facetas 10 d e junio

FACETAS

Edición conmemorativaLos 50 de La ciudady los perrosLetralia.com

CULTURA AL DÍAReseñaMillion dollar babyAndrés Ricardo Duque

Alberto Salcedo Ramos“Hay gente quemuere dos veces”Hernán Camilo Yepes Vásquez

FACETAS IBAGUÉ, JUNIO 10 DE 20122

Million dollar babyUna obra maestra (exquisitamente realizada) sobre la fe, la redención y el boxeo que bellamente ilustra la vieja filosofía de Eastwood de “menos es más”

Lou Lumenick

Por AndrÉs rIcArdodUqUe rIncón**docente en LenGUA cAsteLLAnA

Million dollar baby es un fil-me dirigido por el actor y aho-ra director estadunidense Clint Eastwood y realizado después de su galardonada Río místico. Han sido pocos los casos en que un director haya cosechado tan-tos galardones con dos filmes consecutivos y esto acaeció con Million dollar baby, que consi-guió alzarse con cuatro premios Óscar, dos Globo de Oro, el premio César a Mejor Película Extranjera y el de dirección del Círculo de Críticos de Nueva York, de los más relevantes. Es de anotar que son escasos los actores que se han dedicado también a la dirección y han cosechado reconocimiento en ambos campos. Su reputación como actor se le debe, sobre todo, a dos personajes que interpretó: el “alto, lacó-nico y letal”1 pistolero implacable, prota-gonista de los western de Sergio Leone, y el policía duro de Harry Callahan. Aunque debutó como director en la película Escalofrío en la noche, de 1971, sería hasta 1988 con la película sobre la vida del jazzista Charlie Parker, Bird, que comenzó a visualizar a Clint Eastwood como un virtuoso hombre de la direc-ción. Pero el reconocimiento lo alcanza-ría en 1992 con la película ‘Sin perdón’, que se alzaría con los premios de Mejor Película, Director, Actor Secundario y Montaje por parte de la Academia de Ar-tes y Ciencias de Hollywood. Million dollar baby es, en un primer instante, una historia de superación per-sonal, pero cuando menos lo esperamos da un giro sorpresivo y la película se torna de una complejidad interna de tal cala-

do, “que se está en ella con las angustias y espasmos de un pez tirado en la cune-ta2”. Dicho filme relata la vida de un en-trenador y representante de boxeadores, Frankie Dunn y su amigo y exboxeador, Scraap. Ambos administran un gimnasio de boxeo, donde entrenan a jóvenes que se preparan con la ilusión de ser campeo-nes de boxeo y salir de la pobreza. Frankie es un ser hosco y solitario, quien es solo comprendido por su amigo Scraap. Cierto día aparece en el gimnasio Maggie Fitzgerald, quien desea boxear, pero es rechazada por Frankie quien le plantea que él no entrena mujeres y, además, ella es demasiado mayor. Pero Frankie no contaba con la férrea determi-nación de Maggie, quien no acepta un no como respuesta y logra convencerlo para que la entrene. Hasta este punto el filme transita por el camino de la redención; para Frankie, Maggie se convierte en la hija que hace

años no ve y ella ve en el entrenador a un padre, ese ser que confía en ella de forma incondicional. Pero no es así y la película recorre, en su último tramo, un escenario que resquebraja el alma. Ella sufre un la-mentable accidente y queda parapléjica, a lo que solicita a su entrenador que la ayu-de a morir ya que ella no puede hacerlo. El filme nos arrincona al no dejar es-pacio para una solución agradable, pero es honesta y de alguna u otra manera re-fleja el talante de los personajes. De esta manera, Clint Eatswood nos deja claro que tipo de cine es el que le gusta realizar y, en sus palabras, “trato de hacer pelícu-las para un público que quiere ver histo-rias adultas, con personajes reales y com-plejos3”. Porque aquí se plantea la vieja disertación acerca del papel que cumple el cine como mecanismo de diversión y de una “suerte de catárquica compen-sación/ evasión4” con que cuenta el ser humano, para sobrellevar las numerosas

