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Educar Sin Ira _ Un Manual de a - Angel Peralbo Fernandez

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Una guía para saber cómo educar a nuestros hijos, sin ira.

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  • EDUCAR SIN IRA

  • ngel Peralbo

  • Educar sin iraUn manual de autocontrol emocional

    para padres e hijos

  • Primera edicin: mayo de 2011

    Cualquier forma de reproduccin,distribucin, comunicacin pblica otransformacin de esta obra slo puedeser realizada con la autorizacin de sustitulares, salvo excepcin prevista por laley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaolde Derechos Reprogrficos,www.cedro.org) si necesita fotocopiar o

  • escanear algn fragmento de esta obra. ngel Peralbo Fernndez, 2011 La Esfera de los Libros, S.L., 2011Avenida de Alfonso XIII, 1, bajos28002 MadridTel. 91 296 02 00 Fax: 91 296 02 06www.esferalibros.com ISBN: 978-84-9970-044-1Depsito legal: M. 11.294-2011Fotocomposicin: IRC, S. L.Fotomecnica: Unidad EditorialImposicin y filmacin: Preimpresin2000Impresin: HuertasEncuadernacin: HuertasImpreso en Espaa-Printed in Spain

  • ndiceAgradecimientos ESTAMOS FUERA DE CONTROL? CAPTULO I. LAS CLAVES DE LA PRDIDADE CONTROL

    Un ritmo frenticoEl caso de PalomaLas prisas se contagianAminorando la marcha

    La influencia del cansancio y del

  • estrsEl caso de EstherClaves para reducir el estrs

    Lo cotidiano tambin saturaLas rabietas de CandelaEl sueo nocturno de AlfonsoLas desobediencias de MarcosLa hiperactividad de FranEl despertar de la adolescenciade InsLos conflictos con JavierClaves que nos ayudan en ellargo camino

    El proceso y los cambios que seproducen en la prdida de control

    Curva de la prdida de controlemocionalSntomas frecuentes en

  • situaciones crnicas o extremasEsquema humano de respuesta

    CAPTULO II. LA IMPORTANCIA DELCONTROL

    DE LAS EMOCIONESEl caso de GimenaQu hacer para ser dueos de

    nuestras emocionesAprender a parar. Lo importantees llegar

    Tcnica del termmetro de laansiedad

    Tcnica del cinco x cincoAprender a ir ms despacio.Aprender a desactivarnos

    Tcnica de la respiracindiafragmtica

    Uso de las tcnicas en cadena

  • Cuando hemos llegado demasiadolejos y estamos muy alterados

    Tcnica del contraste brusco detemperatura

    Aprovechemos nuestra imaginacinTcnica de la visualizacin

    Controlemos lo que pensamosEl control de los pensamientosanticipatoriosAutoinstrucciones positivasLas rumiaciones

    Ahondando an ms en nuestroautocontrol

    Tcnica de relajacin muscularCambiando nuestra forma de pensar

    y los pensamientos extremosPensamientos irracionalesPasamos a la discusin

  • Ideas que nos pueden ayudar a ladiscusinSacando conclusiones mssensatas

    Aprender a gestionar los conflictosCmo abordar los conflictos conequilibrio emocional

    CAPTULO III. CONSECUENCIAS DE LAPRDIDA

    DE CONTROL EMOCIONALLos ataques de ira

    El caso de AlejandraReflexionando sobre la ira

    El desgaste personalLa ineficacia percibida

    El caso de CharoPrdida de autoestimaEl sentimiento de culpa. Claves

  • Influencia en el patrn educativoDe la falta de control emocionala un alto nivel de intransigenciay de ah al patrn autoritarioEl caso de BenitoDe la falta de control emocionala una alta inseguridad personal yde ah al patrn educativopermisivoEl caso de Ismael

    Cmo se sienten ellos CAPTULO IV. CMO AYUDAR ALAUTOCONTROL

    DE LOS HIJOSAyudarles a manejar las rabietas

    Cmo manejar las rabietasLa tcnica de extincin

    Ayudarles con el miedo nocturno

  • El caso de AliciaAyudarles con la separacin y las

    nuevas parejasCmo calibrar las emocionesCuando no aceptan a la nuevapareja

    Ensearles a autocontrolarse en elcolegio

    Qu se puede hacer desde casaQu se puede hacer desde elcolegio

    Un caso desesperante: sunegativismo ante las tareas.

    El caso de Pedro: un nio muynegativo, unos padres muydesbordadosNios con ciertas dificultadesClaves para ayudarles

  • El fenmeno del bofetnTcnica del tiempo fuera

    HABLAN LOS EXPERTOS

    Educar con cario, por Mara Jesslava Reyes

    Educando para la reflexin y elcontrol de uno mismo, por JavierCabanyes Truffino

    Autocontrol de las emociones, porAntonio Cano Vindel

    Educar emocionalmente: un reto depadres y educadores, por CarmenCastell Tardajos

    Actividad fsica para el cuidadopersonal y el equilibrio emocional, porAntonio Mndez Gimnez

    Padres e hijos: amores tumultuosos,

  • por Javier Urra Bibliografa ndice temtico

  • A Pilar, Vernica y David.Mis principales acompaantes en

    este trayectode las emociones que supone la vida.

  • Agradecimientos

    A todas aquellas personas que hanconfiado en m para ayudarlas en algotan valioso como conseguir sentirse bien

  • consigo mismas y ser capaces detransmitrselo a su vez a las que lesrodean. Personalmente para m, resultauna continua experiencia vital deincalculable valor.

    A todos aquellos que,independientemente de su edad, medemuestran que se puede cambiar ymejorar. Lo considero un regalo, unejemplo de superacin.

    A mis compaeros, que se desvivenpor cuidar de sus pacientes de maneracercana y profesional.

    A los chicos y chicas que se dejanayudar, pues son muy valientes ydemuestran el potencial que tienen parasalir adelante y continuar por s mismos.

    A los padres y educadores que he

  • conocido, que cuando se han cuidado as mismos han podido cambiar su visiny aumentar su eficacia en la educacinde sus hijos.

    A Carlos Mateo, uno de lospsiclogos ms experimentados quetrabajan hoy da en Espaa y uno de losentendidos en inteligencia emocional dequien yo ms he aprendido.

    A Mnica Liberman, una magnficaeditora, con asombrosa capacidad parapromover y cuidar los detalles de esteproyecto. Es especial su dedicacin y ladel resto del equipo editorial en temastan importantes para la sociedad comoel tratado en este libro.

    A Mara Jess lava, psicloga, aJavier Cabanyes Truffino, neurlogo, a

  • Antonio Cano Vindel, doctor enPsicologa, a Carmen Castell Tardajos,pedagoga, a Antonio Mndez Gimnez,doctor en Educacin Fsica y Deportes,y a Javier Urra, doctor en Psicologa,grandes profesionales en cada uno desus campos y grandsimas personas,siempre dispuestas a participar ycompartir su sabidura. Para m es unlujo poder incluir sus opiniones yrecomendaciones. Estoy seguro de quelos lectores tambin lo agradecern.

  • ESTAMOS FUERADE CONTROL?

    Los psiclogos que nos dedicamos a la

  • intervencin, principalmente enconflictos dentro del mbito de lafamilia, hemos constatado en los ltimostiempos un aumento considerable dedificultades en el manejo del da a dacon nios pequeos. Los padres acudena consulta cada vez a una edad mstemprana y por problemas derivados deno hacerse con un adecuado control delos nios por no conseguir instaurar conxito determinados hbitos, comodormir a su hora o alimentarse bien ycon tranquilidad, por rabietas yreacciones extremas que lesdesconciertan, etc. Son problemas queno se pueden concebir comopsicopatologas o asuntos de extremagravedad, pero que, sin duda, generan

  • agobio y bastante sufrimiento.Este desconcierto y desesperacin de

    los padres cuando sus hijos son tanpequeos tiene que ver ms concircunstancias que rodean a los propiospadres que con dificultades intrnsecasde los hijos. Los datos del ltimoEstudio sobre la actividad teraputicarealizada con nios, adolescentes yjvenes en el Centro de Psicologalava Reyes, que se public en octubrede 2010, reflejan que, en lasintervenciones que hemos llevado acabo en los ltimos aos encomparacin con los anteriores, hanaumentado considerablemente los casosde padres de nios menores de cincoaos que han asistido a consulta,

  • llegando incluso a atender a padres decros de seis meses. Como datosignificativo hay que destacar que en el79,5 por ciento de ellos no ha sidonecesario tratar a los nios, sino que hasido suficiente con el trabajo hecho conlos padres. Hojas de registro deobservaciones, orientaciones generaleso pautas concretas a dificultadesespecficas han sido algunos de losprincipales recursos que les hanpermitido hacerse con las situaciones ymantener despus los niveles denormalidad que buscaban. De un tiempoa esta parte, en el trabajo con lospadres, una de las reas que hemos vistoaumentar ms ha sido precisamente eltrabajo del control de sus emociones,

  • hasta el punto de que, cuando vienen avernos por segunda o tercera vez, elhecho de encontrarse ms tranquilos yconfiados les lleva, en muchasocasiones, a expresarse de la siguienteforma: Es curioso, pero esta semana hasido especialmente tranquila oDurante estos das mi hijo ha estadoms centrado y mucho ms normal....

    Es el efecto inmediato que tiene elcontrol de las emociones, que permiteadquirir una visin de los problemas losuficientemente distante como parahacerles frente con el mnimo de agobioy, por supuesto, sin la desesperacin quecaracteriza esos momentos que muchospadres viven con demasiada frecuenciay que, con el tiempo, les lleva a

  • encontrarse totalmente desesperados ydesesperanzados.

    El trabajo del control de lasemociones y el estudio de su influenciaen el comportamiento humano se hacentrado en el manejo de las mismas decara a poder diferenciar muy bien entreun nivel natural y apropiado comorespuesta a las situaciones negativas yun nivel excesivamente alto ydesadaptativo frente a las mismas.

    Mantenernos bajo control nosignifica desnaturalizarnos sinomejorarnos para poder abordarel da a da con un nivel de

  • normalidad emocional quepermita experimentarsentimientos tambin normalesy no desvirtuados einfluenciados por abundantespensamientos negativos, sinopor otros mucho ms ajustadosy positivos.

    Pero no pensemos que estas

    dificultades son caractersticasexclusivas de esta etapa infantil. En lapreadolescencia y en la adolescencia sevan a dar asimismo oportunidades paraque los padres se puedan verdesbordados, por lo que ser todava

  • ms cuando stos necesitarn controlarsus emociones, si quieren ser eficacesen sus acciones y sentirse equilibrados.Entre la intensidad de las respuestas delos adolescentes, que es mucho mayor, yel desgaste de los padres, que tambinva en aumento, esta etapa esespecialmente proclive al trabajo delautocontrol emocional. En el ltimoestudio citado anteriormente incluimosla evaluacin de los problemasemocionales que presentaban los padresen los casos de intervenciones conchicos y chicas de hasta veintin aos.Los resultados obtenidos fueron que enun 27 por ciento de los casos las madrespresentaban dificultades de carcteremocional, con sintomatologa ansiosa,

  • pensamientos negativos muy frecuentes oun estado anmico bajo. El hecho de quelos datos se refieran a las madres y no alos padres es porque son ellasprincipalmente las que asisten conregularidad a las consultas con sus hijos.

