¿Quién pudiera haber imaginado que estas palabras de Dios al principio de la Biblia vendrían a ser el centro de una controversia intensa durante la segunda parte del siglo 20? Después de miles de años en que los niños han sido considerados como una bendición de Dios y el matrimonio como la unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, la así llamada revolución sexual de Norte América y Europa Occidental puso en duda la sabiduría de las edades, rechazó la enseñanza del Cristianismo y contradijo los principios claves del derecho natural. Este conflicto sobre el matrimonio, la familia y la vida humana llegó a su punto culminante cuando el Papa Pablo VI emitió Humanae Vitae en julio de 1968.

Humanae Vitae, fue sin duda, la encíclica más controversial del siglo 20. Emitida durante un tiempo tumultuoso en la sociedad y en la iglesia, encontró la oposición inmediata y sostenida de algunos teólogos dentro de la Iglesia y así como también de los defensores prominentes de la cultura popular. La reacción fue tan sin precedente que agarró desprevenidos tanto a obispos como a sacerdotes, ocasionando que la mayor parte de ellos guarden silencio en estos asuntos tan vitales. Aún peor, sembró las semillas de duda en sus mentes, especialmente al mismo tiempo que los teólogos que no estaban de acuerdo aumentaron el volumen de su retórica y encontraron la amplificación disponible para sus ideas disidentes en los sectores claves de los medios de comunicación popular.

El Resultado fue un doble desastre: por un lado, la incertidumbre y el silencio del clero sobre la enseñanza de Humana Vitae y los asuntos relacionados; por otro lado, la indiferencia e ignorancia entre un gran sector de católicos laicos, bombardeados diariamente con mensajes distorcionados sobre el sexo y el matrimonio. Por un tiempo, la duda y la disención parecían ganar, produciendo más confusión incluso entre los católicos activos. Muchos, casi sin tener idea de los que estaba pasando, fueron capturados por la mentalidad anticonceptiva con toda sus consecuencias destructivas.

Sin embargo, con la elección de Juan Pablo II en 1978, una nueva confianza empezó a emerger sobre las enseñanzas de la Iglesia. Este papa energético quien tuvo su origen detrás del telón de acero en Polonia comunista, nos aseguró que podíamos confiar en la verdad y que la verdad nos haría libres. Y así empezó él con la defensa vigorosa y una presentación más persuasiva de las enseñanzas claves de Humanae Vitae.

Pablo VI desató una tempestad furiosa de criticismo cuando, en la cumbre de la revolución sexual, desafió defender la enseñanza constante de la Iglesia sobre la regulación de los nacimientos. Pero popular o no, fuera conveniente o no,habló con valentía; apoyó la verdad. En realidad, el mensaje de Humanae Vitae no tan solo trae noticias verdaderas si no qué también trae la buena noticia. El Papa Juan Pablo II entendió esto bien, y reafirmando vigorosamente lo que su predecesor había enseñado, lo presentó de una manera más convincente. Llamó su formulación de la enseñanza “La Teología del Cuerpo”.

Esta formulación fresca, tan profundamente arraigada en la tradición de la Iglesia pero tan innovadora y atractiva en su articulación, fue presentada por primera vez en las Audiencias del miércoles del Santo Padre a principio de la década de los años ochenta. Luego, la elaboró aun más en documentos subsiguientes tales como Familiaris Consortio, el “Catecismo de la Iglesia Católica”, y Evangelium Vitae. Todos estas enseñanzas papales claras, junto con los grandes avances médicos en los métodos de Planificación Natural de la Familia, han contribuido mucho a contradecir la disención que causó estragos a finales de los años 60 y una gran parte de los 70.

