Departamento de Defensa, dedicado al desarrollo de proyectos militares supersecretos de alto riesgo y má-xima prioridad, facultado operativa y económicamente para utilizar todos los recursos humanos y materiales disponibles dentro y fuera de los Estados Unidos de Norteamérica. Apenas se profundiza en la historia de las operaciones bélicas norteamericanas, se hace muy di-fícil desentrañar cuál de las dos agencias inició algunos de los proyectos macabros que se llevan a cabo en Viet-nam. Así ocurre, por ejemplo, con la guerra geofísica. ¿Quién provocó la primera lluvia artificial en el sudeste astático, la CIA o ARPA? La pregunta parece ociosa, pero lo notable es que tamaña monstruosidad ha ocurri-do y ocurre en la península indochina: desde 1963 el ejército expedicionario norteamericano está dedicado a modificar las condiciones climáticas de Vietnam, Laos, Camboya y Tailandia de acuerdo a sus necesidades es-tratégicas y tácticas. Los resultados de estas modifica-dones climáticas —lluvias torrenciales que exageran y prolongan k temporada del monzón— son análogos a los producidos por las campañas masivas de defoliación:

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conducen a una alteración profunda e irreversible de la flora y la fauna de la región y provocan la muerte, en-fermedades y el hambre de centenares de miles de ci-viles._ Como en el caso de la guerra biológica y química, el objetivo de la guerra geofísica es aumentar la miseria de la población no combatiente y la destrucción de los recursos económicos de los pueblos atacados.

Los Documentos del Pentágono

Los Documentos del Pentágono (The Pentagon Papers: the Defense Department History of United States De-cisionmaking on Vietnam, Beacon Press, Boston, Mass.) dados a conocer por Daniel Ellsberg destaparon el asun-to. Se supo entonces que la Junta de Jefes de Estado Mayor (los Joint Chiefs of Staff, JCS) estaba entusias-mada con los experimentos "exitosos" de lluvia indu-cida sobre Laos, realizados desde 1966. En 1967, la Junta instó d entonces presidente Lyndon B. Johnson a que autorizara un programa de modificación climáti-ca sistemática —bautizado Proyecto POP EYE— para ampliar las operaciones bélicas en Vietnam sin generar repercusiones críticas en la opinión pública norteameri-cana. Nadie llegará jamás a sospechar, argumentaban los

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JCS, que las lluvias cada vez más torrenciales y prolon-gadas de la temporada del monzón no se debían a cam-bios espontáneos de la dinámica atmosférica en Laos, Camboya y Vietnam. El objetivo del Pentágono era en-torpecer el tránsito de hombres y pertrechos a lo largo de la llamada senda de Ho Chi Minh, convirtiendo vas-tas zonas de Indochina en pantanos intransitables para vehículos convencionales. El departamento de Defensa se refería así al proyecto POP EYE (The Pentagon Pa-pers, vol. 4, pág. 421):

"4. Operaciones en Laos-. continuar como hasta aho-ra para comenzar la operación POP EYE, para reducir la transitabilidad a lo largo de las rutas de infiltración.

Cambios autoridad/políticos-, se pide autorización pa-ra implementar la fase operativa de los procesos de mo-dificación climática ensayados previamente y evaluados con todo éxito en la misma área.

Riesgo ¡impacto-, los riesgos operacionales son los nor-males en toda tarea militar. El riesgo de compromiso es mínimo."

El 21 de febrero de 1967, los JCS insistieron nueva-mente ante Johnson, solicitando la venia presidencial para implementar ocho proyectos ("ocho áreas de op-ción específicas en las que se puede causar grandes da-ños o completa destrucción de los objetivos en cues-tión"), el último de los cuales era:

"8. Causar lluvias que interfieran en, o cerca de Laos."

El estudio de factibilidad de la inducción de lluvias con fines militares estaba a cargo de ARPA y contaba ya por ese entonces con los tres elementos claves para conquistar la imaginación presidencial: un nombre ri-dículo (Proyecto Nile Blue), un presupuesto inmenso (3 millones de dólares) y una computadora monstruo (la ILLIAC IV) . En 1971 el Pentágono reconoció que la cifra total de recursos dedicada al problema de mo-dificación climática superaba los 10 millones de dólares.

También la CIA

Las revelaciones sobre la guerra geofísica causaron ver-dadero estupor en la opinión pública norteamericana, sensibilizada por los resultados de la guerra biológica y química contra Vietnam. Sin embargo, ARPA aparen-temente no fue la primera agencia gubernamental norte-americana que incursionó en el arsenal geofísico. Sey-mour Hersh, autor del texto clásico Chemical and Bio-logical Warfare, denunció en un artículo aparecido en el New York Times que en 1963 la CIA había recurrido a la inducción de lluvias sobre Saigón para controlar las multitudinarias manifestaciones populares contra el régi-men de Diem. Los expertos en represión de la CIA ha-bían llegado a la conclusión que para combatir movili-zaciones populares las lluvias torrenciales persistentes son un agente disuasivo mucho más eficaz que los gases lacrimógenos. Los éxitos obtenidos en 1963 determina-ron que también en 1964 se apelara a la inducción de lluvias en momentos de intranquilidad política en Sai-gón.

La técnica del camaleón

Entre los Documentos del Pentágono y las evidencias recogidas por Hersh, se consiguió la masa crítica de in-formación necesaria para desencadenar interpelaciones en el Senado de los Estados Unidos. Como la situación

amenazaba adquirir una magnitud intranquilizadora, el Departamento de Defensa decidió ponerse a la cabeza de los críticos, movilizando a un ex-empleado, el pro-fesor Gordon James Fraser MacDonald, que había sido subdirector de ARPA durante todo el período de inves-tigación y desarrollo de la inducción de lluvias con fines militares y que ahora es uno de los adalides la "lucha" contra la contaminación ambiental, como miembro titu-lar del Comité por la Calidad del Medio Ambiente, un organismo que depende directamente de la presidencia de los Estados Unidos. MacDonald ya había publicitado los horrores de una guerra geofísica hipotética en un libro editado por Nigel Calder, Unless Peace Comes: A scientific Forecast of New Weapons (Viking Press, New York, 1968); su artículo comenta las potenciali-dades de la guerra geofísica: control de las precipitacio-nes^ sequías, terremotos y aun el posible deshielo del Artico, sin mencionar ni una sola vez lo que el ejército norteamericano estaba haciendo en Vietnam.

En 1971, MacDonald desarrolló una intensa actividad en Washington en torno a las denuncias sobre guerra geofísica en Vietnam. La técnica rindió sus frutos, ya que si bien se hicieron interpelaciones en el Senado y se comenzó a hablar públicamente del problema, el pro-grama militar siguió adelante y nada se supo concreta-mente sobre su implementación, ya que los responsables se ampararon en el secreto militar para no decir nada preciso. El público quedó conforme con la existencia de comisiones parlamentarias ocupadas de la guerra geofí-sica, sustituyéndose así la solución de la monstruosidad por la sensación de que se estaban tomando medidas para controlar al Pentágono.

Jack Anderson revolvió nuevamente el avispero al denunciar desde el "Washington Post la existencia de un proyecto operacional desde 1967, denominado Interme-diary-Compatriot e instrumentado por la U. S. Air Forcé, para "exagerar la época de las lluvias" y que por lo me-nos hasta fines de 1971 estaba en plena ejecución.

Por qué la lluvia

Los militares norteamericanos persiguen los siguientes objetivos con la guerra geofísica:

• prolongar la época del monzón para mantener los ca-minos intransitables,

• producir interferencias con los radares que controlan los SAM (Surface-air missiles), los cohetes tierra-aire que defienden Vietnam del Norte y los territorios li-berados de Vietnam del Sur, Laos y Camboya.

El territorio por donde se entreteje la llamada ruta de Ho Chi Minh es montañoso, cubierto por densas selvas y atravesado por riachos y además es densamente poblado. En forma sucesiva, este tercio de Vietnam, Laos y Camboya soportó y soporta cotidianos bombar-deos de saturación con lós B-52, defoliación sistemática, incendio de bosques, rociamiento con gases, siembras de armas electrónicas antipersonal y ahora, finalmente, inundaciones masivas causadas por temporales induci-dos por los expertos en modificaciones climáticas.

La técnica utilizada en la península indochina se co-noce como modificación dinámica de nubes-, una des-cripción accesible del método se puede leer en un ar-tículo de William L. Woodley, aparecido en Science (9 de octubre de 1970, pág. 127) donde se relata una

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experiencia realizada en el sur de Florida. Todo consis-te en sembrar cumulus con ioduro de plata que produce nubes gigantescas y desencadena lluvias. Unos pocos aviones penetran en las nubes elegidas y disparan pe-queños cohetes que al explotar liberan el ioduro de pia-la (en la jerga técnica esto se denomina "pirotecnia") que actúa como semilla de condensación. Cualquier avión puede ser utilizado para esta siembra: una misión sipo tarda 6 horas y requiere 50 kilogramos de ioduro de plata. Por otra parte, no se siembra sobre el lugar sobre el cual se desea que llueva, sino donde hay nubes y en aquellos días en que las condiciones atmosféricas permiten predecir el desplazamiento de las mismas ha-cia el blanco. Esto implica que desde el punto de vista militar, la misión es poco riesgosa porque muy proba-blemente no se encontrará fuego antiaéreo.

Pero esto no es todo. Según Deborah Shapley (La Recherche, setiembre de 1972, pág. 794) se ha desarro-llado una nueva técnica, denominada "higroscópica", que resulta en lluvias acidas, mucho más eficientes que las naturales para provocar interferencias en los radares que controlan los SAM. Por ahora se desconoce si esta técnica ya fue utilizada en la península indochina.

Secretos y omisiones

Mientras tanto, el senador J. William Fulbright, presi-dente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Se-nado Norteamericano, interpeló en Washington al se-cretario de Defensa, Melvin Laird. Science reprodujo el siguiente diálogo (16 de junio de 1972, pág. 1218):

Fulbright: " . . . en otras palabras, ustedes nunca han recurrido al control de las condiciones climáticas, aun cuando tienen la capacidad para hacerlo".

Laird: "Nunca hemos realizado este tipo de actividad sobre Vietnam del Norte".

En la respuesta de Laird está la trampa, porque se sabe que se han realizado experiencias sobre el Mar de China y que dada la dinámica de la atmósfera en esa zona, los efectos se deben sentir necesariamente sobre Vietnam del Norte. Cabe recordar que en octubre de 1971 ocurrieron en Vietnam del Norte las inundaciones más desvastadoras de los últimos 25 años, a fines de ía temporada del monzón.

El Director de Investigaciones para la Defensa e In-geniería, John S. Foster que controla las actividades de ARPA, se negó a responder aduciendo que parte del trabajo sobre el tema es secreto militar.

Gordon J. F. MacDonald, interrogado por el senador Claírbone Pell, dijo que "ningún proyecto para contro-lar o modificar el clima debería ser llevado a cabo por los Estados Unidos.. . si no se tiene idea de antemano sobre sus resultados".

Algunos científicos militares fueron mucho más ex-plícitos. Pierre Saint-Armand, director de la División de Ciencias Planetarias y Terrestres del Naval Weapon Center, se manifestó entusiasta partidario de las lluvias artificiales como armas de guerra. En un reportaje con-cedido a Deborah Shapley, de Science, dijo: "No pienso que usar las condiciones climáticas para disuadir a la gente de que se traslade de un sitio a otro sea una mala cosa. Si se considera el daño que se ocasiona impidien-do el transporte y se lo compara con el que se produce quemando o bombardeando, no veo qué tiene de in-moral".

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El argumento de Saint-Armand es similar a los utili-zados para justificar la guerra química y biológica: es más "humano" gasear y defoliar que utilizar armas con-vencionales. Sólo que en Indochina los que reciben el impacto de las técnicas "no convencionales" de guerra no son los combatientes sino la población civil, cuyos medios de subsistencia son liquidados y que desprovista de recursos de protección adecuados resulta víctima segura ele los tóxicos y de las inundaciones. La modifi-cación de las condiciones climáticas significa un desastre total: si pierden las casas, los sembradíos, las comunica-ciones con los centros urbanos dotados de atención mé-dica (por más precaria que ésta sea) y todo resulta en hambrunas, epidemias y muertes.

La guerra geofísica no resulta más humana que los bombardeos, pero sin duda es más barata y sus efectos superan en masividad a los obtenidos mediante armas convencionales.

Las nuevas armas

Al analizar la estrategia norteamericana en Vietnam hay que distinguir entre lo que se hace en función di-recta del conflicto actual y el significado que tiene la guerra de Vietnam como campo de ensayo para guerras futuras.

La crónica del conflicto demuestra que la destrucción de las ciudades, el minado de los puertos y el descalabro de los sistemas de transporte de Vietnam del Norte no conduce a la victoria militar norteamericana. Más aún, los bombardeos con B-52, la defoliación y las armas antipersonal no consiguieron interrumpir el transporte de pertrechos y hombres de un lado a otro de la penín-sula indochina. La "senda de Ho Chi Minh" no es un camino, es iodo el tercio medio de Indochina y ni aun el poderío bélico norteamericano puede congelar la vi-da de una franja territorial tan ancha.

Las ciudades de Vietnam del Norte no concentran a la población. La gente vive, produce y colabora con el esfuerzo militar en áreas rurales, dispersa y camufla-da: la ciudad como núcleo político, organizativo, pro-ductivo y militar dejó de existir. Lo mismo sucede con el transporte; no hay caminos reales, sino redes de sen-deros alternativos. No hay un medio de transporte, sino sistemas complementarios que integran hombres, aníma-les, bicicletas, camiones, motocicletas, trenes y lanchas. Las comunicaciones están programadas y ejecutadas de acuerdo a pautas que no son las conocidas ni practica-das en el mundo occidental: las dos obsesiones que rigen nuestra movilidad cotidiana, la rapidez y la exactitud de llegada y salida, carecen de sentido en Vietnam del Norte y en las zonas liberadas de Vietnam del Sur, Laos y Camboya.

El fracaso de los armamentos y de los ejércitos con-vencionales (fuesen estos norteamericanos, sudvietna-mitas, coreanos, tailandeses, filipinos o australianos) de-terminó que los planificadores del Pentágono buscaran otro tipo de solución. Era necesario un cambio cuali-tativo. No se trataba de producir solamente más y me-jores armas convencionales y au.n la formación de ase-sinos politizados como los "boinas verdes" resultó inútil. Es decir, ni las bombas ni los cuerpos es-peciales pueden acabar con guerras como la de Vietnam. Era preciso diseñar un nuevo tipo de armas que deben reunir tres condiciones claves: tener masividad en sus

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.electos territoriales, ser capaces de interferir con la vida del enemigo más allá del momento del ataque efectivo, es decir, debe seguir produciendo efectos prolongados en el tiempo, y debe ser barata.

La guerra geofísica reúne las características ideales para suplir armas para guerras no convencionales. Unos pocos aviones sembrando algunos kilogramos de sustan-cias irrisoriamente baratas en una época propicia del año pueden aumentar en un 35 a 50 por ciento las lluvias provocando inundaciones monstruosas en territorios ex-tensos ya degradados por las superbombas de los B-52 v de 4 a 6 años de defoliación permanente, donde los

diques han sido eficientemente destruidos mediante bombas guiadas por láser.

Una potencia urbana como los Estados Unidos estaba preparada para hacer la guerra contra otras potencias urbanas. La estrategia y la tecnología militares giraban en torno a la hipótesis de guerras simétricas. Vietnam introdujo la asimetría. Todo el potencial bélico conven-cional no sólo dejó de ser suficiente para ganar en Viet-nam, sino que por el contrario, se convirtió en acelera-dor de un proceso político de cambio radical. La guerra geofísica intenta cambiar el panorama, pero aparente-mente tampoco da rasultados. O

Un "profesor de la guerra" El doctor Gordon J. F. MacDo-nald es un exponente típico del "profesor de la guerra" norte-americano. Nacido en 1929, se educó en Harvard, donde obtuvo un Ph. D. en meteorología. Una vez doctorado, pasó al M.I.T. co-mo profesor del Departamento de Geología y Geofísica. En 1958 fue nombrado profesor titular de geofísica de la Universidad de California en Los Angeles, donde desde 1960 dirigió el Laborato-rio de Investigaciones Atmosfé-ricas. Miembro titular de la Na-tional Academy of Sciences de Washington, MacDonald integró el equipo permanente del Insti-tute for Defense Analysis ( IDA), una corporación fundada en 1956 por el M.I.T., Stanford, Tulane, el California Institute of Tech-nology y el Case Institute para proveer de análisis científico y tecnológico superior al Grupo de Evaluación de Sistemas de Ar-mamentos (Weapons Systems Evaluation Group) del Departa-mento de Defensa.* (El Institute for Defense Analysis se amplió, incorporando a las universidades de California, Princeton, Colum-bia, Pennsylvania State y Michi-gan y fue cerrado en 1968 a raíz de la violenta oposición estudian-til en la Universidad de Colum-bia). Su vinculación con ARPA culminó con su nombramiento como miembro titular de la De-fense Science Board, el cuerpo asesor científico de más alto ni-vel del Pentágono.

El Pentágono fue siempre muy explícito en cuanto a la función de los comités asesores científi-cos a los que pertenecen los "pro-fesores de la guerra". En la direc-tiva 5030.13 del 20 de abril de 1962, el Departamento de Defen-sa puntualizó los servicios esen-ciales que cumplen estos organis-mos:

a) mantener al tanto al Pen-tágono de los nuevos des-cubrimientos científicos y tecnológicos aplicables al desarollo de armamentos;

b) seleccionar a aquellos cien-tíficos más capacitados pa-ra realizar investigaciones especiales de interés mili-tar;

c) reclutar estudiantes talen-tosos para interesarlos en temas militares;

d) proveer de una reserva de mano de obra científica pa-ra desarrollar proyectos mi-litares urgentes y priorita-rios.

* La élite de la destrucción, CIEN-CIA NUEVA, N? 18, pág. 41.

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Cooperación científico-tecnológica entre Argentina y Alemania De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 4 del "Convenio Básico en-tre el Gobierno de la República Fe-deral de Alemania y el Gobierno de la República Argentina sobre cola-boración en la investigación cientí-fica y en el desarrollo tecnológico", del 31 de marzo de 1969, tuvo lu-gar en Buenos Aires, del 28 de no-viembre al 1? de diciembre de 1972, una reunión de consulta de repre-sentantes de ambas Partes Contra-tantes. La Delegación Argentina es-tuvo presidida por el Consejero D. Ernesto Garzón Valdés del ministe-rio de Relaciones Exteriores y Culto (Comisión Coordinadora para Asun-tos Científicos y Técnicos). La De-legación Alemana estuvo presidida por el Director de la Dirección de Cooperación Internacional del Mi-nisterio Federal de Educación y Ciencia de la República Federal de Alemania, Reinhard Loosch.

Los temas de colaboración anali-zados fueron los siguientes:

1. Utilización de energía nuclear para fines pacíficos Las dos delegaciones analizaron el desarrollo y los resultados de la cooperación en el campo de la in-vestigación y la técnica nuclear, es-pecialmente dentro del marco del convenio vigente entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de la República Argentina (C.N.E.A.) y la Gesellschaft für Kernforfchung de Karlsruhe (G.f.K.). Ambas par-tes comprobaron que esta coopera-ción, comenzada hace ya algunos años, cada vez es más estrecha y ha producido fecundos resultados para ambas partes y ofrece buenas pers-pectivas para su continuación a lar-go plazo.

Las delegaciones coincidieron en que la cooperación futura deberá comprender las prioridades estable-cidas en el proyecto de programa de trabajo de C.N.E.A. y G.f.K., espe-cialmente el ciclo de combustible.-y la seguridad de reactores y coin-cidieron en que el desarrollo de reac-tores medianos y pequeños tiene es-pecial importancia.

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2. Investigación y desarrollo aeroespacial de aplicación civil Representantes de la Comisión Na-cional de Investigaciones Espaciales y del Instituto Max Planck de Físi-ca Extraterrestre firmaron un acuer-do de colaboración en el sector de la exploración científica de la alta atmósfera, especialmente con la ayu-da de las nubes de vapores metáli-cos y en el sector de la tecnología para ello necesario. Esta cooperación fue iniciada con el lanzamiento exi-toso de tres cohetes Rigel entre el 1? al 15 de noviembre de 1972, des-de la Base de Lanzamiento Chami-cal. Ambas delegaciones coincidieron en que las siguientes áreas de coope-ración en la investigación y desarro-llo deberán ser tenidas en cuenta:

Aerodinámica, Materiales y es-tructuras, Lucha antigranizo, Dise-ño de un avión de gran altura (es-tudio de factibilidad), Mecánica de los fluidos, Medicina aeroespacial.

3. Biología marina Por notas reversales firmadas el 1? de diciembre de 1972, ambos go-biernos han acordado un programa escalonado para la continuación e intensificación de la actividad cien-tífica en el sector de la biología y ecología de organismos del mar pa-ra el entendimiento de la dinámica de las poblaciones y los mecanismos de la bioproducción que fundamen-tan el racional aprovechamiento eco-nómico.

4. Electrónica Los expertos en electrónica de la de-legación alemana mantuvieron con-versaciones —sobre todo en el Ins-tituto Nacional de Tecnología In-dustrial (I.N.T.I.)— acerca de las posibilidades de una cooperación en este campo.

Además, se estuvo de acuerdo en la conveniencia de aumentar los con-tactos industriales entre ambos paí-ses.

5. Investigación atmosférica La Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísicos (C.N.E.G.H.) y el Max Planck Institut für Radioas-tronomie de Bonn se proponen cons-

truir, partiendo de la red de cuatro estaciones instaladas en 1970 en Washington, Berlín, Buenos Aires y Tokio, una cadena de cinco estacio-nes en Buenos Aires, La Rioja, Puer-to Madryn, Ushuaia y la Antártida para estudiar la propagación de tor-mentas originadas en el área del Amazonas. Los aparatos necesarios serán puestos a disposición por am-bas partes. La experimentación co-menzará, probablemente, a fines de 1973. ^ El programa conjunto representa-

rá una importante contribución in-ternacional en el campo de la inves-tigación atmosférica.

6. Química orgánica y de los alimentos Ambas delegaciones coincidieron en la necesidad de intensificar las bue-nas relaciones científicas ya existen-tes entre la Universidad de Buenos Aires y las universidades alemanas en el campo de la química orgánica y de la química de alimentos y de promoverlas, a nivel de gobierno, dentro del marco del Convenio Bá-sico actualmente vigente.

La delegación alemana hizo en-trega al Instituto de Química Or-gánica de la Universidad de Buenos Aires, en nombre del Gobierno Fe-deral, del documento de donación de un espectrómetro de resonancia nuclear.

7. Bioquímica Para la promoción de la cooperación argentino-alemana en el campo de la bioquímica, la República Federal de Alemania pondrá a disposición de la Universidad Nacional del Sur un aparato de electroforesis tipo Elphor Va P2, para la investigación de pro-teínas animales.

8. Medicina y biología La delegación argentina expresó su deseo de llevar la cooperación al campp de la medicina y la biología, principalmente en los siguientes te-mas: técnica biomédica, oncología, geriatría, enfermedades infecciosas, biología alimentaria, investigaciones genéticas sobre plantas agrícolas, en-tre otros. O

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NADIE LO HABIA

INVENTADO NOSOTRO LO HICIMO

No todos se animan a intentar cosas, nosotros sí. Y pudimos todo lo que pretendíamos. Porque saben?, nosotros somos obsesivos, y tenemos una manía: ei perfeccionismo y lo que había hecho hasta el momento era muy bueno pero no nos conformaba. Ahora hemos terminado la faz de experimentación y tenemos funcionando el prototipo de un nuevo producto Holimar. Todavía no tiene nombre propio, pero es un transductor acústico, lo que llamamos comúnmente un sistema de parlantes. Aquí esta.

Queremos que lo escuche...

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MELCHOR ROMERO (II) la rebelión de los locos

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En el N* 18 de CIENCIA NUEVA, del mes de agosto, se publicó la primer nota sobre la situación del Hospital Neuropsiquiátrico de Mel-chor Romero. Esta nota es la continuación de aquélla, y resume los hechos ocurridos en el hospital, durante los últimos tres meses, en los | que a la dramática situación de los internados se sumó el conflicto del 1 personal hospitalario con las autoridades, en demanda de salarios jus-tos, lo que ensombrece aún más el panorama del hospital, tornándo-lo ya sin solución posible en el marco de la actual política sanitaria argentina.

El poder del sistema

"En un sistema represivo, opresivo y policíaco, la psi-quiatría institucional es represión, opresión y poli-cía . . ." (Ramón García).

El 3 de agosto próximo pasado, el personal del Hos-pital Melchor Romero, nucleado en ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), resuelve efectuar un paro de 24 horas, en razón de haber sido sancionado uno de sus delegados, el señor Coronel, medida que se atribuye a la participación que el afectado tuvo en anteriores demandas por aumentos de salarios. El personal en con-flicto, entrevista al señor Ismael Bruno, Director Ge-neral del Ministerio, a quien solicitaban el cese de la sanción^ (un traslado a otra dependencia), el pago de las bonificaciones por reencasillamiento, horas extras e insalubridad, adeudadas desde un año atrás, así como el nombramiento de nuevo personal, en especial del que se hallaba cumpliendo funciones ad-honorem, en algunos casos desde varios años atrás. El señor Bruno promete el pago de lo adeudado y la reconsideración del traslado, declarando que éste se había dispuesto sin co-nocer el carácter de delegado del afectado, lo cual va-riaba la situación. Asimismo promete el nombramiento del personal ad-honorem. Ante estas promesas se resuel-ve el levantamiento del paro.

El 7 de setiembre, el personal de ATE, resuelve un nuevo paro por 24 horas. El motivo reside en el no cumplimiento de las promesas efectuadas a los trabaja-dores, los que no recibieron el pago de la deuda, como era de esperar, con los haberes del mes de setiembre, así como tampoco se dio solución a las otras exigencias plan-teadas. Este paro es más drástico que el anterior: no se dejan guardias en el hospital, y el personal se reúne a reclamar frente al Ministerio, junto con el personal del Hospital San Juan de Dios y del Instituto del Tórax, que se solidarizan con la medida de fuerza. El Subse-cretario de Salud Pública recibe a una. delegación, y se forma una comisión integrada por ambas partes que es-

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tudia una solución al conflicto y que debe expedirse en los días subsiguientes. Ante ello se decide, nuevamente, levantar el paro.

El 19 de setiembre se resuelve, por tercera vez, un pa™. ahora por tiempo indeterminado, y que luego se fijaría en 60 horas.,Los motivos son los mismos, y que se deje sin efecto la existencia de un nuevo cuerpo de vigilancia armado, dentro del hospital, al cual se res-ponsabiliza de innumerables atropellos y actos de inti-midación contra el personal! Se responsabiliza al Admi-nistrador, señor Antonio Carregal del mantenimiento de ese cuerpo, al que califican de "parapolicial". En ese mismo día, fuerzas policiales impiden una asamblea del personal, que había sido autorizada por la Dirección. Varios carros de asalto se instalan en la puerta del hos-pital y el personal debe refugiarse adentro del mismo, donde ocupan d pabellón V. Horas después, ATE, Fi-lial La Plata, interpone un recurso de amparo ante el Juez Ozafraín (el mismo que había intervenido en otro recurso en favor de los internados). En este pedido se citan "los derechos que le caben al trabajador de reali-zar asambleas en su lugar de trabajo" y se puntualizan "los peligros que una posible represión policial, en el hospital, puede acarrear para los internados del mismo". Más tarde, los trabajadores se dirigen al Hospital de Ni-ños, donde el Director les prohibe reunirse en asamblea. Afuera espera la policía.

El día '22, al finalizar el paro que fue unánime, el Ministerio de Bienestar Social informa la decisión de pagar las bonificaciones adeudadas, y en cuanto al Ser-vicio de Vigilancia se dispone que sus integrantes no llevarán armas, usarán guardapolvos y cumplirán un nuevo reglamento. Esta última medida no satisface, por cuanto se considera absurda la existencia de 15 porte-ros para controlar seis vehículos abastecedores por día, cuando la falta de otro tipo de personal es una cons-tante.

El 26 de setiembre muere un internado, aplastado por el carro en que transportaba las ollas de comida.

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Los internados, hombres y mujeres, cargan con ollas, ga-rrafas, y realizan todo tipo de trabajos, sin recibir nin-guna remuneración.

El 6 de octubre se resuelve el traslado de dos delega-dos del personal de Melchor Romero, los señores Giusi y Coronel, ambos pertenecientes a la Comisión Interna del Sindicato de Trabajadores de M. R., de activa par-ticipación en los tres paros efectuados. Uno pasa a Mag-dalena y el otro a Berisso.

El 7 de octubre personal de Melchor Romero for-mula una denuncia contra el Cuerpo de Vigilancia, que se publica en el diario "El Día" de La Plata. La misma expone que, un miembro de ese Cuerpo, en estado de ebriedad, entró en la Sala de Maternidad, en momentos en que una paciente estaba dando a luz, impidiendo a una enfermera la atención del recién nacido, sobrino de una empleada del hospital, acusándola de ser "una per-manente agitadora". El bebé, que no pudo ser atendido, entró en estado de coma, del cual salió con lesiones ce-rebrales. Consultadas las autoridades manifestaron que "conocemos el problema que ha sido elevado a las auto-ridades correspondientes".

El 20 de octubre se cierra el Club Alborada de los internados y el Servicio de Rehabilitación del hospital. El personal rentado es trasladado y al resto, ad-honorem, se le prohibe la entrada al hospital.

