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Antipsiquiatría: Crítica a la Razón Psiquiátrica Antipsiquiatría: Crítica a la Razón Psiquiátrica No hace mucho, una revista mexicana, Subjetividad y Cultura, me preguntaba, le preguntaba a varios esp ecialistas de la psi qui atr ía y la psi col ogía, sobre la antipsiquia trí a.18 as preguntas se centraban en qu! "ue la #ntipsiquiatría, cuales sus aportaciones y "racasos, y sobre todo, sobre su posible vig encia. $r egunta que qui %&s en 'sp a(a, en 'uropa, ser ía irrelevante. Solo en el mundo marginal de colectivos de ex psiquiatri%ados, en grupos de contrapsicología, o en algunos j)venes o*upas alternativos he visto reeditado en "ascines textos, con m&s "recuencia "ragmentos, de la literatura antipsiqui&trica . 'l pensamiento +nico ha des pla %ad o a cua lqu ier int ento de teo ri% aci)n cr ític a. 'n re ali dad , el pragma tis mo dominante, la primacía de la t!cnica, del c)mo que oculta el por qu!, ha arrinconado a toda "orma de teoría psicopatol)gica, a todo tipo de indagaci)n, critica o no, sobre las ra%ones y procesos del en"ermar psíquico. Son tiempos acomodaticios para el primer mundo, donde se huye de la memoria hist)rica, de la conciencia social, del compro miso. onde el pensamiento progresista de los m&s j)venes puede reducirse a la de"ensa de las "ocas, los espacios verdes, la protesta por las guerras y la de"ensa del espacio privado. 'n psiquiatría, a una hueca pr&ctica, la llamada biol)gica, "undamentada en el compendio de ensayos psico"armacol)gicos, en una etapa de su desarrollo -cientíco/ tan inaugural que el e"ecto de los "&rmacos 0utili%o un símil de ig uel 2oca, tan poc o sospe choso de anti3 biol)gica4 a+n siendo relativamente eca%, todavía es algo semejante a matar moscas a ca(ona%os, por su "alta de precisi)n y sus consiguientes e"ectos secundarios. $or otra parte, el movimiento antipsiqui&trico no lleg) nunca a poner contra las cuerdas a la psiquiatría. Su radicalismo "ue un revulsivo, la exigencia de otra pr&ctica, de otra mirada psiqui&trica. 5a sido el avance de una ideología biologicista que reduce la en"ermedad mental a las ciencias moleculares del cerebro y una demanda social proteica 0que busca en la psiquiatría prontas solucione s a todo tipo de "rustrac iones y carencias4, quien es pro picia ron, varias d!cadas despu!s, como advierte el ibro 6lanco de la $siquiatría "rancesa 079477, la crisis de la psiquiatría. 'sta ve% no es la crítica a la ra%)n psiqui&trica, sino el recha%o a la ra%)n de ser de la psiquiatría 0y consecuentemente de la psicopatología4, disciplina necesitada de la síntesis, de la tr aba%)n con otras disciplinas no m!dicas, que no puede hallarse sino es en la encrucijada entre las dimensiones som&ticas, psicol)gicas y sociales de la persona. $ara Subjetividad y cultura, revista progr esista de psicología, donde se dan cita el psicoan&lisis, la salud p+blica, la psiquiatría y el marxismo 0en el tras"ondo siempre :romm, tan in;uyente en la cultura mexicana, presente a+n la obra de la escuela de :ranc"ort4, la pregunta sobr e la antipsiquiatría, se inscribe en una realidad muy distinta< una realidad, como en el resto de países de #m!rica atina, donde la lucha contra la miseria y la alienaci)n lleva a mirar a los manicomios, lleva a un movimiento de re"orma psiqui&trica= donde el discurso de los movimientos de salud mental trata de cambiar las "ormas de vida y no solo la asistencia psiqui&trica. e perto ningu!m ! normal, proclama uno de los esl)ganes del movimiento brasile(o de salud mental, una "rase que podría haber sido suscrita por un antipsiquiatra en los a(os > del pasado siglo. $ara nosotros, la necesidad es otra. ?tro el momento. $ara nosotro s, recuperar los textos de la vanguardia antipsiqui&tr ica, no dejar en el olvido sus tesis 0en cualquier caso, ensancharon los límites del pensamiento psiqui&trico y cultural, aportando una mirada di" er ente entroncada a la diversidad y la incertidumbre de la comple jida d psicopatol)gica4, signica abrir una brecha en la estrecha cerca del pragmatismo dominante< signica despertar inquietudes que interpelen ese intento tramposo de reconstruir todo el universo desde el pensamiento biol)gico, con un solo lenguaje y un pensamiento +nico . El Momento Histórico a antipsiquiatría es la mani"estaci)n en el campo de las disciplinas de la salud mental de la pro"unda crisis de las ciencias, del arte, de la ideología, de los valores en suma de la sociedad en las d!cadas que siguieron al n de la Segunda @uerra undial< crisis que culminar& en la rebeli)n de ma yo del A8. Bna Nueva % quierda sa cude el pensamiento de la !poca, cuestionando tanto las teor ías polít icas y sindicales convencionales como sus "or mas de or gani%aci )n. 'n el an&l isis polít ico es t& presente la visi )n de las nuevas "o rmas de capitalismo que tienden a convertir la totalidad de la vida en objeto de dominaci)n, trocando 1