Las voces de disención también empezaron a sonar vacías cuando las consecuencias dañinas de la revolución sexual se hicieron demasiado evidentes. Desde julio del 1968, cuando Humanae Vitae fue emitido, América ha observado aumentos en las enfermedades venéras, nacimientos fuera del matrimonio, pornografía depravada, fracasos matrimoniales, y una confusión general sobre lo que quiere decir ser un hombre o una mujer y sobre la naturaleza verdadera del amor. Cierto que otros factores destructivos también han trabajado juntos en la sociedad durante este tiempo, pero ninguno ha tenido consecuencias más perjudiciales para la felicidad, salud y dignidad de las personas humanas. Cuando se ignora el primer mandamiento de Dios, el caos y el sufrimiento siguen. El hombre y la mujer, unidos en matrimonio, encuentran significado y alegría verdadera al prestar atención a las palabras del Señor “ sean fecundos y multipliquense”.

Cuando el Papa Juan Pablo II visitó la ciudad de San Luis en enero de 1999 nos recordó el plan de Dios para el matrimonio tiene impacto en la estabilidad y el bienestar de la sociedad entera. El dijo, “como va la familia, así va la nación” ¿Quién podría mantener que las cosas en nuestra nación están yendo bien cuando consideremos el triste estado de la vida familiar hoy día? Pero hay una gran razón para tener esperanza. Signos de una nueva primavera para la vida matrimonial y familiar están brotando a todo nuestro alrededor. No ocurrirá sin un esfuerzo valiente, bajo la dirección del Espíritu Santo. Pero ocurrirá cuando escuchemos al Señor y abracemos su plan para la vida matrimonial y familiar. Necesitamos empezar por redescubrir la sabiduría de Humanae Vitae, en otras palabras, viendo lo malo de los métodos anticonceptivos y apreciando lo bueno de la Planificación Natural Familiar.

En Phoenix tenemos apartir del 2005 una clínica dedicada solo al PNF en el lado este del Condado Maricopa. En el mismo año el hospital San José estableció un nuevo departamento de la Planificación Natural de la Familia. Desde entonces los cursos de Teología del Cuerpo se ofrecen Instituto Kino y en varias parroquias.

La Teología del Cuerpo es una formulación fresca de la enseñanza de la Iglesia sobre el don de la sexualidad humana y la misión de las parejas casadas. Presenta más claramente y de una manera convincente lo que Pablo VI enseño en Humana Vitae, al mismo tiempo que arraiga la presentación en un contexto más rico y bíblico. El matrimonio, dice Juan Pablo II, es una imagen visible del amor de las personas divinas de la Trinidad bendita, el amor dinámico entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. También es un signo del amor de Cristo por la Iglesia, su esposa. Refleja el amor de Cristo en la cruz (1 Juan 3:16), “El sacrificó su vida por nosostros y en esto hemos conocido el amor.” Es cierto que cada matrimonio aquí en la tierra existe entre dos personas imperfectas que necesitan siempre de la misericordia de Dios, pero es en su unidad matrimonial, en su fidelidad y en el cuidado de sus hijos que la realidad del amor de Dios esta revelado.

Por medio del lazo matrimonial, Dios crea una comunión de personas dentro de la cual nueva vida es producida como fruto del amor conyugal. Este es el plan de Dios desde el principio. En otras palabras, los dos significados primarios del abrazo matrimonial son unidos: el significado unitivo y el significado procreativo. El significado procreativo se cumple en la bendición de hijos y el significado unitivo es lo que viene de la comunión del amor. Estos dos significados (o propósitos) del matrimonio (el de dar vida y el de dar amor) están unidos de tal manera que el matrimonio en sí es gravemente puesto en peligro si se les divide. Más importante, cuando estos dos propósitos son abrazados y vividos completamente, un abundante bienestar es derramado sobre la familia y la sociedad.