dificultades que conforman su existencia. A diferencia de otras propuestas cinematográficas, las películas de Clint Eastwood plantean otra realidad y trata, de alguna manera, de explicar “a su entorno el sentido de la vida y la existencia humana5”. Un hombre que reconoce que llevar a la pantalla grande histo-rias que cuestionen la realidad y que golpean literalmente al espectador, no es apetecido por los estudios cinematográficos. Por ello Eastwood ha cimentado la reputación de realizador serio y económico, demostrando que puede acabar una película antes de la fecha prevista sin superar el presupuesto. De ahí que última-mente haya podido filmar dos películas por año y que a pesar de su avanzada edad siga labo-rando en el campo de la direc-

ción cinematográfica, porque, según sus consideraciones, “he trabajado una buena temporada en algo que me encanta y no veo por qué debería parar”6. Así que no es extraño pensar que en estos precisos momentos Eastwood tenga en mente algún proyecto para empezar a filmar, la razón para andar a rodar una película es bastante sencilla. “Mi criterio para tirar a andar un proyecto adelante es simple: ¿es una película en que me gusta-ría trabajar o que me gustaría ver? Hasta ahora me ha funcionado bastante bien”7. Y sí que le ha funcionado: las pro-puestas cinematográficas de Eastwood se centran en presentarnos temas bastantes fuertes con una autenticidad perturba-dora como la eutanasia, la violación, la muerte o la discriminación racial, “des-pojado de adornos, pero tan claro que resulta capaz de llevarnos al borde de la silla” 8.

1. KEESEY, Douglas. Movie-icons. Eastwood. Editorial Taschen. Roma. 2006. Pág. 11.2. Extractado de la página de Internet http://www.filmaffinity.com/es/film314359.html3. Extractado de la página de Internet http://www.elcultural.es/version_papel/CINE/11297/Clint_Eastwood4. AGUILAR, Carlos. El cine de aventuras. Centro de ediciones de la diputación de Málaga. Má-laga. 2004. Pág. 28.

5. TARKOVSKY, Andrei. El arte como ansia de lo ideal. Universidad Nacional. Bogotá. Pág. 10.6. SCHICKEL, Richard. Clint Eastwood. Una retrospectiva Editorial BLUME. primera edición. Barcelona. 2010. Pág. 8.7. Ibíd.8. SCHICKEL, Richard. Clint Eastwood. Una retrospectiva Editorial BLUME. primera edición. Barcelona. 2010 Pág. 8.

IBAGUÉ, JUNIO 10 DE 2012 FACETAS 3

El verbo latino legere significó originalmente “re-coger, cosechar, robar”, pero con el correr del tiempo fue adquiriendo el sentido de “cosechar con los ojos”, especialmente “leer”. En el latín medieval, se usó el gerundio de este verbo, legenda, con el significado de “algo para ser leído” y en esa época se aplicaba, sobre todo, a los libros sobre vidas de santos. Como durante la Edad Media las biografías de los santos fueron una mezcla de hechos más o me-

nos comprobados y de fantasías inverificables, legen-da fue adquiriendo el sentido que le atribuye hoy la Academia de “relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o ver-daderos”. Sin embargo, no olvidemos que las vidas de los santos suelen ser consideradas maravillosas y ejem-plares, de modo que esa característica se adscribió al significado de la palabra. Esto ocurrió en forma más

acentuada en las últimas décadas, cuando la prensa adoptó el hábito de imponer el adjetivo legendario a personajes que se destacaron en alguna actividad en el pasado no precisamente remoto, por ejemplo, a figuras contemporáneas como Pelé y Maradona o a sujetos famosos desaparecidos hace algunos años o décadas, como Joe Louis, María Félix o el ‘Che’ Gue-vara.