    Pienso que llevamos demasiadotiempo hablando de que lascircunstancias actuales no ayudan y estopuede ser sintomtico de que nomejoran, sino todo lo contrario. Muchotiempo dedicado al trabajo, demasiadasprisas da tras da, muchas y variadastareas a las que atender, etc. Con todoello, no resulta difcil pensar que nospodamos ver desbordados porcuestiones menores o cotidianas, peroque requieren, indudablemente, atencin

  • y dedicacin, dado que tienen que vercon la familia y los hijos. Pero siadems se trata de problemasimportantes, es ms evidente todavaque el nivel de frustracin pueda sermuy alto, que el cansancio se traduzcaen agotamiento o que la labor de padrespueda generar pensamientos an mslamentables del tipo: Lo hago todomal o Yo no valgo para esto.

    El psiclogo norteamericano DanielGoleman, dedicado desde hace aos aaspectos importantes de la inteligenciaemocional, realiz unos estudioscentrados en una exhaustiva observacindurante meses de las costumbres yocupaciones del Dalai Lama y susacompaantes. En ellos registr un gran

  • nmero de actividades que llevaban acabo de forma cotidiana, adems deotras muchas variables que pensabapodan afectar a su calidad de vida yconcretamente que podran estarrelacionadas con su salud. Una de lasconclusiones extradas de los resultadosfue que los momentos de relajacin queconseguan diariamente gracias a sushbitos de oracin y meditacin lesproporcionaban un ventajoso estado debienestar que repercuta en su buenasalud, siendo una variable excepcionalpara la prevencin de enfermedades.

    Cuando exponamos este estudiocomo ejemplo en un taller para padres,una madre apunt: Eso es porque notienen hijos.

  • El alto nivel de frustracin de lospropios padres al ver que ciertas cosasno funcionan, que sus hijos no avanzanmuchas veces en el aprendizaje,cuestiones bsicas como el orden o lahigiene y la limpieza, la propia falta depaciencia que ven crecer en s mismos,etc. van dando paso a sensacionesnegativas relacionadas con una bajavala personal, llegando a versedesbordados y desembocando muchasveces en miedo al fracaso.

    A ello hay que sumarle que prontoobservan que todo esto se transmite, y,lgicamente, los nios, como grandesobservadores que son, desde bientemprano van adquiriendo ciertastendencias a hacer las cosas deprisa y

  • muchas veces mal, a ser tambin ellosimpacientes e intransigentes y a noentender explosiones emocionalesnegativas ni en ellos ni en los adultoscon los que conviven.

    Pablo, de ocho aos, a quien conochace algn tiempo cuando vino aconsulta con su madre y su hermanapequea, me deca: No entiendo a mimadre, siempre est enfadada y me echaunas broncas impresionantes. Todos losdas hay algo, como ella ya vengacabreada....

    Si no fuera porque, en la mayora delos casos, yo acostumbro a ver a lospadres y a trabajar con ellos antes dever a sus hijos, podramos pensar que eslo tpico que dice cualquier chaval que

  • ve las reacciones de los dems, peroque es incapaz de percibir las suyas. Sinembargo, en esta y en muchassituaciones parecidas es as, es decir,los padres han llegado ya a un punto enque manifiestan respuestas emocionalesdesproporcionadas, y lo peor es que sonconscientes de ello, lo que les creatodava ms desaliento y desesperacin.

    En particular, muchas madres me hanllegado a expresar que tienen lasensacin de que casi siempre estncomo apagando fuegos y falta eldetenimiento necesario para disfrutardel da a da. Habr muchos padres quepiensen que es imposible disfrutar conlo cotidiano. Y lo cierto es que seimprovisa mucho y se tiene la sensacin

  • de pasar el da a un ritmo frentico, conlo que de esta manera es difcilconseguirlo.

    Estamos en una sociedad que cadavez cuestiona, critica, exige y compitems, pero que tambin encuentra menosapoyos y colaboracin y se siente msincapaz y ms dbil.

    A veces se ha perdido el rumbo y esconstante la preocupacin. Esperoaportar el granito de arena que supongaque los adultos puedan acometer su tareade educar, guiar, ensear y dar ejemplocon equilibrio emocional adecuado ysuficiente como para sentirse seguros delas distintas acciones que vayantomando. Con el convencimiento de quesus hijos tambin se lo agradecern con

  • el paso del tiempo, me quedocomplacido por ello.

  • Captulo I

    LAS CLAVES DE LAPRDIDA

    DE CONTROL

  • UN RITMO FRENTICO

    Una cuestin importante a tener en

    cuenta a la hora de analizar una de lasvariables que influye negativamente enel control de uno mismo es el ritmoacelerado que muchos padres presentanen el da a da. Un ritmo que la mayorade las veces no es circunstancial nipuntual, sino que, por desgracia enmuchos casos, ha llegado a ser elhabitual y se viene presentando desdemucho tiempo atrs. Los padres loexpresan con frases como: Es que voyllegando a todo, pero con la lenguafuera, Voy deprisa a todas partes.Incluso gestiones que no tendra por qu

  • tambin las hago corriendo, El tiempose pasa ms rpido que antes.

    El caso de Paloma

    Paloma es la madre de Ainhoa, que

    tiene cinco aos, y de Alberto, que tienedos. Cuando vino a vernos por primeravez, el motivo que nos expuso era quehaba llegado un punto en que ya nopoda ms, se senta incapaz de seguirtirando para adelante. No tenaespecficamente un rea que identificaracomo problemtica, sino que era anms desmoralizante para ella, pues, alcontrario, no vea en ese momento

  • ninguna que funcionara bien. En eltrabajo, con su marido, con sus padres,con sus hijos...

    Era tal la sensacin dedesbordamiento que incluso estabapensando pedir una baja laboral, cosaque ya haba tenido que hacer en elpasado, y esto le generaba an mspesar, pues no quera llegar a eseextremo.

    Era profesora de educacinsecundaria en un instituto y daba clasesde educacin fsica. Adems, impartaclases extraescolares de baloncesto enun centro, dos das a la semana. Su vida,como nos deca, era un no parar. Una delas cuestiones evidentes ya desde elprincipio era su necesidad, real o no, de

  • llegar a todo y con un nivel deautoexigencia muy alto, de tal maneraque los das le quedaban cortos. As,por ejemplo, cuando sus hijos se iban ala cama, ella aprovechaba para seguirtrabajando, como en la poca de lasevaluaciones cuando se llevaba a casalos exmenes para corregir; en cualquiercaso, siempre haba algo en lo queocuparse. La cuestin es que no sequitaba la sensacin de que todo lerequera ms tiempo del que tena, deque no dispona ni de un minuto queperder. En el trabajo no paraba quieta,ya que o bien estaba dando clases,preparndolas o tratando asuntossiempre importantes. En las clases debaloncesto con las nias pasaba algo

  • parecido. Cuando no estaba dandoindicaciones propias de la actividad,coordinaba a otras profesoras delequipo o hablaba con padres que te nandudas o cuestiones a tratar. Por otrolado, cuando estaba en casa, era comouna carrera de obstculos, ya que a sushijos haba que darles la merienda,hacer algo de tarea aunque muy bsicaan con la nia, luego el bao, la cenay el cuento. Todo esto dicho as parecefcil, pero siempre hay imprevistos, ylos nios tambin tienen das buenos ymalos. En ocasiones, estaban yaagotados a media tarde o el pequentena ganas de llamar la atencin ypillaba esas rabietas que tanta angustiale producan, o la hermana mayor, a

  • pesar de tener gran parte de la atencinde su madre, como necesitaba menosque su hermano, muchas veces se ponaa su altura y se meta con l, cosa quesaba que nunca fallaba, o le daba porhacer muy despacio sus quehaceres, algoque tambin saba que desesperaba a sumadre.

    Hay dos cuestionesconsideradas comoresponsables de las prisas: unaest relacionada con un grannmero de tareas que tienen queser gestionadas en un tiempodeterminado y que no se puede

  • estirar, aunque no pocas vecesnos gustara; otra correspondea las sensaciones internas derapidez, que no siempre estnacompasadas con las tareas quese hacen, pero que, sin duda,estn relacionadas con un ritmotrepidante y excesivo en todoslos casos.

    En el caso de Paloma haba un poco

    de las dos cuestiones, pero como ellasiempre haba sido una persona conmuchos recursos personales y muyactiva, su capacidad para acaparartareas era verdaderamente alta. Las

  • dificultades se producan porque estesegundo aspecto, el de su rapidezinterior, se le haba escapado de lasmanos.

    Aun as, fue necesario priorizar yhacer algunos reajustes previos. De estamanera, Paloma tuvo que tomar algunasdecisiones, como simplificar la tarea decoordinacin de las clasesextraescolares de baloncestoaprovechando los recursos del resto delos profesores y dedicarse slo a ungrupo de alumnas. Eso s, nicontemplamos la idea de darse de baja,pues el tiempo libre no se traducira ensentirse mejor, ya que a las personascomo ella le surgiran previsiblementepensamientos de no estar cumpliendo

  • con sus obligaciones y adems tendratodo el tiempo para darle ms vueltas alas cosas y para perderlo.

    Hay personas que cuantoms tiempo libre tienen mstiempo pierden, y si bien escierto que perder o ganar eltiempo es totalmente subjetivo,ellas lo viven as.

    El propsito de la terapia no era ste

    en este momento.El objetivo que nos planteamos en

  • ese punto fue regular su ritmo interiorpara vivir el da a da con ms calma, lasuficiente como para ir acometiendotareas sin estrs, sin esa sensacinnegativa asociada a lo que haca, lo cualera incomprensible, si tenemos en cuentaque le gustaba mucho su trabajo, susactividades de tarde, sus hijos, estar conellos y disfrutarlos. La toma dedecisiones tambin incluy que eltiempo nocturno era para ella, pero pararealizar actividades gratificantes, comoleer, ver la televisin o sentarse en elsof junto a su marido y en ningn casoterminar un trabajo; lo pendiente sehara al da siguiente y seguira su curso.Al principio cost un poco convencerlade que esto no le iba a suponer un

  • problema de acumulacin del trabajo oalgo similar; necesitaba acostumbrarse aactuar as por sistema. Como ella estabahabituada a hacer lo contrario, todo estole pareca impensable.

    El trabajo es como laenerga, ni se crea ni sedestruye, siempre est ah, y laspersonas que se sientenespecialmente bien cuando loacaban no son conscientes deque casi de inmediato tienenms, y vuelta a empezar. Esnecesario caer en la cuenta deque hay que aprender a sentirse

  • bien incluso habiendo tareaspendientes, pues, lo creamos ono, siempre las hay.

    Por otra parte, era importante que

    aprendiera a ir afrontando actividadessin pensar en las que quedaban, sinointentando centrarse en las que haca encada momento, como si fuese la ltima ola nica.