Por otro lado, el amor matrimonial no es facil a sí mismo si no está abierto a la vida. Debe ser unitivo y procreativo, no el uno ó el otro pero ambos al mismo tiempo. ¿Por qué? Porque el amor auténtico todo lo da. Escuchamos este lenguaje de totalidad en el mandamiento más grande cuando Jesús dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Amar como Jesús ama es dar todo de lo que somos y tenemos, sin importar el costo. En Humanae Vitae, # 9, Pablo VI escribe que el amor conyugal “es total o sea, es una forma muy especial de amistad personal en la que los esposos comparten todo generosamente el uno con el otro sin reservaciones y sin conveniencias egoístas.” El que ama verdaderamente a su esposa no tan solo ama por lo que él recibe de ella, pero también por lo que ella es. Esto lo hace alegremente, mientras que enriquece a su amada con el don de sí mismo.”

¿Qué tal si una pareja no esta de acuerdo con la enseñanza de la Humane Vitae? ¿No deberían seguir sus propias conciencias? ¿Qué tal si un sacerdote dice que no se preocupen con esto? ¿No es cierto que esta es solamente una enseñanza hecha por los hombres? Estas preguntas merecen una consideración cuidadosa, porque como enseño el Concilio Vaticano II en Gaudium et Spes (#16), “En lo mas profundo de su conciencia el hombre descubre la existencia de una ley que el no se dicta a si mismo pero a la cual debe obedecer ...la conciencia es el núcleo mas secreto y su sagrario. En el que este se siente a solas con Dios cuya voz resuena en el recinto mas íntimo de aquella.”

Antes de seguir nuestra conciencia, debemos formarIa de acuerdo con la voz de Dios. Nuestra conciencia no es el origen de la verdad. La verdad esta fuera de nosotros; existe de una manera independiente y debe ser descubierta a través de un esfuerzo constante de la mente y el corazón. Esta no es una tarea fácil para nosotros que sufrimos los efectos del pecado original y las tentaciones constantes del demonio. Recuerden la llamada clara de San Pedro (I Pe 5:8-9), "Sean sobrios y estén despiertos, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resístanle firmes en la fe."

El amor al prójimo requiere un compromiso a la verdad. Nuestros contemporáneos tienen el derecho a la verdad acerca de la sexualidad, el matrimonio y la familia. Ellos merecen saber lo que es bueno y verdadero; también merecen saber lo que es malo y falso. La gente, con razón, espera que enseñemos lo que Cristo enseña a través de su Iglesia. Como consecuencia, todo católico, y el clero en particular, tiene la obligación grave de proclamar fielmente esta verdad. A este respecto, Pablo VI escribió en Humanae Vitae, #29, "No menoscabar en nada la saludable doctrina de Cristo es una forma de caridad eminente hacia las almas. Pero esto debe ir acompañado siempre de la paciencia y de la bondad de que el mismo Señor dio ejemplo en su trato con los hombres. Venido no para juzgar sino para salvar. El fue ciertamente intransigente con el mal, pero misericordioso con las personas."

El asunto de los anticonceptivos no se encuentra en la periferia de la vida católica sino cerca de su centro. Cada acción de usar los anticonceptivos es un pecado serio que causa daño grave al amor entre esposo y esposa y al amor de ellos por Dios. Desgarra los dos sentidos del abrazo conyugal: el de dar vida y el de unir personas. No es de extrañar que muchas parejas que recurren a ligaduras de las trompas, vasectomías y otros actos de esterilización luchan para encontrar significado en sus matrimonios. En cambio, no sorprende que las parejas que siguen la enseñanza de la Iglesia sufren muy pocos divorcios y crecen en el amor mutuo. Las parejas casadas son ayudadas inmensamente a integrar la enseñanza de la Iglesia en sus vidas cuando la enseñanza es presentada con fidelidad, confianza y entusiasmo. Aunque nuestra enseñanza católica contradice las erróneas teorías populares, nunca debemos estar desconcertados o intimidados. Cristo es y siempre ha sido un signo de contradicción.