Palabra del díaLegendaria

tomAdo de www.LetrALIA.com

Medio siglo después de la conce-sión a La ciudad y los perros, primera novela del peruano Mario Vargas Llo-sa, del premio Biblioteca Breve (1962), la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) rinden homenaje al académico y premio Nobel de Litera-tura con una edición conmemorativa, a cargo de la editorial Alfaguara, del libro que marcó el inicio de su trayectoria li-teraria. Tal como se indica en la presenta-ción de esta edición, que salió a la venta el 23 de mayo, “la aparición marcó un paso importante en la superación de la temática indigenista, de la búsqueda de raíces y valores prehispánicos, avanzan-do hacia un terreno cotidiano, la reali-dad presente del ciudadano americano, vertebrado, todo ello en nuevas formas de novelar para la literatura hispánica basadas en la experimentación con la técnica narrativa. Esta innovación de fondo y forma convierte a Vargas Llosa en punto de referencia de la narrativa hispanoamericana actual”. La coordinación de esta edición fue encomendada a la Academia Peruana de la Lengua y a su presidente, Mar-co Martos, cuyo texto inicial rastrea las fuentes literarias de Vargas Llosa. Acompañan a este volumen, revisado por su autor, los estudios de José Mi-guel Oviedo (Perú), Víctor García de

la Concha (RAE), Darío Villanueva (RAE), Javier Cercas, Carlos Garayar (Perú), John King (Estados Unidos) y Efraín Kristal (Perú). Completan el libro una bibliogra-fía, a cargo de Miguel Ángel Rodríguez Rea, y un glosario y un índice onomás-tico elaborados por Carlos Domínguez y Agustín Panizo. La ciudad y los perros, traducida a más de 30 lenguas, está ambientada en el Colegio Militar Leoncio Prado, don-de adolescentes y jóvenes internos reci-ben formación escolar secundaria bajo una severa disciplina militar. En opinión de Martos, “desde el punto de vista lingüístico, Mario Var-gas Llosa, ahora que su verbo ha alcan-zado una dimensión universal, entrega permanentemente al mundo la modali-dad peruana de manejar el español, pal-pable en esta primera novela, más que en ninguna otra salida de su pluma, y permite que sea conocida en todos los lugares donde se habla nuestro idioma común”. De esta manera, la obra se inscribe en la serie de ediciones conmemorati-vas de la RAE y la Asale, en la que tam-bién figuran Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes; Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; La región más transparente, de Car-los Fuentes, y las antologías de Pablo Neruda y Gabriela Mistral.

Fuente: Europa Press

‘La ciudad y los perros’y su edición de cincuentenario


“Hay gente que muere dos veces”, Alberto Salcedo Ramos

Muy a su manera conoce el periodista barran-quillero Alberto Salcedo Ramos el conflicto ar-mado interno de Colombia: como ese contador de historias que ha dedicado los más recientes 27 años de su vida a retratar sus tonos blancos, ne-gros y grises. Prueba y consecuencia de ello son las múlti-ples invitaciones a dejar su experiencia personal sobre el tema, como la que cumplió en esta capi-tal el pasado 31 de mayo, junto con sus colegas Antonio Morales Riveira y Federico Arellano. Hablando claro Salcedo Ramos tiene claro que la labor de un periodista no se remite sólo a “hacer un conteo de cadáveres o a recrear la escaramuza del momen-to, sino ayudar a que la gente sea consciente, con base en la exploración responsable, del contexto social que posibilita la guerra”. De hecho, recuerda cómo en el conversatorio de la Universidad de Ibagué hizo alusión a un jo-coso pero demostrable documento elaborado por Medios Para la Paz, con 15 puntos que invitan a un periodista a convertirse en alguien amenazado por el conflicto. “Es una crítica a quienes incurren en esas prácticas. El gran problema del cubrimiento del conflicto armado en los medios es la falta de una mirada más allá del llanto de turno. Falta ha-cer más énfasis