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No hace mucho, una revista mexicana, Subjetividad y Cultura, me preguntaba, le preguntabaa varios especialistas de la psiquiatría y la psicología, sobre la antipsiquiatría.18 aspreguntas se centraban en qu! "ue la #ntipsiquiatría, cuales sus aportaciones y "racasos, ysobre todo, sobre su posible vigencia. $regunta que qui%&s en 'spa(a, en 'uropa, sería

irrelevante. Solo en el mundo marginal de colectivos de ex psiquiatri%ados, en grupos decontrapsicología, o en algunos j)venes o*upas alternativos he visto reeditado en "ascinestextos, con m&s "recuencia "ragmentos, de la literatura antipsiqui&trica. 'l pensamiento +nicoha despla%ado a cualquier intento de teori%aci)n crítica. 'n realidad, el pragmatismodominante, la primacía de la t!cnica, del c)mo que oculta el por qu!, ha arrinconado a toda"orma de teoría psicopatol)gica, a todo tipo de indagaci)n, critica o no, sobre las ra%ones yprocesos del en"ermar psíquico. Son tiempos acomodaticios para el primer mundo, donde sehuye de la memoria hist)rica, de la conciencia social, del compromiso.onde el pensamiento progresista de los m&s j)venes puede reducirse a la de"ensa de las"ocas, los espacios verdes, la protesta por las guerras y la de"ensa del espacio privado. 'npsiquiatría, a una hueca pr&ctica, la llamada biol)gica, "undamentada en el compendio deensayos psico"armacol)gicos, en una etapa de su desarrollo -cientíco/ tan inaugural que el

