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EL DESARROLLO DE LA TEORIA ANTROPOLOGICA. HISTORIA DE LAS TEORIAS DE LA CULTURA Por MARVIN HARRIS. 5. SPENCERISMO Decir que las teorías de Herbert Spencer y de Charles Darwin eran un producto inevitable de una fase determinada de la historia de Occidente, no equivale a negar la contribución de los avances científicos acumulativos al perfeccionamiento del evolucionismo biológico y sociocultural. Las mismas fuerzas que hicieron que la atención de Spencer y de Darwin se sintiera atraída por los temas del progreso, la raza, la lucha, fueron también las responsables del aumento que experimentaron la autoridad y el prestigio de la ciencia. El individualismo del laissez-faire guardaba una relación directa y positiva con el desarrollo de la ciencia. El liberalismo económico y político, en sí mismo producto del avance tecnológico y científico, ejerció un efecto inmensamente estimulante sobre todas las formas del estudio científico. Los adelantos tecnológicos que resultaban de esos estudios eran esenciales para el mantenimiento del capitalismo. Aunque los dogmas teológicos seguían siendo útiles para el control y la disciplina de las masas, una auténtica cornucopia de milagros tecnológicos obligó a las autoridades teológicas a mantenerse a la defensiva. Hasta que, por fin, en 1859, Darwin dio la explicación materialista del origen de las especies y destruyó la autoridad de los teólogos en el dominio de las ciencias de la vida. ¿Cómo se explica que Darwin tuviera éxito allí donde Jean Baptiste Lamarck había fracasado?. Parece improbable que la única razón fuera la fase más avanzada del capitalismo en la que Darwin tuvo la suerte de escribir. No debemos olvidar el hecho de que en el intervalo entre Lamarck y Darwin, bajo el estímulo de los continuos avances científicos, de un modo callado se había ido fortaleciendo considerablemente una visión laica del mundo. Aunque en parte la contrarrevolución política la obligó a pasar a la clandestinidad, escondida aguardaba la primera oportunidad posible para salir a la luz y continuar la tarea que Galileo había comenzado. Además de esta erosión general de la autoridad teológica, consecuencia del progreso científico, un enfrentamiento concreto entre la teología y la ciencia en una cuestión de mayor importancia para la teoría de la evolución biológica, había contribuido a despejarle el camino a Darwin. Esa cuestión era la de la edad de la Tierra. Y fue aquí donde estuvo la principal ventaja de Darwin sobre Lamarck. Porque Lamarck había tenido que luchar contra los teólogos no sólo en la cuestión de la evolución orgánica, sino también en la cuestión de la evolución geológica. 1.- LA GEOLOGIA MUESTRA EL CAMINO Durante la mayor parte del siglo XVIII la incipiente disciplina geológica lan- guideció bajo la tutela de la autoridad de la Biblia. Excepto por las modi- ficaciones que había introducido el diluvio, se consideraba que la Tierra había preservado la forma que recibió al comienzo de los tiempos. Una gran parte del esfuerzo de los estudiosos se consagró a probar que el Génesis y los estratos de la Tierra contaban una misma historia. Los depósitos alpinos con restos de vida marina se celebraban como confirmación de la presencia en otros tiempos de aguas lo bastante profundas como para sumergir las más altas

El Desarrollo de La Teoria Antropologica

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240Marvin Harris

EL DESARROLLO DE LA TEORIA ANTROPOLOGICA. HISTORIA DE LAS TEORIAS DE LA CULTURA Por MARVIN HARRIS.5. SPENCERISMO

Decir que las teoras de Herbert Spencer y de Charles Darwin eran un producto inevitable de una fase determinada de la historia de Occidente, no equivale a negar la contribucin de los avances cientficos acumulativos al perfeccionamiento del evolucionismo biolgico y sociocultural. Las mismas fuerzas que hicieron que la atencin de Spencer y de Darwin se sintiera atrada por los temas del progreso, la raza, la lucha, fueron tambin las responsables del aumento que experimentaron la autoridad y el prestigio de la ciencia. El individualismo del laissez-faire guardaba una relacin directa y positiva con el desarrollo de la ciencia. El liberalismo econmico y poltico, en s mismo producto del avance tecnolgico y cientfico, ejerci un efecto inmensamente estimulante sobre todas las formas del estudio cientfico. Los adelantos tecnolgicos que resultaban de esos estudios eran esenciales para el mantenimiento del capitalismo. Aunque los dogmas teolgicos seguan siendo tiles para el control y la disciplina de las masas, una autntica cornucopia de milagros tecnolgicos oblig a las autoridades teolgicas a mantenerse a la defensiva. Hasta que, por fin, en 1859, Darwin dio la explicacin materialista del origen de las especies y destruy la autoridad de los telogos en el dominio de las ciencias de la vida.Cmo se explica que Darwin tuviera xito all donde Jean Baptiste Lamarck haba fracasado?. Parece improbable que la nica razn fuera la fase ms avanzada del capitalismo en la que Darwin tuvo la suerte de escribir. No debemos olvidar el hecho de que en el intervalo entre Lamarck y Darwin, bajo el estmulo de los continuos avances cientficos, de un modo callado se haba ido fortaleciendo considerablemente una visin laica del mundo. Aunque en parte la contrarrevolucin poltica la oblig a pasar a la clandestinidad, escondida aguardaba la primera oportunidad posible para salir a la luz y continuar la tarea que Galileo haba comenzado. Adems de esta erosin general de la autoridad teolgica, consecuencia del progreso cientfico, un enfrentamiento concreto entre la teologa y la ciencia en una cuestin de mayor importancia para la teora de la evolucin biolgica, haba contribuido a despejarle el camino a Darwin. Esa cuestin era la de la edad de la Tierra. Y fue aqu donde estuvo la principal ventaja de Darwin sobre Lamarck. Porque Lamarck haba tenido que luchar contra los telogos no slo en la cuestin de la evolucin orgnica, sino tambin en la cuestin de la evolucin geolgica.

1.- LA GEOLOGIA MUESTRA EL CAMINODurante la mayor parte del siglo XVIII la incipiente disciplina geolgica languideci bajo la tutela de la autoridad de la Biblia. Excepto por las modificaciones que haba introducido el diluvio, se consideraba que la Tierra haba preservado la forma que recibi al comienzo de los tiempos. Una gran parte del esfuerzo de los estudiosos se consagr a probar que el Gnesis y los estratos de la Tierra contaban una misma historia. Los depsitos alpinos con restos de vida marina se celebraban como confirmacin de la presencia en otros tiempos de aguas lo bastante profundas como para sumergir las ms altas cumbres. Los fsiles de animales extintos no planteaban problema: simplemente probaban que no todas las criaturas antediluvianas haban conseguido refugiarse en el arca de No.Cuando la historia de la Tierra empez a ser estudiada desde un punto de vista geolgico, se supuso simplemente que el diluvio universal tena que haber producido cambios ingentes y que habra sido un agente primario en la formacin de la superficie actual del globo. Su existencia daba prueba de que Dios rega el mundo adems de haberlo creado [Gillispie, 1951].Entre los gelogos, Theory of the Earth (1788), de James Hutton, el fundador de la llamada escuela vulcanista, represent la primera refutacin consecuente de este punto de vista. Las teoras de Hutton rechazaban la explicacin que de los estratos de la Tierra daba la escuela neptunista. Esta ltima estaba representada en Gran Bretaa por Robert Jameson, a su vez discpulo del fundador del neptunismo, Gottlieb Werner, profesor de mineraloga en Friburgo de Sajonia. Inspirndose en la narracin bblica, sostenan que todas las rocas de la Tierra se haban precipitado de una solucin marina en varios estadios bien definidos que correspondan a los estadios de la creacin y que desde entonces haban ocupado su lugar fijo, en los correspondientes estratos geolgicos. Hutton, por su parte, eludi por completo el tema de la creacin e intent interpretar los rasgos geomorfolgicos en funcin de los efectos acumulativos de los procesos naturales fsico-qumicos, tales como el calor, la presin y las varias formas de accin de la intemperie. En lo tocante a la edad de la Tierra, las implicaciones de esta interpretacin de Hutton resultaban herticas, ya que lo que hasta entonces se haba atribuido a la accin de cataclismos instantneos pasaba a presentarse como el efecto paciente de fuerzas relativamente pequeas que actuaban a lo largo de dilatados periodos de tiempo.2.- PRECEDENTES EN EL SIGLO XVIIIEs interesante sealar que las ideas de Hutton tuvieron un precedente en el siglo XVIII en una serie de hiptesis ms osadas, aunque geolgicamente menos documentadas. Georges Buffon, inspirndose en Gottfried Leibniz, haba realizado incluso una serie de experimentos con bolas de hierro calientes en un intento de fechar el origen de la Tierra. Partiendo de la suposicin de que originariamente la Tierra haba sido una masa fundida, Buffon trat de calcular el tiempo que habra necesitado para enfriarse hasta su temperatura actual. En Epocas de la naturaleza lleg a la conclusin de que haban transcurrido como mnimo setenta y cinco mil aos, pero por respeto a la narracin bblica se abstuvo deliberadamente de dar las fechas mximas. Immanuel Kant propuso una hiptesis ms audaz. En su Historia natural universal y teora de tos cielos postulaba un universo infinito en el que transcurren millones y miles de millones de siglos durante los cuales se crean siempre nuevos mundos y sistemas de mundos (Kant). Hubo an muchos ms tanteos de tipo parecido, especialmente entre los filsofos como d'Holbach y Diderot, hasta el extremo de que Haber, ve en los neptunistas discpulos de Werner una reaccin contra las tendencias antimosaicas de mediados del XVIII. Pero para el tiempo en que Lamarck escribi su Hidrogeologa (1802) ya no se sostena ninguna alternativa seria frente a la cronologa corta. La hiptesis de Lamarck de que la Tierra tena varios miles de millones de aos de existencia fue recibida todava con ms desprecio que su idea de que los hombres descendan de los peces. El propio Lamarck consideraba que el principal obstculo que se opona a la aceptacin de su idea de una evolucin orgnica era la resistencia con que tropezaba la cronologa larga. Y ello le haca desesperar de llegar a convencer a sus contemporneos de los errores del empirismo de Werner con su adhesin servil a la narracin mosaica.Los defensores de la cronologa bblica siguieron conservando su ascendiente durante las dos primeras dcadas del siglo XIX. Al acumularse las pruebas de la existencia no de un diluvio, sino de docenas de ellos, Georges Cuvier (1811) y William Buckland (1823) recurrieron a la doctrina del catastrofismo, con su serie de destrucciones milagrosas y de creaciones, a fin de salvar la historia bblica. Slo a partir de 1820, la exigencia de los vulcanistas de una ampliacin de la cronologa comenz a ser considerada respetable por los gelogos. Pero incluso entonces la geologa continu mantenindose en una postura extremadamente conservadora ante la versin mosaica del origen del hombre.3. LA CONTRIBUCION DE CHARLES LYELLLa crisis, sacada a la luz con la publicacin de los Principies of geology, de Charles Lyell, no se produjo hasta 1830. Basando la suya en la obra de Hutton, Lyell insisti en que los procesos observables en el presente bastaban para explicar todos los fenmenos geomorfolgicos. Fue este actualismo sin reservas de Lyell, con la consiguiente ampliacin de la cronologa, lo que movi a Darwin a abandonar su postura moderada de respeto a la autoridad de las Escrituras y a convertirse en un cientfico resueltamente independiente.El libro de Lyell acompa a Darwin en su viaje del Beagle. l le dio esa libertad con el tiempo que a Lamarck le haba sido negada. Como escribe Haber (1959), poca duda puede haber de que fueron los Principies of geology, de