en el conflicto desde las víctimas”, reconoce. Y añade que “en Colombia, como hay tantas víctimas, miramos eso como una especie de per-versión profesional y una víctima sólo es noticia cuando es nueva. Olvidamos al que ha sufrido un atropello y esa es una segunda forma de victimi-zarlos”. De hecho, concuerda con la asevera-ción que hace algunos días emitiera el periodista francés Roméo Langlois y luego sentencia que “hay gente que muere dos veces: cuando los matan y cuando los olvidamos”. Pero, ¿qué puede hacer un medio cuando quiere cubrir un conflicto y se ve coartado por los violentos? Para Sal-cedo, un medio no puede aceptar presio-nes, pues “nadie

puede tener injerencia en lo que nosotros escribimos. De ser así, vale más no contar”. Otra de las experiencias que, reconoce, asumió de forma dife-rente a la tradicional tan pronto se acercó a ella, se refiere a la his-toria del solcado enfermero Wi-lliam Pérez, quien estuvo “cauti-vo” por las Farc. “Estaba pensando en una historia frívola, una telenovelita rosa de un soldado que sa-lió de la manigua; cuando él reapareció traía la noticia de que había salvado la vida a sus compañeros e incluso a sus captores, y la no-ticia causó impacto.

“Pero me parece que no fueron a los porqués de la vida de ese personaje, a

lo que hizo posible que él existiera y a entender la metáfora profunda del conflicto armado”, expone. Por ende, advierte que para cumplir con la norma al momento de hacer seguimiento del conflicto armado tan solo se necesita “respe-

to, contrastar las fuentes, tener en cuenta todas las

voces necesarias en afirmaciones polémicas y un gran sentido de responsabilidad”.

Oro y oscuridad Antonio ‘Kid’ Pambelé es un boxeador colom-biano insigne por sus glorias y sus momentos algo sombríos; de la admiración de antaño por el de-portista surgió El oro y la oscuridad, crónica en que Salcedo recupera sus mejores momentos.

“Pambelé es emblemático de la déca-da de los 70 y parte de los 80. Como dijo

Juan Gossaín, ‘nos hizo pasar de las vic-torias morales a las victorias reales’, pues nos hizo superar el empate 4 - 4 contra la Unión Soviética en 1962. “Ganaba en Colombia, Venezuela, Taliandia, Panamá y Estados Unidos. Era una especie de superhéroe colombiano como nunca más hemos tenido, que iba por el mundo y nos hacía sentir orgullo con sus puños, lo único que le dio la vida

Lo importante de una historia no es que sea la primera que se publica, sino que esté bien contada.

Mi trabajo no consiste en opinar sino en contar historias, por eso busco no contaminar lo que cuento con mi ‘credo político’.


“Hay gente que muere dos veces”, Alberto Salcedo Ramos

voces necesarias en afirmaciones polémicas y un gran sentido de responsabilidad”.

Oro y oscuridad Antonio ‘Kid’ Pambelé es un boxeador colom-biano insigne por sus glorias y sus momentos algo sombríos; de la admiración de antaño por el de-portista surgió El oro y la oscuridad, crónica en que Salcedo recupera sus mejores momentos.

