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Tanto la agencia, la autonomía, la disciplina y el control se ven atravesados por un proceso común: el desarrollo del capitalismo y del Estado moderno. Todos estos conceptos nos hablan del capitalismo, del Estado y, también, de la democracia a partir del siglo XVIII. Comencemos, pues, por la noción de agencia de O'Donnell. La agencia es la presunción de suficiente autonomía y razonabilidad de cada adulto como para tomar decisiones cuyas consecuencias entrañan obligaciones de responsabilidad. Reconocer a cada adulto como agente implica adjudicarle la capacidad de tomar decisiones que implican importantes consecuencias. La democracia contemporánea es el resultado de una apuesta institucionalizada: apuesta porque cada adulto debe aceptar que todos los demás, con su voto y al ser elegido para cargos públicos, participen en elecciones limpias que definirán quién los gobernará durante un determinado tiempo. Debe aceptarlo aunque piense que es un error que se les permita elegir o ser elegidos, y debe correr este riesgo (aunque el mismo fue atemperado por garantías institucionales, como la división de poderes o los límites temporales a los mandatos) pues es promulgado por el sistema legal. Y por esto último la apuesta es institucionalizada, porque es el sistema legal quien promulga y sustenta los derechos y obligaciones a cada individuo, que no los elige, sino que se encuentra inmerso en ellos desde su nacimiento. Por lo tanto, la apuesta, y la democracia, implican agencia. Y ésta, la agencia, también es un hecho institucionalizado, pues lo promulga y sustenta el sistema legal. El proceso de construcción jurídica de la agencia se desplegó junto con el desarrollo del capitalismo y tuvo, entre otras consecuencias, la abolición de la servidumbre y la emergencia de trabajadores "libres", pues pueden vender su fuerza de trabajo libremente y celebrar contratos con los dueños de los medios de producción, y, en términos de Marx, "doblemente libres", por no encontrarse ellos mismos entre los medios de producción ni poseerlos. Esta construcción jurídica del agente, por los escasos derechos que implicaba en un principio, contribuyó a reproducir relaciones de producción altamente desiguales entre capitalistas y trabajadores.

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Tanto la agencia, la autonoma, la disciplina y el control se ven atravesados por un proceso comn: el desarrollo del capitalismo

Tanto la agencia, la autonoma, la disciplina y el control se ven atravesados por un proceso comn: el desarrollo del capitalismo y del Estado moderno. Todos estos conceptos nos hablan del capitalismo, del Estado y, tambin, de la democracia a partir del siglo XVIII.

Comencemos, pues, por la nocin de agencia de O'Donnell. La agencia es la presuncin de suficiente autonoma y razonabilidad de cada adulto como para tomar decisiones cuyas consecuencias entraan obligaciones de responsabilidad. Reconocer a cada adulto como agente implica adjudicarle la capacidad de tomar decisiones que implican importantes consecuencias. La democracia contempornea es el resultado de una apuesta institucionalizada: apuesta porque cada adulto debe aceptar que todos los dems, con su voto y al ser elegido para cargos pblicos, participen en elecciones limpias que definirn quin los gobernar durante un determinado tiempo. Debe aceptarlo aunque piense que es un error que se les permita elegir o ser elegidos, y debe correr este riesgo (aunque el mismo fue atemperado por garantas institucionales, como la divisin de poderes o los lmites temporales a los mandatos) pues es promulgado por el sistema legal. Y por esto ltimo la apuesta es institucionalizada, porque es el sistema legal quien promulga y sustenta los derechos y obligaciones a cada individuo, que no los elige, sino que se encuentra inmerso en ellos desde su nacimiento. Por lo tanto, la apuesta, y la democracia, implican agencia. Y sta, la agencia, tambin es