El 22 de octubre, el suplemento dominical del diario El Día, publica una carta de un internado en Melchor Romero. La carta es una larga serie de miserias padeci-das. Luego de su publicación, el señor Picone ha desapa-recido, y hasta el momento nadie sabe dar cuenta de su paradero.

Sentirse menos loco

A principios de 1970, un equipo formado por trece personas, incluyendo psicólogos, estudiantes de esa ca-rrera y asistentes sociales, organizaron y pusieron en marcha, dentro del hospital, un Servicio de Rehabilita-ción. Del grupo, sólo tres psicólogos eran personal nom-brado, por lo que gozaban de una remuneración; el resto aportó su colaboración ad-honorem, durante dos años, a la espera de un nombramiento que nunca llegó a con-cretarse, pese a ser reiteradamente solicitado.

El servicio, haciendo un análisis del estado de la ins-titución, en esos momentos, y de los efectos negativos actividades bajo la dirección de la psicóloga Amalia que ésta producía en los pacientes, se trazó un plan de Rettori, que abarcaba desde la captación del paciente institucionalizado hasta los que se encontraban en con-diciones de pre-alta. Así fue como, durante los dos años que duró el Servicio, se puso en marcha un plan cuyo objetivo fue lograr la resocialización del paciente, o sea su rehabilitación con vistas a su reinserción social. Se trabajó con los internados a nivel individual, grupal —incluyendo a los familiares de los mismos— y comur nitario. Para ello se impulsó la creación de centros de expresión, y así surgieron el Club de los Internados —al cual ellos mismos colocaron el significativo nombre de "Alborada"— y el periódico "Propósitos", editado por una Secretaría de Prensa, formada asimismo por inter-nados. El diario gozó de corta vida: el segundo núme-ro fue censurado y el tercero coincidió con la clausura del mismo, por parte de las autoridades del hospital.

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Corral de la Sala Esquirol (1972)

Si bien el Servicio llegó a ser reconocido, legalmente, por la Dirección, y se le asignó un personal estable, su nueva modalidad de trabajo —y las consecuencias que esta tuvo sobre los cien pacientes que alcanzaron en el una participación activa— produjo permanentes conflic-tos en la dinámica interna del hospital, que culminaron con su cierre, y por ende, el cese de sus ámbitos de ac-ción, como el Club, que representaba uno de los mayo-res logros para los internados, porque con ello lograban reintegrarse a una vida creadora.

Levantar el local destinado al Club requirió un gran esfuerzo, por parte de los integrantes del Servicio y de los internados. Prolongadas jomadas —que incluyeron sábados y domingos— rindieron un estimulante resulta-do: un lugar, distante de las salas, con paredes pintadas, baños adecuados y suficiente espacio.

El club, dirigido por una comisión directiva —for-mada por pacientes de pre-alta— cuyo presidente, el señor A. Landin era también un internado, sumó su aporte a las tareas del Servicio, y al poco tiempo se en-cararon numerosas actividades en común, tales como lec-turas de diarios, clases de alfabetización, cerámica, pin-tura, música y deportes, así como bailes, almuerzos y salidas que consiguieron integrar , en un mismo plano a los pacientes, personal y vecinos del hospital. Los in-ternados valoraron estas experiencias como un ensayo de sus aptitudes, sobre todo aquéllos en situación de pre-alta, que necesitan adquirir seguridad en sí mismos y "sentirse menos locos". El Club se transformó, enton-ces, en la única comunicación entre el mundo del hos-pital y la realidad exterior. Por todas estas causas se comprenden conceptos expresados por los mismos pa-cientes, tales como: "Necesitábamos un lugar como éste para aprender a manejarnos com personas normales. Te-nemos que acostumbrarnos nuevamente a un montón de cosas, como por ejemplo, los ruidos de la calle, que a mí me molestan mucho cuando salgo . . ." (Mario, 17 años); u otros testimonios tales como: "Aquí podemos hablar sin miedo, aprender, discutir. Sin la represión de

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las salas nos sentimos menos locos. Se nos reconoce co-mo personas . . . " (Ramón); "Es un lugar para volver a comenzar y tener confianza, recordar que estamos vi-vos y no seguir deteriorándonos..." (Antonio); "Es lo que necesitábamos: un lugar para que la familia ven-ga sin temor, para tomar mate, leer, jugar a las cartas o simplemente encontrarse con amigos. . . " Sin embar-go, muchos de estos pacientes 110 podían concurrir al club cuando querían, porque estaban castigados o se les prohibía la salida de las salas.

Somos cantaradas hasta el ííltimo final

El 20 de octubre se dispone el cierre del Club y la diso-lución del Servicio de Rehabilitación. Los tres profe-sionales rentados son trasladados, y al resto del personal —ad-honorem— se les prohibe, de ahí en más, la en-trada al hospital. La medida, que afecta a diez profe-sionales y estudiantes de psicología, se fundamenta —oficialmente— en "una necesaria descentralización de la rehabilitación", la que, actualmente, se estaría llevan-do a cabo en los límites de cada sala de internación. Esta medida carece de fundamento, ya que la total es-casez de personal en Melchor Romero, determina, entre otras, la falta de médicos preparados para dirigir tareas de rehabilitación, además de partir de un concepto erró-neo_ en cuanto a ésta se refiere, ya que el mantener al paciente confinado en el ámbito de su sala, no posibili-ta de manera alguna su resocialización. Demás está de-cir que, dentro de la Sala, las conductas y actividades de los pacientes están totalmente controladas, desde la superioridad, y en forma uniforme para todos; ejemplo de ello son: la vestimenta uniformada, horarios fijos, restricción espacial, etc.

Esta medida afecta también al profesional psicólogo, restringiendo su campo de acción específico, y se mani-fiesta con el no-reconocimiento de su quehacer profe-sional.

Tampoco^ se explicitan, de ningún modo, las causas de la necesidad de una descentralización, todo lo que concurre a demostrar, que esta necesidad surge de las "molestias" que provocaron las opiniones de los enfer-mos sobre la situación del hospital y el trato que se les dispensa, opiniones que salieron a la luz en la campaña periodística.

De esta manera, se consigue deterrar un intento nue-vo realizado a través de técnicas no opresivas, y también se castiga la reciente incorporación de los psicólogos y personal del servicio a la lucha que por mejoras sala-riales llevaron adelante junto a los demás trabajadores de Melchor Romero.

Al firmarse la orden de cierre, el presidente del club, un internado, se encerró en el local del mismo toda la noche, "para que no lo tomara la policía". Ese mismo día se hizo una asamblea con el cuerpo de delegados del hospital, personal, internados y autoridades, sin que se llegara a ningún acuerdo. Las gestiones realizadas an-te la Dirección también resultaron infructuosas. Ocupa-do el Servicio clausurado, los profesionales e internados son desalojados por una comisión policial. Nuevamente se recurre al director, el doctor Ibáñez, y éste manifies-ta que la medida ha sido tomada por el COTA (Con-sejo Asesor Técnico Administrativo), formado por mé-dicos y jefes de áreas psiquiátricas del hospital, pero que, en realidad, la resolución "viene de arriba y yo no

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puedo hacer nada". Además aclara que la medida se refiere al servicio y no al club, "caso que podría ser reconsiderado". Expone también que la prohibición de entrada "surge de una disposición general cuyo conte-nido apunta a que no trabaje nadie sin que se le pa-gue . . . "

La mañana del día de la clausura, y estando reunido en el local el personal del servicio, llegan dos miembros del Cuerpo de Vigilancia, que se llevan los muebles, in-clusive los realizados por los propios internados. Más tarde regresan y ponen un candado a la puerta.

Actualmente, el local construido por los internados, es una sala con 20 camas, que ya tiene adosado su res-pectivo "corral" (espacio cerrado por alambre tejido). Muchos de los internados no alcanzan a comprender porqué les quitan el club y el servicio. Se sienten mu-tilados. Un ex integrante del servicio nos asegura: "En una semana se han sicotizado pacientes que estaban en condiciones de pre-alta". Un internado va más allá y condena: "El Club era el hijo del Servicio de Rehabili-tación, pero recuerden que los manicomios son el abor-to de la sociedad". Los internados ya no tienen ni el club ni el servicio, pero todavía les queda el consuelo de reunirse y cantar la "Marcha Alborada", que ellos mismos compusieran: "Somos camaradas hasta el últi-mo final / somos de Alborada, el Club de la herman-dad . . ."

* * *

Esta vez, Melchor Romero, cuyo ejemplo no difiere del resto de los hospitales, sufrió más que nunca la em-bestida del sistema, el mismo que ha elegido aislar "la locura", que provoca y encierra dentro de sí, no para

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intentar una recuperación, en muchos casos posible, sino para segregar, aislar, reprimir los síntomas y no tratar sus causas. El conflicto alcanza su pico más agudo cuan-do concurren las luchas de los internados, llevada ade-lante por profesionales conscientes, con la lucha del per-sonal del hospital. Cuando estos dos sectores afectados se solidarizan en una lucha común, los que sustentan el poder matan dos pájaros de un tiro.

Los sectores afectados, internados y personal, reco-nocen un brazo ejecutor, en la campaña de represión y la "purga" desatada: el señor Antonio Carregal, el ad-ministrador del hospital, quien en un primer momento se mostró afectuoso y humanitario, pero no tardó mucho en mostrar su verdadero rostro, acompañado por el fiel Cuerpo de Vigilancia. Carregal es un representante más

de instituciones anacrónicas como Melchor Romero, que corresponde a un sistema social, como el que padecemos, de desarrollo dependiente, que necesita instrumentar ins-tituciones en las que pueda descartarse de los margina-dos, o sea aquéllos que ya no producen, que por diver-sas razones no son rentables; y en la mayoría de los ca-sos, estas razones, surgen de la dinámica misma que caracteriza a esta sociedad, donde el hombre de bajos recursos debe entrar, como mercancía, en un juego com-petitivo, que fácilmente llega a amenazar su integridad física y mental. El "loco" es, entonces, señalado, aisla-do, segregado o escondido a los ojos de la sociedad que lo produce, y que necesita preservarse a sí misma en su criterio de "salud". O

P. w.

Experiencia llevada a cabo por un grupo de trabajo, en el que partici-paron cinco internados y dos psicólogos, antes del cierre del Servicio de Rehabilitación y el Club "Alborada". (Julio a octubre de 1972.)

H. E. N. (43 años): " . . .Se recuerda a través de los hechos que conmovieron a la opinión pública, sobre el Hospital Neupisiquiátrico Melchor Romero, a través de lo que los periódicos locales fueron esca-lonando lo que ocurría en este hospital. Yo le pre-gunto a la sociedad como un internado: ¿Por qué el motivo particular de lo que ocurre en otros hospita-les, que no son mentales?, ¿por qué para ellos cual-quier cantidad de guita, y mientras tanto para noso-tros la miseria, la angustia y el dolor? Me pregunto si somos enfermos, o qué es lo que somos realmen-te. ¿Para qué?, ¿por qué para los otros hospitales que no son neupisiquiátricos hay de todo y para no-sotros nada?, ¿por qué esa diferencia? . . . "

" . . . Como se dijo alguna vez: que es una ver-güenza que en un mundo humano y cristiano exis-tan lugares como este manicomio. Yo me hago una cuestión: ¿Por qué el Gobierno Argentino nos da a los internados una vida miserable y un plato raspo-so de comida, que en un restorán lo regalan? Yo preguntaría: ¿Dónde está la plata que paga el pue-blo para suministrar este hospital?" " . . . Mi familia, personalmente, creía, como creían en mi pueblo, que aquí se comían cosas ricas. Recuerdo que una vez hablé con ellos y les hice el siguiente planteo: Que si ellos pensaban que aquí se comía bien y se estaba bien ¿por qué no se metían adentro todos juntos una temporada y yo me volvía a Olavarría por 15 días? Los vendría a visitar los fines de semana. Entonces me iban a dar una respuesta. También les dice el flaco H. E. N., que rueguen al cielo que nunca les toque caer aquí adentro, porque ahí van a saber cuan-tos pares son tres botas." " . . . Les voy a abrir los ojos, perdonen, que a lo mejor les va a doler: ¿Qué pasaba en los hogares, o sea humildes, o sea oligar-cas?, ¿qué pasaba con el enfermo mental, que a lo mejor, el padre, el hermano o la madre, o la herma-na, o a los núcleos que ellos trataban, les molestaba tener un hijo loco?, ¿qué pasaba? . . . en un acto de cobardía infame salían a la calle a ver dónde los po-

dían meter. ¡¡Son tan atorrantes y tan bajos, que ni vergüenza tienen de hacer eso con un familiar!! Si yo fuera Presidente Argentino ordenaría que: el hijo loco o nervioso sea curado en su casa." . . Con la experiencia de un internado que está en el pentáculo, le digo: Usted que está en el mundo de la verdade-ra FANTASIA, del güiski, de las minas, las pilchas, la apariencia y la noche ¿qué le podrían importar este pequeño mundo? Y después dicen que usted vive en la realidad y yo en la fantasía. ¡ ¡Vamos!! . . ." " . . . Dentro de esta sociedad, en este carnaval bulli-cioso, que podría asemejarlo con palabras dúctiles, preguntarle: ¿qué son?, ¿qué es lo que quieren?, ¿adonde quieren llegar?. Bueno, siguiendo la com-parsa bulliciosa de esta sociedad que ha tomado un camino, me pregunto en mi pensamiento más alto: ¿es un camino justo?, ¿o tal vez, un camino equi-vocado?. Por eso simplemente le hago esta pregunta:

Señores oligarcas, lugartenientes ¿qué es lo que quieren en ese mundo de copas que ustedes tienen, de minas, de orgías y de lujos? Yo en mi patética hombría, les digo que se olvidaron una cosa: que den-tro de este mundo, el único que la talla verdadera-mente, es Jesucristo, el Señor de Nazaret, el único que merece llamarse SEÑOR. . . , porque de nada les van a valer sus orgías, sus mansiones y riquezas, por-que en cualquier momento cae la guadaña y tienen que dar el adiós definitivo a este mundo. . . "

A. L. (63 años): " . . .Usted está afuera, es libre, tiene trabajo y conoce gente importante, por eso us-ted PUEDE y yo no. Si usted viviese en mi lugar, sabría lo que realmente es la injusticia. La justicia se mueve con dinero para los abogados, o con ami-gos que son políticos, militares o curas. Por eso, yo tengo que aguantar mi desgracia de estar encerrado aquí adentro, simplemente, porque NO PUEDO. Mi delito es ser pobre y no tener amigos, ni una familia que me ayude. Me metieron aquí por estar 'nervio-so'. Yo le pregunto a usted: ¿Qué pasaría si en este

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país se encerrara a todos los nerviosos? Indudable-mente, se necesitaría un hospicio más grande que la provincia de Buenos Aires. . . " " . . .Los problemas de nuestra vida (económicos y familiares), no se arreglan con insulina, electroshocks; al contrario, nos embrutecen y nos hacen más difícil encontrar las so-luciones". " . . . L o peor del hospital son las horas que pasamos sin hacer nada, porque nos obligan a pensar en nuestros problemas que no tienen arreglo, que nos obligan a masticar nuestra amargura y deses-peración".

E. L. (18 años): " . . .Ya desde los 15 años an-daba de hospital en hospital y de instituto en insti-tuto. Hace dos años que estoy aquí y mi familia me prometió que me iba a llevar y aquí estoy. Nunca se preocuparon por mí, total SOY EL UNICO QUE NO SIRVO PARA NADA. Todos mis hermanos son estudiosos menos yo, que no puedo. Desgraciada-mente, sufro de una enfermedad, epilepsia, ¿pero cuántos hay afuera que sufren de la misma enferme-dad, y sin embargo, siguen s u e l t o s ? . . . " " . . .Usted va a festejar el día de la primavera, invitará a sus amigos, pero sin acordarse que hay gente que no puede festejarla, que le gustaría, pero desgraciada-mente no puede". " . . .Me extraña que en un país como el nuestro, habiendo tanta riqueza, la mayoría inexplotada, haya tanta gente buscando trabajo por todos lados. Nuestro país exporta al exterior la me-jor carne vacuna, mientras que nosotros nos queda-mos con la peor. ¿A usted que le parece? Yo no le echo la culpa a nadie, pero hay algo que no fun-ciona".

" . . . A veces, pensando, me pregunto cómo se po-

dría hacer para que en el hospital nos asistieran mé-dicos que fueran BUENOS, y no médicos, que a lo mejor, sin querer, nos hagan mal sin darse cuenta Creo que las autoridades del hospital tendrían que pensar en ésto que les digo".

V. L. (28 años): " . . .Comenzamos . . .me levan-to a las dos y media de la mañana, que me despejo tomando unos mates y calentando el agua para los demás muchachos que trabajan en la limpieza (otros enfermos). Y de esta manera, a las cuatro de la ma-ñana, los llamo a todos los muchachos que hacen la limpieza y tomamos mate durante 50 minutos hasta las cinco menos diez, que es la hora que se prenden las luces en la sala, y comenzamos la limpieza hasta las cinco y tnedia de la mañana. Y para las seis me-nos veinte, viene el cambio de GUADIA, que se dedica a poner un poco de ORDEN y a REPARTIR LOS COMPRIMIDOS a las seis de la mañana. Y después sigo trabajando todo el día". " . . .Con toda la tarea que hago en la sala y en otros lugares, ten-dría que recibir un sueldo, y en cambio, estoy labu-rando por un plato de sopa miserable y un jarrito de leche con agua. Ahora me entranqué, no sé que iba a dec i r . . . ¡Ah!, y nosotros laburando y los gran-des señores llevándose el sueldo a costilla de los in-ternados". " . . .Por lo menos cuando estaba en Pe-nales, laburaba, pero tan siquiera, recibía peculio, que debía ser en aquellos tiempos, mil pesos por mes, que me alcanzaba para cigarrillos y tabaco. Tal siquiera aquí, en Salud Pública fuera así, sería una gloria.. ., que pensando bien, dan ganas de pedir la libertad y salir a trabajar afuera. . . "

Post-scriptum: B. A. B. (25 años, psicólogo).

" . . .Nuestro mundo está colma-do de enloquecidos. Quién no sabe ayudar a quien lo molesta, es un po-sible enloquecedor. Hay por supues-to, enloquecedores y enloquecidos. ¿Cuál es más culpable, el que enlo-quece a otros, o el enloquecido por otros? Pienso que el enloquecedor es un peligro social. Sin embargo, en nuestra socedad, los enloquecedores andan sueltos y los enloquecidos en-cerrados. Ambos, son producto de esta sociedad de mierda. Por eso, debemos desmitificar y liberar al en-fermo mental, y transformar este sis-tema de explotación y de violen-cia. . . "

" . . . A este hospital vienen mu-chos estudiantes de medicina y psi-cología a ver 'enfermedades' o 'ca-sos', pero no personas de carne y hueso, con una historia, con una fa-

milia . . . Así los preparan para que mañana sean técnicos, especialistas insensibles, que les importe un co-mino de lo que sienten y sufren las personas aquí internadas. Este es un mérito suyo, señores profesores uni-

versitarios, sigan pues, alienando a la juventud para que sean como uste-des, profesionales trepadores y cas-trados de sensibilidad y espíritu".

" . . . T e n e r amigos aquí adentro, es tener una parte propia encerrada en el hospicio. Es tener una memo-ria que no perdona, que nos hace recordar con detalles lo que ellos sufren. Frente a este dolor que se ha transformado en un estigma, un enemigo se ve claro. Un enemigo que es la negación, de gente como usted, que no quiere asumir la rea-lidad de los que sufren. Escuche, por favor, yo soy joven y tengo una par-te muerta en el hospicio. O la re-vivo, o moriré con ella". " . . .Todos podemos hacer algo para voltear el muro. Cada pequeño movimiento que usted haga por abrir el cerco que rodea el manicomio, cientos de internados lo verán como una espe-ranza. Sí, usted, puede desenterrar a muchos hombres". O

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Humor

Julio Moreno

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Mito y realidad de la burocracia en América latina: productividad y conflicto de roles

Oscar Oszlak

Ciertas creencias y valores que forman parte del folklore, de la mitología, de la cultura popular, no son en el fondo más que la proyección de experiencias individuales al nivel de verdad socialmente admitida e incuestionada. El campo de las relaciones entre la sociedad y el Estado es particularmente fértil en la generación de proposiciones que adquieren el valor de mito popular. Es que el ámbito de la acción estatal ha crecido al punto de abarcar prácticamente todas las manifestaciones vitales del individuo y todos los aspectos de la interacción social. En este proceso, el Estado ha adquirido mayor visibilidad y su actividad se ha hecho más vulnerable al comentario o la crítica popular.

En el contexto latinoamericano, son comunes las expresiones que aluden al "excesivo costo de la burocracia" o a la "deficiente prestación de los servicios públicos". He aquí dos afir-maciones cuyo arraigo y difusión a nivel popular prácticamente no re-quiere demostración y cuya validez pocos se atreverían a cuestionar. Desde un punto de vista conceptual, la primera toca el problema de la eficiencia en el empleo de recursos por parte del aparato administrativo del Estado, en tanto que la segunda se refiere a la efectividad del sector público en el cumplimiento de sus objetivos. Ambos conceptos pueden sintetizarse en la idea de producti-vidad de la burocracia, vale decir, la medida en que ésta logra sus objeti-vos mediante el mínimo empleo de recursos. En relación a este concep-to, entonces, la opinión popular en los países del continente admite co-mo un hecho que las burocracias son improductivas en razón de que cum-plen deficientemente con sus fines insumiendo, no obstante, una canti-tidad excesiva de recursos.

Pero más allá del mito o del lu-gar común, se abre un inmenso in-terrogante. La naturaleza de este fe-nómeno, sus posibles causas y con-secuencias, las posibilidades de con-trolarlo o superarlo, se plantean co-mo preocupaciones que no admiten

ya el juicio fácil o la opinión irreve-rente. Por supuesto, no es nuestro propósito agotar el tratamiento de estos problemas en la presente nota, sino simplemente proponer algunos criterios que permitan evaluar la productividad de las burocracias pú-blicas en América Latina en función de la naturaleza de los productos que surgen de su actividad.

Cualquier criterio de evaluación de la productividad burocrática tro-pieza de inmediato con dificultades de medición casi insuperables, de-bido a que sus dos elementos —efi-ciencia y efectividad— tienen como referente común a un producto su-mamente abstracto y heterogéneo. En efecto, salvando el caso de las empresas públicas dedicadas a pro-ducir bienes o servicios susceptibles de cuantificación, la mayor parte de los organismos públicos producen un tipo de "producto" (v. g., edu-cación, salud pública, regulación fi-

Oscar Oszlak, es egresado de la Universidad de Buenos Aires. Cursó estudios de postgrado en Administración Pública en las Universidades de Harvard y California (Berkeley) y es experto de Naciones Unidas en el mismo tema. Actualmente es investigador del Centro de Investigaciones en Administración Pública (CIAP).

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nanciera, previsión social) difícil-mente mensurables. Y aun cuando tal cuantificación fuera posible (v. g., número de egresados universita-rios, enfermos atendidos, etc.) se caería inevitablemente en el terreno valorativo, al plantearse la necesidad de evaluar la calidad y /o eficacia relativa de los servicios prestados. En este sentido, es común que cada especialista defina la calidad del pro-ducto a partir del marco de referen-cia provisto por su respectiva disci-plina. Así, el auditor gerencial me-dirá economía y eficiencia, el evalua-dor de programas se concentrará en el examen de la efectividad en el lo-gro de metas y objetivos; el psicólo-go organizacional se preocupará del logro de niveles de satisfacción indi-vidual; el politólogo estudiará la ca-pacidad de adaptación, superviven-cia, crecimiento o democratización; y el buropatólogo investigará "en-fermedades" y otros factores que dis-minuyen la cooperación.

Por encima de este sesgo profe-sional, deben computarse los pro-blemas que surgen cuando se infrin-gen lisa y llanamente los supuestos sobre los que descansa el relativis-mo cultural. En años recientes, el Tercer Munclo ha sido literalmente invadido por hordas de expertos y científicos sociales ávidos por en-contrar explicaciones plausibles so-bre la improductiva actividad de las burocracias públicas. De acuerdo con los estándares desarrollados en los círculos académicos y tecnocráticos del mundo desarrollado, el resulta-do de la actividad burocrática en paí-ses como los de América Latina pa-recería sin duda totalmente irracio-nal. Los esfuerzos por comprender y superar la "irracionalidad" de las pautas normativas, estructurales o de comportamiento han dado lugar a misiones ele asistencia técnica y a estudios empíricos sobre organiza-ciones públicas en países del Tercer Mundo. América Latina, junto con otros segmentos del mundo menos desarrollado, se convirtió así en un gigantesco laboratorio social que ex-pandió el ya promiscuo campo dis-ponible para los buropatólogos "oc-cidentales".

Sin embargo, el estudio de la pro-ductividad de las burocracias públi-cas en nuestro continente no admite la adhesión incondicional a supues-tos y marcos de referencia derivados del examen de casos europeos o nor-teamericanos. Lejos de ser un sub-

producto de un creciente proceso de racionalidad en la vida económica y social, el surgimiento y expansión de las instituciones burocráticas en América Latina expresan los desa-justes de una estructura productiva afianzada bajo el signo del subdesa-rrollo y la dependencia. Mientras en los estados llamados desarrollados el proceso de expansión industrial corrió pari pasu con el despoblamien-to rural y la aparición de organi-zaciones burocráticas capaces de aumentar y cimentar la racionalidad del modo de producción capitalista, la génesis y posterior desarrollo de la burocracia estatal en América La-tina respondió a circunstancias di-ferentes.

Durante la época colonial, sirvió a los intereses de la conquista espa-ñola y representó el medio más efi-caz para administrar la extracción, procesamiento y envío de los bienes de la región a la sede imperial. Con la independencia, las nuevas nacio-nes americanas heredaron en buena medida la pesada maquinaria buro-crática del imperio, pero la tradición de "laissez faire", el caudillismo^ y las dificultades de integración nacio-nal se combinaron para mantener el desarrollo de las instituciones buro-cráticas dentro de proporciones ra-zonables. Más tarde, sin embargo, el auge de la inmigración, unido a fenómenos mundiales con fuerte re-percusión local —crisis económicas, guerras, cambios en la hegemonía de los países industrializados y conse-cuente modificación de las formas de dependencia— determinan un creciente grado de intervención del estado en la vida social. La regula-ción de la actividad económica y de las relaciones sociales que iban ad-quiriendo un nuevo carácter con el creciente predominio del capitalis-mo moderno, se vio perturbado sin embargo por la subordinación de las economías latinoamericanas a los in-tereses de los países hegemónicos. Estos alentaban la producción de materias primas y manufacturas con escasos requerimientos tecnológicos, impidiendo el desarrollo de una in-dustria integrada. Por otra parte, el sector rural estancado por regíme-nes de explotación irracionales y condicionados por un sistema de pro-piedad y tenencia de la tierra ana-crónico e injusto, comenzó a expul-sar mano de obra encontrando auna industria limitada en su capacidad de absorción.

El estado debió entonces asumir el rol de empleador de la fuerza de trabajo que no econtraba otras opor-tunidades de empleo productivo, lo cual le permitió morigerar tensiones sociales y comprimir expectativas. Por otra parte, la necesidad de re-gular los conflictos entre los intere-ses del capitalismo nacional y los de la burguesía rural-financiera aso-ciada al gran capital internacional, determinó la expansión de una in-fraestructura burocrática a menudo orientada por objetivos y políticas contradictorias. La actividad del apa-rato estatal no respondió entonces a una necesidad estrictamente eco-nómica (v. g., acompañar el proce-so de racionalidad productiva pro-pio del modo de producción capita-lista) sino, especialmente, a una ne-cesidad social (v. g., atenuar los efectos del desempleo estructural propios de una economía dependien-te) y a una necesidad política (v. g.; mantener un cierto equilibrio entre los intereses de las clases dominantes de la sociedad, servir a los intereses de los políticos profesionales otor-gantes de prebendas y sinecuras en retribución de lealtades partidarias, etcétera).

En consecuencia, si bien recono-cemos determinados rasgos peculia-res de la organización burocrática en el aparato administrativo de casi cualquier estado, debemos en cambio distinguir cuidadosamente los fines que cumple. En este sentido, la tra-dicional dicotomía estado gendarme/ estado intervencionista no agota el espectro analítico del problema. Por ejemplo, el intervencionismo estatal en el plano económico a través de la explotación directa de empresas in-dustriales y comerciales tiene carac-terísticas totalmente diferentes al in-tervencionismo en la vida social (v. g., regulación de la lucha de clases, promoción comunitaria," etc.) o en la vida política (v. g., intervencio-nes militares, "regulación" de los procesos de "institucionalización po-lítica", etc.).

Luego, si las junciones son dife-rentes, también lo serán las conse-cuencias concretas de la actividad de la burocracia y por lo tanto, los patrones con que corresponde me-dir o evaluar su productividad. El problema no se reduce entonces a relacionar puentes construidos, en-fermos atendidos, expedientes des-pachados, estudiantes promovidos o teléfonos instalados, en relación con

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las metas fijadas o los recursos em-pleados, sino que debe incluir ade-más "productos" tan heterogéneos como desocupados potenciales absor-bidos, huelgas evitadas, intereses partidarios promovidos, beneficios sectoriales amparados, amenazas in-surreccionales suprimidas, y así su-cesivamente. Por lo tanto, si los ob-jetivos son múltiples, heterogéneos, conflictivos, el resultado de la acti-vidad estatal no puede evaluarse úni-camente en función de aquéllos que identificamos con la vaga noción de "interés general". Y si lo hacemos, debemos en todo caso tener presen-te el carácter limitado de nuestro juicio y los aspectos que permane-cen al margen del análisis.