Lyell, los que liberaron a la mente de Darwin de los grilletes de la cronologa bblica. A pesar de lo avanzado de sus ideas geolgicas, Lyell sigui siendo extremadamente conservador en todo lo referente a la evolucin biolgica, hasta el punto de dedicar un captulo entero de los Principles of geology a una crtica de la teora lamarckista de la bioevolucin, captulo que, haba de tener profunda influencia en Herbert Spencer. Las ideas de Lamarck las rechazaba sin reservas. Al tratar del origen de las formas vivas adoptaba la misma posicin que su actualismo haba destruido en geologa. La distribucin de las formas vivas en el tiempo y en el espacio la explicaba postulando una serie de creaciones continuas que introducan nuevas especies para reemplazar a las que continuamente se iban extinguiendo. Segn Lyell, cada nueva especie estaba preadaptada por el Creador para sobrevivir en el conjunto de condiciones ambientales propias de un determinado momento en una determinada regin del mundo. Cuando un cambio en el ambiente destrua esas condiciones, la especie en cuestin se extingua.Sin embargo, las teoras biolgicas de Lyell reflejan en algo ms que la mera cronologa larga las principales tendencias que iban a confluir en Spencer y Darwin. Entre los cambios que producen la extincin, Lyell subray la primordial importancia de las modificaciones de la comunidad bitica. La primera causa de la extincin de unas especies era la introduccin de otras. Las especies nuevas y las antiguas entablaban un combate por la supervivencia. En realidad fue esta firme creencia en la omnipresencia de la lucha por la vida la que le impidi a Lyell aceptar el evolucionismo de Lamarck, porque no poda entender cmo existiendo especies ms aptas, las menos aptas podan sobrevivir durante un tiempo lo bastante largo como para reunir las modificaciones que precisamente tenan que posibilitar su supervivencia.As Lyell, como Spencer y como Darwin, estaba esforzndose por lograr una sntesis de los temas de la lucha y del progreso. Y como Spencer y Darwin, tambin su modelo de la lucha se inspiraba principalmente en la condicin humana. Hay aqu un actualismo (sociocultural) del que Lyell no se percat: su ejemplo preferido de cmo la lucha por la existencia llevaba a la extincin de los tipos menos favorecidos no era otro que el conflicto entre los europeos y los salvajes.4. LA INFLUENCIA DE LYELL SOBRE SPENCERComo en su autobiografa escribi Spencer (1926), fue la lectura de Lyell la que le convenci de que las especies evolucionaban y la que le puso en camino hacia el descubrimiento de que la evolucin era la gran ley de la naturaleza. Aunque antes ya haba pensado alguna vez que la raza humana se haba desarrollado a partir de alguna raza inferior fue la lectura de aquel captulo en que Lyell criticaba a Lamarck la que le convenci de que Lamarck tena razn. Y as la creencia de Spencer en la evolucin nunca ms volvi a vacilar, por mucho que en los aos siguientes se me ridiculizara por mantenerla.As fue cmo la refutacin por Lyell del evolucionismo lamarckista tuvo el efecto opuesto, confirmando a Darwin y a Spencer en su evolucionismo. Dndole vueltas precisamente a esta cuestin de por qu los argumentos de Lyell tuvieron el efecto opuesto al que pretendan, Spencer menciona su aversin a lo sobrenatural en cualquiera de sus formas. Probablemente hay que suponer adems que el xito del intento de Lyell de explicar la historia de la Tierra sin recurrir a milagros persuadira a Darwin y a Spencer de la inminencia de un triunfo similar en biologa.En la refutacin de Lamarck por Lyell haba algo ms a lo que Spencer no alude, pero que hace que nuestra atencin se dirija otra vez a las principales tendencias ideolgicas que confluyeron en las sntesis del progreso y la lucha en el evolucionismo biocultural. Al rechazar a Lamarck, Lyell rechazaba la expresin ltima de la fe del siglo XVIII en la perfectibilidad del gnero humano. Segn Lamarck, la naturaleza estaba obligada por leyes inmutables a producir siempre criaturas cada vez ms perfectas. Como dice Lyell:[...] las especulaciones de Lamarck no conocen limites definidos; da rienda suelta a la conjetura y se imagina que la forma externa, la estructura interna, las facultades instintivas y hasta la razn misma pueden haberse desarrollado gradualmente a partir de alguno de los estados de existencia ms simples; que todos los animales, que el hombre mismo y los seres irracionales pueden haber tenido un origen comn; que todos pueden ser parte de un esquema continuo y progresivo de desarrollo desde lo ms imperfecto a lo ms complejo, y, por fin, pospone su creencia en la elevada genealoga de sus especies y, como si fuera en compensacin, mira hacia adelante, hacia la futura perfectibilidad del hombre en sus atributos fsicos, intelectuales y morales .Lo que aqu le pareca ms absurdo a Lyell iba a constituir el tema central de la obra de Spencer: la demostracin de que el universo exhiba un esquema continuo y progresivo de desarrollo que abarcaba todos los fenmenos inorgnicos, orgnicos y superorgnicos.5. LA CONTRIBUCION DE MALTHUS.Hay que sealar que en Lyell, el rechazo de Lamarck era congruente con su aceptacin de las teoras pesimistas del mayor de todos los enemigos de las doctrinas del progreso, Thomas Malthus. Era el responsable de la introduccin del concepto de la lucha por la existencia, concepto clave en las teoras de Lyell, Spencer, Darwin y Alfred Wallace. Pero dentro de este grupo slo Lyell aceptaba las conclusiones negativas de Malthus en lo relativo a la perfectibilidad del hombre, a saber: que una porcin considerable de la humanidad estaba para siempre condenada a la miseria por el desequilibrio existente entre la capacidad de reproduccin y la capacidad de produccin.El papel de Malthus en el desarrollo de las sntesis de Darwin y de Spencer puede muy bien haber sido ms importante que el de Lyell. De hecho es la actitud negativa que Malthus haba adoptado respecto al progreso y a la perfectibilidad la que explica por qu Darwin y Spencer reaccionaron con tanta fuerza contra el antievolucionismo de Lyell. Cada uno a su manera, Darwin y Spencer se esforzaron por probar que una parte de la teora de Malthus era exacta y la otra errnea. Aunque lo habitual es presentar la contribucin de Malthus a la teora darwinista slo en su aspecto positivo y olvidar enteramente su contribucin a la de Spencer, en realidad en ambos casos la reaccin contra Malthus fue decisiva. Veamos primero la relacin entre Malthus y Darwin.Hoy es sobradamente conocido que Darwin atribuy el descubrimiento del principio de la seleccin natural a su lectura de An essay on the principie of population, de Malthus (1798). La lectura a que se refiere la sita Darwin en octubre de 1838. Ahora bien, el Essay, de Malthus, estaba concebido categricamente como una refutacin de la fe de la Ilustracin en el progreso. Su intencin principal era otra. En el prefacio a la edicin ampliada de 1803 escriba: Mi objetivo era aplicar el Essay a la verdad de aquellas especulaciones sobre la perfectibilidad del hombre y de la sociedad en las que en aquel momento se concentraba una parte considerable de la atencin pblica (Malthus, 1803). Al aludir directamente al Esquema de un cuadro histrico del progreso del espritu humano, del marqus de Condorcet, Malthus confesaba la influencia de la Revolucin francesa en su propia desilusin con la doctrina de la perfectibilidad. Malthus expresaba sus propios sentimientos ante la Revolucin francesa con trminos muy fuertes:Se recordar que el esquema histrico de Condorcet conclua con unas especulaciones en torno a la posibilidad de que los avances culturales pudieran con el tiempo dar por resultado un cambio en la naturaleza fsica del hombre. Malthus ridiculiz esta idea basndose en la naturaleza fija de las especies. Admita que era verdad que una crianza adecuada poda cambiar a las plantas, los animales y los hombres en una medida no precisable, pero le pareca un despropsito suponer que esos cambios fueran potencialmente ilimitados. Es posible criar ovejas para obtenerlas con las patas cortas y la cabeza pequea, pero la cabeza y las patas de esa oveja nunca serian tan pequeas como la cabeza y las patas de una rata. Irnicamente, las teoras de Darwin iban a hacer de esa hipottica oveja el menor de los portentos evolutivos.Al leer a Malthus y al descubrir gracias a l el principio de la seleccin natural, Darwin no poda dejar de darse cuenta de que una vez ms, como en el caso de Lyell, estaba atribuyendo parte de su teora a un hombre con quien estaba en profundo desacuerdo: las ideas de Darwin tenan la capacidad de unir lo que hasta entonces se haban considerado como opuestos. Al aplicar la lucha por la existencia a la explicacin del origen de las especies, las posiciones antagnicas representadas por Condorcet y por Malthus se podan armonizar. Y an eran ms las posturas irreconciliables de todo tipo que se podan reconciliar. Siguiendo a Darwin, uno poda ser un racista y creer en los lmites hereditarios de una raza o de una especie y a la vez ser ecologista y saber con seguridad que no haba lmites para la perfectibilidad de ninguna de las especies, incluido el hombre. Donde Malthus no poda ver ms que perpetua miseria como resultado de la lucha por la supervivencia, Darwin poda ver perpetuo progreso. Donde Lyell vea extincin, Darwin vea creacin. Por otro lado, mientras Condorcet atribua el progreso a la accin de un medio favorable, Darwin lo atribua a una lucha incesante. Y mientras Lamarck explicaba el progreso como la acumulacin de un apacible esfuerzo por mejorar, Darwin lo vea como el producto de la naturaleza, con las garras y las fauces ensangrentadas.6. LA CONTRIBUCION DE DARWINApoyndose en Lyell, Lamarck y en una legin de otros estudiosos, Darwin elabor una defensa cientfica de la evolucin de las especies que por su detalle, por su rigor y por su alcance no tena precedentes. Origin of species se atena a normas de prueba y de lgica que antes de 1859 rara vez haban sido alcanzadas y nunca superadas. Mas esos rasgos slo explicaran el xito del libro dentro de un reducido crculo capaz de apreciar las excelencias de una proeza monogrfica. En cambio, por s mismos no explican la pasin con la que lderes de la comunidad cientfica tan prestigiosos como sir Joseph Hooker, Thomas Huxley y Charles Lyell salieron en defensa de Darwin, ni el entusiasmo con el que lo acogieron legiones enteras de cientficos e intelectuales ms jvenes. Origin of species era mucho ms que un tratado cientfico; era un gran libro precisamente por los temas tan diversos que en l se unan y se expresaban. Haca patente y aceptable lo que muchas gentes, desde los cientficos hasta los polticos, haban sentido oscuramente que era verdad, aunque sin ser capaces de exponerlo en palabras.En el penltimo prrafo de Origin of species, Darwin vuelve sobre el mismo tema, implicando que su teora corroboraba la doctrina de la perfectibilidad y se opona al pesimismo de Malthus y de LyellPuede sostenerse, que lo nico que a Darwin le interesaba en su libro era la evolucin orgnica, y que su idea de la perfeccin a travs de la lucha no guardaba relacin con ninguna teora de la evolucin sociocultural. Pero en el primer esquema de la teora de la seleccin natural que Darwin escribi en 1842 y no public, ya se mostraba convencido de que la teora inclua a todos los mamferos sin excepcin. Como Gertrude Himmelfarb reconoce (1959), si en Origin of species Darwin no abord el tema de la evolucin humana fue porque pensaba que ello impedira que su libro fuera juzgado imparcial y desapasionadamente.Doce aos haban de transcurrir entre Origin of species y la publicacin de Descent of man, el libro en el que Darwin se plantea especficamente la cuestin de la relacin entre la seleccin natural y la evolucin humana. Pero para 1871 ya se le haba anticipado la versin spenceriana de la supervivencia del ms fuerte con su aplicacin de la teora biolgica a la evolucin sociocultural.