un hecho institucionalizado, pues lo promulga y sustenta el sistema legal. El proceso de construccin jurdica de la agencia se despleg junto con el desarrollo del capitalismo y tuvo, entre otras consecuencias, la abolicin de la servidumbre y la emergencia de trabajadores "libres", pues pueden vender su fuerza de trabajo libremente y celebrar contratos con los dueos de los medios de produccin, y, en trminos de Marx, "doblemente libres", por no encontrarse ellos mismos entre los medios de produccin ni poseerlos. Esta construccin jurdica del agente, por los escasos derechos que implicaba en un principio, contribuy a reproducir relaciones de produccin altamente desiguales entre capitalistas y trabajadores. O'Donnell trae a este punto el recorrido histrico de la asignacin de derechos. A estos fines, es til la secuencia tipolgica de Habermas, quien seala que, en primer lugar, el estado que surgi del absolutismo generaliz el concepto de personal legal portadora de derechos "burgueses", como los de los cdigos civiles y comerciales. En segundo lugar, con la aparicin del Estado de derecho apareci el derecho de elegir a los gobernantes, aunque, por supuesto a una sola minora, ya que recin, en una tercera etapa, durante el siglo XIX, se extendieron las libertades polticas a la totalidad de la poblacin masculina. Y, por ltimo, con el estado de bienestar se promulgaron los derechos sociales. Es interesante, tambin, traer nuevamente a Marx, en el momento en que dice, en el Manifiesto del Partido Comunista, que la organizacin del proletariado en clase y, por tanto, en partido poltico aprovecha las disensiones de los burgueses para obligarlos a reconocer por ley algunos intereses de la clase obrera, como la reduccin de la jornada laboral. O'Donnell asegura que la expansin del capitalismo y el desarrollo del Estado hicieron que los sistemas legales se basen en la concepcin de agencia individual.Pasando al siguiente concepto, Held afirma que el principio de autonoma es constitutivo del proyecto liberal moderno, que se preocupa por las capacidades de las personas para determinar y justificar sus propias acciones, por sus aptitudes para elegir entre programas polticos alternativos y por la necesidad de introducir criterios para delimitar el proceso democrtico. Este principio consiste en que las personas deben gozar de los mismos derechos y cargar con los mismos deberes, deben ser libres e iguales en la determinacin de las condiciones de sus propias vidas, siempre y cuando no dispongan de este marco para negar los derechos de los dems. Expresa, esencialmente, dos ideas bsicas: que las personas deben autodeterminarse y que el gobierno democrtico debe ser un gobierno limitado. En contra de la soberana estatal insiste que en que "el pueblo" determina las condiciones de su asociacin, y en contra de la soberana popular insiste en la importancia de reconocer los lmites del poder del pueblo mediante una estructura que es restrictiva y habilitante al mismo tiempo, que tiene que ver, por supuesto, con la idea del Estado como marco equitativo, que regula y controla mediante la autoridad poltica y el uso de la coercin, siempre dentro del imperio de la ley, y que a la vez salvaguarda los derechos y libertades individuales. La autonoma, dice Held, connota la capacidad de los seres humanos de razonar de forma autoconsciente, de ser reflexivos y de autodeterminarse. Implica la capacidad de actuar como el autor o hacedor de la propia vida, en la esfera pblica y la privada. Si el objetivo es que las personas sean libres e iguales en la determinacin de las condiciones de su asociacin, es preciso una estructura comn de accin poltica que defina los derechos y las obligaciones requeridos para habilitarlas como agentes autnomos. El principio de la autonoma debera ser considerado como un principio estructural de autodeterminacin, segn el cual el "yo" es parte de la colectividad o "la mayora" habilitada y restringida por las reglas y los procedimientos de la