    Uno de los aspectos fundamentales enel que nos centramos fue en conseguirque Paloma avanzase el da msrelajada, sin esa progresiva activacininterior que al final de la jornada erademoledora. Esta actitud era la

  • responsable de que cuando Ainhoa ibams despacio que de costumbre, Palomale respondiese gritndole e increpndolepara que corriera, con lo que la niamuchas veces se bloqueaba, provocandoque ella se pusiese an peor; o quecuando Ainhoa le haca alguna bromapesada al hermano, su madrereaccionara como si le hubieseagredido, y si a veces lo haca, su madrecasi lo anticipaba. Esto lo conseguimoscon una de las tcnicas que, entre otrasmuchas, mejor le iba: la relajacinmuscular de Jacobson. Ella, deportista,entenda muy bien todo lo relacionadocon conceptos fisiolgicos, comotensin y distensin muscular yconcentracin y relajacin mental. El

  • efecto conseguido es como si viajara encoche y bajara la marcha, pero manteniendo el mismo recorrido yconsiguiendo un consumo ptimo. Latranquilidad que Paloma portaba cadavez ms le daba la posibilidad de vivircon ms distancia y calma, sobre todolas cuestiones que no salanadecuadamente, los malos momentos,los fallos. Pero tambin tuvimos quetrabajar su visin de este tipo deacontecimientos, para que aprendiera avivirlos con mayor normalidad de lo quelo haca y no se sintiera fracasada si losnios presentaban determinadosproblemas o no experimentara unasensacin de desastre si algo le salamal en el trabajo.

  • En estas circunstancias, su estado lepermita ser ms eficaz, adems desentirlo de verdad. Mediante registrosde conducta pudimos identificar muybien aquellos comportamientos tanto deAinhoa como de Alberto que eranecesario afrontar de una maneradiferente. De la misma forma, graciastambin a la observacin de la actuacinde Paloma, conseguimos darle pautas yaportarle estrategias adecuadas. Sentirsemenos desesperada y aprender aabordarlo de manera diferente leproporcion el estado que buscaba y queera necesario, tanto para seguirtrabajando bien y a gusto, como paraseguir ejerciendo de madre con un niveladecuado de satisfaccin.

  • Las prisas se contagian

    Hoy, muchos nios se levantan muy

    temprano y comienzan una jornada caside ejecutivo, es decir, arriba a laprimera, desayuno exprs, rpido, fuerade casa, variadas actividades en el cole,vuelta a casa y deprisa tambin aponerse a hacer los deberes, algo dejuego, cuando se puede, y rutinasnocturnas. Dado que los nios cuandoson pequeos son como esponjas que loobservan todo, que aprenden muy rpidotanto lo que es bueno para ellos comotambin lo que no lo es, hay que tener

  • en cuenta que las prisas de los adultosles superan muchas veces y que lo queellos necesitan es tiempo paradeterminados aprendizajes y hbitos,que sern para toda la vida, y no esasensacin de vivir comprimidos entrediferentes obligaciones que se sucedenunas a otras.

    Aminorando la marcha

    Hay que caer en la cuenta de la

    importancia de no seguir la inercia quenos lleva a cargarnos de actividades quenos pueden llegar a sobrepasar yreflexionar sobre cules podran ser

  • prescindibles, cules se puedenminimizar y cules se pueden posponerpara ms adelante.

    Es necesario hacerse planteamientosserios que incluyan tomar decisionespara llevar a cabo ciertos cambios. Delo contrario, es impensable que una vezque hemos detectado que vamosacelerados, dejemos de hacerlo yaminoremos la marcha. Generalmentesupone sacrificar ciertas actividades,como en el caso de Paloma que tuvo quedejar algunas de las clasesextraescolares que coordinaba. A veces,el trabajo ocupa todo nuestro tiempo,otras veces son cuestiones relacionadascon los hijos, pero, en cualquier caso,hay que hacer un esfuerzo por priorizar y

  • quedarse slo con aquellas actividadesque consideremos indispensables. ParaPaloma era necesario encontrar un ratocada da que le permitiera estartranquila, a gusto y poder reflexionar yno seguir trabajando hasta el infinito,como si fuese lo ms importante de suvida. En este sentido, una baja laboral lehubiese puesto en su sitioinmediatamente, porque le ensearaque, si se pasa, las consecuenciaspueden ser justo lo contrario de lo quepretende, es decir, varios meses sinpoder trabajar. Pero, en estascircunstancias, sabemos que no esoportuno, ya que la persona debefortalecerse y aprender por ella misma aregularlo estando activa, aprender a ir

  • ms despacio, no a dejar de circular.El autocontrol emocional es lo que

    permite, por un lado, tener el equilibrionecesario para tomar estas decisiones, ypor otro, conseguir la adecuadaactivacin interna para afrontar el da ada.

    Es necesario aprender adesarrollar un ritmo quepermita hacerse cargo delpresente, siendo capaz deobservarlo y afrontarlo concalma. Los padres que corren selo suelen perder, pues su menteest ms en lo que tienen que

  • hacer despus que en lo quehacen en ese momento. De estaforma, las sensaciones que vanacumulando son terriblementedesconsoladoras, facilitndolestambin a menudo pensamientosdel pasado altamenteinsatisfactorios.

    LA INFLUENCIA DELCANSANCIO Y DELESTRS

  • Son muchas las razones que influyenen el cansancio que se va acumulando alo largo del da, y ste, a su vez, influyeen muchas actividades, mermndolas ohacindolas ms difciles.

    Cuando estamos cansados,disminuyen nuestras fuerzas y nuestracapacidad de dirigirnos tambin a nivelemocional, dificultndonos lasemociones positivas y facilitndonos lasnegativas, con lo que se produce unadisminucin de la capacidad deautocontrolarnos.

    Son muchos los padres que, cuandose sienten frescos, son capaces deacometer muchos frentes a la vez y demanera verdaderamente exitosa, peroellos mismos, en otras ocasiones, con

  • menos fuerzas, se expresan as: Llegaun momento en que me irritanenseguida, Es ese punto en el que nopuedo soportar que me conteste as,Si me pilla de buenas, vale, pero comosea a partir de cierta hora, no aguantoque trate as a su hermana. Estas fraseshacen referencia a ese momento en elque el estado no tolera ya ciertas cosas yentonces es cuando se produce lahecatombe, la explosin.

    El caso de Esther

    Esther tena dos hijos, una nia de

    cuatro aos y un nio de dos. En el

  • plano laboral haba conseguidoestabilidad y un trabajo que le gustabamuchsimo; estaba en una compaa muyimportante y desde haca tiempo dirigaun equipo con el que daba soporte adiferentes empresas, algunas de bastantenivel. Su capacidad de trabajo, que eramuy alta, haba quedado demostradahaca aos, y compatibilizaba estaactividad con su labor de madre siempreocupada cuando llegaba a casa. Dadoque se lo podan permitireconmicamente, ella y su maridohaban decidido que las cosas de la casalas hiciera una persona externa sobre laque recaera, en principio, el mayorpeso del trabajo. Obviamente, siemprequedaban ciertas cosas indelegables de

  • las que se ocupaba Estherpersonalmente. Su capacidad era tal que,a pesar de levantarse a las seis y mediade la maana, por las noches a las docey media poda estar an despiertaultimando o leyendo algo.

    Al llegar a este dato, muchos ya nospodramos plantear que es insostenible oque incluso nunca podramos hacer nadasimilar, ni siquiera durante un cortoperiodo de tiempo. Pues Esther llevabamuchos aos hacindolo...

    Pero el momento en el que tuvimosque intervenir fue cuando el cuerpo dijoque no poda ms. Ese trajn da tras da,a pesar de su indudable gran capacidad,tena que pasarle factura, y ascomenzaron ciertas molestias fsicas,

  • que, concentradas en el abdomen, lefueron generando un malestar progresivoque lleg a hacerse continuo. Primerofue al mdico de familia, luego tomalgo de medicacin, despus acudi alespecialista. Ms tarde tuvo que ir aotros especialistas hasta ladesesperacin. A esas alturas tena yauna importante distensin abdominal,con los consecuentes desarreglosintestinales y un nivel de preocupacinaltsimos. Este nuevo ingredienterepercuti, en primer lugar, en el ritmo,que sufri una especie de frenazo, puesla sensacin de cansancio lleg a ser tanimportante como las molestias fsicas.Su nivel de eficacia en el trabajodisminuy de forma considerable y, en

  • consecuencia, sus pensamientosnegativos aumentaron. De este modo,lleg a pensar cosas del estilo de: Yano soy tan buena, No valgo paranada, En el trabajo soy un desastre.

    Por otro lado, en casa le daba lasensacin de no poder hacerse cargo decasi nada, y su preocupacin eran losnios con los que careca de lapaciencia necesaria ante los problemascotidianos, que se traducan en enfados yfrustracin casi constantes. De igualmanera, los pensamientoscorrespondientes eran del siguiente tipo:No puedo cuidar bien de mis hijos,Estoy siendo una mala madre, Novalgo para nada.

    El mdico le dio la baja laboral,

  • pues llegados a ese punto no poda nicon su propio cuerpo y la distensinabdominal era tal que tena incesantesmolestias.

    El estado en el que ya se encontrabaera un estado depresivo en el que, comoes caracterstico, su nivel de actividaddisminua considerablemente, suspreocupaciones aumentaban y sumotivacin en general tambin estabapor los suelos. Su continuapreocupacin le llev a seguir visitandoa un gran nmero de especialistas y arealizarse toda suerte de pruebas. Unadoctora que conoce nuestro trabajo, yuna vez descartada causa orgnica quejustificase la dolencia que tena Esther yque le produca aquella enorme

  • inflamacin, le recomend que acudieraa nuestra consulta y que estuvieraabierta a otras posibilidades, como unproceso de estrs.

    se fue el comienzo de nuestroencuentro y donde empezamos aobservar y a averiguar lo que le pasabaa Esther.

    Las primeras acciones lasencaminamos a examinar bien su nivelde actividad y sus pensamientosnegativos que ocupaban la mayor partede su tiempo. He de decir que durantebastante tiempo hubo una parte de ellaque se resisti a admitir que eseproblema fsico tan evidente pudieratener alguna relacin con el estrs, consus emociones o con algo parecido a

  • esto, pero estaba tan hastiada de dartantas vueltas sin conseguir la solucin yera tal la confianza en la persona que lehaba recomendado, que puso todo elempeo que le quedaba.

    Lo primero que nos propusimos fueque empezase a estar ms activa, perocon actividades reforzantes para ella,que le proporcionaran sensacionespositivas, que disfrutase y que salieracuanto antes de ese bloqueo en el que seencontraba. Comenz a andar, a salirpoco a poco, aunque con lentitud,porque fsicamente an se encontrabamal.

    Aunque ella nunca haba percibidosntomas que pudieran relacionar conclaridad lo que le ocurra con el estrs,

  • lo cierto es que su alto nivel deresistencia durante mucho tiempo lehaba permitido creer que no tenalmite.

    Todos tenemos un lmite, y esde vital importancia queaprendamos a valorar nuestrasfuerzas y a medirlas para poderencontrar el equilibrio que nosproporcione la seguridad demantenernos en el tiempo conun desgaste mnimo y con uncansancio que da a dapodamos compensar y disipar.

  • Esther haba sobrepasado sus fuerzas

    con creces, y lo que era peor, ni se habadado cuenta, por lo que o aprenda aidentificar las partes del proceso o cadacierto tiempo se podra encontrar en unpunto de no retorno en el que ya sesentira lo suficientemente afectadacomo para bloquearse y tener que volvera parar.