7. EL RACISMO DE DARWINFue Darwin un determinista racial? Situaba l las diferencias raciales en el marco de la supervivencia del ms fuerte? Sera sorprendente de verdad que Darwin hubiera sido prcticamente el nico entre sus contemporneos capaz de no rendirse a la biologizacin de la historia. Pero la cuestin se plantea porque, en Descent of man, Darwin se manifest contrario a la acreditada opinin, que se remontaba a Blumenbach y a Buffon, de que los rasgos del tipo del color de la piel o la forma del cabello fueran tiles para la supervivencia. En consecuencia, negaba explcitamente que esos rasgos raciales pudieran haberse establecido primariamente por seleccin natural. El principio que l propona para explicar las diferencias raciales humanas no era la seleccin natural, sino la seleccin sexual.Hay que dejar en claro, que Darwin no conceba la seleccin sexual como si fuera opuesta a la seleccin natural, del mismo modo que tampoco crea que la seleccin natural excluyera la posibilidad de la evolucin por el uso y desuso lamarckista. Al introducir el principio de la seleccin sexual, Darwin esperaba explicar aquellos rasgos de los organismos que no parecan ser tiles en la lucha por la supervivencia. Las astas del venado y las plumas del pavo real son los dos ejemplos clsicos que escogi en el nivel subhumano. Mientras no desequilibraran la balanza desfavorablemente para la supervivencia, rasgos como esos podan desarrollarse por diversas vas si conferan determinadas ventajas para el apareamiento. En el hombre, los rasgos equivalentes, en opinin de Darwin, eran aquellos aspectos de las diferencias raciales color de la piel, forma del cabello, color de los ojos, forma y tamao de la nariz y de los labios que durante largo tiempo se haba supuesto generalmente que deban guardar conexin con algo vital para el funcionamiento del organismo humano en las diferentes regiones del mundo. El objetivo expreso de Descent of man, apoyado en una digresin que ocupa varios captulos sobre ejemplos tomados de los organismos inferiores, era probar que la seleccin sexual explicaba las diferencias raciales externas entre los hombres mejor que la seleccin natural. Esta era una posicin perfectamente respetable y hoy da son bastantes los antroplogos fsicos y los bilogos que continan defendindola. Mas Darwin no dud ni por un momento que entre las razas haba tambin importantes diferencias internas y que stas se establecan por seleccin natural. Al sealar que ni una sola de las diferencias externas entre las razas del hombre son de valor directo para l, y que, en consecuencia, no pueden adquirirse por seleccin natural, hace excepcin expresa de todos aquellos rasgos raciales que son significativos en la cuestin de los diferentes ritmos de progreso hacia la civilizacin: Las facultades intelectuales y morales, o sociales, deben indudablemente exceptuarse de esta observacin; pero las diferencias en esas facultades no pueden haber tenido ninguna influencia, o en todo caso slo una muy pequea, en los caracteres externos (Darwin, 1871).8. LA VERSION DARWINISTA DEL PROGRESO A TRAVES De LA LUCHALa ideologa del progreso a travs de la lucha, que Darwin aceptaba, trasparece con la mayor claridad incluso cuando recurre al principio de la seleccin sexual. La forma ms eficaz de la seleccin sexual era la lucha entre los machos por la posibilidad de aparearse con las hembras ms deseables. Y no se piense que la otra forma de lucha, la lucha por la supervivencia, pase a segundo trmino ante la lucha sexual. Resulta imposible leer Descent of man sin sentirse sorprendido por la defensa casi total que hace de la lucha por la supervivencia como el medio de comprender la evolucin sociocultural. Se trata adems de una lucha ms que entre el hombre y la naturaleza se entabla entre el hombre y el hombre, de acuerdo con el paradigma ms directamente spenceriano. Aunque con frecuencia Darwin matiza el alcance de esa lucha, como, por ejemplo, cuando habla del papel del altruismo, vuelve siempre a lo mismo, a la supervivencia, que es su objetivo oculto.Idntica matizacin se aprecia en el pasaje en el que Darwin afirma rotundamente que hay factores distintos de la seleccin natural que dan cuenta de la parte ms excelsa de la naturaleza humana. La oscura referencia de Darwin a los hbitos, los poderes del razonamiento, la instruccin y la religin como opuestos a la seleccin natural quiz sea una expresin de su indecisin ante una defensa demasiado patente de la lucha tanto en el interior de una sociedad como entre sociedades distintas. En cualquier caso, no anula el punto principal de la primera mitad de ese mismo prrafo, en el que aboga por el mantenimiento de una abierta competenciaHay que sealar tambin que Darwin distingua la evolucin de las cualidades morales y la de las que l llamaba cualidades mentales. Es a estas ltimas a las que el hombre debe principalmente [...] su posicin eminente en el mundo. Y es en la lucha por la supervivencia en donde la facultad de la inteligencia se perfecciona en los individuos, se hace hereditaria y pasa a las generaciones sucesivas.Como todos sus contemporneos, Darwin fue completamente incapaz de separar los cambios en el repertorio de la conducta aprendida de un grupo, de los cambios hereditarios. La idea de que los salvajes contemporneos pudieran ser tan inteligentes como los civilizados le resultaba lisa y llanamente inconcebible. Tomando el ejemplo de un arma recientemente inventada, admite que la mera imitacin poda inducir a otros a aceptarla. Pero cada innovacin tcnica contribuye tambin necesariamente a la perfeccin del intelecto.Sera ocioso esperar un acuerdo lgico de todas las afirmaciones antagnicas que se hacen en Descent of man. La posicin de Darwin quedaba desesperadamente envuelta en la confusin imperante de los rasgos heredados con los aprendidos. Lo que con seguridad puede decirse es que era un determinista racial, que crea que la supervivencia del apto y la eliminacin del inepto producan el progreso biolgico y cultural y que mostraba una profunda adhesin ideolgica al laissez-faire. 9. El erroneo nombre del darwinismo socialUno de los obstculos que se oponen a la exacta comprensin de la relacin existente entre Darwin y las ciencias sociales es que la doctrina del progreso a travs de la lucha lleva el nombre de darwinismo social. Esa frase expresa y refuerza la idea errnea de que despus de 1859 los cientficos sociales, encabezados por Herbert Spencer, aplicaron los conceptos desarrollados por Darwin a la interpretacin de la naturaleza y el funcionamiento de la sociedad. Lo que aqu hay que dejar en claro es el hecho de que los principios de Darwin eran una aplicacin a la biologa de conceptos de las ciencias sociales. Fue el anlisis y el estudio del progreso y la evolucin sociocultural por tericos sociales, tales como Monboddo, Turgot, Condorcet, Millar, Ferguson, Helvetius y d'Holbach, el que facilit el marco dentro del que se desarroll el estudio de la evolucin biolgica por Geoffrey Saint Hillaire, Erasmus Darwin (abuelo de Charles) y Lamarck. Basndonos en la autoridad del propio Darwin podemos aceptar que la idea de la seleccin natural le fue inspirada por el anlisis de Malthus de la lucha por la supervivencia. Con palabras de Darwin: Esta es la doctrina de Malthus aplicada a todo el reino animal y vegetal.Si todava quedara alguna duda sobre la importancia de la deuda (Green, 1959), podra aducirse tambin el testimonio de Alfred Wallace, autor con Darwin de la memoria presentada a los miembros de la Sociedad Linneana en 1858, en la que se anunci por primera vez el descubrimiento de la seleccin natural. Fue Wallace quien, sin saberlo, forz a Darwin a publicar Origin of species, al enviarle un manuscrito en el que esbozaba la misma teora en cuya elaboracin llevaba Darwin unos veinte aos trabajando. La teora de Wallace se pareca tanto a la de Darwin que ste exclam: Hasta sus trminos aparecen como ttulos de mis captulos!. Lo que ya es menos sabido es que el paralelismo entre Wallace y Darwin, que constituye un curioso ejemplo del principio de la simultaneidad en la invencin, se extenda hasta incluir la lectura de Malthus. En 1859, mientras convaleca de una enfermedad en la isla de Teznate, cerca de Nueva Guinea, Wallace empez a pensar en los mecanismos de freno del aumento de poblacin descritos por Malthus en su Ensayo sobre la poblacin.10. la prioridad de SpencerLa denominacin darwinismo social no slo es un obstculo para nuestra comprensin del marco funcional en el que hay que buscar la inspiracin de Darwin, sino que adems distorsiona el orden real de precedencia entre las contribuciones especficas de Spencer y de Darwin a la teora de la evolucin. En 1842, o sea, en el mismo ao en que Darwin complet su primer esbozo de la teora de la seleccin natural, que no public, Spencer empez a publicar una serie de ensayos con el ttulo de The proper sphere of government. El primer libro de Spencer, Social statics (1850) reuna esos ensayos e inclua ya la mayora de las ideas que errneamente se supone que haba tomado de Darwin. Hacia 1850, Spencer estaba ya consagrado haca tiempo a la obra de su vida: describir las leyes universales del desarrollo. Por otra parte, mientras Darwin haba tratado la cuestin de la perfectibilidad humana como una extrapolacin de su tema principal, Spencer se propuso deliberadamente resolver ese problema.Spencer se esforz conscientemente por probar que la naturaleza humana, como todo lo dems en el universo, era un producto de la evolucin. La cuestin de la mutabilidad de la naturaleza humana no es evidentemente ms que una manera distinta de plantear la cuestin de la especiacin. Al defender la mutabilidad de la naturaleza humana, Spencer estaba, de hecho, defendiendo la evolucin biolgica. En su Social statics insista no slo en que la naturaleza humana es modificable, sino en que ha sufrido y continuar sufriendo cambios drsticos de conformidad con una ley universal de desarrollo.La imperfeccin, dice en la misma obra, es inadecuacin a las condiciones de existencia. El hombre logra un grado ms alto de aptitud a travs del proceso de adaptacin. Esos cambios definen el progreso, y la creencia en la perfectibilidad humana se reduce simplemente a la creencia de que, en virtud de ese proceso, con el tiempo el hombre se adecuar completamente a su modo de vida.En Social statics aparece la expresin lucha por la existencia, pero en un contexto que no guarda relacin con la explicacin del progreso humano. Sin embargo, Spencer trata por extenso la necesidad de un estado salvaje de la naturaleza humana como preludio al estado de la civilizacin, y lo hace en un lenguaje que es enteramente el de la lucha por la existencia.11. IDEAS POLITICAS DE SPENCERSu abierta defensa del liberalismo econmico y su condena del cooperativismo, el socialismo y el comunismo, es un ejemplo ms de la imposibilidad de separar el desarrollo de las teoras de la cultura de su contexto sociocultural. Para apreciar debidamente la contribucin de Spencer debemos ver en l al portavoz cientfico ms efectivo del primitivo capitalismo industrial, exactamente igual que para apreciar debidamente la contribucin de Marx debemos ver en l al portavoz cientfico ms efectivo del socialismo revolucionario. Aunque en ambos casos debemos guardarnos de permitir que los respectivos compromisos polticos de esos hombres interfieran con nuestro reconocimiento y con la utilizacin por nuestra parte de los aspectos cientficamente vlidos de su pensamiento. La poltica y la ciencia social fueran inseparables.Social statics est consagrado abiertamente a la defensa de la propiedad privada y de la libre empresa, con advertencias de los desastres bioculturales que caern sobre la humanidad si se permite que el gobierno intervenga en favor de los pobres. Son extremadamente pocas las reas de la vida en las que Spencer estaba dispuesto a conceder al Estado legtima autoridad. As se opona a que las escuelas, las bibliotecas y los hospitales fueran pblicos y gratuitos, rechazaba las medidas de sanidad pblica, la dispensa estatal de los ttulos de mdicos y enfermeras, la vacuna antivarilica obligatoria, las leyes de los pobres y cualquier clase de sistemas de beneficencia pblica. Condenaba todas esas manifestaciones de intervencin estatal por estar en contra de las leyes de la naturaleza y predeca que serviran para aumentar los sufrimientos de los dbiles y de los necesitados. La