Así redefinido, el concepto de pro-ductividad adquiere una considera-ble riqueza analítica que vale la pe-na explotar a fin de desmistificar el estudio de la burocracia pública y situar el examen de su efectividad y eficiencia en una perspectiva más realista y promisoria, desde un pun-to de vista teórico y práctico a la vez. La identificación de roles dife-rentes y de funciones que promue-ven intereses variados y a menudo conflictivos, abre un inmenso cam-po de exploración analítica y obliga a revisar los instrumentos de medi-ción y evaluación en el terreno em-pírico. Además, y como consecuen-cia de lo anterior, se modifica total-mente el andamiaje de premisas y supuestos sobre los que tradicional-mente los reformadores administra-tivos han montado sus estrategias de cambio, así como la naturaleza de las fórmulas que, ya desde un punto de vista prescriptivo, han ve-nido ^ pregonando en cuanto recinto político hallaron eco.

La primera consecuencia analítica que puede extraerse de lo anterior es que la persecución de objetivos que promueven y reflejan intereses de diferentes actores sociales no pue-de conceptualizarse en términos de un solo rol. En otras palabras, la burocracia no puede ya concebirse simplemente como el instrumento ejecutor del interés general, en tan-to cumple —detrás de la fachada de un único propósito— una varie-dad de roles: un rol mediador, como canalizador de demandas sociales y decisiones políticas autoritarias; un rol infraestructural, como proveedo-ra de las energías y conocimiento ne-cesario para ei logro de los objetivos formales del estado y un rol secto-

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rial, como demandante autónomo para la asignación o reasignación autoritaria de recursos escasos por parte del régimen en el poder.

Puede observarse que en esta transfiguración, la burocracia se ubi-ca alternativamente en tres "espa-cios" políticos diferentes. En su rol infraestructural, se convierte prácti-camente en un apéndice indiferen-ciado del gobierno, en uno de sus instrumentos operativos. Como de-mandante, por otra parte, se coloca en el contexto del gobierno y, en cierta manera, se constituye en un interlocutor independiente cuyas ac-ciones no difieren mayormente de aquéllas llevadas a cabo por otros sectores o grupos de interés. Final-mente, el rol mediador convierte a la burocracia en un engranaje del proceso político, en un amortigua-dor para moderar el impacto de las demandas sociales de acuerdo con la orientación y capacidad de absorción del régimen. Este es el rol que a me-nudo se tiene presente cuando se hace referencia a la función estabili-zadora de la burocracia.

Como consecuencia de esa dife-renciación de roles, se plantean ló-gicas dificultades para evitar el con-flicto entre los mismos. El desempe-ño de roles diferentes puede oponer a la burocracia a diversos grupos de interés o al estado mismo, pero tam-bién puede permitirle reconciliar in-tereses asumiendo un rol arbitral. Sin embargo, como el conflicto se ha-lla generalmente circunscripto y los oponentes de hoy pueden convertir-se en los aliados de mañana, la vul-nerabilidad de la burocracia es ver-daderamente insignificante, ya que el desempeño de roles variados le asegurará su supervivencia indepen-dientemente de la efectividad o efi-ciencia con que cumple sus objeti-vos. Además, en la medida en que la burocracia refleja las contradic-ciones del sistema social, el desem-peño de diferentes roles puede tra-ducirse en la satisfacción simultánea de demandas conflictivas (léase con-tradictorias), aun a riesgo de violar criterios convencionales de raciona-lidad productiva. Un interesante co-rolario de esta proposición sería que los esfuerzos por reducir el conflic-to de roles y aumentar su compati-bilidad puede no necesariamente re-sultar en mayor productividad. Los supuestos de suma-cero no resultan aplicables en este caso. Las burocra-cias pueden —deliberadamente—

tratar de incrementar la incongruen-cia de roles y reducir el producto re-sultante de un tipo de actividad a fin de elevar el nivel general de des-empeño.

Por cierto, este enfoque puede ser acusado de poco operativo en tanto los supuestos normativos del refor-mador administrativo permanezcan inalterables. Después de todo, siem-pre resulta más "operativo" funcio-nar bajo supuestos "ceteris paribus" y "mutatis mutandi", o sea mane-jando una variable (v. g., un rol, un tipo de funciones) y suponiendo las demás condiciones del problema co-mo restricciones o constantes, que hacerlas intervenir como variables con igual o mayor grado de determi-nación. Expresado de otro modo, si en situaciones concretas nuestro in-terés en la productividad del apara-to estatal se reduce a determinar el grado en que alcanza los objetivos que le han sido formalmente fijados y el volumen de recursos que emplea a tal efecto, nuestra opción analíti-ca consistirá o bien en considerar sus otros roles y funciones como varia-bles explicativas del fenómeno o bien como parámetros. Pero en cam-bio, si nuestro interés es prescripti-vo, la opción ya no cabe, a menos que nos conformemos con aumentar el volumen de recetas inconsecuen-tes. Decimos que la opción ya no cabe por cuanto la eliminación de las "disfunciones" inherentes a un rol implicaría la eliminación de las "funciones" inherentes a los demás roles. Por ejemplo, la eliminación del clientelismo en la promoción del funcionario acarrearía la eliminación de su función politizadora. Una asig-nación de recursos que respetara cri-terios de prioridad social disminui-ría seguramente los medios de coer-ción a disposición del régimen en el poder. O, por último, la aplicación de estrictos criterios de racionaliza-ción administrativa arrojaría a la "inactividad" privada auna gran ma-sa de desocupados, a menos que se encararan simultáneamente proyec-tos tendientes a aumentar las fuen-tes de trabajo para absorber la ma-no de obra desplazada. Todo esto supone, naturalmente, que el logro de niveles más elevados de produc-tividad social (en sentido estricto) por parte de la burocracia estatal se halla subordinado a las posibilidades de cambio profundo en el contexto social más amplio del que la buro-cracia forma parte integrante. O

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Tecnología y sociedad Una visión a través de la Ingeniería Química en América latina

Mario Kamenetzky

Por gentileza de la Société de Produetions Docunientai-res este trabajo aparece en CIENCIA NUEVA en forma simultánea con su publica-ción en francés en Chimie el Industrie-Génie Chimique.

Mario Kamenetzky es Ingeniero Químico. Fue Jefe del Departamento de Ingeniería y Desarrollo de Sulfacid S. A., Profesor de Tecnología Industrial en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad del Litoral, Gerente Industrial de Alfa Laval S. A. y Gerente General de CYD S. A. Desde 1969 trabaja como consultor en problemas de política científica y de administración de tecnología en empresas.

La Tecnología ha sido instrumen-to de liberación, pero también de opresión. Según como la manejemos en el futuro, podremos optimizar nuestras sociedades llevándolas al máximo de satisfacción de necesida-des reales con el mínimo de esfuer-zo y de alienación o una pareja de monos, si sobreviven en alguna re-mota Arcadia no contaminada ni irradiada, tendrá que recomenzar el proceso.

La Ingeniería Química es una ra-ma de la Tecnología que se caracte-riza por ser un sistema de conoci-miento y de ideas coherente que se vuelve cada vez más abstracto y al mismo tiempo más potente. Nacido como instrumento de la revolución industrial, ha efectuado contribucio-nes apreciables a la mejora de las condiciones físicas de la vida huma-na, en los países que poseyeron los medios para utilizarlo en todas sus posibilidades.

Pero el hambre, el trabajo agobia-dor, la represión, aún subsisten en dos tercios de la humanidad. Y aun aquellos que dicen haberse desarro-llado experimentan la desorientación y el vacío en la búsqueda de la feli-cidad y el equilibrio psicosocial. ¿Es que ha habido realmente desarrollo o simplemente crecimiento? El cre-cimiento se mide por cifras; el de-sarrollo es cualitativo al mismo tiem-po que cuantitativo.

¿Servirá también la Ingeniería Química para ayudar, en un futuro cercano, a eliminar la miseria y la injusticia? Ella ha tenido, hasta aho-ra, una lógica. Es necesario que ten-ga una filosofía. La lógica puede ser

universal; la filosofía, porque tera-péutica, deberá ser forzosamente na-cional o regional. Ella deberá adap-tarse a las necesidades de las socie-dades a las que deberá servir.

Voy a ensayar mostrar esta idea general a través del caso particular de los países de América latina y voy a comenzar dando una visión relámpago de esos países.

Los países latinoamericanos

Propongo, para el análisis, un mo-delo de NACIÓN que corresponde a un sistema con tres grandes subsis-tencias (ver fig. 1):

—el ecológico, —el socio-económico, —el científico-técnico-artístico.

Estos subsistemas se relacionan entre sí y con las otras Naciones o sus respectivos subsistemas que se pueden englobar dentro de un gran conjunto denominado EXTERIOR.

Las condiciones ideales de desa-rrollo de una NACIÓN consisten en que cada subsistema mantenga su propio equilibrio y que exista un buen acople entre ellos de manera que la conservación y el crecimien-to de cada uno sostenga a, y a su vez se apoye en, el crecimiento de los otros. Otra condición importante consiste en que haya un buen inter-cambio con el exterior que signifi-que interrelación, pero no dependen-cia.

Si, por ejemplo, un subsistema so-cio-económico se expande con depen-dencia tecnológica o financiera del

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Figura 1: Modelo de sistema nacional

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Mar Caribe OCEANO

ATLANTICO

ESCALA 1:^8.000,000 £s(rech<? .de Magallanes

Figura 2: Mapa estructural de América latina

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exterior, podrá haber crecimiento en el sentido de producto bruto nacio-nal, pero no habrá realmente desa-rrollo, pues éste significa crecimien-to autosostenido por los conocimien-tos del subsistema científico-técnico nacional y por los recursos financie-ros generados internamente.

Si hay un crecimiento armónico e interrelacionado de los sistemas so-cio-económico y científico-técnico ha-brá desarrollo, pero si éste afecta el equilibrio ecológico, se verá amena-zada la salud, el bienestar y la feli-cidad del pueblo. _ Por su extensión geográfica, Amé-

rica latina encierra los más diversos subsistemas ecológicos y algunas de las reservas naturales más importan-tes del mundo cuyo equilibrio habría que preservar.

Basta contemplar un mapa estruc-tural de este inmenso subcontinente (ver figura 2), 56 veces más gran-de que Francia y 3 veces más gran-de que los Estados Unidos de Nor-teamérica, para darse cuenta del por-qué de esa diversidad ecológica: —mesetas de 2.000 a 4.000 metros de altura, con oscilaciones de tempe-ratura de más de 40° C entre el día y la noche, —selvas ecuatoriales, —grandes planicies donde las super-

ficies cultivadas parecen extender-se hasta el infinito,

—montañas que se elevan 7.000 me-tros en el Aconcagua y que, en su largo recorrido, presentan paisa-jes cambiantes que van del aspec-to lunar hasta la réplica de los la-gos suizos o los fiords noruegos.

Todo parece caber en esta América que, al decir del poeta, hizo todo a lo grande desde el Norte hasta el Sur, quiso mirar al cielo y se empi-nó en los Andes y en lugar de ma-deros, de estrellas fue su cruz.1

^ Globalmente los subsistemas cien-tífico-técnicos latinoamericanos tie-nen un desarrollo menor que el de los países industrializados del siste-m a E X T E R I O R .

—Se pone mucho más énfasis en la investigación científica que en el desarrollo experimental tecno-lógico.

—La creación científica está más relacionada con sus homologas ex-ternas que con los otros sectores de los subsistemas internos o las necesidades de la sociedad y de la economía de cada país.

1 RAVA, H. G. Hijo de América. San Miguel de Tucumán, 1961.

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—Los esfuerzos se vuelcan princi-palmente en las ciencias exactas y naturales y las ciencias médicas, descuidando las ciencias de la in-geniería.

—La educación está imbuida de una mentalidad pretecnológica en el sentido de que está divorciada del mundo de los negocios y de la industria y su orden fundado so-bre el cálculo y el beneficio. Pero entre ellos a su vez hay dife-

rencias de desarrollo notables. Así, mientras el porcentaje de alfabetiza-ción era, en 1960, de más del 90 por ciento en Argentina y Uruguay y del orden del 60 por ciento en Brasil y Perú, bajaba a menos del 40 por ciento en Bolivia y Guatemala y al-canzaba un mínimo de 20 por cien-to en Haití.2

Los subsistemas socio-económicos se caracterizan por: —una deficiente estructura agraria. —un fuerte desequilibrio en la dis-

tribución del ingreso, —una fuerte dependencia financie-

ra con relación al conjunto exter-no,

—un acelerado crecimiento demo-gráfico,

—una fuerte dependencia tecnoló-gica,

—un deterioro de los precios de los productos del agro en relación a los precios de los productos ma-nufacturados,

—una menor participación de los productos primarios latinoameri-canos en el comercio global mun-dial a causa del aumento de la pro-ducción interna en los países in-dustriales y del incremento del comercio entre ellos,

—una falta de capitalización inter-na al no reinvertirse en el sistema buena parte de los capitales ge-nerados por la actividad econó-mica,

—una participación creciente de la industria en la formación del PBI,

—una gran adaptabilidad de la ma-no de obra al cambio tecnológico cuando se respetan los factores culturales antropológicos. Trataré ahora de mostrar cómo

puede incrementarse la creación de conocimientos científicos y de tec-nología buscando el máximo acople posible con las necesidades de la eco-nomía y de la sociedad, dentro del

2 BID. Progreso socio-económico en América latina. Noveno Informe Anual 1969. Fondo Fiduciario de Progreso So-cial. Washington D. C., 1970.

entorno descrito en esta síntesis muy apretada y, por ello mismo, incom-pleta.

Para ello debo precisar ante todo qué significado queremos dar al con-cepto de creación tecnológica y cuá-les son sus relaciones con la creación científica.

El concepto de creación científica y tecnológica La creación implica un aporte o una transformación fundamental en el "saber qué" (ciencia) o en el "sa-ber cómo" (tecnología). La investi-gación y el desarrollo serían servicios prestados a la creación y por ello se destruyen con el acto mismo de la prestación, mientras que la creación es acumulable y transmisible de un sistema económico a otro.

Además, el concepto de creación permite englobar fácilmente las rea-lizaciones artísticas que, lamentable-mente, durante mucho tiempo se mantuvieron divorciadas del mundo de la ciencia y la tecnología, sin com-prender que ellas aportaban a él los elementos más profundos de la rea-lidad circundante, aquellos que, si hubieran sido comprendidos y asimi lados, hubieran evitado muchas rea-lizaciones tecnológicas contrarias a la felicidad del hombre.

La creación de conocimiento im-plica investigación y su límite de ac-ción o su campo de trabajo suele ser el laboratorio de creación, engloban-do en este nombre, no sólo el labo-ratorio propiamente dicho (físico, químico, biológico), sino también el taller del pintor o el escultor, el gabinete de música y la mesa de di-bujo o cálculo.

El uso del conocimiento implica una creación tecnológica a través de un desarrollo experimental y su ca-racterística fundamental es el cam-bio de escala: de la planta piloto a la planta industrial, del boceto al cuadro o escultura, del pentagrama a la orquesta, de la maqueta a la obra civil, del prototipo al aparato. Implica también la utilización de ser-vicios científicos y técnicos como los de ingeniería e informática, que ha-cen posible las realizaciones prácti-cas.

El concepto de creación es exten-sible a actividades tales como edu-cación, administración pública y pri-vada, planificación regional y nacio-nal, turismo, salud pública, etc. La creación tecnológica en estos cam-

pos entraña también un cambio de escala y ensayos piloto.

La adaptación de tecnologías ge-neradas en un sistema nacional a las condiciones ecológicas y socio-eco-nómicas de otro, constituiría el ser-vicio prestado y la re-creación pasa-ría a engrosar el capital tecnológico del sistema donde se efectuó.

Ontogénesis, filogénesis y cinética de las realizaciones socio-económicas

En toda realización socio-económi-ca es posible distinguir las etapas de desarrollo del proceso de realización en sí, o sea su ontogénesis, de las relaciones que en cada una de esas etapas se establecen con el medio que llamaremos filogénesis (ver fi-gura 3).

A partir del momento que el hom-bre integra el "saber hacer" con el "saber cómo hacer" y el conocimien-to científico, los procesos ontogené-ticos suelen partir de una creación científica o artística que responde a necesidades del hombre. Los resulta-dos de la creación deben ser coteja-dos con las necesidades que le die-ron origen y que en el lapso de tiem-po exigido por la creación pueden haber evolucionado. Si el cotejo de-muestra que aún están vigentes y, que pueden ser satisfechas, los re-sultados retornan como insumo de otros ejes de creación científica o artística, o dan origen a un trabajo de creación tecnológica. El admitir que los resultados pueden realimen-tar la creación científica significa ad-mitir que la ampliación del conoci-miento también es una necesidad.

Completada la creación tecnológi-ca, se impone un nuevo cotejo con el sector humano, económico o so-cial, sobre el que se aplicará y si esa confrontación es también positiva el "saber cómo" descubierto alimenta-rá, a través de los servicios, una rea-lización práctica.

En los países latinoamericanos ese esquema suele presentar las siguien-tes características:

a) la detección de las necesidades normalmente no está planificada,

b) las necesidades que se procura satisfacer no responden siempre a imperativos surgidos de la configu-ración propia de un volumen cultu-ral particular o de su crecimiento. Muchas veces constituyen necesida-des impuestas desde afuera,

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c) la cadencia ontogenética casi nunca se observa completa,

d) los sistemas nacionales suelen ir tomando el control sobre los dis-tintos eslabones ontogenéticos de abajo hacia arriba. En un comienzo, toda la realización viene de afuera y el subsistema científ;co-técnico in-terno ni siquiera presta los servicios de ejecución,

e) el paso siguiente consiste en organizar esos servicios. En muchos casos, esa organización no es estric-tamente nacional, pues no significa otra cosa que la instalación, con re-sidencia más o menos permanente en el país por las ventajas económi-cas y operativas que entraña, de gru-pos de ingeniería, montaje, mante-nimiento y asistencia técnica, filiales de los grandes centros creativos ex-ternos que siguen entregando el co-nocimiento tecnológico necesario,

f) la incorporación de recursos humanos locales en esos equipos se produce a través de un lento proce-so de maduración en el que juegan dos factores antagónicos: la descon-fianza en cuanto a la capacidad y ni-vel de formación de los técnicos lo-cales y las ventaja de las menores retribuciones que estos aceptan,

g) el eslabón de creación tecno-lógica es el que más difícilmente se observa y es el que más tarda en constituirse,

h) cuando existe capacidad de creación científica, ésta trabaja en forma aislada, sin que puedan esta-blecerse relaciones ontogenéticas o filogenéticas con realizaciones prác-ticas destinadas a satisfacer necesi-dades psico-socio-económicas. Sus re-sultados suelen ser aprovechados como insumos de la creación exte-rior,

i) cuando todos los eslabones lle-gan a constituirse, suelen ser débiles las relaciones entre ellos y con la sociedad.

El proceso de realización admite además una cinética. Las etapas de: —identificación de una necesidad, —estudio de las alternativas posi-

bles que la creación ofrece para su satisfacción,

—selección de la alternativa óptima para la realización se cumplen en un lapso de tiempo determinado, o sea con una cierta velocidad. Sucede a menudo, aun en los paí-

ses desarrollados, que las realizacio-nes tecnológicas se cumplen con una velocidad propia que no guarda re-lación con la velocidad de asimila-

ción de esa realización por la socie-dad. En esos casos, no se ha estable-cido una relación correcta entre cien-cia, técnica y sociedad. O el cotejo permanente entre los resultados de la creación y las condiciones del en-torno no se ha llevado a cabo, o ha sido distorsionado por intereses que han presionado buscando la acepta-ción coercitiva de los resultados.

Por ejemplo, la creación del auto-móvil responde a una necesidad. Pe-ro la multiplicación de modelos, el aumento incontrolado de tamaño y potencia, la no separación de sus po-sibilidades como instrumento de pla-cer individual de las que tiene como vehículo de transporte utilitario, so-cial y comunitario; su transforma-ción en símbolo de prestigio y po-der, entrañan un desajuste filogené-tico que revierte negativamente so-bre la sociedad, buscando imponer el consumo de creaciones no conec-tadas con reales necesidades y que incluso pueden significar un riesgo para el desarrollo armónico del in-dividuo y la naturaleza.

Brecha tecnológica y tecnología a escala

Los países de América latina no deben incluir entre sus objetivos na-cionales factores de prestigio, pro-ductos de la imitación del crecimien-to de las grandes potencias. Amé-rica latina debe desprenderse del mi-to paralizante y deformante de la "brecha tecnológica" oponiendo, sin complejo psicológico alguno, con profunda conciencia de su ser, a la exponencial del crecimiento gigante su propia exponencial, o incluso su ley lineal de desarrollo. Lo impor-tante es que, cualquiera sea la ley, el parámetro sea siempre el hombre del país, como beneficiario y no co-mo mero instrumento de la actividad económica.

Como dice la OCDE: 1 "la bre-cha tecnológica entre las pequeñas y grandes potencias se achicaría no bien las primeras (y esto aún den-tro de los límites de sus actuales pre-supuestos de ID) se concentrasen en la puesta a punto de tecnologías elegidas según criterios sociales".

Si el hombre de las potencias in-dustriales tuvo que esperar casi dos siglos para reivindicar la satisfacción psicológica y no solo económico-fi-

1 OCDE. Science, croissance et société: une perspective nouvelle, París 1971, pág. 90.

nanciera del trabajo, el hombre lati-noamericano puede pretender desde ahora que la "innovación tecnológi-ca se fije como objetivo la adapta-ción de las formas de trabajo a las necesidades psicológicas de los indi-viduos, en lugar de adaptar el hom-bre a estilos de trabajo definidos por la tecnología, con sujeción úni-camente a los imperativos de la efi-ciencia económica".2

Si los países industrializados con-taminaron sus ríos, envenenaron su atmósfera, destruyeron su paisaje y, a cambio de una mayor comodidad conseguida con menor esfuerzo, con-dicionaron sus poblaciones para el consumo de productos superfluos que pueden resultar incluso nocivos para su integridad psico-física y com-prometer la evolución de la especie, los países latinoamericanos pueden realizar su desarrollo procurando mantener el equilibrio ecológico y ajustando el consumo a la satisfac-ción de lo vital y al refuerzo de la vitalidad.

Por ejemplo, es importante ense-ñar al indígena de la sierra peruana, de la meseta mejicana o de los valles calchaquíes, que su cuerpo, instru-mento secular de la opresión, desde el Inca hasta la Empresa, pasando por la colonización española, está en condiciones de ser el instrumen-to más precioso de su propia feli-cidad en cuanto aprenda a amarlo, cuidarlo y perfeccionarlo. Entonces, aprenderá también a respetar el de los otros. Después, que lo vista o lo desvista como quiera: con blue-jeans, con poncho o con slip Cardin. En ese sentido es más importante construir salas de baño y difundir su uso que perfeccionar un pulmón artificial o poner a punto una nueva droga contra la nefritis. El pulmón artificial puede ayudar a unos pocos, la droga ataca el mal de algunos mi-les, pero la sala de baño puede eli-minar la suciedad y la enfermedad de millones de seres y al hacerlos vi-vir más felices podrá convertirlos en factores de pacificación y de evolu-ción, en lugar de empujarlos a la destrucción y la violencia.

Pero la sala de baño, que sería la contribución tecnológica a la redis-tribución de la felicidad y el placer, no significaría nada sin la parcela de tierra que representaría la contribu-ción política a la redistribución de la riqueza.

Francia, Alemania Occidental, 2 Idem, pág. 96.

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ONTOGENESIS F I L O G E N E S I S

DETECCION DENE-CESIDADES ECONO. MICAS, SOCIALES, ESTETICAS, PSICO-FÍSICAS del HOMBRE

1 COTEJO CON EL ENTORNO FISICO O SOCIOECONOMI-CO O CON LA RES PUESTA HUMANA

CREACION O RE-CREACION

(adaptación! TECNOLOGICAS

servicios

y científicos técnicos

NUEVO COTEJO

Si I POSITIVO

REALIZACION

CINETICA

IDENTIFICACION DE UNA IDEA

ESTUDIO DE ALTERNATIVAS POSIBLES

SELECCION DE LA ALTERNATIVA OPTIMA

.EJEMPLOS

•Planes de desarrollo. .Estudios de transferencia de tecno log ía .

.Aná l i s i s de coyuntura-

.Análisis del conocimiento.

.Estudios socio-económicos. •Estudios psico-físicos.

.Estudios de pre- fact ' ib i l id .ad de proyectos a g r o - m i n e r o - i n , dustr ia les o de serv ic ios p ú b l i c o s .

•Discusión de la obra artística. .Ensayo de una terapéut ica. •Confrontación de una teor ía cop la naturateza o la sociedad.

•Estudios de fac t ib i l idad de proyectos ag ro -m ine ro -indust r ia les o de se r v i c i os púb l icos . ,

•Presentación de la obra a r t í s t i ca . ,

• Formulac ión de una terapeu, t ica. ,

.Organización de una a d m i -nis traci(5n.

Figura 3

Gran Bretaña, Austria, los Países Ba-jos e Italia acaban de poner en mar-cha un Instituto de gestión de la tecnología en Milán, con el fin de acostumbrar a los administradores de programas tecnológicos a formu-lar sus problemas en un marco euro-peo más que nacional. Pero, ¿po-drán permanecer ajenos a lo que pa-sa en las grandes potencias por un lado y en el subdesarrollo por el otro?

Una gestión tecnológica a escala internacional significaría reemplazar el concepto de economía de escala por el de tecnología a escala y poner de acuerdo la estrategia de ID de las firmas supranacionales con la polí-tica científica y tecnológica de los diferentes países. O , más exactamen-te, con las necesidades reales de la economía y la sociedad de esos paí-ses, porque muchos de ellos carecen de una política científica explícita. Esto significaría una ayuda más im-portante y efectiva para el desarro-llo que las donaciones aparentes o los créditos atados.

Significaría también imaginar que las naciones más industrializadas —tanto capitalistas como socialis-tas— tienen el deseo y un interés real de ayudar al desarrollo de las sociedades más primitivas, en lug.it de reservar esas zonas para volcar en ellas sus excedentes de produc-ción (que provienen justamente de la aceleración tecnológica) y para obtener de ellas las materias primas

baratas que necesitan sus sectores productivos.

Por economía de escala entende-mos la reducción de costos que se obtiene con una tecnología dada cuando se aumenta el volumen de producción Es un concepto que se integra perfectamente con el creci-miento incontrolado y sin conexión con las necesidades reales de la so-ciedad.

Por tecnología a escala,1 quere-mos representar en cambio el con-junto tecnológico con el cual se ob-tiene el costo mínimo para un pro-ducto dado, respetando tres puntos esenciales:

a) la distribución local particular de los factores de producción,

b) el volumen de mercado, c) las características psico-socia-

les del país. Para la Ingeniería Química esto

significa que, cuando debe aumentar o disminuir una escala de produc-ción, no debe limitarse a calcular una instalación de destilación, filtración o reacción X veces más grande o más pequeña. Ella debe repensar el problema, re-crearlo, actuando, se-parada o simultáneamente, sobre:

a) la transformación química, que modifica sobre todo los costos pro-porcionales (materias primas, ener-gía, etc) y que influye fuertemente sobre las operaciones que la prece-den o la siguen;

1 Sábato, J. , Kamenetzky, M., Aráoz, A., trabajo a publicar.

b) la manera de resolver los fe-nómenos de transporte y transfe-rencia y, por lo tanto, de diseñar los aparatos donde se van a realizar. Las consecuencias de esta acción se tra-ducen principalmente en las cargas de estructura de la fábrica (amorti-zaciones, gastos de mantenimiento, etcétera);

c) el grado de automatización y control automático que tiene una re-percusión considerable sobre la can-tidad y calidad de la mano de obra directa y de supervisión necesarias;

d) las técnicas de administración, e incluso de publicidad, que deben estar en consonancia con el tamaño de la empresa y del mercado y con las características antropo-sociales de este último. La influencia de estos rubros se hace sentir en los gastos generales de la empresa

No voy a insistir sobre este pun-to: podría ser objeto de todo un se-minario. Voy a señalar solamente que un cambio de actitud como el propuesto exigiría repensar la ense-ñanza de la Ingeniería Química y la investigación en sus ciencias de base y en sus tecnologías de aplicación.

A nivel microeconómico ese cam-bio de actitud puede chocar con el concepto de optimización de benefi-cios, pero puede (y debe) ser per-fectamente compatible con el auto-financiamiento de las empresas.

Rol de la ingeniería química

La Ingeniería Química se ha carac-terizado por un esfuerzo incesan-te de abstracción y de síntesis a fin de reunir en un pequeño número de conceptos unitarios los procedimien-tos más diferentes de la industria Química. Se convirtió así en una de las palancas más coherentes y efica-ces del progreso industrial.

Ella hizo posible la petroquímica, facilitó los propelentes y los mate-riales para los viajes espaciales, ayu-dó a liberar la energía del átomo, permitió dominar muchas enferme-dades, aportó a la electrónica mate-riales para sus circuitos, simplificó la explotación de los recursos natu-rales.

Para el tercio del mundo que supo perfeccionarla como instrumento y utilizarla con eficiencia significó, so-bre todo a partir de la última Gran Guerra, mayor comodidad, mejor sa-lud, condiciones de vida superiores.