    Esther comenz a practicar lastcnicas de desactivacin, que sonaquellas estrategias destinadas aconseguir que ciertas respuestas internasmanejadas por el sistema nerviosoautnomo no permanezcan alteradas y enestado de alerta. Adems de conseguirque sus niveles de ansiedad fuesen

  • realmente bajos, le ayudaron mucho aconocerse a s misma en este sentido y acomprender cmo su nivel de actividadle llevaba a desentenderse totalmentedel estado interno que tena.

    Hay personas que funcionan tanrpido y son tan activas que ni seplantean que en su funcionamientointerno puedan existir procesos quenecesiten de tiempos para funcionar deforma adecuada.

    Pues bien, Esther aprendi adisminuir sus ritmos, por ejemplo con larespiracin diafragmtica, una tcnicaque a travs del control de su ritmorespiratorio le permita enlentecerlo ymanejarlo debidamente. Hay que saberque la respiracin es una de esas

  • respuestas que dependen del sistemanervioso autnomo. Aprendi aregularse de tal manera que cuando senotaba algo acelerada, echaba mano deella y consegua ir ms despacio.

    Siempre haba sido una persona muyexigente y en parte por eso acaparabatantas actividades y adems con xito,pero, desde haca algn tiempo, esospensamientos se haban vuelto en sucontra, puesto que ahora pona enentredicho constantemente su vala, tantoen el trabajo como en casa, con sushijos, con su marido y en casi todos losplanos.

    Trabajamos la reestructuracincognitiva, una tcnica que nos ayuda aidentificar aquellos pensamientos

  • disfuncionales, subjetivos eirracionales, que nos estn influyendo demanera negativa, y a reinterpretar larealidad de forma ms objetiva yadecuada, proporcionndonos un estadoanmico mucho ms positivo. De estamanera conseguimos que no se dejasellevar por los pensamientos negativos ydistorsionados que haba elaborado enla ltima etapa y que, poco a poco, fueragenerando otros y esforzndose porpensar de manera mucho ms realista, noslo recuperando pensamientos quehaca mucho tiempo no tena, sinomejorndolos hasta lograr no pensar, porejemplo, que tena que exigirse elmximo siempre y en todos los sitios, oque no se poda permitir cometer errores

  • como cualquier persona.En relacin a esto se dio cuenta de

    que tambin ella poda cambiar su ritmode vida y tomar decisiones importantes,como hablar con su jefe y plantear unareduccin de jornada para disponer dems tiempo que dedicar a sus hijos yayudarse en la lnea que se habaplanteado de ir ms despacio por lavida. Aunque la empresa en la quetrabaja se caracteriza por ser muycompetitiva y conseguir de susempleados unos niveles de trabajo muyintensos, precisamente ella, que era muybuena en lo suyo, an poda hacersevaler ms, planteando soluciones que, ala larga, iban encaminadas a mejorar noslo a ella misma, sino tambin a la

  • propia empresa por cuestionesrelacionadas con su motivacin yrendimiento.

    Por otro lado y en lo que a ocio serefiere, por primera vez en su vidaempez a dar gran importancia a esasactividades ya iniciadas tmidamente.Form un grupo de amigas con las quejugaba al tenis un da fijo a la semana ytambin con las que sala de vez encuando a tomar un caf o a disfrutar decualquier otra actividad. Por supuesto,sigui sacando jugo a los fines desemana con la familia, saliendo ydisfrutando todos juntos.

    Para conseguir esto fue preciso quesu marido colaborase algo ms en casa ycomenzase a hacerse cargo de algunas

  • tareas, sobre todo las relacionadas conlos nios. No result fcil, porque lllegaba tambin tarde de trabajar. Peroella se lo propuso como una necesidadms que como una posibilidad.

    Los momentos de desesperacin y defalta de control que se haban venidodando con los nios quedaronperfectamente superados en el instanteen el que mejor el cansancio y encontrel equilibrio entre el desgaste y larecuperacin diaria. Tambin le ayudel hecho de llevar a cabo durante un parde semanas los registros de conductasde los nios que le facilit y que lepermitieron ver con claridad lasconductas ante las cuales ella perda elcontrol con ms facilidad y su relacin

  • con el cansancio. Algunas estrategiaspuntuales, como separar a la niacuando se meta con el hermano sinllegar a enfadarse tremendamente conella, o ignorar por completo lasllamadas de atencin del pequeo sincaer en la trampa de dedicarlecontemplaciones que acababansiempre en desesperacin, porque l noentenda nada y se pona peor y suserenidad progresivamente alcanzada lepermitieron resolver esas dificultadescotidianas con los nios.

    Haber descubierto que podacontrolar su cuerpo tras conocer cmoste se resenta cuando ella presentabaestrs fue crucial para recuperar elequilibrio en su vida y en especial para

  • mantenerlo.

    Claves para reducir el estrs

    Muchas son las medidas que

    podemos poner en prctica para reducirel estrs. En el siguiente cuadroseleccionamos algunas de ellas:

    Qu hacer para reducir el estrs

    Descubrir los estresores: esoselementos del da a da, ya seantareas del trabajo, actividades y

  • necesidades familiares o cualquierotra circunstancia que nos exijanuna dedicacin y un esfuerzoimportantes y que, por s solos opor su acumulacin, sobrepasannuestra capacidad de hacerlesfrente con fuerzas y recursossuficientes.Identificar cmo nos afectan ycmo respondemos ante ellos.Pensar en cmo los compensamos,es decir, qu estamos haciendopara encontrarnos bien, y disfrutarde la vida a pesar de los malosmomentos. .Intentar romper las inercias queconsideremos que pueden serperniciosas para nuestra salud.

  • Para ello es necesario que nosplanteemos parar y compartir conlos dems cmo nos sentimos eintentar que se involucren, sobretodo en el caso de la pareja. Es unproblema familiar, no personal, yde hecho, la experiencia siempremuestra que acaba afectando atodos.Encontrar ese hueco diario que,como deca Mara Jess lavaReyes en su libro Trabajar sinsufrir, ayuda a reequilibrarnos.Tomarnos algo ms de tiempo paralas tareas de cara a conseguirdisponer de ms margen y aspoder retrasarnos sin tener esasensacin de que va a ser un

  • desastre.Delegar y asumir que hay queintentar repartir el trabajo. Escierto que muchas veces nadiepuede hacer lo que nos pertenece anosotros y parece que estamosabocados a sufrir hasta explotar,pero habr que tomar decisionesque nos ayuden a descansar. Quizentonces tendremos que bajar elritmo y priorizar, dejar depretender ser los mejores y detenerlo siempre todo listo ser losmejores empleados, los mejorespadres y los mejores amigos... yentender que, si mantenemos losojos bien abiertos, podemosdescubrir esas seales que nos

  • manda el cuerpo y que nos indicanque nos estamos pasando, y que, deseguir as, probablemente estemosdestinados a sentirnos exhaustos y agenerarnos un problema cada vezmayor.Disminuir nuestro grado deexigencia sobre todos los asuntos ydiscriminar los verdaderamenteimportantes de otros, quiz algoms secundarios.Hacer algo de deporte o al menosalguna actividad frecuente quepermita estar en forma. El deporteayuda mucho en el control de lasemociones, pues mantiene en formala capacidad pulmonar, la actividadcardiaca, el tono muscular, en

  • definitiva, un adecuadofuncionamiento de muchos de loscomponentes fisiolgicosinvolucrados en el funcionamientode nuestro sistema nerviosoautnomo y cumple funciones deregulacin no slo a nivelnervioso, sino tambin hormonal.Por otro lado, el deporte regulargenera endorfinas, que son lashormonas encargadas de ciertassensaciones de bienestar que seproducen en el cerebro.Cuidar nuestra alimentacinmanteniendo una dietasuficientemente rica en nutrientes yvitaminas que nos faciliten unadecuado nivel de energa y

  • bienestar durante todo el da.Entrenarnos en un adecuado manejode las tcnicas para reducir elestrs y aumentar el grado decontrol sobre nosotros mismos.Esto es vital para que en larelacin con los hijos seamosplenamente responsables de todo loque hacemos y decimos y podamosmanejar bien nuestras respuestas,con la calma que les faltar a ellosa menudo. An existen muchospadres que se preguntan por quhan de controlarse ellos y no sushijos. La respuesta es sencillamenteporque ellos son los adultos, cuyacapacidad para entenderlo yconseguirlo es mucho ms alta,

  • sobre todo cuando caigan en lacuenta de que es as. Cuando losnios van conviviendo conmodelos de adultos que seesfuerzan en manejar su estrs y encontrolarse adecuadamente, seproduce un progresivo aprendizajeque les conducir a conseguir seradultos autocontrolados yequilibrados.

    LO COTIDIANO TAMBINSATURA

  • Cuando, un da tras otro, se nos

    presentan las mismas dificultades y yallevamos tiempo inmersos en constantesproblemticas, acabamos presentandocierta facilidad para perder el controldiario ante los primeros signos de quese va a producir esa problemtica.

    Solemos pensar que las madres sonquienes estn ms de los nervios porqueellas mismas son las primeras enexpresarse as cuando les preguntamos.Esto nos podra inducir a concluir quetienen mayor tendencia a perder elcontrol. Pero lo que ocurre realmente esque, por regla general, son las que estnms expuestas a la presin que en el daa da implica atender a muchas cosas a

  • la vez. Y los hijos suponen, lgicamente,una de las partes ms significativas destas, por lo que es indudable que lasmadres pierdan el control en lo querespecta a ellos. En los casos en los enque el padre se ocupa en mayorproporcin de los hijos y todo lo queello conlleva, se da exactamente elmismo efecto, mostrando ms desgaste yms dificultades en el control de susemociones.

    Muchas son las situacionescotidianas en las que los padres puedenperder el control, y no siempre han deser especialmente problemticas, bastacon que se repitan una y otra vez. Ya nose trata de pensar, como hemos dichoantes, que las circunstancias personales

  • como el exceso de trabajo, el estrs oir deprisa a todas partes son lasresponsables de todo, sino que tambinhay que tener en cuenta que el rol depadres conlleva una especialsensibilidad a lo que no funciona. Estogenera, muchas veces, unos altos nivelesde preocupacin y de malestar queconducen a estar muy encima de esasinnumerables cuestiones, lo que puedeprovocar, entre otras consecuencias,graves desequilibrios emocionales.

    Las rabietas de Candela

    Los padres de Candela se alteraban

  • enormemente cada vez que la niapresentaba una rabieta. Cuando lapequea estaba extremadamentecansada, se mostraba caprichosa yentonces peda lo que fuese; si estabancomprando el pan, ella quera un bollo,si era la hora de volver del parque, sequera quedar, y si estaba jugando conun nio y quera su juguete, tena que sersuyo. Obviamente, estas cosas quedeseaba no podan ser, por lo que sunivel de frustracin era tal que tenaunas respuestas enrgicas que podandurar tanto tiempo que a su madre leparecan interminables. Enseamos a suspadres a manejar esas rabietas, entreotras estrategias, no hacindoles caso,para que la nia asumiera cuanto antes

  • que con esas conductas no conseguiranunca lo que se propona, sinexcepciones. Pero, a pesar de que estoes relativamente fcil, el principalproblema que se nos presentaba era quelos padres tambin se enfurecan cuandoCandela actuaba as, y aunque a vecesintentaban que no se notara pues solaocurrir cuando haba gente delante, lopasaban tan mal que internamente sedisparaban casi ms que la nia. Queellos se tranquilizaran y pudieran actuarcontrolados, y no como si fueran unespejo de las reacciones de Candela,result lo ms difcil. Fue necesariotrabajar sus pensamientos de vergenzaprovocados por el hecho de que hubieragente delante; los de frustracin por no

  • entender por qu Candela haca esascosas; los de sentirse mal consigomismos por perder tambin el control; yalgunos ms, puesto que unos suelen irencadenndose a otros.