insistencia en que el socialismo y el comunismo se oponan a la ley natural no era, desde luego, original de Spencer. Exista una acreditada tradicin, que se remontaba a Adam Smith, segn la cual el papel del gobierno deba restringirse virtualmente a la proteccin de la propiedad privada, la vigilancia de los contratos y la defensa del Estado. Bajo el liderazgo de Thomas Malthus, Edward West, David Ricardo y James Mili, las doctrinas dominantes incluan un pronstico preciso sobre la cuestin de la pobreza y del sufrimiento humano. La ley de hierro de los salarios, la ley de los beneficios decrecientes y las leyes malthusianas del crecimiento de la poblacin formaban la base de un credo pesimista, una ciencia lgubre.12. RESPUESTA DE SPENCER A LA CIENCIA LGUBRELa perspectiva de Spencer, era cualquier cosa menos lgubre. Confiando la vida social a las leyes de la naturaleza, Spencer pensaba que con el tiempo quedara eliminado el sufrimiento humano. En 1852 contrapuso directamente sus propias ideas sobre la perfectibilidad del hombre a las ideas de Malthus. Como fruto de esa confrontacin, en el ensayo titulado A theory of population, Spencer (1852) lleg bsicamente a una solucin del mismo tipo de la que Darwin haba alcanzado en 1838 (pero se iba a guardar para s hasta 1858) y de la que Wallace no alcanzara hasta 1855. Malthus fue la base no de dos, sino de tres descubrimientos independientes de la idea de la evolucin progresiva como resultado de la lucha por la supervivencia. Cierto que A theory of population contena un buen nmero de observaciones sumamente originales sobre los factores determinantes del aumento de poblacin y adems slo se ocupaba de la evolucin sociocultural y humana. Pero la cuestin que nos estamos planteando es precisamente la de las fuentes del darwinismo social en la medida en que se aplic a la sociedad humana.Para escapar al dilema malthusiano, Spencer recurri a la idea de que la inteligencia y la fertilidad estaban en relacin inversa. Resulta caracterstico que interpretara esa relacin en trminos fisiolgicos y no en trminos socioculturales. Las clulas de la mente y las clulas del sexo compiten por los mismos materiales. El exceso de fertilidad estimula una mayor actividad mental porque cuanta ms gente hay, ms ingenio se necesita para mantenerse en vida. Los individuos y las razas menos inteligentes mueren y el nivel de inteligencia se eleva gradualmente. Pero este aumento de inteligencia slo se logra a costa de intensificar la competencia entre las clulas de la mente y las clulas del sexo, y, en consecuencia, se produce una progresiva disminucin de la fertilidad.De este modo, al final, la presin de la poblacin y los males que la acompaan desaparecern enteramente (1852). Aunque esto va contra Malthus y es mucho ms optimista que la formulacin de Darwin, su clmax utpico se reserva para un futuro indefinidamente remoto hacia el que la humanidad avanza lenta y constantemente. Hasta alcanzarlo, las exigencias de la lucha por la vida producen el progreso a travs de la disminucin de los ineptos y la preservacin de los aptos, exactamente lo mismo que Darwin iba a decir seis aos despus.En el mismo ao de 1852, Spencer public un artculo titulado The development hypothesis, en el que atacaba el creacionismo especial y expona una visin lamarckista de la transformacin de las especies. Absurdamente, Spencer no aplic el principio de la supervivencia del ms apto al origen de las especies. Como explica en su autobiografa (1926), si no relacion las dos ideas fue por creer que la herencia de las modificaciones funcionalmente producidas basta para explicar los hechos. Al ver que eran la causa suficiente en muchos tipos de cambio de los organismos, conclu que eran causa suficiente para todos los cambios de todos los tipos. Cuando se public Origin of species, Spencer acept que la seleccin natural era una de las causas ms importantes del cambio biolgico evolucionista. Al principio lamarckista del uso y desuso sigui dndole la mayor importancia, pero hay que recordar que tambin Darwin pensaba que la herencia de las caractersticas adquiridas era un principio evolucionista vlido. As que, aunque Spencer no pusiera en relacin el concepto del progreso a travs de la lucha con la especiacin, es evidente que los componentes esenciales de lo que se llama darwinismo social los elabor independientemente, sin inspirarse en Darwin.13. SPENCER Y EL EVOLUCIONISMOFue Spencer y no Darwin el que populariz el trmino evolucin, usndolo por primera vez en un artculo titulado The ultmate law of physiology (1857). Tampoco fue Darwin quien introdujo la expresin supervivencia de los ms aptos, sino Spencer (en sus Principies of biology, 1866), como el propio Darwin reconoci en la quinta edicin de Origin of species cuando, al cambiar el ttulo del captulo sobre la seleccin natural, que pas a llamarse Seleccin natural o la supervivencia de los ms aptos.An hay ms. Como Robert Carneiro (1967) ha sealado, desde 1852 Spencer fue amigo de Thomas Huxley, el ms eficaz de los defensores de Darwin, cuyo formidable estilo polmico le vali el sobrenombre de el bulldog de Darwin. En su autobiografa, Spencer describe las vivas discusiones en el curso de las cuales trataba de convencer a Huxley de la verdad del desarrollo progresivo. Y, finalmente, hay que hablar de la alta estimacin en que el propio Darwin tena a Spencer llamndole una docena de veces superior a m e insistiendo en que se ha de ver en l al ms grande de los filsofos vivos de Inglaterra; quiz tan grande como cualquiera de los que le han precedido (Darwin). Tomando en consideracin todos estos factores parece evidente no slo que la palabra spencerismo es adecuada para dar nombre a las teoras bioculturales que han terminado por conocerse como darwinismo social, sino incluso que la expresin spencerismo biolgico resultara una denominacin apropiada para aquel perodo de la historia de las teoras biolgicas en el que las ideas de Darwin ganaron ascendiente.14. LA DUDOSA DISTINCION DE SPENCERNo carece de importancia demostrar con claridad que en el siglo XIX la tendencia a la biologizacin no tena nada que ver con el mayor prestigio de las ciencias biolgicas. (De hecho, perfectamente podra haber ocurrido a la inversa.) No puede decirse que una disciplina imitara a la otra, sino ms bien que ambas disciplinas dieron respuestas paralelas a necesidades ideolgicas similares. La biologizacin de la teora sociocultural fue un producto de la necesidad de contrarrestar el ecologismo polticamente subversivo del siglo XVIII. La conversin de la teora biolgica al evolucionismo fue una consecuencia del inters de los cientficos sociales por el progreso y por la perfectibilidad, mientras que el concepto de la seleccin natural naci del inters por las guerras y los conflictos raciales, nacionales y de clase. Desde el punto de vista de la historia de las teoras de la cultura, es sobre Spencer y no sobre Darwin sobre quien recae la mayor parte de la responsabilidad de haber mutilado la potencia explicativa de la teora evolucionista cultural por haberla mezclado con el determinismo racial. Su contribucin al desarrollo de la teora y el mtodo antropolgico es sin duda equivalente, si no superior, a las contribuciones de Edward Burnett Tylor y Lewis Henry Morgan. Por otra parte, como veremos, ni Tylor ni Morgan estn tampoco libres de los peores efectos del determinismo racial. Realmente, entre 1850 y 1900 ninguna de las principales figuras de las ciencias sociales escap a la influencia del racismo evolucionista. Dentro de la antropologa, esta servidumbre no iba a romperse hasta el comienzo del movimiento boasiano. En las disciplinas adyacentes, la lucha por llegar a una definicin correcta de la relacin entre los componentes hereditarios y los componentes aprendidos de los repertorios socioculturales dista mucho de haber alcanzado xito.15. LA FALACIA DEL SPENCERISMOEl error fundamental de Spencer fue que sobreestim drsticamente la importancia de los factores hereditarios como elementos causales en la explicacin de las diversidades de conducta observables en las poblaciones del homo sapiens. En sus Principies of sociology (1876), Spencer divide las causas de los que l llama fenmenos superorgnicos en factores originalmente extrnsecos y factores originalmente intrnsecos. Estos ltimos consisten en los rasgos fsicos, emocionales e intelectuales caractersticos de los miembros individuales de un grupo dado. Tomados en conjunto, esos rasgos intrnsecos definen lo que Spencer llama con frecuencia la naturaleza de las unidades sociales, esto es, la disposicin hereditaria de los individuos en el grupo. Los factores intrnsecos actan junto con los factores extrnsecos, condiciones orgnicas e inorgnicas, y producen la evolucin sociocultural. A cada estadio de la evolucin sociocultural corresponde as una versin adecuada de la naturaleza humana, y a la inversa: el uno no puede cambiar sin afectar a la otra.Este concepto de la naturaleza humana, combina y confunde dos aspectos radicalmente diferentes de la conducta humana, a saber: por un lado, las respuestas, las tendencias y las capacidades de refuerzo biolgicamente transmitidas, y por otro, las respuestas, las tendencias y las capacidades de refuerzo socialmente transmitidas. La cuestin del determinismo social depende del alcance de la relacin entre los componentes hereditarios y los componentes socialmente transmitidos de la conducta humana. Spencer, Darwin y todos los otros cientficos importantes contemporneos suyos interesados en el estudio de la conducta humana llegaron a la conclusin, correcta, de que la evolucin biolgica y la evolucin cultural estaban ntimamente relacionadas. Es decir, todo el peso de la opinin antropolgica moderna suscribe la idea de Spencer de que en la transicin del hominoide al homnido tienen lugar cambios biolgicos y socioculturales que se refuerzan mutuamente. Los rasgos distintivos del homnido, tales como la postura erecta, el aumento de la capacidad craneana y la capacidad de aprender elaborados sistemas de smbolos, se desarrollan indudablemente en asociacin mutua con una creciente dependencia de los repertorios de respuestas culturales aprendidas como base del xito reproductivo. Pero todo el peso de la opinin antropolgica moderna ha llegado adems a una conclusin que ni Spencer ni sus contemporneos aceptaban, a saber: que la propia relacin entre el repertorio hereditario y el aprendido ha sufrido una evolucin a lo largo de la cual la modificacin de las formas culturales se ha hecho cada vez menos dependiente de cambios genticos concomitantes.16. el racismo en una perspectiva modernaPara evitar toda posible confusin respecto a la significacin del determinismo racial de Spencer conviene que hagamos un inciso y expongamos cul es la formulacin del problema raza-cultura aceptada como paradigmtica despus de Boas. Hoy se acepta como verdadero y como vlido para todas las poblaciones conocidas del homo sapiens, que, en el estadio de desarrollo biolgico y cultural en que se encuentran actualmente, un grupo cualquiera puede adquirir el repertorio aprendido de otro grupo diferente sin que sea necesaria ni una sola innovacin gentica. Ms an, es opinin general entre los antroplogos modernos en el problema de la relacin entre la raza y la cultura, que el ritmo y la direccin del cambio cultural en los diversos grupos intraespecficos de homo sapiens no estn en la actualidad afectados de modo apreciable por las diversas caractersticas genticas. Las nuevas evidencias arqueolgicas y paleontolgicas, que Spencer no pudo conocer, indican que el hombre ha evolucionado pasando por tres grados australopitecos, homo erectus y homo sapiens. Es muy posible que, al pasar de un grado a otro, la capacidad del hombre para aprender, para simbolizar, para crear cultura, resultara reforzada y ampliada de conformidad con el principio de la seleccin natural. Mas la cronologa total de este proceso abarca por lo menos un milln setecientos cincuenta mil aos. El tipo de diferencias en la naturaleza humana que Spencer tena en la mente cuando estableca un contraste entre los salvajes y los ingleses puede tener sentido para comparar una poblacin contempornea de homo sapiens con un grupo de australopitecos o de sinantropos. Pero las caractersticas de la naturaleza humana que han hecho posible el logro de las dudosas bendiciones de la civilizacin industrial son indudablemente