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Allí, ayudó a liberar al hombre de buena parte de la carga de trabajo físico que le exigía la satisfacción de sus necesidades, pero no pudo evitar que se atara psíquicamente al con-sumo superfluo. Embelleció y saneó los cuerpos y esos nichos ecológicos artificiales que son los hogares mo-dernos, pero se contaminaron los ríos, se envenenó la atmósfera, se perturbó el equilibrio del suelo, se destruyó el paisaje, se introdujeron en los alimentos elementos que ame-nazan contrarrestar el perfecciona-miento biológico logrado merced a la hi giene y a la liberación del tra-bajo agobiante y embrutecedor.

Los habitantes de los otros dos tercios del mundo poco conocieron de la Ingeniería Química. Apenas lo necesario para mantener en fun-cionamiento aparatos productivos que no siempre respondían a sus ver-daderas necesidades y a sus reales intereses. Muchos siguieron tenien-do hambre y frío y sintiéndose in-defensos frente a la enfermedad. Pa-ra algunos la Ingeniería Química sólo significó el napalm o los exfo-

liantes. Mientras de un lado se gas-tan millones para investigar cómo reemplazar un corazón averiado, en el otro, millones de corazones dejan de latir por carencias nutricionales o se desangran en guerras ajenas a sus intereses vitales más profundos que, a veces, ni siquiera son capaces de percibir de tanto haber sido re-primidos,

Las contradicciones nacen de la carencia de una filosofía y de la adhesión a un pensamiento unidirec-cional que, polarizado a través de le-yes económicas, pretende imponer como positivos algunos aspectos ne-gativos de la realidad, mientras nie-ga^ la expansión de los elementos más sanos y vitales de la existencia.

La Ingeniería Química debe co-menzar a tomar como objetivo cen-tral de sus creaciones futuras al hom-bre. Para hacer frente al rápido cre-cimiento de la población, debe pro-poner técnicas para mejorar el ren-dimiento agrícola y reforzar la ca-dena alimentaria a través de la pro-ducción de alimentos intermedios a partir de desechos. Frente a la con-

taminación del entorno, provocada por el crecimiento industrial, debe buscar los medios de restablecer el equilibrio ecológico e impedir nue-vas ^alteraciones. Debe ayudar con su lógica a que la medicina compren-da mejorar el organismo humano, no tanto para salvar un individuo, sino para preservar y mejorar la es-pecie.

Este Congreso debe ser un replie-gue de la Ingeniería Química sobre sí misma en busca de su filosofía.

Para encontrarla, deberá calar muy hondo en sus propias contra-dicciones, y en las del medio en que se desenvuelve y sobre el que se aplica. _ Quizás así consiga que, al mismo

tiempo que lleguemos a la luna co-mo extraños gliptodontes de torpes movimientos, enfundados en nues-tros trajes espaciales, seamos tam-bién capaces de jugar, libres del te-mor y la necesidad, desnudos y go-zosos animales humanos, bajo la luz de esa misma luna o del sol, en to-dos los países del mundo y no sólo en algunos lugares privilegiados. <>

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Computación y modelos de funcionamiento

Entrevista a José Manuel Olavarría, Carlos Sobredo y Oscar Ruiz

Esta nota es la continuación de la entrevista he-cha al Dr. J. M. Olavarría sobre el tema Simu-lación de enzimas, publicada en el número 7 de CIENCIA NUEVA. Resume las experiencias realizadas en dos años por este grupo de inves-tigación del Instituto de Investigaciones Bioquí-micas y que hoy culminan con el armado de un equipo original en el país.

CIENCIA NUEVA: En primer lugar, quisiéramos que nos plantearan la necesidad de su trabajo en equipo, desde el punto de vista bioquímico.

José 'Manuel Olavarría: El problema, tanto para el bioquímico como para cualquier otro científico, en que para poder explicar un sistema real necesita elaborar un modelo de funcionamiento, sobre todo si se quiere su-perar aquella etapa de la evolución de la ciencia, en que la explicación era una ecuación. El cumplimiento de es-

i ta etapa nos llevó durante años a trabajar con la ecua-ción de ésto o de aquéllo. Pero este trabajo no involu-craba un modelo de funcionamiento, idea que es poste-rior y significa una etapa más avanzada.

Tenemos entonces que ante un sistema real se nos ocurre un modo de trabajo que debe ajustarse al pri-mero, a nivel cualitativo y cuantitativo. Se ajustará a nivel cualitativo si en el modelo intervienen las mismas variables y. en el mismo sentido que en el sistema real, pero el problema mayor reside en ajustar el modelo cuantitativamente. Además, una vez ajustado, debemos saber si no hay otros modelos que también se ajusten y en este caso ver en qué condiciones el sistema experi-mental puede distinguir entre los modelos que, para las condiciones de los experimentos previos, ajustaban el sistema real.

En general, el único método que existe hasta ahora para ajustar, o sea averiguar cuál es el comportamiento •del modelo teórico, es plantear las ecuaciones del mo-

delo y después resolverlo matemáticamente o simularlo, ya que la simulación usada hasta el momento involucra la solución de las ecuaciones diferenciales del modelo teórico a través de computadoras digitales o computado-ras analógicas, armando análogos eléctricos de la ecua-ción.

Lo que nosotros pretendemos aquí es armar un iso-morfo funcional del modelo cuyo montaje sea muy in-tuitivo. Pretendemos que el sistema exista en los mis-mos estados en que suponemos existe el modelo y que tenga los mismos elementos, sufra las mismas transicio-nes y posea las mismas relaciones de dependencia. De esta manera, el isomorfo funcional se va a comportar como el modelo y midiendo el comportamiento del pri-mero podemos conocer el del segundo. Con ello elimi-namos la etapa más limitante que es la del planteo y cálculo de las ecuaciones al mismo tiempo que la de las simplificaciones que es necesario introducir posterior-mente y que podrían introducir un error más o menos serio.

En este momento proyectamos terminar un equipo en el cual el armado del modelo y el ajuste de las constan-tes sea manual, y la programación a nivel de Hardware. Luego vamos a ir variando el valor de las constantes en forma discreta hasta lograr ajustar el comportamiento del sistema real. Si lo hacemos para diferentes modelos buscaremos entre ellos, por simulación, cuáles son las condiciones en las cuales difieren, para que al hacer el experimento tengamos una condición que nos permita distinguir entre los posibles modelos.

C. N.: En la simulación de enzimas se les había presen-tado un problema de simultaneidad. ¿Por qué se ven obligados a crear un nuevo mecanismo, para superarlo y no pueden utilizar los ya existentes?

J. M. O.: Las computadoras digitales son máquinas se-cuenciales, o sea que sólo podemos efectuar una etapa por vez. Incluso aunque tengamos un sistema de tipo real podemos efectuar diferentes etapas simultáneamen-te, pero no la misma. Si simulamos un sistema compues-

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Page 34: Ciencianueva21

to por un gran número de elementos, suponemos que en el sistema real, estos tienen una cierta probabilidad de sufrir un cambio en cada intervalo de tiempo sufi-cientemente pequeño. En una computadora digital, esa probabilidad de la simultaneidad tenemos que simularla, .mediante una progresión sucesiva de ensayos, al fin de los cuales definimos un nuevo estado y suponemos que todos, a pesar de que los hemos hecho sucesivos, han ocurrido en forma simultánea. En cambio, el equipo que estarnos diseñando funciona en paralelo, es decir, que cada uno de los elementos puede funcionar simultánea-mente con los otros. Cada vez que ocurre un cambio, éste introduce las modificaciones que correspondan en los otros elementos del sistema y el proceso vuelve a ocurrir. De manera que tenemos un ahorro de tiempo. La complejidad de nuestro modelo es de tipo equipa-miento y no una complejidad que influya en el tiempo de proceso. Lo que pasa en realidad con la computadora digital, es que está hecha para otro tipo de procesos. Puede cumplir casi cualquier tipo de programa, pero se adecúa más a unos que a otros. Además, como tiene que seguir una serie de etapas especiales que son limitantes, nos resulta más rápido trabajar con un equipo de simu-lación.

C. N.: ¿Podría hacernos una síntesis de los avances rea-lizados en los dos últimos años?

J.M. O.: En ese momento hacíamos la experiencia de simulación para una enzima de Michaelis. Teníamos un equipo muy simple que ni siquiera era modular, armado a nivel de una plaqueta. Contábamos con tres generado-res aleatorios, muy sencillos, que sólo podían simular valores de probabilidad dentro de los dos órdenes de magnitudes, es decir que no podían ir mucho más allá del uno por ciento de probabilidades. Esto nos limitaba bastante porque las diferencias entre los parámetros ci-néticos conocidos pueden ser de órdenes de magnitudes mucho más altos. También teníamos un módulo de tran-sición, o sea un elemento capaz de estar en dos estados, y tres elementos capaces de mandar señales que ocasio-naran esas transiciones. Pero la estabilidad de los gene-radores aleatorios era muy limitada. Había que ajusfar-los, medirlos, hacerlos funcionar un tiempo discreto y volver a controlar si el valor de probabilidad de señal seguía siendo el mismo. No eran confiables a lo largo del tiempo. Además la única forma que teníamos de ajustar el valor deseado era medir la probabilidad del generador y variar potenciómetros hasta encontrar el valor que correspondiera con el nuestro. Esto involucraba ya un problema en la programación. Pero, pese a todo, nuestra intención era conseguir un equipo de simulación directa, capaz de ser utilizado en cualquier laboratorio de bioquímica sin mayores conocimientos de programación.

El primer problema que le planteó al ingeniero So-bredo fue el mismo que ya había resuelto el ingeniero Schugurenski, pero con algunos requisitos más: 1) Que el rango de probabilidad debía ser prefijable dentro de por lo menos seis órdenes de magnitud; 2) que en el caso de tener varios generadores aleatorios no hubiera entre ellos ningún tipo de acoplamiento, porque eso ha-cía qu.e no fueran probabilidades independientes.

A partir de los primeros generadores aleatorios em-pezamos a pensar que íbamos a armar algo, pero uno

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de los problemas fundamentales era introducir probabi-lidades condicionadas, porque los generadores produ-cían una señal de probabilidad fija. Entonces desarro-llamos un nuevo tipo de módulo que se llamó modifica-dor de frecuencia promedio. Este módulo recibe señales de todos aquellos elementos del sistema que son poten-cialmente modificadores de esa probabilidad. Si" están en el estado modificador la señal que llega es positiva e induce el cambio. Si están en el estado no modificador el cambio no se produce. Cuando llega más de una se-ñal son promediadas y el módulo, a su vez, envía una señal al generador aleatorio que le involucra el cambio de la probabilidad. _ La próxima etapa consistía en poder simular las tran-

siciones de probabilidad, dependientes del elemento Omega, según un cierto factor, y otras transiciones que se acumulaban según el estado de otro elemento. Para eso desarrollamos un tester especial con el cual podemos observar cómo ocurren las transiciones. Una vez listos el modificador de frecuencias, los generadores aleatorios y los módulos de transición teníamos que integrar todo a nivel de sistema. Cada elemento tenía dentro de sí los controles de sincronismo. Un elemento para funcio-nar necesita un cierto número de docks que son los que le van dando las órdenes. Pero los docks estaban aden-tro y entonces hubo que diseñar un control de sincronis-mo externo que es el que va a variar las probabilidades.

Tuvimos algunos problemas con el tamaño de los mó-dulos, porque queríamos que fueran intercambiables. La idea era que cada módulo pudiera ocupar cualquier lu-gar, para tener el menor largo de cables y armar el mo-delo k> más compacto posible. Lo que ideamos fue una matriz de celdas cuadranglares que incluyeran un nú-mero máximo de tarjetas impresas.

Se diseñaron tres tipos de frente sucesivamente, que fueron hechos con toda la implementación electrónica, pero fue necesario reducir su tamaño y bajar el precio, porque usábamos llaves importadas. Entonces desarro-llamos la controladora que es un equipo mucho más próximo a lo que en general se espera ver frente a una computadora. Usamos veinte teclas de luz, de fabricación nacional, para reemplazar a las importadas del frente. Mientras aquéllas eran una para cada generador aleatorio, ahora tenemos veinte teclas para cualquier número de generadores aleatorios. Estas teclas dan una cierta infor-mación sobre cada uno de estos, identificado mediante un sistema de XY. Posteriormente se agregará un Z. En el futuro podremos trabajar a ciegas con respecto al mó-dulo, ya que está planeado que cada uno se identifique, no sólo sobre su tipo, sino también si está en uso o no. Entonces podremos hacer la programación a nivel de software o automática.

C. N.: ¿Quiénes forman el equipo de trabajo?

J.M. O.: El ingeniero Sobredo, el ingeniero Ruiz y yo.

C. N.: ¿Tienen una idea aproximada de la inversión he-cha en equipo? 1

/. M .O.: Sin considerar los sueldos, solamente en equi-po, alrededor de unos ocho millones de pesos, pero hay que considerar que recién lo terminaremos a fin de año y nos falta mucho material que todavía no pudimos com-

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Figura 1. — Frente modular parcial, hecho con propósito de enseñanza de pro-gramación

Figura 2.—Módulo bcisico mostrando siete conectores internos y dos (dere-cha), en forma de enchufes, para su unión con los demás módulos del panel

Figura 3.— Segundo modelo experi-mental (en acrílico) con componentes electrónicos en su parte posterior. De izquierda a derecha: primer módulo: fuente de poder; segundo módulo: mo-dificador de frecuencia promedio; ter-cer módulo: generador aleatorio (aná-logo a una sustancia radioactiva en cuanto a desintegraciones por tiempo); cuarto módulo: enzima sustrato (arri-ba) y activador inhibidor abajo); quin-to módulo: generador de atiempamiento

prar por falta de fondos. La mayor parte ha salido hasta ahora de los fondos normales del Instituto. Como ayu-das especiales para este proyecto recibimos un millón y medio de la Fundación Gillette y otro tanto habíamos recibido previamente de la Fundación Cherny. Además tenemos pedidos dos subsidios, uno al Consejo y otro al Conacyt. (El Conacyt ya aportó.)

C. N.: ¿Cómo se continúa el proyecto?

J.M. O.: La primera etapa, que va a estar lista entre mediados y fines del 73, va a ser un equipo en el cual el armado del modelo sea manual, así como el ajuste de las constantes, o sea los valores de probabilidades correspondientes a los parámetros determinísticos. Una vez que estén ubicados varios modelos posibles que ajus-ten las constantes, que permitan ajustar el sistema real para las condiciones estudiadas, habrá que buscar con-diciones diferentes que permitan distinguir entre un mo-delo y otro. El método más fácil es la simulación. La programación es a nivel de Hardware.

La segunda etapa va a ser un equipo donde el armado también va a ser manual, pero el ajuste de las constan-tes va a ser automático. La programación es a nivel de Hardware o Software. La tercera etapa será un equipo de armado manual, ajus-te de las constantes automático y búsqueda de diferen-cia automática; programación a nivel de Software. En la cuarta etapa el armado del modelo va a ser auto-mático. Esto significa que a partir de las experiencias realizadas el equipo va a tener memoria de los modelos y podrá combinarlos. Será completamente automático.

C. N.: Quisiéramos conocer un poco sobre la universa-lidad del proyecto. Aparte de la simulación de enzimas, qué otro tipo de aplicaciones puede tener.

. M. O.: Es utilizable en cualquier sistema tan complejo, como para que el planteo de las ecuaciones o el cálculo de los modelos resulte complicado. De esta manera pue-de ser aplicado a la resolución de problemas de tipo fi-siológico, epidemiológico, ecológico, económico, de mer-

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Figura 4.— Circuitos experimentales básicos: divisores, multiplicadores y decisiones

Figura 5.— Gabinete en el cual se colocan 44 módulos semejantes al de la Figura 3. En la parte posterior se ven dos módulos y sobre la mesa, a la derecha, la controladora (pantalla y teclado para comunicarse con la computadora)

cado y hasta de inteligencia artificial. Es útil sobre todo en aquellos problemas cuya resolución se hace difícil con los métodos clásicos. La idea de usar generadores de señales aleatorias en computadoras, no es exclusivamente nuestra, pero nun-ca han sido planteados para simular modelos.

C.N.: ¿Cuál es el interés nacional que reviste el pro-yecto?

J. M. O.: Nos hemos esforzado en resolver un montón de problemas, de los que en general se piensa que no se pueden resolver en el país. Creemos que hay que desa-rrollar tecnología en una esfera aplicable al país y no a cualquier otro. Dentro de un Instituto como este, de investigación básica, hemos realizado en equipo una in-vestigación tecnológica que nos permitirá tener en fun-cionamiento a corto plazo, un equipo realmente original, dentro de un área en la cual no es tradicional en la Ar-gentina estar en una línea de avanzada. La ciencia de la

computación, procesamiento automático de datos o la informática cuenta con pocos países líderes. El resto son consumidores. Además este brinda oportunidades de trabajo a la gente joven que le interese el tema, quie-nes antes debían optar por emigrar a Estados Unidos para estudiar o quedarse aquí trabajando en service pero sin llegar a poder resolver problemas de diseño. Este puede ser también el comienzo de un grupo que se interese en trabajar en instrumentación, una de las áreas en las cuales se van divisas del país porque todo el ins-trumental de avanzada que se usa es importado.

C. N.: ¿Qué valoración hacen de la experiencia real?

Ing. Ruiz: Creo que este trabajo es lo más importante que hice y jpo creo que en el país exista ptro tipo de trabajo como este, en la rama electrónica. La computa-ción, en general, se conoce desde afuera, pero no de adentro y mucho menos en lo que se refiere a diseño. Hay que tener en cuenta que las técnicas digitales de computación recién son obligatorias a partir de este año en la Facultad de Ingeniería Electrónica, o sea que po-der trabajar en ellas es completamente fuera de lo co-mún.

Ing. Sobredo: Yo estuve once años y seis meses traba-jando en Estados Unidos. Lo hice en varias compañías, en desarrollo y diseño de circuitos integrados, hasta lle-gar a un sistema bastante complicado de producción a transistores. Las compañías en las cuales trabajé fueron Western Electric, Signetics Corp, Amelco Semiconduc-tor, Datadisc Fairschild y prácticamente me dediqué siempre al diseño de circuitos y sistemas. Quise volver porque siempre me gustó poder trabajar en la Argenti-na. Un día terminé una máquina y dije "me voy", lle-gué en marzo de 1970. Buscando una posibilidad de trabajar acá me relacioné con el doctor Olavarría y me pareció que podía ser interesante. Un día vino a mi casa y me dijo: "Mire, yo quiero armar esto". Yo le contesté: "De acuerdo, venga la semana que viene, le doy los pla-nos y lo manda a armar". Hace un año y medio que es-toy trabajando y prácticamente lo hemos tenido que ar-mar todo nosotros con material que nos fueron regalan-do, de aluminio y acrílico. En el camino debimos resol-ver innumerables problemas, de apariencia insignifican-tes, pero que nos costaron mucho esfuerzo. Para resol-verlos debimos aplicar ideas nuevas, métodos no conven-cionales, al estar permanentemente limitados por la falta de fondos. Yo por eso siempre lo acuso a Olavarría de que lo que él me pidió en un principio no es lo que estoy haciendo ahora.

J. M. O. : Lo que pasa es que yo le pedía una mano y le tomé hasta el codo. A medida que íbamos resolviendo problemas, por otra parte, crecía nuestra ambición. Por todo este esfuerzo realizado es que pretendemos que nuestros logros sirvan a otros grupos de investigadores.

C. N.: Para terminar, entonces, ¿cuales serían sus ne-cesidades inmediatas?

J. M. O. : Plata y gente; ingenieros, técnicos, dibujantes, etc., así como más espacio para poder trabajar. O

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Presente y futuro del movimiento de cargas en la Región Metropolitana de Buenos Aires CETRA Introducción

El movimiento de cargas en la Re-gión Metropolitana de Buenos Ai-res, puede clasificarse en movimien-to externo de intercambio con el exterior y movimiento interno.^

El primero se efectúa a través de los medios ferroviario, automotor, aéreo, fluvial y marítimo y el segun-do casi exclusivamente por auto-motor.

La carga que llega por ferrocarril a estaciones de la región es transfe-rida a vehículos automotores que la conducen a su destino final. Lo mis-mo ocurre con aquella carga que llega por vía fluvial y marítima a los puertos y por vía aérea a las aero-estaciones. En ambos casos se efec-túa la transferencia a vehículos au-tomotores que la conducen al destino final. En el caso de que la carga llegue por el medio automotor, el destino intermedio son los depósitos y ter-

minales de las empresas, donde son transferidas a vehículos más livianos y fáciles de maniobrar dentro de las ciudades que las conducen a sus des-tinos finales.

Los destinos finales del movi-miento externo de la carga son vi-viendas, depósitos, mercados, indus-trias.

Cada uno de ellos puede, a su vez, transformarse en orígenes de viajes del movimiento clasificado co-mo interno, especialmente aquellos que tienen por destino los depósi-tos, mercados e industrias.

La carga que llega a los mercados es comercializada y distribuida a distintos puntos de la ciudad para insumo de industrias o consumo fi-nal, al igual que la que llega a de-pósitos. La carga que tiene por des-tino la industria, unida a otros in-sumos, es transformada en nuevos productos que son distribuidos a vi-viendas, comercios, depósitos o nue-vas industrias que la utilizan como

insumo, o estaciones ferroviarias, puertos o aeropuertos, para ser trans-portada al interior o exterior del país.

Cada localización, que correspon-de a un tipo de uso del suelo ur-bano, representa un modo de cargas que recibe y emite viajes-vehículos de carga, con distinta frecuenia y distinto volumen que van desde mi-les de vehículos por día que llegan y salen de un puerto, hasta un mí-nimo generado o atraído por una vivienda.

Características actuales del transporte de bienes en la región metropolitana En el año 1968 se movilizaron apro-ximadamente 77,465 millones de toneladas de los distintos tipos de bienes. Ingresaron 54,925 millones de toneladas y salieron 22,540 mi-llones de toneladas, de acuerdo a la siguiente discriminación:

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Bienes entrados

Ferrocarril Fluvial y marítimo Automotor

Total

Miles de toneladas

6.184 28.918 19.823

54.925

% 11,3 52,6 36,1

100,0

Bienes salidos

Ferrocarril Fluvial y marítimo Automotor

Total

Miles de toneladas

1.436 9.556

11.548

22.540

% 6,4

42,4 51,2

100,0

La carga aérea no ha sido consi-derada por su escasa magnitud res-pecto a los valores expuestos.

La carga que entra por automo-tor lo hace en aproximadamente 2.882.000 camiones, con una carga media de 8,1 toneladas/vehículo y la que sale lo hace en 3.i41.000 ca-miones con una carga media de 2,0 toneladas/vehículo.

La carga que entra por ferrocarril tiene por destino o lugar de trans-ferencia, las estaciones ferroviarias. En 1968 existían 143 estaciones fe-rroviarias que recibían y despacha-ban carga y en sólo 15 de ellas, de las cuales 12 se hallan localizadas en Capital Federal, se concentraba el 70 por ciento del a carga recibida. En cambio el 53 por ciento de la carga desplachada se concentraba en 6 estaciones, todas ellas localizadas en Capital Federal.

La carga que entra y sale por vía fluvial y marítima tiene como lu-gar de transferencia las instalaciones portuarias y como origen o destino final industrias, depósitos, mercados o el exterior de la Región.

El movimiento de bienes por au-tomotor posee una amplia gama de características en lo que se refiere f "P 0 d e vehículo utilizado, moda-lidad de distribución, cargas medias por unidad de transporte, manipuleo de la carga, etc., que dependen fun-damentalmente del tipo de producto que se transporte.

El parque automotor afectado a este tipo de tráfico posee cierto gra-do de especialización como resultado de la demanda selectiva que se re-gistra. Los intercambios con el inte-rior del país y los viajes con destino a puertos son prestados con vehícu-los de mayor capacidad de carga que aquellos destinados al movimiento interno.

La distribución de productos y el trafico que genera dependen de las condiciones de comercialización'y de las características de los nodos gene-radores de viajes, unidades produc-toras o depósitos.

Como en general la demanda de

ciertos tipos de productos no es constante en los distintos meses del año, la flota propia cubre la deman-da estable y los picos de demanda son abastecidos con vehículos con-tratados al efecto.

La distribución de un producto cubre varias etapas y obliga a distin-tos recorridos físicos que dependen ele la forma en que se realiza la co-mercialización.

De fábrica a depósito y de éste a minorista o bien de fábrica a mino-rista en caso de que el stock se man-tenga en fábrica.

Las restricciones impuestas al es-tacionamiento de vehículos de carga y las que imponen los volúmenes de tránsito han influido en la creciente utilización del automóvil para el transporte de determinados tipos de productos, por su facilidad de ma-niobra y menores restricciones para su estacionamiento.

Entre los prestatarios del servicio existen empresas de transportes de diferentes tamaños que en general abastecen los tráficos regulares, em-presas o propietarios de vehículos que se agrupan en unidades operati-vas (taxi-flet), destinados a prestar los servicios esporádicos y cubrir los picos de demanda. Además las empresas importantes poseen flotas propias encargadas de la distribución de sus productos.

El movimiento total de bienes, in-terno y externo clasificado por ru-bros da una idea de su importancia relativa:

Los flujos de bienes, especialmen-te en determinados rubros, depen-den del juego de oferta y demanda en que se desarrolla el proceso co-mercial. Dentro del dinamismo eco-nómico de la Región, las áreas de mercado de cada producto o grupo de productos, varía en el tiempo y en consecuencia el flujo del producto medido en toneladas o número de toneladas también variará. Los cam-bios de localización de las activida-des generadoras de viajes de carga también influyen sobre la magnitud de los flujos.

Los más importantes generadores-de viajes de carga se encuentran: en el Barrio Balvanera por la loca-lización de los Mercados Mayoristas de Frutas y Hortalizas, mayoristas de productos lácteos y textiles, em-botelladoras de bebidas gaseosas, fá-bricas de calzados, etc.; en la zona de la estación Retiro y puerto en que además de las citadas activida-des existen molinos harineros, des-pachos de diarios y revistas; en la zona de Liniers por la localización del Mercado Nacional de Haciendas, frigoríficos, mercados mayoristas de fruta y hortalizas, depósitos de sal v azúcar, curtiembres, fábricas de cal-zados, estaciones ferroviarias, etc., y en la zona de Avellaneda por eí Mercado de Hacienda, mercado ma-yorista de frutas y hortalizas, depó-sitos de sal, combustibles, materia-les de construcción, barracas de lana y su actividad industrial en general.

La carga que llega y sale del exte-

I I I

I I I IV V

VI VII

VIII IX

R U B R O

Alimentos Bebidas, tabaco y cigarrillos Textiles y confecciones Cuero y derivados Productos químicos y caucho Madera, papel y derivados Hierro y derivados Materiales de construcción Combustibles

Total

% 18,97 7,37 0,96 0,62 2,12 2,99 3,94

42,94 20,09

100,00

Miles de toneladas

14.696 5.709

750 482

1.649 2.319 3.054

33.247 15.569

77.475~

37

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rior en camiones lo hace en la siguiente proporción:

Camiones Camiones Camiones R U T A chicos medianos grandes

2 16,09 7,20 10,71 3 9,54 10,53 16,91 7 26,91 16,60 20,42 8 6,85 14,35 18,09 9 17,31 27,21 20,19

200 7,13 3,07 1,91 205 8,90 8,27 9,06 210 7,27 12,77 2,71

Total 100,00 100,00 100,00

Dentro de los límites de la Capi-tal Federal, el tramo que registra el mayor volumen de tránsito medio diario es el ubicado en Avenida Pe-rito Moreno entre Avenida Casta-ñares y Avenida del Trabajo, con un registro de 4.330 vehículos chi-cos (camionetas y pick-ups) y 5.937 vehículos medianos y grandes, en sentido ascendente y 3.236 y 4.990 respectivamente en sentido descen-dente. Ello se debe presumiblemen-te a que se trata del itinerario que vincula la zona donde se localizan los depósitos de las empresas de transporte privado de cargas (Par-que Patricios), con el exterior de la Región y zonas industriales del oes-te (Mataderos, La Matanza, Mo-rón), y el noroeste (San Martín), así como también la zona industrial del sur y sudeste (Avellaneda, La-nús, Quilmes), con la del oeste.

Otros puntos de importantes flu-jos de vehículos son Avenida Liber-tador entre Udaondo y Republique-tas, R. N. 1 y 2 en correspondencia con el puente sobre el arroyo Saran-dí, Acceso Norte entre Avenida Ge-neral Paz y el puente Pelliza, R. N. 205 entre E. Echeverría y Cañuelas, R. N. 202 en las proximidades de San Fernando.

Modalidad de transporte

Cada producto que ingresa y sale de la Región cumple una serie de eta-pas dadas por las condiciones de co-mercialización, industrialización y distribución.

Como dichas condiciones pueden variar en el tiempo, la magnitud de los flujos y los itinerarios que reco-rren también varían.

Un ejemplo característico es el flu-jo de hacienda y carne.

La hacienda en pie llega por fe-rrocarril y camión al Mercado Na-cional de Hacienda donde es comer-cializada. Parte de ella, adquirida por invernadores, sale nuevamente al exterior de la Región en ferroca-rril y camión y el resto es adquirido por frigoríficos y mataderos de la Región que los transportan en ve-hículos de menor tamaño a las plan-tas de faena. Además los frigorífi-cos y mataderos adquieren ganados directamente en estancias y remates ferias.

El ganado faenado tiene por des-tino el consumo y la exportación. La parte destinada a consumo se distribuye, una parte directamente a los minoristas y la otra a mayo-ristas y rematadores que lo comer-cializan para el consumo final.

La parte destinada a exportación es conducida a puerto. En algunos casos tiene un destino intermedio en frigoríficos, a la espera del mo-mento de embarque.