    El sueo nocturno de Alfonso

    Los padres de Alfonso tenan

    verdaderos problemas para que ste sefuese a la cama por las noches a unahora razonable. Prcticamente desde queempez a manejarse tan bien solo,saltando sin problemas de la cama, erararo que un da se quedara en ella a laprimera. Se levantaba muchas veces, se

  • asomaba al saln donde estaban suspadres, o peda agua no una, sino variasveces, quera que le acompaaran a lahabitacin, que se quedaran con l unrato, etc. Esta mecnica resultabaagotadora para ellos, que a esas horasdel da no podan ya ni con su alma ytambin, por aadidura, les provocabamuchas veces discusiones sobre laforma adecuada de manejar el asunto,con lo que an se deterioraban ms susfuerzas y hasta su moral. Los potentesenfados que experimentaban conAlfonso y entre ellos eran sin duda mssignificativos que el problema en s,pues el nio no tena realmente ningunadificultad, ni terrores nocturnos, nisiquiera inseguridad llegado el momento

  • de dormir. Se trataba ms bien de untema relacionado con su capacidad paramanejar el ambiente, que habadescubierto que era muchsima. Eracurioso observar que, si algn da lamadre que era quien ms sufra poreste asunto viajaba por trabajo, elnio se acostaba con menos parafernaliay prcticamente con normalidad. Lospadres tuvieron que observar, pero demanera ms objetiva, qu estabapasando, y cmo Alfonso les estabamanipulando exquisitamente. Tambinfue necesario que aprendieran algunasestrategias para solventarlo, bastanterpido por cierto, como cuidarse de nohacer nada que el nio pudierainterpretar como un triunfo. Eso

  • significaba no repetirle que se fuera a lacama, ni decir cosas como: Ya estsaqu otra vez?, no irse con l, nollevarle agua. A partir del instante enque se meta en la cama, limitarse allevarle si se levantaba, tantas vecescomo fuera necesario, pero no dirigirlela palabra y, por supuesto, nunca irsecon l o acostarse a su lado, pues estoera tan reforzante para el nio quejustificaba que perseverara en el intento.Para los padres fue relativamente fcilacometer estas pautas una vez quepudieron autocontrolarse y conseguirque esta costumbre de Alfonso no lessacara de sus casillas y poder decidirlas primeras noches quin habaconseguido estar ms tranquilo para

  • actuar mientras el otro poda quedarsehaciendo otras cosas. Y tuvieron queeliminar de sus pensamientos cualquierresquicio de que pudiera tener algo demiedo nocturno, o que resultabadoloroso dejarle solo llorando, cosa quehaca muy bien hasta ese momentoAlfonso, ya que haba descubierto quecasi nunca fallaba.

    Las desobediencias de Marcos

    Ya desde muy pequeo pareca que

    Marcos tena algn problema con laautoridad, pues le costaba acatar lasrdenes y se mostraba muy enfadado

  • cuando tena que hacer algo que noquera. Casi nunca obedeca a laprimera vez que le mandaban algo y,adems, sus modales haban progresadoa peor en los ltimos aos. Cuando lospadres dieron el paso de pedirnosayuda, Marcos tena ya la experiencia deunos aos actuando de esta manera y laedad de doce aos, es decir, laintensidad de un preadolescente. Elresultado era esperable: unos padresdesgastados y con un nivel de enfado yfrustracin tremendo. Cada vez queMarcos les desobedeca, la respuesta deellos ya era extrema: le reprendan, perode manera muy enrgica e inmediata,con lo que las discusiones familiareseran la tnica general. En este caso,

  • como en tantos otros an hoy da, confrecuencia llegaban a las manos, yaunque el nio no responda, era unacuestin probablemente de tiempo. Deesta forma, si no lo hubieran frenado atiempo, podra haber desembocado enuna situacin en la que padres e hijosacaban denuncindose por agresiones.Los padres de Marcos tuvieron queaprender a regular las desobedienciasde su hijo con un sistema menospersonal y emocional, en el que sepusieran en juego determinadasconsecuencias para el nio. As, si noapagaba el ordenador a su hora, nopodra utilizarlo al da siguiente; si novena a comer a la hora, no coma; si nocumpla con el horario de estudio

  • estipulado, no podra acceder a todoslos privilegios que tanto le gustaban. Sehara una lista en donde todo quedaramuy bien regulado. La clave de lasolucin de este caso estuvo enconseguir que ellos autocontrolaran esasrespuestas que de manera casiautomtica haban desarrollado ante losproblemas que presentaba Marcos y queeran las responsables de que nohubieran podido mantenerse firmes, y s,en cambio, bastante inseguros yperdidos ante las conductas de su hijo.Dejaron de tomarse las desobedienciascomo una provocacin y sobre todo noactuaron como si lo fueran. Marcos vioque no le resultaban rentables ydescubri que no tena ningn poder

  • sobre el equilibrio y la tranquilidad desus padres.

    La hiperactividad de Fran

    Fran tena quince aos y, a pesar de

    haber llegado ya a la adolescencia,haca muy poco tiempo que haba sidodiagnosticado de trastorno dehiperactividad. Hago especial nfasis enla edad, porque cada vez se llevan acabo diagnsticos ms tempranos yfiables de este tipo de trastornos. Portanto, debera ser raro que lleguen aestas edades sin resolver. Sin embargo,por mi experiencia clnica, son muchos

  • los adolescentes que acuden a consulta,y al efectuarles las pruebas pertinentes,cumplen con los criterios para eldiagnstico, resultando ser hiperactivoso con dficit de atencin, o las doscosas. Pues bien, los padres de Fran,como los de cualquier otro adolescentecon este tipo de dificultades, a estasalturas ya, estaban desesperados, sinexplicaciones para esas respuestasimpulsivas de su hijo, como las que lecomplicaban colegio tras colegio larelacin con algunos profesores, o surechazo frontal a todo lo que tuviera quever con estudio y esfuerzo, aunque lascosas que le gustaban las hacaperfectamente lo cual eradesconcertante, o los problemas de

  • conducta derivados, que son tanhabituales en estos cros. Los padres deFran fueron adquiriendo informacinsobre las causas y todo lo relacionadocon el trastorno y su hijo, los instruimospara hacerle frente y, por encima detodo, les enseamos estrategias deautocontrol emocional para recuperar lavitalidad perdida, amortiguar loscambios y fluctuaciones que presentanestos chicos y convivir con el trastorno,pues sabemos que es imprescindiblepara todos los miembros involucradosen la mejora. Aprendieron a estarcalmados cuando Fran estaba nervioso,a pensar que lo podan conseguir cuandolas cosas no iban bien, a transmitrselosiempre por encima de las

  • circunstancias, a frenar su mpetu eimpulsividad, a no sorprenderse cuando,tras un periodo de tiempo bueno, parecavolver para atrs; en definitiva, aconvivir con su hijo y el trastorno.

    El despertar de la adolescencia deIns

    Ins, de diecisis aos, siempre

    haba sido una chica modosita, cariosa,cercana, y con ella sus padres podanrealizar cualquier actividad e ir a todaspartes sin ningn tipo de conflicto. Elproblema es que, segn ellosreflexionaban, esto haba cambiado en

  • muy poco tiempo, de tal forma que ya nole gustaba ningn plan familiar; sloquera salir con sus amigas, no se sentaa gusto en casa con ellos, permanecahoras en su habitacin conectada ainternet, hablaba sin parar por eltelfono mvil, haba empezado apinchar en los estudios, comenz a salircon un chico... en conclusin, se habaproducido un cambio y, como decanellos, ahora era otra, no era la hija quehaban tenido hasta ese momento. Loprimero que transmitan sus padres erala necesidad de conocer el porqu deese cambio tan brusco; despus, cmoactuar frente al mismo, y luego, cmohacer para sentirse mejor. Sin embargo,lo primero que tuvimos que trabajar fue

  • su serenidad y su propio autocontrolemocional, pues, con el cambio de Ins,ellos tambin cambiaron inmediatamentey ya haca tiempo que no eran losmismos: se les haba agriado el carcter,estaban amargados casi todo el tiempo ylas formas que haban adoptado con suhija para intentar regular los problemasque presentaba eran extremas, tanto questa deca de ellos lo mismo que ellosde ella: que la trataban mal, que no laentendan y que le estaban amargando lavida. Sabemos que son frases tpicas deadolescentes y no solemos darles ningnvalor, pero de esa manera nos perdemosuna parte importante que tiene que vercon la forma de percibir nuestrasacciones.

  • Entre la informacin que necesitabany el entrenamiento en el control de susrespuestas encontraron la clave de lanormalidad. As, pudieron trabajar enlos dos aspectos que necesitan este tipode casos: por un lado, en tener lasuficiente templanza y autocontrol comopara ensearle a Ins que, a pesar de susdesvaros, ellos eran capaces demostrarse afectivos con ella y templadosante determinadas conductas, y por otro,firmes y contundentes para ponerle esoslmites que, ahora ms que nunca, ellanecesitaba. Habra sido totalmenteimposible conseguirlo de no ser por eseequilibrio recobrado, equilibrio queIns tambin ira adquiriendo poco apoco y conforme la adolescencia perda

  • su mpetu.

    Los conflictos con Javier

    Javier ya tena veinte aos y su

    situacin era de estancamiento vital,algo as como lo que podramos pensarque le ocurriera a una persona demediana edad, en torno a los cuarenta ycinco o cincuenta aos, tras sentirse enparte defraudado de la vida. Pero, eneste caso, se poda decir que Javierapenas haba empezado a vivir, por loque resultaba an ms dramtico. Sinmotivacin para seguir estudiando, sinninguna gana de trabajar y con el pleno

  • convencimiento de que sus padres tenanque hacer y respetar lo que l decidiese:Yo ya soy mayor para que me manden,y hago lo que quiero.

    Las situaciones con Javier ya hacatiempo que eran extremas: las salidasnocturnas del fin de semana incluanvolver por la maana; de lunes a viernestambin pretenda salir; no respetabahorarios de comidas u otras cuestionesque incluan al resto de la familia;sospechaban que haba empezado afumar porros; se mostraba agresivoverbalmente con ellos, etc. La situacinera dramtica y los padres se vean consus fuerzas extremadamente mermadas ycon la sensacin de que, con el paso deltiempo, se les escapaba de las manos.