“Pambelé es emblemático de la déca-da de los 70 y parte de los 80. Como dijo

Juan Gossaín, ‘nos hizo pasar de las vic-torias morales a las victorias reales’, pues nos hizo superar el empate 4 - 4 contra la Unión Soviética en 1962. “Ganaba en Colombia, Venezuela, Taliandia, Panamá y Estados Unidos. Era una especie de superhéroe colombiano como nunca más hemos tenido, que iba por el mundo y nos hacía sentir orgullo con sus puños, lo único que le dio la vida

para defenderse”, indica. Y agrega: “Este libro lo debí a mi mismo y lo debí a mi abuelo y al país, pues crecí viendo pelear a Pambelé. Un re-cuerdo bonito es tener a mi abuelo despertándome a la ma-drugada a observar con él sus peleas, en un clásico televisor que se manejaba con perilla”. Pero la intención con este producto fue más allá, según explica el autor: era poner el debate de considerar al boxeo

como uno de los deportes más violentos que aún existen y que metaforiza la forma de luchar. “Quise hacer un homenaje a una actividad decadente, pues hubo una época en que la gente desesperada se ponía un par de guantes y se subía a un ring a pelear. El boxeo es un gladiador en desuso y pasado de moda, porque los deses-perados hoy salen a matar a la gente. “El boxeo es un deporte violento; de hecho, no lo con-

escoBAr: crUdo Pero cIertoUn fin de semana con Pablo Escobar, de Juan José Hoyos, es, para él, una crónica memorable. De hecho, el haber traído la historia del ‘capo’ a la televisión es algo necesario para este país que cada día pierde más de su memoria histórica.“Me sorprendo, porque veo que despierta mucha animadversión ya que el personaje hizo mucho daño, dejó muchas víctimas y es apenas lógico que exista gente resentida aún casi 20 años después de su muerte.“No podemos perder la posibilidad y la obligación de

ver y conocer nuestro pasado; este es un capítulo de la historia que nuestros jóvenes no conocen y no me parece mal que la televisión colombiana brinde esa posibilidad. Vale la pena verlo, pero con responsabilidad”, sintetiza.Y enfatiza en que “hay muchos padres que exigen a la televisión que eduque a sus hijos, pero no se esfuerzan ellos por educar como debe ser (…). Soy anticanales colombianos, pues me parecen irrespetuosos y no respetan los derechos del televidente ni generan cultura, pero en esto se está armando una tormenta en un vaso de agua”.

Mi trabajo no consiste en opinar sino en contar historias, por eso busco no contaminar lo que cuento con mi ‘credo político’.


sidero deporte. Como expresó Joyce Carol: ‘Es el único deporte donde no se usa el verbo jugar: lo que se juega es la vida’. Las mejores páginas se escriben con sangre. Es la metáfora de la lucha por la supervivencia”, comenta. No obstante dicha metáfora, admite que también en la crónica quiso retratar a “un gladiador que se negó a empuñar un cuchillo y que prefirió arriesgar su integridad en el ring para conseguir un espacio de-cente bajo la luz del sol”. Para lograr ello recorrió muchos de los lugares en que Pambelé dejó huella de gloria para el depor-te nacional: Palenque (donde nació), Cartagena y Barranquilla, también Caracas, Maracaibo, Mara-cay y Charallave, en Venezuela. Y en virtud de ese recorrido asemeja la vida del boxeador a “la historia del arqueólogo, que tiene que armar un esqueleto pieza por pieza. Este era un ejercicio de paciencia por sus diversos aspectos

en cUAnto AL toLImA...“Siempre me han gustado su laboriosidad y su amor por la tierra. Creo que es uno de los departamentos más agricultores del país y he conocido gente que trabaja el suelo no por negocio, sino porque le tiene amor. Se siente al campesino aquerenciado con la tierra”, expresa.Y menciona, de manera muy jocosa, delicias como la lechona, de la que la gente del Tolima goza y él defiende

esto en que “no está hecha para morirse amargado a los 103 años, sino temprano, pero contento”.De otro lado, admite que “no hay que desconocer que aquí nació la guerrilla, pero tampoco eso debe llevarnos a estigmatizar el Departamento, pues uno observa que en toda Colombia ha habido convariaciones proporcionales y consecuencias devastadoras derivadas del conflicto armado interno”.

La guerra, por ser un negocio, va a ser difícil que se acabe.