Además, existen frigoríficos re-gionales localizados fuera de la Re-gión, que envían sus productos di-rectamente a puerto.

En este esquema, resulta posible cuantificar los volúmenes de tráfi-co medidos en toneladas o número de vehículos en base a estadísticas existentes en los lugares de origen y destino de los viajes (Mercado de Hacienda, ferrocarriles, Junta Nacio-nal de Carnes, etc.), o en los medios de transporte a través de encuestas preparadas al efecto.

Analizando con el mismo criterio un número suficientemente repre-sentativo de los viajes, se podría ob-tener un panorama del movimiento de cargas en la Región.

Conclusiones

El movimiento de cargas en la Región Metropolitana de Buenos Aires ha evolucionado en una orfan-dad total de indicaciones o directi-vas coherentes por parte del Estado.

La circulación de las cargas es, al igual que la circulación de personas,, un requisito inherente a la existencia misma de la ciudad y la responsabi-lidad del estado para orientar y re-gular es indelegable.

El estado actúa a través de cada organismo que está directamente vin-culado al flujo de bienes a través de medidas que tienen su ámbito de aplicación en la jurisdicción de dicho organismo.

Así la Capitanía de Puerto regula el tránsito de camiones en su juris-dicción, la Junta Nacional de Gra-nos lo hace en el entorno de los si-los, Ferrocarriles lo hace en las zonas de estaciones, cada Municipalidad lo hace en su jurisdicción, la Direc-ción Nacional de Transportes Terres-tres no cumple adecuadamente las funciones de coordinación necesa-rias para un mejor servicio y la Di-rección Provincial de Transporte efectúa algunos controles en su jur risdicción.

En conjunto, la serie de medidas adoptadas en todos los órdenes, ha configurado un esbozo de Política de Transporte Urbano de carga, orientada fundamentalmente a resol-ver problemas de circulación y es-tacionamiento.

Sin embargo, desde el punto de vista económico y social, se requiere conocer, por ejemplo, si la oferta satisface a la demanda o existe un sobredimensionamiento del parque, si los ingresos en concepto de tari-fas cubren los costos, si los itinera-rios utilizados por vehículos de car-ga son racionales, si las operaciones que se efectúan en las terminales sa-tisfacen requisitos de economicidad y tiempos mínimos de transferencia.

Lamentablemente, muchos de es-tos problemas resultan todavía una incógnita y en muchos se tiene evi-dencia cierta de las distorsiones que existen, pero lo verdaderamente la-mentable es que todas las distorsio-nes e ineficiencias del sistema se tra-ducen en incrementos de costos y mayores tarifas que se trasladan a los precios de los productos que, en su gran mayoría, son pagados por el pueblo sin que observe una acción coherente para su tratamiento.

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Page 41: Ciencianueva21

El futuro del movimiento de cargas en la región metropolitana Hablar del futuro del movimiento de cargas de la Región implica ha-blar del futuro del país y por lo tan-to todo lo que se expresé está ro-deado de incertidumbre.

No obstante se comentarán algtv nos principios generales que la ló-gica indica como beneficiosos para la sociedad, vale decir, se habla más bien en función del "debe ser" o "debería ser" que en función de "ocurrirá" o "posiblemente ocurra".

Una forma de conocer cómo será el movimiento de cargas en el futu-ro sería la de analizar cada uno de los nodos generadores de viajes de carga tratando de imaginar su evo-lución futura.

Los habitantes de la Región, co-mo consumidores, condicionan la afluencia de productos, especialmen-te los perecederos incluidos en el ru-bro alimentos. Según la evolución futura del número de habitantes y de los consumos unitarios, variarán los flujos de cargas destinados a ese fin.

Además, la previsión de ejecución del Mercado Central de la Ciudad de Buenos Aires, a localizarse en el Partido de La Matanza, que comer-cializará en primeras ventas los ru-bros frutas, verduras y hortalizas; pescados y mariscos; huevos y pos-teriormente aves, que junto al Mer-cado Concentrador de La Plata sus-tituirán a los aproximadamente 25 mercados mayoristas que operan en la Región, significará un cambio im-portante en los flujos de esos pro-ductos. La eliminación de la inter-mediación permitirá una retribución justa al productor y menores precios al consumidor.

La concentración en los mercados de grandes volúmenes de carga per-mitirá su equipamiento para un ma-nipuleo a menor costo y tiempo de operación que en la situación actual.

La distribución de la carga podrá realizarse a su vez, con mejor apro-vechamiento de las unidades y me-nor costo de transporte por aplica-ción de técnicas más modernas.

Estas consecuencias lógicas que se desprenden de las operaciones con grandes volúmenes de carga y que redundan en beneficios en el mani-puleo y distribución, son principios generales que pueden aplicarse tan-

to a la idea de concentrar el movi-miento de cargas ferroviarias en po-cas estaciones equipadas al efecto, como en establecer terminales de car-ga para el transporte automotor.

Con referencia a las terminales de carga ferroviarias, se debe tener en cuenta una característica muy espe-cial de la Región Metropolitana de Buenos Aires, en que la Capital Fe-deral se halla rodeada por la Ave-nida General Paz y el Riachuelo, con un limitado número de accesos. Las tasas de crecimiento del tránsito automotor en sus accesos * permi-te prever niveles de congestión a plazos muy breves, razón por la cual, cualquier estudio de localización de terminales de carga ferroviaria debe prever terminales en Capital Federal destinadas a productos que tienen por destino final dicha área y termi-nales en Partidos de la Provincia 3e Buenos Aires para cargas con ese destino final. Este criterio tiene por objeto evitar que la distribución de cargas desde estaciones a destino fi-nal, atraviese los limitados puntos de acceso que tiene la Capital Fede-ral, incrementando el grado de con-gestión. En otras palabras, resulta más conveniente que la carga des-tinada a Capital Federal llegue en tren, que lo puede hacer en horas nocturnas y no en camiones, por los estrangulamientos que significan sus accesos.

Otro importante nodo de cargas es el Puerto de Buenos Aires.

Resulta deseable suponer que las exportaciones se incrementarán más rápidamente que las importaciones y que existirá una mayor participa-ción de los restantes puertos del país, ligada directamente a los nive-les de producción de su respectivas áreas de influencia.

Resulta por ejemplo posible pre-ver que una vez habilitado el canal del Paraná de las Palmas, la expor-tación de los cereales por el Puerto de Buenos Aires disminuirá, incre-mentándose el movimiento en Rosa-rio por el hecho de poder salir los buques del mismo con carga comple-ta.

En caso de habilitarse el puerto de aguas profundas, lógicamente, la participación del Puerto de Buenos Aires en el movimiento de granos estará limitado a un uso adecuado de los elevadores existentes.

* Ver CIENCIA NUEVA, N* 12, pá-gina 16.

Dado que la Patagonia es la zona productora de lanas, es fácil pensar que en el futuro podría exportarse este producto por puertos del sur.

Lo difícil es encontrar una causa del por qué se sigue exportando por el Puerto de Buenos Aires.

En el rubro carnes, el movimien-to por el puerto de Buenos Aires se incrementará pese a que cambios en las condiciones del Mercado Mun-dial de Carnes influyeron profunda-mente sobre una serie de activida-des ligadas directamente a este co-mercio. En efecto, en 1968 el 69 porciento de la carne exportada por los Puertos de Buenos Aires y La Plata provenía de frigoríficos regio-nales localizados fuera de la Región Metropolitana.

Si se extrapola esta tendencia re-sulta lógico suponer que en el fu-turo incluso la carne para el consu-mo de la Región, puede venir fae-nada en vehículos frigoríficos ferro-viarios y automotores, con un ma-yor aprovechamiento de la capaci-dad de transporte.

Esto permitiría la liberación de las áreas donde se localizan los Mer-cados Nacionales de Hacienda de Liniers y Avellaneda que pasarían a funcionar fuera de la Región.

Dichos mercados, representan dos de los más importantes nodos gene-radores de viajes de carga en la Re-gión y su eliminación permite pen-sar no solo en una mayor eficiencia del movimiento de bienes, sino tam-bién en las posibilidades que se le brinda a la Ciudad para cubrir algu-nos de los déficit de equipamiento que ya resultan imprescindibles en áreas que lo posibilitaron.

El panorama que se expuso del futuro no ha sido exhaustivo porque para ello se tendría que analizar pro-ducto por producto la totalidad de los bienes que se movilizan en la Región. No obstante, algunos de los temas analizados poseen una fuerza estructurante de positivos beneficios sociales, tales como las terminales de carga ferroviarias y del automo-tor que posibilitaran la aplicación de modernos métodos de manipuleo y distribución, los mercados concen-tradores de frutas y hortalizas y el puerto.

Por sus repercusiones económicas y sociales, resulta imprescindible en-carar en el momento actual una ac-ción coordinada sobre el movimien-to de bienes. O

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I Jornadas Latinoamericanas y V Argentinas de Ingeniería Eléctrica Mar del Plata, octubre 1972

Entre el 15 y el 21 de octubre se realizaron en la ciudad de 'Mar del Plata las Primeras Jomadas Latino-americanas y Quintas Argentinas de Ingeniería Eléctrica, Asistieron más de 500 profesionales de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay, Estas Jomadas estuvieron organizadas por la Facultad de In-geniería de la Universidad de Bue-nos Aires y por la Facultad Regio-nal Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional y auspiciadas por el gobierno nacional.

Es de destacar que aparte de las habituales presentaciones de comu-nicaciones breves sobre la actividad de investigación en esa rama de la Ingeniería, se realizaron sesiones es-pecialmente dedicadas a transferen-cia de tecnología, enseñanza de la ingeniería, relación de la universi-dad y el medio e industria electró-nica.

Paralelamente se realizaron dos importantes paneles: uno dedicado a la Vinculación de la Universidad con la Industria e Investigación Aplicada y otro sobre Enseñanza, quie dieron origen a largos debates.

Como resultado de estas discusio-nes en las que participaron la ma-yoría de los asistentes, fueron lleva-das al plenario varias declaraciones y ponencias. Entre ellas merece des-tacarse la siguiente declaración que fue aprobada por amplia mayoría.

Visto y considerando: La permanente y decidida ena-

jenación del patrimonio nacional en favor de empresas multinacionales, cuyos intereses no son en ningún caso el desarrollo independiente del país sino la sujeción económica y el lucro.

—Que consecuente con esta política de entrega por presión de las mencionadas empresas, en la ma-yoría de los casos, se sabotea perma-nentemente los pocos intentos para romper con este esquema.

—Que así se ha asistido en los últimos años a la destrucción o bloqueo de laboratorios de investi-

gación y desarrollo como ENIDE, Instituto Nacional del Petróleo, etc.

—Que el "Compre Nacional" es una figura muchas veces ignorada o tergiversada incluso por presión o convenios con entidades crediticias internacionales.

—Que el rol fundamental que deberían jugar las grandes empresas nacionales en la solución de los pro-blemas tecnológicos del país se ve desnaturalizada o anulada por una política deliberada de dependencia y compra de tecnología extranjera.

—Que esta política ha sido denunciada por los trabajadores y autoridades de las propias empresas nacionales.

Denunciamos que este aparen-te caos en la conducción económica y política y científica no es producto solo de la ineptitud de los cuadros gobernantes sino que responde a un plan perfectamente trazado de en-trega de nuestra economía y pérdi-da de nuestra cultura nacional. Pen-samos que la solución de nuestros problemas pasa por un cambio po-lítico fundamental orientado hacia la liberación económica, política y cultural.

El Plenario de las I Jornadas Latinoamericanas y V Argentinas de Ingeniería Eléctrica, llama en con-secuencia a todos los profesionales de la Electricidad y la Electrónica para que desde el puesto que ocu-pen se sumen a esta lucha que deci-dirá nuestro destino.

Paralelamente un grupo de estu-diantes asistentes a las Jornadas pre-sentaron al plenario la siguiente de-claración que también fue aproba-da por amplia mayoría.

El desarrollo de esta jornada, ha posibilitado el encuentro de un gru-po de estudiantes universitarios que se sienten comprometidos con la rea-lidad nacional, y la proyección que sobre ella puedan tener las conclusio-nes que estas jornadas arrojen.

Inmersos en la problemática de una sociedad dependiente, económi-ca, cultural y tecnológicamente, con-

sideramos que la falta de análisis y discusión de los temas nacionales, ha sido la causa preponderante de la mala formación integral del uni-versitario.

Pensamos que la falencia no es accidental, la perpetuación de la de-pendencia así lo exige:

Creemos que: la falta de presupuesto, la no adecuación de los planes de estudio a la realidad nacional, la tremenda deserción, la fuga de profesionales al extran-jero, la real falta de igualdad de oportu-nidades, planes de investigación no acordes con las necesidades nacionales, la incertidumbre sobre el futuro desempeño del profesional, el constante deterioro de la educa-ción popular, y muchos otros problemas que se-ría largo enumerar, confirman con claridad lo acertado de esta afirma-ción.

Se dijo en un momento que no existía una política nacional de de-sarrollo que fije objetivos claros pa-ra el accionar universitario. Pensa-mos que en realidad hay una polí-tica antinacional que debemos com-batir. En ese sentido nos sentimos solidarios con la opinión clara en la exposición y honesta en la práctica que encontramos en algunos de los expositores que se refirieron a los temas de enseñanza e investigación y desarrollo. Hemos observado un avance en el proceso de concientiza-ción de la gente que trabaja, al me-nos en esta especialidad, en el sen-tido de reconocer que tenemos la responsabilidad de arbitrar las me-didas necesarias para desarrollar tec-nologías propias.

Esperamos que las ideas vertidas en el seno de las Jornadas, con sen-tido netamente nacional, se lleven realmente a la práctica y no se di-luyan en el vacío como ha venido sucediendo consecuentemente en el país.

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Page 43: Ciencianueva21

le dice que el Dodge 15CO es el oulo de anticipación.

Dodge1500. Lai raionei de ua éxito.

Ingeniería (hryiler

Cuando el Dodge 1 . 5 0 0 fue lanzado al mercado, la gente no hablaba de otra cosa.

En la calle había un nuevo auto de ant icipación. Todos los que lo v ieron, se l levaron agradables sor-

presas. Desde afuera. Desde adentro. Mane jándo lo . Y lo compraron. Pero esas no son las únicas motivaciones que deci-

d ie ron la compra. El Dodge 1 . 5 0 0 es ot ro producto de la ant ic ipación

de Ingeniería Chrysler. Ingeniería de ant ic ipación, tradicionalmente respetada

por el usuario. Porque sabe que Ingeniería Chrysler p roduce vehículos

de avanzada. Y para e l lo se basa en un pro fundo conocimiento del

mercado y de l usuario. Por eso, toda la gente conf ió en sus promesas de rendi-

miento y performance. y en menos de un año conv i r t ió al Dodge 1 . 5 0 0 en

un verdadero éxi to. El éxi to de toda la gente.

& CHRYSLER FEVRE ARGENTINA

fl Dod^lSOOfuérufflor. Ahora es m éxito.

Su concesionario Dodge tiene más razones para usted.

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¡ H Instituto de •9 Promoción Becaria

Becas externas para argentinos

Becas de la OEA

La Organización de Estados Ame-ricanos ofrece becas para participar en los cursos mencionados más aba-jo. En todos los casos la entidad gubernamental o privada que pre-sente al candidato deberá compro-meterse a utilizar a su regreso los servicios del becario y los conoci-mientos por él adquiridos, asimis-mo estipulará el compromuo de proporcionarle la licencia durante el tiempo necesario. Las becas cu-bren viaje de ida y vuelta, asigna-ción mensual para gastos de man-tenimiento y seguro médico. Los formularios deben retirarse y de-volverse debidamente completados en la Subsecretaría de Desarrollo: Hipólito Irigoyen 250, 6° piso, of. "635", Buenos Aires.

Ingeniería civil: curso de un año de duración, a partir de octubre de 1973, que se dictará en el Labo-ratorio Nacional de Ingeniería Ci-vil de Lisboa, Portugal. Permite la especialización de ingenieros ci-viles en las áreas: mecánica de sue-los, ingeniería antisísmica, hidráu-lica, estructuras, pavimentación de carreteras, aplicaciones de las com-putadoras en ingeniería civil. Se exige título universitario con espe-cialización en ingeniería civil, ex-periencia docente o profesional de dos años como mínimo y conoci-mientos del portugués. Cierre de inscripción: 11 de abril de 1973.

Drenaje de tierras: curso de 3 Vi meses de duración, a partir de septiembre de 1973, en el Insti-tuto Internacional de Wageningen, Holanda. Exigen título universita-rio en ingeniería agrícola, expe-riencia en el campo respectivo y buenos conocimientos del inglés. Cierre de inscripción: 1 de marzo de 1973.

Economía y manejo de recursos naturales: curso de un año de du-ración, a partir de julio de 1973, en la Universidad de Michigan de los Estados Unidos de Norteamé-rica. Exigen título universitario en disciplinas relacionadas con el tema del programa, experiencia en el campo de recursos naturales den-tro de organismos estatales, insti-tuciones de adiestramiento, univer-sidades o instituciones afines. Cie-rre de inscripción: 28 de enero de 1973.

Estudios e investigación en Noruega

La Agencia Noruega para el Desa-rrollo Internacional ofrece becas de postgrado e investigación en los temas: química-física aplicada, tec-nología de la pulpa y el papel, geotécnica, biología marina, geolo-gía, odontología, inspección inter-nacional de barcos, ciencias del suelo y transporte marítimo co-mercial. Se exige título universita-rio, experiencia en el tema, domi-nio del inglés y patrocinio del empleador. Las solicitudes deben retirarse y devolverse debidamente completadas, antes del 1 de febre-ro, en la Embajada de Noruega, Esmeralda 909, Buenos Aires.

Cursos internacionales en Holanda

El Gobierno de Holanda ofrece becas para participar en los si-guientes cursos internacionales que se llevarán a cabo en Holanda du-rante el año 1973. En todos los casos se exige título universitario, ser funcionario público y conocer el idioma en que se dicta el curso.

La inscripción se realiza en la sede de la Embajada, Maipú 66, Buenos Aires.

En el Centro Xnernacional de Agricultura de Wageningen:

Curso en inglés de 3Vi meses so-bre drenaje de tierras.

En el Instituto Internacional para Reconocimiento Aéreo y Ciencias Terrestres de Delft:

Curso en inglés de un año sobre exploración minera.

En la Unversidad de Agronomía de Wageningen:

Curso en inglés de dos años sobre edafología y economía del agua, para la obtención del master en ciencias en las siguientes especiali-dades: fotogrametría y clasificación del suelo; fertilidad del suelo; aná-lisis del suelo y fitoanálisis; irriga-ción y drenaje: agrohidrología.

En el "Instituto Europa" de la Universidad de Amsterdam:

Curso en inglés de 8 meses de du-ración sobre la integración europea.

En la Unión Internacional de Autoridades Locales de La Haya:

Curso en francés de un mes sobre desarrollo de servicios urbanos. Las becas cubren en todos los casos una asignación mensual y pasajes de ida y vuelta cuando la beca es por más de 3 meses. Cierre de inscrip-ción: 28 de febrero de 1973. Los programas de los cursos pueden consultarse en la Embajada y en el Instituto de Promoción Becaria.

Perú 263 - 2" - Buenos Aires, Argentina - Tel. 34-8643

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AGIBA Asociación Gremial de Ingenieros

de Buenos Aires

La Asociación Gremial de Ingenieros de Buenos Ai-res surge como una necesidad impostergable de la si tuación económico-social que vive el país y que en lo específico, se refleja en las nuevas condiciones que caracterizan al ejercicio de la profesión. _ Desde sus orígenes hasta la década del treinta, el

ejercicio de la ingeniería en la Argentina, se carac-teriza por la casi total hegemonía de los ingenieros civiles, que desarrollan su actividad como profesión liberal o en alguno de los grandes organismos esta-tales (OSN, YPF, Vialidad Nacional, etc.). A partir de la segunda guerra mundial, el acelerado proceso de industrialización, unido a la concentración de los capitales de las grandes empresas, trae aparejado un aumento del número de ingenieros y técnicos necesa-rios, así como también una creciente especialización. Paralelamente a este proceso el país asiste a un cre-cimiento del bienestar general del pueblo, que posi-bilita un mayor acceso a la universidad de las capas medias.

Como consecuencia de estas transformaciones, co-mienza a generalizarse una nueva norma del ejercicio de la profesión: el trabajo en relación de dependen-cia. La imposibilidad de que las asociaciones existen-tes, por su origen y por su actual alienación junto a las organizaciones empresariales, puedan asumir la representación de estos ingenieros, los lleva a una acelerada toma de conciencia (de asalariados) que se materializa en la creación de esta asociación gre-

mial, destinada a agrupar a todos los ingenieros que desempeñan funciones en el área de influencia de Buenos Aires y cuyos propósitos se resumen en los siguientes puntos:

_ Necesidad de agremiación: con el objeto de poner fin a una situación laboral de aislamiento e indivi-dualidad que deja al profesional a merced de la arbi-trariedad de las empresas.

Ante esta situación (producto de una deliberada poli tica de los sectores dominantes), que pretenden convertir al ingeniero en un tecnócrata aislado, que solo_ aplica su técnica al servicio de los intereses particulares que pagan su salario, la gremial se pro-pone inducir un proceso de concientización y esclare-cimiento a través de una acción conjunta que no se limite a este paso organizativo.

Mejores condiciones laborales: dada la crisis socio-económica que vive el país, que determina una cre-ciente desocupación, esta se ve reflejada en el campo específico de la ingeniería en: —Falta de estabilidad y garantías laborales en el

trabajo. —Dificultad de conseguir trabajo, especialmente en

los recién graduados. —Condiciones fijadas en forma arbitraria y unilate-

ral por las empresas (horario full time; jornadas de 10, 12, 14 horas diarias; ausencia de beneficios

—sociales y previsionales).

Solicito mi afiliación a la ASOCIACION GREMIAL DE INGENIEROS DE BUENOS AIRES

Nombre y apellido:

Domicilio: T¿: -.zzzzz'r; Doc. de Identidad (LC/LE/CI) N?: "ZZZZZZZZZZZ ~ Especialidad profesional:

Empresa donde trabaja: ZZZZ Fecha y firma: _

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—Contratos laborales que transgreden en lo más ele-mental las leyes sociales vigentes. La Asociación de Ingenieros de Buenos Aires se

propone modificar esta situación y encarar todas aquellas acciones que considere necesaria para lo-grarlo.

Participación real de los ingenieros: en el queha-cer político económico del país interviniendo en la elaboración y en la discusión de todas aquellas polí-ticas y planes en los que los ingenieros tengan inge-rencia como técnicos. Esta participación estará sig-nada por una visión auténticamente nacional, que tenga como objetivo fundamental la obtención de nuestra independencia económica y cultural del im-perialismo, el ejercicio efectivo de nuestra soberanía como nación y la estructuración de una sociedad más justa, a través del ejercicio de poder por los sectores populares.

En lo inmediato se debe accionar con el objeto de: a) propender a la defensa y fortalecimiento de los

equipos técnicos existenciales en los organismos y empresas estatales, como asimismo la creación de aquellos que surgen como necesarios para la investi-gación, proyecto, desarrollo y control de las realiza-ciones que hagan al desarrollo tecnológico indepen-diente de nuestro país, eliminando de este modo la influencia mercantil de las consultorías privadas ex-tranjeras y seudonacionales;

b) denuncia permanente de la dependencia eco-nómica y de su complemento primordial, la depen-dencia tecnológica.

Defensa de la fuente de trabajo: para evitar que intereses económicos nacionales y extranjeros elimi-nen aquellos centros de investigación, organismos es-tatales, universidades y empresas que pueden afec-tarlos. Esta defensa se deberá hacer con criterio nacional asumiendo no solo la defensa de la fuente de trabajo sino también el patrimonio económico y técnico del país.

Formación profesional: impulsar y desarrollar cur-sos seminarios y estudios que tiendan a la formación de profesionales, que en el país se necesitan, princi-palmente en aquellos aspectos en que se detectan carencias reales facilitando el acceso a los mismos a todas aquellas personas que así lo deseen, sean o no ingenieros.

Participar en la elaboración de planes y métodos de enseñanza que se adecúen al futuro desorrollo del país y que tengan en cuenta su transformación.

Oposición a toda discriminación: dado el creci-miento de esta en los últimos años, por parte del estado y de las grandes empresas, dirigida especial-mente al campo ideológico y político que se expresa entre otras formas a través del derecho de la SIDE a vetar nombramientos públicos. Participación de las acciones comunes contra estas u otras formas de re-presión.

Garantizar una remuneración adecuada: se debe accionar para asegurar una remuneración mínima de los profesionales recién recibidos como garantía de su incorporación efectiva en el proceso productivo, y en un nivel general, el establecimiento de escala-fones técnicos principalmente en los centros con gran concentración de profesionales y técnicos, con parti-cipación en pie de igualdad de todas las partes inte-resadas en su confección y aplicación, obteniéndose de esa forma escalas generales de salarios que fuesen, además de una garantía del asalariado en dichos or-ganismos, una pauta reguladora en aquellos ligados a empresas menores.

Vinculación con asociaciones gremiales y profesio-nales: con el objeto de:

a) establecer estrecha relación con aquellas aso-ciaciones de ingenieros que en el nacional o regional coincida con los propósitos de esta declaración, y/o accionar conjunto en todos aquellos aspectos donde existan coincidencia;

b) coordinar la acción con las asociaciones de pro-fesionales que cumplan funciones gremiales en todos aquellos problemas que pueden ser comunes;

c) impulsar en los consejos profesionales las ac-tividades que permitan un cambio de sus políticas actuales apoyando o propiciando opciones distintas cuando se juzgue conveniente;

d) articulación de la asociación con los centros de profesionales o personal jerárquico de las empresas en las que participan ingenieros y que desarrollen acción primordialmente gremial;

e) establecer relación con las organizaciones popu-lares y obreras con el propósito de actuar conjunta-mente en el necesario proceso de transformación de las estructuras económicas, políticas y sociales.

Indique y proponga las Comisiones de Trabajo que desearía integrar

Asuntos Gremiales: - Estatutos: Vinculación Profesional-Gremial: — Finanzas: Afiliación: Asuntos Legales y Defensa del Profesional:

Otras:

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Page 47: Ciencianueva21

j ap ó n : la estrategia del desarrollo y el desarrollo de la tecnología (II)

La asombrosa recuperación y refor-mulación de la economía japonesa luego de la catastrófica derrota su-frida en 1945 es —más que en el caso de cualquier otro país en si-tuación análoga— el resultado de una política tecnológica y científica cuidadosamente planeada.

La originalidad de esta experien-cia se torna doble por la responsa-bilidad que le cupo al Estado en ella. No han sido en el Japón mo-derno las presiones y las necesidades de los grandes representantes de la industria privada los que llevaron al aparato estatal a proteger las inves-tigaciones tecnológicas. Por el con-trario: sucedió a la inversa.

Hoy, todos coinciden en que ha sido —y sigue siendo— el Minis-terio de Comercio Internacional y de Industria (abreviado en la no-menclatura inglesa como MITI) , y particularmente su Agencia para la Ciencia y la Técnica, el artífice sutil de este modelo de desarrollo econó-mico que se caracteriza por priori-zar la tecnología.

Algunos describen ahora el papel cumplido por el MITI como el del instrumento gracias al cual Japón pudo lanzarse a una expansión que traspasa hasta cierto punto los lími-tes impuestos por su estructura po-lítica, por su dependencia de los Es-tados Unidos y por estado de pos-tración.

La dependencia de los Estados Unidos, el triunfador en la guerra: ésa es, quizá, la espina en la gargan-ta de Japón. Así se explica que el MITI haya orientado de hecho la mayor parte de sus esfuerzos para cortar el irritante cordón umbilical y concentrar sus recursos en los campos donde más se hace sentir: energía nuclear, industria naval, in-

vestigación espacial, oceanografía. Pero sin dejar, claro está, de seguir aprovechando los aportes tecnológi-cos norteamericanos.

En lo que hace al diseño y cons-trucción de computadoras, se logra ver con nitidez la actuación del MITI, tal vez por la relevancia que éste les asigna.

Tiempo atrás, se proyectó la cons-trucción de una computadora gigan-tesca, con la participación de todas las grandes empresas japonesas en el campo de la electrónica. Se repar-tieron las diversas porciones del pro-yecto y a la Hitachi le correspondía hacerse cargo del montaje final. Pe-ro cuando los trabajos estaban ya en una etapa avanzada, la R. C. A. —norteamericana y de la cual la Hi-tachi obtenía sus licencias— inte-rrumpe bruscamente todas sus acti-vidades en el área de la informática.

Hitachi tambalea y, con ella, el proyecto de la computadora. Fue la intervención del MITI lo que salvó la situación: ofreció 420 millones de dólares en ayuda pero con la condi-ción de que serían otorgados sola-mente a grupos de empresas japo-nesas asociadas. Y aclarando que de ese total, 300 millones se dedicarían al diseño de computadoras.

La reacción fue inmediata y las grandes empresas japonesas se aso-ciaron entre sí. La Hitachi se alió a la Fujitsi, la única que venía tra-bajando sin ayuda norteamericana. La Nippon Electric se asoció a la Tokyo Shibaucha, la Oki a la Mit-subishi.

El objetivo del MITI parecía cumplido: salvaguardar el proyecto de la computadora gigante reempla-zando con dinero para nuevas inves-tigaciones las licencias norteameri-canas, y, a la vez, forzar la concen-

tración de capitales japoneses para poder quebrar luego toda la línea de asociaciones comerciales entre las empresas electrónicas locales y sus homologas yanquis. El objetivo úl-timo: disputar a las firmas nortea-mericanas el control absoluto del mercado japonés y la hegemonía en el mercado mundial.