  • Las situaciones ms dolorosas seproducan cuando se encaraba porcualquier cosa que le decan y sobretodo cuando l se meta con su madre,algo que haca bastante a menudo; elpadre intervena y el nivel deconflictividad llegaba a voces y gritosterribles y algn que otro empujn,manotazo y en algunas ocasiones msan. Frente a esta espiral de situacionesextremas se haca necesario que lospadres pudieran tomar decisionesimportantes, poner el lmite all dondeJavier ni por asomo estaba dispuesto ahacerlo y todo ello con un templeabsolutamente ineludible, primero, parahacer frente al nivel de conflictividadevitndolo, parndolo o escapando a l;

  • y en segundo lugar, para ser capaz dedecidir y mantener las decisiones, apesar de la ingratitud que supone tenerque hacerlo, especialmente si son duras,como en este caso en que tuvieron queplantarse y ponerle condiciones paravivir en casa. Si aceptaba unas normasmnimas, podra hacerlo. Si no, tendraque marcharse. Siempre resulta durotener que verse obligado a hacer estoltimo, aunque, en algunos casos, esabsolutamente necesario. De locontrario, el problema se cronifica ycada vez produce en los padres unamayor sensacin de impotencia ysumisin. El autocontrol emocional lesdevolvi la templanza y la esperanza devolver a manejar la vida familiar,

  • controlando sus miedos y suspensamientos de culpa y de duda.

    No hace falta que las situacionessean tremendas, dramticas o ni siquieraextremas para que la desesperacin seapodere de los padres. Lascircunstancias oscilan desde situacionescotidianas con los hijos pequeosligadas a rutinas y aprendizajesconcretos y previsibles desde el puntode vista evolutivo, hasta la complejidadde ciertas etapas adolescentes, dondetambin es habitual que se presentenmomentos desbordantes o novedosos. Elhecho de que los seres humanos sepongan a prueba en su papel comopadres da a da queda patente en estastesituras, y que el cargo conlleva etapas

  • de desequilibrio y desesperacin es unhecho que necesariamente justifica eldominio de estrategias que loneutralicen y que les permitadesarrollarse como padres satisfechos yrealizados.

    Claves que nos ayudan en el largocamino

    Admitir que la educacin es un

    proceso a largo plazo.Es frecuente que cuando surge un

    inconveniente con los hijos se tienda apensar en trminos de cierta gravedad yse pierda fcilmente la perspectiva

  • temporal del asunto. Si no quiere tomarzumos, llegamos a creer que de adultotendr un problema con el calcio, o sitiene rabietas, que desarrollar unproblema serio de conducta. Perdemosla perspectiva que nos permite situaresos comportamientos en el tiempopresente sin suponer de forma forzosaque ser as en el futuro. Son muchosaos para el aprendizaje, y cuando algoresulte problemtico, ser como unaseal que nos ayude a buscar recursospara mejorarlo.

    Asumir que todo no puede salir a la

    perfeccin.Es parte del aprendizaje y de forma

    inevitable se tienen que presentar fallos,

  • retrocesos e inconvenientes. Pero habrque hacer un esfuerzo por pensar quedisponemos de mucho tiempo parasolucionar, reconducir e insistir en losaprendizajes adecuados.

    Que ahora tengamos problemas nosignifica que siempre vaya a ser as.

    Contrastar con personas que

    puedan estar en nuestra misma fase enla educacin de nuestros hijos.

    Esto nos permitir situar en su justamedida lo que nos ocurre. Si detectamosque son fases necesarias por las quetiene que pasar, nos sentiremos mstranquilos. Si, por el contrario,concluimos que se puede estar dandouna situacin problemtica, podremos

  • buscar una solucin. En cualquier caso,ser un acierto compartirlo con laspersonas allegadas que nos puedanechar una mano.

    Hacer proyecciones de futuro.Debemos intentar dirigir nuestros

    pensamientos hacia un futuro a largoplazo en el que seamos capaces de verque las cosas marchan adecuadamente ycon normalidad. Adems de servirnospara salir del atolladero en el que nospodemos encontrar y recobrar el nimopara seguir adelante con optimismo, nosayudar a encontrar claves para saberpor dnde tirar.

    Pensar muchas veces que nosotros

  • de pequeos tambin pudimos tenerdificultades y eso no es el final.

    Hemos de ser capaces de darnoscuenta de que si superamos tantosescollos en nuestra infancia fue porquelos que nos rodeaban se ocuparon deayudarnos, al margen de que sepreocuparan o no, ya que, aunque enocasiones tendemos a pensar que sonconceptos idnticos, se trata decuestiones bien distintas y muchas vecesantagnicas, es decir, si hay muchapreocupacin puede haber pocaocupacin.

  • EL PROCESO Y LOSCAMBIOS QUE SEPRODUCEN EN LAPRDIDA DE CONTROL

    Hay que entender muy bien cmo

    perdemos el control las personas, culesson las cuestiones ante las cuales loperdemos y en qu consiste el procesoque se pone en marcha en nuestrointerior, desencadenando una serie derespuestas, de las que la mayora de lasveces ni siquiera somos conscientes. Deesta manera, sabremos muy bien por qusomos capaces de llegar a esos extremosy cmo reconducir la situacin.

  • Existen dos falacias en relacin coneste asunto:

    Primera falacia: Yo soy as y no lo

    puedo evitar.El padre de Patricia era una

    magnfica persona y un profesional de laenseanza muy volcado en su trabajocon los adolescentes. Con su hija lairritacin era casi constante, de talforma que traspasar la lnea que separalos conflictos normales y manejables deaquellos inadmisibles que incluyengritos y momentos duros resultabademasiado fcil. No consegua quitarsede la cabeza la idea de: Yo ya no voy acambiar. A mi edad ni me lo planteo.

    La realidad era que su carcter

  • variaba o que tena dos distintos, ya quese comportaba de las dos formas, puesen la calle, con sus alumnos e inclusocon sus otros dos hijos sus reacciones seincluan ms en un trmino medio, yaunque se enfadaba, no era siempre niexclusivamente, como es lgico.

    Son muchas las personas quejustifican el descontrol de susemociones apelando a la idea de queellas son as y es su carcter. Paraempezar, el carcter supone toda unacomplejidad de elementos personalesentre los que se mezclan variables deltemperamento y variables aprendidas. Sibien las primeras se asocian ms aparticularidades de cada persona,algunas de las cuales estn ya al nacer y

  • nos acompaan toda la vida, lassegundas se van configurando segn lasexperiencias que vamos teniendo y elentorno que nos rodea, que generadiferencias importantes. A esto hay queaadir que aunque el carcter se vaformando poco a poco, consolidandociertos patrones caractersticos, sobretodo a lo largo de los primeros aos, nopodemos verlo como algo fijo einamovible y quedarnos slo con laparte que nos viene impuesta, ignorandola influencia de lo aprendido.

    Los aspectos que hemosaprendido, aunque a veces no lo

  • parezca, merecen tratarse comoelementos que se puedendesaprender o ser sustituidospor otros nuevos aprendidosproducto de nuevosaprendizajes. Pensar quepodemos hacerlo o no va a serclave para intentarlo, y esto, asu vez, es clave paraconseguirlo.

    Y si cuando somos pequeos se

    producen importantes aprendizajes casisin darnos cuenta, cuando somos adultoshemos de proponernos dichoaprendizaje. De lo contrario, podemos

  • afirmar que no se producir. Segunda falacia: Son los dems

    quienes me provocan.Esta chica tiene la facultad de

    sacarme de mis casillas. No la soporto,siempre est en medio de todos losconflictos. Cndida estabaabsolutamente segura de que era esaalumna en concreto la responsable deque perdiera el control en algunasocasiones, lo que la llevabadirectamente a enfadarse, alzar la voz,mandarla a direccin o echarla fuera declase. La verdad es que perda todo eltemple con ella, toda esa entereza quenadie mejor que los maestros conocenhoy da, pues son muchas las

  • oportunidades que se dan para ellodentro del aula.

    No saba que la alumna pensaba lomismo que ella: Es la nica que mepone de los nervios. Me tiene mana yme provoca delante de los dems.

    Y la verdad es que las dos estabanequivocadas. El control de nuestrasemociones no lo tiene nadie, a no serque se lo ofrezcamos y se lo pongamosfcil para conseguirlo. Lo deberamosde tener nosotros y nadie ms.

    Es necesario empezar por asumir laresponsabilidad de hacernos cargo denuestras emociones para poder aprendera controlarlas en los momentos en losque se puedan desbocar y perjudicarnosa nosotros y a los dems. Entender que

  • somos nosotros quienes lasautoprovocamos es el primer paso paraconseguir hacerlo.

    Curva de la prdida de controlemocional

    Cuando dejamos de tener elcontrol de nuestras emocionesnos quedamos expuestos a lopeor de nosotros mismos y alantojo de los que nos rodean.

  • Las personas venimos preparadas

    para reaccionar de manera intensa antesituaciones amenazadoras sean realeso imaginadas y ello origina fuertesreacciones en cadena que puedenparalizarnos o movilizarnos de formarpida con una fuerza digna del animalms fiero. Sin embargo, en situacionesque se dan en el entorno familiar o en larelacin con otras no deberan de darseeste tipo de reacciones y s aparecerotras, de carcter ms aprendido y msacorde a situaciones que, aunque puedanser conflictivas, es posible que se hayanrepetido en otras ocasiones.

    Hay que dejar claro que no vamos apretender controlar nuestras emociones

  • en el sentido de manejar un sistema quetiene su funcin, tan natural como tantasotras, con el fin de evitar reaccionarintensamente ante una circunstancia queas lo requiera, de la misma manera quenunca intervendramos en ningn otrotipo de proceso humano como lasudoracin, cuando el cuerpo necesitaeliminar lquidos para reequilibrar latemperatura corporal o la sensacin desueo, cuando el cuerpo necesitadescansar y se acerca la hora de irse ala cama.

    Por ello, es especialmente importanteatender a las diferencias entre un tipo derespuesta adaptativa a la situacininesperada, y otra que, por el contrario,resulta ser poco o nada beneficiosa.

  • Podemos apreciar cmo, en lamayora de los casos en los que tenemostendencia a perder el control enpresencia de los nios, segn se acercanlas situaciones tpicas de conflicto, elestado interno que indica el nivel deactivacin fisiolgica suele ser yamayor que el que tenemos cuandoestamos tranquilos. Relacionado conesta cuestin es necesario destacar queexisten diferencias entre unas personas yotras incluso en su estado habitual.Mientras que algunas personas suelenfuncionar internamente con un nivel detranquilidad alto, desarrollandorespuestas ms lentas, tomndose tiempopara la reflexin y conducindose en elda a da con cierta calma, otras, por el

  • contrario, van de por s ms activadas,poseen otros tiempos internos y susniveles de respuesta general son muchoms rpidos. Podramos decir que estaspersonas estn situadas en la curva deactivacin fisiolgica en una posicinms alta, incluso cuando estntranquilos.

  • Pues bien, como deca, cuando se

  • acercan los momentos difciles esnormal que se produzca un aumento delnivel de activacin interna. La razn esque suele haber elementos que nospermiten anticipar los problemas, comoel hecho de ser habituales en este tipo desituaciones o de que momentos antes yahayamos tenido algn contratiempo o,como en ocasiones puede ocurrir, queestemos ya algo activados porcuestiones ajenas a la circunstancia encuestin. Por ejemplo, Miriam, la madrede Jos, cada vez que reciba adultos encasa, amigos o familiares, aunque eraalgo que le encantaba, antes de quellegaran se pona nerviosa y empezaba aarrepentirse por lo alterado ydesobediente que se pona el nio y lo

  • mal que lo pasaban ellos. Su nivel detensin iba en aumento.