e"ecto de los "&rmacos 0utili%o un símil de iguel 2oca, tan poco sospechoso de anti3biol)gica4 a+n siendo relativamente eca%, todavía es algo semejante a matar moscas aca(ona%os, por su "alta de precisi)n y sus consiguientes e"ectos secundarios. $or otra parte,el movimiento antipsiqui&trico no lleg) nunca a poner contra las cuerdas a la psiquiatría. Suradicalismo "ue un revulsivo, la exigencia de otra pr&ctica, de otra mirada psiqui&trica. 5asido el avance de una ideología biologicista que reduce la en"ermedad mental a las cienciasmoleculares del cerebro y una demanda social proteica 0que busca en la psiquiatría prontassoluciones a todo tipo de "rustraciones y carencias4, quienes propiciaron, varias d!cadasdespu!s, como advierte el ibro 6lanco de la $siquiatría "rancesa 079477, la crisis de lapsiquiatría. 'sta ve% no es la crítica a la ra%)n psiqui&trica, sino el recha%o a la ra%)n de ser dela psiquiatría 0y consecuentemente de la psicopatología4, disciplina necesitada de la síntesis,de la traba%)n con otras disciplinas no m!dicas, que no puede hallarse sino es en laencrucijada entre las dimensiones som&ticas, psicol)gicas y sociales de la persona.$ara Subjetividad y cultura, revista progresista de psicología, donde se dan cita elpsicoan&lisis, la salud p+blica, la psiquiatría y el marxismo 0en el tras"ondo siempre :romm,tan in;uyente en la cultura mexicana, presente a+n la obra de la escuela de :ranc"ort4, lapregunta sobre la antipsiquiatría, se inscribe en una realidad muy distinta< una realidad, comoen el resto de países de #m!rica atina, donde la lucha contra la miseria y la alienaci)n llevaa mirar a los manicomios, lleva a un movimiento de re"orma psiqui&trica= donde el discurso delos movimientos de salud mental trata de cambiar las "ormas de vida y no solo la asistenciapsiqui&trica. e perto ningu!m ! normal, proclama uno de los esl)ganes del movimientobrasile(o de salud mental, una "rase que podría haber sido suscrita por un antipsiquiatra enlos a(os > del pasado siglo. $ara nosotros, la necesidad es otra. ?tro el momento. $ara

nosotros, recuperar los textos de la vanguardia antipsiqui&trica, no dejar en el olvido sus tesis0en cualquier caso, ensancharon los límites del pensamiento psiqui&trico y cultural, aportandouna mirada di"erente entroncada a la diversidad y la incertidumbre de la complejidadpsicopatol)gica4, signica abrir una brecha en la estrecha cerca del pragmatismo dominante<signica despertar inquietudes que interpelen ese intento tramposo de reconstruir todo eluniverso desde el pensamiento biol)gico, con un solo lenguaje y un pensamiento +nico.

El Momento Históricoa antipsiquiatría es la mani"estaci)n en el campo de las disciplinas de la salud mental de lapro"unda crisis de las ciencias, del arte, de la ideología, de los valores en suma de la sociedaden las d!cadas que siguieron al n de la Segunda @uerra undial< crisis que culminar& en larebeli)n de mayo del A8. Bna Nueva %quierda sacude el pensamiento de la !poca,cuestionando tanto las teorías políticas y sindicales convencionales como sus "ormas deorgani%aci)n. 'n el an&lisis político est& presente la visi)n de las nuevas "ormas decapitalismo que tienden a convertir la totalidad de la vida en objeto de dominaci)n, trocando

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toda subjetividad y actividad en objetividad cosicada. # la petici)n marxista de tras"ormar elmundo, se une, recogiendo el espíritu de las vanguardias artísticas, la proclama de 2imbaudde cambiar la vida. $ensamos que hay que cambiar el mundo, escribe @uy ebord, elide)logo del ayo "ranc!s, la rebeli)n que conmocion) el mundo, y pide para ello ladisoluci)n de la política en la vida, del trabajo en la vida, 1>. esde la loso"ía, la sociología,el psicoan&lisis, la cultura y la política, pensadores como e"ebvre, arcuse, 2eich, #dorno,6roDn, @abel hacen ver que la liberaci)n del hombre no puede denirse solo en t!rminos deexplotaci)n econ)mica y represi)n política, dejando de lado la multidimensionalidad de laexistencia humana y sus "ormaciones sociales. Cualquier revoluci)n que quiera tener encuenta las verdaderas necesidades del hombre, tiene que considerar la opresi)n psicol)gica,rompiendo la dicotomía entre lo individual y lo político= debe llevar la subversi)n a la es"eraprivada, la "amilia, la ciudad, el ocio. Son tiempos de revuelta estudiantil, de huelgas sinprecedentes y de una rebeli)n ciudadana que dej) sin 'stado a :rancia durante semanas yestupe"actos y atemori%ados a los gobiernos del mundo entero. Eiempos de la protestaamericana, del movimiento hippie F la internacional juvenil de Gerry 2ubin= del asiento traserode los coches, del amor a ritmo de 'lvis, se pasa al 6lac* $oDer y las mani"estaciones contrala guerra de Hietnam. Eiempos de crecimiento econ)mico y de crisis de las instituciones,donde, de nuevo, $arís ser& el eco multiplicador, tras el cuestionamiento sin precedentes del