Lo que señaló Roméo Langlois es un problema de fondo y una gran verdad: la falta de rigor en como informamos los hechos relacionados con el conflicto armado.

y por ir a los distintos lugares en que competía”.

El mejor premio Aún habiendo ganado importantes premios de pe-riodismo en el ámbito internacional y siendo recorda-

do por dicha trayectoria, Salcedo Ramos se refiere a la constancia y el amor al trabajo es lo más digno de merecer. “Llevo 27 años haciendo periodismo y cuando debo despertar a hacer una crónica lo hago con la misma alegría que tenía la primera vez. No he perdido el gusto ni el respeto por mi oficio, jamás he renegado de él y jamás me he sentido un ‘pobre diablo’ por estar reventándome en algo que elegí y me encanta y me da lo de cada día para mi familia. “Honro mi trabajo cada día. Quisiera creer que es el único pre-mio al que deberíamos aspirar”, puntualiza, con la tajante actitud de quien siente pasión y seguridad por lo que ha venido haciendo.


El cuento

El cocoPor Agustín Cadena*

Prieto, cacarizo, con bigotes de sobaco de indio: así nos imagi-nábamos al Coco cuando éramos niños, allá en la vecindad de la calle República de Nicaragua. De todos, yo era el más nervioso, el más asustadizo. Mi madre regañaba a los otros chamacos: “No me anden espantando a m’ijo”, les decía. “El Coco no existe”. Pero yo les creía más a ellos. Siempre les creí más a ellos. El Coco se aparecía atraído por el aborregado olor de la infan-cia y era perverso, despiadado. Cazaba niños y se los llevaba a su mujer, la Cocatriz, para que ella los guisara en salsa de chile verde. Por eso tenía manos grandes y duras. Vestía overol de mezclilla y un gorro de estambre negro y caminaba con tenis para no hacer ruido. A la espalda cargaba su costal, junto con el cuchillo cebollero que usaba para cortar en pedazos a sus víctimas de modo que le cupieran sin notarse. A veces, para despistar o para matar el ham-bre mientras agarraba algo, traía las bolsas del pantalón llenas de cacahuates. Gracias a su ubicuidad, el Coco acechaba en todos los rincones oscuros: en la vivienda en ruinas que se derrumbaba lentamente a la entrada del edificio y que ya no se podía rentar, en las azoteas, en los roperos ajenos. De noche, sus dominios se extendían a la vieja escalera de pie-dra y al patio del fondo, donde se tendía la ropa. Por supuesto, en cualquiera de estos sitios podía ser conjurado, ya fuera apretando los ojos o, en los casos más graves, haciendo con los dedos la señal de la cruz. Pero donde sí era señor absoluto era en la calle. Las calles le pertenecían por completo. En ocasiones, cuando no andaba muy ocupado comiendo ni-ños, atendía un puesto de tiliches en Correo Mayor. Era desobli-gado, como mi padre, y cuando se emborrachaba le pegaba a la pobre de la Cocatriz. Esto me lo contó mi hermana, que nunca le tuvo miedo.El poema

El celajeAmado NervoPoeta mexicano

www.poemas.com.mx

¿A dónde fuiste, Amor; a dónde fuiste?Se extinguió del poniente el manso fuego,y tú que me decías: «hasta luego,volveré por la noche»... ¡no volviste!

¿En qué zarzas tu pie divino heriste?¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego?¿Qué nieve supo congelar tu apegoy a tu memoria hurtar mi imagen triste?

...Amor, ¡ya no vendrás! En vano, ansioso,de mi balcón atalayando vivoel campo verde y el confín brumoso;

y me finge un celaje fugitivonave de luz en que, al final reposo,va tu dulce fantasma pensativo.