patrimonio comn de la especie homo sapiens en su totalidad desde hace al menos cincuenta mil aos. En este punto hay que rehabilitar a Helvtius y a Monboddo, aunque sea a costa de desacreditar a Darwin y a Spencer. Si todos los dems factores se mantienen constantes y la raza no, procesos similiares de enculturacin tienen como resultado repertorios socioculturales similares. De hecho, no puede dudarse que si se pudiera tener un control perfecto de todo el proceso de enculturacin, una sola generacin bastara para dotar a cualquier nmero de grupos diferentes de homo sapiens de repertorios esencialmente similares, cualquiera que fuese la filogenia racial de cada uno de esos grupos. As, si en el momento de su nacimiento se pudiera sustituir un grupo de nios ingleses por otro de nios hotentotes, el comportamiento cultural medio de stos no diferira en forma apreciable del de un grupo de control salvo en rasgos explicables por las variaciones individuales de los procesos de enculturacin. Aqu es imposible aducir las pruebas que corroboran esta afirmacin y hemos de contentarnos con decir que son abrumadoras. Individuos y grupos sociales de todas las razas del homo sapiens han demostrado innumerables veces su receptividad a las influencias aculturadoras en todos y cada uno de los aspectos de la conducta sociocultural. Los indios americanos criados en Brasil no muestran la menor resistencia hereditaria al aprendizaje del ritmo de las danzas africanas; los ingleses educados en China llegan a hablar chino impecablemente; los negros americanos que estudian en el conservatorio escriben sinfonas de tradicin clsica europea; los japoneses no tienen ni la ms mnima incapacidad hereditaria para adquirir los conocimientos electrnicos occidentales. Aunque no es posible probar que todas las grandes divisiones del homo sapiens tengan igual capacidad para el aprendizaje de todos los diversos tipos de respuestas, s que est fuera de toda duda que la parte, con mucho, mayor y principal del repertorio de respuestas de cualquier poblacin humana puede ser aprendida por cualquier otra poblacin humana. Y, en todo caso, si hay diferencias medias en la capacidad de aprendizaje, puede demostrarse que son insuficientes para explicar los contrastes culturales y subculturales que ocupan la atencin de las ciencias sociales.Nadie que est familiarizado con la etnografa moderna puede dudar del papel preponderante del condicionamiento enculturador en el establecimiento de las variedades de comportamiento. Nunca se ha establecido una conexin plausible entre genes humanos especficos y rasgos culturales tambin especficos, tales como matrimonio de primos cruzados, filiacin bilateral, poliandria, monarqua divina, monotesmo, precio de la novia, propiedad privada de la tierra, o millares de rasgos mayores o menores de la conducta humana de difusin no universal. Por otro lado, la inadecuacin de las explicaciones racistas de las diferencias y las semejanzas socioculturales resulta an ms patente por el contraste con los xitos cada vez mayores que alcanzan las explicaciones estrictamente culturales o culturales y ecolgicas de esos fenmenos. Porque, fuera de un reducido nmero de incapacidades hereditarias, patolgicas, no existe ni un solo ejemplo de diferencias medias hereditarias en la capacidad de aprendizaje para el que no sea fcil disponer de hiptesis contrarias que lo expliquen por las diferencias en las experiencias del proceso de condicionamiento. Este es sin duda el caso en la correlacin que se ha querido establecer entre los niveles alcanzados en los llamados tests de inteligencia y las distintas razas. Una y otra vez se ha demostrado que esos niveles corresponden con prontitud al nmero de aos de escolarizacin, la calidad de la enseanza, el entrenamiento para la situacin del test, el medio familiar, nuclear y extenso, y una gran abundancia de otros parmetros condicionantes no genticos. 17. LOS USOS DEL SPENCERISMOLa atraccin peculiar del spencerismo resida en que, combinando el pesimismo de Malthus respecto del presente inmediato con el optimismo de Helvtius respecto del futuro distante, salvaguardaba la caridad cristiana. La naturaleza humana era modificable, ms no inmediatamente. Las instituciones eran modificables, ms no inmediatamente. La evolucin debe seguir su camino. La supervivencia de los ms aptos modificar la naturaleza y las instituciones humanas; no la una sin las otras. Poco haba, si es que haba algo, que pudiera hacerse para acelerar el proceso; lo mejor que se poda esperar era que los reformadores bien intencionados, pero estpidos, no pusieran obstculos en el camino de la naturaleza.Una de las crticas que con ms frecuencia se hacen a Spencer y a sus contemporneos es que, creyndose representantes de la avanzada de la civilizacin, se consideraban a s mismos el modelo respecto del cual juzgaban a los otros pueblos. Sin embargo, en el caso de Spencer esta crtica es contraria a los hechos. De la existencia de diferencias en la naturaleza humana para l se segua que cada grupo tena que ser juzgado en sus propios trminos y tratado de la manera adecuada a su propio estado de desarrollo. Lo que era bueno para los hombres civilizados no tena por qu ser bueno para los nativos. Spencer defenda una versin inicial del relativismo cultural, una perspectiva que suele considerarse que no existi hasta la crtica posboasiana antievolucionista y que hoy se acepta sin la menor duda como la nica adecuada para el investigador de campo. Puesto que otras gentes son tan diferentes a nosotros, hemos de evitar el imponerles nuestras normas de conducta. Nuestras ideas ticas no pueden tener sentido para ellos. Los modernos relativistas culturales, y en especial aquellos que entre nosotros se preocupan por la preservacin de la integridad cultural de las sociedades llamadas tribales, encontrarn premonitorios los argumentos de Spencer.18. SPENCERISMO E IMPERIALISMONo es necesario que insistamos especialmente en lo til que una posicin como sta poda resultar para un imperio en el que no se pona el sol. Presagiada ya en la poltica colonial, resultaba una perfecta racionalizacin del statu quo de la conquista. Los misioneros, los mercaderes, los industriales y los administradores, cada uno a su manera, usaban las supuestas caractersticas especiales bioculturales de las razas inferiores para justificar el trato inferior que les daban. Algunos de los estereotipos clsicos con los que est familiarizado cualquiera que conozca por experiencia la realidad de un sistema colonial suenan as: los nativos son perezosos, no responden como los hombres civilizados a la oferta de salarios, hay que ensearles las ventajas de las formas civilizadas de trabajo por medios distintos de los que resultan apropiados para los hombres civilizados. Deben ser obligados a trabajar limitando para ello la tierra propiedad comn de su tribu, imponindoles capitaciones y contratos obligatorios. A diferencia de los hombres civilizados, las razas inferiores sufren males morales y espirituales cuando se les educa por encima del nivel de enseanza primaria y, en consecuencia, es mejor que, salvo en trabajos manuales, no reciban enseanzas ms avanzadas. Como son ms infantiles que los europeos, para los nativos resulta peligroso el tener libre acceso a las bebidas alcohlicas. Son gentes que si se les da la oportunidad prefieren andar a pie a trasladarse por algn medio de transporte; les gusta ms dormir sobre el suelo fro que en un lecho abrigado; trabajan bajo la lluvia sin sentir la humedad y bajo el sol sin sentir calor; llevan cargas sobre sus cabezas sin fatigarse. La vida no les resulta a estos pueblos tan preciosa como a los europeos; cuando se mueren, los hijos no sufren un dolor tan profundo, y cuando se hieren ellos mismos no les hace tanto dao como a los hombres civilizados.No hay duda de que parte de la responsabilidad en la propagacin de estos estereotipos sobre las poblaciones preindustriales recae sobre Spencer. Pero de aqu no hay que concluir que l fuera incapaz de percibir los motivos ocultos del uso del racismo evolucionista por personas directamente envueltas en el imperialismo de finales del siglo XIX. Por lo que a l haca, pensaba que con el progreso de las sociedades de tipo industrial haba de aparecer una nueva clase de naturaleza humana adaptada a la competencia industrial ms que a la competencia militar. La persistencia de las sociedades militares era la verdadera responsable de la corrupcin del contacto europeo con las razas inferiores y la que haba llevado a la explotacin de pueblos indefensos en el nombre de una falsa civilizacin. La imagen de Spencer como un Victoriano farisaico que daba por sentada la benevolencia del reparto colonial europeo, aunque generalmente aceptada no da la medida de su verdadera talla. Con lo que verdaderamente simpatizaba era con las sociedades industriales pacficas; a pesar de su oposicin a la beneficencia gubernamental, se consideraba a s mismo como un verdadero amigo de los pobres; aborreca las guerras y la preparacin para ellas en las naciones europeas, y le repugnaba la crueldad y la hipocresa de que daban muestras los europeos en su sangrienta bsqueda de mano de obra y materias primas baratas. 19. el spencerismo y la doctrina de la unidad psiquicaUno de los aspectos peor entendidos del racismo de finales del siglo XIX es el de la relacin entre la doctrina de la unidad psquica y la creencia en la existencia de tipos raciales inferiores. La unidad psquica era la idea, extremadamente comn entre los monogenistas, de que la mente humana es en todas partes esencialmente similar. En la versin de Adolf Bastian, se recurra libremente a la unidad psquica para explicar todas las semejanzas culturales dondequiera que se presentaran. Como Bastian defenda una versin especialmente exagerada del idealismo cultural, el hecho de que una idea fuera potencialmente comn a toda la humanidad le pareca una explicacin suficiente de su presencia en uno o ms lugares. Tambin cuando se da particular importancia a la evolucin paralela se acepta implcitamente alguna forma de unidad psquica, puesto que si los diversos pueblos del mundo pasan a travs de secuencias similares, hay que suponer que todos empezaron con un potencial psicolgico esencialmente similar. Mas esta suposicin no tiene relacin necesaria con el concepto posboasiano de la igualdad racial. De hecho, las ideas decimonnicas sobre la unidad psquica tienen muy poco en comn con las ideas del siglo XVIII o del siglo XX sobre la relacin entre la raza, la lengua y la cultura.20. LEWIS HENRY MORGAN, RACISTADe la confusin dominante en torno a esta cuestin da un buen ejemplo el famoso pasaje de Lewis Henry Morgan en Ancient society, en el que describe la uniformidad de la experiencia humana:Se puede observar finalmente que la experiencia de la humanidad ha discurrido por canales prcticamente uniformes; que en condiciones similares las necesidades humanas han sido bsicamente las mismas, y que las operaciones del principio mental han sido uniformes, en virtud de la igualdad especfica del cerebro en todas las razas de la humanidad [Morgan, 1963, p. 7].Mas ni stos ni ninguno de los otros numerosos pasajes en los libros de Morgan que afirman la innata variabilidad mental y fsica de los diferentes grupos humanos deberan causar sorpresa, pues Morgan era un determinista racial tan complejo como Spencer. Crea firmemente que la raza y la cultura eran interdependientes y que haba rasgos culturales concretos, como las terminologas del parentesco y las costumbres vestimentarias, que se llevan en la sangre.No obstante su respeto por los valores de la barbarie, Morgan no consider a los indios americanos iguales a los europeos. En su League of the iroquois seala que a los indios les faltaba una pasin esencial, a saber: el deseo de beneficios econmicos.Las ideas de Morgan en lo referente a los efectos de la mezcla de razas sobre el temperamento y la conducta son las normales en su tiempo, paralelas en todos los aspectos a las ideas de Spencer:Como una larga serie de indianfilos, encabezada por Bartolom de las Casas, el aprecio que Morgan sinti por los indios americanos, a los que defendi durante toda su vida, iba acoplado a vehementes juicios contra los negros (Harris). En la dcada de 1850, Morgan se afili a la causa del abolicionismo con la esperanza de que, sin la proteccin de la esclavitud, la raza negra desaparecera.Entonces, qu