orden social contempor&neo de mayo del A8.'s avid Cooperc quien utili%a por primera ve% el t!rmino para describir una experiencia, Hilla71, reali%ada en un pabell)n de un hospital psiqui&trico de ondres1. $siquiatría comopr&ctica alternativa a la psiquiatría tradicional, "rente a la violencia institucional, cuestionandoel hospital, yendo m&s all& de la comunidad terap!utica, en una pr&ctica que va ensayar unclima de libertad para los pacientes, sin violencia ni restricciones. I ser& en la obra de Coopery de 2olanld aing, en la antipsiquiatría inglesa, donde debemos situar en sentido estricto laantipsiquiatría, aunque hoy el t!rmino se haya generali%ado para se(alar todo el movimientoantiFinstitucional y re"ormador psiqui&trico de los a(os sesenta y setenta del pasado siglo.esde el S$J 0colectivo socialista de pacientes de la clínica de 5eilderberg, que predica lainsurrecci)n armadaK7, hasta las m&quinas deseantes de eleu%e y @uattari17,de @entis7K< 7L a ?ctave o aud annoniK1< de 6asaglia139< L y Gervis78391 a Eom&s

S%as%KK3KM< de las experiencias inglesas a las denuncias de la situaci)n asistencial durante larepresi)n "ranquista19<1K<7A. Critica global e ideol)gica de la psiquiatría, sobre todo de suproceder m!dico, nosogr&co y diagn)stico,que llega a proclamar la inexistencia de laen"ermedad mental, mito o arte"acto seudom!dico, triviali%ando o ideali%ando lapsicopatología al mirarla sesgadamente a trav!s de genios3locos= #rtaud, 5derlin, Niet%sche.

 Gean3$aul Sartre, escribe en el pre"acio a 2a%)n y violencia9M, un estudio sobre la obra dell)so"o existencialista escrito por aing en colaboraci)n con avid Cooper en 1MAK, que laen"ermedad mental es la salida que el organismo libre, en su unidad total, inventa para podervivir una situaci)n no vivible. 'n este ensayo se estudia la obra sartriana a trav!s de la Críticade la ra%)n dial!ctica y de la obra de Sartre sobre @enet. #parece el -ser para sí/ de la"enomenología existencial, dividido sin cesar contra sí mismo, roto, condenado en la

necesidad de su libertad y de su compromiso. ial!ctica entre el acto libre, y el compromisoalienado, las manos sucias de la trans"ormaci)n social. mposible sartriano que marcar& laconciencia crítica de varias generaciones de intelectuales de i%quierdas. :enomenologíaexistencial que "undamenta junto con los trabajos de la 'scuela de $alo #lto8<7> sobre"amilias de pacientes esqui%o"r!nicos y un psicoan&lisis donde se vislumbra Oinnicott, los"undamentos de la antipsiquiatría inglesa. 's en la Clínica Eavistoc*, donde 2onald avidaing empe%) su entrenamiento psicoanalítico. Oinnicott 0sin duda, uno de los pensadoresm&s originales y de m&s in;uencia en el psicoan&lisis y la psiquiatría p+blica inglesa4,supervisa a aing durante su "ormaci)n en el nstituto de la Sociedad $sicoanalítica 6rit&nica.'l inter!s de Oinnicott por el trabajo psicoanalítico con pacientes psic)ticos y su concepci)ndel "alsoFyo y de la regresi)n hacen que sea un re"erente en esta primera etapa de aing, y engeneral para las -comunidades terap!uticas/ "undadas por los antipsiquiatras ingleses. 'n 'l

 Io dividido9K y en 'l Io y los otros97, hay una gran deuda con Oinnicott. os libros que qui%&se encuentren entre las m&s importantes aportaciones te)ricas de la antipsiquiatría, y en losque aing introduce el concepto de -inseguridad antol)gica/ 3 el yo constituido de "orma