Ilustraciones: obras de Juan rodrigo Piedrahíta

niña mascota, seleccionada para unamuestra colectiva en Londres 2012

*Narrador y poeta mexicanowww.ficticia.com

Gerente: Miguel Ángel Villarraga edItorA GenerAL: Martha Myriam Páez Morales coordInAcIón: Redacción cultural EL NUEVO DÍA PerIodIstA: Hernán Camilo Yepes Vásquez edItor: Óscar VaróndIseÑo: Carlos Augusto Delgado Gutiérrez Fotos: Hélmer Parra. Camilo Yepes. Colprensa. Suministradas. Internet. teLs.: 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia. Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co

[email protected] - Facebook: Cultura El Nuevo Día. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


Redacción cultural Ibagué Ana María Chávez Niño, estudiante de la Universidad Javeriana, de 19 años de edad, fue vilmente asesinada por dos jóvenes que co-

noció en la red social Facebook. Este caso tuvo gran resonancia en el ámbito nacional.

Los autores de este crimen fueron capturados y procesados por homicidio agravado; sin embargo,

la expansión de esta red es tan inminente y de grandes proporciones que más casos no

están de más en ocurrir. Luis Alfredo Castellanos es ibaguereño y padre de dos

menores, de 16 y 10 años de edad, que no están exentos de sostener contacto frecuente con estas formas de inte-

racción, por ello toma una historia que conoció muy de cerca y lo convierte en materia pri-

ma de su crónica A un clic de la muerte.

crónica de una red

en sólo 17 días

Editorial: AguilarTítulo: La dieta de los 17 díasAutor: Mike MorenoPáginas: 296

La cocina, todo un cuento de hadasEditorial: Villegas EditoresTítulo: Cenicienta y la galleta de la fortunaAutor: María Villegas y Jennie KentPáginas: 70

Las claves del descanso

Bogotá, Colprensa Dietas milagrosas, o al menos que prometen aca-bar con la grasa en pocos días y con el menor esfuer-zo, hay muchas, pero sólo algunas realmente avaladas por la comunidad médica internacional. Una de las avaladas es la creada por el doctor Mike Moreno, reconocido porque hace cuatro años creó el programa Camina con tu médico, en el que él salía con sus pacientes con el fin de motivarlos a la actividad física. Ahora, presenta un plan sencillo que promete, a quien lo siga, acabar con la grasa abdominal y visce-ral, con resultados rápidos y duraderos. Eso sí, sacri-ficando el consumo de azúcar, grasas y la realización de rutinas de ejercicios.

Bogotá, Colprensa La colección Cocinando cuen-tos de hadas llega a su quinto volu-men, esta vez con Cenicienta, un ver-dadero clásico de clásicos del género más leído de la lite-ratura de todos los tiempos. Con maestría, María Villegas y Jennie Kent reto-man este cuento llevándolo a las más fantásticas delicias culinarias, donde la esencia de la historia permanece intacta, pero ahora todo aparece en clave de apetitosos manjares, como una forma de acercar a los niños al arte de la cocina. Junto al cuento con hermosas ilustraciones de Elena Landínez, en el libro los niños encontrarán juegos y acti-vidades, con trucos para el buen comer.

Bogotá,Colprensa El descanso, el poder dormir bien, es una de las claves para llevar una vida saluda-ble y activa. Sin embargo, los trastor-nos del sueño son un problema que día a día afecta a más personas en el mundo, incluso desde edades muy tempranas. El médico Eduard Estivill presenta en este libro su

método para ayudarle a los padres a que sus hijos tengan un buen dormir, una enseñanza que será útil para el resto de su vida. Hoy en día, un tercio de los niños sufre de problemas de sueño, que con su crecimiento y las exigencias sociales se va incrementando, lo cual se ha convertido en un verdadero problema de salud que afecta directamente su desarrollo físico y mental.

Editorial: Innovación educativaTítulo: A un clic de la muerte

Autor: Luis Alfredo CastellanosPáginas: 118

Editorial: Plaza & JanésTítulo: ¡A dormir!

Autor: Eduard EstivillPáginas: 176

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