sentido habra que atribuir a las palabras la igualdad especfica del cerebro en todas las razas de la humanidad? Tan slo el de que en sus ltimos aos, como seala Resek, Morgan rechaz la idea de la polignesis y se convirti en un monogenista firmemente convencido. Ms como hemos visto, esa posicin no resultaba incompatible con el determinismo racial. Como todos los monogenistas, Morgan tena que ser, hasta cierto punto, evolucionista antes incluso de empezar a acusar la influencia de Darwin y de Spencer. Al evolucionar, las razas pasan a travs de estadios bioculturales similares. En un estadio particular, la condicin mental innata de los descendientes de cualquier rama de la especie humana tiende a ser esencialmente similar. Por eso, en condiciones similares, tienden a reaccionar de formas similares y a pasar de modo paralelo del salvajismo a la civilizacin. Sin embargo, desde luego no avanzan en tndem, todos a la vez. De aqu que en este preciso momento de la historia haya hombres que representan todas las fases de la evolucin biolgica y cultural o, lo que viene a ser lo mismo, con otras palabras, que haya razas superiores e inferiores.21. EDWARD BURNETT TYLOR, racistaExactamente del mismo modo hay que interpretar la posicin de Edward Tylor. En Primitive culture (1958/1871), Tylor parece adoptar ideas extremadamente avanzadas cuando se propone eliminar la consideracin de las variedades hereditarias o las razas humanas y tratar a la humanidad como homognea por su naturaleza, aunque diversa por su grado de civilizacin. Ms en su Anthropology (1878), el primer libro de texto en este campo, muestra poca comprensin de la diferencia existente entre las aptitudes raciales y las culturales. Al sealar la desemejanza entre el melanclico campesino ruso y el vivaz italiano insiste en que la diferencia difcilmente puede depender por entero del clima y de la dieta y del gobierno. Del mismo modo tambin es difcil explicar la civilizacin por esos factores extrnsecos.Aunque indudablemente Tylor se contiene mejor que la mayora de sus contemporneos y rara vez recurre a los determinantes raciales, parece como si obrara as por cortesa tanto al menos como por perspicacia cientfica. De cualquier modo, el captulo Razas del gnero humano se cierra con un intento de explicar por qu la raza blanca es la mejor dotada para llevar una existencia civilizada. Suponiendo que la primera aparicin del hombre se verificara en los trpicos, las formas ms primitivas seran las que menos necesidad tenan de recurrir a las artes de la cultura. Al extenderse desde all por climas ms fros, el hombre evolucion hacia variedades ms adecuadas para la vida civilizada.

De esta manera fue como las ms grandes figuras de la antropologa en la segunda mitad del siglo XIX cayeron bajo el hechizo del determinismo racial. Aunque los factores raciales se limitaban a revolotear sobre la discusin sin llegar nunca a posarse en ella, paralizaron todos los intentos de aplicar mtodos cientficos al estudio de los fenmenos socioculturales. Aparte de sus errores intrnsecos, el determinismo racial dio a los tericos de aquel perodo la falsa sensacin de que complementaba y completaba los aspectos no racistas de sus ideas sobre los procesos socioculturales. Cuando una teora sociocultural como la de Morgan dejaba un tremendo montn de restos inexplicados, era el momento de hacer intervenir a la escoba del racismo para que los barriera y los escondiera. Pese a su grandeza panormica, a las teoras de Morgan, de Spencer y de Tylor, les falta la coherencia total a la que hemos de suponer que aquellos hombres tan profundamente convencidos del imperio de la ley natural tendran que conceder especial importancia. El spencerismo en la prctica no es ms que eclecticismo. A pesar de su reduccionismo biolgico, y en consecuencia de su materialismo, ni Spencer, ni Tylor, ni Morgan sintieron la necesidad de adoptar una estrategia materialista cultural. Hicieron progresar sensiblemente nuestro conocimiento de la evolucin de los fenmenos socioculturales en trminos de secuencias tpicas. Ms en su comprensin de la causalidad sociocultural les cegaron las arenas del racismo.6. EVOLUCIONISMO: LOS MTODOS

6. EVOLUCIONISMO: LOS METODOS

Del perodo entre 1860 y 1890 se ha dicho que en aquellos treinta aos la antropologa pas de la nada a la madurez . Aunque estemos de acuerdo con el juicio que a Sol Tax le merece la gran influencia formativa de Tylor, Morgan y Spencer y sus contemporneos de segundo rango, tenemos que rechazar la generalizada opinin de que antes de 1860 la antropologa no era nada. Hemos visto cmo entre los predecesores de Darwin se mantenan ya ideas evolucionistas y ya estaba en auge el determinismo racial, y cmo Origin of species es inseparable de ese contexto general. El estallido de la actividad en la antropologa cultural despus de 1860 no lo desencaden el libro de Darwin: ms bien acompa al libro de Darwin como otro producto de las mismas influencias generadoras. El mismo Tax llama la atencin sobre Prichard, Waitz y muchos otros etnlogos aficionados, remontndose hasta Lafitau, cuya obra puso los remotos cimientos para el perodo que Tax estudia. Pero Tax, que en esto coincide con Lowie, Kroeber y Kluckhohn, subestima el grado de continuidad entre los padres antropolgicos favoritos y los primeros formuladores de los principios de la evolucin sociocultural. La escuela histrica evolucionista, que segn Tax recorri su camino en treinta aos, es parte integrante de una tradicin que tiene sus races plantadas, slida y profundamente, en el siglo XVIII. Como hemos visto, la continuidad entre el evolucionismo biolgico y cultural de la dcada de 1860 y la creencia de 1760 en el progreso y en la perfectibilidad no tiene fisura. Y esta continuidad resulta todava ms clara si rechazamos los lmites que se autoimponen a la disciplina para poder afirmar la novedad del evolucionismo antropolgico de 1860, dejando fuera, en las dcadas de 1820 y de 1830, a Saint-Simon, a Comte y a Hegel. En realidad, lo que produjo el perodo que comienza en 1860 fue simplemente un mayor nmero de versiones de la historia universal de la humanidad al estilo de Turgot, mejor documentadas y ms especializadas.Los dos primeros productos clsicos de este periodo, Das Mutterrecht, de Johan J. Bachofen, y la Ancient law, de Henry Maine, ambos publicados en 1861, demuestran claramente que no fueron las teoras de Darwin las que desencadenaron la oleada de publicaciones evolucionistas que comenz a producirse inmediatamente despus de la aparicin de Origin of species. Ninguno de esos dos tratados, que se ocupan de la evolucin de la familia, la organizacin poltica y la ley, contiene nada que sugiera la necesidad de reconocer en ellos la influencia de Darwin. Das Mutterrecht, de Bachofen, es la publicacin de una serie de conferencias pronunciadas en Stuttgart en 1856, tres aos antes de que se publicara el libro de Darwin (Hays, 1958), y se basa casi enteramente en fuentes griegas y romanas; y Ancient law, de Maine, es el intento de un jurista de explicar, en la lnea de la tradicin de Adam Ferguson y Montesquieu, los orgenes de diferentes conceptos legales. Se basaba tambin en fuentes romanas, complementadas por su conocimiento personal de las comunidades tradicionales y los sistemas legales de la India. Tanto Maine como Bachofen aducan pruebas para demostrar que la familia europea moderna era el resultado de las modificaciones evolutivas sufridas por formas antiguas de parentesco. En las teoras de Bachofen, tales formas eran el matriarcado y la filiacin matrilineal, y en las teoras de Maine eran el patriarcado y la filiacin patrilineal. Hay que sealar que Maine eluda la cuestin de la universalidad del estadio patriarcal, aunque consideraba la transicin de la familia romana a la familia inglesa moderna como una caracterstica de las sociedades progresivas. Bachofen, por su parte, estaba convencido de la existencia anterior de un estadio matrilineal en todos los lugares de la tierra.6.1. continuidad en la ETNOGRAFATambin en la cuestin de las fuentes etnogrficas hay una manifiesta continuidad entre la dcada de 1860 y las anteriores del siglo XIX. Turgot, Meiners, Klemm, Prichard, Waitz, Spencer, Morgan y Tylor representan otros tantos puntos a lo largo de una lnea continua de crecimiento gradual del rigor de las normas etnogrficas. Al mismo tiempo se produjo un constante aumento del nmero de sociedades diferentes conocidas sobre las que haba informes que podan utilizarse en comparaciones sistemticas. Aunque la mayor parte de esos informes provenan de viajeros y de misioneros escasamente cualificados, tambin hubo una cierta acumulacin de datos por obra de observadores preparados y hbiles, entre los que las figuras ms ilustres son Henry Schoolcraft, Alexander von Humboldt, Johann von Spix y Karl von Martius, Lewis y Clark.Para una exacta comprensin del desarrollo de la teora antropolgica parece esencial no colocar en ningn punto entre 1750 y el presente una brusca ruptura en la calidad y cantidad de los conocimientos etnogrficos. Este extremo es importante porque puede contribuir a desacreditar entre algunos crticos de las ciencias sociales la errnea idea de que la acumulacin y el refinamiento progresivos de los datos y de las teoras son de alguna manera propiedad exclusiva de las ciencias biolgicas y fsicas.Para evaluar la cantidad y la calidad de los materiales etnogrficos disponibles al comenzar el perodo de 1860-1890 puede resultar instructivo hacer un somero anlisis de las fuentes de una de las monografas evolucionistas de esa poca. Las Researches into the early history of mankind, de Edward Tylor (1865), pueden considerarse representativas de los criterios acadmicos ms rigurosos de aquel tiempo. Las Researches, que contienen en forma embrionaria la mayora de los temas desarrollados en los escritos ms maduros de Tylor, se ocupan de la cuestin de la direccin general de la evolucin y del origen del lenguaje, la escritura, los nombres, los instrumentos, el matrimonio, el fuego y los mitos. Lo primero que por lo que se refiere a las fuentes etnogrficas se advierte es el mucho uso que hace de las compilaciones de Gustav Klemm (1843). Tambin son conspicuas las citas de compendios menores, como los de J, G. Wood (1874-80), W. Cooke Taylor (1840) y R. G. Latham (1859). Les siguen en importancia fuentes que ya haban sido muy usadas por los predecesores de Tylor durante la Ilustracin, pero que an seguan proporcionando, como siguen proporcionando hoy, informaciones valiosas y por otra va inalcanzables sobre pueblos exticos en los primeros momentos de su contacto con los europeos: 1) autores antiguos, como Herdoto, Estrabn y Lucrecio; 2) cronistas espaoles, como Oviedo, Garcilaso de la Vega y Sarmiento; 3) las primeras relaciones de los jesutas y los informes de los misioneros, como los de Charlevoix, Colden, Lafitau y Dobrizhoffer, y 4) las narraciones de los grandes viajeros, como Coln, Cook y muchos otros, que Tylor pudo manejar en las ediciones de la Sociedad Hakluyt. Adems de las fuentes de este tipo, anteriores al siglo XIX, Tylor us los escritos de numerosos viajeros, misioneros y cientficos decimonnicos. As, por lo que se refiere a la etnografa de Oceana, dispona de los informes de Hale y Wilkes, encargados por el gobierno de los Estados Unidos, como tambin del de Mariner sobre las Tonga, St. John sobre los dayak, T. H. Williams sobre las Fidji, G. Grey y W. Ellis sobre Polinesia, R. Taylor y J. S. Polack sobre los maor y G. Grey, J. E. Eyre y J. Backhouse sobre Australia. Para la etnografa africana se basaba en Adolph Bastan, D. Livingstone, W. H. I, Bleek, sir Richard F. Burton, J. S. Moffat, Du Chaillu, E. W. Lae, J. I. Krapf y A. Casalis. Para Asia tena a sir John Bowring sobre Siam, Mouat sobre los andaman y sir James E. Tennent, W. Ward y Logan sobre la India. Los materiales ms abundantes eran los relativos al Nuevo Mundo. Para Amrica del Sur, Tylor segua a Darwin, Alexander von Humboldt, Spix y Martius y Alfred Wallace. Para Amrica Central y para Mxico poda citar su propio Anahuac (1861) y basarse en los viajes que l mismo haba hecho, mientras que para Norteamrica us los abundantes datos publicados en los informes de primera mano de Lewis y Clark, H. R. Schoolcraft y George Catlin. (Inexplicablemente, el estudio de Morgan sobre los iroqueses no aparece citado.) Todas esas fuentes son anteriores a 1860.