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de"ectuosa no puede con la pluralidad de papeles 3 y la hip)tesis del origen social de laesqui%o"renia. -No me abraces, pues te castigar!P $ero si no lo haces, te castigar!./ 'l sujeto se veatrapado por dos )rdenes de mensajes y uno de ellos niega al otro. -Situaciones "alsas einsostenibles/, el -doble vínculo/ de la antropología de la comunicaci)n, principios de laescuela de $alo #lto que aing incorpora a sus estudios de "amilias esqui%o"r!nicas y a sudiscurso en general sobre las "ormas de alineaci)n social. -oble vínculo/ que anuda lasrelaciones intersubjetivas, de tal suerte que hay una imposibilidad absoluta de salir de latrampa, de la alineaci)n en el ?tro. 'l Io y los ?tros. ndividuo y sociedad. #lineaci)nrecíproca que a"ecta, seg+n aing, a cualquier grupo social, sea cual sea su estructura o suideología97< K. $ara aing y Cooper, el tema central es la psicosis, m&s concretamente, laesqui%o"renia. $iensan que si para el psicoan&lisis la puerta de entrada "ue la histeria para lanueva psiquiatría, es la psicosis. $ara ambos la patología psiqui&trica debe considerarse unaexperiencia, un viaje, un pasaje. 's necesario dejar libertad a las personas en con;icto, encrisis, con problemas mentales 0se duda que sea una en"ermedad4 para reali%ar su viaje, parae"ectuar una regresi)n. Bna experiencia que acompa(a el terapeuta= ese ser& su papel. Coneste ideario, "undan, junto con #aron 'sterson, en 1MAL la -$hiladelphia #ssociation/, paraintentar cambiar seg+n consta en los estatutos el modo en que los -hechos/ de la salud

mental y de la en"ermedad mental son vistos por muchas personas. #sociaci)n que estableceuna red de comunidades en ondres para personas aquejadas de problemas mentales, -quecreen que la sociedad les va a destruir/, en palabras de aing71.Casas antipsiqui&tricas donde las mentes perdidas podrían curarse volvi!ndose locas entrepersonas que ven la locura como una oportunidad de morir y renacer. Bn viaje por la locuracomo oportunidad de reconstituir su -yo aut!ntico./ :ueron tres casas por las que pasaron91A personas entre junio 1MAL y septiembre de 1M>KK9. 'n ellas se reali%aba la inmersi)n enlos "antasmas de la mente, en el delirio. Bna regresi)n que va a denominarse metanoica 3etanoia es una palabra del Nuevo Eestamento, traducida por arrepentimiento y queliteralmente signica cambio de opini)n. Bna especie de sucesi)n muerte renacimiento de laque, si se lleva a cabo con !xito, la persona regresa al mundo sinti!ndose reci!n nacida,re"rescada y reintegrada a un nivel m&s alto de "uncionamiento que antes9L. a m&s conocida

de estas casas, Jingsley 5all, un edicio situado en el 'ast 'nd de ondres, en el que vivi) una(o el propio aing, se convirti) en punto de encuentro del movimiento contracultural ingl!sde los a(os sesenta= soci)logos de la NeD e"t, dirigentes del movimiento -proFcomuna/ ypoetas, artistas, m+sicos, bailarines y "ot)gra"os de vanguardia< la :ree School o" ondon, sereuni) allí por primera ve% y "ue sede de clases de la #ntiFBniversidad de ondres. a psicosis,en especial una de sus expresiones, el delirio, se divulga como una creaci)n lírica, como unavía sagrada que el hombre transita despu!s de romper las cadenas de la ra%)n. aesqui%o"renia, es para aing y sus compa(eros de la $hiladelphia #ssociation, una tentativatriun"ante para no adaptarse a las seudo realidades sociales. 2adical $siquiatría que acusa ala sociedad alienante. Se produce una miticaci)n de la locura= el loco que en realidad est&sano y del sano que est& locoM< 99< 9A398.