vida democrtica.Con respecto al control y a la disciplina, Foucault dice que el poder que la monarqua haba organizado desde el fin de la Edad Media presentaba para el desarrollo del capitalismo dos incovenientes mayores. El primero de ellos, es que el poder poltico, de la manera en que se ejerca en el cuerpo social, era muy discontinuo. Las redes de poder eran muy grandes, por lo que un nmero casi infinito de cosas escapaban a su control, por ejemplo, el ilegalismo y el contrabando. Esto, exiga la instauracin de un poder continuo, preciso y atmico. Pasar de un poder global a un poder continuo e individualizante, por el que cada individuo, su propio cuerpo, pudiera ser controlado. El segundo gran inconveniente de los mecanismos de poder de la monarqua es que eran excesivamente onerosos, porque justamente la funcin del poder era recaudar. El poder era recaudador y predatorio, operaba siempre una sustraccin econmica, y esto, lejos de favorecer el flujo econmico, lo obstaculizaba y frenaba. Por lo que aparece una segunda necesidad, la de encontrar un poder que, adems de controlar a las cosas y las personas hasta en sus ms mnimos detalles, no sea tan oneroso ni predatorio y que se ejerciera en el mismo sentido que el proceso econmico. Teniendo en vista estos dos objetivos podemos comprender las dos grandes invenciones de la tecnologa poltica. Por un lado, existe la tecnologa de disciplina. La disciplina es el mecanismo del poder por el cual se alcanza a controlar los individuos del cuerpo social. Se la encuentra, por ejemplo, en los colegios, en el ejrcito, en los talleres (es interesante a este punto el momento en que Marx dice, en el Manifiesto, que en la gran fbrica del capitalista industrial, los obreros estaban organizados de forma militar, colocados bajo vigilancia del patrn). Estas tecnologas individualizantes de poder enfocan al individuo hasta en su cuerpo, toman al cuerpo como mquina, se centran en su educacin, en sus aptitudes, en sus fuerzas, en su docilidad, en su integracin a sistemas efectivos de control y econmicos; estas tecnologas se tratan de una antomo-poltica. La otra gran invencin de la tecnologa poltica fue una serie de tecnologas que se enfocan en el cuerpo-especie, en la poblacin, entendida como grupo de seres vivos que son atravesados por procesos biolgicos. Los problemas de natalidad, mortalidad, el nivel de salud, la higiene, la longevidad son tomados a cargo una serie de regulaciones, que constituyen la bio-poltica de la poblacin, por la cual surgieron tcnicas de observacin como la estadstica y organismos administrativos, econmicos y polticos encargados de la regulacin de la poblacin.Antes, el poder del soberano estaba en el derecho de hacer morir o dejar vivir, ahora, el poder es el de hacer vivir o rechazar hacia la muerte. El poder establece su fuerza en la vida, en la administracin de los cuerpos, en tcnicas que controlan los cuerpos y regulan las poblaciones. Se inicia, as, la era de un bio-poder, que fue un elemento indispensable en el desarrollo del capitalismo, insertando los cuerpos en el aparato de produccin y ajustando las poblaciones a los procesos econmicos. La antomo-poltica y la bio-poltica garantizaron relaciones de dominacin y efectos de hegemona. Entre ambas, como eje, como articulacin, aparece el sexo. El sexo es un dispositivo que permite vigilar y controlar a cada instante, examinar mdica y psicolgicamente a los individuos, garantiza todo un micropoder sobre el cuerpo; y el sexo tambin da lugar a medidas masivas, permite regular la relacin entre natalidad y mortalidad. El sexo permite, en sntesis, el acceso a la vida del cuerpo y a la vida de la especie. Sus cuatro grandes lneas de ataque fueron la sexualizacin de los nios, la histerizacin de las mujeres, el control sobre los nacimientos y la psiquiatrizacin de las perversiones.Yendo, entonces, hacia el objetivo de este anlisis, veamos cmo estas cuatro nociones hablan de los individuos como sujetos y objetos de poder.