6.2. la importancia de la ARQUEOLOGAEl brusco desarrollo de las teoras antropolgicas despus de 1860 no puede comprenderse slo por la acumulacin de conocimientos etnogrficos. Es posible que el constante aumento de datos procedentes de las investigaciones arqueolgicas tuviera una importancia todava mayor. La primera mitad del siglo XIX fue un perodo de grandes descubrimientos arqueolgicos. En lo esencial, esos descubrimientos confirmaron la existencia de aquellos sucesivos estadios de la historia que sobre la sola base de su inteligencia lgica y de su somero conocimiento de los pueblos primitivos contemporneos haban deducido los filsofos sociales del siglo XVIII. Hacia 1860, la suposicin de que los europeos haban tenido que ser antiguamente salvajes haba sido confirmada ya por pruebas indiscutibles excavadas de la tierra. Si no tenemos presente el triunfo que significaba esta reivindicacin, no podremos comprender la fuerza de la conviccin, compartida por todos los evolucionistas del perodo de 1860 a 1890, de que los primitivos contemporneos podan proporcionar informaciones vlidas sobre la condicin antigua de la humanidad.6.3. piedra, bronce, hierroUno de los logros de mayor importancia de la arqueologa decimonnica fue la demostracin de que los primeros europeos haban carecido del conocimiento de la metalurgia. En el siglo anterior se haba sealado con frecuencia la ausencia de metales entre muchos grupos primitivos contemporneos, y numerosos estudiosos supusieron que esa situacin deba haber sido una caracterstica general de los tiempos antiguos. Antonio Goguet (1758), por ejemplo, haba advertido que los salvajes ponen ante nuestros ojos un cuadro impresionante de la ignorancia del mundo antiguo y de las prcticas de tiempos primitivos. No tienen idea de los metales y suplen la falta de ellos con piedras y pedernales (citado en Heizer, 1962). Muchos otros escritores del siglo XVIII, basndose principalmente en fuentes antiguas griegas y romanas, crean en el sistema de las tres edades, una secuencia tecnolgica de piedra, bronce y hierro. Pero no fue hasta comienzos del siglo XIX cuando comenzaron a obtenerse pruebas sistemticas en apoyo de estas opiniones. En 1806 comenzaron a hacerse extensas excavaciones, subvencionadas oficialmente, en los concheros y en los dlmenes de Dinamarca. Las excavaciones, dirigidas por R. Nyerup, sacaron a la luz tiles de piedra anteriores a las ms antiguas culturas que se mencionaban en las sagas danesas. Las colecciones procedentes de esos yacimientos quedaron depositadas en Copenhague, en el Museo de Antigedades Nrdicas, donde C. L.Thomsen (1848; original, 1834) pudo usarlas para establecer la primera secuencia arqueolgicamente ratificada de las Edades de la Piedra, el Bronce y el Hierro (Penniman, 1965, pp. 55 s.). En la dcada de 1850, un discpulo de Thomsen, N. J. A. Worsaae, confirm esa secuencia aplicando tcnicas estratigrficas en el estudio de las turberas danesas. Mientras tanto, y por influencia del historiador dans Vedel-Simonsen, en Suecia, M. Bruzelius (1816) y Sven Nilsson (1838) haban adoptado el sistema de las tres edades.6.4. el descubrimiento del neoltico y del paleolticoOtro conjunto de descubrimientos arqueolgicos que tuvo gran influencia fue el que se hizo en los yacimientos lacustres del neoltico. El primero que inform sobre los pantanos irlandeses fue W. Wilde en 1840, a cuyos estudios siguieron en la dcada de 1850 los de F. Keller sobre los palafitos prximos a Zurich, Las tesis evolucionistas tuvieron an una ulterior confirmacin en el hallazgo de instrumentos de pedernal que se consideraron como todava ms antiguos que los de la Edad de Piedra danesa. Ya en 1800 John Frere, debatindose con el problema de la cronologa mosaica, haba indicado que algunos instrumentos extrados de la tierra databan de una poca anterior incluso al mundo presente. En Francia, a finales de la dcada de 1820, Mme. de Chistol, Marcel du Serres y M. Tournal (1833) presentaron pruebas de la contemporaneidad del hombre y la fauna extinta del Pleistoceno. A stos siguieron en 1836 los estudios de Boucher de Perthes sobre instrumentos y fauna del paleoltico en Abbeville. Uno de los principales antagonistas de Boucher de Perthes, el Dr. Rigollot, termin por aceptar la nueva cronologa de los hallazgos que l mismo hizo en St. Acheul en 1855. Hacia 1860, nuevos trabajos de Falconer, Prestwick, Lartet y Lyell situaron los primeros comienzos del hombre bien dentro del Pleistoceno. Ello no obstante, la creencia de que la antigedad del hombre no exceda de seis mil aos, sigui considerndose una opinin respetable hasta que comenz el perodo darwinista. Y esa creencia contribuy a diluir en cierto modo las pruebas arqueolgicas de la evolucin progresiva, puesto que dentro de aquella cronologa comprimida segua resultando posible que los perodos ms antiguos de la Edad de Piedra europea fueron simplemente eplogos degradados de una edad de oro representada por las civilizaciones de Egipto y Babilonia.6.5. INTERPRETACIN DE LYELL del PALEOLTICOEl acontecimiento decisivo para la derrota de esta objecin fue la publicacin de Antiquity of man (1863), de Charles Lyell, un libro cuya contribucin a la fundamentacin de la moderna teora antropolgica difcilmente podra exagerarse. Enfrentndose resueltamente con los problemas que Darwin haba eludido siempre, Lyell reuni todas las evidencias conocidas, geolgicas, arqueolgicas, lingsticas y etnolgicas, que probaban la contemporaneidad de tiles humanos con animales extintos. Como esos animales pertenecan a las series evolutivas de otros modernos y como entre aqullos y stos era preciso, segn las hiptesis del transformismo, que hubieran transcurrido decenas de miles de aos, Lyell concluy que sa era la antigedad de los hombres que hicieron los artefactos encontrados. Los autores de esos tiles tienen que haber sido drsticamente inferiores en su capacidad mental al hombre moderno, pues de otro modo, al ser tan grande el perodo temporal representado en los pozos de St. Acheul y en las cavernas de Lige, deberamos encontrarnos la tierra llena de restos de toda clase de adelantos civilizados muy anteriores a nosotros. Si los primeros hombres hubieran sido tan inteligentes como los ingleses modernos, tendramos que estar encontrandoCon la nueva perspectiva del lugar del hombre en el tiempo geolgico, Lyell no dejaba sitio para la hiptesis de que las civilizaciones antiguas de Egipto y de Mesopotamia marcaban un punto culminante a partir del cual se haba producido la degeneracin de los pueblos de la Edad de Piedra y de los primitivos contemporneos. Comparada con la de las hachas de mano de Abbeville y la de las especies animales extintas asociadas a ellas, la antigedad de los monumentos egipcios resultaba insignificante.Para comprender la continuidad entre las versiones evolucionistas de la segunda y la primera mitad del siglo, anotemos aqu que en 1859 el mismo Lyell haba visitado los pozos de St. Acheul, y despus de presenciar la excavacin de un instrumento de pedernal volvi enseguida a Aberdeen para expresar en la reunin de la Asociacin Britnica su opinin favorable a la antigedad de los instrumentos acheulenses.6.5. IMPORTANCIA DE LOS DATOS ARQUEOLOGICOS EN LA OBRA DE TYLORTambin las Researches into the earty history of mankind, de Edward Tylor, sirven para demostrar la importancia de los hallazgos de la arqueologa anteriores a Darwin para las teoras del perodo 1860-1890. Puede decirse sin exageracin que para las conclusiones de Tylor relativas a la general uniformidad del cambio evolutivo las pruebas arqueolgicas son por lo menos tan importantes como las pruebas etnogrficas. La clasificacin de las tres edades aparece usada a lo largo de todo el libro, en el que adems se acepta una modificacin propuesta poco antes dividiendo la Edad de Piedra en no pulimentada y pulimentada. Junto a las fuentes etnogrficas que antes hemos mencionado, Tylor cita a Lyell, Christie, Lartet, Prestwick, Wilde, Wilson y Goguet. El alcance y la importancia de la documentacin arqueolgica para el evolucionismo de Tylor lo muestra bien.Ms tarde, en su artculo Antropologa, en la novena edicin de la Enciclopedia britnica (1878), Tylor volvi a reconocer lo que deban los evolucionistas a los descubrimientos arqueolgicos.6.7. LAS LIMITACIONES DE LA ARQUEOLOGAEn una parte considerable, la contribucin de Tylor y de sus contemporneos representaba un esfuerzo por coordinar la secuencia de instrumentos que la arqueologa haba revelado con los estadios del desarrollo social e ideacional, sobre todo con las instituciones religiosas, polticas y del parentesco. Se admita que en esas materias era muy poco lo que la arqueologa poda decir por s misma. Sobre la base de las evidencias arqueolgicas era imposible decidir si los hombres de la Edad de Piedra pulimentada practicaban la monogamia, o si eran patrilineales o matrilineales, o si crean en uno o en muchos dioses.El intento de completar las evidencias arqueolgicas usando datos etnogrficos e histricos se haca en toda aquella poca de un modo enteramente explcito. Morgan (1877), por ejemplo, estableci su definicin de los perodos tnicos del salvajismo, la barbarie y la civilizacin, despus de sealar la utilidad de los trminos de los arquelogos daneses Edad de la Piedra, del Bronce y del Hierro para la clasificacin de los objetos de las artes antiguas. John McLennan, el tenaz adversario de Morgan, expres en estos trminos las limitaciones de los materiales arqueolgicos:El testimonio geolgico, desde luego, nos muestra razas tan primitivas como algunas de las que existen hoy e incluso varias que tal vez lo son todava ms, pero se limita a informarnos de los alimentos que coman, las armas que usaban y la forma que daban a sus adornos. Ms tampoco poda esperarse de ese testimonio, pues no est en su naturaleza el guardar memoria alguna de aquellos aspectos de la vida humana por los que ms se interesa el filsofo: la familia, el grupo tribal, la