Ací, cuando la dependencia tecno-lógica de los Estados Unidos parecía poner en peligro todo el futuro de la industria electrónica japonesa, el MITI invirtió el sentido de la co-yuntura, sentando las bases de una autonomía global.

Hasta poco tiempo atrás, la Japan IBM no era otra cosa que una filial de la firma norteamericana. La Hi-tachi vivía con las licencias de la R. C. A., la Nippon Electric avanza-ba bajo el ala de la Honeywell, la Toshiba era socia de la General Electric, la Oki trabaja con permi-sos de la Univac, la Mitsubishi lo hacía con patentes de la XDS.

Existen campos, sin embargo, en los que el sistema de licencias no puede existir, aun en el caso de que pudieran controlarse sus efectos. Tal es la situación de las investigaciones en materia de energía nuclear, don-de está en juego la seguridad na-cional. Por eso, el Japón debió par-tir de cero en este campo, y sólo la abundancia de recursos proporcio-nados por el MITI al Japan Ato-mic Energy Research Institute (JAE-RY) y al Power Reactor and Nu-clear Fuel Development Corporation (PNC) —ambas creaciones suyas— permitieron salir adelante. Para los japoneses, el autoabastecimiento en materia de energía nuclear es par-ticularmente decisivo ya que, mien-tras tanto, depende de las impor-taciones de uranio enriquecido que

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Energía nuclear como objetivo es-tratégico; electrónica como instru-mento y ariete del desarrollo. La in-vestigación en el conjunto de las in-dustrias electrónicas y químicas con-centra los mayores gastos: un 47 por ciento del total. Pero tanto en este caso como en otros rubros, el papel del MITI no podría compren-derse sin tener en cuenta la forma sincopada en que las grandes empre-sas privadas acompañan los criterios estatales para el desarrollo.

O sea: el MITI no hace las veces de, por ejemplo, la NASA nortea-mericana en el campo de la investiga-ción sino simplemente, hace las ve-ces de sus directivos. Las grandes masas de capital no son aportados regularmente por el Estado sino por las firmas privadas.

Mientras en los países europeos en general, es el presupuesto del Es-tado quien provee aproximadamente las dos terceras partes del fondo pa-ra el desarrollo tecnológico, en Ja-pón es la empresa privada —los grandes consorcios— los que asu-men esta responsabilidad y sólo el resto lo aporta el gobierno.

Pero el diseño de los gastos está solo parcialmente determinado por los intereses comerciales directos de esos consorcios. Un ejemplo signi-ficativo es el de la llamada investi-gación fundamental, herramienta tec-nológica para el largo plazo. Son las matemáticas y la física teórica, por ejemplo, las ciencias a las que se ha impulsado con tesón suficiente para que alcancen los estadios más sofis-ticados de su desarrollo.

Los resultados están a la vista. La investigación espacial, por ejemplo, recibió el apoyo del MITI a solici-tud de un grupo de profesores de la Universidad de Tokio. El endeble comienzo devino en una formidable maquinaria que terminó —en enero de 1970— por lanzar al espacio un cohete de fabricación totalmente na-cional. Su misión fue colocar en ór-bita un satélite también diseñado y construido en el país. El Japón se convirtió así en la cuarta potencia espacial.

De esta experiencia quedó un se-dimento significativo: la NASDA —agencia para la investigación es-pacial— que ya en sus planteos ini-ciales descartó toda forma de cola-

boración con Europa y ubicó entre sus metas atacar el predominio nor-teamericano en el área.

Los estudios oceanográficos tam-bién recibieron el impulso del MI-TI. En 1961, un comité se encargó de definir —con términos bastante imprecisos— los límites de su acti-vidad. La industria tomó el asunto en sus manos. Pero aquella impre-cisión determinó que muchos terre-nos quedaran sin explorar. La Agen-cia de Ciencia y Técnica del MITI decidió entonces cubrir los blancos, evitando cuidadosamente interferir en las tareas del sector privado, y respaldándolo.

Las cosas quedaron así: el sector privado invirtió principalmente sus fondos en aprender todo lo que Es-tados Unidos conocía en la materia, mientras la Agencia creó un centro de estudios oceanográficos, que —se asegura— tarde o temprano se vol-verá la fuente a la que recurrirán los consorcios industriales. Para su-brayar la atención de complementar los esfuerzos, el gobierno ubicó al frente del centro a un miembro del grupo Hitachi.

Con todo, el tren de desarrollo tecnológico sostenido por el Japón en la última década parece estar to-cando sus propios límites, los que le imponen un marco de referencia en el que ni el mismo dirigismo del MITI puede superar las exigencias más o menos inmediatistas del sis-tema liberal y su tendencia a enan-carse en los descubrimientos y rutas que señala la tecnología norteameri-cana.

Para quebrar esta barrera, los ja-poneses parecen a punto de pegar un nuevo salto. Los consorcios pri-vados y el gobierno —conscientes de sus propias limitaciones en lo que hace al desarrollo tecnológico— ha comenzado a poner los ojos en un nuevo aliado: la universidad. Tal vez, el único instrumento —opi-nan— que les permitirá remontar la vía del desarrollo científico y téc-nico aprovechando igualmente los recursos tanto privados como estata-les, pero con la diferencia de no es-tar sujetos a las existencias ni del mercado ni de la administración pú-blica. El único camino, en fin, que le puede garantizar a largo plazo ser los dueños absolutos de su propia tecnología. O

R. C.

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Memorias virtuales

Rubens La Torre

Un poco de historia

El anuncio por parte de IBM de la implementación de memoria virtual parece abrir nuevas posibilidades y eliminar el clásico impedimiento de falta de memoria. Tratamos de pre-sentar los conceptos fundamentales que están involucrados en esta nue-va arquitectura y de ubicarlos en la perspectiva que les cabe dentro de la historia de la computación. Esquemáticamente una computadora consta de una unidad central de pro-cesamiento (UCP) con capacidad aritmética y lógica, una memoria principal y un conjunto de canales a través de los cuales se realiza la entrada-salida (ELS) de la informa-ción hacia y desde los dispositivos periféricos.

En generaciones anteriores de computadoras, los dispositivos de ELS tenían velocidades adecuadas a la capacidad de procesamiento del sistema. La incapacidad de la mecá-nica para seguir en su desarrollo a la electrónica provocó una desaclap-tación entre sus velocidades que con-cluyó en la necesidad de tomar me-didas tendientes a que la UCP no estuviese la mayor parte del tiempo inactiva a la espera de datos de ELS.

_ Agrava este problema la conve-niencia económica de hacer uso de sistema de gran tamaño y alta ve-locidad. Esto se debe a que la capa-cidad y la velocidad crecen más rá-pidamente que el precio.

La primer medida que se imple-mento fue dotar a la UCP de pe-queñas computadoras esclavas (ca-nales) especializadas en operaciones de ELS. Con esta facilidad la UCP ordena al canal leer un grupo de unidades de información (v. g. tar-jetas) en una zona de memoria y los procesa desde allí, mientras el canal lee el siguiente grupo u otra zona. Otro tanto se realiza con las opera-ciones de salida pero a la inversa, o sea que la UCP completa una zona de memoria y el canal la envía al dispositivo de salida correspondien-te; mientras esto sucede la UCP completa otra zona y así continúa el proceso.

Si se analiza esta secuencia se ob-serva una superposición de ELS y proceso, siendo así además posible llevar a los dispositivos periféricos a trabajar a su máximo régimen con tal que el tiempo de proceso sea me-nor que el de ELS (sin esta super-posición, esto sólo sería posible si el proceso de cada unidad de infor-mación no tomase ningún tiempo).

Esto no fue suficiente y la UCP seguía en la mayor parte de los casos sin ser convenientemente aprove-chada.

No parece muy original, pero para ocupar más eficientemente la UCP lo que se hizo fue darle varias tareas a un mismo tiempo (multiprogra-mación), implementando para esto el soltware y hardware necesario. De esta manera, cuando nada podía

hacer con una tarea atendía a otra que tuviese todas sus operaciones de ELS completas.

Las dos soluciones, aquí escueta-mente planteadas, fueron exitosas y es así como hoy trabajan la mayor parte de las computadoras comer-ciales y de uso generan medianas y grandes. Sin embargo, esto trajo aparejado un crecimiento cada vez mayor de las memorias necesarias pues a los varios programas residien-do en memoria hay que agregar las áreas de ELS que vimos anterior-mente.

Como si esto fuera poco, la ne-cesidad de organizar la ELS de va-rios programas simultáneamente y la elección del programa a atender era algo demasiado complejo para ser realizado por los programadores o dejado al arbitrio del operador. De ahí surgió la necesidad de crear pro-gramas, monitores o sistemas opera-tivos, que se encarguen de coordinar y atender a los programas del usua-rio. Debido a que son muy activos y de gran complejidad, estos siste-mas operativos fueron ocupando ca-da vez más memoria.

Resumiendo; vemos que comen-zamos con una desadaptación UCP ELS debido al mayor desarrollo de la electrónica que de la mecánica y a una conveniencia de los sistemas grandes. Aparecieron para este pro-blema soluciones que hicieron crecer más y más la memoria necesaria, pero la electrónica sigue progresan-

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do, aumentando la velocidad de la UCP y presentando además nuevas posibilidades que permiten plantear nuevas arquitecturas en los sistemas de computación.

Memoria virtual

La UCD sólo es capaz de ejecutar instrucciones residentes en memo-rias. Además, los programas comer-ciales promedio usan en forma poco uniforme las instrucciones y datos que los componen. Algunas de ellas son ejecutadas solamente al comien-del programa y otras solamente al final, de tal manera que las zonas de memoria donde residen no son prácticamente utilizadas. Otro tanto ocurre con rutinas destinadas a sal-var errores o a tratar casos poco fre-cuentes.

Así, en promedio, sólo parte de este importante y costoso recurso que es la memoria se aprovecha efi-cientemente.

La solución presentada por IBM consiste eti usar la memoria real co-mo un recurso más del sistema y hacer que sólo las porciones que se están ejecutando de los programas sean llevadas a ella.

Los programas traducidos a len-guaje de máquina no tendrán más direcciones de memoria real sino di-recciones de una pseudo-memoria o memoria virtual y todo ocurrirá co-mo si los programas fuesen realmen-te cargados en ella por el sistema operativo. El tamaño de esta memo-ria virtual sólo queda limitado por la capacidad de direccionamiento del hardware del sistema 370 que lle-ga a aproximadamente 16 millones de bytes o a valores menores a op-ción del usuario.

Tanto la memoria virtual como la real están divididas en bloques de 2048 o 4096 bytes llamados pági-nas y recintos de página tengan uno u otro tamaño depende de la versión del sistema operativo en uso.

Las páginas de la memoria virtual se almacenan en un archivo que debe estar contenido en algún dispositivo de acceso directo. Cuando alguna ins-trucción o dato no residente en me-moria real es requerida para su eje-cución, se produce una interrupción que es usada por el sistema opera-tivo para mover la página que lo con-tiene del dispositivo de acceso di-recto a algún recinto de página de la memoria real que este libre.

La tarea de mantener continua-mente recintos de páginas libres es responsabilidad del programa de con-trol y está concebido de tal manera que desaloja las páginas que tienen menor probabilidad de ser vueltas a usar para tratar así de minimizar la actividad de ELS que implica la car-ga de páginas y su desalojo.

Una vez en memoria toda la in-formación necesaria, la ejecución de la instrucción aún no puede ser rea-lizada, pues recordemos que las di-recciones de las instrucciones corres-ponden a las posiciones de la me-moria virtual que nada tienen que ver con las de memoria real. Se re-quiere entonces una traducción de las direcciones involucradas en la instrucción de direcciones de memo-ria virtual o memoria real.

Este es un punto crucial del pro-blema, traducir las direcciones sin que el sistema pierda rendimiento. Hace ya tiempo que máquinas de tipo científico como las Burroughs de la serie 5000 y aun la IBM 360 modelo 67 habían implementado es-te tipo de memoria, pero aquí se trata de algo hecho en máquinas de uso general.

Como es imposible, sin una enor-me pérdida de velocidad, dejar al software hacer este tipo de traduc-ciones, IBM ha implementado un nuevo dispositivo en su serie 370 que denomina DAT (Dynamic Ad-dress Translator) realizado total-mente a nivel de hardware.

Es ya una ventaja traducir direc-ciones por hardware, pero aun así por lo que hemos visto hasta ahora, parecería que toda dirección debe ser siempre traducida y esto no es así. Para comprenderlo, entraremos un poco más en detalle en el sistema de direccionamiento.

Direccionamiento

Cualquier dirección es considerada por la UCP como compuesta de tres partes: segmento, página y desplaza-miento dentro de la página. Es como en una enciclopedia dar la ubicación de una palabra por volumen, página y número de la palabra en la página.

Supongamos ahora que tenemos que referirnos a las direcciones de la enciclopedia con un sistema de di-recciones que requiera ser traducido para cada palabra que queremos con-sultar. Como las páginas son de igual tamaño, los desplazamientos serán

equivalentes en los dos sistemas de direcciones y sólo hará falta tradu-cir volumen y página, tarea de la que se encargará el DAT.

Evidentemente lo normal en un programa es leer varias "palabras" o instrucciones de una página antes de saltar a otra. Resultará inútil en-tonces repetir la traducción del seg-mento y página nuevamente.

Para evitar esta traducción reite-rada podemos hacer uso de una ta-bla que IBM denomina LAB (Loolc Aside Buffer). Disponiendo de ella, la idea es realizar dos funciones en paralelo ante la ejecución de cual-quier instrucción. Comenzar la tra-ducción (DAT) y simultáneamente buscar si esta dirección no se en-cuentra ya traducida en el LAB. Si no se encuentra, una vez concluida la traducción conjuntamente con la ejecución, se procede a grabar la di-rección traducida en una de las en-tradas del LAB. Si la búsqueda en el LAB fue exitosa, se suspende el proceso de traducción y se usa la dirección obtenida.

Claro que el LAB no es infinito para seguir almacenando más y más direcciones, sino que tiene un nú-mero limitado de entradas que es mayor cuanto más grande es el sis-tema.

Cuando todas las entradas están completas, un algoritmo implemen-tado también por hardware se en-carga de eliminar las que probable-mente ya no serán útiles.

Parecería entonces que para cada instrucción a ejecutar debemos re-correr todas las entradas del LAB buscando si nuestra dirección está o no traducida, pero el LAB es una memoria asociativa con la cual la búsqueda se hace por contenido y en paralelo.1

De esta manera, todo el proceso de mantenimiento, control, uso, asignación y traducciones resulta al usuario y en especial al programador como inexistente. O

i Se entiende por memoria asociativa a aquélla en la cual es posible acceder a la información a través del conocimiento del contenido y no por su djrección. Se-ría como si en una guía telefónica que no estuviese clasificada alfabéticamente^ pu-diésemos directamente hallar el teléfono de Juan Pérez por algún medio que com-parase en paralelo toda la guía con J u a n Pérez y cuando la comparación diese igual, este medio diese el número de teléfono deseado.

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Novedades de ciencia y tecnología

1 Estacionamiento de aviones

¿Cómo se estaciona un avión de lí-nea? Todos hemos visto, en los aero-puertos, que delante del avión hay una persona que camina hacia atrás, haciendo señas al piloto con un par de paletas de ping-pong durante el día y, durante la noche, con algo pa-recido a una clava de gimnasia lu-minosa. Aunque el piloto puede di-rigir las ruedas, no puede verlas ni ver dónde debe detener el avión. Ac-tualmente, para mayor comodidad del pasajero, se colocan pasarelas que llegan hasta el avión, en vez de sim-ples escaleras con ruedas, y resulta necesario alinear el avión con toda exactitud. El problema ha sido re-suelto por la firma Warwick Elec-trosonics, que ha perfeccionado un Sonar —o sea un radar ultrasóni-co— capaz de informar al piloto a qué distancia se encuentra de su pun-to de estacionamiento. Un pequeño equipo, instalado en una de las pa-redes de la terminal aérea, emite una sucesión de "bips" de sonido de alta frecuencia (es decir, demasiado al-tos para que el oído humano los per-ciba), los cuales son reflejados por el extremo delantero del avión. El equipo mide el tiempo que el eco de los "bips" ultrasónicos necesita pa-ra volver y lo convierte en una me-dida de la distancia que el avión debe recorrer aún, información que es pre-sentada al piloto en una gran señal luminosa sobre la pared de la termi-nal. La medición de distancia tiene una exactitud de aproximadamente

2 centímetros, y en la señal lumino-sa se enciende una gran luz roja de detención cuando el piloto ha con-ducido el avión hasta el punto ade-cuado. El costo del equipo es muy inferior a los sueldos de las tres per-sonas que manejan las paletas de ping-pong durante las 24 horas de funcionamiento del aeropuerto. Es probable que el equipo sea instalado en breve tiempo en el aeropuerto de Manchester.

2 Examen del cerebro humano en cuatro minutos

Un nuevo sistema de rayos X pue-de dar una imagen sumamente deta-llada del cerebro humano capa por capa, proporcionando información cien veces superior a la lograda ha-bitualmente con rayos X. Cuatro mi-nutos bastan para examinar al pa-ciente, que no sufre molestias, ni pierde el sentido, ni recibe inyeccio-nes dolorosas. Los tumores, quistes y hemorragias pueden ser localiza-dos con precisión, de modo que se puede indicar el tratamiento necesa-rio con exactitud.

El sistema, que surgió como re-sultado de tres años de trabajos de investigación y desarrollo efectuados

por el personal de EMI y especia-listas del Departamento de Sanidad y Seguridad Social de Gran Breta-ña, habrá de provocar una revolu-ción en los procedimientos para tra-tar anomalías cerebrales. Actualmen-te se lo está sometiendo a ensayos de tipo clínico en el Atkinson Mor-ley Hospital, de Wimbledon, Lon-dres, y ha resultado de suma utili-dad en el examen de aproximada-mente 70 pacientes.

D e n o m i n a d o " C o m p u t e r i s e d Transverse Axial Tomography", el sistema consiste esencialmente en una máquina de exploración por ra-yos X conectada con una computa-dora. La cabeza del enfermo es ubi-cada en el hueco central de un ex-plorador giratorio, de modo que el haz de rayos X pasa a través de ella, efectuando la exploración línea por línea, como en una pantalla de tele-visión. Luego se cambia la posición del cabezal explorador para proce-der a un nuevo examen. Una vez efectuadas dos exploraciones comple-tas, se puede mover el cabezal para continuar la exploración, que permi-te realizar 56.000 lecturas por pasa-je. Habitualmente se hacen seis ex-ploraciones, en no más de 4 minutos.

Las lecturas son convertidas en datos numéricos y la computadora calcula, en base a ellos, los comple-

jos resultados, reduciéndolos a un patrón o matriz de luz y sombra (co-rrespondiente a los detalles del ce-rebro) que se puede examinar en un dispositivo de visualización. Va-riando los contrastes de la imagen, se observarán detalles que antes no era posible ver. La computadora, además, puede proporcionar infor-mación acerca del tejido cerebral.

Durante todo el período de ex-ploración, el paciente recibe una do-sis de rayos X inferior a la de una

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exposición habitual que, de todos modos, no proporcionaría mucha^ in-formación, porque la densidad ósea del cráneo encubre los detalles de la masa encefálica.

La máquina desarrollada por EMI proporciona informaciones más exac-tas y supera los inconvenientes de los métodos anteriores para investi-gar problemas del cerebro, que re-querían personal médico especializa-do, la inyección de materiales radiac-tivos o de contraste y la incomodi-dad de una prolongada permanencia en el hospital.

3 Aceleración de núcleos atómicos

Un nuevo dispositivo que se está perfeccionando en el laboratorio de física nuclear de Daresbury, en el norte de Inglaterra, podrá duplicar la aceleración desarrollada por cual-quier otra máquina del mismo tipo. En diversas partes del mundo se cuenta ya con enormes aceleradores, la mayoría de los cuales son de con-figuración circular y en forma de sincrotrones de un tipo u otro. Sin embargo, todos estos aceleradores se encuentran limitados a la utiliza-ción de electrones o protones. Es-tudios recientes han evidenciado in-teresantes posibilidades con núcleos pesados, adecuadamente acelerados como proyectiles. Sin embargo, las gigantescas máquinas habituales con que se cuenta hoy día no logran ace-lerar dichos núcleos pesados.

En Daresbury, por el contrario, será posible acelerar núcleos atómi-cos tan pesados como el uranio. Cuando dichos núcleos poseen ener-gía suficiente como para poder ser insertados en cristales, por ejemplo, excitan átomos y producen condicio-nes experimentales que ya han acla-rado ciertos aspectos de las estruc-turas cristalinas y sólidas, además de producir nuevos radioisótopos.

El dispositivo de Daresbury cons-tituirá una fuente para tales núcleos. Se trata de un generador electros-tático del tipo de Van de Graaf, en

el que se crea una tensión sumamen-te elevada cargando una correa ais-lada que se mueve continuamente y deposita las cargas continuamente, haciendo que la tensión final aumen-te constantemente.

Se trata de un principio conocido por los alumnos de la escuela se-cundaria que han utilizado aparatos eléctricos primitivos, tales como la máquina Wimshurst, que todavía puede encontrarse arrinconada en antiguos laboratorios.

La tensión más elevada que pue-de obtenerse en la máquina de Van de Graaf depende del material ais-lante y de la distancia recorrida por las cargas; por ello la máquina co-rriente se encuentra construida en una torre elevada.

En Daresbury se utilizará un per-feccionamiento de la máquina de Van de Graaf, denominado genera-dor electrostático, mediante el cual se puede duplicar la tensión de ace-leración sin modificar la altura de la torre.

Ello se logra manteniendo la par-te media con tensión elevada y las partes superior e inferior a poten-cial de tierra, de modo que el aisla-miento necesario sea el correspon-diente a la tensión positiva en la parte media, mientras que la acelera-ción obtenida equivale a una tensión de doble potencia.

Los primeros iones con carga ne-gativa comienzan su recorrido en la parte superior, donde son creados por una fuente iónica. Estos iones son acelerados en dirección descen-dente por el potencial positivo de la parte media, en donde se les quitan los electrones, adquiriendo carga po-sitiva y siendo repelidos hacia aba-jo, con lo que se obtiene el aumento de la velocidad.

La máquina de Daresbury está di-señada para producir un máximo de 20 megavolt; si bien se espera que resulte posible obtener 30 megavolt elevando la pendiente de tensión, con lo cual se podrá suministrar a los núcleos de yodo una energía de 7.000.000 de electrón-volt (MeV) y de 5 MeV a los núcleos de ura-nio. Los 7 MeV del yodo serían su-ficientes para que penetrase en to-dos los objetivos posibles.

La tensión más elevada obtenida hasta ahora con este tipo de máqui-nas en otras partes del mundo, ha sido de 14 megavolt.

Durante el proceso de diseño hu-bo que resolver diversos problemas

de electrostática. La unidad se en-cuentra encerrada en un recipiente a presión que contiene hexafluoruro de azufre como elemento aislante. En vez de la técnica Van de Graaf habitual que consiste en utilizar des-carga en puntos para pulverizar car-ga en la correa en movimiento, se ha adoptado un sistema inductivo. La correa es también de diseño ori-ginal y forma una especie de esca-lera con travesaños metálicos sepa-rados por aisladores de plástico.

Se calcula que la máquina se construirá en una torre de 60 me-tros de altura y se podrá utilizar en trabajos universitarios de investiga-ción física hacia 1977.

4 Lanas perfeccionadas con nuevas anilinas

Durante los últimos meses aparecie-ron vestimentas confeccionadas con un nuevo tipo de lana. Pueden so-portar tratamientos que horroriza-rían a cualquier persona que sólo co-nociera los tejidos de lana tradicio-nales; por ejemplo, se las puede la-var en máquinas automáticas y aun después de un lavado de 3 horas de duración no escogen. Son prendas de "Superwash", genuina lana de ove-ja que ha recibido un tratamiento para que no encoja. Este método fue perfeccionado recientemente por el Secretariado Internacional de la La-na.

Pero, desde luego, las anilinas tra-dicionales para lanas desaparecerían en una máquina de lavar. En conse-cuencia, cuando los fabricantes adop-taron la lana "Superwash", debieron adoptar a la vez nuevas anilinas que no se decoloran. Cada uno de los centenares de matrices debe obtener-se con una receta totalmente distin-ta, basada en la nueva gama de ani-linas. Un especialista puede lograr un tono, mediante el método de en-sayo y error, quizá en un día de tra-bajo. Pero el Secretariado Internacio-nal de la Lana decidió que se trata-ba de una tarea demasiado lenta pa-ra una operación de tamaña magni-tud y, en consecuencia, que, en cuan-

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to a mediciones de colores, posee la firma británica Instrumental Colour Systems Ltd. Los resultados de esta combinación de esfuerzos pudieron apreciarse recientemente: una má-quina a la que se muestra una made-ja de lana de color imprime en 5 segundos la receta de la anilina ne-cesaria para lograr ese tono. Más aún, si se le pide que lo haga, la máquina imprime una lista de posi-bles recetas y señala cuáles son las tres más económicas o las tres que menos cambiarán de aspecto cuando la prenda teñida con ese color pase de la luz de día a distintos tipos de luz artificial.

5 Filtro de aire para ciudades

Han cumplido ya un año de funcio-namiento las dos torres experimen-tales de depolución urbanas desarro-lladas y construidas por la Société Bertin et Cié. e instaladas en las ca-lles de París. Estas torres, de 1,60 metros de diámetro y 5 metros de altura, incluyen en su interior un potente ventilador y un elaborado sistema de filtrado que permiten circular 100 millones de metros cú-bicos de aire por año y separar de 30 a 50 kilogramos de polvo.

El fabricante ha estimado que al-gunos miles de estas torres que pe-san 1.400 kilogramos y requieren una potencia eléctrica de 2 kilowatt, podrían disminuir considerablemen-te la contaminación del aire de París a un costo poco elevado que podría ser aún más reducido si se utilizan esas mismas torres como soporte de alumbrado público, espacio para pu-blicidad, etc.

El funcionamiento de un sistema de depuración de aire en gran esca-la no solo reduciría los efectos a largo plazo sobre la salud de los habitantes, sino que reduciría los gastos de limpieza de ropas y de re-paración y mantenimiento de edi-ficios.

El sistema Bertin representa un enfoque original, ya que la mayor

parte de los esfuerzos que se reali-zan para depurar el aire de las ciu-dades están dirigidos a controlar la formación de polvos poluctantes, ta-rea difícil en algunos casos (produc-tos de la combustión de motores de combustión interna, por ejemplo) e imposible en otros (polvos prove-nientes del desgaste de neumáticos y calzadas).

6 Nueva técnica para construcción de túneles

Es probable que un nuevo sistema para construcción de túneles en are-na y grava tenga gran influencia sobre el tendido de caminos y fe-rrocarriles subterráneos en muchas ciudades del mundo. Denominado "escudo de bentonita", constituye un excepcional sistema para excavar túneles en arena o grava húmedas —es decir, en las condiciones más adversas— sin correr el habitual

riesgo de derrumbes o inundaciones. Hasta ahora, los ingenieros civiles han evitado excavar túneles en este tipo de suelo o bien han recurrido a técnicas peligrosas o costosas, co-mo el aire comprimido o la congela-ción del suelo. El método alterna-tivo, desde luego, consiste en exca-var desde la superficie una profun-da zanja e insertar desde arriba los revestimientos del túnel, pero esta técnica de "corte y recubrimiento" presenta notorias desventajas en las zonas urbanas.

El secreto del nuevo sistema —de-sarrollado por la firma D. J. Veasey •de Londres, Inglaterra— radica en las propiedades especiales de una mezcla de agua y bentonita, una ar-cilla natural. Si se revuelve conti-nuamente esta mezcla, permanece bastante líquida, pero no bien se deja de hacerlo comienza a fraguar y adquiere una consistencia de tipo jalea, que se convierte en líquido al agitarse de nuevo la mezcla. Este proceso reversible, denominado tixo-tropk, se utilizaba ya para sostener las paredes de zanjas durante la ex-cavación, pero ahora se lo aplica en Londres como parte de un proceso de excavación continua de túneles.

El licuado de bentonita —de as-pecto parecido al café— se prepara en la superficie y se introduce bajo tierra, en su forma líquida, mediante un pequeño tubo. Al llegar a la zona de trabajo del túnel, se lo bombea —todavía es estado líquido— al in-terior de una cámara sellada donde actúa la máquina cortadora del tú-nel, y es allí donde el "escudo de bentonita" entra en acción. El lí-quido penetra en la arena y grava de la zona de trabajo, por delante de la cortadora, y se solidifica poco menos que inmediatamente. Este fe-nómeno no sólo impide que las re-des del túnel se desplomen, sino que además las cierra contra la inunda-ción. Cuando el cabezal cortador avanza y excava dentro de esta mez-cla de grava y bentonita sólida, el movimiento licúa nuevamente la mezcla que, ya como parte de un material residual, puede ser bom-beada a la superficie por otro tubo.

En la superficie, la grava y la are-na son separadas de la bentonita, que puede procesarse y utilizarse nuevamente. En consecuencia, la bentonita no sólo sostiene la zona de^ trabajo del túnel sino que tam-bién actúa como una especie de cin-la transportadora fluida. O

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Modelo del dilema electoral argentino

Los trabajos que e! físico y f i lósofo Mario Bunge publicó en Ciencia Nueva des-penaron encendidas polémicas.1 Como parece preverlo el autor, es posible que otro tanto suceda con este trabajo en el que se aparta de su área especifica para plantear lo que es, más bien, un entretenimiento de actualidad.