'n el terreno puramente terap!utico, tiene sentido la pregunta que se hace Gervis, en 'l mitode la antipsiquiatría11<91<91= Qes realmente posible ayudar de "orma antipsiqui&trica a unapersona a"ecta 0y oprimida4 de lo que se llama un trastorno mentalR $arece que la experienciano ratic) las experiencias inglesas. 'l propio g esde el 1 de junio de 1MAL, "echa de suapertura, hasta 1MA8, vivieron, seg+n nos cuenta aing en 'squi%o"renia y presi)n social, enJingsley 5all ciento nueve personas durante períodos de 9 m&s días. $or esos a(os surgenotras -comunidades/ asociadas, al igual que hay una experiencia precedente,Hilla 71desarrollada por Cooper en un pabell)n de un gran hospital de ondres 0m&s de 7 camas4de 1MA7 a 1MAA. 'xperiencia relatada en un capítulo de $siquiatría y antipsiquiatría. aing lecuenta a Gervis que en Jingley 5all las t!cnicas psicoanalíticas tienen un lugar, como last!cnicas de la psiquiatría para salir de los apuros que el cuidado in"ormal y silvestre puedeocasionar. $or otra parte, la miticaci)n de la locura entra(a el riesgo de erigir la

irracionalidad, y por tanto un nihilismo conservador, un laisse% "aire, en la +nica alternativa enuna sociedad cuyas contradicciones políticas, econ)micas y sociales precipitan, "avorecen oproducen la en"ermedad mental. 'l loco, o t!rminos m&s apropiados, el en"ermo mental, no es

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un representante de la libertad y el genio, todo lo contrario= es una persona doblementealienada< por su desvalimiento como en"ermo, por la "ragilidad a la que le suele lleva suen"ermedad y por el abandono y estigma social que esta produce. a locura no es genial, todolo contrario= lleva al su"rimiento y la devastaci)n mientras domina el episodio o la en"ermedadse cronica en el deterioro psíquico. No es de extra(ar que la antipsiquiatría inglesa, al menosen sus dos protagonistas principales, aing y Cooper, acabara en el misticismo y laintoxicaci)n alcoh)lica suicida. Ni que de 2a%)n y violencia, se pasar& al maniesto org&smicode Cooper= -el mensaje debe ser pan y orgasmo= de lo contrario, podremos vivir aunque paranada, podremos crear una revoluci)n que, en +ltima instancia, no mere%ca la pena. 'lleivmotiv es el orgasmo la mayor cantidad posible de veces, por todos los medios posibles,dentro del contexto de un amor no posesivo11/

La Institución Negaa ! la Coorinaora Psiquiátrica'l caso del 2eino Bnido, con su Servicio Nacional de Salud, y sus altas prestaciones sociales,entonces paradigm&ticas de un 'stado del 6ienestar, no es el caso italiano, ni estadounidenseni espa(ol, donde estaban por construir unos servicios p+blicos sanitarios. os movimientossociales, en especial en la universidad de los a(os sesenta del pasado siglo, crean unmomento propicio para la lucha antiFinstitucional en el que se desarrolla la re"orma

psiqui&trica. Bnas re"ormas, la italiana, con $siquiatría emocr&tica, los movimientoscomunitarios en ''BB o en Canad&, que se inscriben m&s en el posibilismo de la re"ormaasistencial= vaciar los manicomios, crear alternativas en la propia comunidad= ladesinstitucional%aci)n, que en una propuesta radical, que ponga entre par!ntesis laen"ermedad mental y la psiquiatría. 'n el caso de 'spa(a, adem&s, el movimiento alternativode los j)venes psiquiatras y pro"esionales de la salud mental se convirti) gracias a ladictadura en un movimiento político en lucha por las libertades= no cupo la antipsiquiatría. are"orma psiqui&trica, la mejora de la atenci)n a los en"ermos mentales, no podía desligarse dela lucha contra la dictadura de :ranco. Ni pudo despu!s descoserse, una ve% llegada lademocracia, de la necesaria reconstrucci)n de la sociedad civil y sus instituciones yservicios18< 1M< K9. ?tra cosa es que algunos de sus postulados, al igual que sucedi) con larevuelta de ayo, impregnasen la conciencia social de gran parte de una generaci)n, que