    Lo que ocurre en realidad es que, porregla general, cuando se pone en marchaeste proceso de activacin fisiolgicainterna, va en aumento, y as resulta que,si al estar totalmente tranquilos, nuestrocerebro relativiza con facilidad muchascuestiones que nos rodean y discriminamuy bien los problemas reales, de lascuestiones menos urgentes oimportantes, cuando estamos algoactivados tiene ms dificultades paraconseguirlo. De la misma forma, amedida que nos vamos alterando, nosfijamos ms en esas cuestionesproblemticas, como si una cosa llevaraa la otra. Es toda una cadena en

  • apariencia imparable. Hay muchospadres que ya desde el principio dicenaquello de: Esto va a acabar mal,Por este camino la vamos a liar

    No se suelen equivocar; es como laprofeca autocumplida. El cerebro se vapreparando y finalmente reacciona,muchas veces de forma estrepitosa.

    El siguiente punto importante de lacurva de activacin fisiolgica en el quenos tenemos que fijar es el quecorresponde a la parte ms elevada dela misma. Llegar a l supone instalarseen el nivel ms alto de descontrolemocional y alcanzar un punto de noretorno. Es aqu donde se producen lospeores momentos, los de mayorintensidad, en los que se dicen y hacen

  • cosas de las que despus podemosarrepentirnos. La representacin internade lo que ocurre en ese momentointeriormente conlleva que el sis temanervioso autnomo dispare la ramasimptica, que es el me canismonervioso que se encarga de activar laglndulas relacionadas con la respuestaen cuestin. Cuando esto ocurre, hay quesaber que hasta que la ramaparasimptica no reestablezca elequilibrio del sistema nervioso, nohabremos vuelto a recobrar lanormalidad y este proceso requierealgn tiempo. ste es el proceso que seproduce cuando, por ejemplo, tras unaintensa discusin y a causa de la ira,despus de perder el control y llegado al

  • punto lgido, comprobamos que luegonecesitamos bastante tiempo, inclusohoras, para recuperar la tranquilidad.sta es la ltima fase que se observa enla curva, que es la que conduce de nuevoa la normalidad.

    Las personas ms tranquilas pornaturaleza estn ms distantes de estepunto de no retorno, por lo tanto tardanms en perder el control emocional; lasms nerviosas tienen un menorrecorrido, por lo que su facilidad paraperderlo es mayor.

    De aqu se deriva una de lasgrandes claves del autocontrol

  • que es conseguir mantener unnivel de funcionamientohabitual, situado en la partebaja de la curva, para preservarla normalidad, aun cuando lascircunstancias seancomplicadas o estemosabordando una problemtica.

    Sntomas frecuentes en situacionescrnicas o extremas

    La prdida de control emocional,

  • como he apuntado, tiene su correlatointerno, y para entender bien ste hayque situarlo, en primer lugar, dentro deun patrn universal, en el que soncaractersticas las sensaciones internasde tensin muscular, respiracinalterada, ms superficial y rpida,frecuencia cardiaca acelerada,sudoracin, cambios bruscos en latemperatura corporal, etc.

    Recordemos que el sistema nerviosoautnomo desencadena todo esteconjunto de respuestas internas con elfin de acometer una respuesta a lo que elcerebro interpreta como una necesidad,aunque no lo sea realmente, y que lohace en un plano de emergencia, delucha o huida. Por ello, el sentido

  • fisiolgico que tiene una mayorfrecuencia cardiaca, est en bombearms sangre a las extremidades, o larespiracin apresurada, ms oxgeno alas zonas encargadas para la accin, o latensin muscular, ms fuerza y vigor, ola sudoracin, ms equilibrio alproceso, o la dilatacin de las pupilas,ms capacidad de alerta, etc.

    Y, por supuesto, todo ello vaacompaado de desequilibrios tambinhormonales, pues la puesta en marcha detodo este proceso requiere lasegregacin de algunas determinadashormonas que susciten y faciliten toda lacadena de reacciones: el hipotlamosecreta la hormona factor liberador decorticotropina en la sangre, y sta activa

  • la hipfisis del cerebro, lo que libera lahormona adenocorticotropa; sta activalas glndulas suprarrenales que, a travsde la corteza y la mdula, secretanhormonas corticoesteroides ycatecolaminas, respectivamente. Ellogarantiza el aporte energtico necesariopara este tipo de respuestas y facilita lapuesta en marcha de los cambiosfisiolgicos mencionados.

    Tambin hay que decir que cadapersona responde de una maneraparticular, y siguiendo un patrn nicode cada ser humano y dentro de lascaractersticas generales, cada individuoexperimenta ms unas sensaciones queotras. Tenemos padres que pueden sentiruna tensin muscular muy grande y un

  • nivel de ira importante, y otros quepueden presentar ms una sensacin deagobio y desconcierto o depreocupacin intensa y constante.

    Esquema humano de respuesta

    Llega el momento de dejar claro que

    el que una persona pierda el controlemocional, desencadenando la respuestainterna de activacin y se site msarriba en la curva de activacinfisiolgica, se produce como respuesta aun estmulo. Nunca es casual ni se daporque s. Siempre hay algo que laorigina. En realidad, este mecanismo

  • ocurre no slo con este tipo derespuesta, sino con cualquier otro. El serhumano posee muchas respuestas quefuncionan de esta manera, como, porejemplo, el acto de comer, que tiende ahacerse cuando se produce un estmulointerno, que acta como seal dehambre; o externo, como un alimento quesuscita el apetito. Bien es cierto quetambin se pueden producir respuestasya aprendidas y automatizadas, queaparentemente no estn provocadas porun estmulo, pero, incluso en esos casos,el aprendizaje es el responsable y elmomento del da o cualquier otracircunstancia puede provocar larespuesta sin ms.

    En cuanto a los estmulos, puede

  • tratarse de estmulos internos, como unpensamiento, recuerdo o sensacin; oexternos del tipo de algo que hace o dicealguien, aunque en estos casos tambinhabr un estmulo interno que ser lainterpretacin que hagamos de ese hechoexterno. Esto resulta claro cuandoobservamos que, ante las mismasacciones de los hijos, nuestra reaccines ms intensa unas veces que otras.Esto indica que es importante cmo nosencontremos y cmo percibamos lasituacin en ese momento, es decir, enltima instancia el estmulo interno.Traigamos de nuevo el caso de Miriam,la madre de Jos, comentado ms arriba.Cada vez que se acordaba de que iban avenir los amigos a casa, se senta mal y

  • estimulaba una respuesta futura negativa,que se agudizaba a medida que seacercaba la hora a la que habanquedado.

    Si observamos bien eidentificamos los estmulos queprovocan nuestras respuestasinternas, habremos dado ungran paso, el primer paso parapoder autocontrolarnos, porquela clave est en cortar lacadena de reacciones de laforma ms eficaz y cuantoantes.

  • Nos encontraremos muchas

    situaciones en las que ser poco menosque imposible evitar esos estmulosexternos, como, por ejemplo, en el casode Miguel, profesor de secundaria, queda tras da se enfrentaba a aquellosalumnos que crea que le queran hacerla vida imposible, o los padres deCarmela, que era muy despistada ydeterminadas cosas siempre se leolvidaban, por ms que se lo habanrecordado cien veces. Ahora bien,siempre nos quedan los estmulosinternos, que dependen ms de nosotrosmismos que de los otros, y podremoshacer algo para tratar de neutralizarlos yconseguir estar templados. Miguel, el

  • profesor, tuvo que esforzarse por notener tan presentes mentalmente a esosalumnos, y sobre todo por dejar dedecirse insistentemente que lo nico quequeran era fastidiarle. De este modo,pudo empezar a centrarse en la mayorade los alumnos, y cuando el grupo hacaalgo positivo, cosa que a veces suceda,se centraban tambin los chicos. De lamisma forma, pas a no estar tanpendiente de ellos, que era, al fin y alcabo, lo que sus alumnos pretendan.

    En el segundo caso mencionado, lospadres de Carmela, ante los despistes dela nia, se esforzaron por dejar dedecirse cosas como: Siempre igual,qu desastre, Parece que lo haceaposta, Es imposible si no, que

  • habindoselo dicho esta maana, vaya ylo haga otra vez. Esto les ayud acentrarse en lo verdaderamenteimportante, que era seguir estableciendorutinas y pautas para que la nia fueraorganizndose mejor y siendo mssistemtica, pero, poco a poco, conpaciencia, y asumiendo que es pocoprobable en estos casos que los nioscon este perfil se conviertan en crossuperordenados, al menos durante estosaos de adolescencia, o lo que es lomismo, aunque van mejorando, enocasiones pueden sorprender conalgunos despistes.

    En conclusin, es necesario conocere identificar los estmulos que nosprovocan una progresiva activacin

  • emocional y aprender a neutralizar elproceso, recobrando el autocontrol,tranquilizndonos, relajndonos yrestableciendo el estado adecuado,disminuyendo la sintomatologa que seha alterado y volviendo al nivel ptimo,para acometer cualquier dificultad quese nos pueda estar presentando, con elmayor nivel de normalidad posible y sinseguir malinterpretando la situacincomo algo por lo que nuestro cerebrollegue inevitablemente a desencadenaruna reaccin de supervivencia.

  • Captulo II

    LA IMPORTANCIADEL CONTROL

    DE LAS EMOCIONES

  • Algo que viene sucediendo a lo largodel tiempo es que los padres no alcanzano pierden la capacidad del desarrollo desu inteligencia emocional, clave paraconseguir un buen autocontrol. Y es que,una vez ms, es necesario insistir en quees la asignatura pendiente, algo as comoaquellos conocimientos de uno mismo ydel funcionamiento psicolgico quenadie nos ensea a tiempo para poderabordar tantas cuestiones que requierenun buen equilibrio personal. Y asvemos cmo, en muchas ocasiones, noson capaces de percibir las emociones,ni de comprenderlas, ni de facilitarlas ymucho menos de regularlas. Y merefiero tanto a las que puedan estar

  • expresando sus hijos como las de smismos.

    EL CASO DE GIMENA

    Es importante percibir bien cmo

    estamos y aproximarnos a cmo estnlos dems para actuar con eficacia.

    La situacin que Gimena y sus padresvivan diariamente en casa cada vez quellegaba la hora de comer era tremenda yhaba llegado a ser uno de los momentosms ingratos, pues no avanzaban, esdecir, cada vez coma peor y menosalimentos, y ellos estaban ms crispadostambin.

  • A sus cuatro aos ya era capaz dealterar de diferentes maneras lasituacin en cuestin. Por ejemplo,poda estar visiblemente enfadadaporque acababa de tener una trifulca consu hermano dos aos mayor que ella.Bien es verdad que a estas edades y enestas circunstancias pueden lloraramargamente, detenerse, empezar denuevo y as varias veces, por lo quepodramos pensar que todo es falso.Pero lo que ocurre en realidad es quepresentan un manejo muy directo de lasemociones y cambian de plano conmucha facilidad, lo que posibilita unaalta inestabilidad emocional. En estemomento en el que Gimena seencontraba as, sus padres pretendan

  • que se estuviera quieta en la silla,derecha como Dios manda, que nomoqueara, que mirara al frente y que semetiera la cuchara en la boca ymasticara de forma adecuada. En todaslas ocasiones que ocurra esto o algoparecido nos podemos imaginar elresultado: los padres, tras variosintentos por conseguir que la nia secentrara, se desesperaban y acababancon un enfado monumental que lesduraba prcticamente toda la maana. Lania, en cambio, a los diez minutos serea a carcajadas con cualquier tonteraque haba hecho su hermano.