Introducción

Este trabajo es un modelo matemá-tico de la situación política argen-tina en vísperas de las elecciones prometidas por el P. E. para 1973. El modelo consiste en una aplica-ción de la teoría de la decisión, de empleo corriente en administración de empresas y que también se ha aplicado a problemas sociológicos, políticos y aun históricos.'2

El modelo incluye hipótesis sobre los objetivos primarios del llamado argentino medio, así como sobre los pesos (utilidades) que éste les asig-na a aquéllos. También se enume-ran los medios políticos concebibles para alcanzar dichos fines y se les asigna probabilidades. De esta ma-nera se calculan las eficacias proba-bles (o utilidades promedias) de di-chos medios. Resulta así una escala de preferencias. Finalmente se dis-cuten las limitaciones y virtudes de los modelos de este tipo.

1 Bunge, M., Pseudoctencia, CN N? 2, pág. 56

Correo del lector, CN N? 4, pág. 62 Correo del lector, CN N° 5, pág. 62 Mehler, J. y Muchnik, M., ¿Puede una

pieudof ¡loso fia aclarar el concepto de pseu-dociencia?, C,N N ' 12, pág. 47

Correo del lector, CN N- 12, pág. 63 Bunge, M., Seudociencia y setidofiloso-

fta: dos monólogos paralelos, CN N ? 15, pág. 41

Correo del lector, CN N? 18, pág. 60 Bunge, M., Peronismo y Ciencia, CN

N' 20, pág. 60

Fines

Consideramos que el argentino me-dio (en adelante A) no milita en ningún partido político y tiene los siguientes objetivos de tipo social, económico y político:

Fi: Prosperidad económica, F2: Tranquilidad social y política, Fa: Libertad política y cultural, F4: Independencia económica y

política del país.

Hacemos la suposición adicional que A asigna valores subjetivos (uti-lidades) decrecientes a dichas fina-lidades. O sea, suponemos que

ui > ua > ua > U4 (1) donde ui es el peso asignado a la fi-nalidad Fj.

Seguidamente aplicamos el método de las comparaciones sucesivas.3 En primera aproximación asignamos los valores

111 = 1,0, ua = 0,9, ua = 0,8, u4 = 0,7 (2)

Más precisamente, suponemos que, para A, Fi vale tanto como todos los demás objetivos juntos. (O sea, aunque A tiene sus ideales, es pri-mordialmente un pancista.) Es de-cir, añadimos la hipótesis

ui = ui> + U3 + m. (3) Reemplazando los valores (2) para i 1 en (3) , obtenemos

111=2,4. C4) Ahora bien, A está dispuesto a

hacer algún sacrificio. Por ejemplo, A no sabría decidirse entre la tran-quilidad por un lado y la libertad con independencia por el otro. (Re-

cordemos que A es argentino y po-demos suponer que está orgulloso de serlo.) O sea, suponemos que

U 2 = US + U 4 (5) No obstante, A prefiere la liber-

tad a la independencia, acaso por-que considere que esta última exige sacrificios económicos (al menos temporarios) y que la lucha por ob-tenerla acarrea intranquilidad. Más precisamente, suponemos

U4 = u3 —0,2 . ( 6 ) El resto es cálculo. De (3) , (4)

y (5) inferimos u a = l , 2 (7)

De (5) , (6) y (7) se deduce 1,8 = 0,7 ,114 = 0,5. ( 8 )

En resumen, las valuaciones de A son

ui = 2,4, u« = 1,2, U3 = 0,7, U4 = 0,5 (9)

todo lo cual suma 2uj = 4,8. (10)

Pasemos ahora a examinar los medios de que dispone A para al-canzar sus objetivos.

Medios

A contempla cuatro medios posibles para realizar sus deseos políticos:

Mi: Apoyar a los militares, M2: Apoyar a los peronistas, M»: Apoyar a un partido tradi-

cional fuerte, M+: Apoyar a una nueva corrien-

te popular que prometa al-canzar las finalidades de Fi

a F4. Consideramos que A no contem-

pla seriamente apoyar a un partido

52

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a)

MODELÓ PARA

ARMAR

b)

ÍF1

(T .

0

w A minoritario: A es realista, no idea-lista. Tampoco le atrae la insurrec-ción armada: sabe que ésta tiene una chance mínima y, además, A ama la tranquilidad. En cuanto a abstenerse (no votar o votar en blan-co), no es un curso de acción sino más bien de inacción: no es un me-dio.

¿Qué probabilidades asigna A a los medios enumerados más arri-ba para conseguir sus fines preferi-dos? Suponemos que A piensa como sigue y que, en consecuencia, pal-pita las probabilidades consignadas en la Tabla de Fines y Medios.

Hi: Los militares no traen pros-peridad: gastan demasiado en sí mis-mos. O sea, la probabilidad de que alcancen Fi es nula. En cambio, dis-ponen de fuerza para imponer la tranquilidad, aunque ésta sea la in-movilidad; ergo, la probabilidad de que obtengan Fa es máxima (igual a la unidad). Pero, desde luego, no le darán la menor chance a la liber-tad ni a la independencia: esto es, las probabilidades de alcanzar estas últimas con los militares son nulas. En resumidas cuentas, las probabili-

dades son (0, 1, 0, 0), que es la primera fila de la Tabla.

Hi>: Los peronistas pueden traer algo más de prosperidad, al menos al comienzo, mientras no haya qué robar. Es decir, supondré que P21, la probabilidad de que el Medio M2 alcance la finalidad Fi, vale 1/3. En cuanto a la tranquilidad, ya que tie-nen mano fuerte y bastante apoyo popular (y quizá también militar), supondré paa = 2/3. Pero dados los antecedentes de los peronistas, hay que estimar que mantendrán la li-bertad bien muertecita (p2.<¡ = 0) y que, en lugar de independencia, nos darán declaraciones sobre las Islas Malvinas (p2t = 0) . En resumen, la fila es (1 /3 , 2/3, 0, 0) .

H3: Los partidos tradicionales, democráticos y fuertes (en particular la UCR del Pueblo), con su laissez /aire y su relativa honestidad, pue-den dar alguna prosperidad: ponga-mos pai = 2 /3 . Pero, por tener la mano menos fuerte, prometen me-nos tranquilidad: p 3 2 = l / 3 . En cambio aseguran las libertades pú-blicas (P33 = 1) • En cuanto a la in-dependencia, también ellos ofrecen

jarabe de pico: pa-t = 0. En resu-men, la fila es (2/3, 1/3, 1, 0 ) .

H.i: Un nuevo partido político de masas, cívico, progresista e in-corrupto, y de izquierda democrá-tica, exigiría algo de austeridad (pii = V2). Sería acosado por los militares y los peronistas, de modo que no podría asegurar gran tran-quilidad (p42 = l / 3 ) . En cambio aseguraría la libertad (p4a = 1). La fila es, entonces, (V2, 1/3, 1, 1).

Como vemos, A no es sólo mode-radamente principista (pancista a medias sino que no se hace ilusio-nes respecto de la posibilidad de que triunfen sus principios: es bas-tante realista. Vemos cuál es la efica-cia total que asigna a cada medio en cuestión.

Eficacias

Ahora d i sponemos de los datos necesarios para calcular las eficacias probables (o utilidades promedias) de los distintos medios considerados. La fórmula proporcionada por la teoría de la decisión es

53

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f ' Probabilidades de los diversos medios Mj para alcanzar los fines Fj.

FINES: Fi Prospe-

ridad

f 2 Tranqui-

lidad f 3

Libertad f 4

Indepen-dencia

r - i Jvli l i tares 0 1 0 0 i = 2 p e r o n i s t a s 1/3 2 / 3 0 0

i = 3 . Tradic ionales 2 / 3 1/3 1 0 i = 4 Nuevos 1 /2 1/3 1 1

E i = 2 ¡ pjiUi/2¡Ui (11) d o n d e E i es la eficacia del medio M i p a r a alcanzar las finalidades da-d a s p u la probabilidad del medio M i p a r a obtener Fj, y uj el valor sub-j e t i v o (u t i l idad) de Fj. Los resul-t a d o s s o n : Militares Eí = ( O X 2,4 + 1 X 1,2 + 0 X

X O , 7 + 0 X 0 , 5 ) / 4 , 8 = 0,25

Peroftistas

( 1 2

- X 2,4 + - X 1,2 + 0 X 3 3

X 0 , 7 + 0 X 0,5)/4,8 = 0,58. Traclicio nales / 2 1 E „ = { - X 2,4 + - X 1,2 + 1 X

\ 3 3 X 0 , 7 + 0 X0,5) /4 ,8 es 0,56.

Nii&zjos

F-i = (^V2X2,4+1-X 1,2 + 1 X

X 0 , 7 + 1 X 0,5)/4,8 = 0,58. E n resumen , las eficacias que A

a t r i b u y e a los distintos medios po-s i b l e s e s t á n ordenadas así:

N u e v o s > Tradicionales P e r o n i s t a s > Militares. (12)

S e g ú n , este modelo, si hay eleccio-n e s , e l argentino medio, si obra ra-c i o n a l m e n t e y está bien informado, p r e f e r i r á a un nuevo partido de iz-q u i e r d a democrática. Si no existe tal p a r t i d o , o si no es un movimiento I . ^ ^ s a s que tenga las chances atri-buidas e n la Tabla, el argentino me-d i o o p t a r á por un partido tradicio-n a l d e m o c r á t i c o y fuerte, tal como la O C R del Pueblo.

^ á s que predicción científica ri-la anterior es una predicción

f u n d t a ' ° n c ' e e s 1 u e s e

5 - 4 ,

e n la hipótesis de que el ar-

gentino medio es realista y por con-siguiente obra racionalmente. Pero es plausible suponer que, como cual-quier hijo de vecino, A está sujeto a factores emocionales (simpatías y odios) e ideológicos (adhesión a credos infundados). En tal caso su juego de utilidades y probabilidades diferirá notablemente de los valores supuestos en nuestro modelo y, en lugar de elegir una opción democrá-tica (Ms o M4), optará por los pe-ronistas. Y, si está desilusionado de éstos, dará su apoyo a los militares.

Discusión

Las limitaciones de nuestro mo-delo y, en verdad, de todo modelo de decisión política, están a la vista:

a) es parcial en el sentido de que sólo tiene en cuenta los intereses de un sector de la población (en nues-tro caso el constituido por los su-puestos argentinos medios);

b) ignora algunos factores irra-cionales, tales como la simpatía (u odio) por los líderes políticos y la lealtad (u hostilidad) a los credos.

El primer defecto se puede corre-gir construyendo más, no menos mo-delos de decisiones, cada uno de los cuales tenga en cuenta las aspiracio-nes de un grupo social importante. El segundo defecto que hemos ad-vertido parece incorregible dentro del marco de la teoría de la decisión, ya que ésta supone que los agentes son racionales y por lo tanto tien-den a maximizar sus utilidades. Pero se corrige suplementando los mode-los de decisiones con modelos de ac-titudes fundados en teorías psicoso-ciológicas. O sea, el fenómeno polí-tico no es captado íntegramente por la teoría de la decisión pero puede ser representado con ayuda de toda una batería de teorías.

Como consecuencia de los defec-tos a) y b), todo modelo de decisión tiene un bajo valor predictivo. Más precisamente, sus predicciones están sujetas a grandes errores. ¿Qué va-lor pueden tener entonces los mo-delos de este tipo? En mi opinión pueden servir para los siguientes fi-nes:

1) Al poner en claro preferencias no satisfechas por ningún medio existente, pueden sugerir la creación de tal medio. Por ejemplo, si el ar-gentino medio muestra preferencia por u.n nuevo partido, pues ¿por qué no fundarlo?

2) Al exigir la formulación ex-plícita e incluso la evaluación de fi-nes y medios, los modelos de deci-sión ayudan a aclarar y discutir las ideas y las estrategias políticas y, por lo tanto, ayudan también a tomar decisiones prácticas racionales. En todo caso, hacen más luz que una bolsa de consignas infundadas.

3) Puesto que requieren datos empíricos auténticos (no las estima-ciones a ojo de buen cubero emplea-das en nuestro ensayo), los modelos de decisión obligan al politólogo a buscarlos (p. ej., mediante el mues-treo de opiniones).

Termino con una advertencia. Es-te artículo no se ha propuesto mo-ralizar ni, menos aun, desmoralizar. Su única finalidad ha sido sugerir que el problema político argentino pue-de ser estudiado y que su estudio puede conducir a una mayor eficacia de la acción política. Por consiguien-te invito al lector indignado a que, en lugar de insultarme, proponga un modelo mejor. Es probable que lo logre y que, en el transcurso de su trabajo, se le apague la indignación.

Mario Bunge Aarhus (Dinamarca) 30 de octubre 1972

2 El tratado más sistemático y conocido es el de R. D. Luce y H. Raiffa, Games and Decisions (New York: Wiley,_1957). Una excelente antología es la recogida por W. Edwards y A. Tversky, Decisión Mak-ing (Harmondsworth: Penguin, 1967). Para lina interesante aplicación a la his-toria de Valaquia, debida al ministro ru-mano de educación, véase M. Malitza, "A model of Michael the Brave's decisión in 1595", en F. R. Hodson, D. G. Kendall y P. Tautu (compiladores), Mathematics in the Archaeological and Historical Scien-ces (Edinburgh: Edinburgh University Press).

3 Véase p. ej., C. W. Churchman, R. L. Ackoff y E. L. Arnoff, Introduction to Operations Research (New York: Wiley, 1957).

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El juego de la vida (II)

Juegos Matemáticos Manuel Risueño

Ante el gran interés despertado por el "juego de la vida" de Conway,1

vamos a continuar resumiendo algu-nos de los resultados obtenidos has-ta la fecha.

Señalábamos en el artículo ante-rior que después de la serie de re-ferencias en la sección de Martin Gardner en el "Scientific Ameri-can", entre octubre de 1970 y enero de 192, el órgano de difusión para los interesados en este juego había pasado a ser la revista "Lifeline", publicada regularmente en los cuatro trimestres de 1971, y terminábamos indicando que en el número 4 Wain-wright, el editor de esta revista, ha-bía insinuado la posibilidad de tener que abandonarla por falta de tiem-po para tender los múltiples trabajos que su preparación y envío deman-daban.

Esta perspectiva parecía confir-marse al no aparecer ningún número de "Lifeline" en el primer semestre de 1972; pero en mayo de este año, Wainwright envió una circular con un cuestionario a las más de 700 personas que se habían interesado, y el resultado fue tan alentador, que Wainwright ha decidido se-guir adelante, pero con más ayuda de los lectores. Puso en manos de una empresa comercial el trabajo de imprimir los boletines, dirigirlos y enviarlos, pudiendo así concentrar sus esfuerzos en la redacción del bo-letín, esperando contar con la ayuda de grupos "satélites" que le propor-cionen el material.

i CIENCIA NUEVA, N? 17, julio de 1972, pp, 4044.

Así pudieron salir el N? 5 en septiembre y el N? 6 en octubre de 1972, y a la fecha en que se escribe este artículo (principios de diciem-bre) ya está anunciada la aparición de los números 7 para noviembre y 8 para diciembre, reanudándose así la aparición regular de cuatro nú-meros anuales.

Es la idea de Wainwright de nom-brar editores asociados en todos los centros donde lo justifique el sufi-ciente interés por el juego y si los lectores de CIENCIA NUEVA creen que se puede formar un cen-tro local de Buenos Aires, que cu-bra la Argentina o aun toda Sud-américa, el autor está dispuesto a actuar de centralizador o coordina-dor hasta que pueda darse al grupo una organización más formal y es-tablecerse el contacto directo con Wainwright.

También indicamos en el artículo anterior la división de las configu-raciones del juego de la vida en cin-co clases, agrupadas en cuatro, seis, dos, dos y seis subclases, respectiva-mente. Como sólo indicamos cuales eran las subclases de las últimas tres clases, completaremos ahora la cla-sificación, indicando las subdivisio-nes de las primeras dos clases.

Pero antes, una indicación de lo que entendemos por configuraciones u objetos simples: son aquéllos en que si se hace una lista de los puntos que forman la configuración comen-zando con uno cualquiera de ellos y enumerando a continuación los que tienen influencia sobre éste, y luego los que tienen influencia so-bre los ya enumerados, y así sucesi-

vamente se acaba por listar todos los puntos. En una configuración compuesta, en cambio, una vez ter-minada una lista parcial, quedaría por lo menos un punto al que no afecta ninguno de los anteriores, que podrá servir de base para una segun-da lista parcial.

Un ejemplo hará esto más claro: el bloque y la colmena representados en la primera parte de la figura 1 constituyen un objeto simple, por cuanto ambos componentes, que in-dividualmente constituirían configu-raciones estables, según se indicó en el artículo anterior, se influencian mutuamente. Siguiendo la marcha de las generaciones, se observará que después de 11 generaciones, la col-mena y el bloque habrán cambiado de lugar, según se indica en la se-gunda parte de la figura 2. Ahora bien, esta posición final no es un objeto simple, por cuanto está for-mada por dos objetos separados, que no se influyen entre sí.

Si a algún lector se le ocurre la idea de que mediante una serie de bloques debidamente colocados se podría conseguir que la colmena fue-ra cambiando sucesivamente de lu-gar con cada uno de ellos en once generaciones, moviéndose así de de-recha a izquierda a los 4 /11 de la velocidad de la luz (cuatro casillas en once generaciones), lamentamos tener que desengañarlo. En la octava generación el segundo bloque inter-feriría en el desarrollo de la "re-ge-neración" de la colmena, impidiendo que se obtuviera el resultado de-seado.

Con este antecedente, podemos

55

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Figura 1

O o 0 0 o O O 0 0

O O 0 - er ?¡( ni & ll.-ra-id 0 0 - er ?¡( ni & ll.-ra-id o

lá I..I 1 I I , lá

Figura 2

1 1 O 0 00 o 0 o 0

o 0 0 0 0 o 0 0 o o o o

1

Figura 3 1.1 1 1

o o 0 0 0 0

- -o 0 o o - -

o o 0 0 0 0 0 0 o 0 0 o

o o 0 0 0 0 o 0 o o

-0 0 -

0 o 0

pasar a la clasificación de los obje-tos simples de la clase I, es decir, aquellos que son estables. Antes in-diquemos el número total de los ob-jetos de la clase I formados por un número reducido de puntos, pero señalando previamente que algunos forman "series", en tanto que otros no las forman. Por ejemplo, la tina, la barcaza y la barcaza larga repre-sentadas en la figura 1 del artículo anterior, son evidentemente los pri-meros elementos de una serie que puede alargarse hasta el infinito, dando figuras formadas por 2n + 2 puntos, en que n puede ser cualquier número entero positivo; similarmen-te el barco y el barco largo son el inicio de una serie de figuras esta-bles de 2n + 4 puntos (siempre con n = cualquier número entero posi-tivo ); el bote y el bote alargado ini-cian otra serie de figuras de 2n + 3 puntos, y así ocurre con otras figu-ras, algunas de las cuales se men-cionarán a continuación.

Explicado lo precedente, puede señalarse que hay dos figuras esta-bles de cuatro puntos (bloque y ti-na), una sola de cinco (bote), cinco de seis (barco, barcaza, serpiente, colmena y una no incluida en nues-tro anterior artículo, denominada "portaviones", muy fácil de encon-trar con la "ayudita" del nombre), cuatro de siete (bote alargado, pan

Figura 4 !

-- o o 0 - -

-n o 0 o - -

- o 0 -

o o 0 -- o 0 0 0 -

0 o

n n 0 0 0 0 o 0 0 0 0 0 0

nh 1—1—i— 1 ! l i l i

Figura 5

-0

- -o o - -

0 - -- -

0 o 0 0 0 0 o 0 0 0 0

0 0 o 0 0 o o 0 0 0 o

0 0 0 0 0 0 o 0

0 0 0 0 o 0

0 0 0

y las dos de la figura 2 de este ar-tículo, la serpiente alargada y el an-zuelo, también llamado "el comilón" por la razón que se verá más ade-lante), y nueve de ocho. Al llegar a nueve, se produjo la primera sor-presa: durante mucho tiempo se cre-yó que sólo había siete figuras de nueve puntos, cuando Wainwright, buscando figuras estables con mayor número de puntos, encontró tres más de sólo nueve. Para 10 punto, el se-ñor Lee H. Skinner ha demostrado que hay exactamente 24 objetos es-tables hasta esta magnitud, y si al-gún lector quiere colaborar en esta tarea, haciéndome llegar los objetos estables que haya encontrado de más de 10 puntos y que no formen parte de una "serie", los haré llegar con el nombre del autor al señor Wain-wright.

Conviene señalar que no todos los objetos estables forman series. Por ejemplo, si se quiere formar una super-colmena, con tres puntos de lado en lugar de dos, se encontrará que la figura no es estable, sino que en doce generaciones se convierte en cuatro colmenas normales (en la fi-gura 3 indicamos la figura inicial y el resultado final).

Con estos resultados, resulta fá-cil indicar las cuatro subclases y sus subdivisiones, y dar ejemplos de ca-da una de ellas:

I.A. — Con la simetría completa de un cuadrado: dos ejes octogona-les, dos diagonales y centro de si-metría para rotaciones de 90°. Por ejemplo: el bloque.

I.B. — C o n la mitad de la sime-tría anterior, subdividida en tres:

I.B.l. — Dos ejes" ortogonales, centro de simetría por rotación et 180°. Por ejemplo, la colmena.

I.B.2. — Dos ejes diagonales, cen-tro de simetría por rotación de 180°. Por ejemplo, el barco.

I.B.3. — Con un centro de sime-tría por rotación de 90°. Por ejem-plo, la espiral (V. figura 4) .

I.C. — Con la mitad de la sime-tría de I.B., también subvidida en tres:

I .C.l . — Un solo eje ortogonal. Por ejemplo, el sombrero (ver fi-gura 4) .

I.C.2. — Un solo eje diagonal. Por ejemplo, el bote.

I.C.3. — Un centro de simetría por rotación de 180°. Por ejemplo, la serpiente.

I.D. — Sin ninguna simetría. El ejemplo más pequeño, con sólo sie-te puntos, es el anzuelo o "comilón".

Pasando ahora a los elementos del grupo II , es decir, las figuras que se repiten exactamente igual después de un número n de generaciones, la clasificación más obvia sería según el valor de n, o sea, según el largo del período Sin embargo, como ori-ginariamente se conocían muy pocos objetos de un período distinto de 2, y estos pocos tenían períodos de longitudes muy variables, la clasifi-cación que se empleó fue muy dis-tinta, excepto para la primera sub-clase, en que se agruparon los ob-jetos de período 2. Esta clasificación es como sigue:

II.A. — "Flip-flops", que inclu-ye todo objeto de período 2. Por ejemplo, los 5 del primer renglón de la figura 2 del artículo anterior.

I I .B. — Los del tipo denomina-do "mesa de billar", es decir, aque-llos que tienen un área central rec-tangular de m X n espacios (mesa de billar), rodeada de "bobinas in-ductoras", que estabilizan el marco del rectángulo, dentro del cual están los elementos que se repiten perió-dicamente. Es fácil encontrar ejem-

56

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r Figura 6

-

- _ - _ _ - o -

- _ - _ _ - o o

"o o _ o o o 0 "o o _ o o o o o o 0 o 0 o o 0 o o o

0 o o

1 1

Figura 7

- r 0 0 o o 0 0 o o o c 0 c o ; 1

o 0 o 0 0 6> 0 c o ü o 0 c 6> 0 0 o o ü 0 o 0 o o o -í o o 0 o 0 -í

0 0 u c _ . ! I-4-4-H-44- -H-I44- _ -4

Figura 9 i

0 o 0 0 0 o 0 0 0

-O 0 o 0 0 0 -

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Figura 8

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_ _ -_ _ -

I

píos, de los que damos uno, de pe-ríodo 3, en la figura 5. Una breve experimentación mostrará que las tres generaciones diferentes tendrán, respectivamente, cero, cuatro y dos elementos en la "mesa de billar".

I I . C. — Los "inductores", oscila-dores con uno o dos ejes de simetría ortogonal, cuya existencia depende precisamente de esta simetría. Por ejemplo, el pulsar CP 48-54-72 de la figura 2 del artículo anterior.

ILE. — Las "lanzaderas" o "de-vanadoras", que son los osciladores de más largo período y que contie-nen un elemento activo que viaja de un extremo al otro y luego regresa. La separación entre los elementos estables que forman los topes extre-mos es variable a voluntad, y por ello se puede alargar también a vo-luntad el período. Un ejemplo, que clamos en la figura 6, es llamado "la abeja reina".

II.F. — Otros osciladores que no entran en ninguna categoría anterior, tales como los dos osciladores de período 3 mostrados en la figura 7. El segundo de estos, los candelabros, tiene la particularidad de que, sepa-rando las tinas que los estabilizan, pueden ponerse varios candelabros

"en paralelo", y cada uno de estos puede estar en cualquiera de las tres "fases", sin influir en sus vecinos.

Para terminar con esta clase, se-ñalamos que los osciladores de las subclases C y D son bastante esca-sos y que se han descubierto relati-vamente pocos. Señalamos también que los elementos de la subclase E, unidos a otros que indicaremos en artículos futuros, son los que hacen posible, en teoría, la máquina uni-versal de Turing, controlando el fluir de la "lanzadera" entre extremo y extremo. La presencia y ausencia de lanzadera resultan así equivalentes, respectivamente, al "1" y al "0" en que se basa todo el cálculo electró-nico moderno.

Decíamos que en un comienzo se conocían pocos osciladores de perío-dos superior a 2, excepto algunos del tipo "mesa de billar". Que eso ya no es así, lo demuestran los ejem-plos de la figura 8, tomada del nú-mero 5 de "Lifeline", en que los ocho objetos dados tienen todos los períodos diferentes, de 2 a 9. En el próximo número indicaremos el pe-ríodo de cada uno de ellos y el nom-bre de su descubridor. Como hecho curioso señalemos que si estos ocho objetos estuvieran en un mismo cam-

po, pero a la suficiente distancia co-mo para no influirse mutuamente, constituirían un oscilador de perío-do 2, 520, que es el mínimo común múltiplo de los períodos individua-les de cada uno de los objetas.

Nos queda sólo por explicar por-que al anzuelo se le llama también "el comilón". Es otra de las sorpre-sas del juego de la vida. Conocido ya el anzuelo como una configura-ción estable, y como la menor de to-das las asimétricas, se descubrió ines-peradamente que tenía la propiedad de "tragarse" a los planeadores y a las naves espaciales sin dejar rastro de ellas y permaneciendo inaltera-do. Quienes deseen convencerse de ello, no tienen más que seguir las generaciones sucesivas de la figura 9, tomada del número 3 de "Life-line", donde apareció bajo el título "Una comida de tres platos".

Para terminar señalaremos dos te-mas interesantes, el primero como algo en que un lector interesado puede entretenerse trabajando con lápiz y papel o con un tablero cua-driculado, en la forma indicada en el artículo anterior, sin necesitar re-currir a una computadora ni tener que seguirle la pista a cientos de ge-neraciones; el segundo como demos-

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r í j C i o n de las investigaciones teóri-* c; d e l más alto nivel a que ha lle-° , l C } o el juego de la vida. v R e c o r d a r á n nuestros lectores que

p laneadores (figura 3 de dicho . l t - t - í c u l o ) y las naves espaciales (fi-* r t , j -n 4 del mismo) son objetos que ''-"*ejri cíclicamente retoman su forma ^ ' j - í j ^ i n a l , pero deslizándose en una c j j r e e c i ó n , diagonal para el primero

o r t o g o n a l para los restantes. Na-^ j j r 3 - I m e n t e > n o han faltado espíritus d e s t r u c t i v o s a quienes se les ha ocu-r r J < l o hacer "chocar" dos planeado-r e s , ° a é s t o s con las naves espacia-l e s » °> finalmente, a éstas entre sí.

E n las colisiones entre dos pla-n c í i t ' ° r e s pueden presentarse 71 si-t u a c i o n e s diferentes, todas las cuales H & r a s ido ya analizadas, según el nú-m e r o 5 de "Lifeline"; pero en las c o l i s i o n e s con naves espaciales, aún q u e d a mucho por estudiar.

R e c o r d a r á n nuestros lectores que e n artículo anterior nos referimos a I s a s configuraciones que no podían t e n e r una generación anterior, de-n o m i n a d a s "jardín del Edén" y se-ñ a l a m o s que su existencia había sido t e ó r i c a m e n t e probada. El N? 6 de • • M . J . f e ü n e " reproduce una demostra-c i ó n , pero es un poco larga y mate-m á t i c a m e n t e difícil para incluirla en e s t o s artículos. El objeto de men-c i o n a r este hecho es simplemente se-ñ a l a r un nuevo problema teórico cu-y a s o l u c i ó n se ignora por completo, s i n . tenerse idea, por el momento, d e c ó m o se puede tratar de alcan-z a r l a .

D i j i m o s que los "jardines del E d é n " no tenían padre; el nuevo p r o b l e m a es determinar si hay con-f i g u r a c i o n e s que, teniendo padre, no t e n g a n abuelo. A primera vista, el p r o b l e m a parece absurdo, pues se d i r í a que es evidente que la primera g e n e r a c i ó n resultante de un "jardín d e l E d é n " constituye la solución. Pe-

e s o no es así, porque en el juego d e l a y id^ u n a configuración deter-m i n a d a puede tener más que un pa-c * r e J e s decir, provenir de dos o más c ° r i £ i g u r a c i o n e s diferentes. Para en-c ° n t r a r una configuración que tenga F ' a d x - e , pero no abuelo, sería nece-a r l o probar que la configuración P r o v e n i e n t e de un jardín del Edén n ° p u e d e provenir de ninguna otra * r P n £ i g u r a c i ó n , o que todas las con-

s p i r a c i o n e s de que puede provenir o todas jardines del Edén.