 jug) un papel importante en la 2e"orma psiqui&trica espa(ola1A.'n cuanto al movimiento italiano, aunque en la presentaci)n de su libro maniesto=istitu%ione negata, punto de partida del movimiento antiFinstitucional italiano, 6asaglia sedena como antipsiquiatra, la alternativa italiana es sobre todo un movimiento de re"ormaasistencial, dentro del posibilismo político de la coyuntura italiana inscrito en el juego de lospartidos políticos y de los sindicatos , lo que le permite la modicaci)n legislativa, la leyitaliana 18, que supone uno de los momentos culminantes del proceso dedesinstitucionali%aci)n al suprimir normativamente los manicomios, verdadera condici)n deposibilidad de toda re"orma13>< 79< 7839<L<L1. No es en la radicalidad de la denuncia, sinoen su &mbito de actuaci)n, donde podemos encontrar la di"erencia entre la antipsiquiatríainglesa y la re"orma italiana. 'n ve% de buscar la marginalidad de las -comunidades

terap!uticas/ de aing y Cooper, situadas "uera del aparato de salud 3 no por casualidad elNational 5ealth Service era en aquel momento uno de los sistemas y modelos de atenci)nsanitarios m&s avan%ado y socialmente progresista del mundo y de todo consenso ciudadano,-$siquiatría democr&tica/ se inscribe en lo p+blico con una clara intencionalidad política.5oy el movimiento basagliano "orma parte de los procesos desinstitucional%adores queconstituyen lo que ha venido en llamarse 2e"orma $siqui&trica, cuyo objetivo era"undamentalmente 0y sigue siendo4 el cierre del hospital psiqui&trico y la creaci)n dealternativas en la propia comunidad. Con el desarrollo de estos procesos anclados en larealidad asistencial, en la necesidad de cambiar la situaci)n de la atenci)n a los en"ermosmentales, desde una dimensi)n p+blica y universal, la antipsiquiatría queda reducida a unmovimiento contracultural, un desacuerdo que pone en cuesti)n tanto la en"ermedad mentalcomo la psiquiatría. a antipsiquiatría actu) al modo de una vanguardia artística, como

impacto, como revulsivo, en tanto construcci)n de una realidad ut)pica critica a la ra%)npsiqui&trica, que ha servido, como se(alaba en otro lugar1L<7, para dinamitar los límitesentre ra%)n y locura, ya rotos te)ricamente por :reud, en la conciencia de la !poca, al igual

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que para evidenciar la importancia de la alineaci)n en la producci)n de la en"ermedadmental.e las implicaciones políticas, como intelectuales comprometidos con su momento hist)rico,son prueba los siguientes p&rra"os extraídos de un libro de aing publicado en 1M>179< porotra parte, de indiscutible actualidad. -ientras no podamos elevar nuestro pensamientohasta superar la oposici)n entre 'llos y Nosotros, entre buenos y malos, la situaci)n seguir&como hasta ahora. a +nica alternativa es que los buenos exterminen a los malos y los malosa los buenos. a empresa no parece demasiado di"ícil ni improbable si se considera que, ennuestra opini)n, nosotros somos los buenos y ellos los malos, y en su opini)n, ellos son losbuenos y nosotros los malosP illones de personas han muerto en este siglo, y muchaspersonas m&s, entre las que, seg+n todo permite suponer, estaremos incluidos muchos denosotros y de nuestros hijos. orir&n, estrangulados por ese nudo que, en apariencia, somosincapaces de desatarP 'l nudo parece relativamente simple, pero se halla muy, pero muyajustado en torno, por así decir, de la garganta de la humanidad enteraP $ero, no lo creanporque yo lo digo= mírense en el espejo y compru!benlo/.

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