    Episodios parecidos a ste se habanhecho habituales y donde no exista unproblema real ligado a la alimentacin,

  • se daban las mayores dificultades conGimena en casa. El proceso era siempreel mismo: ella ya empezaba llorando, ylos padres, que con frecuencia tenanprisa, intentaban acabar lo ms rpidoposible. Como no transcurra segn loprevisto, ellos se iban enfadando y lania cada vez se bloqueaba ms. Enocasiones conseguan que se comieseparte del plato, aunque fuese a costa delsufrimiento de todos, pero otras vecesno era posible; lo dejaban pordesesperacin y porque tenan que salircorriendo de casa.

    Las claves que permitieron a lospadres de Gimena abordar el problemaestuvieron en especial en ensearles apercibir bien cul era el estado

  • emocional que tenan todos en esemomento y lo que ello conllevaba. SiGimena estaba previamente alterada,enfadada o haba tenido una pelea con elhermano lo primero que haba queconseguir es que estuviera mstranquila, como estado previo parapoder abordar una tarea que, aun nosabiendo muy bien por qu, le resultabatediosa. A veces basta con que un niono tenga especial apetito para queremolonee y a partir de ah puedaempezar la cadena de problemas: seralentiza o protesta, los padres insisten ose enfadan, l aumenta sus protestas ylos padres acaban por desesperarse y elnio por bloquearse. Tambin haba quetomarse ms tiempo para el momento de

  • comer, buscar un sitio tranquilo,apartado de estmulos distractores y, enel caso de Gimena, fuera de la presenciadel hermano hasta que el problemaestuviera resuelto. Padre y madrecomenzaron a turnarse en la tarea,repartindose las fuerzas, y hacindoloas tambin fue ms llevadero. Una delas tcnicas que ms ejercieron fue laextincin de las conductas negativas dela nia, es decir, los lloros y enfados olas caras de asco ante algunos alimentosllegaron a ser como invisibles para suspadres. Esto, a su vez, tambin les sirvia ellos para estar mucho ms pendientesde los signos en la pequea msnormales para poder reforzrselo yconseguir ese cambio de plano positivo,

  • que a estas edades se logra con bastanterapidez.

    Asimismo, fue importante restarcierta importancia a cuestiones como:Se lo tiene que comer absolutamentetodo, Tiene que comerperfectamente.

    Es necesario recordar quelos hbitos se consiguen poco apoco. No alcanzar el objetivo enun da o veinte no supone unfracaso; si insistimos tendremosxito.

  • Por ltimo, es preciso recalcar que

    para lograr esto fue necesario que secalmaran y acometieran estos momentoslo ms relajados posible.

    El primer paso del autocontrol, comoya he sealado, es saber cmo estamos yvalorar si as podemos acometer lo quepretendemos. Quiz haya que escogerotro momento, o si esto no es posible,como en el caso de Gimena, que era lahora de la comida, preparar antes unestado propicio para ello.

    Pero adems hay que permitir laexpresin emocional de los nios y entodo caso usar estrategias paradesatender algunas de ellas de carcternegativo como cuando Gimena se

  • alteraba y lloraba con intensidad,pero permitir, no castigar, no atacarfrontalmente. Y esto no significa hacerleel juego al nio, todo lo contrario; tieneque ver ms bien con entender que sepueda sentir muy mal, pero actuar enotra direccin, en captar lo positivo quepueda ir mostrando. Al no actuar enespejo, es decir, llevando a caboconductas parecidas al nio, comoenfadarse, se percibe con ms claridadel entendimiento y la firmeza.

    QU HACER PARA SER DUEOSDE NUESTRAS EMOCIONES

  • En la educacin de los hijos hay dosconsignas fundamentales que nosayudarn en el autocontrol:

    La paciencia ha deacompaarnos siempre.

    Ms que los momentos puntuales son

    importantes las rutinas. Muchos padres,cuando los hijos hacen algo mal, sedesesperan y tienen respuestasdesproporcionadas. Ocurre que en esosmomentos internamente lo viven as.Entender los aprendizajes, como

  • conseguir establecer hbitos, facilita unavisin hacia delante y sensacionesmayores de control. Desechar las prisasy educar en el poco a poco y paso apaso es necesario tenerlo presente delprincipio al fin.

    Los errores tambin formanparte del aprendizaje.

    Cometer errores es natural; existen

    muchos padres que cada vez quepresencian un problema con su hijo, envez de pensar en trminos de

  • dificultades a solventar, lo hacencreyendo que han fracasado. Hay quecentrarse en aprender a ir hacindolobien progresivamente y cayendo en lacuenta de que maana tenemos unanueva oportunidad de hacerlo bien ymejor.

    Nadie tiene por qu saber deantemano educar personas, lo importantees tener una perspectiva a largo plazo, eimplicarse cada da e intentar hacerlo dela mejor manera posible.

    Aprender a parar. Lo importante esllegar

  • Sabemos que las tcnicas derelajacin y de desactivacin de nuestrosistema nervioso autnomo se hanposicionado como estrategiasfundamentales para predisponer a laspersonas a tener respuestas adecuadas yequilibradas. Muchas de las claves quehemos visto que intervienennegativamente en el autocontrol, comolas prisas o el cansancio, se ven conclaridad influenciadas positivamente porunos niveles adecuados de activacinfisiolgica.

    Pues bien, el primer paso paraconseguirlo es conocer de formaadecuada cul es nuestro nivel deactivacin interna, puesto que cadapersona presenta un determinado nivel

  • de funcionamiento que resulta ser lamezcla entre los factores genticos y lasformas aprendidas y ejercidas durantebastante tiempo. Todo ello ha llegado aconfigurar un funcionamiento que puedeoscilar, por un lado, entre el quepresentan las personas muy nerviosas,muy bien representadas por aquellos queno paran, que siempre se mueven yrebosan energa constantemente, y porotro lado, entre el que se da en la gentemuy tranquila, consideradacariosamente como pachorra.

    Por otro lado, es muy importantetener en cuenta que existen diferenciasimportantes en una misma persona endiversos momentos y conocer ese estadoes tambin una referencia necesaria para

  • poder mejorarnos.

    Tcnica del termmetro de la ansiedad

    Constituye una magnfica manera de

    conocer de una forma sencilla y prcticael funcionamiento de uno mismo en loque respecta al estado de alteracin yansiedad. Aunque supone una medidatotalmente subjetiva es la propiapersona la que establece cmo y en qupunto cree que se encuentra, resultade gran utilidad, puesto que no es slonuestro estado, sino la percepcin delmismo lo que nos puede predisponer a

  • actuar de una manera o de otra.Los indicadores internos que

    utilizaremos como referencia sern lassensaciones que percibimos al fijarnosen nuestra respiracin, nuestra tensinmuscular, nuestra calma interior, quemuchas veces no somos capaces dedefinir por ninguna glndula concreta,sino por una sensacin general que bienpuede hacernos sentir agitados,nerviosos, inquietos o, por el contrario,tranquilos y sosegados.

    Se trata de construir un baremo quevaya de cero a diez. Cero ser el lmitems bajo, equiparable al punto quemarca un estado de mnima activacin ymxima relajacin, similar al estado quepodemos sentir cuando nos vamos a

  • dormir y estamos a punto de cerrar losojos. Diez se establecer como el nivelmximo de activacin, parecido a unestado de agitacin interna tan grandeque lo identifiquemos como la peorcrisis ansiosa a la que podamos llegar.Las primeras veces que se aplica sirvesobre todo para establecer la lnea base,que ser algo as como el estado con elque nos identifiquemos ms a menudo ymarcar el punto a partir del cual poderestablecer las comparaciones. Esimportante estas primeras veces hacerlocuando se piensa que se tiene un estadonormal y habitual. Una vez dicho esto,hay que poner en marcha el baremo envarias ocasiones a lo largo del da e irhaciendo las comparaciones para poder

  • conocer cmo nos sentimos en cadamomento.

  • La mayora de las personaspiensan que el control se pierdede manera inmediata, y aunquemuchas veces lo parece y enalgunas incluso se produce muyrpidamente, lo que ocurre enrealidad es que no se dancuenta de que ha habido unrecorrido de incrementos que sehan ido acumulando. No sercapaz de detectarlo es uno delos primeros inconvenientes.

    Imaginemos una persona que se

    dispone a aplicar el termmetro porprimera vez y en ese instante cree que se

  • encuentra en un cuatro en el baremo ycuando lo repite se sita en un cinco oun seis. Sin duda, lo que estpercibiendo es que est algo msalterada. Cuando vuelve a hacerlopasado un rato puede sentir que semantiene en un seis o que ha vuelto abajar, o que ha subido algo ms y quizse encuentra en un siete. Lgicamente, esindicativo de que est ms alterada.Cuando se acostumbre a hacerlo de vezen cuando, habr adquirido un mayorconocimiento de su estado interior.

    El sentido que tiene utilizar unatcnica como sta para mejorar es darsecuenta, segn el grado de alteracin, deque se puede usar una estrategiadiferente explicaremos ms adelante

  • en qu consisten para cada caso.

    Tcnica del cinco x cinco

    Hay adultos que no paran ni un

    momento a lo largo del da y que nisiquiera se toman ni un respiro. Y lopeor es que llevan tanto tiempo as quecreen que es imposible hacerlo de otramanera. Cuando se detienen, es siemprecuando no pueden ms y ya estntotalmente desbordados. La tcnica delcinco x cinco sirve para ir aprendiendoa detenerse, para facilitar el acto deobservar cmo estamos interiormente.

  • Candela tena dos hijos y, a pesar deque era poco el tiempo que tena paraestar con ellos de lunes a viernes, oprecisamente por esa razn, funcionabaa la misma velocidad que en el trabajo,prestando atencin a varias cosas a lavez y adems valorando sin cesar sitodo funcionaba como debera. Todo unejemplo de eficacia personificada, quees equivalente a una olla a presin.Sensaciones de prisas, insatisfaccin yfrustracin... tena todo eso a lavelocidad del rayo.

    Nieves, en cambio, se dedicaba a laslabores de casa y a su hijo pequeohasta la tarde, en que volvan los otrosdos del colegio y ya se encargaba detodo. La sensacin diaria era la misma:

  • no tena tiempo ni para parar cincominutos, cuando no era una cosa era otrao varias a la vez, y si el nio dorma,ella pasaba a concentrarse en otra cosa.Antes de que acabara el da, ya seencontraba saturada y con los nervios aflor de piel.

    Pablo era funcionario y llegabapronto a casa, por lo que podadedicarse a llevar a sus hijos a lasdiferentes actividades extraescolares.Como deca l de manera simptica, erael chfer de sus hijos, y los das queno haba, se dedicaba a echarles unamano en las tareas escolares. A primeravista, puede parecer una situacin deprivilegio e idlica. La impresin quetena l era de que no paraba y que no

  • tena ni un momento de respiro. Losmomentos de enfado,