Sin dudas todos estos autores ven al individuo como sujeto y tambin objeto de poder. El concepto de agencia y su construccin con la asignacin de derechos civiles, polticos y sociales, parti, sin dudas, de un individuo que era mucho ms objeto que sujeto de poder. Los distintos derechos, en especial los polticos, fueron otorgndole al individuo porciones de poder a medida que le permitan decidir sobre la direccin del Estado. Esto, claramente, se relaciona con el sentido weberiano de poltica, en tanto poltica como la direccin o influencia sobre la direccin de una asociacin poltica, es decir, del Estado, y toda cuestin poltica es aquella que tiene que ver con la transferencia, conservacin o distribucin del poder. El mismo Estado necesita que los dominados acaten la autoridad de aquellos que pretenden detentarla. Desde un sentido ms liberal, Held ve la autonoma como el principio que puede limitar al gobierno (actuando los individuos como sujetos de poder), y el Estado como marco equitativo regula que la soberana popular no se exceda (siendo, en este caso, objetos de poder). John Stuart Mill encontraba peligros similares, tanto en el despotismo gubernamental, como en la tirana de las mayoras y la opinin pblica. En lugar del principio de autonoma, Mill propona el principio de la libertad como regulacin a las relaciones del Estado con el individuo y, en especial, de la sociedad con el individuo, pudiendo intrometerse en su libre accionar slo con el objeto de que la libertad de otros individuos no se vea lesionada.

Autores como Marx y Gramsci no van a ser, por supuesto, tan optimistas a la hora de concebir a los individuos (al menos, a la mayora de los individuos) como sujetos de poder. Marx va a decir, en el Manifiesto, que la burguesa conquist el poder poltico en el estado representativo moderno. Y ste, el poder poltico, es la violencia organizada de una clase para la opresin de la otra. Por otro lado, si bien, como dijimos, la organizacin del proletariado hizo que se reconocieran por ley algunos intereses proletarios, Marx va a ver al derecho como la voluntad de clase erigida en ley, voluntad cuyo contenido est determinado por las condiciones materiales de existencia de la burguesa, y, como va a decir en el Prlogo a la contribucin, las condiciones jurdicas y las formas polticas se tienen que comprender a partir de las condiciones materiales de vida. Gramsci va a decir que el estado es la hegemona revestida de coercin, dirigido por una clase fundamental que confa su gestin a los intelectuales, conformando un bloque histrico. En la superestructura poltico-ideolgica del bloque histrico, va a distinguir a la sociedad poltica y a la sociedad civil, utilizando, el grupo dominante, alternativamente ambos para ejercer y perpetuar su dominacin. La sociedad civil va a ser aquella direccin ideolgica de la sociedad, utilizando la ideologa propiamente dicha en sus distintos grados cualitativos (filosofa, sentido comn, religin y folklore), la estructura ideolgica (organizaciones que crean y difunden la ideologa) y el material ideolgico (instrumentos tcnicos de difusin de la ideologa); la sociedad poltica agrupa todas las actividades que dan cuenta de la funcin de coercin, abarcando tambin la coercin legal, es decir, el derecho.

Foucault, por otro lado, va a decir que el poder no es algo dividido entre los que lo detentan y los que no. Sino que circula, que funciona en cadena, no est nunca localizado en un lugar u otro. En sus redes, los individuos siempre estn en situacin de sufrir o ejercitar ese poder. El poder transita transversalmente, no est quieto en los individuos. Hay que estudiarlo fuera de las instituciones estatales y del modelo de Leviatn, estudiarlo all donde opera materialmente, a partir de las tcnicas de dominacin. Se debe hacer un anlisis ascendente del poder, arrancar de los mecanismos ms pequeos y ver cmo estos mecanismos son despus utilizados por mecanismos ms generales. Ver cmo, histricamente, partiendo desde abajo han podido funcionar los mecanismos de control, y cmo, a partir de un contexto dado, se volvieron econmica y polticamente tiles y ventajosos. Y ver cmo las grandes mquinas de poder son aparatos de acumulacin, formacin y circulacin de saber. Como, a partir de la era del bio poder, la vida misma entr en el campo de las tcnicas polticas, el poder se organiz sobre la vida, y los procedimientos de poder y saber tomaron en cuenta sus procesos y comenzaron a modificarlos y controlarlos.