C o m o dijimos, es este un proble-C í

> f V d e l más alto interés teórico. . . , nad ie sabe aún cómo atacar. O

Errata En el artículo Recursos Hídri-cos Nacionales, publicado en el número 20, , se produjeron dos omisiones: la primera, mencionar que el texto del artículo corres-pondía a una conferencia pronun-ciada en la Sociedad Científica Argentina; la segunda, un resu-men de la biografía del Dr. Her-minio Pérez:

Herminio Pérez es secretario (desde 1964) del Comité Nacio-nal Argentino para el Centro Hidrológico Internacional de la UNESCO. Desde 1968 hasta 1970 actuó como hidrólogo en la Organización de los Estados

Americanos. Desde 1970 es Di-rector Nacional de Hidrometeo-rologia de la Subsecretaría de Es-tado de Recursos Hídricos. Ha sido profesor de cursos especiales de Hidrología de la Escuela de Ingeniería Sanitaria de la Facul-tad de Ingeniería de Buenos Ai-res, así como profesor adjunto y luego titular interino de Hidro-logía de la Facultad de Ingeniería de La Plata. Actualmente es pro-fesor adjunto interino de Hidro-logía e Hidrometeorología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Aires y miembro asesor del Departamen-to de Hidrología General y Apli-cada de la Universidad Nacional del Litoral.

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Page 61: Ciencianueva21

Libros nuevos

"Introducción a la Entomología, Morfología y Taxonomía de los Insectos" Ricardo Coronado y Antonio Márquez Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 283 páginas

Sumario: Primera Parte: Generali-dades. 1. Origen, distribución y es-tudio de los insectos. 2. Metamor-fosis y crecimiento. 3. Morfología de los insectos. Segunda Parte: Cla-sificación de los insectos.. 4. Nomen-clatura. 5. Ordenes de la clase in-secta. 6. Descripción de órdenes y familias. Glosario, bibliografía e ín-dice.

"Paraboloides Hiperbólicos" Juan Antonio Tonda y Eduardo Tonda Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 126 páginas

Sumario: 1. Teoría de la membrana. 2. Obtención de las' ecuaciones ge-nerales para las superficies de doble curvatura. 3. Condiciones de borde recto y curvo. 4. Determinación de los ejes. 5. Aplicación de nomogra-mas a un ejemplo resuelto. 6. Rela-ción entre el parámetro y los pará-metros de las parábolas. 7. Visión de los nomogramas. 8. Nomogramas. 9. Nomogramas para la obtención de los esfuerzos básicos de membrana. Nomogramas auxiliares generales. Bibliografía.

"Sistema Moderno de Procesamiento de Datos" Arnold Hill Nichols Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 387 páginas

Sumario: 1. Alcance y significado del procesamiento de datos. 2. Historia del procesamiento de datos. 3. Or-ganización comercial y fuentes de da-tos. 4. Procesamiento manual y me-cánico de datos. 5. Registros unita-rios con tarjetas perforadas. 6. Fun-ciones de registro con tarjetas per-

foradas. 7. Funciones manipulativas de tarjetas perforadas. 8. Sumariza-ción y reporte con tarjetas perfora-das. 9. Desarrollo de procedimiento por medio de tarjetas perforadas. 10. Recolección de datos. 11. Procesa-miento electrónico de datos: Intro-ducción y dispositivos de entrada-salida. 12. Dispositivos de almacena-miento de Ped. 13. Unidad Central de procesamiento de un sistema de Ped. 14. Desarrollo de programas de Ped. 15. Sistemas de programa-ción. 16. Lenguajes de programación orientados a problemas. 17. Opera-ciones de procesamiento electrónico,

"Bombas, Teoría, Diseño y Aplicaciones" Manuel Viejo Zubicaray Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 269 páginas

Sumario: 1. Clasificación de los equi-pos de bombeo. 2. Especificaciones y detalles de construcción. 3. Teoría de la bomba centrífuga. 4. Proyecto y trazo del impulsor. 5. Proyecto de la carcaza y cabeza de succión. 6. Empuje axial y cavitación en la bom-ba. 7. Proyecto de la fecha y selec-ción de baleros. 8. Proyecto del so-porte de la bomba. 9. Proyecto de las partes menores. 10. Ensamble y lista de materiales empleados. 11. Bombas de desplazamiento positivo. 12. Nomenclatura y especificaciones de las bombas reciprocantes. 13. Ca-racterísticas de las bombas recipro-cantes. 14. Máquinas rotatorias. 15. Operación y mantenimiento. 16. Tu-berías, válvulas y accesorios en sis-temas de bombeo. 17. Pruebas de bombas. 18. Aplicaciones de las bombas, apéndice.

"Percepción, Proceso básico en el desarrollo cognoscitivo" Ronald H. Forgus Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 4 6 0 páginas

Sumario: 1. La naturaleza de la per-cepción como un proceso de extrac-

ción de información. 2. La organiza-ción jerárquica de la segregación per-ceptual. 3. Algunas consideraciones metodológicas. 4. Funciones psicofí-sicas básicas. 5. Un contexto para la constancia de la brillantez. 6. La constancia del tamaño y de la forma como fenómenos mediatos. 7. El surgimiento y la estabilización de ía figura. 8. La extracción de informa-ción y la experiencia sensorial en la identificación de la forma. 9. In-fluencia del aprendizaje y de la ex-periencia en el desarrollo de la per-cepción. 10. Percepción espacial. 11. Percepción del movimiento, del su-ceso y social. 12. La percepción so-cial, los motivos y la personalidad. 13. Disposiciones en la conducta cog-noscitiva y en pensamiento. 14. El lenguaje y la formación del concepto. 15. Solución de problemas. 16. Pen-samiento productivo y creador. In-dice.

"Psicología Experimental" Bcnton J, Urderwood Editorial Trillas, S. A. México 1972, 773 páginas

Sumario: 1. Introducción. 2. Percep-ción del tiempo. 3. Ilusiones. 4, Di-seños experimentales en los que se usan grupos independientes. 5. Um-brales. 6. Métodos para la elabora-ción de escalas. 7. Exposiciones ele-mentales y velocidad de reacción. 8. Aprendizaje perceptual-motor y eje-cución. 9. Aprendizaje animal. 10. Otros fenómenos de condicionamien-to. 11. Aprendizaje verbal. 12. Transferencia. 13. El olvido. 14, La solución de problemas. Indice.

"Mecánica de Suelos" T. William Lambe y Robert V. Whitman Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 582 páginas

Sumario: 1. Introducción. 2. La na-turaleza del suelo. 3. El suelo seco. 4. Suelos con agua, régimen está-tico o flujo establecido. 5. Suelos con flujo de agua en régimen varia-ble. Indice.

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Page 62: Ciencianueva21

"Geometría Elemental" Edwin M. Hemmerling Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972, 500 páginas

Sumario: 1. Elementos básicos de la geometría. 2. Lógica elemental. 3. Razonamiento deductivo. 4. Con-gruencia, triángulos y congruentes. 5. Rectas, paralelas y perpendicula-res. 6. Polígono, palalelogramos. 7. Círculos. 8. Proporción, polígonos semejantes. 9. Desigualdades. 10. Construcciones geométricas. 11. Lu-gares geométricos. 12. Areas de po-lígonos. 13. Geometría coordenada. 14. Areas y volúmenes de sólidos, apéndice.

"Identificación Sistemática de Compuestos Orgánicos" Shirer-Fuson-Curtin Editorial Limusa-Wiley, S. A. México 1972 (2» edición) 479 páginas

Sumario: 1. Introducción. 2. Identi-ficación de sustancias desconocidas. 3. Examen preliminar. 4. Determi-nación de propiedades físicas. 5. Análisis cualitativo elemental. 6. Comportamiento de solubilidad. 7. Separación de mezclas. 8. Aplicación de las pruebas de clasificación. 9. Uso de los métodos espectroscópicos para la determinación de grupos fun-cionales. 10. Preparación de deriva-dos. 11. Tablas de derivados. 12. Introducción a la resolución de pro-blemas estructurales. 13. Problemas;

"Psicología Experimentar' F. G. McGuigan Colección "Biblioteca Técnica de Psicología" Editorial Trillas, S. A. México 1972, 460 páginas

Sumario: 1. Bosquejo de la experi-mentación. 2. El problema. 3. La hi-pótesis. 4. El plan experimental. 5. Diseño experimental: El caso de dos grupos seleccionados al azar. 6. Con-trol experimental. 7. Las variables independientes y dependientes. 8. Diseño experimental: El caso de dos grupos apareados. 9. Diseño experi-mental: El caso de más de dos dos grupos seleccionados. 10. Diseño ex-perimental: El diseño factorial. 11. Diseño experimental: Diseño intra-sujetos. 12. Las bases lógicas de las inferencias experimentales. 13. El esquema inductivo: Revisión de al-gunas características de la ciencia. 14. Generalización, explicación y predicción en la experimentación.

Comentarios de libros

Crisis de una burguesía dependiente. Balance económico de la Revolución Argentina Carlos Ramil Cepeda Ediciones La Rosa Blindada Buenos Aires 1972, 112 páginas

Ramil Cepeda se propone analizar la política económica de la llamada Revolución Argentina, empleando categorías de la teoría económica marxista, tentativa no muy usual para describir situaciones concretas. El autor comienza por una descrip-ción de las relaciones económicas qué sirvieron de marco a la acción de la Revolución Argentina. Más adelante se describen los problemas que singularizaron al capitalismo ar-gentino en este período para con-cluir con una reseña y evaluación de las políticas de las distintas adminis-traciones. Este libro llena un vacío importan-te, en un campo donde la literatura sobre la Revolución Argentina es escasa, integrando los antecedentes estructurales del sistema socio-eco-nómico argentino, describiendo la evolución reciente de su economía y las relaciones entre ésta y el marco político general.

Creemos que los aportes más im-portantes de Ramil Cepeda son los siguientes:

a. La descripción de los mecanis-mos que definen el carácter de la dependencia del capitalismo argen-tino.

b. El análisis de las orientaciones de los diversos grupos y de sus res-

puestas frente a ese fenómeno de dependencia, a través de los proyec-tos que cada uno de esos grupos elaboró en las distintas etapas del período: el "desarrollismo", el "li-beralismo", el "nacionalismo bur-gués" y el "socialismo nacional".

c. La descripción de la formación y ruptura de los frentes entre los distintos grupos burgueses, el enun-ciado de sus contradicciones inter-nas, y la previsión del desarrollo fu-turo de los mismos.

d. La contraposición entre "los programas de la burguesía" y las necesidades de "los sectores popula-res" a partir de la cual se bosqueja la posibilidad de un "proyecto inde-pendiente y socialista para Argenti-na". Estas ideas se vuelcan al texto con gran claridad lo que no deja de constituir un mérito raro en la lite-ratura política actual, dando acceso a su lectura a los no iniciados en temas económicos y políticos, todo ello, y de allí su valor, con un estilo riguroso en el análisis y uso de la información.

D. C.

Historiadores de la Matemática Acaba de aparecer un World Direc-tory de historiadores de la matemá-tica, preparado por Kenneth O. May y Constance Moore Gardner, y edi-tado por "Historia Mathematica", nombre además del periódico' que aparecerá en 1973 como órgano de la Comisión de Historia de la Mate-

60

Page 63: Ciencianueva21

mática de la División de Historia de la Ciencia de la Unión Interna-cional de Historia y Filosofía de la Ciencia: Comisión cuya sede es el Departamento de Matemática de la Universidad de Toronto.

El World Bictionary comprende tres índices: alfabético, por temas tratados por los historiadores y por distribución geográfica de los mis-mos. Nos enteramos que existen unos 700 historiadores que se ocu-pan desde la matemática aramea has-ta la hipótesis del continuo, que ca-si un tercio está en los Estados Uni-dos, que Japón alberga un buen cen-tenar, América Latina tres,. . .

El carácter internacional e intem-poral está reflejado en la tapa que reproduce una página de Euclides en una versión árabe del siglo x. O

Problemas y mitos metodológicos de la psicología y la psicoterapia J. Ricardo Musso Prólogo de Gregorio Klimovsky Editorial Psique Buenos Aires 1970, 312 páginas

Falacias y mitos metodológicos de la psicología J. Ricardo Musso Editorial Psique Buenos Aires 1970, 376 páginas

Estos dos libros constituyen, respec-tivamente, la primera y la segunda parte de_ una obra subtitulada In-troducción a una Introducción a la Metodología de la Investigación Psi-cológica. Como indica el subtítulo, la obra representa una introducción a otro texto que, con el título de Introducción a la metodología de la investigación psicológica, será publi-cado por la misma editorial. Puede ocasionar extrañeza que un libro in-troductorio a la metodología de cier-ta disciplina requiera, a su vez, dos libros introductorios. En el prefacio al primer libro, el autor aclara que tal requerimiento se debió a la exis-tencia de numerosas "escuelas psi-cológicas", muchas de las cuales han difundido diversos prejuicios, fala-cias y "mitos" metodológicos. Sur-gió entonces la necesidad de analizar rríticamente esos prejuicios y "mi-

tos", antes de comenzar con la ex-posición metodológica propiamente dicha y ésa es la tarea a la que se dedican, fundamentalmente, estos dos volúmenes.

El primer libro comienza con una breve exposición histórica del ori-gen de las primeras escuelas psico-lógicas, las controversias entre ellas y el surgimiento, en esas controver-sias, de varias orientaciones funda-mentales acerca del objeto, método y finalidad de la investigación psi-cológica. Musso señala la estrechez programática y/o metodológica de cada una de estas orientaciones. Ca-da una de ellas trata de erigir en norma una manera de hacer psicolo-gía deliberadamente limitada en sus objetivos o métodos. Se plantean entonces, "oposiciones falsas" acer-ca de métodos y perspectivas, que en realidad, no son excluyentes y podrían complementarse. Así ocurre por ejemplo, cuando algunos pres-criben la observación externa como único método psicológico, en tanto otros quieren limitarse a la intros-pección. Otro tanto ocurre cuando se plantea una rígida oposición psico-logía clínica-psicología experimental consideradas como alternativas ex-cluyentes. Estas polémicas conduje-ron al panorama actual de la psico-logía, caracterizado por la prolifera-ción de escuelas que muchas veces siguen planteando falsas oposiciones, basadas en mitos y falacias metodo-lógicas. Entre esas escuelas subsisten graves desacuerdos acerca de cues-tiones metodológicas básicas.

En los capítulos que siguen (II-VI) Musso trata diversos aspectos de la investigación científica, com-parando la situación predominante en las ciencias desarrolladas con la situación de la psicología. Dos ideas fundamentales del autor se defien-den en distintas oportunidades a lo largo de estos capítulos: la unidad metodológica de la ciencia y la im-portancia de la metodología estadís-tica en psicología. Al defender el principio de la unidad metodológica, el autor no niega la existencia de técnicas propias de cada ciencia, pero insiste en el hecho de que las reglas metodológicas generales para la ve-rificación de hipótesis son las mis-mas en toda ciencia (el autor piensa en las ciencias fácticas) y ataca la creencia de que la psicología solo puede abordarse mediante métodos sui generis, esencialmente distintos de los de otras disciplinas. Especial-

mente importantes, a este respecto, son las observaciones acerca de las psicologías clínicas. Se refiere a ellas en el capítulo II, donde se distin-guen tres niveles de trabajo en la actividad científica: el nivel teórico, el experimental y el técnico. Breve-mente, corresponden al nivel de la elaboración simbólica de una teoría, el nivel de su confrontación con he-chos relevantes y el nivel de su apli-cación práctica. Musso recuerda la provechosa interacción entre los tres niveles propia de las ciencias desa-rrolladas y señala que en psicología suele faltar una interacción análoga. La psicología clínica, por ejemplo, se desarrolla especialmente en los niveles teórico y técnico, sin una justificación experimental de sus teo-rías. Musso critica esta situación, mostrando con argumentos metodo-lógicos relevantes por qué razones la práctica clínica (tal como se realiza efectivamente) no puede proporcio-nar una justificación adecuada de las teorías usadas en ella. Por esta ra-zón, el llamado "método clínico", a pesar de su importancia, es insufi-ciente para verificar la verdad de las hipótesis y la eficacia de las técnicas empleadas y debe complementarse con adecuada investigación experi-mental. En este punto debe hacer-se notar que la expresión "trabajo experimental" que utiliza Musso para referirse al segundo nivel del trabajo científico, no es del t odo afortunada. Tal expresión puede su-gerir que Musso solo admite la ex-perimentación en sentido estricto 1

como medio adecuado de verifica-ción y es sabido que a veces, este tipo de experimentación no es po-sible (no solo en psicología sino tam-bién en astronomía, por ejemplo). Pero por la descripción que hace Musso de este nivel de trabajo, se ve que no tiene esta concepción res-tringida y que entiende la expresión "investigación experimental" en un sentido más amplio, similar al que dan algunos epistemólogos a la ex-presión "investigación controlada" (ver, por ejemplo, Nagel, La estruc-tura de la ciencia, cap. X I I I ) . Es en este sentido que debe compren-derse la afirmación anterior sobre la necesidad de complementar el traba-jo clínico con investigación experi-mental.

La tesis sobre la importancia de la metodología estadística se ejem-plifica y defiende al tratarse el tema "las técnicas de evaluación y de pre-

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j £ c C i ó n en psicología". Musso des-distintas técnicas en detalle,

c j a S í f i c á n d o l a s provisoriamente en ttgcriIcas psicométricas y técnicas cl'i-t t i c ¿ * s - r e ^ e r e luego a la opinión, a c o P ^ a m e n t e difundida, según la C l j £ l l las técnicas psicométricas son « e l e m e n t a l i s t a s " y deben preferirse l a s -técnicas clínicas (tales como tests

r o y e c t i v o s y entrevistas) que son i x i á s confiables y permiten evalua-c j 0 n e s "totalistas" de la personali-j a d . Compara entonces ambos tipos

-técnicas, señalando especialmen-t e e l contraste entre la entrevista n C > sistematizada (la más usual y q u e representa el mayor grado de a l e j a m i e n t o del enfoque psicométri-c o ) y t e s t s psicométricos que se e n c u e n t r a n estandarizados y cuya va-l i d e z predictiva ha sido puesta a p r u e b a con métodos experimentales y e s t ad í s t i cos . Cita también diversas i n v e s t i g a c i o n e s comparativas en las q u e , en contra de lo esperado por l o s investigadores, las técnicas psi-c o m é t r i c a s aventajaron a las entre-v i s t a s en validez predictiva. Consi-d e r a c i o n e s como estas, llevan a Mus-s o a destacar el valor de las técnicas e s t a d í s t i c a s y experimentales en el d i s e ñ o y perfeccionamiento de téc-n i c a s de evaluación. Esto no signifi-c a . r e chaza r las técnicas clínicas, que e l a u t o r juzga insustituibles en am-p l i o s dominios, sino más bien asu-m i r e l compromiso de perfeccionar-l a s a l máximo con los métodos alu-d i d o s .

C i e r r a el volumen un capítulo de-d i c a d o al "replanteo científico de la p r e g u n t a por el qué del hombre". S e indican algunos aportes que la p a r a p s i c o l o g í a puede hacer en este s e n t i d o y la posibilidad de una defi-n i c i ó n operacional del adjetivo "men-t a l " .

E l segundo libro está dedicado p o r completo a criticar cuidadosa y s i s t e m á t i c a m e n t e una serie de fala-c i a s y "mitos" metodológicos obser-v a b l e s en distintas escuelas psicoló-g i c a s . Es imposible detallar aquí las t e s i s criticadas y los argumentos adu-c i d o s , pero haremos algunas refe-X e n . c i a s para dar una indicación del c o n t e n i d o del volumen.

IVEusso critica las posiciones con-c l u e t i s t a s que quieren limitarse a R e s c r i b i r lo empíricamente observa-j . 6 2 » rechazando las "construcciones " i p o t é t i c a s " que tan útiles han sido

l a s ciencias desarrolladas. Pero t a m k ñ é n critica el uso indiscriminado

e *'construcciones hipotéticas", en

<>2

los casos en que dichas construccio-nes no pueden ponerse a prueba em-píricamente. Tal sería el problema de algunas formulaciones psicoana-líticas. En consecuencia, propone al-algunos criterios acerca de la admi-sibilidad científica de construcciones hipotéticas.

En capítulos posteriores se criti-can eficazmente tesis extraídas de la psicología "comprensiva", la psico-logía de la gestalt, enfoques teóricos de psicólogos de la personalidad, etc. El análisis que hace de estos úl-timos temas coincide, esencialmen-te, con ciertas conclusiones de algu-nos epistemólogos contemporáneos, como Hempel y Nagel.

Naturalmente, es inevitable en-contrar problemas de detalle en una obra tan amplia como esta y nos gustaría hacer algunas observaciones metodológicas, también de detalle, a algunos planteos de Musso. No obstante, sus planteos metodológi-cos centrales son correctos y valio-sos y sus críticas verdaderamente acertadas. La obra es sumamente clara y abunda en finas observacio-nes epistemológicas. Klimovsky se-ñala, en el prólogo al primer volu-men, que ante la proliferación de escuelas, existe el peligro de que se elija aquella cuyos métodos exigen menos esfuerzo intelectual. En psi-cología, el peligro es absolutamente real. Es muy importante, por ello, que los errores metodológicos de este campo se estudien con la cla-ridad y profundidad con que se lo hace en esta obra.

Raiíl Orayen

1 La experimentación en sentido estric-to incluye la práctica de variar, en forma deliberada y sistemática, los factores que se suponen relevantes para la producción de determinados fenómenos.

Técnicas de individualización e innovación de la enseñanza David J. Klaus Editorial Trillas, S. A. México 1972, 354 páginas

En esta época de constante actividad y cambio, en que todo se desarrolla en forma acelerada, la educación tie-ne un papel preponderante y tam-bién evoluciona con celeridad. Al-gunos de sus problemas son las altas

tasas de crecimiento de la población, la carencia de recursos humanos y materiales suficientes y los métodos tradicionales de enseñanza, pero aun así, por la importancia que tiene para el desenvolvimiento de la civi-lización, debe desarrollarse y alcan-zar cambios fundamentales para que sea aprovechada y asimilada en for-ma más completa y por un mayor número de personas.

En esta obra se tienen en cuenta las alternativas que nos ofrece la educación tradicional en la búsqueda de mejores métodos de educación, auxiliadas en forma cada vez más definitiva por los medios técnicos y otras innovaciones, aun cuando al-gunos de ellos no estén totalmente probados y otros se encuentren en proceso de estarlo.

Se ha dicho que la educación actual requiere cambios radicales. Cuando en un grupo de estudiantes algunos asimilan más que otros, es posible que haya habido fallas en la comu-nicación, pero, aun sin descartar esta posibilidad, en la generalidad de los casos se debe al distinto nivel de captación intelectual o a la práctica que cada estudiante haya dedicado al tema tratado. Así pues, al querer individualizar la educación, se busca la equiparación de todos los estu-diantes a nivel respectivo, ayudados por la instrucción programada y equipo técnico adecuado, como cin-tas grabadas, televisión, etcétera.

Este cambio de la educación de grupo a la individualización de la educación es verdaderamente radical y debe ser conocido por todos los maestros, tanto en sus bases y fun-damentos como en la forma de prac-ticarlo.

Sumario 1. Introducción. 2. Princi-pios fundamentales. 3. Automatiza-ción educativa. 4. Aprendizaje indi-vidualizado. 5. Programación de la instrucción. 6. Propósitos y objeti-vos. 7. Técnicas de evaluación. 8. Dispositivos para la instrucción. 9. Instrucción por computadoras. 10. Materiales impresos. 11. Auxiliares audiovisuales. 12. Sistemas educati-vos. 13. Diseño del sistema. 14. Ad-ministración mediante computado-ras. 15. Sistemas de acceso por dial. 16. Individualización parcial. 17. El proyecto plan. 18. Implantación gradual. 19. Innovaciones educati-vas. 20. Planeación para el cambio. 21. Necesidad de Investigación. 22. Problemas y perspectivas. 23. Lec-turas selectas. O

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Correo del lector

Indígenas y genocidio

Aunque la nota sobre Culturas indí-genas del área chaqueña es lamenta-ble, me parece bien que la hayan publicado para que quienes no sepan se enteren que la Secretaria de Cul-tura y Educación que, como todos sabemos, tiene escasos medios para proveer a la educación de los argen-tinos en todos los niveles, gasta nuestro dinero en subvencionar a grupos de "chicos bien" para que se entretengan haciendo "investigación pura" sobre temas "muy divertidos" como, en este caso los "indígenas argentinos" que lograron sobrevivir a la colonización española, la escla-vitud, las misiones religiosas, la desposesión de sus tierras, la igno-rancia de los gobiernos y otras for-mas más o menos refinadas de ge-nocidio.

Una de las más refinadas fue la practicada precisamente por los an-tropólogos que, afortunadamente, desde hace un tiempo han tomado conciencia de esto (ver, por ejemplo, Darcy Ribeiro, "La revolución ter-monuclear", CIENCIA NUEVA N? 11). Pero los "chicos bien" no han tomado esa conciencia, como clara-mente resulta de las manifestacio-nes del Instituto Nacional de Antro-pología. Su trabajo no sirve para reparar "la precaria situación en que viven" ni para ayudarlos a conservar sus valores tradicionales; solo sirve para que se integren más rápidamen-te "a las pautas occidentales de vida" y a una "aceptación y comprensión consciente del cristianismo", es de-cir, para que desaparezcan más pronto.

El triste caso de Ce ferino Namun-curá resulta, para estos "antropólo-gos", una bandera de lucha.

Mariano Márquez Buenos Aires

Ciencia Nueva y nueva ciencia La inclusión en el n° 19 de CIEN-CIA NUEVA del artículo de Ale-

ó y QUE QUIERE ID. 1NE)ÍNURR CON E50 DE VI'EJR COPETUDR DE MIERDR? .

xandre Grothendieck: "¿Continua-remos la investigación científica?" me ha sorprendido. Estimo que di-cho artículo no está a la altura de lo que normalmente se publica en la revista, o por lo menos que su ni-vel no es el que se pretenda tenga esta publicación. Sin intentar hacer una crítica detallada al mismo, creo que el artículo de Grotehndieck acu-mula una serie de errores básicos, que no pueden atribuirse a su bre-vedad.

En primer lugar, es confuso en la mezcla que hace de ana crítica (pobre) al cientificismo con defini-ciones de lo que denomina "nueva cultura", "nueva ciencia", y "nueva civilización". En segundo lugar, es superficial en el breve análisis his-tórico que hace de la ciencia y de las "revoluciones culturales". En tercer lugar, es infantil al pretender superar a la civilización industrial mediante la medicina popular, la jar-dinería y las artesanías. (Será esto

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lo que habrá recomendado hacer a los norvietnamitas para defenderse de la guerra tecnológica del imperia-lismo?). En cuarto lugar, es perni-cioso, porque estas ideas llevan a posiciones nihilistas, completamente desvinculadas de la realidad objeti-va y a una indefensión consciente, lindante con el suicidio. En resumen, es poco serio como para ser publica-do en CIENCIA NUEVA.

Lo que dice Grothendieck. no es tampoco original ni nuevo: en pe-ríodos críticos de la historia muchos intelectuales adoptan posiciones si-milares: refugiarse en un naturalis-mo a id tranza, por su incapacidad para superar el idealismo subyacen-te en sus ideas.

Leyendo luego la biografía de

Grothendieck en el n° 20 de la re-vista, se explican algunas cosas: el hecho de ser un genio de la mate-mática lo ha encerrado en un reci-piente lleno de formas ideales y per-fectas y lo ha desconectado de la realidad; al tomar conciencia de ello asume una posición aparentemente revolucionaria, más aún, ultrarrevo-lucionaria . . . basada en la misma ideología cientificista que dice ata-car. En el fondo, se trata de una po-sición reaccionaria, que objetivamen-te favorece al sistema que pretende destruir. Lo cual demuestra que no basta ser un gran matemático para tener las ideas claras en materia de filosofía o de política.

Me ha decidido a escribir esta car-ta la semejanza entre el nombre de

CIENCIA NUEVA y la nueva ciencia" que postida Grothendieck. Espero sinceramente que la prime-ra nunca tenga nada que ver con la segunda.

Eduardo A. Mari Capital

Solución a Metegol N" 16 Las tres soluciones son las si-guientes:

4 2 8 5 7 1 1 4 2 8 5 7 2 8 5 7 1 4 4 . 4 - 4 .

1 4 2 8 5 7 7 1 4 2 8 5 4 2 8 5 7 1

5 7 1 4 2 8 8 5 7 1 4 2 7 1 4 2 8 5

Problemas de GO P r o b l e m a 1 :

Juegan las Blancas a matar a las Negras sin condiciones.

Problema 2: Juegan las Blancas a matar a

las Negras sin condiciones. El grupo Negro parece estar salva-do, pero tiene un punto débil fundamental, ¿dónde?

GO: Soluciones Respuesta 1:

El oki de la Blanca 1 es la pri-mera y última jugada para matar a las Negras. El diagrama de re-ferencia a) muestra que el tsuke de la Blanca 1 termina en fracaso debido al hane de la Negra 2.

Respuesta 2: Las Negras no pueden evitar

rendirse si las Blancas encuentran la jugada 1.

.Diagrama de referencia b): Si las Blancas no se dan cuenta

del punto vital, ayudarán a las Negras a recuperarse con una ba-talla ko. Colocando la Blanca 1 en "a", se termina de la misma manera.

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