Lo que pareció como fracaso en Su vida, es decir, la Cruz, fue de hecho la victoria mas grande de amor y verdad. Efectivamente, Su Espíritu esta trabajando en los que enseñan y los que reciben la enseñanza, dirigiéndolos a la obediencia de la fe y a vivir fielmente la Buena Nueva. Escuchen una vez mas el consejo de Pablo VI a los sacerdotes (ibid), "Prediquen con mucha seguridad y estén seguros de que el Espíritu Santo de Dios, quien guía al Magisterio en su enseñanza, iluminará los corazones de los fieles y les invitara a que den su consentimiento. Enseñen a los esposos sobre la naturaleza indispensable de la oración; enséñenles como es debido, para que vengan regularmente y con gran fe a los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia."

Estoy muy agradecido por las parejas casadas que aceptan y practican las buenas noticias de Humanae Vitae y la Teología del Cuerpo. Fidelidad a la verdad tiene sus propia recompensa y estas parejas son las primeras en afirmar esto. Hoy día mas de 30 por ciento de todos los matrimonios terminan en divorcio, pero el índice es solo 3 por ciento para aquellos que usan PNF. La verdad nos hace libre; también echa los cimientos sólidos para el amor. Desafortunadamente, muchas parejas todavía no están consientes de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, o tal vez han sido embaucadas por las opiniones predominantes que corren completamente contrarias a esta enseñanza. A todos ellos les ofrezco una nueva invitación y les suplico de manera sincera que abran sus mentes a esta buena noticia y a que examinen sus conciencias sobre los anticonceptivos y sus asuntos relacionados.

No olviden que nuestra conciencia nos ayuda a crecer en la madurez en Cristo solo en la medida en que es formada por la verdad. Si has caído en el pecado de usar anticonceptivos, busca el perdón del Señor por medio de una buena Confesión. Si debido a problemas de infecundidad, has acudido a técnicas procreadoras que separan del amor conyugal el sentido unitivo del sentido procreador, técnicas que mecánicamente sustituyen la manipulación científica por el abrazo conyugal, busca el perdón a través de la reconciliación sacramental.

¿Qué esta pidiendo el Señor de nosotros en los Estados Unidos, y en particular, en la Diócesis de Phoenix? Nos esta llamando, sin duda, a hacer esfuerzos aun mas grandes de entre gar la Teología del Cuerpo y de enseñar los métodos aprobados de PNF.

Para realizar esto, nuestros sacerdotes y diáconos, quienes son ordenados para enseñar y predicar en el nombre de Cristo, tienen un papel esencial que desempeñar. Así como también, el Instituto Kino, la Oficina de Ministerios Catequéticos, nuestras escuelas católicas y los directores del RICA, la Oficina de Juventud y Ministerios a los Jóvenes, la Oficina de Matrimonio, Vida Familiar y Asuntos de Respetar a la Vida tienen contribuciones importantes que hacer. También necesitamos la asistencia de nuestros hospitales católicos y de la Oficina de la Planificación Natural de la Familia, la ayuda de “Catholic Physicians Guild” y de los médicos católicos y otros trabajadores en el campo médico.

Para parejas comprometidas que se preparan para el matrimonio, hoy día nuestra Diócesis requiere una introducción a la Planificación Natural de la Familia; este es el momento perfecto para requerir un curso completo de instrucción en un método aprobado del NFP. Nosotros seremos capaces de hacer esto tan pronto tengamos suficientes instructores de NFP para nuestra creciente población. Ya estamos haciendo grandes esfuerzos para reclutar y entrenar maestros adicionales de NFP tanto en ingles como en español. Nuestro difunto Santo Padre Juan Pablo II, poco antes de morir, dijo, “El momento ha llegado en que cada parroquia debe tener personal disponible que pueda enseñar a las parejas casadas como usar los métodos naturales de la planificación natural de la familia." Qué el Señor nos conceda la gracia para alcanzar esta meta muy pronto!