organizacin domstica y poltica [McLennan].6.8. EL METODO COMPARATIVOTodos los tericos de la segunda mitad del siglo XIX se propusieron llenar las lagunas existentes en los conocimientos disponibles de la historia universal recurriendo ampliamente a un procedimiento especial y muy discutido llamado el mtodo comparativo. La base de este mtodo era la creencia de que los diferentes sistemas socioculturales que podan observarse en el presente tenan un cierto grado de semejanza con las diversas culturas desaparecidas. La vida de ciertas sociedades contemporneas se asemeja estrechamente a lo que debe haber sido la vida durante el paleoltico; otros grupos se parecen a la cultura tpicamente neoltica, y otros se asemejan a las primeras sociedades organizadas estatalmente. La forma en que Morgan (1870) conceba esta prolongacin del pasado en el presente resulta caracterstica.6.9. EL ORIGEN DEL METODO COMPARATIVOQu justificacin haba para esta extrapolacin de los primitivos contemporneos a la sociedad antigua? Basndose en la autoridad de Lowie (1937) se ha supuesto comnmente que el principal estmulo para esta prctica se tom de la biologa, en la que los conocimientos zoolgicos y botnicos de los organismos existentes se aplicaban rutinariamente para la interpretacin de la estructura y la funcin de las formas fsiles extinguidas. No hay duda de que a finales del siglo XIX varias de las aplicaciones antropolgicas de este principio comparativo adujeron explcitamente el precedente de la biologa. Pero en la dcada de 1860 el modelo, ms que de Darwin, s tomaba de la paleontologa de Lyell. As, John Lubbock, el ms importante de los prehistoriadores britnicos, justificaba su intento de ilustrar la vida de los tiempos prehistricos estableciendo una analoga explcita con la prctica de los gelogos.Ms lo que Lubbock da aqu no es ms que una explicacin y una justificacin a la moda de un mtodo sociocultural anterior tanto a Darwin como a Lyell. Las verdaderas races del mtodo comparativo se remontan en realidad al siglo XVIII. El historiador de Cambridge J. W. Burrow ha tratado de buscar el origen de la prctica en los historiadores filosficos de la Ilustracin escocesa. Seala, por ejemplo, [Hoy] podemos examinar casi todas las variedades de carcter, de usos, de opiniones y sentimientos y prejuicios, a las que el gnero humano puede ser arrastrado o por la rusticidad del barbarismo o por la caprichosa corrupcin del refinamiento (Burrow, 1966). Mas en realidad no hay razn para no buscar los orgenes del mtodo comparativo ms que en los historiadores escoceses. La idea misma es parte integrante de la nocin de progreso de la Ilustracin, y al menos en una forma embrionaria la compartan todos los filsofos sociales del siglo XVIII que crean que la civilizacin europea representaba un avance respecto a una condicin anterior y ms tosca. Porque cmo podra hablarse de progreso si no hubiera alguna lnea de base para la comparacin? Casi al mismo tiempo que se introdujo el concepto de estado de naturaleza se comenz a usar a los salvajes, a los que una veces se consideraba miserables, otras cndidos y otras buenos, para ilustrar la condicin de la que se presuma que haba salido la sociedad europea. De hecho, tan pronto como las formas fsiles de vidas extinguidas llamaron la atencin de los gelogos y los bilogos, stos empezaron a aplicar el mtodo comparativo, esforzndose por comprender qu tipos de organismos haban sido y por asignarles un lugar en la taxonoma de Linneo. Pero es importante que recordemos que estas primeras manifestaciones del mtodo comparativo en paleontologa no eran parte de ninguna teora de la evolucin biolgica: en biologa, el mtodo se aplic inicialmente como gua para encajar esos eslabones fsiles en el lugar que les corresponda en la gran cadena de los seres.Otra manifestacin del mtodo comparativo durante el siglo XVIII va asociada a la fundacin de la ciencia lingstica. Cuando, en 1786, William Jones afirm por primera vez que el griego, el latn, el gtico, el cltico y el snscrito tenan un origen comn, lo que de hecho estaba afirmando era que la comparacin de lenguas contemporneas poda proporcionar informacin confiable relativa a la naturaleza de lenguas habladas por pueblos cronolgicamente distantes. Para 1860, los xitos de la filologa en la reconstruccin de los pasos de la evolucin de la fonologa, la gramtica y la semntica indoeuropeas se unan a los de la paleontologa y arqueologa para recordar a los antroplogos la validez del mtodo comparativo.Aunque no se le considere como tal, podemos sealar aqu que tambin la introduccin del principio del actualismo de Hutton y Lyell en geologa fue en realidad otro ejemplo de la aplicacin del mismo mtodo general.Finalmente haremos notar que lo que permite a los astrnomos estudiar poblaciones de estrellas y de galaxias recientes (prximas) y fsiles (lejanas) y disponerlas en probables secuencias evolutivas sin la menor esperanza de poder observar ninguna de las transformaciones que postulan, es simplemente otra versin del mtodo comparativo. Con todo lo cual parece claro que el mtodo comparativo est estrechamente asociado al desarrollo de la teora cientfica en muchas disciplinas diferentes.6.10. EL VALOR DEL METODO COMPARATIVOEl situar en la Ilustracin el origen del mtodo comparativo nos permite contemplar a los evolucionistas de 1860-1890 desde una perspectiva ms amplia que la que usualmente se adopta. As podemos ver que el esfuerzo que un gran prehistoriador como Lubbock hace por ilustrar la vida de los pueblos paleolticos y neolticos valindose de los primitivos contemporneos debe situarse al final de un perodo de descubrimientos arqueolgicos que haba reivindicado el uso que del mtodo comparativo haban hecho los filsofos sociales del siglo precedente. Mas para Lowie, como para todos los boasianos, el uso del mtodo comparativo fue el principal error de la escuela evolucionista. Segn Lowie, lo que los evolucionistas, como grupo, dejaron de ver fue el limitado alcance de los hechos culturales en los que era posible demostrar directamente el progreso [...] La prehistoria [...] no tena absolutamente nada que ofrecer en lo tocante al desarrollo de lo sobrenatural o de la organizacin social. Un sofisma fatal de todos estos razonamientos resida en la ingenua equivalencia que estableca entre los grupos primitivos contemporneos y el salvaje primeval [...].Mas estos abusos particulares del mtodo comparativo deben disociarse de la discusin del principio general. Como el mismo Lowie seala, los ms grandes entre los evolucionistas supieron evitar estos escollos, Morgan, por ejemplo, era perfectamente consciente de que ninguno de los grupos contemporneos primitivos poda considerarse equivalente al hombre mono primeval. Su estadio inferior del salvajismo, que comenzaba con la infancia de la raza humana, era un estadio exclusivamente deductivo, no representado por ningn grupo primitivo contemporneo: Ni un solo ejemplo de tribus humanas en este estado ha sobrevivido hasta el periodo histrico (Morgan). Y por lo que hace al reconocimiento de la especificidad del curso histrico particular y diferenciado de cada una de las culturas primitivas, todos los grandes evolucionistas concedan la necesidad de explicar los rasgos especiales de cada grupo basndose en las caractersticas naturales y culturales de sus ambientes locales.Las crticas de Lowie de que tenemos que ocuparnos son las que ataen a la cuestin de la validez del principio general como medio para entender la evolucin de la cultura. El punto clave que se ha de discutir es el de si las culturas de los grupos primitivos contemporneos pueden o no usarse como guas para entender configuraciones socioculturales cronolgicamente ms antiguas. Dicho de otro modo: existe algo as como culturas supervivientes de la Edad de Piedra? La respuesta, tan innegable hoy como lo era en 1860, es que s. Los evolucionistas de finales del siglo XIX tendan a subestimar el alcance de la diversidad caracterstica tanto de los grupos contemporneos como de los paleolticos. Cometieron errores ridculos suponiendo, por ejemplo, que los pueblos sin metalurgia carecan tambin necesariamente de estratificacin social, o que todos los pueblos tenan que haber pasado por un estadio matrilineal universal, anterior a otro patrilineal. Por el momento nos contentaremos con decir que no hay ningn abuso especfico del mtodo comparativo que pueda justificar el que se niegue el valor de nuestro conocimiento de las sociedades preestatales contemporneas para el estudio de la evolucin sociocultural. Es indiscutible que los pueblos primitivos contemporneos exhiben formas de adaptacin tecnoecolgicas, tecnoeconmicas, de organizacin social y, finalmente, ideolgicas que, tanto estructural como cronolgicamente, son propias y distintivas de las sociedades grafas y preestatales. Una lista de esos rasgos primitivos incluira grupos igualitarios de filiacin unilineal, grados de edad, terminologas clasificatorias de parentesco, cultos de hombres, poblamientos de baja densidad, planificacin del trabajo errtica, propiedad comn de los recursos estratgicos, ausencia de sanciones polticas internas, sistemas igualitarios de redistribucin y relativa impermanencia del poblamiento, por no mencionar ms que unos pocos. Una explicacin causal nomottica de esos rasgos slo es posible si aceptamos que durante el paleoltico existieron complejos institucionales similares que fueron, y son, desplazados en todas partes por la evolucin de las sociedades organizadas estatalmente.En principio, esto es, sin tomar en cuenta los abusos que pueden producirse por la aplicacin demasiado mecnica de una idea acertada, el mtodo comparativo no est menos justificado en antropologa que en biologa. Y hasta se podra sostener perfectamente que la extrapolacin de los primitivos contemporneos a las sociedades paleolticas tiene una base mucho ms firme que la extrapolacin de las formas vivas contemporneas a las especies extinguidas. Tal afirmacin