Cuando se rompen los lazos entre el amor matrimonial y la procreación de los niños (lo que hacen los anticonceptivos), hay males innumerables e inevitables que siguen, males como el sexo siendo representado como un producto para la diversión sin relación al matrimonio y a los hijos, intentos para justificar los actos homosexuales, y la proliferación de la pornografía. Ya en el año 1968, en su encíclica Humane Vitae, #17, Pablo VI pronosticó con precisión cuatro consecuencias graves de rechazar las normas morales para la regulación de los nacimientos: • El uso de los anticonceptivos conduciría a la infidelidad matrimonial y a un

decaimiento de la moralidad; • El respeto hacia las mujeres disminuiría al considerarlas mas y mas como objetos

de placer en vez de personas que merecen ser amadas y tratadas como iguales.

• Los gobiernos forzarían a las personas a que actuaran en contra de sus

conciencias y convicciones morales. • Las parejas empezarían a pensar que tienen un dominio sin limites sobre sus

propios cuerpos, perdiendo por lo tanto el sentido de colaboración con Dios en crear una nueva vida.

Cada una de estas cuatro tragedias ha ocurrido durante los últimos cuarenta años, precisamente como Pablo VI pronosticó. El divorcio y la pornografía han aumentado en inmensas proporciones a través de América y Europa, y han causado estragos especialmente para los niños y las mujeres. Cada vez mas el cuerpo humano es considerado como un objeto que debe ser manipulado,

Pablo VI, en Humane Vitae, #17, preguntó: “¿Quien impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren mas eficaz?" Aquí en América durante los últimos años, hay legislación que esta siendo propuesta en muchos Estados, y ya ha sido aprobada en algunos, que obliga a los farmacéuticos y a otros trabajadores en el campo de la salud a actuar de manera contraria a sus conciencias al dispensar materias anticonceptivas o abortivas. En nuestro propio Estado de Arizona también hemos visto varios intentos en los últimos años para forzar a los trabajadores profesionales de salud y a hospitales a recetar o proporcionar "pastillas anticonceptivas de emergencia" que pueden causar abortos. Aunque estos intentos legislativos hasta hoy día han fallado en Arizona, la presión para negar los "derechos de conciencia" sigue aumentando.

En respuesta a estas amenazas, la Conferencia Católica de Arizona trabajo de manera activa para introducir en la legislación que protege los "derechos de conciencia" de todos los proveedores en el campo de la salud, incluyendo a los farmacéuticos, especialmente con respecto a los anticonceptivos y medicinas que causan abortos. Después de una batalla difícil, este proyecto de ley fue aprobado por la legislatura; desgraciadamente, fue vetado por la Gobernadora Janet Napolitano.

Es efectivamente irónico que muchos de los que apoyan la legislación de "anticonceptivos mandatarios" abogan par una "separación de Iglesia y Estado" cuando personas de fe hablan abierta y legítimamente de asuntos que son de interés publico, pero no tienen ninguna objeción.

Cuando el Gobierno obliga a organizaciones de la Iglesia y a sus miembros a violar el dogma de su fe. La primera enmienda, por supuesto que no aboga por una separación entre la Iglesia y el Estado, sino por la protección de la libertad religiosa del Estado. Los autores de la Constitución de E.U. tuvieron la intención de que todas las personas tuvieran un igual derecho de dar voz a sus opiniones, incluyendo aquellas con convicciones religiosas. Además, sabían que era imperativo que el Estado no infringiera en las creencias de sus ciudadanos.

*El Amor de dar de sí mismo.

Departamento de Catequesis Familiar

Oficina de Matrimonio y Respeto a la Vida

Carmen Portela, Director Liderazgo Parroquial - español Teléfono: 602-354-2031

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Versión 1.0 Copyright © 2008 Módulo II: Respeto a la Vida

Fuente: * Thomas J. Olmsted Obispo de la Diócesis Católica de Phoenix